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Escribir: la quimera del nuevo humano Sup Tupa (Oaxaca, México
«Algo de ficción y algo de experiencia real» Luz María Sepúlveda
Por: * Sup Tupa
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No hay modo de negar que hemos cambiado. La (re) evolución llegó desde hace tiempo y no sólo hemos adaptado nuestros cuerpos, alimentos, costumbres y relaciones a la modernidad tecnológica; también aceptamos – incluso sin saberlo – nuestra inminente desaparición como humanidad para crear algo que hasta este momento no tiene ni pies ni cabeza.
Tal vez lo que se asoma no sea el apocalipsis de la saga The Terminator, donde las máquinas emprenden la aniquilación humana, muy al estilo del cine gringo. En un panel de periodistas y cronistas realizado a principios de este año, se decía que la llamada Inteligencia Artificial (IA) había alcanzado al mundo del periodismo.
Se dijo que en estos momentos de la historia ya hay algoritmos tecnológicos operando en las grandes empresas españolas, mismos que podrían elaborar la nota, noticia o crónica con información que se les suministre.
Los ponentes no lo decían, pero había preocupación, no sólo por la inminente pérdida de empleos, sino porque se asoma la imagen agónica del oficio de escribir. La conclusión de ese hecho es que la acción escribir como un acto humano pierde sentido y fuerza ante un algoritmo informático.
¡Eso no va a pasar! Dicen los optimistas que detrás de su postura hay un ensombrecido rostro de intranquilidad. Lo mismo se dijo ante el inminente ocaso de la televisión y la radio ante su poderoso oponente el internet.
Es innegable reconocer que leemos menos, por supuesto cada vez también son menos los que escriben y la calidad de lo que se escribe naufraga en un mar de incertidumbres.
Hace tiempo en México se decretó que teníamos que seguir la ruta para ser un «País de lectores»; una gran campaña de dinero se desplegó en anuncios y llegaron a los estantes de editoriales y librerías, propuestas de lecturas descafeinadas.
Ninguna de las dos industrias sobrevivirá – editoriales y librerías – sino hacemos una pausa seria, para repensar esos dos propósitos: leer y escribir.
¿Desaparecerá el oficio de escribir como lo conocemos? sí. ¿Las máquinas y su IA nos reemplazaran? sí. ¿Debemos quedarnos sentados a que suceda? no. Como en la mayoría de las distopías conocidas siempre habrá un grupo que se opone a los designios de la tragedia que se avecina.
Recuerdo con cierta penumbra la distópica novela de Ray Bradbury, Fahrenheit 451, en la que retrata a una cofradía clandestina de lectores que se oponía a la extinción y eliminación de los libros, decisión que
Tal vez en un futuro no muy lejano habrá que irse a la clandestinidad para poder escribir.
Alea iacta est
- Sepulveda, Luz María, (2004), La utopía de los seres posthumanos, Fondo Editorial Tierra Adentro, México
Sobre el autor:
Soy creyente de Dios y el Chamuco, fan de los ovnis, de la literatura mamila y los tacos de suadero. Mis opiniones suelen ser tan irrelevantes que nadie las revindica. Las malas lenguas dicen que fui a la escuela, pero lo niego rotundamente. Sigo en espera de trascender las barreras de los likes