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18 de abril de 2010 AÑO 15 No. 771 $8.00 Fundado en 1995
DE LA ACTUALIDAD
Benedicto XVI Lo apoyamos y oramos por él
De los lectores y amigos de El Observador para el Santo padre Benedicto XVI Santo Padre: La comunidad de lectores de El Observador queremos manifestarle nuestro amor y nuestro aprecio. En esta hora difícil en la que usted enfrenta, como cabeza de la Iglesia católica, una serie de ataques infundados, de calumnias y de mentiras, queremos ofrecerle nuestras oraciones, nuestros sacrificios y nuestra absoluta adhesión a su magisterio. Hemos escuchado de usted la importancia de acrecentar nuestra vida de oración; de caridad cristiana y de santidad, para que el mundo conozca a Jesús y convierta su alma. Santidad, reciba usted nuestro cariño, implorándole su bendición: Atentamente: ______________________________
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AVISO A NUESTROS LECTORES Hemos aguantado por más de cuatro años el precio del periódico. Pero sería irresponsable seguir avanzando en una situación que pone en peligro la estabilidad de El Observador. Y cuando decimos estabilidad decimos presencia. A punto de cumplir 15 años de vida, damos gracias a Dios y a todos los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, distribuidores, anunciantes y lectores de esta empresa laical al servicio de la Iglesia por su apoyo. Vamos a tener que subir a 10 pesos el precio de portada del periódico a partir del próximo 25 de abril. Rogamos a cada uno de ustedes su comprensión y ayuda. También sus oraciones. Hoy más que nunca la prensa católica nos hace falta. Hoy que el laicismo radical quiere barrer de una vez por todas a Dios de la vida pública, tenemos que sacar la casta, ser mejores, más fieles, más hermanos en Cristo. Muchísimas gracias.
Periodismo Católico
¾ PÓRTICO
MUY INTELIGENTES POR JAIME SEPTIÉN / jaimeseptien@gmail.com
El otro día leí la opinión de un señor que, diciéndose ateo, nos reclamaba a los católicos por la falta de inteligencia para cuestionar «dogmas pasados de moda», como el celibato sacerdotal o la prohibición del divorcio. En la época en que todo se cuestiona, nosotros permanecemos sumisos: si todo el mundo lo hace y la Iglesia lo prohíbe, lo que está de más es la Iglesia, decía este señor. El pequeño idiota modelado por la tele que llevo dentro, me empujó, por un segundo, a detenerme y examinar la perorata de este plumífero. ¿Y si tuviera razón? ¿Y si todo lo del sacrificio, la obediencia, el perdón y el pecado es un Ser católico cuento para atenazar a la conciencia y hacernos no es doblar clientes del confesionario? la cabeza y Sacudí la cabeza. No es posible –me dije—que a morder el estas alturas de mi vida esté dando crédito a tipos polvo. Es a los que Chesterton llama- alzar la ba, con toda razón, «asnos anarquistas». Burros con cabeza y ver bolígrafo (o con micrófono) que lo mismo les da al cielo. opinar de la caída de la Bolsa de Valores que sobre Pentecostés. Acto seguido, tras haber invocado a Chesterton, fui al librero de mi despacho y cogí un libro de Chesterton: El Pozo y los Charcos. De ahí extraigo esta frase: «Un católico es una persona que ha juntado el coraje suficiente para afrontar la idea inconcebible e increíble de que pueda existir alguien más sabio que él». Desde luego lo de «increíble e inconcebible» es una ironía chestertoniana. Una burla a los «asnos anarquistas» que tienen por seguro que no hay nadie más sabio que ellos. La humildad es el sello del católico. Saber que el Magisterio está por encima de uno, que el Papa está por encima de uno, que la Doctrina está por encima de uno. Y acogerse a los dogmas (que son bien pocos, apenas 17), admirando su esplendor y no dándoles vueltas, como si tuviéramos una versión perdida de la verdad por tres lecturas rascuaches y deshilvanadas que hemos hecho. No, no se trata de renunciar a la libertad obedeciendo al Magisterio; se trata de conquistar la libertad obedeciendo al Magisterio. Ser católico no es doblar la cabeza y morder el polvo. Es alzar la cabeza y ver al cielo.