La indiferencia también es violencia Página 10
27 de agosto de 2017
No. 1155
PERIODISMO CATÓLICO; FE QUE SE HACE CULTURA
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FOTO: CHUCHO PICÓN
AÑO 23
C
uando Jesús dijo que los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos nos estaba previniendo contra todo acto discriminatorio; contra toda violación a la dignidad de cada hombre como hijo de Dios. Desde luego, como sucede incluso entre hombres y mujeres de «buen corazón», no lo seguimos. Ni en esto ni en la mayor parte de su doctrina. Pensamos, como Orwell en Rebelión en la granja, que todos somos iguales, pero que hay unos «más iguales que otros…». Discriminar por el color de piel es rebajar al otro a condición de
Conoce al «Padre Jeringas», el sacerdote de la sanación Página 11
VENTANA ABIERTA Jaime Septién
Últimos y primeros inferior, descartable. A los ojos de Dios es un pecado. Socialmente es un disparate. Una ofensa al corazón del hombre: es juzgar un libro por su portada (dicho anónimo). El libro puede contener maravillas. La pregunta que debemos hacernos en la sociedad líquida es: ¿de dónde
viene tanto desfiguro? Lo voy a decir sin anestesia: de la tele y la publicidad. Ahí –luego el cine las refuerza— «aprendemos» que «el malo» siempre es más moreno y que la mujer es siempre la más débil. Que los «buenos» son capaces, blancos y jóvenes, etcétera. Al fi n de su vida el fi lósofo Karl
En tiempos de odio, la respuesta del Papa Francisco Página 7
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Popper escribió: «Creo que un nuevo Hitler, con la televisión, adquiriría un poder infi nito». Hay demasiadas evidencias de que su profecía se está volviendo realidad. No solamente en la práctica política, sino en el comportamiento social, por ejemplo, de los mexicanos: 55 de cada 100 discriminamos por color de piel. Y las mujeres por el mismo trabajo reciben la mitad de salario que los varones. Dividir entre últimos y primeros, entre blancos y morenos… es hacerle el juego al príncipe de la división. Al diablo. Cuando discriminamos, negamos a Jesús, por más «buen corazón» que presumamos tener.
El Observador
Pensaba que el aborto era la solución, pero escuchó el latir de su hijo Página 14