Háblanos, “General de las Derrotas” ací en Montecristi un 25 de junio de 1842, fui el quinto hijo de don Manuel Alfaro, emigrante español y Doña Natividad Delgado. En un apacible clima bajo la vigilancia de mi madre dulce y firme como la tierra, crecí robustecido mi cuerpo con el aire limpio que venía del mar. Con los juegos y carreras por el campo me fortalecí física y espiritualmente. Mi niñez fue alegre, y sentía cierto placer en sentarme solo para meditar; el contacto con la naturaleza me daba ímpetus secretos. Ya de joven me distinguí por mis ideas liberales y me entusiasmó la democracia. Todas mis jornadas de lucha se inspiraron en un constante sentido de la libertad; mi existencia la consagré por entero a ese ideal y no di tregua ni declinación, desde los días de guerrillero hasta los de primer magistrado de la Nación.
Como estadística tuve grandes sueños y proyectos para el progreso nacional; el primero de todos ellos fue el plan de ferrocarriles y carreteras, como el medio básico para romper los prejuicios regionalistas y promover el desarrollo interno de la nación. Mi segundo gran sueño fue el avance industrial del país; promoví leyes que protegieran a la industria y desarrollo. Mi tercer sueño fue una reforma social que rompiera el sistema clerical – terrateniente y creara una sociedad más abierta, equitativa y democrática. Hice grandes esfuerzos por romper las cadenas que ataban a las mujeres al mundo de la vida doméstica, la ignorancia y el beaterio. Me preocupé de renovar y pacificar la república, realicé grandes obras que los ecuatorianos mantendrán por siempre en su memoria colectiva. Fundé los colegios: Mejía, Normal Juan Montalvo, el conservatorio de Música, el colegio militar Eloy Alfaro. Protegí a la raza indígena con la abolición de leyes deprimentes y creé otras que favorecieron a los indios. El laicismo fue odiado por los conservadores de mente tullida y dogmática. Las libertades civiles, la libertad de conciencia y pensamiento; es decir, las más caras aspiraciones humanas se consiguieron luego de una lucha tenaz,
EL LIBERALISMO
VIDA EN FAMILIA
SUPLEMENTO DOMINICAL I AÑO 7 I Nº 310
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Vitalidad
Los juegos y los niños...
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En forma
Dieta de la aromaterapia
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Gastronomía
Deliciosos macarrones...
Se constituyó en la vanguardia de sectores populares, sobre todo de la clase media, tenía un abolengo ilustre, por la calidad de hombres honestos que lo representaban con gran fuerza moral como: Juan Montalvo, Pedro Moncayo, Pedro Carbo, Francisco Javier Aguirre, Juan Benigno Vela, Abelardo Moncayo, José Peralta; contaba además con militares como Leonidas Plaza, Julio Andrade, Belisario Torres, Luis Vargas Torres.
LA MUERTE DEL CÓNDOR “Me asesinarán pero mi sangre los ahogará y cimentará al liberalismo” le dije proféticamente a mi amigo ideólogo José Peralta. Durante 17 años entre el poder, el exilio y la revolución se sustentó el partido liberal, cuya unidad se iba menoscabando por las ambiciones personalistas y demagógicas, que llevaron a una infame turba, fanática y enardecida a mi inmolación en El Ejido, junto a otros valientes militares: Flavio Alfaro, Manuel Serrano, Ulpiano Páez y el periodista Luciano Coral, un 28 de enero de 1912, en la ciudad de Quito, “Luz de América”. “La multitud cuando ejerce la autoridad, es más cruel que los tiranos” Sócrates. “No tiene sentido que las personas son iguales ante la ley cuando la ley es mantenedora de la desigualdad” Voltaire. “La democracia exige que los derechos políticos de la ciudadanos se reguarden” Nelson Mandela. “No hay cosa más grande que gente astuta haga daño a un país” Francis Bacon.
El tren Cuenca-Sibambe pasando frente a la Ciudadela Tomebamba en la década de los 80. (Foto Hugo Angüisaca)
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Me tocó saborear lo amargo de la derrota en muchas oportunidades. En el exilio a través de comunicaciones hice amistad con Juan Montalvo, a quien ayudé siempre para que su voz combativa estuviera presente en el país. Así llegó el 5 de Junio de 1895. Magna fecha que despertó un segundo momento en el sentido emancipador; un nuevo amanecer que permitió darle la bienvenida al pensamiento y a la luz del liberalismo que en oleadas incontenibles se difundió, primeramente, en Europa, avanzó luego a Estados Unidos e invadió por fin a nuestra América. Viajé de Panamá a Guayaquil, vitoriano por un pueblo frenético: ¡Viva el Viejo Luchador! ¡Viva el partido liberal!. Era la expresión de un movimiento histórico profundo, de una auténtica revolución. ¡5 de Junio de 1895!.
llena de grandes sufrimientos y reveses para los revolucionarios del 5 de Junio, libramos enfrentamientos en los campos de batalla en condiciones difíciles y tuvimos que luchas en el campo de las ideas contra el torrente de acusaciones, difamaciones y odios miserables.
ellos
Segundo Calle A.
ellas
EL MERCURIO I ENERO 2013 I DOMINGO 27