El TIEMPO | 3 de Noviembre 2010 | Sección E

Page 1

MIÉRCOLES

E

Edición especial por Aniversario de Independencia

SECCIÓN

3 de noviembre 2010

Los mercados capturan el alma y la esencia de los cuencanos. El colorido de los puestos y la variedad de alimentos los convierte en una de las manifestaciones populares más pintorescas de Cuenca.

DxRV


E2

E L t i e m p o • C U E N C A - EC U A D O R

1820

3 de Noviembre

2010


1820

3 de Noviembre

2010

E L T I E M P O • C U E N C A - EC U A D O R

CIUDAD

3E

La Catedral de la Inmaculada Concepción, el Parque Calderón, la Glorieta , forman parte de la Cuenca patrimonial. Edwin Tapia | EL TIEMPO

Cuenca, vivir y sentir el patrimonio Caminar por los espacios modernos y antiguos de la ciudad es introducirse en una fusión de cultura e identidad Cuenca. Al despertar el alba en cada mañana, Santa Ana de los Ríos de Cuenca muestra su belleza inconfundible, la riqueza natural, la belleza arquitectónica, el trinar de las aves, el silbido del viento, el sonido de los pasos acompasados de los peatones y el fragor inconfundible de los primeros diálogos se conjugan en la única identidad, a la Cuenca rodeada por los cuatro ríos que trae a la memoria el 1 de diciembre de 1999, cuando la UNESCO la declaró Patrimonio Cultural de la Humanidad. La voluntad del hombre que nace o viene a esta tierra ha hecho de esta urbe el espejo atrayente para consolidar los grandes sueños de verla como el lugar ideal para vivir, crear, compartir y mantener la convicción de que el querer es poder. Los sitios geográficos de nuestra naturaleza deben ser conservados porque están destinados al bienestar del ser humano. El patrimonio intangible que agrupa a las expresiones culturales de un pueblo manifestadas en las tradiciones, las costumbres, la música, la gastronomía, el folclore y las danzas populares deben ser celosamente mantenidas a lo largo del tiempo, tal como lo señala el libro Cuenca Patrimonial, publicado en el 2009.

Concepto

Caminar por las calles, plazas, museos, iglesias, casas antiguas, bares y restaurantes tradicionales, engalanados en la silue-

ta de la riqueza arquitectónica, es como enfrascarse en un ambiente heredado con carácter social. Pensar en la Cuenca patrimonial recuerda la herencia como legado adquirido. Para Fausto Cardoso el término “patrimonio”, según aproximaciones de la UNESCO, significa “Aquello que ha sido o puede ser heredado… El acto de heredar: sucesión hereditaria … Cualquier cosa entregada o recibida que constituya una posesión, una parte o porción heredada…”. Los cuencanos sienten el valor y el orgullo por lo que les representa en lo tangible e intangible. Sentir en el corazón y la mente que es una fusión alcanzada por diferentes sociedades y culturas de América Latina, manifestada de manera auténtica en el paisaje urbano, como lo expresa Cardoso. John Samaniego Pineda EL TIEMPO - CUENCA

Una ciudad para quedarse más tiempo “Opinar sobre una ciudad, viviendo en ella, es un compromiso, pero al mismo tiempo una gran oportunidad. Claudio Malo dijo que la urbe ha conjugado bien lo urbano con lo rural. Y sumamos que en el plano de la vivencia humana, es posiblemente, la más democrática del

país. Filosofamos a menudo y en todos los ambientes citadinos. Los extranjeros que nos visitan, y a quienes en varias ocasiones he preguntado sobre su experiencia, se fascinan por la facilidad con la que los y las cuencanas nos integramos a ponderar las bellezas, que

luego son fácilmente comprobadas, amén de nuestros pequeños inconvenientes que los lavamos casa adentro”, comenta el comunicador Romel Berrezueta. “Para los cuencanos, no hay ciudad más linda, por su gente y sus costumbres¨.

Atractivo

El pan de los hornos de leña, delicia única La familia Torres disfruta de un día de sol en el parque El Paraíso, cerca al río Tomebamba.

Naturaleza

El verdor de los campos en todo su esplendor Cuenca. Los cuencanos tienen gran sa-

tisfacción en tomar un relax o una placentera caminata por los espacios verdes de la urbe morlaca. Las orillas de los ríos protegidas desde hace algún tiempo constituyen un espacio predilecto para la amena charla entre amigos o en pareja, acompañados de un esplendoroso sol matutino o las llamativas luces multicolores que iluminan las riberas del río Tomebamba en una noche cualquiera. “La ciudad bien puede gloriarse de ser propietaria de un bello espacio natural, donde crecen hermosos ejemplares de árboles que hoy constituyen valiosos tesoros patrimoniales. El clima primaveral favoreció a que, una vez instalados los españoles, llegaran del viejo mundo nuevos tipos de plantas y árboles que recordaban los jardines ibéricos y que empezaron a convivir con preciosos ejemplares autóctonos. Algunas de estas especies se aclimataron muy bien provocando que Cuenca adquiera en el futuro una biodiversidad botánica impresionante, compuesta de árboles y arbustos apreciados hasta hoy con suma admiración”, manifiesta en el libro Cuenca Patrimonial, el escritor Diego Demetrio Orellana.

Sector residencial

Iniciar un paseo a cualquier hora, donde las viviendas presentan un cuadro llamativo en su estilo arquitectónico, cubiertas algunas por una espesa vegetación de las hojas de yedra, conjugan la belleza única entre la naturaleza y el arte plasmado en la piedra y el ladrillo. El amor que ofrendan las mujeres por la naturaleza viva hace que las plantas de diferentes denominaciones, formas y colores engalanen los balcones del Centro Histórico, villas residenciales, edificaciones públicas y privadas, dejando de convertirse en seres inertes para llenarse de vida y esplendor radiantes, propios de los habitantes de la Atenas del Ecuador. (RET) D ATOS

Ciudad histórica

En el 2008 la revista National Geographic ubica a Cuenca en el puesto 48 entre las 100 ciudades históricas.

Destino turístico

En 2009, International Living la declaró como el primer destino del mundo que prefieren las personas.

Cuenca. Cuando de arte culinario se

trata están invitados a saborear lo dulce y salado al estilo especial de la comida morlaca, que a cualquier visitante foráneo le obliga a volver otra vez. En el barrio Todos Santos trabaja por más de 30 años Augusto Tenemea, nacido en Santa Isabel y cuencano de corazón, quien hornea pan en los tradicionales hornos de leña, cuyo sabor y delicia únicos han atraído a varias generaciones de familias cuencanas. Del horno extrae panes de huevo, rodillas de Cristo, pan blanco, empanadas de dulce y sal, chuchonas de dulce. Para épocas especiales como Carnaval, Navidad y fin de año se acompaña el dulce de leche, durazno e higos, únicos en su sabor; no hay cuencano que haya dejado de venir por las panaderías tradicionales, comenta Tenemea.

Anécdotas

La calle Mariano Cueva que conduce al sector de las panaderías tradicionales es la muda testiga de anécdotas vividas en cada uno de los eventos del año. Las madres con sus hijas es casi seguro que regatearon con el primer dueño de la panadería el precio de 50 o 100 panes para sevirse con los infaltables dulces de higo, durazno, pera, membrillo, tradicionales frutos de nuestra tierra en los días de Carnaval, comenta en tono amable Tenemea. Y es que el pedido del delicioso pan no

solo estaba presente en las fiestas importantes como el Día de la Madre, Día del Padre, Navidad, Fin de Año. Los pedidos también tenían lugar para pequeñas ceremonias, un cumpleaños de la hija o el hijo o para el café de la tarde para disfrutar entre amigos o simplemente para dar la bienvenida con tradicionales dulces y bocaditos al ilustre visitante extranjero. Las familias cuencanas se han destacado a mucho honor por buenos anfitriones y hospitalarios con los visitantes que se han quedado embrujados con el toque exquisito de la cocina cuenca, patrimonio inmaterial.


E4

E L T I E M P O • C U E N C A - EC U A D O R

1820

3 de Noviembre

2010

VIVENCIAS

Los esposos Griselda Vargas y Manuel León caminan lentamente en su querido parque San Blas. Diego Cáceres | EL TIEMPO

“A Cuenca se entra con la vista baja y con el sombrero en la mano” Son gente sencilla nacida en esta ciudad, que nunca salió de su tierra en busca de fuentes de trabajo. Se consideran cuencanos de pura cepa Cuenca. Sentado sobre un tarro metálico, con un cartón que sirve de cojín, Manuel León Viñanzaca, todos los días observa el amanecer y atardecer cuencano, desde el umbral de la puerta de su tienda, ubicada en la esquina de las calles Bolívar y Manuel Vega, en el corazón del tradicional barrio San Blas. A sus 85 años, recuerda con nostalgia su niñez y juventud que transcurrió en medio de una ciudad apacible, cuando la empedrada calle Bolívar era la puerta obligada de políticos en campaña para sus entradas a la ciudad.

Recuerdo

La memoria le lleva a la década de los 50, cuando llegó a esta ciudad el candidato a la presidencia de la República, Carlos Guevara Moreno, quien para iniciar una marcha hacia el Parque Calderón pronunció “A la carga”, frase que en lugar de animar a los simpatizantes les asustó, porque creyeron que se trataba de una batalla y se dispersaron. Días después estuvo en la ciudad otro candidato, Ricardo Chiriboga, quien se había enterado de la desacertada frase de Moreno, y para ganarse la simpatía de los cuencanos expresó “A Cuenca se entra con la vista baja y con el sombrero en la mano”. Frase que se ajustó al cariño y amor que

siente don Manuel por su tierra que nunca pensó dejarla por otra ciudad, pese a haber tenido la oportunidad de salir al exterior. “A mi Cuenca no la cambio por nada”, dice al referirse a la época de la conscripción que cumplió en un cuartel de Quito, en donde por cosas del destino conoció a la familia de un embajador norteamericano, que le quería llevar a los Estados Unidos para que trabaje como jardinero, pero más pudieron los recuerdos de su Cuenca y el amor por Griselda Vargas, para volver a su terruño.

Espera

Las horas pasan, se muestra impaciente porque su compañera de toda la vida está ausente, dice que se fue a compartir una mañana recreativa con un grupo de la tercera edad al que pertenece. De pronto se pone inquieto, es que la ve llegar a paso lento, apoyada en un bastón, va a su encuentro y le ayuda a sentarse en una silla de madera. Desde la equina de su tienda, juntos contemplan el movimiento en el parque San Blas y el paso de la gente que con su trabajo engrandecen la ciudad, a la que define como un pedacito de cielo en la tierra.

Armando Suquisupa Quezada EL TIEMPO - CUENCA

Tradición

El herrero Carlos Calle da forma de lanza a una varilla calentada al rojo vivo en la fragua.

Empanadas de viento recorren la ciudad Cuenca. Se las ve sentadas junto a las puertas de los templos, vestidas con delantales y gorras blancas, ofreciendo las exquisitas empanadas de viento a los fieles católicos que acuden a adorar al Santísimo.

Costumbre

Oficio

Un herrero querendón de su tierra cuencana Cuenca. “Por tus cholas buenas mozas, y tus longos bien plantados, por tus cuyes bien asados, y el mote pelado. Por eso, por eso, por eso te quiero Cuenca”, tararea sonriente Carlos Calle Cabrera, al ser consultado de por qué le gusta vivir en Cuenca.

Herrero

Él es uno de los pocos maestros de la forja, que aún quedan en el barrio Las Herrerías, ubicado al sureste de la ciudad. Cubierto la cabeza con un gorro de lana, los anteojos apoyados en la punta de la nariz, golpea firme con un combo a una varilla al rojo vivo, para darle la forma de lanza, que será utilizada en una verja. El calor que emana la fragua, más el esfuerzo físico, hacen que la transpiración baje por el rostro convertida en gotas de sudor. “Esto es así, me retiro unos 50 centímetros de la boca de la fragua y me refresco en el friecito que hace”, dice refiriéndose al clima de Cuenca, que para él es el ideal para trabajar. Relata que por su habilidad en mol-

Cuenca me ha dado todo, y debo darle todo de mí para que siga creciendo”

Ellas son las hermanas Ana, Rosa y Teresa Fernández Maldonado, quienes heredaron de sus padres esta actividad, que durante el Jubileo de las Cuarenta Horas es su principal fuente de trabajo. Con humor dicen que les conocen como las “Palomas Anunciadoras”, porque están enteradas en qué iglesia es la próxima exposición del Santísimo. Califican a los cuencanos como gente amable, razón que les motiva a seguir trabajando con esmero para ofrecer una golosina, que con el paso del tiempo se ha convertido en un ingrediente indispensable en la tradición católica de visitar al Santísimo.

Manuel León Viñanzaca. Ciudadano

dear al hierro, hace unos 40 años un empresario guayaquileño le contrató para fabricar tanques de acero inoxidable, trabajó un día y al siguiente retornó porque no soportó el sofocante calor, y desde aquella vez nunca más se aventuró en otras tierras. Dice ser un cuencano de pura cepa, nacido hace 68 años en una casa de adobe y teja construida en la calle Las Herrerías, frente a la iglesia de El Vergel.

Añoranzas

Entre sus recuerdos de juventud están las acequias en los costados de la calle en la que su vecina María Cruz lavaba el azufre de los sombreros de paja toquilla. Añora la época en la que las aguas del río Tomebamba eran cristalinas, ideales para la pesca de bagres. Extraña el tropel de los caballos que se acercaban por la polvorienta calle para el cambio de herraduras. Está conciente que son cambios propios de la modernidad, pero que las nuevas corrientes nunca superarán a la fuente de inspiración de Enrique Ortiz Cobos, cuando escribió la canción Por eso te quiero Cuenca.

Mi ciudad es única, bella con sus ríos, montañas y un clima envidiable ” Carlos Calle Cabrera. Herrero

Gracias a los cuencanos he podido ganarme la vida vendiendo empanadas” Rosa Fernández. Ama de casa

Rosa Fernández fríe las tradicionales empanadas de viento para ofrecer a los feligreses que salen del templo La Trinidad, en Racar.


1820

3 de Noviembre

2010

E L T I E M P O • C U E N C A - EC U A D O R

5E

TRADICIÓN

Los cuencanos son religiosos por esencia Algunas de las prácticas más fuertes de los habitantes de la urbe se derivan de la transculturización y el mestizaje Cuenca. El Pase del Niño es el quinto río de Cuenca, decía Antonio Lloret Bastidas. Al proyectar esa comparación, el escritor cuencano hacía alusión a la masa de fieles que acude cada año a venerar la imagen del Niño Dios la víspera de Navidad. Ríos de gente. Ríos de fe. Las expresiones desplegadas en esa fiesta popular son solo una muestra de cómo el cuencano vive su religiosidad: con alma, vida y corazón. Por eso, de aquel sincretismo religioso se desprenden tradiciones y costumbres fuertemente arraigadas, algo que, pese al actual proceso de globalización, los hijos siguen heredando de sus padres a rajatabla. Por eso, dejar la cama en el crepúsculo de la madrugada para rezar el rosario y luego ir a misa es la primera acción de cada día –especialmente- de las abueli-

tas. O darse de aros y más tarde contraer matrimonio a lo grande, con traje, fajín, vestido blanco y una mega fiesta es la ilusión de los novios. Y más tarde, cuando padres, vivir con plenitud el bautismo, la primera comunión o la confirmación de los chicos. Según Humberto Chacón, sociólogo cuencano, estas prácticas son producto del proceso de colonización española (…) “Son fuertes tradiciones de los cuencanos y vienen de manera primordial de la religión católica. El evento del matrimonio tiene prácticas complementarias de carácter pagano como la fiesta, que tiene fines utilitarios y de alianzas sociales”, argumenta Chacón. El caso de Nataly, de 27 años, corrobora la cita de Chacón. Ella trabajó y estudió en Madrid desde 2003. Cinco años más tarde no tuvo empacho en renunciar a su trabajo y regresar a Cuenca para cumplir uno de sus sueños: casarse de blanco frente a sus padres y amigos.

Miles de fieles asisten cada año al tradicional Pase del Niño.

En el ámbito de la liturgia, la historia de Regina Mendieta denota la vida concebida desde la fe. Desde hace 15 años, a las 07:30 de cada día, esta ama de casa tiene una cita con Dios. Ese encuentro empieza a suscitarse a las 05:30, cuando deja su cama y cubre su cuerpo con una chalina de seda y se dirige a la iglesia de San Alfonso. Napoleón Almeida, antropólogo cuencano, asegura que más allá de su sincretismo religioso el cuencano no debe ser concebido como alguien conservador. “El cuencano se ha ganado gratuitamente el título de conservador, pero creo que más bien es alguien revolucionario porque guarda su patrimonio”, sostiene Almeida. Agustín Reinoso Ormaza EL TIEMPO - CUENCA

Sociedad

El Parque Calderón fraguó costumbres

El cuencano no es conservador, es revolucionario porque guarda su patrimonio”. Decenas de jubilados ocupan diariamente los espacios del Parque Calderón.

Cuenca. Todos los cuencanos tienen

su lugar en el Parque Calderón, pero aquel que ocupa el jubilado es especial. Es una costumbre de años. Cada mañana, desde hace décadas, decenas de adultos mayores copan varios espacios de la plaza. Entre las 08:30 y las 12:30 los cuadros se suceden religiosamente. Los jubilados se prestan al encuentro con los amigos impecablemente vestidos. Llegan ataviados con boinas de tonos oscuros, con corbatas, chalecos, trajes. Arriban al parque con pasos lánguidos pero elegantes, discretos, sobrios. Llegan ávidos por desempolvar historias, de evocar los amores de antaño, de regresar al pasado.

Historia

Manuel Reino Villacís, de 73 años, dice que él y sus amigos encuentran en el parque una cuota más de paz para sus vidas. “Todos los días vengo acá antes de recoger a mi nieta Pamela de la escuela, ya es una costumbre; hago un recorrido por las esquinas y luego me

Napoleón Almeida ANTROPÓLOGO

siento porque aquí se siente una especie de paz y tranquilidad”, dice Manuel tras hacer una pausa a la lectura del periódico, otra de las actividades de cada mañana. Manuel recuerda, asimismo, que sus paseos por el parque empezaron a los cinco años. “Desde esa edad mi padre ya me traía a pasear por aquí; él también se encontraba con sus amigos en estos mismos espacios”, señala. Hoy Manuel lleva al parque a sus nietos. Cuenta que compartir con ellos la paz que experimenta allí es parte vital de su estilo de vida. Según Humberto Chacón, esta costumbre nació de la necesidad del adulto mayor de generar un espacio de diálogo generacional. “El Parque Calderón es tan adulto mayor como los adultos mayores que lo visitan. Este espacio cobró vida y esta costumbre se creó desde el primer día que ellos empezaron a llenarlo. Allí se han ido cuajando un sinnúmero de experiencias de vida a través de los años”, argumenta el sociólogo cuencano.

La mujer cuencana ha cuidado siempre la espiritualidad de la familia”. Humberto Chacón SOCIÓLOGO

Todos los días me siento un ratito en el Parque Calderón; se siente paz”. Manuel Reino (73 años) CIUDADANO CUENCANO

Cada mañana, muchas amas de casa hacen sus compras en el mercado Diez de Agosto.

Hábitos

La visita al mercado, todo un rito Cuenca. Ponchito para el frío, canastilla y sueltos.

Sin eso, muy difícilmente el ama de casa hará las compras en cualquiera de los mercados de la urbe. Esa clásica actividad mañanera significa otra de las fuertes costumbres de los cuencanos. Son las 10:15 de un miércoles cualquiera y Lucrecia Saltos recorre atareada los pasillos del mercado Diez de Agosto. Mientras busca afanada un poco de lechuga, tomate y arvejas para “completar el almuerzo”, Lucrecia recuerda que su primera visita a uno de estos recintos se dio después de una semana de haber contraído matrimonio con Rigoberto. “Llevo 37 años comprando en los mercados del centro, lo hago desde que me casé, en cambio cuando era niña y adolescente acompañaba a mi madre a la plaza”, dice. Como ella, miles de cuencanos acuden cada día a los mercados de la ciudad, cuyos espacios han resultado históricamente una parte esencial de sus quehaceres cotidianos.


E6

E L T I E M P O • C U E N C A - EC U A D O R

1820

3 de Noviembre

2010

IDIOSINCRASIA

El cantado, sello de identidad y tradición de los cuencanos

Cuenca. “Habla mi cholo, a los tiempazos que te dejas ver. Si oye, es que vos sabes el camello y las guaguas ya quitan la bola de tiempo. Y cuando nos vamos a farrear. Ahorita, no, chendo, yo te llamo para darle al goce...” Este diálogo entre Eduardo y David es una muestra de la tradición oral que emplean muchos cuencanos al entablar una conversación cotidiana, en la cual no puede faltar el popular cantadito, que simboliza el timbre de identificación de los morlacos. Varios ciudadanos coinciden que no se puede negar la identidad cuencana reflejada en su manera de hablar, ya que se vuelve única y representativa, más aún cuando se combina con su particular entonación. “Sólo un cuencano entiende a otro cuencano y más cuando se lo escucha hablar en televisión o en la radio, ese es el momento para darnos cuenta que nuestro dialecto se torna inconfundible”, comenta Lorena Mora, una ciudadana que siente orgullo por su identidad oral y que no necesita clases de idioma para comunicarse mejor. Con el tiempo se incrementaron los dichos y términos, mientras que otros fueron desapareciendo, y aunque éstos no hayan sido registrados en la Real Academia de la Lengua,

las generaciones morlacas se encargaron de almacenarlas en su archivo coloquial.

Frases y dichos populares

Hay quienes todavía utilizan frases como Me fui de Herodes a Pilatos, dejaraste ver o haura siii se armó la del San Quintín. Dichos que suelen escucharse en las conversaciones de los adultos y escasas veces en los jóvenes. La entonación o el llamado cantado cuencano junto con los modismos, forman parte de la reliquia lingüística de la ciudad, que con el paso del tiempo se ha incrementado en las frases y los diálogos sobre todo de los jóvenes. En las escuelas, los colegios, mercados, entidades municipales, locales comerciales, universidades, entre otros sectores es común escuchar términos como: bueno fuera, es un cuy de vivo, a cómo las papas, me hice la foca, que caldo, tengo la bola de novias, hecho cera, está garísima, entre otros. Hay quienes dicen estar orgullosos de su dialecto, pues forma parte de la idiosincrasia cuencana y de una tradición que se lleva en el alma. Johana Ochoa Aguirre EL TIEMPO - CUENCA

Varios jóvenes de la Universidad del Azuay manifiestan que el cantado cuencano es el orgullo morlaco. Diego Cáceres | EL TIEMPO

Hay quienes todavía recuerdan con entusiasmo las palabras que desataron risas al entablar un diálogo con un quiteño o un guayaquileño

Característica

Palabras que nacen del ingenio popular

En cualquier lugar el cuencano siempre será reconocido por su léxico”.

La gente adopta términos del habla coloquial. En los mercados el uso de términos costumbristas es evidente.

Cuenca. Pablo Sánchez, oriundo de Pi-

ñas decidió vivir en Cuenca por cuestiones de estudios. Al relacionarse con sus compañeros le resultaba agradable e interesante escuchar cada conversación, manifiesta que el cantado cuencano le da ese toque especial que el resto de ecuatorianos no lo tienen. “Poco a poco he adoptado algunas palabras en mi vocabulario, me gustan ciertos términos que suenan diferente y muy original”, menciona Sánchez.

Modismos

La gracia y las palabras que nacen del ingenio popular del pueblo están presentes en los modismos cuencanos, como una interesante faceta idiomática, llenos de humor y tonos animados. Los tradicionales dichos cuencanos forman parte de la versatilidad conceptual de un idioma, como símbolo de su riqueza y vitalidad en su vocabulario. Entre los términos y palabras más comunes que suelen escucharse a diario están: De ley, hijue pato, no seas muco, no hay chance, acolita a ver a la pelada,

Julio Guillén ESTUDIANTE

me quedé chiro, le sacamos el aire por alevoso, ese man es un trucha, le pegué un quiño, ese sapo, entre otros.

Orgullo cuencano

El léxico de los cuencanos se convierte para muchos en la lectura de un espacio cultural, varios ciudadanos se sienten orgullosos de poseer una identificación a través de su lenguaje. El catedrático Felipe Aguilar es uno de ellos, quien asegura sentir amor y afecto especial por la ciudad que lo vio nacer y posiblemente morir, lo que da como resultado su cariño por cada cosa que lo identifique como cuencano. Para Aguilar, el ciudadano que reniegue su dialecto, está negando sus raíces y su identidad, ya que el habla, los dichos cuencanos y el cantado forman parte de la tradición oral ecuatoriana. “La parte esencial para encontrar nuestra idiosincrasia es el habla cuencana, acompañado de su cantado, que debe ser mantenido en su esencia, porque permite diferenciarnos de otros”, menciona Aguilar.

El dialecto cuencano representa su identidad, que sólo en Ecuador está”. Avigail Albarracín CIUDADANA

El cantadito es parte de la idiosincrasia; debemos sentirnos orgullosos”. Verónica Moreno PROFESORA

La gracia y la creatividad para adquirir nuevas palabras ha llevado a los jóvenes a tener cariño por su dialecto.

Términos

La adquisición de los modismos cuencanos Cuenca. El lenguaje español, en lo que se refiere a su

léxico, es una lengua muy rica y expresiva. La lengua de los cuencanos y azuayos se nutre del caudal hispánico, de la creatividad propia, de la contribución diaria de nuevas combinaciones lingüísticas y de los aportes de las lenguas aborígenes propias del lugar como el cañari y el quichua. Con estos aportes el cuencano ha incrementado su lenguaje adquiriendo nuevos términos y palabras que actualmente son utilizadas por la mayoría de los jóvenes. Varios términos que los cuencanos escuchan y repiten a diario, parten de la plasticidad del español morlaco y la presencia de los quichuismos, que son usados en diferentes estratos de la sociedad. Sin duda una infinidad de términos han pasado por diferentes generaciones, otras ya ni se pronunciarán, pero lo que probablemente no cambiará es el cantado cuencano.


1820

3 de Noviembre

2010

E L T I E M P O • C U E N C A - EC U A D O R

7E


E8

E L t i e m p o • C U E N C A - EC U A D O R

1820

3 de Noviembre

2010


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.