Sigue la crisis humanitaria de migrantes PÁGINA 13
3 de agosto de 2014
AÑO 20
PERIODISMO CATÓLICO; FE QUE SE HACE CULTURA
PÓRTICO
No. 995
$10.00
¡Jamás la guerra!: Papa Francisco
Por Jaime Septién
jaimeseptien@elobservadorenlinea.com
Libros y vacaciones
AFP PHOTO / MOHAMMED ABED
P
ara mí no hay vacaciones si no están asociadas a uno o varios libros. Puede faltar el mar, la montaña, la ciudad colonial o la casa en el campo. Lo que no puede faltar es una buena lectura: escogida, mimada, aguantada hasta el período de sosiego. Y eso me ha ganado horas maravillosas de solaz, incluso sin salir de la casa. El obispo de San Sebastián (España), don José Ignacio Munilla, ha instituido una lista de 34 libros para el verano. Cierto, el verano europeo es mucho más largo que el nuestro. Yo no quisiera hacer una lista tan extensa. De hecho llevo solamente tres libros, dos novelas y uno de poesía: Un sueño de Bernardo Reyes, de Ignacio Solares; Todo ángel es terrible, de Susanna Tamaro y la antología poética Tierra inalcanzable, de Czeslaw Milosz. Usted puede hacer, perfectamente, su lista de acuerdo con sus afinidades. Solamente podría dar un consejo; que sean textos que acompañen su silencio. Diferente es que lo diviertan o lo alienen; que lo enerven o lo estresen. El período de vacaciones es eso: un buen libro, una ocasión para rezar, un remanso para abrazar a Dios. Nótese que ninguna de esas acciones tiene como ingrediente el gasto. Los libros cuestan, sí, pero no más que tres o cuatro entradas al cine. El Rosario y Dios son gratuitos… Quiero decir que la lectura es un gozo que nos acerca al ritmo en que respira Nuestro Señor. Un ritmo pausado, que cree en el hombre, en su dignidad y en su libre ejercicio de la conciencia. No hay razón para aplazar la lectura y hacer de ella una vacación. El espíritu necesita descansar para volver a la batalla renovado. Para hablar otra vez con Dios, sin prisas.
En la foto, mujeres en Gaza lloran la muerte de un familiar por los bombardeos israelíes. El Papa Francisco ha hecho un fuerte llamado por la paz en todo el Medio Oriente. En el Angelus expresó: «Mi pensamiento se dirige hacia tres áreas de crisis: la de Oriente Medio, la iraquí y la ucraniana. Les pido seguir unidos a mi oración para que el Señor conceda a las poblaciones y a las autoridades de esas zonas la sabiduría y la fuerza necesarias para emprender con determinación el camino de la paz». Y visiblemente emocionado, finalizó: «¡Jamás la guerra! ¡Jamás la guerra! Pienso, sobre todo, en los niños a quienes se arrebata la esperanza de una vida digna: niños muertos, niños heridos, niños mutilados, niños huérfanos. ¡Deténganse, por favor! ¡Les pido de todo corazón!». PÁGINA 14
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