Skat acaba de terminar la primaria y se dispone a pasar plácidamente los dos largos meses de vacaciones rodeado de su música, sus juegos, sus libros y sus amigos. Saborea la idea de que está a punto de entrar a ese territorio que separa a los hombres de los niños: la secundaria. Su padre tiene otros planes: irse a Papantla, ciudad que Skat no conoce y en la que piensa que morirá de aburrimiento. Sin embargo, desde que comienza el viaje una serie de acontecimientos extraños empiezan a envolver a Skat, que se debate entre el miedo y la curiosidad.