SOLILOQUIO DE UN POETA ROMÁNTICO Aleqs Garrigóz. Porque desde el principio cargamos un destino como lápida, la cción se nos mezcla en la sustancia, tiñéndonos las hebras con el color de la sangre enfermiza. Nuestros días en la historia son como una ligera llovizna, como cuando la brisa arriba a la estepa desolada. Somos amigos del girasol y del crepúsculo. Caminamos inermes a la hora de los tardíos placeres. Bebemos solos. Y la melancolía de ser es en nuestras venas honda y permanente como los congelados mares. Rosas, cortinas, palomas, ventanas, sepulcros, horizontes donde la lividez vierte sus encantos, jardines gloriosos donde los pájaros mueren, fuentes, salones que son vacíos como la vida, nos circulan lo mismo que carruseles en la mente.
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