Entrevista
juste de nin la imaginación de Armand Basi
Es el director creativo de Armand Basi, una de las firmas catalanas más consolidadas en el mundo de la moda. Lo que fue un taller familiar en Barcelona especializado en género de punto, surgido a principios de los años 1940, es hoy todo un pequeño imperio, que presenta sus colecciones en las principales pasarelas del mundo y las comercializa en Europa, América del Norte y Asia. A la consolidación empresarial de la firma contribuyó en gran medida el hecho de que obtuvieran, en los años 1960, la licencia de fabricación y distribución de los populares polos Lacoste, pero también la acertada decisión de Juste de Nin de apostar por el mercado internacional. Desde entonces, el hombre y la mujer Armand Basi se han convertido en prototipos del mundo moderno, activos, independientes y urbanos, válidos para cualquier gran ciudad actual, pero sin renunciar a sus señas de identidad. Así lo ha demostrado Juste de Nin en la última edición de la pasarela Gaudí de Barcelona, donde hizo desfilar una colección dedicada a Barcelona, demostrando que lo universal no va reñido con lo local. En la misma edición fue galardonado con la Medalla Antoni Gaudí, en reconocimiento por su larga trayectoria en favor de la moda, la cultura, Barcelona y Cataluña.
¿Cómo definiría la colección que ha presentado en la pasarela Gaudí? Esta colección es la segunda que dedico a una mujer extraordinaria y muy seductora, que se llama Barcelona. Empecé dedicando la colección de invierno a la Barcelona modernista de finales del siglo XIX. En cambio, esta colección está inspirada en las vanguardias, es decir, en la generación de los años 1930, que vivió los años de la república. Fue una generación realmente impresionante, tanto en el aspecto arquitectónico, con el racionalismo (concretamente el GATEPAC, el movimiento que surgió a partir de LeCorbusier), como en cuanto a las vanguardias pictóricas: es el momento de la primera madurez de Joan Miró. ¿Cómo se traduce esto en moda? La colección está dividida en lo que yo llamaría la ropa de taller, de trabajo del artista (donde lo más importante son las texturas, y los tejidos), y otra gran parte en la que prevalece el grafismo, inspirada –salvando las distancias– en la fuerza que tenía Joan Miró en interpretar los colores, muy especialmente los colores puros. ¿Por qué razón Barcelona? Seguramente porque esta ciudad, que yo creo que es una de las más agradables del mundo para vivir, se merece rendirle una serie de homenajes. Llegó un momento en que decidí dedicarle una colección que dividí en dos partes, invierno y verano. ¿Qué representa esta colección respecto a sus propuestas anteriores? Esta colección la presenté en París el julio pasado y tuvo un gran éxito, fue muy bien acogida por toda la prensa extranjera, la rusa, norteamericana, incluso la japonesa… Es una colección que habla de nuestra casa, que es Barcelona, y sin embargo me han entendido como nunca. Indica que la identidad es un tema útil y extraordinariamente universal. Antes y después de un desfile, ¿tiene alguna manía? Después, ir a comer. Me entra un apetito feroz por los nervios. Es un tic muy mediterráneo. Y antes, me encantaría dormir una hora. Aunque casi nunca lo puedo hacer, no me dejáis.
A la hora de crear una nueva colección, ¿piensa en algún modelo en especial? No. Quizás en un estilo de vida, de hombre y de mujer. En un estilo de vida que es muy parecido en las grandes urbes. Puedes encontrarlo en Londres, en Barcelona, en San Francisco. Incluso en las comidas. ¿Por qué de repente se pone de moda la cocina japonesa? Porque la moda es transnacional, algo que no es incompatible con tener una fuerte identidad nacional. El mejor halago que le han hecho. Que soy honesto trabajando. El consejo que procura seguir. Serlo. Y huir de la frivolidad. La frivolidad es quizá el peor enemigo de la vanguardia. Es el SAR de la vanguardia. Una persona frívola tiene un discurso muy restringido, absolutamente endogámico. ¿Cuál sería el momento más dulce y el más amargo de un diseñador? El más amargo sería cuando presentas una colección en la que has puesto mucha ilusión y no es comprendida o es interpretada de otra manera. Afortunadamente, es algo que ocurre poco. La gran alegría es justamente lo contrario, que veas que te han comprendido. ¿Se puede hablar de tiranía de la moda? Es algo de lo que estoy absolutamente en contra. Me parece de los noventa, sino de los ochenta, el plantear la moda como consigna. La moda no tiene que imponer, sino proponer. Yo desaconsejo que una persona vaya vestida toda con la misma marca, aunque sea la nuestra. Me parece una inseguridad tremenda, una horterada. Es mucho mejor que la persona tenga piezas distintas, y sepa combinar su mosaico propio para subrayar su personalidad, no la del diseñador. Es decir, la persona tiene que ser capaz de decir: “Los pantalones de Armand Basi, sientan bien, pero los combino con el T-shirt de otra firma, o con la americana de aquella otra…”. La libertad es muy importante.
El artículo o el invento en el mundo de la moda más acertado y el más equivocado. El más equivocado es aquel que dificulta la respiración, que contrae los músculos, que es incómodo. Una de las prendas más paradigmáticas que conozco es el polo. Es increíble que no haya cambiado su diseño en absoluto desde los años treinta. Y también son grandes aciertos los jeans, que son prácticamente iguales desde que se inventaron a finales del siglo XIX, y el humilde T-shirt, que en Armand Basi es quizá la pieza estrella, porque considero que el T-shirt puede ser un artículo de lujo, según cómo se trabaje. El velo en las escuelas: ¿moda y tradición o elemento discriminatorio? Es un tema que tiene que ver con la libertad. Yo pienso que lo que no hay que hacer nunca es imponer, en todo caso recomendar. Cualquier imposición es negativa. Por tanto, el diálogo cultural (algo a lo que mucha gente se cierra) es la solución a tantas y tantas cosas. Entre otras, a lo que yo creo que es una de las cosas más estúpidas de este mundo, el racismo. Un sueño por cumplir. Aquel de John Lenon, la letra de Imagine. Es el mejor de los sueños que he oído. ¿Y en el terreno profesional? La moda, como diría Chanel, es lo que pasa; el estilo, lo que permanece. Lo más importante es que tu estilo se reconozca. Que puedan decir: “Aquello es Armand Basi”. Éste es mi objetivo. Si estuviese deprimida, ¿me aconsejaría salir a comprar ropa? Si estás realmente deprimida, cógete un billete y vete a un sitio a descansar. Y, si es posible, al lado del mar Mediterráneo. Si además en la maleta te llevas una prenda mía, te daré un beso. He dicho una prenda mía, ¿eh? No he dicho un look entero. Texto Elena Calzada Fotos Pablo Cabrera