ELOGIO A LA SOMBRA Publicación libre – n°3 – Julio 2015 - www.issuu.com/elogioalasombra
"El gran error de la naturaleza humana es adaptarse... El matrimonio destruye el amor, la posesión mata el deseo, el conocimiento aniquila el placer; el hábito, la novedad, la destreza, la conciencia. Ser el eterno forastero, el eterno aprendiz, el eterno postulante: he allí una fórmula para ser feliz."
Julio Ramón Ribeyro
Mientras lees esto: Alguien lucra con la muerte de los animales, para el festín de la plebe acéfala; alguien empeña su palabra, y no la cumple. En algún café fascista expulsan a un mendigo, o cambian de trato hacia una persona por parecerles pobre. Mientras lees esto, la gente se atonta viendo programas de farándula; los perros de la calle se joden de hambre y frío (¡Y hay enajenados que en vez de adoptar, COMPRAN!). Mientras lees esto, se colocan más y más talleres mecánicos en los barrios terremoteados
de Talca (en terrenos
comprados a precio de huevo), haciendo imposible que las familias se cuenten las penurias agotadas y las pequeñas felicidades mientras almuerzan o toman once, por el bullicio regetonero y de autos enchulados por ruidosos personajes chilensis salidos de “Rápido y apestoso”, hijitos de mamá-papá que no dejan vivir en paz. Mientras lees esto, los profesores protestan por un trato digno, y el cadáver del “Robierno” se hace el sordo y se engulle a sí mismo.
N.D.
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La vocación tiene sus límites, por Rayén Araya Bío Bío Chile TV, 9 de Junio de 2015
Que nos guste nuestro trabajo es un privilegio, lamentablemente. Algo que en un escenario ideal, debería ser parte natural de nuestra vida, es algo de lo que muy pocos gozamos. Una ocupación a la que dedicaremos muchísimas horas parece inviable de desarrollar si no nos gusta. Simple. Pero claro, en un país donde las jornadas de trabajo son de las más extensas del mundo –lo que no necesariamente va de la mano de la productividad, pero ese es otro tema- que más encima se lidie con bajos sueldos y malas condiciones ¿creen ustedes realmente que deja espacio a si quiera pensar en la vocación? Vocación: aquello que alinea en una persona lo que le gusta, los talentos propios o habilidades, lo que anhela, las convicciones y motivaciones. Todos esos conceptos serán los que permitan mantener la decisión de dedicarse a X o Y, cuando enfrentemos los momentos difíciles: la presión laboral, las condiciones adversas, etc. El término viene de un vocablo en latín que significa “Llamar”. Pero esa profesión u oficio que nos llama debe, además de satisfacernos, permitirnos vivir. Llevado a los tiempos actuales, pareciera que la vocación va en completa retirada, porque son demasiados los factores que hay que conjugar. Hoy me quiero poner en los zapatos de los profesores chilenos. Los que hoy están en paro, si, y no porque les guste estar en conflicto y tensionar las cosas, no porque les dé lo mismo dejar sin clases a sus alumnos, porque ellos también tendrán que recuperar esos días de movilizaciones más adelante. Están en paro porque es necesario gritar a los cuatro vientos que esto es mucho más complejo de lo que el gobierno pensó y que un buen número de expertos también pensó alrededor. No tienen el lugar que merecen en nuestra sociedad. Tampoco las condiciones adecuadas para formar a nuestros ciudadanos, ni los sueldos, ni las horas para preparar sus clases, ni el respeto que amerita un rol fundamental en todas las sociedades. ¿Evaluaciones? Sí, claro. Cortémosla de una vez por todas con esto de repetir como loros que los profes no quieren ser evaluados. Ninguno ha señalado eso. Lo que se ha dicho es que no quieren que sus ingresos estén determinados por evaluaciones, y que no están disponibles para cualquier tipo de evaluación. Usted, profesional de cualquier área, ¿estaría disponible para aquello? ¿Cómo se mide y evalúa la paciencia, el carisma, la comprensión, la oratoria, la contención que un buen profesor puede entregar a un alumno en algún momento de problema? Eso también es vocación. Nuestro sistema llama a esas características habilidades blandas. A ver si las vamos a seguir llamando
habilidades blandas cuando estén puestas a prueba en una sala con 45 chiquillos de 8 años, capaces de volver loco al más zen de los budistas. Son recursos que también pasan a ser parte de las herramientas del trabajo de un profesor, y son las que muchas veces hacen la diferencia en las vidas que ellos toman en sus manos. Por ejemplo yo tengo el mejor de los recuerdos de una profe de enseñanza básica, en una escuela pública de Panamá, que me marcó muchísimo. Les voy a hablar de la maestra Gladys. Claro, porque allá los profesores no son la señorita X, son Maestros. Maestros de escuela normales que se educaron de otra manera, y cuyos valores están a diario expuestos en sus enseñanzas. La maestra Gladys estuvo a cargo de mi curso (no me acuerdo bien si era 4to o 5to básico), cuando estaba a punto de jubilar (comprenderán, con la edad también, tenía un carácter del demonio, era estricta como ella sola, muy rigurosa. Hasta mala fama tenia por eso). Pero nunca me voy a olvidar que fue a mi casa para un cumpleaños mío, que me visitó cuando me ausenté más de 3 días seguidos por alguna enfermedad, que llamó a mis papas por teléfono para chequear más de alguna vez que estuviera aprendiendo lo que ella enseñaba en clases. Eso es compromiso. También es vocación. Probablemente muchos de ustedes tienen su propia maestra Gladys en mente, ese profe o esa profe del que uno no conserva los retos, sino los gestos que con los años vamos a traducir como cariño. Que cargaban con un tremendo maletín doble, lleno de pruebas, a un lado las del colegio público, al otro lado las del colegio privado, y con las manos partidas de tanto escribir con tiza. Claro, eran otros tiempos. Y vamos a llevarlos entonces a la actualidad. Darle el lugar adecuado a los profesores actualmente en esta sociedad pasa por desgracia en gran medida por el sueldo. No es posible que hoy quienes hacen 37 horas semanales pasen de ganar 590 mil pesos a recibir 800 mil, según el proyecto, y los que hacen 44 horas suban de 637 mil a 950. La mayoría hace 37 horas, por lo que la mejora va a ser casi de 200 mil pesos, cifras brutas por cierto. ¿Es mejor que lo que existe hoy? Sí, pero evidentemente es insuficiente. Los profesores piden que la base sea de 1 millón, y poco a poco lleguen a 3 millones. Es la única manera de moverlos en el escalafón social y entonces darles otro trato. El proyecto no contempla reducir el número de alumnos en sala, y ese también es un punto vital. Las evaluaciones a los profesores serán la base para aumentar el sueldo de cada uno. A ver, cada profesional sabe que para aspirar a un aumento hay que demostrar mayores capacidades, experiencia, etcétera. Pero eso es voluntario. Someterse a mediciones para optar a eso debe ser voluntario, y el reconocimiento entonces a eso traducirse en otros tipos de incentivos: bonos, premios; no en el sueldo directamente. El famoso filtro tiene que hacerse antes de empezar a ejercer, ese es el momento para evaluar si los conocimientos necesarios fueron adquiridos. Todo lo que viene después de egresar, después de
ese momento de la prueba, tiene más relación con la vocación y la experiencia, no con lo memorizado y aprendido, con elementos que ninguna prueba estandarizada podría transformar en una nota equivalente a dinero. Está bien, no necesitamos profesores que quieran ser millonarios en este oficio, pero en la vocación también tiene límite. Los pensamientos están sumamente polarizados en este momento. El gobierno dice que solo se conversa mediante la discusión parlamentaria en el congreso, y los profesores dicen que se mantienen en paro, y debe ser retirado el proyecto de ley de carrera docente. El ministerio y Mineduc los llama a conversar, les entrega una carta, donde se señala nuevamente que solo se va a discutir en el congreso. ¿Será posible, con todo esto, el espacio que ocupa la discusión de las platas, llegar por fin al fondo, a la calidad de la educación, al tipo de formación que queremos para nuestros niños y niñas, al lugar que queremos que ocupen los profesores en la sociedad chilena? Parece que lo único que se reafirma diariamente en el momento político que estamos viviendo, es que el sentido común está más lejos de lo recomendable, ese que indicaba desde un principio que había que trabajar todo el tiempo necesario con los profesores hasta llegar a un punto de entendimiento, aunque eso pudiera implicar demorar los plazos deseados por el ejecutivo. ¿Cuánto tiempo podría ser eso? Todo el tiempo necesario, sí, porque las reformas fundamentales depende de acuerdos fundamentales, que tienen que tomarse en este caso con sus protagonistas: los estudiantes y los profesores.
NeluleN
Taoismo en Español http://taoismoenespanol.blogspot.com/
El sol sale para todos, ¿no? No existen ni el bien ni el mal en el mundo del Tao. Hay un antiguo proverbio japonés con un origen taoísta, que significa «el caballo del viejo Sai»:
Un día, el viejo Sai perdió su caballo. Sus vecinos vinieron y le dijeron: "El Sr. Sai, qué mala suerte, lo sentimos mucho por ti". Entonces él dijo: "Uno nunca sabe. Puede traernos una buena suerte". Meses más tarde, el caballo volvió con una yegua buena. Sus vecinos vinieron y le dijeron: "Tenías razón, Sr. Sai. Trajo una buena suerte". Entonces, el viejo Sai dijo: "Uno nunca sabe. Puede traernos una mala suerte". Años más tarde, su familia tenía más caballos finos. A su hijo le gustaba montar a ellos. Un día, se cayó y se rompió el muslo. Sus vecinos vinieron y le dijeron: "Lo sentimos por ti. Tenías razón, Sr. Sai. Trajo una mala suerte". Entonces, el viejo Sai dijo: "Uno nunca sabe. Puede traernos una buena suerte". Un año más tarde, estalló la guerra, pero su hijo no fue seleccionado para luchar por su pierna rota. El viejo Sai y su hijo sobrevivieron a la guerra.
TÁRTARO de Claudio Troncoso Pinto I Desde aquí les hablo Desde el rincón más obscuro e ignorado Donde la piel crece blanca y el pelo se apelmaza Donde el personaje antagónico se aferra, al ojo anónimo del que escudriña Donde la historia se escribe, de muralla en muralla Donde el error más ingenuo, se factura en lágrimas negras Donde el capullo de cemento se adhiere a la carne, al espíritu Donde el retorno de vida, emana tras la última campanada de la noche, que anuncia el nuevo génesis Mi génesis, mi donde mi cuando
II ¿Qué quieres que diga, si lo que aquí duele y preocupa, allá no? ¿Acaso lo que es luz, claridad y calor, no es el sol para todos? ¿Por qué decir: Sol, si es más que un sustantivo? ¿Por qué decir: las flores son rojas, si quiero colorearlas negras? ¿Por qué temerle a lo obscuro, si ahí nacen los miedos? Si escribo asesino o acecino ¿Deja de ser muerte? ¿Para qué un lápiz, si libre no puedo dibujar un árbol? ¡Qué simples son las cosas cubiertas de hielo! ¡El aire cargado, la tierra pegada al agua, a la vida, al rincón obscuro, y a tu sol!
La Galilea (y Talca) no tiene Áreas Verdes por MG
La Galilea no tiene áreas verdes realmente, tan solo migajas alojadas junto a verdaderos vertederos de escombros junto al Río Claro. La Galilea parece el sector de obreros para una gran fábrica totalitaria e invisible. ¿Cuántas poblaciones más hay en Talca similares a estas? Acá no hay plazas, ni lugares de distracción. Acá solo hay botillerías, jóvenes ebrios en las esquinas, y ruidos molestos de vecinos ya enajenados por el actual estilo de vida capitalista. ¿Cuál es el daño a una población que no tiene acceso a áreas verdes? Según los índices presentados por la Organización Mundial de la Salud, se recomienda un estándar mínimo de 9 metros cuadrados de áreas verdes por habitante en zona urbana. Según un informe sobre este tema en Talca, se lee: “la ciudad debería tener al menos 1,6 km2 de áreas verdes urbanas. Sin embargo, solo tiene 0,69 km2. Con esto, el déficit de áreas verdes urbanas supera el 100%. En los sectores más pobres de la ciudad, y donde se concentra preferentemente la población infantil y juvenil, no existen áreas verdes en situación “óptima”, y el porcentaje que se encuentra en situación “aceptable” es ínfimo. Más del 90% de las áreas verdes de estos sectores está en la categoría de “no conformadas”. Propongo un gran parque en el actual vertedero en donde esta(ba) ubicada la cancha de fútbol de la Schorr y Concha. Necesitamos un pulmón verde (y no de cemento) en el cual apaciguar aquello que llaman alma o espíritu. No olvidar: la plaza se convierte en el sustento físico de las relaciones vecinales y de una mejor sociedad.
NeluleN
Extractos de El Extranjero, de Albert Camus
Así pasó el tiempo, con las horas de sueño los recuerdos, la lectura del hecho policial y la alteración de la luz y de la sombra. Había leído que en la cárcel se concluía por perder la noción del tiempo. Pero no tenía mucho sentido para mí. No había comprendido hasta qué punto los días podían ser a la vez largos y cortos. Largos para vivirlos sin duda, pero tan distendidos que concluían por desbordar unos sobre los otros. Perdían el nombre. Las palabras ayer y mañana eran las únicas que conservaban un sentido para mí. Cuando un día el guardián me dijo que estaba allí desde hacía cinco meses, le creí, pero no le comprendí. Para mí era el mismo día que se desarrollaba sin cesar en la celda y la misma tarea que proseguía. Ese día, después de la partida del guardián, me miré en el agua de la escudilla. Me pareció que mi imagen continuaba seria, aun cuando ensayaba sonreír. La agité delante de mí. Sonreí y conservó el mismo aire severo y triste. El día concluía y era la hora de la que no quiero hablar, la hora sin nombre, en la que los ruidos de la noche subían desde todos los pisos de la cárcel en un cortejo de silencio. Me acerqué a la claraboya y con la última luz contemplé una vez más mi imagen. Seguía siempre seria y nada tenía de sorprendente pues en ese momento yo lo estaba también. Pero al mismo tiempo, y por primera vez desde hacía largos meses, oí distintamente el sonido de mi voz. Reconocí que era la que resonaba desde hacía muchos días en mi oído y comprendí que durante todo ese tiempo había hablado solo Recordé entonces lo que decía la enfermera en el entierro de mamá. No, no había escapatoria y nadie puede imaginar lo que son las noches en las cárceles. ___
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En la oscuridad de la cárcel rodante encontré uno por uno, surgidos de lo hondo de mi fatiga, todos los ruidos familiares de una ciudad que amaba y de cierta hora en la que ocurríame sentirme feliz. El grito de los vendedores de diarios en el aire calmo de la tarde, los últimos pájaros en la plaza, el pregón de los vendedores de emparedados, la queja de los tranvías en los recodos elevados de la ciudad y el rumor del cielo antes de que la noche caiga sobre el puerto, todo esto recomponía para mí un itinerario de ciego, que conocía bien antes de entrar en la cárcel. Sí, era la hora en la que, hace ya mucho tiempo, me sentía contento. Entonces me esperaba siempre un sueño ligero y sin pesadillas. Y sin embargo, había cambiado, pues a la espera del día siguiente fue la celda lo que volví a encontrar. Como si los caminos familiares trazados en los cielos de verano pudiesen conducir tanto a las cárceles como a los sueños inocentes. ___ Al final, sólo recuerdo que desde la calle y a través de las salas y de los estrados, mientras el abogado seguía hablando, oí sonar la corneta de un vendedor de helados. Fui asaltado por los recuerdos de una vida que ya no me pertenecía más, pero en la que había encontrado las más pobres y las más firmes de mis alegrías: los olores de verano, el barrio que amaba, un cierto cielo de la tarde, la risa y los vestidos de María. Me subió entonces a la garganta toda la inutilidad de lo que estaba haciendo en ese lugar, y no tuve sino una urgencia: que terminaran cuanto antes para volver a la celda a dormir. ◊ Visite: • https://periodicoelamanecer.wordpress.com/ • www.facebook.com/EligeVeganismo • www.facebook.com/corporacionrescatedemascotastalca
Desde las nueve Doce y media. Rápido pasó la hora desde las nueve cuando encendí la lámpara y me senté aquí. Estaba sin leer, y sin hablar. Con quién hablar enteramente solo en esta casa. La imagen de mi cuerpo joven, desde las nueve cuando encendí la lámpara, vino y me encontró y me recordó cerradas piezas perfumadas, y pasado placer -¡qué atrevido placer! Y también me trajo ante los ojos, calles que ahora se volvieron inconocibles, locales llenos de movimiento que se acabaron, y teatros y cafés que alguna vez existieron. La imagen de mi cuerpo joven vino y me trajo también las cosas tristes: duelos de la familia, separaciones, sentimientos de los míos, sentimientos tan poco apreciados de los muertos. Doce y media. Cómo ha pasado la hora. Doce y media. Cómo han pasado los años.
Constantino Kavafis