VENEZUELA: ¿TRANSICION AL SOCIALISMO O CONSOLIDACION DEL CAPITALISMO? A MANERA DE INTRODUCCION Hoy la situación política del país, repite como tragedia, lo que en 1998, se presento como una farsa. En aquel entonces un militar se disfrazo de Mesias y redentor de amplios sectores sociales del país, principalmente obreros, trabajadores públicos, estudiantes y campesinos que venían de más de treinta años de derrotas y fracasos en sus luchas contra el capital y su Estado. Estos ultimos habían logrado arrebatarle la mayoría de las conquistas democráticas alcanzadas el 23 de enero. El nuevo Salvador de la Patria con una palabrería hueca y cansona llena de frases comunes y de amenazas, que a todas luces eran más bravuconerías que reales intenciones de cumplir, se apropio del viejo lenguaje del nacionalismo burgués y de la “izquierda permitida”, prometiéndole a ese pueblo derrotado llevarlos “a la mayor suma de felicidad posible” tal como se lo dictaba el evangelio, de Bolívar, declarado nuevo Dios oficial. La crisis de gobernabilidad abierta entre 1989-92 evidenció el agotamiento del viejo modelo de dominación basado en un Estado benefactor, paternalista, con una democracia representativa dirigida por los partidos socialdemócratas. El triunfo del capital sobre el trabajo luego del periodo de la lucha armada donde la pequeña burguesía urbana radicalizada es derrotada militar y políticamente y casi en su totalidad es asimilada a la estructura del Estado en su papel de Izquierda permitida y opositora legal, donde muchas veces como individuos u organizaciones va a acceder a las funciones de gobierno, no solo en el parlamento, sino en el mismo ejecutivo. Esta crisis de gobernabilidad y de deterioro en las condiciones políticas y económicas era evidente para finales del siglo pasado. El escritor Aníbal Romero capta con bastante exactitud la crisis de gobernabilidad de la época, describiéndola en los siguientes términos. Ya desde fines de los años setenta y comienzos de los ochenta y hasta el presente, los estudios de opinión pública han venido revelando un obvio y creciente proceso de anomia en amplios sectores de la población. Ese proceso ciertamente ha coincidido con el deterioro de las condiciones de vida de la mayoría, y está vinculado también con la difundida percepción de que buena parte de los individuos y organizaciones que han gobernado a Venezuela durante la etapa democrática, han sido y siguen siendo básicamente corruptos e incompetentes, y han dilapidado y robado una riqueza que pertenece a todos los ciudadanos. En síntesis, argumentaré lo siguiente: uno de los mitos fundamentales que ha servido de cemento al sistema político venezolano durante aproximadamente cuatro décadas, está extinguiéndose en los corazones y las mentes de la mayoría. Ese mito no es otro que el de la democracia como "poder del pueblo". La democracia como tal, y no éste o aquél gobierno democrático, ha dejado de actuar como mito cohesionador; la anomia se ha apoderado de vastos sectores, que están en busca de un nuevo mito, pues se han convencido de que el actual orden dé las cosas, lejos de instaurar el poder del pueblo reproduce el dominio de élites corruptas e Incompetentes. Si bien es cierto que las encuestas aún sugieren que la gente prefiere la "democracia" en abstracto, las realidades del apoyo popular a los golpes de Estado, el elevado abstencionismo electoral, y la convicción predominante entre la gente de que los mejores gobiernos que ha tenido el país este siglo son las
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