El Observador de la Actualidad 759

Page 1

El Observador

24 de enero de 2010 AÑO 15 No. 759 $8.00 Fundado en 1995

DE LA ACTUALIDAD

www.elobservadorenlinea.com

Dos grandes Papas hacia los altares Los venerables Pío XII y Juan Pablo II

P. 3-10

PÓRTICO

Es tiempo de ¿Y DIOS? reconstruir

POR JAIME SEPTIÉN / jaimeseptien@gmail.com

Sangre, dolor y muerte es lo que mejor define a Haití en estos momentos. Al 70% de sus edificios destruidos, los entre 50 mil y cien mil muertos, el hambre de los casi 500 mil damnificados, y al incontable número de heridos que gimen en zonas prácticamente a la intemperie, se suma la desorganización social, el vandalismo y el escaso sentido de solidaridad y unidad entre los propios haitianos. La ayuda internacional empieza a llegar. Las diócesis de todo el mundo están recolectando fondos por diversos medios; organizaciones y ONG católicas están destinando recursos humanos y económicos para paliar la situación. Los religiosos han estado desde el principio al pie del cañón; por ellos nos enteramos de la muerte del arzobispo de Puerto Principe, tuvimos la primera idea de la magnitud de la desgracia y actualmente están trabajando en diversos centros de apoyo a heridos y damnificados. Como católicos no hemos sido indiferentes a esta desagracia y no lo seremos. Ahora viene la etapa de reconstrucción. Más información en la página 2

Periodismo Católico

Como en el tsunami que arrasó Sumatra en 2004, muchos periodistas y conductores lanzan preguntas —dizque sarcásticas, dizque sesudas-—como ésta que escuché en la radio: ¿Y dónde estaba Dios el pasado martes 12 de enero, cuando un sismo se cobró más de cien mil vidas en Haití? Lo que más aburre de los ateos es que siempre están hablando de Dios, decía Chesterton. Son ateos no por convencimiento, sino por incapacidad. Dios estaba donde siempre: en el La «dieta» centro del mundo, amando a su criatu- principal de los ra, llorando su desa- niños haitianos: zón y su sufrimiento. No es un castigo galletas hechas de divino lo de Puerto manteca vegetal, Príncipe y otras ciudades haitianas. Es, sal y… lodo. una vez más, el resultado de la injusticia humana. Haití ha sido botín de las grandes fuerzas coloniales (España y Francia) y luego un campo de maniobra y explotación de Estados Unidos. Ha tenido una sucesión de gobiernos despóticos como los Duvalier (Papa Doc y Nené Doc), alentados y protegidos por Estados Unidos, y, finalmente, los pobladores de la isla han sido sometidos a un brutal proceso de empobrecimiento que hace que Haití ocupe el lugar 128 entre las economías del mundo, con un promedio de ingreso por persona de apenas mil 614 dólares al año (21 mil pesos). Hace poco, quedé estupefacto al saber que la «dieta» principal de los niños haitianos consistía en galletas hechas de manteca vegetal, sal y... lodo. Puerto Príncipe es una ciudad de turismo sexual y la producción maderera de Haití ha sido acaparada por los amigos del gobierno. En lo que respecta al Índice de Desarrollo Humano, Haití ocupa el lugar 150 de un total de 175 países en la Tierra. Las violaciones a los derechos humanos son moneda cotidiana, y las matanzas, tan crueles como aquellas de 2004, cuando cayó Aristide del poder... Dios, desde luego, no estaba en la maquinaria que desde el siglo XVI funciona contra los haitianos. Ha sido la ambición, la avaricia y la ausencia de solidaridad lo que ha hecho de Haití la nación más pobre del hemisferio occidental. «Donde está el amor ahí está Dios», dice una letanía litúrgica. En Haití ha habido más de cinco siglos de desamor acumulados. Y el pasado martes 12 explotó su miseria, cobrándose miles de vidas inocentes.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
El Observador de la Actualidad 759 by El Observador de la Actualidad - Issuu