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El Observador
6 de junio de 2010 AÑO 15 No. 778 $10.00 Fundado en 1995
DE LA ACTUALIDAD
¿Qué hace la Iglesia con el dinero? Quinto mandamiento de la Iglesia La colectas, una forma de ayudar a la Iglesia .................................. p. 5 Mandamiento u oportunidad ... p. 5 ¿Qué es el óbolo de San Pedro? .. p. 6 Finalidades del diezmo ............... p. 6 ¿Por qué ayudar a la Iglesia? ... p. 6
Una forma de respondernos la eterna pregunta «¿Qué hace la Iglesia con el dinero?» es analizar las obras humanitarias que sostiene y/o administra en el mundo. 123 mil centros donde se brinda apoyo y atención de todo tipo hablan por sí mismos.
Desde este número, nueva colaboración sobre los martires mexicanos
Significado e importancia de nuestros mártires
por Luis Alfonso Orozco LC p.4
Una Goretti entre nosotros
Última parte de la historia de la muerte de María Isabel Mondragón / p.14
(se puede pedir la versión completa en elobservadorenlinea.com)
Periodismo Católico
¾ PÓRTICO
¡INVESTIGUEN! POR JAIME SEPTIÉN / jaimeseptien@gmail.com
He recibido una carta enviada desde Angola por el padre misionero salesiano don Martín Lasarte a The New York Times. Me dan ganas de reproducirla completa, pero, por espacio, no puedo. Los remito a la página electrónica de El Observador (www.elobservadorenlinea.com), por si desean copiarla y distribuirla. El padre Lasarte habla primero del dolor «por el profundo mal que personas que deberían de ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes», para después pasar revista a la exageración de la noticia de un sacerdote pedófilo en Australia, hace 40 años y otro en Ale- «Amigos periodistas, mania, hace 20 años... Eso es noti- busquen la Verdad, el cia, dice el misione- Bien y la Belleza» ro salesiano, y no lo que, de verdad, es noticia. Y lo que de verdad es noticia es lo que hacen miles de sacerdotes todos los días, en todo el mundo, a favor de los más pobres, de los desheredados, de los desorientados, de los mutilados, enfermos, vejados, escupidos, violados, desgarrados y enfermos. Como lo mejor es hablar de lo que se sabe, el padre Lasarte enumera una serie de casos misioneros en Angola, que The New York Times, si se interesara por lo que suma y no por lo que resta, debería publicar «No es noticia que un sacerdote de 75 años, el padre Roberto, por las noches recorra la ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina; que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como el padre Stefano, tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violentados y buscan un refugio», como tampoco lo es que 60 mil misioneros y misioneras arriesguen su vida a diario para atender a los enfermos de SIDA, a los leprosos, a los tuberculosos, a los que la sociedad ha arrojado, como a perros sarnosos, al arroyo. No, nada de eso es noticia. Y el mensaje no solamente llega desde Angola a Nueva York. Llega desde Ciudad Neza al DF, o desde La Borreguera a Monterrey. ¡Investiguen, caramba! ¡Sepan qué destruyen cuando hieren a la Iglesia! Nadie les pide que se callen. «Sólo les pido, amigos periodistas, que busquen la Verdad, el Bien y la Belleza. Eso los hará nobles en su profesión», termina diciendo la carta del padre Lasarte. Lo mismo digo yo.