Jaime Daniel Bernal González elmohandetierrafirme@gmail.com
“MIJO, ESTUDIE PARA QUE SEA ALGUIEN EN LA VIDA”
Plantear ideas es una acción simple, pero al mismo tiempo introduce en la realidad de los procesos humanos y sociales, la cual es compleja. Mientras tanto la realidad tiene sus pre-supuestos, por ello no existen comprensiones de la realidad que sean neutras, o que se asuman como tales, el mismo Paulo Freire (2006) lo considera en su pedagogía de la autonomía planteando de modo interesante, la importancia de tomar postura crítica frente a diversas realidades sociales, que a su vez permitirán a los oyentes, adoptar su propia posición. El conocimiento siempre es mediado por las categorías espacio temporal que constituyen al ser humano primariamente histórico. Dentro de esa mediación del conocimiento adquirido están los pre-juicios, o en palabras de Heidegger (1965), las ‘precomprensiones’ o el ver pre-vio que condiciona la percepción de la misma realidad. Siguiendo a Heidegger, cierta comprensión del ser es en cada caso ya incluida en toda aprehensión del ente.
En otras palabras cuando se conoce, o se habla, o se escribe, no se parte de cero sino de una mirada previa que hace precomprender aquello que se pretende conocer. Esta previsión puede compararse con el horizonte último de conocimiento frente al cual siempre es necesario estar situado desde un punto determinado. Es decir, en la precomprensión de la realidad se percibe un horizonte último de referencia que consiente situar lo particular dentro del mismo horizonte y éste es el ámbito de la visión que abarca y encierra todo lo que es visible desde un determinado punto(Gadamer 1977). El horizonte como referencia última aparece así en lo particular y situado. Lo Particular es inteligible cuando aparece dentro del horizonte. Esto es lo que comúnmente se ha llamado "el Círculo Hermenéutico”, que no es otra cosa que la relación horizonte de sentido y experiencia dentro de este mismo horizonte, todo ello en el proceso de comprensión y de lectura de la realidad. La realidad es que cinco mil años de historia científica han cobrado catorce mil guerras, que han promovido la muerte a