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LA GUERRA DE LOS SEIS DÍAS

El 5 de junio de 1967 el ejército israelí ocupó por la fuerza la ciudad de Jerusalén y todos los lugares santos que hasta el momento eran compartidos por cristianos e islamistas. Estos eran el Muro de Los Lamentos venerado por el Islam, la Iglesia del Santo Sepulcro, venerada por los cristianos, y la mezquita de Alqsa. Estalló entonces lo que se conoce en la historia como “La Guerra de los 6 días”, entre Israel y una coalición de países árabes compuesta por Egipto, Siria y Jordania.

acción israelí y se negaron a reconocer la legitimidad de Israel sobre esas tierras.

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Desde entonces se han producido continuos conflictos entre palestinos e israelíes. Israel se niega a reconocer el estado palestino y los palestinos al estado de Israel. Se han llevado a cabo varias negociaciones en las que Estados Unidos ha hecho el papel de mediador, pero abiertamente del lado de Israel.

Desde entonces Israel ha continuado ocupando territorios palestinos y despojando a sus habitantes de sus viviendas y sus tierras. Israel, cuya capital es Tel-Aviv, ha querido legalizar su propiedad sobre Jerusalén convirtiéndola en su capital, pero ningún país hasta la llegada de Donald Trump al poder en Estados Unidos lo había admitido.

En ese territorio se encuentra Jerusalén, una ciudad que a través de las diferentes ocupaciones imperiales de la historia, se convirtió en tierra santa de tres importantes religiones: el cristianismo, el ju - daísmo, y el islam. En el 1948 los judíos establecidos en el territorio palestino fundaron el estado de Israel, y poco a poco fueron extendiéndose hasta cerca de la ciudad de Jerusalén.

Israel con ayuda militar de Estados Unidos e Inglaterra logró neutralizar a su enemigo con ataques aéreos sorpresivos y se convirtió en el amo y señor de Tierra Santa.

En esta ocupación los palestinos fueron sacados de sus viviendas y expulsados al desierto.

Las Naciones Unidas condenaron enérgicamente la

En el fondo, y una de las razones que no se explican con claridad sobre este hecho es que, bajo ese conflicto yace la sombra de la guerra fría. Los pueblos árabes llevaban buena relación con la Unión Soviética, y para Estados Unidos e Inglaterra era importante que un aliado suyo tomara el control de los territorios estratégicos del oriente en los que además brotaba en el viento el oro negro del petróleo.

Siria fue desde antes de la guerra un aliado de Rusia y Egipto y Jordania mantenía posiciones neutrales.

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