Tiempo nublado
Quizá mi generación fue la última que vivió lo que los entendidos llaman “transmisión automática de la fe”. Los abuelos eran católicos, los padres eran católicos, luego los nietos y los hijos eran católicos. ¿Edad de oro? Sí y no. Sí, porque la fe es un tesoro invaluable de vida. No, porque el automatismo no genera conciencia. Y sin conciencia de que se tiene un tesoro, se malgasta.
Debemos dejar atrás –como padres, como maestros, como párrocos—la melancólica memoria de “aquellos tiempos”. En las coplas que dedicó a la muerte de su padre, el poeta medieval Jorge Manrique dice que a nuestro parecer todo tiempo pasado fue mejor. Es verdad. Muchos de nosotros –me apunto como el primero—andamos hurgando en los recuerdos para exhibirlos como si lo de antes fuera posible practicarlo hoy.
Los medios, las formas, los lenguajes han cambiado. La fe tiene sus exigencias. La primera de todas, que inflame el corazón. Es sencillo echarle la culpa a Internet. La triada (tan escuchada en las homilías) del consumismo, el individualismo y el hedonismo que empapa la cultura actual existe. Mas no la vamos a derribar de las prácticas en las nuevas generaciones, si somos incapaces de agregarle a la fe una pizca de sentido común. Y una pizca de alegría. Vivimos tiempos nublados. Inútil será querer desaparecer las brumas por decreto.
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Por un Evangelio completo
En 1958 Joseph Ratzinger, futuro Benedicto XVI, era un joven sacerdote y profesor de teología que ya denunciaba la existencia de un “nuevo paganismo que crece inexorablemente en el corazón de la Iglesia, y que amenaza con socavarla desde dentro”.
Explicaba que la Iglesia en Europa ya no estaba siendo, “como en el pasado, una Iglesia formada por paganos que se han convertido en cristianos, sino una Iglesia de paganos que todavía se llaman cristianos pero que de hecho se han vuelto paganos”. Y advertía que esto arreciaría en el futuro.
Efectivamente, eso que señalaba hace 64 años ya también es patente en el resto del mundo, por ejemplo en México, donde, de acuerdo con estadísticas del Pew Research Center, el 90% de la población afirma ser cristiana (católica el 77%, y protestante el 13%), pero en su realidad diaria no se le nota este supuesto cristianismo.
Por ejemplo, el 40.9% de los mexicanos se declara a favor del aborto (Mitofsky, 2022); el 58% está de acuerdo con la drogadicción recreativa con mariguana (Mitofsky, 2019), y el 36% ha dicho estar a favor del “matrimonio igualitario”, y en el rango de los menores de 30 años esta aceptación se eleva hasta el 61% (El Financiero Bloomberg, 2016).
Es entonces evidente que la fe cristiana no está siendo bien transmitida a las nuevas generaciones. Muchos jóvenes todavía creen ser católicos aunque sus creencias sean radicalmente opuestas a las de la fe católica.
En 1994 un grupo de obispos españoles escribió una carta pasto-
ral titulada Evangelizarentiempos de increencia, en la cual reconocían que “la indiferencia religiosa de nuestros tiempos no es, por lo general, fruto de una decisión personal ni conclusión de un razonamiento teórico.
“Es más bien el resultado práctico de un clima donde lo religioso se ha ido tornando irrelevante al ir perdiendo importancia y prestigio sociales”.
Y, por desgracia, hay muchos que “tratan de recuperar la audiencia y el prestigio perdidos adaptando la fe a los criterios del mundo moderno, con el riesgo de configurar el mensaje evangélico desde ideologías más aceptadas hoy, y de sustituir la salvación y la esperanza cristiana por el logro de metas históricasPorconcretas”.esohoyes tan común escuchar predicaciones donde prácticamente no se habla de Cristo y sus
enseñanzas, donde nada mueve a desear alcanzar la vida eterna; todo se centra en hablar del combate a la pobreza, de buscar la paz, de promover el respeto a la creación, etc., cosas ciertamente buenas, pero todo como si esta vida fuera la única.
Así, “poco a poco se va imponiendo un estilo de vida sin ningún horizonte de trascendencia, instalado en la contingencia de cada día, sin más atractivo ni valores convincentes y operantes que la felicidad inmediata”.
Hay que retornar, pues, a la transmisión de la fe, a la predicación del verdadero Evangelio, del Evangelio completo, sin temor al rechazo o al “qué dirán”; porque el Evangelio es el anuncio de la Buena Nueva de Cristo muerto y resucitado para la salvación de cada uno de los hombres, y esa Buena Nueva no puede ser superada por otra mejor, nunca pierde vigencia y sigue siendo poderosa para transformar de forma radical y maravillosa las vidas de todos, incluyendo las de niños, adolescentes y jóvenes.
Jaime Septién Crespo Fundador y Director General Maité Urquiza Guzzy Fundadora y Directora General Adjunta Francisco Septién Asesor Jurídico DIRECTORIO Diana R. García Bayardo Rubicela Muñiz Patiño Editoras Rosa María López Martínez Diseño Octavio Espinosa Murillo Diseño publicidad Rogelio Hernández Murillo Editor web María del Carmen Velasco Zamudio Gerente de administración Fernando Maya Solano Teresita Solano Barrera Auxiliares administrativos Foto: Camiiasat/ CathopicTransmitir la novedad radical de Jesucristo
Transmitir a otros la fe cristiana no es una simple invitación o una sugerencia, sino una explícita orden divina para todos los discípulos de Jesucristo:
(Mateo 28, 19-20).
Aquí hay algunos puntos a tener en cuenta para transmitir la propia fe a los demás:
• No hay que caer en la dependencia exclusiva de los planes de evangelización parroquiales. Si el párroco no organiza una semana misionera y envía a los seglares de casa en casa, los católicos suelen mantenerse pasivos, como si toda iniciativa o la tarea misma de evangelizar fuera cosa del clero, olvidando que Cristo ya los envió permanentemente como misioneros, y que su campo de acción está en la vida diaria, entre sus amigos, su familia, sus compañeros de trabajo o escuela, etc. San Pablo exhorta: “Predica la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo” (II Timoteo 4, 2).
• La evangelización inicia con el Kerigma, que es el anuncio sencillo y alegre pero contundente de la Buena Noticia de Jesucristo, que se encarnó, padeció, murió en la cruz y resucitó por amor a cada persona en particular, para perdón de sus peca-
dos. Cristo debe estar en el centro de la predicación. Ponerse a hablar de la Iglesia y de su sistema sacramental o meterse en explicaciones teológicas corresponde a un paso posterior, que es la catequesis. Con pura catequesis y sin Kerigma la transmisión de la fe tiene muchas probabilidades de fracasar a la larga, porque sin el encuentro personal con Cristo la adhesión a Él puede ser muy frágil.
• Aunque Dios quiere que todos se conviertan en sus discípulos, les deja la libertad de aceptarlo o rechazarlo. Así debe ser en la evangelización: se debe insistir amorosamente, pero no se debe obligar a nadie a aceptar a Dios.
• Los padres de familia católicos tienen la obligación de transmitir la fe cristiana a su prole, pues así lo juraron a Dios cuando recibieron el sacramento del Matrimonio y cuando llevaron a bautizar a sus hijos. Ya cuando éstos crezcan podrán elegir libremente si permanecen en la fe o rechazarla.
• No hay que suavizar las pa-
labras de Jesús ni omitir algunas de sus enseñanzas, tratando de ser “políticamente correctos”. A veces no se quiere enseñar nada del Infierno, sobre todo a los niños; pero la Virgen de Fátima no sólo le habló a los niños del Infierno, sino que se los mostró. Ningún cristiano está autorizado a silenciar algo de las enseñanzas de Dios (cfr. Apocalipsis 22, 19). Como dijo san Agustín:
Voces sabias
•“La Iglesia existe para evangelizar”.
Evangeliinuntiandi,dePabloVI(1975)
•“Es necesario evangelizar, no decorativamente, a manera de un barniz superficial, sino en modo vital, en profundidad y hasta las raíces”.
Christifideleslaici, de Juan Pablo II (1988)
•“Los hombres se olvidan de Dios porque con frecuencia se reduce la Persona de Jesús a un hombre sabio y se debilita o incluso se niega su divinidad. Esta manera de pensar impide comprender la novedad radical del cristianismo (...). En esta hora de la historia, ¿no es quizá ésta la misión que el Señor nos encomienda: anunciar la novedad del Evangelio?”.
Discurso de Benedicto XVI en San Juan de Letrán (13 de junio de 2011)
• En la transmisión de la fe no deben faltar dos cosas: la oración y la lectura de las Sagradas Escrituras.
• El mandato de Cristo para hacer discípulos suyos no lleva excepciones, tales como: “No prediquen a judíos, musulmanes y ateos”, “Sólo a mayores de diez años edad” o “No es necesario para los que tienen Síndrome de Down”.
•“No está bien convencer a alguien de la propia fe (...). El proselitismo es el veneno más fuerte contra el camino del ecumenismo”.
Francisco a un peregrino, en el Aula Pablo VI (14 de octubre de 2016).
“Vayanyhaganquetodoslospueblosseanmisdiscípulos.BautícenlosenelnombredelPadreydelHijoydelEspírituSanto,yenséñenlesacumplirtodoloqueYolesheencomendado”
“Si crees lo que te gusta del Evangelio, pero rechazas lo que no te gusta de él, no crees en el Evangelio sino en ti”.Foto: Wirestock / Freepik
No más “es que...”
Excusas para no compartir la pro pia fe son muchas: “Es que yo no sé nada de la Biblia, y no sé orar”; “Mis amigos van a pensar que soy un santurrón”; “¿De qué sirve predicarles nada, si los jóvenes y adolescentes de hoy ya no quieren escu char y son una generación perdida?”, etc.
Hasta los profetas llegaron a poner excusas: Moisés pretextó que no era bue no para hablar (Éxodo 4, 10); Jeremías alegó que sólo era un muchacho (Jere mías 1, 6); mientras que Jonás, mediante su acción de huir de la misión que Dios le encomendó, simplemente le estaba di ciendo “no quiero” (cfr. Jonás 1).
Se evangeliza porque es un manda to divino, no porque se vayan a ver los resultados de tal evangelización; pues a veces es uno el que siembra y otro el que cosecha (Juan 4, 36-38).
Sin embargo, cada vez son más los católicos —incluidos algunos consagra dos y hasta congregaciones religiosas— que alegan que basta evangelizar con el modo de vivir, porque Jesús dijo: “En
templounirsedoestoreconocerántodosquesonmisdiscípulos:enqueseamanunosaotros”(Juan13,35).Yquenohayqueandartratandodeconvertiranadienidar“biblazos”,porquetodaslasreligiones“soniguales”,yquesólosialguienhacepreguntassobrelafedeuno,entoncessísedebepredicar,pueslaEscrituradice:“Esténsiempredispuestosparadarunarespuestaaquienlespidacuentadesuesperanza”(IPedro3,15)DespuésdePentecostés,losprimeroscristianosdabantestimoniodevida,yconello“seganabanlasimpatíadetoelpueblo”(Hechos2,47);masesonobastaba:“Nadiedelosotrosseatrevíaaaellos,peroelpueblolosteníaengranestima”(Hechos5,13).Paralaconversióneranecesariounirlapredicaciónaltestimonio;poresounÁngelleordenaalosApóstoles:“Vayan,hablenenelyanuncienalpuebloelmensajedevida”(Hechos5,20).
El testimonio de vida es esen cial, pero insuficiente. Además, ¿por qué alguien debería esperar a conocer bien a otra persona para enterarse si cree en Cristo y recibir de ella la Bue na Nueva? ¿Y cómo callar el mensaje más importante de todos, el anuncio de la salvación, esperando hasta que la gente pregunte?
Así que urge proclamar la Buena Nueva también con palabras:
no“TodoelqueinvoqueelNombredelSeñorsesalvará.Pero¿cómoinvocaránalSeñorsinhabercreídoenÉl?Y¿cómopodráncreersinohanoídohablardeÉl?Y¿cómooiránsihayquienloproclame?”
(Romanos 10, 13-14).
Finalmente, muchos confunden la evangelización con ayudar a las per sonas en sus necesidades materiales, a fin de que tengan un mayor bienestar social. Hay numerosos grupos de ca tólicos que dan alimento a los más ne cesitados, alojan a personas sin hogar, cuidan enfermos, etc., lo cual es alta mente meritorio (Mateo 25, 34-36) y es un poderoso testimonio de autenti cidad del mensaje cristiano.
Pero si nunca se da el paso de co municar la fe, entonces sólo se está haciendo beneficencia, como si la Igle sia de Jesucristo fuera únicamente una ONG (organización no gubernamental) entre muchas otras.
alEvangelio!“¡Aydemísinoanuncioel(...)Alevangelizarlohagogratuitamente(...).Siendolibreconrelaciónatodos,mehagosiervodetodosparaganarmayornúmero” Corintios
Misterios de la Biblia
El anunciado “Día de Yahveh”
Las Sagradas Escrituras habla de un tiempo sin prece dentes en el que Dios hará justicia: “Pueblomío,entra en tus cámaras y cierra tu puerta tras de ti, escóndete un instante hasta que pase la ira. Porque he ahí a Yahveh que sale de su lugar a castigar la culpa de todos los habi tantes de la Tierra contra Él” (Isaías 26, 20-21).
El primero en darle a ese acontecimiento el nombre de “Día de Yahveh” fue el profeta Amós, en el siglo VIII antes de Cristo. Y al principio los israelitas entendieron que se trataba de un castigo en que Dios aplastaría a las naciones enemigas mientras que ensalzaría a Israel; pero los profe tas aclaran que aquel día terrible habrá de alcanzar a todos, y que los israelitas hacen mal en mostrarse tan confiados: “¡Ay de los que ansían el Día de Yahveh! ¿Qué creen que es ese Día de Yahveh? ¡Es tinieblas, que no luz!” (Amós 5, 18). Así, del fuego y del cataclismo cósmico sólo saldrá con vida un pueblo humilde: “Busquen a Yahveh, todos ustedes, humildes de la Tierra, que cumplen sus normas; busquen la justicia, busquen la humildad; quizá encuen trencobijoelDíadelacóleradeYahveh...Yodejaréenmediodetiunpueblohumildeypobre”(Sofonías1,3.3,12).
¿Qué tiene Q ue ver esto con nosotros?
El “Día de Yahveh” es la respuesta definitiva y radical para todos los que, en momentos difíciles, nos hemos pregun tado alguna vez: “¿Por qué Dios no hace algo ante tanta maldad?”. Pues lo hará, y no quedará ni rastro de ésta.
El celo por la santificación de los sacerdotes
las Hermanas oblatas de cristo sacerdote no bajan los brazos
Muy cerca a mi lugar de trabajo en Madrid, hay un convento de clausura, cuyas reli giosas conforman una congregación que no se empeña en nada mejor, que orar por los sacer dotes o “presbíteros”, como sería más apropiado llamarlos.
Es decir, ellas rezan para que haya más pastores con “Cara de pascua” y menos, con “Cara de cuaresma”, tal como los compara el papaNosFrancisco.referimos a las Herma nas Oblatas de Cristo Sacerdote, fundadas en Madrid en 1938 y que han extendido su presencia en las ciudades españolas de Salamanca, Huelva, Valencia, Toledo y en la Prelatura de Moyobamba (Perú).
“Han escogido la mejor par te, que no se la quitarán”, pues desde el principio fueron funda das e impulsadas con determina ción por el hoy venerable obispo español, José María García Lahi guera, que sería obispo en Ma drid, Huelva y Valencia, hasta su fallecimiento en el año 1989.
A través de una amable ges tión de mi jefe, el padre Evaristo,’ pudimos conocer en el locutorio del monasterio a la Superiora Ge neral de la congregación, madre María Teresa López-Orozco.
Pero no estaba sola. La acom pañaba la madre María Eugenia Vigil, Consejera General y encar gada de los procesos de beatifica ción del fundador y de la cofun dadora, madre María del Carmen Hidalgo de Cavieses, fallecida en el año 2001.
El torno del convento tam bién giró a nuestro favor, para que una de las hermanas porteras nos alcanzara una refrescante li monada, que colmó de hospitali dad el primer encuentro.
c elebrar la fiesta El celo por la santificación de los sacerdotes de estas religio sas, hunde sus raíces también en las actas del Concilio Vaticano II, las cuales recogen el irreba tible pedido de monseñor Gar cía Lahiguera, quien sugirió allí mismo “Instituir la fiesta litúr gica de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote”.Porello,los esfuerzos y sa crificios del obispo, aún con de trimento de su salud, estuvieron dedicados a convencer a los sa cerdotes y obispos, de que dicha fiesta, permitiría tener muy pre sente que los corazones de los sa cerdotes “deben estar configura dos al Corazón de Cristo”.
La congregación -nos explica la madre general-, vive, actúa, re za y difunde para que el sacerdo te, antes que todo, “mantenga una amistad con Cristo, a través de la intimidad de la oración”.
Este elemento es vital en la comprensión del carisma de las hermanas Oblatas, pues tienen muy claro que, de un corazón así, forjado en la intimidad con Cristo, brotarán los mismos deseos e inte reses del Señor y se multiplicarán los talentos...Poresola madre María Tere sa tiene muy presente lo que dijo el papa Francisco, de que el pastor debe “oler a ovejas”. Esto es algo que desde la congregación se inter preta como “vivir muy cerca al pue blo, nunca alejado de su pueblo; sino siempre preparado para darse y dejarse comer por la gente”.
Mediar entre el cielo y la tierra A las religiosas Oblatas de Jesús Sa
cerdote les gusta mucho acompañar, con su oración, el ministerio que ejercen los sacerdotes a través del sa cramento de la reconciliación.
“De este modo, el ministro no solo se acerca a las almas para curar sus heridas, sino que es una ‘fuente insustituible’ de gracia, a través de la cual transmite de mo do exclusivo, por su ministerio, al Espíritu Santo, que reintegra la dignidad al pecador”. La madre ge neral lo dice con tanta unción, que motiva a cualquiera a buscar pron to un confesor...
“Ven y Verás”
Al sonar la campana, que es la voz de Dios para una religiosa, no se despidieron sin dejarnos ambas un mensaje para las jóvenes, que se proponen entrar a la vida monásti ca: “Aquí está la plenitud de la vida, porque la vida contemplativa es vi vir en intimidad con Cristo, desde el corazón de Cristo, hacia la pleni tud de la vida de la Iglesia”.
Y les ofrecen también esta certeza: “Cristo nos ha cautivado y esto nos hace orar y velar por los sacerdotes y seminaristas. Nos en tregamos a ello, porque sabemos que Jesús está ansioso por que los sacerdotes alcancen la santidad, pues sin ellos, no estaría el Cristo real entre
Estosnosotros”.yotros motivos, nos convencen de que el mensaje del venerable José María García Lahi guera y de la sierva de Dios, María del Carmen Hidalgo de Caviedes, fundadores ambos de la congrega ción de las Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote, está más vigente y urgente que nunca.
*Periodista.
José Antonio Varela Vidal*Ayuda a tus hijos pero no les resuelvas la vida
pronto se vieron en graves problemas, perdiendo el patrimonio que con tanto esfuerzo habían construido sus padres.
Paco creció dentro de una familia disfuncional, todos los problemas que se desencadenaban eran por la falta de dinero. Su padre gastaba lo poco que ganaba en cerveza, por eso no le alcanzaba para dar a su esposa lo necesario para el sustento de los hijos, por lo que se enfrascaban en grandes discusiones que muy seguido terminaban en golpes. Cuando Paco creció, se prometió que si se casaba y tenía hijos, no sufrirían lo mismo que él. Y así fue, conoció a una linda chica, Rosa, con la que pronto contrajo matrimonio.
Ambos trabajaron mucho para levantar un pequeño emprendimiento de comida que estaba bien acreditado y recibía a mucha clientela, por lo que no había carenciasTuvieroneconómicas.cuatro hijos que comenzaron a crecer, nada les faltaba, mejor dicho, tenían cosas de más y el buen Paco se esmeraba para que ellos no tuvieran que esforzarse por nada. Cuando Luis, el hijo mayor, cumplió 18 años, les anunció que su novia Viri estaba embarazada. Paco y Rosa lo reprendieron, pero queriendo remediar los hechos, hicieron que los jóvenes se casaran y se fueran a vivir con ellos. Viri, aunque estaba sana, se la pasaba en
reposo, bajo el pretexto de cuidarse para que el bebé naciera bien. El joven Luis trabajaba con sus padres, pero salía temprano para ir con su esposa. Nació el bebé y en lugar de motivarlos a buscar una casa propia y comenzar su vida como familia, la abuela Rosa dejó de trabajar para cuidar al nieto, en lo que su hijo y la nuera salían a divertirse porque, según ella, “estaban muy cansados”. Así pasaron varios años, hasta que un buen día, Paco y Rosa se accidentaron y dejaron sola a la numerosa familia que se había cobijado bajo su techo, pues cada hijo había repetido la historia del hermano mayor, así es que ninguno sabía manejar el negocio familiar y
Esta historia que ha salido de mi imaginación, se ve materializada en la realidad de muchas familias que seguramente conocemos de cerca, pues desafortunadamente, en la actualidad y con tantas necesidades inventadas por el mundo globalizado en el que vivimos, los niños no solo están rodeados de demasiados objetos inútiles sino que sus progenitores no se dan cuenta del daño que les están ocasionando queriendo resolver hasta la dificultad más insignificante, impidiéndoles madurar, tomar sus propias decisiones y hacerse responsables de sus actos. Hay que recordar que los hijos están llamados a ser independientes y emprender su propio camino. Nada hay de reprochable en desear que no batallen, pero eso no les asegurará una vida feliz, plena y útil. Quizá la comparación no sea la más adecuada, pero observemos a los hijos de muchos ricos y poderosos: viven rodeados de lujos, pueden hacer lo que se les antoje, pero en lugar de dar sentido a sus vidas interesándose en el bien de los menos afortunados, caen en excesos, por lo que se sienten tan vacíos que el hastío se distingue en sus caras.
Es necesario dejar que los hijos aprendan a vivir tanto en la carencia como en la abundancia para que aprecien lo que tienen y, sobre todo, dejarlos tomar sus propias decisiones, bajo la guía, el consejo y el cuidado que nunca les debe faltar por parte de sus padres, sobre todo haciéndoles ver las consecuencias que tendrán sus actos y que serán ellos quienes tengan que enfrentar los posibles problemas que se vayan presentando y darles solución, porque algún día tendrán que volar de la casa paterna, convertidos en adultos responsables. Por eso, ayúdalos, pero no les resuelvas la vida.
Por: Mónica Muñoz Foto: PixabayL a dequiencapacidad,unaenhumananaturalezatraesuequipajeespecialqueluegocadadesarrolla:establecerjuicios.
Particularmente cuando surgen sentimientos en nuestro interior, de tal forma que, de acuerdo con el filósofo empirista David Hume (1711-1776) tendemos a juzgar los objetos más por una comparación que por su valor y mérito intrínseco… cuando el espíritu considera un cierto grado de per fección, todo lo que no le iguala, tiene el mismo efecto. Si esto es cierto, cuando hacemos un juicio de una persona o
Dilemas Éticos
Por Sergio ibarraPasiones y sensaciones
de un objeto o de una circunstancia la comparamos y le damos un valor mayor o menor contra experiencias o memorias previas. Como la simple idea de una escoba, lo que nuestra imaginación pone es la imagen de una escoba, pero no son iguales en sí mismas.Lapiedad nos ayuda a ilustrar lo anterior. Siendo un valor y hasta quizás una virtud católica, se entien de como la preocupación por el do lor de otros. Sentimos compasión no solo por lo que nos rodea en forma inmediata, sino aún por extranjeros
o por situaciones que suceden ajenas a nuestras vidas. Por ejemplo, como espectadores de una obra teatral o de una película pasamos por una serie de emociones: tristeza, terror, indig nación y otras más, que los autores exponen mediante los personajes que se manejan. Aun cuando estas obras, películas o poemas contengan situaciones tristes, sucede que sim patizamos de alguna forma y genera mos una impresión en nuestro inte rior. De la misma forma que cuando alguien padece de algo, tendemos a engrandecerle en tanto lo que en
frenta es mayor a una situación que interiormente valoremos.
Transitar a ver las cosas como son y no quedarnos en la simple comparación precisa, que cuando estas pasiones y sensaciones hacen su aparición, nos demos el tiempo y el espacio de escuchar a esa voz sutil desde la profundidad de la soledad y el silencio, para adquirir conciencia de la presencia del espíritu de Dios en nosotros. Es ahí, cuando pode mos entrar en contacto con esa voz sutil, la de Dios que no grita, no emi te alaridos, no regaña, no crítica, ni presiona a nadie. Sea donde sea que nuestra vida vaya, esa voz nos marca direcciones distintas y más desafian tes, a las que nuestras comparacio nes cotidianas nos llevan.
POR MARIO DE GASPERÍN GASPERÍN
OBISPO EMÉRITO DE QUERÉTARO
Jesús contra la violencia
Es evidente el rechazo de Jesús a toda violencia, según leemos en san Mateo 5,39 - 42: Yo les digo:
(a) “Que no pongan resistencia al que les hace el mal. Antes bien, si alguno te da una bofetada en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. (b) Al que quie ra ponerte pleito para quitarte la túnica déjale también el manto. (c) Si alguno te obliga a caminar mil pasos, haz con él dos mil. (d) Da a quien te pide y al que te soli cite dinero prestado no lo esquives”.
Aquí Jesús, rodeado de la mul titud, está hablando a sus discípulos, “a un grupo concreto y restringido: el grupo de aquellos a quienes Jesús había llamado a seguirle” (Schökel). Son, por tanto, las reglas de conduc ta que deben seguir los que buscan el Reino de Dios, los seguidores de Jesús, su nueva familia, la futura co munidad cristiana, ahora la Iglesia.
Esta enseñanza forma parte de la plenitud que Jesús vino a dar a la Ley de Moisés, en concreto al pre cepto de “ojo por ojo y diente por dien te”, o ley del talión, para superar la venganza del setenta y siete por uno que proclamó Lamec, y que tanto preocupaba a san Pedro.
Observe usted la gradualidad del texto: Va de la ofensa mayor, gra tuita e infamante, de golpear con el
dorso de la mano (a), al despojo no sólo del vestido sino hasta del man to para cubrirse del frío en la noche (b), pasando por el abuso militar que obligaba a los civiles a cargar o indi car la ruta al ejército invasor (c), o al simple mendigo o al vecino nece sitado que te pide prestado (d). En una palabra, debes auxiliar y hacer el bien a todo el que tenga una deuda contigo, desde la ofensa infamante de un “revés” hasta el que te pide prestado. Esto vale para la comuni dad cristiana, para la nueva familia, para la convivencia fraterna de los hijos de Dios, para la Iglesia.
Jesús no se mete en asuntos de Estado o de administración de justicia. Mucho menos cuando ésta reclama el uso de la fuerza. La violencia, él prefirió padecerla a administrarla. Pero reconoce el poder, la autoridad que viene de lo Alto, de Dios, como dijo a Pilatos; poder que está cargado de responsabilidad y bajo el severo juicio de Dios.
El mismo Jesús lo explica al des concertado gobernador: “Mi Reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis soldados habrían pelea do para que no me entregaran a los judíos, pero mi reino no es de aquí”, leemos en san Juan 18,36. Jesús ciertamente no dice (como interpretaron los Re formadores) que su Reino, presente ya en su Iglesia, no tenga nada que ver aquí abajo. Si así fuera, Jesucris to no se hubiera arriesgado a venir a este mundo. No. Lo que aquí di ce Jesús es que su reino es distinto, muy otro, de otra naturaleza, que el que representa el gobernador roma no y cualquier otro gobernante. A todos su Reino les queda grande. O sea, que Jesús no es un competidor de nadie, y que en su Reino, que está actuado ya aquí, impera otra ley, la de las Bienaventuranzas, donde na da se impone por la fuerza, mucho menos con la violencia. Es la familia del Padrenuestro. En este Reino es preferible padecer la injusticia que responder con la violencia. Impera la ley de la gratuidad y el perdón, no la ingenuidad. Por eso la Iglesia apare cerá siempre como una “sociedad en contraste”, pero “en ningún modo como sinónimo de Estado o Nación. En ningún momento trató Jesús de entrar en relación con Herodes An tipas ni con Poncio Pilatos para de cirles cómo debían gobernar”. (G. Lohfink sj).
Pasos para una verdadera liberación femenina
Por Raúl Espinoza AguileraCorrían los años cincuenta, yo tendría unos diez años. Algunos de mis vecinos y yo (todos varones), solíamos jugar beisbol en un lote baldío a una cuadra de mi casa.
Con cierta frecuencia, venía a observar los juegos una vecina llamada Lucy, con varios años mayor que nosotros. Yo estaba de pitcher enseñando a un chico a que aprendiera a batear. Entonces me percaté que Lucy también tenía un enorme deseo de batear. Así que decidí preguntarle:
- Oye, Lucy, tú también quieres batear, ¿verdad?
- Sí -me respondió- pero me tienes que enseñar a hacerlo bien.
- ¡Por supuesto! Ven y toma el bat.Así que decidí enseñarle los rudimentos de cómo batear bien y cómo se juega el beisbol. Como estaba de pitcher, le enviaba las bolas despacio para que pudiera al menos chocarlas. Para mi sorpresa, Lucy, como era una chica espigada y fuerte, comenzó a dar magníficos batazos que iban a parar hasta el fondo del improvisado campo de beisbol.
Así estuvo dándole al bat alrededor de unos 15 minutos y todos los del equipo la animábamos y celebrábamos sus fuertes batazos. Así que Lucy estaba contenta y feliz.
En un momento determinado, se detuvo un coche con vidrios polarizados y aire acondicionado, bajó la ventanilla del copiloto una señora con lentes oscuros, que gritó muy molesta:
- ¡Lucy, ya te he dicho mil veces que ese juego es sólo para hombres! ¡Ven y súbete! ¡Y para que no
se te olvide, te voy a castigar!
Lucy obedeció, se subió de prisa al coche y el vehículo despareció rápidamente. Como es de suponerse, todos los que jugábamos nos quedamos preocupados por ese regaño y el castigo que le impondrían a Lucy.
Esta anécdota, la ubico en el estado de Sonora, en Ciudad Obregón, al sur del Estado. En esos tiempos en que “el machismo” era tremendo contra las niñas, las adolescentes y las Afortunadamente,jóvenes.
a mediados de los años sesenta, un grupo de entusiastas señoras organizaron una liga de softbol, que lo jugaban con una bola más grande. Ese fue el inicio de la ruptura contra la anterior costumbre “machista”. También cuando llegaron las Olimpíadas de 1968 en México, a las adolescentes y jóvenes se les permitió correr alrededor de la Laguna y practicar otros deportes. Las barreras iban cayendo.
En lo relativo a estudiar carreras universitarias, era impensable que estudiaran cualquiera de las Ingenierías. Una anécdota lo dice todo. A inicios de los años setenta, iba yo cruzando el patio central del edificio rectangular de Ingeniería de la UNAM con varios pisos de salones de clases. Delante de mí iban dos universitarias de esa misma carrera. Como era la hora del receso y los alumnos estaban fuera de las aulas, comenzaron las rechiflas contra ellas, pero no sólo eso, sino gritos e insultos, como: “¡Fuera de esta carrera! ¡¿Qué hacen aquí?! ¡Es sólo para hombres! ¡¿Qué hacen aquí?!” Ellas se sonrojaron apenadas. Así estaba el ambiente de animadversión contra ellas en ese entonces.Tengouna prima, Elena, que estudió esa misma carrera en una universidad privada, a principios de los años ochenta. En cierta ocasión en que visité
a mi tía y Elena estaba en la casa, me comentó -con preocupación- que estaba haciendo frente a toda clase de discriminaciones, burlas e ironías desagradables de sus compañeros del aula. Yo le aconsejé:
- ¡No les hagas ningún caso! Tú aplícate en estudiar mucho y, como eres inteligente, de seguro que pronto estarás dentro de los primeros lugares. Y si a los alumnos se les pasa la mano, coméntaselo al profesor encargado de ese salón para que les llame la atención. ¡Pero no te dejes intimidar!
Y así fue, porque obtuvo el primer lugar no sólo en el primer semestre ¡sino en todos los demás! Elena abrió la brecha para que otras estudiantes fueran respetadas y bien aceptadas en esas carreras, que supuestamente eran “sólo para hombres”.
Por otra parte, mi prima Susana cursó la carrera de Comunicación en Guadalajara. Al terminar sus estudios, a fines de los años setenta, solicitó trabajo en una importante cadena de radio y a regañadientes fue aceptada porque el Director de esa empresa le dijo que dudaba seriamente “si daría el ancho” en ese trabajo. En el fondo era un mero prejuicio sexista.
Con el paso de los años, la nombraron subdirectora y coordinadora general del trabajo de todos sus colegas en la empresa.
Ahora, en este siglo XXI, las mujeres practican todo tipo de deportes y oficios, estudian las más variadas carreras universitarias y ocupan destacados puestos directivos, los cuales realizan con particular esmero y dedicación. Considero que esta sí ha sido una verdadera liberación femenina. Una revolución en que, con frecuencia, a ellas les ha costado mucho esfuerzo abrirse paso, ¡pero con excelentes frutos y eficaces resultados!
Foto: PixabayLa conciencia que escucha a Dios
Por Arturo Zárate RuizLa objeción de conciencia se ha convertido en los últimos años en un recurso para evitar que el Estado obligue a una persona a cometer gravísim as injusticias, como, por ser dicha persona un médico, perpetre abortos. Se le quiere forzar a hacerlo dizque porque es un “derecho de la mujer”, dizque porque él es un empleado del Estado y dizque porque debe obedecer lo que se le manda, aunque sea un crimen horrendo. Con la objeción de conciencia, un médico, hasta ahora, se zafa de dicha “obligación”.
Al menos un 95% de los médicos en Estados Unidos se ha negado rotundamente a la práctica del aborto. Lo cual nos haría pensar la utilidad de este recurso para no someterse a las arbitrariedades de un Estado que se ha vuelto loco.
Con todo, dudo que estos médicos se hayan negado a practicar abortos simplemente porque creyesen u opinasen muy subjetivamente que el aborto es malo. Se han negado a hacerlo porque, como ningún otro profesionista, saben que es muy malo. No es mera opinión suya que el producto de la concepción es un ser humano. Ellos saben que es un ser humano y, por tanto, se niegan a quitarle la vida: cometerían un vil asesinato.
ALGUNAS PRECISIONES
La conciencia es el lugar donde se conocen los preceptos de la ley natural, el lugar donde se escucha la voz de Dios, no el lugar donde pulsan las meras preferencias de una persona. La conciencia nos remite a obedecer las enseñanzas de la Iglesia, las normas objetivas, los dictados de Dios, no los gustos o antojos de momento.
Una conciencia bien formada escucha a Dios y nos permite que nos apeguemos a sus normas, no a que, según una autonomía mal entendida, hagamos los que se nos dé la gana por meros Ciertamente,caprichos.Dios nos habla muchas veces de manera muy personal, como cuando nos hace un llamado a una vocación. A unos los llama al sacerdocio o a la vida consagrada, a otros al matrimonio, y los hay llamados a permanecer como laicos solteros. Es más, en la vida ordinaria, son muchas las cosas que cada uno puede escoger de manera muy individual. Sin duda, uno ejerce su juicio personal sobre asuntos tan aparentemente triviales como beber Coca o Pepsi. Pero la conciencia nos dicta que lo hagamos de manera razonada e informada, no según meros apetitos. De ser diabéticos, debemos evitar ambas por su exceso de azúcares, aun cuando nos las invite un obispo, quien muy probablemente al hacerlo desconocería
nuestra situación. Así, nuestra vocación, y muchas otras cosas más, deben responder, de atender la conciencia, a un llamado de Dios, a bienes reales, no a meras preferencias de vida.
La conciencia, como criterio para tomar decisiones, debe estar bien formada. De no ser así, se pueden cometer graves errores que a una persona le parecerían lo más correcto. Por ejemplo, una mujer pudiera decidir abortar tras concebir un bebé tras adulterio.
Según su “conciencia”, sería lo más conveniente porque, de saberlo su marido, no sólo se divorciaría de ella, también sufrirían mucho, en consecuencia, los hijos previos. U otra mujer abortaría, aun cuando el bebé fuera del marido, porque de estar embarazada perdería el trabajo (hay todavía muchas empresas en el mundo que injustamente despi-
den o no contratan a mujeres embarazadas o con hijos). En cualquiera de los casos, no es correcto conseguir un bien cometiendo directamente un mal para lograrlo. No es correcto darle de comer a los hijos tras robarle el alimento a los del vecino. En casos como estos, cada persona debe asumir, no rehuir, sus responsabilidades, aun cuando hacerlo sea muy doloroso. Al final, si obedecemos a Dios, Él permanecerá con nosotros (aunque no lo parezca cuando estemos en medio de las mayores dificultades).
En caso de que nuestra conciencia sea deficiente (pero aun cuando esté muy bien formada), es muy conveniente para un católico consultar a un sacerdote, a su director espiritual, a la hora de tomar decisiones importantes. Hay que escucharlo con humildad.
Por supuesto, en toda decisión importante hay que hacer mucha oración. Cristo mismo, al elegir a sus apóstoles, pasó la noche entera platicando sobre ello con su Padre.
Foto: UnsplashEstar mal por mi propia culpa
P. Fernando PascualTodo iba bien: la salud, la familia, el trabajo, las amistades. Unas decisiones equivocadas llevaron a daños que parecen irreparables. Surge, entonces, un fuerte sentimiento de culpa.
Duele mucho tener que reconocer que estoy mal por mi propia culpa. Si no hubiera iniciado aquella mala amistad, si me hubiese alejado a tiempo a ese vicio, si hubiese sido más prudente a la hora de pedir un préstamo...
Los errores del pasado empiezan a pesar como una piedra que llena de tensiones el presente y ponen, ante nuestros ojos, un futuro incierto, incluso angustiante.
No podemos cambiar el pasado. No podemos eliminar conse-
cuencias de ciertas decisiones. No podemos volver a aquel momento en el que dejamos el buen camino para empezar a saborear las amarguras del pecado.
Por eso, sentimos tanta pena al tener que reconocer que, por nuestra culpa, estamos ahora mal, cuando podríamos estar, seguramente, mucho mejor.
Esa pena, sin embargo, resulta estéril, incluso dañina, si nos lleva a lamentaciones continuas, a quejas contra uno mismo (el verdadero culpable) o contra otros, a lágrimas amargas.
En cambio, esa pena puede ser fecunda si nos lleva a asumir serenamente la propia responsabilidad, para aprender de lo ocu-
rrido, para reparar los daños que puedan ser curados, y para aprovechar tantas ocasiones de bien que siguen ante nuestro corazón.
Nos oportunidadesqueinvertirestánpararecomenzarpuestaunaentonces,levantaremos,desdegranesperanza,enDios,paracadadía,darcariñoalosquemáscerca,paralasenergíastenemosenlasdelhoy.
Las heridas del pasado nos han enseñado lo importante que es dejarnos aconsejar, orar antes de tomar decisiones importantes, ser prudentes ante espejismos que engañan y destruyen, y buscar en todo cómo podemos vivir de la mejor manera posible: amando a Dios y a los seres que Él ha puesto a nuestro lado...
Foto: Eric Ward/UnsplashDe vuelta al cole en Líbano
Un total de 185.000 alumnos, cristianos y musulmanes, entre los 6 y los 18años reciben formación en unos 250 colegios o escuelas católicas. Debido a la terrible crisis económica que está pasando el Líbano, muchas de las congregaciones religiosas o diócesis que dirigen escuelas y colegios en el país ven con enorme preocupación la vuelta de los pequeños alas aulas. Uno de cada diez niños abandonó el colegio durante el último año académico,
debido a la emigración o a la falta demedios económicos.
El colapso financiero del país ha hecho imposible para muchos padres pagar las cuotas escolares. También los colegios semi-gratuitos están pasando una situación de gran penuria, aunque en teoría reciben subsidios gubernamentales,durante los últimos cuatro años el Estado libanés no ha cubierto los costes acordados.
Otro gran problema para muchas escuelas es el suministro de energía y electricidad, ya notoriamente disfuncional y escaso durante décadas; las escuelas libanesas dependen del acceso a generadores privados durante los cortes. Esto ya era ungran costo antes de la crisis financiera. La crisis energética es otra de las enormes trabas con las que se enfrentan las escuelas.
Para hacer posible la vuelta al colegio,Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) lanzó el programa de ayuda “Vuelta al colegio”(“Back to school”) que beneficiará a 30.000 alumnos y más de 6.000 profesores en casi doscientos colegios libaneses.
La continuidad de la presencia cristiana en el Líbano depende de mantener abiertas las escuelas. El apoyo a las escuelas por parte de ACN, es una respuesta clave ala crisis que aflige a los cristianos libaneses. En este país, la catequesis se enseña principalmente en las escuelas católicas, no tanto en las parroquias. Si las escuelas y los maestros católicos comienzan a desaparecerdebido a la falta de medios financieros, el equilibrio demográfico se prevé que cambie rápidamente.ACNque
ya incrementó su ayuda a este país desde la drástica explosión en agosto de 2020, sigue priorizando la permanencia y la subsistencia de los cristianos en el Líbano, único país árabe dónde los cristianos tienen un papel activo en la sociedad y en la política y lugar de refugio para cristianos perseguidos desde hace siglos. Los armenios en el siglo XX y los sirios e iraquíes en la última década. Te invitamos a apoyar a nuestros hermanoscristianos en el Líbano a través de: https:// acn-mexico.org/quiero-donar
local.de Al adquirir tu Cruz de Jerusalem, hecha por cristianos de Tierra Santa, estás ayudando a nuestros hermanos de PakistánEntre pared y pared hay una flor colorada; llueva o no llueva, siempre está
¿Qué cosa silba sin labios, corre sin pies, te pega en la espalda y aún no lo ves?
PREGUNTA DE NIÑOS
Cuando morimos, ¿nos vamos al Cielo?
CHISPITAS
Una niña le dice a su amiga:
— ¿Te gustan mis nuevos lentes?
RESPUESTA:Lalengua.
Si soy joven, joven quedo.
Si soy viejo, viejo quedo.
Tengo boca pero no hablo, tengo ojos pero no veo.
mojada.RESPUESTA:Elviento.
RESPUESTA:Elretrato.
Jamás juntes a jinetes con los jóvenes germánicos ni generes germicidas, ni congeles gelatinas, ni ajusticies a juristas en sus juntas judiciales.
ADIVINANZASENCUENTRA
El Cielo es el destino que Dios planeó para todos nosotros. Jesús nos dice: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas... y voy a prepararles un brelugar...,paraquedondeestéYoesténtambiénustedes”(Juan14,2-3).Pero,almorir,realmenteestonosucedeparatodos.AalgunoselSeñorlesdirá:“Vengan,bendi-tosdemiPadre”(Mateo25,34);mientrasqueaotros:“Vayanalfuegoeterno...,porquetuveham-ynomedierondecomer;tuvesedynomedierondebeber;fuiforasteroynomehospedaron;anduvesinropasynomevistie-ron;estuveenfermoynomevisi-taron,encarceladoynomefueronaver...Cuandonolohicieronconalgunodeestosmáspequeños,ustedesdejarondehacérmeloaMí”(Mateo25,41-45).
SIETE DIFERENCIAS
Jesús murió por nuestra salvación eterna, pero no nos obliga a aceptar esa salvación. Así que ir al Cielo o al Infierno depende finalmente del modo en que libremente decidamos vivir. Y entre los que se salven la mayoría pasará primero por el Purgatorio, un paso intermedio para purificarnos y entrar bien limpitos al Cielo.
Nosotros podemos ayudar a otros a salvarse. La Virgen se le apareció a tres niños en Fátima (Portugal), les mostró el Infierno y les dijo: “Recen, recen mucho y hagan sacrificios por los pecadores, pues muchas almas van al Infierno por no tener quién se sacrifique y pida por ellas”.
— La verdad es que no mucho. — Son progresivos.
— ¡Ah, bueno! Entonces ya me irán gustando.
Entra un ladrón a robar un banco con un gato en la mano y grita: — ¡Manos arriba o aprieto el gatillo!
¿Cuál es el colmo de un hombre bajito?
Que un policía lo pare por la calle gritando: “¡Alto!”.
— ¿Cómo mató David a Goliat?
— Con una moto, maestra.
— ¡No, Pepito! Fue con una honda.
— ¡Ah! ¿Usted quería que le dijera la marca de la moto?