El Libertario 11 (edición mayo 1998)

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Las mujeres somos modeladoras de l@s futur@s hombres y mujeres. Transmisoras de la educación, formamos a nuestr@s hij@s, conformamos su visión del mundo, su capacidad para amar, sus pensamientos. Nuestra responsabilidad se agrava en una sociedad occidental donde se nos adjudica todo el peso de la educación. Pareciera que en vez de sentar las bases de un futuro ser pensante autónomo, asumiéramos crear un reflejo, un depósito de sueños propios, de frustraciones... a lo que hay que añadir la otra cara de la moneda: la mayoría de las madres latinoamericanas son chicas que no han llegado a la adultez, que se enfrentan -en la mayoría de los casos- a una maternidad no deseada, una relación inestable y transitoria, a la carencia de bienestar económico y de seguridad social, así como a la intervención directa de las instituciones del Estado, sobretodo la iglesia y su código familiar, etc. Con semejante situación inicial nos enfrentamos. Basta con tomar en cuenta estos elementos -que no son el todo- para plantearse un discurso que vaya más allá de promocionar la libertad sexual como camino de igualdad, placer y realización plena. Si algo conforma una experiencia directa es la educación que hemos recibido y la contradicción que nos causa más de las veces frente a nuestra ideología, desde nuestros actos más simples y compromisos más globales.

Mujer y maternidad

(II)

(*) La primera parte de este artículo se publicó en El Libertario Nº 7.

Dakmar H.

Antes de proponer el rechazo a la homofobia, la represión, la destrucción de la división de géneros, debemos trabajar por el favorecimiento de un proceso comunicacional abierto y sincero donde podamos discutir y compartir experiencias. Proponemos asumir una vinculación más cercana no sólo en las relaciones personales, también en el colectivo, donde la relación no sólo debe ser horizontal, sino más fraternal y más humana, en la escuela, en la calle, en la casa. Frente al lenguaje y las relaciones impuestas por el patriarcado, frente a un proceso comunicacional mediatizado por la relación de poder, por el egoísmo, las mujeres debemos propiciar creativamente una nueva forma de comunicarnos, rechazando los esquemas sexistas, inhibitorios y patriarcales que dominan nuestras relaciones , y donde los hombres participen activamente, no sólo como compañeros de colectivo, sino como entes afectivos, como individuos que forman parte del mismo proceso. Las relaciones no pueden quedarse en el plano lúdico y libre, pues estaríamos obviando el trasfondo. Es necesario un acercamiento a la historia de cada un@, y replantearla, cambiando esa concepción de conocimiento profundo exclusiva de las parejas tradicionales, donde pareciera un acuerdo común - y tácito- el esforzarse por comprender, conocer y ayudar sólo a el/la compañer@, obviando el proceso de crecer y/ o cambiar cuando termina la relación, estableciendo entonces una relación apreciativa del/la otr@ no sólo como un objeto, sino uno que ha perdido valor, lo que causa rabia, frustración, dolor. En la mayoría de los casos, y es lamentable admitirlo, nos encontramos con que el/la “compañer@ libertari@” es-tablece ulteriores relaciones de pareja con cualquier otr@ de manera superficial y advenediza, como si los seres humanos sólo cumplieran la función de rellenar espacios, cumplir papeles meramente recreativos o servir de paliativo, más que continuar con lo que conforma la experiencia del amor en las relaciones igualitarias. Sin embargo, nuestra lucha no se limita a denunciar, y más que lamentarnos, proponemos continuar creciendo y evolucionando en búsqueda de lo que verdaderamente creemos y sentimos. En este sentido, la revolución es la sinceridad y la amistad como herramientas de cambio, sobre todo si es el amor, la capacidad de soñar y el esfuerzo por cambiar lo que somos, lo que sentimos por el/la otr@ para emprender el camino junt@s, no dañar ni utilizar a nadie en nuestros procesos y construir nuevas realidades, superando el pasado. Esperamos que esta reflexión pueda suscitar debates y que sigamos construyendo junt@s. Amor y Anarquía

Comunicación y anarquía, amor libertario

r o AmrtArio Libe

La visión que proponemos no es exclusiva del anarquismo, es una búsqueda que representa un ideal a alcanzar por tod@s aquell@s que buscan un cambio definitivo frente a las relaciones “humanas” que nos han enseñado, donde el sexismo, el poder y el maltrato parecieran ser las constantes. Nuestra actuación frente a las relaciones sexuales que establecemos es sólo un reflejo de lo que sentimos en general; entonces ¿Qué hacer? Las mujeres siempre hemos sido las más perjudicadas dado nuestro papel pasivo inculcado y asumido en todos los órdenes, pero pensar que somos las únicas víctimas es un error. Y plantearse una lucha sólo desde nuestra perspectiva es una tendencia que debemos erradicar definitivamente.

En la búsqueda del ideal

Partiendo de la negación y eliminación de toda forma de poder en las relaciones, sean políticas, económicas o sexuales, l@s anarquistas luchamos por fomentar una nueva visión frente al trato, la convivencia y el sexo, sobre todo este último, por ser la obsesión enfermiza de las religiones judeo-cristianas, el marco idóneo para múltiples manifestaciones de violencia y la causa de muchos prejuicios y tabúes. Es, sin duda, un camino largo y difícil alejarse de los vicios y posturas determinantes de nuestro modelo paradigmático que representa la familia. Una mala relación afectiva en el núcleo familiar nos marca inexorablemente. Deslastrarse de la ausencia de cariño, el poder, la dependencia, la inseguridad, el egoísmo, la violencia, la posesión y otros factores de “herencia” representan no sólo elementos a erradicar, sino obstáculos que atacar y eliminar.

...porque en un mañana cesen las relaciones de conveniencia, de utilitarismo o de interés, basadas en el miedo y en el egoísmo, más que en el afinidad, el conocimiento mutuo, en el amor.

EL LIBERTARIO

a LIBERT RIO Observamos desde comienzos de este año, no sin cierto interés, un despertar de las variadas fuerzas sociales y políticas que habian estado dormilando en los últimos tiempos. Y en estas épocas de apatía y conformismo, tal retorcimiento es como para ilusionarse que las cosas, por lo menos, se van a mover un poco. Pero, las causas de tal despabilamiento nos desdibujan la ilusión en escepticismo, ya que las mismas se enmarcan en una carrera coyuntural que tiene como meta las elecciones presidenciales de diciembre. Publicaciones, agrupamiento de gentes, tomas de posición y pintas en la calle evidencian el deseo de participación sectorial y popular, en alguno de los bandos cuyo trasero aspira el acariciar la silla de Miraflores. Creemos que las buenas o malas intenciones de hacerse con la presidencia terminaran, como ayer, cediendo a las presiones y negociaciones que el cargo impone. El discurso y práctica del poder representativo se ha mostrado reiteradamente unidimensional:

legitimarse y perpetuarse a si mismo, cosa que en los últimos 40 años se ha traducido en privilegios para las élites y miseria y represión para la mayoría. La experiencia del socialcristiano Caldera nos debiera servir de aprendizaje, que prometiendo en su campaña no negociar con el FMI, meses después de su investidura dio luz verde a la implantación, sin condiciones, de las recetas macroeconómicas del organismo multilateral. ¿Es Caldera un mentiroso o una víctima de las circunstancias? Las dos cosas. El gran sentimiento de rabia antisistema lo ha venido capitalizando Chavez. ¿Representa el militar golpista una verdadera alternativa de cambio, de trastocamiento del status-quo? Lo dudamos sobremanera. Sólo dos elementos enunciamos por el poco espacio: Uno, su formación castrense a pesar del maquillaje, es tan profunda en todos sus esquemas de pensamiento que se permite el hablar de las regiones electorales como frentes de batalla a conquistar. El ejército es la antítesis de la sociedad civil y sus valores diametralmente opuestos a los democráticos... militar es militar aunque lo fajen chiquito. Por otro lado, y sólo falta seguir con atención sus declaraciones en los medios, su verborrea es tan ambivalente como la del resto de los candidatos. Su discurso se transforma de acuerdo con el auditorio al que se enfrenta: un sector del 23 de Enero, Fedecámaras o un gremio de profesionales de la clase media. Esto es muestra de que los pactos y concesiones se vienen fraguando debajo de la mesa, a cambio del apoyo económico y político que cualquier candidato que se precie necesita. En este sentido se ha conformado, oportunista o ingenuamente, un grupo en extremo heterogéneo bajo el paraguas del Movimiento V República: Una suma de colectivos e individualidades que en la lucha de calle poseen muy pocas convergencias, detalle que han preferido olvidar momentaneamente por alcanzar un trozo del pastel. Sostenemos que la brega por la construcción de espacios de democracia real, participativa y directa es todos los días y en todas las circunstancias. Del spring electoral sólo quedará el cansancio y los malos recuerdos de sus luchas intestinas por las cuotas de poder. En tal sentido, delegar y depositar un voto cada cinco años es sólo un formalismo, una planilla que se llena para cambiar de amos. La pelea es y debe ser, por tener la capacidad de de-cidir todos los días los aspectos que condicionarán nuestras vidas: desde si queremos ir o no al Servicio Militar o si es conveniente que construyan un centro comercial en medio del barrio. Empezar por lo pequeño y construir y enlazar espacios de participación directa hacia lo macro, no al revés. CRA

Vocero libertario de ideas y propuestas de acción - Año 2 nº 11 - mayo/junio 1998, Venezuela - Bs 100

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