Represi贸n, Trauma, Resistencia y Rebeli贸n
Proyecto Rhabdovirus México DF, 2012
Este material es producto de una serie de plagios, reflexiones, experiencias y pláticas, por lo tanto se alienta su reproducción de la misma manera. Diseño y diagramación: Proyecto Rhabdovirus.
PIRATEA Y DIFUNDE
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Presentación Este folleto está elaborado con base en el Material de apoyo repartido y preparado para el taller llevado a cabo dentro de la Semana de Agitación y Solidaridad con lxs Presxs Anarquistas el 4 de Octubre del 2012 en el Auditorio Che Guevara. Hemos decidido darle difusión con la esperanza de compartir reflexiones, se amplié la crítica y discusión en cuanto al tema, y quizá; en el mejor de los casos llegue, a servir de alguna ayuda práctica, en la lucha continua. El esquema general del texto es igual al original, que tenía como objetivo ir más hacia consejos prácticos, a este se le ha ampliado lo trabajado y discutido en el taller, así como las reflexiones posteriores. Su intención, aunque así lo parezca, no es ser una guía práctica o manual. Creemos que apostar por algo así resultaría improductivo y por lo tanto un fracaso, sólo compartimos consejos, lo cual indica que no siempre tiene que ser como apuntamos aquí, por lo tanto también hacemos un llamado a que estas reflexiones aumenten e invitamos a ampliar la discusión. Hemos considerado reproducir un capítulo del libro de Beristain y Riera, de nombre Afirmacion y Resistencia. La comunidad como apoyo, el cual recomendamos ampliamente, pues lo creemos de utilidad, y que va de la mano con el material. Hemos modificado los conceptos que hacen referencia a un único género. Por último y -aunque no queríamos extendernos, pero al final lo hemos hecho- quisimos anexar extractos de un texto de Luciano Pitronello, que consideramos de enorme valor pues plasma de manera clara y en primera persona, algunas cuestiones de la temática expuestas de manera actual y de mano de un compañero y combatiente
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anarquista, pero al final decidimos dejarlo tal cual en su totalidad, de esta forma respetando el contexto del texto así como dar difusión y mandarle un saludo al compañero, terminando entonces por dedicarle este material tanto a él, como al Tripa y a Fel., sin dejar de lado a todxs lxs presxs anarquistas y compañerxs en fuga.
Grupo Editor.
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Somos más peligrosxs cuanto más conscientes estamos de nuestra fuerza En la preparación, batalla y enfrentamiento contra el sistema tecnológico industrial, pensamos, debemos fortalecer nuestras mentes, llevar este combate directo, contra el sistema. Este enfrentamiento continuo y cotidiano contra lo existente es parte del proyecto insurreccional, puesto que creemos que el fenómeno insurreccional puede asumir dimensiones extremadamente amplias y es en este punto que él revela su naturaleza social. Las consecuencias de la represión conllevan muchas veces a reacciones como el trauma, por esto es que creemos que ésta también es una batalla, un combate y un enfrentamiento: se pelea por nuestra mente, el terreno es nuestra cabeza. El sistema quiere deshacernos y cuando logran capturarnos el daño es físico y mental, por lo tanto si no estamos desaparecidxs o muertxs, queda una lucha por enfrentar, la batalla por el restablecimiento, por combatir y enfrentar las secuelas de la represión, consecuencias de nuestra lucha que a veces no llegamos a contemplar, o vislumbrar y nos toman por sorpresa. Es increíble lo poco que sabemos sobre las consecuencias psicológicas de esta brutalidad. Necesitamos prepararnos y aprender cómo apoyarnos en las consecuencias físicas y emocionales de las situaciones traumáticas. Creemos que una red de apoyo emocional debe ser parte de la preparación y lucha contra el sistema de la misma manera que la asistencia médica y legal. Es común que entre lxs compañerxs no sepamos cómo hacer frente a las crisis emocionales, si acaso se nos
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animará a buscar ayuda profesional, sin saber se nos está enviando a un campo minado. La psicología (y más aun la psiquiatría) es un campo sorprendentemente amenazante, y los sistemas de apoyo disponibles son difíciles de distinguir. Una razón más para atender o informarnos sobre estos asuntos, tan privados, tan personales pero con un contexto social enorme. Cuidar de los nuestros es una práctica insurreccional1
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Se hace énfasis en decir insurreccional en lugar de revolucionaria, porque este último término connota otros aspectos, además de resultar ambiguo o abstracto. El concepto de revolución aboga por un cambio social a nivel macro-, pero la insurrección no necesariamente. La fuerza de la insurrección es social, no militar. Como apunta el compañero, Gustavo Rodríguez: “…buscamos concretar la destrucción total del actual sistema de dominación pero no nos detendremos a esperar por la maduración del proceso revolucionario, no esperaremos ni por la Revolución y tampoco nos preocupa mucho si ésta se concreta o si jamás se verifica, porque las revoluciones conocidas –desde la francesa hasta nuestros días–, han degenerado, todas, en procesos reformistas, autoritarios y dictaduras que únicamente han ayudado al fortalecimiento del Estado. Nuestra lucha es y será por la liberación total, por la Anarquía”. Véase Ilegalismo anarquista: ¡Valga la redundancia!, Charla en el Centro Social Okupado “Casa Naranja”, Tlanepantla, estado de México. Domingo 3 de julio de 2011.
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A veces los recuerdos explotan como una mina antipersona amputando el cuerpo que se retuerce con un grito. La intención que se buscó en el taller fue discutir, proponer y analizar las herramientas con las que podemos contar para hacer frente a las consecuencias psicológicas de la represión, dotarnos de estas herramientas para fortalecernos como grupo, como movimiento pero sobretodo como individuos. Esperamos que esto sea más crítico y profundo. Partimos de la autocritica, queremos destacar y remover aspectos negativos pero con una finalidad positiva. Como una de las actividades iniciales del taller, se llevo a cabo una lluvia de ideas sobre lo que entendemos por Trauma poniendo la leyenda: Cuando pienso en la palabra Trauma, pienso en... Aprehensión Miedo Recuerdos negativos Rencor Shock Impotencia Obstáculo Ruptura Inestabilidad mental Odio Negación Repudio
Inseguridad Tortura Agresión Depresión Consecuencias Ira Represión Neurosis Insomnio Falta de expectativas Ansiedad.
La finalidad de este ejercicio no es otra que la de poner de manifiesto los conceptos, ideas o situaciones más o menos amplias, más o menos genéricas, las personas y hechos
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relacionados que se asocian espontáneamente con la palabra Trauma. Para este ejercicio, es fundamental la puesta en común por la riqueza de matices que puede aportar. Información de fondo sobre trauma La reacción que experimentamos es un intento del cerebro para retomar el control de nuestra vida. Nuestra vida se basa en tener algún tipo de influencia en lo que nos pasa, si este poder se nos quita nos sentimos indefensxs y débiles lo cual nos causa estrés. Más tarde, nuestros sistemas cerebrales y corporales intentan retomar el control y dar un sentido a la experiencia para evitar que vuelva a pasar. Así que el cerebro la reproduce internamente para intentar entenderla, a la vez que nosotrxs intentamos evitar cualquier cosa conectada a la experiencia. Nos sentimos emocionalmente confusxs porque no nos creemos segurxs nunca, nos sentimos mal por lo que pasó. Las ideas de culpa vienen de aquí también. Es cierto que no existe el control total, pero nuestros pensamientos y acciones se basan este supuesto de poder y capacidad de ejecución personal. ALGUNOS CONSEJOS PRACTICOS DE AYUDA Y DE APOYO MUTUO Muchas de las veces ni siquiera somos capaces de reconocer lo que está pasando y no sabemos cómo ayudarnos a nosotrxs mismxs y cómo apoyar a lxs nuestrxs. Si queremos ser eficaces como grupo o movimiento, tenemos que ser capaces de apoyarnos mutuamente cuando nos enfrentamos a la represión. Tenemos que
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enfrentar la realidad y hacer frente a nuestros miedos. Los siguientes consejos han sido recopilados de diversas fuentes, de grupos de apoyo mutuo, de la red, de consulta bibliográfica y por supuesto de la práctica propia. Algunas de las reacciones ante un trauma que pueden darse después de experimentar el suceso o evento, como puede ser la represión policiaca, directa o indirectamente. Estas, generalmente se agrupan bajo el nombre de "estrés postraumático"2. Puede que se experimente todas o solo alguno de los siguientes síntomas. 1 - Reexperimentar el incidente traumático: flashbacks (impresión de estar volviendo a vivirlo), imágenes y recuerdos recurrentes de lo que pasó, pesadillas, recuerdos invasivos, revivir experiencias traumáticas pasadas, sentir que nunca podrás superarlo, perder la esperanza, pensar que esta fase nunca acabará. 2 - Evitación y entumecimiento emocional: Pérdida de memoria, automedicación (abuso del alcohol y las drogas), aislamiento, evitar el contacto social, evitar todo lo que pueda recordar al incidente (esto se denomina "conducta de evitación"). Depresión; sentirse solx y abandonadx. 2
Regularmente el ponerle nombre a lo que nos está sucediendo puede llegar a ser positivo, no creemos en las clasificaciones o etiquetas, pero en la práctica se ha visto cámo el saber que lo que se está sintiendo tiene nombre, como por ejemplo TEPT o Trastorno de ansiedad generalizada, llega a ser un verdadero alivio, puesto que ya no estamos en la incertidumbre. El lenguaje puede ser opresivo o liberador. Muchas personas que han sido etiquetados, han sentido que las etiquetas son útiles, ya que les proporciona un lenguaje para poner su lucha con palabras. Aunque hay que tener cuidado de no patologizar realmente nuestra lucha. Recuperar las etiquetas puede ser un acto de gran alcance, Tenemos que desmantelar el lenguaje que nos oprime, mientras que de alguna manera mantener el poco apoyo que está disponible para nosotros en su lugar.
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Sentir desconexión, insensibilidad, cambios en los hábitos de comer, dormir, deseos sexuales, desconfiar del accionar político/ideológico, de las ideas, del movimiento y de las relaciones con tus amigxs. 3. Sobreexcitación: Insomnio, irritabilidad, rabia, estallidos emocionales, ataques de pánico, miedo, dificultad para concentrarse y hacer cosas que hacíamos comúnmente, ansiedad, sensación de hipervigilancia, inquietud, culpabilidad, vergüenza, arrepentimiento, imposibilidad para hacer planes y tomar decisiones, llanto incontrolable. Hemos dividido tres aspectos para llevar a cabo o tener una idea de cómo afrontar estas situaciones.
HAZLO TU MISMX. Recordar que tus reacciones son normales y que puedes recibir ayuda. Inmediatamente después de la experiencia: ir a un lugar donde te sientas segurx y cuidarte. Esto puede querer decir el dejar que otras personas te cuiden. No te aísles. Apóyate en tus companerxs, familiares y amigxs, puede que no sepan cómo ayudarte diles lo que necesitas y lo que no. Saca la adrenalina de tu cuerpo, da paseos a pie o en bici, corre, haz ejercicio. Tómate tu tiempo para curarte, ten paciencia contigo mismx y no te culpes por tus sentimientos y reacciones. Las heridas internas tardan tiempo en curarse, lo mismo que las heridas físicas.
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Puede que te sientas mal si piensas que otras personas la están llevando mejor, recuerda que cada persona es diferente y reacciona de manera diferente. No hay una manera "correcta" de reaccionar. Si has sufrido una experiencia traumática previa o abusos en la infancia puedes tener reacciones más intensas. También las personas más sensibles tienden a experimentar reacciones más fuertes. No es un signo de debilidad sentir dolor después de haber sufrido un ataque. Puede que te sientas culpable por lo que pasó. No te culpes. Si piensas "no tengo derecho a sentirme así, lo que me ha pasado no es nada comparado con X", ten en cuenta que has experimentado algo terrible y tienes derecho a sentirte como te sientes. Si te sientes mal es porque la experiencia fue mala para ti. No sirve para nada comparar y contrastar situaciones. Si aceptas tus sentimientos te recuperarás más rápido. La negación y la evitación tienen efectos dañinos a largo plazo y limitarán tu vida. La automedicación con alcohol y drogas puede parecer que ayuda en el momento pero tiene efectos negativos a largo plazo. Investiga sobre lo que sientes. Cuanto más sepas más fácil es ver tus reacciones como algo normal ante un evento "anormal". AMIGXS Y/O COMPAÑERXS No esperes a que te pidan ayuda. Muéstrales que estás ahí.
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Contar la historia cronológicamente ayuda al cerebro a procesar la experiencia. Con tacto anima a tu compañerx a que te cuente lo que pasó, lo que vio, lo que oyó, lo que sintió y pensó, pero no presiones si no quiere hablar de ello. La falta de apoyo puede empeorar la situación y se debe tomar muy en serio. Tiene que ver con "supuestos que se rompen". La situación, el evento o la agresión pudo ser muy dura, pero si sientes que tus amigxs no te apoyan después, puede volverse peor, inclusive considerarse insoportable. Esto generalmente genera mucho resentimiento. Los días inmediatamente posteriores son cruciales. Es cuando todas las emociones están más accesibles. Es bueno hablar en este momento. Más tarde con frecuencia la gente se cierra. A menudo una persona traumatizada se retira de las actividades sociales y se aísla. Puede que ya no la veas. Ve a buscarla. A veces puede que sientas que te estás dando con un muro, que estas siendo rechazadx; Míralo como un síntoma, no te lo tomes como algo personal y aguanta ahí. Puede que te sientas insegurx sobre cómo ayudar. Averigua sobre tus sensaciones o síntomas, informarte sobre el estrés postraumático puede ayudar. Pregunta qué necesitan. No impongas tus soluciones. Compórtate como siempre, la sobre-compasión o el exceso de cuidados no ayudan. Lo más importante es que tu amigx se sienta seguro y acompañado en tu presencia. Considera que mucha gente parece que está bien tras una experiencia traumática y la reacción puede venir más tarde.
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Escucha. Evita hablar antes de tiempo o demasiado. A veces queremos dar nuestros consejos en vez de escuchar bien. Ponte en su lugar, intenta pensar en cómo se siente, no en cómo tú te hubieras sentido. A una persona traumatizada a menudo se le hace muy difícil pedir ayuda. Se proactivx pero sin presionar. Para una persona traumatizada cualquier pequeña tarea es un mundo. Cocinar, hacerles la compra o los recados les puede ayudar mucho, mientras no lo hagas de manera condescendiente o mines su independencia. La irritabilidad, el desagradecimiento y el distanciamiento son reacciones normales. No te lo tomes como algo personal y sigue apoyándoles. Decir "ya deberías haber superado esto, sigue con tu vida", es totalmente inútil y sólo te distanciará de tu amigx. Un terapeuta puede ayudar. Ayuda a encontrarlx. Un/a buen terapeuta sería unx que tenga experiencia con trauma y ser simpatizante políticamente, lo cual puede ser muy difícil, o por lo menos neutral. Importante: Apoyar y ayudar puede ser muy duro para ti también. Cuídate, haz cosas que te hagan feliz. Habla con alguien de cómo te sientes. Conseguir apoyo para ti te ayudará a apoyar a otrxs. CÓMO GRUPO Si han vivido una experiencia traumática hablen sobre ello juntxs. Esto se puede hacer realizando una ronda para que todxs tengan la oportunidad de hablar de lo que pasó, dónde estaban, lo que vieron y oyeron, lo que sintieron y pensaron (si quieren, la participación debe ser voluntaria). Este método es más útil si la 13
gente tiene el mismo nivel de trauma; si no personas con un nivel más bajo se pueden traumatizar más. Pueden trabajar en grupo con un/a terapeuta. Recuerda. Para das apoyo necesitas apoyo. Un trauma no resuelto provoca desorientación en curso, con el grado de desorientación de estar en relación directa con el grado de trauma. Si bien puede parecer desordenado en sus extremos, esta desorientación, o "disociación", es algo que todas las personas hacen en diversos grados. De hecho, es fundamental para el funcionamiento humano: filtra la información inútil o abrumador al fragmentar la conciencia de las experiencias, sentimientos, memoria, otras personas, el propio cuerpo, el sentido del yo, la realidad, y mucho más ... NOTA: La confusión o la <disociación>, podría ser aliviada en diversos grados por traer los recuerdos traumáticos a la conciencia y hablar sobre ellos. Cuando estamos traumatizados nos enfrentamos a una realidad demasiado difícil de manejar. A veces, el choque es tan grande que la gente no puede encontrar las palabras para contar sus historias. Después del evento traumático, algunxs de nosotrxs empezamos a comportarnos de forma extraña, mientras que otrxs continúan aparentemente sin problemas. Pero independientemente de cómo se ve desde el exterior, las personas traumatizadas frecuentemente sienten una desconexión repentina de la realidad, a menudo re-experimentan el evento como si todavía estuviera ocurriendo en el presente. Fácilmente podemos desencadenar recuerdos, y nos defendemos contra los flashbacks intrusivos al revolver el presente con el pasado. Las confusiones resultantes distorsionan la realidad en diversos grados, a veces hasta el grado de
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escuchar voces, tener alucinaciones visuales, y los recuerdos del cuerpo. Muchos desarrollan insomnio para evitar pesadillas, y están demasiado asustadxs y deprimidxs a participar en la vida.
Uno de los objetivos e ilusiones con la que se quiso montar este taller, es que se empiecen enfrentar estas situaciones y problemas, que se identifiquen, que se pierda el miedo o se venza a la pasividad o inactividad y comencemos a hablar sobre ellas, que nos quitemos el miedo a hablar sobre los problemas y poco a poco ir construyendo herramientas con las que saber afrontar estas situaciones, que nos sea así más placentero seguir haciendo “cosillas”, o saber tomarnos un descanso a tiempo…Esto puede ser sólo el comienzo y así nos gustaría. Animamos a todo el mundo a que se pare a pensar y a que siga indagando sobre todas estas cuestiones. Este taller solamente ha sido un intento de empezar a cuidar de nosotrxs y cuidar de nuestras cabezas.
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EJERCICIOS Ahora vamos a explicar un par de síntomas comunes y cómo enfrentarlos mediante un ejercicio de relajación y respiración, tengamos presente que el mantenernos relajados en un determinado momento ayuda darle otra perspectiva a la situación y puede hacernos responder mejor, no solo respondiendo sin pensar o por instinto. Ataques De Pánico Cuando se está teniendo un ataque de pánico, es muy difícil pensar con claridad. Es recomendable familiarizarnos con los síntomas de ataque de pánico (puede ser complicado si no se ha tenido alguno, pues solo nos estaríamos planteando una situación hipotética, mientras que en una situación real actuemos de otra forma). Esto aliviará una gran cantidad de ansiedad ya que no se tendrá el miedo de que te estás "volviendo loco", de un ataque al corazón o similar. Existen personas que tienden a ser hipocóndricas y sobreestimar sus síntomas por lo cual debemos revisar si no estamos alimentando una ansiedad innecesaria. Otro síntoma que puede venir acompañado del ataque de pánico es la hiperventilación. La hiperventilación causa o hace que muchos ataques de pánico sean peores. La cosa más importante a comprender acerca de la hiperventilación es que, aunque se puede sentir como si no tuvieras suficiente oxígeno, sucede lo contrario. Es un síntoma de un exceso de oxígeno en tu cuerpo. Para utilizar este oxígeno (extraer de la sangre), tu cuerpo necesita una cierta cantidad de dióxido de carbono (CO2). Cuando se presenta la hiperventilación, no le das a tu cuerpo el tiempo suficiente para retener CO2, por lo que tu cuerpo no puede usar el oxígeno que tiene. Esto hace que te sientas como si te faltara el aire, cuando en realidad tienes demasiado.
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Algunos síntomas de ataque de pánico y la hiperventilación son: Ligero dolor de cabeza, Dificultad para respirar, Entumecimiento
Mareo,
Sequedad en la boca, Dificultad para tragar, Transpiración, Fatiga.
Palpitaciones del corazón, Dolores en el pecho, Manos húmedas, Temblores, Debilidad,
Cualquiera que hiperventila se dará cuenta de que los síntomas de sobreexcitación o de pánico se va a producir. Entonces, ¿cómo se puede aprender a respirar de manera más uniforme y natural? -Aguanta la respiración. Contener la respiración durante el tiempo que te sientas cómodo evitará la dispersión de dióxido de carbono. Mantén la respiración durante un periodo de entre 10 y 15 segundos y repite esta operación varias veces, suficientes para calmar la hiperventilación rápidamente. -Respirar dentro y fuera de una bolsa de papel. Esto hará que vuelvas a respirar el dióxido de carbono que exhalas. Naturalmente, hay muchas veces en que este sería inadecuado y puede parecer un poco extraño. Sin embargo realmente puede ser de ayuda. Se puede hacer ejercicio vigoroso mientras inspira y espira por la nariz, lo cual se opondrá a la hiperventilación. El ejercicio regular disminuye los niveles generales de estrés que disminuye la probabilidad de ataques de pánico.
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Técnica de respiración Lo importante aquí es que la respiración debe ser más larga que la inhalación. Esta es una ley básica de la biología y si respira de esta manera, entonces tu cuerpo no tendrá más remedio que relajarse. Puede tardar unos minutos, pero el cuerpo va a responder con independencia de lo que tu mente está pensando. Disfruta de este momento. Siéntate y cierra los ojos por un momento. Sólo toma conciencia de tu respiración... inhala a la cuenta de siete... (7) y exhala contando hasta once. (11) Puede ser un poco difícil al principio, pero hacer esto de forma regular hace que su nivel de ansiedad general baje. Una relajación de este tipo hecha con regularidad empieza a inhibir la producción de hormonas del estrés en el cuerpo por lo que en realidad se hace más y más difícil para entrar en pánico. La hiperventilación responde muy bien a esta técnica y te puede dar mucho más control sobre los ataques de pánico. INHALA (7)
EXHALA (11)
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Queda reafirmar que podemos tomar en cuenta algunas medidas Preventivas antes de alguna acción, éstas pueden ser muchas, pero aquí solo quiero recalcar un par. Recordar que tener vínculos y confianza con tu grupo te hace y lxs hace más fuertes. Es vital ser conscientes de cómo nos afecta la represión emocionalmente. La represión no está en nuestras manos, pero cómo lidiamos con sus consecuencias en nosotrxs, sí lo está. La represión será menos efectiva si el apoyo mutuo es fuerte. Creemos en la efectividad de la espontaneidad al igual que de la planeación, pero siempre existirán variables que no se consideran o no se toman en cuenta…. Aquí algunas de las conclusiones expuestas en el taller y sus posteriores reflexiones. -Tenemos la necesidad y las ganas de afrontar estas situaciones. Está claro que es algo que sufrimos pero que en la mayoría de los casos es de forma personal, y la manera de enfrentarse suele ser recurriendo a la familia, a lxs compañerxs o “ayuda externa”. - Frente a estas ganas descubrimos que no tenemos gran idea de cómo resolver estos problemas, nos falta información y formación (pero bueno, el camino se hace poco a poco…). Sabemos que es lo que no queremos, detectamos las situaciones de dolor pero no tenemos muchas “herramientas” frente a ellas. - Frente a ciertas situaciones no existen soluciones concretas. El modo de enfrentarse a estas situaciones tienen tres (entre otras) variables: tiempo, espacio y gente. Quizás la gente cercana es la que sabe cómo combinarlas en cada caso. Hay pequeños cambios concretos y prácticos que podemos hacer inmediatamente y otros que implican más tiempo porque significan un cambio de actitud en las personas. “Dentro de una trayectoria militante nos podemos encontrar con muchas etapas con diferentes sensaciones y estados anímicos. Por
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desgracia nos encontramos constantemente con una serie de problemas que son muy comunes desde bajones emocionales, estrés, enfados, abandono, recurrir a drogas (legales o no), aislamiento personal-político por conflictos interpersonales, problemas de sueño… la lista es larga. Muchas veces estos comportamientos los hemos interiorizado de tal manera que cuando surgen los consideramos como algo “normal” y asociados a la militancia política y tenemos que romper con esta idea preconcebida. Son problemas muy serios que pueden llegar a ocasionar consecuencias irreparables en todxs nosotrxs. Precisamente en estos momentos es cuando deberíamos poner en práctica aquello de la solidaridad. La falta de una comunicación más profunda y sincera entre muchxs de nosotrxs y dentro de los colectivos es una gran problema que a veces nos impide hablar de nuestros sentimientos, de cómo nos encontramos, de cómo te has sentido en un momento determinado… Al no hablar, los problemas van en aumento repercutiendo en nuestras relaciones personales y políticas, mientras seguimos sin cuidarnos entre nosotrxs.
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EL PROCESO DE AYUDA.*
"Durante siete años no pude dar un paso, cuando fui al gran médico me preguntó: "¿Por qué llevas muletas?" y yo le dije: "Porque estoy mutilado". "No es extraño", me dijo. "Prueba a caminar. Son estos trastos los que te impiden andar. ¡anda, atrévete, arrástrate a cuatro patas!" Riendo como un monstruo me quitó mis hermosas muletas, las rompió en mis espaldas y, sin dejar de reir las arrojó al fuego. Ahora estoy curado, ando. Me curó una carcajada. Tan sólo a veces, cuando veo palos, camino algo peor por algunas horas". Bertolt Brecht
*Extraído de BERISTAIN y RIERA, “El proceso de autoayuda”, en Afirmación y Resistencia, virus editorial. 199 pp
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EL PROCESO DE AYUDA Por PROCESO DE AYUDA entendemos los pasos a dar, y los aspectos que se deben de tener en cuenta, para ayudar a expresar, compartir y afrontar los problemas generados por la represión. Como hemos dicho, muchas de estas experiencias traumáticas suponen un cuestionamiento más o menos profundo de la identidad, y plantean una serie de desafíos que la persona debe afrontar de alguna manera. Podríamos hablar entonces de PROCESOS DE AYUDA MUTUA, ya que las personas que están alrededor también sufren las consecuencias más o menos directamente. Este proceso de ayuda se basa por tanto en: Facilitar la toma de conciencia de los conflictos y experiencias vividas, así como de los mecanismos puestos en marcha (Qué pasó y cómo nos enfrentamos a ello). Y permitir la reintegración social crítica, actuando en la realidad no como "víctima" sino como protagonista del propio proyecto vital y político ("Vuelvo a ser yo, me encuentro con lxs otrxs y tengo unas ideas y razones profundas que me hacen actuar"). El tejido social que somos todxs, se rompe por un lugar y es importante que todxs lxs de alrededor acudamos en su ayuda. Si un/a vecinx ha sido torturado, no podemos dejar que la situación le venza, que pierda el control sobre su vida por dependencias del alcohol, pérdida de empleo, etc. De la misma manera, no se puede dejar que una familia pierda sus posibilidades y medios para vivir cuando un miembro de la misma ha sido desaparecido. Tampoco podemos desentendernos de lxs amigxs que están siendo perseguidxs o amenazadxs y piden, directa o indirectamente, nuestra ayuda. Hablamos de proceso de ayuda, porque no es algo que se hace de un día para otro. Proceso quiere decir por tanto, que se necesita tiempo para ir dando pasos e ir logrando reintegrar la experiencia. Esto no significa necesariamente volver a la misma situación de antes, ya que muchas cosas habrán cambiado: se trata de ser autónomxs otra vez y poder decidir unx mismx. Este
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proceso de ayuda es pues como un camino que se va recorriendo, y en donde se van abordando las situaciones y distintos problemas a los que tiene que enfrentarse la persona y quienes le rodean. El proceso de ayuda tiene tres objetivos, que están unidos entre sí como las ramas de un árbol, que están unidas al mismo tronco y nacen de ese tronco. Estos tres objetivos son: La reintegración de la experiencia, la recuperación del papel social activo, y la reconstrucción de los lazos y vivencias del grupo. 1. LA REINTEGRACION DE LA EXPERIENCIA. Hemos visto cómo en muchas ocasiones las personas y el grupo encuentran dificultad para expresar y abordar las experiencias que se han vivido; también cómo se "privatizan" los daños (se los queda unx para sí mismx) y la persona puede sentirse solx, sin espacio para hablar, sin sentirse comprendidx y apoyadx. Para poder dar un significado a todo lo vivido, se tiene que elaborar y compartir con otras personas que sean de confianza. "Me llevaron varias veces a un doctor que no conocía de nada y no hablé porque no me salía explicar tantas cosas a alguien que no conocía. Una de las primeras personas a las que hablé fue un compañero del sindicato que siempre antes me había escuchado, pero habían pasado varios meses ya". Carlos. El Salvador, 1990. Reintegrar la experiencia significa por tanto tres cosas que son complementarias y que vamos a tratar de explicar a continuación. ABRIR UN ESPACIO PARA LA DESCARGA EMOCIONAL. Abrir un espacio para la descarga emocional, para compartir sentimientos que muchas veces se han negado u ocultado. Se trata también de dar un sentido a los sentimientos y las experiencias, a partir de las convicciones de la propia persona y su forma de ser. Hay que considerar aquí, que frecuentemente aparecen los desafíos de que hablamos al tratar de las implicaciones de las experiencias de represión (la identidad dañada, los sentimientos de culpabilidad, las situacionestrampa, las pérdidas...).
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Ya sea en la relación interpersonal o en un grupo de apoyo mutuo, es importante ayudar a la persona no sólo a expresar y reconocer esas vivencias, sino a encontrarles un sentido. Sólo cuando la persona ha dado sentido a esas experiencias y sentimientos puede aprender a afrontarlos, superando la impotencia producida por tanta pérdida y tanto daño. "En una reunión de grupo, Evelina una mujer de 48 años, manifiesta que tiene sentimientos de culpa muy penosos en relación con su hijo desaparecido, que se presentan continuamente, acompañados de la imagen suplicante del hijo en el momento de ser secuestrado y del recuerdo de haber quedado ella misma paralizada por la angustia, sin efectuar ningún tipo de acción en este momento. Expresa que la actitud suplicante de su hijo le acompaña continuamente y le inunda de culpa. Florencia, otra integrante del grupo, dice que en realidad Evelina tiene que aceptar que no hubiera podido evitar la situación y, a título de ejemplo, dice que ella misma, cuando fueron a buscar a su hijo, ofreció una tenaz resistencia, y hasta consiguió que no lo sacaran esposado de la casa; sin embargo el hijo nunca volvió. En la reunión siguiente Evelina plantea, muy conmovida, que desde la reunión anterior por primera vez se había sentido muy aliviada...". Diana R. Kordon, Argentina 1986. CREAR UNA RELACION DE CONFIANZA. Crear una relación de confianza mutua para hablar de lo que pasó, de lo que sucede, de la forma en que se vive. Este espacio de confianza puede ayudar a situar una experiencia en la vida de la persona. Muchas veces la represión ha producido una sensación de quiebra de la que es muy difícil salir, se trata entonces de compartir el dolor con él/ella, de contener el horror producido, ayudando a que la persona no se rompa cuando está en una situación de debilidad.
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Para ayudar a hacerlo, es importante situar en el tiempo y en el espacio lo sucedido y sus consecuencias. Tenemos que tener en cuenta sin embargo, que en el contexto de la Guerra de Baja Intensidad de que estamos hablando, las experiencias a menudo se repiten por lo que se hace más difícil situarlas en un tiempo determinado. "-¿Tienes una idea de por qué ese terror, ese miedo? - Creo que de una manera u otra asocio esas situaciones con mi vivencia de la prisión... es como cuando ellos venían con una lista para sacar a la gente de las celdas... ya sabíamos que nunca más los veríamos... me sucede como una especie de terror de ser de nuevo torturado... Cada vez que tengo que enfrentar a un funcionario... creo que lo asocio con el tiempo que estaba incomunicado. Cuando sentía que abrían las puertas y no sabía si esta vez era a mí a quien venían a buscar. -Sí te comprendo bien hay situaciones en la vida cotidiana que te vuelven a enviar a situaciones dolorosas para ti. - Sí. Me pregunto hasta cuándo va a durar esto. Si alguien habla fuerte conmigo yo me derrumbo. Pedro, Chile 1986 COMPRENDER Y TRANSFORMAR LAS SITUACIONES. La tercera cuestión que puede ayudar a reintegrar la experiencia es profundizar en las implicaciones que ha tenido (hasta dónde nos ha afectado, qué cosas entendemos ahora de otra manera,...); ayudar a comprender los problemas, por qué aparecen ciertos sentimientos, miedos, etc...; y también se trata de reconocer los cambios que se han producido y ayudar a replantearse la vida, las relaciones con lxs otrxs y el compromiso social. "Después de la detención pasé unos meses con claustrofobia, me sentía paralizado por el miedo. Poco a poco me fui dando de que si no, tendría que participar... Pero si lo hacía me venía la claustrofobia de nuevo. Me di cuenta de que el miedo me coartaba también y eso era lo que ellos pretendían, quitar hasta las propias formas de expresión. Ahora me siento bien, con unas ganas tremendas de vivir, de hacer cosas...
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Estoy haciendo lo mío y lo mío pasa por el compromiso con los otros". Juan, Argentina 1984. Por tanto como hemos visto, reintegrar la experiencia no es tener un momento puntual en el que se "descargan" sentimientos acumulados, ni una reconstrucción formal de los hechos (las cosas que sucedieron, explicadas como si de contar una historia se tratara), sino un proceso que supone compartirla con los otros, asimilarla y transformar las situaciones que ha generado. 2. RECUPERAR EL PAPEL SOCIAL ACTIVO. Por lo tanto, la reintegración de que venimos hablando no es un proceso sólo individual, sino también grupal, familiar y social. Por todo ello, recuperar el papel social activo se convierte en uno de los objetivos del proceso de ayuda. Recuperar el papel social activo significa tres cosas que vamos a tratar de analizar ahora. ANALIZAR Y COMPRENDER LA REALIDAD. Se trata de ofrecer elementos y compartir experiencias, para analizar y comprender la realidad, y las alternativas que existen. Las experiencias de represión generan muchas veces confusión y alteración del sentido de la realidad. Por ello, para favorecer la recuperación del papel social activo es importante rehacer la propia capacidad de análisis y comprensión de la realidad. Sólo desde ahí, la persona puede dar pasos para reintegrarse socialmente. "En el grupo con otras madres discutimos sobre el qué decir a los hijos y otros niños de la familia, de los cambios que se produjeron en las familias, y de la situación creada, por ejemplo, con la publicación del Documento Final sobre los desaparecidos o la sanción de la ley de amnistía decretados por la Junta Militar“. L. Edelman, Argentina 1986.
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FOMENTAR PRÁCTICAS ACTIVAS. Es importante fomentar prácticas activas, útiles para reforzar y establecer nuevos vínculos con el grupo, lxs compañerxs, el trabajo, etc. Esto puede ayudar a facilitar la reincorporación de la forma más realista posible al grupo, al trabajo, a la lucha. No se trata sin embargo, de forzar a la persona a hacer un proceso para el que tal vez no esté aún dispuestx, sino de facilitarle las cosas para que vaya avanzando en ese proceso. "En el fondo no estoy listo para entregarme... Yo no estoy listo para la lucha, es decir que quiero recuperarme (...) me doy cuenta que tengo necesidad... Tengo los dientes careados, tengo problemas legales, y también el problema de la tendinitis (...) es tan difícil de hacerme comprender... ellos no aceptan que yo pueda tomar tal actitud, me dijeron que estaban desilusionados. ¿Eso te da rabia? ¿El hecho de que ellos no lleguen a comprenderte? El problema es que yo mismo me obligo a hacer mucho, es verdad (...). Pero no tengo fuerzas para seguir así". Pedro, Chile 1986. MEJORAR LAS CONDICIONES DE VIDA. Se trata de acompañar todo este proceso con las condiciones que ayuden a mejorar la situación personal o socioeconómica desde una perspectiva comunitaria (necesidades materiales, aislamiento de lxs demás...). Para ello hay también que tener en cuenta, y ajustarse lo más posible, a las necesarias condiciones de seguridad y a la escasez de recursos que se suele dar. Por eso es importante potenciar los procesos de apoyo mutuo, familiar y grupal, que están más cerca de nuestra realidad, así como las prácticas de autoorganización (formar una cooperativa, etc.) 3. LA RECONSTRUCCION DE LOS LAZOS Y VIVIENCIAS DEL GRUPO.
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Básicamente hay dos situaciones que pueden darse aquí: que la experiencia haya afectado directamente a un grupo (la familia de un/a desaparecidx, un sindicato que haya sufrido un atentado); o que la persecución, tortura, etc., la sufra una persona y esto revierta también en el grupo (si ha sido torturada una persona organizada, no sólo será su problema, sino que habrá problemas a nivel organizativo y familiar). Por tanto en ambos casos es importante integrar las vivencias y reconstruir los lazos del grupo que han podido dañarse por la represión. Este proceso significa tres cosas, que analizamos aquí. FACILITAR LA EXPRESION DE LOS SENTIMIENTOS. En todo caso, no sólo la persona capturada, sino su compañerx o sus hijxs, tienen vivencias y sentimientos en relación a la captura. Compartiendo entre todxs estos sentimientos y vivencias se puede afrontar también juntxs mejor los problemas. Muchas veces se tiende a dejar fuera del problema a lxs hijxs, otras a los padres que ya son muy viejos ("no lo entenderían"), como una forma de protegerles y de evitar complicaciones. Sin embargo, la experiencia afecta a todxs y todxs responden de una u otra manera. "La enorme admiración de la muchacha por su padre y por las cosas que había sufrido fueron cada vez más importantes. Sabía que él había sido detenido anteriormente dos o tres veces y que fue tan severamente torturado que, entre otras consecuencias, le habían quedado lesiones físicas irreversibles. Ella expresaba por su padre una mezcla de admiración ilimitada valorando su autoridad y las enseñanzas que les había entregado como hijos. Al mismo tiempo que él era dañado, silencioso, encerrado en un mundo de horror. En la relación con él sentía el sufrimiento pero era un tema que no se podía tocar. Poco tiempo después ella conversó con su padre. Esta conversación le alivió y mejoraron sus pesadillas y sus angustias". E. Lira y D. Becker, Chile 1989 RECONOCER LOS PROBLEMAS.
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Se trata de reconocer los problemas, los cambios, los conflictos, las actitudes que cada cual ha tomado. Sólo así puede reconocerse cómo la represión ha afectado a las relaciones interpersonales en el grupo o la familia. Es importante reconocer que estos cambios y los conflictos producidos se han realizado desde el exterior, y no por responsabilidad directa de sus miembros. Sólo así podremos liberarnos de los sentimientos de culpa o de los intentos de responsabilizar a lxs otrxs, que bloquean la reconstrucción de los lazos y las vivencias del grupo. "Después de la fuerte represión el grupo quedó dividido físicamente, unos en la cárcel, otros en el exilio, otros en casa. Todo esto hizo que al estar lejos unos de otros, y no poder hablar algunas cosas, empezasen los malentendidos y situaciones que a todos nos dejaron mal. Tratábamos de buscar las responsabilidades en nosotros mismos o en los otros miembros del grupo, sin darnos cuenta de que la culpa de los nuevos conflictos no era de nadie sino de la represión.” Esther, El Salvador 1990. LOGRAR UN ESPACIO COMUN. Entonces, el grupo puede comprender y analizar las experiencias en un espacio común, donde se pueda hablar, compartir sentimientos y en su caso buscar alternativas. Sólo así, la familia tendrá la posibilidad de afrontar entre todxs la desaparición de un familiar, o el grupo sindical abordar los problemas generados por la captura de unx de sus dirigentes. De esta manera, se pueden integrar los distintos niveles (personal, familiar, grupal, social) que están implicados en la experiencia. "Luis no prestaba atención a sus deseos de orinar, "me olvido de ir al baño". Primero le dijimos que sus padres estaban presos, después que se habían ido de viaje; todo, menos que estaban desaparecidos pero nosotros hablamos en casa y el nene escucha. Cuando la abuela encontró la
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forma de expresión que le convino, le explicó al niño el secuestro y la desaparición de sus padres. Luis exclamó varias veces: "¡Ah! entonces no están presos ni de viaje, están desaparecidos!". Luego de obtenida la información, su olvido del control cesó de inmediato. El mismo decía: "Ahora siempre me acuerdo, dejo de jugar, voy al baño y listo". Diana R. Kordon, Argentina 1986. ALGUNOS CONSEJOS PRACTICOS. A continuación recogemos algunos consejos prácticos para favorecer la reintegración y para facilitar la acogida y el apoyo psicológico y social a las personas que han sufrido experiencias traumáticas de represión política. Actuar rápidamente, no esperar que se empiecen a manifestar síntomas u otros efectos. No pensar que quizás no le ha afectado, o que está muy bien y que no ha sido para tanto. Enseguida, y paralelamente a las gestiones de denuncia política, no podemos descuidar la acogida. También puede suceder que a lxs de alrededor nos haya afectado tanto que no sepamos, ni queramos afrontarlo. En una situación así es mejor hablarlo y empezar enseguida, si no se pueden añadir al daño inicial otros problemas que se deriven del paso del tiempo. A veces el silencio impuesto, o autoimpuesto, es a la larga el mayor escollo a superar. Hacer una denuncia política de lo que ha pasado. La denuncia es algo que emana de nuestra práctica de oposición al Poder causante de la represión y que trata a la vez de ocultarla. La denuncia ayuda a que se conozca la realidad, pero el Poder amenaza siempre con tomar represalias si se denuncian los hechos. Por todo ello, en muchos casos puede existir el temor a denunciar, pero por otra parte, el testimonio tiene el sentido de que "sirva para algo" el sufrimiento. Cuando unx da testimonio es un momento fuerte en el que revive todo y es por ello importante ofrecer confianza y mantener una escucha activa para que la persona se sienta apoyada.
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Acoger a la persona no sólo desde un punto de vista político sino humano. Proporcionarle una acogida afectuosa y mantener una actitud de apoyo. Pensar que puede ser lo más grave que le ha ocurrido en la vida. La acogida no puede quedarse sólo para los primeros momentos, sino también de cara a las nuevas situaciones que se presentarán. En relación a experiencia de la cárcel, son buenos y necesarios los consejos prácticos, la información básica, la posibilidad de integración en grupos... Todo esto ayudará a evitar el choque de la entrada y la experiencia en la prisión. Las experiencias de comunas en las cárceles siempre han sido un elemento no sólo de defensa sino de supervivencia y solidaridad. De cara al proceso de acogida en casos de detención, tortura o pérdidas de personas cercanas, familiares o amigos, es importante proporcionar un apoyo emocional (al que evitaremos darle un sentido lastimero), ayudándole a que mantenga como persona su identidad; a que comprenda sus propias vivencias intentando entender lo que le ha pasado a ella y no interpretando lo que creemos nosotros que le ha pasado. Apoyar la reintegración desde una postura activa a través de no sólo algo que le sirva a él, sino algo que también sirva socialmente para que no se le empiece a marginar Evitar que la persona se instale en una postura regresiva o de sobredependencia (que se quede en el agujero en el que le ha dejado la experiencia traumática, que necesite siempre y permanentemente a lxs demás, etc...). A veces, la persona no tiene fuerzas para afrontar las consecuencias del trauma sufrido y deja de ser autónomx, no toma decisiones, ni participa... Estas actitudes se pueden ver agravadas si el comportamiento de los que están a su alrededor es de "padres", que todo lo deciden y solucionan, sin tener en cuenta a la persona. Evitar igualmente etiquetar a la persona que se encuentra en dificultades. Esto quiere decir que no podemos considerarlx "enfermx" o "incapaz". Algunas veces, esto puede llevar a tratamientos clínicos o psiquiátricos desproporcionados, en vez de a un proceso de reintegración. Ante esto es importante apoyar a la persona para que tenga en todo momento el campo
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abierto y recupere su protagonismo vital y social como parte de un grupo, un colectivo, o una comunidad. Proporcionar un espacio para compartir nuestras propias experiencias, de las que hemos sido protagonistas con otrxs compañerxs, y fomentar la solidaridad dándose apoyo recíproco. Evitar actitudes excesivamente críticas que generan desconfianza y marginación dentro del grupo, ya que suponen una experiencia muy debilitante para la persona y el grupo. La seguridad es necesaria, pero no tiene por qué estar reñida con proporcionar una acogida cálida y agradable. La rigidez del grupo, tras una experiencia de cárcel o captura, impide esa acogida y genera problemas de desconfianza e incomunicación crecientes que son muy destructivas para todo el grupo. Se necesita tiempo para asumir lo vivido y lo que significa. No es algo que se va a solucionar enseguida, ni en un tiempo programado o supeditado a plazos políticos. Tenemos que ser respetuosxs con este proceso, que por otra parte puede ser diferente en cada persona. Un error grave… ... es la politización directa de la situación como forma de distorsionar o negar las experiencias de represión (cuando la persona necesita otro tipo de ayuda no se le puede decir:"¡Desde hoy tienes que seguir trabajando como antes compañerx!", "¡Nuestra ideología no permite pensar en nosotrxs mismxs!"...). Se trata en todo caso de ayudar a la reintegración social desde una postura activa y retomando el compromiso, pero sin imponerlo como tarea por encima de todo.
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El abismo no nos detiene. Comunicado a un año del Bombazo que casi me cuesta la vida A las conciencias rebeldes; a mis compañerxs esparcidxs en el mundo Ha pasado poco más de un año desde que todo cambió para mí esa fría madrugada del 1° de junio del año anterior, y creo que no pronunciarme al respecto es seguirle el juego al propósito que me tiene aquí, prisionero en el hospital de la cárcel Santiago 1, además, sería un deshonor para mí mismo, pero por sobre todo para ustedes, mis queridxs compañerxs que se preocupan por mí. Debo decirlo; quise hacer un balance a un año de ocurrido todo esto, pero no lo manifesté públicamente por dos motivos: el primero es porque aquel texto era demasiado comprometedor, y el segundo, y el más importante en mi opinión, porque en él realmente no analizaba nada, sólo era un compilado de frustración, resentimiento y odio que despotricaba contra todxs, donde maldecía la suerte que se echó a correr, pero ahora deseo hacerlo, me siento con la lucidez de poder entregarles algunas palabras que estoy seguro, tanto merecen. Pero antes de comenzar, quiero advertirles los motivos de mi demora. Los días nos han estado fáciles, el encierro permanente ha comenzado a hacer su trabajo, y mi humor ha estado terrible, motivo por el que mi primer boceto de este comunicado terminó siendo un compendio de rabia e ira; la prepotencia, agresividad y altanería empiezan a florecer en mis actitudes, y ante algunas situaciones, sencillamente, no me reconozco, pero lucho, lucho por seguir adelante y no traicionarme, intentando combatirme a mí mismo en el cotidiano vivir, recordándome y no olvidando quién soy y por qué estoy aquí. Bueno aquí voy… Con lo que respecta a mis heridas y a la rehabilitación me ha ido muy bien, los ejercicios diarios y la práctica en el trabajo bimanual de la vida han hecho, con una gran sonrisa diré esto, que haya superado la invalidez de saberme semi-mutilado; por lo que concierne a mi visión ha mejorado muchísimo, pero debo seguir con el tratamiento ocular por un buen tiempo; por el lado de las quemaduras, aparte de estar todas cicatrizadas muchas
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han evolucionado positivamente, aún así, debo seguir utilizando el traje compresivo especial para las quemaduras y el aceite rosa de mosqueta. Por lo menos para mí, este capítulo que tiene que ver con mi estado físico queda cerrado, la bomba felizmente no me mató. Mi estado emocional ha estado flaqueando durante los últimos días, pero eso se debe al encierro permanente, sé que todxs lxs presxs tenemos nuestros alti-bajos, motivo por el que me encuentro optimista ante esta situación, después de todo, el encierro no puede ser para siempre, y si lo fuese, tendrían sólo mi carne, porque mi mente y espíritu seguirán en la calle, al lado de cada combatiente, sonriendo y conspirando, y esto que digo, no lo digo a modo de consigna poética, lo afirmo como una realidad que se plasma en la proyección del sueño insurrecto, donde de distintas formas se aplastan los valores autoritarios de dominación. La cárcel es dura, no lo negaré, pero sí es posible enfrentarla, y de eso somos testigos yo mismo, como todxs y cada unx de mis compañerxs, lxs cuales de distintas formas me han abrazado para hacerme saber que no estoy solo. El castigo ejemplificador del que tanto se jacta el poder, no tiene nada de esto, por lo menos en mi caso, ya que tanto mis compañerxs como yo no damos pauta para que su show-mediático se realice con éxito, y es más, el único ejemplo aquí lo seguimos dando nosotrxs mismxs, empuñando nuestra mejor arma: la solidaridad. Autocríticas me hago muchas, sobre todo en este episodio que se llama prisión, donde he sacado lo peor de mí, por lo que humildemente pido disculpas públicas a todxs y cada unx de lxs compañerxs a lxs que de una u otra manera les he mostrado los dientes, a aquellos que he atacado sólo por el deseo de descargar mi ira, a lxs que no deseo ver/escribir por la rabia y la envidia que me genera su condición, y sobre todo, pido disculpas a todxs aquellxs que se han tenido que tragar malas caras, ratos desagradables y mi pésimo carácter por el sólo hecho de querer solidarizar conmigo. Así que debo confesarlo, no he sabido estar a la altura de las circunstancias, de su solidaridad, que es enorme, pero aquí estamos dispuestos a seguir adelante, a caernos y volver a levantarnos, para aprender de los errores ¿esa es la idea, no?
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Si debo hacer una crítica constructiva sería sólo que quizás falta información de primera mano sobre lo que es vivir las consecuencias de elegir una vida rebelde, lo que significa vivir en el presidio y el aislamiento, lo que esto conlleva, entender de manera más cercana el estigma de ser considerado un/a terrorista y lo que pasa con nuestras vidas cuando esto sucede, acercarnos más a temáticas como la clandestinidad y el exilio, que son recurrentes parajes dentro de la lucha por la libertad, de una manera más real y menos imaginaria, y por último empezar a hablar más sobre las torturas, los métodos que aplica el enemigo, la delación como valor base para un Estadopolicial, la mutilación como posibilidad en la guerra contra la autoridad, el dolor y la agonía como parte de la vida de lxs guerrerxs, y cómo todas y cada una de estas difíciles posibilidades se pueden enfrentar, más allá de la especulación y la charlatanería. Si se trata de compartir mi escasa, pero no menos intensa, experiencia en este sentido, diría que el trabajo de la cárcel y el aislamiento tiene que ver más que nada con una desmotivación moral, te empiezan a importar un pepino lxs demás, o lo que suceda afuera, te apegas a la realidad carcelaria, ese es tu mundo ahora, ¿qué sacas con saber lo que sucede afuera si sigues adentro? te empiezas a preocupar cada vez menos de ti mismx, todo te da igual, te vuelves despectivx hacia lxs demás y el entorno, los esfuerzos del resto por sacarte una sonrisa los comienzas a valorar cada vez menos, porque ellxs no están viviendo tu pesadilla, le sigue que pierdes el miedo a cualquier cosa porque sabes que lo has perdido todo y estás en el fondo del abismo, te has cagado la vida, te vuelves hostil y agresivx, buscando con esto que todo acabe pronto, que los carcelerxs te machaquen a palos por los insultos que les propinas a diario, y que, si tienes suerte, se les pase la mano y termines muertx, para al fin descansar de la psicosis que acarreabas o, en el peor de los casos, que otrxs presxs hagan esta tarea para demostrar quién es el/la más chorx. Cuando la psicosis del encierro avanza, poco nos empiezan a importar los gestos solidarios, te colocas trampas emocionales como: “¿para qué tomarle importancia a un gesto solidario si continúo prisionero?” ó peor aún, articulas frases como: “ellos no están sufriendo las consecuencias como yo”, y maldices tu suerte;
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pero hacen falta unas buenas bofetadas de amor y cariño, para prevenirnos de la nocividad de estos pensamientos, es decir, realmente es estúpido creerse que sólo nosotrxs vivimos las consecuencias del encierro, y no es que se desee que todxs vivamos estas consecuencias, pero el sentido de no hallarse solx y desamparadx nos hace fuertes, por eso, cuando un/a compañerx cae presx no se trata sólo de su encierro/castigo, hay muchos nobles corazones que deciden acompañar a el/la compañerx en este nuevo escenario, solidarizando con el/ella, asistiéndole, escribiéndole, difundiendo su situación, reivindicándole en la calle, con volantes, folletos, afiches, gritando su nombre en la manifestación, reventando los símbolos del poder en su honor, etc. La cárcel y el aislamiento hacen este trabajo, empiezas a cavar tu propia fosa y solx te vas sumergiendo en ella, hasta que te terminas escuchando decir frases tan absurdas como que estás solx, y lo peor de esta trampa autoimpuesta es que nosotrxs mismxs nos encargamos de alejar las herramientas que nos pueden ayudar a no decaer, y luego, enfermizamente, nos quejamos y deprimimos del olvido, en el que nos han sepultado, porque ahora ya nadie nos recuerda, ya nadie solidariza con nosotrxs, la desesperanza nos carcome por dentro, y lo que pensamos, sería nuestra mejor arma para enfrentar la adversidad, fue aplastada por los muros del silencio, nuestra voluntad hecha añicos, motivo por el cual tus proyectos se vuelven de poca relevancia, te desanimas con facilidad, el futuro se torna incierto, comienzas a perderle interés a la vida, y una noche de angustia terminas por ahorcarte en tu celda. Por eso, para no caer en este tipo de dinámicas es importante observarse constantemente e ir evaluándonos, aferrándonos a las cosas/personas/circunstancias que nos hacen bien, y alejándonos de lo perjudicial (dentro de lo posible), porque ciertamente llegar a un estado de psicosis carcelaria no es un asunto de un día para otro, es un monstruo que se va gestando al interior de nuestras mentes y corazones con el paso del tiempo, y efectivamente es un proceso paulatino, donde nosotrxs podemos percatarnos y combatirlo antes de que sea demasiado tarde.
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Debo decirlo, a mí nunca nadie me dijo lo que significaba el encierro permanente (y mucho menos cómo enfrentarlo), mi acercamiento más real eran las anécdotas de uno que otro libro, y el resto, pasaba por mi imaginación, con esto, tampoco estoy diciendo que hoy en día no esté dispuesto a asumir los costos de las posturas de vida que he elegido, pero definitivamente, me hubiese sido de gran ayuda. Bueno, pero por lo menos en mi caso esto le he intentado enfrentar armándome de proyectos en los cuales aportar, incluso desde mi condición, es importante encontrarle un sentido a tus días, pueden ser cosas sencillas, leer un libro y dar tu opinión, escribirte con otras personas privadas de libertad o no, crear música/poesía, aprender a dibujar, ejercitar tu cuerpo, etc; pero aquí voy a hacer una acotación, nuestros proyectos más importantes, por lo menos en el encierro permanente, deben ser los que necesiten sólo de nuestra disposición y voluntad, y con esto, no me cierro a la posibilidad de aportar en proyectos que estén más allá de nuestras limitancias físicas, pero sí a tener en consideración que estos últimos pueden acarrear mareas de frustraciones: que no vino la visita, que no me escribió de vuelta, que se le olvidó traer esto o aquello, que no nos organizamos en torno a ciertas temáticas, y si nuestros sentidos de vida se limitan en torno a sólo proyectos de la calle, con algunos cuantos tropezones de este tipo, nos veremos derrumbadxs moralmente de manera más o menos rápida; por eso creo que hay que mantener 2 tipos de proyectos, uno que nos haga mantener el contacto con el otro lado del muro, y el otro que tenga que ver más que nada con un trabajo individual, que pueda generarse incluso en condiciones de máximo encierro, cosa de que por si ocurriese algún infortuito, llámese pérdida de la comunicación con el exterior, o allanamiento sólo del material que utilizábamos en nuestros proyectos individuales, no decaigamos moralmente. Es importante autocrearse redes de apoyo para no desmoronarse en el camino, ser observador/a y analizar lo que te ofrece la realidad carcelaria y tomar de ella lo que estimemos conveniente, es decir, si la prisión te mantiene en total aislamiento puedes aprovechar el silencio de esta instancia para leer, escribir o reflexionar, por otro lado, si ésta te ofrece patio, puedes aprovechar parahacer ejercicios o conversar con otrxs presxs (siempre se puede aprender algo
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útil), y así sustancialmente, la posibilidad de elaborar un plan de fuga o motín siempre está, independiente del régimen al que nos sometan. Si me toca hablar de otra de las posibles consecuencias de esta guerra de la que tanto se llenan la boca algunxs, podría decir que ser reconocido como un/a enemigx de la autoridad no es fácil, menos cuando mediáticamente eres sindicadx como un/a terrorista, tu entorno social se ve afectado casi unánimemente, familiares, amigos, y compañerxs se echan a correr, te dan la espalda y muchas veces niegan que te conocieron, son pocos lxs valientes que se atreven a quedarse junto a ti, la opinión pública hace su trabajo y por todos los métodos posibles el sistema te intenta aislar, ya no necesitan ensuciarse las manos con la pena de muerte, hoy en día son más sofisticados y democráticos los métodos, hacen que tu vida deje de tener sentido porque te alejan de todo lo que formabas parte, y esto no sólo lo hacen físicamente al meterte dentro de una jaula, también psicológicamente al reducir tus convicciones, te satanizan colectivamente, borran los recuerdos de lo que alguna vez fuiste y te transforman en un caso televisivo, en un fallido ataque explosivo, en un asalto bancario con un policía abatido, o en un miembro de una fantasmagórica organización terrorista, eso eres, esa es tu carta de presentación, y tanto es así, que si no te vuelves conciente de que eres mucho más de lo que la prensa dice, te lo terminas creyendo; y el mejor ejemplo lo puede dar el Mauri, ¿por qué es conocido? por un 22 de mayo fallido y ¿alguien alguna vez supo de las veces en que ayudaba a las viejas de su barrio con las pesadas bolsas de mercadería? Nosotrxs mismxs nos encargamos de reducirlo a una fecha en el calendario. La sociedad te golpea psíquicamente, tus días ya no tienen el sentido de antes, no vales nada y les has estropeado la vida a todxs a tu alrededor, ¿para qué seguir existiendo? ¿para causar más dolor? Ya no necesitan mancharse sus manos con tu sangre, por favor, somos personas civilizadas, a cambio, te incitan a que tu mismx acabes contigo, porque te han reducido a un mero episodio, eso eres, un terrorista que lo único que sabe hacer es producir dolor a su alrededor, así que lo mejor que puedes hacer es hacerles el favor a tus seres queridxs, si es que aún te queda algo de corazón y terminar con tu vida. Este es el discurso encubierto que reproduce nuestra flamante democracia
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chilena, ya no hay revolucionarixs, ahora nos minimizan a simples terroristas, porque claro, un/a revolucionarix es alguien con sentimientos, con ideas, amante de la libertad y compañerx de el/la oprimidx, es decir, alguien dignx de imitar, en cambio, el/la terrorista es una sombra impune que no tiene corazón y está obsesionadx con el uso de la violencia por traumas infantiles del pasado, y ¿cómo enfrentar esta situación? Por mi parte he aprendido a mantenerme a raya de la opinión pública, que es muchas veces la opinión de la prensa burguesa, con el simple hecho de analizar su cometido se viene a pique gran parte de su discurso, aunque no negaré que muchas veces en su trabajo han sabido herirme profundamente, sobre todo cuando te percatas de que estas opiniones salen de la boca de las personas que amas, cuando son ellxs lxs que te ponen entre la espada y la pared, o te matas o nos sigues lastimando, guau, qué difícil, qué fuerte, entonces te toca decidir, o tú o ellxs, o tú o lxs que más amas, ¿y si eliges por ti? ¿qué sentido tendrá la vida sin ellxs? ¿escogerás por ti? ¿tan poco lxs amas? ¿tú? ¿ellxs? ¿el instinto de supervivencia o tu amor? ¿cuál es más fuerte? Al parecer ninguna es la alternativa correcta, pero escojo por mi vida, si no me amo yo, es imposible que pueda amar a lxs demás. Y termino expulsando de mi vida y de mi corazón a varias personas para siempre, sigo avanzando, sólo y herido igual que aquella madrugada, confundido, con la muerte rondándome y rojo en llamas de ira, la vida me golpeó nuevamente, pero es sólo un capítulo más y me vuelvo a levantar, esta vez con la ayuda de la que nunca faltó, la solidaridad. Ahora lo reflexiono, a un año del bombazo que casi me cuesta la vida, y no me arrepiento de estas decisiones, fue lo mejor, el dolor, al igual que con la bomba, fue momentáneo, pero la vida siguió y el sufrimiento de estos episodios se vio difuminado con el paso del tiempo, la vida, la lucha continúa, y lo que hoy se ve infranqueable el día de mañana no será más que una anécdota, un capítulo más en esta existencia de combate. Hasta ahora he hablado de dos posibles consecuencias en la lucha revolucionaria, la prisión y el ser reconocido como un/a enemigx de la sociedad, pero aún no hablo de la consecuencia que más se nota en mi caso, la mutilación de nuestros cuerpos, y cómo podemos seguir luchando pese a esto. Si me toca hablar de rehabilitación y de cómo la mutilación
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de nuestros cuerpos pasan a ser como una cruz que hay que llevar de por vida, creo que es importante señalar que cada caso es particular, teniendo sus ventajas y dificultades propias. Pero supongo que a fin de cuentas hay bastantes similitudes. Al principio estás desanimado, es como un cataclismo que sacudió tu vida y todos los sentimientos lindos se encuentran bajo los escombros de la mutilación, deseos que lo que te sucedió sea solo un mal sueño del que ya despertarás, te vuelves obstinadx con lo obvio, esto no te pudo haber ocurrido a ti, tiene que haber una explicación, pero la única explicación es la que te dicta el espejo, pasan los días, te deprimes, piensas que jamás lo superarás, debes pedir ayuda para algunas tareas básicas y esto te genera una incómoda humillación, te vuelves odiosx y te frustra esta nueva situación, las personas que te intentan animar notan tu resignación, la vida así no tiene sentido, pero se esfuerzan por apoyarte a pesar de tu genio, estás irritado, no deseas ni hacer ejercicios ni rehabilitarte, quieres mandar todo a la mierda, quitarte la vida, eso, parece ser una opción, pero tienes miedo que al intentarlo quedes peor, te has vuelto cobarde, estás confundidx, lloras en las noches de soledad y te muestras como una fiera frente a lxs demás, estás heridx, lo sabes, pero tienes que sanar tu corazón para poder empezar a rehabilitarte. Si logras llegar hasta esta parte, tienes un paso avanzado en el camino hacia la victoria, tu victoria, porque esta es tu batalla, ahora debes armarte de paciencia, la frustración está a la vuelta de la esquina, una, dos, tres, cien caídas, nadie dijo que sería fácil, pero mírate, no lo haces muy bien, pero lo haces, y solx, sin ayuda, una palmada en la espalda, el resto es práctica te dicen, vamos, si lo pude hacer una vez, podré de nuevo, miras a tu alrededor, físicamente estás solx, y lo logras, sonríes, ¿hace cuánto que no sonreías? No necesitas demostrárselo a nadie, te lo has demostrado a ti mismx, eres un/a guerrerx dando una de tus mejores peleas, te resignas a no morir, esto es para valientes, unos tropezones más, la burla de lxs de siempre, la realidad se encarga de ponértela cuesta arriba, te achacas, la cosa está difícil, pero ya no renunciaste, eso es un hecho, miras hacia atrás, has avanzado mucho como para derrumbarte aquí, ahora tienes motivos para continuar, no les puedes fallar a todxs ellxs, a lxs que te aman y te quieren ver feliz, pero por sobre todo, no puedes fallarte a ti mismx, te lo
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dijiste una vez cuando las cosas se ponían difíciles, se es guerrerx para toda la vida, y aprietas los dientes frente a la vergüenza, algunas veces te dices cosas horribles, eres implacable frente a ti, otras tantas te sientes el/la más orgullosx del mundo, no caíste a pesar de todo, los días avanzan, empiezas a tomarle el ritmo a todo esto, ya no te amargas frente a tu reflejo, lo comienzas a aceptar, aprendes cosas nuevas para este contexto, pero no tan nuevas para la vida misma, reaprendes a aprender, las cosas ahora se ven de un matiz distinto y una tarde con el sol aún de compañía te colocas el ultimátum, si no rehago mi vida para esa fecha no seguiré adelante con esta locura… Finalmente persistes, logras superarlo, llega esa fecha donde tienes que hacer la evaluación de tu desempeño y la sonrisa en tu cara devela que has pasado la prueba exitosamente y con creces, luego no te sientes ni inválidx ni discapacitadx, ni nada, eres un/a guerrerx más, listx para enfrentar cualquier cosa. Con lo que concierne a mi caso en particular, supongo que me sucedió lo que les pasa a la mayoría de lxs accidentadxs graves, quise buscar una solución rápida y sencilla (la muerte), pero varixs me provocaron, algunxs de manera muy grosera, a que por lo menos lo intentara, y así, aferrándome a la solidaridad me mantuve hasta que la recuperación empezó a dar sus primeros resultados, ya con estos antecedentes, me metí entre ceja y ceja que podía levantarme de esta caída, recuerdo que la obstinación y terquedad me jugó mucho a favor, pues hubieron personas que no daban ni un veinte por mi rehabilitación (incluso especialistas), pero al final el mejor juicio lo emitiría yo, solo era cuestión de tiempo, también recuerdo que pasé muchas vergüenzas que prefiero no revelar jejeje, y éstas me sucedían porque como iba contra el tiempo en mi recuperación, trataba de hacer/practicar todo, incluso sin haber ensayado las cosas, y digo que iba contra el tiempo porque yo deseaba entrar en la cárcel lo más rehabilitado posible, no quería ni pensar en que un carcelero me asistiría, y por suerte nunca ocurrió. Luego de entrar en la cárcel un 22 de noviembre con el estómago apretado y la moral en alto, me dispuse a aprovechar este nuevo escenario de encierro total para terminar de rehabilitarme por completo, y no faltaron momentos donde
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por mi condición física me ridiculizaron, pero ante estas situaciones me mordía la lengua y pensaba que tarde o temprano se arrepentirían de sus burlas, porque yo mejor que nadie sabía que escupían al cielo, pronto estaría totalmente recuperado y no se atreverían a hablarme así; el tiempo pasó, demoró, transcurrió lento como una tortuga, yo ejercitaba todos los días, sin treguas, hiciera frío o calor, era disciplinado conmigo mismo, y fue cuestión de práctica, paciencia y perseverancia (las 3 “P” como yo les decía) para hallarme totalmente rehabilitado, y bueno, aquí estoy, mírenme a un año del bombazo que casi me mata, ¿quién dijo que mordería el fango de la humillación por siempre? ¿quién dijo que estaría derrotado por el resto de mi vida? ¿quién dijo que la lucha no nos hace grandes? Si mis ideas me pueden llevar a perder la vida, también me pueden llevar a recuperarla, esa siempre fue mi apuesta, por eso me he lanzado con todas mis fuerzas a la lucha, porque reconozco en ella la grandeza de romper con las cadenas, y es cosa de observarme en el cotidiano para confirmar esta aseveración, si con decirles que puedo hasta enhebrar una aguja, así, tal cual como estoy, sin 8 de los 10 dedos de las manos, puedo atar mis cordones, cocinar, lavar, hacer bonitos cubos de origami y lo que se me plazca, puedo incluso realizar todas las tareas que hacía antes, claro, la única pequeña diferencia es que me demoro un poco más, pero ese es un detalle tan pequeño, tan ínfimo si lo comparo con lo cerca que estuve de la muerte, que lo paso por alto, porque después de todo siempre lo supe, para lxs revolucionarixs no existen imposibles, y mi espléndida recuperación es prueba de ello. Lo importante es nunca perder el espíritu de lucha, jamás, no importa qué tan terribles se vean las cosas, pero mientras no te traicione tu mente y tu corazón, lo demás pasa a ser casi un detalle, nuestros cuerpos pueden flaquear, es cierto, pero lo que nos hace grandes no tiene nada que ver con carne y huesos, lo que nos convierte en gigantes son nuestras convicciones, nuestro espíritu de saber que hacemos lo correcto. Ahora, escribo estas líneas no sólo para advertir las nefastas consecuencias que puede traer consigo la lucha revolucionaria, lo hago también para aportar en la creación de nuevos y no tan nuevos métodos para enfrentar los difíciles
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caminos por los que nos pueden llevar nuestras decisiones. Y es que en esta ocasión sólo puedo aportar con unos cuantos ejemplos, por lo que incito a otrxs compañerxs a compartir sus experiencias, pues las posibilidades de la lucha son infinitas, locura, violación, exilio, mutilación, victorias, torturas, clandestinidad, risas, presidio, dolor, delación, amnesia, dependencia, golpes, humillaciones, muertes, todas, ninguna, otras, y tantas más, y ¿cuántxs de lxs guerrerxs, hoy en la calle, que combaten contra el poder y sus designios saben esto? es decir, ¿qué tan preparadxs estamos para asumir los costos de la guerra social si no sabemos este tipo de cosas? ¿podemos hablar de no arrepentimiento sin tener en consideración todo esto? ¿entendemos lo que significa la cárcel? ¿lo que conlleva? ó ¿comprendemos lo que acarrea que un/a compañerx quede locx? ¿hasta dónde entendemos las consecuencias de declararnos enemigxs del Estado/Capital? En una lucha contra el sistema en su totalidad, tenemos todas las de perder, ¿y aceptamos estas condiciones antes de embarcarnos en la búsqueda de nuestros sueños? Yo soy de la idea de saber en lo que uno está metidx, para también así saber atenerse a las consecuencias, asumirlas y salir airosxs de ellas, porque de lo contrario sucede lo que ya advertía una querida y extrañable compañera, nos convertimos en la peor propaganda de lucha. Si lo pensamos detenidamente, no es de extrañarnos que muchísimxs compañerxs de antaño hayan escogido el autoexilio como respuesta a algunas de estas consecuencias, y es que realmente es muy difícil continuar la lucha en una región donde mediática y socialmente el sistema grita por tu aniquilamiento, después de todo ¿cómo se puede enfrentar al sistema cuando éste está obsesionado con enfrentarte a ti, al haberte individualizado, localizado y apuntado? Ahora, creo que si bien es cierto el exilio de antaño sirvió para escudarse en la comodidad de una vida normal, lejos de la criminalización de las ideas revolucionarias, hoy en día, y con la vigencia de la propuesta de lxs compañerxs de la Conspiración de las Células del Fuego, de armar un Frente Revolucionario Internacional, queda de manifiesto que no importa dónde nos encontremos, la lucha continúa hasta el final, porque no importa si nos encontramos prisionerxs, exiliadxs en otra región, o clandestinxs
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en otro continente, la lucha es una sola y supera las barreras de las naciones y fronteras, porque independiente del idioma que hablemos o de la idiosincrasia que nos diferencia, la lucha sigue siendo contra estructuras del poder, contra los valores de la autoridad y contra las lógicas de explotación y dominación, hermanándonos de esta forma con todxs y cada unx de lxs guerrerxs que pelean por el mismo objetivo que nosotrxs, la libertad. Me reconozco en la lucha internacionalista, pues conozco de primera mano sus excelentes resultados, motivo por el cual aprovecho esta instancia para unirme a la propuesta de lxs compañerxs en Grecia, abrazando la iniciativa de la F.A.I./ F.R.I. como un proyecto que apela a los mismos criterios que yo, esperando que este comunicado sea un verdadero y real aporte, sobre todo para lxs compañerxs que viven situaciones similares a la mía y/o lxs que en un futuro, no deseable, tengan que pasar por esto. Si me toca hacer un balance de todo esto, a un año del bombazo que casi me cuesta la vida, mi resultado es positivo, muy positivo, y no negaré que las cosas estuvieron difíciles, porque hubieron días oscuros como la profundidad del mar, donde todo se desmoronaba a mi alrededor, mi vida tal y como yo la había construido se fue a la mierda, pero esto me ayudó, con el dolor que contraía, a entender que todo eso que había edificado no lo había hecho de manera lo suficientemente sólida como para aguantar la praxis de mi discurso, si familiares, amigxs, compañerxs y amantes emprendieron el vuelo de mi lado, hablando de una manera mucho más profunda que sólo físicamente, al verme en esta situación, donde muchos pensaron que era mejor que me hundiera solo antes que acarrease a más personas conmigo, pues creyeron que jamás me levantaría de esta, si todas estas personas que me subestimaron porque en su pequeñez pensaron que ni ellxs mismxs sería capaces de pararse de una caída como la mía, hoy en día no están a mi lado, es sólo por su mediocridad, porque sépanlo, cariño no me faltó para disculparlxs, después de todo, nadie de nosotrxs estaba preparado para esto. Pero tal como en la rudeza de mis palabras y de la vida, no faltaron los gestos de amor y de entrega absoluta, haciéndome saber que a pesar de todo allí estarían, conmigo, en las buenas y en las malas, hasta el final, reafirmando los lazos ya forjados, quizás
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sólo con incrédulas miradas de compañerismo, con una que otra conversación dándole vuelta la cuadra, compartiendo una merienda o criticándonos fraternamente en la banca de una plaza. El Poder me deseó anulado de la lucha, quisieron suspenderme eternamente en el 1 de junio del 2011, e incluso hasta el día de hoy lo intentan, es cosa de observar por qué soy conocido o dónde me encuentro, pero para mi nada de esto se detuvo, continué, me levanté, mostré mis garras nuevamente y seguí luchando, enfrentándome al enemigo constantemente, como en mis mejores tiempos, porque no soy un guerrero que hay que recordar con añoranza, soy un compañero más, uno más de la manada, sólo que en los intestinos de la bestia carcelaria, lo único que me diferencia de lxs compañerxs en la calle es el escenario donde nos enfrentamos, pero si ustedes son capaces de arriesgar su libertad y hasta la vida en la lucha que nos hermana ¿por qué debiese ser distinto para mí? A un año del fallido ataque a la sucursal bancaria del Santander, me he levantado con fiereza, vencí, aunque me sienten en el banquillo de lxs acusadxs, porque supe tomar las riendas de mi vida con mis propias manos, triunfé ante la vida mercantilizada que nos quieren imponer y ante la muerte como única salida, pero esta victoria no es sólo mía, qué arrogancia de mi parte sería creerlo así, porque si no fuera por lxs arrojadxs compañerxs que se atrevieron a entregarme sus ánimos y cariño, ténganlo por seguro, hoy no estaría escribiéndoles estas líneas, por eso, nosotrxs, lxs combatientes de la nueva guerrilla urbana, somos su derrota. A todas estas bellas personas que entienden que la guerra social es mucho más que bombas, balas y bencina, y que saben que la solidaridad es mucho más que un hobbie donde invertir el tiempo disponible, a todxs aquellxs que no pueden conciliar el sueño mientras sepan que unx de lxs suyos esté sufriendo, a esxs que si no tienen tiempo disponible se lo rebuscan, faltando al trabajo o a clases porque saben que de ellxs depende mantener alta la moral de el/la compañerx, a todxs aquellxs que asumen la divertida y excitante aventura de conquistar la libertad, a lxs compañerxs de la F.A.I./ F.R.I., a mi querido amigo Reyhard Rumbayan (Eat), que con sus nobles gestos me ha brindado la fuerza cuando flaqueaba, a todxs lxs absueltxs del montaje caso-bombas, que su libertad
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me significó una sonrisa cuando pareció haber una tormenta, a lxs compañerxs de la Conspiración de las Células del Fuego, que con su dignidad me motivan a continuar luchando, a Gabriel Pombo da Silva, Marco Camenisch, y a todxs lxs compañerxs investigados y arrestadxs en la razzia represiva contra el movimiento anarquista en Italia, al Mauri que me enseñó que un lobo aprieta su quijada incluso después de muerto, a los colectivos autónomos que atacan decididamente, a lxs compañerxs clandestinxs, exiliadxs y secuestradxs, a lxs valientes solidarixs, a las conciencias rebeldes, a todxs ustedes les dedico estas líneas, les mando un caluroso abrazo y les debo el empeño de mantenerme con vida, porque tienen que saberlo, fueron oxígeno cuando no lo había. ¡Porque cuando ustedes gritaron “fuerza compañero” me sentí más fuerte que nunca! ¡Porque ni la cárcel, ni la agonía, ni la muerte nos detendrá! ¡Viva el Frente Revolucionario Internacional! ¡Viva la Federación Anarquista Informal! ¡Muerte al Estado! ¡La lucha continúa! ¡Hasta la victoria, siempre! Luciano Pitronello Sch. Preso Político Insurreccionalista.
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