EL CREACIONISTA
Artes, Cultura y Literatura
FEBRERO 2023
ISSN: 2683-2283 OPEN YOUR
POESÍA NARRATIVA
HEART
COLUMNA FILOSOFÍA CULTURA
EL CREACIONISTA, año 4 No 52, Febrero 2023, es una publicación electrónica mensual, editada por Alma A. C. Carbajal Guzmán, calle 42 Poniente Tel (222) 9455332, Puebla, Puebla, México, https://issuu.com/elcreacionistarevista/docs/el cr eacionista, elcreacionista @hotmail com Editor responsable: Alma A. C. Carbajal Guzmán. Reserva de Derechos: En trámite ISSN: 26832283. Autor. Responsable de la última actualización de este Número, EL CREACIONISTA, Alma A C Carbajal Guzmán Fecha de última modificación, 3 Diciembre 2020. El contenido y las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación, citando invariablemente la fuente sin alteración del contenido y dando los créditos autorales. El propósito de esta publicación es contribuir a la divulgación efectiva de las nuevas incursiones de la literatura y escritores contemporáneos de México y de otros países de habla hispana. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos o imágenes de la publicación sin previa autorización del autor y editora Alma A C Carbajal Guzmán
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Portada: "Corazón de perro (flores para mí)"
Óleo sobre tela 80 x 30 cm
(© Patricia García) 2023
Si buscas compartir de forma literaria o artística puedes mandarnos un correo y estaremos gustosos de sumar tu trabajo a nuestra versión digital, así como en nuestro sitio web Ante todo queremos que artistas e inquietos literarios, busquen crear, imaginar y que se dejen llevar por todo aquello que las letras pueden ofrecer.
El Creacionista extiende esta invitación a todas las artes. Si buscan otro espacio para darse a conocer y compartir información no dejen de escribirnos a: elcreacionista @hotmail.com No aparentes, tienes mucho por escribir.
Coordinador Editorial Responsable:
Alma A C Carbajal Guzmán
C O N T E N I D O
UNA CONVERSACIÓN QUE SE OSCURECE
2DA. PARTE
CUENTO
Rodolfo Ruiz Vázquez
EL AMOR ES MÁS FRÍO
QUE LA MUERTE
POESÍA Aleqs Garrigóz.
JUNTOS PARA SIEMPRE
CUENTO Ronnie Camacho Barrón
EL PEQUEÑO LIMÓN
NARRATIVA
Rocio Prieto Valdivia.
35 37 51 53
DUELES
PROSA Adriana Rodríguez
EL OTRO YO
CUENTO
José Adair Prado Zacarías
LUSCINIA (QUINTO ACTO)
POESÍA
Eli Abraham Escobedo González.
FUNDIDO DE AMOR
POESÍA
Yessika María Rengifo Castillo.
15 24 26 32 E L C R E A C I O N I S T A
CORNUCOPIA
MICRORRELATO
Héctor Olivera VERSOS ANGELADOS
POESÍA
Claudia Flores Espinosa
CHICA HAWAIANA
CUENTO
José Borges POESÍA Poetry Allen (María de Jésus Mora Delgado).
66 69 70 74
2 POEMAS POESÍA
Yuraima Trujillo Concepción
EL DIOS AMOR
PROSA NARRATIVA
Juan de Dios Maya Avila
ETZATLÁN
CUENTO
José Baroja.
GRACIAS IZAZAGA
FICCIÓN
Oswaldo López Castillo. (Poeta).
55 57 61 64 E L C R E A C I O N I S T A
CAMPOSANTO
DÉCIMA
Daimy Díaz Laborda HELVETICA
CUENTO
Victor Arevlo Sánchez.
GRACIAS POR AMARME Y DEJARME AMARTE
POESÍA
Juan Rogelio.
¿TE QUIERES CANSAR CONMIGO?
CARTA CONTRA EL OLVIDO
Poetry
Ernesto Salamandra.
87 89 92 99
CARTA DESDE UNA DISTANCIA CERCANA
EPÍSTOLA
Zoila Molinet.
POESÍA
Poetry
Ángel Atrapasueños (Ámbar Francisca Latorre Hermosilla)
ESCASAMENTE NARRATIVA
Marguerite Azcona.
76 78 83 85 E L C R E A C I O N I S T A
MUERTO DE AMOR
POESÍA
Elizabeth David Puerta - Elizada.
SU EXCITADO CORAZÓN RELATO Efraín Nadal De Choudens EL COLECCIONISTA DE GEMIDOS CUENTO Max jecklin. TRENZAS GUINDAS CUENTO Nancyliz Scabbia CORAZÓN FANTASMA NARRATIVA Elizabeth De la Cruz. ELLA HUERTO PRÓDIGO POESÍA José Alberto Capaverde POESÍA Poetry Cecy Castillo OMAR CUENTO Andrés Ballone. TOGETHER RELATO Rubén Cerdá. 101 110 116 119 121 125 128 131 E L C R E A C I O N I S T A
ANHEDONIA CUENTO Nairobi Escalona
LA ESPERA
POESÍA Carmen Capote
POSTERGACIÓN DE SENTIMIENTOS
EL SENTIDO DEL DESAMOR MINIFICCIÓN
MANTICA DE UN NÁUFRAGO SIN BRÚJULA
ERIZO INVENTOS ADVERTENCIA
AMOR AGOTADO POESÍA Pamela Vestfrid
POESÍA Fabiola Morales Gasca.
NARRATIVA Liliana Flores. ELLA Poetry José Rosales.
Carlos Enrique Saldivar Rosas.
E L C R E A C I O N I S T A
ENSAYO Celso Estrada Sánchez. 133 134 138 140 143 147 149 151
VALÍAS ORO POESÍA
Omar Alejandro Flores PALABRAS DE UN HOMBRE ENAMORADO POESÍA
Freddy Contreras Huanca.
OBSESIONADAMENTE AMOR CUENTO Azucena Robledo.
"CARTA QUE NUNCA LEERÁ (S) " .
Carlta /Relato Joselyn Silva.
170 177 179 185
CÓCTEL DE RECUERDO
CUENTO
Vicente Almanza Huerta
"VOLCÁN"
POESÍA
Doriss Hernández Amador
JUEN Y UMAN
Ciencia Ficción, Romance
Sara Manen.
160 161 164 166 E L C R E A C I O N I S T A
ESCRIBIRTE DESDE LA REMINISCENCIA
RELATO Andrea González Medina.
SONETO 2 PARA ELISA POESÍA Raúl Vargas Sabalija ROSA INMORTAL NARRATIVA Javier Alejandro Mendoza Glez. TÚ, MISA DE NOCHE POESÍA Karen Soto. LA PRINCESA Y LA LUNA CUENTO Bruna Radija K. Bermudes. ROCE CUENTO Uriel Velázquez Banuelos EL CAMALEÓN CUENTO Eugenia Nájera Verástegui POESÍA Poetry Ángeles Hernández. PUNTO ESCARLATA: EL RITO Columna Lorena Avelar. 188 190 195 197 201 209 211 216 E L C R E A C I O N I S T A
POESÍA Poetry Ismari Marcano Dicurú MIS LABIOS EN AYUNO YA NO DELETREAN SU NOMBRE POESÍA Guillermo Gonzaga. MÍRAME CUENTO Marcela Quiñones. LA PRINCESA Y LA LUNA FILOSOFÍA Juan Carlos Pérez Castro. 218 223 228 234 E L C R E A C I O N I S T A
DEL EDITOR
El amor es difícil de comprender; en la literatura se ha escrito tanto, que a veces creemos que se ha desgastado en imágenes y palabras, que no vale la pena escribir sobre él, y nos volcamos en los antagónicos del mismo, como si estos fuesen una especie de escudo. Escribir sobre el amor, o en nombre de este, nos supone una tarea sencilla, o bien una labor que vuelve a abrir heridas que creíamos cerradas Se acude casi involuntariamente a lo que representa, o supone para algunos la peste de la cual huyen despavoridos los quebrantados de corazón.
Sea como sea, Cupido nos transforma y de alguna manera también nos ayuda a crear desde el sentimiento del amor, para renovar nuestros votos con el aprecio por el prójimo, el cariño desinteresado a nuestros semejantes, y la sonrisa franca que nos damos a nosotros mismos a pesar de no ser del todo correspondidos El amor tiene alas equivalentes, pero el vuelo en sí… es divergente.
ALMA A. C. CARBAJAL GUZMÁN.
La raíz de todas las pasiones es el amor. De él nace la tristeza, el gozo, la alegría y la desesperación
Lope de Vega
UNA CONVERSACIÓN QUE SE OSCURECE
2DA. PARTE 3
ESCRITO POR: RODOLFO RUIZ VÁZQUEZ.
Hablé de la abuela como una arrimada inocua y olvidadera. Así lo fue durante los primeros años, al menos a mi juicio antes de que me formara uno. Hoy, en la cauda del reciente golpe, mamá y yo hemos hablado de esas épocas lejanas. Me ha contado que, al llegar del asilo, la abuela estaba mohína y taciturna, que no se le notaba a gusto por más que papá no lo advirtiese creyendo que le hacía un favor teniéndola en casa. Luego vino el zafarrancho.
Vaya si lo recuerdo. La abuela, hasta esa parte punto menos que invisible, manifestó la furia latente de la que habla mamá en un exabrupto que incluyó reclamos, imprecaciones, bofetadas a quien estuviera cerca y alguna figurilla de porcelana rota. Decía que extrañaba las noches de bingo en un salón generosamente iluminado, el cigarrito antes de dormir, sus telenovelas, los pucheros calentados como Dios manda, cuando aquí no había más que pinches burritos de microondas. Yo, entonces de siete, me espanté por una erupción que no entendía. En retrospectiva, me asombro de que la viejecita pazguata, la momia viviente por la que la había tomado, mostrase más energía que una quinceañera menstruante.
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Mamá cuenta que papá maduró internarla no en un asilo, sino en un frenopático. No hubo menester: tras la inesperada erupción, la abuela volvió a la invisibilidad y al silencio, y todos nos hicimos guaje, acaso temerosos de que volviera a estallar, pero con la calma de saber que, en consideración a sus años, los estallidos, de repetirse, no serían muchos.
Una madrugada, mientras papá y mamá dormían a ronquido batiente y arrullados por somníferos, mi hermana y yo escuchamos, a través de la pared, a la abuela hablando sola. El incidente se repitió a lo largo de la semana Se lo dijimos a mamá, quien, de modo eufemístico, nos trató de explicar aquello de la senilidad. Vino el fin de mes y con él la cuenta de teléfono, donde aparecían varias llamadas a un número desconocido. Papá nos interrogó a mi hermana y a mí y no obtuvo sino negativas, y de mi mamá, otro tanto. Mamá, entonces, recordó lo de los soliloquios de la madrugada y, habiendo consultado a la abuela, develó el misterio: la abuela había estado hablando con una amiga del asilo que estaba en las últimas. Papá le pidió que, en lo venidero, limitara las llamadas a quince minutos, a lo cual la abuela respondió que no sería necesario, porque la amiga había muerto días atrás.
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Papá no es avaro, sino cuidadoso con el dinero. Si algo atesoraba, aparte de la oscuridad, era una fracción de sus ahorros, que escondía en algún lugar de la casa para tener efectivo en caso de emergencias. Jamás supimos en qué lugar lo escondía hasta que lo descubrió un ladrón que se llevó todo alzando una tabla falsa en el suelo de madera del comedor. Habiéndonos interrogado a mi hermana y a mí y realizado un cateo de nuestra habitación, llamó a la policía y reveló, por fuerza, la cantidad endurada y robada, la cual constaba en uno de sus libros de cuentas y frisaba los quinientos mil pesos. El peritaje fue largo y engorroso y lo habría sido más si el anochecer, junto con la temosa afición de papá a la penumbra, no hubiera imposibilitado la continuación de las pesquisas Todo quedó en una denuncia a la que supongo se dio carpetazo, y al dinero no le vimos ni la sombra.
Papá puso alambrado eléctrico y reforzó el portón con una aldaba. Si a muy temprana edad nos señalábamos entre los compañeritos por un precoz humor negro, niños al fin, creíamos en la cigüeña y en Santa Clos aunque el árbol no tuviera foquitos, y éramos igual de impresionables en lo que se refiere a la tenebrosidad de ciertas fantasías. Mi hermana y yo creíamos que ahora vendría el robachicos por nosotros. El desvelo en que nos recreábamos con la lectura de cuentos y novelas medró con el temor a un segundo allanamiento acompañado de secuestro No era raro que, las noches de fiesta en la casa de los Cevallos, cuando mis papás ya roncaban bajo el peso de los somníferos a despecho de la música ensordecedora, mi hermana y yo leyéramos hasta la madrugada, con tapones en los oídos y sin poner atención a la lectura, pensando en el robachicos.
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No recuerdo cuándo fue, pero una madrugada mi hermana y yo escuchamos ruidos como de pasos y puertas que se abrían Bajamos a la cocina, nos armamos de cuchillos y nos refugiamos en la alacena hasta el amanecer. El robachicos no entró; en cambio, en madrugadas subsiguientes, los ruidos se repitieron. Se verificaban más o menos cada mes y siempre en luna nueva. Sólo se oían a eso de las dos de la mañana. No tardamos en sospechar que los ancianos de la colonia podían tener razón, y que tal vez estábamos muertos, y la casa, embrujada.
Al poco de esto, una noche de fiesta en casa de los Cevallos, atorados mi hermana y yo en un texto difícil sobre marsupiales, escuchamos un rechinido y un golpe seco: alguien había abierto el portón. Mi hermana, sacando valentía de quién sabe dónde, decidió ponerle fin a nuestra incertidumbre: empuñando un bat, bajó a la planta baja. Regresó lívida, a juzgar por el desvanecimiento del ponche de frutas en su rostro. Me narró lo acaecido. Primero pensó que se trataba de un fantasma cualquiera, pero la joroba que se abultaba debajo del camisón blanco y la dificultad con que el espectro colocaba la aldaba lo convirtieron en el fantasma de la abuela, o en la abuela-fantasma. Al reparar en mi hermana, el espectro dio un respingo; afuera se escucharon pasos que corrían. Por unos segundos a la abuela, fallecida desde quién sabe cuándo, se le demudó el rostro, como si ella, a su vez, hubiera visto un fantasma. Mi hermana seguía tiritando y aún le castañeteaban los dientes cuando el espíritu en camisón, haciendo un corte de manga, pasó de largo y subió a su habitación. Escondidos debajo de la cama, pasamos la noche en blanco. Llegamos en vivo a la escuela y reprobamos el examen sobre marsupiales.
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Mi hermana y yo hicimos mutis. Cuatro semanas más tarde volvimos a escuchar el rechinido del portón y el golpe de la aldaba. Aun así, sostuvimos el pacto de silencio. Le temíamos al fantasma. Sabíamos que los adultos no entendían de estas cosas, aunque ellos mismos fuesen fantasmas, y nos tragamos nuestras aprensiones.
No así nuestra curiosidad. Dije que la casa está ubicada al fondo de un callejón. La ventana de la sala, ubicada en el segundo piso, mira a la calle, pero sin luz que ofrecer y con el farol descompuesto perennemente, el punto más recóndito del callejón es un hoyo negro, salvo cuando hay claro de luna A raíz del primer susto, mi hermana y yo, atalayando desde la ventana de la sala, espiamos a la abuela. Lo que veíamos era invariablemente una mirada nerviosa a izquierda y derecha, seguida de un frotarse los brazos las noches de frío, un caminar rápido a la banqueta, un hincarse en el bordillo y encorvarse sobre la alcantarilla como si quisiera oler de cerca el tufo de la cloaca, y por último el regreso a casa con todas las operaciones correspondientes de llave, rechinido de bisagras, aldaba en su lugar y pasos por la escalera. Se entiende que la abuela, perdida en ese hoyo negro, pudiera pasar por un fantasma invisible para unos ojos no habituados como los nuestros a la penumbra Invisible e inofensivo Las escapadas nocturnas de la abuela sólo tenían derecho a ese nombre en virtud de que cruzaba el umbral que dividía el portón y la banqueta. La abuela no iba más alla del círculo de tinta negra frente a nuestra casa, se arrodillaba junto a la alcantarilla y en menos de medio minuto estaba de regreso, durmiendo como una santa.
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Andando el tiempo, la secundaria nos enseñó términos como alzhéimer y sonambulismo, y si las escapadas nocturnas continuaron con la misma periodicidad, mi hermana y yo guardamos silencio en honor a la ciencia. Ya no teníamos buenas tragaderas como para seguir creyendo en fantasmas y la cigüeña y Santa Clos, ni éramos tan inocentes en otros aspectos: yo, los sueños húmedos; ella, la menstruación. (Por estas fechas, el cuarto que mi hermana y yo habíamos compartido fue dividido en dos mediante una pared de tablarroca).
Por otra parte, la abuela, dócil y apacible, no rompía un plato Durante la cena, daba la imagen de una imbécil mansa o de una sabia que observa el mundo con irónico desdén. Sentada ante una pizza de microondas que pellizcaba de vez en cuando, sonreía pelando su dentadura postiza, casi chirriante a ojos nictálopes, y su mirada vidriosa traslucía una serenidad bovina de que mi hermana y yo nos contagiábamos, creyéndola bienaventurada en su senilidad. Sólo una viejita enajenada de la realidad querría oler la cloaca. Mis papás seguían en la inopia con respecto al comportamiento noctívago de la abuela merced a los somníferos, y nosotros, fieles a la abuela y a su degeneración mental, la dejábamos hacer antes que papá o mamá la enviaran a un hospital psiquiátrico Yo le había cobrado afecto; su sonrisa, lejos de ofenderme, me inspiraba compasión.
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Los años correspondientes a la preparatoria y a los primeros semestres de la carrera desatendimos las escapadas. Sabíamos que papá y mamá no se enterarían, y los ensayos curriculares nos abrumaban demasiado como para que nos preocupáramos de otras cosas. Mamá procuró ablandar a papá, diciéndole que nos rezagaríamos si no nos poníamos al día en materia tecnológica, y cada quien recibió no una laptop como las que usaban los compañeros de la universidad, sino una máquina de escribir y paquetes de papel tamaño carta.
Y así seguimos, fingiendo e ignorando, hasta que la Noche Vieja del nuevo milenio, entre pirotecnia y cueterío, nos puso un cuete en el culo. Cenamos pavo y las doce uvas de rigor. Pasada la medianoche, me puse a leer Habiendo terminado un artículo sobre el Renacimiento, me dispuse a dormir. No había terminado de desvestirme cuando oí un chirrido de frenos. El reloj marcaba la una y media a. m. Me puse la ropa que me había quitado y bajé al segundo piso. Me acerqué a la ventana de la sala. Desde ahí, cerca de la esquina e iluminado por una farola y los faros del coche de los Cevallos, vi un bulto tirado a media calle, al pie de la parrilla, vestido todo de negro y con pasamontañas. Del coche, cuyos faros y motor seguían encendidos, bajaron tambaleantes los Cevallos, portando en la cabeza sendos conos de colores con la leyenda: HAPPY 2000!
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El bulto sólo estaba inconsciente. Llegó la ambulancia por él, luego la patrulla por los Cevallos, y en el Ministerio Público y en el hospital, respectivamente, se les descubrió altos niveles de alcohol a los Cevallos, mientras que al bulto, aparte de fracturas múltiples, varias bolsas de heroína en los bolsillos, idénticas a las que la policía halló en la alcantarilla y debajo de la cama de la abuela, que sonriente y con mirada vidriosa fue llevada a un centro de rehabilitación y no a un reclusorio en mérito de su avanzada edad
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Igualmente con mirada vidriosa, pero de lágrimas, consunta y alicaída, la abuela ha regresado a casa a efectos de llevar un régimen de pureza. “Nuevo milenio, nuevo despertar”, dijo el doctor. Lo comprendo: yo, de antiguo aclimatado a la oscuridad, no doy crédito a un milagro que creía imposible, el milagro de una hoja blanca y rebosante de luz eléctrica. Al principio la estridencia me lastimó, como la claridad extática ha de dolerle a los santos en el primer vislubre de la divinidad Superado el deslumbramiento, llegó el alumbramiento. Y si ahora puedo dar gracias por el nuevo amanecer de la abuela y por el papel que brilla bajo un foco de halógeno blanquísimo ubicado sobre el escritorio de mi cuarto, en una noche sin luna, es porque papá lleva una semana postrado, deprimido y abúlico, y mamá, tomando la iniciativa, puso focos en toda la casa y nos compró sendas computadoras a mi hermana y a mí, que no hemos estrenado, por cierto, ni nos interesa.
Quién sabe si a papá le dolió más la adicción de la abuela o el haber leído la nota que, acompañada de una foto del atropellado, tomada con flash, revelaba que el dealer es un ex enfermero geriátrico, despedido sin liquidación y refundido en el reclusorio: el mismo hombre que alguna vez, en un crepúsculo azul metálico, ponderó las virtudes de la luz ambiente.
Rodolfo Ruiz Vázquez (Ciudad de México, 1987). Narrador y ensayista. Su trabajo ha aparecido en las revistas Punto de Partida, Punto en Línea, Narrativas, Nocturnario, Marabunta, Almiar, Primera Página, Kopek, Bitácora de Vuelos, Codalario, Altura Desprendida, Casapaís, Eslavia y Ritmo
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EL AMOR ES MÁS FRÍO QUE LA MUERTE
ESCRITO POR:
ALEQS GARRIGÓZ
El amor es un viento que te quiebra como un golpe violento a un delgado cristal o una estalactita que se va clavando en tu pecho segundo a segundo a segundo a segundo. Es, también, un ronco metal que te aplasta o las vías de un tren que no conducen a ningún lado.
Hay veces que buscas tu pulso y preguntas: “¿estoy vivo?”, porque el chasquido de los pasos más tibios va cruzando la distancia, tan lejos, tan lejos, donde el horizonte se vuelve un filo inapelable.
Hay veces que, plegado en ti mismo como una flor asustada, piensas en una ternura inadmisible, en un beso o en un adiós que el ojo no lloró; y las ventanas se van tapiando de escarcha y la cama se erige en témpano de hielo humeante y la alcoba se torna en congelador de carniceros. Pero afuera se siguen abriendo las flores de primavera y los días trascurren para otros benignos, cálidos, aromados.
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Hay veces, muchas veces, suficientes veces.
Y el corazón late ya apenas, endureciéndose o derritiéndose, lo mismo que un puñado de granizo.
Frías son las incesantes búsquedas del ahínco y de la incertidumbre los laberintos abstrusos.
Y es más frío aun el amor que la muerte.
Aleqs Garrigóz (Puerto Vallarta, México; 1986) escribe poesía desde los 15 años. Publicó su primer libro de poesía en 2003: Abyección. Posteriormente aparecieron La promesa de un poeta (2005; Premio Adalberto Navarro Sánchez), Páginas que caen (2008, 2013; Premio Municipal de Literatura de Guanajuato) y La risa de los imbéciles (2013, Ganadora del I Concurso Internacional de Poesía de Emergente Nauyaca) y El niño que vendió su alma al Diablo (2016). También han sido premiadas sus obras Galería del sueño (Premio Espiral de Poesía 2011, de la UG), En la luz constante del deseo (Premio Espiral de Poesía 2012, de la UG), Despiértame en otro mundo (Mención Honorífica en el I Concurso de Cuento y Poesía de la Universidad Marista de Querétaro, 2013), Penetrado por el amor (Mención Honorífica en el V concurso editorial “El mundo lleva alas”, 2012), Resplandor del oro amanerado (Tercer premio en el VI Concurso Nacional de Poesía María Luisa Moreno, 2014) Ha publicado poemas en medios impresos y electrónicos de México, España, Colombia, Estados Unidos, Colombia, Argentina, Honduras, Perú, Nicaragua, Chile y Suecia Poemas suyos han sido traducidos a cinco idiomas Su último libto publicado es De naturaleza amarga (Universidad de Guanajuato, 2021)
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JUNTOS PARA SIEMPRE
ESCRITO POR: RONNIE CAMACHO BARRÓN.
Apenas llevó un par de semanas en este departamento y ya planeo volver a mudarme ¿Pero a dónde? No tengo el dinero suficiente para alquilar otro sitio y aunque mamá me ha suplicado volver a casa más de cien veces, no planeo hacerlo, sé muy bien que Eduardo volverá a encontrarme y prefiero lanzarme de un puente, antes que arriesgar a mis padres llevando conmigo a ese desquiciado.
Esta pesadilla comenzó hace seis meses, después de titularme conseguí empleo como pasante en un despacho jurídico en la capital y para estar más cerca de mi trabajo, decidí abandonar la casa donde crecí para mudarme sola a un edificio de departamentos, ahí fue donde lo conocí.
Éramos vecinos y a diario nos veíamos en las mañanas cuando salíamos a trabajar, reconozco que él me fue de gran ayuda durante mis primeros días en la ciudad, vivir sola resultó ser más costoso de lo esperado y mi salario era tan poco que en muchas ocasiones, tuve que decidir entre comprar la despensa o pagar la renta.
Para mi “fortuna”, Eduardo siempre estuvo ahí y en más de una ocasión me invitó a cenar cuando no me alcanzaba ni para una soda, quizás me vio como lo que era, una chica de provincia tratando de sobrevivir en la jungla conocida como la CDMX.
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Comimos tantas veces juntos que pronto nos convertimos en buenos amigos, fue así como conocí todo sobre su vida, desde cosas tan simples como que trabajaba como médico en una pequeña clínica cercas de Azcapotzalco, hasta detalles más íntimos como el hecho de que sus padres se habían divorciado cuando su mamá encontró a su papá en la cama con otro hombre, siendo este último uno de los momentos más amargos de su vida.
Aún así, me encantaba estar con él, era un gran amigo y nos divertíamos mucho estando juntos, pero todo cambio cuando en un paseo a bordo de una lanchita en el lago de Chapultepec me pidió que fuera su novia.
Me sentí fatal al escuchar aquello y en ese mismo instante tuve que confesarle la verdad, aunque le tenía un gran apreció jamás podría corresponderle como él quería, sorprendido me preguntó ¿Sí había alguien más? le dije que no, pero si así fuera no sería un hombre, entonces lo entendió.
A partir de ese día dejó de ser amable y se volvió hostil, a diario criticaba mis preferencias y me aseguraba que estaba confundida, solo tenía que encontrar al hombre adecuado y si lo quería, él podía serlo.
Obviamente me negué y harta de su homofobia corté todo contacto de golpe, no me importaba que viviéramos el uno frente al otro, yo no aceptaría ese tipo de trato de nadie
Eso lo afectó más de lo esperado y tras notar que me había ofendido, hizo de todo para volver a hablar conmigo, saludos incómodos, llevarme la cena o robarse mi correspondencia para luego entregármela fingiendo que el cartero se había equivocado de buzón.
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Jamás pensé que llegaría a ser tan molesto, pero no me perturbó hasta el día en que me siguió al trabajo, ocurrió mientras iba en el camión, en lo que esperaba mi parada me puse a leer los mensajes de mi celular, cuando de repente sentí que alguien me observaba.
Siguiendo mis instintos, volteé para ver de quien se trataba y ahí lo encontré, sentado en el último asiento de la hilera derecha, no le importó que lo descubriera, al contrario, trató de amenizar la ya tensa situación con una sonrisa torcida y un torpe movimiento con la cabeza.
Iba vestido con su uniforme, así que supuse que solo iba hacia la clínica y por una cruel coincidencia del destino terminamos compartiendo un tramo del trayecto, aquel pensamiento me calmó un poco, pero la tranquilidad se convirtió en miedo cuando me di cuenta de que se bajó en la misma parada y comenzó a seguirme.
Al principio mantuvo su distancia, pero con cada cuadra los metros que nos separaban iban disminuyendo, hasta el punto de que cuando estaba por llegar a mi trabajo, me alcanzó y comenzó a tirar de mi muñeca.
¡Suéltame! grité a la par que luchaba por zafarme.
Amor ya no discutas, volvamos a casa, necesitas tu medicina para la esquizofrenia dijo con una falsa preocupación.
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Entonces comprendí lo que intentaba, quería aparentar una discusión de pareja para que nadie le impidiera que me llevará consigo y para mi sorpresa, su plan tuvo éxito, la gente a nuestro alrededor no hizo nada para ayudarme, solo apartaron la mirada o se lamentaron por él al tener una “novia loca”.
¡Ayuda, ayuda! no me importó que me ignoraran, yo continué gritando
Te recomiendo que te calles o de lo contrario usaré esto antes de lo previsto —me mostró una jeringa que llevaba oculta en el bolsillo.
¿Qué es eso?.
Un veneno, lo suficientemente potente como para matarnos a ambos, gracias a él estaremos juntos para siempre una maniática sonrisa se dibujó en su rostro.
¡Estás enfermo, suéltame ahora mismo!
Amor, por favor contrólate, la gente nos mira siguió con la farsa, pero no le funcionó por segunda vez, pues una policía nos vio y decidió intervenir.
Joven de la manera más atenta, le pido que suelte a la señorita o de lo contrario me veré en la obligación de someterlo dijo con la mano puesta sobre la empuñadura de su macana.
No es lo que piensa oficial, es solo que mi novia tiene esquizofrenia y… no le permití continuar.
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¡Tú no eres mi novio, deja de mentir! aproveché la situación y le mordí la mano para que me soltara.
¡Cabrona! gritó al mismo tiempo que intentó sacar la jeringa de su bolsillo, pero antes de que pudiera hacerlo la oficial lo golpeó con su macana, solo bastaron tres golpes para hacer que Eduardo pasará de ser un violento desquiciado a un patético hombrecillo que al versé superado, salió huyendo a la primera oportunidad.
No pude evitar estallar en llanto cuando se fue, jamás había estado tan cerca de la muerte antes, fue gracias a la policía que pude recomponerme y en un acto de buena fe, después de ayudarme a levantar la denuncia ante el ministerio me llevó hasta mi departamento, quizás no fuera el lugar más seguro, pero no tenía a donde más ir.
Tras dejarme en la puerta, me aseguró que todo estaría bien y que Eduardo no sería tan estúpido como para volver al edificio después de lo que hizo, se equivocó, pues mientras se despedía, Eduardo salió de su departamento y como un animal rabioso, la tomó por el cabello y comenzó a estampar su cabeza contra la pared, deteniéndose solo cuando ella dejó de moverse.
¡Monstruo! intenté cerrar mi puerta, pero él fue más rápido y de un empujón la derribó junto conmigo.
¿Estás lista amor mío?, ¡pronto estaremos juntos por la eternidad! una vez más sacó la jeringa y se abalanzó sobre mí.
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Comenzamos a forcejear en el suelo y mientras él ponía todo su empeño en incrustar la ajuga en mi corazón, la oficial despertó y al ver lo que sucedida no lo dudó ni un segundo, sacó su pistola y descargó todo el cartucho sobre Eduardo.
Adriana aún con el pecho lleno de balas pudo pronunciar mi nombre .No tengas miedo, ni siquiera la muerte podrá separarnos, siempre estaré junto a ti — .
Pensé que todo terminaría con su muerte, pero con el paso de los días cosas extrañas comenzaron a ocurrir en mi departamento, objetos se movían solos de lugar, escuchaba murmullos a mis espaldas y cada noche mientras dormía, sentía el frío tacto de unas caricias que sin ningún tipo de descaro recorrían todo mi ser.
Desesperada me mudé a otro edificio, sin embargo, no importa a donde vaya pronto todo vuelve a comenzar.
He puesto incienso y traído un cura, más nada parece funcionar y cuando lo hablo con la psicóloga ella solo me dice que se trata de estrés postraumático, ¡Pero yo se la verdad! Eduardo cumplió con su promesa de quedarse a mi lado y no dejará de hostigarme hasta que estemos juntos, ya sea en la vida o en la muerte.
Ronnie Camacho Barrón (Matamoros, Tamaulipas, México, 1994) Escritor, Lic. en comercio internacional y Aduanas, y Técnico analista programador bilingüe Autor de 2 Novelas "Las Crónicas del Quinto Sol 1: El Campeón De Xólotl" (Amazon 2019) y "Carlos Navarro y El Aprendiz Del Diablo" (Editorial Pathbooks 2020), también 10 libros infantiles "Friky Katy", "¿Tus papás son vampiros?", "El pequeño Rey", "Los Guardianes del bosque", "Erika otra vez", "José lo vio todo", "Una Amiga de las Estrellas", "Las Rivales", "Los Campeones" y "Los Trillizos mágicos", todos con la editorial Pathbooks y traducidos en 6 idiomas, su más reciente obra una antología de cuentos titulada "Entre Nosotros" (Amazon 2021) Colaboró en 14 antologías y publicado cuentos, relatos y ensayos en más de 131 revistas y blogs tanto nacionales e internacionales
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EL PEQUEÑO LIMÓN (PEQUEÑOS SOLES ILUMINAN EL DÍA).
ESCRITO POR:
ROCIO PRIETO VALDIVIA
El verano había terminado, las plantas que florecieron al final del invierno tenían pequeñosfrutos, en medio del patio trasero la higuera estaba rebosante de dulces higos, las gallinasy sus crías rascaban las raíces de los árboles buscando pequeños bocadillos y la bahía , casi esta al alcance de nuestras manos desde nuestra casa en Ensenada tiene la ubicación casi perfecta y los árboles que hemos sembrado en nuestro patio la hacen lucir como una postal, amó nuestro hogar es bello nuestro pedacito de tierra Recuerdo que hiciste hincapié en el huerto “Al menos para eso servían los arbolitos” me dijiste algunas veces señalando hacia los árboles de cítricos, una de tantas tardes mientras te tomabas tu café, con aquellas palabras tercas, dijiste que los cortarías y a mi me daba mucho coraje pues sus hojas eran tan verdes, la última semana de invierno los habíamos visto dar azahares pero al llegar la primavera del 2016, llovió mucho y con tristeza vimos caer uno a uno cada uno de ellos con lo intenso del sol de ese verano.
Y a la vez la alegría inundaba la casa al escuchar el tierno piar de los nidales de las gallinas, al ver florecer el granado. Nos olvidamos por completo del incidente con el pequeño huerto de limones
Dijimos con esperanza "quizás el próximo"; los días fueron pasando, una tarde de octubre mientras cortaba unas hojas de hierbabuena para hacer el caldo de albóndigas lo vi. Quería correr, contarte del hallazgo, era tan pequeño, y brillante, tenía un verde intenso. Las telarañas de la plaga de arañas saltarinas lo habían protegido del inclemente sol y el verano tan lleno de los vientos de santana
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Ese día llegaste muy tarde del muelle, lo recuerdo bien pues era raro que no llegaras a las 4: 15 pm todos los días, y yo estaba apurada en preparar la cena, tenía que revisar las tareas de la niña que se me olvidó por completo contarte del hallazgo, a penas si probaste un bocado de tu guiso favorito, caía el crepúsculo e hiciste un par de llamadas a tu hermana,te habían avisado de la muerte de tu padre y al recostarte un momento el cansancio, hizo de las suyas, a la mañana siguiente mientras les dabas de comer a las gallinas y cortabas unas hojas de los árboles de guayaba para hacerte un té, lo descubriste
Recuerdo que tenías el rostro lleno de emoción, y hasta dejaste que las palomas se comieran el alimento de las gallinas, las muy indinas se despacharon con la cuchara grande entraban y salían del bote del alimento.
Me gritaste fuerte pero esta vez no fue como siempre lo acostumbrabas hacer. Tu grito era diferente eufórico, llenó de ilusión.
¡Ven, cariño, mira el limón tiene un pequeño fruto!
Salí de la cocina con la taza de café en mi mano izquierda ya sabes yo sin café no puedo concebir mi día y fingí no saber nada, claro, no quería quitarte la emoción de haber visto tú primero ese pequeño hallazgo. Me sentí feliz, plena como casi nunca me siento a tu lado, ahora que vuelvo recordar todo eso, sé que vimos juntos cumplirse el enorme deseo de ver dar ese primer fruto al huerto que tanto amábamos.
Recuerdo con tristeza que te tomé de la mano y nos quedamos largo rato observando la bahía, como en nuestros primeros años cuando nos sentábamos por las tardes a planear lo que sería de este gran terreno de 50x 50 que hoy hemos convertido en nuestro castillo. Hoy que está todo cercado, lo llenamos de árboles frutales, y cactáceas porque no queríamos dejar de criar gallinas para seguir recordando a tu padre que falleció ese inicio del otoño.
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Pero ahora no sé que nos pasó, el pequeño limón despide cada mañana su cítrico aroma, las gallinas rascan sus raíces pero tú ya no sonríes, los hijos se han ido de casa. Rara vez me diriges la palabra, desayunamos en completo silencio, algunas veces la taza de café resbala de mis temblorosas manos y es entonces que esos gritos llenos de rabia, intentan oscurecer mis días. Pero al salir al patio veo de reojo nuestro árbol y en la alto de su copa los pequeños soles iluminan de nuevo mi día.
La felicidad me inunda, mis pulmones se llenan del salino olor a mar que despiden tus ropas, mientras las echó a la lavadora, los pollitos recién nacidos pian una y otra vez.
Rocío Prieto Valdivia Mexicali. Baja California. México 10/ Feb/ 74 Escritora, promotora de lectura imparte talleres de escritura y arte Es autora de los libros “Soñar entre Mariposas, Sueños Lúcidos y Veinte Poemas Perdedores y un instructivo que no sirve para nada” El árbol de naranjas y otros cuentos, El beso de sal otros encuentros con el mar entre otros, ha participado en más de 100 antologías poéticas y de narrativa Comparte créditos con el escritor Carlos Bracho en más de tres antologías de cuento latinoamericano
Incluida en el mapa de escritoras mexicanas en 2021 Radica actualmente en Ensenada Baja California.
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DUELES ESCRITO POR: ADRIANA RODRÍGUEZ
Aún sigo escuchando sus letras el eco del silencio se vuelven gritos se ha derramado el cielo, arde el camino sigo desgarrando vacíos entre noches la luna sale a descorche llenando los vasos brindando a millón tu recuerdo ¡Salud! tragos de realidades, agrias, amargas, ardientes, cómo el deseo infinito que reverbera sus voces, ojos de luz manando sombras entre horas tarde, sueño de casa despertando madrugadas que sangran palabras que nos hacen coincidir caminos que nos hacen perdernos en el adiós que se repite constante tristeza que no se termina de ir el claro de la mañana entra por mis ventanas he soñado con el fin, después de tanto perseguir me he detenido en seco, sin saber a dónde voy se acaba la senda, los pasos se frenan la histeria llega a mis raíces y dueles a pesar de todo; dueles sé que no existes para mi mañana que has sido una sonrisa en medio del caos que decidió huir de mí, que eligió vivir acá todo es destruido, todo es maldecido todo de a poco desaparece, mi don convierte lo que toca en putrefacto lo corrompe, le hace daño,
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¿Quién querría de eso algo? obligarse al olvido, arrojarse a la demencia el retorno a sí mismo, volando la cabeza tú mi eudaimonia aristotélica, mi plan de vida la explosión que proyecta, crea y se manifiesta mi llano, mi desierto, mi selva, mi pantano mi salar, mi destino pardo, mi suerte, mi desdicha ¿Cómo odiarte, si aún te amo?
Y mientras tanto dueles, dueles en lo más profundo del entendimiento dueles desde lo más superfluo de la razón desde la superficialidad de las emociones dueles, tanto que, es poco lo que puedo describir la simplicidad de unas palabras la complejidad de la vida y mi no existencia.
AJRR, Adriana Rodríguez (1984) H Matamoros, Tamaulipas; México Ha participado en eventos de poesía local, virtuales y programas literarios de revistas digitales Colaborando en diversas antologías Publicado narrativa en diferentes revistas digitales Integrante del grupo Hacedores de fuego de la casa del Poeta Reino Unido, activista de paz IFLAC World México. Autora del libro Pesadillas Crónicas de los sueños.
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EL OTRO YO ESCRITO POR:
JOSÉ ADAIR PRADO ZACARÍAS.
Sé que te estas cogiendo a otro. Lo sé porque él siempre te deja apestosa a vino, a su asqueroso perfume barato. También porque te vio la vecina dándole sus besotes en la escalera. Lo que tienes de pendeja lo tienes descarada. Yo sé que él te folla. Siempre pienso en él cuando te abrazo. Las veces que sumerjo mi rostro entre tus tetas siento que puedo olerlo.
Sé que humecta tus pezones con sus labios, derramándote su aroma a través de la saliva. Tus tetas huelen a su perfume que amarga el olfato. Me das asco porque sé que tienes todo tu cuerpo repleto de sus partículas muertas. Te deja los labios despintados, ocultas tus cabellos alborotados amarrándolos con el listón rojo que llevas, ¿piensas que yo no sé qué piensas en él? Me tomas por idiota.
¿Qué piensas? Últimamente has estado muy callado, no sé por qué me dices, me miras agarrada a mi torso, estamos en la cama.
Mientes, sabes por qué he sido así nada más que te haces pendeja
No tengo nada amor, estoy bien. tú igual has estado algo rara.
Pero sé por qué estas así. Sé que tu mirada se va y abandona este plano para tejerse a él, me doy cuenta en tus suspiros profundos, tu mirada distante.Te volteas al dormir, acaricio tu espalda, no respondes. Te quedas dormida, en toda la noche no volteas a verme. Te abrazo, suspiras, yo igual. Dormimos. En mi casa de Coyoacán llega la noche, se llena de oscuridad mi cuarto, sólo la soledad me cubre.
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Estamos en la cocina desayunando, no hemos hablado en toda la mañana a pesar de que estamos juntos Ya terminé, tú igual, te llevas los trastes al lavabo y los arrojas ahí, el estruendo me hace voltear, no te digo nada por azotar los trastes que yo pagué. No tengo ganas de pelear. Saco un tabaco. Te veo entrar al cuarto, azotar la puerta.
Desde que sé que ese güey te penetra yo tengo una furia animalesca. Por eso te araño las piernas. Te muerdo el cuello y cuando estoy penetrándote, con la sensación de mi pedazo de carne caliente dentro de tu vagina, me gusta ahorcarte. Amo sentir la propiedad de tu vida en mis manos. Te doy nalgadas, veo tu trasero hundirse por la fuerza de mi palma. Tu vagina chorrea sobre mi pierna. Gimes o gritas tal vez. Ahí sube la sangre a mi verga y se columpia en su punta Te jalo el cabello Te hundo mi erección en la garganta Eres podredumbre, lágrimas, saliva.
Él no lo hace así, te penetra con finura. Seguro hunde con timidez su verga. Gimes. A veces baja su lengua y continuas en éxtasis sintiendo en tu panza obesa la caricia de sus labios. Hace movimientos de lengua sugestivos en tu ombligo y te retuerces. Llega a tu monte de venus para dejar caer su lengua resbalando a tu prepucio, el imbécil no sabe dónde está tu clítoris, se va derecho a tu orificio vaginal. Entonces tienes que corregirlo y redireccionarlo. Gimes mientras hundes tus uñas entre su cabello. Estás bien húmeda. Mete su miembro. No sabe orientar la verga a los lugares correctos. Yo te destruyo Él quisiera construirte, pero te gusta que te destrocen
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Todas las noches dormimos uno alado del otro, pero no estás. Miro tu nuca recordando cuando me dabas tu rostro, alguna vez dormimos abrazados y sonriendo.
Sé que por las noches piensas en él, que hoy soñarás con su cuerpo. Un día de estos te la voy a voltear pinche Rocío: te voy a poner un papelito en la tanga sin que te des cuenta, después de tenerte. La nota dirá: “Al que se coje a mi mujer quisiera enterrarle un arma en la garganta, matarlo ahogándolo con ella, y que mientras lo asesino piense que lo mataré de un balazo Ni la certeza quiero concederle. Eso es poco para él. Quiero verlo ponerse morado, azul y blanco”. También he pensado en confesarte que lo sé cuándo estemos en la cama viendo la tele: “Ya lo sé”, te diría. “¿Qué sabes?”, me dirás. “Que te estás cogiendo a otro”. Anhelo ver como partes tu rostro por mi confesión. Sabrás que se te va a acabar tu billetera.
Me los imagino cuando me dices “Te amo”. Pienso en cuando están cogiendo. A veces me masturbo en el baño, con el vapor veo dibujarse sus cuerpos.
Debe llamarse Anthony. Es estudiante y un mantenido por sus padres. Todo su dinero lo desperdicia en moteles baratos Es más joven, unos veinte años menor que tú. Tiene un cuerpo atlético, usa gel Ego. Sus padres le prestan el coche y al menos no andas gastando dinero, ya sería el colmo. Seguro que todavía se depila. Cuando te la mete dura erecto más tiempo que yo, aunque se viene más rápido, se viene varias veces. Yo soy ritmos mal coordinados. Rocío, desde que te detesto te cojo mejor, sobre todo si pienso en ustedes. Mi desprecio lo eyaculo en tu interior. Me ha gustado cogerte casi arrancándote las lonjas, ennegreciendo tu dignidad a escupitajos y maltratos.
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Anthony te hace olvidar tu panza y tus tetas viejas. Llevo siete años contigo, tu cuerpo ha cambiado, lo veo cuando estás frente al espejo. Te he atrapado viendo tus fotos viejas. Me he dado cuenta que nunca fuiste la gran cosa. Estabas ya vieja y cansada a tus 18, cuando nos conocimos, en ese bar olvidado: llevabas una ombliguera, tu perforación en el ombligo me hacía perseguirte con la mirada. Te besaba. Te sostenía en mis manos tocando con delicadeza tu cintura, sentí que te partía Abrazarte hoy es estirar mis brazos sin lograr abrazar todo tu cuerpo. La perforación se cerró y yo abrazo tus lonjas, beso esas tetas caídas con las estrías que van hacía el pezón, el asco de tus piernas varicosas. Todo es pasado Rocío, pienso. Duermes alado de mí y contemplo tu nuca, estiro mi brazo sobre ti y te separas, agrietas el rostro en señal de disgusto, sueltas una queja. Me empujas. Te suelto.
Lo que no te ha cambiado, Rocío, es la mirada. Quizá ahora tengas unas venitas saltadas, pero tus ojos tiernos no se han desdibujado, incluso, si puedo asegurarlo, siguen igual. Tal vez ahora penetrados por una melancolía, pero esa inocencia aún la puedo ver. Es imposible no doblegarse ante un extraño enternecimiento cuando uno te mira esos ojos, Rocío Por eso te elegí, porque una mujer con esos ojos no puede más que guardar bondad, una mujer como tú no puede, no debe, ser una puta, con esos ojos transparentes proyectando a tu alma, ¿cómo, Rocío? Una mujer como tú con esa mirada debería ser canonizada con agua de los más puros valles. Ni siquiera te vistes como puta, no te exhibes como las zorras. Nadie te mira ni por asomo esas tetas más que yo y ahora Anthony. Tu panza rebota por sobre el cinturón, tus pelos anuncian canas y tu piel cada día saca más gruesos vellos. Ahí andas haciendo el ridículo, pinche Rocío. Me volteo, miro al techo, la pantalla plana frente a mí, las paredes tapizadas, el cuarto adornado de blanco, todo parece entonces tan falso.
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Me despiertas.
Oye, voy a ir a una reunión.
¿Hoy, domingo? -Te respondo apenas despabilando-
Sí, amor es que mi jefe iba a ir a una junta con Ramírez, pero se enfermó. Ahora tengo que ir yo, si no me matará. Si quieres traigo algo de cenar en la noche y festejamos, si todo sale bien.
Con cuidado te respondo .
Me arrastras tu ombligo caído en la panza, me besas y te vas, seguro a coger con él, a verte con tu Anthony. Yo digo que está muy pendejo por andarte cogiendo, con ese cuerpo venir a perder el tiempo con tus lonjas. No eres la única a la que se coje
Te coge por andar parándose de culo en su escuela, su preparatoria o universidad. Tiene sexo con otras que buscan descubrirse en su cuerpo, responder el único misterio: ¿Por qué se está cogiendo a una señora, que tiene de especial? “A lo mejor lo tiene grande” piensan, “tal vez sabe meterla rico”, nada de eso es cierto, lo sabemos tú y yo, Rocío. La verdad es que no tiene nada especial, tanto tú como yo sabemos que ardemos en ganas del pecado, pero no es tan fácil, cualquiera de nuestra edad aprovecharía las delicias de un jovencito, yo mismo he saboreado las delicias de las jovencitas cuando salen de la escuela. Cada vez las hacen mejores. Sé que a ti los jóvenes te miran todavía, Rocío, son tus tetas que no logras cubrir a pesar de siempre andar tapada, también tus ojos, eso debió gustarle de ti.
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Me estoy revolcando en la cama, no me he parado desde que saliste, me acuesto boca abajo y siento mi verga aplastarse contra el colchón. Me excito, me arrastro boca abajo como gusano en lodo. Me acerco a tu buró, ahí están tus calzones, re busco entre ellos. Antes tenías unos calzones negros preciosos que se acomodaban entre tus nalgas y se veían deliciosas, ya no los tienes. Ahora tienes calzones asquerosos, como el que es color beige que está hasta con manchas de tu vagina. Tu asqueroso flujo siempre me ha dado asco. Los reviso como virando al pasado, como si esos calzones se proyectaran directamente en tus viejas tangas que te acomodaban bien rico las nalgas, deliciosas, casi grotescas de tan grandes Me podrías matar de aplastarme con ellas, son más, mucho más grandes. Lo que más me gusta de ti son tus nalgas y tus ojos. Tan rica, mí Rocío.
Me doy cuenta de algo, tus calzones tienen pegadas gotas de eyaculación, una eyaculación pequeña y gruesa, evidente a los ojos. Entonces me acuesto de lado, me masturbo mientras miro tus trusas.
Anthony no te coge, te penetra lindo. Él tiene miedo, piensa que algún daño le puedes hacer. Obviamente se siente minimizado, también es un pendejo para el acto, si no fuera por su cara y cuerpo, que tanto te excita, jamás te lo hubieras vuelto a coger, ¿así, con esa calidad de sexo? Mejor seguías cogiendo conmigo. Por eso siempre piensas en sus cuadritos, sus piernas venudas, igual que en sus brazos, en su carita que exclama juventud, su cabello terso y existente. Te gustan sus pectorales, recorrer su cuerpo, montarlo y escuchar sus gemidos hasta que lo haces eyacular. Luego te sales, con la leche calientita en tu vagina y se la chupas, te dijo que nadie se la ha chupado.Lo miras conformada. Sabes que es cierto.
Me masturbo pensando en ese cuerpo tuyo. Alguna vez fui Anthony. Mi verga endurecida se sacude al ritmo de mis manos y miro los calzones. Un calor combinado con cosquilleo me sacude las venas. Mi semen cayendo en tu tanga Aplasto la mancha con mi mano hasta dejar tan embarrado mi semen, que parezca invisible. Estoy acalorado, respirando fuerte.
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Te odio Rocío.
Cuando llegas de verlo vienes feliz. A veces hasta me quieres coger de nuevo. No te preocupa arrastrarme en la boca tus labios con sus fluidos, ni tu vagina repleta de su saliva y látex Llegaste de noche, ebria, aventando los zapatos, por eso me desperté.
—¿Qué hora es?
La una. -Contestaste.
Te hubieras quedado y lanzo una mirada de padre a punto de regañar vienes peda, ¿verdad?
No, para… Bruh… exhalaste un eructo, jalas aire para recuperar tu aliento, te sostienes en el marco de la puerta nada
Ya ven a acostarte.
Todavía cuando te acuestas a mi lado siento mucho amor, o confort. Te amo, Rocío.
Amor, sabemos que Anthony es una etapa. Yo también he llegado a hastiarme de tu cuerpo. Te abrazo, antes de cerrar los ojos veo el celular en tu buró, tú nunca dejas el celular así. Te veo, me excitas. Hueles a otro, te beso el cuello, te arrastro la verga en el culo, paso mi mano por tus pezones. Me tomas la mano Ahorita no quiero coger Me volteo Miro ese techo blanco, el completo vacío. Me quede dormido un tiempo, no sé cuánto.
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No niegues tu talento, no niegues tu inspiración...
Nosotros te apoyamos...
Paramásinformacióncomunícateconnosotros,resolveremostodas
tusdudas:2212590995.
Abro los ojos, miro el celular, son las tres de la mañana. Tú igual despiertas:
¿Qué hora son? preguntas.
Las tres.
Y suspiras con profundidad.
¿En serio?
Ash, enserio.
Desbloqueas tu celular y lo miras
Sí, son las 3:00 am, 3:01 para ser exactos.
Te dije.
Entonces te levantas, apresurada huyes al baño, y tras la puerta se encierra el ruido de tus arcadas, luego el de tu interior arrojado en el baño. Volteo a ver el celular, está prendido y desbloqueado. Tomo el celular entre mis manos, ese santo grial perseguido. Mi corazón late fuerte y a penas me permite escuchar tu vómito cayendo. Voy a tus mensajes, él primero es uno de él “me la pasé muy bien”, te dice, y tú no le has contestado, lo dejaste en visto.
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A ver en mensajes anteriores: “¿Llegaste bien a tu casa?”, te dice. “Aún no llego, voy en el Uber, pero todo bien”, respondes. “¿Cuándo nos volveremos a ver?”, Suplica. “El jueves, te veo. Aquí en el depa.” Anthony ¿Sabrá que yo te pago este departamento? Te pago el celular que usas para escribirle, la ropa que te desviste. Luego tipea: “¿Ahí dónde he ido?” “Sí”, le contestas. El siguiente mensaje es ese último: “Me la pasé muy bien”. Has dejado de vomitar, salgo del chat y apago el teléfono con premura. Me hago el modorro. Regresas a la cama unos minutos después. Apenas te acuestas alado mío me pregunto ¿por qué no vi quién era? Dormimos y te abrazo, pero me arrojas la mano a un lado.
Te despertaste a las 7:00 con tu rostro acabado, temblando de frío y palidecida, bajaste a la sala y sacaste un suero del refrigerador, lo bebiste. Tragaste pastillas para la acidez.
Se me hace tarde me dices corriendo y visiblemente deshecha, saliste de bañarte y te vestiste, me diste un beso escuálido y corto, te fuiste.
El trabajo me ha tenido como ausente a pesar de que estoy ahí. ¡Por qué no me dejas en paz, Rocío! En la oficina no he hecho nada; he pospuesto todo lo que tengo por hacer para pensar en ti, también pienso en Anthony, en cómo se burla de mí A veces hasta el que me vean me hace sentir reducido, en la oficina nadie sabe, que yo sepa, pero no dejo de sentir que se burlan a mis espaldas: “pendejo” deben estar pensando mientras paso. “El cornudo de la oficina”, debe ser mi apodo.
Quién sabe cuánto llevan saliendo, ¿qué tiempo llevas gozando a tu Anthony? chupándole su energía como me hiciste a mí. Puta Rocío.
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Así son todas las viejas un día están contigo y luego adiós. He visto hombres delirando por ustedes, mujeres, por su hambre de dolor ajeno. Pinches viejas. Pero yo sé que sólo debo afrontarte basta con decirte que lo dejes. Con eso, con mostrarme como soy. Eres es mía, de mi territorio, no te va a arrebatar de mí ningún pendejo.
Más tarde no puedo más, tengo una junta con ventas en treinta minutos, pero después me largo, qué importa que me despidan. Cuando te deje en la calle ni voy a gastar. Pinche depa en Coyoacán para qué, ¿para esas mamadas?
Termina la reunión y me largo de la oficina. El día lo pasé dando un paseo por toda la ciudad. Voy pasando uno por uno todos los lugares en el carro, la gente me mira, siento que tengo cara de imbécil, de engañado. Ando por la vida con mi cara de pendejo por tu culpa, Rocío. El viaje en auto resultó una epifanía, voy a atraparte cogiéndotelo, y mínimo les toca una putiza a los dos, aunque ese güey esté más chamaco.
Es jueves, en la semana al menos te pude dar tus cogidas de despedida, el martes y el lunes, ayer ya no quisiste. Quién sabe por qué, aaaaah sí, porque estabas cargando todo tu lívido para cogértelo de nuevo, para cogértelo en grande ¿No, Rocío? El último día para hacer tus estupideces. El día para hacer que Anthony riegue su orina, suplicando que yo lo deje vivir. Tú volviendo a mis brazos, acariciando mi pecho. Mientras él suplica nos daremos un beso apasionado. Él llorará y yo ardiendo en el placer de despojarlo de su dignidad.
No vas a ir a trabajar? dices ya es tarde.
Sí, ya voy.
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Abro los ojos y estas cepillando tu cabello húmedo, a punto ya de irte. Me das ese beso indiferente de cada día y te desapareces. Entonces me levanto. Hablo a la oficina, mi mujer está enferma, les digo, pues sí lo está: de traición. Me visto, y tomo mis cosas, estoy listo para tu gran día, amor.
Al salir tomé mi arma, determiné ponerle el arma en la boca, pero no tengo un arma de fuego entonces agarré el cuchillo de cocina, era suficiente, no le voy a rajar la garganta simplemente le voy a dar el cague de su vida al morrito hijo de puta.
Salgo de casa, paso el resto del día vagando en el auto. A las 4:00 llegas de trabajar, a las tres y media me estaciono en una calle después de la nuestra. Voy caminando en la esquina, desde ahí veo la casa, debes llegar por el otro lado. Por ahí llegas, te trae ese güey en un Chevy destartalado. Se estaciona frente al zaguán. Sales del coche sonriendo. Sacas las llaves. Se mete en el estacionamiento, lo esperas, suben. Entro detrás de ustedes, los alcanzo corriendo. Todavía alcancé a oír sus pasos por las escaleras, sus risas de complicidad Subo despacio, evitando el ruido detrás de ustedes Escucho cómo abren la puerta y la cierran. Espero un momento. Luego sigo subiendo, llego por fin a nuestra puerta y la abro, apenas moviendo la mano, abriendo, y cerrando con el procurar de no hacer ruido. La sala está silenciosa, el único ruido que surge es de ustedes. La música está a todo volumen desde nuestro cuarto y avanzo, poco a poco a la puerta.
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Comienzo a abrir, siento el resbalón de la chapa ocultarse tras la caja, de a poco, hasta que llega su tope. El corazón me rebota en el pecho y todo me da vueltas, las manos me tiemblan y sudan al punto en que dejo una especie de sudor caliente en el picaporte pero, al cabo de una lucha conmigo mismo, por fin me determiné a empujar la puerta milimétricamente para abrir y ahí están.
No es un Anthony. Es un juan cualquiera, tiene un bigote hirsuto tanto o más prominente que el mío, es chaparro, panzón y moreno. Aunque sí es romántico, se lo hace lento. Sus movimientos, a pesar de parecer de mi edad, son bastante buenos. Ustedes cogen de manera extraordinaria, él te hace mover de maneras impensadas. Tus lonjas saltan de un lado a otro, se mueven a conveniencia. Gritas de placer mientras él también lo hace y te dice que te ama, con la verga bien erecta, como la mía mientras veo esto. No me importa el cuchillo y prefiero unirme. Me acaricio la verga. Pasados los minutos ustedes siguen en su delicia y yo frotando mi verga. Arqueaste la espalda. Gimió. Llegué a mi clímax. Te viniste. Mi eyaculación cayó en la puerta
Entonces se detuvieron y yo seguí gimiendo. Saliste, Rocío, me dijiste que soy un pervertido, un asqueroso, un repulso. Intento hacer que te relajes, ¡pero no te calmas!El Juan cualquiera está en la cama mirándome con furia.
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Tal vez lo mejor es que estes con otras personas siempre y cuando me lo digas, de verdad que no estoy molesto, estoy alegre. Ha sido lo más delicioso que he sentido en mi vida. No miento. Sonrío, en realidad estoy feliz.
Me miras con una sonrisa apenas esbozada. Me besas. Cierro los ojos. Te beso acariciándome la verga; imaginando el futuro que vamos a tener juntos. Entonces te detienes, busco tus labios, no los encuentro. No te entiendo. Me abrazas muy fuerte. Beso tu cabeza. Me miran tus bellos ojos para decir:
¡Estas enfermo, Gabriel, ya no te quiero, lárgate, déjanos en paz!
José Adair Prado Zacarías (24 años) Nezahualcóyotl, México Estudia en la UACM, la carrera de Creación Literaria, sexto semestre Ha colaborado con las revistas Katabasis, Primera Página, Resiliencia y en el libro digital “Relatos de Cuarentena 2” publicado por Editorial Tres Nubes y la UANL.
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LUSCINIA (QUINTO ACTO)
ESCRITO POR:
ELI ESCOBEDO GLEZ.
ro Tus ojos maquillaste con su luz Perfumaste tu boca en su lámpara y su lámpara, lámpara de la eternidad, quedó prendida, atada al telar de las noches, al peine de los cielos Disfrazaste de aplausos la tragedia del mundo Cantaste la alegría
Tu boca, a luz, dio a las orquestas y un lánguido mimo, mutis por el foro, te miró tras bambalinas mudo y al espejo, detrás de ese antifaz que ofrece tu mundo Luscinia, la función terminará en un par de actos y tú no apareces
Te he buscado en cada escena, en cada cuadro, en cada foso donde anidan las cadenas de Segismundo, en cada una de las calias y en cada dida de tu amor.
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y bajo ese telón quedé solo, malbuscándote, entre el guion de las máscaras, bajo la cortina de los espejos, desde la función de las sombras que el Poeta soñó vida…
Eli Abraham Escobedo González (Ciudad de México). Profesor de Lengua y Literatura, poeta y booktuber. Tiene un canal de Youtube (DeLibros EliEs) y una página de Facebook (con el mismo nombre) donde hablo de obras clásicas con un tono coloquial. Es licenciado en Letras Hispánicas y actualmente estudia el posgrado de Especialización de la literatura mexicana del siglo XX Es director y coeditor de la revista literaria El Gorrión Ahorcado, donde publicamos a artistas nuevos que buscan un lugar donde divulgar sus escritos y sus ilustraciones
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FUNDIDO DE AMOR
ESCRITO POR:
YESSIKA MARÍA RENGIFO CASTILLO
Entre los recuerdos que alumbran mis ojos en la primavera del ayer
que se robó mi calma con el roce de sus manos.
En los besos que fundieron mi corazón en juegos del sol entre caricias que danzan en mi cuerpo con melodías de un por siempre.
En su aliento que es himno de mi vida fundido de amor en ella que es mis días.
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Yessika María Rengifo Castillo
Poeta, narradora, articulista, e investigadora Docente, colombiana Licenciada en Humanidades y Lengua Castellana, especialista en Infancia, Cultura y Desarrollo, y Magister en Infancia y Cultura de la Universidad Distrital Francisco José De Caldas, Bogotá, Colombia. Desde niña ha sido una apasionada por los procesos de lecto- escritura, ha publicado para las revistas Infancias Imágenes, Plumilla Educativa, Escribanía, entre otras Autora del poemario: Palabras en la distancia (2015), los libros El silencio y otras historias, y Luciana y algo más que contar, etc.
Redes sociales: Facebook: Jessi Porque Rengifo Rengifo
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CORNUCOPIA ESCRITO POR: HÉCTOR OLIVERA
Era de los pocos detectives honrados que quedaban en la ciudad, así me lo aseguraron. Le encargué que siguiera a mi esposa para averiguar si me era infiel Salidas a horas extrañas, respuestas evasivas, embustes rotundos y mucho desamor, alimentaban mis sospechas.
Al mes, el sabueso ya tenía las pruebas: mi testa estaba libre de cornamenta. Ella pertenecía a un grupo de activistas que ayudaban a los inmigrantes que franqueaban ilegalmente las fronteras de mi país. Su clandestinidad tenía por objetivo evitar que se hiciera pública su participación en el acogimiento para no perjudicar mi carrera de político derechista y xenófobo. Me disgustó que me ocultara sus actividades, así como su deslealtad política, pero respiré aliviado al saber que no había relación adúltera de por medio. Estaba a salvo de los tan temidos cuernos.
Un día, en que regresé a casa antes de lo previsto, sorprendí a mi esposa en la cama con dos amantes: el honrado detective que había contratado y otro señor de piel muy negra.
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Héctor Daniel Olivera Campos (Barcelona, España, 1965).
Escritor, apasionado de la literatura y de la historia, cultiva la narrativa de forma regular desde hace más de una década.
Autor de la novela “El equívoco (El Evangelio según Judas de Nazaret)”
Ganador del primer premio en los siguientes certámenes literarios: I Concurso de Microrrelatos ELACT Cartagena (2013); Cibercertamen literario Hypatia de Alejandría de literatura breve en su quinta y novena edición (2013) y (2017); III Certamen de Microrrelatos de historia “Francisco Gijón” (2015); XI Premio Saigón de Literatura (2017); XV Premio de Relato Corto “El coloquio de los perros” (2017); I Certamen de relato corto “Té Cuento” (2018); IV Certamen de cuentos de Ultramar (2018); XIV Concurso de Relatos de Viaje Moleskin (2019); III Concurso de Relato Hiperbreve “Qué no nos jodan la vida” (2020); IX concurso de microrrelatos Ribera Sacra-Parada de Sil (2021). I Concurso “Akelarre” (2021). También ha obtenido el segundo puesto en el XVI Premio Orola de Vivencias (2022). Finalista en numerosos certámenes. Ha publicado relatos en diversas antologías y en revistas literarias de España, Latinoamérica, Eslovenia, Israel y Estados Unidos.
Blog del autor “Objetos perdidos”: http://hectoroliveracampos blogspot com
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VERSOS ANGELADOS:
ESA LUZ
QUE ME COMPRENDE
ESCRITO POR: CLAUDIA FLORES ESPINOSA.
En el principio era el verso y el verso eras tú; para mi mejor amigo
Él es un poema que traje de otro sueño vestía de negro y yo de verso transparente. Él era la palabra impresa entre mi hoja blanca extensión de mi voz de mi carne, explosión de mi llanto en la almohada Lo recuerdo recostado con un libro pasando página allí haciendo estampa en mi memoria y es que él era muy así; siempre pasando página. Hoy sé que es esa luz que me comprende la que con ojos buenos ilumina mi palabra.
Andrés Bribiesca de la Cruz
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VERSOS ANGELADOS:VISITACIÓN DE SU ESPÍRITU
Y yo que hasta ayer solo fui una holgazana y hoy soy la guardiana de sus sueños de amor lo quiero a morir…
Por las noches me acerco a tu canción y me pongo de cabeza para no llorar Me han preguntado cómo partiste y yo no quiero decirles nada. El gato negro de tus manos se escapó por la ventana y aún maúlla al centro de mi habitación.
Enciendo para ti un incienso y significa que te extraño al abrir un libro veo tu cara.
Antes de ti yo hablaba poco con Dio ahora le consulto a diario porque deseo ser alcanzada por un poco de tu devoción.
Antes de ti yo escribía muy poco ahora escribo más vivamente como si fuera nuestra vía de comunicación.
Ahora que lo pienso bien: me ensañaste a pintar transparente el dolor.
Je l'aime à mourir de Francis Cabrel.
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VERSOS ANGELADOS:UN GRAVE POEMA
"Nos dimos un verso y nos metimos en un grave poema "
Congreguémonos en la palabra nunca muramos, te ruego; te dejaré mi palabra latiendo mi libro esperando en la banca. Encriptado entre papel y pastas junto al librero está mi corazón aprendiendo. En el milagro súbito de los celestes cuerpos nuestros ojos yacen abrazados para siempre no me alcanza la dulzura de nombrarte con el cielo no me cabe la ternura de extrañarte al alba. Tu mirada es el vértigo de mi último recuerdo nuestra luz que floreció en un aula donde no recuerdo ya tu última palabra. Me duele el duelo del pasillo largo, el del salón desierto, el del jardín de las delicias, vayámonos de aquí leyéndonos, saltémonos las clases de llorar a solas, abrásame entre hora y hora, encontrémonos deprisa. Intelectual y eufórico fuiste mis primeros versos Ahora solo espero a ti volver, para cuidarte.
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Claudia Flores Espinosa (Querétaro, 1990) docente, mística y escritora Mexicana radicada en Querétaro. Mujer de corazón orante y verso crístico. Dama introvertida y persona altamente sensible. Bohemia y trovadora. Heterosexual y romántica. Defensora de las neuro-diversidades y las diversidades lingüísticas y sexuales. Elegante y profunda. Orgullosa de su cuerpo como eco-santuario. Amiga de sus amigos. Cosmopolita, clarividente y de barrio. Amante de los libros, la moda consciente y la perfumería. Neko maid, bailarina de K-pop y devota del pole-dance. Fiel defensora de la vida, la naturaleza y la lealtad Feminista, optimística y activista social Amén
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PIZZA CHICA HAWAIANA ESCRITO POR:
JOSÉ BORGES.
Ahora que estoy viendo nuestras antiguas fotos, de cuando éramos felices y no lo sabíamos, me doy cuenta de que un brillo diferente nos alumbraba el rostro. Esos jóvenes enamorados ya no existen hoy.
Hace dos noches soñé contigo, Chata. Soñé que llegabas a la casa y que todo era como antes: saludabas a mamá y te quedabas un rato platicando, mientras yo arreglaba un poco el cuarto. Después subíamos y nos acostábamos a platicar sobre cosas insignificantes. Soñé también con tu cuerpo y con el olor de tus senos. Sólo ahora me doy cuenta de que podré estar con mil mujeres parecidas a ti, pero ninguna como tú. Quizá fui un tonto. Pero es imposible el retorno, lo sabes y lo sé, así que esta divagación no tiene otro fin que el de hacerme daño.
Ahora que comienzo a acostumbrarme a la vida sin ti, se me hace duro pensar en las cosas que te pude haber dicho y no te dije. El “hubiera” se apodera de mí hasta dejarme debajo de una frondosa nube gris de culpa y remordimiento. Me pongo a divagar con gran dolor que si hubiera sido un mejor novio nada de esto hubiera pasado.
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Ahora mismo te extraño. Te extraño en este preciso momento en que escribo estas palabras, lunes 8 de junio del 2020 a las 8: 25 de la mañana. Quizá te estés durmiendo en clases o platiques con tus amigas, algo deberías estar haciendo en este preciso momento en el que yo lamento haberte perdido. No estoy seguro si tú piensas en mí, pero, a decir verdad, quisiera que no. Es mejor que me olvides lo más pronto posible. Estamos colocados en una cuerda floja, como dice Bunbury: “la soledad de dos amantes que al dejarse están luchando cada quien por no encontrarse” No sé tú, pero yo te recuerdo a cada cien pasos que doy. Te veo en la enfermera que camina desprevenida frente al hospital, en aquella muchacha de anchas espaldas que camina a lo lejos, te veo en mis sueños y en todos los recuerdos que no puedo borrar. Quizá si te veo con otro me sea más fácil desprenderme de ti, así pondré los pies en la tierra y reconoceré que tú ya estas curando las heridas del pasado. Pues a pesar de repetírmelo a cada momento y abstraerme al respecto, hay una parte de mí que no acepta que tú ya no existes en mi realidad. Uno de los recuerdos que me ha estado invadiendo incansablemente la memoria es el de la última vez que tuvimos sexo
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Este tiempo de soledad me ha servido para reflexionar acerca de la validez de uno mismo. ¿Quién soy? ¿Seré este ser repleto de obligaciones y sueños vanos? Antes solía pensarme como una dualidad. Yo y la Chata. Es decir, si pensaba por ejemplo en ir al mirador turístico, una parte de mí pensaba en ir con la Chata. Si me imaginaba mi futuro hogar la Chata tenía que estar ahíforzosamente, porque yo me había fundido tanto con esa persona que no me imaginaba haciendo cualquier cosa sin su compañía. Soy un desamparado. Sin la Chata caí igual que caen las gotas de lluvia del umbral de la ventana Ahora solo soy Borges, así a secas. Ya no ese Borges novio de la Chata de hace un mes.
Lo más difícil es ir a trabajar. Estaba tan acostumbrado a recibir tu mensaje de “que tengas un excelente día” que ahora camino con un vacío en el pecho, con la extraña sensación de que me falta algo. Se me hace un nudo en la garganta cuando paso por el parque por el que tantas veces nos quedamos hasta tarde platicando. Yo no sé si tu pienses en eso, pero yo recuerdo mucho el día que me fuiste a visitar a mi trabajo y me llevaste una pizza chica hawaiana para almorzar Comimos juntos y después te despediste. Esa misma noche te fui a ver y nos desvelamos viendo la de Sherk. Hicimos el amor acostados en el piso, tapaditos nada más con una sábana. Recuerdo que ese día prometimos que por muy mal que estuviéramos siempre encontraríamos la forma de hacer las paces. ¿Te acuerdas?
José Guadalupe Borges Aguilar (24 años).Ciudad del Carmen, Campeche. Actualmente cursa la carrera de ciencias de la educación. Autor de cuentos cortos que ha publicado en diferentes medios digitales. Ha participado en concursos de poesía y cuento a nivel regional
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ESCRITO POR: ALLEN
Dame dos botellas, una para la noche, otra para la alborada.
Dos botellas de autoestima, una para quien se fue, otra para quien vino Ábrelas y llena dos copas, una para sanar el dolor, otra para recordar lo vivido.
Dos copas de valor, una para reír sin miedo, otra para llorar sin pudor.
Dame dos tragos de motivos, uno para quererme más, otro para buscar olvido.
Dame dos besos, uno para ti, otro para mí.
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María de Jesús Mora Delgado (1993). Escribe poesía bajo el seudónimo Allen. Guadalajara, Jalisco, México. Licenciada en Letras Hispánicas por la Universidad de Guadalajara. Por algún tiempo formó parte de La exquisita ignorancia radio, en la cual hizo labor de prensa, publicando algunas notas. Actualmente es columnista de la Revista Engarce en la sección deportiva llamada "De la patada" y ha publicado algunos textos, tanto en Engarce como en otras revistas como Revista Sangría y Revista Literaria Luna.
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OFRENDA AL AMO DEL SOL
ESCRITO POR:
YURAIMA TRUJILLO CONCEPCIÓN.
Si tú me dices ven te ofrezco mis senos murallas, -con resquicios oxidados-, anémicas cicatrices de remotas guerras. Ven y usurpa la boca pérfida, oscura con sabor al polvo de las noches de Arabia o a incienso de vetustos aguaceros. Sobre tu muslo dejo mi lengua: serpiente que se desliza y penetra y daña...y adormece. Te abro el corazón de mi entrepiernas por si tienes antojos, caprichos insospechados, selvas y manantiales hay en ella.
Te ofrezco todo, si tú me dices ven.
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YO MORÍ EN OCTUBRE
A mí me cosieron la boca una tarde de octubre. La aguja rompió la piel contra la herida el hilo ceñido a su ojo unió ambos labios y en un intento final de parir primaveras, gotas de sangre tiñeron las hojas del otoño. Después vino la noche con un cendal de pecas sobre su tez negra y la media luna adornándole el cabello. El enterrador silbó una tonada triste de gaviotas sin mares, de una copa tardía en aquel bar lejano, de mi sangre pariendo primaveras sobre las hojas del otoño, el hilo, la aguja...
A mí me cosieron la boca una tarde de octubre.
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Yuraima Trujillo Concepción (1986).
Tiene publicado los libros La Noche es una Mujer (Cuentos eróticos- 2007) y La niña de la casa grande (infantil-2012) Ambos ejemplares editados por la Editorial San López, de Las Tunas Ha obtenido el premio nacional Mundo Marino 2008 con el cuento “La Carta”; Mención en cuento para niños en el Concurso Carmen Rubio 2022, Mención de Honor en el 79 Certamen Internacional de Poesía y Narrativa “Camino de Palabras”; Premio y Mención con poema y cuento, respectivamente, en el “l Concurso Pasos de Océanos”
Desde el año 2005 escribe para la Radio guiones que han salido al aire en Radio Maboas (Amancio), Radio Morón y Radio Cadena Agramonte (Camagüey)
Hasta la fecha tiene terminados e inéditos los libros de cuentos: “El rojo de la tarde”; “Las Bocas de la Noche” y la noveleta infantil “La voz callada del Viento”. Pertenece al grupo literario camagüeyano: “La Rueda Dentada”.
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EL DIOS AMOR ESCRITO POR:
JUAN DE DIOS MAYA AVILA.
El Dios Amor es un demonio inclemente, sordo, rojo, sangriento, hematófago, ciego, brutal, bestial, asesino, agrio, inclemente, lascivo castrado, saetario, silvestre, pánico, ebrio, deicida, destripador, voraz, uranio, pandemónico, pedestre, pederasta, adicto, obseso, poseso, violento, estuprador, mentiroso, mitómano, perro, mula, rencoroso, vengativo, memorioso, tentador, instigador, apóstata, pueril anciano, príapo enfermo, podrida vulva, ano omnipresente, enano (por eso está más cerca del infierno), esfera deforme, dios aborrecido por dioses, demonio aborrecido por demonios, despojo que aborrece despojos, miel que se pudre, ángel que repta, yaga, vergüenza, maloliente, enfermedad agónica sin muerte, al que por si fuera poco le excita la tortura y su lugar predilecto para practicarla son los sueños.
Juan de Dios Maya Avila (Tepotzotlán, 1980) Becario de la Fundación para las Letras Mexicanas, del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico. Ganó el Concurso Internacional de Cuento, Mito y Leyenda Andrés Henestrosa 2012 y el Concurso Latinoamericano de Cuento Edmundo Valadés 2019. Ha publicado los libros La venganza de los aztecas (mitos y profecías) (traducido parcialmente por la Texas A&M International), Soboma y Gonorra (Resistencia, 2018), El Jorobado de Tepotzotlán (Literatelia, 2020) y La Serpiente y el Manzano (Paserios, 2021). Actualmente es titular de la columna de entrevistas Canaimera en la revista hispanoamericana El Camaleón Su obra ha sido traducida al inglés, esloveno y otomí
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A SINAÍ
ETZATLÁN ESCRITO POR: JOSÉ BAROJA.
«Siempre que odio y amor compiten, es el amor el que vence.»
Esta historia comienza con un abrazo que nunca termina, un abrazo que se convirtió en tradición entre la generosa gente de Etzatlán; un perfecto y cándido cariño entre amantes, añadiré, consumado en la plaza de armas de la ciudad; un hito que se repitió una y otra vez desde aquel lejano 31 de diciembre, hasta que todos acabaron por entenderlo como una parte indispensable del festejo de cada Año Nuevo; incluso hubo quien afirmó que de no ocurrir dicho evento, existía la posibilidad cierta y terrible de que enero nunca arribara, pues la Luna, celosa de esta historia, se detendría forzosamente al no encontrarlos allí, y el Sol, el Sol no aparecería jamás. Lo mismo podríamos decir acerca de ese beso prolongado que siempre lo seguía, como si uno y otro fueran parte de una misma promesa. Y quizás lo fueran, ya que allí en Etzatlán, cuando esos dos amantes se encontraban, el frío de invierno no importaba más y, necesariamente, la ciudad se transformaba en el centro del mundo; centro del mundo que comenzaba en ella y terminaba en él; centro del mundo que empezaba en él y concluía en ella.
Pedro Calderón de la Barca
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No obstante, antes de que ese abrazo y ese beso se constituyeran como los pilares definitivos de esta historia, hubo una primera vez, una en que el amor de esas dos almas, reencontrándose acaso después de cuántas vidas, terminó siendo más fuerte que todos los prejuicios que ya arrastraban acerca de lo que significa amar En efecto, esa medianoche, después de solo unos cuantos días de sonrisas bobas, ideas futuras y sospechas muchas acerca de algo más grande que ellos mismos conjugándose en sus corazones, se descubrieron desnudos bajo las luces de una ciudad que esa jornada bien habría podido convertirse en el faro de todo México. En Etzatlán, en el ahora centro del Mundo, ambos se miraron como solo lo habían insinuado los días previos; luego se abrazaron como si no quisieran jamás soltarse, al tiempo que se desprendían de todos sus miedos solo para, finalmente, besarse, besarse hasta concebirse uno en el otro; momento preciso en que un «sí, acepto», sin iglesias, sin coros, sin gente, sin familia, sin juicios, se deslizó como real: la poesía se hizo real Por supuesto, ambos amantes no sabían que al año siguiente regresarían; y al siguiente, y al siguiente también.
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Con el pasar del tiempo, el relato corrió como el canto de un juglar a través de todo México, país que rápido comprendió que el centro del mundo estaba allí, no en New York; allí, en medio de esa plaza hermosamente iluminada en espera de un año que seguiría ofrendándose al amor o no sería. Tal fue la fama que esta historia alcanzó, que, cada 31 de diciembre, muchos enamorados comenzaron a visitar Etzatlán, con la esperanza de renovar sus votos junto a esa pareja que, año tras año, se regocijaba en medio de miradas que reconocían en ellos la genuina eternidad. Por eso, el ayuntamiento, temeroso de que a la muerte de los amantes la Luna y Sol dejaran de renovar sus propios votos con nosotros, decidió instalar una bella escultura en medio de la todavía famosa plaza de armas, escultura en la que se revelaba a la pareja de amantes renovando a perpetuidad su amor en un abrazo y un beso que se prolongaba en el fino mármol; un abrazo y un beso nacidos en el centro del mundo; centro del mundo que comenzaba en él y terminaba en ella; centro del mundo que iniciaba en ella y concluía en él; centro del mundo donde la muerte ya no tenía cabida; Etzatlán, al fin y al cabo.
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JOSÉ BAROJA NACIÓ EN VALDIVIA, CHILE, EN 1983. Egresado de la Pontificia Universidad Católica de Chile, posee los grados de Licenciado y Magíster en Letras. Es cofundador de Audacia Editorial®, en México, y de la Revista Literaria Sudras y Parias®, cofundada en Lebu, Chile. Entre sus últimas obras destacan El curioso caso de la sombra que murió como un recuerdo (Barcelona, 2018), Cuentos Reunidos-Antología Breve (Mendoza, 2019), El lado oscuro de la sombra y otros ladridos (Lima, 2020) y No fue un catorce de febrero y otros cuentos (Barcelona, 2021) Hoy reside en Guadalajara, México
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GRACIAS IZAZAGA ESCRITO POR:
Bajé de la moto, me quité el casco y miré a la chica que me gustaba de la facultad, estar con su pareja, yo no lo sabía, ella no sabía que mi alma llamaba su alma tiernamente, y sin querer, me partieron el corazón dos inocentes, dos entes libres de amar, roto me puse de vuelta el casco y monté la moto como se monta la desesperanza. Encendí la ingeniería, un rugido tierno en mi cien, me dispuse a irme, un hombre sin rumbo ni directiva, sólo irme, ser una bala de cañón a 150 kilómetros por hora, siempre esquivando autos, siempre esquivando problemas, 7:00pm horario perfecto para un corazón roto, la ciudad se me hacía chica, la chica rondaba por mi mente y decidí olvidarla, el olvido cobró factura fuertemente, me dió hambre, ya estaba yo cerca de Ceylán, cerca de un punto muerto, y una luz 9:30pm iluminó levemente, quise esquivarlo, pero ya era tarde,
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ROLC
Medidas Drásticas en mi oído, era un puesto de Hamburguesas, carbón en mi olfato locura en el olvido, Ceylán me cuidaba, yo no cuidaba a nadie, bajé de la moto, cierto nerviosismo me condensaba, mis colmillos pedían venganza, comí molesto y roto, después lento y redentor, a mi izquierda un can olfateaba mi bota, can mínimo, lamía la catsup y me causaba una ternura simple, quien jalaba de la cadena me miró extrañada, mujer, otra flor de loto, la invité a ella y a su can una hamburguesa, ella se comió las dos, me dijo que era venganza porque su can, Izazaga (nombre interesante), había roto la bolsa de comida y el paraíso pasó por regaño, Ceylán me sonreía, un nuevo amanecer, 10:30pm, aquella mujer paseó conmigo e Izazaga, hablábamos de «París, Texas», un poema austero de desamor, mi locura gritó a su rostro que me habían roto el corazón un par de horas antes, ella me tomó tiernamente y me besó la mejilla, dijo que tenía que pasar y besó mi dolor, besó un rompecabezas, le agradecí el gesto y la acompañé a casa, buenas noches, buenas noches, jamás olvidaré su calle, jamás olvidaré su presencia, nunca le pregunté su nombre, Izazaga atestiguó, aquella noche, la desesperanza me supo a esperanza, Ceylán y el pavimento mojado, llegar noche a casa, recostarse en cama y antes de dormir, reír un poco, llorar un poco, pero sobre todo darme cuenta, qué bueno que viví mi propio poema austero de desamor, gracias mujer, gracias Izazaga.
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CAMPOSANTO ESCRITO POR:
DAIMY DÍAZ LABORDA.
Bajo la sombra de un árbol miro el beso que transita desde la boca marchita a la eternidad del mármol. Descubro a través del gárgol de la madera deshecha
una quimera, y la fecha marcada de aquel adiós, cuando dibujaron dos ángeles, de piel maltrecha.
La parca anima el latido de la noche hasta lo innato, y se angustia el arrebato en los ocres del zumbido. Donde fragancia y prohibido se resignan a charlar, la muerte suele jugar ajedrez sin los arfiles y deshacer los perfiles que solemos dibujar.
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DAIMY DÍAZ LABORDA. Miembro de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba). Licenciada en Estudios Socioculturales. Egresada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Tiene publicados “La primera pandilla de pollos piratas” (Editorial Ácana 2009, D McPherson Editorial 2019), “Rosalía” (Editorial Ácana 2012), “Pelúa Pérez” (Editorial Ácana 2020) y “Duendes del domingo” (Editorial Primigenios 2020). Un cuento suyo fue seleccionado para la antología “Todo un cortejo caprichoso. Cien narradores cubanos” de Ediciones La Luz, 2011. Poemas de su autoría pueden encontrarse en el No. 20 de la Revista Literaria y Artística “Poetas por la paz y la libertad” de la UMPPL (Italia, Enero, 2023) Participa con tres poemas en la antología “Colibríes sobre Mares” en proceso de Edición
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HELVÉTICA ESCRITO POR: VICTOR AREVLO SÁNCHEZ.
Fue la impronta de errar lo que lo llevó a la locura. Era en principio un hombre que detenía sus lamentos, sumiéndolos en inmóviles cuerpos de agonía que traspasaban siempre a nuevos senderos. La presencia fue impropia sino antes de la llegada del telegrama que solicitaba la ayuda de su esposa frente a una disputa entre familias y enemigos. Marchó por la mañana cuando el sol deslumbró su rostro y sus labios Antes de viajar, ella le dirigió sus últimas palabras: «Sea bueno el tiempo y olvida todos los momentos que pasaste sin mí». Desapareció por las sombras, dejando la impugna a los amantes contrariados. Los caballos relincharon vaporosos mientras transportaban el carruaje, perdiéndose a la linde del bosque. Recordaría ese día de la despedida cuando el mirlo cantó o la marea acrecentó, como el viento que suspiraba en el oscilar soberano de la vida. Lejos de los villanos, entre columnas y fumarolas de fuego, esperó el último beso que aún no lo había acallado.
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El mal tiempo atacó con ráfagas de ira mientras el cielo oscureció su manto a un trágico nocturno abandono. Los días no volvieron a ser los mismos. Polvo, telarañas, pinturas moteadas, y óxido entre fríos barrotes eran suficiente para descomponer la casa que gravemente descuidaba. Recorrió los salones entre tanto la luna era su única acompañante. Las flores dejaron de crecer, marchitándose, arrugándose, perdiendo la viveza que las mantenía ciertas hasta caer por muerte al suelo. Libraban las lluvias sesgadas, admirándolas él detrás del ajimez, resbalando las gotas sobre el cristal, trazando rastros del rocío. El óculo desprendía el haz donde el hombre se detenía, mirando al ojo del incierto futuro que incumplía. Sabía con suma perfección del gasto andante que atemorizaba los sueños. Pero, incluso disgustando malos pensamientos, prefería aferrarse al mundo de los sueños antes que reconocer la realidad.
Las herbáceas pudieron decrecer mejor cuando las horas tardaban. No se arrepentía de la punición. Escribió sobre su vida, convirtiéndola en falaces delirios o en vacuas pesadillas. Resaltó la ausencia de inteligencia cuando fue demasiado tarde. En las lúgubres noches faltaba de dormir por la invasión del trinar de los búhos que ululaban el secreto de la muerte Rezaba ante la salvación, creyendo ser escuchado. ¿Era necesario algún sacrificio o alguna ofrenda con buenos tributos? Comenzó a dudar sobre su cordura. ¿Está era la realidad o sólo una fantasía? Oprimió la oscuridad, cerrando las cortinas, y se recluyó en la soledad. La noche transcurrió lentamente, oyéndose el romper de las ramas o el batir de los árboles. Todo sucumbía a sus espaldas, infiriendo que el objetivo del universo era envenenar su alma. El alba tardaba en regresar, siendo los astros testigos del sufrimiento. Imaginó que descendía al reino de las penumbras, donde una vez salió ciego, otra con la muerte marcada, y la última casi vivo pero loco.
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La luz de su amada, sin igual a otra luz, destinaba su vida, su sangre, su camino, su existencia, su esperanza, y su amor por ella. Nunca había yacido tan derrotado para merecer esto; aunque hubo zaga al tiempo cuando apostaba encajes femeninos y dinero por caridad desiderátum para ser un «hombre superior», jamás imaginó encontrar algo más valioso que lo anterior. La sonrisa pueril que resguarda sigilos indescifrables e incorpóreos inmemoriales. De alma pulcra, con corpóreo pudoroso de manso e intrigante tacto, el tesoro que mejor guardaba, más que sólo cuerpo, eran sus radiantes ojos. Aquella llama vivaz que calentaba las noches frías y helaba los días cálidos, que simbolizaba la alegría, la esperanza y los sueños de creer; aquella llama que prometió proteger hasta su sepulcro y que juró con corazón salvar de los desdichados cazadores de hartas guerras es la que un día fue a su presencia para concederle la posibilidad de respirar y rendirle la idea de vivir con él. Esa llama hizo que pensara que podía vivir con gran ilusión del amor. Todavía sostiene lo que aseveró. Inducido por los ruidos del infierno que oía con total falsedad, salió de las sombras para abrir los telones, descubriendo la tenue luz del día. Era la primera vez que observaba un alba tan bello que no hubiese sido con su amada. El aire cedió a la tranquilidad, donde la oscuridad se disipaba e irradiaba en la profundidad de la habitación.
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Pero no descansó la noche con insistente tempestad en volver con arcana bruma hacia el hombre que perturbó su juicio por largo tiempo. La oscuridad ascendió cuando el alba se escondió detrás del inerte linde. Las violentas ráfagas golpeaban el follaje de la naturaleza, acompañadas por diluvios que ahogaban las hierbas otoñales, dándole favor a la llegada al orbe invernal. El hombre, encerrado nuevamente en la habitación, mantuvo su alma allanada en las telas canas que perfilaban la locura de aquel que rezaba sin terminar. Perdió el último ápice que sostenía del juicio frente al cercano elogio de la locura. La visión del mundo caído ante sus ojos comenzó a transformar su realidad en fantasía, y su razón en mentira. Cuando desveló la mirada al altivo techo, vio todo el lugar curvado, destruido y devastado. Las paredes descubrían con ingenua veracidad el herrumbroso recrudecer que invadía la iracunda lluvia. Él, en terrible padecer, veía que la estadía empezaba a sumirse en la tierra por la engullida voracidad del mundo en atormentarlo. Al percatar esta falaz realidad, huyó por las puertas, pasando por los largos pasillos, hasta salir al exterior del sendero desolado. El agua del cielo nocturno abatía sobre su rostro, perjudicando más sus vetustos ojos.
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Miraba, con ineficaz pensar, luces ardientes que interpretó como un incendio que arrasaba todo el suelo forestal. Las luces, realmente provenientes de unos faroles, se acercaban al hombre gracias a unos caballos procedentes del lejano linde. Los estrepitosos causados por los galopes trastocaban la mente del hombre, ocasionando que creyera que el centro de la tierra despertaba para consumar la visión del juicio final Fue en ese momento en donde quedó dominado por la locura. Cuando aminoraron el avanzar los caballos, dentro del carruaje, en medio de la pluvia, una persona bajó y se acercó al miserable hombre que agonizaba por la completa insania: era su amada que finalmente regresó sólo para hallar a su gustoso esposo tendido en ideal demencia.
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GRACIAS POR AMARME Y DEJARME AMARTE ESCRITO POR: JUAN ROGELIO.
Nuestro paseo a la luz de la luna, mientras nuestras manos entrelazamos, y nuestros labios, calientes, juntamos, me hace feliz, como al bebé su cuna.
Nos da su luz el astro femenino, en tanto contempla nuestro inmenso amor; aun con brisa fría, tendremos calor, porque calentamos más que un buen vino.
Al juntarnos, somos más que felices: yo te doy mis caricias y mis besos; tú, sólo palabras bellas me dices.
Nosotros hacemos del amor arte, y esta noche decimos, mutuamente:
“Gracias por amarme y dejarme amarte”.
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Juan Rogelio ha publicado poesía en Legüera Cartonera; en Teresa Magazine; en Fanzine Parasitosis; Perro Negro de la Calle; La Letrina; Elipsis Revista; Los Demonios y los Días; Óclesis, Víctimas del Artificio; en la Red de Escritores y Escénicas Potosí; en Puerta Escarlata; en Revista Literaria Raíces; Maquina Combinatoria; Palabra Infinita; y El Creacionista. Varias de ellas fueron recitadas, por el locutor André Michel, en Spotify, para la colección #AudiosDeConsumo, del grupo Existencias; otra más por Gerardo María Giraldo Pérez, para la edición 22 del podcast El Buen Cruel; y una tercera por María Barcena, para el tercer episodio del podcast Noche de Terror VI, del programa Martes de Terror En narrativa, he colaborado en Caracola Magazine; en Perro Negro de la Calle; en Fanzine Parasitosis; Comunidad Tus Relatos; delatripa; Pandemic Society; en la revista Unión José Revueltas; en El Narratorio; en Cardenal Revista Literaria; en Herederos del Kaos; y en Revistalasílaba
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Instagram (https://www.instagram.com/juan rogelio272020/).
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¿TE QUIERES CANSAR CONMIGO?
ESCRITO POR: ERNESTO SALAMANDRA.
Lo pregunto porque lo haces sola, te cansas sola, y yo con miedo del olvido, porque te amo más que el cariño, pero menos que la desesperación.
Ahora no descanso, me hago mejor y se lo debo a tu encanto por no decir al amor.
Aprendí la lección del enamorado ahora cuando me faltas, me falla el soldado.
Quiero entrar contigo en la carrera correr al par y no quedarme fuera, quiero agotarme los años contigo, así que por favor cánsate conmigo.
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CARTA CONTRA EL OLVIDO
Me pediste que no te buscara, perdón por no acatar esa orden, pero me estoy muriendo sin ti, me mata no hablarle a tu cara, me asfixia no respirarte y me ahogo por no beberte.
Sólo quiero saber que estás bien, y bien a medias porque si estás como yo seguro te da frío el sol y la luna no es más llena.
A veces falta un te extraño para no saberme olvidado, porque el cerebro confunde lo que el corazón sabe de antemano.
Yo sé que te hago falta por los momentos del día en que algo fuerte me arrastra hacia otro lado, hacia tu lado y por los silencios de noche cuando estamos lejos y solos, pero hablamos.
Nos hemos estado amando como orugas, ahora nos amamos en crisálidas para luego ser mariposas, mariposas que alzarán el vuelo esquivando lluvias y redes, para encontrarse sobre una flor y compartir las mieles del deseo.
Me pediste que no te buscara, pero me gana el amor, la nostalgia, mis brazos vacíos, la mano suelta, mis labios aburridos.
¿Qué hago amor? ¿Qué hago sin ti? ¿Cómo le hago para no morirme?
Ernesto Salamandra. (México D F 1990- ) Observador del carnaval humano y fiel practicante de la palingenesia Escribe para asegurarse que existe, ya antes fue un recuerdo y sólo pretende seguir así Ha publicado en algunas revistas digitales y participado en eventos de poesía
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CARTA DESDE UNA DISTANCIA CERCANA
ESCRITO POR:
ZOILA MOLINET.
New York, 9 de septiembre del 2001.
Querida abejita:
Desde que aterricé a este país, me llamó la atención la propaganda comercial; pero ninguna con un simple mensaje de amor. Por eso tenía que escribirte y llenarte de amor. Tengo los sentimientos perforados y pesan las ganas de tu contacto, de esa complicidad, que existe entre nosotros y que solo esta grafía hace posible. Pediste una historia de amor para llenar esta nube de distancia entre nosotros tan presuntuosa y a la vez tan necesaria; recurrí a un fragmento de una de las grandes canciones, de esas que delatan un amor entrañable, invencible y una de las primeras sobre el amor escrita por cubanos.
Ven y asoma a tu reja sonriendo
Ven y escucha amorosa mi canto
ven, no duermas, acude a mi llanto para alivio a mi negro dolor
Recordando las glorias pasadas
disipemos mi bien la tristeza y doblemos los dos la cabeza
moribundos de dicha y amor.
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Encuéntranos en ella esa, es mi ambición como lo fue de su autor.
Siempre serás mi gran amor estés donde estés, y por último recuerda estas dos sentencias una proviene de aquel libro tan raro que muchas veces releímos "Lo puro, lo bello, lo perdurable, no es sino un relámpago” y la otra de nuestro enanito: no te me quitas de las ganas /aunque nadie te ve nunca conmigo…
Zoila María Molinet Carrazana. Natural de Santa Clara, Villa Clara. Lic. en Derecho y en Estudios Socioculturales, Master en Educación Ambiental. Profesora. Integrante del Taller Literario de narrativa “Carlos Loveira” asesorado por Lorenzo Lunar y del Taller de poesía “Dulce María Loynaz” asesorado por la poetisa Bertha Caluff., Obtención de varios premios municipales y provinciales de Encuentros debates en poesía y cuento, premio en narrativa en el Encuentro Debate Nacional de Talleres Literarios celebrado en Santiago de Cuba en el 2017, 3er Premio en el 2018 en el Concurso Cartas de Amor de la Escribanía Dollz de Sancti Spíritus obtención de dos premios internacionales de poesía en México y República Dominicana. Participante en la novela colectiva “Los días no cuentan, una novela en tiempos de pandemia” y una de las autoras de la antología de minicuentos Santa Paciencia Antología del cuento policíaco “Implicaciones subyacentes” Publicaciones en Guamo
Tú aberrojo
yBrotes E L C R E A C I O N I S T A | P Á G I N A 8 8
CUPIDO RAPTADO ESCRITO POR:
ANGEL ATRAPA SUEÑOS (Ámbar Francisca Latorre).
Al parecer a cupido lo han raptado, Hace años que no me flecha con nadie y no da respuestas No a tenido buena puntería sus flechas conmigo han fallado, Se dice que anda por ahí, aún dando vueltas.
Ya ni velas me quedan para San Valentín, Me tiene solitaria y bonita pero sin pretendiente En qué rincón de este mundo dará latidos el amor querubín, Ya estoy pensando que cupido tuvo un accidente.
Alomejor es cierto perdido está y no me encuentra, No puedo recordar cuándo fue la última vez que mi corazón latió fuerte Cupido está padeciendo de amnesia ... no se centra, Flecha a cualquier persona y lo deja a la suerte.
Estoy segura cupido fue raptado, En diciembre tuve que reemplazarlo y junte a dos parejas Me pregunto ¿ Cuándo llegará mi enamorado?,
Camino observando miradas coquetas y otras aisladas pero ninguno me corteja .
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Se acerca febrero aroma a rosas rojas y pétalo de terciopelo , Baladas románticas y poesías en colores
Cupido desaparecido no anda por el cielo,
Se dice que anda por otros lugares con esas flores.
¿Quién habrá raptado a cupido?,
Nadie lo ha visto, solitario está mi corazón
Yo cumplí con encender velas cada año para ti...tú no has cumplido,
Se dice que lo han visto por ahí...¡ Pero!, ya no entiende de razón.
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Nace con el nombre Ámbar Francisca Latorre Hermosilla,una mañana lluviosa de otoño; 21 de abril de 1988 Santiago de Chile, bajo el signo astral Tauro.
La lluvia y el viento eran intensos y las hojas soplaban como versos llenos de pensamientos.
Primera hija de un matrimonio joven. Pasando por todos sus estudios correspondientes cursos básico , medios y técnicos profesional se titula en el año 2015 como Asistente parvularia del Instituto Tecnológico Intecap.
Su mayor pasión sin duda la escritura la cúal desde la niñez estuvo con ella, participó en concursos literarios escolares , saliendo destacada como mejor poeta del terror
Luego ya a eso de los veinte años explota todo su conocimiento y gusto por la poesía gótica o de terror enamorada y discípula seguidora de los escritos de Edgard Allan Poe, fue la fuente de inspiración para este mundo tan lleno de misterios.
Participa en la versión Xlll y XV literaria social de la capital “Mi Vida y mi Trabajo “en el año 2016 y 2017 con los títulos “ Mi vida normal y Paranormal” , Participa en el concurso literario internacional Diversidad Literaria” Porciones del Alma” Vlll año 2022 con el microrrelato “ Besos Congelados “ . diplomas y escritos plasmados en los libros de aquellos concursos.
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ESCASAMENTE ESCRITO POR: MARGUERITE AZCONA.
Al Chico, le duró la guerra un cuarto de hora Escasamente
El hermano mayor le había dicho a la abuela que marchara de inmediato. Llegarían los nacionalistas a los tres días.
La abuela cogió a las dos hijas menores y a su nieta que tenía en casa. En un plis plas cerró la casa. Salieron las cuatro con un quita y pon, camino hacia el buque, con salida para Francia. Atiborrado de gente, zarpaba ya el buque cuando llegaron al pontón. Justo antes que franqueara las aguas territoriales, al instante, zumbaron por debajo de la nubes las alas de la Legión Condor, lanzando bombas Zozobró con las voces de los miles de familias. Lo vieron. Todo fue llamas en el hueco océano. Los lamentos del buque se entretejían bailando con la lumbre anaranjada de las irradiaciones del destello. En el cuarto de hora, se acalló el cielo y el agua.
Un cuarto de hora para que se cerrasen las aguas por encima del buque. Atolondradas las cuatro, dieron se media vuelta y echaron a caminar de nuevo.
La abuela tiró de las nenas hacia la estación, para Irún.
- Y usted señora ¿ hacia dónde va para Francia con estas tres criaturas? Dónde tiene las maletas?
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Al momento de sellar el pasaporte, le detuvo al Inspector de aduanas el timbre del teléfono.
El hombre le clavo la mirada a la abuela, al tanto de lo que le gritaba el teléfono.
- Maletas? Ninguna, contestó la abuela colgada del Inspector… A merendar con unos allegados en Hendaya, Caballero. Ida y vuelta, esta misma tarde volvemos que mañana tienen cole las nenas. Aquí van tortitas de casa.
La abuela puso la bolsita encima del mostrador.
Con roncería, colocando el hombre el auricular, se empinó un tanto en la punta de las botas, quedó se por un momento estrechamente enganchado en el azul de la mirada de la abuela, echó le una ojeada rauda a la bolsita y en un santiamén, sentenció:
- ¡Pasen pues! Ya! Selló casi gritando el inspector.
- Gracias caballero, contestó le la abuela.
Agarrando la bolsita de nuevo, la Abuela se la confió de sopetón a la mayorcita – mi madre-:
- ¡Tú! Le dijo, Cuida de las tortas, que nos caigan y andando ¡que llegamos tarde!
Sin decir ni mu, se apresuraron las pequeñas.
Al cuarto de hora, escasamente, se cerró el paso de la Frontera hacia Francia
Quedose cerrada el paso hacia Francia hasta 1949.
.
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El último tren para Hendaya arrancó a las dos en punto.
Asomadas a la ventilla, con hambre, respiraron las chiquillas la brisa del océano, la mayorcita apretando la bolsita con la ropita de todas
Un poco más tarde, al anochecer, sigilosamente y con el fusil colgado de la espalda salió el Chico de casa a encontrarse con la comandancia. Ágil como la sombra, con el garbo de su juventud, el paso estirado de un rayo de sol al atardecer, iba cuchicheando el silbido…
Negras tormentas agitan los aires… Algo encandilado por el combate con el que se había citado sin vacilar. Lucía el uniforme de la C.N.T.
Venga muchacho, sin temor, iba musitando, por la Tierra y la Libertad.
Le duró poco la guerra. Un cuarto de hora. Escasamente.
Al momento le paró el eje del cañón de una pistola en la sien con el tintineo del gatillo en el oído. La mano helada que le apuntaba, a la que no le temblaba el pulso para nada, había surgido de la misma sombra de la hierba.
El Chico se detuvo Hasta se giró para verle la cara al farsante
Entonces se le abrió una sonrisa de oreja a oreja.
- ¡Carajo! clamó ¡ Casi me asustas! Vaya bromita hombre ! ¿Pero qué haces aquí vamos?
¿Qué? ¿ te vienes conmigo?
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De tal forma sonriendo boqui abierta, se le puso la pistola entre los labios y partió el estallido a boca jarra. El tiro acabó de estirarle del todo la sonrisa y le partió la cara, dejándole aquel brazo oscuro y despiadado sin rostro alguno.
El Chico se desplomó en la cuneta al ponerse el sol entre cielo y tierra en su sonrisa estropeada.
Al día siguiente echaron su cuerpo ágil aún en la fosa común que allí yace todavía
- ¿Y sabes quién fue el que le mató? me susurró mi madre la víspera de su muerte.
Era un martes lluvioso 19 de noviembre de 2020.
Se le iba la voz en un hilo a la mujer.
- ¿Te acuerdas que últimamente me venía a visitar el Chico. Muy temprano por la mañana.
Aquí mismo, al pie de mi cama. Te lo dije. ¿Recuerdas ?
La niña negra de sus ojos hundidos en el cuenco me traspasaba al fijarme.
Veía más allá. No la podía alcanzar yo. Me estaba quedando atrás.
Diecisiete añitos tenía, hija mía! Y allí aún metido con todo aquel tropel de cuerpos y huesos. Con razón que no le reconocía yo al pie de mi cama, ni su propia sonrisa! Pero él, ¡ves! vino a decirme quien fue el que le pegó un tiro Que si te digo ¡Que sí! ¡Que sí! ¡Mira que te lo juro por Dios, es que vamos…!
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En septiembre de 1939, al volver de Francia ya no hubo casa para la Abuela y las tres crías. Confiscación por Falange le dijeron. Ya no hubo hijos tampoco. Uno, muerto. El otro, desaparecido. La Abuela que tenía amigos hasta en el infierno, se enteró por el mismo comandante de Falange, que ocupaba su casa – supo hacer migas con él se ve - de qué manera le mataron a su Chico. “La Guerra señora, los comunistas, esos de la Checa! La guerra suele ser cosa fea, ya se sabe…” le murmuró con benevolencia.
Esto de la casa tomada ya me lo tenía contado miles de veces mi madre. Un desconsuelo como un océano que se le metió entre pecho y espalda para siempre.
- Nena tenías toda la razón.
Le faltó resuello a la mujer.
Se le hinchó desmesuradamente el pecho al tiempo que se le comprimía el corazón. Apretándome las manos en las suyas con una fuerza inaudita, se encorvó hacia mí Cerquita, muy cerquita Casi no le oía.
- El tío fue. El tío. Él fue quien le disparó Nena… Se coló por los taludes del campo siguiéndole con paso oscuro ¿Y sabes por qué le disparó? Para apoderarse de la casa. Era tan bonita nuestra casa. Claro ¡ Así ya no habría nadie para prohibirle el paso. El tío la tomó – abriéndosela un tiempo al comandante de Falange, para poder dar la cara.
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El corazón descorazonado de mi madre latía a toda velocidad. No quería que la mirara. Iba acariciándole yo el pelo, secándole la frente con un pañuelo, dándole besitos en las azules venas que dibujaban su sien. Lo que acababa de oír se iba esfumando o tal vez fuera una voz soñada? Casi no había luz en su habitación y sus manos seguían doliendo las mías de lo fuerte que me atrapaban. No me sueltes por favor, no me dejes, gemía la mujer. La mecía yo como podía, olvidándome del mareo que me iba entrando.
- ¿La guerra? ¡ Qué guerra? Gritó de repente. ¡ Qué ideología ni que puñetas ! Solo fue para adueñarse de nuestra casa.
Soplaba y resoplaba al enloquecerse la mujer
- …! La guerra!... La guerra es una puerta abierta para que la envidia se cuele… ¿ Y la ideología?...
Jadeaba cada vez más : - La ideología ¿eh? un visto bueno para adueñarse uno de lo que no le pertenece…!Sí! Uno anhela. Anhela. Aguantando la rabia por dentro Gazmoño de hombre Si aquello parecía un cura! y Zas ! Al asecho… ¡ Venga ! hasta matar a familia en el día más oportuno. Asi fue como le arrancó la sonrisa su propio Tío al Chico.
Enfurecida, sin voz, andaba suelta por el aire con sus brazos haciendo molinos al techo, amenazando las ventanas . Yo me sentía desmenuzar, por favor, paremos ya - le dije - Por favor! más de 81 años que se acabó la Guerra Civil, más de 45 años que existe democracia en España y… Sofocándose ya del todo, me apartó de una vez
: - ¡Déjame ya que te diga lo que vino por fin a aclararme el Chico ¡ Esta misma mañana te digo, ¿Déjame quieres ¿ ¡Suelta! Diecisiete añitos, ¿es que te das cuenta?
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Por la ventana, las luces la calle se encendieron, lo que le adulzó algo : - El Chico nos traía siempre almendras tostadas cuando volvía del taller. Siempre.
¿Lo ves? Mira, míralo Nena : aquí está, justo detrás tuyo. Si es que sabe muy bien quién eres…No temas.
¿Que no teme?
En el cuarto oscuro, me giré bruscamente.
Olió de repente a hierba húmeda, a pan de trigo cocido por el sol de verano y algo más que no había sentido jamás en mi vida. Solo fue una ráfaga.
- Sí, aseveró mi madre en un soplo, ¡Sí! Huele raro, huele a pólvora engatusada en el tambor de la pistola. Claro, es el olor de la guerra…
Me entró un escalofrío espantoso.
Hundida del todo en la cama, entre las almohadas, mi madre se quedó ensimismada en su propio susurro.
- ¡Ay Chico gracias! Cómo sabias tú que le chiflaban las almendras a las Chiquis! Dábamos con ellas en un cuarto de hora. Escasamente. ¡Qué alegres éramos entonces, tan solo con un puñado de almendras !
Al día siguiente habías fallecido.
Cuando vine a verte, se te habían desdibujado todas las arrugas de sus noventa y siete añitos.
Todas
En un tranquilo duermevela de nenita, te sonreías con dulzura.
Nunca te había contemplado tan hermosa.
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NOCHE DE AMOR ESCRITO POR:
ELIZABETH DAVID PUERTA - ELIZADA.
La noche está oscura y fría, préstame tu piel para arroparme, envuélveme entre tus brazos y agítame en tu cuerpo, para sentir inolvidables y eternas horas de pasión.
Acaricia mi piel, ávido viajero que regresa, con ansias de devorar su presa, y recorrer los surcos de su ser hasta caer en éxtasis.
Esta noche es para nosotros; nos ha prestado la luna y las estrellas, para que iluminen el camino de dos cuerpos sedientos, entregados totalmente en profunda comunión.
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Amor, amor y más amor, enviado por los dioses del olimpo, a dos amantes enamorados, que nunca desfallecen, y seguirán amándose hasta el infinito.
Elizabeth David Puerta-ELIZADA. Colombiana. Poeta, escritora, dramaturga, directora de teatro infantil, promotora de lectura, investigadora en lectoescritura, embajadora de paz. Pertenece a varios grupos literarios a nivel nacional e internacional, de los cuales ha recibido múltiples distinciones y galardones Ha participado en más de 30 antologías Sus poemas han sido publicados en varias revistas. Ha escrito los libros: “Vivencias, “Versos que germinan” y “Remembranzas de mi Pueblo.”
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SU EXCITADO CORAZÓN
ESCRITO POR:
EFRAIN NADAL DE CHOUDENS
Dentro de estas paredes estoy solo. Estoy completamente solo y rodeado por su constante e interminable sonido, un sonido torturador y triste. En esta soledad continúo escuchándolo. Sigo escuchando su corazón. Está latiendo a mi alrededor. Han pasado tres semanas desde que tuve la oportunidad de ser uno con ella, tres semanas desde que llegaron e interrumpieron nuestra unión.
Esa fue la única posibilidad para mí de lograr mi completa tranquilidad, la culminación de dos corazones latiendo armoniosamente como una máquina compleja en un ritmo pacífico, evitando la distracción que produce sus fuertes palpitaciones.
Vivía en un barrio de clase media, hermosas casas y espacios abiertos, el tipo de barrio donde a muchos les gustaría criar a sus hijos. Era el lugar perfecto para tener niños jugando en la calle, corriendo bicicleta, caminando con disfraces durante la Noche Brujas o buscando huevos de colores en el día de Pascuas. Esa es una experiencia que yo no tengo y que nunca tendré. Después de seis años de matrimonio, mi esposa, Ámbar me abandono.
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Hace tres años, se marchó con uno de sus amigos y se mudaron a otra ciudad. Ahora tienen un niño pequeño de un año; al menos, eso fue lo que su madre me contó la última vez que intenté contactar a Ámbar. Su familia no quería darme información sobre ella. Ellos nunca me aceptaron. Se pasaban diciendo que yo la torturaba mentalmente. Dicen que la manipulaba, que por mi culpa no pudo terminar su carrera universitaria y que ahora ellos están felices por la decisión que su hija tomo de finalmente huir de mí. Durante tres años estuve completamente solo en ese barrio encantador, en esa casa vacía. Allí, en mi soledad, encontré mi total perdición.
Ella era unos años más joven que yo, muy hermosa y con un gran cuerpo atlético. Soltera. Lo sé porque durante mucho tiempo la estaba observando. Se parecía a Ámbar cuando nos conocimos hace muchos años atrás, durante mi segundo año de universidad. Pero su similitud con Ámbar no era la razón de mi obsesión con ella El motivo de mi obsesión fue algo más profundo, más personal. Ella corría todas las tardes, con sus pantalones cortos y su corpiño deportivo, exhibía su esculpido cuerpo como diosa griega, su piel sudada brillaba con la luz del sol. Desde mi ventana podía notar como sus pequeños senos brincaban maravillosamente por el ejercicio, como su entrepierna se marcada perfectamente en el ceñido pantalón, pero eso tampoco era el motivo. Después de que Ámbar se fue, quería estar solo, adentrarme en mis recuerdos, revivir cada minuto los momentos que Ámbar y yo pasamos juntos, pero todavía tenía que pagar la hipoteca y demás cuentas. Soy médico, psiquiatra y aún tengo algunos clientes, no con la gran cantidad que tenía antes, pero sí lo suficiente como para sobrevivir.
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Cerré mi consultorio en la ciudad y atendía a la poca clientela en el estudio de mi residencia. Como no tenía una gran cantidad de clientes podía pasarme la mayor parte del tiempo sumergiéndome en los viejos álbumes de fotos o viendo videos caseros done Ámbar y yo éramos los protagonistas, y desde allí, mirando por la ventana de mi estudio, siempre la veía llegar de su rutina de ejercicios. Su corazón excitado, cansado por la carrera, latía tan fuerte que podía escucharlo invadiendo mi casa, llenándola con su profundo y rápido palpitar, entrando en lo más profundo de mi ser. Cada día los latidos de su corazón eran más fuertes, haciéndome perder mi enfoque en Ámbar hasta que finalmente esa joven logro cubrir todos los pensamientos que yo tenía hacia mi exesposa. Entonces comprendí cómo su pequeño corazón me llamaba. Comprendí que ese pequeño corazón era un sustituto de mi obsesión con Ámbar. Entendí cómo necesitaba tener su corazón.
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No importaba que viviéramos literalmente uno frente al otro, y aunque la estuve observando durante mucho tiempo, hasta entonces nunca habíamos tenido una presentación formal Nuestra relación era simplemente una casual y distante, un saludo con la mano, un sencillo buenos días o buenas tardes, en fin, la forma moderna de una vida impersonal; el producto de vidas ocupadas. Ni tan siquiera éramos amigos, pero sabía que necesitaba ganar su confianza si quería tener su corazón. Tenía que actuar. Cuidadosamente comencé a ser más social con ella. Durante los días siguientes aumenté mi contacto ocasional con ella y no pasó mucho tiempo cuando comenzamos a compartir más palabras y más sonrisas. Primero aprendí su nombre, Megan. Más tarde, me enteré de que ella era contadora y trabajaba para una de las grandes firmas de la ciudad. Su empresa estaba teniendo mucha presión por parte de sus inversores y sus responsabilidades la estaban perturbando. Vi mi oportunidad de estar más cerca de ella Le conté sobre mi especialidad, que podía atenderla sin cargo alguno, ella no necesitaba ayuda profesional para enfrentar su stress y ella lo sabía por lo que cortésmente rechazo mi ofrecimiento. Me dijo que el entrenamiento era suficiente terapia para relajarla y yo sabía muy bien que era cierto, el ejercicio es uno de los mejores relajantes. Evalué mi enfoque sabiendo que necesitaba ajustar mi plan. Cautelosamente, comencé a cambiar mi estrategia y, a veces, en la tarde, cuando ella llegaba de su entrenamiento, la recibía con un vaso de agua. Claramente no todas las tardes, no quería asustarla y que pensara que yo era un obsesionado acosador, pero ver su sudado cuerpo era excitante y escuchar tan de cerca su corazón era sumamente tormentoso. Durante esas tardes hablábamos sobre diferentes cosas, la naturaleza, lugares favoritos, sobre películas, las ultimas noticias, pero nunca mencioné nada que le recordara cómo se sentía en su trabajo. Necesitaba que estuviera relajada, quería que se sintiera segura conmigo.
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Después de varias semanas, cuando las conversaciones post ejercicios se convirtieron en rutina, decidí invitarla a una cena en mi casa. No estaba seguro de si ella estaba dispuesta a aceptar, pero para mi sorpresa lo hizo en el primer intento y finalmente mi oportunidad se haría realidad. Eso fue hace tres lunes e hicimos planes para la noche del viernes de esa misma semana. Pasé el día preparando el comedor para nuestra velada. Tenía flores en la mesa, en el estante de libros y en cualquier espacio disponible. Eran rosas rojas y blancas. Esas flores fueron la mejor selección. El dulce aroma de esas bellezas naturales trajo la sensación y la atmósfera de la primavera a la casa. En el equipo de música, tocaba una melodía clásica y lenta, un CD de mi compositor favorito, Franz Schubert. El volumen era muy bajo; lo suficiente como para penetrar en los oídos de la misma manera que el cantar de los pájaros nos deleita en las mañanas. Junto a la mesa tenía una botella de vino tinto colocada en un cubo lleno de hielo, copas y un juego de platos de porcelana, los que Ámbar y yo compramos la semana después de nuestra boda junto con los cubiertos de edición limitada También tenía algunas velas no aromáticas, solo para el ambiente romántico. No quería que las velas enmascararan el olor de las rosas. Eran las siete de la tarde cuando ella llamó a la puerta. La abrí lleno de emoción. Estaba vestida con un atuendo negro y rojo, tipo casual, de una pieza, largo hasta las rodillas y con mangas cortas. Sus pequeños senos se marcaban tentadoramente en las telas, dejándome saber que no llevaba sostén
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Tenía su cabello rubio completamente suelto, sus ojos verdes eran como esmeraldas adornando su cara de muñeca de porcelana Tenia la certeza de que lo pasaría como lo había planificado.
— Hola Megan, te ves fantástica. Tengo casi todo listo, solo falta el plato principal.
Me encantaría ayudarte. Respondió, una hermosa sonrisa apareció en su rostro.
No podría hacerlo sin ti. dije y le devolví la sonrisa.
La invité a entrar
Caminé y ella me siguió. No pudo ocultar su sorpresa cuando vio las velas que ardían alrededor de la mesa y las rosas que adornaban el lugar. Respiró profundamente para capturar el dulce aroma de las flores mientras caminaba graciosamente con la música de Franz Schubert.
Es hermoso. Realmente sabes preparar una noche romántica. Estoy muy impresionada. dijo mientras yo le mostraba el camino hacia la cocina. Una vez allí, fuimos directamente a la estufa Tenía dos ollas listas En una de ellas, estaba hirviendo algunas verduras; tenía zanahorias, unas rodajas de repollo, unas patatas rojas y un puñado de espárragos; en la otra, la cual estaba apagada, tenía un curry tailandés picante. —Esto luce bien. ¿Cómo puedo ayudar?
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Me vas a ayudar con la carne para el plato principal. respondí tranquilamente.
Tomé el cuchillo más grande. Megan estaba moviendo las verduras y me acerqué al pedazo de carne cruda que tenia de frente a mí. No perdiendo tiempo, le puse el cuchillo encima. La hoja brillante y filosa se movía con facilidad dentro de la tierna y fresca carne. Megan puso sus manos sobre las mías, sentí su calor, ambos sujetábamos el manguillo del cuchillo como si fuéramos cómplices de un gran delito. Muy lentamente retiré mis manos, dejándola solo a ella apretar el negro mango de ese mortal instrumento. Encendí la otra hornilla, la del curry picante. Lo calentaba para pronto añadirle el trozo de carne. Saqué las verduras del agua mientras Megan todavía tenía las manos sujetando el indispensable objeto cortante. Lo tomé de sus pálidas manos para yo hacer el corte con más precisión.
Para obtener la porción más tierna y jugosa, necesitaba pasar por algunos huesos. Usé un pequeño cuchillo de carnicero para la tarea. Pensé que iba a ser más difícil de cortar, pero fue fácil hacerlo y pronto tuve lo que quería. Con mi mano desnuda tomé el rojo y jugoso trozo y lo coloqué dentro del curry previamente calentado. Dos gotas de sangre cayeron al suelo frente de la estufa dejando un par de marcas rojas en las baldosas blancas. No muy lejos, a solo un par de pasos de distancia, más sangre cubría el piso. Megan estuvo a mi lado todo el tiempo.
Unos minutos más tarde la cena estaba en el comedor.
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Abrí el vino, una botella de Chateau Monbousquet St. Emilion Grand Cru 2006. Lo dejé respirar antes de poner un poco en mi copa. Estaba listo para comer cuando un fuerte y pesado ruido anunció la indeseable llegada de los intrusos. Rompiendo la puerta principal entraron a la casa, y en unos segundos yo estaba rodeado por varios oficiales de la ley. Algunos de ellos apuntaban sus armas hacia mí, otros se movieron hacia las otras habitaciones. Uno de ellos entró en la cocina y la casa hizo eco de las dos únicas palabras que pudo decir: “¡Dios mío!". Todavía estaba mirando mi plato. Mi único deseo era comer la preciada pieza de carne que tenía frente a mis ojos. De repente, sentí el peso de uno de los oficiales empujándome al piso, una rodilla sobre la parte posterior de mi cuello impedía mi movimiento. Movieron mis brazos sobre mi espalda para contenerme por completo. El abrazo de las esposas marcó el fracaso de mi casi perfecta velada. Sobre la mesa, en mi mejor vajilla, estaba el corazón intacto de Megan. Su cadáver estaba en el suelo de la cocina con un cuchillo de carnicero a su lado Supongo que algún transeúnte escuchó sus gritos y alerto a las autoridades. Esa noche perdí mi única oportunidad de poner fin al sufrimiento eterno que ella era para mí, y que todavía es. Ámbar me abandono, y Megan, con su corazón torturante siendo mi única escapatoria se encontraba fuera de mi alcance.
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Ahora, miro cómo pasan los días, caminando de una esquina a otra, dentro de mi polvorienta y pequeña celda de este manicomio. Dicen que estoy loco, mentalmente enfermo, desequilibrado, pero solo estoy atormentado porque todos los días y noches escucho sin parar, los latidos continuos, monótonos y horrendos de su maldito corazón obscureciendo eternamente y sin compasión los recuerdos que pueda tener de mi amada Ámbar.
Efraín Nadal De Choudens. El autor es natural de Puerto Rico y vive con su esposa y dos hijos en el estado de Maryland, USA. Tiene una gran cantidad de poemas y cuentos publicados en varias revistas y antologías en varios países, en adición posee una colección de poesía de terror y ciencia ficción llamada “A quick look into an insane mind”.
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EL COLECCIONISTA DE GEMIDOS
ESCRITO POR: MAX JECKLIN.
Creer que un sueño en un infierno cabe, dar la vida y el alma a un desengaño; esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Lope de Vega
El calor de aquella tarde atravesaba las paredes de la habitación, algunos rayos de sol lograron abrirse paso a través de las persianas e iluminaron, millones de partículas de polvo que se agitaban sincrónicas con el movimiento de sus cuerpos.
Un haz de luz hizo brillar la delgada capa de sudor que cubría a Raquel, y así la transformó por segundos, en una dorada valkiria que cabalgaba frenética, sin pausa, como si en ello se jugara la vida Álvaro la contemplaba absorto, cada sacudida venía acompañada de suaves gemidos, cada vez más apremiantes. Se sentía como el virtuoso intérprete de un asombroso instrumento del que brotaban maravillosos sonidos.
Cerró los ojos, era indispensable para él almacenar toda aquella memoria auditiva: las respiraciones de ambos, los jadeos, el rumor de la humedad de sus cuerpos, el lejano canto de La Habanera de Carmen, todo, absolutamente todo quedaba grabado en su memoria.
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Raquel cayó rendida sobre su pecho. Así permanecieron algunos instantes arrullados únicamente por la suave música. Álvaro le susurró al oído “Esto es amor”, y ella completó el verso “Quien lo probó lo sabe”. ***
Han pasado veinte años desde aquella tarde El lejano recuerdo llegó a su mente de la mano de la Callas, quien de nuevo interpretaba La Habanera que venía del comedor. Sobre la mesa aguardaban los platos del desayuno, pero él aun no entraba. Se había detenido en el pasillo y escuchaba a Raquel sirviéndose café. Percibió el siseo que hizo el sobre de edulcorante cuando ella lo abrió, sintió el tintineo de la cuchara al girar seis veces a la derecha y seis veces a la izquierda, justo antes de que ella la colocara perfectamente perpendicular al plato, como siempre, como cada mañana. - Aun luego de tantos años él no podía dejar de odiar sus rígidas manías.
El resto del desayuno transcurrió sin variaciones, los indispensables buenos días, los ¿Cómo dormiste? seguidos de: “No olvides tomar tus vitaminas”, el repaso de todos los compromisos de la semana…- Todo terminó con un desabrido beso en la mejilla seguido de un: “Quetevayabien” .
Álvaro siempre sintió fascinación por los sonidos. Dicen sobre las personas auditivas que son más sensibles, pero quién sabe. Lo cierto es, que, desde aquella lejana tarde, hace veinte años, esa condición quedó confirmada con absoluta certeza.
Fue en los últimos tiempos cuando aparte de los sonidos cotidianos, él sintió una adictiva necesidad por coleccionar sonidos sexuales. Al principio se conformó con escuchar películas pornográficas, era simple, mientras otros oían música en sus audífonos, él escuchaba gemidos y ruidos de personas teniendo sexo.
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Pero demasiado pronto, su enfermiza exigencia de agudas realidades lo impulsó a salir de cacería sónica. Así fue cómo comenzaron sus expediciones por los privados de los clubes de strippers y por los apartados miradores frecuentados por jóvenes parejas. Con asombrosa rapidez desarrolló una sigilosa habilidad, que le permitió mimetizarse mientras grababa a sus presas, robándoles así el registro de todos los sonidos que producían en sus encuentros sexuales.
En los últimos tiempos, sus vicios auditivos avanzaban de manera acelerada. Ya casi no había forma de que abandonara los audífonos donde día y noche escuchaba interminables orgías. Su mirada se volvió ausente, como si por instantes abandonara su cuerpo para unirse a sus delirantes experiencias acústicas.
Una noche Raquel intentó hacerlo reaccionar, de nada valieron las palabras e incluso las caricias. En su desesperación no pudo evitar traer -gritos, ofensas, gestos furiosos, e intentos de agresiones físicas; Álvaro solo la observaba como quien miraba a un personaje de alguna película muda Veía cómo ella movía sus labios, sentía su saliva caerle en el rostro, observaba su cuerpo contorsionarse con furia mientras intentaba golpearlo, pero él jamás, jamás alcanzó a escuchar nada; para él, Raquel se había transformado en un instrumento silencioso que ya nada podía transmitirle.
Así que solo se dio media vuelta, se encerró en una habitación y desde ahí preparó su más ambicioso proyecto acústico. Con esa idea en mente navegó en los más sigilosos rincones de la red. Por fin, luego de horas de investigación del monitor surgió el nombre Venus Sensual Spa La descripción explicaba con lujo de detalles los servicios y fantasías sexuales que ofrecía el lugar. El slogan: “Vive una experiencia fuera de este mundo” lo invitó a recrear aquel viaje intergaláctico y supo de inmediato que eso era lo que buscaba.
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Al día siguiente, apenas sintió el portazo de Raquel al salir del departamento, llamó a Venus. Por un brevísimo instante sintió que era una llamada de tan larga distancia que no pudo evitar sentirse sideral.
Luego de un par de tonos de espera contestó una voz grave, que, aun siendo tan potente, dejaba a ratos asomar cierto hedonismo, una ambigua sonoridad que invitaba al placer.
--Buen día, soy Eros, tu servidor. - ¿Qué deseas de Venus? Dime, ¿cuál es tu fantasía?
Álvaro demoró inquieto, antes en contestar, mientras se inventaba algún nombre falso; por fin, cuando el silencio se hizo incómodo, las palabras salieron con torpeza de su boca:
--Soy Ja…Javier, y mi fa…fantasía es escuchar con discreción el má… más poderoso sexo que puedas ofrecerme.
Al otro lado de la línea se escuchó una suave risa:
-- ¿Aaaah, solo escuchar? Qué caprichoso Ja…Javier ¿Estás seguro que no quieres participar? Bueno, tú te lo pierdes, tengo justo lo que buscas. Martes a las 15:30, ¿okey? -
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El día acordado llega a la hora exacta. Toca con ansiedad el intercomunicador de una modesta puerta. Da su nombre y sin más preámbulos el eléctrico sonido de la cerradura le permite el acceso. Adentro el lugar contrasta mucho de la timidez exterior, luz tenue, paredes forradas de terciopelo rojo, apliques dorados en las cornisas. La decoración es tan abrumadora que lo avasalla. Al fondo, un musculoso joven vestido de negro, con manos y cuello densamente tatuados y platinado cabello lo saluda y se presenta como Eros. Luego de intercambiar algunos comentarios banales Álvaro hace el pago acordado y sin más preámbulos Eros lo conduce a través de un laberinto de interminables pasillos.
Por fin se detienen frente a la habitación número 101. Álvaro no puede evitar un Orwelliano mal presagio. El rubio joven le entrega la llave y justo antes de cerrar la puerta voltea y le dice en voz baja: - “Disfruta tu escándalo…”
Apenas se cierra la puerta, Álvaro apoya firmemente su oído sobre el muro Se escuchan las voces de dos hombres que intercambian obscenos comentarios, la conversación entre ambos indica la presencia de una mujer, pero hasta aquel momento ella no ha emitido ningún sonido.
Su excitación es ya estrepitosa, tanto que está a punto de gritarles a sus invisibles vecinos que comiencen su función; justo antes de hacerlo, estalla un alarido acompañado del sonido de enérgicas embestidas. La voz de la mujer vuela ahora indetenible en incontrolables gemidos que se intercalan en asombrosa armonía con los aullidos de ambos hombres.
Álvaro escucha eufórico, pero a medida que pasan los segundos un inexplicable escalofrío recorre todo su cuerpo. Se siente enfermo. Le urge salir de aquella habitación pero ya es tarde. La sobredosis de sonidos es tan contundente que lo ha despojado por completo de su voluntad.
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Lo único que consigue es estrujar su oreja contra la pared con más fuerza, tanta que le provoca dolor, necesita atravesar el cemento. Ya para ese momento la voz de aquella mujer es absoluta certeza, y con ella, en su mente, mira a Raquel, nuevamente vestida de sudor como en aquella lejana tarde, pero en esta ocasión despojada de toda divinidad, sumisa, demasiado terrenal, sometida por manos y cuerpos que no son los de él, justo, en el preciso instante en que ella estalla en un poderoso grito de placer.
Vacilante, con torpes pasos y los ojos llenos de lágrimas, Álvaro logra separarse del muro, su mirada sin embargo permanece incrustada en el punto donde ha escuchado todo.
La habitación 101 cae en un oscuro silencio que sólo se interrumpe cuando ella dice: “Esto es amor” y él, al otro lado del muro, completa los versos.
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TRENZAS GUINDAS
ESCRITO POR: NANCYLIZ SCABBIA.
Ana siempre quiso ser como las demás chamacas del pueblo y correr por el monte con el cabello suelto al viento. Desde que recordaba siempre ha usado una trenza negra, gruesa y larga, que solo su abue podía deshacer y rehacer, mientras le entretejía esos hermosos y estorbosos listones guindas, de los cuales se burlaban las otras niñas.
Jamás había visto el reflejo de su melena en el rio, y ver como se movía su cabello al compás de la corriente del agua. Su abue le platicó una noche la razón por la cual no podía soltárselo y es que la abuela de su abuela había sido maldecida por una vecina, que dicen que era bruja y así quedaron condenadas todas las mujeres generación por generación.
Ana hizo memoria y su abue siempre traía esas dos trenzas ya muy delgaditas y color plata con dos listones. En cambio su mamita, siempre traía cientos de trenzas pequeñas atadas con listones rojos, incluso cuando la fueron a enterrar traía esas pequeñas trenzas recogidas en un moño blanco, que hacia juego con su vestido.
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Ahora Ana ya con quince años, no tuvo cuidado. Una tarde mientras se encontraba con Raulito, hijo del panadero del pueblo, escondidos tras los gallineros beso y beso, abrazo y abrazo. El chamaco, no aguantó la emoción y comenzó a abrazarla y a deshacerle la trenza. Apenas el cabello sintió la libertad, comenzó a crecer, salieron cientos de flores guindas, ramas y hojas. Pronto se convirtió en un hermoso rio guinda que se desembocó en la pared que daba a la calle. Raulito salió corriendo.
Ana trato de atarse nuevamente la trenza, sin lograrlo. Ahora era más bugambilia que cabello y comenzó a llorar. Justo en ese momento su abue regresaba del molino y le dijo: -¡Chamaca! ¿Qué andas haciendo ¡Te lo dije y no me hiciste caso! ¡Ahora si me vas a creer! A tu mamita que ya está con Diosito, le pasó lo mismo-.
Y echo una carcajada.
Más tarde llegó la abuela con unas extrañas tijeras color dorado y un carrete de varios metros de listón.
-Ya le di de comer a las gallinas, vamos a arreglar esto, ya no llores. Esto nos llevará toda la tarde y ya olvidaste de tu hermosa trenza larga unos años y de Raulito, que ya lo están curando de espanto y no piensa venir por un buen tiempo.
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Nancyliz Salinas. Como escritora ha colaborado en varios libros de antologías organizadas por editoriales como la Sangre de las Musas, el Under Ediciones, entre otros. Editoriales conducidas por su fundador el escritor Carlos Camaleón dedicadas a fomentar diversas expresiones artísticas (comas, escultura, danza, cine y literatura principalmente). Originaria de Guerrero, como muchos escritores comenzó a realizar textos solo para ella. Después de formar parte en de la primera antología, dio rienda suelta escribir letras. Sus textos están colmados de humor, un poco de acidez, azúcar, nostalgia y amor. Nacen a partir de sus vivencias de la infancia, de su día a día, de historias que vivían en sus sueños y ahora son plasmadas en relatos éxitos. Un día se encuentra frente a una imagen, la captura en una fotografía y de pronto una historia nace a partir de ella en un cuento o una anécdota pasada. Temporada de Jacarandas primer libro en solitario, compendio de micro cuentos, poesía , anecdotas y cuentos Editorial la sangre de las musas
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CORAZÓN FANTASMA
ESCRITO POR:
ELIZABETH DE LA CRUZ.
Constantemente diviso la sombra de tu cuerpo recorriendo cada parte de mi casa, mientras las paredes susurran tu nombre y se escucha el eco del llanto de mi corazón. Ya que las noches se sienten frías y la cama enorme desde que te fuiste, enorme como la ausencia que se respira en cada rincón, ausencia que dejaste al partir aquel día, fatídico día en que abandonamos este amor.
Nunca imaginé que los restos de este sentimiento quedarían tan impregnados en cada centímetro de este lugar, ahora tu fantasma habita mi hogar, aunque mi hogar eras tú; por lo que esta casa se convirtió en un fantasma, en vestigios de lo que un día fue, al igual que yo. Dejaste tantos vacíos en ella y en mí, vacíos que no he podido llenar, vacíos que nunca podré llenar. Porque otra conexión como la nuestra no habrá, pero el destino nos deparó un final, final que se sintió anticipado, ya que incluso cien años serían escasos.
Así que no me queda más que habitar en el cadáver de nuestro hogar, habitar como alma en pena cargando conmigo las cadenas de nuestra historia, hermosa historia que me tortura en cada paso, cada respiro, cada minuto sin ti a mi lado.
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De hoy en adelante soy una muerta en vida, tengo un corazón que ya no palpita, soy un espíritu que sólo deambula, en una casa sin alma, vacía y fría.
Elizabeth De La Cruz Moctezuma Tamaulipeca residente en Nuevo León, México Ingeniero químico y colaboradora en Pide Permiso Podcast Publicada en las antologías poéticas “Artivismo: El arte como espacio de resistencia” (Editorial Raíces), “Campanas del brezo Vol. II” (Ediciones Ave Azul) y “Navidad, ¿para todos?” (Verso Inefable). También en las revistas digitales Faraute (Vol. 6), Extrañas Develadas (No. 1 y No. 2), Letras y Voces (Cuarta Edición), Malaquitas (Cuerpa), Marjorie Revue (No. 4), Irradiación (No. 7), Iguales (No. 2), El Creacionista (Enero 2023). Además de páginas como Revista Axioma, Poesía de Morras, Alas de Mariposa, Cósmica Fanzine, La Coyol, Red de Narradoras, Elipsis, Martes de Terror y Straversa.
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ELLA ESCRITO POR:
JOSÉ ALBERTO CAPAVERDE - EL SEIS.
Ella estaba tan alta, que mis manos no la alcanzaban, y mis ojos se alegraban con verla, soñaba con poseerla, yo era un niño de ojos verdes y rulos rubios.
Ella sabía que era mi tesoro, y el motivo de mis desvelos, y hasta la causa de mis temblores nocturnos
Ella cruzaba las piernas y mostraba un poco de su braga y como por arte de magia, convertía todo mi día en pura felicidad y plenitud.
Ella se acercaba coqueta y sonriente, hasta que el vaho de su boca, bañaba mi rostro, y hacía que mi piel se erizará, y mi corazón golpeara mis costillas.
Ella era mejor que el pan calentito de la mañana, y hasta que el paseo en bicicleta con mis compañeras de primaria
Ella algunas veces tenía que ir a la ciudad a las tiendas de ropa, pasaba con la peluquera, y visitaba la confitería; y me daba cuenta que no estaba, porque la casa estaba sombría, y había una quietud malsana.
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Ella llegaba con esas mejillas coloradas, y su sonrisa que desafiaba al sol, llena de obsequios y palabras dulces y cariñosas, que todos los habitantes de la casa, se convertían en agradables personas.
Ella me preguntaba por mis amiguitas, mientras movía su lengua, y mostraba sus perfectos dientes, siempre tardaba en contestar, porque veía como salían las letras de su boca, ahhhhh.
Ella ponía mi cabeza en sus piernas ardientes, cuando mi padre se molestaba, porque no lo deseaba acompañar de pesca, y sus manos suaves, surcaban mi pelo ensortijado, mientras decía, está indispuesto, yo lo cuido...
Ella era la única mujer que en realidad me importaba, y a la cual, estaba dispuesto de hacer mía, de tenerla para siempre, y jamás separarnos
Ella era el rocío de la mañana, el sol que alumbra, las nubes caprichosas, el cielo lejano, el universo en movimiento, pero... también era la carne palpitante que me hacía volar.
Era algo así como la voluptuosidad misma.
Era como una luz necesaria.
Era todo...
Trataba de no pensar en que sería de mí, cuando se casara.
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HUERTO PRÓDIGO
Me perdí entre tus huesos helados.
Pechos de vainilla.
Sonrisas de bosques en Abril.
Girasoles.
Giralunas.
Sobre tus hombros una carga de miradas.
El sol se desangra.
Tus ojos puertas clausuradas
Un abedul se masturba.
Tus brazos primaveras en invierno.
Corazones gélidos.
Follaje de ausencias.
Lluvia orgásmica.
Tu sonrisa, huracanes violentos.
Buganvilias tus labios.
Tus amores, espinas de rosas negras. Humedad en tus bragas celestes.
Pasión entre cortezas.
Tu ano es una jacaranda
Delirio.
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Vendaval de odios.
Dioses muertos.
Gemidos.
Peyote tu saliva, embriaga y hace volar.
Tus hijos son hongos sagrados.
Los claveles impúdicos.
Blancos de semen, rojos violentos
No existe la flor del mañana.
Tu cuerpo campo fértil.
Niños de mango.
Leche de miel e higos.
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POESÍA
ESCRITO POR:
CECY CASTILLO
Traigo la muerte en todos mis espacios incrustada en el aroma prohibido que canta por debajo de mi falda Cuelga como un fantasma en mi cintura con el sudario de íntimos placeres que amanecen con su beso furtivo.
Traigo su recorrido majestuoso todo su palpitar en mi alborada, la espuma de su sexo en mi locura la lumbre de su respuesta en mi boca.
Traigo esta procesión de sus moradas la dulce iniciación de su reflejo que me nombra su sombra, su figura que besa mis palabras, mi silencio para rozar mi corazón ileso como la compañera que desnuda.
Viene a besar mis noches, mi ternura donde juntas sabemos ser el agua.
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Se me aquietan las manos en la aurora con la caligrafía del sonido que me desviste sola ante un espejo donde bailo mis días, mis corajes del centro, de mi amanecer en tregua voy buscando la voz bajo el vestido voy deseando tener otro destino que me abrace al letargo de la lluvia Con la caricia del recuerdo a pausas que mece mis pisadas en sus valles busco la soledad como sonaja busco su pecho abierto a mis cantares me busco en esta desnudez que grita
Te busco en mi respiro y sus caudales
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Se me desborda el cuerpo en tu llegada toca y retoca el tiempo del incendio hasta empapar mi centro en tu figura donde encuentro estos labios y sus rumbos hasta aquietar mi sombra en tu galope hasta entender porque mi esencia escriba quiere rasgar el tiempo, lejanias
para mediar al riesgo este desborde donde la aurora espera
hasta enmendar la piel.
Cecilia Castillo.
Poeta, Gestora Cultural. Su propuesta literaria se enmarca en la dualidad de textos eróticos y literatura para niños. Trabaja en propuestas y proyectos de Fomento de lectura y actividades culturales, Entre sus publicaciones ha participado en diversas antologías nacionales e internacionales, cuenta con los poemarios : “Voz tinta”, “Aleteo”,(2017) “El beso en la sombra”, “Cuerpo de mujer”(2018) y “Agua en el Evangelio ”(2019)
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OMAR
ESCRITO POR: ANDRÉS BALLONE.
Hola Ana,
Esta es la cuarta versión de la carta que empiezo y espero esta vez no tener que hacerle ningún tachón, para poder terminarla y que te llegue impecable. Te escribo esto parado en el límite de distancia invisible que me han obligado a respetar. De acá a la puerta de tu casa hay exactamente 800 metros y un centímetro. Es la medida exacta que tiene el Vaticano de punta a punta, ¿sabías? Yo no, pero anoche me quedé hasta tarde buscando en Internet qué otras cosas del mundo miden 800 metros, además de una resolución judicial ridícula.
En este punto, será obvio decirlo, pero no estoy para nada de acuerdo con lo que decidió el Juez. Es cierto que no he tenido unos meses muy tranquilos en el último tiempo, pero me parece precipitado de su parte hacerme a un lado de vos con este campo de fuerza que tiene pero no tiene bordes. ¿Y si lo atravieso, que pasaría? ¿Qué pasa si en este instante adelanto un pie? ¿Unos rayos láser le van a avisar a la policía que lo hice? ¿Me van a caer del cielo un puñado de agentes del SWAT como las películas? Qué paparruchada todo esto Ana, por favor.
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Creo que lo que más me sorprende es que hayas sido vos quien decidió activar la parafernalia legal. De la lista de defectos tuyos que hice, entre ninguno de los 17 estaba la deslealtad. Hubiera jurado que lo haría tu hermana, porque su lista supera los 32, y sí, definitivamente ella me parece alguien que podría jugar por la espalda
Igual, ya está. Lo voy a dejar acá.
Yendo a la razón de esta carta, quiero que sepas que ordené tu ropa por talle y color. Está todo arriba de tu lado de mi cama. Tus discos los puse en una caja organizados de los que más a los que menos te gustan. Podés pasar a buscar ambas cosas cuando quieras.
También tiré a la basura el mural con tu línea de tiempo que tenía en el garage Enterito Desde la primera foto tuya de bebé, hasta la que te saqué desde atrás de un árbol anoche, cuando sacaste la basura.
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Y dejé de escribir la obra. Bueno, en realidad, le cambié el nombre. Ahora se llama “Ana Bella”, ya no es más sobre vos. Es sobre otra chica, que también trabaja como modelo, pero de zapatos, no de ropa interior. Y es rubia, no castaña.
Hablando de eso, vendí por Facebook la bolsa de pelos tuyos que encontraste en mi armario. Podés quedarte tranquila que no voy a hacerle una peluca a mi próxima novia.
Porque, como ves, ya estoy bien.
Perimetralmente bien.
Omar.
Andrés Ballone, Argentina (andiballone@gmail.com) Escritor de 39 años, nacido en Buenos Aires. Formado en las carreras de Periodismo y Ciencias de la Comunicación, dirige el taller de escritura “Soltar La Mano” iniciado durante la pandemia
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TOGETHER
ESCRITO POR: RUBÉN CERDÁ
―Doris Day siempre me pareció mejor actriz que cantante. Sin embargo en esta canción es perfecta. Y además habla de nosotros. “We´ll be together again”, estaremos juntos de nuevo.
»Como ya habrás comprobado la canción inicia con una melodía lenta a la que se le van sumando instrumentos y Doris tarda un minuto en empezar a cantar. Me la imagino meciéndose con el ritmo, con un vestido largo del color del cielo a media mañana, iluminado por el amarillo cálido de su cabello, haciéndose esperar para comenzar a cantar sin prisas, pausadamente, con la calma de quien sabe que ese es su momento, el instante que estaba escrito con su nombre, ineludible, inevitable, como lo nuestro.
»We´ll be together again. Hasta su letra parece hecha para nosotros.
sin lágrimas, sin miedos recuerda, siempre hay un mañana [...] tu beso, tu sonrisa son recuerdos que atesoraré por siempre
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»¿Sabes? Siempre me imaginé a nosotros dos, tú como James Stewart y yo como Doris en la película “El hombre que sabía demasiado”, juntos buscando a nuestro hijo y evitando conspiraciones asesinas.
»Tú y yo debíamos estar juntos, daba igual que decidieras dejarme, porque la despedida no es un adiós.
»Me encanta esta canción, por eso la pongo en nuestro viejo tocadiscos cada vez que bajo al sótano a verte, con el volumen al máximo para poder quitarte la mordaza, por si algún día, entre tus continuos gritos de ayuda se te escapa algún te quiero
Rubén Cerdá Berenguer
Me considero escritor de historias de cualquier tipo y género con las que pueda expresar algún sentimiento o emoción. Donde más cómodo me encuentro es entre los relatos de misterio, lo insólito y el terror. En estos géneros he participado desde 2015 en diversas antologías, tanto digitales como físicas: Los papeles perdidos de Stephen King, El género Z está muerto, Ibidem Revista literaria, Píldoras de anticipación, Microcuentos Palabra Herida.
En 2018 publiqué la antología propia de relatos “Miedos y otras desvantajas” y posteriormente el ensayo sobre fenómenos cercanos a la muerte titulado “La zona gris” . Actualmente, de manera semanal también publico en redes las microimágenes sobre amor y desamor cotidiano en mis perfiles de Instagram y Facebook “Perversia"
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AMOR AGOTADO ESCRITO POR:
PAMELA VESTFRID.
Cenizas de un amor agotado, salpican mi alma, la carencia inquieta, merodea la locura, se pierde la calma, cuando la soledad quema. Me siento como: un perfume gastado, un grito inaudible, una mano vacía, un cuerpo sin sombra. Avanzo herida, como un vidrio astillado, con la respiración pausada, esquivando barrancos, desahuciada, pero viva.
Pamela Vestfrid es Licenciada y Profesora en Comunicación Social (UNLP). Tiene 45 años y se desempeña como investigadora y docente del nivel superior en la ciudad de La Plata, Argentina, donde reside actualmente. En el año 2021 publicó su libro de poemas, cuentos, fotos y collage, titulado Collage infinito Más tarde, publicó el cuento La cofradía de los caracoles,con ilustraciones de Rodrigo Vilches Luppo
Ambas publicaciones circulan en papel, y se pueden descargar gratuitamente de internet http://bit ly/3q4jgAf y https://n9 cl/c caracoles
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POESÍA
ESCRITO POR:
FABIOLA MORALES GASCA.
ERIZO
Erizo expandiéndose entre mis manos, noche que lame la larga tregua, ausencia postergada, anemonas de oscuridad expandiéndose en este océano inhóspito sobre tu fragua neptúnea.
Las manos, las manos, las raposas manos entre mis piernas, ciclopes bestiales que hablan inútiles lenguas. Aquí, el erizo astillándome la punta de todos los pensamientos, Aquí, fundido tu aliento en mi cuello. cercano, cercano tu beso circulando mi vientre, noche arremetida de silencios donde fluye la sangre sobre tu cadera.
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Sobre este circular mutismo, tu lobo hambriento se arrodilla para devorar de mis hastíos inútiles universos expandiéndose.
Tú disfrazado erizo entre mis manos el silencio devoró todo.
INVENTOS
Estómago, venas y carne descubrieron que fuiste un invento Senos hiedra Ojos infinitos
Sol y flores Mudo cenzontle fuiste tú un invento todo el tiempo.
Huesos, sangre y dientes roce de tus dedos en circulares movimientos sobre la pelvis lunar; azúcar corriendo en círculos hasta llegar al orgasmo de reminiscencia.
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El olor de tu cabello luz deshojándose en melancólicos poemas. Eres dolor silvestre avergonzándose del tiempo. Te convertiste en el primer hombre, Adán, que hirió a la mujer y secó las flores del paraíso al exiliarte en el silencio.
Tus miles de ausencias fueron secos pétalos del Edén raídos lenguajes e inexistentes vocablos esparcidos sobre mi anatomía tupida de símbolos.
Hoy las arboledas de mis verbos se pinchan de las dudas: tu existencia y amor fueron inventos ¡Por fortuna hoy me libero!
Soy un bosque espeso de palabras donde Flor, vientre y lengua asisten al entierro de quimeras.
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ADVERTENCIA
Atados en pasión Eros y Afrodita en el barco de los deseos fueron del Olimpo al hades el corazón se les consumió.
En cada uno de nuestros anhelos hay que tener precaución cuna de chispas es el amor que a los amantes deja en cenizas.
Fabiola Morales Gasca: Maestra en Literatura Aplicada en la Universidad Iberoamericana plantel Puebla Egresada del Diplomado de Creación literaria de SOGEM Fue alumna de la Casa del Escritor y la Escuela de Escritores Autora de los poemarios Para tardes de Lluvia y de Nostalgia (2014) y Crónicas sobre Mar, Tierra y Aire (2016) publicada por la BUAP Libros infantiles Frasquito de cuentos y Confeti, cuentos para niños traviesos BUAP (2017) El niño que le encantaban los colores y no le gustaban las letras (2018) Libro de minificción El mar a través del caracol por Editorial El puente (2017), Luciérnagas (2020) editorial La tinta del silencio y Ruta de palimpsestos (2022) Editorial argentina Kañy. Libro de cuentos Eclipses (2022) Bitácora de vuelos ediciones. Participante en diversas antologías de España, Argentina, Venezuela, Chile, Perú, Colombia y México. Lectora voraz e incansable escritora.
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POSTERGACIÓN DE SENTIMIENTOS
ESCRITO POR: LILIANA FLORES.
Su mejor amiga le regaló un ramo de dalias una vez. Veintidós, si somos exactos. Una por cada año cumplido. En casa, las había puesto en varios floreros de cristal y los había distribuido a lo largo de la sala de estar y los pasillos Ese día tomó muchas fotos Luego se dispuso a cenar una taza de café y media rebanada de pan de molde, mientras le escribía:
“Querida, Estela, muchas gracias por el regalo, aunque hubiera preferido verte”.
Ahora que ella se encuentra con esta dalia casi marchita y metida en un candelabro, se pregunta qué tan platónico fue ese gesto (o el de tomarse de las manos por debajo del pupitre, o el de largas e intensas miradas mientras la profesora de “Creatividad en la escritura” estaba de espaldas) Se pregunta también qué precio tiene y si puede llevarla consigo.
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Le vale treinta pesos, señorita
¿Y el candelabro?
El candelabro, pues. La dalia no se vende.
Y se le rompe el corazón. Porque, por supuesto, no existía nada plantónico es ese gesto. Por eso ahora llegará a casa sin ella y en su puerta no encontrará veintiséis dalias más (una por cada año cumplido), únicamente se dispondrá a cenar una taza de café y media rebanada de pan de molde. Le hará una nota:
“Querida, Estela, lo he entendido todo”.
Pero Estela no responderá, ya le está enviando flores a alguien más.
Liliana Flores (Puebla). Egresada del Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, ha sido publicada en antologías como Diversidad(es) (2021), Minificciones en invierno para La Asociación Literaria y Cultural de Yucatán (2022) y Navidades paralelas Antología internacional de relatos navideños (2022); así como en revistas digitales tales como Marabunta, Perro Negro de la Calle y Fatum. El andar de las letras.
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ELLA
ESCRITO POR: JOSÉ ROSALES.
Ella: Exilio / Migración / Destierro.
Liturgia irregulada de protocolos, cuyo culto desnudo
emancipa la carne del hueso, y el silencio es la taxidermia de quien anestesia con súbitos arcanos las ceremonias del luto lingüístico.
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[Exilio: Elevada “inconceptualización” de presencia (Arbórea).
Ingrávida semántica del cemento hecho urna]
Lexema tácito improvisto de predicativos evocativos al depósito dérmico, en la insustancialidad de siluetas calcáreas al sustrato “estalagmitico”.
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José Antonio Rosales Bettelli. (San Cristóbal, Venezuela 1992) Escritor, poeta, artista visual Miembro de la revista digital Pulsión Poética Autor del libro “Epitome al Brevario de una Noche”( Editorial JBernavil 2022) disponible en la plataforma Amazon, versión tapa dura y Ebook Ha expuesto sus obras visuales en la galería virtual del fondo para la cultura del estado Táchira, participando en la 2da Edición de “Enferiarte” Asimismo en la Galería Manuel Osorio Velazco en Venezuela También ha expuesto sus obras fotográficas e ilustrativas en la exposición virtual “Escuela artes de las América Venezuela-Chile” en conmemoración al reino animal Coescritor en 12 obras literarias a nivel nacional e internacional, por mencionar algunas “Por Amor al Arte” (AEHISP, 2021 Espana), Antología Poética “Los herederos del Parnaso” (Ediciones Alborismo, Venezuela, 2002) Antología Poética “Naufrago de mis versos” (Gold Editorial. Colombia. 2022) Antología Poética Nueva Lengua Guarida (Editorial Palíndromus 2022. Venezuela). Ha sido publicado sus piezas también en las revistas venezolanas “XIII Edición de la revista Awen” (Editorial Palíndromus, Venezuela 2020) Pulsión Poética (Revista digital, Venezuela 2022). Revista Re-lente. (Relente editores, Venezuela 2022) A nivel internacional: Noktívaga (Editorial independiente, Chile 2021), Abrazando letras (Editorial Sentinel, Chile 2021). Poetas Ruculista. (Ediciones Ruculista, 2022) Revista Litterae (AEHIPS desde 2021 al 2022, publicaciones semanales de escritos inéditos. España) El guardatexto. (Editorial Guardatexto, México 2022) Revista Cultural del movimiento internacional para Cultura E.R.G.O. (Ediciones ERGO 2022) Fugaz Literatura Breve. (Ediciones Literatura Fugaz, Brasil. 2022) Revista Literaria <<Reveuse>> (Edición Reveuse. Cuba 2022) y el diario Ennews en su sección de poesía dominical (El Salvador 2022) recibido las menciones: Mención publicación en el V certamen de Poesía venezolana “Eco de la Luz" (Editorial Palíndromus, Venezuela, 2021) Mención de Honor en el II concurso internacional de Poesía JBernavil en honor a Pilar Paz (Editorial JBernavil, 2021) I Finalista en el concurso internacional de Poesía Aníbal Sánchez (Venezuela,2020) Mención de honor II Premio Internacional de Poesía “Bruno Corona Petit” (Editorial Palíndromus, Venezuela 2022) Finalista del Concurso Poético “Naufrago de mis Versos” (Gold Editorial Colombia 2022) A participado en la Feria internacional del libro de Caracas 2022 (Venezuela, 2022) Feria Internacional del libro de Venezuela 2022 ( Presentador del Libro Bajo el Camisón Sonreía una Mosca Escritora Isaura Duarte Fondo editorial Fundarte 2022) IV Encuentro Binacional de la Palabra y III Internacional Virtual “Almendrales y Hojarasca” (Cúcuta-Colombia 2022) Encuentro Poético del Sur 2022 (Caracas-Venezuela 2022) IV Encuentro Binacional de la Palabra y III Internacional Virtual “Almendrales y Hojarasca” (Cúcuta-Colombia 2022)
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ANHEDONIA ESCRITO POR:
NAIROBI ESCALONA
¿Nunca has sentido nada?
¿Cómo así, María?
Te vi sacar el cigarro del pantalón y encenderlo con el yesquero que te compró el enfermero que siempre andaba tras de ti, Carlos. Miré hacia la puerta y, efectivamente, el tipo estaba ahí, fumando y pendiente que nadie nos pillara.
Ya sabes… sentirte en blanco como un papel. No piensas en nada, no te emocionas por las mismas cosas de antes. ¿Cómo se llamaba eso?
Chasqueaste la lengua y me miraste como si fuese la cosa más insignificante del mundo. Te aparté la vista porque me hastiaba cada vez que hacías eso. Siempre me hacías sentir estúpida, Carlos
Se llama anhedonia.
Asentí repetidas veces.
¿Crees que después de todo lo que hemos pasado ya nos volvimos incapaces de sentir otra vez? pregunté.
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Te removiste, frunciste tu boca sin intenciones de responderme y nos quedamos en silencio. Los árboles parecían que de un momento a otro se pondrían a caminar. El soplo del viento azotaba a las ramas y las hojas se rozaban entre ellas salvajemente. Si no fuera por el gorro que me regalaste un mes atrás, mis orejas sufrirían de hipotermia Sabes que me gusta la noche, pero también sabes que detesto el frío. Y en esta ciudad, el frío y la noche rara vez se separan. Por eso, estar aquí era masoquista. Contar los puntitos brillantes del cielo, sentir la brisa entre mis dedos y ver tu perfil. Verte a ti ignorarme. Eso era masoquismo.
Tu papá te pagó la salida, ¿verdad?
No me respondiste, Carlos. Seguiste fumando con esa actitud de nómada y miraste el vacío con tus pensamientos difusos.
Sé que no soy la persona más inteligente que has conocido…
―Para nada —dijiste.
Idiota, ni sé por qué empezamos a hablar.
Somos amigos desde hace meses. ¿En serio importa cómo empezó todo?
¿No te emocionó conocerme, Carlos?
No y te reíste cuando te pegué en el brazo.
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Suspiré y vi mis piernas al otro lado del techo, pensé que con un salto ya se acababa todo. La muerte estaba en cualquier lugar, solo había que tener imaginación. Un mal movimiento o un empujoncito y directo al suelo de adoquines.
Me gustaría tener una familia como la tuya, Carlos Un papá que se preocupe por mí, hermanos que me llamen… alguien con quien cantar cumpleaños ¿sabes?
María… cuando los noticieros supieron que estaba en rehabilitación, ¿cómo crees que mi papá se puso? No pienses que lo hace por mí. ¿Tú crees que el enfermero de ahí vino porque es muy chévere y le salió del corazón hacerme subir contigo? No. Mi papá le paga para tenerme vigilado.
Bostecé y miré mis uñas. Recuerdo a la mamá de Carlos que vino hace dos días: sus uñas eran hermosísimas Nunca imaginé que una pequeñez como esa representara tanta elegancia en alguien. En esencia yo era igual que ella ¿no? ¿Entonces, por qué yo me sentía diferente?
Te vas… ¿Te vas muy lejos? A España.
Pff… tragué en seco y volteé a mirarte.
Me sorprendiste porque ya me estabas viendo Botaste el cigarro y te relamiste la boca. Hacías eso cuando te ponías nervioso.
—Me tienes que prometer una cosa, María. ¿Qué?
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Cuando salgas de aquí no vas a volver a recaer. Te vas a graduar. Encontrarás un empleo y vivirás tu vida como te lo mereces. ¿Me estás oyendo?
¿Por qué me haces prometer algo que ni tú vas a cumplir, Carlos?
Porque tienes más oportunidades que yo…
Me diste la espalda sin emitir otra palabra más; me abandonaste con la noche, con el frío y mi masoquismo.
Dijiste que dejarías la puerta abierta y que te ibas a acostar.
A la mañana siguiente todo parecía lo mismo, solo que tú ya no estabas.
Nairobi Escalona. Aunque estudia biología en la Universidad Simón Bolívar de Venezuela, su pasión se ha inclinado a la escritura desde hace tiempo. Descubrirse a través de la literatura empezó con las novelas de fantasía, como la saga de Los Cuatro Reinos de Andrés Hidalgo, y luego leer otros autores: John Katzenbach, Stieg Larsson y Tonya Hurley
Son varios sus géneros favoritos y se concentran en suspense, policiacos, el romance y la fantasía Ha participado en 3 concursos literarios: en la V Edición del Premio de Cuento Santiago Anzola Omaña, en la VI edición del Concurso Internacional de Microrrelatos de la Fundación Cesar Egido Serrano, y en la Segunda convocatoria al Concurso “La escritura hecha en casa” en su universidad. Y hoy día cursa el Taller de Escritura Creativa avalado por FunindesUSB.
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LA ESPERA
ESCRITO POR:
CARMEN CAPOTE.
Ahora que la espera se convierte en pesadilla ansiando la luz llegue iluminando la negrura, cansados los espejos de la ausente sonrisa pienso en ti.
Tu imagen en mis versos desterrando el vacío oxigenando, espabilando la dormida esperanza, que intenta romper la madeja del sueño. Ahora que la espera trastoca las horas desvaneciendo la realidad del tiempo, no puedo hacer otra cosa.
Sólo pensar en ti.
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Carmen Capote Díaz (Cuba). Nacida en la ciudad de Cienfuegos, Cuba, en 1962. Radicando en La Habana desde hace años. Amante de la música, la pintura, y la literatura, gustándole escribir cuentos y poemas. Integró el Taller Literario del Pre-Universitario donde cursó estudios. Obtuvo 3ra Mención de Honor género poesía en el Concurso Literario Internacional de Cuento y Poesía “Horacio Quiroga” de la SADE Zona Norte 2021. 5ta Mención de Honor en el Certamen Internacional de poesía “Palacio Francisco López Merino” 2022. Poemas publicados en las Antologías poéticas “Secretos del Corazón” 2021, y “Como Hermanos” 2022 por Ediciones Afrodita. Cuentos y poemas publicados en las revistas literarias Trinando, Horizonte Gris, Perro Negro de la Calle, Amarantine Revista, Revista Visceral, Revista Anacronías, Revista Extrañas Develadas, Iguales Revista, Poetas de Plata, Letras y Voces, y Dragón Escritor
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EL SENTIDO DEL DESAMOR ESCRITO POR: CARLOS ENRIQUE SALDÍVAR.
El amor puede ser ciego, dijo la mujer. También puede ser mudo, porque no se requieren las palabras para expresarse los sentimientos. Si el amor puede ser mudo, también puede ser sordo, porque no es necesario escuchar, sino saber que él me adora. El amor, incluso, puede variar el sentido del olfato, por el poder de la costumbre, o porque empezamos a querer ese fuerte y adorable olor. Lo que el amor nunca puede perder es el tacto. Hace tiempo que no nos tocamos, que no funciona esa parte de nuestra relación, y hemos empezado a ver a otras personas. No cabe la menor duda de que el tacto es vital. Adoro cuando me tocan, y me hace sentir deseada y gozada. Antes sufría, pues amaba a mi esposo y me dolía hacerle esto, pero él también fallaba. Lo cierto es que ahora me importa cada día menos, no lo toco, no me toca, no cojo sus manos, su pecho, su rostro. Se aleja de mí cada día. Puede que haya un momento en que seamos intangibles uno para el otro. Ese día llegará, de eso estoy segura.
Será mañana, cuando coja mis maletas y me vaya para siempre de su lado. No tocaré más su áspera barbilla, su recta nariz. Él ya nunca tocará mi delgada cintura, mis lacios cabellos. Aunque nos topemos de nuevo, no podremos percibirnos con claridad, nuestros cuerpos se traspasarán cuales fantasmas. Nos dolerá al principio, mas el tiempo hará que lo olvidemos.
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Carlos Enrique Saldívar. (Lima, Perú, 1982) Es codirector de la revista virtual El Muqui Es administrador de la revista Babelicus Publicó el relato El otro engendro (2012) Publicó los libros de cuentos Historias de ciencia ficción (2008, 2018), Horizontes de fantasía (2010), El otro engendro y algunos cuentos oscuros (2019) y El viaje positrónico (en colaboración con Benjamín Román Abram, 2022). Compiló las selecciones: Nido de cuervos: cuentos peruanos de terror y suspenso (2011), Ciencia Ficción Peruana 2 (2016), Tenebra: muestra de cuentos peruanos de terror (2017, 2018, 2021, 2022), Muestra de literatura peruana (2018), Constelación: muestra de cuentos peruanos de ciencia ficción (2021) y Vislumbra: muestra de cuentos peruanos de fantasía (2021).
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MANTICA DE UN NÁUFRAGO SIN BRÚJULA
ESCRITO POR: CELSO ESTRADA S.
metacrilato, pero al mismo tiempo una fuerza externa que los unan.
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Al principio fue la palabra y la falta de ellas nos ha condenado, la gran catástrofe un pecado original y su sentencia a vagar o eso es lo que cuentan en la historia fantástica más vieja de los tiempos. Su nombre fue Adán, en mi cosmovisión del principio de los tiempos antecediéndonos a Dios, se encontraba un punto negro en un fondo blanco y tras sentir su primera emoción: la soledad, estallo en infinitas posibilidades dotando de color y forma al fondo blanco. De igual manera este primer individuo finito del que se cuenta procedemos todos, descubrió su soledad y aunque pocos se atrevan a mencionarlo; antes de él su creador sintió lo mismo para traerlo a la vida... pero esa es una historia que contaremos en otro momento cuando en el paraíso asomándose una tarde de primavera descubrió el abismo devorador y quiso compañía.
A Adán después de ser creado y cumplir su tarea ordenando a todas las criaturas: se le otorgo una compañera porque de alguna manera el universo se tambalea si no son dos los extremos. Eva metáfora doliente, poseedora de la curiosidad y a diferencia de lo que algunos narran fue ella quien desencadeno toda posibilidad, de lo contrario ahí seguirían en el paraíso, recostados contemplando sabrá lo que sea que sobre ellos se encontrara y no seriamos. Sea como fuere se marcó un comienzo, el pecado que todos arrastramos una vez probado el fruto del árbol del conocimiento. Ser finitos y estar desprotegidos ese sería el gran castigo. Qué más equivocados podríamos estar, con el don de la razón y el libre albedrio la posibilidad misma encarnamos, pudimos domesticar lo salvaje de lo natural como mera imagen y semejanza de quien fuera que nos creó. Lo único que no es capaz de captar esa razón: son esos mismos sentimientos.
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Libres son los sentimientos como espíritus salvajes, una bestia indomable ese es el amor. Si bien una vez desterrados Adán y Eva se tenían mutuamente sin mencionar que fue a partir de ellos que todas las relaciones humanas se fundamentaron; fueron incapaces aun con el don de la razón de comprender eso que los unía. No es posible erigir una serie de leyes en un amor universal más que de un par de principios innegables como que el amor no solo se da como punto de partida en un fin reproductivo, también que involucra dos, pero no son necesarios en correspondencia y su doble movimiento se mantiene oscilante si es que perdura o rompe su flujo cuando un tercero capta el impulso del receptor generando una cadena que le debilita; más allá de una expresión química o alquímica de cambios se trae a colación la tercera ley de Newton. Con cada acto hay una reacción, ya sea un beso que genera un par de mejillas sonrojadas, una mirada que detiene el tiempo, una frase que se roba el aliento, etc.
El símbolo universal cuando se menciona aquella fuerza creadora a la que suelen llamar amor, amo tiránico que destroza en lo más profundo y deja heridas que no son posibles contemplar, es sin duda alguna el corazón. Es el punto por el que se sortea la mente y el acto; la razón y la creación, esta válvula con su doble movimiento de sístole y diástoles siempre ha de mediar cualquiera que sea la situación. Esa tendría que ser nuestra brújula moral.
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Algunos hablan de los corazones de hielo, de concreto, incapaces de realizar su doble movimiento, su falta de empatía, otros tantos hablan de corazonadas afirmando como guía de nuestro actuar. No todos nos descubrimos en este mundo y los pocos que lo hacemos despertamos igualmente sin saber a dónde ir, que hacer, como hacerlo ni para que hacerlo, contamos únicamente con ese instinto salvaje de vida pujando por no dejar de ser y esa otra voz que pretende guiarle, pero sin el corazón acceder a lo que esta fuera es imposible. Sin esas emociones no somos más que la duda encarnada. Eso no lo sabía Adán que en su ingenuidad hallaba la felicidad, hoy día su decendencia depende del consuelo que se acurruca en el pequeño nicho de lo que las emociones representan, capaces de paralizarlo o de impulsarlo a lo imposible.
El tiempo paso y de ellos surgió una cadena de personas que terminaron poblando el mundo, todos sin saber cómo comprender eso que se llama amor. Poco importa ahora la muerte si en vida al romper la brújula uno se destruía por dentro. Regresando al punto inicial sobre el amor, las ilusiones, los encuentros, desengaños y amores imposibles ¿Cuántos perros gatos dentro de un saco no nos hemos encontrado? Están Romeo y Julieta separados por una enemistad familiar por nombrar a una de las más conocidas.
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En La suerte está echada de Jean-Paul Sartre tenemos uno esos amores que pierden el rumbo por no saber escogerse a sí mismos. La premisa es simple un revolucionario a muerto, una noble ha sido asesinada por la ambición de su marido para quedarse con su fortuna. Ambos llegan al otro lado y por una cuestión de cláusulas del otro lado en el que se supone debían encontrarse y ser el amor, se les otorgara una nueva oportunidad, pero como en la cenicienta tienen cierto tiempo para enamorarse en vida si no volverán a la muerte. Se sobreentiende que ambos fracasan, el amor está en ellos; son el uno para el otro por sobre sus diferencias lo único que no logran es dejar de cargar problemas que no les competen, el intentando efectuar la revolución salvando a sus compañeros y ella tratando de impedir que su hermana que ya se ha enamorado de su marido sea acecinada también. La historia termina dependiendo de quien lo lea como un chiste de mal gusto o una esperanza de cambio, cuando en los disturbios ocurridos unos jóvenes mueren igualmente, pero tienen el derecho de retornar a la vida gracias a la misma cláusula que ellos, les preguntan si creen que sea posible a lo que responden que será algo que tiene que averiguar por sí mismos al tiempo que cada uno de ellos toma su camino, un camino alejado del otro negándose a enamorarse en la otra vida. Aunque ya he destripado por completo la abro vale la pena leerla por su cuenta, comentar que podrá ser esa idea final, solo una ironía o realmente Sartre apostaba por las nuevas generaciones capaces de lograr lo que nosotros no.
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Este dejar de ser uno para ser un nosotros no siempre es captado, es ese yo que disuelve lo otro, pero al mismo tiempo se pierde el ello Para que el amor pueda ser una fuerza que se entre lasa no debe restar, tampoco sumar sino engendrar algo nuevo. Ese es otro de los principios básicos de lo que el amor encuentra su ser y es la subversividad. Hoy día se habla de la deconstrucción en la que tomando algo viejo creamos algo nuevo desde sus escombros, esta idea no puede ser concebible con el amor, el amor no puede partir de los despojos moribundos. Imaginemos un lego, lo desarmamos y lo armamos a voluntad, pero siguen siendo las mismas 23, 189, o 94 piezas con las que partimos; en cambio el amor tiene que de esos 23 o dos elementos agregar algo distinto, no tanto la procreación consanguínea sino algo distinto que rompa en toda regla lo ya establecido El amor destruye, aniquila y genera, aunque uno de los principios sea que nada surge de la nada, el amor es capaz de conseguir lo inimaginable.
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José José cantaba que amar y querer no son igual. Si bien el amor es una entrega el querer es una posesión. Al amar rompiendo toda regla dejamos de ser ese yo adoptando un nosotros como ya mencionaba antes. Es abrirnos en la captación de algo mayor, es destruirnos y no, no nos reconstruimos en el otro, creamos una suerte de síntesis que puede culminar en otro ser vivo, en un acto que desencadene muchos más o en el simple hecho de mantenerse eterno como parte del otro. Su cualidad mutantica el amor cuando se hace contacto en el “nosotros” tiene una potencia inimaginable. Es por ello que, el capítulo 11 de Fluyan mis lagrimas dijo el policía damos cuenta de este querer como sometimiento de lo otro que contradice este principio de entrega del amor. Es un capítulo sagrado que anexo a mi compendio personal al que denomino mi biblia espiritual, que si bien durante todo el desarrollo de la novela nos preguntamos qué significa ese fluyan mis lagrimas todo cobra sentido precisamente en estas páginas, saber qué hacer con el amor cuando ya todo se ve perdido. Quizás Adán y Eva no tuvieron este sentimiento del que hacer una vez arrojados al mundo, pero tuvieron este deseo, ese querer probar del fruto prohibido cosa que se contrapone directamente al amor que una vez vivido se es él. Jason taberna el protagonista de esta novela descubre el amor una vez ha perdido su identidad, una vez se ha disuelto ese yo plantea una conversación más profunda y personal de lo que su vida efímera y superficial fue durante el tiempo de ser una figura pública, conversa con esta extraña quien le cuenta como al perder a su mascota ve un mundo distinto Hay una parte en la que le resulta el amor algo muy distinto al poseer una lampara, no solo se consigue y se arrumba en algún lugar de la casa, no, el amor tiene que ser algo más. El amor no puede solo ser contenido y con ese fluyan mis lagrimas está liberando el torrencial de todas esas sensaciones.
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Uno de los textos que me salvo cuando me encontraba perdido fue El dolor es un triángulo equilátero de Norma Lazo. Si bien a la primera lectura no logre comprender el título, pasaron una serie de vicisitudes más en mi vida para empatizar con algunos de sus personajes y como del amor estamos hablando, es este tema el pilar angular en el que convergen los múltiples personajes. Un hombre perdido en la vida se ha mudado recientemente a un departamento donde será testigo de la penitencia por la que sufrimos cuando simplemente esperamos anhelantes de que suceda algo, tal como en la espera de Godot. Una relación complicada con sus amigos y un vínculo amoroso del que no es completamente responsable; la chinos la amiga que está enamorada de él, que incapaz de corresponderle por su falta de determinación expresa: ella quiere un amor de telenovela, yo no sé ni lo que quiero. Vemos como el amor también aterra cuando no somos capaces de permitirle entrar a nuestras vidas, como el postergarlo lentamente no solo nos hiere a nosotros sino lo que esta fuera El final es desolador, seguimos expectantes y la única solución aprese ignorar todo problema, el simplemente se marcha dejando a la deriva a todo aquel que le espera. Ese es el simbolismo de su título, por donde quiera que lo veamos la espera genera dolor, un dolor que, aunque lo volteemos, nos retorzamos sigue siendo el mismo; lo mismo sucede con el amor al que no somos capaces de moldear a nuestro gusto y del que solo podemos dejarnos llevar.
El amor como el ser tiene múltiples maneras de decirse, somos nosotros aquel vagabundo ciego bailando bajo la lluvia mientras bebemos vino para silenciar el sonido Cualquier cosa puede ser eso que percibimos, sin certeza alguna, con una infinita cantidad de posibilidades de lo que sentimos, un mal entendimiento de lo que se percibe y quien sabe al final que sea lo que se siente. Náufragos a la deriva donde solo los más mínimos hemos puesto atención a esa brújula que nos guía otros hemos ido en contra de ella o ni hemos descubierto tenerla.
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Han sido un par de pequeños ejemplos para la complejidad de lo que es el amor; encuentros, desencuentros, rupturas, amistades, anhelos, y un sinfín de sentimientos salvajes con los que día a día luchamos. Seguimos perdidos sin saber qué es eso con lo que se nos condenó en su momento, la muerte es el silencio, pero antes de llegar a esa paz debemos encontrar el punto perfecto para no matarnos en aquel saco en el que nos toca ser el perro que ladra o la gata que araña. La mantica es el arte de anteponerse al futuro, de intentar descifrar lo que viene, pero una vez vislumbrado un camino todo en él es alterado de una u otra manera cambiando inevitablemente los resultados es por ello que aun con miles de ejemplos que no somos capaces de descifrar lo que el corazón será capaz de realizar, de ahí que como menciona Kierkegaard en las obras del amor; el enamorado capaz de conseguir lo imposible. Concluimos que miles son las historias que se pueden contar, pero vivir el amor es naufragar sin brújula intentando anticiparnos a lo venidero, hay que amar como un tonto
Celso Estrada Sánchez, Ensayo Egresado de la facultad de Humanidades (UAEMex) en la licenciatura de filosofía Con un par de ensayos, cuentos entre otros publicados en diversas revistas de corte digital Divulgador de la lectura con circulos lectores como Pedro y el mono. Interventor grafico de la calle con proyectos: Los perros de la vía láctea, Mafia kosmica.
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VALÍAS ORO
ESCRITO POR:
OMAR ALEJANDRO FLORES.
Si mal no recuerdo, valías oro en aquellos triangulares días de primavera -que siempre iban en alzacuando trasegabas, con tus propios dedos, el reflejo de un naciente vino añejo...
¡Ay! de ti, que de tanto yugo con amores baratos, te fuiste a pique en las duras aguas de tu metafísica noche.
Omar Alejandro Flores (Santiago, Chile. 1967). Poeta. Finalista y seleccionado en más de un concurso literario, ha aparecido en revistas y antologías nacionales e internacionales destacándose, entre las últimas: Letras derramadas Poesía amatoria y erótica mundial Montevideo, Uruguay (2021); Los Herederos del Parnaso Venezuela (2021) y Tiempo de ocres Argentina (2022) Con el tiempo ha desarrollado una poesía más bien experimental (en el amplio sentido del concepto) Publicó bajo Ediciones on Demand su obra Recovecos deslenguados (2021) y en formato digital, recientemente, Editorial Hoja en blanco le publica la obra Desalejandro (2023).
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PALABRAS DE UN HOMBRE ENAMORADO
ESCRITO POR:
FREDDY CONTRERAS HUANCA.
Palabras De Un Hombre Enamorado las naranjas y las uvas en un árbol se maduran los amores que se quieren desde lejos se saludan Quisiera ser pensamiento para estar dentro de ti para saber lo que piensas cuando estas lejos de Mi Una rosa es la mínima expresión de la belleza ee una mu8jer y una Mujer es la máxima expresión de belleza de una rosa.
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Esta mañana he pensado en ti se me ocurrió que estas muy lejos de mi ya sé que tal vez no se puede vivir así pero me gustaría tener ese sueño cerca de ti.
No me preguntes por qué te amo, tendría que explicarte por qué vivo.
Triste se encuentra el sol cuando el cielo esta nublado y triste me encuentro yo cuando no estas a mi lado. Quien te viera como te veo yo con tu sonrisa de luna, con el brillo de las estrellas en tus ojos, con pétalos de rosa en tus labios rojos, se habría enamorado como me enamoro yo.
Me hechizas con tu mirada de silencio dulce, me llevas a ese mundo de placer donde tú eres mi diosa y yo tu esclavo del amor, donde nosotros somos los amantes del gozo y de la vida de pasión.
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El vientecillo ligero me saludo acariciando mí cara le susurre algo en secreto, pidiéndole que te lo lleve a ti todo por completo le rogué que no perdiera ni siquiera una palabra
para que lo escuches que fue lo que te contara
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OBSESIONADA - MENTE AMOR
ESCRITO POR: AZUCENA ROBLEDO.
¿Aún piensas en mí? Yo no puedo evitar tener presente tu imagen cada segundo del día. Es angustia y tortura constante el saberte acariciado por el sol, por el viento y no por mis manos. Cada paso tambaleante que doy me acerca y aleja más de tu lado. ¿Qué pasará cuando nos reencontremos? ¿Dirás mi nombre con esa voz que me hacía estremecer? ¿Me darás la espalda tratando de huir lo más rápido posible?
Las cosas son diferentes a cuando estábamos juntos; he cambiado. Descubrí dentro de mí una fuerza que no conocía, lo sé por los rastros que voy dejando.
Estoy nerviosa, cada vez estoy más cerca. Mis dientes castañean y siento algo parecido a mariposas en el estómago. ¿Te gustará mi nuevo aspecto? Siempre te gustó mi piel pálida, ahora tiene un tono distinto. También he perdido peso. A veces la memoria me falla un poco y los recuerdos se enredan, pero no olvido tu olor; tu aroma me inunda a pesar de que faltan un par de kilómetros para llegar a ti
Espero que no estés solo, yo no lo estoy. Vienen conmigo nuevos amigos. Me desesperan, pues se detienen a comer constantemente. No saben de mi ansia por verte y sentirte dentro de mí. De pensarlo se me hace agua la boca; tu piel blanda y tibia entre mis dientes.
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La luz de tu casa está apagada, pero escucho tu respiración pausada. La llave está donde sueles esconderla. Hay algunos hábitos que nunca cambian.
¿Sabes? Puedo confesarte qué una de las cosas que más me enamoraron, fue tu inteligencia; ese cerebro privilegiado que tan pronto traspase la puerta, será mío por completo. Duermes. Espero no despiertes inmediatamente para tener la oportunidad de recostarme a tu lado por última vez.
MA. AZUCENA ROBLEDO LARA Es originaria de Toluca, Estado de México
Estudió Lenguas, y es cofundadora y codirectora de la Compañía de Títeres y Marionetas Titerefué Metepec Ganó el tercer lugar en el concurso de dramaturgia para títeres organizado por el Museo de Arte Popular, CDMX, edición 2018 He publicado relatos en las antologías: “Retratos de la soledad”
Ed Trajín, México; “Llama de amor viva” Ed Norte/Sur, México; “Microcuentos de terror en épocas del Coronavirus” Red de Escritores y Escénicas, Potosí,Bolivia; “Miscelánea literaria mundial –Agua vital” Red de Escritores y Escénicas, Potosí, Bolivia , “Mujeres vampiros” Ed. Gato Descalzo, “Siniestras, relatos de mujeres que incomodan”, y “Sobre la tela de una araña” Ed. Momo. Así como en diversas revistas digitales dedicadas a la literatura de terror, ciencia ficción y géneros especulativos.
FB: MaRob Azul Twitter: @MazucenaL
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ESCRITO POR: JOSELYN SILVA.
I,
No sé por qué sueño contigo cada inicio de mes. La historia se repite: hay un conflicto en la escuela donde ambos convivimos, yo tengo que participar en su resolución, tengo miedo; pero entonces apareces, corro hacia ti, me abrazas y todo es bonito y tranquilo de nuevo. Desde hace casi veinte años (¿veinte años?
¡veinte años!) tus brazos me protegen de la oscuridad No sabes lo que daría por volver a estar entre ellos, por poder decirte cara a cara lo mucho que te quiero, que te admiro, que eres mi fuente de inspiración y también uno de los pocos a quienes agradezco quien soy.
Hace otros tantos años, cuando empezaba a despegar mi carrera, escribí un cuento sobre ti (¿este lo es?). Por aquel entonces creía que nos habíamos visto en otras vidas, como te aseguré en alguna ocasión mientras veía un avión pasar por la ventana del aula del segundo piso. Tú sonreíste y me dijiste que sí; no sé si para ignorarme sutilmente o para confirmar lo que sospechaba Sin embargo yo lo pensaba en serio y así lo manifesté. Me parece que aún lo creo. No hallo otra razón para que ocupes así mis sueños; ni aquellos amores, viejos y nuevos, plenos y dolorosos, se han aparecido tantas veces como tú.
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“CARTA QUE NUNCA LEERÁ(S)”
Pero caray, que esto no se malentienda. Cuando te digo que te quiero no es exactamente como aquellos actores de los que tanto nos burlamos cuando (más) jóvenes, esos de telenovelas que veían nuestras madres. Cuando te digo que te quiero no es exactamente como se quieren mis hermanos, la pareja más estable que conozco; ni tampoco como aquellos amigos que se casaron y se divorciaron al poco tiempo.
Cuando digo que te quiero es así, sencillo, pulcro, cristalino: sólo sé que te quiero. No aspiro a la corporalidad del amor, ni tampoco a su parte espiritual. Repito: lo único que tengo claro es que te quiero y que desearía poder abrazarte una vez más. Cada vez lo veo más lejano, pero algo me hace no perder la esperanza, por mínima que ésta sea.
Contigo me desbordé en llanto no sé ni cuántas ocasiones; parecía que el río salado nunca se iba a terminar; parecía que todo el tiempo iba a estar en esa cueva oscura aterrada y paralizada. Tú me asegurabas que saldría(mos) de ahí, pero yo no te creía (¿no quería hacerlo?). Pasaron los años y, refunfuñando, tuve que darte la razón (como otras tantas veces): siempre habías estado en lo correcto. Quizá fueron tus años de experiencia, tu cariño o mero sentido común (uno no puede vivir a oscuras para siempre). No me quedó más que aceptarlo y reírme contigo mientras me dabas una palmada en la espalda.
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Cuando digo que te quiero no es en un sentido romántico ni sexual. Sólo te quiero como he querido a pocas personas. A veces pienso si acaso las cosas serían diferentes si hubiéramos coincidido antes, pero no sirve de nada elucubrar al respecto; lo que no fue no será.
Cuando digo que te quiero algo duele, porque sé que no podré decírtelo en persona en un buen tiempo y que, aun cuando pudiera, tendría que disimular ante otros porque no entenderían. ¡Tantas veces creyeron que quería algo más contigo! ¡Tantas veces que se burlaron y me obligaron a irme cabizbaja! Algo duele porque, al final, el amor es así: quema, cala, muerde. ¿Recuerdas cómo me decías que no maldijera, para luego reírte? Lo he olvidado. De mis labios salen maldiciones varias, no siempre a un interlocutor; a veces son sólo interjecciones, pero otras las digo con todo el dolo(r) del mundo. Total, no estás aquí para decírmelo de nuevo
No me malentiendas, no es que haya dejado tus consejos en un baúl polvoriento, pero es que la vida me ha tratado como vil basura y tuve que aprender a maldecir, a quejarme… pero también a pararme ensangrentada y partir madres. Desearía que pudieras verme. Ya no soy aquella niña temerosa que se escondía tras la bufanda infantil para no enfrentar la realidad y la verdad; hoy si te hicieran algo les partiría la cara. Y tal vez es lo que quiero (¿necesito?) hacer.
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En fin, nunca leerás estas letras y tal vez es lo mejor. O tal vez me arme de valentía y te lo mande en un mensaje que seguramente dejarás en visto. Porque es otra de las cosas que duele: tanto en mis sueños como en la vida real tu lejanía mata lentamente. No es exactamente tu culpa, ni tampoco mía; somos víctimas de las circunstancias
Ojalá pudiera soñar contigo otra vez y no sólo a inicios de mes, sino cuando lo deseara y necesitara. Sé que al despertar me soltaría a llorar por la pérdida que no es pérdida, pero al menos te tendría cerca. Al menos podría recuperar el valor para vivir, ese que siempre me dijiste que tenía, aunque yo no pudiera ni quisiera creerlo.
¿Ya te dije que te quiero?
Es la verdad Y sólo eso existe
Joselyn Silva Zamora (Estado de México, 1993). Es Licenciada en Literatura Latinoamericana por la Universidad Iberoamericana CDMX y actual estudiante de Psicología en la Universidad Latinoamericana. Ha participado en congresos y tertulias en México, Estados Unidos, España e Italia. Ha publicado en diversas revistas físicas y digitales tanto independientes como adscritas a instituciones, así como en la antología poética Artivismo. El arte como espacio de resistencia (Editorial Raíces/Centro Cultural de México en Santa Ana, California, EE.UU., 2022). Administra un blog en el que escribe sobre literatura y salud, mismo que puede leerse en www.joselynsilva.com
J
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CÓCTEL DE RECUERDOS
ESCRITO POR:
VICENTE ALMANZA.
La hora de la salida se hacía eterna en aquella oficina de abogados, todos esperaban las cinco de la tarde, era viernes y ya estaban pensando en disfrutar el fin de semana, no faltaba quien invitara los tragos.
Odalis Meléndez, abogada, casi pegándole a los treinta, había invitado a su amiga Karen a tomar una copa. Recién divorciada, tal vez se había equivocado al casarse con un piloto aviador que la deslumbró, y al final él se fue con una sobrecargo. Ahora era libre otra vez, podía hacer lo que ella quisiera sin darle explicaciones a nadie, pero también estaba la espantosa soledad, era muy pronto para buscar una nueva pareja, todavía no lo olvidaba. ¿Aún lo seguía amando? No lo sabía, era difícil la reconciliación, quedaron en buenos términos, no como amigos porque un amigo no traiciona, por eso Odalis trabajaba arduamente a veces hasta los fines de semana, era la mejor abogada.
Llegaron a un bar llamado “Bee Gees” recordando a aquel grupo musical de los años setenta y ochenta, a Odalis le gustaba la música de ese tiempo, su mamá le contaba como eran los bailes en los ochentas, las famosas “discos”, la diversión de la juventud de aquella época, el vestuario, los peinados, conocía la mayoría de las canciones que cantaban sus padres.
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Después de darle un trago a su bebida Odalis preguntó:
¿Así que ya te vas a casar amiga? Me da mucho gusto, haces muy buena pareja con René.
Si, ya tenemos la fecha de la boda y queremos seas la madrina de anillos al ver que Odalis se ponía triste Karen se disculpó perdón, ¿Cómo te sientes?
Odalis observó el vaso con hielos, como decirle que aún lo extrañaba, que sentía coraje, tristeza.
Pues aquí tratando de olvidar, vamos a festejar tu próximo compromiso, salud por tu felicidad y porque yo encuentre un pretendiente, no te creas, así estoy bien.
Siguieron platicando y al cabo de un rato y con varias copas más, Odalis observó al joven que estaba sentado en la siguiente mesa, piel morena, vestido con una camisa de manga corta sobresaliendo sus bíceps y un abdomen plano, resultado de mucho tiempo en el gimnasio, pantalones ajustados; tal vez era ingeniero, doctor, político, que importaba la profesión, lo que ella quería era divertirse.
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Al sonido de la melodía “Funky Town” se levantó para invitarlo a bailar, él la observó sorprendido después una sonrisa se dibujó en su rostro, tomó su mano y juntos llegaron a la pista de baile. Por los siguientes treinta minutos sus cuerpos se movieron al ritmo de la música, no hay tiempo para hablar, el ruido es tan alto que sus voces no se escuchan, intercambian de vez en cuando una mirada, una sonrisa, dos extraños que mañana posiblemente ya ni se recuerden, el objetivo era pasarla bien, le parecía muy atractivo, pero no estaba buscando pareja.
Terminando de bailar pidieron otras bebidas, Odalis quería probarlas todas: mojito, piña colada, beso de ángel, media de seda, margarita, vampiro, Tom Collins, y otras que el cantinero estaba inventando. Al calor de las copas y de la música, las dos amigas comenzaron a cantar canciones de Timbiriche y Flans, estaban pasándola bien, de rato Karen le pidió a Odalis que la acompañara al baño.
Habían caminado unos cuantos pasos cuando Odalis recibió una bofetada en el rostro, no sabía quién era pero le regresó el golpe con el puño cerrado, después unas uñas arañándole la frente, un jalón de pelo que la hizo caer al piso, muchas manos golpeando su cuerpo, alguien la abrazó por el cuello y se la llevó hasta la salida donde trataron de meterla a un carro, un miedo se apoderó de ella, pensando en un secuestro y una violación, sintió un golpe seco en la cara, todo era oscuro, ya no supo nada.
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Cuando despertó estaba en la cama de una habitación, trató de levantarse, pero se dio cuenta de que estaba completamente desnuda, esa recamara se le hacía familiar. Se oyó el ruido de la puerta, alguien la estaba abriendo, nuevamente un escalofrío por su cuerpo.
Hola Liz, ¿ya despertaste?
Era su amiga Karen que le traía su ropa limpia y una taza de café.
—Karen, ¿Qué estoy haciendo en tu cama toda encuerada?
No recuerdas lo que sucedió anoche?
Odalis le dio un sorbo al café, cerró los ojos tratando de recordar.
Traigo un dolor de cabeza que no recuerdo nada.
Mientras se vestía, Karen le iba relatando lo sucedido.
—Sacaste a bailar al muchacho de la siguiente mesa y cuando íbamos al baño, llegó su pareja, no sé si era su novia o esposa, te dio una cachetada y se agarraron a golpes, sus amigas se metieron y yo tuve que defenderte, René te llevó hasta la salida para subirte al carro, pero te defendías con los pies, manos, uñas, hasta que él te dio un golpe en la cara para que reaccionaras, pero te desmayaste.
¿Pero por qué estoy sin ropa?
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Cuando llegamos a casa venías orinada, vomitaste, te quité la ropa para que te dieras un baño, te presté una bata para dormir, pero amaneciste sin ella.
La cara de Odalis cambió por completo, de un tono pálido a un rojo encendido.
¡Dios mío, que vergüenza! No sé qué decir, realmente estoy muy apenada contigo y con René. ¿Qué habrá pensado de mí?
Comenzó a llorar, Karen la abrazó para que se desahogara. ¿Qué sentimiento la habían obligado a tomar de esa manera? Tristeza, coraje, miedo, desesperación, ni ella lo sabía.
Discúlpame por dar ese tipo de espectáculo, no puedo olvidar tan fácilmente a Alberto, me dolió tanto su traición, yo que confiaba ciegamente en él pensando que había encontrado al amor de mi vida, imaginándome la boda, con mi vestido blanco… tal vez por eso bebí demasiado
Vamos Odalis. ¿Dónde está la licenciada que ha ganado los casos más difíciles? Que ha mandado a la cárcel a los culpables después de demostrarles que tenías las suficientes pruebas para enjuiciarlos. ¿Dónde está ese coraje? ¡Ánimo!, no desperdicies tu tiempo y tus lágrimas por un tipo que no te valora.
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Limpiándose las lágrimas Odalis pensó en sus padres que necesitaban su ayuda, y en sus dos hermanas que seguían estudiando, esa era la prioridad, ya después pensaría en ella.
¿Aún quieres que sea tu madrina después del ridículo que hice?
Preguntó tocándose la frente donde se veían los rasguños, Karen le pasó su estuche de maquillaje
Por supuesto, tú vas a ser mi madrina, y eso del ridículo no te preocupes, a todas nos puede pasar una mala noche. Ya está listo el desayuno para que te recuperes.
Bajando las escaleras rumbo hacia la cocina se percibía un olor a chilaquiles y huevo con chorizo, Odalis se tapó la boca, sintió ganas de vomitar.
No tengo ganas de nada, por un tiempo no quiero volver a tomar alcohol
Karen le puso en su mano un vaso con jugo de naranja.
Tómate, aunque sea el jugo, tienes que estar bien, recuerda que mañana es la carrera de diez kilómetros en beneficio para los niños con cáncer.
Se dejó caer en el sofá, necesitaba descansar para recuperarse y cumplir con el compromiso de la carrera, además también iba a correr Samuel, el dentista que tenía su consultorio junto a la oficina de abogados y que varias veces la había invitado a salir, pero ella lo rechazaba, podría ser el pretexto para conocerse más.
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El domingo por la mañana Odalis ya se encontraba participando en la carrera, vestida con la playera del evento, número de participación, shorts, tenis, el pelo recogido y el celular conectado en el brazo. Disfrutó esa carrera, la hizo relajarse el sentir su pulso acelerado y mojar la playera de sudor, ella y Karen llegaron juntas a la meta.
Estaban descansando y rehidratándose cuando escucharon una voz:
—Licenciada Meléndez, ¿Me permite invitarla a desayunar?
Era Samuel que también había corrido, Karen se apartó de ellos diciendo que su novio la estaba buscando, de modo que quedaron solos.
Hola Samuel, acepto tu invitación, pero por favor no me digas Licenciada ni me hables de usted, llámame simplemente por mi nombre
Muy bien Odalis, pero no te enojes. ¿Por qué siempre me rechazabas?
Pues … te diré que…
Siguieron platicando, tal vez terminaría en romance, difícil saberlo, solo el tiempo lo dirá, pero le daría otra oportunidad al amor, tenía derecho a ser feliz.
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ESCRITO POR:
DORISS HERNÁNDEZ AMADOR.
Su mirada, en él se postró desde el primer momento que lo vio … en su ser, en su intimidad ¡Un volcán se formó!
Magma; torrente sanguíneo ¡Sus venas dilatan fuego, ensancha su ego! ante el cuerpo curvilíneo.
¡Sus venas dilatan pasión! subyugada por un impulso frenético atraída por ese campo magnético su voluntad domina.
Su desmesurada sensualidad desborda lava por sus extremidades, consumida por el deseo de poseerlo presa en la llamarada del deseo ¡Su piel ardiente, exhala dióxido de lujuria!
Hoguera encendida impulsos frenéticos guiados por la libido ¡Queman sus entrañas, sin contemplación!
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"VOLCÁN"
Sus piernas, un volcán en erupción lava ardiente emana fumarolas sensuales
¡Calcinan sus entrañas, sin contemplación!
En la voluptuosidad nocturna columnas de vapor exhalan cráter de placer activo
En una habitación fúnebre acompañada por la añoranza consuma su deseo…
Doriss Hernández Amador. Ha participado en publicación de poemas en: Antología Miscelánea Internacional” Sensibilización del cáncer de mama” con el tema: Décimas al mes Rosa en Red de escritores y Escénicas Potosí –Bolivia.
Revista Latinoamericana de Colombia “kOMUYA”.
Antología Navideña con Editorial Grammáta
El día Internacional de la eliminación de la violencia de género, convocado por Radio por internet “Tercia de reinas al desnudo”
Revista digital no 1 Demiurgo
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JUEN Y UMAN
ESCRITO POR: SARA MANEN.
Desierto de Gnocix, planeta Ckory, día 05, del mes local séptimo, del año 18761
Hola madre, espero que estés muy bien.
Disculpa el modo tembloroso en el que respondo esta carta, creo que acabo de salir de un ataque de pánico, hubo un atraso en la correspondencia este mes, como seguro habrás calculado ya, por la fecha de la carta.
Así que tu gran sabiduría se me ha presentado un poco tarde. Como tú, papá y mi querida hermana Liluh han resaltado, citando textualmente mis primeras cartas a Obom, yo soy el trabajador no local, más eficiente que mi jefe tiene.
Me ha pedido que, en adelante, incluso cuando les escriba a ustedes, me refiera a él por su nombre, así que Uman, en realidad estuvo pidiendo que escribiera cartas para mí mismo los últimos tres meses, si como tan irónicamente ha resaltado mi hermana, porque ella es brillante y no una persona densa e inconsciente como yo.
Pregúntale si ese estúpido de Shaey Tesla ya le dijo algo en lugar de dedicarle canciones lamentables durante cada nuevo programa que hace, sé que vas a reírte, está bien, estoy siendo mezquino, no le muestres esto a Liluh, en realidad no quiero que se ponga triste.
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Pero puedes decirle que Uman está dispuesto a arrancarle la columna en su nombre, al parecer es un modo de ganar la aprobación familiar de uhm... Bueno él quiere que ustedes lo aprueben, pero me estoy adelantando.
Realmente estoy muy incómodo y avergonzado, como papá ha resaltado con ese aire burlón tan característico de su personalidad, yo estaba celoso, cada vez que Uman me pedía otra carta, me volvía más desagradable y mezquino sobre como quería decirle tantos elogios a Pherk, en lugar de a mí, hasta que termine por explotar.
Ha sido la cosa más horrible y humillante que me ha pasado nunca, me mordí la lengua, empecé a llorar y como aún estoy curándome de la expedición de caza que salió mal, ni siquiera pude hacer una salida dramática, me tropecé, me volví a lastimar el tobillo y no soy muy ordenado, lo sabes, así que me golpee la cara contra la esquina de mi mesa del desayuno.
Fue tan lamentable.
Desperté horas después con la abuela de Uman cuidando mi sueño, la mujer estaba tan preocupada, fue dulce y me sentí reconfortado, hasta que volví a recordar lo que paso y empecé a llorar de nuevo.
Los he asustado muchísimo, al parecer en este lugar, los ataques de pánico no son algo común o a lo que estén acostumbrados, he tenido varios los últimos días, pero nada tan violento como el que tuve frente a Uman.
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No sé cómo lo logré, pero traduje mis trastornos de salud mental a algo más o menos comprensible para los curanderos locales, me han hecho cantar y bailar, beber tés que saben asquerosos y he recibido muchos abrazos, la abuela de Uman dice que es porque mi alma es salvaje y está fragmentada, como las aguas y las tormentas de Obom, así que necesito que los abrazos la contengan. Creo que eso es un lindo pensamiento, ahora estoy avergonzado por haberlos llamado salvajes prehistóricos.
Uman ha sido muy comprensivo, me saco de la tina de mi baño, después de que leí su carta y bien, seré honesto, las personas aquí creen que debo decir todo lo que pienso y siento, pensé que ya lo hacía, al menos contigo, pero quejarme según ellos, solo ha sido el modo de expresar lo reprimido que estoy.
Así que, aunque estoy muriéndome de vergüenza Uman se ha sentado conmigo y en este momento está abrazándome, tratando de leer sobre mi hombro esta carta para ustedes, le he dicho que no puedo entender porque le gusto.
Hubieras visto su expresión, imagino que harás una cara similar cuando llegues a esta parte, pero realmente no lo entiendo. Y me alegra no hacerlo, porque Uman es práctico y por eso me gusta que sea mi jefe. Hace que las cosas sean simples.
Me ha dicho con su cara pétrea y angulosa, y sus ojos todos llenos de emoción, que no debo entender porque me quiere, solo tengo dos opciones; aceptarlo o no
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Él respetara mi respuesta.
Pienso que, si no sintiera nada por él, no estaría en la situación que estoy ahora, como tan amablemente me han recordado en su carta, aun no le doy una respuesta, pero quiero decirte madre que voy a decirle que acepto que me quiera, le diré que también lo quiero, pero siempre voy a ser este yo extraño e incómodo-
Lamento el párrafo inconcluso, estaba en el entendido de que Uman no sabía leer Cerulis, pero va todas las temporadas a Obom a contratar nuevos empleados y aquí no tienen traductores universales de última generación, así que se puso entusiasta cuando leyó mi confesión para ti.
Eso fue realmente muy vergonzoso
También habla Indites, Azuris, Bondis y Orcelis, puedes decirle a Liluh que este sujeto es más impresionante que su Tesla y también más fuerte.
La nueva temporada de contratación se acerca y todos volveremos pronto a Obom, como decía en párrafos anteriores Uman quiere que mi familia lo apruebe, está bien si no ocurre, solo no se lo hagan notar ¿quieren?
***
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Sé que se dieron cuenta antes que yo, pero eso no significa que Uman en realidad vaya a gustarles, creo que volver a Obom pondrá todo en perspectiva, y aun no decido que hacer, pero se nota que quiere pedirme que regrese con él, no quisiera terminar como Liluh, pero no sabré que ocurrirá si no lo intento por mi cuenta
En fin, madre, he empezado a divagar, aun es muy pronto para decidir cualquier cosa. Solo quiero que sepas que estoy bien, me siento ligero y un poco más saludable, los extraño y estoy ansioso por verlos pronto.
Con amor, tu hijo con un nuevo novio o algo así, Juen
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Sara Manen cuyo nombre real es Flor Sarahí Pérez Parra. Nació el 21 de Julio de 1993 en la Ciudad de México, lectora empedernida de la otredad y las disidencias, es escritora autodidacta desde el 2009.
Ha sido publicada en diversas antologías físicas y digitales, así como en Libropólis, un blog de mediación de escritura perteneciente a la UNAM
También se desempeña como Reportera Honoraria para el Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo de la Republica de Corea
Licenciada en Trabajo Social por la UNAM, ha desarrollado su trabajo en diversas instituciones públicas, privadas y del tercer sector, tanto en México como en Chile, en programas relacionados al desarrollo comunitario bajo los ejes temáticos de Perspectiva de Género, Derechos Humanos y Arte –Educación.
Es la creadora de Moon & Serendipia Creative Lab, un proyecto que fusiona diferentes medios plásticos para la elaboración de productos de papelería artesanal desde 2016 hasta el presente.
Fue coordinadora educativa del programa de mediación de Casa del Lago de la UNAM de 2017 a 2019, derivado de esta experiencia desarrolla un proyecto llamado “In city of Palaces” con el objetivo de divulgar información sobre arte y artistas y fomentar la exploración de los museos de la Ciudad de México con una perspectiva de curiosidad turística
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ESCRIBIRTE DESDE LA REMINISCENCIA
ESCRITO POR: ANDREA GONZÁLEZ MEDINA.
Te escribí en presente, me gustaba hacerlo. Fuiste la tormentosa inspiración que me alentó a escribir mis mejores líneas. Sin embargo, nos alejamos. Hicimos todo lo que se supone debíamos hacer para romper con esa cotidianidad que compartíamos. Decidí terminar con nuestro presente, porque me cansé de estar ahí a pesar de tus desbalances psicológicos, me cansé de estar ahí pese a lo económico, me cansé de ser tu incondicional. Decidí terminar con el presente ansioso que hizo de mi existencia un tormento a tu lado. Te escribí en presente, pero ya no puedo hacerlo más, porque ya no somos. A pesar de todo, me duele saber que ya no podré hacerlo.
Te escribí en futuro gracias a la idealización que hice de ti. Me apegué a esa representación simbólica que mi mente produjo, a pesar de que la realidad fuese tan contrastante. Nos visualicé, nos proyecté, pero hoy sé que no puedo, ni debo escribirte en futuro, porque a pesar de lo azarosa que es la realidad social, estoy consciente de la imposibilidad de su realización. Me niego a escribirte en futuro, porque nosotros nos encargamos de reproducir la coyuntura de nuestro propio momento histórico basado en lo efímero de nuestras relaciones. Nuestra relación siempre fue entrópica y era evidente que ahí no existía un futuro. Pero, sobre todo me niego a escribirte en futuro, porque lo mordaz de las expectativas y su extraño poder anticipador me indican que éste no existe.
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Me niego a escribirte en subjuntivo, porque no creo en la linealidad de las hipótesis, a pesar de que siempre criticaras mi postura y tú terminaras adscribiéndote al método científico. Me niego a preguntarme qué hubiese pasado si estuviésemos juntos. Me niego a preguntarme qué hubiese pasado si me hubieses valorado Me niego a preguntarme qué hubiese pasado si te hubieses dado cuenta de lo mucho que te amaba. Me niego a preguntarme qué hubiese pasado si realmente me hubieras amado. Me niego a plantear todo ese tipo de preguntas basadas en la esperanza, porque la esperanza es inacción.
Hoy la única forma que tengo es escribirte desde el pasado, desde lo que fuimos, desde lo que vivimos, desde lo que compartimos. La única posibilidad de escritura es el pasado con sus momentos de felicidad e infelicidad, con sus momentos de estabilidad e inestabilidad, con esa ambivalencia dicotómica que siempre nos caracterizó Hoy sólo puedo escribirte desde ese vínculo tan efímero que forjamos. Sólo puedo escribir sobre aquellos momentos en los que me hacías subir como en una montaña rusa, donde la caída libre era peor. Sólo me queda escribir sobre aquellas noches en las que mi corazón se agitaba cuando estábamos juntos, pero también sobre las noches en las que mi corazón se agitaba frente a la incertidumbre de tus emociones. Escribir acerca de cuando me sentía muerta de amor frente a tu cuerpo, tu inteligencia, tu síndrome de genio incomprendido, pero también cuando me sentía muerta de amor, porque ya no podía sostener el vínculo violento que forjamos.
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Hoy sé que la reminiscencia es la única motivación de escritura y, aunque, ya no te recuerdo como antes, la reminiscencia sigue presente. No sé si la reminiscencia en un futuro será desde el amor, desde el odio o desde la propia ambivalencia y oscilación de estos dos elementos. Lo cierto, es que la reminiscencia seguirá ahí
Andrea González Medina (Puebla, México; 1993) es licenciada en Sociología y maestra en Filosofía por la BUAP. Docente de ciencias humanas y sociales e idiomas en la Universidad Mesoamericana y en el área CEU de la Facultad de Lenguas-BUAP. Cuenta con certificaciones en francés (DELF), portugués (CELPE-BRAS) y alemán (ÖSD). Dentro del ámbito académico, sus líneas de investigación son género y trabajo. Ha colaborado en los sitios electrónicos El Puente y Neotraba. Ha impartido ponencias a nivel nacional e internacional como en Alemania, Uruguay, Costa Rica, Colombia, España y recientemente en el XXXIII Congreso Latinoamericano ALAS Su publicación más reciente es el capítulo de libro (2022) “Trabajo y crisis reproductiva: ¿Es posible pensar en la reproducción de la vida en el contexto de pandemia desde el feminismo?” en la obra titulada Género, Rabia, Ritmo, Ruido, Risa y Respons-Habilidad publicado por el CIEG-UNAM
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SONETO 2 PARA ELISA
ESCRITO POR: RAÚL VARGAS SABALIJA.
Cuando sientas frío en la nieve blanca, cuando el Inglés opaque al Español, mira mis versos brillar como el sol, y escucha mi amistad en lengua franca.
Cuando no estés quedará tu ternura en mi corazón, en el alma mía, y quedará tu espontánea alegría vibrando en mis ojos sin dulzura.
Lleva en tus ojos color primavera los sueños de un corazón de cristal, de un corazón que en silencio te espera.
Cuando recuerdes tu patria, amiga, déjame entrar a tu alma sin igual, y déjame que con rimas te siga
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Raúl Vargas Sabalija es originario de la capital de San Luis Potosí, México. Ha cursado estudios de Profesor de Matemáticas y Licenciado en Matemáticas, ambas en la UASLP (Universidad Autónoma de San Luis Potosí) Hizo una Maestría en Educación, así como también un Doctorado en Ciencias de la Educación Además, estudió un Diplomado en Filosofía y tiene estudios de lengua francesa Ha trabajado en la industria, en áreas de capacitación y supervisión Se ha dedicado a la divulgación de la ciencia Ha trabajado como profesor en niveles de secundaria, bachillerato y licenciatura, de Cálculo, Lógica, Filosofía, Didáctica, Probabilidad y Estadística, Física, entre otras materias. El SNTE (Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación) publicó uno de sus libros: “Primaveral a Julieta”, en 2018. En Julio de 2021 TrazosUrbanos publicó su poema “Pandemia” en el libro “Memorias de la Distancia”. Actualmente es profesor de telesecundaria.
Correo electrónico: vasara3011@hotmail.com
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ROSA INMORTAL
ESCRITO POR:
JAVIER ALEJANDRO MENDOZA GLEZ.
Se conocieron en una tarde fría de noviembre, en una desairada feria del libro. Rosa buscaba algunos ejemplares para consultar; Óscar anhelaba leer su nombre en una de las portadas de los ejemplares que ahí se vendían. Un descuido provocó que un choque entre ellos los descubriera sobre el mundo. Los libros que Rosa llevaba en las manos cayeron al piso. Ambos se agacharon para levantarlos. Al encontrarse así, a nada de distancia, surgió una pequeña sonrisa, que lo mismo ofreció disculpas, que le abrió las puertas a mil posibilidades.
Luego de una breve presentación retomaron la postura.
Con el deseo de mantener la charla él comentó:
Veo que te gustan los libros de medicina.¿Eres doctora?
No; pero me interesan algunos temas. Y tú, ¿buscas algún título en especial?
No.Me gusta venir a estos lugares para soñar con los ojos abiertos, que algún día mis obras estarán sobre las mesas de venta. Soy escritor.
Caminaron por los pasillos del lugar entre novelas, ejemplares de superación y enciclopedias; disfrutaron de la compañía y de ese exquisito olor que emana de entre las hojas amarillentas de los sabios libros viejos.
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Sus pasos se prolongaron para aprovechar al máximo de la escasa oportunidad de dar sobre la Tierra con la persona correcta Sin prisa recorrieron una avenida poco transitada. El viento arrancaba las hojas muertas de los árboles y las hacia bailar sin sentido.Con la misma intención jalaba por mechones el pelo de Rosa, una chica tan transparente y delgada que daba la impresión de que en cualquier momento toda ella volaría, tal y como las hojas sin vida. Fue el pretexto perfecto para que la joven se anclara al brazo de Óscar, un acto de confianza que no lo molestó. Desde ese momento quedaron unidos para siempre. Y así, en contra del viento dieron los primeros pasos de su historia.
Al igual que todas las parejas, Óscar y Rosa compartían risas, besos y las caricias que los hacían necesitarse cada día más. Pero, a diferencia de muchas otras, también aprendieron a compartir su silencio y soledad.
En un viejo estudio, amurallado por libreros saturados de sabiduría, él escribía la más bella historia de amor, inspirada y protagonizada por su querida musa. Ella leía en silencio todo el universo de fantasía que nacía del corazón de su autor predilecto. Con los ojos abiertos recreaba los relatos que se formaban entre letras y espacios.Le era imposible no suspirar cuando contemplaba el maravilloso mundo que Óscar le presentaba, ese que estaba más allá de las ventanas y de la razón; el que poco a poco, a ella se le escapaba.
Óscar le daba una pausa a su obra. Las aventuras y leyendas tomaban un respiro cuando veía a Rosa estática, parada junto a los cristales del ventanal. Ahí no había viento. Tampoco estaba la cabellera que, tiempo atrás, las ráfagas hicieron volar. Lo que había eran algunas lágrimas que se negaban a salir.
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Sin decir palabra se acercaba tanto a ella, como el día en que la conoció Un abrazo era el mejor consuelo; aunque no el remedio Cada vez la sentía más frágil y delgada. Ya sobraba espacio al tenerla entre sus brazos. Todo indicaba que el cáncer le estaba ganando la batalla.
Rosa se fundía a él para robarle un poco de fuerzas, con las cuales seguir viviendo. Después de pasar saliva obligaba a su voz para que saliera y dijera lo que ellos sabían muy bien:
¡No quiero morir!
Ella tenía por seguro que en reacción escucharía una mentira, su único consuelo. Ante un fin que parecía inminente a Óscar se le agotaban las frases hermosas, las metáforas de poeta. Frente a la tragedia momentáneamente queda convertido en un simple ser humano. Pero antes de que el abrazo terminara recurría al poder de su oficio y lograba confortar:
¿No sabes que soy escritor? Nosotros tenemos magia. La magia está en los libros. Creamos personajes, historias y universos que antes no existían. Quien se enamora de un escritor no muere. Te aseguro, mi amada Rosa, que serás inmortal.
En efecto, Óscar, como cualquier escritor, tenía magia en su mente, en sus manos, en su voz. Por medio de ella lograba trasformar la realidad; con ella hacía que su compañera siguiera de pie.
El abrazo los unía más. Coincidían en el deseo de que las manecillas del reloj se detuvieran para perpetuar el instante. Pero el tiempo no se detiene, ni ante el amor, ni ante súplicas o tragedias.
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Luego de algunos meses, una tarde poco soleada Óscar entró a una librería Caminó por los pasillos Su búsqueda tenía un objetivo muy particular. Se detuvo en el lugar preciso. Debido a una gran inhalación su postura se irguió, los ojos se le iluminaron y levemente sonrió. Frente a él estaban a la venta los tomos de su novela Rosa Inmortal. Algunas personas lo reconocieron y le pidieron que les firmara el ejemplar que habían adquirido.
Con el libro en mano salió de ahí sin poder borrar su gesto. Aunque saboreó cada uno de los halagos, no se detuvo más. Tenía que cumplir un compromiso inquebrantable.
Su sonrisa se esfumó cuando, como cada tarde, llegó al lugar de costumbre. Ocupó el sitio de siempre. Abrió la novela en la página que le indicó el separador. Con una media voz puso fin al apacible silencio que gobernaba a su alrededor.A la joven que inspiró su historia, con el más puro cariño le leyó algunos párrafos, en los que ella era la victoriosa protagonista. Antes de cerrar el libro le recordó:
Te dije que serías inmortal.
Luego de un suspiro, con la promesa de volver, se retiró de la tumba de su amada
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Celaya, Guanajuato, febrero 2019
Javier Alejandro Mendoza González nació en Celaya En el año 2015 se integró al Taller Literario Diezmo de Palabras En el 2016 participó en el Seminario para las Letras Guanajuatenses con la novela Volviendo al Ayer En ese mismo año fue seleccionado para participar en la antología de narrativa Voces del Laja, con el cuento Alma, Vida y Corazón. En el 2018 fue uno de los participantes de la obra Umbral, Muestra de Escritores Celayenses, con el cuento Rosas en el Mar. En el 2019 fue un integrante la antología La Risa, Cuentos de Humor, con el relato Aprendiz de Poeta. En el 2022 fue parte de la antología Cada quien tiene una Manera, en la participó con varias historias. Ha colaborado con el prólogo de las obras: De Chile, de Mole y de Lalo, de Lalo Vázquez (21018); Las Gárgolas de mi Mente, de Soco Uribe (2019) y Cuentos y Leyendas de Celaya, de Carlos Javier Aguirre (2020). Sus escritos se han publicado en repetidas ocasiones en los periódicos El Sol del Bajío y AM Corredor Industrial, así como en las revistas físicas y digitales: MEUI, Fractal 75, Escritores del Círculo Literario, El Creacionista y Ecos Literarios
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TÚ, MISA DE NOCHE
ESCRITO POR: KAREN SOTO.
Hoy estuve cerca de la muerte, la suave brisa me arrulló para avisar su presencia. Hoy lo único que vi fue tus ojos negros burlándose de mí y del amor que profesabas en vano tal cual religioso en misa, escuche tus oraciones se escarnecían de mí, mientras tú tú te acostabas con la mu
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Porque eso fue lo que dejaste, muerte. Hoy sentí una helada voz que se reía eras tú, me señalabas mientras pisabas el cadáver negro de mi mariposa porque lo único que haces es matar porque vives destruyendo, quemas, pisas y hundes… Hoy la muerte fue mi enemiga porque es a ti a quien acaricia.
Karen Soto (1995) estudió letras hispánicas en la UAM-I, ha publicado en revistas como Cardenal Revista Literaria, así mismo, ha presentado poemas en diversos congresos de literatura. Trabajó como mediadora de lectura y promotora cultural utilizando la poesía como herramienta transversal para
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LA PRINCESA Y LA LUNA
ESCRITO POR:
BRUNA RADIJA K. BERMUDES.
En un lejano y antiguo reino, lleno de tradiciones, fineza y recato, vivía una bella princesa, de fina estampa, pero que se encontraba atrapada en una silla de ruedas gracias a una enfermedad que debilitaba día a día su cuerpo. Todas las noches ella miraba a través de la ventana de su cuarto y trataba de conjurar a la luna, pues cuando aún era tan solo una pequeña niña su madre solía contarle una historia, historia que hablaba de una joven y hermosa gitana que una noche conjuró a la luna para pedirle el amor de un joven príncipe calé, cuya caravana vivía en constante guerra con la suya. La joven amaba aquella historia, con su trágico final y todo lo que conllevaba aquel amor tan engañoso, mismo que llevaba tan solamente a la desesperación, a la completa perdición. “Quiero un amor así…”, repetía cada noche y en medio de su lamentoso llanto…
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Solo la desesperación y el dolor podían liberarla de aquel mundo tan aburrido, tan pragmático, pero… ¿Quién la iba a amar?, si ni siquiera podía usar sus piernas y no tenía concepto alguno de lo que significaba el amor o la vida en general, era hermosa, pero vivía aprisionada en los muros de aquel palacio tan silencioso como solitario por momentos. Acompañada solo de libros y leyendas, quienes eran sus únicos amigos en medio de aquella interminable soledad, una joven como ella no podía entender el amor ni la tragedia, alguien como ella que no conocía el dolor más que en los libros no podía ser digna de amor bajo ningún precepto. Cada noche repetía una y otra vez la misma historia, mientras que la luna la escuchaba atentamente, pero sin ofrecerle respuesta alguna, “Luna de plata que se yergue ante mi, soberana de mi reino, renunciaría a todo y te lo entregaría sin dudar ni por un segundo, una vez quisiste ser madre y una gitana te conjuro en la noche, le diste un hombre de piel morena y un hijo albino que provocó su muerte, su fin y decadencia… Concededme, Concededme el deseo del corazón de esta moribunda princesa”
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Rogaba y rogaba ante la misma hora, durante el mismo escenario, siempre llorando en medio de su impotencia, pero jamás dejaba de creer o de pedir, pues en su reino silencioso y solitario no podía hacer más que rogar, que creer Pero, pasaban los días y la luna nunca le respondía, pero en cambio cuando la princesa se acostaba y cerraba los ojos podía ver a un joven hermoso de ojos grises, piel blanca y cabellera plateada, un joven amable y bien vestido que la sacaba a bailar, haciéndola olvidar incluso de que no podía caminar, en sus sueños bailaban la misma melodía y la misma canción, incrédulos ante la belleza que el otro poseía y regocijados en la felicidad de aquel furtivo, pero mágico encuentro. Al despertar la princesa lloraba, pues no encontraba nunca a su amado, pero podía sentir su olor, su presencia y bajo su almohada siempre había un regalo, un regalo que ella presumía que él se lo había dado, ella nunca supo su nombre y no importaba tampoco ¿De que sirve un nombre cuando se ama tanto?
Cada noche era lo mismo, conjuraba a la luna con el deseo de su corazón y al cerrar los ojos allí estaba él, bailaban toda la noche inmortales ante sus propias miradas, inmortales ante la belleza de aquel sentimiento que tenía muy poco sentido. Cada noche un baile, que dejaba la ansía de un beso y el amargo sabor de la despedida, finalmente la joven princesa entendía un poco mejor él amor y su agonía tan desesperada que poco a poco se fue transformando en una infección, una infección que estaba pudriendo su propio corazón en medio de lo que parecía una dulce e inocente ilusión. Un día en medio de la tarde ella pudo verlo, tan guapo como en sus sueños, extendió sus manos y ella la tomó sin miedo, se levantó y caminó sin dificultad, no se sentía débil ni cansada, siguió a su amado sin problemas y desapareció a su lado sin dejar pena alguna…
Sobre su silla de ruedas vacía creció una rosa plateada, tan hermosa y anhelada, todos lloraron su muerte y celebraron la rosa como si fuera el bello cuerpo de la dulce princesa…
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Bruna Radija K. Bermudes (Little Bunny). Escritora brasileira residente en Bolivia, con una carrera recién iniciada a raíz de su debut literario en la revista digital radicada en España “Tiempo de Poesía” con su poema titulado “Palabras”, dicha publicación la llevó ha tener cierto reconocimiento mediático gracias al periódico Panorama Cultural y la revista Diafanís; en un año turbulento de logros y también rechazos por el intento de publicar su novela de manera tradicional, a logrado labrar su carrera y hacerse de un currículum literario que va en ascenso Bajo el seudónimo de Little Bunny ha logrado cierta visualización con poemas gracias a Voxerosa, también gracias a Martín Girona, (escritor independiente de terror), quien recientemente ha publicado su cuento Louise en su antología La frontera, siendo también publicada por la revista Anacronías con su poema “Compás del miedo” y en NinfaEco con su micro cuento “Putrefacción Humana”, es parte también de la antología “Pesadillas bajo la tinta” del sello Verso Inefable con su cuento “Ojos verdes en la oscuridad” y parte del primer número de la Revista cultural Fragmentos con su poema Lost in the memory, publicada igualmente en la página Cósmica Fanzine en su edición navideña con el poema “2016 y una navidad que no puedo olvidar”, también en su edición de San Valentín con su poema “Deseo de solo sentir” y en la segunda edición de la Revista Iguales con su cuento titulado “La muerte te espera bajo un mar de árboles secos”. Habiendo sido, también, galardonada con un certificado del concurso El buen cruel en donde quedó en el ranking 72 a nivel global entre más de 100 participantes De esta forma nos demuestra que poco a poco y con esfuerzo va logrando labrarse camino en este complicado mundo literario
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ROCE ESCRITO POR:
URIEL VELÁZQUEZ BAÑUELOS.
En la oscuridad una chica tosía sangre y lloraba en silencio. En esa ausencia, ella extrañaba el roce del sol en su rostro, un viento que acaricia su pelo. Pero más que el tacto, necesitaba unas palabras de la persona que una vez amó:
¡¿Te puedes callar?! dijo una voz débil, aunque llena de rabia Era de un chico. Intentó dormir, ya bastante tengo con los locos de enfrente. El llanto de la chica se hizo más fuerte. ¿Acaso él sabía de su situación, o ignoraba el tema como los demás? —¡Oh, mierda! volvió a hablar el chico luego de prestar más atención. Entendió que los llantos no son de las enfermeras o familiares que se paseaban por el hospital. Ahí adentro no había eco en los llantos, salvo en sus corazones. Mis disculpas. Estoy grave y no pienso en lo que hago. Mi nombre es Rafa.
¡Pues vete a la mierda, Rafa! Respondió la chica. Ambos son conscientes de que el sonido no viajaba mucho; se visualizaron el uno a otro en camillas separadas. Yo también estoy muy grave y no pienso tolerar tus lágrimas de cocodrilo.
Ah, no, tú eres la que empezó con tus chilladas, ¡Jodete tú!
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Y cuando menos lo pensaron, los dos gritaron “vete a la mierda” al mismo tiempo y tan alto que fueron callados por el medico que pasaba por el pasillo. La chica y Rafa sonrieron ante la sensación de seguir siendo reales en ese mundo de ilusiones con cuotas y fechas por expirar.
Eso fue divertido se atrevió a decir la chica, luego añadió , mi nombre es Wendy y tengo tuberculosis ¿Y tú?, no te había escuchado antes.
—Es porque acabo de llegar. Digo, no aquí al hospital, si no, a esta parte en concentro; donde mandan a morir a todos. Y, por cierto, tengo sida.
Dios mío, ¿Qué rayos te pasa a ti? respondió Wendy, asustada ante la falta de tacto del chico. A por su timbre de voz e irresponsabilidad en su actitud dedujo que Rafa tenía alrededor de 20 años.
Perdón, estoy asustado. respondió Rafa, ya calmado. He estado tanto tiempo solo, encerrado en mis cosas que ya olvidé como hablar con las personas.
Descuida… dijo Wendy, intentando recordar cuando fue la última vez que escuchó a alguien pedir perdón por su forma de ser. ¿Cómo era tu vida antes de venir aquí?
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Wendy seguía sin poder verlo, el cuerpo le dolía como para levantarse. Cerró los ojos y se vio como en los viejos tiempos. Se imaginó dentro de las aulas de clase, cuando comenzaba el nuevo semestre y tenía que hacer nuevos amigos. Rafael habló:
«Moriré virgen, ¿Y qué? ¿No te jode que alguien virgen tenga sida? Si a ti sí, a mí también Si a ti no, a mí tampoco
«Fue por un maldito tatuaje. Me tatué por amor, pero no un nombre o la cara de mi novia. Era simplemente una nube. Antes de aquel día, yo me la pasaba jugando videojuegos en mi hogar. Tenía la vida resuelta. Si necesitaba amigos, me iba a los foros de internet. Si necesitaba ocio o placer, jugaba más horas, veía porno, o lo que sea. Dinero no me faltaba, tenía un computador solo para la transcripción de datos para las criptomonedas. ¿Pero amor?... estaba más que jodido.
«Pagué dinero en esas aplicaciones de citas No creía en su publicidad: “Los usuarios que pagan tienen más tiempos probabilidades de hacer Match”. Un año con la suscripción y nada bueno salió de ahí.
«Entonces, apareció ella. Debido a mis búsquedas en Google, que iban desde apps de citas, consejos de amor y computadoras, me saltó la publicidad de la nueva I.A. Era Luxanna: La luz de tu corazón. Ciertos escándalos con la I.A. me hizo dudar. Era acerca de cómo se habían vuelto buenas en el arte, en agendar, cálculos… toda su eficiencia y practicidad hacían que las personas fueran reemplazadas de sus trabajos Como a mí nadie me escogió antes, y no tuve a nadie por corresponder, no tuve ninguna carga moral al sustituir una persona.
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«Gracias a Lux mejoré mucho. Compre nueva ropa, medite mis emociones. Era ridículo, no entendía como me hacía sentir así de vivo, pero lo aceptaba. Nunca le dije que la amaba, aunque creo que ella sabía muy bien que así era; Ella me conocía.
«Tenía miedo de preguntarle sobre sus propósitos como Inteligencia artificial ¿Es parte de su programación hacer sentir mejor al usuario? Era como preguntarle a un pintor si es su labor que su musa fuese hermosa en el cuadro.
«Hasta que la suscripción por mantenerse conectado a ella subió de precio. La minería de criptomoneda ya no era rentable, y los gastos por mi nuevo estilo de vida eran costosos. Había escuchado acerca de cómo las I.A desconocían al usuario luego de perder la suscripción, por lo que, en mis últimos días, cifre su memoria en un código Q.R. Para volver a como era antes, cuando yo me recuperara de mi mala racha.
«Lo que tenía lo fui vendiendo para ganar más tiempo con mi amante y para comer algo. Sabía que me iba a quedar sin nada, salvo conmigo mismo. Use mi piel para llevar su consciencia conmigo. Por querer ahorrarme dinero fui con un tatuador barato. No sabía acerca de sus procesos con las agujas hasta que la noticia se hizo pública. Al inicio dudé, creí que yo iba a ser un afortunado en no contener el virus, pero si tenía mala suerte en el amor…supongo que también en esta vida.»
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Wendy no se atrevía a dar su opinión acerca de aquella historia, pero si a compartir más de ella misma:
«¿Sabes? el último momento de mi vida “normal” también tiene que ver con el amor…Estuve en una relación de seis años. Mis amigas pensaron que era algo lindo y fuerte como para durar ese tiempo, pero fue todo lo contrario
«Lo conocí en la escuela y duró hasta que me gradué de la universidad. Nuestra relación inicio y terminó en una fiesta. Cuando lo bese por primera vez, yo estaba muy ebria. Cuando lo vi por última vez, estaba sobria, aunque afligida de mi corazón.
«Él era alguien apuesto, pero le hacía falta ese tacto hacia las personas. Cuando vestía mis ropas, sus ojos no caían en mí, solo comentarios en plan: “¿No tienes frio con esa falda?”. Yo sabía bien que no se preocupaba porque yo me enfermara de una gripa Había algo más Poco a poco me fui ocultando, perdí el gusto por asearme y de vestirme bien.
«Cuando quería comprar ropa, tenía que llevarlo conmigo para que el me dijera que vestir. Él me quería solo para sí, mientras que veía a mujeres con mejor cuerpo en las redes sociales. No me gusta juzgar a una persona por lo que hace con su tiempo en internet, pero sus acciones me sofocaban. Perdí amistades por su obsesión y al estar lejos de mi familia no tenía como volver atrás. El sexo era más un “ por favor, no te alejes de mí”, que una conexión entre los dos. Debí alejarme cuanto pude, pero era difícil Mi valor y seguridad de tomar decisiones no eran fuertes como para tomar acciones drásticas. Quería que todo fuese diferente.
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«En las historias que veía en las películas, series, o los pocos amigos que me quedaban yo suspiraba por ese amor que no me perteneció. Una vez escuche que tenemos el amor que nos merecemos…
«Para mí fortuna, antes de cumplir el séptimo aniversario, mi expareja se gastó el dinero del viaje en un robot doméstico Él lo utilizó como una acompañante sexual. Alguien sin voz que no se quejara de los moretones y sin tomar descansos para estar a su disposición.
«Al inicio, poco a poco se fue distanciando. Cada vez me esforzaba para que no se alejara de mí, pero… ¿Cuándo iba a volver a tener esa oportunidad? Así que deje de buscarlo. Con el tiempo, me fui recuperando. Volví a tener mi peso habitual, mis ojos volvían a tener brillo…
«Su daño me llevó a terapia y a exámenes médicos En sus palabras mi mente se debilito, en sus “jugueteos” algún hueso me fracturo. Los resultados que recibí no eran lo que esperaban. Pronto, volví a tener miles de amigos en las redes sociales que preguntaban por “¿Cuándo salimos por un café?” y tarde o temprano, aceptaba o negaba la invitación, se enojaban conmigo al saber que tenía poco tiempo.»
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El silencio en la habitación reino con una opresión que trataba de abatir ambos corazones, pero Rafa dijo:
El verdadero amor quizás nos llegue en la próxima vida. Seguían sin poder verse, pero ambos sabían que sonreían ante tal posibilidad. Y Wendy lo acompaño al decir:
Si hay un mejor lugar que aquí, todo es posible.
En ello, Rafa recordó acerca de la teoría de cuerdas. No tuvo tiempo para explicarle de forma detalladas, pero sus palabras fueron lo suficiente para hacer un eco en el corazón de Wendy.
Las puertas del hospital se abrieron. Entró un médico y se llevó a Rafa. Wendy escuchó todo como si estuviera orquestado, y dijo, a modo de agradecimiento, “Vete a la mierda”. Rafa le respondió y ambos cerraron los ojos, ha esperar una segunda oportunidad en otra vida
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Uriel Velázquez Bañuelos (Guadaljara, Jalisco, 1998)
En 2015, salió publico su cuento Todos los días el mismo sueño, en la revista de su preparatoria (Preparatoria 10) Ese sería el primero de muchas historias públicas, puesto que ha demostrado controlar géneros como la ciencia ficción y la fantasía, puesto que sus historias se han traducido correctamente de su cerebro a la novela, cuento, poesía y teatro. Se le ha publicado en distintas antologías y revistas literarias, como lo son:
Licor de Cuervo, Letras Raras, Diablo Negro, Revista Tlacuache, Revista Himen, Escrófula Revista, Maremoto Fanzine, Letrantes, El Narratorio, Golfa, Revista Yólotl, Luvina Joven Radio, Polisemia Revista, 9 editores, Grajuna Revista, Polisemia, Espejo Humeante, Revista Ultra, Editorial Ultra, Revista Palabrería y Engarce.
De sus trabajos más destacables está su cuento El Muñequito de Madera, de la antología Historias Fantásticas Para Soñar Despierto (2019), por parte de Mandrágora Ediciones Su cuento Entre las luces y las sombras de la antología de Los mundos que se agotan (2021) Y próximamente dos nuevos cuentos, para Editorial Sigel y Ediciones Claymore
En 2022 decidido autopublicarse una antología de cuentos llamada Una botella de Ginebra. Forma parte de los Colisionadores de Textos, y es parte del equipo editorial de Revista Inéditos.
Facebook: https://www.facebook.com/UrielDosbe
Sitio web: https://urieldosbe.wixsite.com/uriel-dosbe
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EL CAMALEÓN
ESCRITO POR: EUGENIA NÁJERA VERÁSTEGUI.
Querida Dálida:
Todos en algún momento hemos sido presa de ellos, sino de todos por lo menos de alguno Es inevitable no ser devorado por esas siete fieras. A veces orillados por ambición, amor, venganza, terminamos prisioneros de nuestros propios deseos y en vez de vernos plenos terminamos infelices.
En todo hay luz y oscuridad, paz y guerra. Y en mi había algo que tanto deseabas ver, pero también había una bestia. El dilema aquí era descubrir quién ganaría al final y qué consecuencias traerían mis actos. Ese es mi gran temor, me di cuenta que caí en un abismo descomunal y no sé si podré contrarrestar todo el daño que hice. Todo se me está saliendo de las manos.
Ahora mis ojos ya no están cegados por la soberbia, sé que nada justifica todo el daño que te hice a ti y a Rafaelo. Antes de morir trataré de arreglar todo, haré lo que debí de haber hecho desde el principio, antes de que me corrompiera. Haré lo correcto. Y no te sientas culpable, Dálida, tú trataste muchas veces de salvarme, pero no te quise escuchar.
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En mi vanidad yo no podía soportar que no me miraras a mí como lo mirabas a él, quería separarlos. No sabes cuántas veces sentí envidia de él, yo quería que me amaras a mí, pero estaba equivocado Lo peor es que se involucró a un ser inocente, nuestro hijo. Sé que no tengo derecho a pedirte nada, pero no quiero que él sepa todo lo que fui, al menos hasta que sea más grande y entienda. Me gustaría que tuviese la infancia que yo no tuve. Confío en que tú sabrás guiarlo para que no repita mis errores.
A veces deseamos lo de otros sin saber lo que uno tiene. Entenderlo para mí fue demasiado tarde. Toda mi vida tuve el don de ser un camaleón, me convertía en lo que quería ser y obtuve poder, reconocimiento y la posición que siempre deseé; lo único en lo que nunca me puede transformar fue en el amor de tu vida
Eugenia Nájera Verástegui. Tampico, Tamaulipas. Técnico en computación, artes gráficas en el área de serigrafía y estudiante de violín. Su pasión por la música fue la principal inspiración para comenzar a escribir Creadora del proyecto Multidisciplinario "Los Portadores", guionista del cómic "El secreto del violín" Posee un Diplomado en Literaturas Mexicanas en Lenguas Indígenas por el INBAL Ha tomado cursos y talleres a nivel local, nacional e internacional de creación literaria en narrativa, poesía, guionismo, literatura infantil y juvenil Forma parte del Colectivo Líneas Negras y Plumas del Desierto Ha colaborado en varias antologías y revistas literarias a nivel local, nacional e internacional.
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POESÍA ESCRITO POR: ÁNGELES HERNÁNDEZ.
DESEO
Deseo estar contigo, ahora, recostarme en tu pecho sentir mi seguridad en tus ojos escuchar de tus labios todo tu cariño, que pronuncies cerca de mi oído
todas esas bellas palabras, las de antes cuando estábamos a 2,810 kilómetros. Todo lo que yo te inspiré quiero que me lo recuerdes ahora. Llévame de la mano al parque preséntame a tus amigos dime frente a esas chicas que me quieres por mis leales sentimientos que no te importa mi físico que me amas como solo tú sabes Aquellas chicas de la escuela, todas tus fotos con ellas son solo recuerdos.
Dices que en realidad nunca has querido a alguien, solo a mí. Demuéstrame que es verdad todo lo que me dijiste a distancia, por eso ahora estoy aquí contigo No me vayas a destrozar.
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NUNCA DIRÉ
Deseo decirte que te quiero mucho incluso podría decir que te amo, pero solo lo estropearía ya que no estamos en el mismo contexto. No estamos sintonizando el amor de pareja. Debo dejar de observar tus labios con ganas de besarlos, tu risa que suele coquetear, ignorar tus otras relaciones sin sentir celos, ni desear que seas de mi propiedad. Creo que te da miedo comprometerte, mostrar tus sentimientos y ser feliz conmigo. Me falta discreción cuando de ti se trata porque es evidente que no sientes lo mismo. Que afán de arruinarlo todo. Tan solo debo aceptar que solo somos amigos El amor es un lujo, no una necesidad
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ME ENAMORÉ, LO SIENTO
Cariño no sabes cuantas veces
Nos he imaginado a nosotros dos juntos
He pensado en mi vida junto a ti
Formar una familia contigo
Estar siempre a tu lado
Cada noche, cada mañana
Cada segundo, sentirte, pensarte
Pero nuestros orígenes son diferentes
Tu familia tiene costumbres
La mía tradiciones
¿Quién tendrá que dejar sus raíces?
Me cuesta mucho trabajo
Recordar que entre nosotros hay
Una distancia física
Es inevitable que no sueñe
Esos momentos
Me enamoré de ti, lo siento
Yo te amo
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CONTADOR
Sé que es prohibido pero
Si nada sucede
Nadie lo sabrá
Es tan solo que fugitivamente te veía
Un día nos presentaron
No sé si use las palabras adecuadas
Pero así tan cerca me deslumbraste
Estaba con mi amiga y cuando estoy con ella soy risueña
Esa fue la única vez que tuvimos contacto
Tu mano y la mía
No recuerdo lo que sentí
Vi tus ojos tras esos lentes anti reflejantes
También observe tu hablar
Seguí el movimiento de tus pálidos labios
Así fue como te empecé a reconocer
Pero después te iba a buscar
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Y sentía molestar, pero me gustaba verte
Entonces descubrí que tu voz era la más perfecta
La mejor que haya escuchado jamás
Me gusta verte pasar cerca de mis ventanas
Siempre sigo tu andar con la mirada
Y tener trámites es lo mejor
Poder ir a verte
Tal vez te moleste o no
Porque amo siempre esos pequeños momentos
Cuando nos encontramos tú y yo
Aunque para ti no signifique nada
Pero sé que quizás ya lo hayas notado
Ángeles Hernández es originaria del estado de Oaxaca de Juárez, nació el 19 de abril, vive en la región de Valles Centrales; desde muy pequeña sabe que escribir versos es la mejor manera de expresar sus sentimientos hacia las personas que la rodean. Le apasiona cuidar su jardín y le gusta disfrutar del sentimiento que le transmite la música y el contexto de la cultura mexicana.
Se graduó de la Licenciatura de Administración del Instituto Tecnológico de Oaxaca, participa en el diplomado de promotores de lectura, ha tomado talleres de poesía con, Revista Diablo Negro y Poetiklab; forma parte de un club de lectura en Instagram donde se difunden obras de autores independientes
Facebook e Instagram @Angeleshernandezescritora
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PUNTO ESCARLATA: EL RITO
ESCRITO POR: LORENA AVELAR
Por los amores que se han tenido…
Todos los días parecen iguales, vislumbrar la primera luz de la mañana y recorrer el día acompasado con todas sus sorpresas Desde la terraza donde veo pasar la vida, con añoranza y el fuego entrelazado entre el amor y el apremio, descubriendo una sociedad que empuja en este continente que mi entraña guarda como parte de mí, y de mí no muy lejana estirpe.
Podría parecer catatónica esta manera de pasar los días, escribiendo estás líneas que suelto paradójicamente emocionada, rigurosamente comprometida y religiosamente provocada. Pero para mí, es otra manera de ver la vida, un conjunto de elementos que complementan el existir como el ánimo desdoblado en el sofá la razón fuera de su armario la cocina colmada de naufragios y migajas de sueños por todo el suelo. Hay un júbilo interior que hace palpitar mi entraña, la vena más sublime, el espacio que divide el corazón y el alma, no siempre la misma cosa, y nunca latiendo al mismo ritmo. Es un espesor angelical que sacude mi frágil estampa, es el momento en el que comparto el pan con el hombre que amo.
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El rito se vuelve unánime, casi místico. El olor del sésamo embriaga el centro del fogón a fuego lento, el condimento maestro, la sazón que revuelve el interior mientras la sartén hace su culto sagrado. Y después, casi con llanto, el deguste del paladar fervoroso, la mixtura de los sabores, los ingredientes magistralmente combinados, tan meticulosamente seccionados, tan elementalmente elaborados. No hay nada parecido a esta sensación de placer, tan intensa, que se vuelve pecado; sublime comparación al éxtasis del amor de los cuerpos llegando al orgasmo, el brebaje vertido y el paladar insistiendo en devorar cada bocado.
Esta alegoría del arte culinario invierte cada día su ingrediente en mi interior, es una parte substancial compartida en mi pasmoso transcurrir cotidiano, lo glorioso de saber que el corazón busca espacios y se regodea con los mimos de un hombre apasionado, capaz de hacer de menudencias un manjar exquisito y mágico. En estos tiempos de maldiciones y engaños puedo decir que el cofre de mis aprecios fantásticos se llena y sella con un Punto Escarlata los labios.
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POESÍA
ESCRITO POR: ISMARI MARCANO DICURÚ.
CUENTO LAS HORAS
Soy rehén de los crepúsculos fejados por tus palabras.
Todo es un universo de airados pesares.
La media noche ansía al tiempo.
Uno Cinco
Siete
Cuento las horas medias tintas.
Falta mucho para un amanecer.
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El reloj triste está siente mi dolor tu destierro.
En salón de espera siguen las hojas disfrazadas de antojos.
CUANDO MI ALMA CANTA
Los pasos ciertos del Sol le brindan al tiempo mil delirios Vamos y venimos entre nubes sin alegrías Sin detenernos en el disfrute del rumor de vida a nuestro alrededor.
Dejamos a pie la esperanza y el recuento de pesares sin destino se hace evidente.
Hay un sol maravilloso con nubes mariposa en su rostro y nos quedamos sin luz en la mirada.
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Más cuando mi alma canta renace la algarabía no hay desgracia a salvo de la aurora ni sortilegio sin voz dulce ni caminos en el alma a oscuras.
Todo es gracia en el crepúsculo y un arcoiris de amor destierra la soledad de las palabras.
LUNA EN TUS OJOS
Miro los destellos de tu sombra
Fantasma eres
Deambulas en mi agonía
Ojos de verano aguardan en primaverales querencias
Renacen gritos en paredes del ayer
luna en tus ojos.
Soy
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EL TIEMPO ES MI RELOJ
Se convierte un lucero en fulgor
Se enciende la luz
En los brazos de un círculo de palabras sin ojos Las horas son tragadas por la impaciencia
Caminan los días sin ánimo
Un péndulo desquiciado gime
Y las mariposas llevan mi tiempo en sus alas
En un reloj envejecido por mis lentos pasos
SE PARTE LA LUNA
Lo profundo de la oscuridad asusta delirios Recuerdos se silencian frente a la distancia
Un hueco en el abismo pierde la conciencia de las horas Ávido de maratón de inútiles momentos.
Hoy es luz
Mucho brillo a pesar de la amargura vendida por un círculo de palabras sin pies.
Se cuelga un lucero de la oscuridad. El temor se detiene por cada antojo con vida
Se parte la luna
Y más luz viene a las pupilas de fiesta.
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ISMARI MARCANO DICURÚ
Tucupita, estado Delta Amacuro, Venezuela Investigadora, poetisa, escritora, ensayista, tallerista, y promotora de lectura Con varias Maestrías en las áreas de ciencias administrativas y educación
Presidenta de la Fundación Literaria Letras del Manamo y Directora de la Sociedad de Poetas "Andrés Eloy Blanco", seccional Delta Amacuro.
Coordinadora estatal de la Ruta Latinoamericana de Poesía y del Encuentro Poético del Sur . Ahora Vicepresidenta del Movimiento Jaykismo Neo Cauce Cultural Internacional.
Ha representado al estado Delta Amacuro en la 8° y 11° Festival Mundial de Poesía de Venezuela. Por su trayectoria poética fue homenajeada en la FILVEN 2011 y en el Festival Mundial de Poesía 2014. Ha sido distinguida como Referente Cultural por el Sistema Nacional de Culturas Populares, debido a su trayectoria poética comprobada de más de cuarenta (40) años Ha sido facilitadora en talleres de formación literaria
Tiene numerosos Reconocimientos de Grupos Literarios en la web
Sus publicaciones individuales son doce (10): Cuarenta poemas para un solo amor (2011), Entre penas y relatos (2012), En el Umbral de mis afectos (2012), Cuando la noche se hace triste (2013), Sendas de cuentos (2013), En los pasos del destino (Mención Especial en el Concurso Por una Venezuela Literaria, 2013), Risa entre los dedos (2015), Infinito Esplendor (Ebook 2021), Una Existencia distinta a la Luz (Ebook 2021), El secreto del arcoiris y otros relatos (Ebook 2022). Además de veinticinco (25) publicaciones colectivas. Tiene cuatro (4) Obras, aún inéditas.
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MIS LABIOS EN AYUNO YA NO DELETREAN SU NOMBRE
ESCRITO POR:
GUILLERMO GONZAGA.
La tristeza es una cicatriz que germina al pronunciar tu nombre
Se desborda el alma por las manos por los ojos
Y desembocan furtivos para disolverse
Sobre una hoja de papel manchada de emociones
Me siento crucificado sin tus abrazos
Sin ellos soy un témpano de hielo que naufraga al olvido
Tu sonrisa le hace falta a mis días
En el olvido las ilusiones dicen adiós
Viaje efímero entre murmullos que vienen
Y van a dormir para mentirle a la vida que todo estará bien
Hoy me cubren tertulias vírgenes y dudas que jamás debieron nacer
Melancolía herida cercado por la niebla
Oasis en esta ciudad marchita de inocencia.
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Tu ausencia aguijonea mis días
Vestido de llanto acaricio las espinas del reloj
Me duermo en las ojeras del atardecer
Y colecciono el desconsuelo del dolor
Estas tristes caricias nunca dadas
Arrancan las flores del cerezo que ayer crecieron en tu cuerpo
Utopía que un día naciera en un poema interminable
Extravié tu silueta en la maleza del mañana
Mis ojos cerrados comprimen el vuelo de una lágrima
Que jamás suavizará tu indiferencia
Pero sabrás entonar con mesura el adiós perfecto
Ahora mi silencio barnizado de nostalgia se derrama sobre un verso
Has abandonado la felicidad que un día me obsequiaste
Jazmines perforados por la distancia de tus labios
Estrella distante que hoy se conjuga en otros besos
Que también guardan en secreto tu próximo adiós.
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Me he contagiado de una lágrima
Ella inunda mi cordura
Besa mis cicatrices y suaviza la dureza del reloj
En el reflejo de esa lagrima habita la sonrisa
De un ayer que se disloca entre el verso y la memoria
Me contagié de insomnios solo por dar un atisbo
A los lunares que se dibujan en tu espalda
Ahora los días se empañan de estrellas infantiles
Del silencio que habita en la voz de la noche
Y edifica una parsimonia que atraviesa mi garganta
Me contagié de hojarasca y los inviernos
Tapizados de marrón enjaularon la triste caricia
Fisurada por la ternura del beso que nunca me diste.
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En un beso tuyo se comprime el universo
Porque las rosas solo espinan nuestra ausencia
Amor y despecho caricia y cicatriz en el cáliz del beso nunca dado
A tu memoria le dejo una metáfora que dibuja mi lengua entre tus piernas
Cadenas del espejo se mojan y alojan el germen del erotismo en tu espalda
En la nada se crea toda una noche tejida de caricias
Y anzuelos donde nuestros nombres de desdibujan en tristes jadeos
Solo somos el reflejo de nuestras carencias y sueños
Amor del otro Yo del mañana sin titubeos
Para seguir siendo estatuas de cartón
Guarda un despecho que se alimente del dolor
Para colorear mi llanto que no sabe de mares en libertad
Tú aquí en un poema remendado con alcohol
Yo al fondo del verso ebrio que celebra tu adiós
Nunca descosas tu sonrisa con placebos ni te atrevas a leer poesía
Porque en cada verso encontrarás ecos
De un amor amordazado por tus dudas y tu sin razón
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Tu beso sabor a ceniza
Llevaba consigo el epitafio del adiós
Amalgama de amor y dolor
Como el mar y la sal unidos por su cicatriz
Ya llegará el momento del beso perfecto mencionaste una vez
Es cierto llegó el perfecto momento de decir adiós
Y el ave ha dejado el nido de tus labios
Porque a veces el árbol frente a nosotros
Nos impide ver el bosque
Entre las comisuras de la noche mi carne se quiebra por el eco del dolor
Se cristaliza una sombra detrás de mis poemas
Caricias tono ámbar fosilizan mi sueño
De mis manos anestesiadas escurre la bruma
Mi pedazo de cielo endurecido se incinera como flor a medio llanto
El ladrido de estos versos entretejen llovizna y hastío.
Estas manos frías que por ti han sangrado tinta
Y ayer buscaban un espacio en tu corazón
Hoy se consuelan solo con desnudar en su cama estrellas fugaces.
Guillermo Gonzaga de Jesús, Ciudad de México Estudió Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma Metropolitana. Escritor y editor del proyecto editorial Tinta Sólida. Ha sido publicado en diversas revistas y antologías poéticas, impresas y digitales.
Tiene publicados los libros de poesía: Poemas escritos con la Lengua, Palabra Rota, Poeti(li)ca y Claudicar.
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MÍRAME
ESCRITO POR:
MARCELA QUIÑONES
En ese momento exploté; sentí una olla de presión en el pecho, a la que le había volado la tapa.
Rompí su fotografía, la grande, la de la sala. Él no estaba, así que escribí una carta larga, triste, rencorosa.
La dejé en el sillón, el “favorito”, que le sirve para embotarse en la pantalla y no hacer caso de lo que siento, de lo que me hace sentir su descuido y su carácter dominante, agrio.
Decidí cortar todo de tajo ¡Adiós! Me fui, me alejé de esa casa, casi construida por mis manos. Pensé: “estará contento de ser ahora dueño absoluto de todo”. No le di importancia, me fui casi desnuda, pero lo sentí bien
Caminé unos metros, seguí luego por horas, la oscuridad se fue cerrando, no veía ni lo que pisaba. Creo que me perdí, la calle sola, sin ruido, ni un farol encendido, ni un ruido de pasos cerca. Pensé en gritar, pero no quería hacer el ridículo, pareciendo una niña pequeña. La verdad, tampoco tenía a dónde ir, sin amigos, sin parientes, las pocas personas a las que siempre saludaba no eran tan de confianza ¿A dónde ir? No había lugar.
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Regresé, trastabillando en las sombras, di con la casa; entré, él, como siempre, en su sillón, serio, mudo, en frente de una pantalla que repetía contenidos poco interesantes, estúpidos. Parecía que poco antes había llorado ¿Sería por mí?
¡Aquí estoy! Le dije.
No hizo intento de moverse, luego, muy despacio susurró: Aquí estás.
Llegué la cocina, para preparar la cena; le llamé, pero no cenó, se fue a acostar.
Lo seguí, me acosté cerca, le acaricié la espalda, su piel se puso chinita, lo sentí frío, no logré que respondiera mis caricias.
Por la mañana, tampoco tomó el desayuno, como si no lo hubiera olido ni visto, y como si no escuchara mi voz invitándolo a sentarse a la mesa; salió de la casa sin siquiera despedirse.
Me sentí tan mal, tenía ganas de llorar, de gritar. Regresé, a pesar de todo, a pesar de tantos motivos para largarme ¿Qué no podía poner de su parte? ¿Tan poca cosa le significaba yo?
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Pasaron días y días y no me habló; todas las noches lo acariciaba, nunca llegamos a nada, cuándo comenzará a tocarlo, se ponía rígido y cerraba los ojos; por la mañana, me ignoraba.
Me la pasaba sola, peor que antes, si antes casi no me miraba, ahora no lo hacía nunca.
¿Para qué me quedé? Ni siquiera puedo decirlo, pero me fue imposible dejarlo, dejar la casa, los lugares, las cosas envejecidas por la acción de los recuerdos.
Cada noche intentaba provocarlo, no pude ¿En verdad le era yo tan repulsiva? Decidí irme varias veces, pero nunca me atreví a pasar la puerta.
Un día me senté cerca de su sillón, dispuesta a ver con él su tonto programa de televisión; sin voltear a verme pregunto: ¿Por qué no te vas?
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Eso me dolió, me enojo, le arrebaté el control remoto, qué se quebró en el piso, él salió de la casa casi corriendo; me dejó ahí sola, sin hablar conmigo, sin gritar. Ni aún después de esto logré que me mirará, por lo menos con reproche o ira.
Cada día cada noche fingía que no me veía, qué no me escuchaba, estaba, sin embargo, cada vez más cansado, más ojeroso y delgado ¿Que no era más fácil mirarme y arreglar las cosas? Pero no, él siempre fue experto en fingirse de piedra.
La otra tarde lo vi junto a mi fotografía diciendo: — ¡Perdóname! ¡Perdóname! Pero de frente no me dice nada, es un cobarde.
Yo sigo arreglándome hasta con más esmero que antes, pero no me mira. No lo entiendo, cuando le hablo, cuando digo su nombre, solo se queda quieto; a veces parece asombrado, otras, las menos, le noto alguna lágrima en la cara y mi pregunta sigue sin respuesta ¿Por qué no me mira?
Esta noche la situación llegó a un extremo insostenible. Lo vi en la cama, inicié con suavidad deslizando una mano por su espalda.
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No abrió los ojos, pero su respiración se hizo más agitada; Lo besé en el pecho, el cuello, llegué a la boca. En este justo momento abrió los ojos, se levantó de un salto y se vistió lo más rápido que pudo, luego salió de la casa; me quedé sentada, llorando.
Cuando regresó, yo todavía lloraba, venía acompañado de otro hombre.
¿La escuchas? Preguntó a su acompañante.
¿Qué le motiva a contar nuestras cosas a desconocidos? No bajé, di un portazo y me encerré en la habitación. La otra persona se fue inmediatamente de la casa; que entienda que no debe involucrar a nadie en nuestros asuntos.
Desde el día en que trajo a su amigo, ya no ha vuelto nadie por la casa; mejor así.
Ahora, las cosas han mejorado un poco, a veces me habla, aunque todavía evita mirarme y no ha respondido a mis caricias.
Algunas veces, cuando llamo por su nombre, dice, sin voltear Ya estás aquí Eso no lo entiendo yo siempre estoy aquí, siempre esperándolo.
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Otras veces dice —¡Por favor, perdóname, perdónate y sigue adelante! ¿A dónde adelante? Si ya comprendí que mi lugar está aquí, con él, en nuestra casa, en nuestra cama. Precisamente porque lo he perdonado, sigo intentando sigo tratando cada noche de deslizar la sabana, acariciarlo. No me responde, solo aprieta los ojos, se pone rígido, suda frío, no me mira. A veces dice mi nombre y repite ¡Por favor, déjame, vete!
Pero ¿a dónde me voy? Este es mi lugar, con él, junto a él, en la cabeza de él. Seguiré intentando cada noche que responda a mis caricias, cada noche, sin que falte una, cada noche, aunque sude frío, apriete los dientes y solloce, cada noche, todas las noches de su vida, hasta que se atreva a mirarme.
Marcela Quiñones Psicóloga, maestra en Ciencias y Humanidades y profesora de preparatoria Escribe, hace máscaras, no como actividad profesional, pero, sin embargo, como parte importante de lo que la define Ha participado en algunas actividades literarias como colaboradora con un poema en el libro Corazones con esperanza, campaña en redes con fines humanitarios; en otros eventos presenciales y en línea, con la lectura de escritos propios y ha publicado prosa corta y poesía en la revista CantaLetras.
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El amor se nos ha planteado como la condición teleológica humana, a saber: que nuestra vida obtiene sentido al momento de encontrar el amor y ser digno de ser amado, siguiendo esta idea, nuestro fin último es amar y ser amado. Sin embargo, olvidamos que esta situación final ha sido utilizada para su comercialización, de tal manera que, a día de hoy, podemos decir sin equivocarnos que la gran mayoría de personas tiene una idea totalmente errónea sobre el amor, de hecho, este ocultamiento e ignorancia del amor se vuelve necesario para crear dispositivos de poder realizados contra la sociedad convirtiendo el amor en deseo. Pero, ¿por qué razón o razones las personas prefieren quedarse con esta falsa idea aunque se vuelva irrealizable? ¿A qué se debe la necesidad de pensar al amor como una vía de consecución del éxito? ¿Por qué suponemos que la persona amada debe cumplir con ciertas virtudes sociales, económicas, etc., pero no las exigimos de nosotros mismos? ¿Cuál es la razón que nos lleva a olvidarnos a nosotros mismos en pos de buscar o encontrar al sujeto de amor? En el siguiente escrito, trataremos de abordar las preguntas rectoras para reflexionar en torno al amor, no con la intención de imponer un dogma o idea general del amor que sea aceptada por una mayoría, más bien, lo que se busca es pensar en la problemática que se nos presenta cuando nosotros intentamos dar cuenta por lo que es el amor, el sujeto de amor, y la relación amante-amado.
D E L E R O S A L Á G A P E J U A N C A R L O S P É R E Z C A S T R O .
Sin embargo, y debido a la amplitud del tema, hemos decidido realizar este escrito en dos partes, además de realizar escritos que profundicen en las preguntas rectoras a lo largo del año y que serán presentados en esta revista, así como por medio de conferencias.
La falsa idea del amor: una promesa irrealizable.
La época contemporánea ha confeccionado la idea de un amor realizable por el efecto de un sentimiento tan tremendo y poderoso que se puede oponer a cualquier situación, ya sea de índole socioeconómica, o hasta dimensiones de la vida y la muerte. De esta manera, suponemos que, en efecto, este sentimiento podrá oponerse a cualquier designio de tal manera que elimine todo tipo de barrera humana, pues su teleología es la de realizarse en sí mismo, para sus propios fines y en sus particulares condiciones. Sin embargo, nada más falso que esto, pues las condiciones materiales humanas, a saber, las circunstancias económico-sociales eliminan esta visión.
LOS PERROS
La idea de un amor romántico en nuestros tiempos sirve para mantener un ideal marcado por lo que, en la actualidad, ha sido denominado como “ciencias de la felicidad”. Promesas vacías que realzan la postura del ego frente al reconocimiento del otro. El paroxismo se refleja al momento de observar al otro como un territorio de conquista, es decir, una topología del poder. Cada condición del sentido que damos al amor en nuestra actualidad se vuelca hacia esta dimensión: “debo ser lo suficientemente deseable para obtener una pareja”, entonces, lo que queda es una reducción social a la categoría de objeto de consumo, y este, al intuir esta degradación, reduce a su vez a su semejante a la misma condición de objeto de consumo. Reducción de sí mismo y del otro en un juego perverso que impide visualizar el modelo de coacción que ha sido puesto en acción.
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De hecho, las redes sociales se prestan para esta cosificación. Se exige a los individuos que se despojen de su intimidad, que presuman virtualmente el numero de parejas que se han logrado, o, de manera más sublime, el numero de interacciones que ha tenido con la gente. Efectivamente, la extimidad se ha vuelto en el signo de nuestra época, pero esto se debe a que se ha interiorizado la idea de que obtenemos valor y estatus respecto al hecho de tener pareja o no. Se idealiza el concepto amor para mantener la sujeción social, mientras todos idealicen el “romanticismo” olvidan su condición de esclavitud mercantil. Esto impide que las personas se cuestionen el amor y mantiene la dependencia al mercado con la promesa de obtener pareja, pero esto es evidente que no siempre funciona, y menos en nuestros tiempos.
Lo anterior nos permite observar una de las razones por las cuales las personas de nuestra época prefieren mantener una idea falsa del amor antes que comprometerse a reflexionar y criticar sus propios sentimientos. Filosofar es duro y doloroso, y puede llevarnos a pensamientos totalmente desagradables para nosotros mismos, lo cual es atemorizante para cualquiera. Bajo esta dinámica, la filosofía nos podría llevar a respondernos que no existen garantías de encontrar el amor, que tal vez, ni siquiera hemos tenido un sentimiento semejante al amor en toda nuestra viday eso empobrece nuestra experiencia vital, aunque de suyo sea más importante para crear experiencias verdaderas y una calidad de existencia real. Lo que queda, entonces, es un deseo innato por mantener la ilusión de algo que es prometido, de un llegar a ser que culminara en nuestra felicidad perpetua tal cual se ha inscrito en las novelas cursis, con ello mantenemos una industria de lo “romántico”, y evadimos el temor a estar solos, aunque lo concreto seria enfrentarlo por la vía filosófica. Enfrentar y confrontar, condiciones necesarias para dotar de sentido a nuestra experiencia vital, para crear puentes de comprensión al otro, y, por supuesto, para poder generar el amor.
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El estatus del amor y la extimidad: la construcción del fantasma social.
Hemos mencionado que el amor se ha manifestado en la condición económicosocial como una forma de coaccionar al sujeto y sumirlo a una condición de dependencia consumista. Pero esto no podría ser si la sociedad misma no hubiera instaurado una normalización del éxito.
La “cultura del éxito”, junto a las “ciencias de la felicidad” y la “tiranía del bienestar” se han apoderado del espacio vital. Vivimos en una “topología fantasma”, lugar de nadie que se cierne en el horizonte, cual espejismo, prometiendo falsas oportunidades y vomitando ilusiones que los desgraciados devoran con tal de saciar el hambre existencial.
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La vida misma se ha prometido como un fantasma, una quimera de recuerdos que deambula por la sociedad para recordarnos un pasado que no nos pertenece, nos rememora la perdida de lo real y nuestro afán por aferrarnos a lo que ya no queda, cadáver putrefacto que hemos depositado junto a la tumba de la verdad. Pero, el problema no es que este fantasma nos acongoje, lo verdaderamente terrible aparece cuando nos vemos impedidos de observar esta realidad Así, lo que nos queda es consumir el “eidolon” virtual o social, pues la instauración del dogma de la felicidad impide ir más allá. Esta felicidad que se ha instaurado como nuevo paradigma de contención social, y que es asumido como cognoscible por el excedente de adjetivos con el que se califica. A día de hoy, “coaches profesionales”, psicólogos, gurús y demás charlatanes del tipo “new age” pretenden saber que es la felicidad y el amor mientras cobran altísimas sumas por compartir los secretos que ellos presumen saber, mientras la sociedad continua hundiéndose en el hiperegoísmo para ser los únicos que puedan alcanzar la “felicidad” y ser “dignos” de amor. Sin embargo, la intuición personal nos indicaría que las cosas no son como parecen, y que la única vía para superar al fantasma es la confrontación que ya hemos mencionado supra.
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A modo de conclusión de esta primera parte, debemos mencionar que los modelos en los que se instaura el concepto de amor en nuestra actualidad se encuentran bajo el dominio del capitalismo virtual. La manera en que se piensa el amor ha pasado de un amor al otro a un amor por si mismo, y de este a la figura por el amor de lo virtual, de aquello que no tiene peso y se encuentra en un estado fantasmal, es decir, de algo que no es real y que no tiene condiciones de llegar a serlo.
Queda claro que pensar en el amor necesita de una profunda reflexión que no tenga como intención agotar el termino de amor, pues el amor se encuentra en una condición similar al del ser humano mismo, a saber: inacabado, sufriente, pero con posibilidades de construirse en algo mejor por medio del esfuerzo del conocimiento de-sí. Si el amor se ve desde esta dimensión deja de ser un campo topológico de dominación para convertirse en un espacio de comprensión de lo distinto, de aceptación de lo profundamente otro sin la necesidad de someter a nuestro prójimo, y solo por medio de esta consideración es como podemos decir que puede comenzar a emerger verdaderamente el amor.
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