JOAQUÍN ANTONIO PEÑALOSA
Han salido a la luz las memorias del obispo Georg Gänswein, secretario de Benedicto XVI. Muchos quieren ver en este testimonio “la división” entre el papa Francisco y el papa Emérito. Ciertamente, Gänswien narra algunas controversias entre ambos modos de entender el papado y decisiones que tomó Francisco que, aparentemente, no fueron del agrado de Benedicto XVI. Pero esto es normal, absolutamente normal. Muestra la riqueza de la Iglesia, su flexibilidad, su capacidad de diálogo incluso en una situación inédita como la de dos papas viviendo en el Vaticano.
Francisco ha sido muy claro al subrayar una y otra vez que el clericalismo es un mal de la Iglesia; una forma de pensamiento único que divide entre nosotros y ellos; entre los buenos y los malos. En el Ángelus en la Plaza de San Pedro, el domingo pasado, recordó que estamos llamados a ejercer esta justicia misericordiosa en las relaciones con los demás. “No dividir, sino compartir. Hagamos como Jesús: compartamos, llevemos los pesos los unos de los otros, en vez de chismorrear y destruir, mirémonos con compasión, ayudémonos mutuamente.
Preguntémonos: ¿yo soy una persona que divide o que comparte? Reflexionemos: ¿soy un discípulo del amor de Jesús o un discípulo del chismorreo que divide? El chismorreo es un arma letal: mata, mata el amor, mata la sociedad, mata la fraternidad. Preguntémonos: ¿soy una persona que divide o una persona que comparte?”
Preguntas esenciales que cada uno debemos hacernos como discípulos de Jesús.
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Peñalosa en el observador
Por Monseñor Joaquín antonio PeñalosaDe Don Quijote a los gobernantes próximos
Abra usted, lector amigo, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, compuesto por mi señor don Miguel de Cervantes Saavedra, príncipe de los ingenios, en los capítulos 42 y 43 de la segunda parte. Los consejos que ahí da don Quijote a Sancho Panza antes de que este marchara a gobernar su ínsula, vienen como anillo al dedo a próximos y futuros gobernantes de la nación. Por ejemplo:
1 Has de poner los ojos en quién eres procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey.
2 Acompaña la gravedad del cargo que ejercites con una blanda suavidad que, guiada por la prudencia, te libre de la murmuración maliciosa.
3 Préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio.
4 Nunca te guíes por la ley del encaje, que suele tener mucha cabida con los ignorantes que presumen de agudos.
5 Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia que las informaciones del rico.
6 Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico, como por entre los sollozos e importunidades del pobre.
7 Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues con el rigor de la ley al delincuente, que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo.
8 Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia.
9 Cuando te sucediere juzgar algún pleito de algún tu enemigo, aparta las mientes de tu injuria y ponlas en la verdad del caso.
10 No te ciegue la pasión propia en la causa ajena, que los yerros que en ella hicieres, las más veces serán sin remedio, y si le tuvieren será a costa de tu crédito.
11 Si alguna mujer hermosa corriere a pedirte justicia (o chamba), quita los ojos de sus lágrimas y tu vista de sus gemidos y considera despacio la sustancia de lo que pide, si no quieres que se anegue tu razón en su llanto y tu bondad en sus suspiros.
12 Si has de vestir seis pajes, viste tres y otros tres pobres, y así tendrás pajes para el cielo y para el suelo.
13 Sé templado en el beber, considerando que el vino dema -
siado ni guarda secreto ni cumple palabra.
14 Que te cortes las uñas, sin dejarlas crecer como algunos lo hacen…
Utilísimos consejos en bellísimo lenguaje, escritos en 1615, pero valederos para 1988* y siguientes: “Si estos preceptos y estas reglas sigues -señor premandatario-, serán luengos tus días, tu fama será eterna, tus premios colmados, tu felicidad indecible, vivirás en paz y beneplácito de las gentes” (Porque son las gentes, el pueblo mondo y lirondo, el ciudadano de a pie, el contribuyente anónimo y nadie más, quien da el verdadero beneplácito a sus gobernantes).
*El artículo fue publicado en El Sol de San Luis, previo a las elecciones de 1988, en las que triunfó Carlos Salinas de Gortari, con la conocida “caída del sistema”, pero es válido para las próximas elecciones de Coahuila y el Estado de México, así como para cualquier otra proceso electoral en México.
Un hombre incomprendido que revolucionó el mundo
Benedicto XVI supo perseguir su visión enfocada en reavivar la fe en un mundo que, según lamentaba con frecuencia, parecía pensar que podía prescindir de Dios.
Por Angelo de SimoneEs una realidad que el Papa Benedicto XVI no tuvo un pontificado fácil, estuvo cargado de mucha crítica, comparaciones inapropiadas y juicios a su persona desde su imagen física hasta su vestimenta papal. Lamentablemente así somos los seres humanos: muchas veces nos enfocamos en lo secundario y no en lo verdaderamente importante, el corazón.
Tras la muerte de Juan Pablo II, era inminente que se darían las comparaciones tras la partida al cielo del Papa peregrino, dado su gran carisma, cercanía y hasta apariencia tierna. No obstante, Benedicto XVI, unos de los pontífices más ilustres y adelantados a su tiempo, logró hacer frente a tantas situaciones de la Iglesia que debían ser reformadas. Es desde allí, desde su temple alemán y su inteligencia prominente, que logró conquistar los corazones de muchos que se abrieron a la acción del Espíritu Santo.
Benedicto XVI, siendo uno de los mayores intelectuales en la historia Eclesial, siempre buscó por encima de todo, dar respuesta a la fe de la gente sencilla, siendo desde allí el momento preciso de integración de su inteligencia con su amplia caridad desde una esperanza que abrazaba corazones.
Lamentablemente, Ratzinger fue incomprendido y atacado, principalmente por aquello que no toleran que la Iglesia Católica se resista a asumir el espíritu de la mundanidad. Entre una y otra crisis, Benedicto XVI supo perseguir su visión enfocada en reavivar la fe en un mundo que, según lamentaba con frecuencia, parecía pensar que podía prescindir de Dios.
Si bien es cierto, el estilo de Benedicto XVI no podría haber sido más diferente al de su predecesor y al de su sucesor, nos dejó claro que no era un trotamundos
adorado por los medios y mucho menos populista, sino que era un profesor y teólogo hasta la médula: pausado, tranquilo, pensamiento y con una mente inquieta, siempre guiado por Dios y confiado en su infinito amor.
Es una realidad alentadora que la Iglesia seguirá transitando por estos caminos de cruz y resurrección, especialmente mediante sus Pontífices: en algunos casos con aprobación, otros con rechazo, algunos momentos con escándalos y otros con grandes aciertos, no obstante, el ejemplo y testimonio de Ratzinger nos da una pista para transitar los siguientes años: somos parte de la Iglesia y por ende, somos los principales responsables de apoyarla e informarnos correctamente pero, especialmente, de confiar en la acción del Espíritu Santo que busca sanar a una Iglesia herida, muchas veces por sus propios integrantes.
No dudo que la historia y el tiempo, en unos años, le haga justicia a Benedicto XVI y reconozca su noble y ardua labor durante tantos años al frente de la Iglesia, no obstante, hasta ese momento, contemplemos con orgullo tantos testimonios ejemplares que nos dejó, siendo propulsores de su bondad y esperanza para con nuestra Iglesia. Benedicto XVI, sin duda alguna, más temprano que tarde, llegará a los altares del cielo.
Una sola frase En camIno
Por Jaime SeptiénAsistimos a una verdadera orgía de fanatismos en México, Brasil o Estados Unidos. Los fanáticos, dice Amos Oz, son los que saben sumar solo hasta uno. En su libro Queridos fanáticos (Siruela, 2018) adelanta un tema que se está comiendo literalmente a los sistemas democráticos del mundo:
“A medida que las preguntas se vuelven más difíciles y complicadas, también aumenta el ansia de más y más personas para obtener respuesatas sencillas, respuestas de una sola frase. Respuestas que señalan sin ninguna duda los culpables de todos nuestros sufrimientos, respuestas que nos aseguran que, si aniquilamos y exterminamos a los malvados, al instante desaparecerán todos nuestros problemas”.
Hay, pues, que echarle a alguien la culpa de los males (de la patria, del estado, de la colonia). Y como ese alguien sobra, es pertinente demonizarlo. Lo que sigue es matar al demonio junto con los que estén al lado de él, aunque nada tengan que ver el uno con el otro. Ni modo, compañero, estabas en el lugar equivocado, en el momento equivocado.
Tras haber cometido el acto de exclusión, serás parte del lado correcto de la historia, te irá bien. Pero ¿es posible que despreciando al otro te pueda ir bien? Evidentemente, no. Sin embargo, resurge la frase: ellos son los culpables. Y la acción requerida: hay que borrarlos del mapa. Lo dice Amos Oz: “El desprecio general es uno de los componentes de cualquier fanatismo”. Nadie desprecia más al otro que aquel que lo convierte en un enemigo sin serlo.
Valentina, cuéntanos un poco sobre ti y cómo es que desde pequeña te atrae la vida de los santos.
▶ R Mi nombre es María Valentina Leal Torres y me encanta definirme por mi nombre. Mis papás me bautizaron como Valentina Leal Torres y lo hicieron pensando en la valentía, en esa virtud; que fuera una niña valiente. Y creo que eso ha marcado toda mi vida: el tema de la valentía.
Cuando yo era muy chiquita mis papás, a mi hermano y a mí, nos ponían a leer vidas de santos para que fueran nuestra inspiración. Así que si me preguntas que desde hace cuando soy un miembro activo en la Iglesia, creo que desde el vientre de mi madre.
¿Entonces tu nombre oficial no es María Valentina, sino solo Valentina?
▶ R No sé en qué vida de santa leí que las niñas que se llamaban como la Virgen María, que tenían el nombre de María, se hacían amigas de la Virgen María. Entonces, yo dije que quería ser amiga de la Virgen y a los cinco años les dije a mis papás que me agregaran el nombre de María. Les insistí tanto, que cuando tenía seis años se hizo todo el tema legal del cambio de nombre en la notaría y luego en la iglesia. Y desde los seis años soy María Valentina Leal Torres.
Me reconozco como una hija muy amada de Dios y muy amada por mi familia.
¿Cómo es que llegas a profundizar más en tu fe y a visualizar el proyecto de “La puerta de al lado”?
▶ R Cuando tenía 15 años tuve un tema de salud importante que afectó mis actividades y me hizo poner una pausa en mi vida. Al leer esa situación me di cuenta de que Dios necesitaba mi quietud física para tener una quietud interior en
La Puerta de al lado:
En su exhortación apostólica Gaudete te exsultate (2018) el Papa Francisco hace referencia a la puerta del al lado como una invitación a no pensar solo en los santos consolidados por la Iglesia, sino a inspirarnos en aquellos con los que convivimos día a día, en el padre que cuida con amor a su hijo, o en los miembros más humildes del pueblo de Dios.
la cual Él me pudiera decir: “Tú has vivido una fe en familia hermosa, pero necesito tu sí personal. Has recibido un montón y necesito que empieces a entregar”.
Nosotros siempre habíamos vivido la fe en familia y en comunidad y a mis 15 años tuve momentos de crisis existenciales muy fuertes porque yo decía: “Si hoy me muero, no hice nada”.
Entonces, el Señor se valió de esta situación para tomar mi sí personal. A los 17 años ingresé a la comunidad Familia Espiritual de Fray Nelson Medina, y ahí conocí a unos
amigos y siempre nos quejamos de lo que veíamos en redes sociales, pero solo eran quejas y quejas. Entonces, dijimos que las quejas no solucionan nada, que el mundo no cambia con mi queja, que el mundo cambia haciendo algo.
Abrimos un canal de YouTube en donde poníamos covers católicos, pero eso terminó. Después, el Papa Francisco sacó la exhortación apostólica Gaudete et Exsultate, y en el numeral 6-9 comienza a hablar de la puerta de al lado y el nombre me parecía muy llamativo y lo retomamos.
¿Cuál es el enfoque?
▶
R Mi formación profesional es crítica y analítica y hacemos lo que hacemos porque como cristianos: ¿Qué escuchamos? ¿Qué vemos? ¿Cómo vivimos la fe? ¿Cómo tomarnos la fe en serio?
Esas preguntas me han llevado a las personas, a preguntarle a la gente por qué esto, por qué hacemos aquello. Ese nivel de pregunta que quiere transformar. No solo decirles “no hagas esto porque te condenas”.
¿Te animas a ser santo?
Búscalos:
Este canal se convirtió en algo evangelizador en pandemia porque mis papás, ante la crisis familiar que se exacerbó por estar encerrados, dijeron: “Pues, volvamos al Rosario”. Y yo les sugerí que lo hicieran en “La puerta de al lado”. Y te cuento que llevamos dos años seguidos, todos los días, haciendo el Rosario a las cinco de la mañana. Ellos han encontrado una comunidad de servicio y todos los días se conectan de 50 a 70 personas.
Luego, con mi hermano, hemos hecho el ejercicio de explicar el Evangelio con emojis; buscamos todas las formas para que la gente pueda conectar con Cristo. Se convirtió en un apostolado familiar muy especial.
Su trabajo no se queda en las redes, sino que se han dado a la tarea de llevarlo al campo a través del servicio, ¿no es así?
▶ R La fe sin obras está muerta, dice la palabra de Dios. Y a veces uno tiene la tentación de decir “yo ya evangelice, ahí está mi obra”. Pero la gran tentación que tiene un evangelizador digital es creer que Cristo se queda en la esfera digital, cuando en realidad la virtualidad nos tiene que llevar a la presencia de Dios sí o sí.
En el tiempo de pandemia conocí a una mujer que había tenido dos abortos porque no había tenido
acompañamiento. Pero en su tercer embarazo llegó a una fundación que tenía el letrero de “aborta”, pero en realidad es una fundación fachada que brinda acompañamiento. Ahí entendió que había un bebé en su vientre al escuchar el pálpito de su corazón. Ahí se encuentra más con Dios y empieza a darse cuenta que iba a ser mamá soltera y que era muy complicado porque ella era modelo webcamp.
Yo soy una mujer que siempre he participado en las marchas provida desde los 7 años. No me puedo quedar diciendo “sí a la vida, sí a la vida”, pero al momento de apoyar decir “tú te las arreglas”. Entonces, yo sentí que eso era lo que le hacía falta a mi causa próvida. Esas mujeres necesitan apoyo y cuidado para florecer, pero les hace falta ese
La gente dice “oro por ti”. ¡Qué importante es la oración! Pero yo no me puedo quedar, si puedo hacerlo, no me puedo quedar solo en la oración. Tengo que buscar los medios para que tú puedas florecer, para que tus hijos puedan tener con qué comer.
Entonces, se les enseña a hacer collares, pulseras, y las ganancias son para ellas. Y para aumentar la demanda empezamos a crear sudaderas e igual, las ganancias son para estas mamás. Entonces, para nosotros ha sido muy importante, son mamás rescatadas. Generalmente son mujeres a las que la sociedad o su familia las ha abandonado.
Para nosotros la vida tiene que ser un “sí te apoyo”.
¿Ya has entendido cuál es tu lugar en el mundo y en la Iglesia?
▶ R Para hacer ese recorrido de nuestra vocación nos basamos en santa Teresita del Niños Jesús. Mi primer lugar de vocación es la santidad, es el llamado que todos tenemos, pero sí he hecho un discernimiento detenido y siento que el llamado del Señor es el llamado a la vida en familia, a ser mamá, y le pido a Dios que vaya preparando todo para cuando se llegue el momento. En este momento estoy soltera pero siento que esa es mi vocación.
» Criar con amor a los hijos.
» Trabajar con amor para llevar el pan a la casa.
» Seguir sonriendo a pesar de la enfermedad o de la edad.
» Ser constante para seguir adelante día a día.
» Ser reflejo de la presencia de Dios.
Entonces, dentro de la pandemia se crea una tienda para que estas mujeres, de lo que se gane, que estas mujeres puedan ganar y mi hermano le puso “La tienda de al lado”.apoyo material. Para María Valentina Leal Torres, una joven colombiana de 25 años, asumir el reto de ser santo no es tarea fácil, pero está dispuesta a atender el llamado de vivir la santidad en lo cotidiano. Y como parte de esta tarea encabeza el proyecto “La puerta de al lado” en Instagram, en donde, junto a sus padres y hermano, han hecho un apostolado dentro y fuera de las redes sociales. Los padres de Valentina rezan todos los días el Rosario a las cinco de la mañana. » En Instagram: @lapuertalado
¿Cómo ser santo de La Puerta de al lado?
Juan Pablo I: El beato que nos hace sonreír
Cuando la alegría trasluce lo que tenemos en el alma
Al papa Juan Pablo I, proclamado beato pocas semanas atrás, lo recuerda el mundo por su corto pontifi cado, que duró tan solo 34 días. A pesar de la brevedad del mismo, permanece en la memoria de muchos por su acogedora y espontánea sonrisa, la sencilla manera con que dirigió sus contados mensajes papales, así como los ceños que tuvo apenas empezó su ministerio.
Entre estos gestos, se pudo ver la renuncia a la triple coronación que recibían los sumos pontífices y canceló el uso de la tiara papal y la silla gestatoria para las presentaciones públicas. También dio una señal evidente de gratitud, al haber escogido el nombre de sus antecesores para conformar el suyo, con lo que aseguró una continuidad al legado de los hoy santos papas Juan XXIII y Pablo VI.
Ha sido un caso atípico, pues el papa Francisco, al declararlo beato en setiembre último, ya cuenta con cuatro pontífices elevados a los altares, desde que asumió la Cátedra de Pedro en el 2013. Aunque la cifra puede aumentar, pues se oyen pasos para la beatificación del venerable papa Pío XII.
EXPANDIR SU MENSAJE
El nombre secular del beato Juan Pablo I fue Albino Luciani, quien
nació en Canale d’Agordo (Véneto-Italia), el 17 de octubre de 1912 y murió en la Ciudad del Vaticano el 28 de septiembre de 1978, después de haber asumido a fines de agosto de ese mismo año, el rol de 263o papa de la Iglesia católica, cuando ostentaba el cargo de Patriarca de Venecia.
Sin embargo, las consabidas virtudes heroicas del papa Luciani no se reducen a tal breve periodo de 1978, aunque hay quienes reconocen que sí fueron días en los cuales dio trazos de santidad al mundo e incluso a sus sucesores.
Entre estos rasgos están la humildad, la sobriedad, la alegría, la sencillez de sus maneras y la predicación vivaz y simple. A ello, podemos sumar su renuncia a los honores del mundo y a la aceptación pública de sus límites humanos, con la convicción de que su vida entera dependía de Dios, aún siendo el papa.
RESCATAR SU LEGADO
Para Stefania Falasca, vicepresidenta de la Fundación Juan Pablo I y autora del libro Papa Luciani, crónica de una muerte, es importante «hablar en términos científicos de
Luciani. Y esto da la posibilidad de un reconocimiento necesario, con el rigor analítico y crítico debido, para difundir su pensamiento y espiritualidad».
En declaraciones brindadas a la revista española Ecclesia en 2020, Falasca aseguró: «El mensaje del Papa Luciani es muy actual. Los caminos que abrió son los de la renovación de la misionaridad, de la colegialidad episcopal, del servicio en la pobreza eclesial, con iniciativas por la justicia y por la paz. Así como la búsqueda de la unidad de los cristianos, el diálogo interreligioso y el diálogo con la contemporaneidad».
En referencia a su estilo, también destacó una característica muy apreciada del hoy beato papa, que nos invita a profundizar: «Basta pensar en su lenguaje. Una nueva oralidad que había sido descubierta en la Iglesia».
Corría el presente año y, a pocos meses de la beatificación, la escritora y vaticanista se expresó así de él, ante un grupo de periodistas: «Luciani fue el pastor alimentado por la sabiduría humana, que vivió todas las virtudes evangélicas. Un pastor que precede y vive en el rebaño con el ejemplo, sin ninguna separación entre la vida espiritual y el ejercicio del gobierno».
Conocido todo esto, se espera que pronto llegue a ser proclamado santo «el Papa de la sonrisa».
*Periodista peruano, miembro del Consejo Editorial Internacional de ElObservador
Año nuevo, oportunidad nueva
Aprovechemos el tiempo y busquemos la forma de vernos, y sobre todo, de hablar, que la tecnología no nos impida comunicarnos efectivamente.
Por Mónica MuñozHemos iniciado un año nuevo, en el que, como siempre, ponemos todas nuestras expectativas para hacer cambios sustanciales, según nuestros planes y la motivación que conlleva comenzar de cero. O al menos eso es lo que cada fin de año ponemos sobre la mesa, hacemos propósitos y generamos deseos por cumplir, lo que significa que todo lo que no hemos hecho bien puede retomarse para alcanzar la meta.
Sin embargo, algo que también nos hace reflexionar es el hecho de que no todos logran el éxito en sus empresas debido a las adversidades de la vida: una enfermedad, un accidente, el fin de una relación, la pérdida del empleo o hasta un fallecimiento. Esos acontecimientos inesperados nos obligan a detener el ritmo de nuestra vida y buscar alternativas que nos permitan continuar sin fracasar en el intento, sobre todo porque las emociones juegan con nosotros y limitan nuestras acciones.
Me pongo a pensar en todos los amigos que perdieron a sus seres queridos o vieron su salud comprometida con enfermedades graves, difícilmente han tenido ánimo y cabeza para pensar en las fiestas de Navidad y Año Nuevo, sin embargo, la cercanía manifiesta de sus amigos y familiares les ayuda a enfrentar su tristeza.
Es por eso muy acertado el pensamiento que se centra en que la persona no puede vivir so-
la, ciertamente en la historia encontramos ejemplos de hombres y mujeres que se han alejado de la comunidad para sumergirse en experiencias místicas, pero aun así, recibieron visitas de gente que iba a solicitarles consejos o que les llevaban de comer, sin dejar de tener contacto absoluto con otras personas. En la actualidad es poco probable que exista gente que desee vivir alejada del mundo, y menos con la cercanía virtual que el internet ha desatado en los últimos años.
Y precisamente, esa aparente cercanía es la que nos ha alejado más de nuestras personas queridas, porque dejamos para después el encontrarnos personalmente, creyendo que tendremos toda la vida por delante para hacerlo.
Son esos encuentros frente a frente los que debemos apreciar y fomentar, ningún mensaje de texto o de voz se compara con la alegría de abrazar a una persona.
Tuvimos una amarga experiencia con la pandemia, estuvimos encerrados y dejamos de reunirnos durante dos años por temor al contagio de una enfermedad que dejó muchas secuelas psicológicas. Poco a poco nos hemos ido recuperando y volvimos al activismo que teníamos antes, por lo que tal parece que no aprendimos nada.
Las personas mueren y nunca más volvemos a verlas, por supuesto que una llamada es oportuna en cualquier ocasión, sin duda, sobre todo si la distancia no permite más, pero organicemos reencontrarnos con la gente im-
portante, por eso, aprovechemos el tiempo y busquemos la forma de vernos, y sobre todo, de hablar, que la tecnología no nos impida comunicarnos efectivamente.
Como anécdota personal, comentaré que en la comunidad en la que vivo se fue el servicio de internet el 31 de diciembre. Para todos los habitantes resultó un enorme inconveniente que en pleno Año Nuevo estuviésemos incomunicados, ya que tampoco servían los teléfonos fijos y la señal del celular no nos llega bien. Vaya, pues, que no podíamos enviar los consabidos mensajes que se nos ha hecho normal mandar como cadena para todos los contactos del móvil. Y aunque esperábamos que la compañía se hiciera cargo pronto, eso no ocurrió sino hasta el lunes a mediodía.
Sin embargo, la falta de comunicación digital nos permitió convivir sin interrupciones, usamos los viejos juegos de mesa, platicamos, nos escuchamos unos a otros, nuestros adolescentes compartieron con los adultos y con los niños pequeños, nos reímos y divertimos como hacía mucho tiempo no lo hacíamos, en fin, que la ausencia de la tecnología se convirtió en una bendición. Y lo más importante, nos reencontramos como familia.
Por eso, retomemos nuestra vida, sí, pero hagámoslo bien, poniendo al otro en primer lugar, aprovechando todo lo que Dios nos permite tener y compartiendo momentos que, al final de nuestras vidas, serán tesoros en la mente y en el corazón que recordaremos con amor.
Señales que indican que has tomado una buena decisión
Cuando tomamos una decisión, hay algunos signos que nos permiten ver si Dios confirma que vamos por el buen camino. Así lo señala el Papa Francisco en su audiencia general número once sobre el discernimiento.
ha sido bueno. Una paz que trae armonía, unidad, fervor, celo. Tú sales del proceso de profundización mejor de cómo has entrado.
EL SIGNO DE LA GRATITUD
Un primer aspecto es si la decisión es considerada como un posible signo de respuesta al amor y a la generosidad que el Señor tiene hacia mí. No nace del miedo, no nace de un chantaje afectivo o de una obligación, sino que nace de la gratitud por el bien recibido, que mueve el corazón a vivir con liberalidad la relación con el Señor.
se vuelve más ordenada, advierte una creciente integración entre sus múltiples intereses, establece una correcta jerarquía de importancia y logra vivir todo con facilidad, afrontando con renovada energía y fuerza de ánimo las dificultades que se presentan. Estas son las señales de que has tomado una buena decisión.
EL SIGNO DE LA LIBERTAD
En el proceso del discernimiento, es importante permanecer atentos también a la fase que sigue inmediatamente a la decisión tomada, para captar los signos que la confirman o los que la desmienten. Debo tomar una decisión, hago el discernimiento, pro o contra, sentimientos, rezo… después termina este proceso y tomo la decisión y después viene esa parte en la que debemos estar atentos, ver. Porque en la vida hay decisiones que no son buenas y hay signos que la desmienten, mientras que para las buenas hay signos que la confirman.
EL SIGNO DE LA PAZ
Hemos visto de hecho cómo el tiempo es un criterio fundamental para reconocer la voz de Dios en medio de otras muchas voces. Solo Él es Señor del tiempo: esto es una marca de garantía de su originalidad, que lo diferencia de las imitaciones que hablan en su nombre sin lograrlo. Uno de los signos distintivos del espíritu bueno es el hecho de que comunica una paz que dura en el tiempo. Si tú haces una profundización, después tomas la decisión y esto te da una paz que dura en el tiempo, esto es una buena señal e indica que el camino
EL SIGNO QUE INDICA QUE HAS ENCONTRADO TU LUGAR EN LA VIDA
Otro elemento importante es la conciencia de sentirse en el propio lugar en la vida —esa tranquilidad: “Estoy en mi lugar”— y sentirse parte de un diseño más grande, al que se desea ofrecer la propia contribución. En la plaza de San Pedro hay dos puntos precisos —los focos de la elipse— desde donde se ven las columnas de Bernini perfectamente alineadas. De forma análoga, el hombre puede reconocer que ha encontrado lo que está buscando cuando su jornada
Otro buen signo, por ejemplo, de confirmación es el hecho de permanecer libres respecto a lo decidido, dispuestos a volver a cuestionarlo, también a renunciar frente a posibles desmentidos, tratando de encontrar en ellos una posible enseñanza del Señor. Esto no porque Él quiera privarnos de lo que más queremos, sino para vivirlo con libertad, sin apego. Solo Dios sabe qué es verdaderamente bueno para nosotros. Ser posesivo es enemigo del bien y mata el afecto, estad atentos a esto, ser posesivo es enemigo del bien, mata el afecto: los muchos casos de violencia en ámbito doméstico, de los que lamentablemente tenemos noticias frecuentes, nacen casi siempre de la pretensión de poseer el afecto del otro, de la búsqueda de una seguridad absoluta que mata la libertad y sofoca la vida, haciéndola un infierno.
Reconocer esto es fundamental para una buena decisión, y tranquiliza sobre lo que no podemos controlar o prever: la salud, el futuro, las personas queridas, nuestros proyectos. Lo que cuenta es que nuestra confianza esté puesta en el Señor del universo, que nos ama inmensamente y sabe que podemos construir con Él algo maravilloso, algo eterno.
Leemos en el Evangelio: «Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe; quien busca, encuentra y al que toca, se le abre». Sin embargo, muchas veces pedimos y, según nos parece, nada de nada.
Y no es que pidamos extravagancias, como «Diosito lindo, que gane México el campeonato de futbol» o «que me gane el premio mayor de la lotería» (a mi suegra le decíamos que primero comprase un boleto, pues no lo hacía). He allí que muchas veces pedimos desde lo más profundo de nuestro corazón un favor hermoso, como la salud de un hijo que agoniza por un cáncer dolorosísimo. Lo hizo la mujer cananea y fue recompensada con un milagro. O pedimos la conversión de un cabeza dura tras volverse adicto a las drogas y unirse al crimen organizado. Las lágrimas de santa Mónica obtuvieron respuesta y de allí viene uno de los más santos obispos, Agustín de Hipona. O pedimos que nos ayude a no pecar más. He allí que Jesús liberó, en Gádara, a un hombre poseído por muchos demonios.
Pero, lo que, según vemos ocurre, es el “silencio” de Dios. El hijo no se cura. El cabeza dura se vuelve pertinaz. Y nosotros seguimos peque y peque. Y no somos pocos a quienes nos pasa así, pues, de hecho, los milagros que rompen con el curso ordinario de los acontecimientos son rarísimos. Por ejemplo, millones de personas han acudido a Lourdes para pedirle la salud física a Nuestra Señora, pero sólo 70 casos de curación milagrosa han sido confirmados de lleno por la Iglesia.
Tal vez una pista sea —por si no hemos entendido aun este “silencio” de Dios y de María—
El “silencio” de Dios
No olvidemos, sin embargo, que la voluntad del Padre no fue maltratar a su Hijo, sino borrar el pecado, que nos llegó por Adán, y salvarnos a todos sus hijos. Ciertamente, su manera fue el de la donación de su primogénito para rescatarnos, para que nos quede claro que Dios nos ha amado hasta la muerte, y una muerte de Cruz.
Su posterior resurrección nos ha traído la vida, ¿qué mayor milagro podríamos pedir?
Tal vez, como lo han intuido muchos santos, no consiste en sacarnos el premio mayor de la lotería, ni ganar el campeonato de futbol; tampoco una salud perfecta, o la conversión inmediata de los pecadores, o librarnos, pero ya, de las tentaciones o los tropiezos. El mayor milagro es conservar la fe, aun si su voluntad es permanecer unidos en su Cruz.
A san Pablo, Dios le advirtió: «Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad».
la que nos ofrece santa Bernardita. Enferma de tuberculosis desde muy chica y con el tiempo con los huesos carcomidos por la enfermedad, se negó a visitar el manantial milagroso de Lourdes, a través del cual se había manifestado ya la compasión de Dios a muchos inválidos. Santa Bernardita dijo, sin ninguna falta de fe, que ese manantial no era para ella. Prefirió el seguir dolorosamente enferma unida a la Cruz.
Ciertamente, el ejemplo ya lo había ofrecido nuestro mismo Señor en Getsemaní. Aunque hubiera deseado que el Padre pusiera a un lado el “cáliz” del Calvario, Jesús dijo “Hágase tu voluntad y no la mía”. «¿Pero cómo pudo ser esa la voluntad del Padre, el dolor de su Hijo?», nos podría pasar por la cabeza, aun más si leemos en el Evangelio «nadie le da a su hijo una piedra si él le pide pan, ni le da una serpiente si le pide un pescado».
Así Nuestro Señor confirmó a multitud de mártires quienes, como Él fueron perseguidos, apresados, vilipendiados, torturados y asesinados, unos también en alguna cruz, otros engullidos por leones, o asados vivos sobre brazas como san Lorenzo. Ellos lo vivieron como privilegio, pues era unirse a Jesús en su sacrificio expiatorio y salvador.
Y ya en la prisión, como san Juan de la Cruz, o en el exilio, como san Juan Crisóstomo, o en el naufragio, como san Francisco Xavier, o como santa María misma con sus siete espadas clavadas en su inmaculado corazón, por su fe supieron que el mayor milagro era ese, participar en nuestra salvación.
POR MARIO DE GASPERÍN GASPERÍN OBISPO EMÉRITO DE QUERÉTARO
El símbolo y la imagen
El potencial expresivo de la imagen es por todos reconocido. Nuestra cultura actual se define por la imagen y el hombre moderno por su capacidad visual: Homo videns. Esta es una de las debilidades que nos hacen vulnerables, confundiendo la imaginación con la realidad. Jesús resucitado se volvió virtual, respondía el pequeño a su catequista desconcertada.
Conocemos la prohibición de Dios al pueblo de Israel de fabricarse imágenes, cualquiera que fuera la figura escogida para representarlo: animales, árboles, astros o humanoides. Aquí se advertía ya del uso manipulador de las imágenes, terreno propicio para la superstición y la magia. Quien tenía la imagen de su dios, podría controlarlo. No fue así con el Dios de Israel. No tiene imagen ni pareja ni progenie ni nombre: Es el Único, el Innombrable. Actúa solo, con su Palabra y su Espíritu.
Al hacer así todas las cosas, buscó un interlocutor y creó al hombre, como imagen suya. No igual, sino semejante. Se inició entonces el diá-
logo humano-divino entre el Creador y su creatura, que alcanzaría su plenitud en Cristo, su Palabra hecha hombre por obra del Espíritu Santo. Misterio insondable que aconteció en un pesebre, en Belén.
Cristo es, confesamos, “imagen visible de Dios invisible”. Por eso toda imagen sagrada, para un cristiano, tiene que conjugar dos principios aparentemente contradictorios: revelar lo invisible en un elemento visible. De aquí proviene el cuidado, nunca excesivo, de la Iglesia en el uso de las imágenes para la celebración de los divinos Misterios. Exige al artista que haga transparentar en la imagen la fe de la Iglesia, su espíritu, de modo que invite a creer y no a satisfacer instintos o devocio-
nes ajenas a ella. Por eso la Iglesia, en su culto oficial, sin despreciar las imágenes, prefiere y privilegia la profundidad de los símbolos. A los símbolos pide autenticidad y claridad y a las imágenes les exige arte y capacidad de revelar el Misterio, como es el caso de los iconos sagrados.
Arte, sabiduría y prudencia necesita el pastor para lograr un equilibrio en su comunidad entre ambos valores, sabiendo que el símbolo es por sí mismo exigente, por ofrecer mayor profundidad. El símbolo se asocia a la vida y logra que El Invisible adquiera realidad salvadora. Al signifi car, produce su efecto. Incide en la vida. Aunque la imagen haya ganado terreno en difusión, se ha visto vaciada de contenido, de sen-
tido y de comprensión. La proliferación de imágenes hiere los sentidos, los impacta y hasta conmueve, pero no nutre ni comunica vida. La imagen enajena.
La suplantación de los símbolos litúrgicos por las imágenes de corte devocional revela una deficiencia que reclama remedio saludable: “El predominio de la imagen es un mal presagio para el símbolo: lo suplanta”, escribe J. Ma. Mardonio. En la celebración litúrgica del Misterio Pascual, la Iglesia canta las glorias del Resucitado ante el Cirio encendido y no ante su imagen. Introducir allí una imagen es eliminar el potencial simbólico y salvífico del símbolo. Lo mismo sucede cuando se instala el Nacimiento cubriendo el altar mayor, lugar del sacrificio.
El desconocimiento del signifi cado del simbolismo bíblico utilizado en la sagrada Liturgia nos ha hecho recurrir al fácil subterfugio de la imagen devocional, sobreponiendo la devoción particular al Misterio y el sentimiento propio a la Fe de la Iglesia. La renovación del “lenguaje” litúrgico y catequético es requisito indispensable para la conversión pastoral. “El símbolo es vida y remite a la Vida: desea que lo Invisible en nosotros llegue a ser también realidad. Entonces cesará el símbolo, y veremos sin enigmas, cara a cara, el Misterio que nos sustenta y nos busca” (Ibid.).
Calvos, vacunas y buen humor
Por Alejandro Cortés González-BáezHace muchos años le oí decir a un gran señor al que admiro por muchos motivos, y que ahora está en el Cielo, que Dios había hecho cabezas perfectas, y a otra les había puesto pelo, y conversando hace poco con unos amigos sobre los diferentes tipos de calvicie, o en su caso, de cómo manejamos los calvos nuestras cabelleras, pudimos hacer una somera clasificación:
1 Calvo foco, o bola de billar.
2 Calvo corona de laureles.
3 Calvo con entradas.
4 Calvo con entradas que van de salida.
5 Calvo tonsura de órdenes menores.
6 Calvo tonsura de órdenes mayores.
7 Calvo prestamista.
8 Calvo de préstamos con grandes intereses.
9 Calvo de código de barras.
10 Calvo de turbante hindú.
Permítanme dar un salto mortal doble y pasar a otro tema. Todos sabemos la importancia de vacunarnos para prevenir enfermedades, pues ellas nos ayudan a crear anticuerpos o defensas ante los virus, bacterias, y demás, que tanto daño pueden hacernos. Pues bien, una vacuna de importancia vital en la vida de todo ser humano es el buen humor.
A diario nos topamos con gente que no tiene nada de buen humor, y con esa terrible deficiencia se enfrentan, como cualquiera, a un mundo que a veces es agresivo, o por lo menos, poco respetuoso, de forma tal que, por donde quiera que pasan, se la pasan mal.
Los amargados suelen destilar su mal humor como una pestilente fragancia que convierte cualquier ambiente en un sitio molesto. En cambio, quienes tiene ese buen humor sano y positivo que les permite conocer, reconocer, y aceptar sus errores y deficiencias, esparcen ese
sentido optimista que tanta falta hace sobre todo cuando, por mil motivos, nos encontramos viviendo en sociedades despersonalizadas.
El buen humor está lejos de caer en la chabacanería que provoca la risa fácil, y suele usar como leña los defectos ajenos para burlarse de ellos, cayendo así en auténticas faltas de respeto y de caridad. El buen humor sí hace bromas, pero la gran diferencia estriba en que la persona a la que se dirigen se ríe de buen gusto. En definitiva, no es lo mismo reírse de alguien, que reírse con alguien.
Con relación a lo anterior encontramos personas que son extremadamente sensibles, y como dicen algunos: hasta lo que no comen les hace daño. Ante ellos es preciso cuidar de no decir nada que pueda humillarlos o herirlos, y como esto a veces no resulta fácil, lo que suele suceder es que los demás se alejan de ellos para no tener problemas, y así se van quedando solos, muy solos.
La verdad es que es necesario querer mucho a una persona para soportarle su mal humor, y como algunas de ellas están casadas, su esposo(a) e hijos tienen que hacer esfuerzos muy grandes para tratar de comprenderlas hablándoles, con sinceridad y cariño para animarlas a que pongan de su parte, y luchen por descubrir lo positivo que tienen a su alrededor. Entendiendo algo de suma importancia: El enojón no es una persona de carácter fuerte, sin todo lo contrario; tiene un carácter tan débil que no puede controlar sus emociones.
Sereno moreno, ya verás que con un poco de paciencia y echándole ganas lo superas, pero tienes que reconocer que lo que te hirió tenía razón. . . No malinterpretes lo que oíste o leíste, mira, vuelve a leer o a tratar de recordar las palabras exactas, y procura darles ahora una interpretación positiva, y sobre todo, no exageres. Ya verás que te faltó objetividad. Ánimo, estamos contigo.
Benedicto XVI: un Papa para nuestro tiempo
Por Raúl Espinoza AguileraEl pasado 5 de enero fueron los funerales del Papa Emérito Benedicto XVI. El Romano Pontífice actual destacó sus múltiples virtudes: sabiduría, humildad, su plena entrega como sacerdote, obispo y Papa. Siempre me han sorprendido su lucidez intelectual, su capacidad de ser un investigador infatigable y el hecho de haber publicado una enorme cantidad de libros y ensayos sobre Teología. Fue un incansable buscador de la verdad. Sus aportaciones y acertados comentarios durante el Concilio Vaticano II llamaron la atención a los Padres Conciliares sobre ese joven profesor de Teología de 35 años.
Había nacido en Baviera, Alemania en 1927. Su padre era comisario y provenía de una modesta familia de agricultores. Su madre trabajó por muchos años como cocinera. Era una familia profundamente católica. El joven Joseph Ratzinger y su hermano Georg in-
gresaron al seminario y posteriormente fueron ordenados sacerdotes. Su hermana María administró la casa de los Ratzinger.
Realizó estudios de Filosofía y Teología en la Escuela Superior de Frisinga. En el seminario estudió con gran interés a San Agustín de Hipona y San Buenaventura. Tras años de estudio, en 1953 se doctoró en Teología con una tesis sobre San Buenaventura. Fue un innovador de esta rama del saber, hecho por el cual sufrió muchas incomprensiones. Sus afanes reformistas fueron malinterpretados, pero Ratzinger siguió adelante con sus investigaciones y publicaciones.
Años de formAción
En los años sesenta ingresó como catedrático a la Universidad de Tubinga. Pero al poco tiempo se infiltraron las ideas radicales marxistas y los movimientos estudiantiles de protesta que culminaron con los disturbios de 1968. Fue entonces cuando decidió volver a Baviera a la Universidad de Ratisbona, donde
no había esos movimientos tan radicales. Por esos años publicó “Introducción al Cristianismo”. Ese libro constituye una verdadera joya sobre la manera como aborda la fe en Jesucristo. En 1972 fundó la publicación “Communio” y pronto se convirtió en una de las publicaciones católicas más influyentes a nivel internacional.
En 1951 fue ordenado sacerdote. A principios de 1977 fue consagrado arzobispo de Múnich y Frisinga. El 27 de junio de ese mismo año el Papa Paulo VI lo nombró Cardenal. Por esa época ya se carteaba con el Cardenal Karol Wojtyla. En sus publicaciones, Ratzinger subrayaba la idea de que el cristianismo no era un mero conjunto de normas morales sino el encuentro con una Persona, con Jesucristo. Pronto el cardenal Wojtyla fue elevado a la Cátedra de San Pedro escogiendo el nombre de Juan Pablo II. En 1981 le propuso al Cardenal Ratzinger ser el Prefecto para la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Un pApAdo memorAble
Ya como Papa, Benedicto XVI, infatigable buscador de la Verdad, gustaba de cambiar impresiones sobre temas fundamentales de nuestra fe con sus expertos colaboradores, no para imponer su punto de vista, sino llegar a las entrañas de una problemática y transmitir esa luz de la verdad a la cristiandad. El periodista alemán Peter Sewald le hizo al Santo Padre una serie de entrevistas sobre temas de palpitante actualidad. Recuerdo el libro “Dios y Mundo” que me impresionó por la honestidad intelectual del Papa. Después de muchas entrevistas convertidas en libros, Sewald concluyó que “Benedicto XVI es un pensador moderno”.
Decisiones que inician algo nuevo
P. Fernando PascualDecido escribir un mensaje. Aparece algo nuevo en mi pantalla. Será leído, luego, por quien espera nuevas noticias.
Salgo de casa y voy al trabajo. Todo parece repetitivo y, sin embargo, es nuevo: nunca volveré a trabajar como lo hice hoy.
Cada una de nuestras decisiones inician algo nuevo en el mundo. La mayoría de las veces, se tratará de hechos sencillos, sin relevancia aparente.
Otras veces, una decisión mejora o empeora la salud, alegra o tensa las relaciones en casa, permite un cambio positivo en la empresa o genera problemas complejos que tardan semanas en resolverse.
Si pensamos en las decisiones de gobernantes, empresarios, periodistas, escritores, lo nuevo puede tener repercusiones a veces inimaginables: una guerra o un acuerdo de paz, una hambruna o el alivio para miles de indigentes.
Por eso resulta importante, al tomar decisiones, pensar si llevarán hacia algo bueno, o si tienen una dosis de potenciales daños, o
simplemente si todavía no veo con claridad las consecuencias a corto y a largo plazo.
Este día tomaré decisiones de diferentes niveles. Con una decisión renunciaré al tren para ir en autobús. Con otra decisión, guardaré silencio ante ciertas provocaciones y buscaré cómo mejorar las relaciones con una persona difícil.
Lo que luego dé inicio, desde luego, no está nunca bajo nuestro control. Aunque nuestras decisiones sean bien pensadas y correctas, se entrecruzan con miles de otras opciones y hechos que llevan a
consecuencias imprevisibles.
A pesar de tanta indeterminación, todavía hay cosas que dependen de mí, sobre las que ahora se me pide tomar una decisión que traerá como consecuencia el que inicie algo nuevo.
Voy a pensar serenamente. Pediré consejo. Haré una oración sencilla y confiada. Luego, habrá que poner nuevamente las manos en el teclado, o los ojos en el destornillador, desde decisiones que, así lo esperamos, puedan traer un poco de bien y de alegría a quienes están a mi lado.
MI VOCACIÓN ES EL AMOR
Sacar fortaleza de los sacrificios
En las últimas conversaciones de Teresita, consignadas por sor Inés (su hermana Paulina) en el Cuaderno Amarillo , sorprende este diálogo del 20 de julio de 1897. A las tres de la mañana de ese día, Teresita había expectorado sangre y, seguramente, estaba exhausta. Para hacerle conversación una hermana del Carmelo de Lisieux le preguntó: ¿Qué harías tú si una de nosotras estuviese enferma en tu lugar? ¿Vendrías a la enfermería durante las recreaciones?
La respuesta de la pequeña Teresa fue ejemplar en muchos sentidos (desde luego, no en el sentido que esperaba la religiosa que le hizo la pregunta)
Las penas con humor son menos
Hay días que vas a desayunar y cada comensal te trae la noticia de algún terremoto. A veces dan ganas de gritarles: “Por favor: ¿hay alguna buena noticia que comunicar? Se nos va a indigestar el desayuno”. Porque es un poco exagerado el cine de aquél director andaluz: “to’er mundo é güeno”, pero
tampoco es verdad aquello de que “to’er mundo anda mosqueao”.
Los andaluces nos dan ejemplo. Siempre supieron echar un pellizco de gracia a las letanías de sus males. Como aquel personaje de Muñoz Seca que, si no podía reír por lo menos pedía perdón. “Mi madre está con el tifus, / mi mujer con pulmonía,
/ mis hijos con la gangrena… / Perdonen que no me ría”.
Hasta la muerte la tratan con su gota de humor: “La vida es un mal asunto, / porque a lo mejor te acuestas / y te levantas difunto”.
Y aquellos otros versos: “Que bonito es un entierro / Con su cajita de pino / y su muertecito adentro”.
Iría derecho a la recreación, sin preguntar por vosotras: y lo haría con toda naturalidad, para que nadie se diese cuenta de lo que me costaba. Y si viniera a la enfermería, lo haría por complacer, nunca por darme gusto a mí misma… y todo por cumplir con mi deber y para alcanzarles gracia que, seguramente, no les conseguiría buscándome a mí misma. Y yo misma sacaría gran fortaleza de estos sacrificios. Pero si alguna vez, por debilidad, hiciese lo contrario de lo que quisiera, no me desanimaría, sino que trataría de reparar mis faltas privándome todavía más sin que se me notase…
¿Cuántos de nosotros no hacemos que se note nuestro sacrificio; cuántas veces no buscamos complacernos a nosotros mismos haciéndonos notar ante los demás? La Cuaresma que pronto inicia, puede ser una buena oportunidad de meditar y hacer práctica cotidiana esta enseñanza de ternura de Santa Teresita.
Benedicto XVI y su legado a la Iglesia necesitada y perseguida
pontificia. El papa emérito Benedicto XVI ya estaba vinculado a ACN durante su etapa como cardenal y prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
En 2002, siendo aún cardenal, declaró que apoyaba a ACN, porque hace realmente un servicio a la fe: “Muchos piensan que sólo hay que apoyar las causas sociales en el sentido estricto de la palabra; y que lo que cada uno crea debe dejarse a la discreción de cada uno. Pero, en realidad, nada es más importante que llevar a Dios a la gente, ayudarles a encontrar a Cristo, ACN está ahí para responder la necesidad de fe, y con ello hace lo más necesario para nuestro mundo.”
Un Papa comprometido con la formación de los jóvenes
yuda a la Iglesia Necesitada (ACN) se despide con profundo dolor y gran gratitud del papa emérito Benedicto XVI, un amigo excepcional y un gran apoyo para la organización. El Cardenal Mauro Piacenza, presidente de ACN dijo: “El magisterio del papa Benedicto, que dedicó su primera encíclica -Deus caritas est- a la caridad, ha sido muy valioso para ACN para consagrarse a la caridad con el fin de ayudar a la Iglesia que sufre”.
Durante sus viajes al extranjero, el papa Benedicto conoció la dedicación
de ACN para los cristianos perseguidos y necesitados. En 2007, por ejemplo, realizó un viaje apostólico a Brasil y visitó un centro de rehabilitación de drogadictos, la «Fazenda da Esperança» (Granja de la Esperanza), proyecto apoyado por ACN.
ACN, erigida en fundación pontificia
Durante muchos años, el cardenal Joseph Ratzinger acompañó de manera significativa la labor de ACN, en 2011 dirigió un amplio proceso de modernización y dio a ACN al rango de fundación
Los jóvenes estaban en el corazón del Papa Benedicto y confío a ACN el cuidado, distribución y desarrollo del catecismo juvenil YOUCAT, que hoy forma parte de ACN y apoya la misión de información y anuncio del Papa.
El legado perdurable del difunto papa para toda la Iglesia es el sentido de identidad y pertenencia en medio de la dictadura del relativismo, que a menudo se torna en fundamentalismo, Benedicto XVI transmitió a los fieles que el cristianismo es tanto la religión de la libertad como la religión del amor.
ACN te invita a rezar por el eterno descanso del papa emérito Benedicto XVI y a ser mediadores del mensaje que dejó mediante obras de caridad.
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Hecho a mano por cristianos de Tierra SantaPor José Ángel Barrueco
Hay un momento de esta nueva y maravillosa adaptación del libro de Carlo Collodi en el que Geppetto y Pinocho están en la iglesia del pueblo. Ambos observan al Cristo de madera que el carpintero fabricó años atrás y que ahora se ha decidido a restaurar tras ser fracturado por la bomba de un avión. Y Pinocho dice que no entiende una cosa: si Él es de madera y él mismo también lo es, ¿por qué al primero le quieren y a Pinocho no?
Su padre le responde que, a veces, a las personas les dan miedo las cosas que no conocen, pero un día le conocerán y podrán quererle. Es una de las enseñanzas que distintos personajes irán transmitiendo al títere de pino a través de su periplo de aventuras, tragedias y aprendizajes.
Guillermo del Toro ha estado unido desde siempre a «Pinocho»: por la novela original, por el clásico de Disney y porque el muñeco supuso un vínculo con su madre, fallecida poco antes del estreno. La muerte de su padre también le afectó lo suficiente para dejar huella en este proyecto en el que estuvo involucrado un par de décadas: la temática principal es el proceso de madurez de un niño desobediente y el intento de su padre para entenderlo y asumir que su identidad no puede ser modelada de acuerdo a sus intereses. Como Guillermo del Toro tiene hijos, se maneja bien en los dos lados.
Aunque su versión devuelve el tono amargo, oscuro, que anidaba en la obra de Collodi, el cineasta ha optado por otros derroteros: ambienta la historia en medio de la Italia fascista, nos muestra a Mussolini acudiendo a ver un espectáculo de marionetas, no renuncia a readaptar algunas ideas de la película de dibujos de 1940, introduce un edificio donde reclutan y enseñan a los niños las disciplinas del fascismo y la beligerancia y, sobre todo, inserta un bellísimo prólogo sobre el pasado de Gepetto que le proporciona al filme su gran carga dramática.
Pinocho
de un pino cuando Geppetto lo taló para fabricar un títere que le recordase a Carlo y así recuperar fe y felicidad. A partir de entonces, en la trayectoria de Pinocho aparecerán dos seres que simbolizan la Vida y la Muerte. La primera le proporciona la capacidad de movimiento y el habla. Pero, cada vez que muere, Pinocho resucita en un lugar en el que la segunda le explica que a él no le correspondía vivir, que tener un alma prestada implica que no puede sucumbir de verdad y, por tanto, no es un niño de verdad.
La fe, eL doLor de La pérdida y La finitud de La vida En ese prólogo, contado con voz en off y con un ritmo y una atmósfera similares al inicio de «La bella y la bestia» de Disney, vemos cómo Geppetto cría a un hijo llamado Carlo. Le adoctrina sobre las mentiras y las verdades, juegan juntos, le regala su libro escolar y deja que le acompañe a la iglesia para colocar el Cristo de madera en el que ha estado trabajando. Será en esa iglesia donde el niño muera.
Unos aviones sobrevuelan la aldea y uno de ellos suelta una bomba para aligerar lastre. La explosión mata a Carlo, destruye la mitad del templo y ocasiona desperfectos al Cristo, que Geppetto sólo tendrá fuerzas para reparar cuando Pinocho le devuelva el amor perdido. En este prólogo escuchamos la frase «Cuando una vida se pierde, otra debe crecer», germen de la película, que entronca a su vez con el «Frankenstein» de Mary Shelley (que también marcó
a Guillermo del Toro). Crece otra vida, aunque sea hecha de retales, y su creador debe mostrarle los caminos y convertirse en un padre. Después del prólogo descubrimos que el narrador es un insecto, Sebastian J. Grillo, que se acababa de instalar en el corazón
variables de Calidad
Es una película admirable sobre el dolor de la pérdida, el poder de la fe, las relaciones entre padres e hijos y la aceptación de las debilidades y los defectos del ser humano como método para amar de forma pura.
publicado con permiso de Aleteia
CRUCIGRAMA
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ADIVINANZAS
Vuela, se posa, prosigue, no come pasto ni alpiste; nunca regresa jamás, nos arruga la epidermis y para algunos, no existe.
Respuesta: El tiempo.
Soy un cerro que en la sierra encierra constante acción, soy un cerro de piedritas que custodia un batallón.
Respuesta: El hormiguero.
TRABALENGUAS
Pepe Cuinto contó de cuentos un ciento, y un chico dijo contento: ¡Cuántos cuentos cuenta Cuinto
Entonces JUAN dio este TESTIMONIO : “Vi al Espíritu DESCENDER del cielo en forma de PALOMA y posarse sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a BAUTIZAR con AGUA me dijo: ‘Aquel SOBRE quien veas que baja y se posa el ESPÍRITU Santo, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu SANTO ’. Pues bien, yo lo vi y doy testimonio de que éste es el HIJO de Dios”.
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CHISPITAS
— ¿Puedes acompañarme al doctor?
—Si, pero que vengan también Juan, Luis, Toño y Pepe. — Pero, ¿por qué quieres que vengan todos?
— Es que ese médico sólo atiende de 5 a 6.
El mendigo implora a un transeúnte: — Señor, hace tres días que no como, ¿no podría darme un pastel?
— ¡Vaya! ¿no te conformas con un bolillo? — Es que hoy es mi cumpleaños.
— ¡Mesero, lo he llamado cinco veces! ¿No tiene orejas? — Sí, señor, ¿fritas o en vinagre?