© Copyright 2011 - Lic. Dorana Carrera Ortiz y Dra. Gabriela Paz Este libro y el CD que lo acompaña no pueden ser reproducidos total ni parcialmente por ningún medio sin permiso expreso del autor. Todos los derechos reservados. Flores de Bach ® es marca registrada de A. Nelsons (UK), y la distribución oficial en Argentina de las Flores de Bach Originales es realizada en Argentina por la empresa Esencias Vibracionales Londner´s.
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Los elementos y conceptos aquí vertidos no pretenden diagnosticar, prescribir, tratar ni curar patologías físicas ni mentales, sino establecer un estado interior de armonía y cuidado consciente de las emociones, pensamientos y la salud física. Ante cualquier duda sobre problemáticas físicas y/o mentales, consulte con el facultativo adecuado.
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Prefacio
Semillas de dioses... La evolución espiritual del ser humano no depende de nadie, excepto de cada una de nuestras voluntades. No existen sacerdotes, maestros, gurúes, ni profetas que puedan recorrer el camino que está debajo de nuestros pies. Porque cada camino es diferente. Y sin embargo, estamos todos conectados. Esta paradoja es la que nos confundió tantas veces. Y las preguntas tan difíciles, por cierto, nos llevaron a buscar la respuesta en los labios de otros. Así entregamos nuestro tan valioso poder espiritual a otros, muchas veces con la convicción de que eran mejores, más sabios, más preparados, o que tenían una línea directa con los reinos espirituales, para la cual nosotros no teníamos abono. Pero nadie puede escuchar por nosotros. Sos vos, amigo o amiga que lees estas páginas, quien tiene la capacidad de acceder al conocimiento más profundo, sintonizando con la voz que te guiará: la voz de tu corazón, que expresa la verdad de tu propia esencia. El mensaje no es nuevo, y llega a tus manos de las formas más diversas, traducido a infinitas lenguas con la esperanza que lo llegues a captar, que en alguno de esos intentos entre en tu vida como un sol que comience a nutrir tus semillas, que toda la vida esperaron por ese momento, una fuerza que las estimule, que las active. Ya no somos aquello que fuimos, y cada vez que miramos hacia atrás, cinco, diez, veinte años, podemos haber mejorado o empeorado, pero somos infinitamente diferentes. Tampoco somos lo que llegaremos a ser. Podemos cultivar, nutrir aquellas partes que se desarrollarán de nosotros, y dejar morir a otras. Y encima tenemos la conciencia como para reconocer en nuestro interior, sintonizándonos adecuadamente, lo que nos gusta de nosotros, y lo que no.
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Los mitos que verás en las próximas páginas están llenos de señales y símbolos para encontrar y reconocer dentro de tí las semillas y brotes de esos potenciales que pueden estar latiendo dormidos, o haciendo erupciones sin control en tu ser. Son los dioses y diosas que los antiguos nos legaron como un mensaje para descifrar, hoy claramente expuesto por la Lic. Dorana Carrera Ortiz y la Dra. Gabriela Paz. Es el mensaje de la metáfora, que llega en una sola emisión a todos los rincones de nuestro infinito espacio interior. Pero esto no es un libro sobre mitología, y las profesionales no buscan, a pesar de toda su sabiduría, hacer alardes académicos. Es un libro de herramientas prácticas que va a despertar en tí preguntas conducentes a despertar tus cualidades divinas, para crear tu propia leyenda en este fantástico viaje a través de la vida. Y como todo viaje que vale la pena, es un viaje que nos transforma hasta que llegamos a desconocernos. El viaje de la vida no se valora por la duración en años. Estamos vivos cuando estamos cambiando. Las herramientas por ellas desarrolladas y probadas para estimular un profundo trabajo de evolución, que se revela sanador porque en cada descubrimiento de nuestras partes ocultas estamos sanando una parte negada, son prácticas y claras. Sólo requiere recuperar la capacidad de asombro que tantas veces la socialización ha intentado asesinar, y sumarle una lectura autocrítica que nos permita equilibrar todos esos dioses y diosas que gravitan en el Olimpo de nuestras almas, peleándose, confabulándose, enamorándose y, en definitiva, co-creando con nuestra conciencia el maravilloso y complejo entramado de quiénes somos. Lo demás es cuestión de permitirnos jugar y aprender, mientras nos conocemos y nos transformamos en lo que llegaremos a ser.
Eduardo Londner Presidente de FULTENA
Claudia Miranda Directora Académica de FULTENA
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Capítulo 1
Mito, arquetipo y sanación Lunas y soles, para una nueva comprensión de lo sagrado femenino y masculino, en el tercer milenio. “Tu visión devendrá mas clara solamente cuando mires dentro de tu corazón”. Carl G. Jung
El Dr. Sigmund Freud, padre del Psicoanálisis, rescató en pleno siglo XIX, algunos desechos que la sociedad tanto científica como social, dejaba fuera del campo del sentido. Tales desechos eran los síntomas, los chistes, los actos fallidos, los olvidos y los sueños. Todo lo que para la conciencia y la voluntad del yo carecía de sentido, Freud lo rescata y le entrega una lógica…pero, eso sí, ¡inconsciente! Dicha lógica debía ser revelada, para poder rescatar la verdad sobre nuestro destino y su realizador: el deseo. Estas llamadas “formaciones del inconsciente” (los síntomas, los chistes, los actos fallidos, los olvidos y los sueños) revelan su tesoro cuando son relatadas…es decir puestas en palabras. Aquí podemos empezar a ver, el inmenso valor del relato, pues es portador de sentidos nuevos, que son ignorados por el Yo. El antropólogo Claude Levy Strauss, también en el siglo XIX, analizando las culturas de pueblos aborígenes, como como uno de los elementos para su análisis los reatos de los chamanes (sanadores - sacerdotes). En sus estudios, la pregunta de “Por qué se cura la gente con el Chamán”, adquiere una respuesta. Según este autor es la eficacia simbólica, es decir el poder de la palabra, lo que cura a los “pacientes”. Son los llamados relatos de poder, lo que devuelven la salud a quien la ha perdido.
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Las culturas antiguas utilizaban mitos (que son tomados muchas veces, desde una visión peyorativa de aquello que es diferente a nuestra cultura dominante, como relatos fantásticos o fabulas fantasiosas). La palabra mito, proviene del griego. • MITO: Significa Palabra. • LOGOS, que también significa palabra, deriva de la raíz griega que significa decir, proferir, hablar. Logos sería el acto de selección, que profiere desde la interioridad cambiante compleja, dando perspectiva. Al poner en perspectiva, tendría un camino que no es el de la experiencia originaria sino un método analítico - sintético de división y composición, separación y pre composición. La comprensión intuitiva de la realidad, relacionada con el discurso mítico, y el proceso del logos, de la racionalización, del discurso lógico, realizan un mutuo contra-sostén que declina definitivamente con el filósofo Aristóteles. La raíz MY, de la palabra mito, es común a otras palabras como por ejemplo “Místico”. Algunos autores relacionan esta raíz con el verbo Myen que significa “parpadear”. Esa chispa que se despierta en el interior de cada uno de nosotros cuando un mito nos es relatado, nos permite un abrir y cerrar de conciencia ante la luz de lo absoluto. Los mitos nos permiten establecer un puente ente lo conocido y lo desconocido, entre la vida y la muerte, o entre la muerte y la vida. Mitos que revelan verdades y al mismo tiempo velan aspectos de inconmensurable valor, ante la mirada de quienes no están preparados, es decir iniciados. Entonces, al escuchar el relato de un mito, que articula lo conocido con lo desconocido, una verdad nos es revelada. Los relatos míticos sobre Diosas y Dioses nos permiten entrar en contacto con la verdad sagrada, divina, que forma parte de nuestra constitución, ya que somos seres humanos y divinos a la vez. Existen varios motivos para la selección de los mitos de diosas y dioses (y no duendes, personalidades universales u otros). La preponderancia de los mitos griegos, en mi opinión, tiene asimismo una explicación. En primer lugar la búsqueda de lo sagrado, femenino, es algo de lo real
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que emerge en las figuras de los mitos de diosas de una manera muy particular. También lo sagrado se encuentra en los relatos de las hazañas de Dioses y Héroes, para la visión de la masculinidad. En segundo lugar la cultura griega ha sido y es fuente de las culturas de occidente, brindándonos la posibilidad de pensar en características universales y estructurales comunes a los seres humanos. Carl G. Jung, nos aporta una comprensión más clara acerca de estos mitos que activan complejos arquetípicos, los cuales habitan en nuestro inconsciente transpersonal (colectivo). Este autor refiere la existencia de arquetipos (arje: antiguo; typos: modelo, prototipo o patrón) en el inconsciente colectivo, como fuerzas dinámicas que pugnan por expresarse (mediante símbolos y signos) en la conciencia, y así conducir el destino del sujeto. La experiencia vital del ser humano desarrolla y despliega el potencial de los arquetipos los cuales, podemos decir, también que se expresan a través de proyecciones. “Hay un ejemplo de la vívida complejidad de este mundo en los arquetipos: las representaciones instintivas e intuitivas de la mitología griega. Este sistema espiritual es quizás el modelo mas altamente colectivo que aun poseemos”. Van Der Post, Laurens, Jung y la Historia de nuestro tiempo- del libro de Antonio Las Heras
De los arquetipos descriptos por Carl Jung, solamente tomaremos dos, que nos resultan particularmente interesantes porque nos permiten describir las expectativas culturales, sociales, políticas, económicas e históricas singulares en cada sujeto, para que se inscriba en el género femenino o en el masculino. • Anima: arquetipo de lo femenino, en el inconsciente del varón • Animus: arquetipo de lo masculino, en el inconsciente de la mujer. Vale decir que la perspectiva de género, (esto es: la mirada que nos permite comprender que ser mujer o varón es el resultado de una construcción e intersección de expectativas y variables, tanto personales como sociales), puede sintetizar en el arquetipo del Anima y en del Animus, lo que casa uno determina como esperable para uno u
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otro género. Estos son: Animus –arquetipo que rige lo “masculino”, la razón, la lógica, lo objetivo, lo penetrante, lo convexo, la acción, protección seguridad y sostén desde la construcción de una estructura. Su conflicto básico es el orden-desorden. El Anima- arquetipo que rige lo “femenino”, los sentimientos, la intuición, la videncia, lo creativo, lo cóncavo, la capacidad de estar en relación, la capacidad de nutrir. Su conflicto básico es entre la dependencia e independencia. La psicoanalista jungiana contemporánea Jean Shinoda Bolen, da una vuelta de tuerca sobre el postulado del maestro, agregando la perspectiva de género, y dedica una gran parte de su obra (y tarea clínica), a articular a las diosas de distintas mitologías con el modelo de lo femenino como anima también en la mujer. Lo mismo lo realizo con el animus, en el varón. Bajo esta mirada, varones y mujeres tenemos en nuestro interior imágenes de anima y animus, y podemos verlas reflejadas en los relatos míticos de dioses y diosas. A su vez podemos activarlos en nuestro interior desarrollando sus cualidades. Hoy las mujeres tenemos algunos temperamentos más fogosos, y sin embargo el carácter universal de los arquetipos descriptos por él siguen teniendo vigencia. Incluso, puesto que Anima y Animus coexisten simultáneamente en la psique de cada persona, independientemente de nuestro sexo biológico de nacimiento, cabe pensar acerca de cuál es el arquetipo que expresamos más fácilmente. ¿Cuál nos genera más dificultad? Y, ¿por qué? ¿Cómo permitimos que sea nuestra Anima o nuestro Animus? ¿Cómo rige nuestros días? De ahí que tanto varones como mujeres podamos expresar características de uno y otro arquetipo. Vale la invitación, para los caballeros, de encontrarse con lo sagrado femenino que habita en cada uno. Esto se podrá expresar como una intuición, el arte de curar con las manos, la mirada estética y artística, la capacidad de expresar los sentimientos, o se mostrará en las mujeres que los rodean: Madre, esposa, amante, amiga, novia, hermana, hija. “Dime con quién andas y te diré quién eres” , parece ser el refrán escrito para el mecanismo de proyección. Poner afuera lo que no tolero ver en mí mismo.
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Podríamos realizar el trabajo inverso, las mujeres ver con qué hombres nos rodeamos para poder ver los arquetipos masculinos que se están expresando en nuestro entorno. Ver a nuestros varones como la expresión sagrada de la divinidad, de género masculino, nos permitiría también honrarlos y potenciarlos. Otra forma de trabajar con los mitos es la identificación consciente con sus personajes para tomarlos como modelos a seguir. Esto nos sucede muchas veces al leer un libro: nuestra mirada consciente busca puntos en común con un protagonista y continúa la historia en nuestra vida real, sintiéndonos que somos ese personaje. En el camino descripto primero, la vía va desde el inconsciente hacia el consciente. En la segunda forma, vamos desde consciente al propio consciente, incluye la voluntad de la persona, y sus resultados no siempre son duraderos porque el inconsciente buscará, de todas formas, expresar su verdad esencial, y puede que esta no coincida con la búsqueda consciente haciéndola, en consecuencia, fracasar. De lo antes expuesto se comprende claramente la importancia, tanto de los mitos como de los arquetipos, que emergen en estos relatos. En mi experiencia personal y profesional, podría decir que he visto la fuerte presencia de una versión de arquetipo dominante, activo y nutrido por las experiencias de la vida de mis pacientes y asistentes a seminarios, lo cual explicaría muchos de los fenómenos, emociones, ocurrencias, valores y decisiones en sus vidas. De ahí que podríamos decir que Susy es Artemisa o que José es Hefestos. Ahora bien, cuando Susy desea otras cosas, además de conquistar objetivos y defender a los débiles (lo cual surge en ella naturalmente), necesitará revestirse de otros modelos (o versiones) del arquetipo femenino. Por ejemplo, si desea cuidar a otro maternalmente, será necesario recubrirse de Deméter, diosa madre que es representada con el cereal, para lograrlo. Su estructura de funcionamiento al estilo Artemisa utilizara los ropajes de Deméter para nutrir; y aunque la cualidad energética y lo sutil de este modelo no tendrá el mismo refinamiento, la función estará cubierta. Del mismo modo, si José desea dejar de trabajar arduamente por el dictado de su Hefestos y dedicarse a combatir por un ideal será ne-
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cesario que emplee los ropajes de Ares, dios de la guerra, para poder tener éxito. Un tema importante a destacar es que esta perspectiva de arquetipos no implica que la persona deba adaptarse a un modelo rígido. Acá no se trata de “encajar” en un modelo como el lecho de Procusto (según la leyenda, Procusto brindaba hospitalidad a los viajeros en su casa, donde les ofrecía un lecho de hierro. Si el huésped era muy largo, le cortaba las piernas hasta que encaje; y si era muy corto, lo estiraban hasta que llegara a “la medida adecuada”). Ser Diosa está muy lejos de convertirse en “la Barbie” del nuevo milenio. Ser Dios, en este contexto, es una renuncia a la soberbia del Ego, aunque muchos al escuchar (sin comprender ni resonar con ella) la palabra Dios o Diosa creen que se trata de alimentar con fórmulas huecas el Narcisismo. Ser Dios o Diosa va mucho más allá de las condiciones físicas, elecciones sexuales, país de procedencia, clase social o religión. Ser Diosa o Dios, es autoaceptación para la plenitud. Implica un compromiso personal con descubrir los dones o cualidades que cada uno tiene, así como también sus heridas o áreas de dificultad. Es tomar cada obstáculo como una oportunidad. Es decidirse a expresar aquello de singular y trascendente que cada uno es, para el más alto fin y mayor propósito. No hay Diosas o Dioses en aislamiento y paralizados mirando la vacuidad existencial. Los Dioses y Diosas de los que estamos hablando, son Seres en Acción y en Comunidad. Como las notas de una melodía, cada uno se afina al encontrar su aspecto más trascendente, pero carece de sentido si decide vibrar solo.
ALGUNOS EJEMPLOS CLINICOS • Norma, de 54 años, es una exitosa profesional, casada con hijos, Al relatarle el mito de las Diosas Deméter y Perséfone, algo cambió en ella. En ese tiempo su hija adolescente había quedado embarazada… ”El desgraciado”, refiriéndose al noviecito de la joven, “le hizo eso”. Sus sentimientos parecen contradictorios: odio al culpable de esta “barbaridad”, esperanza y alegría por el nuevo integrante familiar, fun-
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damentalmente preocupación por su hija y las vicisitudes que tendrá que recorrer. Sin embargo, al escuchar atentamente el relato del mito del rapto de Perséfone, Norma encontró la paz. En el caos de sus emociones algo se ordenó de manera diferente, algo se convirtió en cosmos. • Alejandra, joven de 31 años, en un trabajo de visualización o ensueños dirigidos basado en el mito de Deméter y Perséfone, también realiza un cambio con consecuencias significativas para su vida. Relata que al imaginarse la escena de Perséfone, raptada por Hades, el dios de los infiernos, irrumpió una imagen de un abuso sexual que había tenido de niña. Intentó que esa imagen no perturbara su trabajo, concentrándose más aún en el relato que escuchaba sobre el mito que en la imagen congelada de esa escena traumática. La Diosa Perséfone es rescatada del infierno y junto a ella también Alejandra. En el encuentro siguiente ella comenta que fue la primera vez que pudo soltar ese recuerdo tan terrible de su infancia. Días más tarde al de la realización del trabajo, su largo noviazgo se transformó en la concreción de una fecha de casamiento. Por fin el pasado había dejado de hacer carne en ella, dando espacio para lo nuevo. Especialmente a Norma el mito de Deméter le permitió comprender el profundo compromiso como madre que tenía, el que su hija había tomado como modelo de identificación. Pero, además, le posibilitó comprender la inclusión de la figura masculina HADES en la vida de su pequeña, llevándola fuera del ámbito intra familiar. Un detalle significativo es que la joven fue raptada mientras buscaba algún narciso que le reflejara una imagen de sí misma, Norma descubre que había algo que su hija necesitaba descubrir de sí misma y que estaba por fuera de la mirada materna. Fundamentalmente, creo que la sensación de paz advino con la compresión de que para que su hija siga su camino de crecimiento, era necesario una separación, al igual que Perséfone, un tiempo con Hades como Reina del Mundo subterráneo. De esta manera, cada una es dueña y señora de un reino, cada una es dueña de sí misma, aunque el lugar donde viva la hija no sea el que la madre hubiera deseado, o el que considerase más adecuado. En el caso de Alejandra, el mito de Perséfone le permitió incluir el ho-
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rror en un infierno del cual se puede salir. Rescatada de las imágenes traumáticas, la granada será el símbolo de traer del infierno las semillas del paraíso. Es a través de la contemplación de las figuras de las diosas, los dioses y de sus historias, que se nos despliega nuestra función simbólica al rescate de nuestra propia capacidad, de ser aquello que contiene el cambio, canal de une cielo y tierra, vida y muerte, espíritu y manifestación, belleza y arte, pasado y porvenir...simplemente lo sagrado en nosotros. Un modelo que suma Como las distintas mitologías nos aportan diversos matices y cada mitología es una amplia y variada cosmovisión, que explica una realidad particular para un determinado grupo humano, busque unificarlas a través de dos elementos simbólicos que se corresponden, a su vez, con un momento de la evolución de la noción de DIOS. Estos elementos son LA LUNA y el SOL. Dentro de la imagen de la LUNA y sus fases, incluyo la comprensión de LA TRIPLE DIOSA, algunos arquetipos de diosas, las distintas etapas en la vida de la mujer, las formas de vinculación que devienen de la rela-
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ción con la madre y los poderes que, según entiendo, corresponden a cada fase lunar. Dentro de la imagen del SOL, señalo algunos arquetipos de dioses, las distintas etapas en la vida del hombre, las estaciones del año, los elementos que representan períodos evolutivos de la humanidad, y los distintos desafíos que según entiendo corresponden a cada fase solar.
Un poco de historia En los finales del siglo XX en países tales como Inglaterra y Estados Unidos surgió un movimiento de Revalorización de lo Sagrado Femenino, heredero del movimiento feminista y de la búsqueda espiritual. Este movimiento plantea el retorno de la Diosa; D. Stein y Starhawk son dos de las representantes más reconocidas dentro de esta forma de vivir, pensar y fundamentalmente poner en acción este axioma fundamental: la Diosa vuelve. De la línea antropológica, Vicky Noble nos invita a rescatar la fuerza ancestral que las mujeres reconocían en su cuerpo, y que vibraba en la sangre menstrual como símbolo de vida, de fertilidad, de tierra y comunión con el cosmos.
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Otro abordaje lo aportan las psicoanalistas de línea Junguiana, como la mencionada Jean Shinoda Bolen, Mary Elizabeth Marlow y Marion Woodman. Ellas nos llevan de la mano por el camino del inconsciente, ayudándonos a reconocer los arquetipos de las Diosas de distintas culturas que habitan en nosotras, los distintos mandatos que bloquean el desarrollo de nuestro potencial. En nuestro país, Ethel Morgan ha desplegado en su libro “La Diosa en nosotras”, las distintas cualidades de lo femenino, acercando a cada mujer de una manera sencilla y práctica esta sabiduría ancestral. Para muchas de estas autoras es innegable que la diosa vuelve….pero, ¿de dónde es que vuelve? En las postrimerías del siglo XIX, los investigadores, biólogos, sociólogos, economistas, por solo citar algunos pensadores, se dedicaron a estudiar y a realizar diversas hipótesis sobre la vida en los primeros tiempos del planeta. Así fue como, un historiador, Bachoffen, basado en los elementos arqueológicos encontrados en Austria y en el sur de Francia, al observar las estatuillas de mujeres con vientres prominentes y abultados senos dedujo que los antiguos adoraban a la divinidad en su aspecto femenino. En las culturas paleolíticas, previas a la agricultura, tenían un tipo de organización social diferente al que conocemos hoy: el matriarcado. Este sistema les permitía tener roles claros que las satisfacían tanto a ellas como a los hombres de la comunidad. En dichos roles las cualidades femeninas estaban resaltadas. La comunidad estaba organizada políticamente por mujeres que cuidaban de los intereses de todos. El arte, el conocimiento de los signos del tiempo por medio de la observación de los astros, la detección de los lugares donde se encontraban frutos y animales para que los hombres recolectaran y cazaran, la sanación de los enfermos con hierbas “mágicas”, la invocación de las fuerzas de la Naturaleza, principalmente de la Tierra (hoy en el Norte tenemos la Fiesta de la Pachamama como resabio de ese tiempo). Las tierras eran compartidas, los hijos cuidados por la comunidad, y el saber sobre la procreación (según cuentan las historias) estaba guardado celosamente por las mujeres. Se guiaban por el calendario lunar, el cual refleja fielmente las fases
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del ciclo menstrual. Seguramente muchas de nuestras abuelas calculan las 9 lunas y el sexo del bebé que nacerá, con una precisión que más de un ecógrafo envidia. Pero volviendo a la historia, en esas comunidades matriarcales, en esos tiempos Dios era mujer. La madre tierra proveía, la Luna regía los ritmos, la fertilidad garantizaba la supervivencia de la especie, características muy femeninas: nutrición, ritmos, fertilidad. En ese tiempo se rendía culto a La Diosa. De la Diosa Madre Tierra, al mirar al cielo se descubre a la Luna y comienza a hacerse una genealogía…para muchos será llamada: Abuela Luna. Los pelasgos, pueblos pre-helénicos que habitaban la zona continental de lo que hoy llamamos GRECIA, creían que el origen del mundo se debía a una diosa llamada Eurynome. Esta diosa era blanca como una paloma y danzaba en el firmamento. Esta maravillosa descripción hace referencia, sin lugar a dudas, a la Luna. Al danzar generaba una corriente de aire, el viento fecundante y de ahí, en una explosión de gozo y éxtasis nace su hijo, la serpiente, Ofión. De esta pareja primordial se desprenderá toda la creación. Con el tiempo, la humanidad fue llevando su atención hacia las estrellas y al Sol. De ahí que muchas religiones antiguas hagan referencia a la importancia de las estrellas, tales como Sirio. El período de la humanidad que comprende a las religiones en que se adoraban a los astros de lo llama Estelo-Lunar, y una cultura que integra tanto esta característica como la siguiente, que es la antropomorfización de los animales, es la Egipcia. La Diosa Maat, con cabeza de gato; Anubis, con cabeza de chacal; Ra el Sol y su esposa Nut quien era el cielo de la vía láctea, para citar algunos representantes del panteón. El pasaje de la organización Matrilineal, donde la Diosa guiaba el destino de las comunidades y la línea de descendencia era dada por el vientre materno, presenta múltiples versiones y niveles. Uno de los mitos de este pasaje hace el eje en la temática del poder. Las mujeres conocían los secretos de la procreación ligados a la sangre menstrual y los ciclos. Habían decidido no compartirlo con los hombres. En esa época no había pareja monogámica y los hijos eran de la
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comunidad. Fue así como una mujer se enamoró de un hombre y decide tenerlo para sí. La forma de lograrlo, según su creencia, era darle algo muy valioso: el secreto. La furia y sed de venganza que se desató en ese hombre y en todos los hombres, hizo que decidieran matar a todas las mujeres iniciadas en los misterios sanguíneos de la sexualidad y la procreación, es decir, las que habían menstruado. A esta altura de la lectura, queda claro que cada mito que aquí se narra cumple la función de despertar a la Verdad que habita en el lector. Seguramente comienzan a surgir deseos de relacionar el mito con su vida personal o la imperiosa necesidad de escribir las preguntas que surgen de esta lectura. • ¿En qué aparto a los hombres utilizando secretos? • ¿Qué estoy dispuesta a hacer o traicionar con tal de posser al otro? • ¿Cómo es mi relación con el poder? • ¿Existen misterios o secretos en relación a la paternidad o herencias en mi árbol genealógico? • ¿A qué me ha llevado la sed de venganza? Por sólo citar algunas posibles vías de investigación personal. Otra lectura posible al pasaje de este tipo de organización al llamado Patriarcado es la explicación que nos brinda la aparición de la agricultura. Con el surgimiento de la agricultura, el hombre se da cuenta que puede conservar el grano y de ahí fabricar pan y comida durante todo el año. De esta manera deja de ser nómade en busca de alimento (animales y frutos) y puede habitar la tierra en forma estable. Con esto, rápidamente comprende que la Tierra es un bien que debe ser cuidado y conquistado. El surgimiento de los metales le permitirán defender el territorio gracias al uso de armas. Por lo tanto, dividida la tierra, se dividen las tareas, y comienza a priorizarse la fuerza, el dominio y la conquista. Estas actitudes definen lo masculino dominante. Un ´MACHO´ que domina a las mujeres pero también a otros hombres. La propiedad requiere de quien la cuide y la herede. Por lo tanto la sexualidad debe ser acotada y el vientre femenino se convierte en una
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propiedad más del señor. Comienza la línea de herencia por parte del Patter Familia, base del derecho romano. Para reflexionar • ¿Sostengo ideales patriarcales de dominio de uno por encima de otros, a través de distintas herramientas (el dinero, el poder, la fuerza, la autoridad, el éxito, el merecimiento o el cuerpo)? • ¿Discrimino a varones por considerarlos “menos” o “débiles” con respecto a otros? • ¿Quién hace “las cosas de la casa” en mi casa? ¿El hombre ayuda, o considera que también le corresponde resolver su realización? • ¿Quién “saca la basura” en casa? • ¿Quién sale al exterior del hogar? • ¿El que sale se vuelve activo y el que queda receptivo? • ¿Cómo influye eso en la valorización de las tareas? • ¿Quién gana el dinero valioso de la casa? ¿Cómo me siento frente a la diferencia de ganancias? • ¿Salgo a “ganar el mango”, o a “conquistar el éxito”?...palabras netamente guerreras, ¿verdad? ¡Cuántos planteos más surgen de todas estas aplicaciones de los relatos míticos, y de sus explicaciones político-económicas! Con el surgimiento del Patriarcado cambian también las religiones. Algunos autores señalan que con el surgimiento del alfabeto, (que implica la función lógica de seleccionar y priorizar), en oposición a la escritura ideográfica (que es holística por excelencia) el sistema de pensamiento que predomina es patriarcal. Las religiones que surgen a partir de un libro como lugar de referencia (Torá para el judaísmo, Corán para la religión musulmana y Nuevo Testamento para el cristianismo), coincidentemente poseen la figura de un varón como centro de la misma, un Dios Masculino como fuente de la creación y organización del mundo por el creado. Volviendo a la Diosa, queda evidente entonces la razón de su retorno. La cosmovisión de la Diosa, integra los aspectos físicos, psíquicos y espirituales, vuelve a surgir en nuestros tiempos para rescatarnos de la esclavitud en las que nosotras mismas nos hemos sumergido al re-
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producir en la cultura, la educación y la familia, las pautas patriarcales de dominio de unos sobre otros. El encuentro con la Diosa es un encuentro transformador, sorprendente, lleno de magia y misterios. Es un viaje al interior de nosotras mismas, es un puente que nos conecta con el cielo, que trae el pasado al porvenir. Es respeto, es amor, es feminidad, es libertad. Podemos abordarlo desde tres perspectivas: 1) Espiritual: Al considerar el lado femenino de Dios como la energía de la Diosa. Al acercarnos a culturas matriarcales (anteriores a lo que hoy conocemos como patriarcales) donde Dios era femenino, donde se veneraba la fuerza de la creación en el vientre de la mujer, donde la mujer era sacerdotisa, chamana, reina de sí misma, descubrimos el intenso poder que tenían las mujeres sin aplacar con ello a sus compañeros varones. Vemos el culto a la tierra, las esculturas de vientres femeninos redondos que representan la fertilidad. Todo este movimiento actualmente se retoma, ligado al chamanismo femenino, el cual hace culto al ritmo del ciclo menstrual similar al de la Luna (o regido por esta). Muchas mujeres se reúnen en diversos lugares del mundo, para celebrar encuentros de bendición a la madre tierra y con ello a La Diosa, y en este acto a sí mismas. Muchos grupos de mujeres católicas reconocen en parte la esencia de este aspecto femenino de Dios, en la Virgen María, un ser humano (humus = tierra) elevada a una categoría casi divina. 2) Psicológica: El concepto de arquetipo, es decir modelo, extraído de la Psicología Transpersonal de Carl G. Jung, nos permite unir mente y espíritu. Este modelo conjuga la fuerza del inconsciente colectivo que se expresa en determinado sujeto en determinado tiempo y lugar. Al igual que en la magia, un rito, un nombre y un gesto convocan a determinada energía. Interiorizarse acerca de cierto arquetipo nos conecta no sólo con sus aspectos psicológicos sino también con su energía. Otra mirada en el plano psicológico, permite entender a cada mito de diosa, como un modelo, un arquetipo con el cual identificarnos, formar o modelar a nuestro yo, en las actitudes que reconocemos como
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positivas del modelo. De esta manera podemos re-crear nuestra historia personal. Tomar de dichos modelos los aspectos positivos que nos ayudan a resolver situaciones de manera eficaz y generar las virtudes que disuelven los defectos que estos modelos tienen (recordemos que las diosas griegas repiten las características humanas y por lo tanto tienen sus defectos, pueden ser celosas, posesivas, o distantes). Esto puede ser un acto consciente y deliberado. También podemos valernos de elementos que nos ayuden en la tarea de sintonizar estas energías (esencias florales, aromaterapia, trabajos corporales, meditación, mandalas). Para comenzar, tomamos los modelos de 7 diosas griegas (Artemisa, Atenea, Hestia, Hécate, Hera, Perséfone, Afrodita). Pero también podemos trabajar con las diosas incas, aquellas de los araucanos, las mayas, hindúes, celtas o japonesas.... Las capacidades típicas de las mujeres tienen que ver con la intuición, el pensamiento simbólico, la sanación, el arte, la receptividad activa. Existe otro modelo para pensar este tema, y tiene que ver con 10 características de La Diosa, o aspectos de su energía que se expresan en las mujeres: • La Conformadora del Todo, o Creadora, crea y manifiesta, así como también destruye lo que ya cumplió un ciclo. • La Energizadora, da energía y vitalidad para los comienzos. • La Limitadora, define los límites de la experiencia. • La Protectora, defiende los límites y protege a los pequeños. • La Desafiante, confronta para el fortalecimiento. • La Iniciadora a nuevos planos de existencia. • La Liberadora del sufrimiento. • La Conectora, Maga o Tejedora, relaciona planos, personas, conocimientos. • La Nutricia, cubre las necesidades para el desarrollo y crecimiento. • La Potenciadora, que multiplica lo que hay y trae Paz. Esto permite un trabajo de autoconocimiento y de relación con los símbolos más habituales de cada una de estas manifestaciones. • ¿Notaste en tu vida el sentido orientador de alguna de estas cualidades?
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• ¿Por cuál de es tas características te reconoce tu entorno? • ¿Es esa cualidad que surge de tu corazón sin que te des cuenta y con total naturalidad? • Visualiza un laberinto, este representa una incógnita de tu vida. ¿Estás en él? ¿En qué parte? ¿Adentro, en el centro, en uno de sus corredores, a punto de salir? Frente a vos una extraña y aterradora figura femenina te amenaza con una hoz. Tu paso se detiene, tu corazón sale por tu boca, la respiración se entrecorta. Tienes muy poco tiempo para observar, decidir y actuar. ¿Qué harás? La desafiante se presenta en tu vida para ayudarte a crecer, generalmente aparece disfrazada de aquella persona que te confronta, o se enoja con vos, o te muestra tus errores. Quizás en su faceta más intrigante se acerca seduciéndote para hacerte perder tu camino o empantanarte en la adulación del Ego. Reconócela, escúchala, toma su enseñanza y continúa con tu propio proceso de crecimiento. 3) Lo corporal: el re-descubrimiento de la sexualidad. El valor de lo femenino, la Sagrada Shakti de la cual nos hablaban los hindúes, el culto al activo papel de la mujer en la alquimia de la sexualidad, tan resaltado en libros como el “Kama Sutra” y el “Tao del Amor y el Sexo”. En el antiguo medio oriente, la iniciación para la fertilidad estaba dada por el servicio de las jóvenes al templo de la diosa (principalmente Artarté, similar a la diosa Venus que conocemos de Roma). Dicho servicio consistía en el ejercicio de la prostitución sagrada. Las jóvenes se ubicaban a la vera del camino, en los desiertos inconmensurables bajo una palmera, y se ofrecían al extranjero. Este le agradecía su hospitalidad ofreciéndole regalos, para ella y para el templo. Al realizar la entrega de su cuerpo sagrado y purísimo, previamente preparado por las sacerdotisas, consagrado a la Diosa, la joven obtenía: el saber sobre la procreación, el saber sobre el arte del amor y el sexo con la promesa de la diosa de la fertilidad y algún pequeño obsequio que fuera representativo para ella. El hombre, no sólo obtenía una satisfacción sexual, en este encuentro, sino que se quitaba lo áspero del trabajo y del viaje y aprendía a asearse, perfumarse, cuidarse, reconfortarse para el encuentro íntimo con una mujer, detalles muy importantes a la hora de descubrir el camino del placer.
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La sexualidad en todo ese territorio era una vía de placer para alcanzar la iluminación, o la gracia espiritual. Algunas reflexiones: • ¿Cómo es mi relación con mi cuerpo? • ¿Me preparo para el encuentro íntimo? • ¿Qué emociones y pensamientos me provoca hoy la sexualidad? • ¿Qué lugar le doy a mi compañero/a sexual? • ¿Qué pienso de aquellas personas que buscan, o encuentran la vía sexual en más de un compañero? ¿Y si esos compañeros sexuales se cruzan en el camino cuando hay una relación “monogámica” establecida? ¿Qué pensamientos, emociones, juicios, me surgen? • ¿Qué implicancias tiene para mí que un varón seduzca y/o tenga relaciones paralelas? ¿Qué pasa si se trata de una mujer con relaciones paralelas o seducciones múltiples? • Mis ideas en relación a estos temas, ¿me abren posibilidades, me liberan; me generan más amor?
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