“ El arte supremo del maestro es despertar el placer de la expresión creativa y el conocimiento”. Albert Einstein
Revista Mensual Libertaria
POR UNA PEDAGOGÍA SIN AUTORIDAD NI REPRESIÓN
ESPECIAL
ARTE:
TEATRO:
CINE:
La Disciplina en la Educación
La imaginación y el arte en la infancia
El Teatro Absurdo
La Noche de los lápices
LITERATURA:
MÚSICA:
EDUCACIÓN:
El Falso principio de nuestra educación
Los Muertos de Cristos
Pedagogía del oprimido
Edición N° 5 / Santiago de Chile / 1 de Noviembre 2012
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REVISTA
El proyecto EDA - Educación antiautoritaria nace con el objetivo de trabajar para la Renovación Pedagógica en Chile y que parta Desde la Conciencia critica de los estudiantes, trabajadores y Todas aquellas personas que solidarice con la transformación del individuo en libertad e igualdad y que se desarrolle “En y para ” la libertad social. En EDA creemos que “ la gran meta de la educación no es el conocimiento sino la acción.” ya que si la generación de conocimiento no lleva a mejorar las cosas en la práctica esto no sirve de nada.
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ESPECIAL
La Disciplina en la educación
La Disciplina es la capacidad de actuar ordenada y perseverantemente para conseguir un bien. Exige un orden y unos lineamientos para poder lograr más rápidamente los objetivos deseados, soportando las molestias que ésto ocasiona. La principal necesidad para adquirir este valor es la Autoexigencia; es decir, la capacidad de pedirnos a nosotros mismos un esfuerzo "extra" para ir haciendo las cosas de la mejor manera. El que se sabe exigir a sí mismo se hace comprensivo con los demás y aprende a Trabajar y a darle sentido a todo lo que hace. La disciplina es indispensable para que optemos con persistencia por el mejor de los caminos; es decir, por el que nos va dictando una conciencia bien formada que sabe reconocer los deberes propios y se pone en marcha para actuar.
Este valor es fundamental y básico para poder desarrollar muchas otras virtudes, sin la disciplina es prácticamente imposible tener fortaleza y templanza ante las adversidades que se presentan día a día. Siempre debemos estar concientes del objetivo que queremos lograr y proponernos al-canzarlo; eso, es eficacia. Ser eficaz es la capacidad de producir resultados; no solamente se debe dar en las áreas en que producimos cosas, sino también debemos dar resultados como alumnos, padres, hijos, hermanos y como ciudadanos. Todo ésto se ve reflejado cuando entregamos una tarea o un trabajo o cuando alguien espera algo más de nosotros; es decir, un determinado resultado. Lo que tenemos que dar es ese resultado y no podemos quedarnos en el esfuerzo ni en las buenas intenciones. Eso, es ser eficaz. La disciplina es el valor de la armonía, por que todo guarda su lugar y su proporción. Los seres humanos debemos tender a nuestra propia armonía de ser, pensando, y actuando siempre en relación a un buen fin. Para conquistar este valor hay que empezar por aprovechar nuestra necesidad de orden en las casas y para ello hay que tenerles un lugar a cada cosa y mantenérselo por medio de la disciplina, poner siempre allí esas cosas. También hay que practicar el orden en el hablar, en el vestir y en nuestras pertenencias. LA DISCIPLINA EN LA EDUCACIÓN "Hay varias formas de disciplina pero por lo general la disciplina es un comportamiento humano, el cual es un comportamiento como una cierta libertad que se rige a ciertas leyes o reglas en cierta forma." "En una institución educativa la disciplina puede ser expresada como un comportamiento en el cual el alumno se rige a las leyes del respeto hacia el profesor y con y para los compañeros del aula."
Si tomamos en cuenta lo antes expresado en los textos tenemos, como resumen que la disciplina en el curso es la forma por la cual el estudiante en cierta forma "entrega" respeto al profesor y los compañeros, aunque más se da el caso hacia el profesor ya que la disciplina la hace el curso entero y por lo tanto tenemos que la INDISCIPLINA ES LA FALTA DE DISCIPLINA por la cual se lleva a la violación de la regla de oro que es dar res- peto y atención al educador en la institución. La disciplina se da por diferentes factores como lo son el medio ambiente y la presión que sufren los educados y es así como la disciplina e indisciplina son propiedades exclusivas de los educados ya que se supone que la disciplina y la indisciplina es un hecho que "favorece" al educador. Una persona puede carecer de disciplina cuando se encuentra bajo una cierta forma de libertinaje; tomemos en cuenta que la libertad de uno acaba cuando comienza la del otro y es por eso que tanto el educador y el educado se merecen respeto y por eso es que hay a veces indisciplina porque a veces el educador sofoca la libertad del educando o hay casos en que el educando abusa de su libertad ocasionando una violación a la libertad del educador. Por lo tanto el educador como el educando se merecen respeto, que en este caso pasaría a ser disciplina. "La disciplina es la entrega de lealtad a ciertas condiciones impuestas por algo o alguien, la indisciplina es la deslealtad o irrespeto a esas condiciones". En conclusión para que haya disciplina en una institución educativa (que en este caso pasaría a ser el aula de un curso) tanto el educador como el educando deben res-petar la libertad del otro y por lo tanto entre los dos debe haber un mutuo respeto. Página 3
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La imaginación y el arte en la infancia VIGOTSKY Lev Semiónovich ARTE E IMAGINACIÓN Llamamos tarea creadora a toda actividad humana generadora de algo nuevo, ya se trate de reflejos de algún objeto del mundo exterior, ya de determinadas construcciones del cerebro o del sentimiento que viven y se manifiestan únicamente en el ser humano. Si obser vamos la conducta del hombre, toda su actividad, percibiremos fácilmente que en ella cabe distinguir dos tipos fundamentales de impulsos. Uno de ellos podría llamarse reproductor o reproductivo; que suele estar estrechamente vinculado con nuestra memoria, y su esencia radica en que el hombre reproduce o repite normas de conducta creadas y elaboradas previamente o revive rastros de antiguas impresiones. Cuando rememoro la casa donde pasé mi infancia o países lejanos que visité hace tiempo estoy recreando huellas de impresiones vividas en la infancia o durante esos viajes. Con la misma exactitud, cuando dibujamos del natural, escribimos o realizamos algo con arreglo a una imagen dada, no hacemos más que reproducir algo que tenemos delante, que ha sido asimilado o creado con anterioridad. Todos estos casos tienen de común que nuestra actividad no crea nada nuevo, limitándose fundamentalmente a repetir con mayor o menor exactitud algo ya existente. Es sencillo comprender la gran importancia que tiene, para toda la vida del hombre, la conser vación de su experiencia anterior, hasta que punto eso le ayuda a conocer el mundo que le rodea, creando y promoviendo hábitos permanentes que se repiten en circunstancias idénticas. Principio orgánico de esta actividad reproductora o memorizadora es la plasticidad de nuestra sustancia ner viosa, entendiendo por plasticidad la propiedad de una sustancia para adaptarse y conser var las huellas de sus cambios. Desde esta perspectiva, diremos que, la cera es más plástica que el agua o que el hierro, porque se adapta a los cambios mejor que el hierro y conser va mejor que el agua la huella de estos cambios. Sólo ambas propiedades, en su conjunto, crean la plasticidad de nuestra sustancia ner viosa. Nuestro cerebro y nuestros ner vios, poseedores de enorme plasticidad, transforman fácilmente su finísima estructura bajo la influencia de diversas presiones, manteniendo la huella de estas modificaciones si las presiones son suficientemente fuertes o se repiten con suficiente frecuencia. Sucede en el cerebro algo parecido a lo que pasa en una hoja de papel si la doblamos por la mitad: en el lugar del doblez queda una raya como fruto del cambio realizado; raya que propicia la reiteración posterior de ese mismo cambio. Bastará con soplar el papel para que vuelva a doblarse por el mismo lugar en que quedó la huella.
Lo mismo ocurre con la huella dejada por una rueda sobre la tierra blanda; se forma una vía que fija los cambios producidos por la rueda al pasar y que sir ve para facilitar su paso en el futuro. De igual modo, las excitaciones fuertes o frecuentemente repetidas abren en nuestro cerebro senderos semejantes. Resulta ser que nuestro cerebro constituye el órgano que conser va experiencias vividas y facilita su reiteración. Pero si su actividad sólo se limitara a conser var experiencias anteriores, el hombre sería un ser capaz de ajustarse a las condiciones establecidas del medio que le rodea. Cualquier cambio nuevo, inesperado, en ese medio ambiente que no se hubiese producido con anterioridad en la experiencia vivida no podría despertar en el hombre la debida reacción adaptadora. Junto a esta función mantenedora de experiencias pasadas, el cerebro posee otra función no menos importante. Además de la actividad reproductora, es fácil advertir en la conducta del hombre otra actividad que combina y crea. Cuando imaginamos cuadros del futuro, por ejemplo, la vida humana en el socialismo, o cuando pensamos en episodios antiquísimos de la vida y la lucha del hombre prehistórico, no nos limitamos a reproducir impresiones vividas por nosotros mismos. No nos limitamos a vivificar huellas de pretéritas excitaciones llegadas a nuestro cerebro; en realidad nunca hemos visto nada de ese pasado ni de ese futuro, y sin embargo, podemos imaginarlo, podemos formarnos una idea, una imagen. Toda actividad humana que no se limite a reproducir hechos o impresiones vividas, sino que cree nuevas imágenes, nuevas acciones, pertenece a esta segunda función creadora o combinadora. El cerebro no sólo es un órgano capaz de conser var o reproducir nuestras pasadas experiencias, sino que también es un órgano combinador, creador; capaz de reelaborar y crear con elementos de experiencias pasadas nuevas normas y planteamientos. Si la actividad del hombre se limitara a reproducir el pasado, él sería un ser vuelto exclusivamente hacia el ayer e incapaz de adaptarse al mañana diferente. Es precisamente la actividad creadora del hombre la que hace de él un ser proyectado hacia el futuro, un ser que contribuye a crear y que modifica su presente. A esta actividad creadora del cerebro humano, basada en la combinación, la psicología la llama imaginación o fantasía, dando a estas palabras, imaginación y fantasía, un sentido distinto al que científicamente les corresponde. En su acepción vulgar, suele entenderse por imaginación o fantasía a estas palabras,
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De ahí se desprende fácilmente que nuestra habitual representación de la creación no encuadra plenamente con el sentido científico de la palabra. Para el vulgo la creación es privativa de unos cuantos seres selectos, genios, talentos, autores de grandes obras de arte, de magnos descubrimientos científicos o de importantes per feccionamientos tecnológicos. Reconocemos y distinguimos con facilidad la creación en la obra de Tolstoi, Edison o Dar win, pero nos inclinamos a admitir que esa creación no existe en la vida del hombre del pueblo. Pero, como ya hemos dicho, semejante concepto es totalmente injusto. Un gran sabio ruso decía que: así como la electricidad se manifiesta y actúa no sólo en la magnificencia de la tempestad y en la cegadora chispa del rayo sino también en la lamparilla de una linterna de bolsillo; del mismo modo, existe creación no sólo allí donde se originan los acontecimientos históricos, sino también donde el ser humano imagina, combina, modifica y crea algo nuevo, por insignificante que esta novedad parezca al compararse con las realizaciones de los grandes genios. Si agregamos a esto la existencia de la creación colectiva, que agrupa todas esas aportaciones insignificantes de por sí, de la creación
Desconocemos el nombre de los autores de la gran mayoría de los descubrimientos, como justamente advierte Ribot, y la comprensión científica de esta cuestión nos hace ver en la función creadora más bien una regla que una excepción. Es cierto que las cotas más elevadas de la creación son, hoy por hoy, sólo accesibles para un pequeño grupo de grandes genios de la humanidad, pero en la vida que nos rodea, cada día existen todas las premisas necesarias para crear; y, todo lo que excede del marco de la rutina encerrando siquiera una mínima partícula de novedad tiene su origen en el proceso creador del ser humano. Entendiendo de este modo la creación, vemos fácilmente que los procesos creadores se advierten ya con toda su intensidad desde la más temprana infancia. Entre las cuestiones más importantes de la psicología infantil y la pedagogía figura la de la capacidad creadora en los niños, la del fomento de esta capacidad y su importancia para el desarrollo general y de la madurez del niño. Desde la temprana infancia encontramos procesos creadores que se aprecian, sobre todo, en sus juegos. El niño que cabalga sobre un palo y se imagina que monta a caballo, la niña que juega con su muñeca creyéndose madre, niños que juegan a los ladrones, a los soldados, a los marineros. Todos ellos muestran en sus juegos ejemplos de la más auténtica y verdadera creación. Verdad es que, en sus juegos, reproducen mucho de lo que ven, pero bien sabido es el inmenso papel que pertenece a la imitación en los juegos infantiles. Son éstos, frecuentemente, un mero reflejo de lo que ven y escuchan de los mayores, pero dichos elementos de experiencia ajena no son nunca llevados por los niños a sus juegos como eran en la realidad. No se limitan en sus juegos a recordar experiencias vividas, sino que las reelaboran creadoramente, combinándolas entre sí y edificando con ellas nuevas realidades acordes con las aficiones y necesidades del propio niño. El afán que sienten de fantasear las cosas es reflejo de su actividad imaginati va, como en los juegos.
La imaginación yel arte en la infancia
Toda invención -dice Ribot- grande o pequeña, antes de realizarse en la práctica y consolidarse, estuvo unida en la imaginación como una estructura erigida en la mente mediante nuevas combinaciones o correlaciones, (...) Se ignora quién hizo la gran mayoría de las invenciones; sólo se conocen unos pocos nombres de grandes inventores. La imaginación siempre queda, por supuesto, cualquiera que sea el modo como se presente: en personalidades aisladas o en la colectividad. Para que el arado, que no era al principio más que un simple trozo de madera con la punta endurecida al fuego, se convirtiese de tan simple instrumento manual en lo que es ahora después de una larga serie de cambios descritos en obras especiales ¿quién sabe cuánta imaginación se habrá volcado en ello? De modo análogo, la débil llama de la astilla de madera resinosa, burda antorcha primitiva, nos lleva a través de larga serie de inventos hasta la iluminación por gas y por electricidad. Todos los objetos de la vida diaria, sin excluir los más simples y habituales, viene a ser algo así como la imaginación cristalizada.
individual, comprenderemos cuán inmensa es la parte que de todo lo creado por el género humano corresponde precisamente a la creación anónima colectiva de inventores anónimos.
ARTE
imaginación y fantasía, un sentido distinto al que científicamente les corresponde. En su acepción vulgar, suele entenderse por imaginación o fantasía a lo irreal, a lo que no se ajusta a la realidad y que, por lo tanto, carece de un valor práctico serio. Pero, a fin de cuentas, la imaginación, como base de toda actividad creadora, se manifiesta por igual en todos los aspectos de la vida cultural haciendo posible la creación artística, científica y técnica. En este sentido, absolutamente todo lo que nos rodea y ha sido creado por la mano del hombre, todo el mundo de la cultura, a diferencia del mundo de la naturaleza, es producto de la imaginación y de la creación humana, basado en la imaginación.
El teatro del absurdo If Charlie Chaplin and Pablo Picasso were locked together in a theater, the result just might be the American Conser vator y Theater's revival of Waiting for Godot. La creencia de que el mundo tiene sentido tuvo su década de caducidad en los años cincuenta, principalmente entre los artistas (en el caso que nos concierne, escritores) cuyo trabajo resultaba ser una reacción del tradicional teatro occidental. El principal de estos artistas que abordaremos más a profundidad en el presente análisis es Samuel Beckett, escritor francés, quien veía el centro de la existencia como una nada (vaciedad) que elude continuamente al hombre absurdo. La derrota es imperativa en el viaje del hombre hacia la nada. La aceptada creencia de que el mundo tiene sentido es perturbada y reemplazada por un mundo donde las palabras y las acciones pueden ser completamente contradictorias. Bajo estas contradicciones que oculta el ser humano perdido de sentido, subyace la realidad amarga y grotesca, absurda de las vivencias de las guerras mundiales, de la decadencia de las relaciones humanas, y del ser humano en sí mismo. Por medio de los elementos que constituyen al teatro, se lleva a cabo la construcción del sin sentido: sin sentido de una trama circular, de personajes que se degradan a lo largo de la obra, de objetos excesivos o escasos, pero siempre absurdos. El objetivo del presente trabajo es analizar cómo se lleva a cabo dicha construcción, con base en investigación bibliográfica de textos especializados en la materia, y análisis directo de la obra Esperando a Godot, de Samuel Beckett. 1.− El teatro y sus elementos de análisis Para realizar el análisis de la obra del Teatro del Absurdo tomaremos los siguientes conceptos: Texto dramático: este concepto se refiere a la historia de la obra y los acontecimientos que se llevan a cabo en el texto escrito. Los Personajes: para este rubro se identifica la clasificaciónn que realizan Greimas y Todorov Greimas: − Actantes: Adyubante Oponente Agresor Daño Agredido −Actores: Toman nombre y dejan de ser sólo agresor − Tipología intratextual - Protagonista: de él depende la narración
- Antagonista: obstaculiza la acción o contradice al protagonista - Testigo: adyubante (intromisión del autor) - Secundario: cumple las funciones de extra (relleno) - Héroe: depende de la ideología social del autor y lector Todorov: Estáticos / Dinámicos: se refiere a los espacios que ocupa en la obra, si salen de un espacio y entran a otro o solo permanecen encerrados en un solo espacio Principales / Secundarios / Incidentales: lo determina su importancia en la obra, el principal es en jerarquía el de mayor importancia, el secundario en un escalón menor y los incidentales inclusive pueden ser efímeros y sin importancia Densos o esféricos / Chatos o planos: dentro de la obra los llegas a conocer a profundidad ( sus gustos, sus frustraciones etc.) o solo los conoces super ficialmente. Espacio: para el espacio tomamos la siguiente clasificaciónn realizada por Bobes: Ámbito escénico: conjunto formado por el lugar de la acción o escenario y lugar del espectáculo sala o patio de butacas · Espacio escénico: lugar ficticio en los que se desarrolla · Espacio explícito: planteado en la obra · Espacio implícito: ambiente, tensión, sensación causada en el lector o espectador. Signos: utilizaremos la siguiente clasificaciónn del signo teatral · Icono Cualidades que permiten representar la cosa u objeto Representación visual o verbal (decorado, acciones, personajes) · Índice Signo que remite al objeto que denota (veleta = viento) No representa, señala (gestual, espacial, temporal, social, ambiente) · Símbolo Se puede constituir por un icono o por un índice Es interpretado, culturalmente codificado El espectador establece la relación Pueden ser visuales o verbales Tiempo 2.− Análisis de los elementos definitorios del teatro del absurdo Los elementos constitutivos del teatro son: tiempo, trama /tema, espacio /ambiente, lenguaje, personajes y
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Cada elemento será analizado con base en la obra Esperando a Godot , de Samuel Beckett, y a fuentes bibliográficas, hemerográficas y electrónicas, para determinar cómo se construye el sin sentido en el teatro del absurdo.
Los personajes en la literatura, y en específico en el teatro, están íntimamente ligados al lenguaje que producen y que los delimita. Por medio de frases simples, un personaje pasa del letargo a la excitación, al enojo, y de regreso al letargo. Por ejemplo, en Esperando a Godot el lenguaje verbal y no verbal no se limita a las necesidades o deseos físicos de los personajes (como el hambre física de Gogo, quien desea las zanahorias y huesos de pollo) sino que se extiende a las necesidades metafísicas de los personajes, para transmitir el vacío, la alineación y el sin sentido (el hambre de Didi de esperanza y salvación):
Cada uno de los elementos analizados es una parte constitutiva de toda obra de teatro, y cabe resaltar que a pesar de contar con todos los elementos necesarios que la clasifican como obra de teatro, Samuel Beckett cfeó en Esperando a Godot una obra que es claramente absurda en su manejo de los elementos teatrales. Los personajes son el elemento que de modo más tajante construyen el sin sentido por medio de sus diálogos, de su psicología y de su presencia. Por ello se profundizará más en su análisis. Sin embargo, dado que el uso lenguaje es muy rico para determinar la cimentación del sin sentido, el análisis de los diálogos como lenguaje se tratará en un segmento aparte, al igual que los elementos tiempo, espacio, y objetos. 2.1.− Construcción del sin sentido por medio de los personajes La obra de teatro de Samuel Beckett Esperando a Godot, es una de las más representativas del teatro del absurdo y es una de las principales causas del gran reconocimiento que se le ha dado a su autor, quien recibiera el premio Nobel en 1969. Después de su primera representación está obra causó un gran impacto y se ha ganado, a partir de ese momento, el calificativo de clásica gracias a sus innumerables puestas en escena en todas partes del mundo; representaciones que siguen, y seguramente seguirán estando vigentes por muchos años más, ya que su tema principal es la condición humana. Esperando a Godot es una historia que gira alrededor de dos personajes principales llamados Estragon y Vladimiro, los cuales parecen estar ligados entre sí por una especie de solidaridad, que no puede ser del todo explicada, si no es por el objetivo común de la espera de un tercer personaje llamado Godot. Los personajes en Esperando a Godot tienen su origen en la obra pictórica de Caspar David Friedrich intitulada Dos hombres contemplando la luna (1819) el cual es reconocido por el propio Samuel Beckett como el cuadro como el causante de su obra de teatro Esperando a Godot por lo que enuncia en 1937: Agradable predilección por dos hombres flacos y lánguidos en sus paisajes, como el pequeño paisaje lunar, el único tipo de romántico aún tolerable. De aquella imagen del lienzo
Para realizar el análisis de los personajes es necesario considerar que el narrador no existe, por lo cual no hay posibilidad alguna de conocer con premeditación los sucesos que podrían ocurrir en la obra, es decir no hay posibilidad de predecir los eventos a desarrollarse. Por ejemplo, en el siguiente fragmento se demuestra quiénes y cómo son los personajes principales: (Cada uno coge una punta de la cuerda y tiran. La cuerda se rompe. Están a punto de caer.) Vladimiro: No sir ve para nada. (Silencio). Estragón: ¿Dices que mañana hay que volver? Vladimiro: Sí. Estragón: Pues nos traeremos una buena cuerda. Vladimiro: Eso es. (Silencio). Estragón: Didi. Vladimiro: Sí. Estragón: No puedo seguir así. Vladimiro: Eso es un decir. Estragón: ¿Y si nos separásemos? Quizá sería lo mejor. Vladimiro: Nos ahorcaremos mañana. (Pausa) A menos que venga Godot. Estragón: ¿Y si viene? Vladimiro: Nos habremos salvado. Este fragmento es muy representativo en el texto porque en el se demuestra la manera en que los personajes se comunican de una manera algo desorganizada, y sin tomar mucho en cuenta nada, a excepción de el encuentro con Godot.
El Teatro Absurdo
de Friedrich, surgen los personajes Didi y Gogo, más conocidos en la obra de Samuel Beckett, Esperando a Godot, como Vladimir y Estragón.
TEATRO
objetos, que en el caso del teatro del absurdo resultan de gran importancia, como se expondrá en el análisis dentro de este apartado.
EL FALSO PRINCIPIO DE NUESTRA EDUCACIÓN Max Stirner Ensayo escrito a petición de Mar x y publicado en el Rheinische Zeitung, casi en mitad del siglo XIX. Como señala Christian Ferrer en la presentación de la versión castellana publicada en la colección de folletos Etcétera: "La especificación de fecha no es caprichosa, pues en aquel entonces promediaba el cuarto creciente de la época de la escolarización masiva, una de las consignas fundamentales del proyecto de la ilustración. (...) Stirner percibe a la educación como nutrición del espíritu, como un modo de personalización del saber, como medio para la formación del carácter. Cuando el saber es pensando como materia prima a ser transmutada en voluntad, entendemos que la esencia del conocimiento consiste en favorecer las metamor fosis del Ser. Para Stirner, el ser humano es una crisálida perpetua." Nuestra época pugna por encontrar la palabra que defina a su Espíritu; se suceden los nombres que pretenden ser el verdadero verbo. Por doquier reina en nuestro tiempo el más alegre desconcierto entre los diferentes partidos. Los aguiluchos del presente se agolpan en torno a la herencia descompuesta del pasado. Los cadáveres políticos, sociales, religiosos, artísticos y morales se amontonan ya por todas partes. Y si nadie los elimina de una vez para siempre seguirán infestando el aire y sofocando el aliento de los vivientes. La época no hallará su justa palabra sin nuestro empeño, y todos debemos participar en ello. Pero, si tanto nos concierne, debemos preguntarnos, y con razón, qué se ha hecho y se piensa hacer de nosotros; debemos preguntarnos por esa educación con la que se nos pretende hacer capaces de crear aquella palabra. ¿Se educan a propósito nuestras disposiciones para que seamos creadores, o se nos trata puramente como criaturas cuya naturaleza no admite más que la doma? Es una cuestión tan crucial como sólo puedan serlo cualquiera de las cuestiones sociales y, más aún, es la más vital de todas ellas por cuanto las cuestiones sociales se asientan sobre aquella premisa. Sed algo más capaces y vuestras obras serán también más capaces; sed "cada uno de vosotros más pleno en sí mismo" y vuestra sociedad, vuestra vida comunitaria, será también más plena. De ahí que, por encima de todas las cosas, nos preocupe aquello que se hace de nosotros en la época de nuestra educación. De ahí que el problema de la educación sea una cuestión vital. Es algo que en nuestros días salta suficientemente a la vista, tanto más cuanto que desde hace años ese tema se debate con un ardor y una franqueza que sobrepasan con mucho -si más no, porque no se las tiene que ver con los obstáculos de un poder arbitrario- el de las controversias políticas. Un honorable veterano que,
como el difunto profesor Krug, supo conser var su vigor y su ambición hasta una avanzada edad, el profesor Theodor Heinsius, ha tratado recientemente de avivar una vez más el interés por esta cuestión con un pequeño libelo. Lo titula "Concordato entre la escuela y la vida o la mediación entre el Humanismo y el Realismo, considerado desde un punto de vista nacional. Berlín 1842". Dos son los partidos que pugnan por la victoria, recomendándonos cada uno de sus respectivos principios educativos como el mejor y más adaptado a nuestras necesidades: los Humanistas y los Realistas. Sin que pretenda desavenirse con unos o con otros, Heinsius discurre tan suave como conciliadoramente, creyendo mostrar lo justo de ambos principios y cometiendo, en realidad, la mayor injusticia al problema mismo al tratarlo con tal cortante perentoriedad. Ese escarnio contra el espíritu de la cuestión sigue siendo la irremediable herencia de todos los mediadores pusilánimes. Los "concordatos" no son más que recursos equívocos: ¡O el pro o el contra! ¡Franco como un hombre! Y sobre el estandarte: ¡Ser esclavo o ser libre! También los dioses descendieron del Olimpo, para luchar desde los bastiones de su partido. Antes de llegar a sus propias propuestas, Heinsius expone una visión sucinta del desarrollo histórico desde la Reforma. El período comprendido entre la Reforma y la Revolución -lo que sin más fundamentos deseo suscribir, pues pienso desarrollarlo más detalladamente en otro lugarse caracteriza por la relación entre quienes detentan la mayoría de edad y los que no la tienen, entre los dominantes y los ser vidores, entre los poderosos y los dominados y es, en suma, una época de ser vidumbre. Dejando al margen otras razones que pudieran justificar una superioridad, erigió la educación como la potestad de quien detentaba el poder sobre los débiles y desposeídos, convirtiéndose el sabio, fuera grande o mediocre, en el poderoso, fuerte e impositor: en una autoridad. No todos podían estar llamados a este poder y esta autoridad, y por ello tampoco la educación estaba destinada a todos, pues una educación general se contrapone a aquel principio. La educación proporciona la superioridad y convierte en señor: por eso en aquella época de señoría constituía un instrumento para el desempeño del poder. Tan sólo la revolución fue capaz de echar a pique la economía de señores y sier vos, instaurando el principio vital: ¡Que cada cual sea su propio señor! A ello iba ligada la necesaria consecuencia de que la educación, la cual, ciertamente, proporciona el señorío, se convirtiera a partir de entonces en una educación universal, planteándose así la tarea de buscar una educación verdaderamente universal. La aspiración a esa
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formación universal que fuera accesible para todos tuvo que desembocar en una lucha contra la educación exclusivista tan tenaz- mente mantenida y, en este sentido, la Revolución también tuvo que desenfundar sus armas contra la aristocracia de la época de la Reforma.
El Estado me da una educación y una instrucción adecuada a él y no a mí.
El Falso principio de la educación
La idea de una educación universal chocó con el principio de la formación exclusivista, desencadenándose una guerra y unas luchas que se han venido sucediendo, a lo largo de diferentes etapas y bajo las más diversas banderas, hasta nuestros días. Heinsius ha designado los campos litigiosos de este combate con los nombres de Realismo y Humanismo, nombres que conser varemos como los más idóneos por poco acertados que sean. Hasta el siglo XVIII, en que la Ilustración comenzó a difundir sus luces, la llamada educación superior se encontraba, sin el menor veto, en manos de los humanistas y se basaba exclusivamente en la interpretación de los clásicos de la Antigüedad. Junto a ella existía otra educación que, aún apoyándose en el modelo de la Antigüedad, se basaba fundamentalmente en el estudio minucioso de la Biblia. Que en ambos casos se eligiera la mejor formación del mundo antiguo como única materia de enseñanza muestra cuán poco valor con cedía a la vida y cuán lejos nos hallábamos de crear las formas de la belleza a partir de nuestra propia originalidad y el contenido de la verdad a partir de nuestra propia razón. Forma y materia era algo que debíamos aprender, y no éramos por consiguiente, más que aprendices. Y así como el mundo antiguo señoreaba sobre nosotros a través de los clásicos y de la Biblia -lo que puede verificarse históricamente-, así también el señorío o la ser vidumbre se convirtieron en la esencia de toda nuestra actividad. Esas características propias de la época nos explican así por qué se aspiraba tan ingenuamente a la "educación superior" y se ponía tanto empeño en distinguirse mediante ella del pueblo común. Aquel que tenía formación se convertía por eso mismo en señor del inculto. Y una educación popular se consideraba impropia pues el pueblo debía permanecer, frente al señor culto, en la casta de los laicos, admirando y venerando el señorío ajeno. Fue así como el saber evolucionó, sobre la base del latín y el griego, al romanismo. Sin embargo, no pudo evitarse que esta educación cayese con el tiempo en lo puramente formal, ya fuera porque únicamente era capaz de conser var las puras formas, el simple esqueleto del arte y la literatura de una Antigüedad muerta y enterrada desde tiempos remotos, o, sobre todo, porque el dominio sobre los demás hombres no podía conseguirse ni mantenerse más que a través de lo formal: sólo se requiere un cierto grado de habilidad espiritual para desempeñar la hegemonía sobre los inhábiles. La llamada educación superior era, por ese mismo motivo, una formación elegante, una sensus omnis elegantiae, una formación del gusto y del sentido de las formas que, a fortiriori, amenazaba con convertirse en una simple educación gramatical -la cual llegó a per fumar hasta tal punto la lengua alemana con las esencias del latium que incluso en nuestros días podemos admirar las más exquisitas construcciones sintácticas latinas en obras
como la Fue a partir de la Ilustración cuando el espíritu de la oposición se alzó contra ese formalismo. Y fue entonces cuando la reivindicación de una formación humana accesible a todos se añadió al reconocimiento de los derechos inalienables y generales del hombre. La educación de los Humanistas mostraba claramente la ausencia de una formación real capaz de llegar a la propia vida, planteando así la necesidad de una educación práctica. Si se llegaba a introducir las materias de la vida en la escuela y ofrecer a través de ella algo que todos pudieran utilizar, si se conseguía atraer a todos a esta preparación para la vida y destinar la escuela a ella, también se volverían super fluos los señores sabios y su saber exclusivo, y el pueblo pondría fin a su condición de laico. Acabar con la casta de sacerdotes del saber y la del pueblo laico es el objetivo al que aspira el Realismo y la razón por la que éste deja a sus espaldas al Humanismo. La apropiación de las formas clásicas de la Antigüedad comenzó a dejarse de lado y, con ello, el señorío de la autoridad perdió su nimbo. La época se insurgió contra el tradicional respeto por la sabiduría, como se rebeló contra todo tipo de veneración. El privilegio, fundamental de los sabios, la formación general se convirtió en un beneficio de todos. Y sin embargo, se preguntaban: ¿qué otra cosa es la formación general sino la facultad, por decirlo trivialmente, de "hablar sobre todas las cosas" o, por expresarlo más seriamente, de señorear sobre todas las materias? Se constató que la escuela no sólo estaba rezagada respecto de la vida por sustraerse al pueblo, sino también por haber omitido una formación universal en beneficio de la educación exclusiva, dejándose de fomentar en las escuelas el aprendizaje de toda una serie de materias que la vida misma nos imponía. Y en realidad, se pensaba, la escuela debe establecer las directrices de nuestra conciliación con todo lo que la vida nos depara, procurando que ninguno de los objetos con los que tengamos que encontrarnos en el futuro resulten completamente extraños y ajenos al ámbito de nuestro dominio. Por eso se trató con la mayor urgencia de llegar a una familiarización con las cosas y contextos del presente, adaptándose una pedagogía susceptible de aplicarse a todos, pues tenía que satisfacer la necesidad común a todos de reconocerse en el mundo y en la época. Y fue así cómo los fundamentos de los derechos humanos adquirieron vida y realidad en el campo de la pedagogía: la igualdad, en la medida en que aquella formación comprendía a todos, y la libertad, toda vez que el aprendizaje de materias útiles llevaba a la independencia y la autonomía.
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La Noche de los Lápices
La noche de los lápices, de Héctor Olivera, es una película estrenada el 4 de septiembre de 1986 que, partiendo del libro homónimo de María Seoane y Héctor Ruiz Nuñez, recrea el suceso real conocido por el mismo nombre: en septiembre de 1976, durante los primeros meses de la dictadura cívico-militar argentina, siete adolescentes de la ciudad de La Plata fueron secuestrados, torturados y asesinados por reclamar el boleto estudiantil, una reducción en el precio de los billetes de transporte para estudiantes.
Centrado más en el desarrollo psicológico de los personajes que en el contexto económico y social, la película narra la historia de una manera que podría desarrollarse en cualquier régimen autoritario, concentrándose en la situación de los seres humanos bajo extrema presión. Fue dirigida por Héctor Olivera y protagonizada por Alejo García Pintos, Vita Escardó, Pablo Novak, y Leonardo Sbaraglia. .
La película narra la historia desde el comienzo de las protestas estudiantiles hasta 1980, cuando el único sobreviviente fue liberado. La primera parte desarrolla la actividad de los adolescentes, concluyendo con la razzia en la que fueron secuestrados y encarcelados; la segunda narra las circunstancias de la prisión, la tortura y muerte de los jóvenes, desarrollando paralelamente la situación de los encarcelados, de sus familias y de sus captores.
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La policía ya estaba preparada para resolver esta protesta, de modo que ante la llegada de los estudian tes, reprimieron e hirieron a muchos jóvenes. María Clara Ciocchini, Claudia Falcone, Claudio de Acha, Daniel Racero, Horacio Húngaro, y Francisco López Muntaner pertenecían a un grupo político, lo cual fue causa de lo que luego pasaría. En la madrugada del 16 de septiembre del 1976 entre las 0.30 y las 5.00 llegó una comisión militar a cada una de las casas de los estudiantes que pertenecían al grupo político. Los secuestradores, que dijeron ser policías de La Plata, fueron sacando de sus casas a los jóvenes mientras los maltrataban y amenazaban a sus padres con armas. Con el secuestro de los seis estudiantes se dio inicio al hecho ocurrido conocido como La Noche de los Lápices. Amordazados, fueron llevados a un centro de detención clandestino junto a otros estudiantes que habían participado en las protestas. Fueron torturados con picanas (pringues eléctricos) o arrancándoles las uñas para tratar de sacarles información sobre los grupos políticos a los que pertenecían y sobre el movimiento de protesta; las jóvenes, dos de las cuales se encontra ban embarazadas, fueron violadas. Luego fueron traspasados a cuartos pequeños e individuales, los chicos en calzoncillos amordazados y con los ojos vendados. Se les alimentó con agua y pan únicamente. La mayoría de los estudiantes secuestrados fueron asesinados y sus cadáveres hechos desaparecer. Gracias a los relatos de Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes, se pudo reconstruir esta parte de la historia y realizar la película.
La Noche de los Lápices
A unos estudiantes de diferentes colegios se les quitó el «boleto estudiantil», que suponía un descuento en el precio del transporte. Por esta razón, realizaron una protesta en la que participaron miles de jóvenes de los colegios de Bellas Artes, el Colegio Nacional y la Escuela Nacional.
CINE
Sinopsis
Los Muertos de Cristo (LMDC) fue una banda de punk nacida en Utrera, Sevilla (España) en 1989, de ideología anarquista. Tras muchos conciertos a sus espaldas, anunciaron su disolución en el BaituRock del año 2006, si bien publicaron su último disco (Rapsodia Libertaria vol. 3) el 9 de noviembre del año 2009, antes de su retirada definitiva tras hacer una última gira. Algunos de sus componentes posteriormente crearon el grupo El Noi del Sucre. Trayectoria El grupo se creó en 1989 y dio su primer concierto un año más tarde en su localidad natal, Utrera. El concierto fue suspendido cuando el grupo había interpretado sólo cinco canciones, porque el público, entusiasmado, comenzó a bailar un pogo, interpretado por la organización del concierto como una pelea. Además, el cantante, Lorenzo Morales, se lanzó desde el escenario espontáneamente y cuando intentó volver a subir los guardias de seguridad se lo impidieron, creyendo que era un componente del público, con lo cual el grupo se quedó sin cantante. Tras este duro comienzo gastaron
la mitad del dinero ganado en un vehículo para el transporte y una batería de mejor calidad, mientras que con el resto grabaron su maqueta de tan sólo cinco canciones porque no pudieron pagar lo suficiente para incluir más. En 1994 comenzaron a grabar su primer disco, "A las barricadas", que no vio la luz hasta el año siguiente por problemas económicos de la discográfica. Ese mismo año comenzaron a sacar su nuevo disco, "Cualquier noche puede salir el sol", que comenzó a venderse en 1996. La discográfica no había recuperado el dinero invertido en el primer disco y el grupo tuvo que pedir un préstamo para poder pagar el segundo. Para evitar que estos problemas se repitieran, crearon su propio sello llamado "Producciones Cualquier Noche", y así en 1997 salió a la luz el disco "Los Olvidados", su primer disco autogestionado. No obstante, aquel experimento no siguió funcionando por problemas laborales (los miembros del grupo no podían tener a la vez su trabajo normal y el de la discográfica), así que su siguiente disco lo publicaron bajo el sello "Potencial Hardcore" en 1999: el disco se tituló "Los pobres no tienen patria".
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la obra Rapsodia libertaria (volumen I y II) que está formada por libros que suman unas 400 páginas. Está previsto que Rapsodia libertaria volumen III también tenga su correspondiente libro.
En 2003 crearon un nuevo sello propio, llamado "Odisea Records". Bajo él, publicaron el disco "La gran estafa del Rock 'n' Roll". La canción `` la gran estafa del rock and roll´´ habla sobre una banda que vendió todo a una empresa multinacional llamada Sony. Además este disco relataba la historia del grupo y venía acompañado de un cómic. El sello funcionaba bien y pusieron en marcha su proyecto más ambicioso, llamado "Rapsodia libertaria": tendría tres partes, cada uno acompañado de un libro informativo acerca del movimiento libertario. Hasta ahora han sacado a la luz los volúmenes 1, 2 y 3 en 2004, 2007 y 2009 respectivamente.
Los Muertos de Cristo han protagonizado numerosos hechos polémicos. Uno de ellos tuvo lugar durante uno de sus primeros conciertos, la 5ª Muestra de Rock de Utrera, organizada por el Área de Juventud y el Ayuntamiento utrerano, quienes dijeron al grupo que con dicho nombre no podían actuar, que tenían que cambiarlo o abreviarlo a las siglas M.C. Inicialmente el grupo pensó en no tocar, pero finalmente acordaron abreviar el nombre y éste fue incluido en el cartel. Al mismo tiempo, el grupo elaboró carteles alternativos, con el nombre "Los Muertos de Cristo" bien grande y legible, junto a un letrero que rezaba: "Por la libertad de expresión". La noche anterior al concierto se dedicaron a pegarlos por toda utrera y los pueblos de los alrededores, y así al día siguiente aparecieron todos los carteles del concierto con el nombre completo del grupo, frustrando los deseos de la organización de censurar el nombre del grupo.
El 22 de julio de 2006, en el festival de rock llamado BaituRock anunciaron su disolución, tras lo cual realizaron una gira de despedida por varios lugares de España, que posteriormente se fue ampliando hasta durar casi dos años, incluyendo festivales como el Lumbreras Rock o el Extremúsika. Sus últimos conciertos en España fueron en la sala El Grito de Madrid, los días 9, 10, 17 y 31 de mayo. Posteriormente hicieron una gira de despedida por Latinoamérica, donde dieron sus últimos conciertos. El día 28 de junio tocaron por última vez en el Court Central del Estadio Nacional de Chile. Todo el material del grupo fue cedido a la Fundación Anselmo Lorenzo, organismo cultural de la anarcosindical Confederación Nacional del Trabajo, en la que militan sus miembros. Tras la finalización de este proyecto, el cantante, Lorenzo Morales, se ha involucrado en el grupo El Noi del Sucre, realizando su presentación en el festival Extremúsika. Particularidades El nombre se debe al pensamiento ateo de sus integrantes en conmemoración de todas las personas asesinadas en nombre de Dios, además también se eligió para poner contra las cuerdas la (según ellos) falsa libertad de expresión que hay en España y demostrar la censura existente ([1]), cosa que lograron ya que por culpa del nombre tuvieron innumerables problemas en sus primeros años, tales como pérdida de contratos ya firmados, dificultades para encontrar un lugar donde tocar o carteles arrancados de la calle. La banda se caracteriza por sus letras altamente politizadas. Lorenzo Morales, cantante de la banda y motor de la misma, a la hora de realizar las actuaciones en vivo suele acompañar su actuación con diferentes disfraces que utiliza (aunque siempre llevando un antifaz pintado) como parodia y para dar más realismo a las letras que está interpretando. Exceptuando los álbumes "A las barricadas", "Cualquier noche puede salir el sol" y "Los pobres no tienen patria", todos sus discos han sido autogestionados. La mayoría contienen libretos informativos, a excepción de La Gran Estafa del Rock'n'Roll, que dispone de un libro cómic y
Los Muertos de Cristo
A principios de 2002 sacaron un doble cd en directo llamado "Bienvenidos al infierno". Más tarde realizaron una gira por toda España y algunas ciudades de México.
Música
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Pedagogía del Oprimido (Paulo Freire) CAPITULO I La
justificación
de
la
pedagogía
del
oprimido.
La contradicción opresores - oprimidos, su superación. La situación concreta de opresión y los oprimidos. Nadie libera a nadie, ni nadie se libera sólo. Los hombres se liberan en comunión. Freire sustenta una pedagogía en la que el individuo aprenda a cultivarse a través de situaciones de la vida cotidiana que él vive, misma que aporta experiencias útiles para generar situaciones de aprendizaje. No se trata de una pedagogía para el oprimido, por el contrario, de él; el sujeto debe construir su realidad a través de las circunstancias que generan el devenir cotidiano. Los textos que el individuo construye le permiten reflexionar y analizar el mundo en que vive, pero no para adaptarse a él, sino para reformarlo. El método de aprendizaje de Paulo Freire no es simplemente de reproducir las palabras ya existentes, sino que éstas se crean y le permiten hacer conciencia de la realidad para luchar por su emancipación, puesto que algunos adquieren una conciencia ingenua en la que se dan cuenta de su situación, sin embargo no se esfuerzan por modificarla, se sitúan en una actitud conformista al considerarla como algo normal, incluso suelen adherirse a ella. Otros individuos construyen su realidad y se liberan de la opresión pero extrañamente se convierten en el polo contra el que luchaban. El individuo que reflexiona se va formando a sí mismo en su interior y crea su conciencia de lucha por transformar la realidad y liberarse de la opresión que lo ha insertado la pedagogía que tradicionalmente hemos considerado, de la misma manera, cuando se adquiere una forma nueva de pensar, su concepción del status social que guarda contribuye a modificarlo, pero no es necesariamente una concepción materialista sino cognitiva, cuya trascendencia se manifiesta en la liberación de la opresión que se encuentra en el interior de la conciencia del individuo justificando su presencia. Freire trata de que el individuo a través del aprendizaje sistemático además aprenda a luchar por la superación y la crítica constructiva. La propuesta de Freire implica dos momentos distintos de manera progresiva: la primera se refiere a tomar conciencia de la realidad que el individuo vive, como
ser oprimido sujeto a las determinaciones que los opresores imponen; la segunda, es la iniciativa de los oprimidos para luchar y liberarse frente a los opresores, es decir, él no considera que la situación vivida se quede en la simple toma de conciencia de la realidad, por el contrario el individuo tiene la necesidad de combatir contra ese status que lo priva. La empresa del oprimido se sintetiza a través del aprendizaje que la escuela realmente debe darle no como una adaptación a su contexto, mismo que le imponen los opresores. En las relaciones que se establecen, lo oprimidos aparecen como los generadores de la violencia, aun cuando su condición y después de los momentos que anteriormente se contaron lo inciten a modificar su status, sin embargo, ante los ojos de los opresores, esa lucha se exalta como violencia innecesaria, sueños utópicos y no como las ideas de un revolucionario el cual se reconoce por el compromiso ideológico que establece con sus iguales y no por las acciones que ejecuta, puesto que la realidad del oprimido no es voluntad de Dios, puesto que Él no es culpable de la situación opresora, sin embargo ante la sociedad sin conciencia se presenta como algo normal. Estas circunstancias en ocasiones provocan una violencia equivocada entre los oprimidos como un intento de independencia. Por otra parte, lo opresores acusan a sus adversarios de ser unos viciosos, desobligados, irresponsables y culpables de su propia situación, por el contrario se debe a que se encuentran oprimidos y ello los conduce a tal situación cuya causa principal es la explotación de que son objeto. La situación se agudiza más cuando aceptan la realidad y se adaptan a ella sin cuestionarlo, mejor aún, modificarla; esta circunstancia genera en ellos una dependencia emocional que parece obligatoria, por ello, es necesario que los individuos se reconozcan a sí mismos para que emprendan la lucha hacia su liberación irremediable. CAPITULO II La concepción "bancaria" de la educación como instrumento de opresión. Sus supuestos. Su crítica. La concepción problematizadora de la educación y la liberación. Sus supuestos. La concepción "bancaria" de la educación y la contradicción educador - educando.
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CAPITULO III
El hombre como ser inconcluso y consciente de su inconclusión y su permanente movimiento tras la búsqueda de SER MÁS.
Dialogicidad y diálogo.
Una característica actual de la educación es la narración y memorización excesiva que se presentan en las aulas, pero no se analiza la esencia de ello, por ejemplo: 1945 marca el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero se desconoce cómo este hecho influyó en nuestras vidas y las relaciones que establecemos en lo cotidiano, por el contrario, simplemente se retiene la fecha. Esta situación, Freire la concibe como si los alumnos fueran unos recipientes en los cuales se depositan los conocimientos, así, el maestro es un depositario y los conocimientos son los depósitos que realiza cotidianamente. La concepción bancaria de la educación pretende transformar la mente de los individuos para que se adapten mejor a las situaciones reales y así poder dominarlos con mayor facilidad. Cuando más pasivos sean, proporcionalmente se adaptarán, por lo tanto, se disminuye su creatividad, estimulan la inocencia, lo cual crea las condiciones para que los opresores surjan como sujetos generosos. Cuando el individuo no lucha por sus intereses y su emancipación cultural y social, parece como si hubiera perdido el amor por la vida, tal necrofilia es la situación que ha predominado reiterado con la educación que se imparte en las escuelas, sin embargo la pedagogía que propone Freire es opuesta a lo anterior, sugiere que el individuo adquiera la biofilia a través del cultivo del ser, estando con el mundo y no en el mundo, lo cual se alcanza a través de la liberación, para ello se requiere que la educación deje de ser alienante y mecanicista. La educación liberadora en el individuo tiene que ser un acto cognitivo en el que se comprenda y analice el contenido, superando la división existente entre el maestro y el alumno; dejar de lado la relación unidireccional para que la bidireccionalidad contribuya a la educación integral de ambos, puesto que los dos tienen elementos que aportar para la enseñanza, de lo contrario si se pierde el sentido axiológico mutuo, sólo se convierte en un acto memorístico específico. El papel del educador reside en la problematización del mundo próximo al oprimido, crear las condiciones apropiadas para que el aprendizaje desarrolle nuevas expectativas avanzando más allá de la “doxa” hasta alcanzar el nivel de “ logos” a fin de alcanzar un carácter auténticamente reflexivo y descubrir su propia realidad, provocando nuevos desafíos hacia la autoconstrucción del mundo en que tengan participación real y directa sobre las acciones que emprenden. Lo anterior requiere de problematizar al propio hombre sin influir en su aprendizaje a través de experiencias artificiales.
La dialogicidad: esencia de la educación como práctica de la libertad.
El diálogo empieza en la búsqueda del contenido programático. Las relaciones hombre mundo "los temas generadores" y el contenido programático de la educación. La investigación de los temas generadores y su metodología. La significación concienciadora de la investigación de los temas generadores. Los momentos de la investigación. La realidad actual que rodea al hombre no le permite entenderla y transformarla porque la educación es simplemente para adaptarlo, sin embargo la idea es que pueda aplicar la segunda categoría. Para alcanzar tal objetivo es necesario la dialogicidad que se establezca entre el maestro y alumno, puesto que el hombre no se hace en el silencio, sino en la palabra, la acción y la reflexión, ante ello se destaca el uso del diálogo como elemento de aprendizaje. El diálogo que se establece entre los dos sujetos contribuye a aumentar el amor recíproco, mismo que no puede ser semejante con la cobardía, por el contrario es un acto de valentía, sin embargo no se trata de una acción ingenua, sino que el amor impulsa entre los hombres el diálogo. Algunas personas que se sienten líderes y acuden a las masas para establecer diálogos con ellos, sin embargo no manifiestan los intereses del pueblo sino los suyos, por lo tanto sólo los adaptan a nueva forma de vida sin que se atienda a sus demandas históricas, sería caer relativamente en el pensamiento ingenuo que se adapta a las condiciones sin que se construya una distinta y apropiada que es lo que demanda el pensamiento crítico; donde se construyan espacios que ofrezcan las oportunidades de superación y liberación a través de la actuación cognitivo.
Pedagogía del Oprimido
La concepción problematizadora y la superación de la contradicción educador - educando: Nadie educa a nadie - nadie se educa a sí mismo -, los hombres se educan entre sí con la mediación del mundo.
Educación
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Revista EDA - Aprende, Educa y actúa
“La educación es un factor indispensable para que la humanidad pueda conseguir los ideales de paz, libertad y justicia social”. Jacques Delors.
“El anarquismo es mucho más complejo que simplemente rechazar la explotación en cualquiera de sus facetas. no es una doctrina ní una etiqueta, sino una concepción de la vida donde el individuo se autorrealiza en base a la libertad, alcanzada por su conciencia y formación cultural a partir de la reflexión y el aprendizaje mutuo.”
Prohibida la reproducción en manos de la burguesía, protegida y elaborada para el conocimiento de las población - Director de arte y diseño: jorge Villegas Libertario - Ilustración : Matias Soto