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Embajador de nuestra calidad agroalimentaria’ , por Jesús Julio Carnero

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por Carlos Aganzo

por Carlos Aganzo

Embajador de nuestra calidad

JESÚS JULIO CARNERO

CONSEJERO DE AGRICULTURA, GANADERÍA Y DESARROLLO RURAL

El río baja como baja, revuelto. No son momentos sencillos, en general para ningún sector económico, y el del vino no es una excepción. El cierre de la hostelería está provocando una importante paralización en la actividad de nuestro sector. Pero hay que quitarse el sombrero ante el gran esfuerzo que están realizando bodegas y denominaciones de origen a través, mayoritariamente, de la venta ‘online’ y de las iniciativas en redes sociales. Se trata de una tendencia que se está incrementando día a día y que ha venido para quedarse porque constituye un nuevo canal de comercialización generador de confianza.

Las exportaciones de nuestros vinos a terceros países han crecido en los últimos cinco años alrededor del 25% y ha superado por primera vez la barrera de los 200 millones de euros, 215 millones en concreto, con 36 millones de litros vendidos.

El canal Horeca es habitualmente el punto fuerte de las ventas, y ante el panorama actual se está produciendo un cambio de tendencia en los consumos. Se descorcha más vino en casa, pero nunca va a compensar el parón.

Ahora bien, a propósito de toda esta situación, pienso que el mejor baluarte, nuestra mejor defensa, continua siendo la calidad. Ese elemento diferenciador es el que ha permitido mantener una línea de crecimiento continua en el tiempo, y hoy uno de cada cuatro vinos de calidad que se consumen en España son de Castilla y León. Y esto es consecuencia directa del trabajo de nuestros viticultores, vinicultores, agricultores y bodegueros que con sus manos, y de generación en generación, han acabado haciendo de la calidad el exponente fundamental y cotidiano de este sector agrario.

La Consejería, no ajena a este envite del virus, ha trabajado desde el principio con acciones claras puestas a disposición del sector para paliar los efectos de la pandemia, y todo ello dentro de nuestro programa ‘Somos del Campo’.

Según el PASVE (Programa de Apoyo al sector vitivinícola español), y ante la situación del Covid 19, había tres posibles medidas: destilación de crisis, que apenas hemos utilizado en Castilla y León, almacenamiento privado, utilizada en menor medida, y vendimia en verde, la que más hemos utilizado por las características propias de nuestros vinos.

Respecto a esta última, vimos que el presupuesto europeo total a través del PASVE para todo el territorio nacional tenía un importe de 10 millones de euros a abonar en los ejercicios financieros 2020 y 2021. Se demostró que era una cantidad escasa e insuficiente, y por eso desde la Consejería reivindicamos al Ministerio que solicitara un incremento de financiación europea para que se pudiera realizar la cosecha en verde en toda la superficie que cumplía los requisitos. También se expuso al Ministerio, como alternativa, que si Europa no incrementaba la financiación para esta medida, se pudiera aportar el presupuesto que faltaba entre el Ministerio y la propia Junta de Castilla y León, contribuyendo cada Administración con un 50%.

Pero finalmente el Ministerio no incrementó la financiación necesaria, comunicando a la Consejería la aplicación de un coeficiente reductor del 57% que obligaba a rechazar un número importante de superficie que quería acogerse a la cosecha en verde en la comunidad autónoma.

En toda la región se presentaron y validaron un total de 1.743 hectáreas por un importe total de 6,5 millones de euros. De ellas, con la aplicación del coeficiente reductor, se pudieron acoger a la subvención 750 hectáreas (quedándose sin derecho a esta ayuda cerca de mil hectáreas).

Entonces, la Junta de Castilla y León, al no tener respuesta del Gobierno de España, incorporó una ayuda específica con un presupuesto autónomo de 2,8 millones de euros en régimen de ‘minimis’ para los viticultores cuyas solicitudes de cosecha en

«Se descorcha más vino en casa, pero nunca va a compensar el parón en la hostelería»

«Uno de cada cuatro vinos de calidad que se consumen en España son de Castilla y León»

verde no habían sido aceptadas por el Ministerio pero cumplían los requisitos para ser beneficiarios de las mismas.

Por otro lado, la Consejería viene respaldando los programas de promoción del vino en terceros países de fuera de la Unión Europea, en los que se apoyan, entre otras actividades, misiones comerciales, campañas publicitarias y misiones inversas. Así, en la última convocatoria aprobada en junio de este año se han aprobado 124 programas con una ayuda de 8,8 millones de euros. Con esta medida no solo se apuesta por la consolidación de la posición de nuestros vinos en mercados ya consolidados, sino también por la apertura de nuevos mercados.

En definitiva, el sector del vino es uno de los pilares de la economía de Castilla y León, con una facturación que supera los mil millones de euros y que emplea a más de 19.000 personas (15.500 viticultores), la mayoría en el medio rural y dedicados a un negocio con arraigo no deslocalizable. Las 665 bodegas generan alrededor de 3.300 puestos de trabajo directos. En conjunto, se trata de un sector emblemático que actúa además como motor de arrastre de otros intrínsecamente relacionados, como el enoturismo, y un embajador de excepción para los productos agroalimentarios de calidad de Castilla y León, tanto dentro de España como fuera de nuestras fronteras, y que es tanto como decir, un embajador de cada uno de nosotros, los castellanos y leoneses.

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