3 minute read

Agullent, Albaida, Otos y Terrateig

Siguiendo los pasos de San Vicente Ferrer por la Vall d’Albaida: Agullent, Albaida, Otos y Terrateig

El pasado año 2019, “Año Jubilar Vicentino”, nuestro Altar inició una nueva actividad anual, coincidiendo con el 600 Aniversario del Nacimiento de San Vicente Ferrer en el Cielo. Si entonces viajamos a tierras castellonenses del Bajo y Alto Maestrazgo, este año nuestro destino viajero fue a la Comarca Valenciana de La Vall d’Albaida, visitando las poblaciones de Agullent, Albaida, Otos, y Terrateig, teniendo como última ciudad a visitar Gandia, capital de “La Safor”. Comenzamos el día con la Santa Misa matutina, celebrada por el padre Heredia en” El Pocito”, nuestra Iglesia. El “impecable” autocar de la empresa Vial, nos aguardaba en nuestra preciosa “Glorieta”. Alegres y motivados por disfrutar un día de “auténtica germanor”, salimos dirección hacia Agullent, bendecidos por San Vicente Ferrer con un día cálido y luminoso. La población de Agullent se vanagloria de tener dos ermitas dedicadas a nuestro Santo Patrón : la Ermita VELLA o Vieja, y la Ermita NOVA o Nueva, muy próximas una de la otra. Se encuentran en un bonito paraje, de gran valor arbóreo de la Comunidad Valenciana. La Ermita VELLA es una pequeña construcción con aspecto de barraca, que se conserva en su apariencia, pues era donde SanVicente Ferrer se retiraba a descansar, como si de un ermitaño se tratara, cuando predicaba en esa población en el año 1410. Allí obró el Santo el “Milacre de la Llantía” o “Milagro de la Lampara”, el 3 de Septiembre de 1600, otorgando la curación de una mortífera epidemia, la peste, que afectaba las gargantas de los lugareños. La ermita NOVA se construyó en 1745, y restaurada en 1992. En ella se conserva la “Llantía” o “lámpara” en lugar destacado junto al Altar Mayor, con el aceite que tuvimos el privilegio sede ungir en nuestras gargantas. Cada año, el primer sábado de septiembre celebran en Agullent una procesión nocturna con antorchas, para rememorar dicho milagro, caminando desde el pueblo hasta las ermitas. En sus escalinatas dejamos constancia fotográfica de nuestra visita, y allí mismo dimos buena cuenta del tradicional “esmorsaret”, que portábamos desde Valencia. Continuamos viaje, haciendo una “ cultural parada” en la cercana ciudad de Albaida, que da nombre a la Comarca, visitando la Iglesia de la Asunción, orando ante su Patrona, la Virgen del Remedio. Cercano a la iglesia se encuentra el Museo Segrelles, donde nos recibió un descendiente del insigne pintor albaidense. Recorrimos la Casa-Museo anclado en el tiempo, como si en una de sus estancias nos estuviera esperando José Segrelles Albert, pintor de innumerables cuadros, teniendo a San Vicente Ferrer como personaje principal.

Advertisement

Nuestra siguiente parada fue en Otos, pueblo de los ‘relojes de sol”, a los pies del Benicadell, para degustar una suculenta “caçola de arrós al forn” en el restaurante “Ca les Senyoretes”. Con el “estómago lleno y el corazón contento”, reanudamos nuestro viaje, pasando por pueblos industriales y agrícolas como Palomar, Castellón de Rugat, Lloc Nou de Sant Geroni, donde nos espera en un próximo viaje una interesantísima visita a su Monasterio de Sant Geroni de Cotalba. Vimos en Terrateig la ermita dedicada a San Vicente Ferrer, construida frente a un pino, a cuya sombra predicó el Santo un 9 de Noviembre de 1410, y junto a la cual hay un pozo, cuyas aguas hizo brotar San Vicente. Finalizamos nuestro viaje en la Ciudad Ducal de Gandia, capital de “La Safor”. Visitamos el Palacio de los Borja o Ducal, casa natalicia de San Francisco de Borja. Este palacio está considerado una de las mansiones señoriales más importantes de la Corona de Aragón de su época. Regresamos a Valencia con el Espíritu Vicentino más elevado, si cabe.

“Visca Sant Vicent Ferrer per Terres Valencianes”.

Maria Dolores Boronat Ferre

This article is from: