La Traslatio, Sello de Peregrino de Padrón

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Bizén d’o Río Martínez ©

La Traslatio, Sello de peregrino de Padrón La cuna del Xacobeo Bizén d’o Río Martínez ©

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Los Antecedentes Las rutas y caminos que llevaron a Compostela no estaban fijadas, los peregrinos salían de sus casas y se ponían a caminar a través de miles de itinerarios configurando poco a poco unas rutas o camino que confluía definitivamente ante la tumba de “Sancti Iacobi”. El hecho de que la tendenciosa “Guía del Peregrino” describiera unos itinerarios por Francia y un recorrido fijo por España, no quiere decir que todos los peregrinos de las diferentes épocas siguieran invariablemente el mismo trayecto. Diferentes puntos de origen, guerras, repoblaciones de nuevas villas, auge de un santuario, creación de importantes núcleos comerciales, motivos sentimentales, políticos o familiares, hacían que muchísimos peregrinos

eligieran personalmente los itinerarios más convenientes a sus

fines, sin tener en cuenta para nada, las normas o itinerarios seudo establecidos. Los trazados del “Libro de la Crónica de Turpin”, unido al oscurantista “Códice Calixtinus”, más las intepretaciones que de ellos hicieron Jeanne Vieillard en 1938 y los autores Vazquez de Parga, J.M. Uría Ríu y J.M. Lacarra en 1949,

han sido tomados y retomados por otros autores, que siguieron

dando como exclusivas las cuatro rutas enunciadas en la “Guía del Peregrino”, obra que por otra parte, era prácticamente desconocida desde la Edad Media y que justificaba esa edición de Vieillard en 1939, como se justificaron también los trabajos de los historiadores españoles. Copiosa documentación nos asegura, como durante siglos, atravesaron millones de peregrinos por 30 pasos del Pirineo y en numerosos hospitales por toda la geografía fue acogido ese gran contingente de gentes que cruzaron España, dejando una estela imborrable de su paso que ha quedado reflejado en la toponimia, hagiografía, historia, arte, religiosidad, tradiciones y cultura popular, prevaleciendo sobre la piel de este territorio de forma que todavía hoy, pueden seguirse perfectamente las huellas y trazado fijado por los peregrinos desde hace siglos. Bizén d’o Río Martínez de las RR.AA. de la Historia, Bellas y Nobles Artes de San Luis R.A. Española de Cronistas Oficiales

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Santiago el Mayor El nombre de Santiago es la traducción de Iákobos, trasliteración griega del nombre del célebre patriarca Jacob. El apóstol así llamado es hermano de Juan, y en las listas de los Apóstoles de Jesús ocupa el segundo lugar inmediatamente después de Pedro, como en el evangelio según san Marcos (cf. Mc 3, 17), o el tercer lugar después de Pedro y Andrés en los evangelios según san Mateo (cf. Mt 10, 2) y san Lucas (cf. Lc 6, 14), mientras que en los Hechos de los Apóstoles es mencionado después de Pedro y Juan (cf. Hch 1, 13). Este Santiago, juntamente con Pedro y Juan, pertenece al grupo de los tres discípulos privilegiados que fueron admitidos por Jesús a los momentos importantes de su vida. El nombre de "Santiago" es nuestra forma actual de nombrar a este apóstol a quien antiguamente se le denominaba como

"Sant Yago o San

Jacob”. No obstante, encontramos varios Santiagos en el Nuevo Testamento, siendo por esto preciso identificar bien a nuestro Santiago, al cual se le añade un apelativo: " Santiago, el hijo de Zebedeo” (Mc 3, 17). Así se le distingue de otro "Santiago, el hijo de Alfeo" (Mc 3, 18) también discípulo de Jesús e igualmente perteneciente al

grupo de los ”doce”. Por otra parte, nos

encontramos que la tradición ha denominado a nuestro Santiago con el apelativo de "el Mayor", para distinguirle de otro Santiago a quien Marcos llama "el Menor" (Mc 15, 40) hijo de María, la mujer de Cleofás (Mc 15, 47) y hermano de José. Este "Santiago, el Menor" seguramente es el mismo que se cita como "hermano del Señor" (Mc 6, 3) y que, por su parentesco con Jesús, fue una figura relevante, después de la crucifixión, en la Primitiva Iglesia de Jerusalén. Nuestro Santiago era hijo de Zebedeo y de Salomé, una de las mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea y que se encontraba al pié de la Cruz (Mc 15, 40). Era "hermano de Juan", el Apóstol (Mc 1, 19-20) y seguramente mayor que éste ya que siempre se le nombra antes que a su hermano Juan. Ambos eran originarios de Betsaida (Jn 1,44), habitaban en la cercana Cafarnaún, trabajando en el negocio familiar de pesca en las riberas del Lago de Genesaret; perteneciendo por ello, a una familia de modestos propietarios con su padre Zebedeo y asociados con otra pareja de hermanos,

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Pedro y Andrés (Lc 5, 3-11), en la industria de la pesca del lago para cuyo trabajo contaban con empleados ocasionales (Mc 1, 20). Será de este círculo de pescadores, de donde Jesús se llevó sus cuatro primeros discípulos: Pedro y su hermano Andrés, Santiago y su hermano Juan a los que siguió su madre Salomé. La historia de Jesús de Nazaret nos dice que además del grupo de los doce apóstoles, existió un grupo mas reducido, el grupo íntimo de Jesús en el que formaban parte Pedro, Santiago y Juan, siendo su grupo de mayor confianza, que, en momentos clave, son testigos excepcionales y exclusivos como: la resurrección de la hija de Jairo, transfiguración de Jesús, o de su propia agonía en el huerto. En otras ocasiones a este grupo se une también Andrés, por lo que se vuelven a encontrar las dos parejas de hermanos: ellos son los primeros llamados; ellos le acompañan en la jornada de Cafarnaún, a la casa de Pedro; ellos se interesan especialmente por los proyectos de futuro de Jesús, en concreto por la ruina de Jerusalén (Mc 13, 3-4). Santiago gozaba de especial confianza y relación con Jesús, como uno de los discípulos más básicos, destacándose con Pedro y Juan del resto de los discípulos, siendo de esta forma, testigo privilegiado en los momentos más importantes. Le toca desempeñar un papel importante dentro de los discípulos de Jesús, quizá se debe a que Santiago pertenecía al grupo antiguo de discípulos que le habían seguido desde los primeros momentos en Galilea, pero también por el carácter y actitudes personales de Santiago, pues si los textos del Nuevo Testamento no se han parado a describir la psicología de Santiago, quedan suficientes datos que muestran su personalidad apasionada, arriesgada, ambiciosa y decidida. Verdad es que la impetuosidad y el ardor de los hijos de Zebedeo les valió alguna que otra reprimenda por parte de Jesús, pues ellos exigen exterminio para aquellos samaritanos que negaron su acogida al grupo, cuando iban camino de Jerusalén (Lc 9, 52-56). Por otra parte, el mismo Jesús apodó a Santiago y a Juan con el sobrenombre de "hijos del trueno" ("Boanerges" Mc 3, 17) seguramente por su arrojo y decisión. Santiago se nos muestra como una persona apasionada, capaz de ponerlo todo en juego. Este ímpetu y decisión, además de ser una característica personal, debe ser enmarcado sobre el fondo común de las expectativas mesiánicas de aquel grupo galileo. Santiago y su hermano Juan, como otros

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del grupo, entendían el camino de Jesús hacia Jerusalén como el momento propicio para instaurar ese Reino de David tan ansiado: reino, que ellos preveían con dimensión social-política y económica; un reino propiciador de la autonomía de Israel, que entrase en proceso revolucionario contra el poder extranjero, viendo a Jesús como el líder capaz de conseguirlo. Por eso le siguieron decididamente. Por eso no le entendieron y se dejan notar claros desajustes entre el proyecto de Jesús y las expectativas de Santiago. Su relación de especial intimidad con Jesús, les hicieron concebir a los hijos de Zebedeo esperanzas de puestos dirigentes en el nuevo status socio-político y así se lo manifiestan a Jesús (Mc 10, 35-40): "uno a tu derecha y el otro a tu izquierda", o sea, los puestos de mayor honor e importancia en el nuevo reino mesiánico. Santiago tuvo que cambiar su perspectiva y el punto de conversión estaba en entender que el proyecto de Jesús no era triunfar sino servir. Por lo demás, Santiago y Juan no hacen más que expresar de forma clara las expectativas que se movían en torno a Jesús (Jn 6, 15), que eran participadas por la mayoría de los galileos que le seguían. Es de admirar la capacidad de seguimiento de estos hombres en medio de la incomprensión, de las equivocaciones, de las expectativas fallidas, y destaca en los hijos de Zebedeo el arrojo y el riesgo que le echan cuando les pregunta el maestro si podrán beber el mismo cáliz: "¡Podemos!". Y Jesús no los desmiente como hará con Pedro, porque realmente Santiago y Juan le echaban corazón y riesgo a una aventura cuyo alcance ni siquiera intuían. Una vez muerto Jesús, lo encontramos citado en alguna de las experiencias de encuentro con el Señor Resucitado; Aquí se da el verdadero cambio de expectativa y la compresión definitiva del proyecto de Jesús. Santiago forma parte del grupo básico de la Iglesia Primitiva de Jerusalén, de su actividad en la Iglesia Jerosolimitana nada se nos dice, Pero sigue siendo una figura importante. Así se deduce del hecho de que Herodes Antipas I lo escoge, igual que a Pedro, como figuras representativas para dar un escarmiento a la comunidad cristiana y contentar a los judíos. Y así termina Santiago: Herodes lo hace decapitar con la espada allá por los años 41-44, siendo Santiago el primer apóstol en verter su sangre por Jesús, corriendo en torno a su martirio una hermosa leyenda, transmitida por Eusebio de Cesarea cuyo origen se remonta a Clemente de Alejandría, que nos narra como esta

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muerte fue motivada por la denuncia de un traidor, quien al ver la firme confesión de la fe de Santiago, se arrepiente y es también condenado; el momento alcanza el mejor mensaje, cuando el traidor convertido acompaña a Santiago en el martirio, pidiéndole perdón por el camino.

Hagiografía y Leyenda Para adentrarnos en la identidad de Santiago el Mayor, Apóstol y primer mártir después de la pasión de Cristo, aunque no dio lugar a muchos relatos hagiográficos, sí se escribieron algunas recopilaciones de sus milagros, entre las que destaca el “Liber Sancti Jacobi” donde se narran algunos sermones del Papa Calixto que hacen extensa referencia a pasajes de la vida de este santo y a más de veinte milagros compilados como “Flos Sanctorum”. Esta carencia de hagiografías de Santiago quedará cubierta con dos extraordinarios trabajos llevados a cabo en los comienzos del siglo XVII, cuando en 1610 se publica la hagiografía de Mauro Castellá Ferrer,1 con el título de “Historia del Apóstol de Jesús Cristo Santiago Zebedeo, patrón y capitán general de las Españas”, impresa en Madrid por Alonso Martín de Balboa que consta de cuatro libros y de su importancia nos habla su estructura: 1

Castellá Ferrer, peregrinó a Padrón y recogió en padrón todas las tradiciones orales sobre Santiago y su traslatio.

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Libro I: Vida de Santiago (115 fols) Cap. I-XI: Apóstol Santiago: genealogía, nacimiento, relaciones con JC (21 fols) Cap. XI-XXIII: Predicación de Santiago en España (66 fols) Cap. XXIV-XXVIII: Regreso de Santiago, martirio y muerte (21 fols) Cap. XXIX: Obras de Santiago (6 fols) Libro II : Post mortem: de la translación al descubrimiento del cuerpo (93 fols) Cap. I-VII: Translación milagrosa del cuerpo y sepultura (31 fols) Cap. VIII: Muerte de Herodes Agripa (después de la translación) (6 fols) Cap. IX-XIX: Los discípulos de Santiago (35 fols) Cap. XX-XXV: España antes de la invención del cuerpo de Santiago ( 24 fols) Libro III: Post mortem: invención del cuerpo y aparición en Clavijo (168 fols) Cap. I-VI: Alfonso el Casto y el descubrimiento del cuerpo de Santiago(40 fols) Cap. VII-XXIV: Ramiro I y la batalla de Clavijo(128 fols) Libro IV: Post mortem: Santiago bajo los reinados de Ramiro I hasta Alfonso III (105 fols) Cap. I-XI: Ramiro I (49 fols) Orden de Caballería de Santiago de la Espada Cap. XII: Ordoño I (7 fols) Cap. XIII-XXVI: Alfonso Magno III (51 fols) y su relación con el santo

Una segunda hagiografía verá la luz cinco años después, bajo otra perspectiva, es “Historia del glorioso Apóstol Santiago, Patrón de España: de su venida a ella, y de las grandezas de su Iglesia, y Orden Militar”, obra de fray Hernando Ojea Gállego, fraile misionero cuyo trabajo difiere del esquema anterior, pues dedica dos capítulos a la relación de los prodigios del Apóstol y otros milagros sacados del “Codex Calixtinus” que están en relación con la peregrinación, además de los favores del Apóstol a devotos y peregrinos, incluso extranjeros que vienen a visitar su sepulcro. Es de suma importancia el capítulo XV sobre la venida de Santiago, en el que trata de dar respuesta a la polémica suscitada a partir de 1593 con la publicación de unos escritos del Cardenal historiador Baronio, religioso de la congregación del Oratorio y Cronista de la Iglesia, que basándose en el “Acta Conciliorum” de García de Loaysa, arzobispo de Toledo, solicitó al Papa Clemente VII que reformara lo que se decía de la venida de Santiago a España

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en el “Breviario”. Ve la luz esta hagiografía en Madrid, el año de 1615 a cargo de Luis Sánchez, estructurado su contenido en 56 capítulos: Cap. 1-12: Vida y muerte de Santiago (51 fols) Cap. 1-2: Cristo y sus discípulos (10 fols) Cap. 3: Nacimiento (4 fols) Cap. 4-5: Cristo y Santiago (7 fols) Cap. 6-8: Predicación en España (12 fols) Cap. 9-12: Regreso y martirio (19 fols) Cap. 13-16: translación e invención del sepulcro (63 fols) Cap. 13-14: Translación milagrosa del cuerpo (13 fols) Cap. 15: Polémica sobre la venida de Santiago (51 fols) Cap. 16: Invención del sepulcro (3 fols) Cap. 17-28: La Iglesia de Santiago (65 fols) Cap. 17-18: Edificación y descripción de la Iglesia de Santiago (8 fols) Cap. 19-20: Favores e indulgencias de los Papas (8 fols) Cap. 21: Favores de los Reyes (14 fols) Cap. 22: Devoción universal (4 fols) Cap. 23-25: Presencia de las Reliquias (20 fols) Cap. 26-28: Peregrinación (15 fols) Cap. 29-41: La Orden de Santiago (56 fols) Cap. 42-43: Milagros de Santiago (44fols) Cap. 42: El Apóstol en las batallas (15 fols) Cap. 43: Otros milagros (30 fols) Cap. 44-52: Historia de la diócesis de Santiago y enumeración de los obispos (42 fols) Cap. 53-55: discípulos de Santiago (32 fols) Cap. 53: Siete discípulos llevados a Jerusalén (9 fols) Cap. 54: Sacromonte de Granada (18 fols) Cap. 55: Otros discípulos (7 fols) Cap. 56: Pequeña guía de la Ciudad de Santiago

En el caso de los dos hagiógrafos, Castellá y Ojeda, es importante dejar constancia de que sus dos historias no fueron llevadas a cabo por encargo, ni mandadas por el cabildo compostelano, Orden de Santiago, o institución

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religiosa ni civil, este es un hecho que incluso los dos autores reivindicaron e hicieron constar en sus dedicatorias, el haberlas realizado por pura devoción al Apóstol. Por otra parte, es necesario aproximarse a la antropología religiosa, más que a la historia propiamente dicha, para lo cual, tenemos en ayuda la tradición hagiográfica, de la cual tomamos quizá la más clásica, es decir, la “Legenda Aurea” de Jacques de la Vorágine (1228-1298),2 religioso dominico italiano que posteriormente sería elegido como arzobispo de Génova en el siglo XIII, quien recopiló como “Lecturas de Oro”, para el uso como “Lecturas Formativas”

gran número de tradiciones relativas a la vida de los santos,

siendo gracias a esta obra, como se conocen en número elevado datos de la vida de Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo, pescador en Tiberíades, hermano de Juan, que aparece como el mas persuasivo en sus sermones, de aquí el calificativo de el Mayor, El haber incluido en su trabajo, el capítulo de leyendas del “Liber Sancti Jacobi”, contribuyó en gran medida a la divulgación de los valores del Camino y a su vez constituyó un éxito sin parangón en la Edad Media, que hizo en ese mismo periodo S. XIII, fuera traducida esta obra al Italiano, Francés, Provenzal, Holandés, Alemán, Inglés, Bohemio, Portugués y en hispano-románico, posibilitando el que hayan llegado a nuestros días unos mil manuscritos en latín anteriores al siglo XV. En cuanto a la palabra “leyenda”, es importante saber que procede del latín “legenda” y debe de traducirse como “lo que debe ser leido” y nunca interpretarla como “lo que es irreal”, pues en su origen se trata de una narración compuesta por escrito para ser leída y que siempre con ellas se ha intentado inculcar dentro de un ejemplo, la facilidad de asimilación de una enseñanza. De aquí que fueran leídas en voz alta y en público, tanto en los refectorios de los monasterios y hospitales de peregrinos, como en las iglesias, donde con ellas se pretendía dar educación moral al pueblo llano. Las leyendas son pues ejemplos en los que intervienen santos y personajes históricos al objeto de reforzar el mensaje, el cual será después transmitido por tradición oral de generación en generación. Téngase en cuenta

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Jacobo de la Vorágine, Leyenda Dorada, 1282, Biblioteca Estatal de Munich Vid.- Edición en castellano con Prefacio del Doctor Graesse, Traducción de Fray José M. Macias, 1996, condensada en 2 tomos, Alianza Editorial.

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que la cultura altomedieval otorgó al testimonio oral prioridad sobre el testimonio escrito, es por ello que la oralidad fue el medio principal de transmisión del culto a Santiago Apóstol en España. Siguiendo la “leyenda Dorada” vino a Hispania, donde dejará discípulos antes de volver a Oriente para seguir la predicación, allí el enfrentamiento con Hermógenes y su discípulo Philetus le conduce al martirio en marzo del año 44. Según la tradición, su cuerpo será transportado a España, a través del Mediterráneo hasta arribar a Compostela, dentro de un sarcófago de piedra. Su cuerpo será trasportado e inhumado en un lugar indicado por una estrella que siguen los discípulos de Santiago, y la reina Lupa encontrará para enterrarlo grandes obstáculos, hasta que obtiene dos bueyes que tiran del arca hasta el lugar marcado por la estrella. Otros episodios milagrosos son aportados por Jacques de Vorágine en su “Leyenda Dorada”. Santiago interviene en numerosas ocasiones para liberar cautivos cristianos en manos de sarracenos, resucita a jóvenes que se habían suicidado por influencia del demonio, más todo un universo de acciones maravillosas que aumentan el contenido legendario.

Detractores Pero esta

tradición legendaria entrará en un debate entre los que

sustentan un análisis crítico-histórico-riguroso y los que se aferran a la tradición. Debate que se remonta a fines del siglo XVI, concretamente bajo el

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pontificado de Clemente VIII, cuando ciertos textos ponen en duda el apostolado de Santiago en España y su inhumación en Galicia. Igualmente, un movimiento contrario aparece en el siglo XVII, bajo el pontificado de Urbano VIII en una época de renacimiento católico muy intenso. Si bien poco a poco van desapareciendo las dudas, aunque será a fines del siglo XIX cuando trata de imponerse un cierto escepticismo; la historia positivista comienza a interrogarse sobre las tradiciones religiosas que parecen tener un origen en la superstición, más que en la realidad histórica. Uno de los textos fundamentales de esta corriente será un artículo de monseñor Louis Duchesne, que apareció en el año 1900 publicado en “Les Anales du Midi”, titulado “Santiago en Galicia”, en el cual afirma que las leyendas revelan supersticiones, al igual que las tradiciones orales, pues no están fundadas sobre una realidad histórica. El autor, prosigue diciendo que de todo ello se deduce que la explicación o narración de la predicación de Santiago en España, la traslación de sus restos y el descubrimiento posterior de su tumba, es falso y solo subsiste en el culto gallego. Mgr. Duchesne se remonta justo a los primeros tiempos del siglo IX y se refiere al descubrimiento de una tumba del tiempo de los romanos, que dice han creído era de Santiago. Veamos la conclusión integral de su exposición, refundida en siete puntos: 1º.- La creencia del apostolado en España de Santiago se remonta, según los últimos análisis a unas citas latinas de catálogos apostólicos escritos en griego que se comenzaron a hacer en el siglo VIII. Estos catálogos no son aún considerados documentos tradicionales sobre los que se pueda tratar como fondo. 2º.- Hacia el año 830, es descubierta sobre el territorio de “Amadea”, en la diócesis episcopal de Iria Flavia, una tumba antigua considerada como la de Santiago. El culto dado a esta, fue rápidamente creciendo y atestiguado por el Martirologio de Adón, compilación realizada en Francia en el año 860. 3º.- Al mismo tiempo, es decir, dentro del siglo IX, fue registrado un hecho de la traslación del apóstol de Jerusalén a Galicia. Después de este hecho, el cuerpo se dice estar trasportado por los siete santos que son enviados de Granada, que se les representa como discípulos de Santiago; Hecho este que supone la predicación del apóstol en España.

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4º.- Igualmente, a fines del siglo IX, es fabricada una carta del papa León, no de León III, sino de un León imaginario, que ahora resulta contemporáneo de Santiago. Es el primer documento gallego o de los catálogos apostólicos donde existe una cita literaria evidente, que hace mención del “arcus marmarici”. 5º.- Cuando finaliza el siglo XI y comienza el siguiente, la carta de San León es objeto de una manipulación grave, resulta que en esta carta aparecen los nombres de los siete santos y se produce por primera vez la cita de los dos discípulos martirizados, Atanasio y Teodoro; al mismo tiempo es eliminado el término “sub arcis marmaricis”, que se reemplaza por la denominación “Liberum Donum”. 6º.- La Historia Compostelana, terminada en 1139, eleva y consagra esta tradición que posteriormente queda considerada como fijada. 7º.- De todo lo que se ha contado sobre la predicación de Santiago en España, la traslación de sus restos y el descubrimiento de su tumba, un solo hecho subsiste, que es el culto en Galicia. Este se remonta justo a los comienzos del siglo IX y se ciñe a una tumba del tiempo de los romanos, que no puede creerse ahora sea la de Santiago. La evangelización de España por Santiago parece ser una cuestión compleja a la luz de estos trabajos detractores, pero contrariamente a lo que expuso Mgr Duchesne y a los textos por él mencionados que guardan un absoluto silencio acerca de como “La Crónica d’Idace” que continúa la obra de San Jerónimo, o la obra de Orose, obispo de Praga, en Portugal, autor de una “Historia Universal” a fines del siglo V, o el mismo Prudencio, el gran poeta cristiano español, autor del “Libro de las Coronas”, dedicado a la gloria de los mártires, que evoca los mártires españoles de Zaragoza y Calahorra, no menciona a Santiago como mártir, indudablemente, no fue mártir en Hispania, pero sí cita el templo ya existente de la Beata Santa María del Pilar, pues la antigüedad de este culto, está confirmada por la leyenda sacra de Santa Engracia y los Innumerables Mártires que se relaciona con las persecuciones de Decio y Diocleciano, ocurridas durante la segunda mitad del siglo III, las cuales,

siendo

recogidas

por

Prudencio

quedaron

patentes

en

su

“Peristephanon”, además de todas las noticias que se recogen y producen en la sede Cesaraugustana donde el año 380 ya se celebra el primer Concilio,

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precisamente en el cual se condenan todas las ideas priscilianistas, celebrándose las reuniones en la sacristía del templo de Santa María del Pilar, dedicado a conmemorar la venida de la Virgen a Zaragoza, un hecho que no debe considerarse en modo alguno como “aparición”, sino “traslación” en carne mortal para dar apoyo a Santiago; cuya primera narración de estos hechos, es de mediados del siglo VII y se debe al obispo Tajón, que nos presenta en el relato a Santiago el Mayor después de haber recorrido el norte y centro de Hispania, quien hallándose descansando una noche junto al Ebro, en compañía de los siete discípulos que había logrado convertir, recibe la visita de María, que desde Jerusalén es transportada por ángeles sobre una columna. Así es como era cumplida la promesa de acudir a la población donde mayor número de conversiones consiguiese el apóstol.

Predicación en Hispania A pesar de las primeras referencias de su predicación en el siglo IV, de San Jerónimo y Dirimo el Ciego, quienes aseguraron que “predicó en Hispania y que allí descansa”, la hipótesis de que Santiago Apóstol no predicara en España fue usada por algunos detractores que aducen ser escuetas las noticias que nos proporcionan Clemente de Alejandría

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y Eusebio de

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Clemente de Alejandría.- Hypotyposes, Libro VII. Se trata de una de sus obras perdidas. Sabemos, que todavía existía en el siglo IX, cuando Focio pudo leerlo, si bien, muy probablemente perecería como otras muchas cosas y obras en el saqueo de Constantinopla por el ejército rebelde, el cual originariamente había sido contratado para la IV Cruzada

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Cesarea 4 . Pero contra estos detractores, todavía

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se cuenta con un texto

mucho más amplio, antijudío, como es la “Passio Sancti Iacobi” donde se recogen las noticias anteriores y que fue elaborada en las Galias el siglo VI. Particularmente es conocida en la versión atribuida a Abdías, obispo de Babilonia; alcanzando una notable difusión además de contribuir en gran manera en la hagiografía e iconografía medievales. El trabajo es de sumo interés, el autor señala que las historias se han derivado de la antigua “Acta de los Apóstoles”, además de otras muchas leyendas que de esta forma llegaron a nosotros. Existen textos paralelos de libros individuales impresos en el “Acta Sanctorum”, trabajo que fue recopilado durante la última mitad del siglo VI en algún monasterio francés y conocido en Hispania en el siglo VII y utilizado por Julián de Toledo.5 La tradición del reparto apostólico, de una distribución del mundo conocido entre los Apóstoles, para iniciar la predicación, es algo que tomó cuerpo en la iglesia griega desde el siglo IV y fue conocida por los escritores latinos de la siguiente centuria y del siglo VI. Cobró especialmente base y tradición al ser recogida y tomar forma en el “Breviarium Apostolorum” del siglo VII, al igual que en la última versión del “De ortu et obitu patrum librum unum inquo forum gesta dignitatem quoque et mortem forum, atque sepulturam, sententiali brevitate subnotavit”, siendo precisamente San Braulio, quien al hacer un elogio de Isidoro de Sevilla el gran santo español del siglo VI lo reconoce como el autor de este libro, al igual que San Ildefonso, con la misma claridad que lo hace también San Sigeberto Gemblacense. 6 Esta idea de la predicación en España de Santiago es igualmente recogida por el inglés San Aldhelmo de Malmesbury antes de que finalizara el siglo VII, que señala la predicación de Santiago en España “Primitus Hispanas convertit dogmate gentes”. Será San Braulio, quien al hablar de Isidoro de Sevilla, lo presenta como el sucesor de Santiago en España. Por último citar al monje Beato de Liébana, el gran espiritual de finales del siglo VIII, con sus famosos “Comentarios al Apocalipsis” que son en el siglo siguiente maravillosamente ilustrados por miniaturistas mozárabes, en ellos el Beato evoca a Santiago y

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Eusebio de Cesarea.- Historia Eclesiástica, Libro II, Cap. IX R.A. Lipsius.- Die Apokryphen Apostelgeschichten, Brunswick, 1883 6 Nicolas Antonio. Biblioth. Vet. Hisp, tom , lib. 5 núm 114 5

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va directo a presentarlo como Patrón de España, al igual que en su himno titulado “O Dei Verbum”, calificándolo allí como “cabeza dorada y refulgente de Hispania, protector nuestro, y patrono natural”.

Valedor sobrenatural El apóstol Santiago surge como necesario apoyo y valedor sobrenatural para aquellos núcleos cristianos de resistencia y reconquista, que desde el año 711 de la invasión árabe se habían formado en las montañas astures y aragonesas, de aquí que se le considere por aquellos herederos de los visigodos, como paradigma de liberación, símbolo de libertad y emblema de triunfo. Por ello, cuando hacia el año 828 se añade el hecho sorprendente de una cascada de estrellas cayendo sobre un lugar que seguidamente será llamado el “campus stellae”, es decir, campo de la estrella o de las estrellas, donde posteriormente surgirá la ciudad de Compostela, casi podemos asegurar que había ya una predisposición especial hacia este Apóstol, no siendo de extrañar que cuando Teodomiro, obispo de Iria Flavia, la actual Padrón, se encuentra con una preciosa arca de mármol, e interpreta este signo divino como el cuerpo del Apóstol, manda construir una iglesia que se irá transformando con el tiempo en la gran catedral, será este hecho, el origen de que todos los martirologios europeos recojan inmediatamente la noticia de que santiago estaba enterrado en España, convirtiéndose de esta forma en el mas

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eficaz medio de difusión

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con el que contará originariamente la devoción

Jacobea en el Viejo Continente.7 Cierto es que la visión idílica de Santiago el Apóstol experimenta una transformación guerrera, que lógico es considerar producto de su implicación en las luchas de la reconquista del suelo de España, el nacimiento de una pasión o devoción febril hacia la figura de Santiago “matamoros”, del cual se narrarán numerosas leyendas que hacen relación a los milagros obrados, refieren entre otros actos como el apóstol liberó a veinte vasallos del conde Armengol de la prisión musulmana de Zaragoza y de cómo los condujo hasta un castillo cristiano. Se recoge este hecho en el “Libro de los Milagros del Codex Calixtinus”, convertido en el primer testimonio escrito que explica una acción de Santiago en beneficio de los cristianos, si bien no es cruenta, su identificación con el espíritu que dimana de las Ordenes Militares hace que se identifique al apóstol como jinete a caballo y espada en mano, incluso, a la cabeza de las tropas cristianas; siendo nuevamente el “Codex Calixtinus” el que recoge otro milagro, que presenta en esta ocasión a Santiago caballero combatiendo contra el Islam permitiendo su intervención directa a la cabeza de las tropas de Fernando I en la conquista de Coimbra el año 1064, aunque sin lugar a dudas será la aparición del apóstol al monarca Ramiro I que se recoge en la “Crónica General”, capitaneando las tropas cristianas, montado sobre caballo blanco, en la mano izquierda llevando el estandarte de alférez de la milicia de la fe y en la diestra blandiendo la espada, suceso e imagen que será mil veces repetida siglos después por toda la geografía Hispana, y se consolide definitivamente como imagen de Santiago “matamoros”, además de que posteriormente el “Cantar del Mio Cid” presentará a Santiago totalmente popularizado con esta imagen: “Vierais allí tanta lanza hundir y alzar../..traspasar y romper tantas adargas../..quebrantar y desmallar tantas lorigas ../.. salir tintos en sangre tantos pendones blancos ../.. ya tantos caballos espléndidos trotar sin sus dueños. ../.. Los moros gritan ¡¡Mahoma!!, y los cristianos ¡Santiago! ../.. en muy poco espacio cayeron muertos al menos mil trescientos”.

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Chamoso Lamas, Manuel.- Informes Arqueológicos, Compostellanum 1 nº 2, año1956 y Compostelanum 2 nº 4 año 1957

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Como agradecimiento por la ayuda prestada a las tropas, el rey Ramiro decide “ofrendar a Santiago, un don perpetuo”: el denominado “Voto de Santiago”, privilegio cuya primera mención aparece en la bula del Papa Pascual II de “Iustitiae ac rationis ordo”. Otra importante interpretación literaria es llevada a cabo por el poeta riojano Gonzalo de Berceo, quien siguiendo la “Crónica Silense”, cuenta en su obra “Vida de San Millán” , como el conde castellano Fernán Gonzalez y el rey de León Ramiro II, vencieron al califa abd AI-Rhamán III en la batalla de Simancas en el año 939, haciéndolo gracias a la intervención y apoyo del apóstol Santiago que acude acompañado de San Millán: “ El qe tenié la mitra - e la croça en mano, Éssi fue el apóstol - de sant Jüán ermano; El que la cruz tenié - e el capiello plano Éssi fue sant Millán - el varón cogollano”. La figura de Santiago guerrero se consolidó en el pensamiento y la sensibilidad de la sociedad de los siglos pleno-medievales, con unas gentes acostumbradas en exceso a oír noticias sobre el devenir de las Cruzadas y sobretodo a socorrer, cuando no a estimular, a los caballeros de las Ordenes Militares, por lo que esta versión de Santiago caballero favorecerá la fundación de la Orden de Santiago, grupo de caballeros que consagrarán sus vidas a la “guerra santa”. Lo cierto es que, gracias a Santiago se irán asentando los cimientos de una Europa cristiana en expansión, que trae consigo el progreso con la puesta en cultivos de tierras abandonadas, el renacimiento de las poblaciones, incremento de las actividades comerciales, todo lo que de alguna forma llevará indefectiblemente hacia un considerable aumento de la población. Desde aquellos momentos, numerosas iglesias le serán consagradas a este apóstol y

solamente será necesario que transcurra medio siglo para

encontrar dos importantes obras, entre los llamados martirologios históricos, el que en la Marca Hispánica gozó de absoluta aceptación, el “Martyrologío” d’Adon del año 860, arzobispo de Vienne, del que se conservan algunos ejemplares,8 y el de Florus de Lyon, de finales del siglo IX , que ambos señalan 8

Códice de San Cucufate del vallés, núm. 22 de fines del siglo X Códice núm 128 del Museo Episcopal de Vich con dos martirologios

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y destacan el culto de Santiago y la traslación de sus reliquias e inhumación en Galicia. Son igualmente de fines del IX las “Crónicas Asturianas” de una manera especial las de Albelda y de Alfonso III El Grande, todas ellas muy útiles para la historia general de esta época, siendo este rey quien reemplaza la primitiva iglesia de Compostela por una construcción más importante, debido a que el culto de las reliquias del Santo ha establecido ya un peregrinaje numeroso. Sobre estos lejanos siglos de la Edad Media, pesa una incertidumbre desmesurada y en este caso algunos la ven de forma especial, en esa forma del hallazgo o encuentro de esta inhumación, aunque para otros es un hecho muy simple y

cierto,

y así será transmitido por la “Leyenda Dorada” que

interviene indudablemente a favor de los argumentos asturianos y españoles, y quedará expuesto en la “Guía del Peregrino”, llamada “Codex Calixtinus”, de 1140, que toma esta segunda denominación por atribuirse al Papa Calixto II el prefacio donde habla de Sant-Yago. Obra que trata de informar y ordenar esa gran riada de gentes que de todo el mundo caminan ya hacia Compostela, cumpliendo así el encargo directo del Papa.

Priscilianistas Contra todo lo anteriormente expuesto, existen desde épocas pasadas y todavía hoy historiadores que no admiten la presencia de Santiago en España, ni que éste sea el primer evangelizador del país, como tampoco admiten que su tumba se encuentre en Galicia, aunque nadie pueda afirmar o negar estos hechos de forma categórica. Es precisamente en esta línea de detractores donde se encuentran los que presentan una hipótesis que se basa en la identificación entre Sant-Yago y un personaje importante en la historia religiosa de España del siglo IV, Prisciliano, de quien no se tiene seguridad si fue nacido en la actual Avila, España, en la provincia romana de Gallaecia, o en Egipto, fijando la fecha entorno a los años 340-345, al igual que existen opiniones de su pertenencia al seno de una familia creyente y de rango senatorial de riqueza notable. Sus predicaciones obtuvieron entre las gentes cierta preponderancia al rechazar la unión de la iglesia con el imperio, su énfasis en los símbolos y las

Códice núm 11 Archivo de la Catedral de Gerona

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interpretaciones de la Biblia. Por otra parte, enfatizó igualmente sobre los dones del Espíritu Santo, pese a que fue permeable a la influencia del maniqueísmo. En suma, predicador de un cristianismo muy ascético, en el que se meditaba y no se prohibía el matrimonio entre clérigos, se condenaba la esclavitud y se rendía culto a la naturaleza, lo que desató las inquietudes de la Iglesia oficial y en el Concilio celebrado en Zaragoza el año 380 se juzga la herejía de Prisciliano y el obispo de Arlés reclama la condenación de todos sus seguidores, pues cuenta ya con numerosos adeptos. En su contra son lanzados ocho cánones que reprueban todas las prácticas priscilianistas, pero éste se hará elegir obispo de Avila y saldrá de viaje hacia Roma, donde no es recibido por el Papa Dámaso, ni por Ambrosio de Milán, antes bien, es denunciado por el obispo de Idace ante el emperador Máximo que reside en Trèveris, la villa más antigua de Alemania. Otro concilio condena su herejía en Burdeos, pero Prisciliano se aclama pidiendo protección al emperador, quien convocará un nuevo concilio en Trèveris, en el

que resulta acusado, no

solamente de herejía, sino también de magia, y con cuatro de sus fieles condenado a muerte. Su ejecución en el año 385 ordenada por el emperador Teodosio, según alegan sus seguidores, constituyó la muerte de un cristiano a manos de otros cristianos, pero lo cierto es que desencadenó una persecución contra anacoretas, vegetarianos, ascetas y todo lo que tuviera rasgos de priscilianismo. Existe una leyenda que afirma que sus discípulos llevaron los restos hasta su Galicia natal por una ruta que luego seguirán los peregrinos a Compostela, sucediendo esto, casi cuatro siglos antes de que empezara el primer peregrinaje Jacobeo. El Priscilianismo durará justo hasta el concilio de Braga del año 563 y será precisamente el obispo San Martin de Braga quien explica en su obra titulada “De correctione rusticarum” la conducta a seguir con estos heréticos, aunque la herejía Priscilianista caerá cuando los reyes visigodos abjuren del arrianismo y con Recaredo abracen la fe católica en el año 589, logrando de esta forma la unidad religiosa de Hispania. Todo ello será conducente a que antes del siglo VII el Priscilianismo haya desaparecido, no obstante, algunos, si

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bien serán muy pocos, seguirán pensando que la tumba descubierta a fines del siglo IX en Galicia, pudiera ser la de Prisciliano.9

Iconografía del Santo La iconografía de Santiago ha experimentado una transición que lleva desde la primera imagen que presenta al evangelizador, con los textos evangélicos en una mano a la del santo peregrino con el cayado o bordón en la otra, tal como aparece esculpido en piedra en la puerta de los orfebres de la catedral Compostelana, o en esos magníficos lienzos salidos de los pinceles del Greco y de Ribera, que nos aportan una imagen quizá menos conocida del hombre barbudo de porte majestuoso como se le corresponde a su apodo de “Hijo del Trueno”, bien asido a ese libro o ese papiro enrollado donde lleva escrita la Buena Nueva que está encargado de transmitir a los hombres de buena voluntad, por haber sido otra la iconografía que a nivel popular le fue aplicada haciéndole pasar por el matamoros, para retornar nuevamente al evangelizador. La primera transición se opera a fines del siglo XIII inicios del XIV en los que la figura del peregrino es predominante Esta representación entonces recibe un respaldo superior que la garantiza de alguna forma y apoya a su generalización, y esto es debido a que Santo Domingo de Silos, en la 9

Henry Chadwick.- Priscillian of Avila: The occult and the Charismatic in the Early Church Richar Fletcher.- Saint James’s Catapult. The Life and Times of Diego Gelmirez of Santiago de Compostela. Sánchez Dragó, Fernando.- La Historia mágica del Camino de Santiago

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representación del episodio de los peregrinos de Emaús, es Cristo el que lleva una concha, lo que hace de él un peregrino a Santiago.

Este peregrino

aparece en Compostela encima de la puerta del Obradoiro, destacando sobre esta hermosa fachada barroca de la catedral, investido de todos los símbolos peregrinacionales, es decir: la capa de lana con esclavina sobre sus hombros, un sombrero en cuya ala levantada está prendida la concha, alforja o bolsa de costado y el bordón. Este peregrino con sus principales atributos, será la imagen más difundida del santo apóstol en el transcurso de los siglos, y así es como lo encontraremos en todo el mundo cristiano medieval hasta llegado el siglo XVII, a partir del cual se separan las imágenes del santo con la del peregrino, esto es debido a que de forma generalizada las personas errantes son muy mal vistas. Por ello, Santiago adoptará de nuevo su figura de apóstol evangelizador quedando patente en cuadros de El Greco y de Ribera y tantos otros que salidos de sus escuelas o de los pinceles de sus seguidores, irán ocupando altares en una época en la que se restauran y amplían numerosas iglesias y se da cabida a capillas en los laterales, con retablos de cuerpo central de lienzo enmarcado por columnas, frontones en la parte superior y calles laterales con imágenes de bulto, porque el número de retablos que se construyen en esta época es elevado y ocupó a numerosos artistas, que dejaron indudablemente una gran obra, lo que demuestra que tanto en la pintura como en la escultura la religiosidad española, y en ella siempre un altar a Santiago aún en la más recóndita iglesia de la geografía española que no lo tuvo con anterioridad. Existen igualmente otras representaciones, pero podemos considerarlas marginales, ya que no tienen gran difusión, tal es el caso de la imagen de Santiago sobre un trono en Beauvais, en Notre Dame de Verneuil o en el Monasterio de Las Huelgas en Castilla, si bien en todas estas existe una constante, cual es el atributo de la cocha. Todo este repertorio iconográfico citado se completa con la imagen del santo guerrero, el campeón de la “guerra santa” emprendida por los hispanos contra los musulmanes, tanto es así que hasta por los enemigos merece admiración, pues no en vano en el siglo XI el cronista de Córdoba Ibn Hayyam asegura que “El santuario de Santiago de Compostela es más venerado por los creyentes; que la Meca es visitada por los musulmanes”. Este aspecto lleva a

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los artistas a representar al santo apóstol como un joven y aguerrido caballero que sobre un caballo blanco de protuberantes belfos y aspecto desbocado, pisotea con sus cascos los cuerpos de los enemigos caídos. Porque esta imagen es en definitiva la que las gentes se han forjado en sus mentes después de la Batalla de Clavijo y es la que llega a nuestros días en numerosos lienzos, que desde luego son obras de inigualable arte pictórico, incluso

difíciles hoy de hacer desaparecer u ocultar, porque además esta

figuración, al ser empleada en la iconografía durante más siglos, es la más extendida, no obstante, cabe decir, que son numerosos los templos que tienen además la imagen del santo peregrino en una dualidad fervorosa que podemos considerar casi única, ya que raramente se verá otro santo en un templo representado en dos versiones tan dispares.

Iconografía de los milagros En torno al Camino de Santiago no podían faltar las tradiciones y las leyendas, y en ellas las inevitables actuaciones de tipo sobrenatural con una intervención divina que se suponen milagros. Sobre estos, podemos encontrar muy diferentes, ya que durante los siglos que ha existido esta peregrinación, los caminantes buscaban en su mayor número, la salud del alma y del cuerpo, como algo que solo podían alcanzar de una forma sobrenatural al producirse durante la peregrinación. Así muchos de los milagros estaban directamente relacionados con las reliquias de santos que se encontraban en santuarios, en

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algunos casos alejados del camino o bien en lugares difícilmente accesibles, que desde luego comportaban un sacrificio y esfuerzo. Allí se dirigían los peregrinos buscando la intermediación del santo, oraban ante sus restos y esperaban recibir la gracia o milagro. Este hecho de las actuaciones milagrosas alcanzará tal importancia durante la Edad Media, que se recopilaron en Libros de Milagros, 10 en los que se hablaba y dejaba constancia de las excelencias y curaciones que realizaba tal o cual santo, o bien como se recuperaba la salud ante la Virgen en tal o cual santuario. Esto en cierto modo provocó una fiebre por la posesión de reliquias de santos por parte de los santuarios. Porque en definitiva, los milagros serán en aquellos tiempos, como las señas de identidad de cada lugar santificado de peregrinación. Existe una iconografía que se fue configurando conforme una serie de leyendas11 que se iban transmitiendo por tradición oral en las reuniones nocturnas tras de la cena, cuando al amor de la lumbre los peregrinos descansaban en los albergues y hospitales, en los monasterios acogidos por freires, o en casas particulares que les daban acogida, allí se ponían en común, encuentros, experiencias propias, oraciones, trovas y leyendas apoyadas casi siempre en milagros, bien realizados por la Virgen,12 bien por el Señor Sant- Yago, y que todos solían escuchar con interés y luego transmitían de viva voz a vecinos y familiares. Son un cúmulo de leyendas relacionadas con el Camino de Santiago que llegan a ser muy populares, alcanzando tal difusión que provocan el que sean recogidas en los códices de los monasterios, o bien, en el mismo “Codex Calixtinus”, en su libro II de los Milagros “De miraculi sancti Jacobi”, se relacionan veintidós debidos a la intercesión del Apóstol Santiago, todos realizados en diferentes regiones de Europa y que dan origen a unas representaciones iconográficas en las que se pretende que los peregrinos venideros encuentren explicación o testimonio que les fortalezca en su duro peregrinar: La Fuente Reniega; El Misterio de Obanos; Poyo de Roldán; el milagro del gallo y la gallina; el pajarito y la Virgen; los pastores de Estella; el asno y el Apóstol, son algunos de ellos, aunque quizá el milagro que más impacta al peregrino sea la traslación que efectúa el santo de un peregrino 10

Mariño Ferro, Xosé Ramón.- Leyendas y Milagros del Camino de Santiago ,Ellago Editores, Castellón 2010 11 Del latín “legenda”= lo que debe ser leído 12 Berceo, Gonzalo de.- Milagros de Nuestra Sra, Madrid, Ed. Castalia 1987

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moribundo hasta el santuario de Compostela. Ejemplo de que el peregrino durante todos estos siglos, siempre confió en la ayuda del Apóstol para llegar a Compostela, tanto es así que, el poder de su fe en Santiago era tenido como suficiente para que la concha o vieira que lograba alcanzar, tuviera por si misma, peso específico como para obtener la salvación de su alma, y así se refleja en esa maravillosa psicostasia representada en Zarauz, en la cual, San Miguel pesa con su balanza las almas de los difuntos en ese Juicio Final, pero el peso de una vieira o concha del peregrino, tiene el suficiente peso como para hacer alcanzar al peregrino el ansiado Paraíso.

Santiago Ibero-americano Santiago al igual que fuera el santo patrón de la reconquista en España, será el santo de la conquista americana de las Indias Occidentales y podemos encontrar los relatos de sus apariciones en apoyo de los descubridores y conquistadores por los cronistas de Indias: Bernal Díaz del Castillo para Méjico y Cieza de León para Perú, narrando como los españoles invocan a Santiago en el combate. En estas crónicas se planea una escena que tuvo gran difusión

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que se sitúa en Cajamarca cuando el Inca Atahualpa tira por tierra los Evangelios que le han presentado los españoles y Pizarro grita a sus hombres ¡Santiago a ellos!. Por otra parte, en una batalla tan decisiva para la conquista del Imperio Mexicano como fue la de Otumba, los indígenas creyeron haber visto al apóstol Santiago. “En este lugar vieron los naturales visiblemente pelear uno de un caballo blanco, no le habiendo en la compañía, el cual les hacía tanta ofensa, que no podían en manera alguna defenderse del ni aguardalle; y ansí en memoria de este milagro, pusieron en la parte que esto pasó, una ermita del Apóstol Santiago….” De esta forma se hace recensión de trece apariciones de Santiago en América entre 1518 y finales del siglo XIX. Su nombre es dado a un navío de Magallanes, al igual que a numerosas villas como la capital de la isla de Cuba, la capital de Chile. El Apóstol Santiago se convierte en un santo iberoamericano y es cantado por los poetas del otro lado del Océano sirviendo además de vínculo con la comunidad hispánica.

Taumaturgo Santiago es a su vez, un gran taumaturgo, pues todos los apóstoles han recibido de Jesús el poder o la facultad de curar, sacar los demonios y de hacer milagros. Pero ciertamente en el caso de Santiago, él había recibido de Jesús un don muy especial, pues pocos discípulos que presenciaron la transfiguración en el monte Thabor y la resurrección de la hija de Jairo. Todo es coincidente en Santiago el Apóstol y sus poderes taumatúrgicos serán conocidos a través de los siglos. Por esto se le conoce igualmente bajo el nombre de “Santiago el Sanador” y son enviados a Galicia numerosos enfermos para obtener por mediación de este santo la “sanación”, esto se debe a que se había proporcionado un espacio sagrado y mítico donde la colectividad cristiana podía experimentar una unión simbólica, y en este sentido expresa propuestas fenomenológicas Mircea Eliade sobre la manifestación de lo sagrado como algo totalmente opuesto de lo profano,13 pero sobre todo en la conciencia colectiva de la Vieja Europa se divulga y arraiga con gran fuerza, la 13

Micea Eliade.- Tratado de Histora de las Religiones, Edit Cristiandad, 2009 Lo Sagrado y lo Profano, Edit. Paidos Ibérica, 1998

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creencia de que la sepultura de este santo tiene poderes taumatúrgicos y sólo con acercarse a ella los enfermos pueden obtener una revitalización según nos cuentan numerosas crónicas. Esto adquiere más fuerza, cuando en el año de 1675 se redescubre el cuerpo de un obispo que enterrado en las proximidades del santo, milagrosamente se ha preservado y se conserva incorrupto, pasando a recibir igualmente una veneración y a cuya tumba se acude para sentar a los niños enfermos sobre ella, al objeto de que recuperen de esta forma la salud perdida. Conocemos antecedentes y sabemos como para los Celtas, los cuerpos sagrados eran depositarios de una gracia particular que permitía combatir las tinieblas y el mal, siempre que el espíritu del muerto estuviera presente entre los vivos. Por ello, toda la parte norte de Hispania, junto a la Galia, territorios que pertenecieron a la cultura céltica son aún hoy, testigos de estas creencias y de esta sensibilidad que es igualmente tan conocida en Bretaña e Irlanda, como en Galicia o Aragón, donde por ejemplo, la fiesta de Samaín del mes de noviembre, pervive cristianizada a través de Todos los Santos y de las Animas, recibiendo un importante culto que permite a los vivos en su recuerdo pedir la intercesión y ayuda.

Las funciones taumatúrgicas de Santiago se inscriben en esta perspectiva, pues a él se han podido aclamar las gentes durante siglos en solicitud de la “sanación” para diversos males. Pero sobre todo, se le puede considerar el sanador o médico de los “posesos” del demonio. En la “Leyenda

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Dorada”, Santiago lucha con el Demonio para arrancarle las almas de los poseídos a los cuales ha logrado dominar; él resucita a los suicidas, y recupera a las personas que el Demonio ha sometido haciéndose pasar por Santiago. Es precisamente en esta atmósfera de unión de supersticiones y sortilegios, donde el culto al santo ha adquirido una forma muy especial, pues encontramos la pervivencia de algunos no sólo en los siglos XIX y XX , antes bien, llegamos hasta los momentos actuales del siglo XXI: el baño en las aguas del mar Cantábrico la noche del 31 de agosto de las mujeres infértiles, donde según la tradición arribó el “arca marmórea” con el cuerpo del Apóstol; los ritos supersticiosos unidos a la piedad Mariana que se conservan por los numerosos santuarios Marianos que jalonan las rutas Jacobeas; las procesiones de arcas de muertos, o las arcas que se encuentran en algunos santuarios para meterse en ellas los afectados de algún mal o las mujeres estériles; las numerosas romerías que en el curso de ellas se exorciza a los posesos; las predicciones del tiempo y de las cosechas durante las romerías en las ermitas, o por la intercesión de Santiago. Por no hablar de la concha, vieira o coquilla, a la que tras haber estado junto a la tumba de Santiago, se le atribuyen poderes y que ha sido considerada como un talismán profiláctico desde la antigüedad, y que se corresponde con los arquetipos mas antiguos que evocan la fecundidad y que luego será cristianizada con el uso por San Juan para el bautismo de Jesús en el Jordán, pero realmente la concha adquiere la mayor difusión en todo el mundo al ser relacionada con Santiago el Mayor. Algunos podrán pensar que pueda ser mas que Apóstol un mago, pero ante esto, sólo es necesario volver a la “Leyenda Dorada”, donde podremos comprobar como Santiago lucha contra los magos Hermógenes y Philetos en Palestina.

Desacralización Fueron precisamente los franceses quienes se encargaron de abolir la simbología existente en el “Liber sancti Jacobi” que lo relacionaba con Carlomagno, y fue durante el tiempo en que pretendió reinar José Bonaparte en España en 1808, cierto es que en las Cortes de Cádiz se debatió apasionadamente por los liberales la figura e imagen de Santiago, quizá ensombrecida en aquellos momentos con el deseo de los franceses de abolir el Voto de Santiago y oscurecer con ello las antiguas glorias de España, pero el

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discurso que Ostalaza pronunció en ellas, hizo que Santiago pasara a convertirse en el abanderado de la identidad moderna nacional.14

Tras la revolución de 1868 que se origina en España denominada la “Septembrina”, el advenimiento de la I República traerá consigo la ruptura con la tradición de la “Ofrenda Nacional al Santo” y una desacralización que viene dada por la separación Iglesia-Estado, por lo que una suscripción popular tiene que ser convocada para el mantenimiento del Santuario Compostelano, a pesar de que sigue acogiendo aunque en un orden muy distinto, el volumen de peregrinos que atraviesan las tierras Hispanas caminando hacia Compostela. En Europa no corren tiempos propicios, pero sí es de destacar, como tras el desastre del 98, España vuelve los ojos hacia Compostela y su Santo Patrón, pero ya entrados en el siglo XX con el establecimiento de la II República en 1931 se volverá nuevamente a suspender la Ofrenda Nacional al Santo, hasta llegar al año de 1937, Año Jubilar en el que Compostela vuelve a ser lugar de grandes concentraciones y manifestaciones de fervor religioso hacia el Santo, aclamándole y solicitando su protección para España que se encuentra rota. Será nuevamente en 1939 cuando vuelve la tradicional Ofrenda Nacional, 15 abriéndose una nueva etapa que se verá ratificada en 1965, con el nuevo Año

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Actas Cortes de Cádiz.- Volumen II – 1810-1813 Todo ello justifica la publicación de Jeanne Vieillard de 1939 de la hasta entonces desconocida “Guíde du Pèlerin” y los trabajos de Vazquez, Uría y Lacarra, que son encargados por el gallego Francisco Franco y verán la luz en tres tomos el año 1949 15

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Jubilar, en el cual, el Jefe del Estado, será quien personalmente realice la Ofrenda en Compostela. Su discurso es recogido por toda la prensa nacional y queda entre sus párrafos recogido el que: “Santiago es el Patrón de España”.

Santa María del Pilar y Santiago En el año 571 el obispo de Zaragoza, Máximo (+ 606), evoca la fundación apostólica de un templo dedicado a la Virgen. “Caesaraugustae templum Dei genitricis sanctus et a divo Jacobo constructum quod ad columnam dicitur, célebre habetur”. Otra cita nos remite mil años después al cronista Jerónimo Zurita, quien en sus “Gestas de los Reyes de Aragón”, Zaragoza 1578, incluye una noticia que nos retrotrae al año 889, según el cual, el obispo de Zaragoza, Elleca, asiste el día 5 de mayo a la consagración de Sisnando, obispo de IriaCompostela, cuarto en ocupar esta sede episcopal. Es igualmente este cronista quien anota en las mismas fechas del siglo IX, datos relativos a la existencia del culto a la Virgen en el principal templo de Zaragoza, que ya era llamado vulgarmente del Pilar. Para poder aportar estos datos, el cronista tomó la narración de Aimoino, que hace referencia al viaje realizado el año 855 por el monje Audaldo, del monasterio de Conques y que alude a la comunidad mozárabe de Zaragoza, destacando como su centro espiritual está en la iglesia de Santa María “ecclesia beatae Mariae semper virginis, quae est mater ecclesiarum eiusdem urbis”.

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Todo ello se relaciona con esa tradición según la cual la Virgen María se le apareció a Santiago el Mayor sobre una columna de mármol que era sostenida por ángeles. Este pilar quedaría en Zaragoza y en torno a este, Santiago parece ser que edificó una capilla dedicada a la madre de Dios, siendo a partir de ese momento referencia de culto. De la antigüedad, de esta devoción Mariana, está confirmada por la “Leyenda sacra de Santa Engracia y los Innumerables Mártires” que se relaciona con las persecuciones de Decio y Diocleciano, ocurridas durante la segunda mitad del siglo III que fueron recogidas por Prudencio y quedaron patentes en su “Peristephanon”, mas todas las noticias que se recogen y producen en la sede Cesaraugustana donde el año 380 ya se celebra el primer Concilio, celebrándose las reuniones en la sacristía del templo dedicado a Santa María del Pilar. 16 En cuanto a la venida de la Virgen Santa María a Zaragoza, que no debe considerarse como aparición; la primera narración esta transcrita en las últimas páginas de un códice manuscrito elaborado a fines del siglo XII por un canónigo, si bien parece ser que transcribía al hacerlo, el que el obispo Tajón a mediados del siglo VII había copiado en Roma. Este códice manuscrito se conserva en el archivo de la Basílica Cesaraugustana, siendo una copia de las “Moralia in Job” de Gregorio Magno, donde se relata la tradición que se enlaza con la costumbre entre los judíos de salir los sábados al anochecer fuera de los recintos murados de la población, para reunirse a la orilla de alguna corriente de agua y allí cantar salmos como plegaria a Dios. Así parece ser que ocurrió y como Santiago con sus pocos discípulos o convertidos, salieron en aquél anochecer correspondiente al 1 de enero del año 40 de nuestra era, extramuros de la ciudad para orar a las orillas del Ebro, cuando una luminosidad invadió al pequeño grupo y la Virgen, que todavía vivía en Jerusalén, se hizo visible, llegando en una nube y sostenida por ángeles, acompañada de otros que portaban una columna sobre la cual se asentó la Virgen para dirigirle el saludo a Santiago, contemplando los discípulos la escena deslumbrados. Quedando en la tradición, patentes las palabras que

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P. Ramón de Huesca, Teatro Histórico de las iglesias del Reyno de Aragón, Pamplona , 1742

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María dirigió a Santiago: “Mira esta columna en que me asiento. Mi hijo la ha enviado por manos de ángeles. En este lugar la virtud del Altísimo obrará prodigios y milagros admirables por mi intercesión “.17 En cuanto a la Venida de la Virgen, el relato presenta a Santiago después de haber recorrido el norte y centro de Hispania, encontrándose esa noche junto al río Ebro, en compañía de los siete discípulos que había logrado convertir, cuando recibe la visita de María. Así es como era cumplida la promesa de acudir a la población donde mayor número de conversiones consiguiese el apóstol. Pero esta narración no pretende en forma alguna ser una defensa de la venida de María a Zaragoza, antes bien, forma parte de una explicación: “Historia de la aparición de la Madre de Dios a Santiago que predicaba en Zaragoza”, texto que desde el siglo XIII fue usado como explicación dirigida a los peregrinos que se acercaban a la capilla, siendo esta misma explicación, la que estuvo colocada junto a la capilla durante los siglos XIV, XV y XVI, texto, que por otra parte, estuvo enmarcado tras cristal a la entrada del templo hasta tiempos bien recientes y que debe de ser relacionado con el movimiento de peregrinos que se produce a fines del siglo XIII y que encuentra además su eco en una disposición municipal fechada en Zaragoza el día 27 de mayo de 1299 que exime de pago de derechos a los peregrinos que se detengan en devoción en Santa María del Pilar.18 Existe un fervor y devoción Pilarista que sostiene que la columna de jade en la que se sitúa la venida de María, aún en vida, a la ciudad de Cesaraugusta en la que escaso éxito estaba teniendo Santiago el Mayor en su predicación del Evangelio, no se ha variado de sitio, ya que todas las modificaciones que se han realizado en el templo a ella dedicado, se han condicionado a su emplazamiento, de aquí el punto excéntrico de lugar y de ámbito dentro del actual templo que ocupa su capilla, un templo dentro de un templo, construcción concebida por Ventura Rodríguez, arquitecto de Fernando VI.19 La Basílica del Pilar, si bien su aspecto concreto no está documentado, si se conoce por escrito la existencia en el siglo IX como Iglesia de Santa María 17

Lacarra Ducay, Mº Carmen, , La devoción a Sta Mª del Pilar en Zaragoza durante la Edad Media, Zaragoza, 1996 Rio Martinez, Bizén d’o .- La Virgen del Pilar en el Camino Jacobeo.- Comarca de La Hoya, nº 19, 2009 18 F. Gutierrez Lasanta Historia de la Virgen del Pilar, Zaragoza, 1972 19 Gascón de Gotor, A. El Arte en el templo del Pilar, Zaragoza, 1940

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y tras la conquista de la ciudad por Alfonso I de Aragón en 1118, se sustituirá la construcción primitiva por una fábrica románica, que necesitaría grandes modificaciones en cuanto a su ampliación y consolidación cien años después. Un pavoroso incendio afectará considerablemente el templo gótico en el año 1434, haciendo necesarias nuevas construcciones que se acabarán en 1515, siendo esta la imagen que se reproduce en las obras pictóricas de Antonio de las Viñas de 1563 y Juan Bautista del Mazo en 1647.20

La traslatio De Translatione corporis Sancti Jacobi ad Compostellam

“Gozosos en gran manera los discípulos del Apóstol con la prodigiosa posesión del cuerpo de su Maestro llegaron a Jafa, puerto de Palestina, y dudando allí lo que habían de hacer, vieron una nave preparada por disposición divina. Se embarcaron en ella con el discípulo del Salvador, y desplegando la vela empezó la nave a surcar la mansa, tranquila y plateada superficie de las olas, desviados de Scila y Caribdis, gobernándola la mano del Señor y navegando con próspero viento, y la mas apacible tranquilidad llegaron a Iria, puerto de Galicia”. Quizá este breve comentario de la Historia Compostelana, Libro 2º Epístola Pontificia que confirma esta tradición, sea el que mas veces se ha repetido. Autorizando este prodigioso suceso la santidad de Clemente V en 20

Mullé de la Cerda, Gerardo, El Templo del Pilar, vicisitudes porque ha pasado hasta nuestros días, y su descripción después de las obras nuevas, Zaragoza, 1872

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Bula de 1º de febrero de 1088: Alejandro II en otra Bula de enero en 1165, y Gregorio IX en la suya del 7 de marzo de 1227, si bien, en el año 1084 el monje Cluniacense Ebretmo que compuso el oficio del Breviario de San Juan de la Peña, en la fiesta de San Indalecio, uno de los Siete Varones apostólicos, ya narra como fueron los discípulos quienes trajeron el cuerpo a Galaecia y añade que después de sepultarle, quedaron dos al lado del sepulcro que se llamaban Teodoro y Atanasio, y que los demás entraron a predicar a las Españas.

Este pasaje lo volverán a confirmar numerosos historiadores a través de los siglos. “Arribando los discípulos del Apóstol a Iria Flavia por el río de Sar, y desembarcando el precioso tesoro de su cuerpo lo colocaron sobre una gran piedra, la cual se abrió recibiéndolo milagrosamente en sí, como si sobre cera pusieran un cuerpo de bronce candente, y como si reconociese el vasallaje y honor que a tan gran Apóstol debía” 21 Al igual que los siguientes momentos de esta Traslación “E salieron al puerto e pusieron el cuerpo en un logar que dizen el Padrón, e fueron a una dueña viuda, que era señora de aquella tierra, que avía nombre Loba, la qual era noble, mas pagana. E dixeronle así : “Nuestro Señor Iesucristo te enbia el cuerpo de su Apóstol e descipulo, porque pues non lo quisiste rescebir bivo que lo recibas

muerto”, E contaronle el

milagro, commo sin gobernación viniera, e pidieronle que les otorgase aquel

21

Juan Beleth, Juan Vaseo y otros AA. Historia de Santiago

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lugar , do lo avian puesto, para su sepultura. E ella, con cruel e engañoso corozan, dixo que le placía otorgar con buena voluntad lo que le pedían”. Toda la historia de la matrona Lupa la traslación del Santo cuerpo de Santiago, además de referirlo el papa Calixto II, es relatado por el Maestro Juan Beleth en su Santoral al capitulo 140, lo mismo que el Maestro Villegas en la de los Santos. Vaseo en la de España y todos los demás Breviarios que solían rezarse, igual el “Breviario Compostelano” que recoge en el himno que comienza: “Gaude Faelix Hispania, Laetis exultans mentibus…” como el “Breviario Toledano” que recoge este mismo himno. Ciertamente, a partir del hallazgo en el siglo IX del enterramiento del Apóstol, surgieron numerosos textos haciendo referencia a la milagrosa “Translatio de su cuerpo” a esa zona geográfica. El primero es la “Epístola Leonis”, que junto a otros que se perdieron, fijaron entre los siglos siguientes XI al XII los pasajes y prodigios de Yago, que serán divulgados por medio de otras obras escritas. En el siglo XV y más concretamente de 1481 data la “Compilación de los milagros de Santiago”, una obra del clérigo Diego Rodríguez de Almela escrita a raíz de su peregrinación a Compostela en el año de 1456 acompañando a D. Alonso de Cartagena, Arzobispo de Burgos; obra que fue publicada a petición de D. Fernando de Pineda, visitador de la Orden de Santiago. El texto se inicia con la presentación de la figura de Santiago, destacando su proximidad a Christo como familiar y a la vez Apóstol, siguiendo tanto los Evangelios canónicos como los apócrifos22 Obra importante a pesar de su breve texto, será la oración escrita de D. Juan de Sanclemente, Arzobispo Compostelano, sobre la traslación del cuerpo de Santiago, formada para satisfacer al Arzobispo y Cardenal de Sevilla Dn. Rodrigo de Castro, que le había pedido al de Santiago las noticias que fueran fidedignas que tuviese sobre el asunto, al objeto de desempeñar con ellas el encargo que se le hacía desde Roma, ya que en la Ciudad Santa se estaba tratando de extender el rezo de dicha traslación, para lo cual le envió al

22

Torres Fontes, Juan.- Compilación de los Milagros de Santiago, de Diego Rodríguez de Almela. Murcia, Universidad, 1946 Amann, Emile.- Le Protévangile de Jacques et ses remaiements latins. Paris, Letouzey et Ané 1910 Santos Otero, Aurelio de. Los Evangelios Apócrifos. 2ª Edic de B.A.C. 1963

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Cardenal Hispalense esta oración que fue impresa en Córdoba por Jacobo Galván en el año de 1590.

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Por otra parte, de todos los libros que componen el “Codex”, el libro III, el mas breve integrado por seis folios 23 con los dos textos de mayor importancia de la tradición jacobea. Uno del siglo XII, donde se combina la tradición compostelana recogida de la Epístola del papa León con la leyenda de los siglos VII y VIII en relación a los los Siete Varones Apostólicos, y como ellos trasladan el cuerpo martirizado de Yago desde las costas de Palestina, embarcándolo en el puerto de Jafa hasta el puerto de Iria Flavia en la Galicia Hispana. El otro texto es una narración dispuesta en forma de Epístola, es atribuida igualmente al papa León y

está

dirigida a los reyes Francos,

Romanos, Godos y Vándalos, intentando en ellos expresar simbólicamente los países situados a los cuatro puntos cardinales. En este segundo texto, se incluye la narración del traslado del Apóstol desde Jafa hasta Iria Flavia, lo cual se dice es llevado a cabo, sobre una barca de vela, que fue guiada “por un ángel del Señor”. Por otra parte, se incluye en este libro, la descripción de las tres solemnidades que en honor a Santiago se dedican en su iglesia compostelana. 24 Finalmente, habla de la costumbre de los primeros peregrinos de recoger conchas en las costas

de Galicia para llevar consigo como

recuerdo, pero que también les protegen de las granizadas, borrascas, tempestades y vientos en su viaje de regreso. La creencia popular fue por delante siempre de la actitud de la Iglesia, quizá por ello se llegó a decir en algún momento que carecía acreditación formal,

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de una

no obstante se cuenta con numerosas referencias del

culto sepulcral al Apóstol, que se quedan firmemente atestiguados en los Martirologios de Floro y de Adan de Lyon (840-860) las noticias de Dirimo el Ciego de Alejandría (310-398), San Jerónimo (348-420), Teodoreto (393-457), San Hilario de Poitiers (310-368), San Efrén (+373) y Eusebio de Cesarea 23

Liber III Folio 156 r. a 162 v. Foliado : 155 v. Indice de los IV Capítulos 156 r. Prólogo del Papa Calixto 156 v. Capítulo I La Traslation 159 r. Capítulo II Empieza la Carta del papa León 160 r. Capítulo III Calixto, Papa, sobre solemnidades Jacobeas 162 r. Capítulo IV Acerca de las Conchas 162 v. Miniaturas

24 25

“De festo Translationis . Noticias Históricas del Archivo de Uclés, 1743 Mosquera Cobías, Manuel.- Santiago el Mayor y la Leyenda Dorada , Xunta de Galicia, 1999

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(+339), de todos los cuales se hace eco el “Breviarium Apostolorum” del siglo VI-VII y el “De ortu et obitu Patrum” , hitos importantes tanto para oriente como para Occidente de una tradición generalizada que habla de la existencia del culto al primer Apóstol mártir y en el noroeste hispánico. En el siglo VIII, el más oscuro de la Historia de España, se testimonia por el el himno litúrgico “O Dei Verbum” escrito por San Beda en Inglaterra, además del Beato de Liébana con el “Comentario al Apocalipsis”. Será al siglo siguiente cuando Teodomiro (+ 847) redescubre, cual nueva “inventio”, el cuerpo del Apóstol, a raíz del cual se pasa a considerar como uno de los lugares mas santos de todo el orbe cristiano

La Inventio Con este nombre se conoce el relato del descubrimiento en tierras de Iria Flavia de los restos de Santiago y sus discípulos. Esta narración que ya figuraba en un documento desaparecido del año 865, relata como el eremita Pelagio que oficia el culto divino a los moradores de San Fiz de Solovío, cerca de A Maía, durante varias noches sucesivas observa unas luminarias y al decidirse y acercarse en la oscuridad,

escucha cánticos celestiales. Estos

extraños sucesos los pone en conocimiento del obispo Teodomiro de Iria Flavia, quien acude acompañado de sus sacerdotes

para comprobar los

hechos. Desbrozado el espeso terreno cubierto por la vegetación salvaje, de donde procedían las luces y los cánticos se deja al descubierto las ruinas de un edificio en el que dentro de una oquedad a modo de cripta se encuentran un enterramiento romano del siglo I, el obispo atribuye la tumba al Apóstol Santiago y sus discípulos, lo cual comunican y el rey asturiano Alfonso II el Casto, se pone en marcha hacia “Liberum Donum”, Libredón, y reconoce el

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sepulcro ordenando construir entorno a este una iglesia. De estos hechos se informa al Papa León III quien por medio de una bula informa del descubrimiento del sepulcro del Apóstol Santiago a toda la humanidad.

Iria Flavia - Padrón Situada en tierras del noroeste de la península que estuvieron habitadas según los vestigios, desde el periodo correspondiente al Paleolítico Superior por los Oestrymnios de los cuales habla Rufo Festo Aveno26. Otros dicen de una colonización fenicia, cartaginesa o griega de esta zona geográfica de Galicia, y como cierto se tiene la colonización romana que fue llevada a cabo sobre una comunidad preexistente indígena que parece ser formaba parte del pueblo de los cóporos, según nos asegura el investigador A. Tranoy27 , tesis que es apoyada por otros historiadores hispánicos.

26 27

Rufo Festo Aveno.- Ora Maritima . Versos del 154 al 157 Tranoy, A.- A propos des Gallaeci de Pline, Epigraphie et peuplement. Bracava Augusta XXXI-1997 ,, La Galice romaine. Recherches sur le Nord-Ouest de la Pininsule Iberique. Paris 1981

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En torno a Padrón, las prospecciones llevadas a cabo permiten la localización de trece castros celtas prerromanos y en lo que hoy abarca el municipio estuvieron asentados cinco castros, entre ellos el de de Iria. Llegan los romanos en el año 183 antes de Cristo que como la IV Provincia creada por Augusto al dividir la Tarraconense en el año 214 a.C. se le dio el nombre de Gallaecia, no siendo de extrañar que, estando Iria (Voz de raíz indoeuropea cuyo significado traduciremos por aguas abundantes) sobre un cruce de vías naturales y próxima al mar, se inclinara la decisión romana de constituir allí el “Foro Iriense, si bien no consta que fuera municipio romano, tal como algunos aventuraron, pero sí quedó constancia de haber sido urbanizada, por otra parte, en el “Itinerario de Antonino” puede comprobarse que por Iria pasaba la calzada XIX mandada construir por el emperador Claudio (41-54) de Braga a Lugo y el tramo de calzada XX que partiendo de Roma daba la vuelta a todo el Imperio por la costa, “per loca maritima”, tramo que desde Caldas a Brigantia y Lugo, fue construido por Vespasiano. Figura pues en el trabajo de Antonino como la sede de una de las mansiones, la denominada “mansio Pría” y que a partir del Edicto de Vespasiano, del año 74 28 disfrutó del “ius-latii”, Cuando se concede este privilegio, la concesión del derecho latino en ámbito provincial tenía detrás de sí una larga historia desde su primera aparición en la Galia Traspadana en el año 89 a.C.29 Este privilegio sería correspondido por los pobladores añadiendo el cognomen de “Flavia” al topónimo primigenio de “Iria”.30

28

Plinio el Viejo.- Nasturalis Historia. III, 30 Canto, Alicia M.- Oppida stipendiaria.- CuPAUAM 23, 1996 29 Garcia Fernandez, Estela.- El IUS LATII y los Municipio Latina.- Universidad Complutense. Tesis Doctoral 30 Risco, Vicente.- Historia de Galicia.- Editorial Galaxia

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Son muy numerosos los restos arqueológicos que a través de los tiempos se han aportado a su historia por medio de sucesivas excavaciones, las cuales nos llevan a uno de los mas completos catálogos numismáticos de los distintos emperadores romanos y de las acuñaciones de la República, además de la cerámica romana común y sigillata, bronces, tégulas, ponderales y vidrios, sumado con las estelas funerarias y aras votivas, que atestiguan su importancia y una vida muy activa con el sólido comercio que tuvo establecido Iria Flavia con otros países en la época romana. Pomponio Mela, el geógrafo gaditano,

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en uno de sus tres libros, habla de la existencia de un

“monumento” dedicado a Augusto en el puerto exterior de Iria junto a la desembocadura del rio Sar en el Ulla: “Sars, juxta turrem Augusti, título memorabilem”. Un antiguo pedestal de piedra situado en el puerto, parece ser que desde tiempos fenicios según datan algunos historiadores, era usado para el amarre de los barcos durante la carga o descarga y que estuvo sirviendo de pedestal de monumento a la memoria de Augusto. Esta piedra desgastada por el roce de las cuerdas en los vaivenes de subidas y bajadas de la marea, con una inscripción, es la que se reconoce como “El Pedrón” y que se sitúa hoy bajo el ara del altar de la iglesia de Santiago en Padrón. El hecho de la llegada de la barca con el cuerpo del Apóstol hasta esta piedra que acabamos de hablar situada en el muelle del puerto, hizo que muchos vieran en el nombre de Padrón la derivación de Patrón acepción debida a la llegada del Santo y otros vieran Pedrón por la piedra del puerto, lo cierto es que las primeras citas documentales como en la “Historia Compostelana” remiten en numerosas ocasiones a Padrón con el nombre latino de “Patronus”, otra cita de la “Crónica Compostelana” hace referencia al puerto interior de Murgadán

llamado

Padrón; en otro apartado cita el burgo de Padrón, antes llamado Iria Flavia, situado en la falda del monte con embarcadero al lado de la iglesia en el río Sar, siendo el “Codex Calixtinus” donde en el Capítulo IX, respecto a las puertas de la iglesia de Compostela las sitúa en la carretera hacía Padrón, es igualmente el Codex donde se cita a la piedra que asegura se amarró la barca, citándola como “Petronus”, Pedrón: “Duo tamen sunt quipus Bti Jacobi

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Pomponio Mela De situ Orbis o Chorographia

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Petronus digne venerandus est”. Inscripción que figura en el atrio de entrada de la Iglesia de Santiago de Padrón.

Commentariorum C. Caesaris, de Bello Galico, Libri VIII

Tras los romanos, posteriormente llegan a Galicia en el año 411 los llamados Bárbaros del Norte, una raza germánica, los “Suevos” que entran con treinta mil guerreros y pactan la ocupación con el emperador Honorio mediante el respeto a la sociedad rural. Leovigildo el año 585 derrota al suevo Endeca y se proclama rey de los suevos incorporando Galicia como provincia visigoda, pero el reino visigodo terminará con la derrota ante los árabes el año 711 y en el 716 Abdelaziz, hijo de Muza entra a través de Braga, si bien las tierras de Iria continúan con su estado anterior independiente gobernado por un obispo, por ello, no es de extrañar que del resto de sedes apostólicas de la península, al ser invadidas, sus obispos busquen refugio en la sede Iriense, que llega a cobijar hasta veintiocho obispos. En el año 997 cuando Almanzor realiza su “gazwa” o razzia contra las tierras de Iria y Compostela y destruye los templos de Santa Maria y Santa Eulalia. La importancia de Iria decrecerá a favor de Compostela que se encuentra mas lejos del mar y con superior defensa ante posibles invasiones. Curiosamente serán los vikingos los últimos que saqueen estas tierras de Iria que ellos llamaban “Jakobsland” (tierra de Jacob) el año 1032 hasta que son derrotados por el obispo Cresconio. Posteriormente con la

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conversión al catolicismo de Olaf Haraldson y el pueblo vikingo, cesan las incursiones y pasan a ser en gran número, peregrinos al sepulcro del Apóstol.

Saint Olaf. ( Museo de Estokolmo )

Iria pierde la Sede Episcopal, en diciembre de 1095 cuando D. Dalmacio obtiene del papa Urbano II el traslado de la sede Iriense a Compostela, a pesar de que no podrá tomar posesión por morir en Cluny el 13 de diciembre y queda como Colegiata con siete canónigos, el traslado de esta sede supone a su vez la despoblación, quedando como un burgo de pescadores. El año 1100 D. Diego Gelmirez es electo obispo de Compostela y se ocupa de las tierras de su Padrón natal. En su primer año en la Sede, baja la posibilidad de crear una monarquia gallega y a tal efecto cuerda con el noble Arias Pérez la posibilidad de que Dña Urraca, viuda de D. Raimundo de Borgoña se vuelva a casar, contando con su hijo como heredero, Alfonso Raimundez nacido en Caldas, fruto de estas gestiones, en 1111 Gelmirez corona en Santiago como Alfonso VII rey de Galicia, a un niño de siete años y después celebra los esponsales entre Dña Urraca y Alfonso I de Aragón el Batallador, reforzando sus relaciones con el poder y entrando plenamente en los manejos político-territoriales, lo cual provocará en un momento determinado la sublevación de los compostelanos contra su obispo al crear serias discrepancias con Dña Urraca y Gelmirez, llegando a provocar una revuelta de la que sale Dña Urraca maltrada, el hermano del obispo muerto, y Gelmirez consigue huir disfrazado y refugiarse en Padrón, donde le auxilian y reúnen un ejército que le ayudará a recuperar su sede episcopal, haciendo deponer la actitud a los compostelanos. Elegido Papa Guido de Borgoña, hermano del fallecido esposo de Dña Urraca y tío de Alfonso VII, que toma el solio pontificio con el nombre de Calixto II, será este un momento y situación que es aprovechada por Gelmirez, le 42


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serán otorgados una serie de privilegios para la sede compostelana y así obtiene el Palio en 1120 convirtiéndose en el primer arzobispo de Compostela. Momento en que vuelve otra vez sus ojos a su Padrón natal y crea unos astilleros tal vez en Cesures, ordenando la construcción de dos galeras que puedan hacerse a la mar armadas para proteger las costas asediadas de continuo por piratas, contratando para el diseño y construcción al genovés Roger de Augerio, quien el año de 1115 con doscientos marineros de Padrón, se embarcan en la que será primera ofensiva de castigo y limpieza de las costas gallegas. Los gastos de construcción y de la campaña correrán a cargo del arzobispo, a quien corresponderán la cuarta parte de los beneficios, un botín que dedica a pagar las naves, y a los cautivos los utiliza en el acarreo de piedras para la construcción de la Catedral de Santiago. Como represalia por las incursiones que realizan contra los puertos árabes., a los cuales infringen castigos severos, en 1120 los padroneses deben de salir al encuentro de veinte naves que hacia este puerto se dirigen, dándose un duro encuentro o batalla frente a la isla de Sálvora, capturando los padroneses tres naves y novecientos prisioneros. Satisfecho Gelmirez por los resultados, no duda en 1124 el contratar al piloto de pisa Fuxón para realizar la construcción de una nueva galera que se hace en Padrón y se finaliza en el 1131, resultando un gran navío de mucha resistencia, con el cual se abre el tráfico con Flandes. En este año con motivo del Año Santo, llegan numerosos peregrinos alemanes e ingleses, flamencos, noruegos, y suecos, los cuales desembarcan en el puerto de Padrón que ya es llamado “Puerto del Apóstol”.

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El prelado Diego Gelmirez ayudado por el presbítero Pelayo en 1133 acomete la reconstrucción de la iglesia de Santiago en Padrón sobre las ruinas de la anterior, en estilo románico con tres ábsides. A la iglesia de Santa María de Iría le concede el rango de segunda Catedral de Compostela y puede decirse que el arzobispo pasa largas temporadas en Padrón a cuyo desarrollo presta gran atención, pues siente especial predilección por el lugar en el cual arribó el Sagrado cuerpo del Apóstol. Es a la vez el gran protector de los peregrinos, por ello ordenó construir un “Hospitium Peregrinorum” donde pudieran reponer fuerzas antes de retomar a sus países de origen. Edificio que fue reconvertido muchos tiempos después en el pósito de sal o “Alfoli”. Principal referente es el “Fuero de Padrón “, otorgado por Fernando II el 21 de febrero de 1164 que confirma los usos y prácticas desarrollados desde antaño en la villa, junto con ciertos privilegios y franquezas dirigidos a sus vecinos. Un documento que en el siglo XIII se procedió a efectuar una trascripción en romance del texto inicial para mejor comprensión de los habitantes, si bien algunos piensan que auspiciada por el obispo compostelano que pretendía conocer con ella el contenido y contexto de sus derechos en toda la región

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Fuero de Padrón Traducción parcial de la versión latina original “En nombre de la Santa é Individua Trinidad, Padre é Hijo y Espíritu Santo, Amén. Fernando, por la gracia de Dios, Rey de las Españas á todos los Canónigos de la Iglesia de Iria y á todos los burgueses moradores de la villa de Padrón, salud y dilección (…) Movidos, pues, por estas razones y habido el consejo de nuestros Nobles, reproducimos y os confirmamos para siempre á vosotros y á vuestros sucesores todas las buenas costumbres que os hayan sido otorgadas por mis Padres y por mis Abuelos y aun por vuestros Arzobispos y Prelados, tanto dentro de vuestra villa, como en aquellos lugares que á vuestra villa pertenezcan y según que se contiene en vuestras escrituras. Y si alguna cosa, por codicia de algunos, ha sido introducida contra dichas buenas costumbres, de raíz la extirpamos y abolimos. I.- Entre estas cosas especial y expresamente mandamos que el Señor de vuestra villa, ni por sí, ni por sus Vicarios, tenga potestad para embargar á ningún vecino por ninguna demanda, sin que antes ésta fuese presentada y ventilada en su tribunal. II.- Asimismo no ose el Señor de la villa tomar algo para sí violentamente en las ventas que en ella se hagan, ni pretenda que se le venda á él más barato de lo que señala el precio común, que queremos se fije para el pan, para la carne,

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para toda clase de frutos, para el pescado, para la cera, para la leña, y en general para todos los artículos de comer y beber que se lleven á la villa, ó que estén ya almacenados en ella. III.- Confirmamos igualmente que ningún sayón ó alguacil, ni su vicario, embargue á nadie, ni en su casa, ni fuera, sin que antes lo cite para ante el Concejo. Y si entonces no quisiere satisfacer, puede procederse al embargo, con tal que lo que hubiese sido embargado se deposite en casa de un vecino y á presencia de hombres buenos; al cual depósito no podrá tocársele, si el demandado está dispuesto á satisfacer en término de cinco días. IV.- Ninguno de vuestra villa pague portazgo en toda mi tierra, á no ser en el castillo de Oeste por sal y por pescado. V.- Todos vuestros colonos y todos vuestros amos, ó sean los que están encargados de la crianza de vuestros hijos, no den fonsadera, ni vayan en fonsado, ni paguen luctuosa, ni pedido alguno, sino á aquellas personas de quienes son colonos ó amos. VI.- Si alguno de fuera de la villa demandare en el Concejo á alguno que en ella estuviere, los que tienen el cargo de rectores administren justicia. Pero si el forastero sin pedir justicia intentare temerariamente apoderarse (lo que no suceda) de la persona de algún vecino, ó de algunos de sus bienes, entonces sea lícito á todo el vecindario salir á arrebatarle en venganza sus bienes, demoler sus casas y destruir sus heredades. VII.- Añadimos por nuestra parte que atendiendo á la honra del clero y del pueblo de dicha villa que ningún clérigo, ni vecino, ni ninguno de sus servidores podrán ser llevados violentamente fuera del Concejo. VIII.- Para que este reglamento de justicia sea guardado, por consejo de nuestros hombres buenos y con común asentimiento del pueblo y del Concejo establecemos que todos los años por este tiempo se elijan á petición de todo el pueblo dos canónigos y dos ciudadanos, los cuales, al entrar en el ejercicio de su cargo, prestarán juramento de proceder en todo con consejo del juez y sin aceptación de personas y de procurar conservar en toda su integridad los referidos artículos. Todos los vecinos por su parte se comprometerán alzadas las manos á prestarle unánimemente auxilio y favor cuando fuere necesario. IX.- El Mayordomo, al encargarse del señorío de esta villa, jurará primero guardar todas estas cosas.

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X.- Si alguno osare estorbar la práctica de todas estas costumbres, en parte confirmadas y en parte otorgadas por Nos, levántese toda la ciudad contra el estorbador, y aunque con tal motivo sea muerto ó herido, ni el Rey, ni el Arzobispo, ni ningún vicario, puedan por ello imponer pena alguna, ni los parientes, ni los hijos del muerto ó herido, tengan acción para vengarse quien quiera que sea (…) Hecha la carta á X de las kalendas de Marzo de la Era MCCII, reinando el rey D. Fernando en Toledo, Extremadura, León, Galicia y Asturias (…)”.

Versión romanceada “Estos son los fueros y derechos que el arçobispo ha de aver en Padron e en su mayordomadgo e en las chaues e los que fueron mayordomos fasta aquí. I.- Primeramente. De todos quantos honbres e mugeres la justicia de Padron prendier o lleuar a la cadena del concejo ha de pagar de carcelaje quatro mrs., el qual es todo del arçobispo. De todo onbre o muger que otro qualquier llamar ante a justicia de Padron por debda alguna, deue la justicia mandar al mayordomo de la villa que logo aquel a quen demandar por aquella debda et ha termino aquel a quen demanda cinquo dias a que defienda su derecho. E si quisier enfiar ha de yr ante o jues de Padron sobre ello e sy perdia la fiadoria o que la perder ha de pagar quatro mrs. a diesma da debda. Et sy fiadoria fuer fecha de los vezinos de la villa, o que vinier a fiadoria ha de pagar al mayordomo quatorze dineros e non mas.

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II.- Iten otrosy sy alguno vizino de la villa u otro alguno mandar llegar al mayordomo de la villa algun onbre o muger por debda podelo faser aynda que le non mande la justicia. E este mayordomo ha de lleuar a diesma da debda por que llegar, e ha de dar á cabo de cinquo dias a pinora a aquel que manda llegar daquela debda que le deue. Non se defendiendo con fiador ante los cinquo dias pagara la diesma al arçobispo. III.- Otrosy sy alguno onbre o muger demandar a otro alguna bestia o buey o porquo o otra cosa cualquier de furto por ante la justicia de Padron, ha de venir esta cosa demandada a mano del mayordomo e deue aver dello las setenas, por cada una siete. IV.- Otrosy sy alguna carta del Rey, o del arçobispo o de sus vicarios o juezes o de cada uno dellos venier a la villa de Padron por que manda a las justicias o mayordomo que penoren por alguna cosa posta por algunas cartas de mrs, ha el mayordomo la desma de aquella porque penorar se deueren la debda. VI.- Otrosy ha tanbien la diesma de algunos bienes se venderen por alguna debda, sy los mandaren bender por alguna carta de vuestra abdiencia, o por carta del Rey aynda que en la carta del Rey non se contenga el mayordomo de Padron. Esto es la portagee minuda de Padron. VII.- Se alguno onbre de outra parte venier a Padron mercar pescado, a de pagar al arçobispo de cada carga de pixotas o de puluos o de congros ocho cornados de cada carga; e de carga de las Rayas e de melgas e de caços de cada carga seys dineros; e de cada millero de sardinas un dinero, e de cada fexe de ollas que venier a la villa ha de aver el mayordomo una olla la mejor que vinier en lo fexe; e de cada carga de sal que se carregar para fuera medio dinero, e do quarteiro do sal un dinero e del moyo quatro dineros; e del barquo que venier de otro parte a la villa ha de pagar de cada Remo un dinero. VIII.- Otrosy todo onbre que chagar onbre en la villa de Padron o tirar sangre de sobre ojos, o tirar espada o cuchillo ayradamente contra otro, ha de pagar al mayordomo dies e ocho libras. Sy dier puñada o Rostrada, ha de dar al mayordomo de cada dedo un soldo de buena moneda que son ocho dineros de cada soldo. Et sy derribare toca de la cabeça a muger o derribare onbre en tierra por fuerça ha de aver el mayordomo por cada una cosa destas dies e ocho libras.

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IX.- Et desto todo que encima jase scripto, saluo de los quatro mrs de carceraje ha el cabildo de la iglesia de Santiago la meytad, e la otra meytad ha el arçobispo o el mayordomo; porque o onbre que y andar por lo cabildo non puede faser fiaduria nen penora syn mandado del mayordomo del arçobispo e por seu consyntimento. X.- Otrosy sy alguno onbre matar en esta vila otro onbre, ha de pagar o que matar a otro por amezio del seys cientos mrs en esta manera, la meytad para el casteleyro de la Rocha de Padron et la otra meytad ha de aver el cabildo de Santiago e el mayordomo del arçobispo ha la meytad de cada un. XI.- Otrosy sy ouiere parresío de muger, o de nenbro tolleyto o de otro lision alguno, anse de avenir con el mayordomo sobre ello, e desta avenencia ha de aver el mayordomo la meytad et el cabildo la otra meytad. XII.- Otrosy, de todo sayn que se fesiere en la villa de Padron ha de aver el mayordomo del arcebispo de cada tonel de sayn doze libras de brancas que son treynta e dos dineros. Et esto es todo del mayordomo syn cabildo de Santiago; fasiendose este sayn de sardina o fasiendose de maga non ha y nada el mayordomo por o que ha y de mostras o sayn ha el mayordomo se anda en sardina e quer se faga este sayn de sardina quer de maga. Se alguno onbre de fuera parte de la villa comprar tonel de sayn, ha de pagar al mayordomo del arçobispo quando lo tiraren de la villa quatro libras e quatro soldos. Et sy tirare pipa de sayn, ha de pagar dos libras e dos soldos. Et estos dineros hanse de tirar de la desma del Rey e del arçobispo; e destos dineros ha de aver o cabildo de Santiago dies e nueue dineros. XIII.- Otrosy, toda testacion que se fesiere en Padron alguna posada ha de aver el mayordomo del arçobispo a diesma de aquello que testar. Et esta testación ha de fazer por lo mayordomo; e desto ha o cabildo de Santiago la meytad. XIV.- Otrosy, sy las justicias posieren defiensa a las panaderas e a los otros oficiales qualesquier sopena de quatro mrs, sy alguno pasara contra esta defensa, la meytad es de las justicias de la villa, e la otra meytad del arçobispo e del cabildo por medio. XV.- Otrosy, sy las justicias vritaren la fanega o el ceramí o medidas de vino, han de aver las justicias de este britamiento que fesceren dos mrs, e el arçobispo ha de auer con el cabildo otros dos mrs de por medio.

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(XVI) Otrosy, sy las justicias britaren hun pan que fallaren pequeño, han de aver de aquel a quien los britaren, las justicias dos mrs et el arçobispo e el cabildo otros dos mrs. XVII.- Otrosy, las justicias non deuen nen han de penora alguna por dineros algunos, saluo de doze dineros hayubsso; non deue penorar por estas defensas, saluo el mayordomo. XVIII.- En esto ha el portadgo del pescado quel arçobispo ha de aver en la villa de Padron, que venga desde do este a encima; del cento, de pescado que chaman do vallo VIII peces, e dos budiones que venieren en un barquo, quer sean muchos o poquos pagen al mayordomo siete budiones, e del barquo de las sybias, quer sean muchas, quer poquas, pagen al mayordomo siete sybias; e dos barquos de los poluos frescos un poluo de cada barquo, e del barquo de las pixotas frescas a voluntad del mayordomo; e del barquo de los congros, quer sean muchos, quer pocos, ha de aver el mayordomo un congro. Et se fuere de otro pescado grande que sena yuos o touinas o prasos, o otros peces grandes anse de avenir con el mayordomo sobre ello. Et del barquo de las sardinas, pocas o muchas en el barquo, ha de aver el vuestro mayordomo un ciento de sardinas e mas de cada millero dos purtugees. XIX.- Otrosy ha de aver el mayordomo de cada carga de pescado seco que ben en barquo seys soldos, u ocho mrs por la barcada. Et sy troxiere congros, paga esta cantia de dineros et demas un congro, según encima jas escripto. Et sy fuere barcada de poluos secos, han de pagar VI soldos de carrega, o una liaça de poluos que son XVIII. XX.- Otrosy, ha de aver el arçobispo los primeros dos salmones que murieren des lo Ribeiro de areas ata el castillo do Este sy non paga el Concejo una quantía de mrs al arcebispo por ello; e demas ha de dar o Concejo al arçobispo cen libras de blancas e al Cabildo XXII libras e medea. E estos dineros son por la Renda que llaman de Santiago. XXI.- Otrosy, de todos los canaes que estan en la villa ata encima del Lapido, de todo quanto y ouier de cinquo quinoes uno, et demas en cada canal una noche, qual el arçobispo escoger cada año. Et desto ha el cabildo la meytad, saluo que el arçobispo ha de aver do canal de Eruon, que he vuestra heredad las duas quintas de todo para siempre. Et ha de aver mas do canal de Areas de

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tres Redes que y son duas quintas de cada una, saluo de los canales de los caualleros. XXII.- Otrosy, si aquí venier naao o baxel cargados de vinos ha de aver el mayordomo una gran cabaça de vino o XL soldos por ella. Et si fuere pinaça de dos vicos ha de pagar esta calabaça de vino e mas dies mrs e dos dineros. E destes des mrs e dos dineros ha de aver el cabildo XIX dineros por portaje miuda. XXIII.- Otrosy, ha de aver el arçobispo de todos los baixeles que venieren á la Ría de Padron que troxieren fierro, quer sea mucho, quer poco, dez mrs, e dos dineros. Destos ha de aver o cabildo de Santiago XIX dineros. XXIV.- Otrosy, baixel que venier a esta Ria que traxiere sal, ha de aver el mayordomo dos moyos de sal e mas XL soldos. Et desto ha de aver el Cabildo siete mrs e dos quarteiros de sal. Et estos dos moyos de sal e quarenta mrs se an a descontar da diesma del Rey e del arçobispo. E esto han de pagar los baixeles que pasaren desde los tapoes de agiino a Reyno acima hu quer que ellos descargaren, e vuestro mayordomo ha de penorar estos baxees por esta Renda hu quer que estouieren por su costa. XXV.- Otrosy, non ha de aver salya, nen descarga, nen carga en Arouça nin ena Pobla, e quando os baixees ouieren de cargar en Arouça ou ena Pobla deuian de venir en cima do castelo do Este a Recebir a carga por pagar el portaje. XXVI.- Otrosy, sy algun baxel que traxiere azeyte a esta Ria e quisier vender este azeyte, ha de aver o mayordomo una jarra de azeite. E ha de aver esteiras e de Remos e de astas de lanças e de otras cosas quales quier que vendan de aquel baxel que os asy traxier e os vender ha de aver de cada una destas cosas hua, que sea estera o asta de lança o Remo, o se deue de vir sobre ellos con el mayordomo. Et estes son los seruiciales del arçobispo que moran en las llaues de Padron e otros que andan en las llaues”. 32

La Crónica de Santa María de Iria nos dice: “Et des la Passion de Iesu Cristo fasta a trelladaçon do corpo de Santiago forom onze anos que foy tragido por lo mar en siete dias ao porto de Iria et sepultado en Compostella en 32

López Ferreiro, A. – Fueros municipales de Santiago y de su Tierra. Edición facsimilar. Ediciones Castilla S.A., Madrid, 1975

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tempo de Luparia según se lee por sua lectura et por lo libro a que dizen Calixto……/../…….Et desque os siete disípulos que trouxeron o corpo de Santiago et o sepultaron et quiseronse para Iherusalem leixaron con él dous discípulos que predicaron et converteron muy pouquos cristianos que por ellos en o qual tempo foran tornados a fe católica, os quaes fingidos et leveoos Nuestro Señor para sí, perdeuse a memoria do lugar en que fora sepultado o corpo de Santiago”.33 Padrón combinaba una doble circunstancia histórica: era el lugar donde había arribado la barca que trajo al apóstol Santiago a Galicia y, al mismo tiempo, era uno de los tradicionales puertos del arzobispado compostelano junto a Noya y a Pontevedra. No extraña, pues, su importancia capital y las medidas proteccionistas impulsadas no solo por la Sede Episcopal, sino también por los reyes castellano-leoneses. Desde aquellas lejanas fechas del siglo XII se constata como arribaban por mar los peregrinos, y como terminaban su peregrinar en Padrón los que procedentes de la Vieja Europa, tras rendir culto al Santo en Compostela, querían visitar los lugares jacobeos, practicando el rito de las piedras en Santiaguiño del Monte, pasando por sus agujeros, orar en la ermita ante la imagen pétrea de Yago, pasando después a purificarse en la fuente milagrosa cuyas aguas brotan debajo de la ermita, beber con agrado el agua revitalizadora de la fuente del Carmen, para terminar abrazando emocionados el Pedrón, esa ara milenaria, fuente de tradición, culminación del rito, devoción y peregrinación jacobea.

“Duo tamen sunt quipus Bti Jacobi Petronus digne venerandus est”

33

Crónica de Santa María de Iría.- Códice gallego del s. XV, anejo V de los C.E.G., Santiago Compostela

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La Peregrinación La peregrinación desde el punto de vista histórico-religioso, es el realizar un viaje individual o colectivamente para visitar un santuario o un lugar sagrado, donde se manifiesta de algún modo relevante la presencia de un poder sobrenatural. Así lo han entendido y practicado desde los tiempos remotos las diferentes culturas y el peregrinar es algo consustancial al género humano y por tanto anterior al cristianismo. Los griegos hacían su peregrinación a Delfos, su lugar sagrado; los judíos, a Jerusalén, la ciudad santa; los mahometanos, a la Meca; los cristianos a Tierra Santa; los chinos al sepulcro de Confucio, pero entre todas ellas, la que adquirió verdadera preponderancia fue la de caminar hacia el Oeste, porque hacia el oeste se dirigía el Ka (continuación ad infinitud) del muerto egipcio, y para los países que componen la Vieja Europa, potentemente influidos por la cultura celta, se debía caminar hacia el oeste, donde se encuentra la isla de Avalon, o isla de las manzanas, pues a ella se dirigían las almas de los celtas difuntos. Pero además, hacia el oeste está la tumba del dios Belén, en la rada del Mont-SaintMichel, antiguo monte Tombe. El sol que muere cada día, lo hace en el oeste antes de renacer en el este, por ello, se ha visto siempre en el oeste la Tierra de los Antepasados, a donde debía regresar siempre para así o dar fuerza y asegurar el renacimiento del sol. Toda la cultura celta creyó y consideró que Finisterre servía como puerto de embarque para las almas hacia el otro mundo. Hacia el oeste pues, tiene que dirigirse el cuerpo del Apóstol Santiago después de ser decapitado en

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Jerusalén, de aquí la “Traslatio”, ese viaje de traslado del cuerpo. El caminar hacia el oeste, hacia poniente, implica la esperanza de un renacimiento, aunque para renacer hace falta morir y la Iglesia nos dice que es necesario que el Hijo del Hombre muera para que renazca, y este renacer lo garantiza con el Jubileo.

De estas peregrinaciones antiguas se tiene constancia desde el siglo II y posteriormente en el año de 356 en Constantinopla. En España se documentan desde los primeros años del cristianismo y Recaredo I proclamó en el año 578 a Santiago como único Patrón de España y el Concilio de Toledo del 589, se manda socorrer a los pobres y peregrinos, como se tiene constancia de la edificación

de hospitales para dar asistencia a los peregrinos.

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Es en el

Concilio del año 676, cuando al trazar las delimitaciones de diversas diócesis, se designa en la de Osma el camino que conduce a Santiago y en el 776 el Beato de Liébana compone el “Himno Litúrgico al Rey Mauregato” donde vuelve a aparecer el Apóstol como Patrón y defensor de España.

De ese

mismo año data un mapamundi que procede de Oña y se encuentra en la

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Procopio BV., III, 24,11

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Biblioteca Ambrosiana de Milán, que muestra a cada uno de los Apóstoles en el lugar en que fueron a predicar, situando a Santiago en “Gallaecia”. Las peregrinaciones a Compostela datan del tiempo en el que fue descubierto el sepulcro del Apóstol, esto se sitúa entre los años 778 y 838, aunque es considera como la fecha mas probable la del 813, siendo impreciso al tener la Hispania cristiana un calendario propio, que marcaba la era hispana con 38 años de adelanto sobre el calendario de Francia y el calendario Romano, teniendo como base cierta los parámetros marcados por el reinado de Alfonso II el Casto en Galicia que comprenden desde el 789 al 842, siendo cuando en esta época el monje Paio = Pelayo tuvo la revelación. Será de esta forma cierto que Alfonso II el Casto es el que puede considerarse como el primer peregrino, porque se traslada al tener conocimiento de los hechos, y no sólo se apresuró a acudir al lugar de Compostela, sino que es quien funda la basílica de Antealtares en el siglo IX. 35 Es durante este siglo cuando las peregrinaciones se circunscriben a los fieles de los reinos cristianos del norte de España, a pesar de que todo el orbe cristiano será conocedor de este descubrimiento gracias a la epístola del Papa León III “Noscat Vestra Fraternitas” En el “Liber Sancti Iacobi, Codex Calixtinus”, 36 se recoge textualmente: Allí se reúnen de todos los climas del mundo, francos, normandos, escoceses, irlandeses, galeses, alemanes, íberos, gascones, baleares, navarros, vascos, godos, provenzales, de Warasque, lotaringios, cattos, anglos, bretones, de Cornuailles, flamencos, frisones, del Delfinado, de la Saboya, noruegos, rusos, georgianos, de nubia, partos, romanos, gálatas, efesinos, medos, toscanos, calabreses, sajones, sicilianos, asiáticos, del Ponto, de Bitinia, de la India, cretenses jerosolimitanos, antióquenos, galileos, sardos, chipriotas, húngaros, búlgaros, eslavones, africanos, persas, alejandrinos, egipcios, sirios, árabes, colosenses, moros, etíopes, filipenses, capadocios, corintios, elamiatas, de Mesopotamia, libios, cirenenses, de Panfilia, de Cilicia, de Judea y otras innumerables gentes de toda lengua, tribu y nación, que llegan……..

35

Carro García, J., La escritura de concordia entre Diego Pelaez y San Fagildo Cuadernos de Estudios Gallegos nº 4, 1949, 36 A. Moralejo, C.Torres y J. Feo, Edición Española, Santiago, 1951

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El Peregrino Los que recorrían el duro trayecto a Compostela, que muchos no llegaban a completar falleciendo en su empeño víctimas de enfermedades o ataques, tenían estos, el sagrado derecho a ser llamados Peregrinos, porque se había entrado además en unos siglos en los que no todos los caminos llevaban a Roma, por el contrario, todos sí llevaban a Santiago de Compostela desde que fuera descubierto el sepulcro e iniciado su culto, logrando que la riada humana que formaban los peregrinos compitiera con Jerusalén y aún con la capital italiana sede de la Cátedra de San Pedro. De aquí que Alfonso X el Sabio en su obra “Código de las Siete Partidas”,37 comenzado a escribir en el año de 1265 y terminado en 1265 dice: “Peregrino tanto quiere decir como ome estraño, que va a visitar el sepulcro Santo de Hierusalem e los otros Santos Lugares en que Nuestro Señor Jesucristo nasció, bibió e tomó muerte e pasión por los pecadores; o que andan peregrinaje a Santiago”. En su primera obra conocida “Vita Nova”, Dante Alighieri especifica:“…….peregrinos si van a Galicia, ya que Santiago fue sepultado más lejos de su patria que ningún otro apóstol…. La Iglesia siempre consideró desde el descubrimiento de la tumba del Apóstol, que la oración debía de estar presente en la vida de peregrinación, puesto que era fundamental ir a Compostela “per causa orationis”, siendo por esto que desde el momento que el peregrino se decide a partir, la parroquia comunidad básica de la Iglesia se ponía en oración con él y para él, uniéndose en un ritual que ya fue recogido en todas las liturgias de la Edad Media y 37

Partida I, título XXIV, Ley 1

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quedan en el “Sacramentario Gregoriano” del siglo VIII, “Sacramentario de Vich” del 1038, los “Pontificales Romanos” y en el mismo “Codex Calixtinus” del siguiente modo:………… “Accipe hanc sportam habitum peregrinationis tuae, ……. accipe et hunc baculum sustentationen itineris… “……..”En nombre de

Nuestro

Señor

Jesucristo,

recibe

este

morral

hábito

de

tu

peregrinación………Recibe este báculo que sea como sustento de la marcha y del trabajo, para el camino de tu peregrinación, para que puedas vencer las catervas del enemigo y llegar seguro a los pies de Santiago…….” Con relación a la vestimenta, en los primeros tiempos cada peregrino fue con su propia vestimenta, si bien poco a poco se generaliza el “ropón” un abrigo mas bien corto para no entorpecer el caminar, provisto de esclavina o pelerina para estar mas protegido del frió, ribeteada esta para que no se deshile con el aire, un sombrero de fieltro con amplia ala que proteja del sol y la lluvia. Además, antes de salir de su lugar, el peregrino tras una ceremonia de bendición, recibía la esportilla para las limosnas que se esperaban con largueza y el bordón o báculo. Desde antiguo, tuvo la liturgia oraciones “pro fratibus in vía dirigendis”, y así lo recogemos en el Ceremonial de Roda del año 1038, donde figura el rito o ceremonia de iniciación del peregrino que se completa con la entrega del bordón y la esportilla. En el “Ordo de his qui peregre proficiscuntur ad limina apostolourum vel in aliqua bregione suffragia apostolorum vel aliorum sanctorum pro Dei amore apetece cupiunt”. La fórmula que dan el Ceremonial de Roda y el Misal de Vich es de este tenor: “Recibe este bordón, apoyo de tu viaje y trabajo para el camino de tu peregrinación, para que puedas vencer a todas las catervas del enemigo, y llegar seguro al templo de Santiago y terminado tu camino, vuelvas a nosotros con alegría, consintiéndolo Dios, que vive y reina por todos los siglos de los siglos . Amén”. El ritual de bendición de bordones y escarcelas, se repite en todos los libros litúrgicos de la Edad Media y llega a los primeros rituales que son impresos como “Benedictio perarum et baculorum”. Y de la importancia del bordón para el peregrino, aún después de su peregrinación, sirva de ejemplo la Infanta Dña Isabel de Aragón, luego Reina de Portugal, elevada a la categoría de Santa por sus hechos, quien fue enterrada con el bordón que usó en su peregrinación a Compostela, que se encontró al abrir su tumba en el año de

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1612, según consta en el acta que fue levantada en el momento de su apertura, detallando además pormenores acerca de su decoración y medida. El traje de peregrino sirvió para ocultarse tras él, a vagos y maleantes, lo que provocó el dictado de severas medidas como la Pragmática que emite Felipe II desde El Escorial el día 13 de junio de 1590 que prohíbe el uso del traje tradicional de peregrino:“ A treze dias de Junio de mil quinientos y noventa años, en el cual, por cuanto por experiencia se ha visto y entendido que muchos hombres, assí naturales destos Reynos como de fuera dellos, andan vagando sin querer trabajar, ni ocuparse de manera que puedan remediar, su necesidad, sirviendo o haciendo otros oficios y ejercicios necesarios en la república, con que se puedan sustentar; y andan hurtando, robando y haciendo otros delitos y excesos en gran daño de nuestros súbditos y naturales, y para poder hacer con mas libertad lo susodicho, fingen que van de romería a algunas casas de devoción, diciendo averlo prometido, y se visten y ponen hábitos de romeros y peregrinos, de esclavinas y sacos de sayal, y otros paños de diversos colores y sombreros grandes con insignias y bordones por manera que con esto engañan a los justicias, los cuales viéndolos assí passar con semejantes hábitos, los dexan passar libremente creyendo son verdaderamente romeros y peregrinos”, se prohibe “que aquí adelante ninguna persona destos Reynos, de cualquier calidad que sea, no pueda traer el dicho abito de romero y peregrino, aunque sea con ocasión de efeto verdadero de ir a alguna romería destos nustros Reynos y fuera dellos; sino que cualquier persona que quisiere ir a alguna romería, vaya en el abito ordinario que tuviere y suele y acostumbra a llevar por los que andan de camino”. Solo se permitía el hábito de peregrino para aquellos extranjeros que viniesen a visitar los santuarios españoles y fuesen provistos de cartas “dimissorias” que estuvieran firmadas y selladas por el obispo de su diócesis, unido lógicamente a la licencia que para ello le hubiera sido extendida por la justicia ordinaria de su lugar de origen. Esta disposición que posteriormente encontraría eco en Francia, no debió de ser aplicada con excesiva rigurosidad, siendo

atestiguada la presencia de peregrinos con la indumentaria

característica, hasta que llega el siglo XIX en que esportilla, bordón, sombrero y esclavina siguen siendo los componentes del vestuario del peregrino que se dirige “ad Sanctorum limina”. De hecho son abundantes los testimonios, quizá

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existe uno muy peculiar y significativo, es de Nicolás de Popielovo, en su obra “Viajes de Extranjeros por España a fines del siglo XIX”, retrata uno en San Juan de Luz: “Pedía limosna un domingo a la salida de misa y las conchas de que estaba sembrado su abrigo y la cruz de cobre que enseñaba……su zurrón, su bordón con la calabaza, causaban el asombro y la admiración de los niños”.38 Los peregrinos a su regreso, guardaban vestidos, sombreros, bordones, spéculas, como piadoso ejemplo para sus descendientes, o bien para que les acompañara en la definitiva peregrinación de la muerte, así mismo, hubo quienes los entregaban como exvoto y señal de acción de gracias por haber regresado. Hubo peregrinos que ingresaron en alguna cofradía jacobea y volvían a vestirse en las festividades piadosas celebradas por la cofradía, costumbre arraigada en Aragón, fue la de conservar el abrigo de esclavina, también llamado ropón, que era usado para asistir a los funerales de algún familiar o vecino, demostrando así el acompañamiento y la solidaridad con el difunto que emprendía el último peregrinaje.

Musée de Lourdes

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Nicolás Popielovo, Viajes de Extranjeros por España y Portugal, Colecc. Liske, Madrid, 1880

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Pectum Jacobeus

El Símbolo Jacobeo Considerada hoy como el símbolo jacobeo por antonomasia, se comenzó a usar a partir del siglo XI, era una concha muy abundante en las costas gallegas, denominada pectum Jacobeus, siendo adquirida a la llegada del peregrino a Santiago, estando incluso su venta legislada y controlada por las autoridades eclesiásticas, ya que su uso acreditaba el haber “llegado”, por lo que su exhibición era como un certificado, como un certificado con el que se demostraba a su retorno que se había llegado, se había conseguido el propósito, y venerado al Santo Apóstol en su sepulcro. Mientras que, durante el camino de ida, el peregrino solo portaba crucifijos y las spéculas o esportellas que se van creando entre los siglos XII al XVI que le acreditaban el paso por unos santuarios determinados, completando en ellos sus devociones, penitencias, o promesas, en ese su caminar hacia Compostela. Era precisamente a la vuelta cuando debía de llevar la concha que pasada por el Santo, adquiría poderes sobrenaturales y se convertía en el mejor y más mágico talismán, no es de extrañar que Arnold von Harff, en el año 1499 dijera: “verás delante de la Catedral, innumerables conchas, grandes y pequeñas, que debes de comprar y fijar en tu sombrero, para que vean que estuviste allí”.

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Tradicionalmente se colocaban una pequeña en el sombrero y otra de mayor tamaño en la esclavina, pues cuando el sombrero era echado atrás y quedaba en la nuca dejando la cabeza descubierta, solamente era visible la concha de la esclavina, y así encontraremos numerosas representaciones, o del mismo Santo Apóstol cuando su imagen está revestida de peregrino. La concha es el símbolo del nacimiento. Por el bautismo con las aguas vertidas por una concha sobre nosotros se nace a una nueva vida. Por la concha, el peregrino a su retorno, declara su renacer

Peregrinaciones Tangenciales En la eficacia de la intercesión de los santos para obtener el perdón de los pecados, fue una creencia que se arraigará paulatinamente haciendo que insensiblemente, a la peregrinación con una meta determinada, Compostela, se le añadan unas rutas tangenciales, unas obligaciones, que llevan al peregrino unas veces por devoción y otras por obligación, en caso de los penados, a visitar algún célebre monasterio o santuario, procurándose que la distancia y la dificultad de acceso, viaje o camino, fuesen proporcionales a la gravedad del pecado o de la falta en caso de los penados. Así mismo, las visitas a los santuarios se hacían aún cuando no hubiese sido impuestas específicamente, lo cual queda expuesto en un salvoconducto, que es citado por Van

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Cauwenhergh, dado por un obispo a un penitente reo de haber dado muerte a un pariente suyo, y por lo tanto, condenado por esto a una peregrinación de siete años. 39 En otras ocasiones, lo importante para el peregrino era el hacer una ruta tangencial de “penitencia” que limpiara su alma y espíritu para mejor llegar al Campus de la Stelae. Téngase en cuenta que el origen religioso ha infundido a la peregrinación un carácter de sacrificio que ha perdurado en el tiempo. 40 El Papa Nicolás II, en una carta datada en 1059, ya se había dirigido a los obispos de la Galia, Aquitania y Vasconia, exigiéndoles sancionaran con pena de excomunión a los que interfirieran a los peregrinos. Los apoyos de Sancho Ramirez, rey de Aragón y los Concilios de León y Compostela celebrados en 1114, que garantizan la inmunidad del peregrino, son solamente una pequeña muestra de la importancia de estas peregrinaciones y el fomento para que sigan hacia su máximo apogeo.

Vestimenta tradicional de Peregrino

El Trazado del Camino fue, la frontera cristiana con la España ocupada por los musulmanes y antes de la llegada del cuerpo martirizado, de la “inventio”, o el descubrimiento de la tumba, así como la construcción de la primera iglesia, incluso de la promulgación de

privilegios Papales y

certificaciones Reales, se tiene como cierto, que había hombres que ya transitaban por este camino, hombres que deseaban llegar al "fin de la tierra", 39

Van Cauwenbergh, Les pèlegrinages expiatoires et judiciaires dans le droit comunal de la Belgique au Moyen Age, Louvain 1922 40 Rio Martinez, Bizén d’o .- Montearagón y San Martin en la Val d’Onsera .- Comarca de La Hoya de Huesca, Huesca, 2009

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junto al Mar de los Muertos, y esto lo hacían para encontrarse a sí mismos, esto era en realidad un mito celta, que había nacido en el Neolítico. Una renovación de valores profundos impulsan el fenómeno religioso de la peregrinación occidental, sintetizados en ese íntimo sentimiento de renovación espiritual

mueve a millones de personas a encaminar sus pasos hacia el

sepulcro del Apostol Santiago, y hacia esta vía de peregrinación que unió España con Europa en lo religioso, cultural, artístico, político y económico; en este “Camino” se hizo posible que se hablaran hasta 69 lenguas distintas y se llegó a crear un lenguaje propio del mismo. Ua suma de gentes y pueblos que se han mezclado siempre en el cauce a Compostela, uniendo creencias, pero también sus vidas y experiencias.

El camino En torno al llamado Camino Jacobeo, son seis las rutas que hoy se denominan como históricas: el Camino Francés; Camino Inglés; Camino Portugués; Vía de la Plata; Camino del Norte; Camino de Finisterre. A ellos se ha unido el Camino Marítimo del Apóstol. Con anterioridad la primera guía del peregrino, el “Codex Calixtinus” nos dejaba un planteamiento muy reducido de itinerarios en dirección a Compostela, al fijar el número de cuatro grandes rutas que partían de Paris, Vezelay, Le Puy y Arlés. Estas cuatro rutas serían lo que hoy conocemos como el Camino Francés. Vías que podían ser las más conocidas, lo que explicaría la omisión de Picaud de no mencionar otras, pero sí que las hubo y por ellas transitaron los peregrinos, confirmando su existencia el Emperador Carlos V, quien al conocer todas, no es de

extrañar que

exclamase: "La rue de Saint-Jacques, la plus longue de France". Porque la realidad en cuanto a las vías que componen este “Camino Jacobeo” es mucho más compleja. Otras fuentes nos ofrecen una visión bastante mas amplia, con diversos itinerarios entre los que se encuentran flamencos, alemanes, italianos, que quizá tienen como peculiaridad el ser tardíos, pues se corresponden todos con los siglos XIV y XV, incluso alguno es del siglo XVI, pero proporcionan muy precisas indicaciones sobre caminos, al recoger en ellos numerosas informaciones sobre vestigios Jacobeos que jalonan el territorio atravesado de Francia y España. Además del llamado camino francés

citado, hubo otras vías de

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peregrinación. El Camino Inglés o Ruta de los Navegantes.- Llegados por el mar, los peregrinos ingleses e irlandeses se concentraban en el puerto de Saint Ives, al suroeste de Inglaterra y efectuaban antes de partir sus oraciones en la iglesia de Saint Uny. Las embarcaciones partían del cercano puerto de Penzance o accedían a los barcos en los puertos de la Mancha, para arribar a los puertos gallegos, continuando a pie hasta Compostela por el denominado Camino Inglés. La mitad de los ingresos cobrados como portazgo a las naves que entraban, eran destinados para la Sede Compostelana. El Camino Portugués.- que entra este camino en Galicia por el municipio de Tui, tiene una variante, según la época estacional del año, alcanzando la frontera española por Chaves y ya en Galicia se une al camino por Verín. El Camino o Via de la Plata.- es la prolongación hasta Galicia de la calzada romana que comunicaba las ciudades de Mérida y Astorga, entrando en Galicia por A Mezquita. El Camino del Norte.- recorre la costa española del Cantábrico a partir de Irún atravesando Euskadi, Cantabria y Asturias, hasta el siglo X fue el más transitado por su seguridad. Entrando en Galicia por Ribadeo. El Camino de Finisterra.- durante la Edad Media fue usado por los peregrinos que tras venerar la tumba del Apóstol, seguían viaje a Finisterre considerado el fin del Mundo. El Camino Marítimo del Apóstol.- No se trata de un camino propiamente, antes bien lo que se ha pretendido es la perdurabilidad de la ruta que conmemora la llegada en barco del Apóstol Santiago desde Palestina hasta Padrón. Este camino es también llamado Ruta marítima de Mar de Arousa y Rio Ulla. Todas recibieron de forma generalizada el nombre de: Camino de peregrinos (Vía peregrinorum), Camino de Santiago (Vía Sancti Iacobi), Calzada de peregrinos (Caliata peregrinorum), Estrada de peregrinos (Strata peregrinorum), carretera, carrera, corriente, sirga, cordel., etc., adquiriendo igualmente un calificativo en función de su procedencia o trazado. En cuanto a las etapas, sabemos de millones de peregrinos que se ponen en marcha para visitar las reliquias del Santo Apóstol, partiendo y creando nuevos trazados. Sobre estos itinerarios, toda una organización se establece: puentes, templos, hospitales, refugios, monasterios y ermitas, que

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jalonan sobre la geografía el curso para facilitar el viaje. 41 Contando que la peregrinación según desde donde se partiera, así como de las condiciones físicas del peregrino, podía durar varios meses, aunque durante la Edad Media la mayoría de los peregrinos hicieron el camino desde Pascua a San Miguel, y pocos lo hacían en invierno. En Francia, el tramo de San Guilles a Oloron, unos 500 kilómetros, podía suponer tres semanas de caminar, esto, si no había complicaciones. Otro ejemplo sería el tramo que desde Le Puy se dirige a Orthez, ya en las proximidades de Navarra, tramo en el que se invertían 25 días de marcha, una ruta directa, pero también la más dura, y no solo debido a las condiciones climáticas. Una vez en España, le quedaban todavía al peregrino unos 800 kilómetros, que aunque pudieran ser repartidos en 13 etapas, para el caminante resultará el invertir casi mes y medio. Contando a su vez que desde Alemania, el norte de Francia o Inglaterra, una peregrinación a Compostela podía suponer, algo así como, alrededor de medio año. En los tiempos actuales, puede servirnos de referencia el reportaje realizado en el año 1981 por Jean Eimer, titulado "1.234 kilométres vers Compostelle". Más recientemente, las numerosas guías del “Camino” publicadas, que con todo detalle van situando al peregrino en la etapa, los servicios que puede encontrar, tanto en lo material como en lo espiritual, pero además, junto a estas guías, libros de vivencias de peregrinos que hicieron la ruta con anterioridad y quieren transmitir sus experiencias, pues al fin y al cabo el “Camino Jacobeo”, aún realizado en solitario, tiene como base el compartir, o bien, la reciente publicación de “Los Caminos de Santiago en coche”.42

41

Rio Martinéz, Bizén d’o .- Las tres construcciones del Camino: Templo, Hospital y Puente. La Hoya, Huesca, 2009 42 Edit. ANAYA, Touring Club para RENAULT

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Sigilografía Los numerosos hallazgos de matrices y piezas selladas en las excavaciones arqueológicas de todo el mundo, demuestran la gran difusión y la importancia que alcanzó el sello en la antigüedad. Por estos hallazgos y por otros testimonios conocemos que su uso fue intensivo en distintos territorios, regiones y épocas. Parece ser que con el descubrimiento de la impronta del pié dejada en el barro, o bien, la mano tintada que se queda marcada en la pared, pudieron ser el punto originario en la antigüedad, lo cierto es que algunas impresiones sobre arcilla halladas en Iraq que han sido datadas hacia el año 5.000 a. de C. y que son ya verdaderos sellos que sirvieron para sellar nudos de cuerdas que cerraban o precintaban un almacén. En Mesopotamia su uso se encuentra en toda la edad antigua. En la región del Indo durante el periodo Harappa de 3.00 a 1.700 a. de C.. En China desde los siglos VI a de C. al III de nuestra era y hasta nuestros días. En cuanto a Occidente, su uso estuvo extendido por el antiguo Egipto, Creta, Grecia, Roma, y posteriormente en Bizancio, así como en los pueblos árabes y en la Europa Medieval. Podemos afirmar que la práctica de sellar, es desde antiguo universal y se sitúa a la altura e importancia de la escritura. Se han sucedido las culturas, han variado las formas y materiales, incluso las técnicas del sellado, pero todo ello dentro de una derivación ininterrumpida. En cuanto al sello, esa señal grabada, es importante escuchar una de las primeras definiciones que nos viene dada por Alfonso X el sabio en las partidas: “Es señal de Rey u otro hombre cualquiera que manda hacer en metal o en piedra para firmar sus cartas con él”. Por otra parte, el Comité

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Internacional de Sigilografía daba en 1979 una clara definición que prescinde de las limitaciones por razón de empleo: “El sello, en el sentido general del término, es una impronta obtenida sobre un soporte por la aposición de una matriz que presenta los signos propios de una persona física o jurídica”. Las limitaciones si realmente existen, solo pueden derivarse de la naturaleza de esos signos.43 La parte de la operación de estampar, dejar la huella, marcar la impronta…..que asegura la identidad, recibe el nombre de sellar, quedando garantizado con el sello, todo aquello que lleva la impronta, porque la matriz estará guardada por el titular o la institución y es la esencia misma del sello, aunque será la amplia utilización, fundamentalmente en las actas, como sello diplomático, lo que hará que se forme un concepto restringido, limitado y fijado de acuerdo con las características de aquellos primeros sellos medievales que atienden más a su forma, disposición de figuras y leyendas, que a su función genérica.

Los términos derivados del latín “sigillum” se impondrán desde la alta Edad media en todas las lenguas europeas, incluso en las de raíz germánica, un hecho notable debido a la categoría jurídica de los sellos diplomáticos de entonces. Sin embargo, en otros países su nombre estuvo condicionado a sus caracteres tipológicos o a su aspecto jurídico; naciendo en España y concretamente en Castilla, el nombre de sello, que se extendió a la Corona de Aragón excepto a los de plomo que en Aragón tomaron otro nombre. En cuanto a la modalidad de uso del sello, podríamos fijar cinco primeras y sencillas funciones: 1ª.- Asegurar que se encuentra intacta la posición de un cierre. 43 43

Conseil International des Archives, Comité Internacional de Sigillographie, Vocabulaire International de la Sigillographie ; recomendations pour l’établissement de notices descriptives de sceaux ( sous la dir. de Stefania Ricci et Robert-Henri Bautier, Rome 1990, (Publicazioni degli archivi di stato, Sussidi, 3)

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2ª.- Acreditar a una persona que lo lleva como “auténtico” enviado o portador. 3ª.-Como sello diplomático sobre un acta: testimoniar la intervención en ella. 4ª.- Como sello administrativo, sobre documento escrito, testimoniar haber cumplido el trámite obligatorio burocrático. 5ª.-Marcado simplemente de un objeto En cuanto a la finalidad del sello está en función de cada una de las modalidades de su uso que hemos reseñado, si bien queremos prestar especial atención a la modalidad segunda, para destacar que las improntas sueltas han sido muy usadas como “sellos de creencia” en España durante la Edad Media, ya que la impronta sirve como prueba de que el portador proviene del titular del sello y no es un impostor. A este factor puramente material se unen claras significaciones que son establecidas con el paso del tiempo por las costumbres: citación a juicio, sigillum citationis descrito muy claramente en el Fuero Juzgo; o bien los de exención de impuesto, que son repetidamente citados en los textos legales españoles. De la misma forma, los sellos de peregrino llamados speculae o sportellae tienen sin lugar a dudas este sentido de sello de “creencia”, siendo la última supervivencia en la baja Edad Media. Sabemos como el sello de creencia perduró en algunos países y que llega hasta enlazar con el uso de las tablillas gremiales de la Edad Moderna. Aunque lo más importante es, el que siempre ha servido como equivalente a la validación con ese sello a un mensaje no escrito, sino, un mensaje verbal a la vez que como salvoconducto.

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La posesión de la matriz sigilar equivalía a poseer todos los poderes que el sello representaba, por esto se tomaban exquisitas precaucionasen en pro de prevenir la utilización fraudulenta o bien abusiva, dictando incluso los reyes unas normas sobre las cualidades morales que debían de tener los selladores, no sólo los de las Chancillerías Reales, sino los de los mismos monasterios, transmitiéndonos los detalles acerca del minuciosos cuidado que se guardaba en el traslado de los sellos matrices en tiempos pasados. Pero no solamente los reyes dictaban disposiciones acerca de la custodia y uso de los sellos; a principios del siglo XIV el sello matriz del capítulo de la Orden de Santiago, era guardado en el convento de Uclés, dentro de un arca de tres cerraduras, cuyas llaves estaban custodiadas por cada uno de los comendadores mayores de Castilla, León y Segura. Fuera del ámbito diplomático, los sellos que usaron los peregrinos, “improntas” en plomo-estaño, de un santuario del camino de Santiago, constituyen una aplicación de los sellos d creencia, con la misma función de acreditar a la persona, nos dice Menendez-Pidal.44

La acreditación de una persona por medio de un sello, un ejemplo curioso y eficaz lo encontramos en los sellos de los peregrinos, también llamados “speculae” en España, “Sportelae” en Francia, “Signa” en Italia, “Pilgerzeichen” en Alemania, que en definitiva, son un sello de creencia realizado en plomo, con la tipología habitual en el sello eclesiástico, en Francia se generaliza la forma biojival, y en España bajo la forma de capilla. Estas piezas metálicas llevan en su mismo plano cuatro anillas para coser estas placas o sellos a modo de insignias sobre la ropa de vestimenta de los 44

Menendez-Pidal de Navascués, Faustino.- La Sigilografía española: una revisión crítica.- Hispania ½ 1990

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peregrinos, conociéndose ejemplares de estos sellos procedentes de diferentes santuarios y paises, entre ellos: Rocamadour, Chartres, Vezelay, Bouloigne, Liesse, Biarritz, Saint Denis, Amiens, Mont Saint Michel, Toulouse, del siglo XIII y

XIV

en

Francia.

Colonia,

Schusen,

Bradenburgo,

Düsseldorfer,

Braunscheweig, Danzing, en Alemania. Niederlande, S. Olav en Dinamarca. Milan, Turín, Roma, en Italia, además de los españoles procedentes de La Bella, 45 Santa María in Podio, Salas, 46 Agnus Dei de San Juan de La Peña, 47 San Martín de la Valdonsera, Torreciudad,

Monserrat,

48

Anies, Roda de

Isábena, etc., todos ellos de los siglos XII y XIII, así como de otros santuarios, que están siendo estudiados. 49 En España el hallazgo de estas piezas ha sido en su casi totalidad en tierra, procedentes en algunos casos de enterramientos posiblemente de los siglos XIII al XVI.

Durante la época medieval la peregrinación Jacobea llenó los caminos de gente que se traslada de ida o vuelta a Compostela, la mayoría de monasterios y santuarios contaron con un “hospitium” atendió

que como albergue

a grandes números de caminantes, para lo cual contaron con

donaciones y limosnas de día a día. En alguno de los santuarios y monasterios por tener culto en ellos una advocación Mariana importante y por su gran devoción recibida ( Roc-Amadour, Puy, Salas, Monserrat, Boulogne, Vecelay, Chartres, Bella, etc) , en otros, contar con el cuerpo de algún Santo de especial devoción ( Amiéns, Roda, S. Sernin, S. Denís, S. Mathurin, S. Martin, etc), junto con templos que contaban con importantes reliquias ( Graal, Saint Face, 45

.- Río Martinez, Bizén, La Speculae de Santa María La Bella, Huesca, DPH, 2007 .- Río Martinez, Bizén, Speculae de Peregrino de Santa María de Salas, Huesca, CHH, 2005 47 .- Río Martinez, Bizén , I Encuentro Asoc. del Camino de Santiago en Aragón , Huesca, DPH, 2006 48 .- Río Martinez, Bizén, El Camino de Santiago, De Monserrat a San Juan de la Peña, cruzando la Corona Aragonesa, Diario del Altoaragón, Huesca, 10.8.2006 49 .- Río Martinez, Bizén. Sello de Peregrino de San Vicente de Roda de Isábena, Trabajo en preparación 46

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Sainte Tunique, Sainte Sudaire, etc) que dentro de las llamadas vías de peregrinación o alejados de ellas, y contando con algunas dificultades de accesibilidad, constituyeron lo que podemos denominar peregrinaciones tangenciales, o también, rutas penitenciales, tal es el caso de Roc-Amadour, donde el peregrino debe de ascender de rodillas los 268 peldaños de piedra hasta el templo como penitencia, o San Martin de la Valdonsera, en las fragosidades de la Sierra de Guara, hasta donde debían de acceder los incendiarios europeos condenados a peregrinar a Compostela y les era entregado el “SigillIum Beati Martíni de Vallisosaria”.

Por otra parte, se tiene constancia de cómo hubo disposiciones reales de protección a los peregrinos, ya que según parece es desde fines del siglo XII o principios del XIII cuando éstos comienzan a temer tanto por su seguridad personal, como por sus bienes, debido a que, en su largo caminar deben de adentrarse en jurisdicciones diferentes en algunos casos hostiles. Por lo cual, antes de salir de su localidad procuraban obtener un distintivo escrito que a modo de recomendación o salvoconducto les diera una cierta seguridad; iban luego a un monasterio a confesarse, hacían testamento, depositaban sus alhajas y dinero en manos del abad, recibiendo de éste, un bordón, acaso una esclavina o una escarcela y tras hacer oración, partían con

su única

documentación, que no todos llevaban, ese escrito que era denominado “Carta Tractuaria”, dándonos idea de la importancia de este documento, la gran lista de registros de las Cancillerías Aragonesa, Navarra y Castellana. De esta forma, reyes, infantes, obispos, clérigos, incluso papas y otras autoridades, estuvieron siempre en favor de los peregrinos, a fin de que obtuvieran

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protección y privilegio de paso por los territorios que cruzaban en el camino los peregrinos de la Vieja Europa, sírvanos de ejemplo un escrito del Infante de Aragón que dirige en 1380 a sus súbditos y oficiales, al objeto de que unos caballeros alemanes se vean libres de impuestos y estén protegidos: ".....vobis et uniquiquevestrumdicimus et mandamus, quatenus ipsos milites cum cosseriis sive equis, undecim equitaturis suis et familia eorumdembonisque et rebus ipsorum permittatis a dictis regnis et terris exire et libere et omni obstaculo quiescente, nullum eis gravamen aut iniuriam, detendionem sive maliciam irrogantes, presenti quidem mandato post sex dies a dato huiuscomputandus minime valituro. Datum Perpiniani sub sigilio nostro secreto, octava die marcii, anno a nativitate Domini MCCC LXXX. Primogenitus. Dominus dux mandavit michi Petro de Benviure. No podía decirse lo mismo de otros reinos, en 1381, el cronista peregrino Geofroi de Buletot, al penetrar por San Juan de Pié de Puerto, en su diario escribía con indignación el cobro de peajes efectuado en el reino de Navarra a los peregrinos, cobros que le "resultaban indignantes", habiendo presenciado cómo a sus compañeros" se les registraban los calzones por haber dicho que carecían de dinero". En 1387 Juan I de Aragón se dirige a sus administradores al objeto de que protejan al peregrino que cruza su territorio: "custodibus

pasuum",

a

la

vez

que

les

advierte:

".....dicimus

et

mandamus.......permittatis per loca vestrorum districtum libere et quiete transire......”. El deseo de protección de los peregrinos durante los siglos XIII y XIV, se veía así cumplido gracias a la magnanimidad de los reyes, quienes restringieron el uso de las costumbres señoriales y siguieron dando la protección a los peregrinos para alcanzar sin problemas la meta: postrarse ante el sepulcro del Apóstol. Multitud de peregrinos de distintos países, caminan hacia Compostela y cruzan los Pirineos convirtiendo al Reino de Aragón en un nudo importante de caminos y vías, pero también un camino en el que María recibe la petición de ayuda para el largo trayecto, de aquí el que haga falta proteger y en cierto modo dar cauce a estas expresiones de fervor que cual torrente llegan a los santuarios Marianos al igual que ocurre en Francia, por lo que será el rey D. Jaime I quien se encargará de dar solución y a tal efecto, el día 12 de agosto

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de 1250, firmaba el que durante mucho tiempo ha sido calificado por algunos historiadores de extraño "Privilegio de Seguridad y Salvaguarda". 50 Sepan todos que Nos, Jaime, por la gracia de Dios Rey de Aragón, de Mallorca y de Valencia, conde de Barcelona y de Urgell y señor de Montpelier, recibimos bajo nuestra protección especial a todos y cada uno de los hombres y mujeres, de dondequiera que sean, que vengan a santa María de Salas, de Huesca, por causa de peregrinación, y hasta que regresen, con todo cuanto llevaren en su venida, estancia y vuelta; de tal modo, que por cualesquiera deudas o delitos no sean molestados en ningún lugar de mis dominios, hasta que hayan regresado a sus casas después de dicha peregrinación, a no ser que fuesen traidores manifiestos, o encartados, o cometiesen durante la peregrinación tal crimen, que mereciesen ser castigados. Mandamos

a

los

señores

Mayordomos,

Vicarios,

Bayles,

Paciarios, Zalmedinas, Justicias, Jurados, Jueces, Alcaldes y otros súbditos nuestros, presentes y venideros, que esta nuestra protección y salvaguardia observen y hagan observar a todos, inviolablemente. Cualquiera que contra esta salvaguardia intentare venir, sea incurso en nuestra ira e indignación y en la pena de mil morabetines alfonsinos. Dada en Huesca a 12 de Agosto del año del Señor de 1250. Signo + de Jaime por la gracia de Dios Rey de Aragón, Mallorca y Valencia, Conde de Barcelona y de Urgell y señor de Montpelier. Tras esta disposición, se comenzaba la entrega a cada peregrino del “sello de plomo”, (sello de creencia) llamado speculae, que le acreditaba y protegía, cumpliendo así este mandato real de salvaguarda a los peregrinos. No es un caso aislado el de Aragón, pues Luis y Juana, rey y reina de Sicilia, ordenaban la fabricación de imágenes de plomo de Santa María Magdalena en Provence que venía entregándose hacía años por mandato real, puesto que lleva impreso los blasones de Sicilia avalando al peregrino que lo portaba cosido. Así dictan la presente Ordonnance: Ludovicus et Johanna, Dei gratia rex et regina de Jerusalem et Sicílae, ducatus Apuliae, et principatus Capuae; provinciae et Forcalquerii ac Pedemontis comites, bajulis et judicibus térrea nostrae Sancti Maximino, de 50 .- Huici Miranda, Alberto, Colección diplomática de Jaime I el Conquistador (1217-1253), 3 vols., Valencia: Hijos de F. Vives Mora, 1916-1919.

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comitatu nostro provinciae, presentibus et futuris didelibus suis: gratiam suam et bonam voluntatem. Pro parte prioris et conventos regalis nostrae ecclesiae Sancte Mariae Magdalenae, de dicta terra, nostrum fidelium oratorum, habuit expositio reverens facta nobis, quod, a longo jam praeterito temporeconsuetum fuit ac etiam tenaciter observatum, quod nullus, cujuscumque conditionis existeret, in dicta terra Sancti Maximino auderet facere imágines plumbeas, sculptas imagine dictae Sanctae Mariae quae peregrinis et conventos specialem licentiam et mandatum, datis ferris et aliis opportunis, habentibus dictam licentiam, per sacristam ipsius ecclesia; et continue per annos quadraginta tres praeteritos, dicti prior et conventos fuerunt in possessione oacifica dandi dictam licentiam, ipsis facientibus dictas imagines, et dandi ferros et ad id alia oportuna. Nonnulli tamen de dicta terra, seu inhibí habitantes, a tempore generalis mortalitatis, proxime praeteritae, non gerentes super praemissis, dictam ecclesiam perturbare, forum auctoritate propria, praeter licentiam et mandatum ipsorum prioris et conventos, dictas imagines plumbeas faciunt et peregrinus vendunt; contra praefatam antiquam et observatam consuetudinem temere tenientes, in juris injuriam, dictae que ecclesiae praejudicium et gravamen…….//……//….Anno Domini Mº. CCCºLIIIIº, die penúltimo aprilis.

San Luis de Francia acompañado de la reina Dña Blanca, en 1245 faculta a Notre-Dame de Roc-Amadour para la realización de “images de plomo des pelerinages pour attester l’accomplissement de leer voeu” , es decir, testimonio de su cumplimiento de voto y la presencia y penitencia en este Santuario. Esta placa o signo, les servirá para conocer o identificarse con otros peregrinos y el Abad Charon de Fouilhiac en la Crónica manuscrita de Quercy deja constancia de que en el año 1399 el concepto de estas piezas estaba muy

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claro y concreto: “Le mot SIGILLUM, qui, dans la circonstance, ne Peut étre traduit par sceau, est tout simplement le diminutif du mot SIGNUM” . Este mismo autor refiere que los ingleses usan el mismo sistema

para ser

reconocidos como peregrinos con el Signum y gozar de este privilegio, aunque no sea necesario llevar el acta ( Carta Tractuaria), donde son citados en latin como Sportulas o Sportellas.

Numerosos autores hablan del Signum con la imagen de la Virgen que Louis XI de Francia llevaba siempre en su sombrero cosida recordando que había sido también peregrino, haciendo uso en numerosas ocasiones de otro sombrero totalmente “orné d’enseignes de se pelerinage”.51 Por otra parte, de 1183 es la noticia que aporta el cronista francés Petrus Rigordi que nos habla de las “médailles” o “Signum”

de estaño que portaba Felipe Augusto de

Francia cosidas igualmente en su sombrero, además cita las que figuraban en los inventarios de los Duques de Borgoña. 52 Se conocen las del inventario de Carlos V , para el que hicieron algunas de ellas en plata, y la Ordenanza Real que el 13 de febrero de 1393 de Carlos VI de Francia regula el privilegio que hasta entonces había dado durante muchos años la facultad a los obispos de realizar “”Signum” o “Sportelles” , a la vez que defendían a los peregrinos de que les hicieran comercio con ellas. En Italia su uso estuvo generalizado, dándose el caso de que en la apertura del Capítulo General de la Orden de los Servitas, celebrado en el convento de L’Annunziata en Florencia, casi todos los novicios jóvenes que asistieron llevaban todos los plomos de sus peregrinaciones en los sombreros

51 52

Caumont, M. Boulletin Monumental 2ª série, tome 9º, 19º vol de la Collection, Paris, 1853 Rigord, Pierre.- Gesta de Pilippi Augusti, Saint Denis, 1183

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. En el caso de las piezas italianas aparecen como “Signa”, tal es el caso de

una de las piezas que llegaron hasta Compostela en ropas de peregrinos que llevan la inscripción: “Signa Maritrum Laurentii et Stefani”. 54

El asesinato del arzobispo Thomas Becket en la catedral de Cantérbury el año 1170 dio origen rápidamente a un culto de gran importancia, que lógicamente atrae a numerosos peregrinos que reciben la “Sportula” de Santo Thomas, unas representan su busto, y otras la escena de su último viaje de vuelta desde el exilio en Francia por vía marítima, ambos fundidos en aleación de estaño, cuyos moldes fueron recuperados en Canterbury.

En tiempos de guerras, los peregrinos llevaban estas piezas de plomo gozosos por la inmunidad que como salvoconducto representaban en toda la Vieja Europa.

La Speculae o Sigillum de Padrón En cuanto a esta pieza sigilográfica que a partir de este momento podemos denominar como “sello de creencia” jacobeo, sus orígenes nos remiten a numerosos hallazgos de matrices y piezas selladas en las 53 54

Collection de Memoires et de Reseignements Rio Martinez, Bizén d’o.- El Pilgerzeichen de Sant Laurentius.- Huesca, Edic y publ. Altoaraón 10.8.2008 San Lorenzo en la peregrinación Jacobea.- Pueblo de Dios, 10-8-2009

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excavaciones arqueológicas de todo el mundo, que demuestran la gran difusión y la importancia que alcanzó el sello en la antigüedad. Por estos hallazgos y por otros testimonios conocemos su uso intensivo en distintos territorios, regiones y épocas. Por otra parte, el Comité Internacional de Sigilografía daba en 1979 una clara definición que prescinde de las limitaciones por razón de empleo, y si realmente existen, solo pueden derivarse de la naturaleza de esos signos. 55 Así es como el peregrino hace la visita al templo o santuario que le confiere el derecho de poder obtener demostrando su origen y el camino recorrido, una “speculae”, la cual, a modo de medalla, troquelada a golpe sobre una lámina de plomo, o fundida sobre una matriz tallada en piedra de esquisto, que le acreditará como peregrino durante su trayecto y sobre todo, le servirá como “certificación” de su paso por ese lugar cuando llegado a Compostela demuestre con las “especulae” que lleve cosidas sobre su ropa, el largo camino recorrido, así como los lugares de paso y Santuarios visitados. Después del I Congreso Jacobeo celebrado en Jaca del 23 al 26 de septiembre de 1987, 56 auspiciado por D. Elias Valiña Sanpedro, el cual nos animó a continuar en la investigación documental que sobre el Camino de Santiago llevábamos varios años realizando, dedique paralelamente mi atención a estas piezas de plomo, a las que nadie había prestado hasta entonces su importancia como sigilografía jacobea, antes bien, se las había catalogado como placas embellecedores de cinturón. Entramos en contacto con algunos coleccionistas particulares y aficionados

de la arqueología

medieval, rastreamos la colección de plomos historiados del Museo de Arte Medieval de la Termas de Cluny en Francia, proseguimos la búsqueda de documentación, y otras piezas, lo cual nos llevó a la catalogación de algunas piezas españolas que procedían de santuarios estrechamente ligados al trayecto del Camino Jacobeo que discurre desde los Pirineos atravesando los territorios de la Corona de Aragón. Producto de ello fueron catalogadas las

55

Conseil International des Archives, Comité Internacional de Sigillographie, Vocabulaire International de la Sigillographie ; recomendations pour l’établissement de notices descriptives de sceaux ( sous la dir. de Stefania Ricci et Robert-Henri Bautier, Rome 1990, (Publicazioni degli archivi di stato, Sussidi, 3) 56 Un mes después, el 23 de octubre, el Consejo de Europa, declaraba al Camino de Santiago como “Primer Itinerario Cultural Europeo”

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piezas procedentes de San Nicolas de Pontells,

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Monserrat,

58

Roda de

Isábena, 59 Santa María La Bella, 60 Sta Mª del Pueyo de Barbastro, 61 Sta Mª de Totum Angelorum de Turricivit, 62 San Martin de la Val d’Onsera

63

Santa

María de Salas, 64 Santa Mª del Puy de Annes 65San Juan de la Peña, 66 Santa Christina de Somport de Aspe,67 piezas todas ellas de las que no teníamos constancia de su existencia, y que por algunos hallazgos fortuitos de terceras personas nos fueron llegando con fotografías y en algunos casos mostradas. Con la iconografía en ellas representadas que en algunos casos no dejaban lugar a dudas de su origen, comenzamos a trabajar. En otras hubo que descifrar sus leyendas casi borradas a intervalos, pero sobre

todo, si

observamos una especial atención a la no precipitación en confirmar su existencia, esperando el conocimiento de una segunda o tercera pieza que nos ratificara el estudio que habíamos llevado a cabo. De esta forma, tuvimos constancia de piezas aparecidas en yacimientos arqueológicos, de algunos hallazgos que ingresaban en museos, obtuvimos información de hallazgos fortuitos, de piezas en colecciones particulares, siempre respetando la identidad de su propietario, pero a la vez, tratando claro está, de documentar el lugar de su hallazgo o aparición, con el fin de situarlo en relación al Camino Jacobeo y la proximidad a un santuario u hospital de peregrinos. De esta forma durante tantos años de trabajo y seguimiento, catalogamos algunas piezas que se desconocía su origen, dimos a la luz en diferentes publicaciones piezas españolas existentes en lugares apartados y hablamos del “Sigillum” como credencial del peregrino. La superficie, en la mayoría de ellas, presentaba alteraciones debidas al problema de la corrosión del plomo que suele ser grande, téngase en cuenta que, el plomo ha sido y es la preocupación de los arqueólogos por ser 57

Rio Martinez, Bizén d’o.- El Camino Jacobeo del Valle de Benasque.- Campo (Huesca) 2009 ,, De Monserrat a San Juan de la Peña. Huesca, Edic y Publ. Altoarago 2006 59 ,, El Camino Jacobeo en el Altoaragón. Estudio para Diputación Provincial de Huesca, inédito 60 ,, La Speculae de Sta Mª La Bella. D.P.H. Castejón del Puente, Huesca 2007 61 ,, El Sello de peregrino de Santa Maria del Pueyo .- Barbastro, El Cruzado Aragonés 1.sept.2008 62 ,, Camino de Santiago en Aragón.- Torreciudad, 2009 63 ,, Montearagon y San Martin Val d’Onsera.- Huesca, La Hoya, 2009 64 ,, Santa Maria de Salas, credencial del peregrino.- Huesca 6 ediciones del 2005 al 2010 65 ,, El Camino en la Hoya de Huesca.- Comarca Hoya nº 13 2009 66 ,, La Speculae de San Juan de la Peña.- Huesca, Diputación Provincial, julio 2008 22 ,, Spécula del peregrio de Sancta Christina de Summo Portu de Aspe , Ayunt. Villanúa 2010 58

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numerosas las piezas, debido a la importancia que este material tuvo desde la antigüedad, si bien la presencia de humedad siempre llegaba a formar sobre la base del plomo unas sales que terminan por llegar a la corrosión de la pieza. En el caso mas beneficioso, estas sales forman una costra por toda la superficie del objeto que altera su relieve y sin ayuda para protegerlo, termina por el deterioro total quedando de difícil catalogación y lectura, y en el caso de las spéculae como pequeñas piezas que son, dificultando grandemente la visión de la imagen en ella representada sobre el plomo, o la leyenda que corre perimetralmente a la imagen representada. Si el problema de los sellos colgantes de plomo, se acrecienta con su deterioro al ser guardados en un armario las bulas o documentos que los ostentan pendientes, afectándoles la humedad o simplemente la emisión de ácidos por

la madera, porque ciertas maderas pueden y tienden a liberar

ácidos tánicos, otras son

de particulares propensiones a la formaldehyna

pudiendo emitir esta sustancia que se transforma enseguida en ácido fórmico. Si este deterioro puede llegar a unas piezas de plomo que se considera bien guardadas, resulta prácticamente imposible, o en cierto modo milagroso, que bajo tierra, en un enterramiento, pueda conservarse durante siglos una speculae o sigillum de peregrino, de aquí la importancia de sus hallazgos y la dificultad de identificación y lectura. 68 Dentro de las piezas cuyas imágenes teníamos para estudiar y concretar su origen, constaba una de singulares características, pues nos parecía pudiera ser la “traslatio” del Apóstol, claro está que presentaba problemas la aventuración de este origen, máxime cuando todos los sigillum españoles conocidos por nosotros hasta ahora, se circunscribían al territorio de la Corona de Aragón, excepto una pieza de Santo Domingo de la Calzada que catalogada en Paris como siglo XIII, sigue las características de las francesas de finales del siglo XII, 69 de

forma ojival, presentando a Santo Domingo sentado en

cátedra en el centro, orlado de la leyenda: “Sigillum Sancti Dominici Calciatensis”. En suma, las piezas estudiadas y publicadas hasta ahora,

68 69

Rio Martinez, Bizén d’o.- La Specula, credencial del peregrino. I Foro Europeo jacobeo, Jaca , 2007 Musée Cluny Inv. Nº CI. 4768,

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mantenían unas formas diferentes, que resultaban peculiares y diferentes a las europeas.

Santa María de Salas

Beata Sta Mª La Bella

San Juan de la Peña

San Martín de la Val d’Onsera

Beate Marie de Podio in Annes

Sta Beate Marie de Puy Barbastro

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San Vicente de Roda de Isábena

Signum Sta Christinae de Summo Portum

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Marie de Totum Angelorun Turricivit

Sta Maria Blanca in Berbegallum

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Padrón (Galicia)

Santo Domingo de la Calzada (Rioja)

Monserrat (Cataluña)

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Durante la celebración de Ferpalia 2009, en Pontevedra, donde se presentaron las reproducciones actuales de algunos “Sigillum” o “Speculas” aragonesas, tuvimos la oportunidad de hablar con el historiador D. Eloy Rodríguez Carbia y el Sr. Alcalde de Padrón D. Camilo Forjan Seoane, junto a otras personalidades, a las que hicimos saber la posibilidad de que existiera un “sigillum” de Padrón, lo cual provocó la consiguiente noticia de su existencia y aparición en territorio de Aragón. 70

Pieza nº 1 Nuestro conocimiento y atención se centraba en aquellos momentos sobre lo que podía ser un conjunto de piezas que debían proceder de un peregrino que regresaba hacia Francia y acaba de visitar la entonces ermita de Torreciudad, ya que el hallazgo consistía en tres piezas además de la posible de Padrón; una de Roc-Amadour, otra de Turricivit (Torreciudad) y una fragmentada del Puy, hallado todo en un puerto que lo dirigía hacia el paso de los Pirineos El comunicado y aportación de unas piezas procedentes de otro hallazgo, nos confirmaban una segunda y nueva

imagen de esa “traslatio”,

que si bien quedaba mas clara para nosotros, presentaba el inconveniente, de ser diferente la representación en ella inscrita con relación a la primera pieza conocida; a pesar de que estaba ya claramente definida que se trataba de una representación del viaje de Yago hasta padrón, seguía resultándonos no obstante rara la forma que no era coincidente con ninguna de las catalogadas 70

El Correo Gallego.- 9 octubre 2009

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hasta el momento en Europa, pero sobre todo que no se encontraba ninguna referencia documental de ella.

Pieza nº 2 Se trataba de otro hallazgo que se emplazaba en el camino de retorno hacia Francia y con esta pieza, una vieira o pecten jacobeo en plomo, que confirmaba la procedencia de las dos al mismo tiempo, pues de este tipo de “pecten” plúmbeo existen varios ejemplares en museos de Francia procedentes de Compostela.

Pieza nº 3 Otro “sigillum” con la representación de la “traslatio” conocimos de su existencia al tratar de catalogar las piezas existentes en el Museo Provincial de Huesca, donde procedente de los “fondos antiguos” se encuentra un “sigillum” que representa el viaje del cuerpo de Santiago desde Jafra al puerto de Iria Flavia, el cual a pesar de estar bastante deteriorado, nos planteo la posibilidad de ser el mas antiguo de los tres ejemplares hasta ahora conocidos, pues

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estaba realizado a la impronta por golpe, es decir, troquelado por estampación, y por ello, difería de los dos anteriores citados que habían sido fundidos.

La imagen con algunas variaciones que delatan distintas épocas y confirman la sucesión de las mismas en el tiempo, tienen una cierta similitud con la escenificación de la “traslatio” similar a la presentada en la moneda hallada en la excavación de la necrópolis de Adro Vello (O Grove, Pontevedra), moneda en la que se lee “S. Iacobi” a ambos lados del mástil de un barco en el que se ven tres figuras y una tercera acostada, representación inequívoca según el profesor Carro Otero 71 del clásico tema de la traslación del Apóstol desde Jafra a Iria Flavia entrando por la ría de Arousa. Esta pieza que no sólo tiene valor numismático por pertenecer al reinado de Fernando II de León cuyo nombre aparece en una de las caras alrededor de un león, sino por representar un testimonio valiosísimo para la tradición jacobea, pues se remonta su acuñación a los años mediados del siglo XII. Tanto en la moneda, como en el “sigillum” presenta una pequeña embarcación del tipo “hulk” de construcción de tingladillo, tipología que predominaba en aquella época en las costas atlánticas, contando con la posibilidad de que sus líneas fueran ficticias, bien pudieran haber sido distorsionadas para adecuarla a las reducida medidas de una pequeña pieza.

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Alonso Romero, Fernando.- La embarcación de la moneda de la necrópolis de Adro Vello”

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Intentando hacer una comparación entre la imagen de la moneda de “Adro Vello” y el “sigillum” de peregrinos de Padrón que consideramos mas antiguo, 72 debemos analizar cuatro aspectos principales: 1.- La embarcación se trata de una embarcación de construcción de tingladillo en ambas representaciones. Nos lleva a pensar en una embarcación de tipo “hule”, desechando la posibilidad de catalogarla como “cocche” adaptación mediterránea de la “nao” que aparece por primera vez en el Mediterráneo en 1304 y que con fondo plano tenía timón de popa y la forma más generalizada era de vela latina y timón lateral. 2.- En la moneda, igual que en el “sigillum” se ve en el centro de la embarcación un solo mástil de candela. 3.- En la moneda destaca un mascarón de proa que parece representar una cabeza de animal, detalle que es considerado como elemento típico de las embarcaciones vikingas y normandas. En el “sigillum” en proa está representado un toro, que en posición invertida, puede representar tanto el mascarón, como el animal usado para el posterior traslado del cuerpo de Yago tras el desembarco. 4.- El mástil esta rematado en la moneda por una cruz semejante a la que suele aparecer en los sellos de las villas europeas contemporáneas a la

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Museo Provincial de Huesca.- Fondos antiguos. Sellos de peregrinos

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moneda. En el “sigillum” la cruz está situada en la parte superior iniciando la leyenda.. Por otra parte, el forro del casco en tingladillo va formado por una serie de lineas curvas que se elevan en sus extremos hacia los bordes del casco en las dos piezas comparadas.

El hecho de la existencia en Galicia durante el siglo XII de embarcaciones características de otras zonas del Atlántico europeo, debe de relacionarse con el inicio de una expansión del comercio marítimo. 73

73

Ferreira Priegue, E.M..- Las rutas marítimas y comerciales del Flanco Ibérico desde Galicia hasta Flandes. Congreso El Fuero de San Sebastián y su época. San Sebastián, 1982

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Su formato, corresponde a un plano romboidal, con dos vértices redondeados y otros dos en acabado mas puntiagudo que se corresponden con las partes superior e inferior. La imagen central esta cargada de simbolismo, pues se combinan en ella la nave hule. la vela, la estrella, el buey, tres aves a modo de gallos, símbolo del predicador, que bien pueden sintetizar a los discípulos, y un brazo levantado del Apóstol que a modo de tridente, que a manera de báculo parece representar el signo de fuerza y autoridad como las divinidades marinas.

En torno a esta representación de la

“Traslatio” corre una leyenda perimetralmente: “ + S * BEATIACOBI * + * IN * PADRORUM ” . Su datación con arreglo a las imágenes representadas, nos lleva a situarla como tempranamente en la misma época de la moneda, entre 1157 y 1188, reinado de Fernando II de León y coincidente con la época en que Padrón acaba de recibir un gran impulso con el apoyo del Arzobispo Diego Gelmirez, la concesión del Fuero, exención del pago del Portazgo en el Reino, el Año Santo, la reconstrucción del templo de Padrón a Santiago y el Hospital de Peregrinos. Todo nos lleva a pensar, que si bien no se ha encontrado documentalmente su

cita preparatoria para este “Sigillum” o espécula de

peregrino, debemos pensar en una llegada importante de peregrinos para redimir viaje tras Compostela y abrazar el “Pedrón” de esta villa.

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Durante el episcopado de Diego Gelmirez las peregrinaciones estaban en su apogeo, y por esta razón la ciudad se convertía en un emporio comercial. Su proximidad del mar, mas los Fueros Reales que la favorecían, claro está que ayudaban al

desenvolvimiento del comercio; pero era sobre todo la

influencia de los devotos que la convertía a Compostela a decir de la Historia, como el mejor comercio de España. Fabricándose diversos objetos de devoción para venderlos a los peregrinos; teniendo los artesanos este monopolio, porque los peregrinos sólo usaban de aquellos objetos vendidos en la ciudad. Por lo que parece, los peregrinos eran víctimas de fraude con bastante frecuencia; y seguramente que la tarifa de precios de alimentos y prendas de vestir promulgada por el obispo Gelmirez el año de 1133 tuviese como objeto protegerlos.

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Algunos signos y objetos de devoción Compostelanos

Y porque los peregrinos eran fuente de ingresos inagotable, pues que hacían posible un activo comercio, no es de extrañar que Diego Gelmirez se negase a seguir el consejo de alguno de sus canónigos en el sentido de aplicar lo dispuesto a Compostela por Alfonso VII el año 1138, pues bien sabía como la Historia atestigua, que el tal proceder suponía la paralización de las peregrinaciones. 74

74

Gordon Biggs.- First Archbishop of Compostela. The Catholic University of America, Washington 1949

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Speculae / Sello de peregrino S.XXI

Con esta visión más actualizada de la pieza medieval, editada para ser entregada

al peregrino, es justo recordar la razón que ha movido a las

muchedumbres cristianas hacia la tumba de Sant-Yago por el Camino, no es simplemente un obligado itinerario, ni, todavía menos, un descubrimiento turístico, algo que desde luego era ajeno a la mentalidad del hombre medieval, por el contrario, es por aquí donde encuentra la verdadera ascesis, un espacio sagrado en si mismo, pues a lo largo del trayecto el peregrino experimenta una decisiva transformación interna, algo que hará de él cuando termine, casi un hombre nuevo, o por lo menos diferente a antes de su peregrinación.75

75

Dibujo de Julio Aznar Guarás sobre la pieza nº 3

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Pieza nº 1 Colección privada

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Pieza nº 2 Colección privada

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Pieza nº 3 Museo Provincial de Huesca

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Reproducción actual sobre la pieza nº 3

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Indice Pag.

Antecedentes

2

Santiago el Mayor

3

Hagiografía y Leyenda

6

Detractores

10

Predicación en Hispania

13

Valedor Sobrenatural

15

Priscilianistas

18

Iconografía del Santo

20

Iconografía de los milagros

22

Santiago Ibero-americano

24

Taumaturgo

25

Desacralización

27

Santa María del Pilar y Santiago

29

La Traslatio

32

La Inventio

37

Iría Flavia- Padrón

38

Padrón y su Fuero

44

La Peregrinación

52

El Peregrino

55

El Símbolo Jacobeo

59

Peregrinaciones tangenciales

60

El Camino

62

Sigilografía

65

Speculae o Sigillum de Padrón

75

Speculae o Sello de peregrino S. XXI

89

Imágenes

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