Ruth Morán. Traslaciones

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Traslaciones Ruth Morรกn



























Traslaciones Meiac, 30 de octubre 2014 – 6 de enero de 2015 October 30, 2014 – January 6, 2015



















Traslaciones, más allá del signo Imma Prieto

Un cauce más que un cruce, o ambos a la vez. Líneas que recorren espacios y esparcen nuevas dimensiones, abriéndose más allá del límite del cuadro. Sobreviniendo, de algún modo, a lo que Heidegger apuntó sobre la escultura en relación a Chillida. Esto es, contener la capacidad de espaciar el espacio para poder, a su vez, habitarlo. Ruth Morán inscribe su trabajo en esa posibilidad contenida, en ese ir más allá y permitir que el límite matérico no sea tal. Ofrecer la posibilidad de habitar el espacio expandiéndose más allá del límite. Proseguir, junto a sus paisajes expansivos, recorridos imaginarios para dejarse ser y estar en esa invocación. Trabajar con todo aquello que yace fuera de la tela, con todo lo que no se ve. Establecer un diálogo constante con el paisaje que circunscribe sus trazos. Un paisaje que no apela sólo al que ella construye, sino que crea un conjunto de signos para representar aquel que no puede ser representado, de ahí que vuelva una y otra vez, que repita la acción de trazar, que permita que su gesto genere un nuevo conjunto de signos. A la vez, como bien muestra a través de uno de sus últimos trabajos, la serie perforaciones1, para la que realiza incisiones, cesuras2, crea un paisaje que se construye tras múltiple hendiduras. Papeles perforados mediante los que empieza a crear espacios fuera de la propia composición. Construye no un espacio, sino sobre el espacio, jugando con la luz y la sombra, permitiendo que sus líneas, que en series como las gravitaciones o las psicografías se esparcen y recorren por toda la composición, se construyan ahora sólo con el diálogo directo de la luz fuera del marco de la composición. Líneas que surgen del orificio del papel y se proyectan en el espacio hasta tocar el suelo. Líneas que marcan, unas tras otras, recorridos imposibles, tejiendo hilos invisible que acuñan nuevos paisajes. Siempre el mismo trazo diferente. Una y otra vez, sus composiciones albergan ese sentido originario del trazo como signo. Un signo que inscribe, marca y desaparece, para escribir lo que no se puede o se deja escribir, para aparecer fuera él. De ahí que sus pinturas vengan a ser como diría Derrida, una especie de diferimientos. Signos que se repiten una y otra vez, porque son ya la cosa originaria diferida. Signos distintos, siempre, para hablar de lo mismo. El diferimiento asume que ante la imposibilidad de acoger la plenitud de significado, las palabras, símbolos y signos, sólo pueden ser definidos (sólo pueden definirse) mediante la utilización de otros nuevos. De ahí que siempre sean ya, algo diferido, su significado es siempre algo postergado, diferido, que permite volver una y otra vez, de un modo interminable. Volver a querer significar lo mismo bajo distintos signos. Es en este punto dónde se torna interesante diferenciar lo que Derrida viene a llamar différance y différence, es justamente esa “a”, la que nos permite aprehender la distinción


entre aquello que presenta diferencias con algo, y aquello que presenta diferenzias3. Aparentemente podemos pensar que los trabajos que Morán presenta se configuran a partir de una repetición, de algo que parece haber sido ya visto. Y sí, algo hay de todo ello, ya hablemos de las Psicografías o de las Perforaciones, hallamos con constancia y necesidad la vuelta a la resignificación de aquello que no puede siquiera simbolizarse porque desborda la representación. Por ello el signo, siempre distinto, se repite. Sólo así podemos adentrarnos en los trabajos que ahora presenta, pinturas pertenecientes a las series que citábamos anteriormente Gravitaciones y Psicografías, la serie de papeles perforados, Perforaciones, y su primer trabajo en vídeo, performing the gesture: los tres trabajos inciden de nuevo en esa importancia del signo. La imagen generada, poética, es el modo particular de anunciar el símbolo visible que hace de nexo entre lo que se ve y lo que permanece oculto. La imagen no se presenta bajo sometimiento, ella en su ser simbólico alude al paisaje que anuncia el territorio ¿qué territorio? el de la escritura. La escritura entendida, como apreciamos en la imágenes de Ruth Morán, bajo trazos. Trazos que configuran espacios y que se expanden más allá del límite de la imagen. Cada una de sus composiciones es una reflexión sobre lo sublime del paisaje que escondemos dentro, nos encontramos pues, ante la imaginación ofrecida desde la sencillez del trazo. La imagen es el vínculo entre una intimidad y otra. Un lenguaje sutil y silencioso que susurra vocablos construidos en el espacio del ser y que se abren en cada lienzo para acercarnos a una cosmogonía originaria. Los paisajes de Ruth Morán apelan a un rastro, son un signo. De ahí que Ruth vuelva una y otra vez a significar espacios, a inscribir, a trazar mediante su gesto signos que vienen a ser diferencias de lo que se quiere representar. Los paisajes de Ruth Morán dan visibilidad, una y otra vez, con sus diferimientos y espaciamientos, a lo que Derrida designa y así nos es permitido introducirnos en una comprensión profunda de lo que en sus trabajos se anuncia: El signo representa lo presente en su ausencia. Tiene lugar en ello. Cuando no podemos tomar o mostrar la cosa, digamos lo presente, el ser-presente, cuando lo presente no se presenta, significamos, pasamos por el rodeo del signo. Tomamos o damos un signo. Hacemos signo. El signo sería, pues, la presencia diferida. Bien se trate de signo verbal o escrito, de signo monetario, de delegación electoral y de representación política, la circulación de los signos difiere el momento en el que podríamos encontrarnos con la cosa misma, adueñarnos de ella, consumirla o guardarla, tocarla, verla, tener la intuición presente. Lo que yo describo aquí para definir, en la banalidad de sus trazos, la significación como différance de temporización, es la estructura clásicamente determinada del signo: presupone que el signo, difiriendo la presencia, sólo es pensable a partir de la presencia que difiere y a la vista de


la presencia diferida que pretende reapropiarse. Siguiendo esta semiología clásica, la sustitución del signo por la cosa misma es a la vez segunda y provisional: segunda desde una presencia original y perdida de la que el signo vendría a derivar; provisional con respecto a esta presencia final y ausente en vista de la cual el signo sería un movimiento de mediación.4 Observamos cómo a su vez, en esta ocasión y por primera vez en su trayectoria, presenta en el mismo espacio expositivo tres tipologías de trabajo que apelan al propio modo de construir el paisaje. Construcciones que son una invitación a pensar el espacio. Un espacio que no es otro que el de su escritura, escritura que se resuelve mediante un gesto que se construye a partir de signos: líneas, agujeros, movimiento. EL vídeo Performing the gesture recrea de algún modo los senderos que devienen proceso. Recorrer nuevas geografías mentales, encontrarnos en los recovecos de la composición para poder habitarla. Líneas en movimiento que nos convocan en el propio espacio de representación, que nos permiten ser, de algún modo, gesto. Por ello, pensar cada gesto, esto es, dibujo, perforación, proyección audiovisual, como una traslación, como un movimiento significante. Ruth Morán apela a su vez a una especie de minimalismo personal, sólo pensando el proceso, sólo asumiendo su gesto llegamos a consideraciones que nos acercan no ya a un estadio pleno del dibujo o la pintura, sino más bien a la creación entendida como humildad. Humildad que exige ese minimalismo conceptual. No es alejado, al contrario, pensar en algunas de las reflexiones que Sol Lewitt nos dejó a cerca de su trabajo. No dirigiendo la reflexión hacia cómo pensar la figura geométrica, sino más bien a cómo se construye el espacio o a cómo una suma de líneas lo habitan y lo abren. Resulta sugerente acercarnos a algunos de sus libros de artista5 o algunos de los ejemplos de obra gráfica. Los trabajos Color Gerds de 1975, recrean mediante líneas esa posibilidad sígnica de habitar el espacio, de trazar mínimos elementos que interpelan. Un gesto repetitivo, mínimo, que abre sin escondites. De hecho, en más de una ocasión la pintora Agnes Martin nos dejaba en sus notas la importancia de la humildad. Martin apela a la humildad y a la verdad: We cannot even imagine how to be Humble. I can see humility. Delicate and White. It is satisfying just by itself. And trust, absolute trust, a gift, a precious gift. I would rather think of humility than anything else.6 La humildad a la que apela Martin se traduce en su trabajo a partir de ese modo de construir el paisajes sin falsificación, asumiendo la imposibilidad de traducción simultánea, cualquiera de sus obras Summer (1964), The river (1965) o falling Blue (1966), entre muchas otras, nos conducen a esa honestidad del trazo. Sólo la línea, eludiendo cualquier intento de representación que no sea la propia asunción de volver una y otra vez al signo mínimo.


Esa es la misma energía que mueve el trazo de Ruth Morán, una humildad sin límites para abordar la complejidad de una geografía interna, mental. Diferentes superficies y espacios, traslaciones que ella transgrede para incidir en la importancia del trazo, el trazo que viene a ofrecernos el signo. Un signo que nos presenta siempre distinto, bajo la verdad y la humildad: formatos diversos, suma de signos desiguales que convergen en paisajes nuevos, para hablarnos de su concepción mental de la práctica artística. Práctica que no puede desligarse de lo que ella es. De cómo, al fin y al cabo, ella se posiciona ante el mundo. De ahí que las palabras de Martin sean también toda una declaración de principios y un legado: humildad. Pasar la vida, el signo e ir más allá. Las composiciones que ahora nos ocupan vienen a reordenar la mañana, a esclarecer horizontes a través de la simpleza del signo, único modo de ir más allá: Sobrevivo ese rato, poniendo en orden la mañana.7

1. La serie Perforaciones acoge una serie de trabajos realizados entre 2013 y 2014, en el Museo del Papel de Capellades (Barcelona), para los que Ruth Morán ha llevado a cabo una investigación en torno al papel como material de experimentación. El objetivo ha sido pensar los modos en que éste puede ser perforado para crear tanto en la misma superficie del material, como en el dibujo lumínico que se proyecta en el espacio, una nueva categoría de paisajes que sin traicionar los fundamentos constituyentes de sus cartografías, pueda abrir nuevos discursos en torno al espacio y al signo. 2. Cesura: (Del Lat. Caesura, de caedere, cortar). En la poesía moderna, corte o pausa que se hace en el verso después de cada uno de los acentos métricos de su armonía. Aplicado a las Perforaciones, se entienden sus composiciones como escrituras poéticas en las que la propia hendidura deviene caligrafía compositiva, la suma de fisuras como signos constituyentes del lenguaje que utiliza. 3. Se añade la z, según el uso que en español se ha hecho del neologismo creado por Derrida. 4. Derrida, Jacques. La différance: Conferencia pronunciada en la Sociedad Francesa de Filosofía, el 27 de enero de 1968, publicada simultáneamente en el Bulletin de la Societé française de philosophie (julio-septiembre, 1968) y en Theorie d’ensenble (col. Quel, Ed. de Seuil, 1968); en Derrida, J., Márgenes de la filosofía, traducción de Carmen González Marín (modificada; Horacio Potel), Cátedra, Madrid, 31998. Edición digital de Derrida en castellano. 5. Ver: Serial Project # 1, 1966, Aspen nº5-6, Nueva York, 1967, o por ejemplo algunas de las Drawing Series Set I-II, que presentó en la Ace Gallery de Los Angeles en 1968. 6. Ideas recogidas mediante reproducción facsímil de sus cuadernos de notas en el catálogo Agnes Martin: paintings, writings, remembrances (2013) Phaidon: Nueva York. 7. Plath, Sylvia. Ariel (1985). Poesía Hiperión: Madrid.


Translations, beyond the sign Imma Prieto

A riverbed more than a crossroad, or both of them at the same time. Lines that run through spaces and scatter new dimensions, opening themselves beyond the limits of the canvas. Coming up, in some way, to what Heidegger noted down about Chillida’s sculpture. That is, containing the spacing ability of space so to make it inhabitable at the same time. Ruth Morán registers her work in this contained possibility. She inscribes it to go further and allows it to ignore its material limitation. She offers the possibility of inhabiting the space that is expanding beyond the boundaries. She persists, with her expansive landscapes, imaginary walks to let herself be and stay in this invocation. She works with all that lies beyond the canvas, with all that remains unseen. She establishes a constant dialogue with the lines that circumscribe the landscape. A landscape that not only appeals to the one she builds, but also creates a group of signs to represent what can not be portrayed. From this point, she goes back, over and over again, to the reiteration of line drawing that will allow her gesture to create a new set of signs. At the same time, as she shows in one of her latest works, the Perforations series1 , where she makes incisions, caseurae2, she creates a landscape that is built upon a series of fissures. Ruth Morán begins to create spaces beyond composition itself through perforated papers. She doesn’t build a space; instead, upon space, through light and shadow play. Those lines, that both in the series Gravitaciones or Psicografías were scattered and ran across the whole composition, are now only allowed to create through the dialogue of light outside the boundaries of the composition. Lines that emerge from paper holes and project themselves into space until they land. Lines that trace, one after another, impossible paths, weaving invisible strings that forge new landscapes. Always the same different stroke. One after another, Ruth Morán’s compositions harbor that primal sense of the stroke as a sign. A sign that is engraved, marked and fades away, so to write the unwritable or what is not allowed to be written, so to show up outside itself. Hence, her paintings become, as Derrida would say, a difference kind. Signs that are being repeated over and over again, because they are already the differred original thing. Different signs that always talk about the same. The act of differing assumes that, in front of the inability to acquire full meaning, words, symbols and signs can only be defined (they can only be defined) through the use of new signs. Therefore, they always are something different yet. Its meaning is always postponed, differed, it allows us to come back, over and over again, unendingly. It is the will to come back to mean the same thing under a different sign. It is in this point where it is interesting to differentiate between


what Derrida calls différance and différence, that is, just this “a”, what allows us to apprehend the distinction between what shows differences and what shows diferenzias3. Apparently, we can think that the works Morán presents us start beginning from a repetition, something that seems to have already been seen. Yes, there is something about this, should we talk about Psicografías or Perforations, we find the perseverance and the need to come back to resignification of what cannot even be symbolized because it overflows representation. Hence the sign, always another, repeats itself. Only this way we can go deep into the works that she now presents, paintings belonging to the series quoted previously, Gravitaciones and Psicografías, the series of perforated papers, Perforaciones, and her first video work, Performing the gesture: the three series have an impact on this importance of the sign. The generated, poetic image, is the peculiar way to announce the visible sign that links what is seen to what remains hidden. Image is not under subduing. It, in its symbolic being, recalls the landscape that announces the territory, what territory? the one of scripture. Scripture understood, as we can see in Ruth Morán’s images, under strokes. Strokes that configure spaces that expand beyond the boundaries of the image. Each of her compositions is a reflection on our inner landscape. Then, we are in front of the imagination offered from the simplicity of the stroke. The image is the link between one intimacy and another. A subtle and silent language that whispers words built on the space of the being and open themselves in every canvas to get close to an imaginary cosmogony. Ruth Morán landscapes appeal to a trail, they are a sign. Hence, Ruth comes back over and over again to signify, to engrave, to trace through her gesture signs that become differences of what is meant to be represented. Ruth Morán’s landscapes offer visibility, over and over again, with its differences and spacings, to what Derrida defines as Différance. The Derridian “a” allows us to enter a deep understanding of the work series Psicografías and Gravitaciones. The sign represents what stays in the artist’s absence. It happens in it. When we cannot take or show the thing, let’s say what is being present, the present being, when what is present does not show itself, we signify, we use the long way around of the sign. We take or give a sign. We make a sign. Hence, the sign is, it is the differed presence. May the sign be verbal or written, monetary, electoral and with a public representation, the circulation of signs differs the moment where we could find the thing itself and own it, consume it and keep it, touch it, see it and have the intuition in front of us. What I write here to define, in the banality of Ruth Morán’s strokes, the signification as a temporary différance, is the classically determined structure of the sign: it anticipates that the sign, differing the presence, is only thinkable from the presence it differs and, to the


sight of the differred presence that it expects to retake. Following this classical semiology, the substitution of the sign for the thing itself is at the same time secondary and temporary: secondary from an original and lost presence that the sign would have its origin; temporary in relation to this final and absent presence where the sign would be a movement of mediation.4 We notice how, at the same time, in this occasion and for the first time in its career, Ruth Morรกn shows in the same expositive space three typologies of work that appeal to the way of building a landscape. Constructions that are an invitation to think inside the space. A space that is no other than scripture. A scripture that emerges with a gesture that is build from the signs: lines, holes, movement. The video Performing the gesture recreates, in a way, the paths that become process. Walking through mental geographies, finding ourselves in the hidden corners of the composition to inhabit them. Lines in movement that summon us to the very space of representation. Lines that allow us to be, in a way, gesture. Ruth Morรกn appeals at the same time to a kind of personal minimalism. She only thinks of the process, only by assuming her gesture we arrive at considerations that bring us closer, not only to full state of drawing or painting, but also to a creation understood as humbleness. A humbleness that demands this conceptual minimalism. It is not wrong, but rather the other way around, to think about some reflections that Sol Lewitt left us about his work. If we do not aim the reflection towards the way of reflecting the geometric figure, but rather to how space is being built or how a sum of lines inhabit it and open it. It becomes interesting to move ourselves closer to his artist books5 or some of his examples of graphic work. His works Color Gerds (1975) reproduce this signic possibility of inhabiting space through the use of lines, the possibility of tracing minimal elements that interpellate. A repetitive gesture, minimal, that opens without hideouts. In fact, more than once, painter Agnes Martin wrote in her notes the importance of being humble. Martin appeals to humility and truth: We cannot even imagine how to be Humble. I can see humility. Delicate and White. It is satisfying just by itself. And trust, absolute trust, a gift, a precious gift. I would rather think of humility than anything else.6 The humility which Martin appeals translates in her work from this way if building landscapes without forgery, assuming the impossibility of a simultaneous translation, any of her works Summer (1964), The river (1965) or Falling blue (1966), among many others, drive us to this tracing honesty. Only the line, eluding any attempt to represent anything but her own assumption of coming back over and over again to the minimal sign.


This is the same energy that moves Ruth Morán’s strokes, a limitless humility to board the complexity of an internal, mental geography. Different surfaces and spaces, translations that she transgresses so to have an impact on the importance of the stroke, the stroke that comes to offer us the sign. A sign that is presented always another, under the focus of truth and humbleness: different formats, the sum of uneven signs that converge into new landscapes, so to talk about her mental understanding of the artistic performance. A performance that cannot be separated from what she is, that, in the end, she adopts an attitude towards the world. Hence, Martin’s words are also a declaration of principles and a legacy: humbleness. Hanging out life, the sign and go further. The composition that now keep us busy come to rearrange the morning, to light up horizons through the straightforwardness of the sign, the only way to go further: Eye, the cauldron of morning.7

1. The series Perforaciones embraces a series of works done between 2013 and 2014, in Museo del Papel de Capellades (Barcelona), where Ruth Morán has lead an investigation around paper as an experimentation material. The goal has been to think the ways in which this material can be perforated in order to create, both in the very surface of the materials, as in the luminic drawing that projects into space, a new category of landscapes that, without betraying the constituting foundations of her cartographies, some new dialogues could be open around space and the sign. 2. Cesura: (From Latin. Caesura, de caedere, to cut). Classical Prosody. a division made by the ending of a word within a foot, or sometimes at the end of a foot, especially in certain recognized places near the middle of a verse. Applied to Perforaciones, we understand her compositions as poetical writings where the very fissure becomes compositive calligraphy, the summing up of fissures as constitutive signs of the language she makes use of. 3. We add z, just as in the use derivative from the use of the neologism creatd by Derrida. 4. Derrida, Jacques. Différance is a French term coined by Jacques Derrida, deliberately homophonous with the word “différence”. Différance plays on the fact that the French word différer means both “to defer” and “to differ.” Derrida first uses the term différance in his 1963 paper “Cogito et histoire de la folie”.The term différance then played a key role in Derrida’s engagement with the philosophy of Edmund Husserl in Speech and Phenomena. The term was then elaborated in various other works, notably in his essay “Différance” and in various interviews collected in Positions. 5. Ver: Serial Project # 1, 1966, Aspen number 5-6, New York, 1967, or for example some of the Drawing Series Set I-II, that were exhibited in Ace Gallery de Los Angeles en 1968. 6. Ideas from facsimil reproductions from her notebooks in the catalogueAgnes Martin: paintings, writings, remembrances (2013) Phaidon: New York. 7. Plath, Sylvia. Ariel (1985). Poesía Hiperión: Madrid.



Ruth Morán’s Secret World Efraín Rodríguez Santana, Academia de España in Rome An enigmatic landscape spreads over a black scene. A structural framework of lines that repeat itself shaping a disturbing succession of signs that perform a startling attraction to the observer. The black scene is a shape made out of space where strokes and cuts, that in first instance tend to focus on worlds conceived as a totality, overlap. From this apparent control, established in this black scene, that could properly be a kind of genesic receptacle, void, unknown territory, each stroke or cut is the expression of a human pulsation, lines that, when they combine, become indifferent. Scheme, obstination, repetition of the unrepeatable are shapes of a turbulent indagation that the artist makes on herself. Successive slots that try to offer unlikely answers. One draws in order to avoid knowing. This is an inner landscape, maniac, schizo, something that is observed as beginning and end, because in the same way that it begins and ends, a sort of appearances that works as an ancient synchrony dialect, the weak giving birth to the strong, the dark emphasizing its luminosity fee. In this biography of cuts, Ruth Morán appears to be advertise “one more snip”. So, with this incision it is possible to establish feasible routes that lead to nowhere. The problem is not to define but to extend landscapes that establish discontinuities. Like the rhythm of an asylum, like rhizomes that don’t feed back. The terrible thing of these artworks is that they are perfect in their execution and that they succeed in making the chaos a predictable path. Lucidity and anguish, desolation and beauty, loneliness and concurrency, the agony of what is beautiful and ugly, the unfathomable and the recognizable, the alteration and the pacification, demency and stillness. Artworks that are also exhibited in last instance as an exotic landscape coming from somewhere in the universe, a deep cut on earth, a crosswise cut of a tree, a mortal strike inside a living body.


El mundo secreto de Ruth Morán Efraín Rodríguez Santana, Academia de España en Roma Sobre un plano negro se extiende un paisaje enigmático. Un entramado de líneas que se repiten y conforman en su totalidad una inquietante sucesión de signos que ejercen sobre el espectador una atracción desconcertante. El plano negro es una forma de espacio sobre el cual se imbrican esos trazos o cortes que en primera instancia tienden a fijar mundos concebidos como una totalidad. Desde este aparente control, asentado en ese plano negro, que bien pudiera ser una especie de receptáculo genésico, vacío, territorio desconocido, cada línea o corte es la expresión de una pulsación humana, líneas que al conjuntarse se hacen indistintas. Entramado, obstinación, repetición de lo irrepetible son formas de una turbulenta indagación que se hace la artista sobre sí misma. Sucesivas hendiduras que intentan ofrecer respuestas improbables. Se traza para no saber. Este es un paisaje interior, maniático, esquizo, algo que se observa como principio y fin, porque de la misma forma que se comienza se termina, una suerte de estado de apariencias que funciona como antiquísima dialéctica de la sincronía, lo débil engendrando lo fuerte, lo oscuro acentuando su cuota de luminosidad. En esta biografía de cortes, Ruth Morán, parece anunciar un “piquetico más”. Así con cada incisión se consigue instaurar posibles rutas que no conducen a ningún lugar. El problema no es definir sino extender paisajes que establezcan discontinuidades. Como el ritmo de un manicomio, como rizomas que no se retroalimentan. Lo terrible de estas piezas es que son perfectas en su ejecución y que logran hacer del caos una ruta predecible. Lucidez y angustia, desolación y belleza, soledad y concurrencia, agonía de lo bello y lo feo, lo insondable y lo reconocible, la alteración y la pacificación, la demencia y la quietud. Piezas que también se exhiben en última instancia como paisaje exótico proveniente de alguna parte del universo, un corte profundo de la tierra, un corte trasversal de un árbol, un corte mortal dentro de un cuerpo viviente.



Ruth Morán Méndez Badajoz, 1976 Licenciada en Bellas Artes. Universidad de Sevilla, 2001. Ha realizado diferentes cursos a través del CAAC: Transformaciones: Arte y Estética desde 1960-IV, dirigido por Juan Bosco Urmeneta. Arte y Naturaleza en torno a Darwin, Vigencia y actualidad del dibujo, Método y Creación, Pervivencia de la Pintura, Paisaje y Modernidad III, y Signos del Mediodía, impartidos por Juan Fernández Lacomba. Entre las becas más destacadas que ha obtenido figuran las de Artistas Plásticos Francisco de Zurbarán de la Consejería de Cultura Junta de Extremadura, Artes Plásticas del Ministerio de Cultura en el Colegio de España en París y en la Real Academia de España en Roma del Ministerio de Asuntos Exteriores. Ha realizado exposiciones individuales en el MEIAC (Badajoz), CAAC (Sevilla), Centro de Arte Alcobendas (Madrid), Museo MAS/ Casas del Águila (Cantabria) y La Parra, Fundación de Aparejadores (Sevilla). También ha expuesto su trabajo en galerías como Paz y Comedias (Valencia), Sicart (Barcelona), Ángeles Baños (Badajoz), Marisa Marimón (Coruña), La Caja China (Sevilla) o Joan Gaspar (Madrid). Su obra ha podido verse en distintas Ferias Internacionales como Chaco, ArtLima, Arco, Context Art Miami, Pinta Art London, Arteba, Los Ángeles, Berliner Liste y las nacionales ForoSur, Arte Santander, Swab, Just Madrid y Summa. Ha sido galardonada con los premios Focus Abengoa, ABC 3r. accésit, 1ª Medalla de Honor en el VIII en el Certamen de Pintura del Parlamento de la Rioja, Honda-La Garriga y Grúas Lozano. Sus obras forman parte de las colecciones institucionales de Banco de España, Ministerio Asuntos Exteriores, Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Junta de Andalucía, Gobierno de Extremadura, Consejería de Cultura de Cantabria, Diputación de Badajoz, Diputación de Cáceres, Centro Asturiano, México D.F., Caja de Ahorros de Badajoz, Institución El Brocense, Fundación Focus-Abengoa de Sevilla, Fundación DKV, Fundación ABC-Madrid, Ayuntamiento de Badajoz y Fundación Unicaja; así como de colecciones privadas de Europa, México y Estados Unidos.


Ruth Morán Méndez Badajoz, 1976 Graduate in the Academy of Fine Arts in Universidad de Sevilla,2001. She has made different studies through CAAC: Transformaciones: Arte y Estética desde 1960-IV, directed by Juan Bosco Urmeneta, Arte y Naturaleza en torno a Darwin, Vigencia y actualidad del dibujo, Método y Creación, Pervivencia de la Pintura, Paisaje y Modernidad III, and Signos del Mediodía, given by Juan Fernández Lacomba. Among her most relevant scholarships that she obtained, we can list Artistas Plásticos Francisco de Zurbarán by Consejería de Cultura Junta de Extremadura, Artes Plásticas del Ministerio de Cultura, and stays in Colegio de España in Paris and Real Academia de España in Rome. She has exhibited in individual shows in MEIAC (Badajoz), CAAC (Sevilla), Centro de Arte Alcobendas (Madrid), Museo MAS/Casas del Águila(Cantabria) and La Parra, Fundación de Aparejadores, Sevilla. She has also exhibited her work in art galleries like Paz y Comedias (Valencia), Sicart (Barcelona), Ángeles Baños (Badajoz), Marisa Marimón (Coruña), La Caja China (Sevilla) or Joan Gaspar (Madrid). Her artwork has been seen in different International Artfairs like Chaco, ArtLima, Arco, Context Art Miami, Pinta Art London, Arteba, Los Ángeles, Berliner Liste; and in national artfairs ForoSur, Arte Santander, Swab, Just Madrid and Summa. She has been awarded with the prizes Focus Abengoa, ABC 3rd. secondary award, Honda-La Garriga and Grúas Lozano. Her artworks art part of institutional collections of Banco de España, Ministerio Asuntos Exteriores, Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Junta de Andalucía, Gobierno de Extremadura, Consejería de Cultura de Cantabria, Diputación de Badajoz, Diputación de Cáceres, Centro Asturiano, México D.F., Caja de Ahorros de Badajoz, Institución El Brocense, Fundación Focus-Abengoa de Sevilla, Fundación DKV, Fundación ABC-Madrid, Ayuntamiento de Badajoz y Fundación Unicaja; as in private collections in Europe, Mexico and the United States of America.


Traslaciones. Ruth Morán Méndez Comisario / Curator: Imma Prieto Producción y coordinación / Producción y coordinación: MEIAC Textos / Texts: Imma Prieto y Efraín Rodríguez Santana Traducción / Translation: Ausias Sicart Casellas Fotografías exposición / exhibition photography: Vicente Novillo, Claudio del Campo, Joan Pujol-Creus y Ruth Morán Edición de vídeo / Video editor: Xavi Bové Diseño / Design: www.elvivero.es Imprenta / Printer: Palermo © Consejería de Educación y Cultura, Gobierno de Extremadura © de los textos y las imágenes, sus autores Este catálogo ha sido editado con motivo de la exposición Traslaciones, 30 de octubre 2014 al 6 de enero 2015. This catalogue is published on the occasion of the exhibition Traslaciones, October 30, 2014 through January 6, 2015. MEIAC C/Virgen de Guadalupe, 7. 06003 Badajoz Tel: +34 924 013 060 www.meiac



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