L partidos y gobiernos indígenas, campesinos o de izquierda. Existen por ejemplo, burguesías izquierdo-parlantes que defienden, promueven y acumulan a partir del extractivismo, los megaproyectos y la especulación financiera, así como existen líderes de organizaciones y movimientos indígenas y populares que aprovechan las causas y discursos para obtener beneficios y poder dentro del sistema”.
“no estamos en esto para 'ganar' debates o colgarnos medallas sino para aportar a quienes sienten que las cosas no pueden seguir siendo así”
Los pilares de un modelo Para pasar de la declamación general a lo concreto que duele y desnuda, apuntan que “desafortunadamente, no se trata de excepciones ni de casos aislados. Conocidos son, para citar solo unos ejemplos, la construcción de la ruta a través del TIPNIS en Bolivia, la explotación del ITT Yasuní en Ecuador, los megaproyectos del Brasil entre los que se destacan las represas hidroeléctricas de Xingú en Altamira, los monocultivos del agronegocio corporativo en Argentina, Uruguay, Brasil y Bolivia, la minería extractiva corporativa transnacional en todos los países con gobiernos progresistas”. Y para no escapar a las tensiones y a las confusiones, a dúo añaden lo que fueron construyendo entre muchos: “debemos reconocer que existen sin duda diferencias entre los gobiernos 'progresistas' y los de derecha, pero también, que tienen en común el modelo corporativo-financiero-extractivista que define
al capital transnacional. El hecho de pronunciar un discurso, pertenecer a un partido o movimiento de izquierda o indígena, haber sido candidatos electos a nombre de movimientos y movilizaciones populares, no es garantía de coherencia con la defensa de lo colectivo, de la reproducción de la vida, de los territorios y con la resistencia al capital. Por eso, en cuanto resistimos al capital abiertamente de derecha y su proyecto totalitario y corporativo, decimos que 'nos convoca una militancia que rechaza doctrinas y fórmulas. Sentimos una repugnancia compartida hacia autoridades, vengan de donde vengan; y hacia sus fórmulas llenas de soberbia y desdén'. Puestos a escoger, nos definimos con y desde los pueblos, por la vida y la Madre Tierra y contra el capital y el abuso. Hacemos eco de las palabras de Hugo Blanco: 'No les enseñen MarxismoLeninismo. Enséñenles a defender el agua'”.
DÓNDE LEER “PALABRAS PARA TEJERNOS...” EL LIBRO TIENE LICENCIA CREATIVE COMMONS, SE PUEDE DESCARGAR GRATUITA Y LIBREMENTE, PARA ENCONTRARLO Y BAJARLO PONER EN CUALQUIER BUSCADOR DE INTERNET: GOOGLE DOCS PALABRAS PARA TEJERNOS número veintisiete
L Colombia
“resistir al capital y luchar por construir alternativas desde abajo es coherente con señalar las contradicciones de dirigencias, movimientos, partidos y gobiernos indígenas, campesinos o de izquierda”
l Formas de tejer para preservar la vida
La larga búsqueda cierta
En otra definición capaz de derribar supuestos, indican que aquellos que proclaman “luchamos por la justicia, la libertad, el socialismo, la democracia, la participación y demás, hacen que lo que reclama y abre grietas, se asume, se deja quieto, se abandona y nos dedicamos a no abrir ni a transformar. La lucha armada se hace por la libertad, pero se transforma en lucha armada y punto. La libertad es una palabra sin más. Nos convertimos en soldados, posiciones, tácticas, reclutamiento, armamento, obediencia, ira ante la muerte y muerte por la ira. Todo ello suplanta y entierra lo que nos lleva a la lucha armada. El instrumento nos quitó la libertad y la libertad la transformamos en instrumento. Y así los partidos, los movimientos, las causas nuevas, la poesía, el trabajo de sembrar y cosechar. Hay que salir, resistir, luchar, claro. Pero hay que tener palabra para caminar”.
Por último y para poner el eje en lo propio, entre ambos consignan que “nosotros nos asumimos, también, como paridos y tejidos por la Madre Tierra y nos esforzamos por aprender a vivir bajo su mandato. Por eso, sentimos asco del patriarcado machista inseparable de la modernidad agotada y de la codicia del capital que nos sigue robando procesos, discursos, muertas y muertos, años de lucha, compañeras y compañeros. Creemos en un Mundo-Mujer-Pacha, que no ha llegado a develarse todavía, pero existe, nos nutre y nos conforta; que ha perdido y sangrado mucho aunque es imprescindible, y que ahora puede quedar aplastado por mafias autoritarias, fascismos renacidos y mentiras de todos los colores. Así nos asumimos, en esa búsqueda larga a la que nos convocamos y de la que tenemos más por aprender a muchas voces y luchas. No sabemos y por ello, nos necesitamos”.
El desafío de escuchar y aprender “No sabemos y no podemos saber. Ese es el desafío. Habría que escuchar y aprender de los muchos pueblos y personas que lo han intentado y lo vienen haciendo. Habría que meterse en esto en todas partes. Hay que hacer realidad en luchas y movilizaciones colectivas ese 'para todxs, todo, para nosotrxs, nada'. Ese es el Camino de los Pueblos que hace falta recorrer y hacer respetar. Es el sentido y la enseñanza del proceso Zapatista, sin recetas ni vanguardias, desde el mandar obedeciendo hacia un mundo en el que quepan muchos mundos. Es un mundo en madre, en femenino, en mujer y este es el tiempo para encontrarnos y tejerlo. Es el sentido y el llamado de la época que nos tocó vivir. Como bien lo dice el Mandato Indígena y Popular: 'Marchamos para expresar nuestro compromiso de unirnos y de trabajar tejiendo la solidaridad recíproca que hace falta para defender la vida. Esta vez sabemos que solos no podemos y que nos necesitamos mutuamente para entender, para resistir y para crear un país y un mundo posible y necesario”, resumen a la hora de abordar un momento que definen como de transición. Y para bosquejar ese proceso, indican que “aún el lenguaje no nos alcanza ni nos sirve para nombrar lo que viene, le pertenece a lo que existe y que ya no sirve. Se agota. Las explicaciones que tenemos del mundo y de la realidad no alcanzan y esto porque las maneras de hacer, profundizan la crisis. Las respuestas desde el sistema son siempre promesas para salir haciendo más de lo mismo que ha causado los problemas. El resultado es mayor crisis, mayor despojo, más incredulidad y más grietas. Estando allí, reaparecen como relevantes y necesarios saberes y prácticas, recogidos en principios que se basan en tejernos colectivamente y tejer la historia a los territorios, a los ritmos de la Madre Tierra, a la vida. Hoy esto no número veintiocho
es poético ni utópico ni primitivo. De lograrlo a escala planetaria y desde todos los pueblos, la humanidad pervive. O nos tejemos a la vida y sus ritmos protegiéndola, o desaparecemos. Es un desafío práctico. Lo común, que nunca desapareció y ha resistido, reaparece ahora, en estos tiempos en los que la alternativa para el sistema es eliminar excedentes de población y apropiarse de la vida toda para seguir acumulando. Ante esta amenaza de genocidio, etnocidios y ecocidios como necesidad práctica del sistema, la política de lo común, lo colectivo y lo femenino arraigado a ritmos de la reproducción de la vida supera la política electoral, el estrecho margen de las democracias electorales y el ámbito de las resistencias que no son la cara contraria que complementa la dualidad en la que se perpetúa el sistema. Enfrentamos la necesidad de ese mundo en que quepan muchos mundos, colectivo, diverso, disperso. Nadie puede quedarse por fuera. Reclama, para seguir con vida, ponerle un ¡Basta! al capital totalitario y defender bienes comunes, movilizarnos, tomar calles y campos, expulsar transnacionales y luchar, con fuerza y con claridad mientras adquirimos conciencia y coherencia en la lucha. Esto tal vez no evite la catástrofe de la transición, pero es nuestra oportunidad de hacerla y no de que nos la impongan desde el terror y la muerte” Para redondear la idea y aportar una salida en plural, escriben sin dudar que “nunca antes se había visto el planeta tan necesitado de todas y todos para deshacerse de un sistema suicida y pervivir. Son las lecciones de las luchas populares grandes y pequeñas, de Mingas, de bases de apoyo Zapatistas que hacen Escuelita de la Libertad para que nos pongamos el espejo y aportemos a la tarea.
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UNO DE LOS MEDIOS PARA ACCIONAR Y TEJER ES EL SITIO WEB DE PUEBLOS EN CAMINO, EN ÉL PROFUNDIZAN LAS TEMÁTICAS ABORDADAS AQUÍ: PUEBLOSENCAMINO.ORG O FACEBOOK.COM/PUEBLOSENCAMINO Enfrentar el exterminio (www.nasaacin.org/mandato-indigena-y-popular) La historia del capital, es la historia de un espiral de exterminio. Exploración, explotación, exclusión y exterminio en la perspectiva de acumulación concentrada rige este proceso. Vamos de un ciclo de exterminio al siguiente, de lo contrario, el sistema y sus beneficiarios no sobreviven. Pero, como la historia la cuenta el ganador, las víctimas del exterminio no la relatan y todo va bien. Debemos levantarnos sin respetar los límites de las fronteras y tejidos como pueblos y luchar, de muchas y todas las formas por detener el abuso, el despojo, el exterminio. Esto no da espera y es lo único que puede detener este proyecto de muerte. Partimos de saber por experiencias recurrentes que aun cuando resistimos el exterminio, caemos en la trampa de las
urgencias que nos impone, de las tareas, del activismo, de los discursos, de lo práctico y terminamos siendo el exterminio. Porque exterminio no es solamente la suela que te aplasta, sino quienes solamente vemos la suela obsesionados con detenerla. Somos el exterminio, suela y víctima, bota y reprimidos. Resistimos el exterminio en sus términos. Nos volvemos el exterminio y no nos queda espacio ni tiempo para la vida. Allí nos quieren y nos tienen. De allí que lo esencial de lo otro, de la libertad del lenguaje-hacer, del otro-nombrar termine siendo el título del discurso y el lugar común que no se discute y salpica sazonando los manifiestos y las tareas.