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Geoingeniería para

Geoingeniería para modelado de trampas estratigráficas del Kimmeridgiano

Un método para optimizar los tiempos de cómputo y la certidumbre en los pronósticos de los modelos de simulación de los yacimientos

Por / By : Erick Contreras, Francisco López y Rafael Vargas

En este trabajo, los ingenieros Contreras, López y Vargas presentan la geoingeniería para el modelado de trampas estratigráficas del Kimmeridgiano, así como su escalamiento a una malla de simulación. Este método incrementa la certidumbre en los pronósticos de producción obtenidos de los modelos de simulación de los yacimientos.

Para ello, realizaron un modelado geo celular con celdas de 25x25x3 m para un yacimiento del Kimeridgiano (JSK). El trabajo se desarrolló en uno de los campos de desarrollo más productivos de la sonda de Campeche.

El tamaño de celda se definió con la finalidad de mantener la máxima representatividad de los cambios laterales y verticales de las facies sedimentarias identificadas. Esa representatividad se precisó mediante muestras de roca y registros geofísicos característicos de las trampas estratigráficas del Kimmeridgiano.

Para la selección del tamaño de la celda en la dirección “z”, los ingenieros se guiaron por la variación vertical de las facies sedimentarias observada a 3 metros. Esto implicó que los espesores menores en rocas de grano muy fino no establecieran sellos verticales.

Los ingenieros englobaron los cambios cada 25 metros de manera lateral, en función del tamaño mínimo representado por la forma de los cuerpos carbonatados. A su vez, realizaron el re-escalamiento para malla de simulación del yacimiento mediante pruebas de sensibilidad, con celdas de 100x100m, con variaciones en el espesor en 5, 15 y 30 metros.

De este modo, el estudio identifica la conservación de la representatividad geológica del yacimiento y de las propiedades re-escaladas. Además, la reducción del número de celdas ayudó a optimizar los tiempos de cómputo del simulador numérico.

Con el re-escalamiento de la malla geológica

Geoengineering for modeling Kimmeridgian stratigraphic traps

A method to optimize computation times and forecast certainty from reservoir simulation models

In this work, engineers Contreras, López, and Vargas present geoengineering solutions for Kimmeridgian stratigraphic traps modeling, as well as to scale them to a simulation mesh. This method increases the certainty in production forecasts obtained from reservoir simulation models.

To do this, they carried out a geocellular modeling with 25x25x3 meters of cells for a Kimmeridgian deposit (JSK). This study was completed in one of the most productive development fields of the Campeche probe.

Engineers chose those cell sizes to maintain maximum representativeness of the lateral and vertical changes of all sedimentary facies identified. Their representativeness was defined by rock samples and geophysical records characteristic of the Kimmeridgian stratigraphic traps.

To select the cell size in the “z” direction, engineers were guided by the vertical variation of sedimentary facies registered at 3

del yacimiento a la malla de simulación, los especialistas consiguieron reducir el número de celdas del modelo de 57 millones a 880,000 celdas. Esto también les permitió reducir los tiempos de cómputo de simulación, con la ventaja de generar corridas simultaneas de simulación en menor tiempo.

Los cambios no afectaron la representatividad geológica del yacimiento de la malla geológica en la malla de simulación. Así, a pesar de la menor definición del re-escalamiento, la heterogeneidad vertical y lateral de las trampas del Kimmeridgiano fue plasmada en el modelo de simulación de los ingenieros Contreras, López y Vargas.

Los volúmenes originales de la malla geológica y la malla de simulación fueron semejantes, no sobrepasando una diferencia mayor al 5%. Con ello lograron se la inicialización de la malla de simulación en un software comercial capaz de representar la historia de producción del yacimiento. meters. This implied that the lower thicknesses in very fine-grained rocks did not establish vertical seals.

Engineers included changes every 25 meters laterally, depending on the minimum size represented by the shape of carbonate bodies. In turn, they performed the rescaling for the reservoir simulation mesh through sensitivity tests, with 100x100 meter cells, with thickness variations of 5, 15, and 30 meters.

In this way, they kept most of the geological representativeness of the studied deposit and its rescaled properties. Also, reducing the number of cells helped them to optimize the computation times of numerical simulations.

Re-scaling the reservoir geological mesh in the simulation mesh assisted the specialists to reduce the number of cells in the model from 57 million to 880,000 cells. This also allowed them to reduce simulation times, with the advantage of generating simultaneous runs in less time.

These changes did not affect the geological representativeness of the reservoir or the geological mesh in the simulation mesh. Thus, despite the lower definition of rescaling, the vertical and lateral heterogeneity of Kimmeridgian traps was also reflected in the simulation model carried by engineers Contreras, López, and Vargas.

Original volumes of the geological mesh and the simulation mesh were similar since they did not exceed a difference of 5%. With this, they achieved the initialization of the simulation mesh in a commercial software capable of representing the deposit’s production history.

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