PREOCUPA LA EDUCACIÓN A LA IGLESIA
Monseñor Rivera Carrera explicó que la Iglesia católica comparte la preocupación de diversos sectores que ven en la educación un problema fundamental debido a la falta de un método, de una dedicación consistente en torno a una meta concreta, de un ideal que logre cohesionar a la nación en un afán propio. PÁGINA 12
El Observador DE
29 de mayo de 2011
AÑO 16
No. 829
elobservadorenlinea.com
LA
Fundado en 1995
HERMANA GLENDA
LA FAMILIA: EL TRABAJO Y LA FIESTA
Ya está todo listo para que del 30 de mayo al 3 de junio próximo se celebre en Milán, Italia, el 7º Encuentro Mundial de las Familias. El trabajo y la fiesta — ha dicho Benedicto XVI respecto del lema del Encuentro del próximo año—están íntimamente ligados a la vida de las familias: condicionan las decisiones, influyen en las relaciones entre los cónyuges y entre los padres y los hijos. PÁGINA 15
OPINIÓN VÍCTOR CORCOBA HERRERO
DILAPIDAR JORGE E. TRASLOSHEROS
PRONUNCIAMIENTO ECUMÉNICO. VOZ RAZONABLE DE LA CIUDADANÍA PÁGINA 10 Y 11
Una década cantando a Dios «La música es lenguaje espiritual y por tanto universal, vehículo muy apropiado para la comprensión y la unión entre las personas y los pueblos». Así se expresó alguna vez Benedicto XVI.
Esto lo ha vivido en carne propia y durante 10 años la cantauotora de origen chileno Glenda Valeska, mejor conocida como la Hermana Glenda. Con guitarra en mano ha recorrido la mayor parte de los países de Latinoamérica y una buena parte de las naciones europeas, ha sido muy bien recibida por los hispanos en Estados Unidos. Tiene un total de 15 discos grabados. Entre sus éxitos más sonados está «Si conocieras cómo te amo». Desde la música ha emprendido una tarea evangelizadora, mostrando a al público de todas las edades un Dios misericordioso y compasivo, pero, al mismo tiempo, haciendo comprender la importancia de la respuesta del ser humano. La música también es camino que lleva a Dios. PÁGINA 9
¿Y DÓNDE QUEDARON LOS APÓSTOLES? En este número tendrás la oportunidad de conocer
cómo fue la vida de los apóstoles después de convivir y compartir con Jesús; lo que hicieron y lo que dejaron de hacer al encomendárseles la misión de ir por todo el mundo y predicar el evangelio. PÁGINAS 4 a 7
La indiferencia ante la Iglesia
ACTUALIDAD $10.00
PÓRTICO POR JAIME SEPTIÉN
Bioética L
a palabra es un poco difícil de digerir. Pero encierra un significado muy grande. Y muy grave. Asociar la vida con el bien. Por lo tanto, defenderla de quienes se mueven como si la vida fuera cualquier cosa. Como si la vida fuera algo separado de la persona. El Centro de Investigación Social Avanzada (www.cisav.org), cuya sede se encuentra en Querétaro, ha lanzado (ver página 2 de esta edición de El Observador) una maestría en bioética que, de verdad, se vuelve indispensable para la hora actual en la que vive México. Y para que el futuro no nos alcance y nos aplaste. Diré dos razones: El absoluto, real y rotundo quiebre del sistema general de valores, la ausencia de ética que no solamente se refleja en los sicarios del «Chapo», sino en casi todas las actividades que emprendemos los mexicanos, la política en primerísimo puesto. Y la ausencia de compromiso de un mayor y creciente número de personas en la defensa del bien común, que exige sacrificios y renuncias que no estamos dispuestos a enfrentar. La ética nos hace una falta rabiosa. Más aún en hospitales, empresas, comercios, producción de alimentos, bancos, compañías farmacéuticas, en las secretarías de Estado, en los medios de comunicación, en las universidades, en las organizaciones de la sociedad civil y, por supuesto, en el gobierno. Habría que atraer a muchos médicos, abogados, educadores, políticos, hombres y mujeres de empresa, para que cursen esta maestría. Vale la pena el esfuerzo, el sacrificio y el tiempo invertido en comprender que la defensa de la vida es una acción constante, mucho más profunda que las pancartas. Se inserta en el corazón del debate de nuestra cultura posmoderna del «todo está permitido». Ojalá rebose de aspirantes. Pues no es común en México una maestría tan equilibrada entre lo científico y lo humanístico. Y menos aún, una maestría fidelísima –como ésta—al Magisterio de la Iglesia católica.