Jovenóia

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Jovenóia Luis Enrique Solorio Salazar Ciencias y Técnicas de la Comunicación Universidad Interamericana para el Desarrollo

2016


El número total de artículos, documentos y posts de internet publicados diariamente comparando el “antes” con el “ahora” de manera irónica y verdadera es pasmoso. Pareciera ser que no tenemos suficiente de los jóvenes de hoy en día y de lo distinto y mejor que fue pertenecer a la juventud de hace años. Las etiquetas generacionales hacen que la historia humana se vea ordenada y discreta, en vez de aterradora y revuelta. Además, estas etiquetas tienen la exquisita y sospechosa tendencia de favorecer y adular a las personas que las usan. George Orwell lo describió perfectamente cuando dijo que “Cada generación se imagina a si misma más inteligente que la generación anterior, y más sabia que la generación que vendrá después”. Hay un nombre particular para este sentimiento: Jovenóia. El sociólogo David Finkelhor acuñó el término, el cual significa “el miedo exagerado hacia las cosas que influencian a los jóvenes de hoy en día”. La jovenóia es la preocupación de que los smartphones, el internet, la televisión o la música rock o esos malditos vehículos a motor hagan del mundo un lugar no apto para los niños y jóvenes. El conflicto generacional realmente ha estado presente desde hace demasiado tiempo. Después de todo, “honrarás a tu padre y a tu madre” fue un antiguo mandamiento por una razón. En el cuarto siglo a.c., Aristóteles remarcó que los errores juveniles son el exceso y la vehemencia, al pensar que lo saben todo. En los primeros años del 1900, Romain Rolland discutía que la nueva generación de gente joven estaba “apasionadamente enamorada del placer y los juegos violentos, fácilmente engañados”. Las nuevas personas y la dirección en la que la sociedad se dirige siempre se ha visto con un dejo de desaprobación. La página de internet y webcomic “xkcd” se dio la tarea de compilar ejemplos de esto: En 1871 la revista Sunday publicó una línea que bien puede aplicarse en la actualidad acerca de los mensajes de texto: “Ahora nos bombardeamos con una multitud de rápidas y breves notas en lugar de sentarnos para tener una buena conversación”. Y el Diario de Educación en 1907, lamentaba que, en una reunión familiar moderna, silenciosamente alrededor de la chimenea, cada individuo mantenía la cabeza sumida en su revista preferida. El punto de todo esto es que no hay nada nuevo bajo el sol (ni siquiera en sol en realidad. Se ha confirmado que nuestro sol es una estrella de tercera generación). Este constante ciclo de generaciones colisionando podría parecer muchas veces un disco rayado; ¿Realmente estos comentarios transmiten introspección o visión en las mentes de futuros líderes? ¿O simplemente juzgan prematuramente a sus coetáneos, basados en cómo actúan al ser adolescentes? A pesar de las incesantes preocupaciones, de otra forma, el dicho “estos jóvenes de


ahora” parece ser más halagador que nunca. El uso de drogas es bajo, el ejercicio alto, la habilidad en matemáticas y escritura ha incrementado; los crímenes cometidos, comentarios de odio, el número de individuos que han estado en peleas y los que han sufrido ataques en la escuela, todo esto en jóvenes, ha caído. Sin embargo, la jovenóia persiste. Pero ¿Por qué? Bueno, tiene un poco de sentido. Es decir, los niños son el futuro de los humanos; es razonable asumir que la naturaleza seleccionará características en una especie que causará que los miembros adultos prefieran la forma en que ellos fueron criados y el hecho de que desconfíen de algo distinto. A fin de cuentas, nuestros padres, por definición, son un logro reproductivo para la especie. Crearon nuevos miembros. Así que cuales quiera que fuesen las decisiones e influencias que los llevaron a ese punto, debieron ser lo suficientemente buenas y cualquier desviación de eso podría ser un problema. Así que preocuparse por la juventud podría ser algo natural, tal como tener dos ojos, o respirar, o comer. Sin embargo, hay un problema con todo lo anterior: Nuestros cerebros no recuerdan las cosas a la perfección, ni tampoco aplican la memoria de forma correcta o racional. Ese tipo de pensamiento tiene una plétora de causas interesantes. Primero que nada, a un nivel social, la preocupación de y por la juventud es comúnmente exagerada, porque el hecho de exagerar es efectivo. Cuando se exagera, se genera una mayor movilización alrededor de la causa, si puedes convencer a la gente de que estamos en la cúspide de una crisis. Además, nuestro cada vez más conectado mundo significa más contactos potenciales con personas fuera de la familia, la tribu, el vecindario. Aunque los problemas juveniles a menudo involucran personas que el joven conoce, el peligro desconocido es un miedo muy poderoso. Lo que podría ser “Mis hijos tienen buenos amigos, que son buena influencia, ¿Por qué debería preocuparme?” puede ser cambiado por “Aun así, las personas que no conoces son amenazas. Así que preocúpate”. Otras razones para la jovenóia son personales y muy seguido, no es el mundo el que ha cambiado, es la persona la que ha cambiado. ¿Realmente los conductores de hoy en día manejan peor de lo que lo hacían cuando uno era niño? ¿O uno simplemente tiene nuevas responsabilidades y mayor experiencia que te hace ser más consciente de peligros que siempre estuvieron ahí? Nosotros recordamos el pasado de forma abstracta. Simplemente no hay el espacio suficiente en nuestros cerebros o una necesidad vital para una veracidad completa al momento de recapitular. Más bien lo que hacemos es recordar la forma general en la que nos sentíamos en el pasado, apartando lo que nos pareció tedioso, creando así un recuerdo más destacado u fijo. Segundamente, la aversión a la pérdida y un efecto de creación: se percibe la perdida como mayor que una ganancia igual. En un famoso estudio, cuando se le preguntó a la gente ¿cuánto pagaría por una taza de café? La gente respondía con cifras que eran significativamente más bajas que cuando


primero les preguntaban el precio en que la venderían. Esto podría jugar un papel en cómo valoramos lo que ya tenemos -nuestras memorias y preferencias- sobre lo que es nuevo. Incluso existe neurociencia que respalda el por qué lo nuevo parece malo para una persona. Se le llama el “Bache de reminiscencia” y se refiere a un almacenaje de memorias autobiográficas. Las memorias acerca de uno mismo aumentan durante tiempos de cambio. Incidentemente, esta es la razón por la cual uno recuerda las cosas emocionantes como si hubieran durado más de lo que en realidad duraron, pero raramente se recuerdan los momentos de aburrimiento con detalle. La adolescencia y la adultez temprana, particularmente en edades de 10 a 30 años, son mayormente tiempos de cambio. Muchas cosas importantes pasan durante esos años que definen la identidad. Así que no es sorpresa que en comparación con cosas que han pasado recientemente, las memorias del ‘bache’ son mayores en número y más significativas. Los libros, las canciones, películas, jergas y comportamiento que se amaban y utilizaban se correlaciona muy bien con lo que se recordará en la edad adulta, de forma más afectuosa. Como podemos ver, la jovenóia es algo natural. Y, en realidad, una cantidad saludable de la misma es importante. Dado que hay varias cosas que deberían ser incentivadas acerca de la innovación. Pero lo que muchas veces se pierde al explicar que la jovenóia ocurre en todas las generaciones, es que el hecho de que la naturaleza de la jovenóia no siempre ha sido la misma. La brecha generacional de la antigüedad o en los 1300 no es la misma que la de ahora. La velocidad más rápida de los cambios podría ser una razón, pero otra es la aparición de un nuevo tipo de creatura alrededor de la vuelta del siglo pasado: el adolescente. La palabra “adolescente” no era utilizada como una etapa de vida, en un contexto más universal, sino hasta 1922. El libro “Teenage” John Savage, es una fantástica lectura que habla sobre cómo es que la sociedad misma pudo haber inventado casi por accidente al adolescente. Se explica que a la per de que como las fábricas generaban nuevos trabajos no capacitados, la gente joven podía adquirir su propio dinero. De repente, los mercadólogos se dieron cuenta de que los productos podían ser hechos para la juventud. Quienes ya no estaban más estancados con lo que sus padres decidieran. Además, el auge en la inmigración remarcó en una nueva generación la perspectiva de que la identidad no era algo con lo que se estaba atorado; que era algo fluido, personal y decisivo. Además, los llamados a la educación obligatoria, la cual es hacer ley que los niños asistan a la escuela, solidificó la identidad segmentada de los mismos, obligándolos a salir de un mundo en general y los hizo entrar a lugares en común rodeados principalmente de sus coetáneos. Y en dicho ambiente, ellos podían desarrollar comportamientos y opiniones y cultura compartida únicamente entre ellos. La educación obligatoria también incrementó el alfabetismo en la adolescencia, lo que les dio más poder para leer y escuchar historias escritas para ellos y acerca de ellos en libros que podían comprar con su propio dinero. Aquellos


jóvenes de ahora no eran simplemente humanos novatos esperando tener experiencias de vida, se volvieron seres separados con su propia voz y cultura. Un hecho que hizo de la jovenóia cambiar de escaramuzas comestibles del pasado, a pánico de pleno derecho que conocemos hoy en día. Esto nos trae una cuestión mayor. Se podría decir que claro, esto hace sentido, pero incluso alguien que no creció en este proceso de cambio, podría darse cuenta de que, en tiempo pasado, la sociedad no se había rebajado intelectualmente tanto como ahora. Las cosas solían ser por élites para las élites; ahora se hacen para las masas que demandan suavidad atávica sensacionalista, en lugar de pensamiento racional y crítico. Esto puede verse en varias cosas tales como la calidad musical de hoy en día comparada con la de hace algunos años, o la calidad en la literatura comercial que existe; y estos ejemplos pudieran ser convincentes, pero el plural de “anécdota” no es “datos”. Se pueden tomar distintos ejemplos y argumentar el punto opuesto; Mozart escribía poemas sobre gases. Hay trabajo asombroso y hay trabajo simple hecho en cualquier tiempo en la historia. Steven Johnson hace un punto en su libro “Todo lo malo es bueno para ti” (Everything bad is good for you); él menciona que, en todo caso, cuando se les da la oportunidad de comprar o participar como quieran, la tendencia que encontramos en los humanos es una preferencia por demandas más cognitivas, entretenimiento más astuto. El esfuerzo que toma seguirle el paso a la creciente densidad y complejidad de las formas narrativas en los medios actuales es impresionante. Y para ser justos, claro está, por debajo de la organización estimulante, realmente ya no hay substancia, ¿verdad? Por ejemplo, un notorio crítico dijo de la cultura masiva sin-cerebro de hoy: “No volteamos las páginas en busca de pensamiento, observación psicológica delicada, gracia del estilo, encanto o composición, pero disfrutamos de todo esto como juegos infantiles, riendo y llorando ante las imágenes que se nos presentan”. Sin embargo, quien en realidad escribió esto fue el crítico G. H. Lewes, cuando habló sobre Charles Dickens en 1872. El punto es: el buen gusto es subjetivo. Lo que es arte para el 1% es basura ara el otro 99% y viceversa. Quizá pueda disgustarnos el lenguaje, o la violencia, o la moral que se exhibe en la televisión o el internet, pero tampoco se puede negar el hecho de que el entretenimiento -incluyendo el popular- requiere más y más el pensamiento por parte del espectador que nunca antes. Johnson creó una comparativa visual de los hilos narrativos en episodios de diferentes programas de TV en el tiempo, y el resultado no debería sorprendernos. Nuestros cerebros piden estimulación. Un bulto que simplemente está ahí, mirando hacia la nada no se forma naturalmente seleccionado de la misma manera que un cerebro que aprende, sintetiza y organiza. Ahora que el entretenimiento puede ser hecho para audiencias de nicho y ser visto una y otra vez en demanda y discutido online ad nauseam, ese deseo natural puede saciado por los medios. Johnson va tan lejos como para decir que las repeticiones nos han hecho más inteligentes. Han habilitado el entretenimiento para ser hecho de modo que


recompensa el ser visto y pensado más de una vez. Los nombres, las historias, las relaciones y dramas a los que las personas hoy tienen que darle un seguimiento en sus cabezas para ser consumidores funcionales de los medios modernos son impresionantes, en términos históricos; y afecta a muchos más de nosotros que nunca antes. Johnson también señala que en tiempos de Charles Dickens, él solamente era leído por el 0.25% de la población de su país, mientras que hoy en día, shows innovadores como “The West Wing” o “The Simpsons” fácilmente alcanzas veinte veces esa proporción. Uno podría preguntarse en este caso ¿En dónde están el Mozart o el Dostoyevsky de nuestros tiempos? Bueno, probablemente estén aquí, pero la reputación de Dostoyevsky se construye con el tiempo, algo que los juicios de los artistas contemporáneos no han tenido. Finalmente, cuando se trata de juzgar trabajos que meramente tientan las emociones base, no hay que olvidar la frase de Unamuno: “Mi gato nunca se ríe o se lamenta, siempre está razonando”. Los gatos y los humanos son curiosos y pueden resolver problemas, pero solo los humanos pueden reír con videos de bromas tontas. Entonces ¿Qué deberíamos estar atesorando?

Hay un problema aquí, sin embargo. A pesar de que escritores como Johnson han sido capaces de sacar adelante argumentos convincentes de que las películas y la TV han estado otorgando más y más complejidad cognitiva, han fallado en explicar otro tipo de entretenimiento, por ejemplo, la música. Casi todos los estudios respecto al tema de la música pop han encontrado que, a diferencia de otras formas de medios populares, la música pop se ha vuelto, de hecho, desde los años 50’s, menos compleja en su estructura

y más homogénea.


Matemáticamente hablando, más canciones pop hoy en día suenan igual entre sí que antes. ¿Pero por qué pasa esto?, bueno, la cuestión es que la música pop es tan solo un tipo de música haciéndose hoy en día y su rol, lo que sus escuchas quieren de esa música y quienes son, es mucho más específico que el más ancho espectro de géneros que un cine o plataformas digitales albergan. Una canción pop necesita provocar rápidamente un estado de ánimo, necesita quedarse en tu cabeza, ajustarse a la anticipación y concluir en una cantidad bastante regular de tiempo. Y hay solo tantas maneras de hacer esto. Así que quizás, los productores de música pop simplemente se han hecho mejores rascando el hormigueo específico que están desafiados a rascar. Esto viene al tema, puesto que podemos ejemplificar la jovenóia con casos cada vez más específicos. Un ejemplo más: imagínense criticar a los doctores por utilizar la penicilina en la medicina moderna. “Bah, en mis tiempos los tratamientos eran innovadores. Había sanguijuelas, yesos de cebolla, amputaciones y amuletos de la buena suerte. Ahora todo es penicilina y más penicilina, ¡todo es lo mismo!” … Criticar a la música pop por toda sonar “igual”, ignora la igualdad del objetivo de toda canción pop. ¿Pero qué hay de las generaciones? ¿Qué son exactamente? Quiero decir, los humanos no tenemos bebés todos al mismo tiempo cada diez o veinte años. Nuevas personas siguen apareciendo, alrededor de cuatro cada segundo. Pero dicho esto, hay cambios biológicos que tienen los humanos mientras van creciendo y envejeciendo, creando así -muy a la fuerza- unas cuantas etapas de la vida, las cuales clasifican determinadas cosas; y pasa lo mismo con las generaciones. La lista de clasificación de las generaciones es extensa y abarca desde la mitad de los 1400’s. Aplica principalmente al mundo occidental, especialmente Norteamérica y fue un trabajo de William Strauss y Neil Howe, quienes en su libro “Generations” (Generaciones), contiene una de las teorías más influyentes y ambiciosas de nuestros tiempos; y que, por cierto, fueron quienes acuñaron el término “millennial”. Sentaron las bases y siguieron expandiendo la teoría de que la sociedad sigue un ciclo predecible de movimientos, cada uno durando alrededor de 20 años; que es lo que usualmente nos toma en una etapa de vida, pasar a la otra. El ánimo social y el estilo de vida común que los coetáneos experimentan durante, son lo que distinguen una generación de la otra. Strauss y Howe nombran cada ánimo social un “giro”. Un giro describe la forma en que una sociedad actuará, ya sea por estableciendo, aceptando, confrontando o fracturando en lugar de las costumbres establecidas. Para ilustrar el ciclo, comencemos por ahí de 1865; Wagner componía música hermosa, en Buenos Aires se firmaba el acuerdo de Triple Alianza y los Estados Unidos se consolidaba como la nación que es hoy en día, justo después de terminar la guerra civil. En esta llamada “Era de Oro”, nos encontramos a la sociedad con el primer giro, lo que llaman un “punto alto”. Este periodo es uno de 20 años, en el cual la sociedad en general está de acuerdo con la dirección en la que quiere ir, ya que recientemente se juntó para confrontar una crisis. Las instituciones son fuertes y los jóvenes adultos son precavidos y conformistas. Pero entonces, la gente


se cansa de la disciplina social y convoca una reforma, un periodo de “despertar” ocurre. El consenso de mayoría es atacado en nombre de una más grande y amplia autonomía individual. La desconfianza hacia las instituciones a raíz del despertar conlleva al siguiente giro, un “desenredo”, donde en lugar de amplia identidad cultura, las cruzadas de moral polarizan la sociedad hacia lo que debería venir después. Finalmente, ocurre un renovado interés en el consenso, que responde a la crisis, uniéndose. El ánimo de la sociedad se mueve a una creencia de que juntarse para construir es la respuesta. El ciclo entonces, comienza de nuevo, con un punto alto: La mayoría está de acuerdo en la dirección de la sociedad y con las instituciones que ganaron fuerza durante la crisis, hasta que la gente se cansa de la mayoría estructurada, y un despertar deja a estas instituciones débiles y armadas con menos consensos públicos. A esto le sigue un desenredo, donde los individuos se polarizan sobre cuestiones morales y la juventud que fue criada en los anteriores dos ánimos sociales atomizadores, se sienten enajenados, lo que nos lleva a, bueno, hoy.


La teoría Strauss-Haus, de ser cierta, nos dice que esta será una era en donde la sociedad se juntará para construir instituciones desde los cimientos en frente de una crisis. No es claro qué será esta crisis, pero si la teoría tiene poder predictivo, el clímax de esa crisis ocurrirá en 2025. La teoría completa es una gran forma de aprender acerca de nosotros en la historia. Sin embargo, no es del todo científica e infalsificable. Podemos encontrar patrones en todo, si escogemos los ejemplos correctos. Pero en cuanto a la utilidad de sus generalizaciones, Philip Bump plantea que los censos de buró solo reconocen una generación oficial distinguible: “Baby boomers”. ¿Pensaron que eran “generación x”? ¿” Millennials”? ¿” Generación z”? Bump dice que eso está bien, puedes darte el nombre que quieras. Pero todo es inventado. Los “Baby boomers” son una cohorte, significantes no importa donde hayan nacido o quiénes son, solamente su tamaño determina mucho sobre su rumbo. Pero otros segmentos de la población, basados únicamente en su año de nacimiento, no significan mucho. Una forma más útil de dividirlos en cohortes se enfocaría en algún otro ramo que menos tenga que ver con la edad y que más bien se correlacione con el comportamiento; estatus, religión, sexualidad, etc. Independientemente de su exactitud, hay una cosa con la teoría generacional y sus críticos al menos coinciden con esto: La gente cambia conforme envejece y la sociedad en general que rodea a las personas influencian el grado en que las generaciones se sienten conflictuadas. Así que, el pensamiento generacional es una forma de guía. Una que nos ayuda a embarcarnos en una travesía, conformada por una siempre cambiante tripulación. Algunos grupos son distintos a otros, claro, y necesitamos la preocupación y la cautela para mantenernos a salvo. Pero al final del día, siguen siendo el mismo navío y las mismas aguas. Las generaciones y la jovenóia son como lo que Picasso dijo acerca del arte: Son mentiras que nos acercan a la verdad.


Referencias Libro “Everything Bad is Good For You”: http://www.amazon.co.uk/Everything-Ba... “Teenage”: http://www.amazon.co.uk/Teenage-The-C... Cita de George Orwell: http://www.goodreads.com/quotes/14793... Generaciones de acuerdo a la teoría Strauss-Howe: http://www.lifecourse.com/about/metho... Jovenóia: PDF original: http://www.unh.edu/ccrc/pdf/Juvenoia%... http://time.com/19818/whats-really-wr... artículos sobre el conflicto/teoría generacional: http://www.theatlantic.com/technology... http://www.businessinsider.com/defini... http://blogs.scientificamerican.com/l... http://gawker.com/study-every-generat... http://aeon.co/magazine/psychology/we... la brecha generacional en la antiguedad: http://www.jstor.org/stable/985800?se... Cita de Aristóteles: https://goo.gl/0ZLUhz 1627 : http://wellcomeimages.org/indexplus/i... Cita de Romain Rolland: https://goo.gl/KQYJuZ Artículo de periódico antiguo sobre la brecha generacional: https://goo.gl/LmTMwU Lista de sucesos históricos de xkcd: http://xkcd.com/1227/ el sol como una estrella de tercera generación: http://www.physlink.com/Education/Ask... la gente joven es narcicista, no toda la generación para siempre: (the study) http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/artic... http://www.psmag.com/books-and-cultur... http://www.thewire.com/national/2013/... Estadísticas acerca de “los jóvenes de hoy”: http://www.unh.edu/ccrc/pdf/Juvenoia%... http://www.vox.com/2014/5/25/5748178/... http://www.vocativ.com/culture/societ... Artículo de revista LIFE 1950: https://books.google.co.uk/books?id=T... Aversión a la pédida: https://en.wikipedia.org/wiki/Loss_av...

Bache de reminiscencia:


(papel): http://www.selfdefiningmemories.com/R... https://en.wikipedia.org/wiki/Reminis... http://www.slate.com/articles/health_... gusto, memoria y edad: http://www.avclub.com/article/why-do-... http://acrwebsite.org/volumes/7180/vo... http://www.ted.com/talks/daniel_kahne... Humor escatológico de Mozart: https://en.wikipedia.org/wiki/Mozart_... Criticas a Charles Dickens: https://literature-classics.knoji.com... Música pop volviendose más homogénea: (el estudio): http://www.nature.com/articles/srep00521 http://blogs.scientificamerican.com/o... Teoría generacional Strauss-Howe: http://www.lifecourse.com/about/metho... https://en.wikipedia.org/wiki/Strauss... https://www.reddit.com/r/PoliticalDis... Phillip Bump sobre las generaciones: http://www.theatlantic.com/national/a... https://www.reddit.com/r/lewronggener...


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