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El Observador
AÑO 15 No. 775 $10.00 Fundado en 1995
DE LA ACTUALIDAD
«La mayor persecución a la Iglesia no viene de enemigos de fuera»: BXVI
AFP PHOTO - HO / MIGUEL A. LOPES
16 de mayo de 2010
Benedicto XVI ha visitado Portugal con la finalidad de participar en las celebraciones del aniversario de las apariciones de Nuestra Señora en Fátima a tres pastorcitos y el décimo aniversario de su beatificación. Ha realizado diversas declaraciones en el marco de su visita a Portugal. Una de las más significativas es la identificación del mayor enemigo de la Iglesia: los propios pecados de los hombres y las mujeres que la formamos. Los católicos, individual e institucionalmente, debemos responder con oración, penitencia, fe, esperanza y caridad. Debemos emprender un camino de purificación, “aprender el perdón, pero también la necesidad de justicia. El perdón no sustituye a la justicia”, afirmó el Papa en alusión a los casos de abusos. Frente a las autoridades civiles refrendó el compromiso de la Iglesia de trabajar con todos los sistemas políticos que no marginen la religión; mencionó que el mundo plural en el que vivimos es una magnífica oportunidad para que los católicos volvamos al núcleo de nuestra fe “para reforzar la calidad del testimonio hasta la santidad”; religión y sistema político no son enemigos, sino deben colaborar para el bien de los seres humanos. A su llegada oró en el Monasterio de los Jerónimos, uno de los símbolos de Portugal, y posteriormente se reunió con el Presidente de la República. Recordó el gran acontecimiento de Fátima, una oportunidad de esperanza para Portugal y para la humanidad. “La Virgen María vino del Cielo para recordarnos verdades del Evangelio que constituyen para la humanidad, fría de amor y sin esperanza en la salvación, fuente de esperanza”, una esperanza que se basa en la relación “vertical y trascendente” del hombre con Dios.
Segundo mandamiento de la Iglesia ¿Quién instituyó la Confesión? ... p. 3 Benedicto XVI habla del sacramento de la Reconciliación .................. p. 3 Cuando confesarse molesta ....... p. 4 Ocho razones para confesarse ... p. 4 Píldoras de la Confesión ............ p. 4 Cinco actos que se requieren para hacer una buena confesión ...... p. 5 Entender el propósito de enmieda ................................................... p. 5 Sugerencias para relizar un examen de conciencia ............................ p. 5 Lo que siempre quisiste preguntar sobre el sacramento de la Confesión .................................................... p. 6
Periodismo Católico
¾ PÓRTICO
HARTAZGO POR JAIME SEPTIÉN / jaimeseptien@gmail.com
Me trae a mal traer (perdón por la primera persona del singular) la insistencia de algunos medios «progres» de México y el mundo sobre «el fin de la Iglesia católica» tras los escándalos de bien pocos (y bien malvados) sacerdotes pederastas. Me trae a mal traer que el señor Marcial Maciel haya mentido y violado hasta el hartazgo la dignidad de un sacerdote tanto como el humanismo de un ser humano, y que su conducta eche sombra sobre el proceso de canonización de Juan Pablo II. Me traen a mal traer las estupideces que ateos como el divulgador de la ciencia inglés, Richard Dawkins (quiere meter al Papa Benedicto a la cárcel «por encubrimiento» y por «crímenes de lesa humanidad»), están realizando para «quitarle la máscara» (según dicen) al único –sí, el Y repito lo del único- líder espiritual reconocido por todo el mundo. apóstol: si no Me traen a mal traer las es a Ti, Señor, excusas sin sustento de quienes quieren defender lo ¿a quién indefendible, con el argumento de que «son seres iremos? humanos» aquellos malos Escucho sacerdotes que abusaron con violencia sexual, física opciones… o psicológica de los preferidos de Jesús: los niños. Esos tales tienen que pagar ante Dios y ante la justicia de los hombres. Nadie los quiere ver sueltos, molestando la inocencia, metiendo en el fango lo sagrado. Me trae a mal traer la memez de muchos católicos que, con la boca abierta, papando moscas, se tragan la basura mediática, la falsificación constante de que «todos los curas son iguales y lo mejor que se puede hacer es que se casen». Si así fuera, todos los que estamos casados seríamos modelos de fidelidad, de respeto a la vida de pareja, de reconocimiento al otro… En fin, me trae a mal traer que seamos bien pocos (de nuevo, perdón por la intromisión del yo) quienes nos sintamos orgullosos –digo como laicos— de pertenecer a la Santa Madre Iglesia Católica. Lo único que les puedo decir (y que les digo a los amigos que se encuentran dentro de estos dimes y diretes, alimentados por la industria del consumo y la pornografía) es: ustedes se lo pierden. Este gozo del esplendor de la verdad no se apaga por más que haya algunos que quieran abusar de los interruptores que la libertad de Dios les da. Y repito lo del apóstol: si no es a Ti, Señor, ¿a quién iremos? Escucho opciones…