Por lo tanto, es aquí donde se encuentra la relación entre la intersubjetividad y la lectura. La lectura nos puede mostrar el espacio personal del pensamiento de mis semejantes, a la vez que me acerca a la comprensión de otras culturas. Bien es cierto que esto se puede dar, de manera análoga, viajando, sin embargo, el proceso de abstracción necesario enriquece nuestra visión de mundo y nos proyecta a elaborar pensamientos, juicios y disertaciones que, si bien es cierto no necesariamente pueden romper nuestros prejuicios, opiniones y doxas, se vuelven en condición de posibilidad para quebrantar las cadenas que también nos impone la cultura, construyéndonos en un mejor sujeto y creando un sentido distinto que el de la alienación a la que nos somete el sistema.
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