07 viaje paulina bitrán de las heras

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Viaje y Proyecto Talinay

Taller Ejercitación Arquitectura

Emilio Marin – Juan Carlos Lopez


Contenido 1. El viaje desde el recuerdo a. Atlas b. Un cuento c. Una imagen d. LAX c. Un modelo d. Objeto y forma 2. El viaje desde la experiencia a. 30 imĂĄgenes b. Un relato c. Un lugar 3. Un proyecto, centro de visitas, observatorio del paisaje a.Emplazamiento b.Esquema c.PlanimetrĂ­a d.Vistas


1. El viaje desde el recuerdo


Atlas


Estrellas en el Cajón del Maipo, 2013.

El viento figurado por una bandada de gaviotines, en Chicama, Perú, 2013 Paseo a las dunas de Concón, 2008 Atravesando una playa en Ruinas de ChanChan, Perú, Chiloé con amigas, 2014 2013

Pilares formados por el viento, Desierto de Atacama, Altura Bahía inglesa, 2012

Sombras de mi cuerpo y el de mi hermana formando una Barro en San Pedro de Atacama, 2012 A, Maitencillo, 2009

Corriendo hacia un volcán de piedra volcánica, región de la Araucanía, 2005 Cementerio de soles de mar, Chañaral de aceituno, 2011 Ruinas de pilares en Italia, Alero formado por el viento, Algún viaje de mi papá antes Desierto de Atacama, Altura Ruinas de ChanChan, Perú, 2013 de yo nacer. Bahía inglesa, 2012

Quebrada con oyos y curvas Ruinas de ChanChan, formadas por el viento, Ciudad vieja, Israel, 2013 Perú, 2013 Chañaral de aceituno 2011


Un cuento Veranos en el departamento de Recreo En la mañana nos cubríamos de bloqueador e íbamos a la playa escuchando el primer disco de Miguel Bosé. Me sentía tan libre como el contenido de su canción, “Dame una isla, en el medio del mar, llama a la libertad. Canta Fuerte hermano!”. Y al volver en la tarde, el baño lo dejábamos lleno de arena, y nuestra piel estaba ardiente y roja. Con mi hermano, luego, bajábamos ilícitamente a los subterráneos del edificio donde teníamos que huir de los velosoraptors para poder llegar a un pequeño jardín secreto que descubrimos y sólo nosotros conocíamos. Era nuestro club. Pero no era fácil llegar; los dinosaurios eran muy rápidos, yo aguantaba mi respiración para que no me oyeran, pero por suerte mi hermano era experto en comportamiento de reptiles, y lográbamos huir. Cuando volvíamos como si nada al departamento, éste nos recibía con su hipnotizante y acogedor olor a pan tostado, y después de llenarnos de pan, dibujábamos durante horas mientras mi hermana practicaba bailes con la canción “Barbie girl” de Acqua o “Oops i did it again” de Britney Spears. Siempre esperábamos ansiosos la tarde especial, esa tarde en que nuestra mamá nos preparaba un cóctel en la terraza, con vista al mar, mucho viento, y con las irresistibles y esperadas galletas con centolla, mayonesa y limón. En la noche, después de la teleserie o el festival de Viña donde cantaba Miguel Bosé, me escabullía bajo la mesa de la ventosa terraza, donde tenía mi otro club, el club nocturno con muros de frazadas, y no cualquiera podía entrar. Jugábamos a las cartas, al ajedrez y apostábamos. Hubo También una noche importante, en la que en la pieza del fondo del departamento inventamos nuestro idioma de hermanos, donde ciruela se decía “ciruelf ”, jabalí “gjiboll”, Nicolás “nogludomb”, Paulina “Polón”, Claudia “Clumba”, mamá “Vioy”, calcomanías “stickerefus”, hediondo “hediond”, muy hediondo “hediond o boll”, el cual hasta el día de hoy forma parte esencial de nuestra comunicación. Y por fin al acostarme, me quedaba en silencio mirando las figuras de las luces proyectadas en las paredes, también oyendo lo que sucedía alrededor del edificio. Hacia los cerros, las personas, sus gritos, sus botellazos y los infinitos ladridos de perros. Y como un eco lejano y constante, al otro lado, las enormes olas reventando en la costa, que me daban calma y me hacían dormir. Otro verano, me desperté y descubrí la nostalgia. Miré el living y recordé la primera vez que me compraron materiales para el colegio, yo me sentaba en el suelo y los clasificaba, luego iba a la terraza y los probaba uno por uno. Emocionada por el recuerdo, le pedí a mi amiga acompañarme a comprar una cámara desechable. Al volver mi abuela tostaba pan. Era un hermoso día entre Viña y Valparaíso. Ese día veríamos en el muelle de enfrente los fuegos artificiales del nuevo año 2005, y los últimos que veríamos desde ese balcón. Las fotografías que le tomé al departamento no sólo conservaron la imagen, sino también los olores, las canciones y los recuerdos.


Una imagen

Mis dos escenarios del juego están representados en esta imagen, donde el jardín secreto y el club nocturno bajo la mesa comparten un mimso espacio. Sin embargo en la realidad éstos están separados por varios pisos, un subterráneo, y todo un recorrido que no está claro en mi recuerdo, pues lo importante era llegar a estos rincones. De esta manera, busco representar la unión de estos dos escenarios de manera inconclusa por medio de escaleras y puertas que no tienen una clara conección, y también mostrándolos cercanos pues ambos eran mis refugios, los reinos de mi imaginación. Si bien alteré la verdadera relación que tenían estos dos lugares y los representé según la imagen de mi recuerdo, quise mantener la verdadera orientación que tienen con la imagen anterior, es decir con el paisaje que los rodea, así conteniéndolos en un entorno que no cambia que sería el macro paisaje, es decir el mar, la costa y la ciudad. De esta forma la imagen de estos lugares y recuerdos quedan reunidos y contenidos dentro de un contexto espacial real, y así el recuerdo queda sujeto entre la imaginación y un contexto que aún existe.


Un modelo

El cementerio d'Igualada de Miralles tiene la cualidad de tener muros de contención-nichos que se acomodan a la forma preexistente del terreno que solía ser una cantera, así integrándose a éste. Pero a la vez estos muros se transforman en un límite visual y experencial entre lo que sería un espacio público abierto y un lugar privado. La privacidad es otorgada por los aleros, aislando el contexto superior, y a su vez generando que quienes estén arriba, sólo vean un parque hundido y no los nichos.



LAX

Me siento identificada con el "Caminante sobre el mar de nubes" de Caspar David Friedrich, por estar observando y experimentando la naturaleza en lugares tranquilos, aislados y maravillosos. Siento que tengo esa inevitable mirada romántica la llevo conmigo constantemente, y que me perimte tener un momento de introspección muy agradable.

La playa Cucao en Chiloé era tan extensa como tranquila, con un oleaje lejano. Tardamos dos horas en crusarla, y el paisaje imponía respeto, por lo que caminábamos por lo general separadas.

Es otro tipo de inmensidad, una inmensidad histórica que uno tiende a visitar con respeto. Estos amplios paisajes, como las dunas de Concón, me permiten tener un momento de introspección, otorgan tiempo y espacio silencioso y privado en medio de la inmensidad.

Esta fotografía muestra el muro que rodea la ciudad en ruinas de ChanChan. Parece la silueta de un cerro. Paseando por las ruinas, nace este mismo estado de introspección, pues uno se encuentra frente a los vestigios de toda una civilización, grandes espacios confundidos con la naturaleza.

Otras ruinas, pero aún más ensimismantes, son las de la civilización preincaica Chachapoyas, donde su cementerio de sarcófagos, "La ciudad de la muerte", cuelga de angostos caminos sujetos de abismantes quebradas, que dan la intencionalidad espiritual.

El cementario D'Igualada de Enric Miralles me recuerda a La ciudad de la muerte pues el arquitecto apenas modificó el terreno que antes era una cantera, respetando la forma preexistente.

la identidad de la localidad donde está ubicado. Los fuertes coloridos y decoraciones de la muerte son característicos de latinoamérica. Este cementerio está ubicado en una loma en el pueblo de Dalcahue y también se acomoda a su geografía. Como tantos otros que he visitado por la agradable sensación de tranquilidad que evocan, los cementerios son un conjunto de rincones privados.

Esta es una tumba decorada del mismo cementerio. Me emociona y entrentiene ver cada escenario construido dentro de los nichos o tumbas. Es un mundo por imaginar y descubrir, indagando en la intimidad de una familia que se expone en vitrina y reflejando

Estos nichos del cementerio de Punta Arenas, son un ejemplo de pequeños rincones privados. La gente se distribuye silenciosamente en el espacio.

Me recuerda a la unidad habitacional de Marsella de Le Corbusier, donde cada ventada enmarca un mundo privado diferente. Pero aquí la privacidad no es lo que prima, si no por lo contrario, escasea.

El proyecto de título de mi hermana es la colección de pequeños cuadros que son las fotografías de un viaje. Cada cuadro es la ventana a un mundo propio. Y la totalidad parece ser un todo de distintos colores, como la unidad habitacional.


Esta pintura de Dalí tiene una ventana que es el marco de libertad de esta joven, con la que siempre me he identificado por mi búsqueda a la amplitud visual o la privacidad y tranquilidad.

Esta fotografía la he tenido siempre en mi piesa. Siento que representa muy bien el sentido de búsqueda de privacidad y libertad que puede otrogar una ventana.

En un taller hice el negativo de mi pieza, donde el escritorio de trabajo lo tengo frente a la ventana. En el ejercicio exageré particularmente la relación con el interior y exterior.

El ventanal de una casa de Martín Hurtado enmarca el paisaje de tal forma que uno vea principalmente el lago y no el cerro, pues el living también está elevado, un poco más arriva que el ventanal. La saque a raz de suelo para ver algo más que el lago. Es una privación de la amplitud del paisaje que te insita a refugiarte dentro de la casa junto a la chimenea, o a salir a la terraza a observar el paisaje en su totalidad.

La ventana de la Villa le Lac de le Corbusier es la oportunidad para enmarcar el paisaje, contiene y proyecta la mirada, dando un espacio para la observación, de un interor-exterior.

Este otro ventanal pertenece a un refugio de mis tíos en el Cajón del Maipo. Su estructura de madera y la bosca, elementos coincidentes con la casa anterior, son propios de un lugar acogedor y tranquilo, inmerso en la naturaleza. Es mi refugio de vida preferido, donde encuentro total privacidad.

cercano al cuerpo que reposa tranquilamente en el suelo, pero esta vez de un desnudo intensifica la sensación de intimidad.

Este "retrato de una jovencita", 1955, de Bill Brandt me evoca ese estado introspectivo que busco encontrar a menudo, relacionado con la ventana, que por cierto es semejante a las casas anteriores.

Esta fotgrafia la tenía marcada hace años en un libro, y casulamnete pertenece al mismo autor sacada cuatro años antes que la anterior. Los ventanales son muy parecidos aún siendo tomadas en dos localidades distintas de Londres. El enfoque muy

Nuevamente encuentro una ventana similar en Le Cabanon de Le Corbusier, un refugio íntimo y casi meditativo, donde gracias a la ventana la relación con el paisaje persiste, la amplitud visual relacionada con la introspección, también.

La vista desde mi refugio es la puerta de mi carpa, que siempre al abrirla descubro la inmensidad del paisaje enmarcado de forma que me emociona, pasar de un núcleo muy reducido de espacio y de mucha intimidad a la inmensidad del entorno natural.

Vista de las carpas inmersas en el paisaje.

Aquí, como le Cabanon de Le corbusier y como las carpas, Heiddeger tiene su refugio para refleccionar, frente a un amplio paisaje. Era una forma de aisalrse de la ciudad

El estudio de grabación de música Estudio del Sur, está aisaldo de la ciudad, con una terraza que mira la amplitud del paisaje. La vez que visité el estudio, descubrí una estrecha relación entre la música, la arquitectura y el paisaje.


discos son siempre paisajes amplios, románticos o impresionistas. Es el retrato de lo que evoca ese periodo de música.

Claudio Arrau es mi intérprete preferido de piano, no porque sea chileno, si no porque realmente interpretas las obras como si su vida entera dependiera de éstas. Murió un año antes de que yo naciera. La obra interpretada por él que más me gusta oír es "la plus que lente" de Debussy. Se oye su respiración, y le da tanta emoción, que su composición de valls se deforma totalmente.

Me encanta opir y tocar las obras de Debussy. Siempre me han acompañado, al igual que las obras de Mendelsshon. Las portadas de sus

Instantáneamente recuerdo una de las escenas que más me emocionan del cine, en la película "El Piano", donde la mujer y su hija ven un piano barado en la playa. El el reencuentro de Ella y el Piano. Se muestra cómo interpreta música hasta el atardecer, feliz, libre y plena, reencontrándose consigo, mientras su hija baila y hace lindas figuras en la arena. Es una escena muy íntima y delicada.

Rescato de la escena la capacidad de mostrar la introspección e intimidad de

la pianista, opuesta pero a la vez complementaria a la inmensidad y vastedad del paisaje que la rodea.

La escena anterior me hace recordar la "plaza-arpa eólica", de la U.C.V estpa frente al mar, es una relación entre horizonte, viento y música. Estos tubos levantados me parecen acordes al paisaje del entorno, como si fuesen una futura construcción, unos árboles o vegetación, o también rejas o postes que uno ve a los alrededores.

Esta fotografía de Edward Weston muetra un paisaje internevido con hitos de carretera, como estos postes de electricidad. Esto, en cambio, encuentro ensucia el paisaje en vez de complementarlo, por más que la fotografía lo transforme en algo estético.

Es en las explanadas donde los elempentos verticales se hacen notar, contrastando con la horizontalidad y el vacío alrededor. En Chiclayo, Perú, hay un cementerio algo abandonado al lado de una gran catedral de adobe bien cuidada, con vista al mar. Estas cruces quedan soportando el tiempo, sin distinción entre una y otra, perdiendo valor propio, convirtiéndose en una más.

El parque eólico Talinay desde lejos es en mi opinión un aporte al vasto paisaje, decorándolo y dándole un toque de fantasía al viajar por la carretera. La gracia es el conjunto de élices repartidas por las lomas.

La vegetación endémica de la zoma es deforestada, y se puede comparar con la deforestación del Amazona. Pero la experiencia dentro del parque es más bien defavorable, donde las hileras de vegetación impuesta, el fuerte viento o la ausencia de este, hacen que la tranquila sinuosidad del paisaje sea difícil de apreciar, pues o el paisaje se muestra artificial, o la condiciones no son acogedoras.

Es similar al paisaje industrial de la plantación de tomates fotografiada por Edward Weston.


Objetos y forma

Comencé relacionando una semilla de jacarandá con una roca fósil, que tenían una forma ovalada y a la vez con una textura irregular muy similar, así también el tamaño y colores tierra. Al ser ovalados y algo alargados, y uno de ellos presentando una concavidad de profundidad indefinida, escogí conchas, fósiles de conchas presentasen estas características, y luego dos antigüedades ya con una concavidad abierta y clara.

De los objetos rescaté la variación de la rugosidad de la textura hacia una textura más curva y lisa, y también la concavidad que se presenta como una rendija en el objeto sin claridad de cuán profundo llega a ser, generando curiosidad, hacia una concavidad más expuesta y clara. Estas ideas logro traspasarlas a través de la triangulación del papel, por medio de cortes semi-profundos y pliegues, teniendo como resultado desde una forma hermética y rugosa con triángulos más irregulares a una abierta y de textura más suave con triángulos más similares.


Un relato

1. El viaje desde la experiencia

Viajando hacia el norte por la carretera, uno se encuentra sorpresivamente con los molinos, que primero muestran sus astas tras los cerros como extraños e inmensos objetos, y de a poco van apareciendo en su totalidad. Estos hitos en el paisaje son muy llamativos. Se reparten en extensos terrenos de cientos de hectáreas privadas, y generan mucha curiosidad. ¿Cuán grandes son?, ¿puede uno acercárseles?, ¿hacen ruido?, ¿El parque es lindo por dentro?, ¿se puede entrar?, ¿Podrá uno tolerar el viento que hay en esas lomas? Son algunas de las preguntas que me hice antes de visitar el parque. Al visitarlo descubrí que uno no se siente invitado a visitarlo, pues los parques eólicos son parques muy imponentes, desconocidos, y por lo general no tienen entradas al público. El paisaje al interior de los parques, a mi parecer, tampoco es acogedor, pues parece muy sintético por las hileras de vegetación falsa y regular que tiene, por la presencia violenta o ausencia inquietante del viento, donde los molinos o son un reloj acelerado o una máquina en ruina que no funciona. Por ser un paisaje ondulante, hay pocas zonas donde uno puede protegerse del fuerte viento, donde por lo general se encuentran las rocas y la resistente y poca vegetación endémica de la zona. Y cuando uno por fin se protege del viento, puede observar los ligeros pero importantes cambios entre el parque con paisaje artificial, y los cerros no intervenidos con su vegetación endémica y con fondo de Cordillera de los Andes. Es interesante, pues por más que los cambios sean muy sutiles, considero que el paisaje del parque es más bien angustiante con el ritmo del tiempo marcado por el movimiento de las hélices, mientras que los de su entorno, que no son más que suevas ondulaciones del terreno, permiten relajar la mirada y la mente, sin necesidad de mirar un paisaje curioso con extraños diseños e hitos. Esta contradicción entre la inquietud del parque versus el relajante paisaje ondulante acariciado por las manchas de sol, es lo que más me llamó la atención.


Imรกgenes



Un lugar

a

b

Terreno


Movimiento de terreno 1.1000


Nivel +4m

Nivel +2m

Nivel +0 Plantas de los tes niveles de proyecto 1.500



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