La mujer oso

Page 1

Era una espléndida mañana de verano y el bosque gozaba de un aire revitalizante y dorado. Después de una caminata de cuatro horas me senté a descansar en un claro. Tenía sed así que bebí de mi cantimplora. Cerca del mediodía escuché que algo se acercaba. Me mantuve totalmente quieta: era un pequeño osezno. Me sentí nerviosa así que calmé mi corazón conteniendo la respiración. Secretamente estaba muy feliz de ver a un oso de verdad. Invoqué mentalmente a mi espíritu oso protector para que me ayudara en esa difícil situación. El osezno dio vueltas alrededor de mí, y cuando yo solté el miedo y manifesté mi niña interior, comenzó a acercarse con curiosidad y me exploró. Yo sentía una enorme alegría que trataba de moderar para no asustarlo, así que le dejé hacer hasta que se familiarizó conmigo y entonces le expresé mi amor y mi cariño, ante el cual no pudo resistirse y comenzamos a jugar juntos. El único problema fue que él era más fuerte que yo y sin querer me hacía algo de daño. De repente el osezno se alertó y se alejó de mí corriendo. Su madre venía a buscarle. Yo le vi aparecer entre los árboles toda grandota y con aspecto fiero. Respiré profundamente y me hice un ovillo quedándome muy quieta para que no me hiciera nada. La madre oso se acercó a mí con cautela y me sacudió levemente con el hocico. Yo sentía su fuerte olor y traté de relajarme por completo. Cuando lo conseguí, el pequeño osezno se me acercó y yo me desenrollé lentamente. Supe que no me iba a hacer daño. La madre oso rugió un poco hablándome y yo me incorporé. Me acerqué a ella y unimos su pata con mi mano sin tocarnos. Después me dejó acercarme más hasta poder abrazarla. Me había tomado por un cachorro humano. Me dejó subirme a su lomo, y junto a su hijo nos metimos bosque adentro. Caminamos un buen rato hasta llegar a la ribera de un río. En ella había muchos osos más. Osa les avisó de mi presencia y ninguno reaccionó contra mí. Fuimos hasta un lugar lleno de flores, cerca de una cascada y nos tumbamos. Osezno se fue a jugar con otros amigos. Mamá osa se acicaló lamiéndose y yo me abracé a ella. Estuvimos un buen rato tumbadas. Yo sentía el vaivén de su respiración, sentía que el tiempo se había detenido por completo, me sentía ¡una osa! La dije a la mamá osa que sabía que ella era una osa de conocimiento. No me respondió, pero yo estaba completamente segura. Sabía que algunos osos saben también acerca de los misterios del mundo y hacen prácticas de poder. ¿Cómo si no fuera así me hubiera acogido de esa manera? Mamá osa fue a pescar. Y ahí estaba yo sentada junto a su osezno recibiendo el alimento. Dudé muchísimo en comer pescado crudo y me parecía inapropiado ponerme a encender un fuego para cocinarlo, así que lo que hice fue utilizar mi poder para cerciorarme de que el pescado no me enfermaría. Mamá osa parecía reírse de mí. Finalmente lo comí con mucho cuidado y me pareció delicioso.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.