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BITÁCORAS DE UN CORAZÓN ROTO Aline Fz (Hidalgo, México

BITÁCORAS DE UN CORAZÓN ROTO

Aline Fz

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Escritora de Pachuca, Hgo. Instagram: @unicornio_de_origami

1 ¿Cómo te despides de alguien que ni siquiera estuvo?

Llega el final de la rutina, el silencio abraza y los pensamientos se vuelven sombras que caminan de aquí para allá. Camino por toda la casa como león enjaulado, me siento absurda intentando no mirar aquel rincón cuando claramente es el más grande y habitado. Apago la luz para intentar dormir, recuerdo la sensación de acurrucarme entre tus brazos y el nudo en la garganta me recuerda que hoy el único abrazo será el del hubiera.

Sobrevivir al insomnio es lo que intento cada noche, sinceramente no sé que es peor, si las vueltas eternas en la cama mientras el fantasma de lo que pudimos ser me atormenta o lograr conciliar el sueño.

Hace días que despierto con la sonrisa más triste por haberte soñado. Durante el día cuando la vida gira tranquila y cuando menos lo espero, sin previo aviso y azotando la puerta se aparece tu sonrisa, esa mirada y el eco de tu risa. Sonrío entonces por ti, por mí y porque alguna vez fuimos nosotros.

Te miro a la distancia y un suspiro me recuerda el aliento que me robaron tus besos. Cierro los ojos tomando una fotografía con mis pupilas, quizás no vuelva a verte, pero eso ya no es lo que esta noche me ha impedido dormir sino esta maldita duda: ¿Cómo te despides de alguien que ni siquiera estuvo?

2 Algo duele, arde, punza y me inmoviliza.

He dicho todo y he recibido un silencio que grita tu indiferencia, que la evidencia aún más. Se me acabaron las excusas para disculparte sin que siquiera lo sospeches. Me duele pensar en aquel último día en que mirarte y volver a sentirte cerca me bastó pero que para ti fue como contar una estrella más en el cielo, que mientras miraba el universo en tus ojos tú ni siquiera reparabas en los míos. Pienso en cada noche que guardé tu lugar en la cama con la esperanza de volver a dormir entre tus brazos cuando tus tormentas cesaran sin saber que ibas por ahí dejando desiertos en otras camas.

Miro la única fotografía que existe, el único registro que atesoré como si se tratase de un vestigio lunar y me pregunto ¿cómo se puede confiar tan ciegamente y lanzarse al espacio teniendo fe en que el cohete no va a estrellarse?

Las dudas crecientes se desvanecen al mirar que te desdibujas, que no te reconozco pero que ahora puedo entender lo que fingiste ser y debo admitir que te salió tan bien. Me dolió la carta que nunca llegó, la respuesta que jamás recibí, el “Lo siento” que nunca escuché y la indiferencia después de aquella tarde que sentí llegar a las estrellas entre tus brazos, pero ahora

entiendo que te dejé mirar cada parte de una galaxia en la que solo estabas de paso y que no te importaba más que tomar un par de estrellas para tu colección. Algo duele, arde, punza y me inmoviliza…realidad, le llaman. Hoy te he mirado por lo que haces y no por lo que dices.

3 Estarás bien.

Me quedo pasmada, pensando que la manera más cobarde de lastimar a alguien es utilizando la frase trillada “No quería lastimarte” y uno se queda sonriendo con incredulidad mientras piensa “No me imagino si hubieras querido”. El corazón late de prisa, como si estuviera dándole vuelta a unos de esos casetes antiguos, para regresar la cinta al punto en que todo sucedió... Sabes que ya no tienes derecho a pedir explicaciones, en realidad nunca lo has tenido.

El amor es libre, uno decide desde su libertad el lugar que da a cada persona. “Todo sucedió tan rápido” la frase que te hace pensar en qué estás haciendo mal para que el dolor no pase así de rápido.

Piensas en cada noche de insomnio mientras ya ni siquiera recordaban tu nombre... comienzas a atar los cabos sueltos, la indiferencia y la distancia cobran sentido. Por un momento te detienes a odiar las circunstancias y buscas justificar los hechos, pero no te engañes, sabemos la verdadera razón. El amor o es o no aún con todas sus variantes, no se termina en un par de semanas de confinamiento.

Te miras al espejo y te sorprendes riendo entre lágrimas, te sientes patética e incluso te odias por haber sido tan ciega. Sé que parece el fin del mundo, que el dolor te impide respirar y el corazón se sale del pecho, pero cuando todo esto pase habrás de conocer un amor increíble, el mismo que quizás ahora no ves porque has empañado el espejo de tanto llorar. Vas a salir de esto, vas a estar bien, te lo prometo. A veces uno necesita estrellarse para entender por qué ese viaje no tenía destino.

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