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MÓNICA OLIVIA RODRÍGUEZ SAAVEDRA HA COLOCADO LA BANDERA DE MÉXICO EN LOS PRIMEROS LUGARES DE LOS JUEGOS PARAPANAMERICANOS
POR EMILIO PINERES EMILIO.PINERES @ELHERALDODEMEXICO.COM
Dijo Antoine de Saint-Exupéry que “sólo con el corazón se puede ver bien, que lo esencial es invisible para los ojos”. Mónica Rodríguez no necesitó del sentido de la vista para ver el amor de su familia, incondicional y único, que fungió como impulsor en cada uno de sus sueños.
Se convirtió en atleta paralímpica, medallista de oro en Tokio 2020 y poseedora del récord mundial en los mil 500 metros. Conquistó la centésima presea de oro de México y se convirtió en una figura histórica en el deporte adaptado, en los últimos Juegos Paralímpicos.
“Mi infancia fue muy bonita, a pesar de ser ciega, no sufrí. Me paseaba en bicicleta, patinaba, caminaba en zancos. Mis hermanas siempre me traían corriendo por toda la escuela, tengo recuerdos muy lindos”, dijo Mónica, en entrevista con El Heraldo de México.
Su papá se subía en una bicicleta y ella se sujetaba de la parte trasera; él pedaleaba y ella corría. Su mamá la llevaba a entrenar; cuando no podía, su hermana lo hacía. “No sólo ellos, Dios ha sido muy bueno conmigo y me ha dado por pareja a una persona que también corre”.
En 2009 debutó en el alto rendimiento en la Paralimpiada Nacional en Sonora, y seis años después conquistó el bronce en los Juegos Parapanamericanos, en Toronto 2015. Sus objetivos y sueños crecieron y cada experiencia fue determinante
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MULTIMEDALLISTA.
MÓNICA GANÓ EL MARATÓN DE LA CIUDAD DE MÉXICO EN 2022.
“PENSÉ QUE MI CARRERA TERMINABA EN 2014, POR LESIONES”, SEÑALÓ.
AGUILAR FUE SU GUÍA EN LOS PARALÍMPICOS DE TOKYO 2020.
OROS SUMA MÉXICO EN JUEGOS PARALÍMPICOS.
“SE DESARROLLA UN LENGUAJE CORPORAL CON EL GUÍA”, ASEGURÓ.
SU PAREJA HA SIDO CLAVE, SIEMPRE LA HA IMPULSADO EN SU CARRERA.
MÓNICA RODRÍGUEZ/ATLETA PARALÍMPICA en la siguiente, una más grande. “Sentí que hasta ahí llegaba, ya tenía lo que quería (2015). Sí pensé en una medalla paralímpica, pero lo veía difícil. Sin embargo, seguí entrenando y conseguí llegar a los Paralímpicos en 2016, donde quedé quinta. Fue el evento donde más adrenalina y menos nervios sentí”. No obstante, el resultado en Río impulsó la persecución de una segunda experiencia paralímpica, un ciclo de cinco años, por la pandemia de COVID-19. “Fue muy duro psicológicamente. Tenía planes bien marcados y definidos. Contaba los días, entré en un estado de shock”. Se sobrepuso con carácter y disciplina, además del respaldo de sus seres queridos. “Tenía mucho entusiasmo antes de la carrera”, recordó Rodríguez. “No sé cómo lo hice. Estaba muy emocionada por el tiempo, por la medalla 100, por el récord, por el Himno Nacional mexicano”.
Mónica es pasional y agradecida, también medallista en el Mundial de Para Atletismo. Es determinada y encontró en el deporte un estilo de vida. “Ha sido fundamental en mi desarrollo personal, he logrado ser más segura”, sentenció la corredora, nacida en Zapopan, Jalisco.
POR MARÍA ELENA ESPARZA GUEVARA
Cuerpo Y Alma Fundadora De Ola Violeta Ac
Cuando Pase El Temblor
•Los desastres son naturales, pero la forma en que afectan a las personas está atravesada por lo cultural: el origen étnico son los damnificados, la edad las desplazadas,el sexo de cada herido. Todas estas variables, más los roles de género, impactan.
En Siria y Turquía, lejos de cerrar la herida, con el paso de las semanas se evidencia su profundidad tras los devastadores sismos del 6 de febrero. El saldo cotidiano de la tragedia pone en perspectiva lo poco que ayudará a mediano y largo plazo cualquier donación humanitaria que pueda hacerse por ahora.
Hablamos no solo de ausencia de cobertura a las necesidades básicas colocadas por Maslow en la base de su pirámide de realización personal —comida, techo, descanso— sino de millones de vidas marcadas por el duelo, trauma, orfandad, desempleo e insalubridad. Aunque el drama es colectivo, no sería el mismo si hacemos zoom a cada historia.
Amnistía Internacional ha alertado sobre las intersecciones de vulnerabilidad para niñas, mujeres y adultas mayores ante las catástrofes naturales. Tras analizar desastres en 141 países, ONU Hábitat da un dato inquietante: ellas tienen 14 veces más probabilidades de morir que los hombres debido a las desigualdades estructurales en cuanto a derechos sociales y económicos.
Incluso en países desarrollados y con menores brechas de género se registran resultados similares. Dos ejemplos: las principales víctimas mortales de la ola de calor que azotó a Francia en 2003 fueron adultas mayores y el huracán Katrina, en Estados Unidos, afectó principalmente a madres afroamericanas.
Cuando pasa el temblor, como cantaba Soda Stereo, quizá muchas preferirían no despertar porque los días agravan riesgos delincuenciales de violencia sexual y captación con fines de Trata de Personas. A nivel de salud física, al cumplir su permanente rol de cuidadoras, las mujeres se enfrentan a desnutrición y malestares crónicos por dejar para otros de su familia los insumos disponibles.
En términos de salud mental, hay miedo, culpa, depresión, ansiedad y estrés postraumático que, al no ser prioritarios para una persona tratando de sobrevivir, simplemente se vuelven parte de lo normal… de la nueva forma de ser tras una tragedia. La resignación y falta de acceso a derechos son una mala combinación.
Una vez que las historias turcas y sirias desaparezcan de la cobertura noticiosa, aún quedará mucho por hacer. No olvidarnos de las y los afectados en esos países es parte de nuestra responsabilidad social.
La Vulneraci N De Las Mujeres Es Uno De Los Actos Que Agravan La Desigualdad En La Vejez
POR AZANETH CRUZ AZANETH.CRUZ
@ELHERALDODEMEXICO.COM
El envejecimiento es la consecuencia de los cambios biológicos de una persona y se relacionan directamente con su condición de vida y su entorno; la vejez, por otra parte, se determina como una etapa, una construcción social que “categoriza, y ubica e indica sus derechos y obligaciones”.
De acuerdo con Verónica Montes de Oca Zavala, titular del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez (SUIEV) de la UNAM, es indispensable comenzar a nombrar a los individuos de este sector de la población como “personas mayores”, concepto que contempla de manera incluyente a mujeres y hombres.
“Generalmente el envejecimiento se ve como un problema social cuando realmente es un milagro, sin embargo, hablar de ello es también hablar de desigualdad y en el caso de las mujeres, es, además, una condición que nos aqueja desde el nacimiento hasta nuestra muerte”, explicó la socióloga y maestra en demografía.
En entrevista, Montes de Oca Zavala indicó que la “vejez” también tiene género, pues no es lo mismo ser mujer mayor, que un hombre mayor. A esto, se suman las desigualdades propias de los contextos, es decir, lo rural, lo urbano y la diversidad cultural.
“No todas las mujeres envejecen igual. Existe una desigualdad mayor para quienes habitan las zonas rurales y para las comunidades indígenas, son víctimas de sus condiciones de vida, por ejemplo, se les dificulta acceder a los servicios de atención a la salud y a las fuentes de empleo”, explicó.
En 2016, de acuerdo con el Instituto Nacional de los Pueblos
1 2 3 l Por cada 100 mujeres de 60 años y más, viven 87 hombres de la misma edad, de acuerdo con Inapam e Inmujeres. l Por cada 100 mujeres de 70 años y más, viven 77 hombres de esas edades, según dichas instituciones. l Montes de Oca fue reconocida con el Mérito en Investigaciones y Acciones Sobre Migración Y Vejez por el Colegio de Michoacán.