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Hitos de San Vicente Ferrer

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Honorable 2019

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NACIMIENTO DE SAN VICENTE FERRER

San Vicente Ferrer nació el 23 de Enero de 1350, en la calle del Mar de la ciudad de Valencia. Era el segundo hijo del matrimonio de Guillem Ferrer y de Constanza Miquel, que tuvieron tres hijos varones, Pedro, Vicente (nuestro Santo) y Bonifacio, y cinco hijas, llamadas Constanza, Francisca, Inés y tres anónimas. La noticia del nacimiento del segundo hijo del notario Guillem Ferrer fue acogida con grato beneplácito por el Concejo de la Ciudad, que convino apadrinarle Romeu Oblites, Jurat en cap, y los regidores Guillem d’Espigol y Pedro Lamet, como madrina a la noble dama doña Ramoneta d’Encarroz y Vilaragut. Todos ellos se trasladaron a la casa de los Ferrer, desde donde se dirigieron en comitiva con el niño recién nacido hacia la Parroquia del protomártir San Esteban. En Perot de Pertusa, por la disputa surgida entre los padrinos sobre qué nombre, decidió, diciendo: “Llámese Vicente”, en memoria de San Vicente mártir, “por ser aquel día vigilia de tan célebre martirio”.

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VOCACIÓN DE SAN VICENTE FERRER

Es más que probable que por la cercanía del convento de Predicadores a su casa natalicia, el niño Vicente anduviese en sus juegos por los muros del convento. Y cave aventurar que le cautivara la Orden de Predicadores y se sintió vocacionado. “El Señor guie tu ingreso en la Religión... Dios te dé su bendición que la mia la tienes segura mientras vivas,” le dijo el padre a su hijo Vicente, de 17 años. Y el 2 de Febrero de 1367, acompañándole al vecino convento dominicano, pidió al Prior aceptase a su hijo en la Orden. Un año después, el 6 de Febrero de 1368 profesa fray Vicente e inicia el noviciado. En el año 1378 vuelve Vicente Ferrer al convento de su Valencia y en 1379 y es ordenado sacerdote, cuando contaba veintinueve años de edad, siendo elegido Prior en Octubre del mismo año 1379. Pero seis meses después, Vicente Ferrer renuncia al priorato, “por honradez y sentido común”.

MINISTERIOS MAGISTRALES DE SAN VICENTE FERRER

Durante su estancia en el convento de Lérida, fue profesor de Filosofia Fue en 1389, cuando el obispo de Valencia Don Juan de Aragón confía a fray Vicente Ferrer la cátedra de Teologia de la Catedral de Valencia, para la formación del clero secular, aunque asistían también frailes de otras comunidades y laicos notables en ciencias.

VOCACIÓN APOSTÓLICA DE SAN VICENTE FERRER

El fraile dominico Vicente Ferrer cesa en la cátedra de Teología de Valencia en 1390, con el fin de acompañar al Cardenal Pedro de Luna, legado del Papa Clemente VII ante las cortes reales de la península Ibérica, para trabajar por la pacificación de la Iglesia Católica, cuando la Cristiandad se había dividido en dos obediencias a causa del Cisma. Pero a pesar de su tesón y empeño pacificador, en el palacio de Aviñón resonaban de tal manera las convulsiones del Cisma, que a fray Vicente le asalta una fiebre abrasadora, que enferma de extrema gravedad. En medio de esta zozobra, se le aparecen San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán, elevando a Dios súplicas por el enfermo. A sus ruegos, condesciende Cristo, le toca cariñosamente le mejilla con su mano y le dice que “imitando aquellos dos Santos, fuese por el mundo predicando a lo apostólico”. Despierta Vicente Ferrer y se nota totalmente curado de sus males. Esto sucedía el 3 de octubre de 1398. Y Vicente Ferrer se presenta al Papa a pedirle su permiso, para emprender su misión apostólica. El 22 de Noviembre de 1399, el padre Vicente Ferrer, que cuenta ya cuarenta y nueve años, deja la ciudad papal de Aviñón y empieza a predicar. Su etapa de apóstol abarcará los últimos veinte años de vida y le llevará por los caminos y pueblos de Europa.

SAN VICENTE FERRER EN VALENCIA

Recién inaugurado el nuevo año 1409, una carta del rey de Aragón, Martín el Humano, apremiaba al predicador valenciano, a la sazón en Italia, a dirigirse a su reino, ya que barruntaba graves crisis sociales. Aflora la impaciencia y los Jurados de Valencia, en fecha de 25 de abril de 1410, le escriben al padre Vicente Ferrer, a fin de que no os detengais en vuestro camino y apresureis en lo posible vuestra llegada. Y el día 23 de junio de 1410 entró en Valencia el Reverendo Maestro Vicente Ferrer, del monasterio de Santo Domingo. Dos meses permaneció en Valencia y el 20 de agosto continuó su marcha hacia el Sur por etapas cortas y próximo al mar, ya que predicaba en todos los pueblos que encontraba a su paso.

SAN VICENTE FERRER Y “ELS XIQUETS ORFENS”

Volvía de nuevo a Valencia fray Vicente Ferrer el 29 de septiembre de 1410. Y es en esta época otoñal donde hay que fijar la fundación del Colegio de niños huérfanos. Apaciguados los ánimos, la justicia y la paz han encontrado asiento en el corazón de los valencianos. Pero ahora queda en evidencia una de las secuelas de aquellos largos y enconados enfrentamientos fratricidas: Por doquier

pululan infantes y adolescentes, al socaire de la orfandad, del hambre y del pillaje.

El padre Vicente Ferrer, que proclama la fe en Dios Padre y, a la par, en el justo Juez, habla al pueblo de lo que todos contemplan en el escenario de las calles de la tan maltratada Valencia. Y, con la fuerza de la caridad, móvil de su misionar, fray Vicente Ferrer logra reunir a los Jurados, para que, fruto de la concordia, se interesen en acoger y atender a tanta niñez huérfana y abandonada a la caridad de los cristianos, señalándoles su sitio en la calle San Vicente (mártir) de Valencia, “en frente de la plaza del Convento de San Agustin, (hoy, Parroquia), intitulando este Colegio o Seminario con el nombre del Santo Niño Perdido”. Este lugar, para albergar a los huérfanos, era un “Hospital con la invocación de María Santísima que Ramón Guillem Catalá, Ciudadano de conquista, fundó en esta Ciudad de Valencia” Al ser expulsados los moriscos de Valencia y de su reino, quedaba sin moradores el Colegio del Emperador Carlos I de España. Y en él se fijan los ojos del Clavario mossén Cristóbal Navarro, quien, vista la estrechez en que vivían los huérfanos, acude a la Corte de Madrid, en octubre de 1619, “para suplicar a sa Majestad el fer merced del Collegi dels moriscos als xiquets de Sant Vicent. El rey Felipe IV escribió a los Jurados de Valencia que por haber cesado con la expulsión de los moriscos el instituto de su fundación, y tener los niños huérfanos de San Vicente Ferrer precisa necesidad de ensancharse de casa por ser estrecha la que tienen.

COLEGIO IMPERIAL DE NIÑOS HUÉRFANOS

De tan fausto acontecimiento el Clavario Mossén Cristóbal Navarro dejó escrito en su “Llibre Major” que, en el año 1624, Novembre.6. Dit dia passaren los xics al Collegi del Emperador y dormiren en la nit en dit collegi. Este Colegio, que venía siendo ocupado para tantos miles de huérfanos y huérfanas fue su hogar, por espacio de más de tres siglos, se hundió en parte, al mediodía del 8 de Octubre de 1968, con ocasión de unas necesarias reformas. Pero la desolación y el dolor del hundimiento no derrotaron el espíritu y la firme esperanza del Clavario Director, Muy Iltre. Sr. D. José Sastre Ferrer, quien, en la sesión de la Junta de 18 de Octubre, por tanto, diez días después del siniestro, da cuenta del deseo manifestado por el Sr. Presidente (obligaciones ineludibles le impedían asistir) de que se reanudasen cuanto antes las actividades del Colegio, en cuanto a la educación de los niños y niñas se refiere, fin primordial que debe cumplir el Colegio. En Septiembre de 1969, el Colegio se traslada al poblado de San Antonio de Benagéber, distante de Valencia catorce kilómetros, ocupando para la

docencia y para albergue provisional de los colegiales la Colonia San Marcelino, regentada por Cáritas Diocesana. El 22 de Noviembre de 1972, los señores de la Junta toman el firme acuerdo de levantar el nuevo Colegio y adjudican la obra a la empresa Constructores Querol, S.A. que, por su reconocida valencianía y afecto al Colegio, acepta la propuesta. Y fijan el año 1977 como plazo, para que las nuevas obras del Colegio tengan ya propia vida y cobija a los huérfanos, esencia de su ser y existir.

Por primera vez el Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer construía de planta una nueva Casa. Y a esta Casa llegaban a tomar posesión el Clavario-Director, Rvdo. D. José Vte. Castillo Peiró, y la Comunidad de Hijas de la Caridad en la mañana del 14 de Julio de 1977. Els seus xiquets y xiquetes, el día 18 de Septiembre, a los que abrazaba con calor de hogar.

Jose Vicente Castillo Peiró

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