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Retrato Proteico Proteic Portrait Marta de Menezes
Retrato Proteico / Proteic Portrait. Marta de Menezes
14:43
PLP 09
10/2/09
MEIAC
AF_PLP09_cubierta_100209:PLP_cubierta
PLP 09 Post-Local Project
MEIAC, Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo
Retrato Proteico Proteic Portrait
Retrato Proteico Proteic Portrait Un proyecto de/A project by Marta de Menezes Comisariado por/Curated by Inês Moreira
PLP 09 Post-Local Project
MEIAC, Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo
Retrato proteico, un retrato de grupo Proteic Portrait, a conversation piece Inês Moreira
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Retrato Proteico 11 Proteic Portrait 16 Marta de Menezes Instalación en MEIAC/Installation at MEIAC 21 Memoria descriptiva y técnica/Technical description Imágenes de la exposición/Installation views 25 Conversación con Marta de Menezes 57 Intercambio de impresiones con Yvonne Jones Inês Moreira
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A conversation with Marta de Menezes 74 Exchanging a few impressions with Yvonne Jones Inês Moreira
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A través de un nombre: Sobre Retrato Proteico de Marta de Menezes Through a name: Proteic Portrait by Marta de Menezes 102 Luís Quintais Folding mArta 111 Folding mArta (english text) Nuno Micaêlo
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Vídeo-documentos del processo de investigación 115 Video-documents of research process Currículum 123
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Processo documental Lab book 6
Retrato Proteico, un retrato de grupo Inês Moreira, comisaria del proyecto Retrato Proteico es un proyecto artístico en el que la artista Marta de Menezes se retrata a través de diversos media. Su autorretrato artístico se sirve de medios tecnológicos y de conocimientos de las ciencias biológicas en su proceso de materialización. Es un proceso de exploración e investigación que, como en otros proyectos de la autora, atraviesa la creación artística, las convenciones de la historia del arte y los procesos técnicos, los lenguajes y las convenciones gráficas de la ciencia y la tecnología. MARTAISAVELSWVRALRIVEIRDEMENESESDASILVAGRACA es la traducción de su extenso nombre en una secuencia de aminoácidos que forman una proteína: mArta. El nombre incluye su nombre propio y el de la familia directa (padre, madre) junto con los apellidos por afinidad (marido), y es ya un retrato de la artista, de la historia en que nació y de las historias que creó en su vida. En sus proyectos “extended family” y “nuclear family” surgía ya la idea de una historia situada en la biología y en las relaciones humanas y afectivas que se dan cita en su vida. Aquí, es el nombre familiar –una convención cultural– el que establece un interface con la micro-escala biológica. La descripción de una nueva proteína con su nombre –basada en la convención científica– es la membrana que dobla la estructura de la proteína mArta y proporciona los diversos marcos que componen este retrato. Al producir la proteína mArta, la artista Marta se retrata en una compleja red de relaciones personales, con entidades y con instituciones que identifican las interioridades de las que forma parte, retratando también aquello que forma parte de sí misma. El proyecto sigue un protocolo claramente científico, afirmado con un lenguaje positivista: en busca de la estructura molecular de la nueva proteína creada artificialmente y que la retrata a través de su extenso nombre luso. Marta de Menezes lo explica: “el retrato proteico solo estará completo cuando la estructura de mArta sea descubierta”. Al definir un término, el retrato se expande en el tiempo: mArta (la proteína) podrá no ser descubierta nunca (la base experimental del proyecto incluye la posibilidad de error), y Marta puede ser siempre retratada en otras historias, con otros media y en otra situación. Estas contingencias forman parte del proyecto y
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lo definen como un work in progress con diferentes materializaciones, todas ellas temporalmente contemporáneas. Tomando como objetivo un retrato proteico, el proyecto sobrepasa ampliamente los protocolos de su realización en laboratorio, pues incluye diferentes participantes, métodos y lenguajes. Si el protocolo y el lenguaje del retrato proteico pertenecen a la ciencia, los procesos y el pensamiento sobre el proyecto pertenecen, claramente, al universo estético y a la reflexión teórica. El retrato proteico experimenta qué es un retrato, escribe una nueva biología e inscribe de nuevo las biologías en el campo social –en su proteína artificial están presentes las historias de varias familias, grupos y amigos, que han colaborado durante meses y la han hecho retratarse. Es también un retrato de grupo, una conversation piece en la tradición inglesa, porque este retrato de Marta de Menezes nos presenta a mArta y a Marta en su ambiente informal y cotidiano, rodeada de aquellos que colaboran y forman parte de su proyecto. Llamarlo proyecto colectivo puede ser exagerado. Para denominarlo proyecto restrospectivo es todavía pronto, al ser una artista aún joven. Sin embargo, este proyecto está constituido por el proceso de su acción, e incorpora diversos agentes, talleres, laboratorios, geografías, disciplinas y tiempos. También vemos retratada a Marta de Menezes en este ambiente de discusión, debate y colaboración: su red de residencias, en su laboratorio y en la rpogramación cultural que empieza a desarrollar. La exposición Retrato Proteico de Marta de Menezes en el MEIAC de Badajoz consta de una instalación tridimensional que espacializa los múltiples retratos producidos en el trayecto para encontrar mArta, la proteína creada con células vivas de Marta, e incluye fotografías, textos y correspondencia policopiada, vídeos y diferentes imágenes científicas y objetos del proceso que ha permitido visualizar mArta, invitando a una experiencia íntima con el proyecto de Marta de Menezes.
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Proteic Portrait, a conversation piece Inês Moreira, project curator Retrato Proteico is an art project in which the artist Marta de Menezes portrays herself using different media. Her artistic self-portrait employs technological media and knowledge from biological science in the creative process. It is an investigation and research process which, like other projects by Marta de Menezes, combines artistic creation, the conventions of art history and technical processes, and the languages and graphic conventions of science and technology. MARTAISAVELSWVRALRIVEIRDEMENESESDASILVAGRACA is the full translation of her name in a sequence of amino acids that form a protein: mArta. The name includes her own maiden name and those of her immediate family (father, mother), plus her married name (her husband’s family name) and it is already a portrait of the artist, of her background and the history that has shaped her life. In her projects “extended family” and “nuclear family”, she already alluded to the idea of a history seated in biology and the human and affective relationships that occur in her life. Here, it is the family name – a cultural convention – that establishes an interface with the biological micro-scale. The description of a new protein with her name – based on scientific convention – is the membrane that duplicates the structure of the mArta protein and confers on it the various frames comprising this portrait. To produce the protein mArta, Marta the artist portrayed herself in a complex network of personal relationships, with bodies and institutions that identify the internalities that she is party to, also portraying what is part of her. The project follows a distinctly scientific protocol, stated in positive language: in search of the molecular structure of the new artificially-created protein which portrays her through her long Portuguese name. Marta de Menezes tells us: “the proteic portrait will only be finished when the true structure of mArta is uncovered.” As an ending is defined, the portrait is expanded in time: mArta (the protein) could never be discovered (the experimental basis of the project includes the possibility of failure), and Marta could always be portrayed in other histories, in other media and in another situation. These contingencies are part of the project and define it as a work in progress with different manifestations – all of them temporarily contemporaneous.
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Having as its objective a proteic portrait, the project easily goes beyond the protocols governing its realisation in the laboratory, and includes its various participants, methods and languages. If the protocol and the language of the proteic portrait belong to science, the processes and the thinking behind the project belong, clearly, to the world of aesthetics and theoretical reflection. The proteic portrait experiments with what is a portrait, writes a new biology and rewrites biology in the social sphere – the stories of various families, groups and friends during months of collaboration and making of the portrait are included in its artificial protein. It is also a group portrait, a conversation piece in the English tradition, in the sense that this portrait of Marta de Menezes shows us mArta and Marta in her informal, everyday environment, surrounded by those who collaborated with her and form part of her project. To call it a collective project is perhaps an exaggeration. To call it a retrospective project is also premature for such a young artist. However, this project does comprise the creative process, and incorporates different actors, workshops, laboratories, geographies, disciplines and timings. It is in this atmosphere, of discussion, debate and collaboration that we also see Marta de Menezes portrayed: in her network of residencies, in her laboratory and in the cultural agenda she has started to develop. The exhibition of the Proteic Portrait of Marta de Menezes at MEIAC in Badajoz is a three-dimensional feature that spatialises the multiple portraits produced in the course of finding mArta, the protein created with Marta’s living cells. It includes photographs, texts and duplicated correspondence, videos and various scientific images and objects from the process that enable the viewing of mArta, allowing for an intimate experience with Marta de Menezes’ project.
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Retrato Proteico Marta de Menezes Autorretrato que consiste en la creación de una proteína artificial nueva, la proteína mArta; en la búsqueda de la estructura tridimensional de mArta; y en la creación de una escultura basada en esa forma recubierta con células vivas de la artista.
MARTAISAVELSWVRALRIVEIRWDEMENESESDASILVAGRACA
Resumen El proyecto Retrato Proteico/Proteic Portrait pretende explorar la intersección entre arte y biología mediante la adaptación de técnicas modernas de biología molecular a la producción de obras de arte. El objetivo del proyecto consiste en crear un autorretrato utilizando proteínas cómo artmedium. El autorretrato es una escultura que representa la estructura molecular de una proteína, la proteína mArta, cuya secuencia de aminoácidos corresponde al nombre completo de la artista, según el convenio científico de designación de los aminoácidos. El proyecto constituye en sí mismo una experiencia al permitir la colaboración entre la artista, los científicos de los laboratorios implicados, la comisaria y el museo durante la producción del objeto para la exposición. De este modo se lleva a cabo una búsqueda de procesos a través de los cuales las colaboraciones entre el arte y la ciencia confluyen en el desarrollo de ambos campos.
mArta En los últimos años, los genes y la genética han captado la atención de nuestra sociedad. Varios artistas, entre los cuales me incluyo, han creado obras directamente inspiradas en la investigación de la genética. Sin embargo, la biología moderna es una fuente inagotable de oportunidades para los artistas de la
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genética. Las proteínas adquieren una importancia destacada en este momento en el que el estudio del proteoma humano (el conjunto de todas las proteínas del organismo) sustituirá al esfuerzo productivo de secuenciación del genoma humano (el conjunto de todos los genes del organismo). El impacto del estudio de las proteínas en la sociedad será incluso mayor en los próximos años. Por consiguiente, la estructura tridimensional de las proteínas puede ser una fuente lógica de inspiración para los artistas. La exploración de una base de datos de estructuras de proteínas gracias al uso de equipos para la visualización tridimensional evoca una respuesta similar a la observación de esculturas en una galería de arte. En Retrato Proteico/Proteic Portrait intento aprovechar las oportunidades visuales que ofrece la biología estructural utilizando las proteínas como medio de expresión artística. Las proteínas son secuencias lineales de aminoácidos. En su composición pueden estar representados 20 aminoácidos distintos, que los científicos representan usando letras (el llamado código de una letra –one-letter code–). De este modo es posible utilizar este convenio para diseñar una proteína cuya secuencia de aminoácidos corresponda a un nombre. Sin embargo, las configuraciones tridimensionales interesantes se obtienen a partir de secuencias con una determinada longitud: las proteínas muy cortas (péptidos) adoptan unas configuraciones lineales escasamente interesantes. Por consiguiente, mi nombre artístico –Marta de Menezes– es demasiado corto para generar una configuración interesante. Afortunadamente, los portugueses tienen normalmente unos nombres largos. La proteína mArta corresponde pues a mi nombre completo, con algunas modificaciones por el hecho de que sólo existen 20 letras para los 20 aminoácidos distintos: MARTAISAVELSWVRALRIVEIRWDEMENESESDASILVAGRACA Gracias a las bases de datos informáticas, pude confirmar que no existe en la Naturaleza ninguna proteína que haya podido ser identificada hasta el momento con esta secuencia de aminoácidos. De hecho, incluso pueden identificarse las proteínas más similares a mArta. También pueden utilizarse ordenadores para prever las posibles configuraciones tridimensionales para mArta, basadas en la estructura de
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secuencias de aminoácidos similares de proteínas conocidas. No obstante, la estructura exacta de mArta sólo podrá determinarse experimentalmente.
La producción de mArta Para visualizar la estructura tridimensional de mArta fue necesario producir grandes cantidades de proteína. Para ello fue necesario crear una secuencia de ADN cuyos nucleótidos codificaran la información correspondiente a la secuencia de aminoácidos de mArta. Sin embargo, el reto fue producir la proteína a partir de esa secuencia de ADN cuya función es la de un gen. Para ello se utilizaron diversas estrategias complementarias. En primer lugar se introdujo el ADN de mArta en un círculo de ADN (llamado plásmido) que se incorporó a bacterias Escherichia coli. El objetivo era incitar a esas bacterias a producir la proteína mArta a partir del ADN introducido en ellas. No obstante, a los científicos con los que colaboré en el Departamento de Biología Estructural de la Universidad de Oxford –Dr. Radu Aricescu y Prof. Yvonne Jones– les preocupaba el hecho de que la secuencia de aminoácidos, por ser algo no natural, no pudiera ser producida por la bacteria o, aunque pudiera ser producida, no fuera estable. Por consiguiente, utilizamos simultáneamente una segunda estrategia que consistió en acoplar la secuencia de ADN de mArta a un gen de una proteína estable conocida, la tioredoxina. Este segmento de ADN quimérico se introdujo en un plásmido, y ese plásmido se introdujo a su vez en bacterias Escherichia coli, tal como se ha descrito antes. Para finalizar, utilizamos también una tercera estrategia como garantía para la obtención de la proteína, en caso de que la maquinaria de producción proteica de las bacterias no consiguiera realizar el montaje de la molécula mArta. Así pues, contratamos una empresa de biotecnología para la síntesis de la proteína mArta in-vitro. Sorprendentemente, funcionaron todos los métodos y pudimos obtener la proteína mArta en las tres condiciones. Uno de los puntos álgidos del proceso fue
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la primera vez que pudimos observar directamente la proteína: tras aislar todas las proteínas de un cultivo de billones de bacterias, procedimos a la separación de esas proteínas con arreglo a sus diferentes tamaños dispersándolas en un gel sometido a una corriente eléctrica (electroforesis). Al cabo de media hora pudimos observar a mArta como una banda azul, entre otras muchas bandas correspondientes a otras proteínas de las bacterias. Este resultado documentó la existencia de mArta en la naturaleza. En este contexto cabe mencionar que tras haber introducido la secuencia de mArta en una base de datos de proteínas, debidamente anotada como una proteína artificial creada como objeto de arte, su inclusión en la base de datos fue denegada. Estas bases de datos son un repositorio de todas las secuencias que existen en la naturaleza (incluso proteínas artificiales modificadas por el hombre). La decisión de excluir a mArta parece negar la realidad de su creación. ¿No debería pasar mArta a formar parte de nuestro Universo?
La estructura de mArta Tras el aislamiento de mArta de las otras proteínas, se procedió a las experiencias de cristalización. En efecto, uno de los métodos para observar directamente la estructura de mArta consiste en someter cristales de esta proteína a un haz de rayos-X, cuyo patrón de difracción (causado por las colisiones de los rayos con los átomos de la proteína) puede ser resuelto por un ordenador en la estructura tridimensional de átomos que explica este patrón. Para ello, y con la ayuda de un robot, se colocó la proteína en diversas condiciones experimentales (de temperatura, pH, fuerza iónica, naturaleza y concentración del precipitante, etc…) con el objetivo de obtener cristales de mArta. Todos los días el ordenador observaba todas y cada una de las centenas de condiciones distintas en las que colocamos la proteína mArta. Al cabo de unos días empezamos a recibir correos electrónicos del robot siempre que encontraba cristales en una de las condiciones.
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Los cristales pueden ser trasladados a una fuente de rayos-X para obtener una serie de fotografías que muestran cómo los átomos del cristal modifican la dirección de los rayos-X. A partir de esas imágenes puede definirse la posición de los átomos en el cristal e identificarse la estructura tridimensional de mArta. También puede desarrollarse una segunda estrategia, que consiste en utilizar un equipo de resonancia magnética nuclear para la identificación de la estructura molecular de mArta.
Visualización de mArta Por fin la proteína mArta adquiere una forma tridimensional. El proceso termina con la traslación de mArta a una escala visible con la ejecución de una pequeña escultura de la estructura molecular en polímero biodegradable. Este polímero es colonizado con células vivas extraídas de mi cuerpo. De este modo, la representación de mi retrato se convierte biológicamente en una representación mía. Esta obra de arte, retrato proteico, no es tan sólo el objeto final (la escultura viva) sino todo el proceso. Forma parte de mi autorretrato de búsqueda, y de todos los pasos para la materialización del objeto final. Este objeto, la escultura de mArta en la escala visible es un mero paso de este recorrido. Por este motivo, la instalación de mArta representa el proceso: las notas de laboratorio, la proteína purificada, los cristales de mArta, las ideas y los conceptos inmateriales, los planes, los engaños y las relaciones que se establecieron con todos los colaboradores de este proyecto. Todo este conjunto es el que me retrata. Al igual que quedo retratada por la propia secuencia de aminoácidos que incluye los nombres que me definen, los nombres de mis padres, y de los padres de mis padres, y el nombre de mi marido, que constituye una elección personal. La proteína mArta también es fruto de una tensión entre lo natural y lo artificial, un tema recurrente en mi trabajo. mArta es algo natural, producido por bacterias y utilizando aminoácidos naturales, pero que nunca existió en la naturaleza. Es algo natural y a la vez artificial.
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Proteic Portrait Marta de Menezes A self-portrait consisting of the creation of a new artificial protein – the mArta protein; in the search of mArta’s three-dimensional structure; and in the creation of a structure based on that form, which is made up of the artist’s own living cells.
MARTAISAVELSWVRALRIVEIRWDEMENESESDASILVAGRACA
Summary The Retrato Proteico / Proteic Portrait project attempts to explore the connection between art and biology while adapting modern molecular biology techniques to the production of works of art. The goal of the project is to create a self-portrait using proteins as the art medium. The self-portrait is a sculpture representing the molecular structure of a protein, the mArta protein, whose sequence of amino acids corresponds to the artist’s full name, in accordance with the scientific convention for designating an amino acid. The project is also an experiment in collaboration among those involved in the production of the object for the exposition, namely the artist, scientists in the relevant laboratories, the commissioner and the museum. Consequently, there is a search for processes through which the alliance between art and science can lead to progress in both areas.
mArta In recent years genes and genetics have caught our society’s attention. Some artists, myself included, have created works directly inspired by genetics research. Modern biology provides artists with a source of numerous opportunities beyond genetics. Proteins are particularly relevant at this point where the study of the human proteome (the array of all of the organism’s proteins) is substituting the
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very successful human genome (the array of all the genes of the organism) sequencing effort. The impact of protein research on society should intensify in coming years. Furthermore, the proteic three-dimensional structure can easily become an inspiration for artists. The study of a protein structure database using three-dimensional visualization equipment invokes a response similar to that of observing sculptures in an art gallery. In Retrato Proteico / Proteic Portrait I try to benefit from the visual possibilities presented by structural biology, using proteins as the means of artistic expression. Proteins are linear sequences of amino acids. Twenty different amino acids, which scientists denote using letters (the so called one-letter code) can be represented in their composition. Use of this convention then facilitates the design of a protein whose sequence of amino acids corresponds to a name. Nevertheless, interesting three-dimensional structures are only achieved from sequences of a certain length; very short proteins (peptides) reveal minimally enticing linear conformations. Consequently, my professional name – Marta de Menezes – is much too short to result in an interesting shape. Luckily, Portuguese people usually have long names. Therefore, the mArta protein corresponds to my full name, with some alterations due to the fact that there are only 20 letters for the 20 different amino acids: MARTAISAVELSWVRALRIVEIRWDEMENESESDASILVAGRACA By accessing computer databases it was possible to confirm that to this day no protein in nature has yet been identified with this sequence of amino acids. Actually, it is even possible to identify those proteins most similar to mArta. It is also possible to use computers to foresee possible three-dimensional conformations for mArta, based on the structure of similar amino acid sequences from known proteins. However, mArta’s exact structure can only be determined experimentally.
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Producing mArta In order to visualize mArta’s three-dimensional structure, large amounts of the protein had to be produced. For this purpose a DNA sequence whose nucleotides codify the information corresponding to mArta’s amino acid sequence had to be created. However, the challenge consisted of producing the protein from that DNA sequence, which functions as a gene. Various complementary strategies were used in order to accomplish this. First, the mArta DNA was inserted into a DNA circle (called plasmid) which was incorporated into Escherichia coli bacteria. The goal was to induce these bacteria into producing the mArta protein from the DNA introduced into them. However, the scientists that I collaborated with in the Department of Structural Biology of the University of Oxford – Dr. Radu Aricescu and Prof. Yvonne Jones – worried about the possibility that the amino acid sequence, being something unnatural, may not be produced by the bacterium, and also about its instability, if it were produced. So, we simultaneously used a second strategy that consisted of coupling the mArta DNA sequence to a gene from a known stable protein – thioredoxine. That segment of chimerical DNA was introduced into a plasmid, and that plasmid into Escherichia coli bacteria, as described above. Finally, we used yet a third strategy, as a guarantee of protein attainment, just in case the bacteria’s protein production mechanisms failed to assemble the mArta molecule. Therefore, we contracted a biotechnology company to synthesise the mArta protein in-vitro. Surprisingly, all methods worked and it was possible to get the mArta protein from all three sources. One of the highlights of the process was the first time that the protein was directly observed; after having isolated all the proteins from a culture of billions of bacteria, we proceeded to separate the proteins based on their diverse dimensions by placing them in a gel exposed to an electric current (electrophoresis). After about half an hour we were able to see mArta as a blue band amongst many other bands corresponding to other proteins of the bacterial proteins.
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This result confirmed mArta’s existence in nature. It is relevant to mention in this context that after having submitted the duly detailed (as being an artificially created protein for an art project) mArta sequence to a protein database, its addition to the database was rejected. These databases are a repository of all the sequences existing in nature (even artificial proteins modified by man). The decision to exclude mArta seems to deny the reality of its creation. Did mArta not begin to be part of our Universe?
The mArta structure After having isolated mArta from amongst the other proteins we proceeded with the crystallization experiments. In effect, one of the methods for directly observing the mArta structure consists of subjecting crystals of this protein to a bunch/bundle of x-ray beams, whose diffraction pattern (caused by the rays’ collisions with atoms of the protein) can be determined by a computer in the three-dimensional atom structure that explains this pattern. In order to achieve this, and with a robot’s assistance, the protein was placed in various experimental conditions (temperature, pH, ionic force, nature and concentration of the precipitant, etc…) with the goal of obtaining mArta crystals. Every day the computer observed each one of the hundreds of different conditions in which we placed the mArta protein. After a few days we started receiving the robot’s e-mails whenever it found crystals in one of the conditions. The crystals can be taken to an x-ray source to get a series of photographs showing how the atoms in the crystal alter the direction of the x-rays. From these images it is possible to define the position of atoms in the crystal, therefore identifying the three-dimensional structure of mArta. A second strategy, also in development, consists of using nuclear magnetic resonance equipment as a way of identifying mArta’s molecular structure.
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Visualizing mArta The mArta protein eventually acquires a three-dimensional form. The process ends with the translation of mArta into a visible dimension with the implementation of a small biodegradable polymer sculpture of the molecular structure. This polymer is colonized with live cells from my body. This way, the representation of my portrait becomes my biological representation. This work of art, proteic portrait, is not just the final object (the living sculpture) but the entire process. The research and all the steps towards the achievement of the final object are part of my self-portrait. That object, mArta’s sculpture in the visible dimension, is merely one step in the journey. For this reason, the setting up of mArta represents the process; the laboratory notes, the purified protein, the mArta crystals, the immaterial ideas and concepts, the plans, the errors, as well as the relationships that were established with all those who collaborated in this project. All of these events portray me. Such as I am portrayed by the amino acids’ own sequence, which includes the names that define me, the names of my parents, and their parents before them, my husband’s name – representative of a personal choice. The mArta protein is also the result of a tension between natural and artificial – a recurrent theme in my work. mArta is something natural – produced by bacteria, using natural amino acids, but which never existed in nature. It is something simultaneously natural and artificial.
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Retrato Proteico/Proteic Portrait MEIAC, 4 de octubre a 11 de noviembre de 2007
Simulación 3D de la estructura metálica de la mesa y de la bancada de la instalación. Tiago Costinha. 3D simulation of the metallic structure of the installation’s table/bedplate. Render: Tiago Costinha. 21
Memoria descriptiva y técnica/technical description
La exposición del proyecto en MEIAC se presentó con una gran mesa/grupo de trabajo en el que se presentaron diversos componentes del proyecto: objetos, procesos, documentos con ideas y correspondencia que compone un gran retrato de grupo. El montaje incluyó diversos soportes, medios y objetos, con la presencia del espacio neutralizada con una instalación en el centro de la sala. En la pared se proyectó el momento inicial y final del proyecto: una larga secuencia de aminoácidos que alumbró el proyecto (en vinilo) y una videoproyección con la fotografía microscópica que retiene el cristal de proteína creado. La mesa/grupo estaba formada por el lab book con todo el proceso y los detalles del protocolo de investigación; una caja con documentos del proceso de investigación (cartas, certificados, apuntes, correos electrónicos, esquemas); 4 vídeos documentales sobre el proceso llevado a cabo en el laboratorio de Oxford y presentados en pantallas Mac; un modelo informático del folding de la proteína mArta realizado en el Instituto de Tecnología Química y Biológica de Oeiras y presentado en un ordenador portátil; objetos utilizados durante el proceso de trabajo (frascos, pipetas, tableros, dna arrays, etc.); una cámara frigorífica con la primera proteína producida, y una prueba de ADN demostrando la presencia de la proteína en las bacterias portadoras.
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Descriptive and technical memory
The exhibition of the project at the MEIAC was presented as a large table where the various project components were laid out: objects, processes, documents with ideas, correspondence that creates an immense group portrait. The assembling included assorted supports, media and objects, with the surrounding area neutralized to enhance the setup in the center of the gallery. Affixed to the wall were the initial and final moments of the project; the long sequence of amino acids that originated the project (in vinyl) and a video projection with the microscopic photograph illustrating the created protein crystal. Included on the table/stand were: the lab book with the complete process and the investigational protocol details; a box with the research process documents (letters, certificates, notes, emails, outlines); 4 documentary videos about the process in the Oxford laboratory presented on Mac screens; a computational model of the mArta protein folding brought about at the Instituto de Tecnologia Qu铆mica e Biol贸gica de Oeiras (Chemical and Biological Technology Institute of Oeiras) presented via laptop computer; objects used during the working process (bottles, pipettes, trays, dna arrays, etc.); a refrigerating chamber with the first protein produced, and a DNA proof of the presence of the protein in the carrier bacteria.
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Secuencia de imágenes de la exposicion: Vista desde la entrada. El nombre completo de Marta es la sequencia de aminoácidos: MARTAISAVELSWVRALRIVEIRWDEMENESESDASILVAGRACA. Dossier de documentacion e investigación. Vídeo-documentales del processo de investigación en Oxford. Objetos de investigación en laboratório. Primer test de preparación de la proteina mArta. Cristal de la proteína mArta. Lab-book del proyecto. Vista del cooler: dna array, cultivo de bacterias y péptidos mArta.
Exhibition views: Entrance view. Marta´s full name is the aminoacid sequence: MARTAISAVELSWVRALRIVEIRWDEMENESESDASILVAGRACA Research and documentation dossier. Video-documents of research process in Oxford. Objects from lab research. First test of mArta proteine. mArta protein cristals. Project´s lab book. Cooler view: dna array, bacteria culture and mArta peptide.
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Conversación con Marta de Menezes Inês Moreira Marta de Menezes es artista. Destaca la inquietud y el optimismo con el que aborda su actividad. Las preguntas de Marta tienen la frescura y el ingenio de las preguntas renacentistas, alejadas de los límites disciplinarios. Se dedicó a la investigación en un área de conocimiento radicalmente especulativa que materializa en sus obras artísticas. Su formación pasa por diversos caminos: tras estudiar pintura en la Facultad de Bellas Artes de Lisboa, realizó una tesis de Master en Historia del Arte en la Universidad de Oxford, donde profundizó sus conocimientos con Martin Kemp, gran investigador de Leonardo da Vinci. En la actualidad está elaborando una tesis de Doctorado en The Arts and Genomics Center de la Universidad de Leiden, en Holanda. Conocí a Marta de Menezes en el 2002 a través de su web. Marta se encontraba en Holanda desarrollando su proyecto más conocido: Nature?, la manipulación de la vida biológica de las mariposas en el laboratorio como proyecto artístico. Marta de Menezes es hoy una de las protagonistas internacionales en un área de conocimiento interdisciplinario que investiga la hibridación de las artes visuales y de la biología. Marta es una provocadora, sus preguntas provocan nuevas geografías y relaciones en terrenos en los que antes existían barreras y delimitaciones encerradas. Es así como la podemos conocer mejor: visitando laboratorios de ciencia, dilatando las fronteras disciplinarias rígidas, creando nuevos territorios de conocimiento, impulsando convivencias improbables entre disciplinas y actores. El perfil multifacético de Marta comprende diversas áreas de actividad: escribe ensayos y su investigación académica es una parte importante de la conceptualización de su trabajo, forma parte del equipo editorial de la Revista Nada y es la directora del reciente Laboratorio de residencias artísticas llamado Ectopia, instalado en el Instituto Gulbenkian de Ciencias. Desde que estudié sus trabajos en mi tesis de doctorado, hemos mantenido una colaboración y una amistad estrechas, alimentadas por el interés común en los estudios interdisciplinarios. En el año 2006 hicimos una exposición de su trabajo en las Azores, en la que mostramos el vídeo documental Nature? y una serie de retratos: Nuclear Family, Patrícia a tocar piano, Nuclear Portrait, proyectos que
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utilizaban, respectivamente, tecnologías de genética, tecnologías de neurociencia y tecnologías de microbiología. El Retrato Proteico fue una colaboración curiosa, que se inició durante el período de experimentación en el laboratorio: Marta me propuso ser la comisaria del proyecto que tuvo su origen en una conversación accidental en Oxford con el científico Radu Aricescu, cuando conoció la posibilidad de crear y visualizar proteínas artificiales. Así surgió la posibilidad de crear el retrato con proteínas que se expuso en el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo de Badajoz. Mi conversación con Marta de Menezes tuvo lugar después de la exposición Retrato Proteico en el MEIAC. Estamos ya en el 2008, casi al final del proceso de trabajo del proyecto Retrato Proteico y en unos momentos profesionales y unas ubicaciones geográficas distintas. La distancia en el tiempo nos permite ahora una mirada más atinada, con cierta distancia de la obra artística expuesta, y centrarnos en los procesos de investigación y en el conjunto de su obra. Inês Moreira: Marta, en los últimos meses hemos reflexionado sobre la denominación asignada a tu campo de trabajo. En tu carrera destacan los aspectos tecno-científicos y la hibridación arte/ciencia, lo que resulta inevitable en un primer abordaje: creaste un campo de conocimiento enormemente interdisciplinario, caracterizado por la conjunción de las artes visuales, de las convenciones de la historia del arte, de la investigación científica, de las posibilidades de la tecnología. Pero ahora quisiera introducir otra cuestión: el modo en el que habitas este territorio. Más allá de la distancia universal y objetiva de la ciencia, dos características se insinúan: una imaginación afectiva y la multiplicidad de historias personales. Algunas de tus obras testimonian tus afectos, amistades y complicidades. Podemos empezar hablando sobre como conjugas el arte y la ciencia. Marta de Menezes: Como tú bien dices, lo hago de una forma muy personal. Baso toda mi práctica profesional en una forma personal de vivir los proyectos.
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Voy haciendo amigos, intento descubrir lo que hacen, conocer mejor sus intereses y las ideas surgen con toda naturalidad. Después pienso mejor las ideas, voy madurando los conceptos y los proyectos van apareciendo espontáneamente. Incluso luego voy madurando mi propio proyecto mientras espero el momento adecuado para desarrollarlo y exponerlo. Así es como desarrollé el Retrato Proteico. Inês: Respecto al Retrato Proteico, quisiera empezar introduciendo las ideas de difracción y multidimensionalidad. Tratándose de un retrato, un ejercicio clásico de representación, me gustaría que me hablases sobre los distintos retratos en cuestión. Se trata de un proyecto que recurre a complejas técnicas de biología estructural para componer una proteína artificial: la obra te retrata a través de una proteína que te representa a ti, tu historia personal y familiar, así como la generosidad de las colaboraciones y amistades que lo hicieron posible y que se reflejan en las diferentes técnicas y tecnologías de la obra. No es un autorretrato. Es una conversation piece, una obra con varias dimensiones: personal, colectiva, afectiva, artística y científica. ¿Puedes hablarnos de la multidimensionalidad del proyecto? Marta: Debido al hecho de que el Retrato Proteico presenta tantas dimensiones de expresión artística, como punto de partida y desarrollo de la obra, uno de mis mayores retos fue, sin duda, mantener el proyecto en el entorno de un concepto principalmente artístico y no científico… porque en determinadas fases del proyecto ambos objetivos se fusionan totalmente. El punto de partida es mi nombre. El hecho de ser un nombre largo “al estilo portugués” hizo que tuviera sentido llamarle retrato de más de una manera. Mi nombre incluye “mi nombre”, y además una serie de otros nombres que cuentan, de algún modo, mi historia y mi linaje o procedencia. Esto sólo ofrece ya muchas interpretaciones y, en mi opinión, plantea una serie de cuestiones sobre tradiciones portuguesas, definiciones de identidad, opciones de vida ¡e incluso credos!
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Después está el hecho de que mi nombre es también una secuencia de letras que pueden convertirse como tal y trasladarse al reino científico para intentar producir algo que hasta ahora no se había intentado. No ofrece ninguna garantía de éxito. Este aspecto del retrato tiene más que ver con mi personalidad. Me atrae la idea de intentar lo imposible, de afrontar retos, de no desistir y, sobre todo ¡permitir la posibilidad del fracaso! Todo eso me define como persona y, sobre todo, me demuestra a mí misma cómo afrontar situaciones difíciles, que la mayoría de las veces tienen más probabilidades de fallar que de materializarse. Y después, cuando tú te involucraste en el proyecto, no te limitaste a ser una comisaria meramente espectadora o coordinadora, sino que entablaste un diálogo conmigo y te implicaste en los problemas que surgieron durante el proceso de “cientificación” de un concepto propio del reino del arte ¡me desafiaste a descubrir nuevas dimensiones del proyecto! Inês: En este aspecto, el “Retrato Proteico” es una etapa nueva en tu carrera ya que la atención se centra en las actividades en el laboratorio, en la apropiación de las técnicas biológicas y en la manipulación del ser vivo para integrar las dimensiones sociales, personales, materiales y tecnológicas. Es también la primera vez que experimentas una escultura hecha con tus propias células…. Marta: De repente la biología, la mía, a través de mis propias células, puede incluirse en la obra y convertirse en mi retrato. También en términos de concepto y de retrato, el proyecto se convirtió en “mi retrato”. El retrato se transformó en una confabulación de agentes, significados, técnicas y materiales que, de la mejor forma posible, retratan la complejidad de mi trabajo artístico y, por tanto, retratan a Maria de Menezes como artista, pero también la complejidad de mi propia identidad que se nutre de una red de relaciones personales complejas. Eso hace que sienta que mi auténtico retrato. Y también me parece que la complejidad del uso de la ciencia como medio tecnológico, o como materia, queda plenamente retratada.
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Inês: En tu investigación, evidentemente has explorado las ciencias biológicas y las tecnologías de la investigación biológica y desde tus primeros trabajos utilizas la biología, o la vida, como materia. ¿Puedes explicarnos cómo ves hoy la biología, si cómo “medio” tecnológico o cómo materia? Marta: Bueno... Pienso que la Biología puede ser considerada, utilizada y vista de ambas formas, y que a veces no es nada fácil separar una cosa de la otra, de la misma manera que no siempre se consigue separar del todo la ciencia de la tecnología ya que, en cierto modo, una se nutre de la otra. Podemos considerar las técnicas biológicas como un medio de expresión artística y, en ese caso, la biología no es la ciencia biológica, pero sí lo es la tecnología biológica o la biotecnología. Pero, a mí personalmente, me parece más interesante no tan solo utilizar la técnica biológica, sino también utilizar e incorporar, aparte de la técnica, la ciencia biológica. Porqué, al final, los conceptos que trabajamos en la expresión artística no pueden limitarse a la tecnología con que se expresan, se comunican o se representan, y el concepto de las obras de arte presentará una riqueza más profunda cuando esté relacionado con un concepto científico, que es lo mismo que decir con la investigación del conocimiento. Inês: Ahora debo hacerte una pregunta inevitable ¿cuál es tu posicionamiento con relación a los límites de las preocupaciones éticas, y posiblemente morales, planteados por la manipulación de la biología? Sé que tuviste una educación científica y que habitualmente estás rodeada de científicos, por lo que sé que te hacen a menudo esta pregunta. ¿Serán las preguntas las mismas para los bioartistas, las empresas de transgénicos y para los científicos que hacen investigación pura? Marta: Depende de “donde” hagas esta pregunta. Si la haces a nivel teórico podemos discutir las preguntas éticas hasta la saciedad, ahí mis opiniones serán tan válidas como las tuyas y probablemente diferirán en algunos aspectos. Si haces esta pregunta en términos prácticos, entonces el proceso está bastante
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Mesa de laboratorio en el Laboratorio de BiologĂa Estructural de la Universidad de Oxford. Laboratory bench at the Structural Biology Laboratory /University of Oxford. 62
delimitado. Existen ciertas reglas en el laboratorio y fuera de él sobre el uso y la manipulación de organismos vivos. No existe ninguna otra hipótesis sino seguir dichas reglas. Para desarrollar y mostrar algunas obras, es necesario pedir autorización a los comités de ética, mientras que para según que otras no. Como puedes ver, en esta área de investigación artística, existen determinadas reglas y son ferozmente debatidas, y en otras áreas no sucederá lo mismo. En lo que respecta a los bioartistas, eso forma parte del interés del área, para las empresas de transgénicos no sé. Para los investigadores de ciencia básica también es importante ya que se trata de consideraciones que nos afectan y la opinión pública dictamina en gran medida lo que debe ser financiado hoy en día en la ciencia. Inês: En lo que respecta a tus procesos de creación artística ¿cómo imaginas tú esos mundos? ¿Cómo imaginas la nano y la micro escala en la que trabajas? Conozco los esquemas “científicos” que usas para visualizar las diversas etapas de los proyectos. La ciencia tiene unos códigos propios, que tú dominas, sin embargo tus obras no suelen mostrar el proceso de investigación científica y de laboratorio, apenas los muestras en los coloquios y en las presentaciones en las que explicas los proyectos. Reservas el proceso documental y la diagramatización para las conferencias… Marta: Los procesos visuales que utilizo para materializar los pensamientos tuvieron siempre un carácter diagramático, que la mayoría de las personas identifica como científica. Pero no estoy de acuerdo con este punto de vista, y mi tesis de Doctorado, de hecho, contempla este argumento. Básicamente, pienso que el pensamiento de uno mismo y el esfuerzo por comprender y materializar los conceptos pasan siempre por un diagrama. Puede tener más o menos flechas, puede tener más o menos “muñecos”, pero continúa siendo diagramático porqué somos una especie predominantemente visual. Siempre resulta difícil mostrar el proceso que lleva a la concepción, investigación, ejecución o producción de una obra. Y lo que intento hacer es adaptar todo lo que
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pueda el modo de presentar el proyecto al concepto y método del propio proyecto. Es difícil generalizar porqué los proyectos que yo hago tienen naturalezas biológicas e incluso procesales muy diferentes. Inês: El “Retrato Proteico” se inicia con el esquema conceptual del proyecto y pasa por diversas etapas técnicas que implican una confianza en los procesos: la sintetización de la proteína, el cultivo de las bacterias, la depuración de las bacterias, la extracción de material proteico susceptible de ser transformado y los subsiguientes intentos de visualización de la estructura de la proteína. Existe una enorme “creencia” en estos procesos, una fe en la posibilidad y viabilidad de materializarlos y una esperanza colectiva. En el laboratorio, los pasos (todos calculados al milímetro) evocan la alquimia: tu proyecto va ganando trasfondo a cada paso, pero en el siguiente se desvanece la certeza. Radu Aricescu, científico del laboratorio de Oxford, compartía este mismo deseo de encontrar pistas que desembocaran en la materialización y repetía: “I hope it works!” En clara contraposición a una cierta determinabilidad atribuida al conocimiento científico ¡nadie sabía si el proyecto y los procesos seguidos eran viables! ¿Cómo interpretas esta indeterminación? Marta: A mí me encanta el hecho de que un proyecto sea un desafío con pocas probabilidades de éxito. Y creo que a Radu y a otros muchos científicos también. No es extraño que los proyectos artísticos, e incluso los científicos, fracasen. ¡La clave está en qué hacer si la cosa no sale bien! Pienso que la mayoría de las personas contemplan la posibilidad del fracaso casi siempre que se proponen hacer algo, es muy raro que las cosas sucedan exactamente tal como esperamos y, lo que es más importante, debemos reajustar aquello que se sale de lo que hacemos y utilizar ese producto de una forma coherente y con significado. En mi opinión, este desafío despierta el mayor estímulo intelectual y comporta también la mayor recompensa. Esto sucede también en la ciencia, y también en muchísimas de las actividades humanas, sobre todo si las hacemos por gusto. También por esa razón nos gusta lo que hacemos.
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Inês: Esta obra es profundamente procesal y contempla lo imprevisto. El proyecto está en la fase de investigación y conocimiento, y no en el objeto resultante… En la exposición pública del Retrato Proteico, muestras por primera vez el proceso documental del trabajo: los materiales, las fases de la experiencia en el laboratorio, el vídeo con la simulación tridimensional del proyecto. Discutimos bastante el modo de presentación. ¿Qué importancia atribuyes al concepto, al proceso y a la imaginación? Marta: Es difícil... El proceso es siempre uno de los puntos más importantes de todo proyecto, y en el caso de la producción artística relacionada con la ciencia, en este caso con la biología, es muy visible. El hecho de que el proceso haya tomado en cuenta este proyecto en exposición se debe, al hecho de que mi retrato es en realidad un proceso de reconocimiento y reflexión sobre lo que soy, donde estoy, con quien trabajo, lo que hago, etc… Por tanto, parece que adquiera más sentido por ser el retrato de un proceso de descubrimiento, por ser un objeto final que apela a una conclusión ¡cuando ni yo misma estoy concluida! Inês: En Retrato Proteico aparece también un retrato de grupo que refleja el hecho de compartir el conocimiento, la experiencia en la mesa de trabajo y la experiencia colectiva de la imaginación impulsada. El proyecto incluye varios momentos de investigación, colaboraciones en diferentes fases y aspectos inesperados que introducen nuevos procesos y técnicas, que a su vez influyen en el proceso de trabajo. ¿Cómo asumes lo establecido como punto de partida del proyecto? Marta: Me gusta recibir influencias, no creo ser totalmente individual, necesitamos un equilibrio entre estar solos y estar en comunidad. Así, no veo la influencia como algo negativo o perjudicial, sino como un desafío intelectual que engloba e incluye puntos de vista diferentes y de alguna forma complementarios en mis proyectos. Pienso en ello como en una forma de multiplicación de la obra en términos de significados, de conceptos, de perspectivas, gracias a ello la obra se enriquece y nunca se pierde. Es necesario conseguir un equilibrio e intento encontrarlo.
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Inês: Es así como vais creando un campo de conocimiento nuevo... basado en la relacionalidad, en la informalidad y en la confianza. La “ingeniería” cultural, el imprevisto y una red de confianza personal. ¡La interdisciplinariedad de tus proyectos debe asumir y nunca secundarizar este factor humano! Marta: ¡Sin duda! ¡Intento hacer lo mejor! Inês: Tu red de colaboraciones se ha ido ampliando y a medida que va pasando el tiempo te vemos rodeada de colaboradores e implicada en colaboraciones: en los laboratorios, en Ectopia, en producciones culturales, en reuniones científicas. ¿Cómo te encuentras en esos ambientes? Marta: Me veo como una trabajadora compulsiva... que no le gusta trabajar... Y pienso muchas veces si hago bien en hacer tantas cosas al mismo tiempo. Pero no quiero renunciar a nada. La mayor parte del tiempo me siento un poco perdida y confusa sobre que “sombrero” debo usar en cada momento, sobre todo si tengo que usar más de uno al mismo tiempo. Otro problema es que muchas veces me olvido “MI sombrero”, incluso cuando sé que ese no puedo descartarlo. Es complicado, pero en la vida no hay demasiadas cosas sencillas y no es necesario complicárselas más. Pese a las dificultades, sé que soy una privilegiada por poder hacer todo lo que hago, con todas las personas con quien trabajo y me cruzo, y también conozco cada vez más personas extraordinarias con quienes puedo aprender un poco más ¡y disfrutar de compañías realmente excepcionales! ¿Cómo puedo renuciar a todo esto? ¡Nunca! (¡o por lo menos no tan pronto!) Inês: La diversificación de facetas en tu carrera, artista, productora, directora artística, es una característica de muchas prácticas interdisciplinarias, pienso que el entusiasmo y el optimismo que transmites reflejan, y determinan, la potencialidad del campo de conocimiento que defines… Frecuentas desde inicio de año un programa de Doctorado en Holanda. ¿Cómo defines tu área de investigación?
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Marta: Estoy afiliada al The Centre for Arts and Genomics, que pertenece a la Universidad de Leiden, con base en la Facultad de Matemáticas y Ciencias Naturales y pertenece también a la Facultad de Arte. Por consiguiente, en concordancia con el trabajo que he desarrollado hasta ahora, me encuentro de nuevo entre dos polos: el del Arte y el de las Ciencias. Lo que pretendo hacer es intentar analizar y estudiar el fenómeno del arte contemporáneo relacionado con las ciencias naturales. Es un área muy amplia y que ha crecido exponencialmente en los últimos 10 años, tanto en número de artistas y científicos implicados como en lugares donde prolifera. Esa enorme dimensión está poco estructurada, lo que me hace pensar que tal vez consiga observar alguna cosa que me permita sacar conclusiones sobre el fenómeno utilizando una herramienta apropiada de la biología moderna, la biología de sistemas y análisis de redes. En resumen, eso es lo que voy a intentar hacer… generar una herramienta basada en principios y reglas abandonadas en la investigación en biología para intentar percibir un poco mejor, y también explicar, cómo se procesan las relaciones que fructifican y generan el arte contemporáneo relacionado con las ciencias naturales. Se trata de un proyecto ambicioso que pienso transformar también en un proyecto artístico porque combina principios, técnicas e investigación en biología con el concepto que pretendo explorar artísticamente. Y tú ¿qué papel adoptaste como comisaria y en que se diferenció de otros proyectos en los que actuaste de comisaria anteriormente y después de Retrato Proteico? ¿Cómo interpretas Retrato Proteico, como proyecto de tutoría? Inês: Nuestra colaboración difiere mucho de otros proyectos en los que he estado involucrada. Mi carrera combina dos perspectivas distintas: tengo experiencia en la creación de espacios de exposición y en la espacialización de conceptos artísticos, la arquitectura es una de mis áreas de formación; la otra área es la investigación sobre temas interdisciplinarios, tal como reflejé en mi tesis sobre las influencias de las biotecnologías en la experimentación espacial. Me considero más creadora e investigadora, creadora de conceptos y de espacios... por eso aquí sobrepasé el papel de comisaria. Fue sorprendente observar la desmultiplicación
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de las diferentes fases del proyecto técnico en laboratorio, y seguir los dos tipos de vocabulario y de pensamiento, el de la artista, el de los científicos y el de su conciliación. Creo que estás de acuerdo en que mi principal input ha sido reflexionar sobre la importancia de los procesos, de las relaciones entre el retrato, los agentes retratados y, posteriormente, sobre los modos de exportar la complejidad del retrato (y de superar el hermetismo de la jerga científica). Marta: Como comisaria del proyecto, los días de laboratorio y la producción de la obra biológica fueron completamente nuevos para ti. ¿Qué te pareció la experiencia de estar encerrada en un laboratorio científico para seguir un protocolo, observar a los científicos ejecutar y pensar un proyecto artístico de esta naturaleza? Inês: Me interesaron enormemente los procesos de cómo hacer las cosas, las diferentes fases, los equipos humanos, los tipos de colaboración, los procesos de producción y construcción de los proyectos. Fue muy interesante observar y desterrar la idea de que la investigación científica sigue un protocolo rígido, una especie de fórmula. En realidad, la investigación no puede prever el resultado de una secuencia de procedimientos, y me sorprendió descubrir los diversos caminos experimentados, la idea de intentar una alquimia o, en un sentido más geográfico, una red de carreteras que se bifurcan y se cruzan. Pero también pienso que la imprevisibilidad que vivimos se debe al carácter especulativo de este proyecto ya que esta obra es un desafío para la ciencia. La cuestión que planteas al laboratorio es: ¿y si creáramos una estructura proteica totalmente nueva? ¿Y si la estructura tuviera un orden aleatorio, es decir siguiera “sólo” un nombre portugués? Esta es una de las interpretaciones que estimulaba a los científicos, tu obra no intentaba explicar una estructura existente ni producir modificaciones correctivas de una proteína: era mera especulación. ¿Podrá existir la estructura? Tu pregunta altera el funcionalismo de la investigación desarrollada en aquel laboratorio: ¿para qué sirve? ¿Qué hace? ¿Qué sucede si modifico esta o aquella parte? En este sentido provocaste una convulsión en el laboratorio de Oxford al introducir una cuestión metafísica…
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Las semanas que los cristales de proteínas estuvieron en el Syncrotron esperando la cristalización fueron de suspense… esperando una respuesta reveladora: la microcristalización a nanoescala, en un robot con miles de otras muestras científicas. El trabajo a esta escala tiene también un aspecto caricaturizado: viajes internacionales, megabases de datos, superordenadores, laboratorios equipadísimos, con grandes científicos, todos esperando a que se formase en un cristal una gota de agua menor que una gota de lluvia… la dimensión física, el esfuerzo y el contraste de escalas ¡es espectacular! Marta: En este proyecto tuviste un papel muy activo en la concepción de la presentación en el museo, de la obra expuesta en sí y en la manera como la entendería el público. ¿Cómo viviste esa intervención tan activa y creativa por tu parte en el proyecto artístico? Inês: Además de dedicarme a la investigación, soy también creadora de espacios de exposición. Quiero recordar que en el cruce de estas dos actividades que me posiciono, me interesan los procesos por los que se materializan los proyectos expositivos. Este es uno de los aspectos que considero más importantes: una gran coherencia entre el concepto investigado, aquí tu Retrato Proteico, y la especialización y la materialización de la exposición. No me refiero a la claridad de la comunicación de una idea o de un concepto en calidad de interfaz didáctica para el público. Me refiero a un argumento interno, parcialmente lineal, parcialmente auto-organizado que surge de los procesos implicados en un proyecto y que se plasma en la experiencia física de la participación en una exposición. En esta exposición se muestra la difracción de tu retrato: la proteína, la simulación tridimensional, los materiales, los vídeos con los procesos, los apuntes, pero también los espacios de los laboratorios, el compartir la mesa de trabajo, el acceso a los objetos, a los documentos. Todo ello forma parte del Retrato Proteico, y la obra expuesta debía retratarlo. Considero importante revelar los procesos de investigación y también los procesos materiales,
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tecnológicos y sociales implicados en u proyecto, sin la crudeza de la literalidad ni la expresión en una metáfora. Marta: ¿De qué modo insertaste en tu propia investigación de doctorado esta experiencia tutorial? Inês: La colaboración contigo fue una experiencia casi performativa, nuestra, y del proyecto. Me interesa el modo en que se mueve el proyecto Retrato Proteico, se interrelaciona con personas, instituciones, materiales, tecnologías, campos de conocimiento. El Retrato Proteico es la actuación de la creación de tu proteína mArta y, posteriormente, los modos de representación del proceso y de los agentes. Así es como surge para mí el retrato, en la multiplicidad de sus actuaciones. Saco experiencia y experimentación: la experiencia de operar a varias escalas (simultáneamente nano y continental), en varias geografías occidentales (de Lisboa a Estados Unidos y Oxford), con herramientas de diversas disciplinas (del arte, de la biología estructural, de la arquitectura), en campos de conocimiento interdisciplinarios (bioarte, ciencia experimental, investigación tutorial), y la experimentación del conjunto del proyecto (cómo crear un retrato con proteínas) pero también en cada una de las áreas (la media de las proteínas en el arte, la pregunta especulativa en la ciencia, la cuestión de la visualización en el museo). Este proyecto tiene una conectividad y un optimismo que lo traslada, y que así retrata la artista Marta de Menezes. Por eso, el Retrato Proteico, aún siendo un retrato, es una experiencia no representativa, de contraste del lenguaje y del vocabulario común entre los participantes, y en la que interviene una convergencia de especialistas y de lugares inesperados. Mi tesis doctoral en curso trata sobre la naturaleza procesal de prácticas artísticas y arquitectónicas. Conceptualizo la idea de building site, los procesos, el proyecto, los materiales, las contingencias, las convivencias que suceden en la producción de un proyecto. El Retrato Proteico me mostró una obra en proceso que se extiende del taller al laboratorio y a la exposición.
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Y, ahora que este proyecto está a punto de terminar, también trabajarás en otros proyectos. Conozco bien el Decon, una pintura viva que usa una técnica de bioremediación, una descontaminación de los ríos a través de bacterias “comedoras” que degradan pigmentos. ¿Puedo preguntarte que proyectos tienes ahora entre manos? Marta: Bueno, actualmente el principal proyecto es organizar mi vida. Tengo en mente entre 4 y 6 proyectos que me gustaría realizar pero, como en Retrato Proteico, tengo que esperar e ir avanzando lentamente hasta formar un equipo idóneo para el avance del proyecto e ir madurando las ideas. El proyecto más añejo es intentar crear peces cebra (que en su forma salvaje tienen rayas horizontales) con rayas verticales y más parecidos a las cebras. Esto es algo que, por lo que me explican, es difícil de conseguir, por lo que no es seguro que lo consiga. Otro proyecto que me entusiasma es intentar crear una máquina de movimiento perpetuo: una máquina/robot propulsada por bacterias que para encontrar nutrientes debería moverse. Moverse gracias al movimiento de las bacterias implicadas en el movimiento para encontrar más comida. Este es un proyecto que todavía está muy verde y que, por tanto, precisa una maduración conceptual y formal. Tengo también otro proyecto que se llama Plage (Peste/plaga) y que conlleva la producción de un arrozal en un espacio expositivo: plantar arroz “salvaje” y arroz resistente a determinadas enfermedades para que, cuando se libere esta enfermedad en el arrozal, sólo sobrevivan las plantas que ofrezcan resistencia y se revele un símbolo, o mensaje, en el arrozal. Otro también, que se llama Tapia/Arcilla, e implica la creación de una cafetería hecha con materiales renovables, como una tapia, y con principios y tecnología avanzada para ser, en la medida de lo posible, autosuficiente. Tendría electricidad con paneles solares y agua caliente, un sistema de recuperación de las aguas pluviales, etc. En un momento en el que los combustibles fósiles suben de precio vertiginosamente, quiero pensar cómo podría ser un espacio de ocio “sostenible” en el que se pudiera aplicar la tecnología para conseguir esta sostenibilidad. A medida que empiece a desarrollar estos proyectos me irán surgiendo otros.
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Protocolo y formulas para la creaci贸n de gel para la electroforesis. Radu Aricescu. Protocol and formulas to make gel for electroforesis. Radu Aricescu. 72
Intercambio de impresiones con Yvonne Jones Inês Moreira
Inês Moreira: Usted abrió las puertas de su laboratorio de Oxford a Marta de Menezes para que pudiera trabajar con Radu Aricescu. ¿Qué le parece este equipo híbrido? ¿Es habitual recibir propuestas de la sociedad “civil”? Yvonne Jones: En mi caso es muy inusual, pero creo que esta propuesta y este equipo demostraron ser muy eficientes y, en general, la interconexión entre ciencia y arte merece ser explorada en profundidad. Inês: Su laboratorio sigue unas normas de seguridad, unos protocolos técnicos y unos límites éticos. ¿Cree que existen determinados riesgos cuando se aceptan esta especie de colaboraciones? Yvonne: Sí, existen ciertos riesgos pero pocos si se planea todo cuidadosamente con la debida antelación y se gestiona correctamente su ejecución. A la larga, existe el mismo riesgo que en cualquier otra cuestión de valoración o gestión del riesgo que contemplemos. Inês: ¿Cómo explica este proyecto a sus colegas? ¿Le resulta “útil”? Yvonne: Lo explico como un ejercicio de comunicación con el conjunto de la sociedad, creo que es un ejemplo “útil” de nuestro esfuerzo para ampliar la “comprensión de la ciencia por parte del público”. Inês: ¿Entiende el proyecto en sí mismo como un proyecto de arte, considera su finalidad artística? Yvonne: Sí, en este proyecto veo unos objetivos artísticos perfectamente definidos. Me interesa enormemente el arte, no obstante debo admitir que normalmente sintonizo más con las pinturas y las esculturas individuales que con las “instalaciones”, por lo que me encantó e impactó ver el proyecto finalizado. Yvonne Jones es la Directora del Laboratorio de Biología Estructural de la Universidad de Oxford.
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A conversation with Marta de Menezes Inês Moreira Marta de Menezes is an artist. She is distinguished by a restlessness and optimism in her approach to her work. Her subject matter has the freshness and inventiveness of Renaissance questions, unaware of disciplinary limits. She has become a researcher in a radically speculative area of knowledge that comes to fruition in her artistic works. Her training crosses several paths: after studying painting at the Lisbon School of Fine Arts, she did a Master’s thesis on Art History at Oxford University, where she deepened her knowledge with Martin Kemp, the great researcher on Leonardo da Vinci. Currently, she is studying for a Doctorate at The Arts and Genomics Center of the Leiden University, in The Netherlands. I met Marta de Menezes in 2002 through her internet site. Marta was in The Netherlands developing her project that would become better known as: Nature? – the manipulation of the biological life of butterflies in the laboratory as an artistic project. Marta de Menezes is today one of the leading international figures in an area of interdisciplinary knowledge that researches the hybridisation of the visual arts and biology. Marta is provocative. The questions she raises trigger new geographies and connections in terrain where barriers and final boundaries are normally to be found. It is in this way that we can best get to know her: by inhabiting science laboratories, expanding rigid disciplinary boundaries, creating new territories of knowledge, forging improbable liaisons between disciplines and actors. Marta’s multifaceted profile extends to various areas of activity: she writes essays and her academic research is an important part of the conceptualisation of her work; she is on the editorial staff of Revista Nada and is Director of the recent Laboratory of artistic residencies called Ectopia, at the Gulbenkian Institute of Science. Ever since I studied her work for my own Master’s thesis, we have continued to collaborate and have developed a close friendship, fed by a common interest in interdisciplinary studies. In 2006, we mounted an exhibition of her work in the Azores, where we showed the documentary video Nature? and a series of portraits: Nuclear Family, Patrícia a tocar piano (Patricia playing piano), Nuclear Portrait, projects that used genetic, neuroscience and microbiological technologies, respectively.
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Proteic Portrait was a singular collaboration, begun during the period of laboratory experimentation: Marta invited me to be curator of the project that began with a chance conversation in Oxford with the scientist Radu Aricescu when she became aware of the possibility of creating and visualising artificial proteins. Thus was born the possibility of creating the portrait with proteins that would be exhibited in the Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo in Badajoz. My conversation with Marta de Menezes came after the Proteic Portrait exhibition at MEIAC. We were now in 2008, almost at the end of the working process on the Proteic Portrait project and at different professional moments and geographies. Hindsight allows us now to take a broader view, at some distance from the exhibited work, concentrating on the research processes and on her work as a whole. Inês Moreira: Marta, we’ve been reflecting over recent months on the name given to your field of work. During your career, you’ve been underlining technoscientific aspects and the art/science hybrid, which is inevitable on a first approach: you have created a strongly interdisciplinary field of knowledge, characterised by the combination of visual arts, conventions of art history, scientific research, and technological potential. But I’d like now to raise another issue: the way in which you operate in this territory. Away from the universal and objective remoteness of science, two characteristics creep in: an affective imagination and the multiplicity of personal histories. Some of your works show your affections, friendships and affinities. Can we start by talking about how you inhabit art and science? Marta de Menezes: As you yourself said, I do it in a very personal way. I have based all my professional work on a personal way of living the projects. I make friends, I try to find out what they do, get to know their interests better and the ideas come naturally. Then I think hard about the ideas, let the concepts mature, and the projects follow their course. Later still, I let the project itself
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mature, as I wait for the right time to develop and show it. That’s how I developed the Proteic Portrait. Inês: Regarding the Proteic Portrait, I want to start by introducing the ideas of diffraction and multidimensionality. Being a portrait as it is – a classic exercise in representation – I’d like us to talk about the various implied portraits. This is a project that uses the complex techniques of structural biology to construct an artificial protein: the piece portrays you through a protein that represents you, your personal and family history, as well as the generosity of your collaborators and friends who allowed themselves to be reflected in the different techniques and technologies in the piece. It’s not a self-portrait. It’s a conversation piece: a piece with several dimensions: personal, collective, affective, as well as artistic and scientific. Can you tell me about the multi-dimensionality of the project? Marta: Because Proteic Portrait has so many dimensions, artistic expression, points of departure and development, one of my greatest challenges, without doubt, was to maintain a largely artistic rather than scientific focus within the project… because in particular phases of the project the two aims were completely fused together. The point of departure is my name. The fact of it being a long “Portuguese” name meant that it made sense to call it a portrait in more than one way. My name includes “my own name” as well as a series of other names that in one way or another tell my story and my lineage or roots. This in itself is already prone to many interpretations and, from my point of view, opens up a series of questions about Portuguese traditions, definitions of identity, life options and even beliefs! Then we have the fact that my name is also a sequence of letters that could be taken as such and transferred to the realm of science to try to produce something that has never been attempted before. There was no guarantee of success. This point of the portrait has more to do with my personality. I like the idea of attempting the impossible, of confronting challenge, of not giving up and above all of allowing for the imminent opportunity of failure! All this defines me as a person and more than
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anything shows me how I can deal with difficult situations, that more often than not have a greater chance of failure than success. Later, when you came into the project yourself, you didn’t stop at just being a curator who merely looked on, or coordinated, and started a dialogue with me and the problems I encountered in the process of “scientification” of a concept that classically fell in the realm of art, challenging me to discover even more dimensions for the project! Inês: From this point of view, the Proteic Portrait is a different stage in your career, because the attention was freed from work in the laboratory, from the appropriation of biological techniques and manipulation of the living, to include the social, personal, material and technological dimensions. It is also the first time that you experiment with a sculpture made using your own cells... Marta: Suddenly biology, mine, through my own cells, could be included in the piece and be my portrait again. Also, in terms of the concept and portrait, the project became “my portrait” again. The portrait became a web of agents, meanings, techniques and materials that in the best way possible could portray the complexity of my artistic work and so portray Marta de Menezes as an artist, but also the complexity of my own identity that feeds on a network of complex personal relationships. This made me feel that it really was my portrait. And it also seems to me that the complexity involved in the use of science as a technological medium, or as the material, is fully portrayed. Inês: In your research you have actively explored biological science and biological research technologies, and you have used biology – or life – as material since your earliest works. Can you explain how you see biology today as a technological “medium” and/or as material? Marta: Well... I think that Biology can be taken, used and seen in these two ways, and sometimes it isn’t at all easy to separate one thing from the other, in the
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Mesa de laboratorio con dos filtros que purifican la proteĂna mArta. Laboratorio de BiologĂa Estructural de la Universidad de Oxford. Laboratory bench with two filters runing the purification of mArta protein. Strucutral Biology Laboratory, University of Oxford. 78
same way that we can’t always conclusively or drastically separate science from technology, because they somehow depend on each other. We can have biological techniques as a means of artistic expression and, in this case, biology isn’t biological science but biological technology, or biotechnology. But it seems to me, on a personal level, more interesting not only to use biological technique, but also to use and incorporate biological science, as well as the technique. Because in the end, the concepts we use in artistic expression can’t be limited to the technology with which they are expressed, communicated or represented and the concept of works of art will have a deeper richness when it is linked to a scientific concept, that is to say, to the investigation of knowledge. Inês: I must at this point ask the inevitable question: What’s your position on the limits of ethical, and eventually moral concerns, regarding the manipulation of biology? I know you had a scientific education and that you move in scientific circles, and I know you are often asked this question. Are the issues the same for bioartists, genetic modification companies and scientists doing pure research? Marta: It depends on “where” the question is coming from. You can pose the question at a theoretical level and we can discuss ethical issues ad infinitum, and my opinions will be as valid as yours, but probably differ in some respects. Or you can ask the question in practical terms and there the process is quite well established. There are rules on the use and manipulation of living organisms for the laboratory and for outside the laboratory. There’s no option but to follow these rules. I must ask permission of ethics committees to develop and exhibit some works but not for others. You can see that in this area of artistic research there are rules, and these are widely discussed; in other areas, that’s not the case. For bioartists, this is part of the interest in the field, but I don’t know about genetic modification companies. It’s also important for pure research scientists, because they are considerations that affect them and public opinion has a large effect on scientific funding these days.
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Inês: With regard to your artistic creation processes, how do you see these worlds? How do you see the nano – and micro – scale in what you do? I know the “scientific” schemes that you use to visualise the various stages of your projects. Science has its own codes, that you master, but your works don’t usually show the scientific and laboratory research processes – they’re just evident in the lectures and papers in which you explain the projects. You’ve been saving the documental process and the diagramming for the lectures... Marta: The visual processes I use to express thoughts always have a diagrammatic quality that most people would identify as being in some way scientific. But I don’t agree with this viewpoint, and my Master’s thesis was, in fact, something to do with this. Basically, I think that thinking itself and the ability to understand and express ideas always involves a diagram. It might have more or less arrows, it might have more or less “pictures”, but it’s still diagrammatic, all the more so because we are a predominantly visual species. It’s always a great challenge to show the process that has led to the ideas, research, execution and production of a piece of art. And I try to fit the method of presentation of the project to the idea and method of the project itself as best I can. It’s hard to generalise because the projects I do are very different biologically and in terms of process. Inês: The Proteic Portrait began with the conceptual project scheme and went through various technical stages that required trust in the processes: the synthetization of the protein, the culture of bacteria, the purification of the bacteria, the extraction of the proteic material capable of being transformed and the successive attempts to visualise the structure of the protein. There was a great “belief” in these processes, a faith that it was possible and viable to realise them and a collective hope. In the laboratory, the steps (all highly calculated) brought to mind alchemy: with each step your project gained substance, but in the next the certainty faded. Radu Aricescu, the laboratory scientist from Oxford, would share the same desire to get a glimpse of clues that indicated realisation and repeat: I hope it
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works! Contrary to the certain determinability that is attributed to scientific knowledge, no-one knew if the project and the processes adopted would be viable! How do you explain this indeterminateness? Marta: I like the fact that a project is a challenge with little chance of success. I think Radu and many other scientists think like this too. Simply because artistic, and even scientific, projects can often fail. The key is in what to do if the thing doesn’t work! It actually seems to me that most people almost always have to deal with failure whenever they set out to do something, and it’s very rare for things to go exactly as we’d hoped and, more importantly, it’s always how to adapt to the result of what we’ve done and use the result in a coherent and meaningful way. It’s in this challenge that, for me, lies the greatest intellectual stimulus and the greatest rewards too. It’s the same in science, and many other human activities, especially if we like doing them. That’s also why we enjoy what we do. Inês: This piece is deeply process-based and embraces the unpredictable. The project lies in the research and learning process, not in the end result... In the public exhibition of Proteic Portrait you show for the first time the documental process of the work: the materials, the phases of the laboratory experience, the video with the 3D simulation of the project. We also talked a lot about the method of presentation. What importance do you attribute to the idea, to the process and to the imagination? Marta: Once again... that’s hard. The process is always one of the most important points of any project, and in the case of artistic production linked to science, in this case biology, it’s very visible. In my opinion, the fact that the process has somehow overpowered this project in the exhibition has to do with the fact that my portrait is effectively a process of recognition and reflection on what I am, where I am, who I’m with, what I’m doing, etc. It seems to me, however, that it makes more sense that the portrait is a process of discovery, rather than an end product calling for a completion, when I myself am not completed!
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Inês: In Proteic Portrait, a group portrait also appears sharing knowledge, experimenting at the workbench, as well as the collective experience of imagination set in motion. The project includes the various moments of research, the collaboration in different phases and unexpected aspects that introduce new processes and techniques, that in turn influence the work process. How do you take what is determined as a point of departure for the project? Marta: I like to be influenced. Once again, I don’t believe in being totally individual, we need to find a balance between being alone and being in a community. So I don’t see influence as being something negative or harmful, but as more of an intellectual challenge to encompass and incorporate different, and in some way complementary, points of view into my projects. I think on this as a kind of multiplication of the piece in terms of meaning, ideas, perspectives that enrich the piece, which it’s never lost. I need a balance, and I seek it. Inês: This is how you go about creating a new field of knowledge... based on relationality, informality and trust. The cultural “engineering”, the unexpected and a network of personal trust. The interdisciplinarity in your projects must take on this human factor, and never play it down! Marta: Without a doubt! I try my best! Inês: Your group of collaborators has widened. Over time we have seen you surrounded by colleagues and involved in collaborative work: in the laboratories, in Ectopia, in cultural productions, in scientific meetings. How do you see yourself in these situations? Marta: I see myself as a workaholic... who doesn’t like working... I often wonder if it’s such a good idea to do so much at the same time. But I don’t want to give anything up. Most of the time I’m a bit lost and confused about which “hat” I’m
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wearing at any given moment, especially if I have to wear more than one at a time. Another problem is that I often forget “MY hat”, even when I know it isn’t to be disregarded. It’s complicated, but nothing is simple in life and there’s no need to complicate things even further. Despite the difficulties, I know I’m privileged to be able to do what I do, with the people I work with and come across, and it also seems to me that I meet more and more remarkable people with whom I can learn a little more and enjoy some truly tremendous company! How can I let all this go! Never! (or at least not yet!) Inês: The variety of facets of your career – artist, producer, artistic director – is a characteristic of a lot of interdisciplinary work, and I think that the enthusiasm and optimism you convey reflect, and determine, the potential in the field of knowledge that you have been defining…I know you’ve been studying for your Doctorate in The Netherlands since the beginning of the year. How do you define your area of research? Marta: I’m attached to The Centre for Arts and Genomics at Leiden University, which is based in the Faculty of Mathematics and Natural Sciences and belongs to the Faculty of Arts. However, according to the work I’ve done up to now, I’m once again between two poles: Art and Humanities. What I set out to do was try to analyse and study the phenomenon of contemporary art that is collaboratively associated with the natural sciences. It’s a very broad area that’s been growing exponentially for the last 10 years, both in terms of the number of artists and scientists involved, and the places in which it’s happening. This vast extent has little structure, making me think that maybe I could try to observe something that enabled me to draw some conclusions about the phenomenon using a tool borrowed from modern biology, the biology of network systems and analysis. Basically, this is what I’m trying to do... generate a tool based on the principles and rules taken from biological research to try to understand a little better, and also explain, how the connections are made that bear fruit and generate contemporary art linked collaboratively to the natural sciences. It’s another ambitious project that
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Péptido con la proteína Trx A para introducir en las bacterias y producir la proteína mArta. Peptide with the Trx A protein to insert into bacteria and produce mArta protein. 84
I think I will also turn into an artistic project because it links biological principles, techniques and research to the idea that I want to explore artistically. And for you, what role have you played as curator and how did that differ from other projects you have been curator for before and after Proteic Portrait? How do you interpret Proteic Portrait as a curatorial project? Inês: Our collaboration differs a lot from other projects I’ve been involved in. My career has combined two different perspectives: I have experience in the creation of exhibition spaces and in the spatialisation of artistic ideas – architecture is one of the areas I was trained in; the other area is research on interdisciplinary themes, like in my thesis on biotechnological influences on spatial experimentation. I think of myself mostly as a creator and researcher, in the creation of ideas and spaces… so here I went beyond the role of curator. It was surprising to see the unfolding of the different phases of the technical project in the laboratory, and to be focused on the two types of vocabulary and thinking – of the artist, of the scientists, and where they meet. I think you agree that my main input has been to reflect on the importance of the processes, of the relationships between the portrait, the actors portrayed and, later, the methods of exhibiting the complexity of the portrait (and overcoming the hermeticism of scientific jargon). Marta: As curator of the project, the days spent in the laboratory and the production of the biological piece were completely new to you. What was it like to be in a scientific laboratory, intensively following a protocol; what was it like to observe scientists doing and thinking through an artistic project of this kind? Inês: I’m very interested in the processes involved in making things, in the various phases, the human teams, the types of collaboration, the production and construction processes. It was very interesting to observe and deconstruct the idea that scientific research follows a strict protocol – a kind of recipe. Actually, research can’t predict that a sequence of procedures is going to work, and it was surprising to discover the various experimental paths, this idea of looking for an
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alchemy or, in a more geographical sense, a network of roads branching off and intersecting. But I also think that the unpredictability we experienced is due to the speculative nature of this project, because this piece is a challenge to science. The question you raised in the lab was: What if we created a completely new proteic structure? What if the structure had a random order, that is, followed “only” a Portuguese name? This is one of the interpretations that interested scientists, your piece wasn’t trying to explain an existing structure, or produce corrective alterations to a protein: it was pure speculation. Could the structure exist? Your question altered the function of research carried out in that lab: What is it for? What does it do? What happens if I alter this or that part? In this sense, you provoked a change in the Oxford lab, introducing a metaphysical question… The weeks when the protein crystals were in the Syncrotron waiting for crystallisation were weeks of suspense… waiting for the revealing answer: the micro-crystallisation on the nano-scale, in a robot with thousands of other scientific samples. There’s also a kind of comic aspect to work on this scale: international journeys, mega databases, super computers, highly equipped laboratories with great scientists, all waiting for a crystal to be created in a drop of water smaller than a raindrop… the physical dimension, the endeavour and the contrast of scales is spectacular! Marta: You played a very active role in the conception of the presentation of the project in the museum, of the exhibition of the work in itself and the way it would be understood by the public. What did you feel about having such an active and creative part to play in the artistic project? Inês: As well as being a researcher, I’m also a creator of exhibition spaces. I’d remind you that where these two activities meet is where I function: I’m interested in the processes by which the exhibitions are created. This is one of the aspects I consider to be most important: a strong coherence between the concept researched – here your Proteic Portrait – and the spatialisation and materiality of the exhibition.
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I don’t mean the clarity of communication of an idea or concept as a didactic interface for the public. I mean an internal argument, partially linear, partially selforganised that arises from the processes involved in a project and is shaped by the physical experience of participation in an exhibition. In this exhibition it would be the diffraction of your portrait: the protein, the 3D simulation, the materials, the videos of the processes, the notes, but also the lab areas, the shared workbench, the access to objects, documents. It’s all part of the Proteic Portrait, and the exhibited work should portray it. I think it’s important to outline the research processes as well as the material, technological and social processes that are involved in a project, without the crudeness of being literal or embroidering with metaphors. Marta: How does this curatorial experience fit into your own Doctorate research? Inês: The collaboration with you was an almost performative experience, ours, and the project’s. I’m interested in the way the Proteic Portrait project moves, connects with people, institutions, materials, technologies, fields of knowledge. The Proteic Portrait is the performance of the creation of your protein, mArta, and later the ways of representing the process and those involved. This was how the portrait appears to me, in the multiplicity of its performances. I gathered experience and experimentation: the experience of operating on various scales (nano and continental simultaneously), in various western regions (from Lisbon to the United States and Oxford), with the tools of various disciplines (from art to structural biology and architecture), in interdisciplinary fields of knowledge (bioart, experimental science, curatorial research), and the experimentation of the whole of the project (how to create a portrait with proteins) but also in each area (the media of the proteins in art, the speculative question in science, the question of visualisation in the museum). This project has a connectability and an optimism that makes it mobile, and so portrays the artist Marta de Menezes. The Proteic Portrait, even though it is a portrait, is therefore a non-representational experience, about gauging the
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common language and vocabulary of the participants, exercising a convergence of specialists and unexpected places. The Doctoral research I’m currently undertaking is about the processual nature of artistic and architectural practices. I’m working on the conceptualisation of the building site, the processes, the design, the materials, the contingences, the co-habitations and what happens in the production of a project. Proteic Portrait showed me a building site in progress that extended to the workshop, the laboratory, the exhibition. And now the project is over, you’ll be working on other projects. I know Decon well, a living painting that uses a bio-remediation technique – the decontamination of rivers through “eating” bacteria that degrade pigments. Can I ask what projects you’re now working on? Marta: Well, Inês, at the moment, my major project is trying to organise my life so that I can do the projects I really want to do. I have about 4 or 6 projects in mind that I’d like to get on with, but like Proteic Portrait, I have to wait and go slowly until I get the right team together for the project to advance and the ideas to mature. The oldest of the projects is trying to create zebra fish (that in their wild state have horizontal stripes) with vertical stripes more similar to zebras. This is something that, as it was explained to me, is difficult to achieve with any certainty of success. Another project that I’m keen on getting on with is trying to create a perpetual motion machine: a battery propelled machine/robot that would work like something that to find nutrients has to be in motion. It would be driven by the motion of those bacteria interested in moving to find more food. This is a project that’s still very much in the early stages, and that needs some conceptual and formal maturing. I also have another project called Plage (Pest/plague) that involves the production of a rice paddy inside the exhibition space: planting “wild” rice and rice resistant to a particular disease, so that, when this disease is released into the paddy, only the resistant plants survive, revealing a symbol, or message, in the field of rice.
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Then there’s another, called Taipa/Adobe that involves the creation of a cafeteria made from renewable materials like rammed earth, and based on advanced principles and technology to be, as far as possible, self-sufficient. It would have electricity from solar panels and heated water, a rainwater collection system, etc. At a time when the prices of fossil fuels are escalating, I want to think about how a “sustainable� leisure space could be achieved, and how far the technology to look for this sustainability takes us. Other projects will arise as I start to develop these.
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Placa de Petri con cultivos de bacterias E Coli que expresan la proteĂna mArta. Petri Dish with E Coli bacteria cultures expressing mArta protein. 90
Exchanging a few impressions with Yvonne Jones Inês Moreira Inês Moreira: You opened the doors of your Lab in Oxford to Marta de Menezes, to work with Radu Aricescu. How do you see this hybrid team? Is it common to have proposals from the “civilian” society? Yvonne Jones: In my experience it is very uncommon but I think this proposal and team were very effective and in general the interface between science and art is one that is very important to explore. Inês: Your Lab has security rules, technical protocols and ethical limits. Do you consider that there are risks in accepting this sort of collaborations? Yvonne: Yes there could be risks but not if planned carefully in advance and managed correctly while in progress. Ultimately, it is only the same as any other risk assessment/management issue we deal with. Inês: How do you explain this project to your peers? Is it “useful” to you in anyway? Yvonne: I explain it as an exercise in communication with society as a whole, I believe it is a “useful” example of our positive efforts to further the “public understanding of science”. Inês: How do you understand the project in itself as an art project, do you consider it for its artistic purposes? Yvonne: Yes, I think I can see strong artistic objectives in this project. I am very interested in art; however, I have to admit that I generally relate more strongly to individual paintings and sculptures rather than “installations”. I was therefore really pleased by the impact the completed project had on me. Yvonne Jones is the Director of Structural Biology Laboratory at Oxford University
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proteĂna mArta: frasco con pĂŠptido para insertar en las bacteria. mArta protein: flask with peptide to insert in the bacteria. 92
A través de un nombre: Sobre Retrato Proteico de Marta de Menezes Luís Quintais ¿Puede diseñarse una proteína a través de un nombre? Bajo un punto de vista estrictamente técnico, la respuesta es evidente. Las proteínas están compuestas por 20 aminoácidos diferentes, y cada uno de ellos puede ser representado por una letra, por lo que en el horizonte técnico se perfila una posibilidad: diseñar una proteína cuya secuencia de aminoácidos corresponda a un nombre. Este horizonte técnico es, a fin de cuentas, un horizonte encantado, mágico, peligrosamente mágico, podría decirse. El peligro de esta idea es al final la que preside, desde Baudelaire y Rimbaud, una transposición o transustanciación de cualidades: las cualidades mágicas de los símbolos que nos observan con ojos familiares, las cualidades mágicas de las vocales que se transforman en colores en un mundo en que todo, a fin de cuentas, puede ser equiparado a una deriva sinestésica extremada e imparable. En Retrato Proteico de Marta de Menezes, la biología sirve de mote y molde (en el sentido material del término) para la incursión en un territorio de derivas sin fundamento o remisión, en un universo infinito, en el que la base de datos y el archivo (entendidos como mapa y conocimiento) las vemos cómo territorializaciones de algo que exige, en sus formulaciones más decisivas, una noción de proceso o de devenir. Al igual que en Functional Portraits (también de Marta de Menezes), Retrato Proteico consigue que traslademos nuestra atención al dominio de la “persona” y de la autoría en un mundo tectónicamente fluido. Lo que llamaríamos una fluidez tectónica. Es decir, es como una posibilidad que no puede seguir siendo ignorada, la renegociación de un límite expresivo que es, a fin de cuentas, el que se relaciona con las formas naturales y con sus presuntas presencia intransitiva y estabilidad. En este mundo tectónicamente fluido, la identidad de la naturaleza, o de aquello que llamamos naturaleza, se encuentra radicalmente comprometida con la percepción que de ella tenemos. La naturaleza podría ser la reificación más perfeccionada de este límite expresivo, de este lugar en el que la función del ser humano deja de ser aparente, y en el que una “autonomía inhumana, una inteligencia ciega”, se superpone sin descripción ni intención. Una evolución que no contemplaría el lugar que la mente y sus transacciones técnicas ocupan en el devenir. Pero, nuestras creencias
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metafísicas en este mundo dotado de estabilidad y coherencia cognitiva, se han visto dramáticamente perturbadas por el concurso de las biotecnologías, y la evolución dejó de ser simplemente un flujo en el que el humano y sus inscripciones e intervenciones tienen un papel meramente residual. Tal como nos explica el científico cognitivo Keith Stanovich (2004, p. 280), los “vehículos“ humanos tienen ahora la posibilidad de sublevarse contra los “replicadores (genes y memes) y de implicarse activamente en el diseño evolutivo del ser vivo”. La ponderación del riesgo es, en este escenario, inevitable. Una de las hipótesis más decisivas de la evolución darwiniana, a saber, la continuidad del ser vivo y su indeterminación adaptativa y dinámica, se vio reflejada en las implicaciones de nuestras intervenciones biotécnicas, que no son de hoy, pero que sí que obtienen hoy una dimensión proyectiva espectacular. Para horror de muchos, descubrimos, cuando intervenimos, una coherencia dinámica y desordenada del ser vivo, descubrimos, en suma, la plasticidad exuberante del ser vivo cómo materia de construcción y encantamiento (nuevas arquitecturas parecen surgir en el horizonte técnico como materia encantada con poderes difíciles de encuadrar). Descubrimos otra medida de lo inhumano (aquello que derivándose de nuestras intervenciones no puede ser íntegramente anticipado o controlado, y que adquiere una autonomía que atribuimos a la “naturaleza”) que se prolonga infinitamente en cualidades de improbable sedimentación o contención en laboratorio y que, por intervención biotécnica, nos encontramos ante un mundo en el que la extrema plasticidad del ser vivo deberá incluir, y lo afirmo, la ponderación del riesgo, la ponderación de lo que no sabemos, la ponderación (y la simulación) de los efectos menos obvios que allí se inscribirán. Fue Ian Hacking (1994) quien dijo en la década de los noventa del siglo pasado que el modo de clasificación exige una respuesta de los que ya están clasificados. Los “tipos humanos” se apropian de las clasificaciones de los clasificadores, es decir, de aquellos que pretenden definir claramente (objetivamente) los puntos en lo que la naturaleza se esencializa –to carve nature at the joints–. Los tipos humanos “asaltan las clasificaciones que se hacen de ellos y a la vez se reinventan”. Hacking llama a esto el “efecto looping de los tipos humanos”, de los
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cuales los movimientos gay son uno de los ejemplos más conocidos. Este looping es, en opinión de Hacking, una de las modalidades del ser humano: clasificadores y clasificados interactúan con efectos que dependen en gran medida de lo que en las ciencias sociales se conoce con el nombre de “agencia”, es decir, acción refleja. Es verdad que la manipulación biotécnica exige que consideremos la existencia de efectos insospechados e imprevisibles sobre el ser vivo, aún cuando los atributos de “agencia” sean inaparentes. Un efecto de looping entre el ser humano y el inhumano (lo que podríamos designar, tal vez, como efecto looping de los tipos biotécnicos) llama finalmente nuestra atención en cuanto a la posibilidad de un mundo en el que las fronteras entre una determinada concepción de agencia sobrecargada de atributos excesivamente humanos tiende a convertirse en una ilusión: cómo si hubiera una participación ontológica extrema entre los tipos humanos y los demás, cómo si las producciones técnicas de tipos no humanos no fuesen “actores” cómo seguramente les llamaría Bruno Latour (v.g., 1999), es decir, no delimitaran un conjunto de figuras de la actuación independientemente de sus ontologías, determinaciones y especificidades. Un caso que deberíamos cuestionarnos, tal cómo hizo Keith Ansell Pearson: “Is it a case of nature selecting technics or of technics selecting ‘nature’ ?” (1997, p. 29). Nos encontramos ante unas modalidades obvias de lo que Paul Rabinow (1996) llama de “biosocialidad”: un lugar ajeno se convirtió en un lugar propio, allí donde la cultura” y sus manifestaciones técnicas e instrumentales son “naturaleza” y ésta, a su vez, es una implicación tecnoselectiva, es decir, una ampliación de lo que llamamos cultura, sin dejar de presentir la obsolescencia heurística de estos dos términos (“cultura” y “naturaleza”) y de las divisiones en las que parecen excluirse mutuamente. En Retrato Proteico, Marta de Menezes esculpe proteínas que funcionan cómo tokens de un nombre, el suyo, pero que evidencian una traducción que no es estrictamente representativa. Todo lo contrario. El nombre se vuelve consustancial a la estructura molecular de la proteína. Nos encontramos ante una forma de arte que apenas interpreta sus prerrogativas en el campo representativo, sino en simultáneo en un dominio en el que la representación y sus consabidas demiurgicas
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no se aplican del todo. La “proteína mArta”, tal cómo nos la describe (Menezes, 2007, p. 22) constituye una demiurga de otro orden. Ella traslada el nombre –ese token de la identidad personal, a una configuración molecular. Pero se impone la pregunta ¿qué es una proteína? Podríamos describirla sencillamente como una molécula compuesta por una cadena de sub-unidades que reciben el nombre de aminoácidos. Y podríamos añadir también que en el cuerpo humano hay miles de proteínas distintas, cada una de ellas con una función concreta. Así, por ejemplo, la hemoglobina transporta el oxígeno a través de la sangre. Pero, la “proteína mArta” –un autorretrato (un nombre) que usa la estructura proteica cómo soporte y sustancia de la creación artística– no existe como configuración estrictamente “natural”, debido a que, tal cómo explica Marta de Menezes (2007, p. 222), si usamos las bases de datos disponibles podremos confirmar que no hay ninguna proteína conocida en la naturaleza que tenga la misma secuencia de aminoácidos. Pero es posible identificar las proteínas que son similares. La “semejanza”, o el “aire familiar”, entre la “molécula mArta” y el conjunto acabado de moléculas cartografiadas, toma la “naturaleza” como un objeto representado y cartografiado. La “naturaleza” es aquí parcialmente (pero enfáticamente) una función de conocimiento: se deriva de una compleja distribución social y cognitiva de recursos y aparatos tecnológicos implicados en la realización de mapas o en la cartografía de determinados tipos de estructuras moleculares. Es decir, el trabajo comparativo, que forma parte de Retrato Proteico, contempla una singularidad, la “molécula mArta”, y el conjunto de estructuras proteicas conocidas o representadas en una base de datos. En este punto, Retrato Proteico revela un problema distinto al que se puso en ecuación en Nature?. La naturaleza artefactual de las alas de las mariposas transformadas por una acción de laboratorio que es comparada con una naturaleza hipotéticamente destituida de la intervención humana, una natura naturans de la que el humano se ausenta, de Nature?, plantea un problema distinto. El infinito del nombre y la singularidad de la identidad personal circunscriben la posibilidad de romper, y crear, el finito de una natura naturata circunscrita por la base de datos o el archivo, haciendo que la comparación, la
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tensión entre el finito de la base de datos o del archivo y la singularidad molecular designada por la “molécula mArta”, se produzca íntegramente en el interior de un círculo humano: el ya cartografiado y el por cartografiar de una molécula nueva instrumentalmente creada en laboratorio sin otra función aparente que no sea la de la epitomización de la singularidad personal y de la autoría, todo ello en un momento en que la “muerte del autor” se transformó en una trivialidad Foucauldiana repetidamente enfatizada. Esta declinación biotécnica del nombre y de la identidad personal exige indudablemente la reconsideración de este “autor” de acuerdo con un diagrama de descripciones e intervenciones técnicas que exceden ampliamente este campo individual de autonomía creativa que tendemos a atribuir a la figura del “artista” o del “científico”. La autoría es aquí el producto de una zona de contacto, una máquina conectora que reúne las numerosas instancias en las que abundan artistas, científicos y aparatos técnicos de alcance y perfil variado: algo que la singularidad de un nombre recombinado y recalificado en un lenguaje proteico meramente enfatizará, justamente porque el nombre nos surge, antes de nada, como una función técnica y social que participa del trabajo evolutivo. Sería, si quisiéramos, la consagración de una peligrosa primavera biotécnica. La posibilidad que el arte, en unión con las formas de bricolage biotecnológico y de cartografiado bioinformático, participe activamente en el devenir evolutivo consustancial al nombre personal, al autor, es decir, al ser humano y al diagrama complejo y dinámico que este diseña en sus elaboraciones y conexiones. El nombre y el autor no serán en Retrato Proteico nada más que conexiones sin cierre o identidad estable (el proyecto finaliza cuando la cartografía de la molécula está completa, lo que en el caso de Marta de Menezes quiere decir que el proyecto muere, como mueren literalmente los “lienzos” de Decon, o como mueren literalmente las transformaciones fenotípicas ocurridas en las alas de las mariposas de Nature? debido a que dichas transformaciones no se transmiten a las generaciones siguientes. Además, su alcance está justamente ahí: Retrato Proteico abre la finitud de la base de datos o del archivo a la infinitud del devenir evolutivo subyacente a la creación. Es una estrategia bioclástica que, gracias a
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que convierte el nombre en consustancial a una molécula, acentúa aún más nuestra débil noción de representación a través de un trabajo sobre las ontologías y sus divisiones. Sucede también que cuando se hace hincapié en una proteína se llama la atención sobre la complejidad del ser vivo. Ya no se trata tan sólo de un flirteo con una cierta idea de naturaleza que contamina el trabajo de Marta de Menezes, es también, y de otro modo, una reiteración antirreductora de lo vivo, y que a continuación explicaré. El “Dogma Central” de la genética, tal como lo puso en ecuación, no sin ironía, Francis Crick en 1957 es básicamente este: “el ADN hace que el ARN haga proteínas y las proteínas nos hacen a nosotros” (cit. Gomart, 2007, p. 15). Como defiende Emilie Gomart (ibid), Francis Crick pretendía decir con esto que la información sólo podía circular en una única dirección, del gen al cuerpo, y que esta orientación no podía ser invertida. El ADN es nuestra causa, define lo que somos, pero la célula que contiene el ADN, el cuerpo, y/o el ambiente no produce modificaciones en el gen. Dicho de otro modo, y de acuerdo también con el Dogma, los genes dirigen y controlan el desarrollo del organismo, es decir, los genes son los que gobiernan, tal como señala Gomart (ibid). Las configuraciones del ser vivo son pues, en este marco, entendidas como las que se derivan de esta secuencia causal que alejan los apremios sobre los procesos de inversión o loop que puedan producirse entre la estructura genética, la estructura somática y el ambiente. En resumen, de acuerdo con el Dogma, lo que somos depende manifiestamente del blueprint genético. ¿Cuál es la relevancia que obtendrá aquí una idea de creación (que no se asimile simplemente a una idea de desarrollo) en el proceso evolutivo? En gran medida, este esquema causal no deja espacio a una idea de devenir y de transformación, una natura naturans que comprenda el ser humano y sus intervenciones biotécnicas. ¿Por qué las formas naturales evolucionan de manera imprevista e imprevisible si no se consideran los efectos de feedback entre gen, suma y ambiente? ¿Qué sucede cuando desplazamos nuestra atención del
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nombre propio, índice de singularidad extrema, persona sin la cual toda la posibilidad de un rostro, de una identidad profunda, es cuestionada, para una cadena de orden inverso: nombre propio/secuencias de aminoácidos/proteínas? ¿Qué podrá sugerirse cuando invirtamos el Dogma basándonos, en primer lugar en la metafísica de la identidad personal, el nombre propio, y nos dirijamos a la secuencia proteica y nos quedemos ahí? En gran medida, mediante esta inversión del nombre a la secuencia de aminoácidos, Marta de Menezes llama la atención sobre dos aspectos que se encuentran profundamente imbricados: en primer lugar, para los procesos creativos subyacentes a la arquitectura de los nombres, que pueden ser traducidos en secuencias de aminoácidos inexistentes en la natura naturata (la naturaleza “pasiva” de la base de datos o del archivo) cartografiada y, en segundo lugar, reconocemos que la natura naturans (la naturaleza “activa” implícita al proceso evolutivo) deberá incorporar lo humano y lo artefactual en su devenir, y que el nombre (que es una palabra), por su calidad de token o de índice de singularidad o identidad personal, es también un mecanismo de transformación o metamorfosis. Marta de Menezes introduce así un elemento creativo en nuestras concepciones de la naturaleza y de la evolución natural jugando su juego en el interior del círculo de las construcciones existentes (ya cartografiadas), pero intentando romperlas, abrirlas al devenir y a la complejidad de una evolución en la que las representaciones y/o las intervenciones forman parte del problema que cabe considerar, pero no su centro, porque la fluidez tectónica de lo vivo que aquí se refleja no garantiza un eje humano, e incluso puede que exija su eliminación. Nos encontramos ante un proyecto que funciona en abierto y que sólo finalizará cuando se territorialice definitivamente en la base de datos o en el archivo mediante el concurso de una matriz mucho más compleja de actores en el laboratorio. La complejidad es aquí multiescalar: el énfasis se coloca en la complejidad (y en la singularidad) de los nombres y de sus atribuciones de identidad (personales), en la complejidad y en la singularidad de las estructuras proteicas (donde el envío a la complejidad de la cartografía del “proteoma” no es
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La "Morgue". Nevera a -80º C en la que se guardan las bacterias y otro material biológico cuando no se utiliza. Laboratorio de Biología Estructural de la Universidad de Oxford. The "Morgue". Freezer at -80º C where the bacteria and other biological material are kept when not in use. Structural Biology Laboratory, Oxford University. 100
arbitraria), y en la complejidad de la vida de laboratorio que atraviesa este esquema de envíos, con sus actores humanos y no humanos con el objeto de establecer relaciones recursivas de difícil (e incluso improbable) estabilización y comprobación. A otra escala, deberemos también ponderar la importancia que asume el escenario público en esta recursividad. Ahí las representaciones y acciones de laboratorio circulan y producen efectos, piden nuevamente respuestas que alimentan las representaciones y acciones de laboratorio en otro y gigantesco efecto de looping que abraza la tecnociencia y los mundos sociales que ella incluye. Cabe decir que Marta de Menezes, al igual que el pionero de la teoría de la información Claude Shannon, nos reenvía a la incuestionable complejidad de la información y de su transmisión. Para finalizar, cabe decir que Marta de Menezes, con Retrato Proteico, coloca el “ruido”, en cuanto elemento creativo (y evolutivo), en el puzzle de su trabajo. Luís Quintais, Antropólogo e investigador, Universidade de Coimbra, Portugal Bibliografía: Gomart, E. (2007), “Life at the end of the information age: parallels of science and art”, en Gomart, E. (org.), Genesis: life at the end of the information age, Utrecht: Central Museum, pp. 8-21. Hacking, I. (1994), “The looping effects of human kinds”, en Sperber, D.; Premack, D.; Premack. A. J. (ed.), Causal cognition: a multidisciplinary approach, Oxford: Clarendon Press, pp. 351-383. Latour, B. (1999), Pandora’s hope: essays on the reality of science studies, Cambridge, Mass./Londres: Harvard University Press. de Menezes, M. (2007), “Art: in vivo and in vitro”, en Kac, E. (ed.), Signs of life: bio art and beyond, Cambridge, Mass./Londres: The MIT Press, pp. 215-229. Pearson, K. A. (1997), Viroid life: perspectives on Nietzsche and the transhuman condition, Londres: Routledge. Rabinow, P. (1996), “Artificiality and Enlightenment: from sociobiology to biosociality”, Essays on the anthropology of reason, Princeton: Princeton University Press, pp. 91-111. Stanovich, K. E. (2004), The robot’s rebellion: finding meaning in the age of Darwin. Chicago/Londres: The University of Chicago Press.
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Through a name: Proteic Portrait by Marta de Menezes Luís Quintais Can a protein be created through a name? From a strictly technical point of view the answer is obvious. Proteins are composed of 20 different amino acids, each of which can be represented by a letter, therefore generating a new vision in the world of technology: to design a protein whose sequence of amino acids corresponds to a name. This technical vision is also, in the end, what one might call enchanted or magical – one might say dangerously magical. The danger posed by this idea happens to be the predominance, ever since Baudelaire and Rimbaud, of transposing or transubstantiating qualities; the magical attributes of symbols watching us with their familiar gaze, the magical attributes of vowels forever changing into colour in a world where everything can be assimilated into an extreme, unique synaesthetic storm. In Marta de Menezes’ Proteic Portrait, biology is used as a theme and mold (in the material sense of the word) in an incursion into a remissionless detouring territory, in an infinite expansion where the data base and the archive (understood to be the map and knowledge) present themselves as being something, which, in its more decisive formulation, demands a developmental or transformational concept. Just like in Functional Portraits (also by Marta de Menezes), Proteic Portrait guides our attention to the realm of the person and authorship in a tectonically fluid world. Tectonic fluidity, indeed. In other words, and as a possibility that cannot continue to be ignored, the renegotiation of an expressive limit, which happens to be the one that is attached to the natural forms and their alleged intransitive existence and stability. In this tectonically fluid world, nature’s identity, or that which we called nature, becomes radically involved in the perception we have of it. Nature might be the most complete reification of that expressive limit, of that place where the human’s role ceases to be perceptible, and in which an inhuman autonomy, a blind intelligence, undescriptively or unintentionally superposes itself. An evolution that would disregard the position that the mind and its technical transactions have in its future. However, our metaphysical beliefs in that world endowed with stability and cognitive coherence have been dramatically upset by the challenge of biotechnologies, and evolution stopped being merely a flow where the human and his inscriptions and interventions only have a residual function. Like
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the cognitive scientist Keith Stanovich (2004, P. 280) tells us, the human “vehicles” are now capable of rebelling against the “replicators” (genes and memes), and “actively involve themselves in the evolutive design of the living”. In this scenario the consideration of risk becomes inevitable. One of the most influential assumptions of Darwinian evolution; the continuity of living beings and their adaptive and dynamic indefiniteness, was emphasized through the implications of our biotechnical interventions, which are not from today, but have presently gained a spectacular projective dimension. To the horror of many, we discovered, upon intervening, the living being’s dynamic and unorganized coherence. We discovered, in summary, the exuberant plasticity of the living being as a substance of structure and enchantment (new architectures seem to emerge on the technical horizon as enchanted matter with complex integration powers). We discovered that another aspect of (that which as a result of our interventions cannot be totally anticipated/foreseen or controlled, acquiring the autonomy that we attribute to “nature”) the inhuman unfolds itself infinitely in qualities of unlikely accumulation or laboratorial containment, and that, by biotechnical intervention, we are faced with a world where the extreme plasticity of living beings will have to include a reflection on risk, a reflection on what we do not know, a consideration (and simulation) of the less obvious effects that will present themselves. It was Ian Hacking (1994) who, in the nineties of the past century, called our attention to the fact that classification demands a reply from the classified. “Human types” take over the classifications of the classifiers, that is, of those who aim to clearly define (objectively) the points in which nature essentializes itself – “to carve nature at the joints.” The human types “see the classifications which they are submitted to as an attack and simultaneously reinvent themselves.” Hacking calls this the “looping effects of human types”, with the gay movement having been one of the prime examples. To Hacking this looping is one of the modalities of the human being: the classifiers and the classified interact with effects that depend largely on what social sciences designate as “agency”, that is, reflex action.
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Of course biotechnical manipulation demands that we consider the existence of unsuspected and unexpected effects on living beings, even when the characteristics of “agency” are unapparent. A looping effect between human and inhuman (which we could probably refer to as a looping effect of the biotechnical types) calls our attention to the possibility of a world where the borders between a certain conception of overly charged agency with exceedingly human characteristics tends to become an illusion; as if there was a distinguished ontological partition between human types and others, as if the technical production of the “non-human types” were non “acting” as Bruno Latour (v.g., 1999) would definitely refer to them, that is, to not delimit a set of figures “from acting” independently of their ontologies, determinations, and specifications. A fact that we should question, as does Keith Ansell Pearson; “Is it a case of nature selecting technics or of technics selecting ’nature’?” (1997, p. 29). We are faced with obvious conditions of what Paul Rabinow (1996) calls “biosociality”: another’s place became our own place, there where “culture” and its technical and instrumental manifestations are “nature” and this is a techno-selective implication, that is, an extension of what we call culture, without presaging the heuristic obsolescence of these two terms (“culture” and “nature”) as well as the partitions where they seem to mutually exclude themselves. In Proteic Portrait, Marta de Menezes sculpts proteins that function as tokens of a name, her name, but which reveal a translation that is not strictly representational. It’s actually the extreme opposite. The name becomes indivisible from the molecular structure of the protein. We are faced with a form of art that does not only exercise its prerogatives in the representational field, but simultaneously in a domain where the representation and its well-known demiurges are not entirely applicable. The “mArta protein”, as we see described (Menezes, 2007, P. 22) constitutes a demiurge of another order. It displaces the name – this token of personal identity – to a molecular configuration. The question “What it is a protein?” imposes itself. We could easily describe it as being a molecule composed of a chain of sub-units called amino acids. We could also add that there are thousands of different proteins in the human body, each one with
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a specific function. Thus, for example, hemoglobin carries oxygen through the blood. However, the “mArta protein” – a self-portrait (a name) that uses the proteic structure as support for and the substance of artistic creation – does not exist as a strictly “natural” configuration, because if we use the available databases we will be able to confirm that there is not a single known protein in nature with the same sequence of amino acids, as Marta de Menezes observes (2007, p. 222). It is possible, however, to identify the proteins that are similar to it. The similarity – the “family resemblance” – between the “mArta molecule” and the finite set of mapped molecules assumes “nature” as a represented and mapped object. Here, “nature” is partially (but emphatically) a function-of-knowledge: it is the result of a complex social and cognitive distribution of resources and technological apparatuses involved in the mapping or cartography of certain types of molecular structures. Meaning that the comparative work, which is part of Proteic Portrait, features a singularity – the “mArta molecule” – and the set of proteic structures known or mapped in a data base. In this way Proteic Portrait leaves us with a problem different from the one which was put forth in Nature?. The artefactual nature of the butterflies’ wings, transformed by laboratorial action, which is compared to a nature hypothetically lacking any human intervention – a natura naturans which humans lack – of Nature?, gives rise to another type of problem. The infinite of the name and the singularity of the personal identity circumscribe the possibility of breaking, creating, the finite of a natura naturata circumscribed by the data base or archive, as the comparison – the tension between the finite of the data base or archive and the molecular singularity called “mArta molecule” – is integrally accomplished within a human circle: the already mapped and the to be mapped of a new molecule instrumentally created in a laboratory without any apparent function other than that of the epitomization of personal singularity and authorship. This at a time where “death of the author” was transformed into an abruptly emphasized Foucauldian triviality. This biotechnical declination of the name and personal identity unquestionably demands that this “author” be reconsidered in accordance with a diagram of technical descriptions and interventions that greatly exceed this individual field of creative autonomy that we tend to attribute to the figure of the “artist” or
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“scientist”. Here, authorship is the product of a contact zone, of a connective machine that associates multiple instances where artists, scientists, technical apparatuses of diverse capacity and profile amplify: something that the singularity of a name recombined and requalified in a proteic language comes to highlight, precisely because the name comes to us as a social and technical function that participates in the evolutionary work. It will be, if we wish it to be, the anointment of a dangerous biotechnical spring. The possibility of art, allied to the forms of biotechnological bricolage and biocomputerized mapping – actively participating in the consubstantial evolutionary passage to the personal name, to the author, that is, and to the complex and dynamic diagram that it illustrates in its elaborations and connections. In Proteic Portrait the name and the author will be nothing more than connections without closure or steady identity (when the cartography of the molecule will be completed the project ends, which in Marta de Menezes’ case means that the project dies, the way that the “canvases” of Decon literally die, or as the phonotypical transformations performed in the wings of the butterflies of Nature? literally die due to the fact that such transformations are not transmitted to the following generations). Nevertheless, that’s where the accomplishment lies: Proteic Portrait opens the finitude of the database or the archive to the infinitude of the evolutionary transformation essential to creation. It is a bioclastic strategy, which by making the name of the molecule inseparable from it, further accentuates our already weak notion of representation through a work on ontologies and their partitions. Also, when emphasis is placed on a protein the complexity of the living being is highlighted. It is no longer a mere flirtation with a certain notion of nature that contaminates the work of Marta de Menezes, it is also, and in another way, an anti-reductionist reiteration of the living being. I will explain. The “Central Dogma” of genetics, as it is somewhat ironically posited by Francis Crick in 1957, is basically as follows: “DNA makes RNA make proteins, and proteins make us.” (cit. Gomart, 2007, P. 15). As Emilie Gomart asserts, (id.: ibid.) what Francis Crick meant to say by this is that the information could only circulate in
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one direction, from the gene to the body, and that this orientation could not be inverted. The DNA makes us and defines what we are, but the cell that contains the DNA, the body, and/or the environment do not alter the gene. In other words, and still in agreement with the Dogma, the genes direct and control the development of the organism, meaning that the genes govern, adds Gomart (id.: ibid.). In this aspect the configurations of the living are like this, understood as the result of this causal sequence that deviates the cogitations on any inversion or looping processes which may eventually arise between the genetic structure, the somatic structure and the environment. The critics called this “genetic determinism” or “genetic reductionism,” and it constituted one of the key elements of many of our concerns and public formularizations regarding the position that genetics occupies or will eventually occupy in society. Briefly, and in agreement with the Dogma, what we are depends clearly on the genetic blueprint. How relevant can the idea of creation (that cannot simply be assimilated to a concept of development) in the evolutionary process become here? On a large scale, this causal scheme does not leave any room for the concept of future and transformation, a natura naturans that includes the human being and his biotechnical interventions. How can natural forms evolve in a sudden and unpredicted manner if the effects of feedback between gene, sum, and environment are not taken into account? What happens when we shift our interest for the first name – an index of extreme singularity, a persona without which any possibility of a face, a profound identity, becomes doubtful – to a chain of inverse order: first name/sequence of amino acids/protein? What may be recommended when we invert the Dogma by backing ourselves up primarily with the metaphysics of personal identity – the first name – and go towards the proteic sequence, stopping there? While proceeding through this inversion that stems from the name to the amino acid sequence, Marta de Menezes is mainly underscoring two aspects which deeply overlap: firstly, to the creative processes subjacent to the architecture of names – which can be translated into amino acid sequences that are inexistent in the mapped natura naturata (“the passive” nature from the archive or database),
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and secondly we are recognizing that natura naturans (the “active” nature implicit to the evolutionary process) will have to incorporate the human being and the artefactual in its future, and that the name (the word), being a token, a singularity index or personal identity, is also an artefact of transformation or metamorphosis. Marta de Menezes introduces a creative element into our conceptions of nature and natural evolution by doing her thing within the realm of previously built structures (already mapped), but searching to breach them, open them, to the future and complexity of an evolution where the representations and/or interventions are part of the problem to consider, but not its centre, because the tectonic fluidity of the living being here presented does not guarantee a human axis, and perhaps actually demands its erasure. We are faced with an open project that will only terminate once it is definitively territorialized in the data base or the archive through competition amidst a very complex matrix of laboratorial agents. The complexity here is multi-scale: emphasis is placed on the complexity (and singularity) of the names and their identifier attributions (personal), on the complexity and singularity of the proteic structures (where delivery to the complexity of the “proteome’s” cartography is not arbitrary), and on the complexity of laboratory life that crosses this delivery scheme, with its human and non-human agents establishing recursive relations of difficult (if not improbable) stabilization and evaluation. On another scale, we will also have to ponder the importance that the public stage assumes in this recursivity. Here the laboratory representations and actions circulate and produce effects, coming back to demand answers that feed the laboratory representations and actions in an added gigantic looping effect that embraces techno-science and the social worlds that it includes. One would say that Marta de Menezes, just like the pioneer of information theory Claude Shannon, redirects us to the unquestionable complexity of information and its transmission. Finally, it could be said that with Proteic Portrait Marta de Menezes inserts “turmoil”, as a creative (and evolutionary) element, into the puzzle that is her work. Luís Quintais, Antropologist and researcher, Universidade de Coimbra, Portugal
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Bibliography Gomart, E. (2007), “Life at the end of the information age: parallels of science and art”, in Gomart, E. (org.), Genesis: life at the end of the information age, Utrecht: Central Museum, pp. 8-21. Hacking, I. (1994), “The looping effects of human kinds”, in Sperber, D.; Premack, D.; Premack. A. J. (ed.), Causal cognition: a multidisciplinary approach, Oxford: Clarendon Press, pp. 351383. Latour, B. (1999), Pandora’s hope: essays on the reality of science studies, Cambridge, Mass./London: Harvard University Press. de Menezes, M. (2007), “Art: in vivo and in vitro”, in Kac, E. (ed.), Signs of life: bio art and beyond, Cambridge, Mass./London: The MIT Press, pp. 215-229. Pearson, K. A. (1997), Viroid life: perspectives on Nietzsche and the transhuman condition, London: Routledge. Rabinow, P. (1996), “Artificiality and Enlightenment: from sociobiology to biosociality”, Essays on the anthropology of reason, Princeton: Princeton University Press, pp. 91-111. Stanovich, K. E. (2004), The robot’s rebellion: finding meaning in the age of Darwin. Chicago/London: The University of Chicago Press.
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Modelo tridimensional de la estructura del folding de la proteina mArta. Cortesia: Nuno Micaêlo, Instituto de Tecnología Química e Biológica, Oeiras. Three-dimensional model of the mArta protein’s folding structure. Courtesy of Nuno Micaelo, Institute of Chemical and Biological Technology, Oeiras. 110
folding mArta Nuno Micaêlo Folding mArta es una actividad secundaria del proyecto artístico principal mArta Protein, dirigido por Marta de Menezes. Protein mArta se propone determinar la configuración estructural de un pequeño péptido que corresponde a la secuencia formada por las letras de su nombre, utilizando técnicas científicas experimentales avanzadas. Marta de Menezes es portuguesa y, como tal, ha heredado un largo nombre latino por parte de sus padres y de su marido. Su nombre completo adaptado a la secuencia de un polipéptido, de acuerdo con el código de un aminoácido, se traduce en una secuencia de 42 elementos: MARTAISAVELSWVRALRIVEIRDEMENESESDASILVAGRACA El proyecto mArta Protein comenzó con una exploración de análisis bioinformático para hallar la singularidad de la secuencia mArta. Parece que la proteína mArta no tiene par, puesto que no se parece a ninguna otra secuencia proteica de los organismos estudiados hasta el momento. Es única. Además, como se preveía, tan sólo guarda una remota semejanza con las estructuras proteicas conocidas que se han determinado de forma experimental. Por ende, la determinación de la estructura de la proteína mArta no sólo supone un original proyecto artístico, sino también un desafío científico extraordinario. Las propiedades estructurales de una proteína pueden determinarse a través de técnicas experimentales, pero también utilizando sofisticadas metodologías teóricas que combinan la ciencia de la física con el conocimiento de la biología. Estas tecnologías pueden simular los detalles internos de los componentes biológicos a nivel atómico, como las proteínas. Con estas tecnologías se estudió la proteína mArta en el Instituto de Tecnología Química e Biológica en Oeiras, una moderna institución investigadora de Portugal. El nombre que se le dio al resultado del estudio teórico fue Folding mArta. El proyecto Folding mArta se basó en la investigación científica, fundamental para entender cómo las proteínas logran su estructura tridimensional a partir de su estado desplegado. Con el objetivo de conseguir la estructura mArta, se realizó una simulación por ordenador del proceso de plegamiento de una proteína mArta, empezando por su estructura desplegada. Para ello utilizó un programa
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informático que emplea con frecuencia en sus investigaciones. Realizar el plegamiento de proteínas con simulaciones informáticas en un único ordenador puede llevar meses e incluso años. No es sencillo hallar la estructura tridimensional preferente de la proteína mArta a través de simulaciones informáticas. Hoy día, el plegamiento de proteínas supone un esfuerzo científico internacional que implica miles de ordenadores, y muchos de ellos los utilizan usuarios voluntarios de todo el mundo, como en el proyecto folding@home. A pesar de esto, en la película Folding mArta puede percibirse un pequeño indicio del camino hacia el verdadero estado desplegado de mArta. De hecho, esta película representa 0,000000015 segundos de su vida. La simulación informática del plegamiento de la proteína comienza con mArta en estado desplegado, aunque intentará alcanzar su configuración preferente final. Un programa informático ha simulado algunos de los movimientos atómicos que conducirán a dicha configuración. Este programa utiliza las leyes de la física para dar vida a los movimientos atómicos de mArta. Durante el plegamiento de mArta puede observarse su proceso gradual hacia su forma final, una versión simulada de la vida de mArta. Nuno Micaelo, científico, Instituto de Tecnología Química e Biológica, Oeiras, Portugal
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folding mArta Nuno Micaêlo Folding mArta is a side venture from the main artistic project mArta Protein led aded by Marta de Menezes. Protein mArta aims to determine the determination of the structural conformation of a small peptide corresponding to its sequential full name letters using advanced scientific experimental techniques. Marta de Menezes is Portuguese and, as such, she has a lengthy Latin name inherited by her parents and by her husband. Her full name adapted to a polypeptide sequence accordingly to the one aminoacid code results in to a 42 residue sequence: MARTAISAVELSWVRALRIVEIRDEMENESESDASILVAGRACA Protein mArta project started with a bioinformatics bioinformatics analysis search to find the uniqueness of the mArta sequence. It seems that the the mArta protein is a one of a kind since it does not resemble to any known protein sequence from all organisms studied so far. It is unique. Furthermore, has expected, it has only a remote resemblance to known protein structures determined experimentally. Thus, the determination of the mArta protein structure is not only an original artistic project but also a defying scientific challenge. The determination of the structural properties of a protein can be done with experimental techniques, but also using sophisticated theoretical methodologies that combine the science of physics withand knowledge of biology. These technologies are able to simulate the inner details of the biological components at the atomic level such has proteins. The mArta protein was studied using with such technologies at Instituto de Tecnología Química e Biológica in Oeiras, an international state-of-the-art research institution of Portugal. The outcome of this theoretical study was named Folding mArta. The Folding mArta project is based oin the fundamental scientific quest toof understanding how proteins gain their full functional 3D structure from their initial unfolded state. In order to attain the mArta structure, it was performed a computer simulation of the folding process of a mArta protein, starting from an unfolded structure of mArta designed in a computer program that he usually employs in its research. The folding of proteins using computer simulations done on a single desktop computer can take months or even years to finish. It is not easy to find the preferential 3D final structure of mArta protein by computer
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simulation. The folding of proteins is todayare nowadays a global scientific endeavour involving thousands of personal computers, many of them arising from voluntary users across the world, such has in the folding@home project. Despite thisof that, a small glimpse of mArta o in its way to it true folded state can be perceived in the movie Folding mArta. The Folding mArta movie is in fact just 0.000000015 seconds of its life. During the mArta computer simulation folding, mArta is trying to reach its final preferential conformation. mArta starts in its unfolded stated and some of the atomic movements that will lead to its final conformation are being simulated by a computer program. This program uses the laws of physics to bringgive the atomic movements of mArta to real life the atomic movements of mArta. During mArta´s folding we are seeing its progress back and forth in direction to her final form, a simulated version of mArta life. Nuno Micaelo, scientist, Instituto de Tecnología Química e Biológica, Oeiras, Portugal
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V铆deo-documentos del processo de investigaci贸n Video-documents of research process
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Marta de Menezes Lisboa, 1975. www.martademenezes.com Marta de Menezes ha profundizado en los últimos años en la interacción entre Arte y Biología trabajando en institutos de investigación científica y ha demostrado que las tecnologías biológicas pueden ser utilizadas como medio para la creación artística. En 1999, creó su primer proyecto de arte biológico (Nature?) al modificar el patrón de las alas de mariposas vivas. Desde entonces utiliza diferentes técnicas biológicas, incluida la Resonancia Magnética Funcional del cerebro, para crear retratos en los que puede observarse la mente (Functional Portraits, 2002); fragmentos de ADN fluorescentes para crear microesculturas en el núcleo de células humanas (NucleArt, 2002); esculturas hechas con ADN (Inner Cloud, 2003) o con neuronas vivas (Tree of Knowledge, 2005) y pinturas deterioradas por bacterias (Decon, 2007). El trabajo de la artista ha sido presentado internacionalmente en exposiciones, publicaciones y conferencias. Marta es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Lisboa, posee un máster en Historia del Arte y Cultura Visual por la Universidad de Oxford y es desde 2007 alumna de Doctorado en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Leiden. During her last few years’ work in scientific research institutions, Marta de Menezes has come to explore the interaction between Art and Biology while proving that biological technologies can be used as media for artistic creation. In 1999 Marta created her first biological art project (Nature?) by modifying the pattern of live butterfly wings. Since then she has applied different biological techniques, including Functional Magnetic Resonance of the brain, to create images where the mind can be observed (Functional Portraits, 2002); fluorescent DNA fragments to create micro-sculptures in the nucleus of human cells (NucleArt, 2002); sculptures made from DNA (Inner Cloud, 2003) or with live neurons (Tree of Knowledge, 2005) and bacterially degraded paintings (Decon, 2007). The artist’s work has been internationally presented in expositions, publications and lectures. Marta has a degree in Fine Arts from the University of Lisbon, a master’s degree in History of Art and Visual Culture from Oxford University and has been doing a Doctorate’s degree at the Leiden University Faculty of Humanities since 2007.
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Vistas de la instalaci贸n Installation views 124
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Exposición/Exhibition
Catálogo/Catalogue
Proyecto artístico/Art project Marta de Menezes
Este catálogo ha sido editado con motivo de la exposición Retrato Proteico (del 4 de octubre al 11 de noviembre de 2007), un proyecto de Marta de Menezes producido por MEIAC. This catalogue is published on the occasion of the exhibiton Proteic Portrait (4th of October through 11th of November 2007), a project by Marta de Menezes, produced by MEIAC.
Comisario/Curator Inês Moreira Producción/Production MEIAC Coordinación MEIAC/MEIAC Coordination Rocío Nicolás Blanco Montaje/Installation Artemarc Diseño de invitaciones/Invitation design Manuel Granja Modeo 3D/3D Models Tiago Costinha Agradecimientos/Acknowledgments Yvonne Jones y/and Radu Aricescu (Structural Biology Department, University of Oxford, UK); GeneArt; 3Bs, Universidade do Minho, Braga, Portugal; Maria Manuela Lopes (ectopia, Oeiras, Portugal); Nuno Micaêlo, Mariana Pinho y/and Sérgio Filipe (Instituto de Tecnologia Química e Biológica, Oeiras, Portugal); Jesús Usón (Centro Cirugía de Mínima Invasión, Cáceres, España), Rocio Nicolás Blanco y/and José Ángel Torres Salguero (MEIAC, Badajoz, España)
Con el apoyo de/with the support of Structural Biology Department, University of Oxford, UK; GeneArt; 3Bs, Universidade do Minho, Braga, Portugal; Instituto de Tecnologia Química e Biológica, Oeiras, Portugal; Centro Cirugía de Mínima Invasión, Cáceres, España; Ectopia, Oeiras, Portugal
Edición/edition Inês Moreira Textos/Texts Inês Moreira, Marta de Menezes, Nuno Micaêlo, Luís Quintais Traducción/Translation Vaughan Translations y Antonio Sáez Delgado Imágenes laboratorio/Laboratory images Marta de Menezes y de Structural Biology Department, University of Oxford, UK. Modelos tridimensionales: Tiago Costinha y Nuno Micaêlo Fotografías instalación/Installation photography Vicente Novillo Diseño/Design www.elvivero.es Imprenta/Printer Indugrafic
© Consejería de Cultura y Turismo. Junta de Extremadura. © de los textos y las imágenes, sus autores. ISBN: 978-84-612-9371-1 Depósito legal: BA-70-09
Junta de Extremadura Presidente de la Junta de Extremadura Guillermo Fernández Vara Consejera de Cultura y Turismo Leonor Flores Rabazo Directora General de Patrimonio Cultural Esperanza Díaz García
Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo Director Antonio Franco Domínguez Técnicos de Arte, Conservadores José Ángel Torres Salguero Catalina Pulido Corrales Rocío Nicolás Blanco Departamento Didáctico Teresa León González Administración Rosa Regalado González Ángeles Barrientos Tejada Mª Paz García Buzo Centro de Documentación y Biblioteca Susana Moralo Aragüete Encarnación Pérez Rojas MEIAC Virgen de Guadalupe, 7. 06003 Badajoz Tel: +34 924 013 060 Fax: +34 924 013 082 email: meiac@juntaextremadura.net www.meiac.es www.meiac.org
Detalles de fotografía microscópica del cristal de la proteína mArta. Cortesía: Yvonne Jones y Radu Aricescu, Facultad de biología estructural, Universidad de Oxford, Reino Unido. From a microscopic photo of the mArta protein crystal. Courtesy: Yvonne Jones and Radu Aricescu, Structural Biology Department, University of Oxford, UK.
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Retrato Proteico Proteic Portrait Marta de Menezes
Retrato Proteico / Proteic Portrait. Marta de Menezes
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PLP 09
10/2/09
MEIAC
AF_PLP09_cubierta_100209:PLP_cubierta
PLP 09 Post-Local Project
MEIAC, Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo