REVISTA ´ EL CLUB CUANTICO Coloquio: Aproximaciones Cr´ıticas sobre la noci´ on de Verdad No 7 -ESPECIAL 2- JUNIO 2014
Editores: Marco Corgini Videla - Ingrid Torres Castillo http://elclubcuantico.blogspot.com
´Indice 1. EDITORIAL
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2. APROXIMACIONES CR´ITICAS A LA VERDAD DESDE LAS NEUROCIENCIAS Mauricio Gonz´alez Arias
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3. CIENCIA Y REALISMO Marco Corgini Videla
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4. ACERCA DE LA VERDAD Francisco Roco Godoy
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´ 5. APUNTES PARA UNA APROXIMACION A LA VERDAD DESDE UNA PERSPECTIVA ESPIRITUAL Mauricio Cerda Beroiza
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6. LA VERDAD COMO ESTRATEGIA DE CONTROL SOCIAL Alejandro Abufom Heresi 37
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EDITORIAL
Organizado por el Departamento de Psicolog´ıa y la Direcci´on de Extensi´on de la Universidad de La Serena, a trav´es de la Editorial de dicha Casa de Estudios Superiores, el d´ıa mi´ercoles 7 de mayo, de 14:45 a 18:00 horas (Centro de Extensi´on ULS, Prat 446, La Serena) se realiz´o el Coloquio Aproximaciones cr´ıticas sobre la noci´ on de verdad. La verdad vista desde diferentes miradas. Desde diferentes perspectivas un grupo de panelistas analiz´o este concepto y sostuvo un interesante e intenso di´alogo con el p´ ublco asistente1. En el coloquio participaron los acad´emicos de la Universidad de La Serena Mauricio Gonz´alez Arias 2 (organizador), Marco Corgini Videla 3
, Francisco Roco Godoy 4, Mauricio Cerda Beroiza
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y el encargado
de la Editorial de dicha Corporaci´on Universitaria, Alejandro Abufom Heresi 6(organizador). En palabras de Mauricio Gonz´alez: “En la vida cotidiana, en la filosof´ıa y en las ciencias, la noci´on de verdad ha sido duramente cuestionada y ha sido desterrada de muchos de los debates actuales, sin embargo, en este siglo que se inicia, su fantasma sigue presente impl´ıcitamente afectando el quehacer en los diferentes a´mbitos de la sociedad. Considerando la importancia y el impacto que la noci´on de verdad todav´ıa sigue teniendo, un grupo de acad´emicos y profesionales de diferentes disciplinas hemos querido exponer y compartir nuestras reflexiones sobre el tema, entre nosotros y con el p´ ublico asistente, para 1http://youtu.be/X_JWt1Dc6AQ 2
http://youtu.be/fmeSBsW2dAI http://youtu.be/IURaAzGMZ7c 4 http://youtu.be/cFM6KgneKFw 5 http://youtu.be/Vh6QzhBpku0 6 http://youtu.be/Pi_fIT1zUmo 3
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buscar puentes entre visiones que a priori pueden parecer muy diversas”. El proyecto multimedia El Club Cu´antico, del cual esta revista es parte importante, particip´o elaborando los v´ıdeos de las presentaciones y ahora publicando, en este n´ umero especial, una s´ıntesis de las intervenciones realizadas en la oportunidad. Agradecemos a los organizadores del evento por la confianza depositada en nosotros para difundir esta actividad. Comit´e Editorial
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APROXIMACIONES CR´ITICAS A LA VERDAD DESDE LAS NEUROCIENCIAS ´ lez Arias Mauricio Gonza
Doctor en Psicolog´ıa Departamento de Psicolog´ıa Universidad de La Serena El objetivo de este documento es argumentar, utilizando algunos hallazgos sobre el funcionamiento del cerebro, que el concepto de verdad solo tiene sentido en las interacciones sociales cotidianas y que pretender utilizarlo m´as all´a de ese contexto, como una forma de acceso a una realidad objetiva o a una explicaci´on definitiva de la realidad, sean en el campo de la ciencia, de la filosof´ıa, de la religi´on, u otra forma de generar conocimiento, no tiene sentido. ¿Cu´al es la diferencia entre una planta, una flor y una maleza? Las flores y las malezas son plantas. Las plantas como tales pueden ser estudiadas de acuerdo a sus caracter´ısticas f´ısicas y biol´ogicas, sin embargo, una misma planta puede ser considerada una flor por algunos y una maleza por otros dependiendo del contexto. Esto implica que
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la distinci´on entre flor y maleza depende del uso social que le den las personas. Las flores se cuidan y se regalan, las malezas se arrancan y se botan (Barrett 2012). El concepto de verdad (y mentira) tienen que ver con la posibilidad de constatar coherencia entre lo que se declara y lo que se observa o experimenta respecto a lo declarado. Por ejemplo, si afirmo que est´a lloviendo, bastar´a con observar el estado del tiempo para constatar si digo la verdad o no. Si le digo a alguien que lo respeto y valoro, se espera que mi comportamiento sea consecuente con esa declaraci´on. Si digo que ma˜ nana ir´e a practicar deporte a la playa, ma˜ nana en la playa se ver´a si era verdad o no. Para los seres humanos es muy importante poder diferenciar si alguien dice o no la verdad para poder predecir y ajustar la propia conducta. Y tambi´en, no decir la verdad puede ser de mucha utilidad en algunas ocasiones para algunas personas. En la adaptaci´on de los seres humanos, la capacidad de resolver problemas y tomar decisiones es fundamental. Para hacerlo no solo se necesita informaci´on, sino que se necesita la capacidad de predecir. Esta capacidad de predicci´on requiere hacer conjeturas sobre relaciones causales entre eventos o sobre la correlaci´on o covarianza entre eventos. Quien sea m´as eficiente en hacer predicciones ser´a m´as exitoso. Lo anterior puede ser aplicado a todo a´mbito de la vida ya sea en la decisi´on de no construir la propia casa en el lecho de una quebrada o de prestarle dinero o confiarle un secreto a alguna persona. En este sentido, muchos autores en el ´ambito de la neurociencia, coinciden en se˜ nalar que el cerebro evolucion´o en los animales y no en los vegetales, porque estos requieren moverse para conseguir alimentos y para protegerse de los depredadores. El cerebro, como parte del sistema nervioso permite coordinar a todos los dem´as sistemas org´anicos
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del cuerpo (circulatorio, digestivo, muscular, etc.) para qu´e juntos puedan mantener en equilibrio el estado interno que permite a las reacciones qu´ımicas que sostienen la vida, ocurrir en las condiciones ´optimas. Y tambi´en, permite hacer predicciones sobre el entorno o sobre aquello que est´a de la piel hacia afuera, de manera de producir la mejor conducta posible. En el caso de los seres humanos este proceso ha llegado a ser tan complejo, que gracias al uso del lenguaje, llegamos a formular complejas teor´ıas para hacer predicciones. Para ejemplificar lo se˜ nalado en el p´arrafo anterior, a nivel de respuesta muscular, a todos nos ha pasado alguna vez que al tomar una maleta que pensamos est´a vac´ıa, pero que est´a llena, nos quedamos pegados con la maleta en el suelo sin poder levantarla inicialmente. O al rev´es, si pensamos que est´a llena pero est´a vac´ıa, hacemos mucha fuerza y la levantamos m´as de lo que quer´ıamos. Esto ocurre porque de manera no consciente, en base a la experiencia previa, el cerebro hizo una hip´otesis del peso de la maleta y program´o a todo el sistema muscular de acuerdo a esa hip´otesis. Otro ejemplo, percibimos que reaccionamos inmediatamente a un est´ımulo, pero hay un retraso importante producto de lo que demoran las se˜ nales el´ectricas y las sinapsis en operar (Gazzaniga, 1998). Tal vez por lo anterior, frente a est´ımulos amenazantes, hay un circuito cerebral (t´alamo – am´ıgdala) que genera una respuesta emocional y muscular sin que se tenga conciencia de haber percibido el est´ımulo, y segundos m´as tarde, por una segunda v´ıa (t´alamo – corteza –am´ıgdala), se percibe conscientemente el est´ımulo y se interpretar con precisi´on, lo que permite ajustar la conducta que ya se iniciaba. Este mecanismo permite ganar preciosos segundos de reacci´on cuando se est´a frente a un peligro real (Le Doux, 1999; Kaas, 2002). En otro
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plano se ha descubierto que la lesi´on de corteza cerebral en el l´obulo frontal reduce dram´aticamente la capacidad de las personas para tomar decisiones adecuadas, manteniendo intacta la capacidad intelectual (Damasio, 2000), mostrando que la raz´on necesita de la emoci´on para funcionar correctamente. Adem´as, las emociones pueden cambiar dram´aticamente nuestra forma de razonamiento y nuestras motivaciones, llegando incluso a sacar conclusiones diametralmente opuestas si cuando razonamos estamos alegres o estamos enojados (Dolan, 2009). Para integrar todos estos procesos, del sistema nervioso y de la mente, en la mente se elaboran im´agenes complejas de lo que acontece en el medio interno y en el entorno, aunque son las im´agenes visuales del entorno las que tienen mayor predominancia en la percepci´on consciente. Es lo que constituye nuestra experiencia inmediata. Es la informaci´on que utilizamos para constatar si efectivamente est´a lloviendo o no. Esa imaginaci´on nos permite ver la posibilidad que en el futuro un aluvi´on se lleve la casa y nos permite recordar que alguien no ha sido confiable en el pasado. Son esas im´agenes las que primariamente nos permiten pensar, aunque este proceso se potencia de manera incalculable con la adquisici´on del lenguaje. Cada vez hay m´as acuerdo entre los investigadores, sobre el hecho que las im´agenes no son ni pretenden ser una representaci´on de la realidad. Llin´as (2003) plantea que las im´agenes son arbitrarias, pero que concurren acopladas con el estado del mundo externo, lo que hace que tengan un marco de posibilidades y limitaciones que cambia radicalmente cuando las personas duermen y este sistema se desacopla. Esto explicar´ıa por qu´e en los sue˜ nos podemos ver y sentir que se vuela o
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podemos pasar de un lugar a otro r´apidamente. Estas im´agenes integran solo aquellos aspectos o variables externas e internas que son relevantes para nuestra adaptaci´on biol´ogica y social. Si consideramos lo anterior como una explicaci´on plausible, las im´agenes que crea el cerebro y que consideramos parte de nuestra experiencia no son la realidad. Son la forma como los seres humanos experimentamos la realidad y c´omo la interpretamos. Podemos tener muchos aspectos en com´ un con todos los dem´as seres humanos, pero tambi´en puede haber diferencias, as´ı como nos diferenciamos en el color de los ojos, la estatura, la personalidad, etc. Este planteamiento, llevado a un extremo l´ogico, es lo que Maturana y Varela (1980) denominan el determinismo estructural, que aplicado a la percepci´on, implica que lo que el sistema nervioso percibe est´a determinado o condicionado por la estructura (o por c´omo est´a hecho) el sistema nervioso y no por las caracter´ısticas de aquello que se observa, as´ı como el funcionamiento de un televisor depende de c´omo est´a hecho el televisor y no de la electricidad o de las se˜ nales que recibe por la antena (si le conecto electricidad y una antena a una lavadora no funcionar´a como un televisor). Esta teor´ıa no niega la existencia de un mundo exterior a los seres humanos (o seres vivos en general) a lo que generalmente se le denomina realidad, sino que los seres humanos no podemos percibir ese mundo tal como es, sino solo lo hacemos tal como est´a construido nuestro sistema nervioso. Esto no invalida el potencial del cerebro para realizar predicciones y las maneras m´as sofisticadas que ha alcanzado la humanidad de hacerlo, generando complejas y potentes teor´ıas cient´ıficas, que en los u ´ltimos doscientos a˜ nos han tenido un dram´atico impacto en los estilos de vida
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de las personas. Pero se˜ nala que estas teor´ıas no son verdades objetivas, universales y eternas. Estas predicciones son tales en un contexto espec´ıfico de observaci´on, espacial y temporal, lo que explica que el alcance de algunas teor´ıas f´ısicas y biol´ogicas sea mucho mayor que el de otras teor´ıas psicol´ogicas o sociales y a su vez de las teor´ıas no cient´ıficas que cada uno de nosotros mantiene sobre las cosas y el mundo. Por otro lado, lo se˜ nalado anteriormente, si deja claro que cuando una persona dice que tiene la verdad, es que pretende que los dem´as se sometan sin m´as a sus decisiones o recomendaciones. La verdad, como verdad universal y eterna es una forma de influir y controlar a las personas. Sobre todo a las personas que no son capaces de discernir, no tanto los fundamentos de la supuesta verdad, sino las intenciones detr´as de ellas. Por otro lado, la verdad a escala de la vida cotidiana, es una buena herramienta para hacer nuestras siempre cambiantes predicciones e inciertas predicciones en la b´ usqueda diaria por sobrevivir y desarrollarnos en la “jungla social”. Referencias [1] Barrett, L., F. (2012). Emotions are real. Emotions. 12, 3, 413 – 429. DOI: 10.1037/a0027555 Clark, A. (1999). Estar ah´ı: Cerebro. cuerpo y mundo en la nueva ciencia cognitiva. Barcelona: Paid´os. [2] Damasio, A. (2000). Sentir lo que sucede. Cuerpo y emoci´on en la f´abrica de la conciencia. Santiago de Chile: Andr´es Bello. Dolan, R. J. (2009). Emoci´on, cognici´on y conducta. Science, 289, 1191-1194. [3] Gazzaniga, M. (1998). El pasado de la mente. Santiago de Chile. Andr´es BelloLeDoux, J. (1999). El cerebro emocional. Buenos Aires: Planeta.
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[4] Kaas, J. H. (2002). La evoluci´on del cerebro humano. En Morgado, I. (Edit.). Emoci´on y Conocimiento, La evoluci´on del cerebro y la conciencia. Barcelona: Tusquets. [5] Llin´as, R. (2003). El cerebro y el mito del yo. El papel de las neuronas en el pensamiento y el comportamiento humano. Bogot´a: Editorial Norma. [6] Maturana, H. y Varela, F. (1980). El ´arbol del conocimiento: Bases biol´ogicas del entendimiento humano. Santiago de Chile: Editorial universitaria
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CIENCIA Y REALISMO Marco Corgini Videla
Dr. en Matem´aticas Departamento de Matem´aticas Universidad de La Serena La verdad y la racionalidad Actualmente las teor´ıas de la generaci´on espont´anea o la geocentrista resultan tan falsas como hace dos mil quinientos a˜ nos, pero hubo argumentos “racionales” que las justificaron en contextos espec´ıficos, durante tan largo per´ıodo. Luego la verdad, tal como acota Hilary Putnam, no s´olo es s´olo asunto de racionalidad. La raz´on pudo conducir, m´as all´a de cualquier consideraci´on teol´ogica, incluso a partir de la percepci´on sensorial inmediata, a suponer que los astros giraban en torno a nuestro mundo. El conocimiento, como el hombre, madura. Con la sola raz´on, nuestra aproximaci´on a la “verdad”, es decir a proposiciones que sean establemente verdaderas tiene, en general, un car´acter precario.
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De nuestra relaci´ on con el mundo Aunque el color que percibimos fuese finalmente pura apariencia, lo es inevitablemente en raz´on a que a trav´es de el proceso evolutivo nuestro organismo ha interaccionado con fotones de diferentes frecuencia, aqu´ı en el mundo. Ondas o part´ıculas, independientes de nosotros, provenientes de diferentes fuentes. Esa es la base de todo realismo o materialismo si se quiere. La existencia del mundo no depende de nosotros. “La sensaciones dependen del cerebro, nervios, retina, etc, es decir, de materia organizada de una manera definida. La existencia de la materia no depende de las sensaciones. La materia es primaria. Sensaci´on, pensamiento, conciencia son el producto supremo de la materia organizada de una forma particular”[1]. Stephen Hawking expresa su realismo dependiente de modelos de la siguiente forma: “Nunca tenemos una visi´on de la realidad independiente de un modelo, pero eso no significa que no exista una realidad independiente. Si no creyera que existe no podr´ıa seguir dedic´andome a la ciencia” [2]. Obviamente hay una distancia inconmensurable, entre las distintas variantes del realismo, que no detallaremos aqu´ı, y la posici´on del idealista Berkeley seg´ un el cual s´olo existen las cosas en la medida que son advertidas. Sin embargo, las cosas, los eventos y fen´omenos f´ısicos, exist´ıan antes de nuestra presencia en el mundo, no emergieron junto con la conciencia humana: “Yo he insistido en que el conocimiento cient´ıfico es carente de tensi´on y asocial: Si el mercurio envenena a los humanos en un siglo y en una cultura; si los electrones tienen una raz´on carga-masa de 1.76 x 1011 C kg−1 , entonces habr´an tenido esa propiedad en todos los siglos
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previos, sin reparar en qui´en casualmente las midi´o. Estas observaciones afectan las reglas bajo las cuales usamos el conocimiento toxicol´ogico y electr´onico en nuestras explicaciones y no se asume que sean metaf´ısicamente profundas. En esa ausencia de profundidad y yo espero, sentido no controversial, las propiedades de los electrones son en efecto carentes de tensi´on y asociales, y lo son en virtud de lo que el conocimiento electr´onico es y no en raz´on de qui´en lo posea”[3]. El abandono de las hip´otesis que impliquen prop´osito o sentido predefinido se materializ´o e instal´o paulatinamente en el tiempo, como propuesta program´atica de la ciencia, en una forma d´ebil o fuerte (aceptaci´on absoluta o como conjetura u ´til), a fines de la edad media en un contexto social caracterizado en lo ideol´ogico por el dominio de lo sagrado, espacio en el cual la b´ usqueda de las causas primeras y finales, o sea Dios, son de la esencia de toda actividad. En el siglo XIII la Universidad de Par´ıs y la de Oxford representaban dos enfoques distintos. La primera, de profunda tradici´on metaf´ısica, interesada en los aspectos especulativos de la filosof´ıa aristot´elica, fue catalizadora de los cambios que llevaron a los grandes sistemas escol´asticos [9]. La segunda, de car´acter m´as tradicional y con mayor independencia de Roma, puso su inter´es sobre aquella parte de la obra aristot´elica centrada en el estudio de la naturaleza, enfatizando el valor de la experiencia y el estudio de las matem´aticas. De esta forma, marca un rumbo que conduce, finalmente en el siglo XIV, a una crisis escol´astica, antesala del pensamiento cient´ıfico y filos´ofico de la modernidad [9]. Esta ruptura fue paulatina y los lazos que un´ıan al conocimiento de la naturaleza a un concepto religioso tardaron mucho en romperse y se mantuvieron bastante estables en muchas de las entonces n´oveles
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disciplinas cient´ıficas a´ un a mediados del siglo XIX y por que no decirlo incluso en la primera mitad del siglo XX. Es por ejemplo, en este contexto, que Pierre Louis Moreau de Maupertuis (1698-1750) estableci´o lo que hoy denominamos principio de m´ınima acci´on [3] (1744): “Si ocurre alg´ un cambio en la naturaleza, la cantidad de acci´on necesaria para este cambio ha de ser lo m´as peque˜ na posible”. Este principio es fundamental en f´ısica, sin embargo la formulaci´on original de Maupertuis tuvo un eminente car´acter metaf´ısico, en el mismo esp´ıritu de la teleolog´ıa Leibnitziana que dotaba a la naturaleza de prop´ositos finales. No dudaba que todas las cosas estuviesen reguladas por un ser supremo. Dir´a que una “mec´anica ciega y necesaria sigue los planes de una m´as iluminada y m´as libre inteligencia. Si nuestra mente fuese suficientemente vasta, ver´ıa las causas de los efectos f´ısicos calculando las propiedades e investigando cu´al es la m´as adecuada para producir tales efectos” [5]. La deducci´on matem´atica de este principio, prescindente de cualquier consideraci´on filos´ofica, se debe primero a Leonard Euler, tambi´en en 1744 y posteriormente a Joseph-Louis conde de Lagrange en 1760, llegando en el siglo XIX a su formulaci´on definitiva que hoy nos es familiar con William Hamilton y Karl Jacobi. En el caso de Kepler, ferviente protestante, quien celebrara [6] : “Largo tiempo viv´ı en la inquietud. Pero ahora ved como Dios, gracias a mi empe˜ no, tambi´en es celebrado a trav´es de la astronom´ıa”, debemos hablar no de una convicci´on sino de una confesi´on helioc´entrica, puesto que su ciencia est´a al servicio de su fe, convirti´endose en una especie de “servicio o culto divino”. Para ´el, el Sol con sus planetas son una imagen de la Trinidad. Hace adem´as uso del concepto de “anima movens”lo que implica suponer que
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el movimiento de las estrellas es debido a un impulso innato implantado en ellas desde el principio de la creaci´on. Un positivismo d´ebil dar´a paso a fines del siglo XIX y primera mitad del siglo XX a uno de car´acter fuerte y militante. Con Bertrand Russell, Luidwig Wittgenstein y otros fil´osofos y matem´aticos, un emergente ”positivismo l´ogico”pondr´a ´enfasis en la l´ogica y el an´alisis del lenguaje y su significado, desechando de paso toda metaf´ısica. Su programa considerar´a el sistematizar los m´etodos y pr´acticas propias de la ciencia con objeto de establecerla como actividad de rasgos claros y definidos, distinguible de las denominadas pseudociencias. “En el campo de la metaf´ısica (incluyendo la filosof´ıa de los valores y la ciencia normativa), el an´alisis l´ogico ha conducido al resultado negativo de que las pretendidas proposiciones de dicho campo son totalmente carentes de sentido. Con esto se ha obtenido una eliminaci´on tan radical de la metaf´ısica como no fue posible lograrla a partir de los antiguos puntos de vista antimetaf´ısicos” (R. Carnap, en [82]). Karl Popper, que introdujera el concepto de “falsacionosmo” en ciencia y a quien se opondr´a tenazmente en el futuro Thomas Kuhn, declarar´a: “. . . todav´ıa hay algunos que creen que la filosof´ıa puede proponer aut´enticos problemas acerca de cosas, y que, por tanto, siguen confiando en discutirlos, y en haber acabado con los deprimentes mon´ologos que hoy pasan por discusiones filos´oficas. Y si por ventura se encuentran incapaces de aceptar ninguno de los credos existentes, lo u ´nico que pueden hacer es empezar de nuevo por el principio” [7]. En el futuro surgir´a la corriente “pragmatista” representada fundamentalmente por algunos fi´osofos norteamericanos y la respuesta del
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“constructivismo radical” y de un destemplado y an´arquico Paul Feyerabend que sostendr´a que la ciencia no es diferente de cualquier ideolog´ıa y en este contexto, no poseer´ıa, en la pr´actica, una metodolog´ıa definida que le permita separarse de otras ideolog´ıas que participan del movimiento de la sociedad y por lo tanto debiese ser tratada como tal. No es objeto de este breve art´ıculo el dar cuenta de la cronolog´ıa de una ruptura que tiene diversos matices y formas. Pretendo motivar al lector seguir por s´ı mismo el hilo de Ariadna que finalmente condujo a nuestra ciencia, heredera del atomismo griego y de las intuiciones e hip´otesis m´as profundas que el ser humano ha planteado a trav´es e su breve historia. Para acceder all´a donde nuestros sentidos no pueden conducirnos, el homo sapiens, que es adem´as homo-faber, ha desarrollado herramientas no s´olo te´oricas que extienden enormemente sus capacidades de acceder a la realidad-en ese sentido esta actividad ha sido tremendamente exitosa- sino sobre todo en su aplicaci´on a problemas pr´acticos, poniendo a la humanidad incluso en el umbral de la producci´on de su propia evoluci´on biol´ogica futura. No todos piensan que estos resultados sean determinantes. Entre las conjeturas, a las cuales, muchas veces algunos fil´osofos califican de fundamentos metaf´ısicos de la ciencia- especialmente en el caso de la f´ısica cl´asica- encontramos: la inteligibilidad de la naturaleza y la existencia de causas eficientes y sus efectos. As´ı, toda teor´ıa debiese estar tejida causalmente y sus leyes generales ser´ıan susceptibles de ser expresadas matem´aticamente. Por supuesto que es as´ı, ´estas son las conjeturas o si se quiere los axiomas fundacionales de una ciencia realista, no confundibles con dog´ mas. Este es el programa que finalmente instal´o el realismo pr´actico
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para acceder al mundo que asume como conocible e independiente de nosotros, no por acuerdo sino por eficiencia, en oposici´on a los largos e in´ utiles debates escol´asticos medievales y devaneos del idealismo y el antirrealismo filos´ofico, sus compa˜ neros de ruta durante dos u ´ltimos dos mil quinientos a˜ nos de historia de lo que hoy denominamos occidente. Referencias [1] V.I. Lenin. Collected Works. Moscow, 1961. [2] K. Fergusson. Stephen Hawking. Su vida y su obra. Ed. Cr´ıtica. Buenos Aires, 2012. [3] N.Tosh. Historiography, relativism and the Sociology of Scientific Knowledge. Stud. in Hist.. Phil. Sci. 37 (2006) 675–701 [4] L. Maupertuis. “Accord de differents lois de la natura”, obras completas, en 4 tomos (1768). Essai de cosmologie, tomo I. Recherche des lois du mouvement, tomo IV. [5] M. Terral. The Man who Flattened the Earth. Maupertuis and the Sciences in the Enlightenment. The University of Chicago Press, 2002 [6] E.P. Fischer. Arist´oteles, Leonardo, Einstein y C´ıa. Ed. Ma Non Troppo, 2006. [7] K.R. Popper. La L´ogica de la Investigaci´on Cient´ıfica. Editorial Tecnos. Madrid, 1980. [8] A. J. Ayer, El positivismo l´ogico. FCE, Madrid 1993. [9] E. Formet Giralt. Historia de la Filosof´ıa II. Filosof´ıa Medieval. Colecci´on Albatros. Ediciones Palabra, S.A., 2004.
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ACERCA DE LA VERDAD Francisco Roco Godoy
Dr. en Filosof´ıa Departamento de Educaci´on Universidad de La Serena A fines de marzo de 2008, el fil´osofo argentino Mario Bunge (1919) pronunci´o una conferencia en la Universidad de Barcelona acerca de El enfoque sist´emico de los problemas sociales. En esa oportunidad habr´ıa criticado duramente –como lo ha venido haciendo desde hace mucho- a las que ´el califica de pseudociencias: el psicoan´alisis, la homeopat´ıa; y a las corrientes filos´oficas como el existencialismo, el posmodernismo y la hermen´eutica. En una entrevista realizada, en el diario espa˜ nol El pa´ıs, pocos d´ıas despu´es de ese evento y publicada el 4 de abril del mismo a˜ no, se le pregunta acerca de esos juicios. Interroga el periodista: ¿Qu´e le parece m´as reprochable de esas escuelas? Responde Bunge: “Por ejemplo, Heidegger tiene todo un libro sobre El ser y el tiempo. ¿Y qu´e dice sobre el ser? “El ser es ello mismo”.
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¿Qu´e significa” ¡Nada! Pero la gente como no lo entiende piensa que debe ser algo muy profundo. Vea c´omo define el tiempo: “Es la maduraci´on de la temporalidad”. ¿Qu´e significa eso? Las frases de Heidegger son las propias de un esquizofr´enico. Se llama esquizofacia. Es un desorden t´ıpico del esquizofr´enico avanzado. Pregunta: ¿Usted cree que Heidegger era un esquizofr´enico? Respuesta: No, era un pillo que se aprovech´o de la tradici´on filos´ofica alemana seg´ un la cual lo incomprensible es profundo. Y por supuesto adopt´o el irracionalismo y atac´o a la ciencia porque cuanto m´as est´ upida sea la gente tanto mejor se la puede manejar desde arriba. Por esto es por lo que Heidegger es el fil´osofo de Hitler, su protegido. Pero al mismo tiempo su seudofilosof´ıa es tan abstrusa que no pod´ıa ser popular. De modo que al pueblo se le da una ideolog´ıa crasa, del suelo, lo tel´ urico, la sangre, la raza. Y para la ´elite, fenomenolog´ıa, existencialismo, esas cosas abstrusas que nadie entiende pero si usted dice que no entiende, pasa por tonto. Si quiere hacer carrera acad´emica tiene que tratar de imitar esos pillos, de lo contrario, se queda atr´as. . . Dada la radicalidad de estos juicios, podr´ıan desestimarse sin mayor consideraci´on. Aunque, por otra parte, el peso acad´emico y la aceptaci´on en el a´mbito cient´ıfico y cultural que goza quien los emite, exigen examinarlos con alguna detenci´on, por una cuesti´on de ´etica intelectual, no obstante la brevedad de esta exposici´on. Mario Bunge ha publicado 80 libros, alrededor de 400 art´ıculos. Es doctor honoris causa por lo menos de 16 universidades y distinguido con 4 profesorados honorarios. Es miembro de numerosas sociedades cient´ıficas, galardonado con diversos reconocimientos, entre ellos, el Premio Pr´ıncipe de Asturias.
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Por dolorosas que resulten las cr´ıticas a los seguidores de esas escuelas no debemos obviarlas. Algo temerosos por su curr´ıculum, d´emosle (en principio) la raz´on a este connacional de Maradona, Gardel y el Papa. Aceptemos que sea verdad que “Heidegger era un esquizofr´enico”. Preguntemos ¿Qu´e es una enfermedad? Seg´ un el Diccionario de la RAE. es una “alteraci´on m´as o menos grave de la salud”. Una “anormalidad da˜ nosa en el funcionamiento de una instituci´on, colectividad, etc.” Es decir, es una alteraci´on que sufre un ´organo (o un organismo) respecto de su funci´on normal. La Organizaci´on Mundial de la Salud (OMS), por su parte, considera que “salud es la condici´on de todo ser vivo que goza de un absoluto bienestar tanto a nivel f´ısico como a nivel mental y social”. En ambas definiciones, est´a presente la idea de una “funci´on normal”, entendida como el cumplimiento del fin para lo cual algo existe o ha sido creado; o como el grado de eficiencia del metabolismo y las funciones de un ser vivo a escala micro –celular- y macro -social-. El supuesto b´asico de las definiciones es la aceptaci´on incuestionada de que hay all´ı, en torno del ser humano, un n´ umero casi infinito de cosas, eventos, relaciones, ideas, etc., que poseen cualidades que el intelecto humano puede conocer. Cuando el funcionamientote de todo ello se realiza en acuerdo a lo esperable hay salud. Por el contrario, si hay alteraciones –m´as a´ un, si son da˜ nosas- hay enfermedad. Entre las m´ ultiples tareas de las ciencias asociadas a la medicina se encuentra, desde hace mucho, la de tipificar los s´ıntomas para establecer diagn´osticos y, sobre todo, procurar terapias cuando los resultados lo ameritan. Bunge, a partir de lo que ense˜ na la actual literatura m´edica detecta un s´ındrome esquizofr´enico en Heidegger y califica su discurso filos´ofico
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como “esquizofacia”. Si lo afirma un hombre de ciencia apoyado en lo que la ciencia de hoy avala, entonces tiene y debe ser “verdad7 ”. Examinemos otro caso. Durante algunos siglos, la homosexualidad fue catalogada como patolog´ıa ps´ıquica y, por lo tanto, pod´ıa y deb´ıa ser curada. Sin embargo, en la d´ecada del 70 la comunidad cient´ıfica occidental entra en la sospecha de que no es un trastorno. En 1990, la OMS la elimina de la lista de las enfermedades. Quiz´a nunca hubo terapia m´as efectiva, pues en el acto se curaron millones de personas en el mundo. Lo curioso de este caso es que la salud se recupera no por una intervenci´on m´edica destinada a modificar las conductas “morbosas”, sino por una diferente interpretaci´on del s´ındrome. Es decir, se mantienen los s´ıntomas, lo que se modifica es la tipificaci´on. Paul Watzlawick, el psicoterapeuta austriaco, cuenta que cuando viv´ıa en Bombay le presentaron ciertos swamis, unos hombres sabios y santos que gozan en la India de gran veneraci´on. Sin embargo, al observarlos ´el no dudaba que en Occidente ser´ıan calificados de esquizofr´enicos catat´onicos. Volviendo al caso Heidegger ¿Es o no esquizofr´enico? ¿Cu´al es la “verdad”? Heidegger es tan esquizofr´enico como los homosexuales enfermos y como las mujeres el “sexo d´ebil”. Bunge es fiel exponente del llamado realismo metaf´ısico. El realismo metaf´ısico, en t´erminos muy generales, es aquella orientaci´on filos´ofica que postula que el conocimiento es la relaci´on que se establece entre el 7
No soy especialista en temas m´edicos, ni cient´ıficos –en rigor, no soy especialista en nada. Sin embargo, he le´ıdo al respecto, con gran inter´es, un libro del recientemente desaparecido psiquiatra chileno Sergio Pe˜ na y Lillo - El enigma de lo po´ etico- en que trata el tema de cierta poes´ıa en la esquizofrenia. Algo similar al trastorno de Heidegger. Otros libros recomendables de Pe˜ na y Lillo son El pr´ıncipe de la locura y Las fobias.
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pensamiento y la cosa. (“Cosa” es aqu´ı todo aquello susceptible de ser conocido. La palabra “realismo” tiene como ra´ız el t´ermino latino res, cosa). Conocer, desde esta perspectiva, es la adecuaci´on que se produce entre el intelecto y la cosa: adequatio intellectus et rei. Su postulaci´on data de muy antiguo. En el siglo VI a. de C. Parm´enides propone en un Poema una versi´on muy elaborada del realismo; afirma en ´el que “es lo mismo ser y pensar”. Esta expresi´on posee m´ ultiples sentidos. En relaci´on a lo que interesa por ahora indica que la v´ıa que conduce a la verdad es la racional y que aquello que es se revela u ´nicamente al intelecto. Por lo tanto, un razonamiento l´ogico, coherente, met´odico, contacta al humano con la verdad. Arist´oteles, en el siglo IV a. de C., es quien afianza estos supuestos y los hace perdurar de manera indiscutida casi por 2000 a˜ nos. El realismo, en todo caso, es el sentido com´ un hecho filosof´ıa. Su premisa b´asica, reiteramos, es que hay un mundo all´ı que se puede conocer y, asimismo, hay una verdad objetiva e independiente posible de alcanzar. El realismo en su versi´on extrema quiz´a deba plantearse como adequatio intellectus re, adecuaci´on del intelecto a la cosa. S´olo en el siglo XVII termina su extensa hegemon´ıa con la aparici´on de Ren´e Descartes. Para el fil´osofo franc´es el acceso a la verdad se produce mediante la adecuaci´on de la cosa al intelecto, adequatio rei intellectu. Desde esta nueva perspectiva te´orica, ser es percibir. Nada hay en el mundo si no es percibido por alguien. La realidad del mundo no depende de s´ı, sino de m´ı, de mi mente. Comienza, en este momento, la supremac´ıa de la conciencia por sobre el mundo. Por casi 300 a˜ nos la filosof´ıa europea es idealista: es la idea depositada en la conciencia humana quien garantiza la verdad. Todo cuanto hay podr´a ser sue˜ no,
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ilusi´on, espejismos, holograma, ficci´on; mas no la idea de sue˜ no, espejismo, holograma, etc. porque es algo que la misma conciencia crea y de ello no cabe duda posible. No obstante el antagonismo entre realismo e idealismo, tienen un importante elemento com´ un. Ambas teor´ıas aceptan que hay un conjunto de cualidades permanentes, ya radicadas en las cosas, ya en la conciencia, que el humano puede captar y que son manifestaci´on de la “verdad”. M´as a´ un, esta “verdad” es universal y absoluta. En el siglo XIX aparecen tres grand´ısimos pensadores que por distintas v´ıas entran en duda de que aquellas cualidades permanentes identificadas en las cosas y consideradas verdades son s´olo interpretaciones. Estos pensadores son Nietzsche, Freud y Marx, quienes son nominados por el franc´es Paul Ricoeur “escuela de la sospecha”. Ellos desmitifican la interpretaci´on que los fil´osofos han efectuado del discurso acerca de la “verdad”. No para proponer otra “verdad” en su reemplazo. Su cr´ıtica es mucho m´as radical. Sostienen que, en rigor, “nada hay tras la cortina”, no hay ning´ un sustrato, no hay ning´ un “ser” tras el “hacer” (Nietzsche). Es decir, no hay un sentido oculto que descubrir: el fen´omeno es todo (lo cual ya es una interpretaci´on). Afirma Nietzsche, al respecto: “No existen fen´omenos (hechos) morales, sino s´olo una interpretaci´on moral de fen´omenos. . . ” (Aforismo108 M´ as all´ a del bien y el mal) Con ello quiere indicar que lo moral no es un hecho en-s´ı, sino una interpretaci´on humana, “demasiado humana”. Por lo tanto, su cr´ıtica a la moral de occidente debe entenderse, en rigor, como cr´ıtica al discurso que occidente ha hecho de la moral. Del mismo modo, Marx no interpreta la sociedad burguesa, sino la interpretaci´on burguesa de la sociedad y Freud inventa el “Super ego”
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cuando una enferma interpreta su enfermedad diciendo “siento un perro sobre m´ı”. Comentando estas ideas Michel Foucault sostiene que “si la interpretaci´on no puede acabarse nunca es, simplemente, porque no hay nada que interpretar. No hay nada de absolutamente primario que interpretar pues, en el fondo, todo es ya interpretaci´on; cada signo es en s´ı mismo no la cosa que se ofrece a la interpretaci´on, sino interpretaci´on de otros signos”. (Nietzsche, Freud, Marx. 43). En este nuevo escenario ¿qu´e es, entonces, la “verdad”? “Verdad –dice Nietzsche, en el aforismo 534 de La voluntad de poder- es el tipo de error sin el cual un determinado tipo de seres vivos no podr´ıa vivir. Lo que decide en u ´ltimo t´ermino es el valor para la vida”. Los seres vivos a los que se refiere son, por cierto, los humanos. Hay en ellos voluntad de verdad como condici´on necesaria para la vida, aunque esa verdad sea error. Es decir, la verdad es el error necesario para sobrevivir. Esta idea se capta mejor si se tiene en cuenta que el supuesto fundamental de Nietzsche al comprender el lenguaje como interpretaci´on, tropos (met´afora) de lo existente8. No existe v´ınculo necesario y natural entre el signo y su designaci´on. El significado de los conceptos es en su g´enesis pura arbitrariedad. Si adquiere luego con el uso cierta precisi´on es resultado de convenciones (nada m´as y nada menos). Por lo tanto, todo aquello que se construye con y desde el lenguaje es tambi´en ficci´on, poes´ıa, met´afora. En Verdad y mentira en sentido extramoral se pregunta Nietzsche, sin ambages: “¿Qu´e es entonces la verdad?”
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tropo es la sustituci´ on de una expresi´on por otra cuyo sentido es figurado. Se trata de un t´ermino propio de la ret´orica que proviene del griego τ ρoπoς, tr´opos, que significaba ((direcci´ on)). En este sentido, el tropo es el cambio de direcci´on de una expresi´ on que se desv´ıa de su contenido original para adoptar otro contenido.
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“Una hueste en movimiento de met´aforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas po´etica y ret´oricamente y que, despu´es de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, can´onicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son; met´aforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y no son ahora consideradas como monedas, sino como metal”. El tema de la verdad en Nietzsche es interesant´ısimo. Quiz´a deber´ıamos detenernos en ´el. Por ahora dej´emoslo aqu´ı. Faltan algunos alcances del “caso Heidegger” que queremos precisar. Heidegger recoge muchas intuiciones de Nietzsche que desarrolla de manera prolija, refinada, agudamente elaborada. Sin a´pice de menosprecio al fil´osofo dionisiaco, se puede decir que la profundizaci´on de sus ideas es similar a la existente entre Arist´oteles y Parm´enides. En 1941 (¡en plena guerra europea!) Heidegger imparte algunas lecciones sobre Nietzsche. En una de ellas aborda el tema de la verdad y brinda un ejemplo clarificador de su propia comprensi´on de la verdad m´as que de la nietzscheana (creo yo). Cuenta que “un peri´odico americano informa en la primera p´agina con grandes caracteres: ‘Gran ´exito. 38 aviones japoneses abatidos‘”9 . Por su parte, el Cuartel General Imperial japon´es informa “hasta ahora hemos perdido 38 aviones”. “Despu´es de todo –comenta Heidegger- el peri´odico americano dice la verdad (. . . ) La frase rectora ‘38 aviones japoneses abatidos‘ es “incondicionalmente verdadera”, pues (. . . ), se corresponde con el hecho
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Cfr. Ejercitaci´ on en el pensamiento filos´ ofico. Herder, Barcelona, 2011. pp. 33 y ss.
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de que, en efecto, en realidad, 38 aviones han sido destruidos”. Sin embargo, el peri´odico norteamericano no informa lo que destaca el Cuartel General japon´es: han sido destruidos “96 aviones americanos”. Sostiene luego Heidegger: “LA FRASE ES CORRECTA, PERO NO ´ ES “INCONDICIONALMENTE VERDADERA”, SINO SOLO CON ´ DE QUE SE ESTE ´ HABLANDO DE LO MENLA CONDICION CIONADO Y DE QUE A ESTO MENCIONADO SE LO TOME COMO ‘LO REAL EN SU CONJUNTO‘”. Desde 1927 –desde Ser y Tiempo-, y probablemente desde mucho antes, Heidegger desarrolla la idea de que el ser se dona -se revela, se manifiesta, alumbra, “destella”- en el tiempo, y se dona en los entes (del modo m´as evidente) como presencia presente. Esta presencia presente –lo que algo es aqu´ı, ahora, en esta condici´on y desde esta perspectiva es lo que tradicionalmente ha sido interpretado como “verdad”. Sin embargo, Heidegger prefiere nominarlo “correcci´on”. “Correcto”, por lo tanto, es aquello que el “pensar calculante” descubre y cuantifica en una dimensi´on de realidad, y ese fragmento es considerado como lo real en su conjunto. Es decir, la “verdad” es un modo de desplegar el ser en el tiempo. No alumbra toda a la vez ni de manera absoluta (como acontece la vida: de despliega en tanto se vive). Heidegger recuerda que el nombre originario para la filosof´ıa es al´etheia; es decir, des-ocultamiento, des-cubrimiento, des-velamiento. Esta acci´on s´olo es posible desde la l´ethe, desde lo oculto. Quien cree develarlo todo incurre en un error de perspectiva: a cada saber se revela una porci´on de realidad; en la medida en que abolutiza la parte, es falso. La l´ethe es una suerte de “reserva ontol´ogica” a disposici´on de las generaciones futuras, en un proceso eternamente inacabado. (En el ejemplo citado, es “verdad” que 38 aviones japoneses han sido destruidos”, pero
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no es toda la “verdad”. En este caso, lo oculto es manejado a voluntad. En la dimensi´on del ser es imposible, porque el humano no es “el se˜ nor del ser”, a lo sumo su pastor. Para el fil´osofo de Friburgo, el ser humano no piensa a´ un en lo m´as meditable. Lo m´as meditable es lo oculto, aquella dimensi´on de nada, de enigma y misterio que mantiene en vilo el pensar. Esta carencia se produce no por una incapacidad humana, los instrumentos con que cuenta el pensar actual no lo posibilitan. La raz´on l´ogica, f´ısico-matem´atica, la ratio, constituida desde el principio de raz´on, desde el principio de no contradicci´on, desde el tercero excluido, etc. encaminan a lo “correcto” m´as que a la verdad. Del tit´anico esfuerzo de Heidegger por renovar la ciencia y la filosof´ıa dan cuenta los 64 vol´ umenes publicados de los 70 que se tienen considerados para sus obras completas. (Si les interesa el tema les recomiendo una conferencia de 1966: “El fin de la filosof´ıa y la tarea del pensar”). Pues bien, los fil´osofos suelen hablar mucho sin nunca llegar a nada –con mayor raz´on los filosofillos, aspirantes a fil´osofos, los profesores de filosof´ıa. Tratemos de concluir la an´ecdota de la cual partimos. ¿Es o no “verdad” que Heidegger es esquizofr´enico? Si no es “verdadera” la afirmaci´on ¿ser´a al menos “correcta”? Creemos que ni lo uno ni lo otro. Bunge no logra siquiera vislumbrar el sentido del pensar heideggeriano. Las filosof´ıas que ambos sustentan se encuentran en las ant´ıpodas. Bunge no es, en rigor, realista metaf´ısico, m´as bien un positivista a ultranza. Su indagaci´on se atiene a lo dado, al dato emp´ırico, a lo comprobable. Desde esa posici´on no logra percibir lo que se revela como ausencia y enigma, el ser. Por lo tanto, al no captar la renovaci´on filos´ofica de Heidegger, ni siquiera puede refutar su pensamiento, por ello recurre –no s´e si conciente o
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inconcientemente- al antiguo argumentum ad hominem: no refuta el argumento, sino desacredita a quien lo dice. Esto, desde Arist´oteles, ya es tipificado como falacia. (Quiz´a podr´ıamos decir que la afirmaci´on de Bunge “Heidegger era un esquizofr´enico” es una no-verdad; esto es, un error, lo cual es una verdad –que es error-. Pero ni a´ un as´ı es posible porque descontextualiza algunas afirmaciones –que tienen un sentido distinto a lo que ´el supone y que tampoco refuta –refuta al emisor. Juzga un supuestos que desde su perspectiva positivista no vislumbra). La verdad es una tarea por hacer, un misterio que se descifra en tanto se vive. Como el humano no es omnisciente ni ubicuo y jam´as podr´a captar lo real en su conjunto, le bastan aquellas mentiras necesarias para sobrevivir y ojal´a ser feliz.
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´ A LA APUNTES PARA UNA APROXIMACION
VERDAD DESDE UNA PERSPECTIVA ESPIRITUAL Mauricio Cerda Beroiza Mauricio Cerda Beroiza Mag´ıster en Psicolog´ıa Cl´ınica Departamento de Psicolog´ıa Universidad de La Serena La b´ usqueda de la verdad es un anhelo permanente de la especie humana. Es de hecho uno de sus rasgos palmarios; si no el principal, uno de los m´as conspicuos de nuestra condici´on. Puede asumir distintas formas: la religi´on, la filosof´ıa, la ciencia e incluso el arte, cada una, a su modo es una v´ıa en la b´ usqueda de la verdad. Las siguientes l´ıneas no constituyen m´as que unos r´apidos apuntes que puedan servir como aproximaci´on a la noci´on de verdad desde una perspectiva espiritual. Para ello salpicar´e estas hojas con unas cuantas gotas recogidas en afluentes provenientes de tres de las grandes tradiciones espirituales: Cristianismo, Hindu´ısmo y Sufismo.
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La fundamentaci´on de estos breves apuntes es doble. En primer t´ermino se basan, en lo profesional, en el conocimiento acad´emico que, v´ıa hermen´eutica, la Psicolog´ıa Transpersonal10 -corriente psicol´ogica a la cual me adscribo- ha alcanzado. En segundo t´ermino, en lo personal, se basan en el contacto directo que he tenido con dos de esas tradiciones. Pese a las gigantescas diferencias formales que las tres tradiciones espirituales presentan, es posible advertir algunos aspectos de fondo, “interiores”, en los que esas diferencias exteriores tienden a disolverse. Una observaci´on a fondo y no prejuiciada descubre que esas heterog´eneas tradiciones apuntan a una misma direcci´on en la cual, en un nivel profundo y esencial, la verdad aparece no como un concepto o idea, ni menos una teor´ıa, sino como una experiencia de vida, m´as a´ un, como una radical experiencia vivida. La fundamental declaraci´on de Jes´ us que recoge la tradici´on Cristiana “yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” es una muestra clara de ello. Esa declaraci´on quiere decirnos que la vida, la verdad y el camino no son diferentes, sino aspectos fusionados de una misma cosa, de La-Misma-Gran-Cosa. Cada uno de los tres elementos se identifica con el otro, no est´a separado, pues no se trata de tres elementos distintos. La Vida es tanto nuestro origen como la condici´on consubstancial de nuestra existencia; mientras existimos, estamos vivos, y aun, porque estamos vivos es que nos descubrimos existiendo. Y el hecho de estar vivos es la Verdad, o mejor a´ un, al vivir plenamente es que se realiza la Verdad. La verdad no es entonces un determinado contenido intelectual con l´ımites circunscritos, sino una experiencia consubstancial al hecho de estar vivos. No obstante, no 10
La Psicolog´ıa Transpersonal ha centrado su inter´es cient´ıfico en el estudio de las relaciones entre lo ps´ıquico y lo espiritual
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basta con respirar, por as´ı decir, para afirmar que estamos vivos y que brota la verdad. La verdad de la vida se manifiesta u ´nicamente si es que hacemos el Camino, si es que recorremos su trayecto, un trayecto que nos lleva de la peque˜ na vida convencional a la Vida Verdadera. Es el Camino, en consecuencia, el que nos conduce del mundo terrenal al a´mbito celestial. Recorrer el Camino es lo que permite la transformaci´on de nuestra naturaleza humana en sustancia divina11. El Camino no es uno cualquiera, sino aquel que hace posible la manifestaci´on de la Verdad en nuestra existencia, la que de ese modo, se vuelve una plenitud de Vida. La declaraci´on de Jes´ us, en suma, indica que la verdad es la encarnaci´on de una experiencia radical en la existencia. En este sentido me parece revelador cierto episodio en las postrimer´ıas de la vida de Santo Tom´as de Aquino. Santo Tom´as (1225-1274), el Doctor Ang´elico de la Iglesia Cat´olica, el pensador m´as vigoroso y autor de esa obra cumbre de la teolog´ıa que es la Summa Teologiae, en la que intent´o proveer hasta donde es posible de un fundamento racional a las cuestiones de la Fe, apenas tres meses antes de fallecer, el 6 de diciembre de 1273, tuvo una experiencia m´ıstica tan poderosa que dej´o de inmediato a un lado la secci´on de la Summa en la que se encontraba trabajando. Ante la insistencia de su secretario le dijo “no puedo (seguir escribiendo) porque me han sido reveladas tales cosas (. . . ) que todo lo que he escrito me parece paja” (Forcada, 1993, pp. 59 y 61). ¿Puede haber un hecho m´as esclarecedor? La verdad pertenece entonces antes al ´ambito del misticismo que al del pensamiento.
11
Cabe recordar aqu´ı el sentido simb´olico-espiritual del empe˜ no de los Alquimistas, que en los albores del Renacimiento persegu´ıan la transformaci´on del metal m´ as basto, el plomo, en el m´ as precioso, el oro
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En el Sufismo, en tanto, al que podemos aludir -aunque no de manera completa- como a la Escuela m´ıstica del Islam, encontramos un ejemplo que presenta una cierta convergencia. En el Sufismo se habla de los 99 nombres de Dios. En rigor hay infinitos nombres de Dios pero para el ser humano u ´nicamente resultan inteligibles 99 (que no se hable de 100 es una forma de mostrar precisamente que siempre hay algo que se nos escapa). Uno de ellos y por cierto uno de los m´as importantes es Haqq, que significa a un mismo tiempo realidad y verdad. El Sufismo ense˜ na que uno de los atributos divinos es la verdad. Esto quiere decir que Dios es la verdad y que lo real es la verdad, solo que aqu´ı lo real es mucho m´as que “la realidad material” que estudia la Ciencia. El Sufismo asegura que en cada ser humano est´an presentes esos 99 atributos divinos, aunque de un modo degradado. Nuestras caracter´ısticas psicol´ogicas habituales no son otra cosa que esos atributos divinos manifestados de una forma empobrecida. Lo que el Sufismo busca es la experiencia directa de lo Divino, con lo cual se devuelve la pureza y riqueza original a esos atributos. Mediante pr´acticas espirituales diarias los adeptos persiguen que su nafs o peque˜ no yo se aproxime al Nafs Godhsi o Ser Divino. “Se pule el espejo del coraz´on para que pueda ´este reflejar la luz Divina”. Desde un punto de vista psicol´ogico esto significa que los rasgos de personalidad devienen gradualmente en atributos espirituales. Dicho de otro modo, lo que acontece es que la constituci´on psicof´ısica normal paulatinamente se va tornando espiritual. El Sufismo sabe que es ese un trabajo para toda la vida, en el que cada sujeto avanza en relaci´on consigo mismo, pero en el cual pocos son los que llegan a los niveles m´as elevados. En el nivel m´as alto se produce fana f’il Allah, es decir, el peque˜ no yo individual se funde en
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una total comuni´on con el Ser Divino, o, lo que es equivalente, la identidad individual, separada, se disuelve en la uni´on total con la Verdadera Identidad Suprema. A este respecto un caso particularmente ilustrativo en la historia del Sufismo es el de Hussain ibn Mansur al-Hallaj (858922), un santo suf´ı que recorri´o el Camino completo. Como todos los adeptos fue poco a poco puli´endose y transform´andose hasta llegar a un punto, al que pocos han llegado, en el cual fue capaz de afirmar ana0 l haqq, “soy la Verdad”. Al-Hallaj, a diferencia de otros santos y maestros espirituales suf´ıes, consider´o innecesaria la reserva: a cualquiera, en toda circunstancia y lugar pod´ıa comunicarle su hallazgo12 : ana0 l haqq, “permanezco en la Verdad”, “me hallo en un estado de comuni´on con la Verdad”. Sus coet´aneos en cambio, en estado de error, no le comprendieron: no afirmaba con una soberbia absoluta que ´el (y nadie ni nada m´as) era Dios, sino que declaraba que hab´ıa alcanzado un estado de uni´on con lo Divino, lo Unico Real. Fue juzgado por herej´ıa (en un proceso que dur´o 11 a˜ nos) y condenado a ser castigado, mutilado, decapitado e incinerado el 26 de marzo de 922. En el largo per´ıodo del juicio se neg´o a retractarse, en el tiempo previo a la ejecuci´on de la condena mantuvo un temple impasible y el instante anterior a que se cumpliera or´o pidiendo el perd´on para sus verdugos comprendi´endolos en su actuar porque a ellos no se les hab´ıa revelado lo que a ´el. ¿Qui´en que no se encuentre en un estado u ´nico y muy especial es capaz de eso? ¿Si se hallaba en comuni´on existencial con la Verdad-Divina-Real pod´ıa haber espacio en ´el para el temor? Finalmente en este vuelo rasante por tres tradiciones espirituales quisiera traer a colaci´on tres o cuatro nociones del Hinduismo que vienen al caso. Como algunos saben el Hinduismo es un conjunto de 12Se
dice que, en ocasiones, lo hizo en plazas y mercados
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religiones que se fusionaron a lo largo de un amplio n´ umero de siglos. En concreto es un conjunto abigarrado de rituales y pr´acticas, nociones filos´oficas, textos sagrados, creencias y dioses, diversos, heterog´eneos y, a veces, incluso opuestos. Sin embargo el milagro ha sido posible, pues finalmente el Hindu´ısmo se presenta como una religi´on relativamente unificada que concibe la existencia de un Dios u ´nico, del cual todos los otros no son sino emanaciones o nuevas encarnaciones. Este Dios es llamado Brahman y es concebido como el origen y fundamento de todo lo existente y lo no existente. De una manera id´entica al Sufismo el Hinduismo sabe que esa Unica Realidad Universal est´a presente tambi´en en el individuo, aproximadamente en aquello que en Occidente entendemos como alma. El alma individual es denominada Atman, la cual participa de Brahman, el Alma Universal. En un sentido m´as preciso la corriente principal del Hindu´ısmo entiende que Atman provee de identidad al individuo, pero esa identidad individual remite a la Identidad Suprema, que es Brahman. Si para el Cristianismo los seres humanos somos hijos de Dios y Dios, Cristo, encarn´o en la historia para restablecer el lazo roto con la ca´ıda original, para el Sufismo, al igual que para el Hinduismo, no es tanto que los seres humanos seamos hijos de Dios como que poseemos una esencia consubstancialmente divina que, no obstante, en las circunstancias normales de cualquier persona no se manifiesta, porque no est´a activa, ya que permanece dormida. En la condici´on normal de cada individuo se verifica la presencia de avidya, la ignorancia, que no es por cierto la ignorancia de conocimientos pr´acticos, cient´ıficos o similares, sino la distancia, la desconexi´on de la propia identidad Divina. Tanto para el Sufismo como para el Hinduismo la tarea de la vida es restablecer esa conexi´on, cosa que solo ocurre gradualmente como un proceso de crecimiento espiritual, que
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hace posible entonces la realizaci´on de lo Divino en el individuo. Cuando ello tiene lugar se percibe que todo lo que existe es satcitananda, cuyo significado literal es Ser-conciencia-beatitud. Satcitananda alude a lo divino: lo divino es lo que es, y lo que es es pura conciencia beat´ıfica. Fuera de eso, no hay nada. Lo interesante para el prop´osito de estos apuntes es que el vocablo s´anscrito sat significa tambi´en lo real y la verdad, de suerte que en la comprensi´on del Hindu´ısmo nos encontramos nuevamente con que el Ser, lo u ´nico que existe, es Real, lo u ´nico real, y tambi´en es Verdadero, y esa Verdad es una conciencia Conciente y Dichosa de s´ı misma. Cada uno de ellos es una faceta de lo divino, de Dios, y esa divinidad se encuentra latente en cada ser humano. Cuando ese componente divino despierta, deja atr´as avidya y completa su crecimiento en el individuo, ´este, como en el caso de Jes´ us, como en el caso de al-Hallaj y otros, se vuelve, o m´as precisamente, se torna conciente de ser satcitananda, la verdad. En definitiva, desde una perspectiva espiritual la verdad es la Verdad, no un conocimiento o contenido intelectual, sino un estado del Ser, el Estado Original del Ser, la Unica Realidad Universal, aquel Misterio que, dormidos o semi-dormidos de lunes a domingo llamamos, pobremente, Dios. Referencias [1] Flood, G. (1998) El hinduismo. Madrid: Cambridge University Press. [2] Forcada, V. (1993) Santo Tom´as de Aquino. Biograf´ıa. Valencia: Ediciones Provincia Dominicana de Arag´on. [3] Maan´an, A.M. (2006) Tasawwuf. Introducci´on al Sufismo. Espa˜ na: Editorial Almuzara.
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[4] Massignon, L. (1922/2000) La pasi´on de Hallaj. M´artir m´ıstico del Islam. Barcelona: Paid´os. [5] Panikkar, R. (2004) Espiritualidad hind´ u. Barcelona: Kair´os. [6] Schimmel, A. (1975/2002) Las dimensiones m´ısticas del Islam. Madrid: Trotta. [7] Smith, H. (1958/1999) Las religiones del mundo. Barcelona: Kair´os. [8] Tola, F. & Dragonetti, C. (2008) Filosof´ıa de la India. Barcelona: Kair´os. [9] Underhill, E. (1911/2006) La m´ıstica. Estudio de la naturaleza y desarrollo de la conciencia espiritual. Madrid: Trotta. [10] Vaughan-Lee, Ll. (2005) Sufismo. La transformaci´on del coraz´on. Barcelona: Mandala Ediciones.
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LA VERDAD COMO ESTRATEGIA DE CONTROL SOCIAL Alejandro Abufom Heresi
Encargado Editorial Universidad de La Serena 1. La verdad es un ideal noble que est´a en la base moral de nuestra humanidad, pero se ha convertido, a trav´es de los siglos, en un arma de la pretensi´on absolutista de aquellos que, utilizando los dogmas religiosos o leyes cient´ıficas, haci´endolos equivalentes a verdades absolutas, buscan la dominaci´on sobre los dem´as. Tanto la ciencia como la religi´on, han sido usadas ideol´ogicamente, tomando sus “verdades” (relativas, por cierto; ha sido demostrado) como una estrategia de control social. 2. El problema no es la verdad. Algo puede ser completamente v´alido en una cierta ´area, pero en otra, ciertamente no. El problema comienza con la pretensi´on de querer explicar o regular toda la realidad. La pretensi´on de omnipotencia de cualquier verdad, es el principal problema. Se atribuye a la verdad el atributo de la universalidad, una
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pretensi´on omnipotente que nos violenta a creer que –cualquier enunciado, hip´otesis o revelaci´on- es v´alido para todas las realidades posibles. Esta noci´on de verdad ha sido y es usada como arma de dominaci´on, de control. 3. Una “verdad”, en una mano dominadora, es un arma de terror, miedo y violencia. As´ı como cualquier objeto, un l´apiz, por ejemplo, puede ser usado tanto para escribir como para matar, las verdades han sido utilizadas como excusas de violencia. La ideolog´ıa tuerce las ideas, los hechos, las certezas, a su antojo, buscando el control de aqu´ellos m´as d´ebiles, desinformados, indiferentes o incautos, que caen bajo su influjo y sufren las consecuencias del enga˜ no m´as reiterado en un nuestra historia como Humanidad. 4. La mentira, desde esta perspectiva, puede verse como una “estrategia de sobrevivencia” frente a esta omnipotencia de la verdad dominadora, manipulada ya sea desde el Estado, las iglesias o grupos espec´ıficos. Todos mentimos. La usamos para sobrevivir, tratando de sortear la violencia que lleva impl´ıcita esta manipulaci´on de las verdades. 5. TODO ES CUESTIONABLE, preguntable, sospechable, dudable, criticable, investigable, observable, experienciable. . . La ciencia y la religi´on (principales fuentes de origen de nuestras “verdades oficiales”) durante siglos han traicionado el esp´ıritu que les dio origen, creando sistemas de creencias (o paradigmas, como se les dice hoy), con una orientaci´on ideol´ogica clara: tener el control sobre los dem´as seres humanos, por parte de unos pocos. La pregunta, la inc´ognita, el asombro, fueron reemplazados por sentencias definitivas, que ven´ıan con una advertencia de castigo expl´ıcito, a quien no las aceptara.
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6.Esperanzas: la duda, la sospecha, la pregunta incesante. . . son imprescindibles para no volver a caer en la trampa de la dominaci´on, venga de donde venga. La educaci´on de los individuos y las sociedades; el desarrollo de un pensamiento cr´ıtico, informado y l´ ucido son imprescindibles para frenar a los “poseedores de la verdad”, que caen, generalmente, cuando las personas y los pueblos dejan atr´as la ignorancia, al dejar de tragarse un sistema de creencias, impuesto generalmente con una violencia impl´ıcita.
´ EL CLUB CUANTICO www.youtube.com/elclubcuantico www.goear.com/elclubcuantico www.twitter.com/elclubcuantico Figura 1. Ouρoβoρoς
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