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Comentario de libros
Evolución y transformación del espacio hospitalario en la Ciudad de Buenos Aires, (tomos I y II) Angélica Bonnahon y Laura Tonelli, Buenos Aires, Dunken, 1913 y 1914.
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Estos dos ilustrados libros, obras de dos universitarias argentinas especializadas en arquitectura hospitalaria, de trayectoria prestigiosa y varias obras en su haber, son parte de su labor. Actualmente están realizando el Centro Integral Clínico Hematooncológico del Hospital Garrahan, una obra de 7200 m2 cubiertos.
Su pasión por la arquitectura hospitalaria las ha llevado a realizar un recorrido por su historia en la ciudad de Buenos Aires mediante una obra que han estructura, en principio, en tres tomos. El primero de ellos apareció en 2013 y cubre desde el siglo XVI hasta fines del siglo XIX; el segundo, de este año, continúa con los construidos en el siglo XX, subdividiéndolos en hospitales públicos monovalentes y polivalentes y hospitales comunitarios. El tercero se sumará a los anteriores (se piensa en finalizarlo en 2015) y continuará con los de construcción más tardía del siglo pasado y se le sumarán los de las fuerzas armadas y de seguridad e instituciones sociales e instituciones privadas.
Ambos libros contienen un número importante de imágenes, planos y fotos antiguas. La presentación es amena y el tono sencillo que seguramente despertará los recuerdos de muchos médicos, ya que no solo existen fotos de los edificios sino de los ambientes interiores con el personal en sus tareas cotidianas, mostrando sus indumentarias, utilizando la aparatología de la época e incluso sus pacientes. Justamente las fotos que ilustran las tapas de ambos textos se basan en esa idea: presentar espacios hospitalarios habitados.
Cada capítulo lleva una presentación histórica que ayuda a la comprensión de la situación política, social y religiosa del país e, inclusive, algunos aspectos de la política mundial que incidieron en la fundación de algunos hospitales. Para todos aquellos interesados en el tema de los espacios hospitalarios de la ciudad, tanto desde el ámbito de la salud como de la arquitectura y de la administración, esta colección dividida en tres tomos será, sin duda, un importante aporte.
Memorias secretas. Darwin y Mendel Alberto Juan Solari, Buenos Aires, André Marteron, 2014.
Como su título lo sugiere, tanto Darwin como Mendel se manifiestan en primera persona a través de la pluma de Solari. No es común que un libro de divulgación científica se relate en primera persona que no es la del autor sino la de los protagonistas. Solari lo ha logrado con solvencia porque el libro atrapa por su contenido, fiel a los hechos realmente ocurridos y, tal vez, revelador de datos conocidos pero que no nos hacían pensar: dos meses después de la apropiación de las islas Malvinas por parte de los ingleses llegó el Beagle con Fitz Roy y Darwin, este último como observador. ¿No pensaban también adueñarse de la Patagonia?
Venenos en el Arte
Eduardo A. Scarlato y Antonio F. Werner
La figura de Mendel, como lo señala el autor, hubiera merecido quizá otra consideración, circunstancia talvez acallada por su propio carácter (tímido, alejado del autobombo) pero también porque el monasterio del cual fue abad tuvo que padecer primero a los nazis y luego a los comunistas quienes, chauvinistas, daban pábulo a las desatinadas ideas de Lysenko. Ambos ensombrecieron su figura.
Una característica de los capítulos es que alternan en sus comentarios (con la lógica connivencia del autor) Darwin con Mendel. Los capítulos de Darwin superan en extensión a los del abad y es que, habiendo el británico caminado nuestro suelo, entrevistado a Juan Manuel de Rosas, visitados onas y yámanas, entre muchas cosas más, tenía que dar más tela para cortar.
En el punto 8’ que corresponde a Mendel, éste critica la teoría de la selección natural y, sintéticamente, postula que un animal adaptado, por ejemplo a la caza, no siempre engendrará hijos con sus mejores características porque los genes recesivos pueden traicionarlo. Y añade: a esta teoría le falta algo.
El profesor Solari tiene un mérito asociado porque no debe ser fácil ponerse en la piel de otro. En este caso no uno, sino dos y, además, sabios que dejaron impronta en la ciencia mundial. El valor agregado es que interpreta, después de más de un siglo, vivencias, sentimientos, anhelos donde volar su imaginación pero con palabras atinadas y nunca desmedidas. Amén de ello conoce con exactitud pormenores de ambos protagonistas.
En definitiva, un trabajo excelente que ayuda mucho a conocer a Darwin y a Mendel.
Federico Pérgola
Como en aquellas películas donde figura “Apta para todo público”, el libro de Scarlato y Werner cumple con la mencionada aclaración. Porque los médicos, los bioquímicos, los historiadores, los artistas plásticos, los estudiantes y todos aquellos interesados en temas de cultura general, tienen a disposición un excelente libro. Como en “Rayuela” de Cortázar, el lector puede comenzar a leer el libro eligiendo el capítulo. Inmediatamente quedará “atrapado”, porque los capítulos fueron desarrollados en forma amena y placentera, y continuará expectante hasta la finalización del mismo.
Los autores han escrito sobre los venenos en la mitología y la religión, para luego referirse al mundo encantado de los alquimistas y las brujas, los letales venenos usados durante las guerras y para los condenados a muerte, como también los antídotos empleados. En el último capítulo relatan la intoxicación profesional de los grandes maestros de la pintura.
Una relevante iconografía, con más de 350 imágenes, convierte a este libro en indispensable para todos aquellos que están interesados en conocer plantas y sustancias, que de acuerdo al uso y a la dosis, han servido y sirven para curar o para matar.
Heridas provocadas por armas blancas José Mobilio, Buenos Aires, Dosyuna Ediciones argentinas, 2014.
Mobilio siempre nos asombra. Después de su obra conjunta con Gawronski sobre la historia del hospital Zubizarreta, su hospital, afronta un tema, tal vez caro para la medicina forense, pero habitualmente poco abordado por los médicos generales. Así nació Heridas provocadas por armas blancas.
Louis Pasteur. Hombres y mujeres que hicieron historia Laura Andrea Pérgola. Buenos Aires, Aguilar Colecciones, 2013.
Lo dice muy bien el autor. El recrudecimiento de la agresividad humana lo llevó a observar esta patología en el Servicio de Urgencia de su hospital. Esa referencia me hace pensar en un libro póstumo de Levi-Montalcini donde dice que la agresividad humana es ancestral y viene de nuestros antepasados hominídeos, agregando que si los babuinos tuvieran la bomba atómica no dejarían ser vivo. Pero el mensaje de Mobilio es de esperanza y es así que reproduce una frase de José Ingenieros que expresa: “Cuando las fábricas y las escuelas estén llenas, las cárceles van a estar vacías”. ¿Llegará ese día?.
El libro comienza con una muy breve referencia histórica sobre las armas blancas que se inicia en el Antiguo Testamento y sigue con la aparición de las mismas, los rituales, los ritos de iniciación, el crimen satánico, etc., con una referencia a los grandes de la medicina legal donde, lógicamente, no faltan Nerio Rojas o Bonnet. Luego seguirán las lesiones, su topografía, los tipos especiales (defensa, descuartizamiento, perversidad sexual, etc.). Tampoco omite el autor repasar la cicatrización de esas heridas, las secuelas, incluso, al criminal estadounidense Charles Manson. Pero todavía en estos 23 capítulos aparecen otros temas no menos interesantes: importancia médico legal de las incisiones quirúrgicas, el arma blanca en el aborto, criminalística policial y medicina legal, daño corporal, los duelos, etc.
Abundan los esquemas y los cuadros sinópticos que hacen la lectura más cómoda y rápida. El libro termina con una iconografía que, en una parte, hubiera merecido un epígrafe aclaratorio.
Federico Pérgola
tradición, que responde a una demanda de los consumidores, de permanente renovación. Ahora, es la oportunidad para un texto titulado: Louis Pasteur. Mucho se ha escrito sobre este investigador francés, con aportes fundamentales, desde su condición de químico, a la medicina, a la economía y a la sociedad en su conjunto, a la que ayudó -desde un camino casi elíptico- a mejorar su bienestar, su calidad de vida. Es un prototipo de pesquisador moderno; con él se formaron numerosos investigadores que, a su turno, trabajaron en los diferentes continentes, en los más variados laboratorios y/o centros de estudio, en múltiples temáticas. Posiblemente, junto a Copérnico y Galileo, Newton, Darwin, Fleming y Einstein, integre el listado de los hombres de ciencia más famoso (fuera del ámbito de los actores militares y/o políticos). ¡No es poco! El prestigio del Instituto Pasteur se mantiene hasta la actualidad y uno de los últimos intereses estuvo marcadamente relacionado a la consideración del sida, auténtico reto sanitario global. El lector encontrará, en este nuevo libro, una lista de “singularidades”, para acercarnos al hombre francés y buenas imágenes, donde no es menor el rescate de unos dibujos que pertenecieron al mismo Pasteur. Tiene un escritura ágil y es propicio para quienes se inician en este tipo de lecturas.
Es de esperar que la colección incluya a algunos latinoamericanos y argentinos: los hay y son unos cuantos.
Bases epistemológicas para la investigación científica Alberto Carli, Buenos Aires, Biblos, 2014.
Este nuevo libro de Carli transita por caminos que él conoce muy bien: la epistemología y la metodología de la investigación. En un prólogo imperdible dice que esta obra es definitiva porque entiende que es la síntesis de muchos años de trabajo. Así lo comprendemos. Pero, sin embargo, quien sabe muy de su personalidad, y creo que soy uno de ellos, supone que ya estará preparando un nuevo libro pues, como trabajador incansable (está muy cerca de la ergomanía) se, por otra parte, que es lo que considera fundamental para sentir la satisfacción de vivir. Capacidad intelectual no le falta.
El neuroliberalismo y la ética del más fuerte Hugo Biagini y Diego Fernández Peychaux, Buenos Aires. Octubre editorial, 2014.
Aunque no lo hago con frecuencia, y creo que en este caso lo merece para instruir al lector, quiero adelantar la temática de sus siete capítulos: 1) Epigénesis del conocimiento; 2) El objeto y las condiciones del conocimiento; 3) Problemas, hipótesis y objetivos; 4) Diseños y tipos de investigación; 5) El dato científico; 6) El proyecto de investigación, las tesis y las monografías, y 7) Algunas puntualizaciones estadísticas. Esta referencia da cuenta de la necesidad de acercar estos puntos a la universidad, entendiendo por universidad la diversidad del conocimiento científico. Conocimiento que, como piensa el antropólogo africanista Marc Augé será imprescindible para insertarse en el mundo futuro, más que futuro, próximo. Pensamiento al que me adhiero.
En las pocas páginas donde se ocupa de las hipótesis, Carli nos ofrece reflexiones que deberían ser pasibles de lectura necesaria para aquellos que planean o inician una tesis de doctorado. Allí finaliza con palabras que, tal vez otras veces escuchadas, no ameritan omisión: “En párrafos anteriores planteamos la idea de que ‘se encuentra lo que se busca y se busca lo que se sabe’, lo que pone en el tapete la idea de que, para investigar, hay que saber. Porque si no sabemos lo que buscamos, mal podemos entender lo que encontramos. Esto es así desde el primer momento de contacto entre la mente del investigador y el tema de su interés”.
Otra cosa que no falta en este libro es el análisis filosófico de diversos ítems.
Federico Pérgola
referenciada. Hubo numeroso público y participantes muy activos y dispuestos a intercambiar ideas, confrontar y defender sus propias posiciones. La introducción estuvo a cargo de Atilio Borón y Fernando Buen Abad. Resultó muy grato. Los autores del libro tienen una destacadísima actividad académica. La primera pregunta que le asaltará a quien esté leyendo estas líneas, será: ¿qué hace un libro de filosofía o de política en una revista de historia de la medicina y/o de la ciencia? Y la respuesta es muy sencilla: lea el texto y entenderá las razones; una, ya está explícita en el título seleccionado para la obra.
Hay una explicación sobre el neologismo neuroliberalismo. Leemos, entre muchos párrafos: “Un objetivo claro del neuroliberalismo consiste en inculcarle a la población una identidad postiza: la idea o el sentimiento de que la desregulación y las privatizaciones sean vistas como lo mejor para todos. Con tales planes de ajuste se incentiva la concentración del capital y se engendra un auténtico Estado de Malestar”. Es ingenioso y va a irritar a más de uno. Por sus páginas desfilan desde un Smith, Marx y Keynes, a un Mises, Schumpeter y Hayek; desde un Alsogaray, Benegas Lynch y Cavallo a un Kirchner y Laclau.
Es un texto conceptual que no olvidas las justas referencias en al aparato erudito, con el agregado de un índice onomástico.
Es una publicación-homenaje a uno de los museos del Departamento de Humanidades Médicas (Facultad de Medicina/ UBA). Esfuerzo notable (económico, de diseño, de edición) para difundir algunos aspectos del Museo de Historia de la Medicina y Cirugía “Vicente A. Risolía”, con un total de 177 páginas, en excelente papel y equilibrado tamaño.
Entre sus méritos: difunde los nombres de las autoridades de la Facultad (en ocasiones, ignorados por los alumnos de esta casa de estudios y la comunidad en su conjunto), hace conocer el pensamiento del actual decano (Prof Dr Sergio Provenzano, entusiasta de esta galería, como lo fue el anterior, el Prof Dr Alfredo P Buzzi) y de unos más, íntimamente vinculados a este repositorio (como los doctores Federico Pérgola, Adolfo Venturini, Alfredo E Buzzi; uno, director; el segundo, curador y el tercero, consultor). Con muy buenas fotografía (que la historia mediata e inmediata va a agradecer). Desde ahí, se organiza en cinco secciones:
Comienza con: La primera publicación sobre el Museo Risolía. Aparecen, en reproducción fotográfica, las 31 carillas de La Semana Médica (del 4 de mayo de 1939, que ya tenía 46 años de vida) firmadas por Guillermo Bosch Arana, donde relata los orígenes de este; muy interesantes, merecen leerse. Nos cuenta que, en 1934, en Facultad de Ciencias Médicas (el antiguo nombre), nació el Museo Histórico de Cirugía, incorporado a cátedra de Técnica Quirúrgica e Instituto de Medicina Experimental, que dispuso, casi de inmediato, de colecciones donadas por Martín M Lavallol, Ignacio Pirovano, G Bosch Arana, Pedro Rojas y Juan A Dominguez y muchos otros. Este alojamiento, no solo ha cambiado de nombre sino que, además, de lugar físico, razón por la cual es infatigable la tarea de recuperar todas (o la mayoría) de las piezas, los carteles de identificación, etc. Actualmente, se hace, en este sentido, un gran esfuerzo (que ya había comenzado el anterior director: el Prof Dr Alfredo G Kohn Loncarica), para superar etapas de cierto abandono y falta de eficiencia e idoneidad.
A continuación: Las instalaciones del Museo Risola; son fotografías panorámicas que lo muestran tal cual está en el presente (y los responsables no ignoran que habrá que hacer algunas pequeñas modificaciones estéticas).
Luego, la sección: La colección del Museo Risolía, donde se suceden, con excelentes fotografías, los estetoscopios, los microscopios, el variadísimo instrumental (la más de las veces con sus respectivas cajas de conservación) y otros trebejos (martillos, oftalmoscopio, oscilómetros, máscaras anestésicas, envases, esterilizadores, etc), sorprendentes, que, casi estamos en condiciones de afirmar, no tienen unos cuantos de los más afamados muestrarios del mundo con tal orientación.
El cuarto apartado: Pinacoteca, re
Revista DM MD (Ciencia y Cultura MédicaDiagnóstico Médico). Edición Especial, año 8, nº 24, (Buenos Aires, Argentina) octubre de 2014
produce algunos óleos, hallados entre múltiples materiales. Se encargaron de restaurarlos, identificarlos y fotografiarlos: Pérgola y Venturini.
La última sección: Notas biográficas de las personas nombradas en este catálogo; allí nos ofrece algunos datos de profesionales, vinculados directa o indirectamente al acervo que comentamos, de origen argentino o francés, suizo, norteamericano, británico, alemán, italiano; de actividades variadas: obstetras, cirujanos, clínicos, neurólogos, tisiólogos, patólogos, anestesiólogos, botánicos.
Quienes integramos el Departamento de Humanidades Médicas, agradecemos a la revista DM MD (doctores Alfredo E Buzzi, H César Gotta y Eduardo Eyheremendy, sus directores), así como a las actuales autoridades de la casa de estudios y a los que, de manera directa e indirecta, están trabajando por la recuperación de este espacio, valioso para conocer una pequeña (y muy rica) parte de la historia nacional (y universal) y que, no dudamos, gustará en la tan mentada Noche de los Museos, que se organiza anualmente.
DESDE LA ÉPOCA DE LA DOMINACIÓN HISPÁNICA HASTA NUESTROS DÍAS por Federico Pérgola
HISTORIA DE LA MEDICINA ARGENTINA
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