Salir mejores
En la vida de las familias, de las empresas, de las naciones, siempre hay momentos de inflexión; puntos de no-retorno. Hay que tomar una decisión. Hay que mirar hacia otro escenario. Por desgracia, casi siempre el “otro” escenario es un riesgo. Millones, en nuestro mundo, tienen que tomar sus cosas e irse a otro país. Con lo que traen puesto. El caso de la brutal invasión rusa de Putin o de la diáspora de Venezuela, con los chavistas.
El Papa Francisco lo ha dicho durante la pandemia: de una crisis o se sale mejor o peor.
Pero no se sale igual. La que tenemos frente a nosotros en México es de proporciones mayúsculas. Inflación, recesión, miedo, división, encono, odio, mentiras, noventa asesinatos diarios, diez de ellos de mujeres, cinco de niños… En mi ya larga vida de periodista nunca me había enfrentado a tanta oscuridad, salvo en los días posteriores al 19 de septiembre de 1985. Entonces vivíamos en CDMX. Y el mundo en nuestro entorno se nos derrumbó. ¿Cómo salir mejores de esta situación?
Echar la culpa al Gobierno no resuelve nada. Cambiar de perspectiva sí sirve. El verdadero reinado –sea desde la silla presidencial, sea desde la casa—es el del servicio a los demás.
Si México es un país de raíz católica, ¿por qué vemos escenas como la más reciente en un centro comercial de Guadalajara? ¿Familias tiradas al piso? ¿200 casquillos percutidos en la calle? La respuesta es simple. Porque hemos perdido el valor de los valores: el servicio a la vida.
9 de octubre de 2022 / AÑO 28 www.elobservadorenlinea.com PERIODISMO CATÓLICO; FE QUE SE HACE CULTURA No. 1422 / $13.00 observacatholic TEMA DE LA SEMANA Págs. 3-5 Foto: Ri Butov / PixabayLa santidad es para todos P. 10 OPINIÓN / PUNTO DE VISTA POR MARIO DE GASPERÍN GASPERÍN OBISPO EMÉRITO AMOR A LOS ENEMIGOS
JAIME SEPTIÉN
www.elobservadorenlinea.com2 observacatholic 9 de octubre de 2022 / No. 1422PubliciDAD PUBLICIDAD PAGADA
La monarquía en las Escrituras
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S.A.
Alo largo de la historia se han desarrollado distintas maneras de gobierno: matriarcado, patriarcado, teocracia, democracia y, desde luego, monarquía.
La palabra monarquía viene del griego mónos, que significa “uno”, y arjéin, que significa “gobierno”; por tanto, monarquía es el sistema político en el que el poder supremo se concentra en la voluntad de un solo individuo.
Se lee en el Nuevo Testamento: “Cada uno en esta vida debe someterse a las autoridades. Pues no hay autoridad que no venga de Dios,yloscargospúblicosexisten por voluntad de Dios” (Romanos 13, 1); y también: “Sométanse a toda autoridad humana por causa del Señor: al rey, porque tiene el mando;alosgobernadores,porque él los envía para castigar a los que obran mal y para animar a los que obran bien” (I Pedro 2, 13-12). Por tanto, autoridad civil no tiene que ser por fuerza la de un monarca, sino que se contemplan también otros tipos.
Ya lo dijo León XIII en su encíclica Diuturnum illud, de 1881: “No hay razón para que la Iglesia
desapruebe el gobierno de un solo hombre o de muchos, con tal de que ese gobierno sea justo y atienda a la común utilidad”.
El gobierno monárquico no sólo pretende que el cargo de rey sea vitalicio, sino que se adquiera de forma hereditaria, amparándose en la presunta idea de que así lo quiere Dios.
Pero, al mismo tiempo, no es raro que la monarquía viva alejada o incluso opuesta a Dios. Piénsese, por ejemplo, en el rey de España, Felipe VI, que ya no quiso Misa de coronación, que en el discurso de toma de posesión no mencionó ninguna vez a Dios, y que decidió que su hija Leonor, futura reina de España, no reciba formación religiosa católica en su escuela.
O la familia real británica, entre cuyos miembros han abundado los masones de la más alta jerarquía (entre ellos el padre y el esposo de Isabel II), por no mencionar su visión favorable a la reducción radical de la población mundial.
Las monarquías absolutas casi desaparecieron, dando lugar a las monarquías constitucionales, donde existe un poder legislativo elegido por el pueblo, mientras el rey ostenta el poder ejecutivo, y a las monarquías parlamentarias, donde el rey o reina no gobiernan, pues el poder ejecutivo recae en un presidente o primer ministro.
La mayoría de las actuales monarquías son un adorno, pero todas consumen cantidades estratosféricas de los impuestos que paga el pueblo. Ya Dios lo había advertido cuando los israelitas clamaron al profeta Samuel: “Ya es tiempo de que nos des un rey para que nos gobierne como se hace en todas las naciones” (I Samuel 8,5). Entonces el Señor hizo que su profeta les transmitiera un mensaje advirtiendo cómo abusaría el rey sobre ellos, despojándolos para su beneficio personal, y que terminarían por lamentarlo (I Samuel 8, 11-19); pero los israelitas insistieron: “Noimporta,queremosunrey”.
Ante la indignación de Samuel, Yahveh Dios le dice: “No es a ti a quien rechazan sino a Mí. Ya no quieren que reine sobre ellos” (I Samuel 8, 7).
Pero ningún gobierno humano, por buena voluntad que tenga, podrá satisfacer cabalmente las necesidades de la gente, sino sólo el reinado de Dios. Por ello la Sagrada Escritura revela que Cristo es el Rey de reyes (Apocalipsis 19, 16). Y aunque el reino de Dios de algún modo “yaestáentreustedes” (Lucas 17, 20-21), no se ha manifestado en su plenitud, de manera que el propio Jesucristo enseñó a sus discípulos orar diciendo “vengatureino” (Mateo 6, 10).
TEMA DE LA SEMANA www.elobservadorenlinea.com 39 de octubre de 2022 / No. 1422 observacatholic
“El Observador de la actualidad” es una publicación semanal de Clip Art de Querétaro,
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Miembros de la nobleza que sí fueron santos
Cirsto dijo a sus Apóstoles: “Losreyesdelasnaciones lasgobiernancontiranía, ylosqueejercenelpoder sobre el pueblo se hacen llamar bienhechores. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que es más grande que se comporte como el menor, y el que gobierna,comounservidor”(Lucas 22, 25-26)
Gracias a Dios, a lo largo de los siglos, un buen número de miembros de la realeza sí buscaron gobernar cristianamente y, por tanto, ser servidores de sus pueblos. Aquí presentamos una lista de ellos, en orden alfabético, todos canonizados o beatificados, aunque hay algunos más:
• Abgaro V, santo rey de Osroena (Turquía), del siglo I.
• Adelaida de Borgoña, santa emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico.
• Alfredo el Grande, santo rey de Wessex (Inglaterra).
• Amadeus IV, santo duque de Saboya, enfermo de epilepsia.
• Ashot I, santo príncipe de Iberia.
• Batilda, santa reina de Neustria (Francia).
• Canuto IV, santo rey de Dinamarca.
• Cunegunda, santa princesa de Hungría y, por casamiento, emperatriz de Alemania.
• Carlos I de Austria y IV de Hungría, beato y monarca del Imperio Austrohúngaro durante la primera guerra mundial.
Este enamorado de la Eucaristía era apodado “el emperador del pueblo”, e hizo de todo para favorecer a los campesinos y a la clase obrera.
Basado en la enseñanza social de la Iglesia, el beato Carlos no sólo luchó para que su país saliera de la guerra, sino que defendió un plan de federalización, iniciando así la disolución del imperio. Enfermó y murió a causa de la pobreza.
• Eduardo III o Eduardo el Confesor, santo rey de Inglaterra.
• Ediltrudis, santa reina de Inglaterra, que guardó virginidad perpetua a pesar de que la casaron dos veces.
• Edmundo, santo rey de Inglaterra.
• Eduviges, santa duquesa de Polonia.
• Elena de Hungría, santa emperatriz consorte.
• Enrique I, santo rey de Alemania.
• Enrique II, santo rey de Alemania y emperador del Sacro Imperio Romano.
• Erik, santo rey de Suecia.
• Esteban, santo rey de Hungría, que convirtió a su país al catolicismo. Se disfrazaba de albañil para salir de incógnito a ayudar a los pobres.
• Etelberto, santo rey de Kent, convertido al cristianismo por el testimonio de su esposa.
• Fernando IV, santo rey de Castilla y León.
• Fernando III, santo rey de Castilla y León, defensor de la cristiandad.
• Isabel de Aragón, santa reina de Portugal.
• Isabel de Hungría, santa princesa que, tras enviudar muy joven, dedicó su riqueza a los pobres, construyó hospitales y ahí atendía personalmente a los necesitados.
• Ladislao, santo rey de Hungría.
• Lucio, santo rey de Inglaterra.
• Luis IX, santo rey de Francia.
• Mafalda, beata infanta de Portugal y reina de Castilla. Al enviudar se hizo monja cisterciense. Hermana de las beatas Teresa y Sancha.
• Margarita, santa reina de Escocia.
• María Cleotilde, santa reina de Cerdeña.
• María Cristina de Saboya, santa reina de las dos Sicilias.
• María Magdalena, beata reina de Austria.
• Matilde, santa emperatriz de Alemania.
• Olaf II, santo rey de Noruega, de origen vikingo que se hizo cristiano. Introdujo leyes que prohibían la poligamia, la violación, el rapto de las mujeres y el abandono de los recién nacidos. Estableció la ley de igualdad, según la cual la aristocracia tenía que obedecer la ley y ser castigada en la misma medida que los campesinos.
• Osvaldo de Northumbria (Inglaterra), santo rey mártir.
• Rodrigo, santo rey de los Godos.
• Sancha, beata infanta de Portugal y hermana de las beatas Mafalda y Teresa.
• Segismundo, santo rey de la Burgundia (Francia).
• Serena, santa emperatriz de Roma.
• Teresa, beata infanta de Portugal y hermana de las beatas Mafalda y Sancha.
• Wenceslao, santo duque de Bohemia, prohibió la pena capital y la tortura, defendió a los oprimidos y ayudó a los pobres. Llevó una vida de oración y mortificación.
TEMA DE LA SEMANAwww.elobservadorenlinea.com4 9 de octubre de 2022 / No. 1422 observacatholic
San Fernando III de Castilla. / Foto: Flickr
El genio femenino
Ldoctrina católica enseña que todo bautizado recibe una triple vocación que emana de Cristo mismo: la de ser sacerdote, rey y profeta.
Ser rey es la función cristiana de servidor, “ordenando el mundo” en conformidad con el Evangelio, por tanto, haciendo que no exista una división entre la vida y la fe, entre el mundo secular y el mundo espiritual.
O sea, se trata de hacer que el mundo secularizado y alejado de Dios sea devuel to a su Creador incluso en las expresiones más terrenales.
Algunos detalles de la vida de las siguientes reinas católicas es una buena lección de lo anterior:
Santa ElEna (250-330)
Reina madre del emperador romano Constantino, que se hizo cristiana a la edad de 63 años. Dedicaba mucho tiempo a la oración, vestía con mucha sencillez, se mezclaba con la gente pobre y aprove chaba de todo el dinero que su hijo le daba para hacer limosnas. Financiaba monas terios y la construcción de templos, entre ellos el de la Natividad en Belén, y el del Monte de los Olivos y el del Monte Calva rio en Jerusalén, además de que, gracias a sus diligencias, se pudo descubrir en esa ciudad dónde se encontraba la verdadera Cruz de Jesús. Y hasta la Basílica de San Pedro, del Vaticano, fue construida en el terreno que ella adquirió para ese fin.
ISabEl dE CaStIlla (1451-1504)
Más conocida como Isabel la Católica, fue hija del rey Juan II de Castilla y no estaba destinada a ser reina, pero la muerte de su hermano Enrique IV la llevó al trono de Castilla y León. Se casó con Fernan do, heredero al trono de Aragón. Y si bien la reina Isabel es más conocida por
subvencionar los viajes de Cristóbal Co lón, lo realmente importante es que su principal motor fue la evangelización de los pueblos, además de ser una acérrima defensora de los derechos de los nativos americanos, prohibiendo su esclaviza ción y obligando a la liberación de los ya esclavizados. Y, en su vida personal, fue un modelo de virtud.
Se ha tejido una leyenda negra en torno suyo, actualmente muy usada por las ideologías marxistas indigenistas; por eso, aunque su causa hacia el camino a los altares inició en 1958, y que Pablo VI la reconoció en 1974 como sierva de Dios, los pasos siguientes, que la decla rarían venerable, beata y santa, han sido detenidos para evitar conflictos.
EmpEratrIz zIta (1892-1989)
Zita de Borbón-Parma fue la última em peratriz y reina consorte de Austria-Hun gría. Esposa del beato archiduque Carlos I de Austria y IV de Hungría, era hija del duque de Parma, fue educada en un con vento de Italia, y ella y su familia eran muy caritativas.
Al contraer matrimonio, el convenio fue: “Ayudémonos mutuamente a llegar al Paraíso”. Zita apoyó a su marido en todos sus planes de caridad y justicia por encima del interés personal. Exiliados, Carlos murió a los 34 años, mientras que Zita vivió 67 años como viuda, y siguió haciendo caridad. La causa de canoniza ción de Zita se abrió en 2009 y fue decla rada sierva de Dios.
misterios de la biblia
¿Existieron Sodoma y Gomorra?
l relato bíblico sobre las ciudades de Sodoma y Gomorra y su destrucción aparece en los capítulos 18 y 19 del Géne sis. Dios hace saber a Abraham que va a acabar con estos poblados, pues:
E
Abraham pide al Señor que no permita la destrucción de los justos a causa de los pecadores, y Dios promete que si encuentra 50 personas buenas en Sodoma, la ciudad donde vivía Lot, so brino de Abraham, no será destruida. El patriarca regatea hasta quedar en diez justos como cifra mínima; pero, al no haberlos, finalmente las ciudades en cuestión son destruidas: “Entonces YahvehhizolloversobreSodomayGomorraazufreyfuego(...)y arrasóaquellasciudades”(Génesis 19, 24-25).
Muchos han negado la existencia de éstas, diciendo que el relato es un mito o que falta evidencia arqueológica. Pero el ar queólogo Steven Collins localizó al noroeste del Mar Muerto, en Jordania, ruinas de una ciudad muy grande y amurallada que que dó destruida alrededor de los siglos 18 y 19 a.C., coincidiendo por su ubicación, datación y aspecto, con Sodoma. A ese lugar hoy se le llama Tall-el-Hammam, y muestra múltiples capas quemadas.
Hoy se sabe que, al entrar repentinamente un meteorito a la atmósfera, estalló en multitud de fragmentos sobre Tall-el-Ham mam o Sodoma, acabando al instante con todo ser vivo, pues la temperatura alcanzó hasta los 2 mil grados centígrados, además de que el impacto destruyó casi todas las estructuras de adobe. Algunos investigadores estiman que habría entre 40 mil y 65 mil personas habitando esa zona cuando cayó el meteorito.
¿Qué tIEnE QuE vEr ESto Con noSotroS?
Dios, creador de todo, es también el inventor de las leyes de la na turaleza; por eso lo ordinario es que Él permita que los aconteci mientos operen bajo dichas leyes; la de la inercia, de la gravedad, de la energía, de la acción y reacción, de la termodinámica, etc., están todas ligadas a nuestra vida diaria, y lo mismo a los tem blores, los huracanes, las erupciones volcánicas, los tornados, la caída de asteroides, etc.
Pero como Dios es Todopoderoso, puede intervenir pasando sobre dichas leyes en favor de los que lo aman y reconocen como su Señor. Ahí está el caso de Lot y su familia, a quienes Dios envía dos ángeles para ponerlos a salvo saliendo de la ciudad (Génesis 19, 12-23). Y si hubiera habido al menos diez justos, el Altísimo habría impedido que el meteorito destruyera Sodoma y Gomorra.
tema de la semana www.elobservadorenlinea.com 59 de octubre de 2022 / No. 1422 observacatholic
“ElclamordeSodomaydeGomorraesgrande;ysu pecado,gravísimo”(Génesis 18, 20)
Zita, sierva de Dios. / Foto: Wikipedia
SER
¿A ver cuándo maduras?
La persona inmadura siempre está inconforme con lo que es y tiene a su alrededor
Por Alejandro Cortés González-Báez
El tema de la madurez del ser humano resulta siempre actual, interesante y hasta divertido… Bueno, digamos “divertido” cuando la inmadurez se mueve dentro de estándares aceptables. Porque cuando rebasa estos límites y cae en lo patológico, se presentan historias dramáticas que echan a perder vidas propias y ajenas.
La madurez no es una meta, como tampoco se alcanza mágicamente al llegar a una edad determinada. Cada etapa de la vida debe tener su propia madurez, y cada persona tendrá que ir realizándose como un individuo satisfecho y útil. Es por ello que podemos encontrar a personas jóvenes y ancianas juiciosas y equilibradas o, por el contrario, superficiales y quejumbrosas.
ACEPTACIÓN
De hecho, la madurez tiene relación directa con la aceptación de la propia realidad, y con el adecuado aprovechamiento de ella.
La persona inmadura siempre está inconforme con lo que es y tiene a su alrededor, por eso vive quejándose, idealizando situaciones mejores. Los inmaduros suelen ser problemáticos y productores de mal ambiente. Pueden ser los típicos: “Anti-todo”.
Cuando un casado, por ejemplo, sigue añorando durante largos años las comidas de su mamá o las diversiones de su adolescencia, probablemente esté demostrando unas fijaciones propias de la inmadurez, pues no ha sabido aceptar la realidad en la que vive y sigue idealizando a su madre queriendo que su esposa se identifique con aquélla. Oh, cuán desagradable resulta.
BÚSQUEDA DE LIBERTAD
Todo esto tiene relación con la búsqueda de una libertad incondicionada, que a su vez nace de un egocentrismo protagonista y manipulador, ambicionando en todo momento las cámaras y micrófonos. Aunque aquí caben, también, los que sufren calladamente la injusticia y la incomprensión de los demás, pero su timidez no les da para imponerse… y son: “Las eternas víctimas”.
Estos graves defectos caben en personas inteligentes y estudiadas lo que en ocasiones los puede poner en puestos de mando, y mientras más inteligentes y con mejor memoria, peor. (Como para pasarse al enemigo) De los tales: ¡Líbranos Señor! El equilibrio de los dones y virtudes personales ha de ponerse al servicio de los demás. Nunca como medio para sobresalir por simple vanidad y afán de poder.
ASUNTO DE PRINCIPIOS
La madurez ha de ser una amalgama de principios morales, virtudes y conocimientos teóricos y prácticos que den estabilidad a la vida de unos seres tan frágiles como nosotros.
El hombre es un ser “relacional”: Hijo de…, hermano de…, discípulo de…, amigo de…, esposo de… padre de… Esta idea tan simple me lleva a concluir que estamos hechos para los demás. Si fuéramos una pieza suelta en nuestro tablero de ajedrez estaríamos perdidos… aunque fuéramos el rey.
Cuánto ayuda saber que venimos de un ser superior, que nos ama infinitamente, y está esperando que le correspondamos sirviendo a quienes tenemos a nuestro alrededor, para poder terminar nuestras vidas y recibir una recompensa eterna. Sin este marco de referencia, qué fácil es tropezar y deslizarse por la pragmática y consumista pendiente del narcisismo.
9 de octubre de 2022 / No. 1422
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Foto: Daniel Mena/Pixabay
Por Mónica Muñoz
Leo en un grupo de señoras: “¿Alguien que me recomienden para trabajar en casa?, es que se fue mi muchacha”. Parece mentira que, en pleno siglo 21, aún no se entienda en muchos ámbitos sociales que ya pasó el tiempo de la servidumbre, como cuando en el mundo existían esclavos comprados en mercados o se estilaba que las personas trabajaran en grandes haciendas para los amos que, en lugar de darles un sueldo, los mantenían atados a través de las tiendas de raya.
Y más aún, no se ha entendido el profundo sentido de que todas las personas merecen nuestro respeto, ya que ese el verdadero principio de la igualdad, lo que se lleva a la práctica no discriminando ni categorizando a nadie por su trabajo, educación o condición social, entre otras variables.
Lo comento porque, como he iniciado esta reflexión, en algunos ambientes todavía escuchamos expresiones tan despectivas como “la chacha”, o peores, como “mi sirvienta”, “la criada”, “la gata” etc., cuando se trata de las personas que desempeñan actividades de limpieza doméstica en casas particulares.
No se trata de desterrar ese término del vocabulario actual, el que, por otro lado, no tiene nada de malo, ya que “sirviente”, que es la palabra adecuada, quiere decir “el que sirve”, el cual describe una infinidad de tareas, no solo las domésticas. Lo que debemos poner en tela de juicio es el tono con el que se usa, porque, además
¿Usas expresiones como “chacha” o “criada”?
del sentido de menosprecio, se le agrega el adjetivo “mi”, como si las personas fueran de la propiedad de su empleador.
Además, desde hace algunos años se han acuñado otros eufemismos para sustituirlas, por ello escuchamos decir empleadas domésticas o trabajadoras del hogar.
Vaya que, lo que da el sentido despectivo a lo que decimos es el uso que le da la misma comunidad, porque se van construyendo ideas equivocadas en el imaginario de la gente, quien realmente pone significado a todas las palabras. Por eso, es importante cuidar nuestro lenguaje y pensar antes de hablar y soltar expresiones que puedan resultar dañinas para otros.
Y aunado a estos términos está el trato que se dispensa a las empleadas del hogar, como ellas mismas decidieron ser llamadas mediante dos consultas realizadas en los días 5 y 9 de marzo del año 2000 en el Distrito Federal, Estado de México y Veracruz, de acuerdo con el periódico El Universa, como un inicio para la dignifi cación de sus labores y para poner freno a las humillaciones que han sufrido durante años, las cuales han encontrado apoyo ante instancias como el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación , ( CONAPRED), para que les sean reconocidos sus derechos como trabajadoras, tales como otorgarles el seguro social y establecer
su relación laboral mediante un contrato, logros alcanzados por mujeres comprometidas con esta causa, quienes tienen un Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH) y que luego de una larga lucha, vieron los frutos de sus esfuerzos el 18 de febrero de 2016, cuando dieron a conocer el primer Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar.
Así pues, lo importante en todo caso donde hombres y mujeres se ven discriminados, es reconocer que todos somos iguales y merecemos respeto, no importando si nuestro trabajo es humilde.
Es urgente que reconozcamos que no deja nada bueno a la sociedad hacer este tipo de distinciones entre personas de escasos recursos y gente pudiente, no sea que nos pase lo que a Lázaro y el rico Epulón, mencionados por Cristo en una de sus parábolas: el rico vivía comiendo y pasándola bien, mientras que el pobre Lázaro deseaba comer las migajas que caían de la mesa, sin embargo, por no compartir lo suyo con el desdichado, el rico fue al infierno y el pobre al cielo.
FAMILIA www.elobservadorenlinea.com 79 de octubre de 2022 / No. 1422 observacatholic
Hacer menos a las personas por el tipo de trabajo que desempeñan es detestable, seamos razonables y recordemos que la vida da muchas vueltas Foto: Pexels.com
Vivir con menos facturas
P. Fernando Pascual
Cada acción que realizamos produce algo en nuestra mente y en nuestro corazón. Eso se aplica tanto para lo bueno como para lo malo, para un acto de amor y para el pecado.
En cierto sentido, se puede hablar de la factura del pecado, como si se tratara de una deuda, de un daño, que cada pecado deja en nuestro interior.
Pecamos, ciertamente, porque pensamos que con un pecado alcanzaríamos algún “bien”: satisfacer una ambición, ceder a la glotonería, desahogarnos de nuestra rabia, aprovechar un placer deshonesto.
Pero luego, llega la factura, que a veces nos produce daños insospechados. Esa factura puede ser simplemente un remordimiento, un malestar general, o, en ocasiones, una enfermedad física o psicológica.
Otras veces la factura llega en nuestras relaciones. Aquellas
palabras que manifestaban nuestro desprecio hacia un familiar han provocado un grave daño en el hogar y en las relaciones con los otros familiares.
Quisiéramos, entonces, eliminar los daños, las facturas, que dejan nuestros pecados. Sabemos
que con un arrepentimiento sincero, y tras una buena confesión, esos pecados quedan perdonados.
Pero las consecuencias, por desgracia, no se borran fácilmente.
Evitar un pecado por miedo a la factura, lo sabemos, es algo insuficiente: si luchamos para no pecar es porque deseamos vivir en el amor, porque queremos ser auténticos cristianos.
Sin embargo, el miedo a la factura puede ayudarnos a contener la lengua, a evitar una mirada maliciosa, a detener la mano cuando estamos a punto de apropiarnos de lo ajeno, a no entrar nuevamente en esa página de Internet que crea adicción a los juegos de apuestas.
No pecar por amor es siempre el ideal. No pecar por temor, aunque no sea lo ideal, ayuda a evitar pecados que tanto daño causan, a vivir con menos “facturas”, y a avanzar en esa lucha diaria por librarnos de las ataduras del mal, de modo que seamos un poco más libres para amar.
Tips:
AL DUCHARTE, SE GASTAN HASTA 12 LITROS DE AGUA POR MINUTO.
CERRAR
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PUNTO DE VISTAwww.elobservadorenlinea.com8 9 de octubre de 2022 / No. 1422 observacatholic “Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa.” #CEAmosConscientes www.ceaqueretaro.gob.mx Para más información: 06
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www.elobservadorenlinea.com 99 de octubre de 2022 / No. 1422 observacatholic PubliciDAD
POR MARIO DE GASPERÍN GASPERÍN OBISPO EMÉRITO DE QUERÉTARO
Amor a los enemigos
“
Pero yo les digo a los que me están escuchando: amen a sus enemigos, hagan el bien a aquellos que los odian, bendigan a los que los maldicen, oren por los que los maltratan”, leemos en san Lucas en el llamado “discurso del llano” (6,17ss), ampliando el panorama del “discurso de la montaña” de san Mateo.
El escenario de san Lucas es distinto, pues escribe a una comunidad más evolucionada: hay ricos prepotentes, grupos antagónicos, explotación de los débiles y persecución a los cristianos. Pero el mandato central del Evangelio permanece: “Amen a sus enemigos” Un verdadero escándalo, como si Jesús quisiera discípulos pacifistas a ultranza, menospreciadores de la justicia y de la dignidad humana…
Lo cierto es que nadie, absolutamente nadie, se había atrevido a proponer tal cosa: el amor a los enemigos. Ni la ley de Moisés, mucho menos la legislación pagana, habían contemplado proponer el amor hacia los enemigos como conducta social. Al mismo Yahvé se le atribuía la derrota de los enemigos de Israel, pues el amor de Dios era para los
justos excluidos los pecadores.
Ahora, el Dios que presenta Jesús, no tiene enemigos. Si alguno lo injuria, lo perdona “pues no sabe lo que hace”. Él nos amó siendo pecadores, antes de cualquier acto de arrepentimiento. Nos vino a buscar como al hijo, la oveja o la moneda perdida. El amor al enemigo es sin adjetivo: trátese de un político, empresario, rico, pobre, vecino, extranjero, de cualquier raza o religión. Dios no tiene enemigos.
Intentos hubo de mitigar el escándalo añadiendo motivaciones: amar al enemigo para evitar otros peores; para que se avergüence de su actitud; para tranquilizar la
conciencia; como política pacifista, etcétera. Lo cierto es que Jesús no añade adjetivo alguno. Es absoluto: al enemigo.
Pero también es cierto que jamás la Iglesia interpretó este mandato de Jesús exigiendo al cristiano la pasividad absoluta; nunca le pidió ofrecer el pecho ante el puñal del agresor, ni ver despreciado su honor ante el acusador mentiroso. Por eso el Catecismo enseña: “El amor a sí mismo constituye un principio fundamental de la moralidad. Es, por tanto, legítimo hacer respetar el propio derecho a la vida. El que defiende su vida no es culpable de homicidio,
incluso cuando se ve obligado a asestar al agresor un golpe mortal” (n. 2264). La defensa legítima de la propia vida no sólo es lícita sino que constituye un deber, y en la autoridad pública una obligación. Lo que es ilegítimo es usar una fuerza mayor que la necesaria como sería ahora la pena de muerte.
¿Dónde queda el “amor al enemigo”? Procede del corazón de Dios que amó al mundo hasta enviarle a su Hijo; reside en el corazón de Jesús, abierto en la cruz como manantial de gracia y perdón; busca lugar en el corazón del discípulo para que, movido por el Espíritu de Jesús, dé en el mundo testimonio fehaciente de este amor. Por tanto, no es Ley, es Evangelio. A nadie se le puede exigir como deber cívico, norma jurídica o política social. “Esto es posible sólo con una fe total en el indestructible e ilimitado amor de Dios, que nos revela Jesús de Nazaret. En una palabra, no se trata de cumplir con una ley de observancia imposible, sino de vivir a fondo en el reinado de Dios, que se nos ha vuelto cercano en la obra liberadora de Jesús, el Nazareno. Por Él el futuro de Dios se nos ha vuelto presente” (J. Cárdenas Pallares). En este misterio se funden la misericordia divina con la justicia, “tesoro infinito que la Iglesia está llamada a custodiar” nos advertía san J. Pablo II.
PUNTO DE VISTAwww.elobservadorenlinea.com10 9 de octubre de 2022 / No. 1422 observacatholic
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EL INDOCRISTIANISMO DE AYER Y HOY
Por Tomás de Híjar ornelas, Pbro.
Los médicos y la medicina en Mesoamérica
Lamentetieneunagran influenciasobreelcuerpo, ylasenfermedadesamenudo tienensuorigenallí. Jean Baptiste Molière
Para atender la salud y procurar remedios contra las enfermedades del cuerpo y del espíritu hace 500 años, las culturas mesoamericanas recurrían, por conducto de chamanes y curanderos, lo mismo a encantamientos y psicotrópicos tan ligeros como el tabaco o tan severos como el peyote, que a terapias quiroprácticas o a la ingesta de sustancias con propieda des medicinales, saber empírico que alcanzó su nivel más alto gracias a curanderos diestros para atender heridos en caso de fracturas o a dar primeros auxilios, vendajes y hasta algunas intervenciones obstétricas a los enfermos. La cosmovisión de estas culturas les ató también al cui dado de las enfermedades desde sus causas naturales que a las que se si
tuaban más allá de este ámbito.
Según el autor de Los mitos del tlacuache, Alfredo López Austin, la cosmovisión común de los mesoa mericanos en lo que al análisis y la atención de la salud y las enfermeda des respecta incluyó “la división del mundo en pares complementarios (tierra/cielo, frío/caliente, macho/ hembra, etc.); el animismo; la visión del cuerpo humano como un micro cosmos que refleja el universo; las creaciones cíclicas; un sustrato cha mánico” y “la creencia de un univer so tripartita conformado por el cielo, la tierra y el inframundo, así como la comunicación de los tres niveles me
diante estados de trance obtenidos con la ingestión de alucinógenos” y “la existencia de fuerzas anímicas en el cuerpo humano”.
Con lo apenas dicho ha de que darnos claro lo exitoso que fue para las urbanizaciones de los pueblos de indios desde la primera mitad del siglo XVI, ya bajo la égida hispana, el atrio – cementerio con su cruz al centro y sus capillas posa haciendo las veces del centro ceremonia pre hispánico, y el lugar de culto de la comunidad, el templo, y anexo a él una casa para el cura doctrinero y sus auxiliares y frente a ello el hos pital con su capilla, asociándose de
ese modo la vida en el tiempo con la del más allá y la salud del alma con la del cuerpo, sazonado todo ello con el ciclo sagrado, que se ajustó al calen dario litúrgico de la Iglesia de forma inextricable, ligando a los seres del universo con los de la tierra “a tra vés de un centro (axis mundi) y cuatro puntos cardinales”, de modo que “el chamanismo, el calendario y el árbol del mundo” nunca desaparecieron del todo con el advenimiento del cristianismo y de sus prácticas, a de cir de Bernardo Ortiz de Montellano, del que tomamos estos dos últimos entrecomillados y los que siguen.
Digamos, finalmente, algo de “la creencia de las fuerzas anímicas como motor esencial para el fun cionamiento de los hombres y [d]el respecto a su peculiar fondo chamá nico”, a propósito del singular caso del tonalli o “fuerza anímica relacio nada con el Sol y el calor”, que los antiguos situaban en la coronilla y de la “fuerza anímica” derivada del “teyolía” –lo más cercano por acá al concepto del alma de la filosofía occidental–, que reside en el cora zón, de modo que su atrofia produce achaques para el cuerpo y pérdida de lucidez y cordura a la mente, máxime que el teyolía “va al ‘más allá’ tras la muerte” y a él se ata el modo de la muerte que alguien tuvo, sazonado to do ello con la sobrenaturalización del calendario, que terminó siendo, dice nuestro autor, un “mecanismo impor tante de destino/fuerza/tiempo”.
PUNTO DE VISTA www.elobservadorenlinea.com 119 de octubre de 2022 / No. 1422 observacatholic
Según algunas voces, este 12 de octubre no debemos celebrar el Descubrimiento de América y menos aún a Cristóbal Colón: que América ya había sido descubierta y que no supo a dónde había llegado; que fue racista y esclavista; que impuso una religión, es más, el oscurantismo a los nativos; que practicó el colonialismo no sólo económico sino cultural, destruyendo las civilizaciones prehispánicas; que, en fin, era un varón y, por tanto, recordarlo es perpetuar una narrativa heteropatriarcal, machista, en los libros de historia. De allí que lo correcto haya sido, dicen, retirar su estatua del Paseo de la Reforma. Habría que borrarlo inclusive de nuestra memoria.
No estoy de acuerdo con esas voces. Pero hay que reconocer que, ciertamente, Colón no fue el primero en llegar a América, ni lo fueron los vikingos ni los egipcios.
¿No estaban ya aquí los mayas y los olmecas, es más, no habían llegado ya muchos otros antes desde el Bering hace más de 30 mil años?
Por si todavía algún lector cree que Colón descubrió que la Tierra era redonda, no fue así, pues eso se sabía al menos desde tres siglos antes de Cristo, y lo sabían muy bien en Salamanca los profesores que le advirtieron a Colón que Japón se hallaba a 10 mil millas y no dos mil de España, como el último decía. Como Colón no era tonto, sospecho que sí sabía de un territorio entre España y Japón, pero que se lo quiso callar para reservarse para sí la explotación de una nueva ruta comercial con ese territorio.
Sí esclavizó a algunos indios, lo cual prohibió Isabel la Católica, y múltiples papas muchos años antes. Haberlo hecho le costó a Colón restricciones de la Corona española. Sí compartió él la Buena Nueva,
Colón
lo que nos dice que en eso fue buen cristiano (todos los cristianos estamos obligados a anunciar la Palabra), y, si él forzó las conversiones, lo que no es seguro, las conversiones obligadas han estado prohibidas desde siempre, prohibición refrendada por los reyes católicos.
En cuanto a la esclavitud, sólo los españoles cumplieron, al menos en su legislación, con su prohibición.
Ningún otro monarca europeo lo hizo. Ningún pueblo precolombino la prohibía tampoco. Y no fue mero asunto de varones. Sor Juana, sin considerar la prohibición papal, poseía esclavas a su servicio.
Sí introdujo Colón la cultura europea en los nuevos territorios, lo cual no significó que desaparecieran muchas cosas buenas propias de por aquí. Todavía usamos el molcajete para las salsas, aunque haya hoy licuadoras. Y hemos bendecido a Europa y el mundo con nuestros
productos agrícolas, entre otros, el tomate que en Italia tiene más aprecio que la misma piza. En cualquier caso, nadie nos prohíbe ni nos prohibió construir pirámides, pero los edifi cios con grandes espacios interiores nos han resultado más útiles, y los preferimos, como lo hacemos con el alfabeto en lugar de los glifos, y hoy el moderno teléfono celular en vez de las antiguas señales de humo. En lo que no hubo permiso fue en el canibalismo y los sacrificios humanos: se prohibieron de lleno. Si a estos desarrollos le llaman oscurantismo y colonización, ¡bienvenidos!
Sí, una mayoría hablamos español en Hispanoamérica. Pero durante el Virreinato no fue de ningún modo obligado. El náhuatl fue la lengua franca hasta bien entrado el siglo XVIII, y lo prueba la toponimia desde Costa Rica hasta Sinaloa.
Fueron los gobiernos liberales tras la independencia que, a falta de un rey y una religión común, impusieron el español como factor de unidad, según lo demuestra Messori.
En México, muchos prefieren celebrar el “Día de la Raza”, pero, además de que no existen en sí las razas, celebrar la “mexicana” no se libra de un tufo de racismo.
En cualquier caso, celebremos a Colón porque emprendió el intercambio comercial y cultural que pondría en contacto a todos los pueblos del mundo. Él inició, por decirlo de alguna manera, la primera globalización, y su llegada aquí detonó una identidad que nos une y hermana, por la religión, el lenguaje y el mestizaje, a todos los hispanoamericanos. Tendremos más negocios con nuestros vecinos del norte, pero me atrevo a decir que nos sentimos más a gusto aun con los mismísimos argentinos.
PUNTO DE VISTAwww.elobservadorenlinea.com12 9 de octubre de 2022 / No. 1422 observacatholic
Por Arturo Zárate Ruiz
Foto: Amy Farías/Pexels
www.elobservadorenlinea.com 139 de octubre de 2022 / No. 1422 observacatholic PUBLICIDAD
de local.
Badal
Esta es la historia de Badal Masih un niño cristiano de 11 años. Su familia es pobre y por eso él decidió trabajar para ayudar a la economía del hogar. Consiguió un trabajo en el basurero, Masih recibía el equivalente a 50 rupias por día, alrededor de 13 pesos. Los gastos en casa eran muchos y se le hizo fácil pedirle un préstamo a su jefepor 180 rupias (47 pesos) y así pagar gastos urgentes de su familia.
Semanas después el jefe de Masih llegó hasta su casa para exigirle el pago de
la vida por ser cristiano
todas ellas con fines de matrimonio forzado para convertirlas al islam.
Tras la conversión, los clérigos locales expiden contratos matrimonialesislámicos, formalizando así el matrimonio de la víctima con su secuestrador musulmán. La pobreza, la falta de educación y el bajo estatus social de las niñas pertenecientes a minorías las hace especialmente vulnerables al matrimonio y la conversión forzosos.
La Ley de Restricción del Matrimonio Infantil de 1929 establece que las niñas no pueden casarse antes de los 16 años y losniños no antes de los 18. En 2014, en la provincia de Sindh, el Gobierno local elevó la edad a 18 años para ambos sexos y convirtió el matrimonio infantil en un delito punible.
la deuda; él prometió pagar. Al día siguiente fue al basurero a liquidar el préstamo y con mucha furia su jefe comenzó a golpearlo en lacabeza con barras de hierro. Masih murió. La trágica historia de Badal Masih, es una más del sufrimiento que padecen menores pakistaníes por ser cristianos.
Otro ejemplo del sufrimientode tantos niños cristianos en Pakistán es el secuestro cada año de hasta 2 mil niñas y mujeres cristianas de entre 12 y 25 años,
A pesar de dicha ley, es habitual que se ignoren estos límites de edad. Además, no hay restricciones de edad parala conversión al islam, y los certificados emitidos por madrazas o clérigos se pueden presentar como prueba de una conversión supuestamente válida. Los medios decomunicación suelen hacerse eco de los casos de conversiones y matrimonios forzosos. Sin embargo, incluso cuando los padres acuden a la policía, esta no suele recuperar a la niña y, en muchos casos, los padres, por miedo, no acuden a lasautoridades.
Tú puedes ayudar a los niños, niñas y las familias pakistanís cristianas. Tu oración y soporte económico pueden hacer la diferencia. ¡Vamos a salvarlos! Con tu ayuda ACN quiere apoyar con ayuda a la defensa legal de las niñas raptadas y kits de material catequético para su formación. Tú haces ladiferencia Visita: https://acn-mexico. org/ellossonelfuturo
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Al adquirir tu Cruz de Jerusalem, hecha por cristianos de Tierra Santa, estás ayudando a nuestros hermanos de Pakistán
www.elobservadorenlinea.com14 observacatholic 9 de octubre de 2022 / No. 1422REVISTA DE PRENSA CATÓLICA
perdió
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Jerusalem y comparte con los más necesitados Por: Ayuda a la Iglesia Necesitada ACN-México
www.elobservadorenlinea.com 159 de octubre de 2022 / No. 1422 observacatholic PubliciDAD PUBLICIDAD PAGADA
ADIVINANZAS
Tiene yemas y no es huevo, tiene copa y no es sombrero, tiene hojas y no es libro ¿Qué es pues lo que os digo?
Si más allá de la pared quieres mirar, una como yo debes fabricar.
RESPUESTA:Laventana.
Tengo alas y pico, y hablo y hablo sin saber lo que digo.
RESPUESTA:Elloro.
TRABALENGUAS
PREGUNTA DE NIÑOS
¿Jesús se hace pan durante la Misa?
No, nuestro Señor Jesucristo no se convierte en pan durante la celebración de la Eucaristía, y tampoco su Sangre se convierte en vino.
Lo que sucede es justo al revés: que el pan y el vino que los cristianos le ofrecemos a Dios Padre en la parte de la Misa que se llama “ofertorio”, al momento de que el sacerdote hace la “consagración”, o sea que pronuncia las mismas palabras de Cristo en la Última Cena, es el pan el que se convierte en Cuerpo de Cristo, y es el vino el que se convierte en Sangre de Cristo.
¿Podemos estar seguros de que sucede esto? Sí, porque es el propio Dios quien nos lo dice: “Tomen y coman; esto es mi Cuerpo... Esto esmiSangre”(Mateo 26, 26-28), y también da la orden de que su Iglesia repita lo mismo que Él hizo, tra-
yéndolo al presente: “Hagan esto” (Lucas 22, 19).
Aunque parezca que siguen siendo pan y vino, son de verdad Cuerpo y Sangre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, por eso les damos la máxima reverencia.
Y, para ayudarnos en nuestra fe, Dios ha permitido que en ocasiones las Hostias consagradas sangren, o que ocurran otros prodigios eucarísticos. Como la ciencia hoy está muy avanzada, en los casos más recientes los científicos han analizado estos milagros, encontrando que de verdad se trata de Carne y Sangre, y siempre de la misma Persona, o sea de Jesús.
CHISPITAS
— ¿Sabías que se usan seis mil elefantes cada año para hacer teclas de pianos?
— ¡Increíble! Los elefantes tienen tan buena memoria que se pueden amaestrar para que hagan cualquier cosa, ¿no?
La maestra pregunta en clase: — Pepito ¿qué planeta va después de Marte?
— Pues... Miércoles.
— Pepito, ¿por qué tu redacción sobre la leche es tan corta?
— ¡Porque hablo de la leche condensada, profesora!
www.elobservadorenlinea.com16 9 de octubre de 2022 / No. 1422 observacatholic
RESPUESTA:Elárbol.