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"EL VIYI" POR BRAYS EFE

Otras personalidades inimitables del “terror” en Filmin de mi parte: "El fotógrafo del pánico" (Michael Powell, 1960) // "Suspense" (Jack Clayton, 1961) // "El carnaval de las almas" (Herk Harvey, 1962) // "Seis mujeres para el asesino" (Mario Bava, 1964) // "Plan diabólico" (John frankenheimer, 1966) // "El héroe anda suelto" (Peter Bogdanovich, 1968) // "El hombre de mimbre" (Robin hardy, 1973) // "La isla sin retorno" (Stephanie Rothman, 1973) // "Kung Fu contra los site vampiros de oro" (Roy Ward baker, 1974) // "El engendro mecánico" (Donald Cammell, 1977) // "Un hombre lobo americano en Londres" (John Landis, 1981)

Unos estudiantes de teología inician a pie la vuelta a casa por vacaciones. Entre ellos el monje Khoma que, despistado por la niebla, pide refugio en la casa de una anciana, que pronto se revelará como una bruja. Tras el encuentro con Khoma este la mata, dejando abandonado en el campo su cadáver, que ha mutado en el de una joven guapísima. Al día siguiente, nuestro protagonista es convocado para velar este mismo cadáver durante tres noches, y en estas tres noches el poderío visual de la película explota.

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Los directores contaron con la ayuda de un compañero más experimentado: Aleksander Ptushko, “el Walt Disney ruso”, conocedor del stop motion y pionero de los efectos especiales. Los efectos prácticos de la película son uno de sus mayores atractivos: sets que giran, retroproyecciones, travellings imposibles y trucos de cámara simples pero efectivos, que a día de hoy conservan todo el encanto y el estilo. Y por supuesto, tiene una revolución demoníaca final visualmente apabullante y llena de representaciones iconoclastas del mal.

La ambientación, la música y la fotografía en tecnicolor proporcionan a la película una atmósfera tremendamente acogedora y original. La puesta en escena tiene atención al detalle y sutileza combinada con explosiones puntuales de estilo que no solo no han envejecido sino que no envejecerán.

“El Viyi” es un folk horror extraño, con breve comentario social y bastante poder alegórico, un ligero toque queer y con una cualidad siempre refrescante: personalidad inimitable.

Nota de F1lmin: ¿Sabías que durante nuchos años “El Viyi” fue la única película de ferror de producc1ón soviética?

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