EL FERVOR TRASPASA FRONTERAS
CONTACTO (442) 215-01-46 www.prohonestidad.org
PÁGINA 2
El Observador DE
16 de diciembre de 2012
OPINIÓN
MATAR A UN FRAILE TOMÁS DE HIJAR PÁGINA 12
GUADALUPE, POR GRAHAM GREENE
AÑO 18
LA
ACTUALIDAD
PERIODISMO CATÓLICO; FE QUE SE HACE CULTURA
¿Estás listo para el «fin del mundo»?
PÁGINA 13
SANTIAGO NORTE Los mismos que ayer dijeron que la Iglesia se iba a acabar, hoy afirman—del brazo de una interpretación de los mayas- que se va a acabar el mundo la próxima semana. Cuando no se cree en Dios, se puede creer en cualquier cosa.
N
o hay plática en donde no se hable del próximo «fin del mundo», una temática que saltó a los medios de comunicación a partir de que se dio a conocer cuándo terminaba un ciclo del calendario maya. Los astrónomos de este pueblo no mencionan profecía alguna,
solo se limitaron a estudiar el movimiento de la tierra y de los astros. Los católicos debemos vivir con esperanza, construyendo con nuestros actos un mundo más justo y estar siempre preparados para la venida de Jesucristo; fuera de esto, lo demás es mercantilismo barato.
PÁGINA 6
TEMA DE LA SEMANA
PREPARAR EL CAMINO A JESUCRISTO
PÁGINAS 8-9
Estamos ya en el tercer domingo de Adviento, tiempo en la que Iglesia invita a los fieles a meditar en la venida del Señor. PÁGINAS 4-6
GRAN REPORTAJE
LOS SERVICIOS DE CARIDAD A PROFESIONALIZARSE Benedicto XVI dio a conocer medidas que deberán tomar las organizaciones de ayuda humanitaria y social que se presenten como católicas. PÁGINA 3
$10.00
PÓRTICO Por Jaime Septién jaimeseptien@elobservadorenlinea.com
Dos lados
E
JUAN JESÚS PRIEGO
YA NO PUEDEN VIVIR SIN REDES SOCIALES
No. 910
l teólogo medieval, Hugo de San Víctor, hablando de la universalidad de los cristianos –que es la Iglesia—decía que ésta (la Iglesia) «comprende dos órdenes, los laicos y los clérigos, como dos lados de un mismo cuerpo». La Lumen gentium, surgida de las entrañas del Concilio Vaticano II, subrayó que «de los laicos es propia y peculiar la índole secular». Es decir, que los laicos estamos metidos «en el siglo», en las cosas del mundo, para explicarnos mejor. Y que es en el mundo donde debemos encarnar a la Iglesia. Parece complicado entender esto. No lo es: es sencillísimo. Los que lo hemos hecho complicado somos nosotros, clérigos y laicos. Pensamos que somos competencia cuando somos complemento. Nos une una misma vocación y un mismo sentido misionero: hacer «carne» el Evangelio. El deber de cada uno de los miembros de las dos órdenes —de las que hablaba de San Víctor—es buscar algo que, al menos a los mexicanos, se nos da poco: el equilibrio. ¿Entre qué y qué? «Entre la liberta profética y la comunión jerárquica, dentro de la vida de la Iglesia en la tierra, que es siempre compleja, y con frecuencia atormentada y crítica». (P. José M. Díaz Alegría: Actitudes cristianas ante los problemas sociales, pg. 193). «Atormentada y crítica» es piropo. Constantemente la libertad de anunciar el Evangelio se topa (la hacemos que se tope) con una forma de compartimento estanco: esto es mío, esto es de usted… Y la trucha se nos escurre de las manos. Entendiendo que «la trucha» es la transformación del mundo en Reino de Dios. De los laicos es «peculiar» el modo de ser en el tiempo profano. Podemos ayudar en labores litúrgicas, en los sacramentos, en la organización de la parroquia. Pero no podemos substituir el orden secular por el sagrado. Lo mismo de allá para acá. Eso es comunión. Y la comunión, como la verdad, nos hace libres. Nos pone alas. Nos hace razonables y creíbles. Sobre todo, para los que creen que no creen; que son una mayoría.