El Observador de la Actualidad 766

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El Observador : IENTO L A CI NDAM E P A ES TO M UIN Q www.elobservadorenlinea.com EL

14 de marzo de 2010 AÑO 15 No. 766 $8.00 Fundado en 1995

DE LA ACTUALIDAD

Qué podemos hacer como católicos...

¾ PÓRTICO

LOS ENEMIGOS POR JAIME SEPTIÉN / jaimeseptien@gmail.com

«No matarás» El mandamiento de la dignidad humana .................................................... p. 3 Asesinatos silenciosos: el Quinto Mandamiento en la escuela ......... p. 4 «¿Por qué me preguntas quiénes son estos niños? Son los que mataste con tus abortos ............................................. p. 5 Matar el alma ........................... p. 6 Hasta sin darnos cuenta incumplimos el mandamiento ........................... p. 5 Aborto y eutanasia, dos caras de la misma moneda ...................................... p. 7 «Hay ideologías que han herido profundamente los derechos del hombre y el derecho a la vida ............................ p. 7

Informe sobre la libertad religiosa en México

Entre hostilidades y restricciones P. 13 Periodismo Católico

Los principales enemigos del cristianismo —dice Peter Kreeft en uno de los libros más interesantes que he leído estos últimos años, How to win the culture war (Como ganar la guerra de la cultura)— no son ni los liberales ateos, ni los que persiguen a los creyentes; bueno, ni siquiera los propios cristianos light. Los principales enemigos del cristianismo son el demonio y el pecado. Ya sé que hablar de demonio y de pecado me coloca en desventaja frente a la «espiritualidad new age». Adivino la ceja alzada de más de uno. Veo el gesto dubitativo, la media sonrisa del que toma con No solamente cierta misericordia al conservador, al antigüito, al mata quien trasnochado. «Seguro éste asesina al otro. quiere volver a la Edad Media». Pues a lo mejor, También mata aunque no es posible. quien lo usa o Cuando menos en la Edad Media, en Europa, se tenía lo corrompe temor de Dios, se sabía de la existencia real del diablo y se vivía en el terror de los pecados, aunque fuese de la acumulación de pecadillos, de esos que nos saltamos a la torera a la hora de ir al confesionario. En fin, todo ese conglomerado de conciencias ligeras, de mangas anchas, de «qué tanto es tantito», de programas de televisión en los que cualquier conflicto se resuelve a catorrazos, nos ha colocado a merced de quien, al encontrar la puerta abierta de la conciencia, penetra y se posesiona de ella, haciéndonos esclavos del mal, convirtiendo al mal en bien: en placer, en poder, en dinero. Ése es el sentido —si es que tiene alguno— de la llamada cultura de la muerte: que lo que prevalezca sea el bien personal, no obstante se logre por medio del mal a los demás. El quinto Mandamiento, «no matarás», suele ser tomado en cuenta de manera literal por los cristianos. Matar no solamente significa eliminar el cuerpo del otro. También significa eliminar su alma, colonizarla, volverla hacia el mal como sinónimo de vivir bien. No solamente mata quien asesina o suprime al otro. También mata quien lo corrompe o lo usa, como si de un objeto se tratara. La cultura de la vida nos la anuncian los santos. El demonio no puede vencer a los santos. Mucho menos a Jesús. Nosotros somos invencibles si nos aliamos a Él, si no le abrimos la ventana al Maligno, si no consentimos el pecado.


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ALACENA

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SOS: ahora son los hermanos de Chile EL OBSERVADOR / REDACCIÓN

Chile ha vivido el peor terremoto en 50 años. La infraestructura del sur del país quedó gravemente deshecha. Varios cientos de

personas fallecidas, un número indeterminado de desaparecidos, 500 mil viviendas dañadas y dos millones de damnificados. El portal de Cáritas Chile da cuenta de lo que ha sido hasta ahora el 2010 para América. Desde una perspectiva, puede percibirse un año de catástrofes naturales. Por el otro, un año de intensa solidaridad internacional. Para colaborar con Chile, desde Cáritas ya se ha abierto una cuenta especial con sede en este país sudamericano, cuya información se puede consultar en el sitio de Cáritas Chile. El Papa Benedicto XVI ha mostrado su solidaridad con el pueblo chileno manifestándole su cercanía espiritual: «Rezo por las víctimas y estoy espiritualmente cercano a las personas probadas por esta calamidad tan grave -dijo-; para ellas imploro de Dios alivio en el sufrimiento y coraje en esta adversidad». El sucesor de san Pedro dirigió su pensamiento en el Angelus del domingo 28 de febrero «a Chile y a las poblaciones afectadas por el

terremoto, que ha causado numerosas pérdidas en vidas humanas e ingentes daños». «Estoy seguro de que no va a faltar la solidaridad de muchos, en particular de las organizaciones eclesiales», destacó. Dentro del propio país se organizó un «teletón» llamado «Chile ayuda a Chile». La meta económica se duplicó, destacó el valor de la solidaridad y de la unidad del país en esta hora de dolor. En la arquidiócesis de Concepción, la zona más golpeada por la tragedia, se ha contabilizado un

«El trabajo de los voluntarios que se movilizan es un bosque que crece» Testimonio de monseñor Ricardo Ezzati Andrello, arzobispo de Concepción Uno ha visto un clima de guerra, la gente defendiendo sus bie-

nes. La presencia de los militares ha dado un poco más de serenidad. El desastre es grande desde el punto de vista material. El otro terremoto, el espiritual, asusta tanto como el primero. Hay una ola de generosidad solidaria, el trabajo de los voluntarios que se movilizan es un bosque que crece. Pero los actos vandálicos son árboles que caen y hacen mucho ruido. Nosotros estamos llamando a la gente a recuperar el ánimo, a poner los valores fundamentales para inspirar la acción cotidiana. Necesitamos en este momento tender la mano, no amenazar con nuestras manos. La gente hoy día necesita cercanía, comprensión y seguridad. Gracias a Dios, esto último se está

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manejando mucho mejor que al principio, por las medidas oportunas que se están dando. Necesitamos una voz única de conducción. Necesitamos un guía que oriente las acciones que hay que llevar adelante. Tenemos luz y agua en varias partes, hay que comenzar a organizar muy bien la ayuda a la gente, con víveres. Nosotros hemos puesto a disposición de la autoridad todas las redes nuestras. Vamos a hacer la distribución de la ayuda que nos llega a través de las parroquias, capillas y comunidades. La mayor parte de nuestros templos está en el suelo, pero eso es lo de menos. Lo que nos interesa es el templo vivo que son las personas.

alto número de parroquias y capillas dañadas, algunas irrecuperables, templos principales destruidos. No se permite el acceso a la catedral por temor a derrumbes. Además, hay hogares de ancianos con grandes daños, pero sin heridos ni víctimas fatales, y familias sin hogar abandonadas. Un techo para Chile está trabajando en la Plaza de Armas de Concepción con 300 voluntarios que prestan ayuda en los supermercados que fueron saqueados, y llevando líquido a las familias damnificadas. Se están preparando bolsas de alimentos y estableciendo cuadrillas para limpiar escombros. Al escribir estas líneas, en la zona del Biobio aún hay decenas de miles de personas sin luz, agua y gas. Chile tardará en recuperarse entre 3 ó 4 años, según ha asegurado la presidenta del país, Michelle Bachelet. Bachelet, además, ha cifrado en 30 mil millones de dólares la cantidad de dinero necesaria para las tareas de reconstrucción. Una cantidad que probablemente obligue al país a recurrir a la ayuda internacional.


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EL QUINTO MANDAMIENTO

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No matarás

Éxodo 20, 13 No matarás. Deuteronomio 5, 17 No matarás.

Mateo 5, 21-22 Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No matarás», y el que mate será reo ante el tribunal. Pues Yo os digo: todo aquel que se irrita contra su hermano será reo ante el tribunal. Y si uno llama a su hermano «imbécil», será reo ante el Sanedrín; y si lo llama «renegado», será reo del fuego del infierno.

El mandamiento de la dignidad humana EL OBSERVADOR / REDACCIÓN

un sentido positivo implícito: expresa Roberto se consideraba un buen católico: «Nunca he matado a nadie y la actitud de verdadero respeto a la vida, ayudando a promoverla, a defenestoy en contra del aborto», reflexioderla contra aquellas ideologías que naba mientras sonreía sintiéndose un promueven una cultura de la muerte. poquito mejor que el resto de los morEsto significa que debemos tener una tales. Sin embargo, sus compañeros postura clara e informada sobre el aborde trabajo tenían otra percepción: era to y la eutanasia; en ambos casos es un hombre hábil para encontrar los dearrebatar la vida a fectos de sus prójiotro ser humano. mos y gritarlos a los cuatro vientos; al moRespeto a la vida mento de corregir erroemocional y espiritual res de sus subordinaHay variadas fordos lo hacía sobrado mas de cumplir o viode crueldad y falto de lentar a las personas caridad. en su emocionalidad Lo que Roberto o espiritualidad. En desconocía es que el primer lugar no debequinto mandamiento mos lastimar con la no sólo exige respetar palabra a nuestros la vida biológica de semejantes; esto otros seres humanos, también su vida espi- Hay infinitas maneras suele pasar cuando corregimos sin cariritual y mental. dad, cuando, con el Al quinto Manda- de «asesinar». No miento bien se le pue- necesitamos arrebatar afán de amonestar, descuidamos las forde considerar el precepto del respeto a la la vida biológica; con mas y las frases; sin querer podemos caudignidad del ser hupalabras y acciones sar heridas en la aumano. podemos ir matando toestima de nuestro podemos Respeto a la vida a nuestros prójimos. corregido, estar colaborando en biológica una muerte más doloLa parte más conocida de este mandamiento es el privar rosa: la de la propia confianza. Otro ámbito a cuidar es el del esde la vida a otro ser humano. El precándalo. En el Catecismo de la Iglecepto moral del «no matarás» tiene un sia Católica escandalizar es «el comsentido negativo inmediato: indica el portamiento que induce a otro a hacer límite, que nunca puede ser transgreel mal», y se le considera un pecado dido por nadie, dado el carácter inviotan grave que «puede ocasionar la lable del derecho a la vida, bien primemuerte espiritual». Su magnitud es ro de toda persona. Pero tiene también

proporcional al grado de autoridad o «prestigio» de quien lo comete. En otras palabras, si los primeros de los que se espera una conducta recta son los mayores transgresores entonces se impone el «si ellos lo hacen, ¿por qué yo no?»; esto, con el tiempo, crea graves desórdenes personales y sociales. Respeto a la integridad corporal

Este mandamiento, por ocuparse del primer derecho de todo ser humano, la vida, también alerta contra los atentados que se pueden cometer contra el cuerpo. Recordemos que no tenemos un cuerpo, somos cuerpo; concretamente, espíritu encarnado. Por tanto, aquello que deteriore y perjudique nuestra corporalidad es un pecado. Desde esta perspectiva se puede entender la condena que se hace del terrorismo y el secuestro. En ambos, el respeto a la dignidad de las víctimas sufre menoscabo; por tanto, quienes realizan estas acciones violentan este precepto. Las mil formas de matar

Como podemos darnos cuenta, hay infinitas maneras de «asesinar». No necesitamos llegar a arrebatar la vida biológica de un ser humano; con nuestras palabras y acciones podemos ir «matando» a nuestros prójimos. Lo más grave es que seamos como Roberto, que nos consideremos buenos, pero seamos insensibles y crueles. Debemos recordar que este mandamiento vela por la dignidad de los seres humanos, una realidad que en el mundo contemporáneo parece va perdiendo peso, y puede ser el principio de la barbarie.

El decálogo de la paz Una de las esferas que tutela el quinto mandamiento es la defensa de la paz. Ésta no se reduce a la mera ausencia de guerra; es, ante todo, una actitud de vida mediante la cual realizamos de manera continua y constante el respeto a la dignidad de las personas, la comunicación libre y madura, y practicamos la tolerancia bien entendida. Todo esto nos lleva a vivir como hermanos, es decir, fraternalmente. Para lograr todo ello el obispo emérito de Pamplona, Fernando Sebastián Aguilar, nos propone el decálogo de la paz:

1- Mira a todos con respeto y benevolencia. 2- No hables mal contra nadie, no condenes a ninguna persona, a ningún grupo, a ningún pueblo, a ninguna institución. 3- Perdona las injurias presentes y pasadas, líbrate de las garras del odio, guarda la libertad de tu corazón para amar, para convivir, para comenzar una vida nueva cada día. 4- Desea sinceramente la paz con todos, la colaboración, la convivencia, el gozo de la fraternidad y del servicio. 5- Trata de simplificar los problemas en vez de agrandarlos; no acumules las sombras, busca en todo resquicios de luz y los caminos de la esperanza. 6- Ten valor de negarte a colaborar con cualquier proyecto violento; apártate de los que enseñan y practican el odio, la venganza, el amedrentamiento y la violencia. 7- Crea en torno a ti sentimientos y actitudes de paz, de concordia, de convivencia, de misericordia y de consuelo. 8- Apoya a los que trabajan sinceramente por la paz, en la verdad, en la libertad y en la justicia. 9- Dedica algún tiempo a trabajar tú también por la paz, con serenidad, esperanza y generosidad. 10- Pide a Dios que te dé el espíritu de la sabiduría, de la bondad, de la fortaleza y de la generosidad para ser instrumento de su bondad y de su amor en un mundo renovado, donde todos podemos vivir en la verdad, el amor, la libertad y la fraternidad.

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Asesinatos silenciosos: el Quinto Mandamiento en la escuela POR OMAR ÁRCEGA E. / cracox2001@yahoo.es

Luis, de 10 años, llegó llorando a casa. Durante semanas sus compañeros de escuela se habían burlado de su obesidad. Todo inició con comentarios sobre su aspecto, después lo empezaron a relegar de los juegos y los últimos

días lo recibìan a «zapes». Ese día los padres de Luis se dieron cuenta que era víctima del bullying. El bullying es la violencia ejercida entre niños y/o adolescentes en las escuelas. Se refiere a todas las formas de actitudes agresivas

intencionadas y repetidas que ocurren sin motivación evidente, adoptadas por uno o más estudiantes contra otro u otros. El que ejerce el bullying lo hace para imponer su poder sobre el otro a través de constantes amenazas, insultos, agresiones, vejaciones, etc. y así tenerlo bajo su completo dominio a lo largo de meses e incluso años. El agresor

El niño puede tener actitudes agresivas como una forma de expresar su sentir ante un entorno familiar poco afectivo, donde existen situaciones de ausencia de algún padre, divorcio, violencia, abuso o humillación ejercida por los padres y hermanos mayores; tal vez porque es un niño que posiblemente vive bajo constante presión para que tenga éxito en sus actividades o, por el contrario, es un niño sumamente mimado. Todas estas situaciones pueden generar un comportamiento agresivo en los niños y llevarles a la violencia cuando sean adolescentes. Tipos de bullying

Puede hablarse de cinco tipos principales de acoso escolar; frecuentemente aparecen varios tipos de forma simultánea. - Físico: empujones, patadas, agresiones con objetos, etc. Se da con más frecuencia en primaria que en secundaria. - Verbal (es el más habitual): Insultos y apodos principalmente, también menosprecios en público y/o resaltar defectos físicos. - Psicológico: mina la autoestima del individuo y fomenta su sensación de temor.

- Social: pretende aislar al joven del resto del grupo y compañeros. - Virtual: acoso utilizando el internet, tecnologías digitales e interactivas, o teléfonos celulares. Asesinando silenciosamente

Con este tipo de actitudes se violenta y daña la vida emocional de los niños. Por tanto, es un atentado contra el quinto mandamiento. Debemos estar atentos al comportamiento de los infantes más cercanos pues pueden cumplir la función de acosadores o de acosados. En ambos casos son víctimas, su salud psicosocial esta gravemente comprometida. Las consecuencias impactan en la afectividad: baja autoestima, actitudes pasivas, pérdida de interés por los estudios, lo que puede llevar a una situación de fracaso escolar, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad, pensamientos suicidas. Lamentablemente algunos chicos, para no tener que soportar más esa situación, se quitan la vida.


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EL QUINTO MANDAMIENTO

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VÍGÍA

EL QUINTO MANDAMIENTO POR JAVIER ALGARA / San Luis Potosíç

En un congreso de docentes se discutía el tema de la asignatura de cívica y ética. Alguien preguntó a la asamblea cuál es el fundamento de la ética. La respuesta no se hizo esperar: la dignidad de la persona humana. Moralmente bueno es aquello que está de acuerdo con esa dignidad; malo, lo que no. A eso, otro preguntó: «¿De dónde le viene al hombre su dignidad?». A esa pregunta la respuesta no fue tan rápida. Muchos quizás nunca se habían planteado esa cuestión. Eventualmente se ofrecieron algunas posibilidades: que la persona tiene El mundo entero dignidad porque es superior a los reconoce esta animales; que si porque tiene uso de razón y libertad, etc. Nadie parecía verdad: sabe que tener certeza sobre el origen de la asesinar es malo. dignidad humana. Una voz dijo, tíEmpezando porque mida: «Porque Dios nos creó». Ya nadie más habló. Se cambió el tema. a nadie le gustaría Sin embargo, creo que algunos sí salieron de la duda. Si reclamamos que lo mataran para nosotros una dignidad es precisamente porque Dios nos creó individualmente, como personas únicas, y nos dotó de todo aquello que nos hace tales. Las virtudes son virtudes y los pecados, pecados en la medida en que la acción humana se conforma o se distancia de lo que Dios tiene pensado para la persona humana; para cada uno de nosotros. ¿Y en qué otra acción manifiesta más patentemente Dios su voluntad respecto a cada persona si no es en la de darle vida, una por una, poniendo en cada una su sello personal? La vida —concretizada en nuestro nombre y apellido— es la voluntad primaria de Dios sobre cada persona. Obviamente, quitar la vida a un ser humano forma parte de la lista de acciones menos queridas por Dios. Precisamente por ser un acto que se opone a un acto tan personal entre Dios y la creatura. Es un acto de la mayor injusticia hacia Dios. Y hacia la víctima, claro. Y es también una violación flagrante de la dignidad de la persona, fuente del valor de todas las acciones que pueda realizar en el curso de su historia. El mundo entero reconoce —más o menos conscientemente— esta verdad, sabe que asesinar es malo. Empezando porque a nadie le gustaría que lo mataran. El problema es que cuando la vida humana no está vinculada a su verdadero origen; cuando es únicamente el producto de un proceso biológico, la dignidad humana no sobrepasa la de los demás seres de la naturaleza y tiene el mismo valor que la de ellos: servir al más fuerte, un eslabón más de la cadena alimenticia. El quinto Mandamiento no es una prohibición. Es el recordatorio de nuestra grandeza.

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«¿Por qué no me preguntas quiénes son estos niños? Son los que mataste con tus abortos» Después de 48 mil asesinatos, el abortista yugoslavo Stojan Adasevic abrazó el cristianismo. __ Cada noche soñaba lo mismo, y un día preguntó al hombre de su sueño cómo se llamaba; «Tomás de Aquino», le respondió. El diario español La Razón dio a conocer en noviembre de 2008 el caso de un nuevo «rey del aborto» convertido: Stojan Adasevic, quien llegara a realizar 48 mil abortos en total y hasta 35 en un solo día. Es actualmente el principal líder pro-vida de Serbia, pero durante 26 años fue el ginecólogo abortista más prestigioso de la Belgrado comunista. El periódico español señala que «los libros de medicina del régimen comunista decían que abortar era, simplemente, extirpar un trozo de tejido. Los ultrasonidos que permitían ver al feto llegaron en los años 80, pero no cambiaron su opinión. Sin embargo, empezó a tener pesadillas». Al relatar su proceso de conversión, explica el diario, Adasevic «soñaba con un hermoso campo, lleno de niños y jóvenes que jugaban y reían; tenían como de cuatro a 24 años, y huían aterrados de él. Un hombre vestido con un hábito blanco y negro lo miraba intensamente, en silencio. El sueño se repetía cada noche y despertaba con sudores fríos. Una noche preguntó al hombre de negro y blanco por su nombre. ‘Me llamo Tomás de Aquino’, respondió el hombre del sueño. Adasevic, formado en la escuela comunista, nunca había oído hablar del genial santo dominico, no reconoció el nombre». «‘¿Por qué no me preguntas quiénes son estos niños? Son los que mataste con tus abortos’, le dijo Tomás. Adasevic despertó

impresionado y decidió no practicar más intervenciones», prosigue. «Ese mismo día vino a su hospital un primo con su novia, embarazada de cuatro meses, para hacerse su noveno aborto, algo bastante frecuente en los países del bloque soviético. El doctor accedió. En vez de sacar el feto miembro a miembro, decidió machacarlo y sacarlo como una masa. Sin embargo, el corazón del bebé salió

Bernard Nathanson, «el rey del aborto» Participó en 75 mil abortos, pero ahora es católico y uno de los más incansables defensores de la vida. El doctor Bernard Nathanson, quien fue conocido en Nueva York como «el rey del aborto», está seguro de que su conversión resultaría inconcebible sin las plegarias que muchas personas elevaron a Dios pidiendo por él. «He abortado a los hijos no nacidos de amigos, colegas, conocidos e incluso profesores. Llegué incluso a abortar a mi propio hijo», llora amargamente. Con la llegada de la nueva tecnología del ultrasonido, Nathanson pudo observar el corazón del feto en los monitores electrónicos, y entonces se dio cuenta de que en el feto existía vida humana. Decidió reconocer su error publicando un artículo en la revista médica The New England Journal of Medicine. Y nunca más volvió a practicar abortos.

aún latiendo. Adasevic se dio cuenta entonces de que había matado a un ser humano». Tras ese macabro episodio, Adasevic «informó al hospital de que no haría más abortos. Nunca en la Yugoslavia comunista un médico se había negado. Redujeron su salario a la mitad, echaron a su hija del trabajo, no dejaron entrar a su hijo en la universidad». Tras dos años de presiones y a punto de rendirse, volvió a soñar con santo Tomás: «‘Eres mi buen amigo, persevera’, dijo el hombre de blanco y negro. Adasevic se comprometió con los grupos provida. Dos veces consiguió que la televisión yugoslava emitiera la película de ultrasonidos El grito silencioso, de otro famoso ex-abortista, el doctor Bernard Nathanson». Actualmente el doctor Adasevic ha publicado su testimonio en revistas y diarios de Europa del Este, como la rusa Liubitie Drug Druga. Ha vuelto al cristianismo ortodoxo de su infancia y también ha aprendido cosas sobre santo Tomás de Aquino. «Tomás, influido por Aristóteles, escribió que la vida humana empezaba 40 días después de la fertilización», escribe Adasevic en Liubitie Drug Druga. La Razón comenta que «el doctor sugiere que quizá el Santo buscaba compensar ese error. Adasevic, ‘el Nathanson serbio’, prosigue hoy su lucha por la vida de los más pequeños». Fuente: Aciprensa Digital


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EL QUINTO MANDAMIENTO

MATAR EL ALMA POR WALTER TURNBULL

Fue Dios mismo, en el Monte Sinaí, hace como tres mil años, quien ordenó por primera vez al hombre: «No matarás». Antes no se le había ocurrido a nadie. Entre los pueblos antiguos —como entre muchos actuales— era un placer y un derecho terminar con la vida de un enemigo, o de alguien que tenía algo que se deseaba. Tuvo que pasar mucho tiempo para que la doctrina judeo-cristiana permeara a la sociedad, y el mundo —al menos en apariencia— fuera reconociendo el como algo indebido. Hasta eso, No hay comparación matar hoy las constituciones de los Estados entre provocar la y las declaraciones de derechos humamencionan —aunque sea de dienmuerte del cuerpo y nos tes para afuera— el derecho a la vida. provocar la «segunda Podríamos decir que hubo un avance. Sin embargo, hoy tenemos que muerte del alma», constatar con preocupación que el camino se ha revertido. Hoy muchos grupues de esta última pos, precisamente por haber renegado no hay regreso de Dios, regresan a la barbarie y a la primitiva usanza de matar al que ven como amenaza o incomodidad o tiene algo que ellos desean. Pienso en los que organizan guerras de invasión, o guerras santas o guerras preventivas por motivos ideológicos; en los que sacrifican personas o pueblos por perseguir intereses económicos; en los que comercian con gente o practican la esclavitud; en los que matan niños no nacidos o ancianos o enfermos porque atentan contra su confort o su diversión... la lista es enorme. Pero pienso, más que en nadie, en aquellos que se empeñan en matar a Dios y en impedir a los hombres acercarse a Él. Los ateos militantes, los liberales, los laicistas jacobinos, los marxistas, los falsos científicos... diferentes disfraces de la misma plaga. Por algo dijo Cristo: «No teman a los que sólo pueden matar el cuerpo, pero no el alma; teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno» (Mt 10, 28). Porque «este lago de fuego es la muerte segunda, y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego» (Ap 20, 14). Malo como es matar, no hay comparación entre provocar la muerte del cuerpo y provocar esta muerte segunda, la muerte del alma de la que no hay regreso. Y cuántos hay —ay, nanita— que con pretexto de los pobres, la ciencia, la mujer, la libertad, el progreso... dedican su vida a mandar las almas a la muerte segunda. ¡Qué terrible retroceso!

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DILEMAS ÉTICOS

HASTA SIN DARNOS CUENTA INCUMPLIMOS EL MANDAMIENTO POR SERGIO IBARRA / situacional@infosel.net.mx

«¿Por qué el hombre es violento?» (Albert Einstein). «Porque el hombre es lo que es» (Sigmund Freud). El quinto Mandamiento nos refiere a la vida. «No matarás», en su interpretación más simple, es no quitarás la vida a otro, es decir, no deberás asesinar a tu prójimo. Las guerras han sido una constante de la vida del hombre en la Tierra. La configuración geopolítica del mundo moderno no proviene de actos civilizados, sino de balazos o bombazos. Por codicia, orgullo, soberbia, avaricia o envidia fácilmente nos violentamos con el prójimo. Y ello nos lleva a pagar cuentas. La segunda guerra mundial se estima que costó alrededor de 64 millones de vidas. La guerra contra el narco en nuestra nación ya lleva más de 6 mil en tres años. El dilema planteado por este mandamiento es que, sin darnos cuenta, es muy probable que lo in-

¿Por qué somos dignos? Estamos hechos a la imagen y semejanza de Dios. Al ser creados, recibimos una chispa divina, que nadie puede darnos sino Dios. Y, por tanto, nadie debe quitarnos la vida, sino sólo Él. Por eso, el que levanta la mano contra la vida humana ataca la propiedad de Dios. Por otro lado, la vida humana es condición de la vida eterna, a donde estamos

cumplamos. Por ejemplo, al deteriorar el medio ambiente con la tala de bosques, el uso desordenado de los mantos acuíferos, la contaminación generada por los medios de transporte motorizados y el sacrificio salvaje de animales. También matamos las ideas de los demás, sus iniciativas, sus pensamientos o sus sentimientos. El modernismo le está dejando a nuestra sociedad una herencia terrible: atentar contra la vida humana. Los valores no admiten posturas intermedias. Y cada uno de los Mandamientos, finalmente, es un valor. Atentamos contra la vida cuando aprobamos y legalizamos las relaciones homosexuales. Y, finalmente, está el más grave, el mayor de todos estos atentados: el aborto. Defender la vida es nuestra mayor responsabilidad; desde el seno familiar hay que prepararnos para la vida, no para la muerte.

llamados por Dios para gozar de Él eternamente. Por eso es tan valiosa la vida terrena, y por esto es también de un precio inestimable, porque es el tiempo de atesorar méritos para la eternidad. San Jerónimo dijo en cierta ocasión que esta vida es un estadio para los mortales: aquí competimos para ser coronados en otro lugar. Pero la dignidad del ser humano no sólo es cuestión de fe; también se pude comprobar por medio del intelecto. Lo que diferencia al ser humano del resto de los seres de la creación es la capacidad

de razonar y de amar; he aquí el fundamento de la dignidad de las personas. Estas capacidades nos dan la posibilidad de la libertad. Los animales no son libres pues están sujetos a sus institntos. Un ser humano puede elegir entre seguir su instinto o controlarlo. Tenemos la capacidad de decidir. Esto nos remite a la responsabilidad. La dignidad no es algo dado por el Estado o por un consenso social. Está inscrita en la naturaleza del ser humano, y le fue dada por Dios.


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Aborto y eutanasia, dos caras de la misma moneda POR DANIEL CALCATERRA / Churchforum.org

¨ Tanto el aborto como la eutanasia están condenados por antiguos códigos médicos, morales y legales. ¨ Tanto el aborto como la eutanasia introducen en la legislación moderna el principio de matar directamente a un inocente para resolver un problema. ¨ Tanto el aborto como la eutanasia usan argumentos similares para obtener la autorización legal que permita terminar de reblandecer las conciencias de los pueblos, ya influidos por las campañas de información.. ¨ Tanto el aborto como la eutanasia ponen a nuestros países a la par de la antigua Asiria, a la que la Biblia llama «un pueblo cruel que no tiene respeto por el anciano ni compasión por el niño» (Dt 28, 50) ¨ Tanto el aborto como la eutanasia están motivados por intereses egoístas de mentes poderosas que consideran a los hombres y mujeres como un valor. Y se mide el mismo de acuerdo con su capacidad de producir o de generar gasto. Así la vida humana concebida carece de rentabilidad para nadie; muy por el contrario, puede generar una carga que perjudique a los otros miembros de esa familia en que han tenido la suerte de nacer. También los estados poderosos, que desean el sojuzgamiento de los países menos ricos, procuran implantar el aborto como un derecho reproductivo de la mujer con el claro objetivo de detener el crecimiento poblacional de estos pueblos. En el otro extremo de la escalera, los ancianos son una carga para su familia y para el Estado. ¨ Tanto el aborto como la eutanasia son manejados por esa cultura de la muerte que se apodera o es dueña de los medios masivos de comunicación. Divulgando lo que les es favorable, ocultando lo que les perjudicaría y deformando la conciencia de la gente. ¨ Tanto el aborto como la eutanasia tienen similares devotos. Es difícil que los que están a favor de uno no lo estén a favor de lo otro. Ellos, astutamente, advierten que la aceptación del uno es aceptar tácitamente lo otro. Solo es cuestión de tiempo. ¨ Tanto el aborto como la eutanasia niegan la existencia de un Dios creador que regala al hombre el Don de vida para administrarlo con amor durante su paso por esta tierra. Se ubica al hombre como centro del universo, con pleno poder para hacer lo que le plazca, sobre su vida y sobre la ajena. Dios no existe o no interesa que exista. El egoísmo se pone por delante de todo con la excusa del «bien común».

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«Hay ideologías que han herido profundamente los derechos del hombre y el derecho a la vida» ¿Cómo asumir la masculinidad y la feminidad de manera integral? Responde Laura Tortorella, del instituto Mulieris Dignitatem para estudios sobre la identidad del hombre y la mujer, de la Pontificia Facultad Teológica San Buenaventura – Seraphicum Laura Tortorella es directora del máster «Gestión de las crisis personales e interpersonales». Dicho máster busca ofrecer soluciones a las crisis que puede atravesar el ser humano en diferentes etapas de su vida. Se cumplen 15 años de la conferencia de Pekín sobre salud sexual y reproductiva. ¿Como cree usted que ha cambiado la mentalidad en el mundo hacia el aborto, como «derecho», y hacia la concepción de la mujer? «Los programas de acción de la Conferencia Mundial de El Cairo y luego de Pekín han contribuido a crear un clima de cultura de muerte. «Está claro que tales ideologías han marcado y herido profundamente los derechos del hombre y el derecho a la vida. En estos documentos donde se habla de ‘derecho a la salud sexual y reproductiva’ en realidad se solicita no tanto el derecho a la salud sino más bien el ‘derecho’ al aborto. «Creo que sólo se puede usar un arma para detener esta cultura de muerte: la formación, sobre todo de nuevas generaciones a una cultura de vida. Todas las naciones, y en especial las iberoamericanas, que aún conservan tantos valores, deberían hacer respetar el valor que todavía puede servir como gancho para salvar a la sociedad entera: la familia. Se convierte más que nunca en urgente para defender a la primera célula de la sociedad de los ataques que recibe. «Es justamente en la familia que las nuevas generaciones pueden aprender a res-

petar la vida humana. Pensemos en el hecho de que, por ejemplo, en familia se aprende a acoger la muerte y a entender el sentido». ¿Cómo ha herido este documento el significado de hombre y mujer? «Pretendiendo liberar la sexualidad de cada preocupación y temor se cancelan términos como ‘maternidad, ‘paternidad’, ‘familia’, ‘matrimonio’ y ‘responsabilidad’ en el

ámbito de la sexualidad. Dejan de ser dones y se convierten en ‘derechos’; luego se transforman así en necesidades, decisiones, exigencias de los adultos. «En este clima tanto el hombre como la mujer ven ofuscada la verdad sobre ellos mismos: que tienen igual dignidad y que son queridos por Dios el uno para el otro» Hay algunos fenómenos aceptados socialmente, como

COMBATIR LOS PIOJOS, NO EL PELO POR OMAR ÁRCEGA E.

«Hay más de un modo de cometer infanticidios y uno de ellos es asesinar a la infancia sin asesinar al infante», decía Chesterton. Para abordar la gravedad de «asesinar» sin destruir la vida biológica presentamos un texto de este autor. Nos invita a reflexionar sobre la dignidad de los seres humanos y cómo muchas veces se proponen absurdas soluciones que menoscaban la integridad, la vida espiritual y biológica de los seres humanos. Hace poco algunos doctores, a quienes la ley permite dictar órdenes a sus más andrajosos conciudadanos, expidieron un decreto acerca de que debía cortarse el pelo a todas las niñas pobres. Alegaban que los padres viven amontonados de tal modo que no se puede permitir que las niñas tengan el pelo largo por temor a los piojos. Por consiguiente, los doctores propusieron abolir el pelo; nunca se les ocurrió abolir los piojos (...) Ahora bien, el objeto y propósito de éstas últimas páginas es proclamar que debemos comenzar completamente de nuevo y por el otro extremo. Yo comienzo con el pelo de una niña. Todo lo demás puede ser malo, pero sé que esto, cuando menos, es bueno. Lo que se oponga a ello debe derrumbarse. Si el propietario y la ley y la ciencia están en contra del pelo de la niña, el propietario y la ley y la ciencia deben derrumbarse. Con el rojo pelo de una chiquilla del arroyo yo incendiaré la civilización moderna (...) nadie mutilará ni tocará a esa rapazuela (...) no, todos los reinos de la tierra serán hendidos y rajados en su bien. Las columnas de la sociedad se estremecerán y los techos seculares vendrán abajo en ruinas y a la niña no se le tocará un cabello de su cabeza.

el «derecho a la muerte», la fecundación in vitro, el no reconocimiento de la dignidad del embrión. ¿Cómo estos fenómenos afectan la psicología de la mujer? «Afectan de manera diversa al hombre y la mujer, porque no tienen en cuenta la salvaguardia de la vida humana. Éstas son tareas comunes para el hombre y la mujer. Las consecuencias, cuando falta uno de esos elementos, son todavía hoy comunes: el riesgo de ser vistos como objetos. «La maternidad, por ejemplo, debería volver a ser en nuestra sociedad un bien reconocido. El nacimiento de una nueva vida debe ser siempre acogido como un signo de esperanza y de riqueza para los padres en primer lugar y luego para la sociedad entera. La defensa de la vida humana debe necesariamente volver a ser el primer valor de la sociedad. «Años de batalla y de reivindicación de las feministas y de otras ideologías han hecho colapsar la vida en las arenas movedizas de la indiferencia. Las consecuencias de esto son evidentes: ‘derecho a la muerte’, fecundación in vitro, un no reconocimiento de la dignidad del embrión... son sólo algunas de las problemáticas que surgen de una mentalidad encerrada en la lucha anti vida. Me pregunto de qué manera estos fenómenos repercuten en una psicología de la mujer, porque es la mujer quien tiene la tarea de aceptar y vigilar sobre la vida, y está claro que, cuando esto no ocurre, debido a culpas que no son sólo de la mujer, es ella quien en primer lugar paga las consecuencias». Zenit-El Observador


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CULTURA

14 de marzo de 2010, AÑO 15, No. 766

JUAN PABLO II MAGNO: LA

AUTÉNTICA FIGURA DETRÁS DEL LIBRO

POR FERNANDO MAGALLANES, L.C. / Buenas Noticias.org

El mundo católico, y no tan católico, espera con ansia la beatificación de Juan Pablo II, ya como devoción cristiana, ya como homenaje sincero. En él unos reconocen un santo, un pastor y un padre. Otros a un gran estadista o un importante Papa del siglo XX. Pero, sobre todo, a un hombre de Dios. Después de que el obispo de Roma firmara el decreto de reconocimiento de sus virtudes heroicas el 19 de diciembre de 2009, Juan Pablo II recibía el título de venerable. Ahora se espera la aprobación del milagro necesario para la beatificación. La investigación se cierne sobre la curación extraordinaria de la enfermedad de Parkinson experimentada en Francia por la religiosa Marie Simon Pierre por intercesión del pontífice polaco. El libro recientemente presentado en Roma ¿Por qué es santo? El verdadero Juan Pablo II explicado por el postulador de la causa de beatificación, de monseñor Slawomir Oder y Saverio Gaeta, nos muestra algo más del verdadero siervo de Dios. Sería interesante que se leyese el libro antes de opinar y no se hagan afirmaciones fáciles por lo que se escucha en meros rumores de conversaciones radiofónicas o televisivas. El libro contiene 114 testimonios, entre los que se hallan documentos inéditos como

la carta abierta a Ali Agca preparada para pronunciarla en una catequesis, la carta en caso de dimisión por incapacidad de salud, documentos de los servicios secretos polacos e italianos y textos sobre su vida mística. Habla también de su vida de oración y la mortificación física. Explicita facetas aún poco conocidas. No obstante, miles de fotografías, grabaciones visuales o auditivas y documentos también nos han dejado la impronta del papa Wojtyla. Un hombre extraordinario para una necesidad histórica como la de nuestra época. Afrontó desafíos nunca antes vistos de manera acertada. San León detuvo la inminente devastación de Roma por parte de los bárbaros de Atila. San Gregorio salvó a la civilización de la amenaza lombarda. Ambos papas tienen el título de «Magno». Juan Pablo II ha defendido, guiado y, en cierto modo, salvaguardado la civilización de nuevas amenazas bárbaras: humanismos ateos, políticas contrarias al hombre, discriminación, injusticia salvaje, nuevas tiranías que causan un sufrimiento atroz al ser humano. Aún no conocemos todo lo que le debemos al peregrino de la esperanza. Tal vez en el futuro, por la magnitud de su vida y acción, el mundo le conozca como Juan Pablo II Magno.

AL MARGEN…

DICEN QUE SOY DE DERECHA

POR JUAN CARLOS MORENO ROMO / juancarlosmorenoromo@gmail.com

Porque ni firmo sus desplegados ni ofrecen los vendedores de condones y de canto a coro con ellos, y en particular píldoras (y más ampliamente nuestros cuando lo hacen contra la Iglesia y los «empleadores», que lo que en el fondo valores que ella defiende contra los po- quieren es disponer de nosotros sin ninderes de este munguna traba, y en pardo, mis colegas «iz- Nuestros «progresistas» ticular sin la de la faquierdistas» —o milia), lo que hacen creen que porque el «progresistas», no es sino ponerse como ya se empiezan presidente de EU es medio al servicio de su a llamar— afirman otrora tan odiado que soy un pensa- negro y apoya el aborto y la mundo burgués. dor «reaccionario», manipulación de las células Al hundírseles el y a veces hasta de barco del imperio extrema derecha di- madre es un verdadero soviético se subiecen que soy, tam- defensor de los pobres y los ron y se suben, bién poniendo a la como mejor pudieúltima moda europea desvalidos, y que no está al ron y pueden, al de sus anatemas (aun- servicio de Wall Street Ronald Reagan y que, como de coslos Bush, al que sirtumbre en estos casos, el sentido propio ven al supuestamente atacarlo, y el que de esa moda no lo entiendan ni mediana- bien vistas las cosas no difiere, como ellos mente). querrían creer, del de los Clinton y Barack Y sin embargo soy yo, el supuesto re- Obama, con quienes más se identifican accionario, quien como mejor puedo com- nuestros «progresistas» creyendo o quebato las mentiras del capitalismo y del pre- riendo creer que porque el último es negro tendido «progreso» técnico y económi- o medio negro y apoya el aborto y la manico, mientras que nuestros tránsfugas del pulación de las células madre es un verdamarxismo, en cambio, reconvertidos a la dero defensor de los pobres y los desvaliideología libertaria al defender el aborto dos que no está al servicio de sus implay la supuesta «liberación sexual» que nos cables e insaciables amos de Wall Street.

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El convento de San Bernardino en Xochimilco celebra un Año Jubilar POR GILBERTO HERNÁNDEZ GARCÍA / www.gillher.wordpress.com

El ex convento franciscano de San Bernardino de Siena en Xochimilco, D.F., se encuentra celebrando un Año Jubilar — desde el 20 de mayo del año pasado y hasta el 20 de mayo de este 2010— con motivo de los 475 años de su fundación. La efeméride es importante ya que este lugar fue, desde su construcción, alrededor de1535, uno de los principales centros de evangelización de la Nueva España, y donde residieron notables frailes franciscanos como Bernardino de Sahagún, Andrés de Olmos, Gerónimo de Mendieta, Toribio de Benavente Motolinía y Juan de Torquemada, entre otros. Situado en el centro de Xochimilco, en torno a este convento ha girado una buena parte de la historia del pueblo. Dice la investigadora Mara González Guinea que «tanto a los conquistadores como a los evangelizadores, la construcción de esta iglesia les sirvió como punto de cohesión e identidad social, en cuanto que permitió una armonía entre el indígena, el español y los primeros mestizos». Comienzo de la labor evangelizadora

Aunque se desconoce la fecha exacta de la edificación, George Kubler, en su libro Arquitectura mexicana del siglo XVI, señala el año 1535, e indica que para ese tiempo ya se contaba con un establecimiento permanente en Xochimilco. También anota que la iglesia y el convento tuvieron varias etapas constructivas que abarcaron desde 1530 hasta el año 1600. Así las cosas, para 1538 San Bernardino contaba ya con convento; y para 1609 ya estaba en funciones un colegio conventual en donde se dieron clases de retórica, teología, artes y oficios. La presencia franciscana en Xochimilco se dio casi inmediatamente después de la caída de Tenochtitlán. Fue fray Pedro de Gante (que había llegado a estas tierras en 1523) el primero en llegar a la región, sin

embargo, la evangelización en sentido pleno inició con fray Martín de Valencia, quien en 1524 arribó como cabeza del grupo de los «doce primeros franciscanos» para cristianizar las tierras de lo que sería la Nueva España. Según el cronista fray Gerónimo de Mendieta, en su Historia eclesiástica indiana, fray Martín de Valencia comenzó su labor evangelizadora en el «pueblo llamado Xochimilco, que es el más principal, donde lo recibieron con gran aplauso y regocijo de los indios, al modo como ellos usan recibir a los huéspedes principales y dignos de honra y reverencia». Convento «doctrina»

El convento, de grandes proporciones, fue cabeza de «doctrina» de la región de la cuenca de México. Aquí vivían de cuatro a seis frailes que se encargaban de recorrer los pueblos que tenían como «visitas» y que incluía la zona montañosa de lo que hoy es Milpa Alta y Tlalpan. Es conocido que, en vez de parroquias, los frailes establecieron «doctrinas», es decir conventos en los que se adoctrinaba y administraban los sacramentos a los indígenas. Estas doctrinas se hallaban en las «cabeceras», o sea en las poblaciones de importancia, incluso que habían tenido cierta hegemonía en la antigüedad. Las poblaciones vecinas dependientes de la «cabecera» se reunían en el convento «doctrina» para recibir los sacramentos, pero de manera regular eran visitadas por los frailes, de acuerdo con un programa establecido. De ahí que algunos pueblos en México recibían el nombre de «visitas». La «doctrina» establecida en el convento de San Bernardino llegó a atender 15 barrios y 13 pueblos. La presencia franciscana en el San Bernardino se prolongó hasta 1789, cuando murió el último guardián del convento, tras lo cual se entregó el templo al clero diocesano, según lo determinaba el mandato real de secularización, mediante el cual las parroquias atendidas por las órdenes religiosas pasaron a manos del clero secular.


El Observador

PALABRAS

14 de marzo de 2010, AÑO 15, No. 766

ENSAYOS CRISTIANOS

INCOMUNICACIÓN POR EL PADRE JUAN JESÚS PRIEGO / San Luis Potosí

La siguiente es una historia verdadera. Había una vez un adolescente que llegaba a su casa todos los días a las dos de la tarde, arrojaba al suelo su pesada mochila como un sembrador arroja la semilla, daba las buenas tardes a los presentes, preguntaba con cierta indiferencia por los ausentes y corría a encender su computadora. ¿Y creen ustedes que se demoraba aunque sólo fuera un poco yendo a la cocina a tomar un vaso de agua? ¡Nada de eso! El vaso de agua, en todo caso, vendría después, mucho después de haber revisado la bandeja de entrada de su cuenta en Hotmail. . Ahora bien, ¿siempre era así? Siempre, y sus papás no se disgustaban por ello. Es más, para este par de seres indefensos lo natural era que las cosas sucedieran exactamente así y no de otra manera. Que el muchacho llegara más bien a acostarse, por ejemplo, hubiera podido significar que se sentía mal, o algo parecido, y semejante eventualidad habría puesto a sus padres los pelos de punta. Sí, era mejor que se pasara de 2:00 de la tarde a 12:00 de la noche frente a la pantalla del ordenador a que dijera que estaba enfermo o que había cogido en el salón de clase un extraño virus portador de la fiebre o quién sabe de qué otra desgracia aún más terrible. De los males —solían decir estos padres—, el menor. En cierta ocasión, armándome de coraje, dije a estos desdichados, que además eran parientes míos: — Es demasiado tiempo. ¿No les parece que es demasiado tiempo? — ¿Qué cosa? —respondieron ellos. Pero no me preguntaban nada, sino que me reclamaban. En realidad, la pregunta sonaba a ¿Qué cosa?, aunque quería significar: ¿Y tú, con qué derecho te metes en nuestra vida? — Digo —respondí— que si no es demasiado tiempo el que su hijo pasa en la computadora. Entonces fueron ellos los que se armaron de valor y me dijeron en tono molesto: — ¡Pobre muchacho! ¿Y qué quieres que haga nuestro niño en casa? ¿Que se pase la vida leyendo, como tú? ¡Ay, no, qué vida tan aburrida! Carlitos tiene que vivir, tiene que divertirse… ¿Y a esto que hacía su hijo todo el santo día lo llamaban ellos vida y diversión? Antes de que instalaran internet en su casa, el jovencito formaba parte de un equipo de basquetbol e iba por las tardes a una escuela de tae kwon

do, aunque después dejó de ir a los entrenamientos de una cosa y de la otra. — Es que el capitán del basquet es un déspota que nos trata a todos como animales —me respondió el muchacho cuando le pregunté si todavía formaba parte del equipo—. Y si quiere saber lo demás —añadió—, tampoco me gusta ya el tae kwon do.

Estudios recientes han demostrado que internet es también una fábrica de solitarios. Y que me ahorquen si el caso de mi joven conocido no confirma esta verdad. Él cree que tiene un amigo, pero en realidad está muy solo. Más solo de lo que piensa. Más aislado de lo que se imagina. Por desgracia. En otras palabras, ahora era soberanamente libre para llegar a su casa, arrojar la mochila y encender el ordenador para no apagarlo sino hasta bien entrada la medianoche. ¿Qué tanto les decía a sus amigos en esos chateos que parecían no tener fin? No lo sé, y preguntárselo hubiera sido violar su privacidad, de manera que nunca lo hice (Una vez su padre quiso ver lo que martilleaba en el teclado y él cubrió la pantalla con las manos para impedírselo).

Con uno de esos «amigos» mantenía larguísimas conversaciones electrónicas. Se mandaban recíprocamente mensajes, direcciones electrónicas de interés común, y también fotografías, videos y letras de canciones; en fin, de todo —y cuando digo de todo, tratándose de internet, ya sabrá el lector a qué otras cosas más me refiero—. Digamos que este «amigo» se llamaba Alex. ¡Ah, cómo se pasaba conversando con él horas y horas! Era —según decía— su compañero más querido. ¿Dónde vivía Alex? En la misma ciudad de mi joven pariente. Y hasta estudiaban en el mismo colegio, aunque en salones distintos. Lo extraño de todo esto es que, ya en la escuela, ni siquiera se saludaban, y una vez que coincidieron en una fiesta vespertina ni siquiera cambiaron entre ellos dos palabras. Viéndolos, uno diría que se trataba de extraños caídos por casualidad en el mismo sitio. Y sí que lo eran, a juzgar por la timidez e indeferencia de su mutuo trato. A través de internet se lo decían todo, pero ya en la vida real apenas si se hablaban. En el fondo, a pesar de las horas que chateaban juntos, eran unos perfectos desconocidos. Justo el día en que pensaba en estas cosas comencé a leer un libro de Norbert Bolz titulado Comunicación mundial, obra en la que el filósofo alemán hacía esta interesante observación, que subrayé al instante: «Precisamente, frente a la entrada triunfal de la interactividad de las relaciones públicas en la cultura de internet, debemos tener en claro que la formación de sistemas sociales tiene cada vez menos que ver con la interacción». Citada así, a secas, la frase puede parecer un tanto abstracta si no es que hasta enigmática (claro, es una frase alemana); pero, en realidad, lo que el filósofo quiso decir es muy sencillo: que la interactividad de internet estaba desplazando y haciendo casi innecesaria la interacción, o sea, el encuentro entre las personas, y que en la misma medida en que prefieren hablarse a través de los media dejan éstas de comunicarse cara a cara ya en la realidad de la vida cotidiana. Estudios recientes han demostrado que internet, además de ser una biblioteca infinita —aunque desorganizada, como precisó una vez Umberto Eco—, es también una fábrica de solitarios. Y que me ahorquen si el caso de mi joven conocido no confirma esta verdad. Él cree que tiene un amigo, pero en realidad está muy solo. Más solo de lo que piensa. Más aislado de lo que se imagina. Por desgracia.

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TEMAS DE HOY

HOMBRE NUEVO POR JOSÉ MANUEL OTAOLAURRUCHI, L.C. / Venezuela jmotaolaurruchi@legionaries.org

OLA O MAREA La ola es el remate más o menos turbulento del mar sobre la playa. La marea es el movimiento de ascenso o descenso del océano sobre la costa. El éxito o fracaso en gran parte de la nuestros propósitos está en asumir una actitud de ola o marea. La ola representa el capricho, el entusiasmo inicial, la novedad; la marea es una tendencia que lleva una fuerza irresistible, la fuerza de todo un océano que crece. Piensa por ejemplo en las dietas; es muchísimo más sano y efectivo habituarte a comer con moderación que andarte sometiendo a dietas rigurosas que luego te provocan un hambre irresistible. Piensa en el estudiante que antes de exámenes se queda la noche en vela tratando de aprender la materia del mes: cuando llega al examen lo vomita todo sobre el papel y la mente le queda en blanco, vacía. Si le preguntas al día siguiente algo de lo que escribió no se acuerda de nada. Para asimilar con provecho se necesita repasar progresiva y reiteradamente. ¡Muchos comienzan varias empresas, pero son pocos los que las concluyen! Cuántos inician clases de idiomas, música, deportes, que no celebran su primer aniversario. Todo en la vida cuesta trabajo y la constancia es la clave del éxito.

14 de marzo de 2010, AÑO 15, No. 766

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EL MILAGRO QUE NO HIZO SAN ANTONIO POR FERNANDO PASCUAL

Dos monjes emprendieron el viaje por una zona zado a través de san Antonio. Y lo que pasó en el medio desértica de Egipto. Se les acabó el agua, y no desierto ocurre tantas veces en la vida humana: uno consiguieron encontrar ningún pozo en las cercase salva de un accidente, mientras que otro muere. nías. Uno se cura del cáncer, mientras que otro fallece a los Después de un tiempo, uno de los dos monjes pocos meses (o días). Uno consigue salir airoso de murió. El otro, sin fuerzas, quedó en el suelo mientras una pulmonía doble, y otro sucumbe cuando le llega esperaba la llegada de la muerte. la gripe «ordinaria». San Antonio abad estaba en la montaña. En la Ante esas diferencias, hay quienes se preguntan: oración pudo conocer lo que ocurría. Llamó a dos ¿No es injusto Dios? ¿Por qué a uno da más tiempo monjes que estaban cerca y les de vida y a otro lo llama a su dijo que fueran inmediatamente Uno se salva de un Presencia? ¿No podría ser más a llevar un jarro de agua al su«equitativo»? accidente, mientras que otro perviviente. La pregunta, nos diría san Cuando los dos monjes lleAtanasio, está viciada en su muere. Uno se cura del garon, dieron de beber al que origen. No nos toca a nosotros yacía casi sin fuerzas, y ente- cáncer, mientras que otro conocer los tiempos de Dios, ni rraron al que había fallecido. cuándo llegará la hora. fallece a los pocos meses. Un monje fue «salvado». El No tiene sentido, por tanto, otro murió. San Atanasio (un Ante esas diferencias, hay preguntar: ¿Por qué san Antoobispo del siglo IV), al contar la nio no hizo el milagro para los historia en su Vida de san An- quienes se preguntan: ¿No es dos? Porque los milagros no tonio abad, se pone ante quien injusto Dios? ¿Por qué a uno dependen de los hombres, sino pueda formular la pregunta: ¿Por de Dios. Dios es quien decide qué san Antonio no habló an- da más tiempo de vida y a cuándo llega la hora para cada tes, de forma que los dos mon- otro menos? La pregunta uno. jes viajeros hubieran recibido el Esa historia sencilla de los agua necesaria para sobrevivir? está viciada en su origen primeros monjes de Egipto, conAtanasio responde sin dutada por san Atanasio, nos ayudar: la pregunta es injustificada, porque la muerte del da a recordar una de las enseñanzas constantes de monje viajero no dependía de Antonio, sino de Dios. san Antonio: al levantarse, hemos de vivir como si no Es Dios, en efecto, quien dice quién, cuándo y fuésemos a llegar a la noche; y al acostarse hemos de cómo muere, y quién, cuándo y cómo recibe un poco pensar que quizá no llegaremos a ver el siguiente más de vida. A uno de los monjes le llegó la hora de amanecer. O, en palabras del Evangelio, hemos de partir al encuentro del Señor. Al otro, en cambio, Dios estar siempre en vela, porque no sabemos ni el día ni le dio un poco más de vida, a través del milagro realila hora (cfr. Mt 25,13).

EN LA CALLE

DANZA CON LOBOS Un viejo indio cherokee le habló a su nieto sobre una batalla que se libra en el interior de las personas. Le dijo: — Hijo mío, la batalla es entre dos lobos que llevamos dentro. Un lobo es el pecado: la rabia, la impaciencia, la decepción, el rencor, el resentimiento, el odio, el orgullo, el deseo de venganza, el egoísmo. El otro lobo es el bien: es el perdón, la misericordia, la paz, el respeto, la esperanza, la bondad, la compasión, la confianza, la humildad, el amor… El niño se quedó pensando y luego le preguntó a su abuelo: — Abuelo, ¿cuál lobo gana la batalla? El anciano le respondió: — Aquél al que tú alimentas. (Evaristo Sada) ¿Cuál es el lobo que habita en ti? ¿No lo sabes? Tu comportamiento, tus respuestas, tus gestos, tus comentarios te dan la respuesta. Las ocasiones sacan lo mejor o lo peor de ti y eso por desgracia no se improvisa. Recuerda que una acción es el resultado final de una idea alimentada con sentimientos y recuerdos; crece hasta convertirse en un estado de ánimo; se robustece hasta adquirir la fuerza de una pasión y explota en forma de palabra, gesto, juicio o decisión. Alimenta bien al gatito porque cuando menos te lo esperas, se convierte en león.

AMOR ETERNO E INOLVIDABLE POR FERNANDO RIVERA BARROSO

Viajando en micro escuchaba —a fuerzas, porque el chofer llevaba el sonido muy alto— la popular canción de Juan Gabriel que habla del amor eterno e inolvidable, que quisiéramos nunca termine, aún en la soledad de la tumba. Entre tumbos y frenazos del microbús trataba de leer en el periódico una noticia interesante —cosa poco habitual en los periódicos— sobre el descubrimiento en Roma de una tumba con cinco mil o seis mil años de antigüedad. Lo más interesante es que esta tumba contiene los esqueletos jóvenes de un hombre y una mujer que murieron abrazados, o al menos así los inhumaron sus parientes. En ambos casos se trataría de una evidencia de amor que pretendió superar el tiempo. El radio del microbús dejó oír la estridente voz del «comentarista» anunciando a bombo y platillo el inicio de las bodas gays en la ciudad de México. ¡Qué contraste tan enorme!: unos cuantos diputados que en sus campañas nunca dijeron que aprobarían esas uniones, las legalizan aun cuando no se conoce cuál es la voluntad mayoritaria de los chilangos. Algunos dicen que los gustos mexicanos han cambiado y que, precisamente, Juan Gabriel ha sustituido a Jorge Negrete. Yo no estoy muy seguro de tal inversión. El contraste es de verdad enorme; la evidencia científica me dice que el matrimonio entre un hombre y una mujer es conocido y reconocido por todos los pueblos desde siempre. También es cierto que en algunos estra-

tos de algunas sociedades ha habido desviaciones a esta norma matrimonial, y también es cierto que cuando eso ha sucedido se corresponde a los momentos en que esas mismas sociedades han perecido por su descomposición interna. México está adentrándose en un curso de descomposición social alentado por las acciones soterradas de quienes legislan a favor de acciones contrarias a lo natural; al menos así lo entiende el compañero casual en el microbús, un carpintero que me decía: «no puede ser útil eso de juntar gente del mismo sexo, es como si yo quisiera unir mis tablas sin hacerlas ‘machimbradas’, tendría que pegarlas a fuerza de clavos o pegamento, pero nunca quedarán como lo natural, nomás se engaña haciendo cosas mal hechas». Le pregunté que era eso de «machimbrada» —tecnicismo carpintero que desconocía—, explicándome que era como el hombre y la mujer, el macho y la hembra, que naturalmente están hechas para «ensamblarse» y quedar perfectamente unidos y para siempre, sin necesidad de atenerse sólo a los pegamentos o clavos. El carpintero mexicano de hoy y la tumba romana de hace cino mil o seis mil años dicen lo mismo: el matrimonio es entre un hombre y una mujer, y es para siempre, aún en la soledad de la tumba. Me quedé pensando qué pasaría si los diputados del Distrito Federal anunciaran en sus campañas electorales que van a aprobar el aborto y las uniones de homosexuales. Si no lo hicieron y no lo hacen, por algo será.


El Observador

MEDIOS DE COMUNICACIÓN

14 de marzo de 2010, AÑO 15, No. 766

Violines en el cielo (Departures / Despedidas) POR LUIS GARCÍA ORSO, S.J.

Daigo es un joven músico que interpreta el violonchelo en una orquesta en Tokio. Cuando la orquesta se disuelve por falta de ingresos económicos y de patrocinadores, Daigo y su joven esposa se van a vivir al pueblo natal, al norte de Japón. La casa que su madre le heredó a Daigo resulta lo más oportuno para su situación económica. Al buscar empleo, Daigo encuentra un anuncio en el periódico para trabajar en una agencia de «despedidas» o «salidas». El joven es contratado inmediatamente con muy buen salario, como Okuribito: el que ayuda a salir, a despedirse; pero no a un viaje cualquiera -para su sorpresa y confusión-, sino a salir de este mundo y pasar a la eternidad. El dueño de la agencia de servicios se encarga de lavar, vestir y preparar el cuerpo de los difuntos para que luzcan presentables en el ataúd y en su funeral, y así tengan una digna salida de esta vida. Okuribito / Departures (de Yojiro Takita, Japón, 2008), merecedora del Oscar 2009 y de una veintena de premios, es una muy bella y emotiva película sobre la vida y la muerte, sobre la cercanía y la reconciliación, sobre el destino y la elección, sobre la belleza y la ternura de los pequeños detalles. Eso que quizás vamos perdiendo en el trajín de las grandes ciudades modernas y que necesita aprenderse y practicarse, poco a poco, pacientemente. Ante una visión mercantilista y materialista de la vida y de la muerte, de la belleza y del arte, la película contrapo-

ne un acercamiento humanista, estético y religioso. De la mano del viejo experimentado, Daigo recibirá lecciones de cómo se prepara un cadáver con delicadeza, respeto y belleza, porque la persona se lo merece en su despedida. Para esto, el joven aprendiz deberá afrontar sus propias repugnancias, su inexperiencia, el descrédito del oficio ante los demás, la no aceptación de los más cercanos, hasta que poco a poco vaya asumiendo lo sagrado de cada cuerpo, la belleza de cada persona, la particularidad de cada detalle. Con un ritmo muy pausado y una bella banda sonora, la historia nos va dejando contemplar y apreciar cada objeto: el rostro en una foto, un pañuelo, una piedrita, el maquillaje, un baño público, los copos de nieve, la música de la infancia. Daigo habrá de aprender a tocar cada cuerpo con la musicalidad que tocaba el violonchelo; pero el chelo era quizás una obligación impuesta desde pequeño y ser «el que despide a un muerto» puede ser una elección de amor. El director nipón se ha atrevido filmar un tema universal, soslayado en muchas culturas: la despedida de nuestros muertos, y al hacerlo con tanta simpatía y belleza nos ayuda a abrazar el misterio de la muerte tanto como se abraza la vida, a reconocer lo cercanos o distantes que estamos de las personas, a creer en esa puerta a la eternidad que todos hemos de cruzar, y a acompañar a otros en el tránsito hacia la Belleza de la Vida.

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«No a la violencia» a través del cine POR MARÍA VELÁZQUEZ DORANTES

Una de las propuestas más significativas que hace el cine es decir «no a la violencia» mediante los mensajes cinematográficos; en la expresión audiovisual se encuentra toda una oferta de cine de paz, con el único de objetivo de ver una realidad unificada bajo la dirección de un horizonte calmado y alejado del caos. La paz es un proceso de significación que requiere de la ayuda y reconstrucción de los medios de comunicación como lo es el cine; el ser humano necesita ser educado en la paz y transmitir mensajes no violentos. Bajo la creatividad de muchos directores se ha puesto en escena la propuesta de un cine cuyos contenidos giren muy lejos de la violencia para comprender el sentido pacífico de la vida. El diálogo, el encuentro entre los pueblos, el rostro de las diferentes culturas, el reencuentro con el otro, hacen posible la no violencia. Dignificar los valores del ser humano para comprometerlo a vivir en armonía y paz es una de las tareas primordiales que el cine debe cumplir.

que quieren un modo de vida diametralmente opuesto a una sociedad de consumo y dependencia de las grandes multinacionales. El castillo ambulante (2004)

Sophie tiene 18 años. Trabaja sin descanso en la tienda de sombreros que mantenía su padre antes de fallecer. Una película con una fuerte crítica hacia las guerras, pero llena de emociones y sentimientos, haciendo recapacitar al espectador sobre la vejez y el mundo que puede vivir alejado de la violencia. Sin piedras (2005)

La realidad paralela de dos niños: Sergi (10 años) de Barcelona y Yazan (10 años) de Hebrón. Ambos infantes nos mostrarán su entorno más próximo e íntimo a través de sus vidas cotidianas.

Paseo por el amor y la muerte (1968)

Drama romántico que sigue las aventuras de una joven pareja a través de una Europa devastada por la Guerra de los Cien Años (Siglos XIVXV). Un joven sin dinero abandona París y pone rumbo a la costa. Estando en un castillo propiedad de un honesto caballero, conoce y se enamora de la bella hija del noble, y huyen juntos a la búsqueda de una tranquila existencia. El restaurant de Alicia (1969)

Grupo de personajes, amigos que van y vienen pero que tienen siempre un lugar y un momento para confraternizar con sus compañeros. El reflejo mostrado de esos grupos alternativos

El solista (2009)

Basada en la novela de Steve López, la película cuenta la historia de Nathaniel Ayers, un prodigio de la música que desarrolló esquizofrenia y terminó viviendo en las calles de Los Ángeles tocando el violín y el cello, manteniendo su sueño de tocar en el Disney Hall de Los Ángeles.


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CONTEXTO ECLESIAL

REFLEXIONES

SOLIDARIDAD PORL EL P. NICOLÁS SCHWIZER

Todos conocemos la frase bíblica: «Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis»…. Al escucharla, es como si de pronto nos vemos despedidos del cielo a la tierra, del espiritualismo a la encarnación. La sorpresa es profunda y general. Los justos, como los condenados, protestamos: «¿Cuándo te hemos visto...?». Jesús nos avisa de antemano que no seremos juzgados por nuestras prácticas religiosas: no nos preguntarán si hemos rezado, si hemos profetizado, si hemos asistido a charlas, retiros o reuniones religiosas. El Juicio Final no se basará en la cantidad de nuestras comuniones, de nuestras Misas dominicales, de nuestras Confesiones. Toda esa intimidad aparente con Jesús no nos impedirá ser puestos a la puerta del Reino. No seremos interrogados sobre lo que hicimos frente a Dios, sino sobre lo que hicimos frente a los demás. Cristo se identifica aquí plenamente con los pequeños, pobres y humildes. En ellos, Dios está a nuestro alcance, para que podamos amarlo y servirlo. «Cuando lo hicieron con uno de estos mis hermanos, conmigo lo hicieron». Él está allí, a nuestro lado, con mil rostros distintos. Pero nosotros, ciegos, duros, egoístas y negligentes, no sabemos verlo; peor todavía, no queremos verlo. Lo dejamos ir. Y, tal vez, hasta lo despreciamos. Provocamos su justicia con nuestra injusticia y falta de solidaridad. «Cada vez que no lo hicieron con uno de estos mis hermanos, conmigo no lo hicieron». Si la solidaridad fraterna es la única garantía para entrar en su Reino, entonces no nos queda otro camino que buscar el rostro de Cristo en el rostro de nuestros hermanos que sufren. Y cuando lo descubrimos, tenemos que acogerlos y ayudarles como lo haríamos con Jesús mismo. Y así ningún cristiano puede permanecer tranquilo, mientras que haya niños que no tienen que comer, jóvenes sin posibilidad de instruirse, adultos que carecen de trabajo, ancianos pasando los últimos años de su vida en una resignada desesperación. En cada uno de estos rostros se refleja nuestro Señor. Porque en cada uno de estos hermanos necesitados nos sale Dios al encuentro. El auténtico amor se realiza cuando es capaz de traducirse en solidaridad. Porque el amor es una fuerza de unión, una tendencia a considerar al otro como parte de mi propio ser, como mi verdadero hermano en Cristo. Por eso, amar es compartir: sentir mías las alegrías, las esperanzas, las angustias y las necesidades del otro. Y hacerle sentir que también lo mío mi corazón, mi tiempo, mi pan están a su disposición. En esto consiste la solidaridad. Y en este tiempo difícil que estamos viviendo, es necesario que todos seamos solidarios con los hermanos necesitados. Además, es el único signo por el cual los hombres podrán reconocernos como discípulos En ellos, Dios está a de Cristo e instrumentos del nuestro alcance, para Espíritu Divino. Pues lo peor no es ciertaque podamos amarlo y mente el mal que cometemos, servirlo. «Cuando lo sino el bien que dejamos de hacer. Existe un grupo numehicieron con uno de roso de gente que «no roba, estos mis hermanos, ni mata, ni hace mal a nadie». Pero tampoco hace el bien. conmigo lo hicieron». Retirarse a la vida privada, refugiarse en la multitud, lavarse las manos ante los gritos de los más pobres y oprimidos es hacerse cómplice y corresponsable de la injusticia. Pero todos serán descubiertos y condenados cuando llegue el día de las responsabilidades. Todos serán despojados de su paz y de su seguridad burguesas, en aquel día terrible. Porque Dios vendrá como un ladrón que no anuncia ni el día ni la hora de su visita. Renovemos por eso no sólo nuestro amor al Señor, sino nuestra entrega a los hermanos, sobre todo a nuestros hermanos pobres. Y entonces nos esperará, al final de nuestra vida, la invitación del Juez divino: «¡Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo!».

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DOMINGO CUARTO DE CUARESMA

«Me levantaré y volveré a mi padre» (Lc 15, 1-3. 11-32 ) POR EL P. UMBERTO MARSICH, M.X. / umbertomarsich@hotmail.com

Lucas, el autor del evangelio de la misericordia, nos relata hoy una parábola más para convencernos de que Dios es Amor y que grande es su misericordia para con el pecador que se arrepiente. Se trata de la parábola conocida como la «de los dos hijos» o «del padre bueno». Un texto dinámico, psicológicamente preciso en la descripción de la culpa humana, y cautivador para quienes, en la vida, hemos experimentado la rebeldía y el alejamiento del camino del bien. Además, es siempre gratificante y esperanzador conocer la amplitud del amor y de la misericordia de Dios. Un Dios que, en Cristo, se hace prójimo del hombre en general y de los pecadores y publicanos en especial: «Se acercaban a Jesús —nos precisa el evangelista— los publicanos y los pecadores para escucharlo». El detalle de un Jesús con los pecadores provoca las reacciones de inconformidad y de incomprensión de sus enemigos declarados. Efectivamente, nos insinúa Lucas, los fariseos y los escribas, en obediencia estricta a la ley, se mantenían a distancia de los pecadores y murmuraban entre sí cuestionando a Jesús: «Éste recibe a los pecadores y come con ellos…». Cada vez que la Iglesia, a lo largo de la historia, imitó al Señor en su opción preferencial por los pecadores, ha tenido que soportar, igualmente, críticas ríspidas y rechazos explícitos de sus enemigos que, aun hoy, son legiones.

pecado al padre, pidiéndole perdón: «Diré a mi padre: padre, he pecado contra el cielo y contra ti». En seguida, expresa su disponibilidad a enmendarse con alguna penitencia: «Ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores».

El riesgo de mal gastar la libertad

De repente, entra en escena el hijo mayor: «El hijo mayor…cuando se acercó a la casa oyó la música y los cantos». Se trata de un tipo construido para resaltar el contraste con el hermano menor y para simbolizar a todos los que piensan que no tienen necesidad de la misericordia de Dios porque viven apegados a las tradiciones del templo y cumplen las leyes. Por esta razón se enojan frente a la actitud bondadosa del padre: «El hermano mayor —nos detalla Lucas— se enojó y no quiso entrar». La referencia a los escribas y fariseos es de cajón. Están ellos convencidos de que todos los demás deberían modelarse sobre su ejemplo. Un perfil antipático, sí, pero muy realista. No nos cuesta mucho constatar su presencia también hoy entre nosotros. Hay quienes juzgan, critican, condenan y odian a aquellos que incurren en alguna desobediencia o que, por debilidad, se han alejado voluntariamente de Dios. En esta ocasión no aceptan la conducta del Padre y la consideran injusta. Por lo tanto, como el hijo mayor, no quieren entrar a la fiesta a pesar de las súplicas paternas: «salió entonces el padre y le rogó que entrara».

El relato de la parábola se inicia contando que el hijo menor pide la parte de la herencia que le corresponde y se va de la casa: «Padre, dame la parte de la herencia que me toca». Sin ninguna resistencia el padre accede a la petición del hijo y le reparte los bienes. Lo más llamativo es el profundo respeto del padre hacia la decisión libre del hijo de abandonar la casa paterna. Bien sabemos que Dios ha sido y es igualmente respetuoso también respecto de nuestras libres decisiones, buenas o malas. Desastrosa es la situación en la que se va encontrando progresivamente el hijo. Se marcha con su fortuna a una tierra extranjera, donde está libre de la vigilancia del padre y disipa allí su herencia en una vida desordenada y sin Dios. Despilfarra los bienes en vicios y malas acciones y, sin dinero, ya no tiene ni para comer. Hasta desearía hartarse con las bellotas que comen los cerdos; sin embargo, comer bellotas significaba en Palestina la más dura de las miserias. El pecado, en efecto, lo ha embrutecido hasta perder su dignidad y reducirse a trabajar de porquero. Es entonces cuando empieza a extrañar su casa, la comida de los trabajadores de su padre, las bebidas y el calor paterno. El grado sumo de humillación y necesidad en que se encuentra le lleva a comparar su miseria con la suerte tanto mejor que tienen los jornaleros en casa de su padre: «¡Cuántos trabajadores en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo aquí me estoy muriendo de hambre!». Ello es el comienzo de su conversión: «Me levantaré —piensa— y volveré a mi padre»; se arrepiente y se dispone a confesar su

La magnitud de la misericordia del padre

A este punto, el relato se vuelve hacia la figura extraordinaria del padre, que es el personaje central de la parábola. Sorprendente es la reacción del padre cuando el hijo, que estaba perdido, o sea «muerto», vuelve a la casa paterna, o sea a la vida divina. Es un derroche de misericordia, también, la forma en que organiza su regreso: «Estaba todavía lejos cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente». Luego «corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos». El padre se revela excepcionalmente misericordioso, tierno y amoroso. Para el padre parece contar sólo que el hijo está allí, que lo ha recuperado y que ahora podrá vivir junto a él. Ni siquiera pone atención a sus palabras de arrepentimiento: «Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo». El perdón es inmediato y su prueba es la gran fiesta que ordena en honor del hijo reconquistado, revivido y reconciliado. El enojo del hijo mayor

Conclusión

La enseñanza de esta parábola es alentadora. El retorno a la casa paterna está a nuestro alcance porque infinita es la misericordia de Dios y sin límites su amor. Nos debe alentar también la explosión de alegría y regocijo que el Padre experimenta cada vez que alguno de sus hijos recapacita, se arrepiente y vuelve a Él. Hagamos nuestro, en fin, el «me levantaré y volveré a mi Padre Dios».


El Observador

ALACENA 13

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Entre hostilidades y restricciones Informe sobre la libertad religiosa en México POR OMAR ÁRCEGA E.

Pew Research, institución estadounidense que realiza análisis sociales, políticos, religiosos y de tendencias, ha publicado el estudio Restricciones globales en la religión, que analiza el estado de la libertad religiosa en el mundo. La libertad religiosa puede ser coartada por políticas de gobierno o por una negativa aceptación por parte de ciertos grupos sociales. Esto nos habla de de dos variables: 1) Restricciones gubernamentales y, 2) Hostilidad social. Con base en estos paradigmas se ha hecho una clasificación. Para mayor precisión se han «medido» estas categorías en: baja, moderada, alta y muy alta. Los países peor colocados, analizando conjuntamente la restricción religiosa desde el punto de vista social y político, son Arabia Saudí, Indonesia, Egipto y Paquistán. Arabia Saudí se caracteriza por ser el país del mundo con más restricciones del gobierno, seguido muy de cerca por Irán. Iraq tiene el dudoso honor de tener la sociedad más hostil contra la libertad religiosa. Los países que constituyen los territorios donde se puede ejercer la religión con más libertad son Brasil, Japón, Argentina, Perú, Corea del Sur, Taiwán y Mozambique.

Dentro de los países de la región México es el país más hostil a las cuestiones religiosas. En cuanto a la hostilidad social se encuentra en el nivel «alto», y respecto a la violencia ejercida por políticas de gobierno está catalogado dentro del nivel moderado. Nos encontramos en situación similar a Kenia, Nigeria, Nepal y Etiopía. Como punto de comparación tenemos que en Ghana y el Congo hay menos restricción gubernamental que en nuestro país, o que en Tanzania hay menos hostilidad social que en México. Esto pone en evidencia una paradoja: como sociedad nos percibimos «religiosos», pero al mismo tiempo ejercemos una autocensura hacia las expresiones de esta característica.

Situación en América

El reto

Perú, Brasil y Argentina son los países mejor posicionados. Allí existe restricción gubernamental y hostilidad social bajas. Venezuela tiene restricciones gubernamentales moderadas y hostilidad social baja; allí el más grave problema está representado por políticas públicas poco tolerantes. Caso contrario es el de Colombia, donde la hostilidad social es moderada y el gobierno se cataloga como bajo en sus políticas de restricción.

Caso México

Por cuestiones históricas, México ha vivido un feroz anticlericalismo desde el ámbito gubernamental, pese a que fuimos y somos una sociedad donde la religión pesa. Decenas de años con libertades religiosas restringidas han modelado un tejido social donde se habla poco de Dios y credos, estos son factores que pueden explicar la hostilidad social hacia lo religio-

so. Sin embargo, hemos decidido iniciar el arduo camino hacia la democracia. Esto implica primar el diálogo y el respeto entre los diversos actores sociales, aceptar y acoger las expresiones religiosas. A los católicos nos exige informarnos y formarnos en los aspectos

sociales y espirituales de la Iglesia. Esto repercutirá en una nación donde se puedan expresar la visión y el sentir religiosos sin coacciones sociales o reprimendas políticas. Sólo así México será un país donde libertad y democracia sean sólidas realidades y no meros buenos deseos.

OBRAS Y RAZONES

ESTADO

Y PERSECUCIÓN RELIGIOSA

POR JORGE E. TRASLOSHEROS / jtraslos@hotmail.com

El debate sobre el Estado laico y la libertad religiosa en México empieza a tomar temperatura. A la propuesta laicista y nada democrática de algunos diputados, varios senadores, en especial Pablo Gómez, han respondido con otra que invita al abandono de lastres ideológicos para profundizar nuestra democracia. Para comprender bien las implicaciones que hoy tiene este debate en nuestras vidas, me parece imperativo empezar por refrescar nuestra memoria. Recordemos que la Iglesia en México vivió una larga persecución de 1914 a 1938. También que la experiencia mexicana no fue la excepción durante el siglo XX. Hubo persecuciones con mayor o menor virulencia contra todas las religiones en los cinco continentes. Las hubo por igual en regímenes revolucionarios, democráticos o fascistas, en sistemas capitalistas o comunistas, en países del primer o del tercer mundo, fueran potencias o países emergentes. No hubo distinciones. Los Estados nacionales que orquestaron el asedio buscaron por todos los medios construir y mantener el monopolio jurídico, cultural e ideológico sobre la sociedad, por lo que no debe sorprendernos que identificaran en las religiones el enemigo a vencer, por ser éstas grandes formadoras de cultura, de identidad y de sentido de trascendencia. La religión fue considerada como el opio del pueblo no sólo por los regímenes marxistas. A la vuelta del siglo XXI las persecuciones burdas, llevadas a cabo por medio de la violencia de las armas, parece que ya no son una generalidad, por lo menos en Europa y América. En su lugar se ha instaurado una persecución de baja intensidad que ha tomado la forma de acoso cultural, cuyo objetivo es desterrar a la religión y a la persona religiosa del espacio público. Al creyente se le exige que, al salir de casa, cuelgue en la percha sus más profundas convicciones. Como ha señalado Andrés Ollero, se ha pasado de calificar a la religión de «opio del pueblo», a tratarle como «tabaco del pueblo». De un vicio que debe ser perseguido y eliminado, a un mal que debe ser combatido y de preferencia erradicado, por lo menos de los lugares públicos, por ser considerado nocivo a la salud.


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REPORTAJE

14 de marzo de 2010, AÑO 15, No. 766

El Observador

Es hora de construir la paz en México (Primera de tres partes) «…queremos compartir nuestro discernimiento sobre la misión de la Iglesia en la realidad de inseguridad y violencia que se vive en nuestro país y alentar la esperanza de quienes por esta razón viven con miedo, con dolor e incertidumbre». POR GILBERTO HERNÁNDEZ GARCÍA / gilberto@elobservadorenlinea.com

México cerró el 2009 con un saldo de más de 7 mil muertes relacionadas con la violencia del crimen organizado, según reportó en su momento el diario El Universal. En los primeros 34 días del 2010 se alcanzó la cifra de mil muertos debido a la violencia; todo un triste récord, ya que en el 2009 se necesitaron 51 días para alcanzar esa cifra. El mismo periódico señaló que desde diciembre de 2006 a la fecha se contabilizan más de 15 mil decesos de forma violenta. En los últimos años, en prácticamente todo el país, se han venido sucediendo hechos violentos que nos llevan de asombro en asombro, dada su crueldad y exhibición de poder. Las granadas lanzadas en Morelia en 2008 y la matanza de un grupo de jóvenes que se encontraba en una fiesta en Ciudad Juárez parecen ser el colmo de la situación. Este clima de violencia ha llevado a que México sea considerado como uno de países con mayor índice de criminalidad en el planeta, tan sólo detrás de Irak. Al hablar de violencia y criminalidad en el país surge de inmediato la relación con el narcotráfico y las sangrientas pugnas entre cárteles por el control de los territorios; sin embargo, no se pueden soslayar otras actividades criminales igualmente dañinas: el secuestro, la trata de personas, el lavado de dinero, el tráfico de armas, las ejecuciones intimidatorias, entre un largo etcétera. Situación de violencia estructural

En la exhortación pastoral Que en Cristo, nuestra paz, México tenga vida digna, dada a conocer en febrero de este año, los obispos mexicanos señalan que «no se trata de hechos aislados o infrecuentes, sino de una situación que se ha vuelto habitual, estructural, que tiene distintas manifestaciones y en la que participan diversos agentes». Los obispos denuncian el incremento de violencia causada por organizaciones criminales, «distinta de la violencia intrafamiliar y de la que es causada por la delincuencia común»; pero también ponen el dedo en otras situaciones que igualmente vulneran la vida y su dignidad de los mexicanos: la violencia contra las mujeres, contra los niños, la discriminación hacia los indígenas, el maltrato a los migrantes, el aborto, la homofobia… Estas situaciones repercuten «negativamente en la vida de las personas, de las familias, de las co-

munidades y de la sociedad entera; afecta la economía, altera la paz pública y siembra desconfianza en las relaciones» sociales. No es casualidad que, según un estudio de la Universidad Autónoma de México (UAM), sólo el 19% de los mexicanos se sienta seguro en el país. Y el recuento que

sis de valores éticos, el predominio del hedonismo, del individualismo y la competencia, la pérdida de respeto de los símbolos de autoridad, la desvalorarización de las instituciones —educativas, religiosas, políticas, judiciales y policia-

Para los prelados las raíces de este complejo fenómeno deben buscarse en diversos ámbitos, como el económico: «la desigualdad, la exclusión social, la pobreza, el desempleo, los bajos salarios, la discriminación, la migración forzada y los niveles inhumanos de

Las autoridades, con los recursos propios; la sociedad civil, asumiendo responsablemente la tarea de una ciudadanía activa, que sea sujeto de la vida social; y los creyentes, actuando en fidelidad con su conciencia, deben responder al don de su amor, comprometiéndose en la construcción de la paz, para la vida digna del pueblo de México hacen los pastores diocesanos no hace sino constatar, una vez más, «que algo está mal y no funciona en nuestra convivencia social y que es necesario exigir y adoptar medidas realmente eficientes para revertir dicha situación». La violencia como cultura

Los obispos señalan que «la violencia puede llegar a transformarse en una forma de sociabilidad» y que, «cuando esto sucede, se afirma el poder como norma social de control en los grupos sociales», lo que da lugar a modos de relación que se definen por afanes competitivos. Además, subrayan que «el comportamiento violento no es innato, se adquiere, se aprende y se desarrolla; en ello influye el contexto cultural en que crecen las personas». Y enlistan algunos factores culturales que legitiman o inducen prácticas violentas: «la cri-

les—, actitudes discriminatorias y machistas», entre otras. Factores de la violencia

Los obispos lamentan que estas situaciones de violencia, cuando aún eran incipientes en el país, no hayan sido combatidas de manera oportuna y que se hayan dejado crecer: «Si, en su momento, la omisión, la indiferencia, el disimulo o la colaboración de instancias públicas y de la sociedad no fue justa y toleró o propició los gérmenes de lo que hoy son las bandas criminales, tampoco es justo ahora exculparse, buscando responsables en el pasado y evadir la responsabilidad social y pública actual, para erradicar este mal social».

vida, exponen a la violencia a muchas personas: por la irritación social que implican; por hacerlas vulnerables ante las propuestas de actividades ilícitas y porque favorecen, en quienes tienen dinero, la corrupción y el abuso de poder». Otra de las causas de la violencia estructural, señalan los obispos, es «el disimulo y tolerancia con el delito por parte de algunas autoridades responsables de la procuración, impartición y ejecución de la justicia. Esto tiene como efecto la impunidad, las deficiencias en la administración de justicia», ya sea por incapacidad, irresponsabilidad o corrupción. También señalan como causa profunda la «emergencia educativa» que no tiene que ver solamente con la insuficiencia de recursos y de instalaciones para ofrecer una

educación de calidad, sino «con el fracaso del esfuerzo por formar personas sólidas, capaces de colaborar con los demás, y de dar un sentido a la propia vida» Tres factores de riesgo sobre los que urge intervenir

Los obispos focalizan tres factores de riesgo sobre los que es urgente intervenir: «Vivimos una crisis de legalidad […] no hemos sabido dar su importancia a las leyes en el ordenamiento de la convivencia social. Se ha extendido la actitud de considerar la ley no como norma para cumplirse sino para negociarse. Se exige el respeto de los propios derechos, pero se ignoran los propios deberes y los derechos de los demás […] El signo más elocuente de esto es la corrupción generalizada que se vive en todos los ámbitos». Hablan también de que «se ha debilitado el tejido social, se han relajado las normas sociales, así como las reglas no escritas de la convivencia que existen en la conciencia de cualquier colectividad bajo formas de control social que corrigen las conductas desviadas y mantienen a la sociedad unida y debidamente cohesionada». «Vivimos una crisis de moralidad. Cuando se debilita o relativiza la experiencia religiosa de un pueblo, se debilita su cultura y entran en crisis las instituciones de la sociedad con sus consecuencias en la fundamentación, vivencia y educación en los valores morales». Compromiso por la paz

Para los obispos es claro que la violencia que padece nuestro país se ha convertido en un asunto de «salud pública», y que desde ese enfoque debe abordarse. Esto implica «la cooperación de todos los sectores públicos y sociales para abordar el problema de la violencia mediante la acción colectiva, con estrategias diversas adoptadas por todos, cada uno según el ámbito de la propia competencia: «Las autoridades, con los recursos propios que le proporciona el estado de derecho […]; la sociedad civil, asumiendo responsablemente la tarea de una ciudadanía activa, que sea sujeto de la vida social; los creyentes, actuando en fidelidad a nuestra conciencia, en la que escuchamos la voz de Dios, que espera que respondamos al don de su amor con nuestro compromiso en la construcción de la paz, para la vida digna del pueblo de México».


El Observador

FAMILIA

14 de marzo de 2010, AÑO 15, No. 766

Problemas de familia POR YUSI CERVANTES LEYZAOLA

Con mi esposo estamos bien, sí tenemos nuestros desacuerdos, pero no peleamos y nos respetamos. El problema es con nuestros hijos. Mi esposo tiene muchos problemas con ellos. El muchacho toma mucho y sabe cómo sacarle las cosas al papá, lo manipula, le exige dinero, que le preste el carro. Al final, mi esposo le da las cosas pero se queda enojado. Mi hijo no trabaja ni estudia, dice que para qué, si el papá no lo valora. Por otra parte, mi hija no soporta a su papá, como que le tiene resentimiento. Él siempre está encima de ella, regañándola por cómo se viste, por cómo trata a sus amigos. No la deja salir y ella se ha aislado; saliendo de la escuela se viene a la casa, pero todo el tiempo está de mal humor. Ya no sé que hacer, hablo con uno y con los otros, y los hijos dicen que primero tiene que cambiar su papá, y el papá dice que los que tienen que cambiar son los hijos. ¿Qué puedo hacer? La situación es complicada, y parece ser que han dejado pasar mucho tiempo sin poder resolver la situación, porque es muy probable que ya hubiera signos de que algo andaba mal desde mucho antes. Hay una problemática familiar, pero su hijo tiene también la suya personal, que se relaciona con el alcohol. Para recuperarse, necesita hacerse responsable de sí mismo y dejar de culpar a los demás. Y ustedes, como padres, necesitan ponerle límites. En cuanto a su hija, es muy importante que logre entablar una comunicación sana con su padre. Seguramente habrá situaciones delicadas y dolorosas, pero tienen que expresarse ambos. Sería muy bueno para todos que buscaran una terapia familiar. A través de ella, cada uno se dará cuenta de cómo afecta y cómo le afecta lo que ocurre en la familia. Aprenderán también a escucharse y a expresarse con mayor claridad

y eficacia. Usted se ha esforzado mucho, pero no hace falta que siga luchando sola. Una ayuda profe-

sional puede ser el punto de partida para cambios muy positivos en su familia.

CAI

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PINCELADAS

LOS

DOS AMORES

POR EL PADRE JUSTO LÓPEZ MELÚS

Jesucristo ha unido inseparablemente el amor a Dios con el amor al prójimo. No hay verdadero amor de Dios si no se ama eficazmente, si no se hace justicia al prójimo. Cristo se solidariza con los pobres y los oprimidos, a quienes hace sus hermanos preferidos. Una injusticia cometida contra cualquier persona es una bofetada que golpea el rostro de Cristo. Un cristianismo sin dimensión vertical, perdería su sal. Pero un cristianismo que escapara a sus responsabilidades con las personas, sería un rechazo de la Encarnación. El que rehúse prácticamente tomar responsabilidades respecto a los desheredados, es tan culpable de herejía como los que rechazan tal o cual artículo de la fe.

Centro de Atención Integral de la UNIVA Querétaro -Atención psicológica a bajo costo¨ Psicoterapia para niños, adolescentes, adultos y adultos mayores ¨ Psicoterapia familiar ¨ Taller de autoestima, emociones y comunicación a partir del jueves 11 de marzo, 6:30 p.m Informes y citas: Tel. 442 272 68 68, 442 194 62 44, 403 29 43

El que rehúse prácticamente tomar responsabilidades respecto a los desheredados, es tan culpable de herejía como los que rechazan tal o cual artículo de la fe.


NIÑOS

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14 de marzo de 2010, AÑO 15, No. 766

El Observador

La parábola del padre bueno Encuentra las siguientes palabras relacionadas con el pasaje del Evangelio de este domingo (Lc 15, 11-32): HOMBRE HIJOS PADRE DOS MENOR DERROCHAR GASTAR REGIÓN CIUDADANO PAÍS

ESTÓMAGO COMIDA CERDOS ABRAZÓ BESO CELEBRAR FIESTA BANQUETE PERDIDO ENCONTRADO

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Un ladrón le grita a otro, en medio de un asalto: — ¡Viene la policía! — ¿Y ahora qué hacemos? — ¡Saltemos por la ventana! — ¡Pero si estamos en el piso número 13! —¡Este no es momento para supersticiones!

La ONU acaba de terminar una encuesta en todo el mundo. Prácticamente ha sido un rotundo fracaso. La pregunta era: «Dígame, por favor, ¿qué opina de la escasez de alimento en el resto del mundo, honestamente?». Primeramente, en Argentina no supieron que era «por favor»; en Cuba pedían que les explicaran que era «opinión»; en Europa no supieron que era «escasez»; en África no sabían que era «alimento», y en Estados Unidos no sabían que era «el resto del mundo». Por último, en México, en la cámara de senadores y de diputados, aún se debate qué significa «honestamente».


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