Clave de cuento 2018

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Prohibida la reproducciรณn total o parcial de esta obra por cualquier medio sin permiso del Ente Cultural Santafesino. (C) 2018 Ente Cultural Santafesino www.enteculturalsantafesino.com.ar


"Clave de Cuento" ya es un clásico. Poesías y narraciones de niños, niñas y adolescentes de todos los rincones de la provincia. En este caso relevando lugares santafesinos elegidos por alguna razón, que los sorprenden o motivan a una metáfora. Una vez más, en este 10' Aniversario, el Ente Cultural Santafesino sale en búsqueda de estas ricas producciones, que se multiplican x el vasto territorio que habitamos. Y a través del esfuerzo conjunto le damos la oportunidad de ver la luz en un libro que enamora a primera vista. Vuelve a ser una gran satisfacción para mí, como Diputada Provincial, auspiciarlo y apoyarlo desde el origen través del fuerte compromiso que asumí con la cultura de mi provincia, tan diversa como maravillosa, para difundirla, para fortalecerla, y para que cada uno de los santafesinos y santafesinas pueda sentirse orgulloso de ella, asi como tener la oportunidad de aportar con su trabajo a su engrandecimiento. Con alegría hoy le abrimos paso a los más chicos y al despliegue de todo su talento e imaginación. ¡Gran tarea! ¡Felicitaciones! Claudia Giaccone Diputada Provincial



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De pequeña viajé a Rosario a visitar y conocer la ciudad, pero siempre tuve la curiosidad de conocer el monumento. Entonces mi familia me llevó. Quedé impresionada por su enorme tamaño, por sus esculturas y por la gigante llama encendida, pero también me emocionó la historia que me contaron sobre porqué estaba el monumento ahí; en ese mismo lugar, hace muchísimos años, había estado el General Manuel Belgrano creando nuestra bandera. Por ahí cerquita pasa un grandioso río que se llama Paraná, el cual también visité. En él vi navegar grandes barcos extranjeros y nacionales, transportando su carga, y otros más pequeños paseando, practicando algún deporte o pescando. El puerto donde amarran los barcos también es muy grande, ahí están los silos donde guardan el cereal para transportar a otros países. Además, las orillas del río, en algunas zonas, se usan de balnearios o paseos ribereños. Enfrente, observé también, unas islas con playas. La ciudad tiene otros hermosos y atractivos lugares para visitar y entretenerse, pero yo relaté mi primera vivencia ante ese majestuoso río santafesino, el Paraná, y la imponencia del monumento a nuestra enseña patria, por el cual me siento muy agradecida y orgullosa; además, pertenece a nuestra pintoresca provincia.

Natasha Brutinel 6º Grado. Escuela N° 284

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Tiene forma de bota

que todos quieren pescar.

mi provincia: Santa Fe, quisiera recorrerla toda

El monumento a la bandera

en bicicleta, auto o a pie.

y las ruinas de Cayastá, el gran puente Victoria

Ver sus hermosos campos

y el Túnel Subfluvial.

con soja, trigo y maíz, las vacas en grandes tambos

No olvidemos sus islas

que alimentan a todo el país.

con nutrias, aves y yacaré. ¡Qué linda es mi provincia,

Las hermosas y doradas playas

la provincia de Santa Fe!

del gran río Paraná, surubíes, bogas y rayas

Mirella Rivero 6º Grado. Escuela N° 284 7


Esta historia se trata de: Un niño llamado Albino, muy curioso y con once años, vivía con sus padres, los científicos Brown; él iba a Carrizales, ya que allí vivía su abuelo Emilio. Cada vez que Albino iba a visitar a su nono, él lo recibía con chocolates, galletas y todo hecho por las manos del anciano. El niño tenía un secreto, cada vez que iba a Carrizales visitaba un museo, con la excusa de ir a pasar una tarde con un amigo, el cual no existía. El museo escondía una máquina del tiempo. Albino nunca había podido acceder a ella, pero curiosamente, esa tarde, ya en el museo, una pequeña puerta al costado de un mueble se abrió lentamente, así que estiró su pierna derecha, se metió y cerró, por suerte nadie lo había visto ni sospechaba. Observó botón por botón, para no empezar su primer día en Carrizales con el pie izquierdo. Encontró una palanca rojiza, y la bajó. La máquina empezó a moverse cada vez más rápido, hasta que en un momento frenó, el joven podía observar y apreciar el paisaje al que había llegado con una sonrisa, la que por cierto no duró nada, cuando vio cruzar a un dinosaurio. Él sabía todos los nombres y los tipos de especies. Pero a diferencia de sus padres no los admiraba. Vio un Oviraptors, Triceratops, Velociraptos. Bajó de le nave y se sorprendió al ver a todos los dinosaurios, miró hacia arriba y vio al Pteranodon, que estaba volando por los cielos. Su padre le había entregado un libro informativo. El pequeño se fijaba en el cuaderno cuál era su alimentación, tenía miedo a que él fuera su presa. El niño recordaba que la aparición de los dinosaurios y de las plantas había sido hace 150.000.000 de años. Caminó, pero no tanto porque tenía miedo de perder la máquina, sintió en su pie izquierdo estar pisando ramitas, se dio cuenta que había encontrado un helecho, más adelante

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apareció la Cavalinha, y el Ginkgo Biloba, que tienen propiedades medicinales. El pequeño sabía todos los nombres verdaderos de las plantas por el libro de fósiles y los jardines prehistóricos de su padre. Se subió a la nave y decidió avanzar muchos años ya que esta máquina despertó en él mucha curiosidad y encontró a San Martín con seis años marchándose a Cádiz, España. Estaba muy asombrado y así empezó a viajar por la historia, fue de 1.784 a 1.812 y halló a Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, mientras diseñaba la bandera del país, que en ese momento era Provincias Unidas del Rio de la Plata. Después de tanto asombro comenzó a buscar su libro, hasta que recordó haberlo dejado sobre la tierra de los dinosaurios. No dudó en retroceder a buscarlo, pues él prefería ser la presa de los dinosaurios antes de que sus padres lo castiguen dejándolo sin visitar Carrizales. Aproximadamente en cinco segundos ya estaba allí. Por suerte lo encontró antes de que el Triceratops lo viera. Pero después de tanto viajar a Albino le había quedado una duda, ¿cómo eran los primeros hombres?, entonces retrocedió. Halló a los Homos habilis, eso era lo que decía el libro de su padre. Ellos recolectaban frutos y vegetales para alimentarse. Después de ver a los hombres, avanzó unos kilómetros hasta toparse con glaciares, uno de ellos con un puente, y allí cruzaban mamut, el caribú, bisontes y alces. Muy sorprendido, se subió a su nave, no podía dejar de viajar y alucinarse con cada cosa que veía y aprendía. Frenó en los años ochenta, todo era muy colorido, le recordaba al presente; ya era hora de volver a casa y empezó a sentir ganas de estar con Emilio, el cual estaría preocupado ya que eran las diez de la noche. Albino no se fijó en ningún momento el horario, su promesa fue llegar a las diecisiete horas, y terminó volviendo a la noche, dejando intacta la máquina que había tomado prestada.

Leonela Ordoñes 7º Grado Escuela N° 284 9


Esto que voy a contar, no pasó hace mucho. Eran las tres de la mañana de un sábado y mis padres estaban festejando su aniversario; quedé solo en casa. Hacía mucho frio, lloviznaba y yo en mi cama sin poder dormir por la tormenta eléctrica que habían pronosticado. Se cortó la luz, un silencio enorme recorría la casa, lo único que se escuchaba era mi corazón y el sonido del reloj que retumbaba en mi cabeza. Un grito rompió ese silencio atroz, y escuché a mi perro como jamás lo había escuchado antes, era desgarrador. Me levanté rápido y fui a ver qué le había pasado, recorrí las habitaciones, cada vez se me hacían más largas y grandes. Bajé las escaleras poco a poco, con miedo, se sentía un ambiente raro y oscuro, comencé a sentir una sensación que me frenaba y de repente visualicé un charco de sangre y quedé paralizado. Me faltaba bajar más escalones y cada uno se hacía interminable. Logré ver a Spick tirado en el suelo, alguien le había cortado los labios, quedé horrorizado, se le marcaba una sonrisa siniestra de oreja a oreja. No dejé de mirarlo ni un segundo. Mi cabeza daba miles de vueltas, no podía entender lo de Spick y muchos menos la figura que apareció detrás de él, no visualizaba bien hasta que me miró, quedé quieto, solo miré sus ojos grandes, negros, sinestros e intensos que no dejaban de mirarme, hasta que comenzó a moverse lentamente hacia donde estaba yo. Cada vez se acercaba más y más, ya podía sentir cómo respiraba.

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Sentí que me tomó fuertemente del brazo, mis piernas se aflojaban y mis ojos se cerraban lentamente… Lo último que vi fue a Spick que estaba en el piso muerto. Unos días después desperté en un cuarto rodeado de cosas que no entendía. No podía moverme, hasta que me di cuenta de que tenía puesto un chaleco de esos blancos que solo vi en las películas. Miré hacia atrás y vi a mis padres. Mi madre solo me preguntaba invadida de tristeza y llanto porqué mi sonrisa era de oreja a oreja.

Lourdes Peralta 7º Grado. Escuela N°254

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Había una vez un vendedor de sombreros en un pueblo llamado Centeno, muy alejado de la ciudad. Allí él tenía su tienda, donde trabajaban hombres y mujeres que fabricaban sombreros de todos los modelos, de paja, de tela, de paño y muchos más. Sombreros para fiestas, casamientos, bautizos y funerales, para el sol y para la lluvia también. Pero, no le iba muy bien porque sus sombreros eran falsos o simplemente la gente no tenía dinero para comprarlos. Entonces el sombrerero se fue del pueblo a probar suerte a Esperanza donde vivían sus primos Zoe y Paula, que le aconsejaban que deje de hacer sombreros y que se dedique a otra cosa, que venda caramelos y chocolates caseros. Pero allá en la gran ciudad, un día salió a la calle a vender las golosinas y lo mataron. Tuvieron que esperar que fuera la familia a Esperanza para el funeral. Al enterarse su familia decidió llevar todos los sombreros que él había dejado en su pueblo y los enterraron junto a él porque pensaron que era lo que siempre le había gustado hacer.

Lucas Obiedo 7º Grado. Taller Literario “Biblioteca Pablo Pizurno”

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Hace muchos años, en un pueblito llamado Centeno, pueblo con algunas calles de tierra y pocos habitantes, donde todos se conocían, no había robos, ni peligro; existía un teatro llamado El Porta Pía. Este lugar se inauguró en el año 1.840, pero tuvo que cerrar por falta de mantenimiento y por problemas económicos. Hasta hoy la estructura de El Porta Pía sigue intacta. Pero nadie se atrevió a entrar. Yo vivo a cinco cuadras de ahí y según cuentan sus vecinos se escuchan ruidos todas las noches. Dicen que es el espíritu de una pobre anciana que en su concierto de piano falleció. Se preguntarán de qué. Nadie lo sabe. Según un hombre que captó con su videocámara, se ve a un hombre de negro, con traje y corbata sin rostro. En nuestro pueblo, nadie lo cree, pero el video fue examinado por profesionales y no encontraron rastros en la edición. Por mucho tiempo no se dijo más nada de ello. Un día, con mi amigo Benicio y mi amiga Luci, decidimos entrar ya que la terraza de la casa de Luci daba con el patio de El Porta Pia. Ese patio era oscuro y escalofriante. Ya habíamos planeado todo, le dijimos a nuestros padres que íbamos a comer a la casa de Luci. A la noche cuando terminamos de comer, buscamos sogas, hachas, martillos, una mochila con agua, alimentos y linternas. Apenas entramos había un pasillo que nos llevaba a los vestuarios y otro que nos llevaba a un lugar donde solo había luces rotas y un telón rojo alto y largo, lleno de telas de arañas. Mientras caminábamos por el escenario viejo se sentía que se iba agrietando. Al rato despareció Benicio. Yo veía la sombra de un hombre de sombrero llevándoselo detrás del telón; se hundió el escenario, yo no me caí porque llegué a agarrarme de un caño, pero Luci se cayó y no hubo más rastros de ella. 13


Me imaginaba que esto era obra del hombre del traje negro. Eran las 2,30 de la mañana y seguí caminando, me dirigí hacia la segunda sala según indicaban los carteles, me senté en esas sillas aterciopeladas, pero con telas de araña y de repente se abrió el telón. Detrás de las cortinas salió un piano con rueditas y al lado mío se sentó una especie de figura transparente. Era la señora que tocaba el piano. Corrí buscando una salida, me trepé a una cuerda y se cortó, allí apareció el hombre del traje negro. Se acercaba cada vez más hasta que me desperté. Todo había sido un sueño, me levanté sudando. Llamé a Luci y a Benicio, y estaban sanos y salvos.

Autor: Ignacio Páez 7º Grado. Taller Literario “Biblioteca Pablo Pizurno”

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En 1.843 la gran balsa pirata llamada Holandesa Errante zarpó con ochenta y cuatro piratas y un capitán de apellido Barbosa, con la intención de saquear islas del Río Paraná. Se pusieron en marcha y tardaron dos meses en llegar. Cuando estaban en mitad del camino se cruzaron con otros piratas, en su barco llevaban un tesoro. Y Barbosa quería ese tesoro. Así fue que gritó: _¡¡¡¡Todos a estribor, prepárense, disparen!!!! Y dispararon dejando al otro navío hundido; veinticuatro piratas saltaron hasta llegar y lograr robarles el gran botín que contenía mucho metal precioso. Siguieron así su camino hacia la isla. Pasó un mes, al llegar entraron en la casa del español, robaron todas las cosas valiosas que encontraron, oro, diamantes, cuadros y los diez rubíes que estaban escondidos detrás del cuadro. Mataron al español, a su esposa y sus cuatro hijos y a casi toda la gente de allí. Retomaron el viaje con los tesoros, y vieron que otras islas ya habían sido saqueadas, sabían que solo quedaban cinco pinturas valiosas y escondidos detrás, una gran cantidad de zafiro. Pero era muy difícil llegar al fondo del sótano del fuerte donde estaban, por lo que no pudieron y decidieron retornar.

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A pocos días de reiniciar su viaje se encontraron en plena navegación con El Abre Mares, otro barco que tampoco nunca había sido derrotado. Barbosa otra vez atacó y su capitán respondió. El combate duró cinco horas, pero El Abre Mares no soportó y decidió retirarse. Así fue que La Holandesa Errante fue el único navío sin ser derrotado en la historia de la conquista de nuestro litoral.

Lorenzo Biancucci 7º Grado. Taller Literario “Biblioteca Pablo Pizurno”

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Yo quería contar que me gustan muchísimo los animales, andar a caballo y ayudar con el tambo; vivo en la zona rural, en campo La Lolilla, cerca de Centeno. Tengo muchos caballos. Me gusta mucho estar con mi papá, porque me enseña todo lo que se hace en el campo, como andar en tractor o curar animales. También me gusta estar con mis amigos, familia y primos. Me gusta ir a la escuela porque somos pocos, pero aprendemos y la pasamos re bien, estoy contento con mi seño nueva. Para terminar mi historia…. ¡SOY UN NIÑO FELIZ!

Claudio Filiaci 6° Grado. CER N° 486 “Campo La Lolilla”

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El 12 de diciembre de 2016 pasó un tornado por Campo Castro, zona rural que está cerca de Centeno; ese día fuimos a comer del vecino y mi papá le dijo: “me voy por las dudas que me agarre el agua y no pueda salir”. Llegamos a casa y mi papá se acostó. A los diez minutos, corriendo, fui a avisarle que el viento había arrancado un vidrio de la ventana; se levantó y le puso un cartón, pero el viento también lo arrancó. Con mi hermano, del susto, caminábamos por la casa, él para la despensa y yo para el comedor; mi papá para protegernos nos agarró del cuello y a él le cayó un ladrillo en la cabeza. Le veía mucha sangre a mi hermano, pero era mi papá el que estaba sangrando. Cuando paró la lluvia y el granizo, corrimos hasta la casa del vecino, mi hermano y yo llegamos primero, él, al vernos solos pensó que el tornado había matado a mi papá, pero gracias a Dios no; solo se nos perdió mucha ropa y muchas cosas más…doy gracias a los patrones que nos ayudaron mucho, doy gracias a Dios y a la Virgen que estamos bien de salud.

Milagros Martínez 7° Grado. CER N° 486 “Campo La Lolilla”

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María era una chica de catorce años, vivía con su mamá y su papá en una casa vieja; el vivir en una casa precaria no le impidió ir a la escuela y ser buena alumna. Ella solo tenía una amiga, que era su vecina y a la cual quería mucho. Un día su maestra le preguntó dónde trabajaban sus papás; la niña le respondió que no tenían trabajo, entonces la maestra, preocupada, quiso hablar con ellos. Al día siguiente, la docente les había conseguido un trabajo. El tiempo fue testigo del sacrificio que hicieron los papás de María y los resultados fueron muy buenos; pudieron tener una casa propia y ahorrar para que la niña pudiera ir a estudiar a la facultad. Así, vivieron felices para siempre.

Ludmila Ortíz. 6º “B” Escuela Nº 303

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Todo empezó un jueves de invierno cuando Santina, Virginia y Sebastián pensaban escaparse en las tres últimas horas de Ciencias Sociales. La maestra era una bruja, la llamaban Tronchatoro, le decían así porque lo único que hacía era gritar y golpear los bancos, azotar el pizarrón y gritar en la cara cosas inapropiadas, además de romperle las hojas. Los tres amigos pensaban juntarse el día anterior de su clase para poder pensar cómo se escaparían, pero Paula los estaba escuchando; ella pensaba ir y ver lo que estaban planeando para arruinarle todo. Los chicos habían quedado en la plaza, pero no pudieron organizar nada porque Paula estuvo ahí todo el tiempo. Cuando llegó la hora de irse a sus casas, todos estaban muy nerviosos por no haber podido planificar nada. El jueves, nadie pudo concentrarse, tocó la campana y se quedaron escondidos en el baño esperando que el patio quedara vacío, a los chicos no les importó aguardar en el baño de damas. Había llegado la hora de salir y esconderse en la mapoteca, pero al darse cuenta de que estaba cerrada Virginia fue a la portería en busca de la llave y por suerte rápidamente la encontró. Corrió con sus amigos y abrieron el salón. Un olor a encierro invadía todo, fotos viejas, mesas rotas, láminas amarillas, carpetas, era un caos. Hacía años que ese lugar no se abría. Santina no cerró la puerta con llave. Estaban en el fondo de la mapoteca cuando Paula vio todo, pero no sabía si ir a contarle a la maestra o involucrarse con ellos. Su curiosidad la venció y fue con los compañeros. Al entrar la puerta rechinó, pero los chicos estaban entretenidos y no la escucharon. Estaban tan sorprendidos, nunca pensaron que era tan divertido estar ahí hasta que llegó Paula y lo arruinó todo. Amenazaba y quería contarle a la seño de su travesura; Sebastián y Virginia la detuvieron. Paula no dejaba de gritar, los chicos le taparon la boca. Con ella presente no podían hacer nada más que estar sentados. Paula se burlaba de todo lo que hacían. Una hora después los amigos decidieron echarla, al irse, maliciosamente, los encerró para que la directora los atrape. Mientras tanto en la dirección estaban todos los padres de los alumnos desaparecidos. El padre de Paula defendía a su inocente hija.

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Allí contó todo, el padre se sintió orgulloso de su pequeña y pidió que expulsen a los demás compañeros de la escuela, pero la directora le dijo que lo más importante era encontrar sano y salvo a los niños. En la mapoteca, al ver que estaban encerrados, buscaron de inmediato una salida. Virginia encontró una puerta oculta llena de polvo, la empujaron con fuerza y descubrieron que los comunicaba con la casa de la directora. Un gatito los salvó, le explicaron a la seño que lo habían escuchado maullar y que por eso no asistieron a la clase, el padre de Paula se puso colorado, la maestra la retó por mentir y a los alumnos los premiaron por salvar la vida de un pobre gatito que había quedado atrapado en ese frio lugar.

Santina Alonso 6º Grado “A”. Escuela Nº 303

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Un día soleado, en la ciudad de Rosario, en un laboratorio, estaban descubriendo una cura para la enfermedad HIV, pero algo falló. Se escapó y se esparció un virus muy letal, “virus z”, nunca antes visto por la humanidad. De pronto, algunas personas comenzaron a sentirse mal, con ganas de vomitar y con dolor de cabeza, precisamente en la nuca. A algunas personas las llevaron al hospital, pero vivieron cuatro días y al quinto fallecieron. Los científicos no sabían por qué morían los que estaban infectados y pasadas algunas horas, de alguna forma desconocida resucitaban y empezaban a matar a las personas que se encontraban en el hospital. Primero le mordían todo el cuerpo hasta que morían y luego resucitaban, habiendo tomado el control del hospital. Los científicos llamaron al 911. Cuando llegaron no podían controlar a las personas infectadas que olían a podrido y pidieron refuerzos. Cuando llegaron los refuerzos los policías ya estaban muertos y éstos comenzaron a matar a los infectados para poder defenderse. Para controlar la situación los refuerzos cercaron la ciudad de Rosario con un muro muy alto para proteger al resto de la humanidad. Los científicos trabajaron muy duro y encontraron una cura y se la aplicaron a los infectados.

Nicolás Castaño. 6º Grado “A”. Escuela Nº 303

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Había una vez un chico llamado Jorge, era medio raro porque le gustaba jugar con sapos. Un día salió al patio y se encontró con un sapito, a partir de ese día buscaba y buscaba para encontrar más. Decidió ponerle nombre a cada uno que fuera encontrando; pero antes pensó y se preguntó: ¿cómo los distingo? Entonces los miró muy atentamente y como se dio cuenta que los cuatro eran distintos dijo: -Éste se llamará Jorge, igual que yo, porque es el que más me gusta y no tiene ni una mancha. - A ella le voy a poner Celeste porque tiene una manchita de ese color. -A ella, Violeta la llamaré, porque es como mi mejor amiga y es la más flaquita. -Y al último le voy a poner Multicolor porque tiene todas manchitas de colores. Jorge jugaba todos los días con ellos y así se hicieron buenos amigos. El séptimo día juntos se dio cuenta que faltaba Violeta, su mejor amiga. Jorge se puso muy triste al saber que ya no estaba. Los sapitos decidieron buscarla en el lago, iban uno detrás del otro mientras Jorge los perseguía.

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Recorrieron toda la orilla del lago y en una esquina estaba ella, muy triste porque se había perdido y al ver a sus amigos se puso muy feliz. Finalmente, Jorge y los sapitos se metieron al lago y disfrutaron una bella tarde y nunca más se separaron.

Estefanía Capitini 6º “B” Escuela Nº 303

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Un día de mucho sol me encontraba en el Camping de Lucio V. López, con mis amigas, a orillas del río Carcarañá, jugábamos a la pelota como todos los días cuando teníamos un tiempo libre. A Euge se le fue, yo la fui a buscar. Cuando llegué al lugar donde estaba la pelota me encontré con unos unicornios y los miré, estiré mi brazo para poder tocarlos y uno de ellos vino hacia mí. Le acaricié el pelaje y en ese momento cerré los ojos y aparecí en el mundo de los Unicornios; estaba fascinada. Me encontré con una niña que vivía en el lugar y le dije: ¡Qué suerte que tenés de vivir con ellos! ¡Siii! – me respondió ella – y me invitó a recorrer la fantástica morada de los unicornios. Dale, vamos – le dije. El primer lugar que visitamos era un enorme castillo, en él vivía el unicornio mayor. Cuando lo vi me dije: ¡wow, qué hermoso es!, lo saludé y le di un abrazo tan, pero tan fuerte de modo tal que sentí que todos mis miedos se alejaban por un momento. En ese instante aproveché a tocarle su melena, él me dijo que no podía tocarla porque era mágica, yo le dije que no volvería a tocarla nunca más. Eso sí, con mi celular tomé varias fotos para que me queden de recuerdo y poder mostrárselas a mis compañeros. Era la hora de la despedida, los saludé y abracé uno por uno; el unicornio que me llevó a ese lugar mágico me dijo que era hora de volver a casa. Emprendimos el viaje, el más lindo para mí. 27


El sol ya se escondía tras las costas de nuestro imponente río Carcarañá. Salí corriendo, se hacía tarde, debía continuar con mis tareas escolares. En la puerta de casa estaba mamá esperándome con la merienda sobre la mesa. ¡Mamá volví!¡Fue complicada la tarde de hoy! ¡Perdón! Y así se esfumó mi sueño, ese imaginario contacto con el maravilloso mundo de los unicornios.

Micaela Galoppo. 7º Grado. Escuela Nº 240

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Yo vivo en el campo cerca del camino que une las localidades de Lucio V. López y Carcarañá. Si lo buscan en Internet hay que poner Ruta S26; siempre usamos ese camino con mi familia porque en Lucio vive mi abuela por parte de mi papá y en Carcarañá los papás de mi mamá. También voy por ahí a mi escuela, el CER Nº 522 “Campo Medina”. Pero lo interesante es que por ese camino se puede ir a un castillo. Está a unos 11 kilómetros de mi casa, bastante abandonado, ya no vive nadie ahí, sus actuales dueños van de vez en cuando porque trabajan sus tierras. Mucha gente va a verlo, hay muchas historias sobre él. Lo conocemos como EL CASTILLO DE FREYRE. La historia de ese castillo pasó de boca en boca y supuestamente Freyre es el nombre del dueño de la estancia. Con mi mamá estuvimos buscando información sobre él, pero no encontrramos mucho, vamos a ir a buscar a las comunas para ver si nos pueden decir el nombre del dueño porque en la computadora no sale nada.; como el castillo tiene una antigüedad de 150 años pensamos que el dueño pudo haber sido pariente de José Bernardo Iturraspe; lo que se sabe es que su madre era doña Carmen Freyre así que él y sus hermanos llevaron los dos apellidos y por su posición social alguno de ellos pudo haber sido el dueño del campo. Lo que cuenta la gente es que Freyre era muy poderoso y tenía muchas personas trabajando; la mayoría eran indios a los que supuestamente “civilizaba” y que mataba si no les servía o no se portaban como él quería. Por eso el castillo tenía dos torres donde había armas y vigilantes que avisaban si los indios atacaban (malones); también tenía muchas habitaciones ya que pasaban por allí las diligencias que era el transporte de aquellos tiempos. El castillo contaba con tres pisos y por las fotos que vi tenía decoraciones muy hermosas, hoy es todo ruinas pero aún se aprecian; dos sótanos y parece que había un túnel que llegaba hasta el río Carcarañá que pasa muy cerca del lugar.

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Hay muchas historias sobre cómo murió su dueño, algunos dicen que se murió de viejo, otros que estaba enfermo, pero la mayoría cree que lo mató un indio que se reveló y lo traicionó. Actualmente, después de muchísimos años, los más valientes se acercan para conocerlo, ya que se dice que si hacés silencio se escuchan ruidos, ruidos que hacen las almas en pena, las almas de los indios asesinados y enterrados en las barrancas del río Carcarañá, o según afirman otros, en la parte trasera del castillo donde se encuentra una especie de cementerio, indios que buscan hacerse oir con sus terribles muertes… atados, sin agua ni comida en el oscuro sótano del castillo.

Enzo Gabriel Roldán. 7º Grado. CER Nº 522 “Campo Medina”

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Ese castillo está embrujado, existen fantasmas, parece que te están observando todo el tiempo, su atmósfera da escalofríos; en fotos aparecen rostros, luces de noche, voces, llantos, ruidos, aparecen sombras y te siguen, te persiguen por la arboleda que lo rodea… Parece un cuento de terror pero no lo es. En los últimos años funcionó como tambo, este castillo de enormes dimensiones y muchísimas habitaciones era ocupado por las familias que se dedicaban a esa actividad. Nunca nadie duró viviendo en él. Los tamberos que trabajaron en ese lugar se terminaban acostumbrando a ruidos extraños, voces, sombras y muchas veces se sentían seguidos o mirados; supongo que aguantaban vivir allí hasta conseguir otro empleo para poder irse. Actualmente en los campos que rodean este castillo se realiza la siembra y cosecha de cereales, nadie vive allí desde que se cerró la actividad tambera. Lo cierto es que a este castillo abandonado todos lo conocen como el Castillo de Freyre. Cuenta la historia que en la época de la conquista, el río Carcarañá era navegado por bergantines armados los cuales se internaban río arriba conquistando tierras, fundando pueblos y haciendo grandes castillos como es el caso del Castillo de Freyre, rodeados de grandes fuertes de madera y vigilado por altos miradores para defenderse del ataque de los indios nativos de la zona. Una de estas grandes estancias que se encontraba por donde pasaba el camino real y las diligencias hacían sus paradas, perteneció al dueño del castillo, Freyre, un hombre bastante mano dura que domesticaba indios para que le sirvan, junto a las mujeres y los niños, explotados también. 31


El Castillo de Freyre es una construcción de tres pisos, con enormes ventanales, balcones, sótanos y hasta un misterioso puente que llega hasta el río Carcarañá; hace unos años personas que se encontraban pescando descubrieron lo que sería el acceso al mismo, encontrando armas de guerra y otros objetos de valor, no los tomaron por creer que estarían embrujados; se los llevó la última crecida del río. Una historia que nos invita a creer en el misterio que el castillo abandonado encierra, ya que en la actualidad una de las tantas habitaciones tiene una ventana cerrada la cual nunca pudieron abrir, ni ingresar… Me pregunto: ¿Por qué será que esa habitación es tan misteriosa? ¿Qué encierra? ¿Por qué de noche en esa habitación se enciende una luz?

Lautaro Emilio Roldán 6º Grado. CER Nº 522 “Campo Medina”

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En el patio de mi casa se escuchaba maullar un gato. Hablaban en el pueblo de un hombre gato que asustaba a todos por la noche, pero como yo soy muy joven y no conocía la historia de este personaje, no entendía mucho, por eso decidí averiguar sobre el tema. Una amiga me contó que una vez se le apareció algo extraño y siniestro en el patio de su casa, pero tampoco pudo ver qué era. Me explicó que la aparición gritó de una forma tan escalofriante aquella vez, que todos los vecinos salieron a ver qué pasaba. Su familia quedó muy asustada con lo sucedido, pronto lo olvidaron y le aseguraron que la aparición aquella solo era un gato perdido que andaba por allí. Sin embargo, la gente seguía con la idea de que en mi pueblo había un hombre gato. Así que con mi amiga salimos a investigar convencidas de resolver el misterio. Preguntamos a muchas personas, algunas decían que solo era una leyenda para asustar a los niños, otros contaban que el hombre gato asustaba a las personas del pueblo porque él cargaba una pena terrible y no podía volver a ser humano. Pero con mi amiga sabíamos que había algo más, entonces fuimos de mi abuelo, que era uno de los más viejos en el pueblo, y él nos contó algo muy interesante de este asunto. Nos dijo que él trabajaba en la fábrica de vagones hacía mucho tiempo atrás, y en esa fábrica había un gato que servía de mascota a los empleados de la planta. Pero un día muy oscuro de la historia de nuestro pueblo, en la fábrica hubo un accidente, se mezclaron dos fórmulas químicas que eran muy tóxicas y volátiles. Todos salieron corriendo ante el inminente peligro, pero un amigo de mi abuelo y el gato mascota que estaban juntos, no pudieron escapar, y la explosión de gases tóxicos los envolvió y no se los volvió a ver nunca más.

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La policía dijo que los químicos consumieron al hombre y al animal. Mi abuelo afirma que ambos se fusionaron y mutaron en el hombre gato, ahora andan vagando por el pueblo sufriendo su pena. Sea cual sea la historia, a mí me puso los pelos de punta y a mi amiga no le paraban de castañar los dientes. Hombre gato, animal o leyenda. La próxima vez si escucho ruidos en la noche, voy a llamar a papá para que salga a ver. Yo ni loca pongo un pie en el patio con semejante misterio dando vueltas.

Belén P. Castelli 6º Grado. Taller Literario “LA SABIA LUCIÉRNAGA”

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Cuando descubrí que todas las poblaciones; ya sean pueblos, ciudades o colonias, tienen justo en el centro del trazado de las manzanas, una plaza, un punto de referencia, donde cada calle en el mapa encuentra un final en común, entendí que algo en donde yo vivía, mi pueblo, no estaba bien. Por lo general todas las plazas, tienen una cuadra, pero la plaza de María Juana era la excepción, tiene dos cuadras, y eso me causó una gran duda que quise de inmediato responder. ¿Por qué la plaza de mi pueblo era distinta a las demás poblaciones? Antiguamente en donde yo vivo, antes de ser pueblo, solo era un campo extenso de cañadas y lomas llenas de cardos, montes extensos de vegetación frondosa. Pampa, cielo y algún que otro asentamiento aborigen. Canales que viajaban desde lejos, trayendo el remanso tranquilo de arroyos o ríos anchos. Después llegaron mis antepasados y vinieron las promesas, los sueños y las casas se hicieron ver a lo lejos. Pero hoy, la plaza de María Juana tiene dos cuadras, y eso me genera curiosidad. Cuentan los más viejos, y tal vez aquí encontremos una explicación del porqué de mis dudas; que un hombre murió hace mucho tiempo desplomándose sobre la vereda de la plaza y desde ese día su espíritu anda vagando por el lugar. En aquel momento, por el miedo y la incomodidad de la gente, a la plaza la dividieron en dos pedazos (razón por la cual tiene dos cuadras) esperando se marchará el tenebroso fantasma, pero no fue así. Todavía hoy dicen verlo penando por los alrededores. También me contaron que debajo del anfiteatro, un chico de diecisiete años encontró un túnel que conectaba con una casa antigua ya abandonada, que guardaba barriles tóxicos de la fábrica de vagones, donde por su alto contenido químico habían mutado gatos y perros, palomas y ratas que andaban por el lugar, y ahora sobreviviendo con tres ojos y seis patas, enormes y feroces, de tanto en tanto salen a caminar por los techos de las casas. Gracias a Dios, los bomberos y los policías, siempre atentos a estos hechos hacen su trabajo y controlan todos estos eventos tenebrosos.

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Sin dudas mi pueblo y su plaza son un lugar fantástico, una vez tuvieron la magia de la naturaleza pura y virgen, pero después, se volvió mi lugar favorito, mi mundo fantástico y lleno de sueños.

Benjamín Turco 7º Grado. Taller Literario “LA SABIA LUCIÉRNAGA”

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… Hace mucho tiempo, en un pueblo muy chiquito, vivía un cacique alto, morocho, de pelo bien oscuro, llamado Iguará. Él era muy manso con todas las personas y le gustaba andar por el arroyo y por los juncos pero, lo que en verdad más le gustaba hacer, era observar las tortugas que allí habitaban. En el pueblito, siempre estuvo todo tranquilo, llovía con gran abundancia y gracias a eso había gran cantidad de peces y, por supuesto, muy buena pesca. Pero un día, algo pasó… Hubo meses de sequía en ese pueblo, con peces muertos porque ya no había agua en el arroyo. El único que se preocupó fue Iguará, quien fue a ver si todavía seguían las tortugas allí. Y sí, las tortugas fueron las únicas que permanecieron escondidas en donde casi nadie las podía ver. Ellas fueron los únicos seres vivientes que quedaban en el arroyo, las que pudieron soportar esos tiempos tan difíciles. En homenaje a ellas, al pueblo tiene como nombre “Tortugas”.

Lara Roth 6º Grado “A”. Escuela Nº 263

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Hace unos días atrás, pasó algo terrorífico en la ciudad de Rosario. Frank es un chico que investiga misterios paranormales. Una noche, a las 3:33 de la madrugada, recibe una llamada de un número desconocido. El chico, cansado de que lo llamen, atiende y una voz aterradora le dice: -Te espero en el monumento a la bandera a las 3:33. Frank va al otro día al monumento a esa hora. Allí se encuentra con un cajón misterioso y una carta que decía: “sigue los rastros de sangre para encontrar la llave del cajón, Frank.” Un rato más tarde, Frank empieza a seguir los rastros hasta que logra llegar donde estaba la llave. Abre el cajón y se encuentra con una caja de música. Cuando gira la palanca, aparece un payaso detrás de él y lo asesina. Dos días después, los detectives descubren que el payaso asesino era un espíritu que la propia víctima había invocado.

Genaro Blanco 6º Grado “A”. Escuela Nº 263.

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Era un día nublado en mi pueblo. Hacía dos días que con mi hermano Daniel estábamos en la casa de mis abuelos porque mis padres se habían ido de viaje por tres días. A Daniel y a mí nos encantaba ir al arroyo “Las Tortugas”, que pasa por nuestra localidad del mismo nombre, en la provincia de Santa Fe; pero ese día no nos dejaron ir porque estaba demasiado feo. Entonces, se nos ocurrió escaparnos a la noche sin que los abuelos se dieran cuenta. Pasaron las horas y llegó el momento de salir. Nuestros abuelos creían que estábamos durmiendo, sin embargo, estábamos preparando la mochila con lo que creíamos necesario utilizar. Llevamos linternas, agua, un par de abrigos, entre otras cosas. En nuestro cuarto, por suerte, había una ventana que no tenía rejas, la cual nos sirvió para escapar. Salimos caminando hacia el arroyo con la linterna encendida y sin ningún problema. Cuando estábamos por llegar al primer puente, la luz de la linterna se apagó sin ningún motivo. Con mi hermano nos quedamos quietos por un rato y, como la noche estaba demasiado fea, empezamos a sentir frío y nos pusimos los abrigos que teníamos en la mochila. Después de un rato de intentar encender la linterna, en uno de los intentos se prendió y pudimos seguir caminando por el puente. Al caminar escuchamos que alguien nos perseguía. Me acerqué a Daniel y le dije al oído que yo le iba a hacer una seña y él se tenía que dar vuelta y alumbrar porque yo sentía ruidos. Enseguida le hice la seña y Daniel alumbró hacia atrás y entonces pudimos ver claramente una sombra blanca con forma de mujer. Nos asustamos muchísimo y salimos corriendo para escondernos detrás de unos arbustos.

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Con el corazón a mil, nos quedamos escondidos hasta quedarnos dormidos. Cuando el sol comenzó a alumbrar yo me desperté y me di cuenta de que ya eran las seis de la mañana. Llamé rápidamente a Daniel y corrimos hasta la casa de mis abuelos porque a las seis y treinta mi abuelo se levantaba y no nos iba a ver en la cama. Llegamos a la casa y, sin hacer ruido, entramos por la ventana de la habitación. En eso, escuchamos que nuestro abuelo se levantó y se dirigía a nuestra pieza. Velozmente escondimos la mochila debajo de la cama y nos acostamos bien tapados para que no se diera cuenta que no teníamos los pijamas puestos. Nos hicimos los dormidos mientras él nos miraba y apenas salió de la habitación, con Daniel nos levantamos para acomodar todo en silencio y cambiarnos para dormir. Desde ese día, con mi hermano, no salimos más de noche solos.

Anabella Lambertucci 6º Grado “A”. Escuela Nº 263

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… Hace muchos años, en un pueblo llamado Tortugas, tuvo lugar la historia de “Marmat”, una historia sobre dos jóvenes enamorados. La chica se llamaba Martina y el chico, Matías. Los padres de Martina murieron cuando ella era pequeña, entonces su tía Andrea se hizo cargo de la niña. Cuando creció y cumplió la mayoría de edad, su tía decidió comprometerla con el joven millonario del pueblo, el cual pagó mucho dinero por casarse con ella. La joven no quería comprometerse con Axel, el millonario, porque ella se encontraba perdidamente enamorada de Matías, su amigo de toda la vida. Matías era un chico pobre, pero de gran corazón y estaba muy enamorado de Martina desde que eran chicos. Cuando a la joven la obligaron a comprometerse fue corriendo a contárselo a Matías. Él le declaró su amor y esa misma noche fueron a escondidas a bailar al anfiteatro del pueblo. Mientras bailaban los jóvenes se besaron. Desde ese día, todas las noches Martina y Matías se juntaron a bailar, hasta que una noche Axel los vio y, enfurecido por la situación, corrió a la casa de la hechicera del pueblo para que hiciera una brujería que separe a los enamorados.

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El hechizo… ¡salió mal! la bruja convirtió a los enamorados en piedra para siempre. Desde ese entonces, se puede apreciar la estatua de los jóvenes frente al anfiteatro del pueblo de Tortugas.

Abril Sola 6º Grado “B”. Escuela Nº 263

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Era verano de 2017, días soleados, con mucho calor. Vacaciones escolares, sin carpetas, ni libros, ni lápices. Nos reunimos con mis amigos: Mono, Rocki, Vale, Nacho y Seba, a tomar tereté –infusión fría de jugos- en la plaza pública del pueblo. La plaza se llama San Martín, está ubicada en el centro de la localidad, con muchas variedades de árboles como tipas, robles y palos borrachos. Allí se reúnen las familias, amigos y niños para compartir algo: una charla, un juego de fútbol, hacer gimnasia o una caminata. Un día, con mis amigos pensamos en construir una casita de encuentros. Hablamos con el Señor Nino, si nos prestaba el lote para edificarla. Comenzamos con el suelo, lo limpiamos de plantas y hojas caídas. El comedor fue lo primero. Luego, el baño y la sala de herramientas. Con la basura que se iba acumulando, realizamos una especie de reciclados, un pozo donde tirábamos todo lo que se desintegraba, con el fin de crear compost. Teníamos un tanque de agua, era un bidón de color rojo con una canilla. El techo era de hojas de palmera y las paredes de tablas de madera. Además, un balcón donde nos sentábamos a charlar de las cosas que nos inquietaban. Hicimos un mirador para observar al perro del dueño del lote que nos venía a correr. Un cajón de manzanas era nuestro televisor, otro se transformó en un auto con volante y palancas. Nuestro juego era el tiro al blanco con gomera. 47


Un día vimos que se habían acercado extraños al lugar, nos dimos cuenta a través de las huellas de sus zapatos. Entonces decidimos hacer unas trampas, pozos de agua tapados con hojas. Una fuerte tormenta nos derrumbó el techo, así que tuvimos que rearmarlo. Pasamos momentos inolvidables. Esos juegos que no volverán y quedarán por siempre en nuestra memoria.

Máximo Abrate 7º Grado. Escuela N° 375

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Un día lluvioso en Ataliva, nos reunimos con unos compañeros de escuela: Juan de 12 años, Matilda de 13 años, Tomás de 11 y yo, David de 12. Era un jueves en el que salíamos de excursión, una aventura que se había planeado durante meses. El auto lo conducía el padre de Juan y nuestro destino era el Museo Histórico Provincial “General Brigadier Estanislao López”. En el viaje sucedió algo inesperado, a Tomás le dieron ganas de vomitar. Entonces, tuvimos que parar en un lugar no muy conocido. Investigando, mientras nuestro amigo se recuperaba, encontramos una casa, que no figuraba en el GPS ni en ningún mapa; nos asombró su fachada colorida y nueva. Pero, al observarla, nos dimos cuenta de que no tenía techo. La curiosidad pudo más que el miedo, entonces sigilosamente decidimos golpear y llamar, a lo que nadie respondió. Yo, con un poco más de valentía, descubrí que la puerta estaba abierta; la sorpresa es que parecía habitada. Al instante, escuchamos un murmullo de voz, desesperadamente quisimos huir, pero la puerta se cerró, asustados nos preguntamos quién la había cerrado. Primero pensamos, será el viento, todos nos miramos y callamos. De pronto, éramos tres: Matilda, Tomás y yo, pero ¿y Juan? ¿Adónde estará si estaba aquí al lado nuestro? Miramos alrededor y no lo vimos, todos nuestros cuerpos quedaron paralizados, como estatuas de hielo, hasta que reaccionamos. Y, así sin separarnos, comenzamos la búsqueda. Nos dirigimos a la cocina, al comedor, a la sala de estar: ¡¡Juan, Juan!! Pero no, tampoco contestaba ni se veía. Nos dirigimos al baño y en ese momento escuchamos un ruido, que provenía de una habitación, corrimos gritando su nombre y sí, allí se encontraba el cuerpo desmayado. Sin consuelo, llorando, gritando, pedimos auxilio. En este instante, apareció una figura de una persona toda deformada, con una sola pierna de palo y un cuchillo. El monstruo nos seguía con la intención de matarnos.

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Posteriormente, unas sirenas de la policía hicieron que nos despertáramos. No entendíamos nada, nos miramos y nadie pronunció una palabra durante el viaje. Finalmente, todo había sido un sueño; lo raro fue que todos habíamos tenido el mismo sueño. Pasaron los años y todo quedó en recuerdos. Un día, leyendo el periódico local, vi una noticia y me corrió frío en la espalda: “Mueren niños apuñalados en la espalda en aquella casa cuya fotografía se mantiene intacta a la visión que habíamos tenido”.

Axel Peralta 7º Grado. Escuela N° 375.

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Hace muchos años, un día lluvioso en un bosque de Santa Fe, un dragón y una cierva, chocaron entre sí. Los dos eran muy pequeños, tenían unos quince días de nacidos, estaban solos, porque sus madres habían sido secuestradas por un depredador muy extraño, nadie sabía su nombre, pero le decían El Humano. Elijah era un dragón especie Tierra muy conocido por su amor y ternura, él era como un terremoto, cada paso que daba producía un gran temblor; en cambio Bonnie era una cierva especie alada. Era muy famosa por sus grandes alas y también era demasiado tímida, pero una vez que entraba en confianza, era muy decidida. Hola, ¿cómo te llamas? - dijo Elijah con una voz temerosa. Bonnie, ¿y tú? – dijo ella muy tímida Elijah. Creía que únicamente los dragones hablábamos ¿tú que eres? – preguntó muy asombrado Una cierva alada, yo también pensé que solo nosotros podíamos hablar- dijo ella muy curiosa. ¡Qué raro! ¿no? - dijo él. ¡Sí! - respondió ella. Ya amigos buscaron refugio y esperaron a que pase la tormenta. Salieron a recorrer un poco el camino, vieron pericos, muchas especies de árboles y varios animales. Al llegar la noche, se acostaron uno al lado del otro, porque hacía mucho frio, pero bien juntitos, estaban calentitos.

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A la madrugada Elijah escuchó ruidos. La despertó a Bonnie para que mirara a lo lejos. Vieron al humano llevándose una mamá perico. Salieron corriendo, lo siguieron para ver adónde se dirigía. Luego de recorrer varios campos llegaron a una cueva. Allí el humano tenía muchos animales secuestrados, que luego vendería. Ellos querían entrar para liberarlos, pero no sabían cómo porque los guardias vigilaban la entrada. -Soy un dragón de tierra, soy muy bueno haciendo túneles - dijo Elijah muy decidido. Así cavó un túnel muy largo por el que los dos pudieron entrar a la cueva sin ser vistos. En su interior encontraron numerosas jaulas con distintas especies en cautiverio y en una jaula muy reforzada había un dragón muy grande jamás visto, era la mamá de Elijah. En otra jaula había una cierva triste y melancólica que no paraba de llorar. Solo dejó de hacerlo al ver a Bonnie, su hija tan amada. Elijah y Bonnie rápidamente liberaron a sus madres y se abrazaron fuertemente. Entre los cuatro derrotaron al humano y dejaron en libertad a todos los animales, muy felices retornaron al bosque de Santa Fe. Desde ese día el lugar se vistió de paz, luz y alegría porque todos estaban a salvo de la codicia del humano.

Dana Pignolo 7° Grado. Escuela Nº 1382

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Un día una niña de 16 años llamada Josefina Alegre, quien tenía una familia muy numerosa, se fue a un campamento en las afueras del pueblo en donde vivía. Fue junto con dos de sus amigas, Clara que era muy miedosa y Julieta que era muy aventurera. Jose se encargó de armar la carpa, Julieta de buscar ramitas para su fogata y Clara pescaba su comida. Llegada la noche Juli quiso ir a investigar el bosque, Clara y Josefina le preguntaron: - ¿No es muy peligroso? - ¡No! –contestó muy segura. -Bueno iremos – dijeron Josefina y Clara. Salieron hacia el bosque y escucharon un aullido. Se asustaron mucho. El celular que tenía Clara se le cayó al agua, del susto; no tenían cómo pedir ayuda y lo peor de todo fue que a Julieta se le ocurrió ir a ver de qué animal se trataba. De repente, se les apareció, era el “chupacabras”. Jose encontró un woki toki en su mochila y llamó a los guardias del bosque que tardaron bastante en llegar. Cuando lo hicieron, las chicas no estaban más, habían escapado corriendo y aunque cruzaron ríos, lagunas y treparon árboles, el “chupacabras” se las había comido. Los guardias lo persiguieron e intentaron dispararle a la bestia, pero las balas no le hacían nada y también a ellos, se los comió. 54


En el interior del extraño animal, Josefina y sus dos amigas estaban muy asustadas y querían salir de su estómago. Una de ellas encontró un cuchillo en su mochila, le cortaron la panza al “chupacabras” y pudieron escapar. En ese momento, la niña se despertó horrorizada dentro de la carpa. Solo había sido un sueño.

Santino Alassia 6° Grado.Escuela Nº 1382

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Santa Fe, Argentina, 1966, el año de los asesinatos. Llegan dos detectives, Miguel Styles y Nicolás Frains a la escena del crimen para investigar lo sucedido. Nicolás: - ¿Qué pasó aquí Jefferson? (médico forense de Santa Fe) Jefferson: - Eran cuatro jóvenes sin identificación que dieron una vuelta por aquí y así terminaron, sin tripas, sin ojos, ni órganos y sin huellas digitales, creemos que lo hizo una especie de lobo muy grande, por las marcas, parecen de garras. Nicolás: - Aquí no hay lobos Jefferson. Jefferson: - Ese es el problema; y allí tienen a su primer testigo, el chico sobreviviente del ataque está un poco asustado. Miguel va con el chico mientras Nicolás investiga la escena del crimen; ambos encuentran una pista, y todas las sospechas apuntaban a un viejo conocido de Nicolás. Llegan a la casa del sospechoso y tocan la puerta. Nicolás: - Quédate aquí Miguel, iré por la parte de atrás. De pronto, abren la puerta y sale un señor de tercera edad que se veía muy asustado y nervioso. Señor: - Largo de aquí policías, déjenme solo.

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Miguel: - Soy detective, ¿puedo hacerle unas preguntas? Es usted sospechoso de tres asesinatos frente al río Paraná. Señor: - ¿Qué lo hace pensar que lo hice yo? Miguel: - Encontramos pines de su granja en las camisetas de las víctimas. De pronto, se escuchan gritos en la parte de atrás, Miguel va con su arma y encuentra a Nicolás, sin brazos y sin sus órganos. Miguel entra corriendo a la casa mientras el señor grita: - YA LLEGÓ, YA LLEGÓ “EL CASTIGADOR”. En ese momento una garra atraviesa su garganta. Miguel le dispara a la cabeza a lo que mató al señor; matándola, pero al ir a ver quién estaba debajo de la máscara descubre que era él mismo, no lo podía creer. De repente, escuchó una voz detrás de él que le dice: - Ya lo viste, ¡eres un monstruo! asesinaste inocentes, robaste a personas sin piedad y ahora eres policía; las personas como tú merecen morir y como nadie sabe quién eres tú realmente, lo haré yo mismo. Unas grandes garras atravesaron a Miguel por el centro de su cuerpo. - Eso es lo que las personas como yo hacen Miguel, o debería decir Ben Roods. Miguel, con sus últimos alientos pregunta - ¿mataste a esos inocentes chicos para llegar a mí?

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- Esos chicos eran asesinos y se lo merecían -dice, mientras quita las garras que estaban atravesando el cuerpo de Miguel para que muera desangrado. - Yo soy el miedo de los criminales, soy una sombra, yo soy y seré un caso sin resolver, yo soy “El Castigador” …

Bruno Aragoni 6º Grado. Escuela Nº 1382

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Una tarde de invierno, visitando a mi abuela Ester, nos cuenta una historia misteriosa y atrapante en donde la muerte traspasa a la vida. Nos dijo que este suceso ocurrió en la ruta nacional 34, a unos kilómetros de la localidad de Lehmann provincia de Santa Fe. Una noche oscura y fría, transitaba por allí, Jorge, un camionero experimentado y conocedor de las rutas y sus peligros. Como única compañía su infaltable termo de café y la radio que le regalaba una canción, la cual tarareaba muy entretenido y hacía más agradable su rutinario viaje. Pensaba pasar la noche en Monigotes, lugar en que vivía un amigo que hace tiempo no veía, además, la niebla que por esas horas comenzaba a bajar le dificultaba la visión. De repente, se restregó los ojos para confirmar lo estaba viendo. En la banquina caminaba una muchacha de largo cabello negro, delgada, no muy alta, ella se dio vuelta e hizo seña para que la llevara, Jorge no dudó en frenar, ella al subir le agradeció con una sonrisa mezcla de timidez y miedo. Él inmediatamente le aconsejó con tono de voz algo elevado, que no debía andar a esa hora en la ruta, que se exponía a muchos peligros. Ella le dio la razón y dijo que se había quedado sin dinero para el colectivo. El camionero, ya más relajado, le preguntó el nombre, a lo que la joven, que no pasaba de los 26 años de edad respondió: Martina. Ella le comentó que vivía en una zona en la localidad de Palacios y le preguntó al amable conductor, cómo estaba compuesta su familia. A Jorge le gustaba conversar y aprovechando la inesperada compañía, le cuenta sobre sus dos hijos y su esposa, cuánto los extrañaba y la difícil vida del camionero.

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De esta forma entre anécdotas y café, pasó el tiempo y las distancias se acortaron. Martina le indicó que se bajaba, en una tranquera blanca que se veía a unos pocos metros. Al abrir la puerta del camión, Jorge sintió el frío exterior y notó que no llevaba abrigo así que le ofreció su campera. Ella dulcemente aceptó, ya que desde la ruta a su casa había un campo de distancia, retomando la marcha, Jorge dijo que en su próximo viaje pasaría a buscar el abrigo. Transcurrieron un par de semanas, antes que el hombre volviera a hacer el mismo trayecto, y cuando lo hizo decidió pasar por la casa de la joven a buscar su campera. Dejó el camión al costado de la ruta y caminó hasta la vieja casona de campo, era de día, disfrutaba de la belleza del paisaje y los gritos de los loros. Antes de golpear las manos, lo recibió un grupo de perros ladrando anunciando su llegada, luego, apareció una mujer de características similares a la joven que esa noche ayudó, pero con veinte años más, en ese instante supo que era la mamá. Jorge le preguntó sobre Martina y una reacción inesperada se apoderó de la pobre mujer, que entre lágrimas respondió: - Martina hace años que murió. Jorge sin creer lo que oía sonrió de manera nerviosa y le dijo que hacia unas semanas atrás él la había dejado en ese mismo lugar y la describió. La madre sin salir del asombro y viendo con la seguridad con la que hablaba el camionero, lo invitó a ir al cementerio del lugar. Él acepto porque la curiosidad lo superó, en el camino la señora le relató cómo su hija había fallecido en un accidente a unos kilómetros de Lehmann, todo parecía coincidir, pero se negaba a creer. Al ir acercándose el hombre reconoce su campera en una cruz encima de una tumba, la levanta y debajo estaba la foto de Martina; en ese momento cayó de rodillas, queriendo desaparecer, deseando que todo fuera una pesadilla, pero fue real y él había hablado con un espíritu.

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Desde entonces, muchos viajantes solitarios dicen haber visto a Martina caminar en las noches frías y oscuras, negándose a irse del mundo de los vivos.

Milagros Zapata 6º Grado. Escuela Nº 1382

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Hace mucho tiempo, a fines del siglo XIX, en el norte de la provincia de Santa Fe, vivían dos niños en un bosque. Uno de ellos, odiaba al otro porque era el preferido de sus padres, que habían muerto unos años atrás. Un día, el chico se cansó y mató a su hermano con los huesos de sus padres. El niño con el pasar de los años, se arrepintió de lo que había hecho, y de alguna manera quiso recuperar a su hermano, pero al darse cuenta de que era imposible se suicidó tirándose de un tercer piso. Después de unos años de su muerte, se despertó su alma y su objetivo era matar a todo el que se le cruce para que aprendan los hombres a valorar la vida. Así lo hizo y a los cadáveres de sus víctimas, los metía en una bolsa de consorcio mientras silbaba. Se dice que se escucha el silbido del silbón, desde muy lejos y no hay sonido más terrorífico.

Benjamín Callejas 7º Grado. Taller Literario Biblioteca Popular “Arco Iris”

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Los rayos del sol se desvanecían en el horizonte, aquel 23 de mayo de 1942, en “La Lucila”, un pueblito casi fantasma de la provincia de Santa Fe. Antonio, un peón golondrina, apresuraba su carreta, en compañía de su hijo pequeño de ocho años, Santos, y el guardián de la casa, Facundo, un perro que dormía afuera de la iglesia y los había adoptado como su familia. El hombre sacó su hacha y empezó a cortar leña, el chico, tratando de ayudar juntaba ramitas para llevar al rancho; cerca de ahí, un grupo de gauchos luchaba para meter un toro en su corral, el animal embravecido no estaba dispuesto a que cumplan con su objetivo y escapó a campo abierto. El niño no se había dado cuenta de lo que sucedía e inocentemente seguía juntando ramas. En un momento, volteó su cabeza alertado por los gritos de su padre, y vio al toro, a gran velocidad, apuntando hacia él. Santos quedó mirando paralizado, cuando logró reaccionar, intentó treparse a un árbol, pero el animal fue más rápido. Lo presionó contra el tronco y le quitó la vida instantáneamente. Antonio corrió a abrazar a su hijo y tristemente se dio cuenta que se había ido, sus gritos de dolor se confundieron con los gritos de los peones, que enlazaron a la “bestia” y lograron atraparlo. En esos tiempos, los cementerios no existían por allí, había que tener mucho dinero para llevarlo a una ciudad alejada para enterrarlo. Al día siguiente, el cura del pueblo se acercó al monte y allí mismo debajo del quebracho colorado del cual Santos se había aferrado para salvar su vida, le dio cristiana sepultura; en la tumba colocaron una cruz improvisada de madera, creada por las manos del papá, quien le dio el último adiós.

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Desde entonces, cada 23 de mayo, dicen que, en la noche, el árbol se envuelve en llamas de un extraño color blanco. Los lugareños hablan del espíritu puro de Santos y que, al día siguiente, a pesar de las llamas que se ven, el quebracho sigue intacto, sin ningún rastro del fuego. La gente de la zona que es muy creyente se acerca con velas y reza por el descanso eterno del niño.

Lucas David Zapata 6º Grado. Taller Literario “Biblioteca Popular Arco Iris”

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Muchos dicen que se trata de la luz mala, otros aseguran que es la luz de la luna reflejada en los huesos de vacas muertas en el campo, pero nada de eso es cierto. Era el 20 de octubre de 2011, el calor se sentía hasta los huesos y las flores largaban su exquisita fragancia. En Bella Italia, Santa Fe, todos los niños se reunían a jugar con agua para tolerar el sol ardiente de aquellos días. Al anochecer, todos se iban a su casa para estar con su familia. Ese día, vino de visita mi tío Felipe, él era un amante de las aventuras, por eso, me invitó al campo de noche, dijo que iba a ser una experiencia inolvidable, y lo fue… Había sido una caminata muy rara, porque en el medio de un camino se veía una luz blanca, parecía un faro; de repente comenzaron a aparecer unas criaturas traslúcidas, parecidas a personas, cantaban en un lenguaje desconocido. Mi tío y yo nos ocultamos atrás de un arbusto, temblando de miedo. El escondite no sirvió de nada porque sin querer él piso una rama y todos esos seres caminaron hasta donde estábamos nosotros, Felipe se arriesgó saliendo del escondite, para que no me vieran. Lo agarraron y lo arrojaron a la luz blanca, yo atemorizada corrí a buscar ayuda, pero al volver no había nada. Nadie me creyó, todos dijeron que fue el producto de mi imaginación, pero él jamás regresó.

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Desde ese día no volví a ver a mi tío Felipe. Todos los años tengo la esperanza de reencontrarme con él, y agradecerle que me haya salvado.

Sofía Zamatteo 7º Grado. Taller literario “Biblioteca Popular Arco Iris”

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Transcurría el año 1924, pleno invierno, con muchas heladas. Los obreros estaban construyendo el muy esperado puente colgante en la localidad de Santa Fe. Una mañana a Ramón Job le pareció ver una extraña sombra que se deslizaba por la laguna. No le dio importancia y siguió con su labor. Pasados dos o tres días la volvió a ver, pero esta vez era más visible. Se asustó y llamó al capataz. Cuando éste llegó la sombra se había desvanecido en el agua. El hombre pensó que Ramón había tomado alguna “grapita” para sacarse el frio. Y así fueron pasando los días, la sombra se le aparecía cada vez más seguido. Iba a trabajar con mucho temor. Ramón estaba en lo alto del puente terminando de colocar los últimos cables.

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En ese momento una extraña sombra oscura se elevó del agua y atrapó a Ramón y se lo llevó a lo más profundo del agua. Los compañeros e incluso el capataz no podían creer lo que veían. Asustados y sin explicación alguna llamaron a la policía, los bomberos y también a los buzos rescatistas. Nunca encontraron el cuerpo de Ramón. Dicen que al pasar en madrugadas frías y oscuras se puede ver una sombra oscura, aterradora, y se puede oír un grito desgarrador.

Aldana Castillo 7º Grado. Taller literario “Biblioteca Popular Arco Iris”

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¿Qué es la felicidad? Estar con una persona amada, compartir momentos con familiares…Pero no, mi percepción de la felicidad es ese momento donde se te eriza la piel y donde la mente explota dando millones de sentidos nuevos al cuerpo; yo presencié y viví esto, de niño. Desde la última vez que estiré la boca para sonreír pasó mucho tiempo, pero hoy voy a intentarlo otra vez… Fui a “SF”, una agencia de paracaidismo, para poder mirar a Santa Fe como no la he visto jamás, con toda su belleza, con su alegría, con sus personas amables. Y salté… Fue hermoso, pero no me sacó ni una mueca. Hice caridad para sentirme mejor con mi mismo, conté chistes vestido de payaso para niños en el hospital, regalé juguetes a orfanatos y nada, pero nada, me sacó una mueca. En realidad, fue lo más lindo que me pasó, pero no me hizo feliz. Creo que nunca más voy a ser feliz, pero me di cuenta de que me reconforta mucho ver feliz a los demás. Conocí a una persona muy importante para mí encuentro con la felicidad y no es que no podía sonreír es que yo no me lo permitía, nada era igual a las vivencias de otras épocas.

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Mi realidad no me deja vivir intensamente esas sensaciones que vivía de niño. Mi madre pasó noches llorando porque no soltaba ni una mueca, me disculpo con ella, pero lamentablemente, no puedo. Parto, espero que mi nueva vida sea una vida feliz.

Francisco Dominino 7º Grado. Taller Literario “Palabras al Viento”

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Había una vez un niño llamado Jonatán, quien junto con sus papás se mudó a Saladero Cabal, una localidad del departamento Garay en la provincia de Santa Fe, donde consiguieron trabajo en unas cabañas que se dedicaban a recibir gente. La localidad era considerada una villa turística, que aprovechaba el río San Javier en el que se pueden hacer actividades recreativas relacionadas con el río y su entorno natural: esquí, paseos en canoa, cabalgatas, safaris. A pesar de ser un hermoso lugar Jonatán extrañaba mucho su ciudad y mucho más a sus amigos de la escuela y por eso le costaba integrarse y hacer nuevos amigos. Entonces un día decidió tener un amigo imaginario. Le puso de nombre Jack, juntos compartían juegos, miraban películas y hablaban mucho de todo lo que les gustaba. Sin darse cuenta, el niño, hablaba todo el tiempo solo y por eso los chicos de la escuela lo empezaron a mirar muy raro y muchas veces se reían de él, pero eso no le importaba. Un día la maestra lo vio en el recreo hablando y riéndose solo y le preocupó mucho la situación, entonces llamó a su mamá para contarle lo que pasaba. Su mamá no podía creer, ellos pensaban que Jonatán tenía muchos amigos como en su antigua escuela porque no lo veían raro. Su mamá escuchó que su hijo hablaba y cuando entró en su habitación estaba solo, le preguntó qué estaba haciendo; el niño se enojó mucho porque había entrado sin golpear la puerta y descubrió su secreto, entonces, ella le dijo que tenía que dejar de hablar solo y hacerse amigos reales con los que pueda salir a andar en bicicleta, pescar y compartir otras cosas. Desde ese día el niño dejó de lado a su amigo imaginario, pero en su casa comenzaron a pasar cosas muy raras, se movían y desaparecían los objetos, se abrían y cerraban puertas y ventanas. Jonatán se dio cuenta que Jack era quien hacia todo eso, entonces, se le ocurrió una idea. Una noche sin que sus papás lo escuchen lo llamó y le dijo que él lo quería mucho y le agradecía todos los momentos que habían compartido y que nunca lo iba a olvidar pero que tenía que hacerse amigos reales, por eso necesitaba despedirse y pedirle que deje de asustar a su familia. 71


Jack le dijo que él no quería asustarlos, sino que estaba muy enojado, pero que también lo quería mucho y se iba a ir. Al otro día todo volvió a la normalidad. Con el paso del tiempo Jonatán se hizo nuevos amigos con quienes compartían paseos en bicicleta, en lancha, pescaban, jugaban a la pelota y muchas cosas más.

Santiago Tomás Romenos 6º Grado. Taller Literario “Palabras al Viento”

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De aquella casa se decía que estaba embrujada, ese rumor era incluso más antiguo que el grupo de chiquillos que quisieron comprobarlo. Lo había planeado durante muchos días, y tal como lo habían decidido, aquella noche estrellaron una piedra en la lámpara dejando a oscuras toda la cuadra. El ambiente creado era perfecto, un gran árbol cubría los rayos de Luna, y las débiles bombillas de los vecinos, apenas alumbraban la acera. Ahí estaba la casa; oscura, solitaria, tenebrosa… los murciélagos salían volando desde el piso más alto removiendo los escombros. Una sola lámpara para un grupo de ocho. Luis la sujetaba entre sus manos, quien en secreto había planeado llevar la experiencia al siguiente nivel y apagar la luz en medio del camino, para gritar como loco y asustar así a sus amigos. Conforme avanzaban, los chicos se ponían más nerviosos, sabían a oídas, que en aquella casa vivió una anciana muy mala, que engañaba a los niños para hacerlos entrar en la casa, y una vez dentro, hacia terribles cosas con ellos, tan terribles, que los padres nunca las incluyeron en aquellos relatos de advertencia. Ingresaron, en las paredes había muchas pinturas, todas ellas de niños pequeños, pero con una expresión de tristeza profunda en el rostro, aunque sus bocas estaban sonriendo. A su espalda se escuchaba el crujir de la madera, Luis alumbraba hacia la escalera, y de ésta se levantaba el polvo y los escalones se hundían como si alguien caminara por ella… de repente, la lámpara se apagó sola, todos corrieron, pero ninguno de ellos puede salir…

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Minutos después, las luces de la casa se encienden y ahí estaba Luis, inmóvil, sobre la escalera, con una enorme sonrisa en su rostro… lucía muy extraño, su cuerpo se veía “flojo”, un par de cables le salían de las extremidades, y cuando se tensaban Luis se levanta… la anciana manejaba las cuerdas haciéndolo moverse con gracia…; ahí estaba Luis, convertido en marioneta por aquel fantasma. Así los chicos descubrieron por sí solos las terribles cosas que hacía aquella vieja con los niños curiosos.

Gustavo Bauman 7º Grado. Taller Literario “Palabras al Viento”

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Hace unos años Ernesto y su esposa Susana fueron de vacaciones a Cayastá junto con su hijo Tomás. En el recorrido vieron una hermosa casa antigua en venta. Se mudaron a los dos meses. Empezó la rutina de todos los días: Ernesto y Susana iban a trabajar, el niño quedaba en casa. Un día, en el camino se les cruza una niña, les pareció extraño, pero no pararon. Al regresar a su casa encontraron a Tomás hablando y jugando en el patio, su mamá le preguntó que hacía y él le respondió que jugaba con su nueva amiga. Su mamá no veía a nadie, pero pensó que a veces los niños inventan amigos. Al pasar los días Tomás seguía hablando y jugando con la niña; una mañana la mamá quizo entrar al cuarto del niño, pero antes de entrar se le cerró la puerta, preocupada le contó a su marido y juntos empezaron a averiguar. La gente del pueblo les decía que en esa casa ocurrían cosas raras, luego, fueron a visitar a un anciano del lugar que vivía solo en una cabaña muy grande, en el lugar había muchos árboles, un lago y juegos para niños. Ernesto miró todo y se preguntó por qué había juegos si el señor vivía solo, caminó y se encontró con él sentado en un tronco junto al lago. Mientras hablaba con el anciano vio correr niños por el parque, algunos se dirigían al lago; le preguntó entonces, quiénes eran esos niños. El anciano le dijo que había una niña en su casa que se quería traer a Tomás, le contó que esa niña murió en un accidente en la calle frente a su domicilio. Ernesto se estremeció. En ese momento su esposa lo llamó y le dijo que Tomás había desaparecido. El padre asustado salió rápidamente rumbo a su domicilio, en el camino se encontró a su hijo caminando por la ruta junto a la niña. Paró, lo abrazó y lo cargó en el auto junto a su madre. 75


Juntos volvieron a la casa del anciano, quien les dijo que en esa cabaña habitan espíritus errantes de niños. Cuando la familia se despidió del anciano, la niña que perseguía a Tomás los saludaba desde una ventana.

Matías Armenta 7º Grado. Taller Literario “Palabras al Viento”

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Todos lo comentaban, en uno de los tradicionales y antiguos colegios de la ciudad de Esperanza, sucedían cosas extrañas. Algunos decían que desaparecían estudiantes, otros, que se veían cosas "raras". Un grupo de alumnos empezó a investigar. Fueron al sótano. Una chica llamada Jimena vio una pintura, se acercó y desapareció. El resto del grupo, al no verla, se asustó y comenzaron a buscarla. Uno de los chicos, Carlos, encontró un libro desconocido. Lo tomó y en el mismo momento se corrió el estante donde estaba; detrás había una extraña habitación. Cuando ingresaron Camila encontró dos llaves. Intrigados, empezaron a investigar para qué servían. Encontraron una puerta, intentaron abrirla con las llaves, pero no pudieron. En la búsqueda, Lucas se fijó debajo de la alfombra y encontró una tercera llave. La probó en la puerta y entonces se abrió. Fue allí que vieron a Jimena atada a la silla en la que estaba sentada, muerta.

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En realidad, Jimena era una chica que hacía cinco años que había desaparecido y no había sido encontrada. Hacía tres años que cursaba con ellos, pero ahora descubrían que había sido su fantasma el que los había acompañado todo ese tiempo. Sólo les quedaba una incógnita: ¿para qué servían las otras llaves?

Luz Gomez Pacitti 7º Grado. Taller “Cazapalabras”

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Había una vez una chica llamada Azul, que vivía en la ciudad de Esperanza, a 44 kilómetros de Santa Fe, la capital de la provincia. Azul era muy hermosa e inteligente, pero todas las noches tenía un sueño por lo que había sucedido, hacía mucho tiempo, en el Museo de la Colonización que está en su ciudad, Esperanza. Ese día que nunca pudo olvidar; Azul había decidido visitar el museo. ¡Se encontró con cosas que nunca se imaginó que hayan existido! Pero lo que más le sorprendió fue un auto viejo, que nadie miraba. Entonces, decidió subirse. Entre los asientos encontró una puerta. Esa entrada la llevaba al pasado. Cuando pasó por allí había vuelto cien años atrás. Azul se había quedado sorprendida desde el principio. Recorrió la ciudad de Esperanza entera. Le costó mucho, pero vio cómo era en el año 1918. Vio que la gente se vestía distinto a lo actual. No tenían celulares y tampoco televisores. Pero sí tenían luz. En su recorrido se había encontrado con todos sus antepasados. Pero más tarde decidió volver y no quiso contarle nada a nadie.

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Por eso, por las noches sueña que no puede regresar, porque se le traba la puerta del auto. Y al despertar siente que fue cierto.

Ludmila Wilhjelm 6º Grado. Taller “Cazapalabras”

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Una tarde de sol en el Parque de la Agricultura, un lugar ideal para pasear, despejarse, sentir la naturaleza muy cerca. Por allí, en la zona del Laberinto, estaba paseando el detective Nico. Algo que brillaba, cerca del tronco de un árbol llamó su atención. Cuando observó, se dio cuenta de que era un diente de oro. Lo tomó y en el mismo momento, sitió que algo le tocaba la espalda. Se volvió. Vio a un dentista que parecía muy enojado y estaba llamando con su celular a la policía. Llegó un patrullero. El dentista le dijo al policía que el detective le había robado su diente de oro. Les cuento: esta historia comenzó cuando el dentista Franco llegó a su consultorio y se dio cuenta de que le faltaba un diente de oro. Sucedió que Franco había tomado, por internet, un curso rápido de detective. Por eso, rápidamente pudo ubicar las huellas que dejó el ladrón. Al seguirlas, pudo llegar hasta el parque de la Agricultura. Allí se sorprendió mucho porque vio que había otra persona que también parecía dentista, un hombre desconocido y un policía que conversaban. Más bien, discutían. Se unió al grupo y se presentó. También les comentó el objeto de su búsqueda. Entonces, rápidamente el policía les indicó a los dos dentistas que le mostraran su diploma, o su carnet profesional. En la confusión, el falso dentista arrebató el diente de oro que todavía estaba en poder del detective Nico. Con el tesoro en sus manos, salió corriendo, perseguido por el policía y el auténtico dentista.

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Primero se metió en el laberinto, que conocía muy bien. Se arrojó por el tobogán, seguido de cerca por los otros dos. Luego cruzó el puente del lago mayor, se subió a un barquito, para poner distancia, pero, en un descuido, un pato lo picoteó y tragó el diente. El ladrón, perseguido por agua por el detective Nico que estaba en otro barco, trataba de cazar al pato. Se desconcentró y chocó contra la isla. El policía y el dentista lo ayudaron a subir. Nico atrapó al pato que, del susto, escupió el diente de oro. Todo volvió a la normalidad. Nico continuó su paseo, feliz porque las aventuras siempre lo persiguen.

Micaela Cavallo 7º Grado. Taller “Cazapalabras”

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Había una vez, en Felicia, hace muchos años, una bruja llamada Fiona. Era dulce y encantadora. Se acordaba de todos los cumpleaños y cuando los niños la saludaban ella les daba dulce. En cambio, su hermana Matilde era mala y obstinada. Con Fiona, los chicos cantaban y bailaban; en cambio con Matilde los chicos lloraban y sufrían. Un año, el 10 de julio, para la fiesta del pueblo, la bruja Fiona hizo un tren de escobas para que los chicos pasearan de manera gratuita. En uno de los viajes rodeó la torre altísima de la Parroquia Santa Felicitas y pasó por la Plaza San Martín. Allí, escondida, estaba la bruja Matilde quien lanzó un hechizo e hizo caer a una chica. Fiona la salvó y puso a todos los chicos a salvo en el cuartel de los bomberos. Salió volando hacia donde estaba su hermana y se inició una guerra de magia. El primer hechizo lo lanzó Fiona: convirtió a su hermana en sapo y la mandó a la granja de la Escuela San José. En el mismo instante, Matilde convirtió a Fiona en burra y la mandó a pastar al patio del Tiro Federal. Así estuvieron lanzándose hechizos continuamente. En un momento, la bruja mala convirtió a un niño en gato, lo que hizo que Fiona gritara: “¡Hiciste trampa! La guerra era entre nosotras”. Matilde siguió lanzando rayos, que por suerte Fiona esquivó, hasta que uno pegó en el monumento a San Martín, rebotó y volvió hacia Matilde. Ésta se convirtió en piedra, pasando a ser parte del monumento. Hasta el día de hoy, se dice que, si alguien se porta mal en la Plaza de Felicia, la bruja Matilde actuará en consecuencia.

Ariel Zimmermann 7º Grado CER Nº 338 85


Hace mucho tiempo en Felicia se construyeron atracciones en la Plaza San Martín, como por ejemplo los puentes para jugar. Los empleados comunales trabajaron mucho para construirlos, hasta que un día un viento muy fuerte se llevó todo… todo el esfuerzo que habían hecho desapareció. Una familia del lugar estaba muy triste por lo que había ocurrido. Entonces decidieron donar dinero para que construyeran nuevamente los encantadores puentes. Y sí, ¡fue así! Quedaron tan bellos que todos los días estaban repletos de gente: familias, adolescentes, jóvenes y ancianos. En esta nueva construcción se agregaron lugares para tomar mates, para jugar y todo tipo de plantas. Y no fue sólo eso: la hija de la familia que donó el dinero hizo un concurso para ponerle nombre a estos puentes. Muchos niños se presentaron y ganó el nombre “Los puentes hermanos” y así fue un poco de la historia de estos puentes que siguen situados en el centro de nuestro pueblo, en la Plaza San Martín.

Josefina Bagnera 7º Grado. Escuela Nº 337

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Ya llegaba la fiesta del pueblo en Felicia y estaban preparando todos los juegos en la Plaza San Martín. Cuando todo estuvo listo, pasó algo muy malo: vino una tormenta muy fuerte y desacomodó todo: los juegos, los castillos inflables, los puestos de comida; hasta algunas cosas se rompieron. Los integrantes de la Comuna de Felicia estaban muy tristes porque se había arruinado todo lo que habían preparado. Algunos felicianos empezaron a acomodar las cosas para ayudar a la Comuna y tratar de que estuviera todo listo para el día siguiente. Con mucho esfuerzo pudieron poner todo en orden y preparar bien los juegos. Las personas de la Comuna no sabían esto y cuando se levantaron vieron todo acomodado. Le agradecieron mucho a la comunidad por hacer posible la Fiesta del Pueblo de Felicia. Desde ese día, cada persona que necesita ayuda sabe que la Comuna está dispuesta a ayudar, en retribución a lo que la comunidad había hecho.

Milena Santellan 7º Grado. Escuela Nº 337

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Tiempo atrás, en el año 2014, los niños de la Escuela José Manuel Estrada, con sus maestras, decidieron visitar los lugares más importantes de su pequeño pueblo llamado Felicia. Los alumnos esperaban muy ansiosos a que llegara el día. Al fin llegó el día tan esperado. El primer lugar que visitaron fue la plaza San Martín, tan bella e iluminada. También fueron a los juegos y a los puentes. Rumbo a la capilla de la Virgen del Milagro surgió un grave problema: ¡se largó la lluvia! Se sumaron truenos, rayos y relámpagos. Los chicos y maestras no sabían dónde meterse para que no les pasara algo. Corrían por todo el pueblo buscando un lugar. Luego se levantó un muy fuerte viento. Muchas casas y lugares del pueblo habían sido destruidos. Los niños llegaron sanos y salvos a su escuela, pero… ¡el viento le había volado el techo! Cuando los padres se enteraron de la tragedia decidieron poner manos a la obra para reconstruir la Escuela. Los alumnos pudieron volver a clases después de muchos meses. Y bueno, llegó el día en el que volvieron a hacer el recorrido. Visitaron la Capilla y las cuatro Iglesias. Los chicos llegaron muy contentos a sus casas. Y decidieron repetir la visita más seguido.

Bianca Franconi 7º Grado. Escuela Nº 337

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Felicia es un pueblo muy divertido, porque tiene muchas cosas; por ejemplo, una plaza muy grande llamada San Martín, en la que hay juegos, un playón enorme y para la fiesta del pueblo siempre hay entretenimientos. También hay dos clubes donde se practican deportes como fútbol, patín y otros más. Hay dos escuelas, varias iglesias. Y también una fábrica de fideos donde hacen los fideos más ricos de la región. Un día, en esa fábrica, apareció un fantasma. Los dueños decían que todos los días les faltaban fideos, pero no sabían la razón. Después de un tiempo en el que siempre sucedía lo mismo, decidieron poner cámaras que tomaban todo, hasta a las arañitas diminutas. ¡La sorpresa que se llevaron al ver las filmaciones! Observaron algo raro: era un fantasma. Se asustaron, pero llamaron a los exterminadores de fantasmas. Éstos los hicieron desaparecer, se terminaron los fantasmas en Felicia y este pueblo volvió a ser como antes, hermoso y divertido.

Fátima Correnti 6º Grado. Escuela Nº 337

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En la Plaza San Martín de Felicia había un grupo de adolescentes, entre la que estaba yo. El último día de clases solíamos juntarnos en la plaza a las 20:30. Cuando llegué, no había nadie. No desconfié de ellos y decidí ir otro día. Al día siguiente, una de ellas me dijo: “No vengas más. Ayer no viniste” Sí vine – le dije – pero no pasa nada. Pasó un mes y me contrataron de niñera. Los niños tenían la edad de mi hermano y eran mellizos. Se llamaban Micael y Micaela. Un día los llevé a la Plaza, porque había muchos sitios para jugar: los juegos, la isla, los monumentos. Ahí encontré a mi mejor amiga. Se llamaba Amelia y era niñera de una niña llamada Jazmín, que jugaba con los mellis.

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Amelia me contó que mis amigos de la plaza se habían escapado y por eso no querían que yo vaya. Yo le pregunté cómo sabía eso, pero ella no contestó. La llamé al día siguiente y le propuse que nos encontráramos en el Bar Central, donde se reunía todo el mundo. Allí me confesó que había huido también. Los adolescentes desaparecieron para siempre, y Amelia nunca confesó qué pasó esa noche. Pasaron los años y la huida de los adolescentes quedó como una leyenda, pero yo sé que es verdad.

Zoe Oggioni 6º Grado. Escuela Nº 1152

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Había una vez un grupo de padres que se juntaba los sábados a jugar al fútbol en la Plaza San Martín de Felicia. En un sector había una cancha que se había bautizado como “Los Sifones”. Los padres jugaban hasta que se cansaban y después se iban a tomar una Coca Cola al Bar Central. El bar era muy grande e iba gente de todas las edades. Allí encontraron un nuevo amigo llamado Raúl. Él tenía muchas cosas en común con Ariel, Lionel, Diego y Marcelo, pero no le gustaba el fútbol. A él le gustaba ir a Taekwondo, al Club Juventud Unida de Felicia. Entonces, él les enseñó a sus amigos cómo practicar Taekwondo y todos se entusiasmaron. Empezaron a ir a las prácticas al Club. Raúl se convirtió en cinturón negro, y Ariel, Diego, Lionel y Marcelo, cinturones blancos.

Benjamín Rocchia 6º Grado. Escuela Nº 1152

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Había una vez tres niñas con sus abuelos que vivían en Felicia. Un día habían planeado hacer un picnic en la Plaza San Martín, cada niña cuando terminara sus actividades. Franchesca tenía que ir a patín en el Club Juventud Unida, Isabella tenía que ir a catequesis a la Parroquia Santa Felicitas y Naiara a fútbol al Club Atlético. Cuando Naiara, Franchesca e Isabella terminaron sus actividades ya era de noche y estaba fresco. Ellas se pusieron muy tristes porque no se podrían reunir y pasar el día junto a sus abuelos. Igualmente, se encontraron en el playón de la plaza para despedirse. Un ratito después, los abuelos empezaron a tocarles bocina para llamarles la atención porque ellas no dejaban de charlar en el frío. El abuelo de Fran las fue a buscar porque se le había ocurrido una idea: ¡Ir a la Biblioteca Popular Felicia! Porque era un espacio cubierto, y hacía poquito que habían inaugurado el nuevo edificio. Las chicas se pusieron muy contentas y terminaron de pasar el día entre los libros.

Paz Wagner 6º Grado. Escuela Nº 1152

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Había una vez un grupo de amigos en Felicia, que jugaban mañana y tarde sin parar. Se llamaban Darién, Alfredo, Santiago y Axel. Un día, se pelearon dos de los chicos del grupo: Darién y Santiago ya no se hablaban. A la noche, Santa Felicitas, la Santa Patrona del pueblo apareció en la casa de los dos amigos. Como era una Santa, podía hacer milagros. Les roció un polvo mágico y al otro día se reconciliaron y volvieron a ser amigos. Ese día era el cumpleaños de Alfredo, que vivía al lado de la Parroquia Santa Felicitas, la que tenía la torre más alta de la zona. Como quedaba frente a la plaza San Martín, se cruzaron a festejar ahí. Después, recorrieron el pueblo: se subieron a las bicis y fueron a la Capilla de la Virgen del Milagro, al Barrio FONAVI 24 de febrero, pasaron por los dos clubes –Atlético y Juventud- y después de visitar a las otras tres iglesias que había en el pueblo, volvieron a la plaza. Luego del recorrido, se dieron cuenta de lo lindo que era Felicia y de todo lo que había para hacer.

Axel Correnti 7º Grado. Escuela Nº 1152

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Había una vez un club, el Club Atlético Felicia. Se escuchaban rumores de que el Club estaba endemoniado: la pileta se tragaba a la gente que se metía y el pasto de la cancha de fútbol parecía tener vida propia. Resulta que un día fue un cazafantasmas para ver qué podía hacer, si había fantasmas o qué pasaba. Decidieron cerrar el Club por un año y dejar trabajar al cazafantasmas tranquilo. Pero al abrirlo, seguían pasando cosas raras. Entonces, cerraron el Club por un año más hasta que por fin solucionaron el problema, tuvieron que hacer un club nuevo porque, además de que estaba viejo, no podían sacarle los fantasmas.

Sebastián Pidoux 6º Grado. Taller de Escritura Comunal

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Había una vez muchos niños que iban a la pileta del Club Atlético Felicia. Además, jugaban al frontón, al paddle y hacían picnics. Un día, Julito no encontraba su bolso, todos los chicos se pusieron a buscarlo, pero no lo encontraron. Al día siguiente, lo mismo le pasó a Bautista. Él se fue enojado, y triste, porque su mamá lo iba a retar; y le contó a su tío Ronaldo. Ronaldo fue a investigar y llegó a la conclusión de que en el club había un ladrón. A la mañana siguiente le tendieron una trampa. Escondieron todos los bolsos y dejaron sólo uno, con una trampa para ratones. Cuando el ladrón quiso sacarlo, le apretó la mano. Los chicos lo envolvieron en una red y se llevaron una gran sorpresa. Cuando le sacaron la máscara… ¡Era Messi! Después de jugar el mundial se había quedado sin dinero y sin comida, y por eso robaba los bolsos de los chicos. Messi devolvió los bolsos y todos juntos hicieron un picnic.

Wanda Bircher 6º Grado. Taller de Escritura Comunal

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En un pueblo muy pequeño, llamado Felicia, vivían unas amigas llamadas Valentina y Jimena. A ellas les gustaba ir a tomar tereré al Tiro Federal Argentino de Felicia, que quedaba a la salida del pueblo, pero cerca de sus casas. El Tiro tenía un parque verde hermoso, con muchas plantas y árboles. Pero resulta que había un problema: cuando te sentabas en el piso te pinchabas. Decidieron hacer un plan para que esto no ocurriera. Pensaron y pensaron… hasta que a Valentina se le ocurrió una maravillosa idea. Ella fue a su casa y le sacó un mantel a su mamá. Llamó a Jimena y le dijo que fuera para el Tiro. Cuando llegaron al lugar Valentina puso el mantel, Jimena se sentó y saltó de alegría al ver que no se pinchaba. Valentina estaba feliz porque su plan funcionaba. Así pudieron pasar un hermoso día de picnic.

Valentina Calvimonte 7º Grado. Taller de Escritura Comunal

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Un día me fui de vacaciones a un pueblo muy lejano del que yo vivía. Ese pueblo no era muy conocido. Tenía más de dos mil habitantes y se llamaba Felicia. Cuando salí a recorrerlo encontré a una chica que estaba sola sentada en un banco. Me acerqué y le pregunté: ¿Me acompañás a recorrer el pueblo? Porque yo llegué hace poco y tengo miedo de perderme Sí, con mucho gusto – me respondió Nos hicimos muy amigas. Ella me explicaba: “acá está la Parroquia Santa Felicitas, tiene una torre alta que se ve desde la ruta; esta es la Escuela Nº 337, que es adonde yo asisto”. Y así con todos los lugares del pueblo. Llegó el día de irnos y se lo comenté a mi amiga. Ella se puso muy triste y yo también. Cuando mi mamá me vio tan triste me dijo: Tenemos una noticia.

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¿Qué noticia?, respondí. Nos quedaremos a vivir aquí. Enseguida fui corriendo a contárselo a mi amiga. Ella se puso muy contenta. Pasaron los años y todavía sigue nuestra amistad que empezó desde chiquitas.

Celeste Valdéz 7º Grado. Taller de Escritura Comunal

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Una vez en un pueblo llamado Felicia, robaron un bar y un hospital, se llevaron todo el dinero y medicamentos del hospital. La policía de la Comisaría VII empezó a investigar, dijeron que eran tres hombres, El comisario dijo que alguien vio a los tres sospechosos. Los encontraron en un auto, luego los llevaron a la comisaría. El pueblo empezó a poner cámaras en la zona y entonces no hubo más robos.

Ludmila Ferreyra 7º Grado. Escuela Nº 6203

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Hubo una vez en la localidad de Felicia, un accidente terrible. Habían chocado un auto y un camión, las personas heridas fueron trasladadas al SAMCo. Un testigo dijo que había visto algo raro, porque se dio cuenta de que el camión no tenía conductor, pero la policía afirmó que había visto al herido. El conductor misteriosamente desapareció del hospital, los investigadores hasta el día de hoy lo están buscando.

Naila Ferreyra 7º Grado. Escuela Nº 6203

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Una vez contrataron a un ladrón para robar el diamante más valioso del mundo. El ladrón descubrió que cada año cambiaban el lugar donde lo escondían. Descubrió también que estaría en Felicia. Buscó un mapa de la localidad y vio que no era muy grande: podría encontrarlo fácilmente. Lo robó y pensó en quedárselo. Después de que descubrieron el robo, sus dueños llamaron a un detective y él empezó a trabajar. Al dar vueltas por la plaza San Martín, que es bastante grande, encontró un anillo del ladrón, pero no encontró nada más, aunque buscó y buscó sin descanso. Pasó una semana sin que se descubra nada más. Cerca del lugar encontró un papel con una dirección que lo condujo a la joyería del pueblo. Investigó y descubrió a un sospechoso. Él fue hasta la casa de Víctor, intento atraparlo, pero escapó. Llamó a la Comisaría VII para que lo atraparan. Cuando lo hicieron, recuperaron el diamante y pagaron al detective. Hasta ese momento, Felicia había sido un pueblo muy tranquilo. Pero lo que pasó con el diamante hizo que todos se preocuparan. Entonces pusieron más policías y cámaras de seguridad.

Luciano Hug 6º Grado. Escuela Nº 6203

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Hace muchísimos años, en mi pueblo, Felicia, ocurrió un hecho sensacional, una gran invasión de langostas atacó todos los sembrados. La población estaba desesperada y asustada ante esa nube negra que no dejaba nada a su paso. Los hombres decidieron acorralarlas entre chapas y quemarlas con un soplete. La historia fue pasando de padres a hijos, de abuelos a nietos y los ancianos guardan fotos de ese momento, que cada tanto sacan a relucir. Fue una muy triste historia.

Luciano Spila 6º Grado. Escuela Nº 1355

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Pasó hace mucho tiempo… pasó una noche muy nublada, oscura. Llovía mucho en Felicia. En medio de la oscuridad cayeron árboles haciendo mucho ruido. El tornado, con fuertes ráfagas de viento, azotó al pueblo. ¡Qué tristeza! La cola del tornado había destruido todo. La gente miraba asustada, desesperada, triste. Todo roto. Los policías de la Comisaría VII llegaron a ayudar, también los bomberos y la ambulancia del SAMCo. Hombres y mujeres prepararon escuelas y clubes para albergar a la gente. Los damnificados dormían en colchonetas y comían lo que les preparaban. Los chicos jugaban todos juntos. Fueron momentos muy malos que jamás olvidaremos.

Eduardo Conesa 6º Grado. Escuela Nº 1355

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Caminito de tierra principal, acceso a nuestra localidad. Cuando no estaba la ruta por él tenías que pasar; arroyito “Las Prusianas” él se debió llamar; maderas fuertes y viejitas son las que lo sostienen, a él que soportó pesadas cargas e inundaciones; carros, carretas, caballos, camiones , autos y bicicletas él vio pasar. Agüita dulce y oscura corren por su canal. En el silencio se escucha el grito de una rana y alegre un cardenal; gorriones, palomas, carpinteros y algún otro más; se zambulle una tortuga que estaba tomando sol, pica el anzuelo, una mojarrita se enganchó, por ahí se acerca una vaca suelta que se viene a hidratar. Una planta de mora grande da sombra al lugar, lugar de descanso para matear, algunos pescan moncholos, vieja del agua o dientudito, vale todo para comer, una buena fritadita nos viene bien. En este breve relato les quiero contar de este hermoso lugar de nuestra localidad que un día quise conocer. ¡EL PUENTE VIEJO ESTÁ VIVO Y SIGUE EN PIE!! Para el que lo quiera recordar, recorrer o conocer.

Melody Casas 7º Grado. Escuela N° 338

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Había una vez un grupo de amigos que quisieron recorrer uno de los bosques del norte de Santa Fe. Bosque cerrado donde pastoreaban las vacas y crecían los arbustillos, junto a los Ñandubay y Algarrobos. En medio del mismo observaron un brillante lago. Para llegar allí, debieron atravesar un puente derrumbado. Entre todos, hicieron lo imposible para pasar hacia el otro lado. Buscaron troncos, cuerdas; lo repararon y lograron avanzar. Todos rodeando el hermoso Lago la Paz, con su agua cristalina, azul como el cielo. Los amigos querían bañarse en él, pero Julián les dijo que no lo hagan. Matías seguía con su idea de nadar en el agua limpia que observaban. - Sentémosno juntos que les voy a contar la leyenda del Lago... dijo Julián. - ¿Seguro nos querés contar la historia? - expresó María - Éste era un lago lindo, limpio, donde vivían dos sirenas: Luz y Cristal. Ellas protegían el lugar. Cada vez que recibían las visitas de personas extrañas se convertían en humanas, se acercaban hacia ellos emitiendo ruidos extraños para que el temor corriera en los cuerpos de los visitantes y huyeran. Un día no lo lograron, los visitantes decidieron acampar e hicieron una fiesta junto al lago, donde la música y los gritos invadían el lugar. Las sirenas no soportaron tanto alboroto y abandonaron su hermoso hogar. Salieron esa madrugada, alejándose del ambiente loco que habían construido. Cuando se dieron cuenta de lo lejos que estaban, quisieron regresar, pero era tan larga la distancia, que se encontraron perdidas en medio del océano. 107


Ya no había manera de volver a su bello hogar de aguas cristalinas y limpias... Comenzaron sus vidas en otro lugar donde reinaba la paz; los ruidos molestos no se escuchaban y el agua era limpia y cristalina. Así vivieron unos años más.... Luz y Cristal... dos hermosas sirenas.

Delfina Oggioni 6º Grado. Escuela N° 338

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Esta historia transcurre en un pueblo llamado Grutly, un lugar pequeño en el centro de la provincia de Santa Fe, donde los niños andan en bici y juegan en el parque de la plaza. En Grutly hay mucha vegetación, “mucho verde” y es común que se vean chicos trepados a los árboles. Un lugar hermoso y tranquilo. En él se viven fiestas muy tradicionales como de la mayonesa de ave y del liso con la visita de miles de personas. Además, lo embellece un arroyo que lo atraviesa, llamado Las Prusianas; a quienes les gusta la pesca lo disfrutan mucho. Aunque la gente que se acerca allí no cuida el ambiente y lo destruye poco a poco. Una mañana, uno de los habitantes que se encontraba caminando por allá, se detiene sobre el puente que lo atraviesa y observa muchos peces flotando que eran llevados por la correntada de ese día. Desesperado, se dirige a la comisaria comentando lo sucedido para que den aviso donde corresponda. Después de largas investigaciones, pudieron comprobar que la muerte se produjo a causa de la contaminación que poseía el agua.

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Un grupo de alumnos de sexto grado, indignados por lo sucedido, proponen realizar carteles sobre el cuidado del ambiente. Además de difundirlo en la radio local la comuna establecería leyes y sancionaría a quienes no las cumplan. De a poco, la situación se fue remediando y las personas fueron tomando conciencia de los perjuicios que producen a los seres vivos.

Francesco Gatti 6º Grado. Escuela N°338

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Cuenta la historia que tres amigos, Ignacio, Mateo y Gian, estaban en clases cuando tocó la campana y salieron al recreo, fueron a la biblioteca a buscar los libros de Matemática. Los chicos buscaban y buscaban, Gian dice - Qué pesada la Seño Mariana… porque no buscó los libros ella. -Los encontré…- dijo Ignacio - Vamos al aula – dijo Mateo - ¿Qué es esto? - Dijo Gian - Es un cuento de Piedras Mágicas que están en Grutly…- respondió Mateo -Léanlo – propone Gian - Yo lo leo – dice Ignacio Comienza a leer y dice que en Grutly existían unas Piedras Mágicas que aparecían cuando el arroyo crecía…

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Mateo dice: - el Arroyo subió, vamos a buscarlas… Gian responde: - vamos a clases. Los tres amigos fueron a clases y cuando salieron de la escuela se fueron directamente al Arroyo del Pueblo, esperaron durante horas que baje el agua, finalmente cuando esto sucedió, se pusieron a buscarlas sin obtener ni una pista. Ellos igual no se rindieron y siguieron buscando con gran entusiasmo… Al caer la noche finalmente encontraron lo que tanto querían, estaban debajo del puente viejo, muy ocultas, imposibles de ver a simple vista. Los chicos decidieron llevarse su preciado tesoro mientras Gian intrigado pensaba, “¿cómo funcionarán estas piedras?” Mateo desorientado propone: - “probemos a pedirles deseos… Hagamos la prueba!!! ¡¡¡Que aparezca un PEPINO!!! En ese momento como por arte de magia, se encontró con un pepino en las manos… Gian asombrado exclama: - “Ahora tenemos quienes hagan las tareas por nosotros!!!” Ignacio responde: - “No Gian… tenemos que ser responsables con lo que pedimos a las piedras, porque después no vamos a poder pedirles que hagan las pruebas por nosotros…” Después de discutir un rato el tema, estuvieron de acuerdo en ser responsables con el pedido de deseos.

Ignacio Stegmann Weppler 7º grado. Escuela Nº 338

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Una tarde de domingo a las catorce horas fuimos a pescar con mi papá y mi hermana al pozo de “La Tucumana”. Caminamos mucho hasta llegar a ese lugar, ubicado en el arroyo Las Prusianas. Cuando llegamos allá, bajamos todas las cañas y el bolso matero. Más tarde, tomamos unos mates y con Naiara, mi hermana, y Lucas, mi papá, recorrimos para ver si no encontrábamos carnada porque ya quedaba poca. Cruzamos una iguana con un loro, luego una planta carnívora que comía insectos, hormigas, vaquitas de San Antonio, chicharras que coloreaban el lugar con sus sonidos, saltamontes y toritos, tarántulas de gran tamaño. Al regresar al lugar donde acampamos, Nai vio que se movía algo y comenzó a gritar muy fuerte. Fue ahí cuando mi papá se acercó, muy despacio comenzó a correr los pastos altos y poco a poco vio una yarará muy alterada por los ruidos que acechaban en el lugar. Lo primero que hizo es advertirnos del cuidado que debíamos tener. Nosotras, muy asustadas juntamos lo que habíamos llevado. Los tres juntos emprendimos el regreso a casa a descansar después de una jornada llena de aventuras compartidas.

Tamara Bono 7º Grado. Taller Rasgos Litoraleños

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A orillas del río Paraná, vivía un joven llamado Tomás de cabellos rubios y ojos claros. Con su padre, vendían pescado y les iba muy bien Un día el rio creció, su casa se inundó, arrastró a su padre muy lejos y el joven desapareció. Pasaban los días y el joven no aparecía. Su padre se sentía muy angustiado, sin saber qué hacer, recordando lo que compartían juntos. Decidió ir al rio a pescar. Después de varias tiradas de la caña, atrapó un pez y como estaba muy enojado por la desaparición de si hijo, decide matarlo. En ese momento, una luz desciende sobre el pez convirtiéndolo en Tomás. Fue ahí cuando a gritos le dice a su padre que lo deje ir, que lo vuelva a su hábitat. Contento por verlo y escucharlo, obedeció y lo lanzó lentamente al agua, donde percibe que su color iba variando logrando que sus escamas luzcan doradas. Desde entonces, existieron los peces dorados.

Priscila Vogt 7º Grado. Taller Rasgos Litoraleños

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Desde mi nacimiento y hasta cumplir la mayoría de edad, viví en un pueblo muy pequeño llamado Grutly, ubicado a 70 kilómetros de la capital de la provincia de Santa Fe. La mayoría de la población trabajaba en actividades agrícolas ganaderas debido a que la llanura del territorio así lo permitía y contábamos con muchas tierras fértiles, cultivos radiantes y clima húmedo. Se realizaban muchos acontecimientos tradicionales de todo pueblo, como por ejemplo yerras, domas, jineteadas, bailes populares para las fiestas patronales, entre otras. Pero las que más recuerdo, porque las vivía como una fiesta en mi niñez, son las carneadas, donde mataban animales propios, en el caso de mi familia, para consumo familiar. Llegaba gente a casa a trabajar para tal evento, con sus hijos, y todo se extendía por una semana o más, donde parecía que se paraba el mundo, todo giraba alrededor del fuego que calentaba las ollas, y tablones donde se realizaba los cortes de carnes. Nunca faltaba la bebida y una guitarra para alegrar el trabajo. Pero si me pidieran que citara un recuerdo de mi niñez, no dudaría, siempre en mi corazón estará la presencia de una muchacha que llegó a la familia cuando yo tenía 10 años. Estábamos en el campo, era un día de verano, muy caluroso, las moscas que no nos dejaban ni respirar, nos encontrábamos junto con mis hermanos, ayudando a trabajar con el ganado. De repente llegó mi padre con María. Ella trabajó y colaboró mucho tiempo, con entusiasmo, rapidez y euforia propia de la juventud que llevaba consigo. Supo ganarse rápidamente nuestro cariño, nos contaba aventuras propias e inventadas, cuentos de terror, organizaba paseos por el pueblo, nos llevaba a la plaza, nos cuidaba cuando mis padres salían. Así como recuerdo su llegada, también su partida, luego de cinco años, un día de otoño, ella estaba a cargo de que la hacienda pasture y fue encontrada por un campesino que andaba a caballo, tirada sobre las alfalfas apenas florecientes. Mi padre la trasladó hasta el pueblo, me parece cerrar los ojos y tener el resplandor en mis ojos de las luces de la sirena de una camioneta que tenía el intendente para trasladar a los 115


enfermos. María fue picada por una víbora, dijo el doctor, alguna Yarará seguramente; pasará mucho tiempo en la ciudad internada. Pasaron días, semanas, sin saber nada de ella, mis padres estaban preocupados, esperando noticias de ella, pero una carta llegó una mañana; era la triste noticia de su defunción. El médico comentaba que no había suficiente suero antiofídico, y que ella se encontraba muy débil, había perdido mucho peso. Ese día en mi casa nadie hablaba, ni las moscas aparecieron, yo pensaba en todo lo que María tenía pendiente para hacer y descubrir, ya que en las largas charlas que practicábamos nos manifestaba sus ganas de conocer el mundo, visitar familiares, tener su vivienda, entre otras. Desde ese momento comprendí que no debemos dejar para mañana lo que podemos hacer hoy, porque tal vez sea tarde. Nuestro destino está marcado, y la vida nos va una vida de ventaja para disfrutarla.

Mateo Karl 7º Grado. Taller Rasgos Litoraleños

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Cuenta la larga historia del puente colgante de nuestra provincia de Santa fe que comenzó con la construcción de un puente carretero de madera para llevar agua en cañerías a la cuidad, pero nunca pudo utilizarse porque una fuerte crecida lo arrastró. Años más tarde se creó otro puente, pero solo duró tres años porque el río y los camalotes lo derribaron nuevamente. Muchos intentos más de construcciones y proyectos fueron en vano. Pasaron muchos años hasta que un día las autoridades decidieron construir un puente colgante, el cual iba a tener que ser mejor pensado y diseñado que los anteriores; y lo lograron, lo construyeron, transformándose en un orgullo para Santa Fe. Un penoso día, el 28 de septiembre de 1983, parte del puente, ante la mirada de los vecinos de la ciudad se caía, luego de una terrible inundación que había durado varios meses. Una vez más lo reconstruyeron y en varias ocasiones. Esta imagen simbólica que es parte inseparable de la identidad e idiosincrasia de nuestra provincia termina con un merecido final, la proclamación que lo declara por decreto nacional, Monumento Histórico Nacional.

Lourdes Nicollier 7º Grado. Taller Rasgos Litoraleños.

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… El 15 de abril de 2017 era un día como cualquier otro en la localidad de La Pelada, departamento Las Colonias, Provincia de Santa Fe, un sábado normal; pero de repente todo cambió… mi corazón se rompió en mil pedazos, mi tristeza creció tanto como mi odio, no sé. Sólo se lo que ocurrió, sentada a la mesa, junto a mi familia oímos, como ya era costumbre, el conocido grito de la hembra de una pareja de águilas, era hermoso escucharlas, luego del grito continuó un disparo, entonces entendimos lo que sucedía, corrimos hacia afuera, sobre nosotros pasó volando la hermosa ave muy asustada, pues su pareja ya había sido asesinada. Ella, era la siguiente, se posó en el pino de mi vecina al lado del árbol donde tenían su nido, por unos instantes todo parecía calmo, pero no, el último disparo certero y sin compasión por este bello animal, hizo que ella también cayera con las alas abiertas, sin vida. Ya con ambas águilas muertas, mi llanto no tardó en llegar, ¿por qué matarlas? ¿para qué? Enseguida quise saber quién podía cometer tanta torpeza, tan bellas, inofensivas… ¿por qué no preservarlas? En la esquina y como triunfantes dos vecinos de la localidad exhibían el arma y sin argumentos que justifiquen su acción…aunque al interrogarlos argumentaron que tenían permiso policial para hacerlo. ¿Hay permisos para extinguir tan bella especie? Desde ese día y más que nunca sé que soy y seré defensora y guardiana…

Cecilia Sottini 7º Grado. Escuela Nº 502

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Demasiado calor para esta tarde de enero. La brisa suele llegar a esta zona cuando el sol termina de esconderse, luego de habituales y sofocantes jornadas. A esa hora, los habitantes del pueblo se preparan para regresar del trabajo, en bicicleta o a pie; sudorosos y ansiosos por estar en casa. Pero este es un día especial. Esta noche en la Sociedad Italiana se presenta una obra de teatro. Se habla en todo el pueblo y es un tema de conversación de toda la semana. La ansiedad ya devora las mentes que se imaginan escenas de primer nivel con artistas que llegan desde las luces de Buenos Aires para encandilar sus vidas oscurecidas por el trabajo y la rutina. La función está anunciada para las diez de la noche, pero los artistas están llegando a las ocho y media ya que arriban en el tren de la tarde que viene de Buenos Aires y para en Rafaela. El elenco se hospeda en Lehmann y desde allí se trasladarán a todas las localidades de la región para ofrecer su propuesta. La llegada a Lehmann es bastante tranquila. La compañía ingresa por la Avenida principal y llega hasta la plaza. Doblando a la derecha, pasando frente a la Iglesia y deteniéndose con el último resoplido de los motores frente a la casa de hospedaje. -¡Bienvenidos, bienvenidos!-dijo el dueño del lugar. -Es un gran honor para nosotros estar en este pueblo. -respondieron los actores. Después de instalarse, se dirigen al teatro de la Sociedad Italiana donde está el escenario. Allí los espera una multitud para disfrutar del espectáculo. El edificio es una de esas clásicas construcciones de principio de siglo con mucho de Renacimiento y un fuerte acento italiano.

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La sala es hermosa, se observa un abundante esfuerzo por mantenerla con dignidad. El salón tiene generosas proporciones y el escenario se adecua a las necesidades de cualquier compañía. El piso de madera está lustrado y refleja el sol que se cuela por las cortinas claras de los ventanales otorgándole al sitio un tono sensible, casi melancólico. La primera función fue todo un éxito y el saludo final maravilloso; todo el elenco en el escenario se vio envuelto en un caluroso aplauso.

Adrián Alassia 6º Grado “B”. Escuela Nº 374

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Hola, me llamo Laila y les voy a contar lo que sucedió ayer por la noche. Eran cerca de las once y las luces del faro de Lehmann se prendieron y empezó a sonar una musiquita extraña. Estábamos comiendo con amigos y decidimos ir a ver qué pasaba. Salimos y vimos a un hombre vestido de negro con una máscara en la cara, que entró a un laboratorio secreto. Lo seguimos para ver qué encontrábamos, pero no había nadie. Mi amigo Sharck vio un estante con libros y como le encanta leer, sacó uno y al hacerlo se abrió una puerta secreta. Entramos y descubrimos que el hombre enmascarado estaba planeando apoderarse de los campos del pueblo. A todos nos dio mucho miedo. Decidimos ir a mi casa, pero al ver que el hombre se iba, volvimos a entrar. Allí nos dimos cuenta de que el plan era sembrar flores violetas para ser utilizadas en la elaboración de una poción llamada Lamparius, una de las más peligrosas del mundo. Mi amiga Marina vio que el enmascarado subió a su auto y se dirigió al campo de doña Francisca a sembrar sus flores. Fuimos allá y nos encontramos con él. Decidí enfrentarlo y le dije: -Ya conozco tu plan. -Sí, y sabemos lo que quieres hacer. - dijo Sharck. - ¿Qué quieres hacer con esas flores? -preguntó Marina.

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El misterioso hombre se sacó la máscara y pudimos ver quién era. -Esperen chicos, soy yo, no se asusten. Lo que pasa es que me están molestando a mí y a mi faro, por eso decidí asustarlos un poco. Asombrada Marina dijo: - ¡Todo este tiempo fue usted! El cuidador del faro. Desde entonces, mis amigos y yo tomamos como hábito ir todos los días a visitar al cuidador para disfrutar sus historias y conocer más sobre el asombroso faro de nuestro querido pueblo.

Joaquina Gadler 6º Grado “A”. Escuela Nº 374

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Un día soleado estábamos jugando con mis amigos en la plaza San Martín de mi pueblo, Lehmann. Con mis amigos nos pusimos a contar historias de terror y uno de ellos comentó que su papá le había relatado la historia de un fantasma que deambulaba dentro de las estructuras abandonadas de la antigua mantequería de “Campagnoli”. En ese momento recordé que mi abuelo me había contado que sus padres, o sea mis bisabuelos, se habían conocido trabajando en ese lugar. De inmediato se me ocurrió decirles a mis amigos: - ¿Y si vamos a explorar la fábrica? Todos al unísono gritaron que sí, que les gustó la idea. Entusiasmados, caminamos el trayecto de una cuadra hasta llegar al lugar. Mientras observábamos detenidamente por dónde ingresar, escuchamos gritos que salían de ese lugar tan tenebroso. Algunos se asustaron y otros salieron corriendo a los gritos. Sólo los más valientes seguimos buscando una puerta o una ventana para entrar. En ese momento encontramos una puerta entreabierta. Mientras nos dirigíamos a ella, pudimos ver una sombra oscura, con los pies elevados del suelo que nos cerraba la puerta en la cara.

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Todos quedamos helados, atónitos, casi nos desmayamos de terror. A los pocos segundos reaccionamos, nos agarramos de las manos y salimos corriendo. Juro que desde ese día les pido a mis padres no pasar más por el frente de la fábrica de manteca, ya que tengo miedo de volver a encontrarme frente a frente con el fantasma.

Magdalena Gaido 6º Grado “A”. Escuela Nº 374

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Un sábado, a orillas del río Salado, debajo de un gran roble estaba recostado Miguel, un granjero joven, al que le gustaba leer siempre novelas de comedia. Todos los días después de su rutina en la granja iba y se recostaba debajo del roble a leer sus novelas; un día por la tarde justo a la hora en la que él se iba a leer vio que el río había crecido a raíz de una gran tormenta. Se asustó mucho porque todo lo que tenía, animales y casa, estaban muy cerca del río. Comenzó a crecer y a crecer de manera que él pensó que tendría que evacuar su hogar, pero después de unas horas, las aguas quedaron calmas. Miraba hacia todos lados, y observó hacia el oeste, un cofre. Misteriosamente, ese cofre, no contenía oro ni tampoco joyas, tenía una carta dedicada a él. Y decía: “Miguel: no sé si recibirás este mensaje, pero si es así quiero decirte que nunca te he olvidado, sigues en mi vida como el día en que nos conocimos. Nunca te hubieses imaginado que lo nuestro terminaría de la forma en la que terminó, pero quiero que sepas que nunca me he olvidado de ti y soy muy tonta al escribir una carta que estoy segura de que no recibirás, pero te la escribí con la ilusión de que el agua la haría llegar a tus manos. Con afecto Valeria.” Miguel no entendía qué estaba pasando, pero luego comprendió que se trataba de una vieja amiga que se convirtió en el amor de su vida. En aquel tiempo hubo una gran disputa entre sus familias y tuvieron que alejarse por un largo tiempo.

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Empezó a recordar todos los momentos hermosos que tuvo con Valeria y quiso escribirle también una carta. Decidió enrollarla y colocarla en una botella, arrojarla al río y esperar con ansias que Valeria la recibiera. Hoy se lo ve a Miguel debajo de su roble y ya no lee novelas de comedia, ahora espera y lee las cartas de su amor. Miguel está convencido de que, gracias al río Salado, él volvió a tener esperanzas con Valeria, el amor de su infancia.

Sofía Corbat. 7º Grado “A”. Escuela Nº 374

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Moisés Ville fue colonizado por un grupo de inmigrantes judíos ,136 familias, que venían de Rusia, llegaron en el año 1889 desde Rusia hasta Argentina. La ciudad de la que provenían los inmigrantes judíos se llamaba Kamianets-Podilskyi, actualmente Ucrania, que desde el siglo XVIII pertenecía a Rusia. Dada la terrible situación de los judíos en Rusia zarista de fines del siglo XIX y la política argentina de las puertas abiertas a la inmigración, éstos desembarcaron del vapor Wesser en Buenos Aires, ansiosos de convertirse en agricultores y hombres libres. Por eso una vez asentados, denominan a la localidad Moisés Ville , que en hebreo se dice Kiriat Moshé, el nombre lo pusieron por Moisés el libertador de los hebreos esclavizados por Egipto y por la llegada a “la tierra prometida”. Dos años después Moisés Ville pasa de ser una colonia independiente a construir la segunda colonia de la empresa colonizadora Baron Mauricio Hirsch, que fue reconocida jurídica en 1891. Es importante destacar el papel desarrollado por el Dr. Willhelm Guillermo Loewenthal, su oportuna intervención en el momento previo al asentamiento, su visión como verdadero gestor del proyecto de colonización y su rol como primer director de la empresa colonizadora Baron Hirsch.

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Hay lugares antiguos e históricos en Moisés Ville como el Museo comunal histórico y de la colonización judía rabino Aron Halevi Goldman, el Salón teatro Kadima, el Hospital Baron Hirsch, la Sinagoga Brener y la Biblioteca Baron Hirsch, muy visitados por turistas nacionales y extranjeros.

Amy Indira Celis 6to Grado. Escuela N° 6054

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Hace mucho tiempo llega a Santa Fe una familia francesa, papá Rafael, mamá Gloria y sus cuatro hijas, Julia, Candela, Denise y Aurora. Las cuatro hermanas eran muy unidas y siempre estaban inventando historias. Aurora, que era la más pequeña y curiosa; un día salió de su casa sin permiso porque quería conocer el imponente puente colgante del que tanto escuchaba hablar en su familia. Caminó varias cuadras hasta que de lejos vio el puente, estaba deslumbrada por su gigantesca estructura y hermosura que quedó varias horas observándolo sin tener en cuenta que el tiempo pasaba y el atardecer se acercaba. Llegó la noche y Aurora no sabía cómo regresar. Caminó por la orilla de la laguna Setúbal sin rumbo, perdida y con mucho miedo. Su familia preocupada la buscó por mucho tiempo, pero nunca la encontró. Aurora nunca volvió ni fue encontrada. Algunos pescadores dicen haber visto en sus noches de pesca, a lo lejos en las aguas, una niña sentada en la costanera mirando hacia el puente.

Priscila Guglielmone 6º Grado. Escuela Nº 6054

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Hola querido diario, voy a tomarme un tiempo para contarte un poco sobre mí y el lugar donde vivo. Soy Julieta Magali Jacob, vivo con mis padres y hermanos, amo a mi familia. Nací el 21 de agosto de 2005. Estoy cursando 7mo grado. Mí hobby, patinar. El pueblo donde vivo se llama Moisés Ville, es una localidad ubicada en el departamento San Cristóbal, provincia de Santa Fe, Argentina. Está a 320 km de Rosario y a 177 km de Santa Fe. La comuna fue creada el 3 de agosto de 1895, luego fundada en 1889, por un grupo de judíos rusos. Ciento treinta seis familias conformadas por 815 personas llegaron a Argentina desde Kamianets-Podilskyi en el barco S.S Wesser, el 12 de agosto de 1889, bajo el liderazgo del rabino Aaron Halevi Golman, guía espiritual y comunitario del núcleo inmigratorio. Moisés Ville se convirtió en una localidad canónica de los gauchos judíos.

Julieta Magali Jacob 7º Grado. Escuela Nº 6054 133


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Al abuelo de Luisina le gustaba la naturaleza, caminar en el monte, acampar, pescar y cualquier aventura que surgiera. Era pelado, muy alegre y un poquito gruñón, tenía cuatro nietas: Martina, Pierina y Dominique, la hermana de Luisina. Un día el abuelo tuvo una idea maravillosa, las invitó a pasar el fin de semana en el río. Cuando las chicas se enteraron de la noticia se entusiasmaron mucho y comenzaron los preparativos. Primero juntaron todas las cosas necesarias para el viaje y luego averiguaron sobre el lugar al que irían, Saladero Mariano Cabal, un pequeño pueblo de la provincia de Santa Fe ubicado sobre la margen derecha del Río San Javier. También descubrieron la historia del pueblo, este tiene su origen en un saladero, que era un establecimiento donde se salaba la carne para así poder usarla comercialmente, después fue remplazado por los frigoríficos. Cuando llegaron al pueblo, fueron a buscar la lancha y luego a la cabaña, donde bajaron todo. Las chicas tenían muchas ganas de ir a pescar, le pidieron al abuelo y éste dijo que sí. Bajaron la lancha hasta el río, se subieron y se pusieron los salvavidas, el abuelo no dejaba que nadie viaje sin ellos, navegaron un rato hasta que eligieron un lugar especial que tuviera “pique”. ¡AHORA SÍ! era el momento de preparar las cañas… ¡UY! había que ponerles la carnada a los anzuelos, por suerte el abuelo se encargó. Tiraron las cañas y se pusieron a esperar intentando charlar despacito para no ahuyentar a los peces. Pierina decía todo el tiempo, - pica, pica, pica, pica - con su voz chillona, su hermana Martina la retaba porque cada vez que juntaba el hilo de su caña, enredaba el de todos, Dominique reía y cantaba y Luisina se quejaba porque molestaba y se asustaban los peces. El abuelo, feliz, se reía a carcajadas por el lío que armaban. Al finalizar la tarde habían conseguido seis pescados y decidieron volver. El cielo ya se ponía naranja y se podía ver el sol reluciente que se reflejaba sobre el agua, todo estaba en calma, se oían los pájaros cantar. Pero en un momento la lancha se detuvo, el abuelo intentó darle

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marcha, pero no pudo, las chicas comenzaron a gritar asustadas pensando que no podrían volver, hasta que en un momento pasó una lancha que los ayudó a llegar a la cabaña. El susto había pasado pero las chicas vieron que el abuelo se reía y no entendieron por qué, llorando de la risa les explicó que él tenía remos y que igualmente podrían regresar. Habían pasado el fin de semana felices y volvieron a su casa con la promesa de que volverían.

Luisina Gallo 6° Grado 1ra. Div. Escuela N° 1051

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En el año 2.017, en Pilar Santa Fe, se llevó a cabo el TORNEO DE FÚTBOL INFANTIL GUILLERMITO. Venían niños de otros lugares como Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Misiones y también del extranjero, como Brasil, a pesar de que tenían que quedarse en salones o escuelas, en las instalaciones del club se encontraban todos y así lograron hacerse amigos. Solo había un problema entre los jugadores de dos equipos, porque eran muy competitivos y siempre se peleaban y discutían por todo. Los demás participantes del torneo decidieron reunirse bajo la sombra de los árboles, en el sector de los quinchos, para tratar de encontrar una solución a esta situación que ponía de mal humor a todos. Pensaron en muchas opciones, charlaron mucho, pero, ninguna los convencía. Entonces a uno de los chicos del Club Atlético Pilar se le ocurrió algo que le pareció genial a todos. Llamaron a su director técnico y le explicaron lo que habían pensado. Al DT le encantó la propuesta y fue a hablar con los otros entrenadores, a todos les pareció una buena posibilidad para acercar a los jugadores de esos dos equipos que no lograban entenderse. Los convocaron a una reunión y frente a ellos el DT de uno de esos equipos les dijo a sus chicos: -He decidido que ya no seré su entrenador, al menos ya no lo seré en este torneo. Los chicos no entendían nada. Se miraron unos a otros, sus caras eran de desconcierto. Pero, no solo eso. El entrenador del otro equipo les dijo lo mismo a sus jugadores. Nadie entendía nada. Se enojaron, discutieron entre ellos, insultaron al profesor. Un chico del Club local se levantó y dijo con voz fuerte y firme: - Entre todos decidimos que esto suceda. Ahora ustedes son responsables de sus propios equipos, ustedes deben cumplir con una condición para poder seguir participando.

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- ¿Qué condición? ¿De qué están hablando? ¿No se dan cuenta que ya no tenemos entrenador? Gritaban todos. -Deben formar dos equipos nuevos, donde se mezclen los jugadores de un grupo y del otro. Deben ser sus propios entrenadores y mostrar que pueden funcionar como un verdadero equipo. Les pareció una idea rara y difícil de llevar adelante, pero, la aceptaron. Tomaron la responsabilidad. En unas horas tenían armados los equipos. Presentaron las listas de jugadores como exige el reglamento. Fueron a sorteo para determinar el rival de cada uno. Y les tocó enfrentarse. Llegó el momento del partido, todos estaban nerviosos y ansiosos. Nadie quería ganarles a sus compañeros, pero tampoco nadie quería perder. Ya que todos eran muy competitivos. Fue un partido muy peleado, difícil para los dos. Que terminó en un empate. Después del partido los DT se acercaron y felicitaron a los jugadores por haber comprendido que ganar es importante, pero, mucho más es tener buenos amigos y saber divertirse sin peleas ni discusiones. Estos encuentros son para disfrutar y no sólo para llevarse una copa.

Avril Josefina Sattler 6º Grado 2º Div. Escuela N°1051

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Desde chiquita me gustaba recorrer cada uno de los rincones de Pilar, mi pueblo, en mi súper bici. Pasar frente a la construcción de lo que fue la fábrica de pianos, me generaba intriga; por fuera se veía un edificio viejo y abandonado. Me invadía la curiosidad de saber cómo era por dentro, y qué hacían los que allí trabajaban. Me habían contado que aquella fábrica se fundó en el año 1939, que daba trabajo a mucha gente y que era la única de Sudamérica. Pregunté una vez a un vecino del lugar, si sabía algo de este enigmático sitio, me contestó, que, aunque tenía muchos años hacía poco que residía en la localidad. Mi pregunta no tuvo respuesta, yo quería saber y esta vez estaba dispuesta a averiguarlo. Aquella siesta de verano, yendo a la pileta del club, con mis amigas Lucía y Sofía, al pasar por este lugar comenzamos a escuchar dulces sonidos. Nos miramos un poco confundidas, con cierto temor, mucha intriga y curiosidad. Una hermosa melodía provenía desde el interior de la fábrica, era algo desconocida para nosotras, pero nos atraía y nos impulsaba a seguirla, y así fue que casi sin darnos cuenta nos encontrábamos allí adentro. La fábrica se veía algo oscura y cada vez que dábamos un paso, la melodía se escuchaba más fuerte, ésta se parecía a lo que una vez la maestra de música nos había presentado para enseñarnos sobre música clásica. En medio del asombro nos dimos cuenta de que eran pianos abandonados, que a la hora de la siesta cobraban vida, su sonido era bello y casi perfecto.

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Reproducían melodías que se escuchaban en los bailes de gala y en las tertulias de la época. Asombradas por el descubrimiento decidimos con mis amigas guardar el secreto, sabíamos que, si lo contábamos, nadie nos creería; porque los pianos que cobraban vida solo se dejaban ver y escuchar, con aquellos que miraban y oían con la inocencia del corazón.

Catalina Roldán 6º Grado 2da. Div. Escuela Nº 1051

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… Había una vez un niño llamado Oliver Lawrence que vivía en la provincia de Santa Fe. Él era muy travieso, y tenía dos hermanos gemelos que algunas veces lo acompañaban en sus travesuras: se llamaban Toby y Thomas. Estaba por llegar el último día de vacaciones, no le gustaba mucho esa idea porque tenía que levantarse y dormirse temprano, pero al mismo tiempo sí, porque volvería a ver a sus amigos después de semanas y también porque podía volver a hacer enojar a las maestras, aunque no pareciera nada lindo, a él le encantaba. Los compañeros de Oliver siempre se enojaban con él porque les hacía perder tiempo y después se tenían que quedar sin recreo, por su mala conducta. Llegó el día...se levantó y se dio cuenta que llegaba tarde, se puso el uniforme rápido, tomó la mochila y se fue camino a la escuela. Siempre iba en bicicleta ya que le gustaba mucho ir por el Puente Colgante, ese era su tramo favorito, aunque la mamá no lo dejaba ir por ahí, porque pasaban muchos autos y como él era muy peligroso y travieso lo podían chocar. Y así empezó el día, con sus locas ideas y su parte maravillosa, pensó que iba a llegar demasiado tarde, entonces empezó a apurarse, pero no sabía por dónde ir, porque estaba tan nervioso que se había olvidado el camino, entonces frenó en el medio del puente y se quedó ahí. Desde la escuela habían llamado a la mamá para saber por qué había faltado, ella no sabía qué decir porque había salido a las 8:00 en punto. Salieron a buscarlo por todos lados, mientras Oliver estaba apoyado en la bicicleta preguntando a la gente que pasaba dónde quedaba su colegio.

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La mamá recordó que a él le gustaba mucho ir al Puente Colgante, entonces salieron a buscarlo. Lo encontraron en ese lugar. Se abrazaron y lloraron mucho. Como Oliver vio tan preocupada a la mamá, prometió nunca más hacer de sus travesuras y mucho menos… salir solo.

Sol Andrián 6to Grado1ra. Div. Escuela Nº 1051

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Esta historia es escrita por el hincha N° 1 del Club Domingo Faustino Sarmiento y hoy les vengo a contar cómo se creó el mejor club de Santa Fe. Todo comenzó el 13 de julio de 1924, en Sarmiento, a impulso de un grupo de entusiastas, se fundó esta institución de fútbol, su primer presidente fue el Sr. Lorenzo Bertero, eran felices, con las participaciones en torneos zonales, partidos amistosos. El fútbol era la pasión de los muchachos de entonces, también de los de ahora. Sin embargo, un desnombramiento en el año 1932, provoca la creación de un nuevo club con el nombre de “Independiente”. Las confrontaciones entre Sarmiento, Faustino como se lo llamaba, e Independiente fueron memorables. El pueblo se dividía detrás de los colores de uno y de otro. Después, fue determinado un serenar de las pasiones, e Independiente desapareció. Sarmiento ha seguido en este tiempo y el fútbol ha sido, su mayor actividad. Su campo de deportes es frecuentado por jóvenes y niños y tiene instalaciones, vestuarios, quincho, un playón y dependencias cómodas para este deporte. Esta historia te la cuento porque mi abuelo y mi papá jugaron y dieron todo por este club.

Andrés Maltagliatti 6°Grado Escuela N° 343

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° 4 Mucho tiempo atrás, cuando comenzaron a llegar los primeros pobladores a Sarmiento, mi pueblo; quienes se fueron estableciendo en estas tierras donde abundan la soledad y el miedo, aquellos gringos, pensaron en el maestro. El maestro para que sus hijos aprendan las primeras letras. Una primera escuela existió, fue particular, situada al sur del pueblo en la casa de la familia Boide. Del primer maestro solo se recuerda el nombre Epifanio. En 1886 el Superior Gobierno de la provincia crea una escuela en Sarmiento, designa al Sr. Alberto Franceson como profesor. En 1930 se construye el actual edificio, donde me divierto y aprendo con mis compañeros en sus lindas y cómodas aulas; correteamos en el SUM, jugamos en su patio, compramos en el kiosquito armado, en la nueva cocina, en el saludable, participamos en hermosas actividades de campamento, concursos de deletreo, torneos entre nosotros, actos, festivales. La escuela Domingo F. Sarmiento ha sido y será formadora cultural de muchas generaciones de niños como yo, felices de pertenecer a ella.

Paula Fux 6° Grado. Escuela N° 343

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Frente a una bella y moderna capillita, ubicada a unos pocos kilómetros de mi pueblo, Sarmiento, recuerdo, a través de una entrevista que le realicé, tiempo atrás a un querido escritor oriundo también de aquí, cómo habían transcurrido los hechos allá por el año 1904 a un señor de apellido Tardivo, en peligro de muerte, de desolación, por lo ocurrido una horrenda mañana. Resulta que los caballos que tiraban su arado para remover la tierra y hacer surco para sembrar semillas, tal vez de trigo, tal vez de maíz o quién sabe semillas de qué, arrastraron sin piedad a ese pobre hombre, el cual cayó al piso quedando expuesto a ser literalmente pasado por encima del filo de la reja del arado. Pero por cosas del destino o de una fuerza superior le permitió que su esposa observara desde la ventana de la cocina tan terrible cuadro e inmediatamente se encomendara a la Virgen María rogándole por la vida de su marido. Pasados unos instantes y por cosas de la vida y de Dios, principalmente, los caballos se serenaron y el señor solo terminó, ese trágico momento, con raspones y algún que otro arañazo.

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Desde ese inolvidable día, ambos decidieron mandar a edificar un oratorio en cumplimiento de la promesa implantada a la imagen de la Virgen María Auxiliadora y patrona del agro argentino cuya fiesta se celebra cada 24 de mayo. Lo que me comprometió y llamó a conocer el lugar y su historia fue que pasado muchos, pero muchos años, un puñado de adolescentes pertenecientes al grupo juvenil de nuestra parroquia, donde uno de ellos es hoy mi madre, se unieron y restauraron esa pequeña capilla, volviéndole a dar vida y sentido de pertenencia al lugar. Fue un trabajo arduo, de muchos días, donde hubo que quitar yuyos, madreselvas, enmarañadas en sus rejas, fue reparada y pintada, se quitaron árboles que interrumpían la visión de los que transitaban por la ruta y desde ese momento el oratorio, más bien llamado “CAPILLITA” volvió a tomar vida y color, nuevamente se construyó uno nuevo y moderno, de estilo arquitectónico muy diferente al antiguo.

Juliana Montenegro 7º Grado. Escuela Nº 343

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Un 8 de septiembre, Mateo y sus amigos armaron sus bolsos, cargaron sus carpitas y empezaron a caminar hacia el lugar donde pasarían dos noches. Luego de hacer varios kilómetros llegaron a la antigua estación de tren INGENIERO BOASSI, hoy Campamento Recreativo Provincial. Descansaron un poco y armaron sus tiendas. Mientras recorrían el predio se encontraron con el vecino de la estación quien los alertó que no intentaran entrar porque en el pueblo se sabía de cosas raras. Cayó la noche, los chicos se durmieron, menos Mateo que estaba muy intrigado por los comentarios del vecino, silenciosamente salió de la carpa con la linterna en sus manos. Se acercó a la estación y abrió la puerta pudiendo entrar. Aterrado por el lugar y los ruidos que él imaginaba, encontró algo espantoso: El cuerpo de un hombre colgado al techo que en sus manos sostenía un cartel que decía: SIEMPRE RECORDARÁS LO QUE ESTÁS VIENDO” Mateo, muy impactado, despertó de un salto. Al final había sido toda una pesadilla.

Lucía Gazano 7º Grado. Escuela Nº 343

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Había una vez un chico llamado Luis que vivía en la Estancia El Carmen. Cierto día había venido al pueblo de Carreras a una fiesta familiar. Era septiembre de los años cuarenta. Ahí se encontró con los amigos y primos. Para no aburrirse se pusieron a jugar a la escondida; Luis se fue a esconder a la Sociedad Italiana. Entró por la puerta de atrás, saltando tapiales. Rápidamente pensó en un lugar donde ocultarse. Observó la majestuosidad del lugar, sus columnas, su escenario, su telón, sus camarines, sus balcones. Y fue justamente ahí donde decidió esconderse. Luego de un rato los demás chicos dejaron de jugar y como no encontraron a Luis no le avisaron que salga. Pasaron las horas y Luis seguía sin aparecer. Aburrido porque no lo encontraban empezó a recorrer el lugar. Fue así como vio, leyendo unas placas, que el edificio se inauguró en el año 1.919, y que la Sociedad Italiana había sido fundada el 18 de marzo de 1.918. Siguió caminando y descubrió una inmensa máquina que pasaba películas. Luego observó fotos sobre la mesa, eran de cumpleaños, orquestas, concursos y actos, todos festejos realizados en ese edificio. De repente se abrieron las puertas de la Sociedad Italiana, comenzó a entrar gente y a los pocos minutos se escuchó música, ¡era un baile! Era la gran fiesta del Día del Italiano. Luis al escuchar y ver tanta gente no sabía dónde ir. El salón estaba repleto y bailaban pasodobles, tangos, vals y rancheras; se divirtió como nunca antes.

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Al finalizar la fiesta Luis se fue para la casa de los familiares, donde lo esperaban ansiosamente para regresar al campo en el sulqui. Al llegar a la estancia le contó sobre la fiesta a sus hermanos. De grande Luis se hizo socio de la Sociedad Italiana, agradeciendo el sorprendente escondite de aquella noche.

Agustín Ignacio Villegas 6º Grado. Escuela Nº 161

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Había una vez un hombre, a quien apodaban Chiquel, que caminaba ayudado por una rama, porque veía poco. Andaba por todo el pueblo revisando tachos de basura, y si había algo para comer, se lo llevaba a su casa. Siempre tenía ropa vieja y rasgada, andaba muy desarreglado. Vivía solo, no tenía familia. Los vecinos lo querían mucho y siempre que necesitaba algo lo ayudaban. Fue pasando el tiempo, envejeció y se enfermó. Al no poder salir a dar sus caminatas diarias, por estar postrado en su cama sin poder moverse, entristeció y se sumió en una profunda depresión. Aunque sus vecinos estaban acompañándolo, él dejo de comer, y cada día su salud empeoraba más. Después de varios meses, la triste noticia de su fallecimiento llegó a los vecinos, quienes aún lo recuerdan con mucho cariño. Chiquel se ha convertido en uno de los personajes de nuestro pueblo y permanece en la memoria de todos.

Azul Goniel de Jesús 6º Grado. Escuela Nº 161

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Hace muchos años, en la localidad de Labordeboy apareció un hombre de aspecto callejero, con su ropa toda rota. Nadie sabía de dónde venía; había dicho que su nombre era Carlos, la gente solía decir que tenía algo que ver con la magia negra y lo apodaron Carlin. Vivía en una cueva, la cual era un pozo, y visto desde afuera era similar a un horno de barro asentado en la tierra. Comía lo que la gente le ofrecía, también le regalaban ropa, ya que este señor había llegado al pueblo sin pertenencias. Solía cortar el pasto de la casa y atender a sus animales. Cuando las personas le ofrecían una taza de té o alguna otra cosa, él lo aceptaba, pero se lo tenían que servir en su tarrito de durazno, todo sucio y viejo. A veces atendía gallinas y sin que la gente se entere agarraba los huevos que ellas ponían, los rompía y los comía crudos. Si todavía no había almorzado lo vertía en el té y lo ingería. Después de unos días sin que este señor apareciera la gente empezó a preocuparse. Fueron a la cueva de Carlin y lo encontraron, aparentemente, sin vida y todo picoteado por pulgas. La gente tenía fe de que se pueda salvar, lo llevaron al hospital, donde allí lo bañaron. No había solución, su cuerpo estaba comido por insectos. Continuará……

Angelina Briñon 7º Grado “B”. Escuela Nº 161

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Hace muchos años un hombre, alto, calvo, delgado y de cincuenta y cinco años vendía leche en la localidad de Carreras, provincia de Santa Fe; le agregaba agua, para que rindiera más y así recaudar más dinero. Pasó mucho tiempo engañando a las personas con sus ventas y con la ganancia que juntó se compró un lindo sombrero de paja. Todo el día usaba ese sombrero. Un día, el dueño de un campo le pidió que le llevara un jarro de leche, mientras iba en camino sintió mucha sed, así que paró en un canal para tomar agua, justo en ese momento sopló el viento y se llevó su sombrero, voló, y cayó en el canal. Observó como la corriente se lo llevaba, después de un tiempo, sorprendido dijo: - “Lo que viene del agua, el agua se lo lleva”.

Tatiana Fernández 7º Grado “B”. Escuela Nº 161

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Tres niñas, que eran muy amigas y se conocían desde pequeñas, vivían en un pueblo chico, donde había una gran plaza con muchos juegos y una escuela hermosa que ocupaba una manzana. Deseaban conocer el Museo de Bellas Artes de la provincia de Santa Fe. Para ello debían anotarse en un sorteo, de ganar, realizarían la excursión tan deseada. ¡Qué grata noticia tuvieron! Una mañana cuando estaban en la escuela las llamaron porque habían sido las ganadoras. Ellas estaban felices porque iban a cumplir su sueño. Estaban tan emocionadas que decidieron juntarse a planear todo lo que querían hacer en esos tres días que se quedaban. Sus padres recibieron la noticia y estaban muy contentos también porque sus hijas iban a poder hacer lo que tanto querían. Desde ese momento pasaban horas y horas hablando del museo, se imaginaban cómo podía ser el lugar, las maravillosas pinturas…. Pasaron los días, el momento de la excursión se acercaba, comenzaron a armar el bolso, pusieron todo lo necesario. Al fin llegó el día, subieron al ómnibus y pasaron horas hasta llegar a Santa Fe. Primero fueron a la casa de la tía de Regina y al otro día a visitar el museo, donde encontraron obras de arte una más linda que otra. De tanta emoción no podían dormir, pero tenían que descansar para que pudieran seguir recorriendo todo lo que les faltaba. Esos días que pasaron fueron los mejores, una experiencia maravillosa.

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De regreso a su pueblo les contaron a sus padres la hermosa experiencia vivida. MORALEJA: NUNCA DEJES DE SOร AR, QUE TODO SE PUEDE CUMPLIR

Julieta Daiana Machuca 6ยบ Grado. Escuela Nยบ 6184

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Esta historia está basada en la vida real de mi abuela. Corría el año 1.935 cuando empezaba la escuela primaria. Ella vivía en el campo, situado a cinco km de la localidad, Godeken, en esa época las calles no eran como las que conocemos en este momento. Salía de su casa, su mamá la acompañaba hasta cierto trayecto; en su recorrido hacia la escuela pasaba por la casa de una compañera y allí continuaba su camino, una vez que llegaban a destino empezaban con la actividad diaria. Los días y horarios eran extensos porque la semana comenzaba el lunes y terminaba el sábado, los horarios eran de ocho A.M hasta las quince P.M. El ciclo escolar era de primero a cuarto grado. El edificio escolar estaba situado donde hoy es el Museo Comunal de la localidad. Los días de lluvia era imposible llegar a la escuela porque las calles no se lo permitían. Así iban transitando los días en la tranquilidad de la localidad…

Nicolás Cecapolli 6º Grado. Escuela Nº 6184

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Una mañana fría un extranjero salió a mirar las vacas. Se le apareció un perro lobo y se lo llevó a su choza. El animal le parecía amigable, los amigos del extranjero le comentaron que el perro lobo era traidor, que era una fiera, que no sentía amor y de colmillos ligeros. Un día el extranjero se casó con una mujer preciosa y la llevó a su choza. Al tiempo nació un niño y el rezó de felicidad. Una tarde hermosa la mujer dejó un rato solo al bebe, durmiendo, mientras el perro lobo lo estaba cuidando. Se acercó un oso al catre y el perro en defensa del niño mató al animal quedándole sangre en el hocico. Cuando la pareja llegó, al ver al perro con sangre en la boca, pensaron que había matado al niño. El extranjero sin pensar agarró al perro y lo mató. Cuando la mujer entra a la choza, ve al niño durmiendo y junto al catre el oso muerto. Se da cuenta que el perro lobo había salvado la vida de su hijo. El extranjero llorando enterró a su amigo fiel, que dio su vida por el niño.

Nazareno Pergulo 6°Grado. Escuela Nº 6202

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En un pueblo chico, tranquilo y desolado cerca del mar vivía poca gente. Todas esas personas estaban tristes y parecía que no se querían, sabiendo que todos se conocían por la razón de que era un pueblo muy chico. Un día, Pedro y Ramón se conocieron, se querían como hermanos, tenían una amistad tan grande que para toda la gente del pueblo eran como inseparables hermanos. Eran los únicos que ponían un poco de felicidad a ese lugar. Ellos al darse cuenta de la tristeza de ese pueblo decidieron ir de casa en casa a preguntar qué los hacía felices. Fueron a la casa del vecino de Pedro y le preguntaron qué le hacía feliz; él le dijo que jugar a la pelota lo ponía muy feliz. Caminaron hasta la casa del policía y les comentó que leer en un sillón cómodo junto a la chimenea le daba mucha felicidad. Fueron a la casa de Doña Sara y ella le explicó que unos buñuelos de chocolate le hacían feliz. Y así le preguntaron a todo el pueblo; por último, los citaban a que vayan a las cinco a la plaza. Al llegar las cinco todo el pueblo estaba ahí mirándose a la cara sin saber por qué los habían citados. Entonces llegaron Ramón y Pedro con muchos baldes de pinturas y pinceles de todos los tamaños.

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Los niños le dieron un pincel a cada uno y le propusieron hacer un mural en el medio de la plaza para representar el valor de la amistad. Y así la gente comenzó a pintar, a hablarse, ayudarse entre ellos y amigarse. Todos los habitantes estaban felices y con una plaza muy colorida. Así comprendieron que la amistad la debemos cultivar diariamente en nuestras vidas.

Valentina Blanco. 7° Grado. Escuela Nº 6202

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¿Y si fuera posible que el tren de pasajeros volviera a rodar por las vías de mi pueblo? Me imagino escuchándolo silbar mientras la gente se amontona en el andén para verlo llegar. Grandes y niños esperando verlo tejiendo mil historias emocionantes al ritmo del chirriar en las vías. Un día, Mónica llegó en ese tren, en busca de nuevas oportunidades. Ella era una maestra más en un pequeño pueblo. Pero al poco tiempo se hizo muy querida por sus alumnos y los padres de los niños. Ella tenía hermosas ideas para hacer los actos de la escuela, era muy buena y creativa para el colegio, despertando el entusiasmo de los alumnos en bailes y representaciones. Pero un día llegó una nota del Ministerio de Educación en la cual decía que a Mónica la trasladaban a su pueblo natal. Sus amigos y alumnos, que había cosechado en su paso por este pequeño pueblo, le hicieron una despedida muy emotiva en la cual no pudo evitar el llanto. Y así como llegó, en el mismo tren, partió tristemente la seño Mónica.

Corina Olano 7° Grado. Escuela N°6202

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Había una vez un matrimonio de italianos que dejaron su Italia natal buscando un poco de paz y tranquilidad. Su destino final fue el sur de la provincia de Santa Fe, precisamente un pueblo llamado Juncal. Se ubicaron en la Zona Rural, en un lugar conocido como Campo San Pedro. Allí, con unos pocos ahorros que traían desde su país de origen, compraron unas parcelas de tierra donde formaron su hogar. Se dedicaron a la agricultura y a la ganadería debido a que el sitio donde se habían asentado era la zona más fértil de toda la provincia. Estas tierras ricas en humus producían lo que en ella se esparcía. Fue entonces que la familia comenzó a cosechar soja, trigo, maíz, sorgo y criar animales como vacas, cerdos, ovejas y aves de corral. Poco a poco y con el esfuerzo de ambos lograron acrecentar su economía familiar. Con el correr de los años la pareja tuvo diez hijos y la alegría familiar seguía intacta. Cierto día uno de los hijos, el menor llamado Guido, salió a cabalgar como lo hacía todos los días, pero su querido y amado caballo le jugó una mala pasada porque se abalanzó cayendo sobre el cuerpo del muchacho, quedando éste muy mal herido, casi muerto. Rápidamente lo llevaron al hospital, pero pasaban los días, las semanas y los médicos no notaban mejoría. Su madre sumamente desesperada caminaba por los pasillos rezando por ver mejor a su hijo. Fue tanta su desesperación que decidió prometerle a la Virgen que, si Guido se salvaba, todos los años para el día de su nacimiento, el 8 de septiembre, iba a hacer celebrar una misa en Acción de Gracias por la salud de su hijo. Para sorpresa de todos, el chico comenzó a tener una leve mejoría. Estaba ocurriendo el milagro que Esterina, la mamá, tanto le había pedido a la virgen. Los médicos emocionados estaban en condiciones de afirmar que Guido regresaría a su casa en poco tiempo. Al llegar a su vivienda, la madre comentó a la familia la promesa realizada y fue así como comenzaron las misas anuales en su casa, festejándose con el tiempo también en esa fecha el Día del Agricultor. Los primeros años era una celebración familiar, pero con el tiempo se

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fueron agregando vecinos y amigos y hoy, también, concurren al lugar los presidentes comunales de pueblos cercanos. La colonia recibe a todos ese día con gran regocijo, ya que allí se celebran bautismos, comuniones, confirmaciones y casamientos. Los preparativos se realizan en un galpón donde la familia guarda sus herramientas. Con anterioridad al 8 de septiembre se desocupa, se limpia, se pinta y se adorna para el evento. Se pone una mesa con un lindo mantel blanco que se transforma en altar y que usa el sacerdote durante la misa y una Biblia traída por Esterina desde Italia. Al finalizar la celebración comienza la cena a la canasta. Con la ayuda de los presentes, rápidamente se corren los bancos, y se arman tablones para compartir la comida. Hay música, charlas campestres, y un espíritu festivo que atraviesa los corazones de todos los pobladores de ese suelo provinciano.

Mario Alberto Loza 6º Grado. C.E.R. N° 414

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Les voy a contar la historia de mi escuelita rural y de lo que yo, Viki, siento por ella. Como escribí anteriormente, soy Victoria, aunque todos me dicen Viki, tengo 12 años y vivo en la zona rural del sur de la provincia de Santa Fe, en un lugar conocido como “Campo San Pedro”, llanura por excelencia, y es aquí donde comienza la historia de mi escuelita. Se fundó hace noventa y cuatro años sobre un predio de dos hectáreas y recibió el nombre de Escuela Fiscal N° 584. El establecimiento se creó por la necesidad de muchos colonos, la mayoría inmigrantes, de poder brindarles educación a sus hijos y por carecer de medios para su traslado al pueblo. Contaba con más de veinte alumnos que cursaban en dos turnos, y un maestro que vivía allí. La comunión entre los vecinos hacía que no solo se festejaran las fechas patrias en el lugar sino también el día de la madre, del padre, del agricultor, entre otros. Todos los niños que cobijó la escuela se hicieron hombres que mandaron a sus hijos a este mismo lugar buscando sabiduría y hermandad en sus aulas. La escuelita era un faro de enseñanza en medio de la pampa húmeda. Con el tiempo, las chacras comenzaron a despoblarse y la falta de alumnos desgraciadamente provocó el cierre de esta institución. Sus aulas quedaron vacías y su patio extrañó el juego y el griterío de los niños, pero como una madre, no se resignó y esperó nuevamente la llegada de sus hijos. Después de muchos años, nuevos alumnos llegaron a darle vida a ese espacio que los esperó ansioso y entonces la bandera volvió a flamear orgullosa en su mástil. Se reabrió el sitio con el nombre de C.E.R. N° 414 y fue entonces cuando en el año dos mil once empecé el jardín con mi seño Mariela. Asistir a una escuela de campo es bastante diferente al resto de los colegios. Estamos en un aula todos juntos, aunque cada grado aprende lo

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que le corresponde. La maestra explica a cada niño lo relativo a su curso mientras el resto aguarda su turno. Siempre lo hace con mucho cariño hacia nosotros ya que quiere obtener lo mejor que podamos dar. A veces los más grandes ayudamos a los más pequeños. Compartimos la merienda, cumpleaños, la vida diaria. Si vuelo con mi mente puedo recordar días de lluvia, a pesar del barro, igual llegábamos a clase ayudados por las familias y a veces también en el cuatriciclo con mi señorita; me divierte pensar lo embarradas que quedábamos. En este espacio educativo viví la mejor etapa de mi vida ya que con mis compañeros entre el llanto de las discusiones y las risas de las distintas aventuras realizadas obtuve el don de la amistad, el compañerismo y la sabiduría. Hoy estoy terminando séptimo grado y puedo expresarles, ya casi con nostalgia, que transitar por una escuela rural te llena el alma de emociones y te grava a fuego en el corazón cada momentito de los años allí vividos.

Victoria Domizioli 7° Grado. C.E.R. N° 414

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Había una vez una niña llamada Sofía que vivía en el centro de Buenos Aires y soñaba con conocer toda la provincia de Santa Fe, le intrigaban sus costumbres y lugares. Entonces le comentó a sus padres y ellos le dijeron que si al terminar sus estudios iba todo bien la dejarían hacer ese viaje. Ella le dedicó horas y horas a sus estudios y logró notas altas. Es allí donde comenzó su gran aventura; con los pasajes en mano, su bolso, y un cuaderno donde guardaría todas sus notas y anécdotas del viaje. Su recorrido empezó por Rosario donde conoció el Monumento a la Bandera, el planetario y se asombró con el imponente río Paraná, que cruzando en pequeñas embarcaciones llegaban al alto delta. Desde allí conoció el puente Rosario – Victoria, y así, en su viaje siguió conociendo los distintos departamentos de Santa Fe; llegó a General López, donde se encuentra la famosa Laguna de Melincué, allí supo que ese lugar lleva su nombre por un cacique que se llamaba Melin y su hijo Cué que fueron asesinados por otros indios; esta historia atrapó a Sofía. A su regreso comentó su viaje, quedó muy sorprendida por sus lugares y costumbres.

Narela Mancinelli 6º Grado “B” Escuela Nº 212

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Había una vez una chica llamada Sofía Vollenweider. Ella estaba perdida en el medio del campo y a lo lejos vio un ferrocarril, se fijó en su monedero y tenía poco dinero. Decidió entrar a la estación y comprar unos pasajes baratos. Se fijó y le alcanzaba para viajar a Melincué. Cuando llegó solo vio árboles y una laguna, se encontró con Cué que era el hijo del cacique Melin. Sofía le preguntó cómo llegar a Los Quirquinchos y él contestó que quedaba a pocos kilómetros. Melin decidió darle agua y dinero para viajar, y pudo llegar. Buscó y buscó y recordó que su hermana se llamaba Lidia y la encontró, Lidia también estaba sola y sedienta, le dio agua de la que Metin le había dado. Juntos se acordaron de la casa y fueron allí. Cuando Sofía la vio se acordó de su padre y le preguntó: ¿Sabes algo de nuestro padre? Su hermana dolorosamente le dijo que habla fallecido, pero Sofía tenía que seguir con su vida. Decidieron quedarse en la casa por un par de días e investigar sobre la muerte de su padre. Luego de una larga investigación supieron que su padre había sido asesinado, por los mismos indios que mataron a Melin y Cue.

Angela Fantasís 6º Grado “B” Escuela Nº 212

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Creo que más allá de la perspectiva individual de cada uno, la plaza es un lugar único. Este sitio reúne desde niños a abuelos, desde bebés hasta adolescentes. Y, sinceramente, creo que todos hemos estado alguna vez en nuestras vidas, en una plaza. En mi pueblo, hay varias plazas, pero yo voy a hablarles particularmente de una. La del centro, la plaza de la Iglesia, aunque todos los habitantes de María Teresa somos conscientes que esta plaza no posee una iglesia en ella, sino que se encuentra frente a una. Este lugar está lleno de magia. En él, se pueden apreciar desde los amaneceres más espléndidos hasta los atardeceres más esperanzadores. Posee un Monumento a la Madre, arbustos con jugosas moras y árboles llenos de flores, el pasto es tan verde que parece que estuviese pintado. Los caminos, a pesar de ser algo antiguos, tienen cierto encanto. Poseen años de historia, que ningún otro pedazo de cemento en los alrededores podría igualar. Uno de los recuerdos que guardo desde pequeña, es estar con dos de mis amigas, andando en mi bicicleta. Por ese entonces yo no sabía “andar sin manos”, lo intenté, me caí y me lastimé la barbilla. Y lloré. Pero hoy lo recuerdo y me ahoga la risa, así que sí, muchas historias tuvieron lugar allí. Al igual que tuvieron lugar amistades, rupturas, ideas y juegos. Mágico, ¿lo ven? Recuerdo que, de pequeña, la plaza era mi lugar mágico, un espacio secreto. Allí vivían mágicas hadas y traviesos duendes. Cuando fui creciendo, me di cuenta de que la plaza tenía sus propias hadas y duendes, en carne y hueso. Chicos y chicas, que, como yo, iban creciendo, y ya no jugaban a las escondidas o a la familia, sino que estaban ocultos dentro de sí mismos, y que ese grupo de amigos eternos, eran su familia, que no necesitaban imaginar una. También me acuerdo de ver a “los más grandes”, que, desde el punto de vista de una niña de ocho años, eran dioses, tomando mates, carcajeándose hasta quedarse sin aire. Sí, lo recuerdo muy bien. Porque lo que más me impresionaba de ellos era su valentía, sí, vamos, ríanse, pero siempre tuve mucha vergüenza, y ellos ahí, tan felices, gritando y riendo mientras todo el mundo los miraba, sintiéndose libres, sin que nada les importe. Sí, que envidia. No puedo asegurar que se hayan dado cuenta, pero todo el relato estuve hablando sobre una sola persona. Sobre mí, sobre cómo veía, y veo, el mundo como una niña. Porque, seamos sinceros, es aterrador ver la escasa

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cantidad de hechos diferentes que suceden a nuestro alrededor, mientras que nosotros sentimos que estamos en constante estado de cambio, caerse, llorar, levantarse y vuelta a empezar.

Carmela Pérez 7º Grado. Escuela Nº 6225

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Zoe era una chica especial, ella era famosísima por subir las mejores fotos a su instagram. Vivía en una gran ciudad, con cinco mejores amigas, todo estaba más que bien, hasta que un día todo cambió. Llegaban las vacaciones de verano y tuvo que irse a un pueblo muy chiquito en el sur de la provincia de Santa Fe. Mientras paraba en la casa de su abuelo, Zoe salía a pasear durante las tardes. Un día como todos, mientras caminaba, se detuvo a mirar su celular, se puso muy nerviosa porque sus seguidores estaban bajando. Entonces, fue cuando se le ocurrió una idea. Llamó a todas sus amigas, una por una, Mora, Sofía y Lara no tardaron en responder y aceptar el trabajo, pero en cambio Cata y Diana tardaron un poco más, pero al fin aceptaron. Unos días después, cuando llegaron las chicas, empezaron con la producción, imaginaron que habían vivido hermosas vacaciones en la playa. Lara era la fotógrafa, Diana la decoradora del fondo de las fotografías, Mora se encargaba de la ropa, Cata era maquilladora y Sofía hacía los detalles en las fotos. Las chicas estuvieron cinco días preparando la sesión, las fotos habían quedado increíbles, pero Zoe no estaba muy conforme con el trabajo y la gente parecía que tampoco. Después de mucho pensar, la protagonista de esta historia y sus amigas se dieron cuenta que lo más importante no era gustarle a la gente, descubrieron que ellas debían ser felices sin importar lo que digan u opinen los demás. Las chicas decidieron que iban a aprovechar lo que les quedaba del verano al máximo. El nuevo plan era restaurar un edificio abandonado. Comenzaron muy entusiasmadas, pero sabían que no iba a ser nada fácil. Imaginaron hacer un gran escenario donde pudieran hacer lo que a ellas más les gustaba, bailar, decoraron todo el edificio con colores, armaron una cocina, reciclaron los baños, ambientaron un subsuelo para que se usara como vestidor y un lobby soñado con un estilo cálido y divertido. Lo llamaron “C.C.C: Centro Cultural Comunal” ya que la función que iba a cumplir era tener un espacio en el pueblo para todo tipo de actividades culturales.

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Zoe, Mora, Sofía, Diana, Cata y Lara decidieron quedarse en el pueblo y llevar adelante el gran emprendimiento que habían comenzado, el Centro Cultural Comunal fue un gran éxito en la zona, cada año se armaban distintas galas que iban desde teatro hasta galas de danzas de todo tipo.

Guadalupe Caporalini 7º Grado. Escuela Nº 6225

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En el año 2011 sobre la confitería “Enigma”, que era propiedad de mi tío y dos compañeros más, se comentó que había duendes… ¿Por qué? Resulta que cuando los dueños dejaban las cosas ordenadas de una forma, al volver, las encontraban exactamente al revés y no sólo eso…también encontraban huellas. Tras días de pensar y buscar una explicación, llegaron a una conclusión: que los duendes vivían en el sótano. Cuando escuchamos eso, sin que nadie se dé cuenta y para sacarnos la duda, allí fuimos con mi hermano y encontramos botellas rotas y dibujos en las paredes que llegaban hasta la barra. Fue entonces cuando nos miramos y dijimos: - ¡Qué bien pensado que está el nombre de este boliche! - y salimos corriendo.

Juan Ignacio Picapietra 6º Grado “A” Escuela Nº 6225

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Hace mucho tiempo en un pueblito de 3.000 habitantes llamado María Teresa, en el que había calles de tierra, descampados y animales pastando a toda hora... Bueno, en ese pueblito, sucedió esta historia… En la calle Esperanza Nº 258 vivía, en una casa abandonada, una señora llamada Cecilia. A Cecilia todos los vecinos le tenían miedo. Un día la vecina de al lado escuchó unos ruidos muy extraños, horripilantes y misteriosos; esos ruidos parecían los de una persona atada, con la boca tapada, tratando de pedir ayuda. Intrigada, como toda vecina, ésta decidió ir hasta la casa de Cecilia, golpeó la puerta, pero tardaba mucho tiempo en atenderla, golpeó varias veces hasta que la mujer la atendió y por una ventanita muy pequeña le preguntó: - Sí, vecina… ¿qué necesita? – - Me acerqué porque escuché ruidos y gritos que venían de esta casa, y quería saber qué pasaba- respondió temblando de miedo la vecina. - Nooooooo, no nada es el grabador que lo tengo en volumen muy alto - aseguró Cecilia con voz decidida. - Pero…peeerooo…. ¡eran gritos! - insistió la vecina. - ¡Le dije que NO, que en mi casa está todo más que tranquilo! - gritó, fuera de sí, Cecilia. Cuando la vecina se estaba yendo a su casa escuchó otra vez gritos, muy desesperada y sin saber qué hacer decidió llamar a la policía para ponerlos en aviso.

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A los pocos minutos se hizo presente la policía para interrogar a Cecilia. Entraron a la casa y comenzaron a observar y a revisar las diferentes partes. Cuando entraron a la habitación de Cecilia encontraron una chica de unos veinte años atada y amordazada en una silla. Los policías, confundidos por el hallazgo, detuvieron a Cecilia, la llevaron a declarar a la comisaria y liberaron a la joven. En el momento de declarar Cecilia contó que ella era una mujer sola y que había sufrido mucho en la vida, por eso había realizado este acto tan aberrante, porque nadie quería ir a su casa a visitarla, porque todos temían a esa casa, pero se justificó diciendo que ella era una mujer muy buena y que sólo quería tener muchas amigas...pero no sabía cómo lograrlo. La policía tomó las declaraciones de la mujer y le propusieron ir a disculparse con la familia de la víctima contándole la realidad. Días después esta chica fue a la casa de Cecilia y juntas limpiaron, acomodaron, plantaron flores, decoraron árboles…a tal punto que convirtieron la casa de la calle Esperanza al 258 es un hermoso hogar lleno de colores y alegría al que ya nadie le tenía temor.

Eugenia Tonsich 6º Grado “B”. Escuela Nº 6225

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La historia que les voy a contar sucedió hace mucho tiempo, en una ciudad llamada Firmat, al sur de la provincia de Santa Fe. Allí, se encontraba una pequeña placita, muy particular, donde las familias, todos los domingos de sol, llevaban a sus niños a jugar, mientras compartían charlas, mates y algo rico para comer. Un buen día, un señor, llamado José, mientras disfrutaba de unos mates y un solcito muy acogedor, vio que una de las hamacas se movía como si alguno de los niños se estuviese hamacando. Al principio, pensó que podría ser el viento, pero… ¡No! Ya que no había, ni se movía una hoja. Después de esto… ¿Qué creen que pasó? Pasó que en pocos días la noticia llegó a cada rincón de la ciudad, a los pueblos y ciudades vecinas, todos sabían del hecho y trataban de dar explicaciones del porqué sucedía. Muchas personas pudieron apreciar que lo que había dicho José era cierto. La pequeña placita se llenó de periodistas de la zona que vinieron a hacer reportajes, ver el lugar, sacar fotos y filmar. Por esto las autoridades locales decidieron cercar la hamaca. Pasaron algunas semanas, hasta que un anciano, contó que hace muchos años, en ese lugar, un pequeño niño perdió su vida en un accidente y que el alma de ese niño está ahí. Otros dicen que esa era su hamaca preferida y que por eso lo llaman “el niño fantasma”. Todavía hoy, los comentarios siguen vigentes y por supuesto con su vaivén. Créase o no, yo por las dudas, no voy más a ese lugar.

Franco Estela 7º Grado. Taller de Producción Séptimo Lector 181


Hola soy Romanela Gutierrez y esta es mi historia. Todo pasó un día de verano, yo estaba de vacaciones con mi familia en la laguna de Melincué, al sur de la provincia de Santa Fe. Todo era muy lindo, estábamos en un hotel precioso, el Hotel Balneario Melincué, el cual sigue estando, pero en ruinas luego del acontecimiento que les voy a contar. Era sábado, la laguna estaba llena de gente, el hotel estaba en su mejor momento, todos los niños disfrutaban del tobogán de agua, cuando de pronto el cielo se volvió negro, lleno de nubes oscuras, Entonces todos los que estábamos allí, salimos corriendo a refugiarnos en nuestras habitaciones. Pero nada malo pasó, más allá de dejar la diversión de lado por un rato. Al otro día salió el radiante sol y hacía más calor que los otros días, eso quería decir que hoy podríamos disfrutar de las vacaciones. La laguna nuevamente era un mundo de gente, el hotel al igual que la laguna estaba lleno. Nosotros nos íbamos ese mismo día, pero había algo que nos preocupaba a mi familia y a mí. Mi hermanito Martín no estaba por ningún lado, lo buscamos por todos los rincones, pero no lo encontramos. Nuestro colectivo ya se estaba por ir cuando el cielo volvió a ponerse negro. Toda la gente se volvió a asustar. Nosotros seguimos buscando a Martín. En eso la tormenta se desató, nosotros corrimos a refugiarnos con la esperanza de volver a ver a mi hermano. Nos fuimos alejando poco a poco de la laguna, nos resguardamos en algo que parecía un restaurant “Parrilla Miller”. La tormenta fue muy fuerte, tanto, que llegó a inundar el hotel donde estábamos. Quedamos muy asustados y yo presentía que no volvería a ver a mi pequeño hermanito.

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Y así fue. Hoy tengo veintiocho años. Nunca más supimos de él. El hotel que les nombré está bajo el agua. Todos mis recuerdos quedaron allí, en ese pueblito del sur de Santa Fe. En el fondo, todos en mi familia, tenemos la esperanza de que Martín siga en ese pueblo esperando que regresemos.

Lucía Píccolo 7º Grado “A”. Taller de Producción Séptimo Lector

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Según la leyenda, una niña llamada Melincué vivía con sus padres en una humilde casa a orillas de una pequeña laguna con muy poca agua. Ella era muy buena, obediente y muy fuerte. A los nueve años ya sabía cuidarse sola, ya que sus padres pasaban todo el día trabajando para el bien de su familia. Un oscuro y muy triste día, los padres de Melincué fueron a pescar a esa pequeña laguna en un bote, pero no fueron conscientes de que una gran tormenta iba a venir e iba a arrasar con todo ahí. Desafortunadamente sus padres fallecieron. Desde ese momento, Melincué iba todos los días a esa pequeña laguna y lloraba y lloraba de tristeza. A medida que lo hacía más grande se volvía la laguna. Ella pasó parte de su vida llorando a la vera de ese espejo de agua hasta que falleció en ese mismo lugar. Unos días después los trabajadores del pueblo la encontraron y le pusieron a la laguna “La Laguna de Melincué” en su nombre y desde entonces ese nombre permaneció hasta ahora.

Mora Crevacuore 6º Grado. Escuela Nº451

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Hace tiempo, a orillas del río Paraná, vivía el investigador Mc. Pato. Un día, común y cualquiera, a eso de las ocho AM, pasó algo trágico para la señora Surubí. Alguien había robado su hermosa y brillante perla familiar. Por eso es que rápidamente llamó al detective Mc Pato. - ¡Ohhh, detective, venga rápido! ¡Han robado mi perla familiar! Sin pensarlo dos veces, el detective fue a la escena del crimen. Cuando se encontraba en el lugar comenzó a hablar con la víctima, la señora Surubí. Ella le comentó: - Estaba volviendo de mis charlas matutinas con Don Dorado y fui a abrir el cofre donde tengo guardada mi perla y no había nada. Busqué a los Gansos para que me ayuden a encontrarla y no la pudimos localizar. Luego se me ocurrió llamarlo a usted para que haga lo necesario para encontrar mi preciado tesoro y resuelva este misterio. El detective fue a hablar con los Gansos, que era la policía del lugar. Ellos le comentaron que había un testigo que decía saber quiénes estaban merodeando la casa de Doña Surubí a la hora de los hechos. Estaban el Sr. Peludo, el Sr. Hornero, la señora Cisne, el Yacaré y el Yaguareté. El detective comenzó la investigación haciendo algunas preguntas, a los posibles testigos: ¿Qué hacían en el lugar? Y ¿Cuáles eran sus coartadas? El hornero le dijo: -Yo estaba juntando barro, porque la tormenta le hizo un agujero a mi casa y tenía que taparlo.

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Luego siguió el yaguareté que dijo: -Yo estaba durmiendo. Pero me desperté muy sobresaltado por algo, no sé qué era; se metió rápido en el agua y creo, que llevaba algo. Pero, lo siento detective, no tengo idea de quién era. Luego le tocó el turno a la Señora Cisne, que manifestó: -Yo estaba dando una vuelta por el río y escuché un grito. Era la Señora Surubí y fui a consolarla y ver qué pasaba. Ella estaba muy triste, por lo que le habían sustraído. Pero eso fue todo. Y por último, pero no menos importante, comenzó su relato el Yacaré: -Yo estaba caminando hasta que algo muy rápido, pasó por mi camino y por un momento, algo que él traía, me encandiló y no pude ver quién era, sólo una gran luz muy brillante. El detective Mc. Pato se puso a pensar y, como él era muy detallista, pensó que una perla brilla mucho, así que el culpable debe ser quien pasó por delante del Yacaré. Para corroborar las declaraciones decide ir a ver la casa de los Horneros; comprueba que hay barro fresco, efectivamente, que coincide con la coartada del Hornero. Saca un poco de barro y distingue una luz; así que le pega un picotazo a la parte húmeda de la casita y ve que hay una habitación secreta. Mc. Pato se preguntó ¿para qué querría el hornero una habitación secreta? Agudiza la vista y ve que allí estaba la perla.

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El detective intenta atrapar al Hornero, pero éste escapa. No llega muy lejos, porque un Ganso que estaba cerca logra atraparlo. El detective Mc. Pato se lleva la perla para devolvérsela a la Sra. Surubí. En cuanto al Hornero, pasó un largo tiempo en prisión por codicioso.

Vicente Oderda 6º Grado. Escuela Nº451

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Don Bartolomé vivía en un campo a orillas de la curva, antes de llegar a Wheelwright, a unos siete kilómetros, era el menor de tres hermanos. Sus padres eran inmigrantes italianos que habían llegado muy jóvenes a conquistar estas tierras. Se dedicaban a la agricultura y a la ganadería. Y Don Bartolomé se crió ayudando a sus mayores. En esa época las calles eran de tierra. Él y sus hermanos se trasladaban en sulky a la escuela, estudió hasta cuarto grado y era rapidísimo para los cálculos mentales. Luego dejó los estudios y se dedicó al campo. Creció hasta que conoció una chica de su localidad. Se enamoraron y se casaron. Nacieron dos hijos, Susana y Carlos y yo soy la nieta de ella. ¡Qué alegría me da saber que mis antepasados recorrieron estas calles que hoy tránsito y que estudiaron en la escuela a la que yo concurro! Me emociona conocer un poquito de esta historia. La de mi bisabuelo llamado Bartolomé.

Sofía Bonvecchi 6º Grado. Escuela Nº451

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El mes de agosto comenzaba y en el pequeño pueblo de Wheelwright todo cambiaba. En ese mes todo se transformaba mágicamente. En agosto brotaba en sus calles y en su gente la alegría, la amistad, la solidaridad. Néstor, Beto, Lugui y Carlos eran cuatro hermanos que vivían en ese tranquilo pueblo y junto a sus amigos y amigas esperaban ansiosos ese mes tan especial para ellos. Cuando agosto llegaba, salían de la escuela y se iban en bicicleta hasta la iglesia porque, era ahí, donde todo sucedía. En esos días, bien temprano, llegaban al pueblo los campesinos en sulky con algún peón y los comerciantes más importantes, con algún empleado, todos con mucha energía, dispuestos para el trabajo, se reunían en la puerta de la iglesia y se ponían bajo las órdenes del cura párroco que era el organizador. Todos comenzaban a trabajar cantando hermosas canciones y al compás del martillo levantaban, poco a poco, una inmensa carpa. El cura siempre les decía: - “Todo debe estar listo para el 15 de agosto”. Es que en Wheelwright el 15 de agosto es el Día del Pueblo y en esos años las fiestas patronales eran tan importantes que los festejos duraban cuatro días. Los cuatro hermanos, con sus amigos, colaboraban en el armado de los fuegos artificiales y las chicas organizaban las kermeses. El 14 de agosto llegaban al pueblo artesanos y vendedores ambulantes que decoraban la plaza central con sus puestos bien coloridos. Esa noche comenzaban los festejos en la carpa con una gran cena y baile popular. El 15 de agosto era el día más importante, era feriado local y, por lo tanto, los chicos no tenían clases y ningún papá iba a trabajar, los comercios cerraban porque todo el pueblo iba a los festejos patronales. Ese día llegaba gente de todos lados, los chicos se vestían con sus

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mejores ropas y todos concurrían a la procesión por las calles del pueblo que encabezaba la Virgen de Luján. La procesión era animada por la Banda de Firmat. Después, en la carpa, se hacían espectáculos musicales, juegos de kermés, se presentaban artistas zonales, todo bajo la conducción y animación del conductor de un programa radial del momento, “Los Ruscolitos” de LT8 de Rosario. Los hermanos y sus amigos aprovechaban ese día para invitar a las chicas a tomar chocolate y comer churros mientras miraban los espectáculos. Cuando la noche caía se encendían los fuegos artificiales que habían preparado los chicos. Era un espectáculo hermoso… el pueblo se iluminaba, brillaba. Luego volvían a la carpa porque comenzaba el baile que duraba hasta muy tarde. Todos bailaban, chicos y grandes… todos se divertían. El 16 y 17 de agosto se realizaban las carreras de bicicletas y las de embolsados y los cuatro hermanos con sus amigos y amigas participaban en ellas; también había torneos de truco y chinchón. Por la noche, otra vez baile. Esos días de agosto eran hermosos, inolvidables, mágicos. Wheelwright brillaba, y se transformaba en la capital de las fiestas patronales. Los años pasaron y muchas cosas cambiaron, pero Wheelwright sigue siendo un hermoso y pequeño pueblo. En el lugar donde levantaban la carpa, hoy hay un enorme Gimnasio Parroquial que hizo la gente del pueblo bajo las órdenes del cura párroco. En el pueblo quedaron dos hermanos, Néstor y Carlos, que se siguen juntando todos los días con sus amigos, ya no son niños, no corren carreras de bicicletas o embolsados; ahora son abuelos y cuando llega el mes de agosto sus viejos ojos brillan, sus miradas rejuvenecen, sus voces se transforman, porque mientras toman mate bajo el calor de una estufa, brota en ellos el recuerdo de cómo su pequeño pueblo y sus habitantes brillaban mágicamente durante cuatro días en agosto.

Mía Tavani 6º Grado. Escuela Nº451 190


Nací en tierras santafesinas,

Por William Wheelwright, su nombre,

allá en el sur de la provincia,

el ferrocarril fue su inicio.

entre gauchos y campesinas,

Su gente puso el trabajo,

en plena llanura y entre lagunas.

tanto la mujer como el hombre.

Vacas, cerdos y gallinas.

Calles, plazas y veredas.

Huevos, soja y trigo para harina.

Casas, clubes y escuelas.

Horneros, gorriones y palomas,

Hoy mi pueblo es más grande,

mucho verde de plantas y aroma de sus flores.

con más de cien años de historia.

Matías Biancotti 6º Grado. Taller Literario “Imagina” Biblioteca Popular M. Lainez

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Cecilia era una niña muy tímida, no podía decir lo que sentía porque le daba mucha vergüenza y en una ciudad como Rosario pasaba desapercibida. Todo esto cambió el día que Cecilia tuvo que mudarse a un pequeño pueblo al sur de la provincia de Santa Fe. Wheelwright, es un pueblito de casas bajas y gente muy amable, muy distinta a la ruidosa ciudad. Un día, de casualidad, encontró un cartel que decía “Club de Canto”, decidió anotarse y descubrió, con mucho asombro, que las canciones expresan sentimientos. Así fue que Cecilia empezó a escribir y cantar sus propias canciones y se hizo famosa. Inspiró a muchas personas y al país. Su historia fue tan popular que las máximas autoridades nacionales decidieron declarar a Wheelwright “Capital de la Música”. Después de todo, las canciones son otra forma de expresar los sentimientos, pero sin duda, es la más linda.

Julieta Derrábano 6º Grado Taller Literario “Imagina” Biblioteca Popular M. Lainez

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Era de noche. Hacía frío y estaba anunciado lluvia con fuertes tormentas… Mathías estaba llegando a su casa cuando comenzó a llover muy fuerte. Corrió y entró a su casa donde lo aguardaba su mamá Marcela y su hermana Antonia. Mientras preparaban las cosas para cenar, Antonia le dijo a su mamá y a su hermano que la tormenta estaba volviéndose peligrosa. Cuando estaban por irse a dormir, vieron que por debajo de la puerta entraba agua, mucha agua… Entraron en pánico, miraron por la ventana y su querida laguna se estaba desbordando por la crecida del agua, las calles eran un desastre natural. Pasaron los días y bomberos de distintos lugares fueron a ayudar. Las calles de Melincué estaban colapsadas de agua. Todos estaban muy tristes y siguieron estando así por mucho tiempo. A un par de amigos se les ocurrió ir de pesca una de las noches de inundación. Su balsa no resistió a la fuerte tormenta y se hundió. Una persona los vio y llamó a los Bomberos, pero lamentablemente murieron las dos personas y no pudieron encontrar los cuerpos. Los días pasaron, la lluvia no cesaba. Los rescatistas y bomberos de distintas zonas ayudaron colocando bolsones de arena alrededor de la laguna, también muchas personas, como la familia de Mathías, pusieron los bolsones en sus puertas para evitar que el agua ingrese.

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Cuando la tragedia acecha pensamos que la calma no llega nunca, pero hay un momento en que sale el sol y fortalece la esperanza de seguir viviendo y manteniendo las raíces, juntando fuerzas.

Benicio Jacquelin. 6º Grado. Taller Literario “Imagina” Biblioteca Popular M. Lainez

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Estos jóvenes uruguayos vinieron de gira a Argentina ya que en las redes son muy virales. Llegaron al hotel donde descansaron para su concierto que era en el estadio cubierto de Newell’s. Pero quisieron salir a explorar ya que un amigo, que era de Santa Fe, les había dicho que era muy lindo. Pasaron por el Monumento a la Bandera y entraron. Les encantó. Siguieron caminando y se encontraron con un edificio con forma esférica, les llamó la atención y entraron. Descubrieron lo lindo que era el Planetario. A todo esto, ya era el mediodía y aprovecharon para comer a orillas del río Paraná. Como a Mathías le gustaba mucho el fútbol preguntaron por la cancha de Rosario Central, pero le indicaron mal y se perdieron. Entonces empezaron a caminar. Caminaron, caminaron y caminaron. Luego Federico tuvo una idea, llamar a los integrantes del equipo, pero nadie les contestó. Así que en un colectivo se fueron a San Lorenzo, donde vivía un amigo. Con todo esto se les pasó el show. Su amigo los llevó a conocer el Campo de la Gloria donde aconteció la famosa Batalla de San Lorenzo. El equipo se desesperó y comenzó a buscarlos. Preguntaron y se fueron a San Lorenzo. Allí los encontraron, tomaron un colectivo, pero leyeron mal el cartel. El mismo decía “San Lorenzo – Melincué”. Cuando se dieron cuenta que estaban tardando mucho, era tarde, ya habían llegado a un lugar con una laguna enorme. Bajaron. Comenzaron a preguntarle a la gente y les dijeron que ese lugar se llamaba Melincué, que tenía una laguna que hacía poco se había inundado. 195


Pasaron la noche en un hotel. Al otro día se comunicaron con el amigo de San Lorenzo, Jesús. Él en unos días iba a ir a un pequeño pueblo llamado Wheelwright, ahí iban a tener un lugar donde descansar. Cuando llegaron a Wheelwright, durmieron en la casa de los amigos de Jesús. Al otro día pasearon por el pueblo. La gente del pueblo le contó la historia de Wheelwright, que el pueblo nació por el ferrocarril y se llamaba así porque el Ingeniero a cargo de la construcción se llamaba Willian Wheelwright. Como les gustó mucho la tranquilidad del pueblo decidieron comprar una casa y llamaron a todo el equipo de trabajo para que fueran a vivir a este pueblo.

Gaspar Frean 6º Grado Taller Literario “Imagina” Biblioteca Popular M. Lainez

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“Dedicado al Club Atlético San Lorenzo de Ambrosetti” Empieza el campeonato,

de hinchas que arman

Luego de muchos partidos

las rutas y calles estallan

olas de fiestas.

dos equipos llegan a la final

porque llegan las hinchadas a alentar a su equipo.

a cumplir su sueño ¡Qué alegría!

y el campeonato ganar.

Hicieron un gol, Los jugadores en los vestuarios

el jugador muy contento

Con una gran ovación

sus cosas preparan

lo gritó con emoción.

el equipo campeón

y en las camas descansan ansiosos pensando la jugada.

a su pueblo llegó Terminó el partido

y para su gente la copa ganó.

y un equipo ganó, Llega la hora del partido,

al vestuario se dirigió

las tribunas repletas

con una gran emoción.

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Valentino Yost 7° Grado. Escuela N° 6129


Los jugadores vienen

comenta lo sucedido.

en su gran colectivo,

Cantalo, cantalo, canta...

van entrando al estadio

se escucha al relator

a jugar el partido.

porque casi un jugador por poquito realiza un gol.

Las bombas suenan, los hinchas aurinegros alientan

Es el último minuto,

la gente en sus casas

van empatando

con ansias esperan.

logran hacer una jugada y mi equipo aurinegro ha ganado.

El árbitro da la orden, comienza el partido, el relator con ganas

Aron Krat 6° Grado. Escuela N° 6129

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Empieza otro día de trabajo

Me voy derecho al maizal

como muchos otros días,

donde están cosechando,

lo empiezo con el mate

está mi amigo el Nando

bien amargo como me gusta.

manejando la trilladora.

Tengo que hacer arrancar el tractor

Así cumplo con mi labor diaria

para salir al campo,

en el campo del patronal,

enganchar el mixer

me subo de nuevo al tractor

y alimentar a los animales.

para irme derecho al rancho.

Me bajo del tractor

Estoy en la casa con mi vieja

reviso los boyeros,

bien limpio para cenar,

arreglo los corrales

porque después de descansar

y encierro los animales.

tengo que volver a trabajar.

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Valentino Zamora 7° Grado. Escuela N° 6129


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… Siempre que vamos de vacaciones con mi familia, a los recepcionistas de los hoteles les llama la atención el nombre de mi Colonia, Monte Oscuridad, y me preguntan con cara de asombro: _ ¿Dónde está situado ese lugar? Yo les comento que mi Colonia está ubicada a 23 km. al oeste de la ciudad de Suardi y pertenece a la provincia de Santa Fe. También les digo que estamos a 5 km. de la tan conocida Laguna Mar Chiquita. El lugar donde vivo provoca en aquellas personas una gran curiosidad por saber cómo es. Les digo, que, si bien no tenemos un centro urbano, contamos con una comuna; una comisaría; tres escuelas primarias, y una de ellas, a la que yo asisto, también tiene nivel inicial y nivel secundario. En realidad, mi escuela, es la escuela de mi familia, porque somos la tercera generación que vive en este lugar y ha asistido a esa escuela. Desde mi bisabuelo, abuelos, hermanos de mis abuelos, mi papá junto a sus hermanas, mis hermanos y yo, todos formamos parte de ella. Es conocida como la escuela de Perlo, ya que mi bisabuelo donó el terreno para construirla. También tenemos un club donde se practica fútbol y podemos jugar campeonatos y torneos amistosos y así compartir buenos momentos con otros grupos de chicos. En verano disfrutamos de la pileta. Además, hay un playón donde se pueden realizar distintas actividades. Luego me preguntan a qué nos dedicamos; entonces respondo que mi familia se dedicó siempre a la lechería y a la agricultura, que junto a la ganadería son las principales actividades de la zona.

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Algo que intriga mucho a la gente es por qué se llama Monte Oscuridad. Y cuando me preguntan, respondo que, indudablemente, el origen del nombre se debe al escenario geográfico, ya que estas tierras estaban ocupadas por montes de gran magnitud y espesura, con follaje compacto que prácticamente impedía el paso de los rayos solares, de ahí el nombre de “Monte Oscuridad”. Para que conozcan un poco más, les cuento de las costumbres de mi Colonia: su Santo Patrono es San Juan Bautista. En su honor, el 24 de junio de 1970, fue inaugurada una capilla, construida con aportes de los vecinos; desde entonces, todos los años, cada 24 de junio, se preparan las fiestas patronales en las que se organizan distintas actividades como procesión, misa, juegos para los chicos, cena, entre otras cosas. Así, todos disfrutamos de este día festivo. Una de las costumbres más destacadas que tienen los habitantes es encender una fogata en honor al santo, el día 23, a la entrada del sol; algunos prenden gomas en lo alto de los molinos para que se vea a la distancia. Mi familia todavía lleva en su sangre esta tradición y todos salimos a buscar ramas, gomas, bidones, cartón, para que cada 23 de junio se encienda la tan tradicional fogata de San Juan. Muchos me preguntan: _ ¿No te aburrís de vivir en el campo? Porque es como que vivís alejado de todo, sin posibilidad de divertirte, relacionarte, compartir, crear… Sin dudar enseguida contesto: _ ¡Eso no es así! A mí me pasa eso cuando voy a pasear a la ciudad… ¡Ahí sí que me aburro! Hoy el campo nos brinda casi las mismas oportunidades que el pueblo, ya que a todos nos interesa progresar y desarrollarnos como la Colonia trabajadora que somos. Según relatos de mi abuelo y mi papá, hace unos años atrás, no había tantas comodidades como hoy, por ejemplo, había familias que utilizaban el farol para tener luz en la noche; otras tenían un generador. Hoy en día, contamos con electricidad, internet, televisión por cable, computadoras. Con todas estas comodidades, estamos en igualdad de oportunidades con respecto a la ciudad.

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Además, aquí realizo algunas actividades que en el pueblo no podría; a veces, cuando me levanto voy al galpón y si está mi papá, limpiamos, acomodamos, ordenamos y arreglamos las cosas que se rompieron; y si no está mi papá, yo invento algo necesario para los conejos que crío, les preparo la comida o les busco alfalfa. Aquí disfruto más tiempo al aire libre, juego con los perros o los gatos y algunas veces, durante la tarde, vienen mis compañeros a jugar a las bolitas, a dar vueltas en bicicleta o a jugar al fútbol. Mi Colonia es parte de mí, y creo que, si en algún momento me tuviera que ir a vivir a otro lugar, sentiría pena y tristeza. Aquí soy feliz, porque es el lugar que eligió mi familia para crecer.

Facundo Perlo 6to Grado. Escuela Nº 461

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Un 19 de abril de 2007 nací yo, Evelin, en el hospital de Rafaela, la ciudad cabecera del departamento Castellanos. Viví en muchos lugares de la provincia de Santa Fe, Arrufó, San Guillermo y la zona rural de Suardi. Hoy vivo en Monte Oscuridad. Monte Oscuridad es una colonia, grande, o más bien chica, depende de cómo la mires. Lo que más me gusta de esta colonia es mi escuela, porque es pequeña. Mi seño, que nació en Monte Oscuridad, siempre dice que este lugar es gigante. Pero para mí no tanto; tengo pocos amigos, pero muy buenos, porque es sabido que en una escuela pequeña todos somos amigos. Jugamos, aprendemos, nos peleamos, corremos en el patio, si seguís corriendo sigue siendo campo, porque el patio de mi escuela nunca termina. El patio de mi casa también es puro campo, hay vacas, toros, terneros, caballos, gallinas, mis perros y mi gato Frijolito. Cuando sea grande voy a ser veterinaria, porque quiero cuidar de los animales y volver al campo, porque para ser veterinaria tengo que irme a estudiar a la ciudad; irse es triste, pero mi mamá dice que tengo que estudiar. Yo soy feliz así, con mi familia siempre unida. Y bueno, esta es mi historia, así sencilla, me llamo Evelin, vivo con mis padres y mi hermano; hago atletismo, me gustan los animales, estoy en sexto grado, en una pequeña escuela de Monte Oscuridad.

Evelin Aylen Montiel 6º Grado. Escuela N°6007

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Hay lugares llenos de misterios, y éste es uno que tiene más de 100 años… A unos kilómetros de la ciudad de San Cristóbal, provincia de Santa Fe, existe una estancia, la “Estancia San Cristóbal”, un lugar conocido por su importancia para la historia provincial y local, pero es aún más conocido, por los secretos que guarda. Nadie quería vivir en ese lugar, los ruidos que se escuchaban por las noches llegaban a toda la colonia, y las personas aseguraban ver fantasmas que caminaban por las galerías. Luego de muchos años, la familia Paredes se mudó al lugar, era una familia numerosa, estaba formada por Juan y Gabriela, y sus siete hijos, Daiana, Natalia, Pablo, Daniel, Gonzalo, Ezequiel, y Elián. Al llegar, quedaron asombrados por lo grande que era, el casco señorial de más de cien años de antigüedad, diez habitaciones, una suite, galerías abiertas, un quincho, cocheras, biblioteca, una pulpería con capacidad para treinta personas, lugar de encuentros y desencuentros y un enorme parque diseñado con características inglesas. Elián, el más chico de los hermanos, comenzó a recorrer el lugar. Llegó hasta la biblioteca, y comenzó a investigar, vio un libro que le llamó la atención, era el más grande y parecía el más viejo. Al sacarlo, con mucha dificultad, notó que se abrió una puerta secreta, que llevaba a una habitación, en ella se encontraba un cofre, pero para abrirlo necesitaba una llave especial, siete manos de diferentes tamaños. El niño escuchó a su mamá que lo llamaba a comer, y decidió volver después, pero antes le contó a sus hermanos para que lo acompañen y mostrarle lo que había descubierto. Más tarde se encontraron los siete frente a la puerta de la habitación secreta, guiados por Elián. Llegaron con temor; se reunieron alrededor del cofre y ubicaron las manos según su tamaño, y para su sorpresa el cofre se abrió.

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En su interior, encontraron una foto de los viejos dueños de la estancia, notaron que se parecían a sus abuelos cuando eran jóvenes. Al contarles a sus padres, éstos le relataron la verdad, esos jóvenes eran sus abuelos, quienes hace algunos años vivieron en esa Estancia, su abuelo era dueño de “La Forestal” una compañía que explotó los extensos bosques de quebracho que poseía la provincia. Su historia de vida fue trágica, ya que perdieron su vida en un incendio fatal. Las personas dicen que los ruidos que se escuchaban eran las risas y lamentos de estos jóvenes, que salían por las noches a recorrer la estancia. Desde ese día, no se escuchó nada y no se vio ningún fantasma, y sin más secretos, la familia Paredes vivió feliz para siempre.

Lautaro Acosta 6º Grado. Escuela Nº 922

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Hace 100 años atrás, llegaba a Santa Fe una familia de inmigrantes, había decidido mudarse a un lugar cercano a San Cristóbal; tenían tres hijos. Ese lugar tenía una hermosa estancia, con quincho, diez habitaciones, algunas con baño privado, y otras con baño compartido, galerías abiertas, cocheras, y una pulpería donde podían entrar treinta personas. Los niños estaban muy felices con su casa nueva. Luego de acomodar sus cosas, fueron a jugar al quincho, donde comenzaron a escuchar un ruido que venía desde abajo, donde estaban jugando. Fueron rápidamente a decirles a sus padres. Mamá y papá estaban asustados y llamaron a sus hijos para que vayan a dormir. Kevin, el más pequeño, estaba durmiendo y se despertó porque escuchó nuevamente aquellos ruidos escalofriantes. Se asustó y buscó a su padre que estaba en la pulpería. - ¡Papá, papá!, dijo Kevin, ¡escuchá!. Miguel, su padre, asustado, fue a investigar junto a él. Buscó la pala, y comenzó a cavar un pozo. Siguió cavando y cavando, hasta que encontró una puerta muy estrecha. Miguel no podía pasar, fue Kevin el que pasó por la puerta. Cuando llegó al fondo, vio algo brillante y lo tomó, era una botella. Al otro día, destapó la botella y encontró en su interior una carta con una llave. Miguel leyó la carta, y decía que en el quinto cuarto había una caja escondida la cual guardaba un gran tesoro que había pertenecido al dueño de la estancia y había fallecido en ella.

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Miguel tomó la llave y acompañado de su familia fue a abrir la habitación número cinco; luego de buscar un rato encontraron la caja escondida en una cámara secreta en un rincón del cuarto. Kevin tomó la llave y abrió la caja. Y ahí se encontraba el tesoro, un hermoso collar, el cual había pertenecido a la esposa del dueño de la estancia, y unas cuantas monedas de oro. Miguel y su esposa decidieron vender el oro, y conservan el collar. Con el dinero, decidieron tomar unas vacaciones familiares y visitar diferentes lugares. El primero que eligieron fue Cayastá, a los niños le gusta mucho pescar y ahí podrían hacerlo, ya que en el largo viaje en tren habían escuchado a dos hombres conversar sobre aquel lugar.

Aitana Lezcano 6º Grado. Escuela Nº 922

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Hace muchos años, cuentan los que lo vieron, que a orillas de una laguna llamada “La Verde” de Huanqueros, provincia de Santa Fe, habitaban los aborígenes Wiches y abipones, que vivían de la pesca, frutos y caserías. Un día de verano un grupo de amigos fueron de excursión a ese lugar; allí, antes de que se escondiera el sol, algunos armaron las carpas, mientras que otros hacían la fogata. Cuando llegó la noche se fueron todos alrededor de la fogata a contar mitos y leyendas, uno de ellos contó que cerca de donde estaban, había una tumba con los restos del indio Yamir… y que en ciertas noches se solía ver una luz que se movía de un lado a otro. A la hora de irse a dormir uno de ellos insistió para ir donde estaba la tumba. Cuando iban caminando con sus linternas se dieron vuelta, allí estaba la tumba de Yamir y vieron la luz de la que les contó su amigo; enseguida y sin decir nada, se fueron corriendo muy asustados a las carpas. Al llegar se metieron todos juntos en una carpa, estaban muy asustados y hasta el otro día no volvieron a salir. Cuando amaneció, a las cinco de la mañana, ya no estaban más allí…habían regresado a la ciudad de San Cristóbal; al llegar, enseguida, fueron a contarles a sus amigos y familiares, pero nadie les creyó y eso quedó como un gran misterio…

Agustín Junco. 7º Grado. Escuela Nº 922 212


Había una vez un puente llamado “Las Avispas”, debajo, vivía un señor llamado Juanito. Este hombre no tenía casa, entonces decidió vivir allí, él convivía con los animales los cuales para él eran sus fieles amigos. Un día iba pasando una nutria y Juancito le dijo: _ ¿Cómo anda Doña Panchita? - y ella le contestó: _ Bien, Juanito ¿Y vos? _ Estoy con mucha hambre y frío- respondió. Entonces Doña Panchita decidió hablar con los demás animales para ayudar a su amigo; por el camino encontró a la vaca Estrellita, le contó la situación de Juanito y Estrellita dijo que ayudaría con leche caliente. Luego, Doña Panchita habló con la araña Trini y ella le respondió que lo ayudaría con una manta tejida. Y así todos los animales decidieron ayudarlo.

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Llegó la noche, los animales se acercaron a Juanito; Doña Panchita hizo debajo del puente una cama de pasto, Doña Estrellita le dio su leche calentita, lo hicieron acostar y Doña Trini lo tapó con su manta. Todos los animales decidieron acompañar a Juanito esa noche, para que no pasara frío y todos juntos durmieron rodeándolo para darle calor.

Leandro Paiva 7º Grado. Escuela Nº 922

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Había una vez un niño llamado Juan, su abuelo trabajaba en el Ferrocarril de la ciudad de San Cristóbal. Los talleres ferroviarios eran edificios muy grandes, con techos aguados y muchísimos empleados. Uno de ellos fue elegido para ser jefe de soldadura, se llamaba Roberto Muñoz. En el taller de soldadura se reparaban los trenes y máquinas. En ese Taller también trabajaban Darío Ovejero, Florindo Torres y unos cuántos más que no conozco y otros que ya han partido en su tren con destinos distintos … A este niño le gustaba que su abuelo lo lleve a divertirse y a aprender de su oficio en los talleres. Cada vez que se reunían todos los trabajadores Juan acompañaba a su abuelo a los asados donde le contaban muchas historias. Un día el abuelo de Juan recibió un telegrama de despido y así perdió el trabajo de toda su vida. La ciudad de San Cristóbal ya no era la misma, se habían opacado los sonidos de la gente, sus charlas, sus vidas; habían perdido lo más apreciable y digno, su trabajo. Los talleres habían cerrado. Pero, a pesar de todo, Juan guardó en su corazón de niño a su abuelo y sus recuerdos. Y ahora se los narra a sus hijos…

Ana Paula Lara Nuñez 7º Grado. Taller Literario Comunal

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En aquel tiempo, allá por mil novecientos ochenta y tantos, se dice, transcurría la presentación de las obras más relevante de San Cristóbal en “La Casa de Cultura”; lugar emblemático, histórico y tenebroso, hoy en día; que le ha dado a muchas generaciones la posibilidad de tener un cine, un teatro, obras de una magnitud increíble y un poco de misterio. Hace ya muchos años que los sancristobalences no podemos, y menos yo, un niño de doce años, conocer y visitar ese lugar. Me llama la atención, quiero saber si lo que se dice es cierto; si es verdad que se escuchan voces y sonidos de orquestas repiqueteando por las noches… Fue ayer cuando me dispuse a revelar la verdad. Me fui con Maxi a la Casa de Cultura y sin que nadie nos viera, nos metimos por una de las ventanas. Sorprendidos y alucinados, recorrimos todos los lugares por los que podíamos pasar. Pero lo más sorprendente ocurrió en el escenario. Embelesados y abstraídos por la forma del interior de semejante salón, observando sus butacas arruinadas, el piso de madera maloliente, el aire que respirábamos, denso y con olor a abandono perpetuo, las paredes devastadas, las cortinas rasgadas y tapadas de telas de araña, lámparas rotas en arañas que aún colgaban… después de prestar atención fue que los ruidos empezaron a escucharse, y eran musicales, con armonía y pases, el volumen de las sinfonías empezaron a aumentar tomando vida, la orquesta se escuchaba tan clara y precisa que nos quedamos mudos. Las cortinas bailaban y las butacas hacían un ruido muy particular.

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Yo no tenía miedo, quizás escalofríos. La piel de gallina nos obligó a salir de ese lugar. Con Maxi salimos por el mismo lugar por donde habíamos ingresado. Fue una sensación rara y gratificante porque me pude dar cuenta que todo lo que había escuchado, era cierto. Ojalá no pase mucho tiempo. Ya tengo ganas de volver.

Bruno Chavero 7º Grado. Escuela Nº 548

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En el año 1820, hubo un día en San Cristóbal que fue anunciada una noticia. Se trataba de la laguna “La verde”; lugar concurrente de los habitantes de la ciudad, con mucha historia, sucesos raros y memoria del pasado; ubicado a pocos kilómetros de la localidad. La noticia corrió muy rápido, aquel charco enorme de agua se había secado, así, sin más ni menos, como por arte de magia. El agua desapareció. Las personas no podían pescar o pasar un día bañándose. Solo se podía pasar con carretas. El agua se había evaporado. La gente y vecinos del lugar tenían muchas teorías… el meteorito, los doce negritos en el medio de la laguna, la evaporación de la misma gracias a cosas raras en su lecho, … Pero la preocupación por la sequía duró poco, pronto el cielo se oscureció, todo se puso negro y comenzó a llover fuerte, tan fuerte, que los peces caían de las nubes, las mojarras salían del suelo como lo hacen los escarabajos. La laguna “La Verde” volvería a la vida, así de un día para el otro. Sin explicación. Sin nada más que creer en las cosas extraordinarias. Mi abuelo Enrique cuenta todos los domingos la misma historia, con la misma emoción y yo siempre atenta a su relato, esperando que devele la otra parte de la historia. Porque él la sabe, porque él estuvo ahí…

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No quiero creer que pueda ser una leyenda o una broma, un cuento o un comentario engañoso, creo que todo lo que mi abuelo me contó es cierto, que ocurrió tal cual él lo cuenta, y además, narrada por él, manifiesta un tipo de magia que tiene mucho que ver con lo que sucedió ese día.

Jenny Ramos 7º Grado. Escuela Nº 548

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Hace mucho tiempo en una casa, frente al ferrocarril, vivía una señora con sus dos hijos y su marido. Los hijos iban a la escuela de noche y ellos, al pasar por la puerta de entrada de los talleres del Ferro, escuchaban voces, ruidos, gritos y golpes. Pero sus padres no les creían y los mandaban a dormir. Juan y Francisco invitaban a sus compañeros a su casa y así podían hacerles escuchar lo que ellos oían. Una de esas siestas, de esas en que ni las iguanas salen por el calor que quema desde el centro de la tierra, Juan, Francisco y sus amigos, pudieron ver a un señor llegar en bicicleta a la puerta del Ferro, Don Tato, así lo conocían ellos. Tato dedicó su vida a los trenes, su familia lo abandonó porque no era capaz de hacer otra cosa que trabajar por y para el ferrocarril. Los chicos pudieron reconocer que Tato siempre estaba parado con su uniforme y bicicleta en la puerta de entrada del ferro, se puede decir que era un alma en pena que merodeaba siempre su lugar, su taller, su espacio.

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La Familia Ramos pudo comprender que ese era el hogar de Tato. Cada vez que pasaban lo veían, pero ellos agachaban la cabeza y seguían su paso. Ellos sabían que Don Tato era lo más parecido a un fantasma amable que ellos pudieran haber conocido. Juan y Francisco conservan hoy, en sus retinas, la imagen de la bici y de Tato en la puerta del Ferro, escuchando cada tanto el ruido que hacían sus pies llegando a su hogar.

Omar Torres 7º Grado. Escuela Nº 548

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Una tarde de invierno de 1990, en el barrio Tiro Federal, dos personas llegaron a vivir a la casa más tenebrosa de la manzana, eran dos jóvenes que se querían mucho, Marta y Pedro. En la madrugada del sábado, Marta se levantó a buscar un vaso de agua cuando de pronto el gato comenzó a correr como despavorido por la cocina, percibiendo una visita un poco rara, ellos no sabían que en esa casa habitaba una peculiar inquilina. Marta gritó muy fuerte cuando vio volar sin sentido plumas de colores, en todas direcciones y de la nada. Entonces, Pedro salió corriendo a ver qué pasaba. - ¿Qué pasó? – le preguntó. - Las plumas… yo las vi en mis sueños, me aparecen así, de la nada, las encuentro en el suelo y en el patio, las he visto sobre tu espalda mientras duermes. - Respondió Marta. Solo un minuto pasó y Pedro pudo ver que una sombra cruzaba por el pasillo del baño; una sombra que le traía mucha paz y calma.

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Por la noche, sentado en un sillón frente a la estufa, Pedro sintió la presencia de alguien muy cálido. Su mamá Aurora, reina indiscutible de la comparsa más imponente y brillante de San Cristóbal, más conocida como la belleza de Mahebe, una gran bailarina; había fallecido poco después de los grandes carnavales del verano del ‘85. Fue ahí cuando Pedro y Marta comprendieron que esa sombra los acompañaba hace mucho, mucho tiempo. Ya no había miedos, sino plumas por todos lados, que acariciaban suavemente a los jóvenes, cada vez que Aurora andaba de baile por la casa.

Rocío Quiróz 7º Grado. Escuela Nº 548

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Había una vez, en San Cristóbal, un niño llamado Francisco que venía de una familia humilde. Vivían dentro de un viejo auto; pero al niño no le importaba porque quería terminar la escuela, recibir su diploma y así ayudar a su familia. Luego de un año, su padre consiguió trabajo en el ferrocarril y junto a éste vino una vivienda que era destinada a los ferroviarios. Pasaron los años y Francisco con su familia disfrutaban de una buena manera de vivir. Hasta que en 1993 sucedió lo inesperado, el ferrocarril cerró… y Gerardo, el padre de Francisco, perdió su empleo, sintiéndose triste y desesperado sin saber para dónde ir. Comenzó a caminar y caminar, no quería llegar a su casa con esta mala noticia. Decidió no perder más tiempo y comenzó a buscar trabajo. Sin pensarlo después de tanto golpear y buscar, ese mismo día consiguió un trabajito. Pero Gerardo no podía resignarse al cierre del ferrocarril, en su mente tenía la idea de crear una comisión de ex ferroviarios. Así organizaron una marcha en protesta por la reapertura. Muchas personas lo apoyaron y algunos trabajadores concurrían a sus puestos de trabajo, aunque las locomotoras no circularan por las vías. En 1998, luego de tanta perseverancia, se logró que vuelvan a transitar las locomotoras, era hermoso ver la reintegración de los empleados y la incorporación de nuevos trabajadores. Cada trabajador hizo uso de las nuevas herramientas que el Estado le brindaba.

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Y esta historia de trenes, familias y vías continúa recorriendo estaciones. Algunas más transitadas, otras viejas… un poco más descuidadas… pero el tren nunca dejó de rechinar sobre las vías, las bocinas siguen sonando y el corazón de la gente sigue palpitando. El ferrocarril…sigue vivo.

Priscila Ordoñez 7º Grado “A”. Escuela Nº 410

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Era principio del año escolar y me divertí tanto en mis vacaciones que no podía creer que ya habían llegado a su fin. Mi primera semana de clases fue un tanto monótona y agobiante, de rutina, organizar horarios por materias, seleccionar temas de repaso, establecer las normas de convivencia para el resto del año… y toda la repetida secuencia de cada inicio. A mi parecer, nada nuevo aún. Decidí entonces, inscribirme en actividades extraescolares. Averiguando, me enteré de que en el Liceo Municipal “Ángela Peralta Pino” de mi ciudad, San Cristóbal, se dictaban diversos talleres con distintas propuestas artísticas y de conocimientos para participar en variadas disciplinas. El que más llamó la atención fue el de Teatro. Asistí varias clases, me entusiasmé. Conocí personas nuevas y la profe me cayó muy bien. Siempre, antes de comenzar cada clase, nos hablaba un poco de la historia del lugar, y también de la importancia que tiene hacer las cosas con convencimiento y actitud, poniendo todo lo mejor de nosotros; a quienes se refería, siempre, como “sus pequeños actores”. Un día, en una de sus charlas mencionó a un célebre hombre que pasó por la institución: Bruno Torresi, actor y profesor de teatro, lamentablemente ya fallecido. La profe nos detalló su vida colmada de talento, en una época en que las compañías teatrales solían elegir a San Cristóbal para montar sus espectáculos y desplegar sus actuaciones. Esa tarde, al terminar el ensayo de una obra que presentaríamos a la comunidad, descubrí, al quedarme sola en el salón, un relieve en el piso…por curiosidad le pregunté a la profe qué era eso mientras ella guardaba sus cosas para irse; dudosa, me respondió que se trataba de una puerta que comunicaba a un sótano, antiguamente utilizado como vestíbulo , es decir, que al cerrarse el telón, los actores solían bajar a ese lugar, cambiarse de traje y volver a escena. Pero, este espacio fue clausurado. Había mucha humedad causada por una intensa inundación y ya el lugar no era seguro, me dijo. 226


Cuando llegué a la siguiente clase, la profe se había demorado por una reunión de último momento. Entonces, recordé lo del vestíbulo y decidí investigar. Al abrir la puerta lo primero que vi fue una escalera. Comencé a descender, a la altura del cuarto escalón, encendí la linterna de mi celu. Y así, cuantos más escalones bajaba, el miedo iba en aumento y se apoderaba de mi cuerpo con cada paso. Al final de la escalera me encontré con una reja como precaución. Lo único que logré ver del otro lado fue una habitación enorme repleta de cuadros, discursos, obras y fotos del mismísimo ¡Bruno Torresi! Al parecer la imposición de su nombre en la nueva sala de teatro no fue el único homenaje que le hicieron, también habían decorado el vestíbulo con su obra, pensé. Cuando emprendí mi camino de regreso, escuché un ruido muy fuerte: ¡Me habían cerrado la puerta! Grité y grité hasta que la profe me escuchó y vino en mi auxilio. Resulta que un compañero estaba acomodando el escenario y cerró la puerta. Tuve miedo, ¡mucho miedo! Pero bueno, creo que después de todo quedé feliz también; pude conocer más sobre el genio y creación de un gran artista de mi ciudad, que, aunque no siempre recordado, dejó un vasto legado cultural para la comunidad. ¡Qué orgullo! Y aunque el corazón me latía fuerte de susto… después de todo ¡me lo merecía por curiosa!

Bianca Viotti 7º Grado “B” Escuela Nº 409

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Corría el año 1891 cuando en la ciudad de San Cristóbal, Santa Fe, se inauguraba el ferrocarril a Santiago del Estero. Éste era muy moderno y de última generación, por ello era también el más caro y elegante. En él, asistían personas con mucho dinero y de alta reputación. La unidad partió, aquella tarde, desde “Estación San Cristóbal” con 49 vagones y la máquina, estrenando vías, rugía a la vez que escupía enormes bocanadas de humo gris espeso. En uno de los primeros vagones se encontraba la señorita Anne Cupttert, quien viajaba por motivos de trabajo. Debía realizar una investigación sobre el nuevo ferrocarril ya que, recientemente, los vagones habían sido reparados íntegramente en el enorme taller, donde trabajan más de trescientas personas de la localidad, entre ellos técnicos, operarios, capataces de Vía y Obras y, fundamentalmente, los sacrificados “catangos” que en territorios difíciles doblaron sus espaldas bajo el sol para tender los rieles del progreso, aún a costa de sus vidas. Y así ese coloso de metal, gran hacedor de colonias y factor importantísimo para el fomento de los pueblos venía realizando ese recorrido con pujante éxito prometiendo extender su camino férreo hasta países vecinos. Sin embargo, a pesar de su esplendor y de su futuro prometedor, el tren escondía un misterio. Se rumoreaba que, en él, un hombre asesinaba a las personas que intentaban descubrir qué sucedía detrás de las desapariciones de las últimas semanas de ese frío agosto. Pero Anne no tenía miedo, y pese a todo, se atrevió a viajar en él. Al llegar a su destino, fue a hospedarse en el hotel del ferrocarril, para así obtener más información sobre el mismo.

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Por equivocación entró en una habitación donde se encontraba un anciano en silla de ruedas con las manos y pies atados, implorando ayuda. Anne sin dudar lo ayudó, le desató sus pies y manos y le preguntó por qué estaba de esa manera. Él le contó que el ferrocarril no era lo que parecía y que debajo de toda esa elegancia y calidez, se encontraba un oscuro secreto. En ese momento un empleado entró en la habitación y le pidió que se retirara. Llena de emoción por saber que podría descubrir un misterio, decidió realizar una búsqueda exhaustiva de pistas. Pensó que, si salía a tomar aire, su mente se abriría y podría avanzar más rápido, pero fue una pésima idea. Observaba a su alrededor como todo parecía ser señal de modernidad, trabajo y esperanza, de la mano del ferrocarril se abría picada en los montes, se vadeaban ríos y lagunas para instalar alcantarillas, puentes, estaciones y playas de maniobras. Asimismo, se practicaban desvíos, se hacían depósitos y bretes, entre otras obras de arte. Todo solo podía indicar riqueza productiva y alegría para el trabajador. Pero algo parecía decirle lo contrario dentro de su pecho… En ese momento escuchó una melodía proveniente de un taller del ferrocarril que se hallaba en muy malas condiciones… pero una vez más… Anne, sin miedo, fue a ver lo que pasaba. Al entrar, se encontró con objetos tirados por todos lados y la melodía poco a poco se fue esfumando. La sorprendieron por detrás y la durmieron con un trapo mojado en un extraño líquido. Despertó en una habitación y delante de ella se encontraba un hombre robusto que despedía un olor pestilente, parecía hedor a hollín y a grasa quemada; a hierros oxidados, a máquina olvidada… Ella, muy confundida pregunto qué pasaba y porqué estaba allí; el hombre le contó que su familia años atrás se encargaba de cuidar aquellos campos y proteger los sembrados; pero que, el paso del nuevo “caballo de acero” lo había destrozado todo, porque cada cosa se volvía metal, que los ojos de los adinerados brillaban de codicia al oírlo chirriar sobre los rieles, que sus amigos peones solo soñaban con ser “ferroviario” y tocar la prosperidad. Eso lo enojaba, lo enceguecía, lo enloquecía…Entonces… un día decidió vengarse y encargarse de cada una de las personas que se atreviera a ver al “monstruo que echa humo” como una opción de progreso…

- ¿Cómo? – preguntó Anne

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-Muy simple, maté a cada una de ellas…- contestó El hombre se fue de la habitación y Anne no desaprovechó la oportunidad para escapar. Fue a la policía y les contó a las autoridades, éstas no le creyeron y la ignoraron. Sin desanimarse recordó que en el taller había dejado su grabador para registrar esa dulce melodía que tanto la había cautivado. Se le ocurrió volver y recuperarla. Al regresar al mismo lugar se encontró con el hombre e intentó agarrar su grabador, que ahora, estaba entre las pestilentes manos del asesino. Forcejearon unos minutos hasta que Anne, muy decidida y valiente, logró quitárselo. Sin mirar hacia atrás corrió hacia la policía. Una vez allí les hizo escuchar la grabación de la terrible confesión a las autoridades y de inmediato fueron a arrestar al hombre. La muchacha sintió un alivio al saber que había podido resolver el misterio, y decidió volver a su ciudad para poder contarle todo a su familia y amigos. Al regresar, su familia la esperaba con unos ricos mates y medialunas. Entre risas y recuerdos Anne fue destejiendo el misterio que envolvía al ferrocarril.

Paula Quinteros 7º Grado “B”. Escuela Nº 409

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A 46 kilómetros al norte de mi ciudad, San Cristóbal, en el distrito Huanqueros, se encuentra la laguna “La Verde”, enorme espejo natural de coloridas aguas, donde muchas leyendas hallaron cauce… Mi abuelo solía contarnos una, cada domingo al caer la tarde. Ésta, recuerdo sobre todas, y en mi memoria parece desplegarse como momentos vividos, aunque más no sea solo fantasía… Cuentan, que, en esos tiempos, solo habitaban el lugar Tobas y Abipones; la caza y la pesca eran las actividades que les permitía sobrevivir en aquel paisaje que parecía reverdecer en torno al monte bravo. Ailín, Cacique de la tribu, junto a otros indígenas, eran los encargados de traer los alimentos. Como todos los días, una mañana muy temprano, se adentraron en el entramado de chañares amenazantes persiguiendo un esquivo guasuncho. Sin darse cuenta, en su carrera presurosa, perdieron a Yacú, hijo único del gran Ailín. Mientras los demás indios, por orden del Cacique, regresaban a la aldea; él, inquieto, con el pecho encendido y el rostro húmedo recorrió cada rincón, cada lugar… sin poder encontrar a su hijo. ¿Qué había pasado con Yacú? ¿Dónde podía estar ese muchacho solo y sin la protección de su padre? Y llegó la noche. Cayó de golpe toda la oscuridad, como un enorme poncho de oscura pena, sobre la dolorida espalda del hombre que había perdido lo que más amaba. Entonces…Ailín se arrodilló a orillas de la Laguna, con sus manos extendidas y su mirada al cielo suplicando a Tupá, su Dios, que regresara a su hijo. 231


Ya que no entendía que había sucedido no se convencía de volver sin él, por ello se adentró nuevamente en el monte, que esta vez lo devoró de un zarpazo en la negra boca de la madrugada, y vio entre lágrimas a tres jabalíes atacar un cuerpo atrapado entre espinas. Solo al acercarse pudo comprender que se trataba de Yacú, su hijo. Desolado, partido en tantos pedazos que tardó en volverse a armar, abrazó tan fuerte su cuerpo brillante de estrellas y humedad y su llanto fue tan desesperado que hasta el mismo Tupá despertó de su sueño y sintió tristeza por él. Mientras sus lágrimas envolvían el cuerpo de su hijo, una luz que venía del cielo iluminó a los dos…transformando a Yacú en un pez de grandes ojos negros, piel gris brillante y aletas fuertes y punzantes. Ailín corrió hasta la laguna, como nunca lo había hecho. Ni aún en las apremiantes siestas de enero bajo el norteño sol del verano, pero corrió. Corrió con insistencia feroz, solo para lanzarlo al agua, porque sabía que su Dios le había devuelto, en ese pez, la gloriosa vida de Yacú, su hijo. Y cuenta la leyenda que durante muchos años se vio al Cacique solo contemplar la laguna, sentado con sedienta mirada, observar las aguas, pareciendo disfrutar del sonido del viento y de las calurosas tardes, con una sonrisa en su cara y en su alma, cada vez que un inquieto moncholo salía de un coleteado salto a salpicar sus pies en la orilla.

Morena Abregú 6º Grado “B”. Escuela Nº 409

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La laguna “La Verde” está ubicada en el distrito de Huanqueros, departamento San Cristóbal de la provincia de Santa Fe. Debido a su riqueza y variedad en especies animales y vegetales siempre se ha pretendido que sea un área natural protegida, para salvar así, sus más de 800 hectáreas, de las calamidades de la contaminación. Es el lugar que eligen las familias de mi ciudad, San Cristóbal, para recrearse un fin de semana, ir de camping o tomar mate a la sombra de un árbol generoso en medio de la calurosa tranquilad en las tardes de verano. Y no solo yo lo sé… no recuerdo quien me lo dijo o dónde lo escuché, aunque cierro mis ojos con fuerza no me viene la certeza, pero estoy seguro de que ha pasado de tantas veces que lo han contado… Porque ya, sus primeros pobladores, indios robustos y bronceados, que podían de un manotazo sacar un moncholo de la laguna sin revolver sus aguas, vieron aparecer en los atardeceres una sirena de larga cabellera oscura y lacia, con la cola llena de escamas brillantes y ojos verdes, más verdes y profundos que las aguas de donde ella venía. Ahora todos lo saben, todos lo dicen. El rumor crece más rápido que la laguna cuando llueve y no para, como suele pasar en mi ciudad. Por lo tanto, algunos visitantes se sienten aterrados ante la noticia, y otros, en cambio, maravillados ante el suceso.

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Me enteré de que, en estos últimos días, después del eclipse de luna, hubo personas que aseguran ser protagonistas de nuevos avistamientos, otros que creen que es solamente una leyenda indígena que sobrevivió al tiempo, trasmitida de generación en generación… y otros que ni siquiera se interesan… Y vos… ¿qué pensás?

Ayrton Lizardo 6º Grado “B”. Escuela Nº409

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Era el mes de agosto, una mañana más fría que fresca, diría, veintidós niños preparados junto a los maestros para partir al viaje de estudio, a “Santa Fe” La Vieja. Emociones, euforia, ansiedad y todo eso que nos movía… y no percibíamos qué era. Despedíamos a nuestras familias que nos saludaban, nuestros gritos de felicidad inundaban el colectivo. Así le dábamos la bienvenida al día y partimos. En el micro, jugábamos, cuchichiábamos algunos secretos y escuchábamos música. Un trayecto tan corto que el reloj marcó a pasos agigantados las tres horas veinte del trayecto y así arribamos por la ruta provincial Nº 1 al lugar prometido, donde ya, en el colegio, habíamos estudiado la atrapante historia que encierra “Santa Fe La Vieja “. El paisaje nos marcó la típica vegetación de la ribera, el Quiloazas encajonado rodeaba una parte del predio que nos esperaba, allí en jurisdicción de Cayastá, que conserva un testimonio único en su tipo, los restos de la ciudad fundada por Juan de Garay en 1573. En el reconocimiento del lugar, la vegetación autóctona envolvía nuestra mirada, predominaba un colorido amarronado, amarillo y naranja en todos sus matices. El guía nos mostró las ruinas del “Cabildo”, de casas de pobladores notables, y de las iglesias de Santo Domingo y La Merced. Cuando entramos a la iglesia San Francisco algo nos movilizó, vimos réplicas de esqueletos de aborígenes y españoles sepultados en la tierra, muy interesante todo lo que pudimos aprender de ello, pero era como que teníamos algo de miedito. Continuando el recorrido visitamos “La Casa Ambientada”, perteneciente a la época de fundación, propiedad de los “Vera Mujica”, españoles de gran peso en las decisiones que se tomaban en cuanto al orden social y político. Allí entramos a sus habitaciones y dependencias, aún se conserva el dormitorio de la “Señora” teniendo vasijas de loza pintadas y muy decoradas de la época; en ellas los aborígenes le proveían agua para higienizarse; también había un “calienta cama”, utilizado por ellos para preparar el descanso de la doña. 235


Cuentan que la “Señora” era muy “acomodada”, los nativos la trasladaban en un vehículo portado sobre sus hombros hacia donde ella debía asistir. No nos desprendíamos del asombro y curiosidad que nos regalaba el lugar. Seguido del dormitorio, continuaba un pasillo, que te dirigía al “Patio de los Naranjos”, a continuación, estaba el “Patio de las Higueras” donde tampoco faltaba ninguna planta ni hierba aromática, romero, laurel, tomillo, entre otros. Y en el fondo de la propiedad estaba la habitación de los “Criados” junto a un oscuro “Galpón de las Herramientas”, donde había descansado un perro negro el que no nos dio mucha confianza. Se hizo la hora de armar las carpas y preparar para el fogón, todos estábamos con los profesores que nos enseñaban, ya se había hecho de noche, algunos habían empezado a extrañar y a tener miedo en la oscuridad, pero enseguida se nos pasó por el entusiasmo que nos daba el saber que empezaba la hora del fogón. Todos bañados y cada uno con su equipo de trabajo. Mi grupo fue el último en presentar, yo debí salir del predio para hacer una sorpresiva presentación, allí escuché unos crujidos de ramas cerca, en la oscuridad, me acordé de los esqueletos y del perro negro que estaba en la casa ambientada, logré ver una gran silueta negra y desesperado grité: ¡¡el lobisón!! y la gran cosa oscura desapareció de mi vista. Cómo hacerles entender lo que había visto, nadie me creía, pero no lo descartaban, le armamos una trampa con vidrios de botellas rotas, y estiércol de gallina. Ya todos durmiendo escuchamos un ruido, pegamos un salto en la cama y salimos a ver, el monstruo saltó sobre mí y cuando lo vieron todos se dieron cuenta que era el mismo perro negro que habíamos dejado en la “Casa Ambientada”, me lamía como pidiendo cariño. No lo dudamos, fue unánime la decisión, traerlo a San Cristóbal, a vivir a la escuela. Hoy está como perro guardián y en los recreos juega con los chicos, llevando ahora el nombre de Lobisón…

Ramiro Juárez 6º Grado. Escuela Nº 40

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Cuenta la historia que hace mucho tiempo vivía a orilla del río Paraná una tribu que se dedicaba a la caza y a la pesca. Yacú era parte de esta tribu, un niño que acostumbraba a acompañar a su padre a cazar y pescar. Conocía cada kilómetro del río, su flora y su fauna. Le encantaba recorrerlo en canoa y disfrutar de los paisajes, montes coloridos y espesos; aromitos, ceibos, espinillos, enredaderas que parecían abrazar la orilla del río para que ningún intruso pudiera entrar a navegar en él y extinguir así las especies. Pronto se convirtió en un joven y apuesto hombrecito. Su fama para construir las mejores chozas de barro y paja transcendió hasta la tribu enemiga, quienes vivían del saqueo y eran guerreros por naturaleza. Ellos no compartían la forma de vida de la tribu de Yacú, tan pacífica, enamorada de la familia y dispuesta a ayudar a quien lo necesitara. Un día Yacú recorriendo el extenso y ancho río Paraná, mientras observaba el color amarronado de sus aguas, barrancas pronunciadas, algunos bañados en su lecho, en una palabra, un lugar donde la naturaleza regalaba tranquilidad, flores diversas en cada especie autóctona, vio a una muchacha muy bonita. Era una indiecita con cabellos al viento que envolvían su rostro ocultándolo de pronto, descalza y con ligero vestido de color donde el paisaje se espejaba. Allí estaba ella, tan dulce como los frutos del mburucuyá que saboreaba, mientras emitía una suave melodía; parecía buscar a esos cardenales copete colorado que la rodeaban como abrazándola en sus aleteos en ronda y revoloteaban entre los ceibos, aromitos, chañares y tuscas. Al descubrirla, su mirada se mezcló entre la ternura y belleza que ella derramaba, al punto que lo obnubiló. Atraído, por ese fenómeno que le ocurría, se acercó a la joven y ella derritió su dulzura hacia él. En un tierno diálogo se conocieron y juraron amarse para siempre. Pero… la muchacha pertenecía a la tribu prohibida, detalle que la pareja lo tuvo sin cuidado. Al enterarse la tribu de la joven del amor que se sentían, decidió separarlos. 237


El sol, los remolinos que se forman en el remanso del río, el sonido del agua por la misma correntada, las nubes que en cúmulos se acercaban a la superficie, acompañaban a Yacú que esperaba ver a su bella amada en el lugar que habían prometido encontrarse. Ella nunca apareció. El rostro del indiecito se tornó tan triste como la imagen de una calandria que observaba atenta, desde su tibio nido entre las ramas, ver ese encuentro que nunca sucedió. Los años pasaron, él murió de tristeza esperando que algún día llegara su prometida. La fuerza de todas las emociones juntas que le transmitieron amor, compañía y entendimiento en ese paisaje que el río Salado regala en todo su recorrido por la provincia de Santa Fe, fue tan fuerte que, hizo que se convirtieran, él en un pájaro autóctono, que despierta amor sincero y compañía en el hogar, y ella en su pareja, transformados así entonces en horneritos. Se dice que Yacú construyó su casa sobre un aromito florecido, esperando a su amada. Era primavera, sus flores envolvían con su colorido y perfume el nido donde se encontraron por fin los enamorados, para formar su hogar, porque el amor es más fuerte que cualquier fuerza negativa que quiera destruirlo. Desde entonces, el paisaje de la provincia de Santa Fe está enternecido por el hornero, pájaro nacional de nuestro país por ser representante del trabajo responsable junto al hogar que forma.

Priscila Maricel Ojeda 6º Grado. Escuela Nº 40

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A pocos kilómetros al norte de la ciudad de San Cristóbal, provincia de Santa Fe, se encuentra un espejo de agua, llamado” Laguna La Verde”, poseedora de grandes recursos naturales. En su ribera se encuentran lapachos, espinillos, ceibos, quebrachos y algarrobos, materia prima utilizada en la industria maderera local, exportando lo sobrante a otros mercados. En cuanto a la fauna ictícola podemos decir que cuenta con peces de agua dulce como mojarritas, bagres, sábalos y dientudos utilizados en la industria comestible regional por su alto valor nutritivo, específicamente Omega 3 en su carne. De ahí la importancia de este rincón santafesino. Allí, por el año 1828, se hallaba viviendo en sus costas, un gran guerrero santafesino, su nombre era José Martínez, valiente y honorable, que daría su vida por la Patria. Un día llegó a su cabaña un oficial del Ejército Patrio e informó a este Soldado que debía ir a la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Santo Tomé. Se dirigió al destino y al arribar al lugar lo hicieron pasar, en el sótano estaban Juan Manuel de Rosas y Estanislao López esperando su llegada. - ¿Qué sucede? Preguntó Martínez. -Necesitamos su ayuda, nuestros espías descubrieron que una flota francesa planea invadir la Laguna La Verde y tomar nuestros recursos. Tenemos la idea de emboscar esos barcos, entrarán desde las costas del rio Paraná. -Tengo un plan!, dijo Martínez, después de pensar un rato, -pongamos dinamita en las costas del rio Paraná así no lograrán bajar y tendremos ventaja de tiempo.

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Raudamente se dirigió a la Casa de la Pólvora ubicada en la ciudad de Santa Fe a buscar los explosivos necesarios. Cientos de soldados rodearon la orilla de explosivos. En el momento preciso, un ejército de franceses llegó hasta el rio Paraná, y como estaba planificado, la dinamita explotó, e impidió que llegaran a la costa. - ¡Lo logramos!, gritó un soldado. El Ejército Argentino se trasladó rápido a la laguna temiendo que alguien más intente robar los valiosos recursos naturales que ella posee. Desde ese momento las costas de la Laguna La Verde se encuentran vigiladas por heroicos soldados. Dice la leyenda, que, durante las noches, en la Laguna La Verde algún pescador nocturno logra ver circular, como si estarían vigilándolo, grupos de soldados que cuidan la Laguna, viendo espejadas en el agua luces formando una circunferencia. Algunos lugareños incrédulos afirman que ese reflejo es de las estrellas de la vía láctea.

Liam Valentín Rogan Morel 6º Grado. Escuela Nº 40

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Una mañana de sol fuimos al río Salado, con muchas ganas de divertirnos, por la costa a unos diez kilómetros al norte de la ciudad de Santa Fe. Como todo pescador, teníamos todo tipo de ilusiones, que iba a ser un gran día y que pescaríamos tanto como nunca antes, ya que el guía que nos acompañaba nos contaba que este río es una importante fuente de recursos pesqueros. Mientras recorríamos los primeros tramos, al pasar otra lancha nos salpicó y pudimos notar el sabor especial del agua, algo amarga y de color amarronada. Juan, nuestro guía, nos comentaba que el caudal del río desde hace unos años es inestable; alternan períodos de sequía donde el caudal del río forma pozos o charcos, en los cuales se refugian los peces que quedan y subsiste la especie. Al continuar nuestro recorrido, y pasar frente a la ciudad de Santa Fe, mi abuelo le preguntó sobre la inundación de abril del año 2003, cuando la ciudad se inundó como consecuencia del desborde de las aguas del río; Juan sacudió la cabeza y contestó: - ¡Cómo no recordar esa fecha! Fue la peor catástrofe natural de la historia de la ciudad de Santa Fe- respondió refregándose los ojos llenos de lágrimas- Marcó un antes y un después, un volver a empezar, para muchas familias. Y mientras escuchábamos esta triste historia, la caña del reel comenzó a tirar con gran intensidad, era que un cachorro de surubí había quedado prendido, ¡Qué emoción!, pero cuando lo estábamos subiendo a la lancha, se soltó. - ¿Y qué otras especies se puede pescar? -preguntamos con mi abuelo. - Dientudos, bagres, dorados, paíes, sábalos, mojarritas -contestó Juan- volviendo rápidamente a tirar el reel, para ver si esta vez teníamos más suerte. 241


Rondando el mediodía, decidimos acercarnos a la costa y acampamos en una hermosa arboleda. Mientras almorzábamos contemplamos la flora del lugar: totoras, chañar, ceibos, sauces, aromitos, algarrobos y talas, entre otros. También vimos pasar carpinchos, nutrias, y yacarés entre el camalotal. Completaron el avistaje aves como patos, flamencos, teros, bandurrias, gallinetas, gallaretas, martín pescador y cardenales copete colorado. De repente, una yarará de cabeza triangular con escamas pequeñas, cuello bien marcado, cuerpo grueso, cola corta, salió entre las totoras y sorprendió a una rana que estaba tomando sol, ¡pobre… la tomó de sorpresa!, quiso defenderse, pero no pudo hacer nada. De sobremesa quedamos un buen rato disfrutando del aire puro, del fresco viento del Este, del sonido de los pájaros, del aroma de las flores. Luego, regresamos a la lancha, el río estaba sereno, era octubre. En su relato continuaba Juan, en sus nacientes en la provincia de Salta recién comienzan los deshielos y aún las lluvias han sido escasas. Este río recorre tres provincias, Salta, Santiago del Estero y Santa Fe hasta desembocar en el río Paraná, llevando diferentes nombres, Calchaquí, Pasaje o Juramento y Salado. ¡Qué interesante esta naturaleza! Al caer el sol, regresamos con la satisfacción de haber disfrutado de un día al aire libre, con poca pesca, pero con muchos conocimientos y con la ilusión de volver en otra oportunidad a nuestro querido río Salado.

Virginia Iozía 7º Grado. Escuela Nº 40

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Esta historia se trata de dos niñas que fueron a jugar a las afueras de San Cristóbal, al lugar más feo y oscuro que encontraron. Allí había una casa rara y abandonada; a la cual entraron por unos escalones desgastados y abrieron la puerta. Sol y Morena se asustaron al ver la imagen fantasmal que deambulaba por la casa. Sol gritó: - ¡Ayuda! Morena la calmó diciéndole: -Sol tranquila. No pasa nada. Las dos amigas se fueron corriendo de la casa y por varios días quedaron pensando en la casa embrujada. Sin poder aguantar más decidieron volver a ese lugar raro. Decididas entraron y encontraron en el comedor un pozo profundo. More cayó al vacío. Su amiga no sabía cómo sacarla. Morena gritaba que la ayude; que se le había trabado el pie. Sol fue a pedir ayuda a un vecino; él vino corriendo y sacó a Morena del pozo. Ambas niñas lloraban; a Morena la llevaron al hospital porque se había lastimado la pierna y le pusieron una venda.

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Al pasar los días tuvieron la intención de volver a aquel lugar tan feo; pero al final se dieron cuenta que ahí corrían peligro. Desde entonces solo van a jugar al parque con sus nuevas amigas Luciana y Sofía.

Morena Gorosito 6º Grado “B”. Escuela Nº 408

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Hace muchos años atrás, en San Cristóbal, había unos cazadores que encontraron una casa de brujas con cruces, palos y ramas, eran símbolos. Allí vieron a una bruja, se asustaron y salieron corriendo a esconderse detrás de unos árboles. Al pasar unos días volvieron con más cazadores; se separaron al llegar. Uno de ellos encontró un lago y de repente escuchó el grito de sus amigos; corrió a ver qué sucedía y vio una casa abandonada. Todos miraron por la ventana y vieron una bruja. Apareció frente a sus caras por sorpresa y salieron todos corriendo y gritando. Por el camino vieron que la bruja los estaba mirando y los seguía. Caminaron y caminaron, se hizo de noche, encontraron una cabaña y se refugiaron allí. De pronto escucharon un ruido, se asomaron a la ventana y vieron a la bruja que pasaba. Los muchachos no hicieron ruido, tenían tanto miedo que querían salir corriendo. La bruja miraba y miraba hasta que se fue, entonces, por fin, los cazadores pudieron irse a su casa para nunca más volver.

Yoselyn Barreto 6º Grado “B”. Escuela Nº 408

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En tiempos lejanos, en el ferrocarril, lugar histórico de la ciudad de San Cristóbal; había una persona malísima que quería adueñarse del mismo. A cada persona que venía los echaba como si él fuera el jefe. Un día como cualquier otro, la policía de la ciudad fue a investigar al hombre; pero él lo impidió cerrando todas las puertas, poniéndoles candados y cadenas para que no pudieran pasar. La policía no se rindió pues sabía que el hombre no tenía fuerzas para enfrentarse contra las autoridades. Entonces los guardias que ya sabían que el señor no tenía opción, hicieron una maniobra, rompieron los encadenamientos y las cerraduras para poder pasar y atraparlo. Él, muy asustado intentó escabullirse de los agentes; pero ellos, muy astutos, no lo dejaron huir, fueron a la comisaría y lo encerraron en prisión. Un mes después lo llevaron ante el juez y la justicia donde él explico que quería tener un hogar para vivir porque nadie quería brindarle una casa, todos pensaban que era un ladrón.

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El juez le creyó y lo dejó libre y como era independiente buscó una casa y un trabajo, barrio tras barrio, conversación tras conversación. Al final consiguió una vivienda, un trabajo y con eso salió adelante como una persona decente, humilde y dejó de buscar una mansión para vivir.

Jair Goyenechea 7º Grado. Escuela Nº 408

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Una semana de muchas lluvias seguidas y abundantes, dos pequeños hermanos vivieron una aventura que para ellos fue algo muy divertido porque siempre lo veían por los canales de noticias, pero para sus papás fue toda una odisea. Estos pequeños aventureros paseaban por las calles de su ciudad, San Guillermo, en el centro norte de la provincia de Santa Fe, en bote, porque unos valientes bomberos los rescataron de una terrible inundación, ocurrida en la madrugada. Los hermanos creyeron que todo era muy divertido, pero fueron momentos muy duros para esta familia ya que habían perdido muchos de sus muebles, mochilas, cuadernos del colegio, colores y todo lo que te puedas imaginar. Así como esos bomberos fuertes, hubo mucha gente que ayudó a estos hermanos y a su familia. Pasando los años estos niños se dieron cuenta de lo que habían vivido aquel frío abril no fue un simple paseo en bote, sino un rescate o evacuación y así decidieron ser cadetes del Cuerpo Activo de Bomberos Voluntarios de San Guillermo, para que cuando sean grandes sepan cómo ayudar, sin esperar nada a cambio, a cualquier niño, adulto o mascota de posibles siniestro o accidentes.

Santiago Benítez 6º Grado. Escuela N° 1089

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Había una vez seis hermanitos. Ellos vivían en una choza a orillas del río Salado, en el departamento 9 de Julio, en el norte de la provincia de Santa Fe. Todos los días se despertaban con el cantar de los pájaros, pero siempre una de las hermanas dormía hasta más tarde porque tenía pereza para todo, ella era Aurora. Un día sus hermanas cansadas de esto, la fueron a levantar y le dijeron: -Te vas a levantar y harás con nosotros los deberes que todos los días hacemos mientras que tú duermes. Fue así; todas, después de ordenar su casa, salieron en busca del material para hacer canastas y además buscar alimentos. De regreso, las cinco hermanas iban adelante mientras que Aurora, como siempre, quedaba bastante atrás; esto no le importó y se detuvo a mirar los hermosos árboles y animales que la rodeaban, sin darse cuenta de que se acercaba la noche, a lo que ella temía muchísimo. Luego comenzó a caminar, sin saber qué dirección tomar, hasta que de pronto llegó a una pequeña cabaña, se le apareció una bruja, que le preguntó qué buscaba allí. Aurora asustada respondió: -Estoy perdida y tengo mucho miedo a los animales salvajes y a la oscuridad. La bruja le dijo que ella no realizaba hechizos de noche, pero Aurora suplicó tanto que terminó convenciéndola. Ésta le ofreció convertirla en araña toda la noche para que los animales no la lastimaran ni la asustara la oscuridad. -Está bien- respondió Aurora.

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Y así fue, el hechizo se mantenía mientras que ella tejía sin parar. Las horas pasaron y Aurora ya muy cansada de tejer comenzó a ver que la luz del día empezaba a alumbrar la costa del río. Ya completamente de día, el hechizo se rompió y Aurora volvió a la normalidad. Muy agradecida con la bruja se despidió para regresar a casa. Así lo hizo hasta que por fin llegó, donde la esperaban sus hermanas muy preocupadas. Aurora les contó todo lo que le había pasado y que además descubrió el hermoso arte que era tejer. Y fue así como se lo enseñó también a sus hermanas y crearon con esto muchísimas prendas. Después de esto Aurora no fue la misma de antes y estaba siempre junto a sus hermanos, ayudando a todos.

Ludmila Milagros López 6º Grado. Escuela N° 1089

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Cada noche, al irse a dormir, Lupe observa un atrapasueños, un aro es de color fucsia; su tejido es de varios colores y le cuelgan tres aros más pequeños con una estrella en cada centro. Ella, una noche, después de dormirse aparece en el Parque de diversiones que hay a orillas de la ruta 23, cerca del ingreso a su ciudad, San Guillermo. Allí la espera un niño más grande, de cabello oscuro, con rulos y con un nombre muy bonito, Alex. - ¿Qué hago yo aquí? -Yo invadí tus sueños y te traje a que te diviertas conmigo. - ¿Por qué a mí? -Porque mi misión es cuidarte y llenar tu vida de alegría. - ¿Desde cuándo cumples esa misión? -Desde el día en que naciste. ¡Basta de preguntas! ¡A jugar! Ellos pasaron horas divirtiéndose, sus gritos y risas se escuchaban desde muy lejos. Sin darse cuenta el día comenzó y el sonar de su despertador hizo que Lupe despertara. Su sonrisa era inmensa, pero sus preguntas eran muchas.

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Lupe comenzó su rutina con ir a la escuela, a 7° grado de la Escuela de Jornada Completa donde pasa ocho horas junto a sus compañeros. Comparten, aprenden y realizan diferentes actividades. Su hobby es cantar e ir a hockey sobre patines, pertenece al grupo Juvenil Pastoral de la Iglesia Católica Virgen Niña. Ese día fue larguísimo para ella. Esperaba la noche para tener respuestas a sus preguntas. Después de cenar se fue a dormir y comenzó a observar nuevamente el atrapasueños. En pocos segundos aparece en el Parque, junto a muchos animales. Encontró a Alex. Apenas ella lo vio corrió a sus brazos; el estar cerca de él le daba seguridad. Mientras caminaban observando los animales charlaban. - ¿Cómo fue tu día? - Preguntó Alex. -¡¡El más largo de mi vida!! - Respondió gritando- Todo esto me intriga. - ¿Qué te intriga? -Esto, vos, mi atrapasueños. Siento que te conozco desde siempre. -Basta de intriga. Alex le muestra un par de alas suaves y luminosas. - ¿Eres un ángel? - Dice asombrada Lupe. -Soy tu ángel de la guarda, quien cuida tus días y tus noches, quien ríe y llora contigo. - ¡Eres mi hermano!

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-Sí, y cada noche que tú mires tu atrapasueños te buscaré para estar contigo. Y cada noche se encuentran en diferentes lugares de la ciudad, llenos de magia viviendo nuevas aventuras juntos.

Guadalupe Moreyra 7º Grado. Escuela: N° 6041

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Hace muchos años, un hombre volvía de trabajar del campo, en Campo Minetti, zona rural de San Guillermo. Estaba muy cansado y con hambre. No aguantó más y llamó en la primera casa que encontró, porque la gente es muy solidaria en esos lugares. Una señora le abrió la puerta. El hombre le preguntó si no tenía algo para comer y la mujer le respondió: -Sí, muchacho, justo estaba haciendo una riquísima sopa, pasa y toma asiento. Después de comer, el hombre le preguntó si le podía enseñar la receta. La señora le explicó que primero se debe lavar las manos, luego poner agua en una olla y cuando hierva agregarle verduras y después calditos de verdura. Se hizo de noche. La mujer le ofreció que se quedara en su casa a dormir. A la mañana el hombre se había ido, pero dejó una nota con su dirección y le pedía que después de algunos días lo visite. Así lo hizo ella. Llegó a la casa y no encontró a nadie. Se metió por una puerta trasera al patio y comenzó a limpiar porque estaba todo sucio y con mucha basura.

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Cuando llegó el hombre muy cansado de trabajar le preguntó qué hacía. Ella le explicó que lo estaba esperando y mientras tanto le ayudaba con la limpieza de la casa. Él en agradecimiento le pidió que ambos cocinaran la sopa. Y ella se quedó a comer.

Julieta Ayala 7º Grado. Escuela N° 6041

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Psique era la menor y más hermosa de tres hermanas, vivían en el norte, departamento General Obligado de la provincia de Santa Fe, cerca del río Paraná. Afrodita celosa de su belleza envió a su hijo Eros para que le lanzara una flecha de oro que la haría enamorarse del hombre más horrible y ruin que encontrase. Sin embargo, Eros se enamoró de ella y lanzó la flecha al río para que se perdiera en sus aguas marrones. Para evitar la ira de su madre, él se presentaba siempre de noche, en la oscuridad. Prohibió a Psique cualquier pregunta sobre su identidad. Las hermanas de la enamorada, celosas, le preguntaron quién era su enamorado, Psique les confesó que no lo conocía y ellas la convencieron para que en la mitad de la noche encendiera una lámpara y observara a su amado, asegurándole que solo un monstruo querría ocultarse. Psique le hizo caso y en medio de la noche encendió la lámpara para ver a su enamorado. Eros dijo entonces: -Yo desobedecí a mi madre por tu amor y tú me traicionaste. Ahora el castigo a tu traición será perderme y diciendo esto desapareció por las márgenes del río.

Abril Martinez 7° Grado. Escuela N° 852

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En 1980, en la ciudad de San Guillermo, Marco se despertó muy alborotado. Era su primer día de clase, en primer grado. Tenía mucha alegría y a la vez miedo porque no conocía a nadie. Al llegar a su escuela, “Celedonio de Escalada y Palacios”, se encontró con un niño con una enorme sonrisa que lo invitó a jugar. Ese niño se llamaba Gerónimo. Marco y Gerónimo se volvieron amigos inseparables, les gustaba mucho el fútbol, la escondida, pescar y andar en bicicleta. Pasaban mucho tiempo juntos. Un día, jugando al fútbol Marco se golpeó y lo tuvieron que llevar al hospital; Gerónimo no se separó de él. Le tuvieron que coser la pierna porque se cortó. No podía andar en bicicleta, ni jugar al fútbol. Gerónimo iba todos los días a visitarlo. Algunas noches se quedaba a dormir en su casa, hasta que se recuperó. Pasaron los años y su amistad se hizo cada vez más fuerte. Cuando tenían 15 años Gerónimo estaba muy triste, le contó a Marco que a su papá lo trasladaban a otra ciudad y que en una semana iban a mudarse. Marco le hizo una fiesta sorpresa de despedida y le regaló un cuadro con una foto de los dos. Pasaron los años y Marco extrañaba mucho a Gerónimo. Se contactaron por teléfono para encontrarse en el lugar favorito de cuando eran pequeños.

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Semanas después se vieron en el Parque “Alfonsina Storni”, cerca del lago artificial. Se saludaron como niños, contentos los dos y charlaron mucho recordando el pasado. A la noche fueron a dormir a la casa de Marco. Este es una historia sobre la amistad.

Tobías Córdoba 6° Grado. Escuela N°852

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Hace muchos años atrás, en una hermosa ciudad del centro norte santafesino llamada San Guillermo, vivía una hermosa familia conformada por Lucía, la madre, Pedro, el padre y Pilar, la hija de tres años. Ellos viajaron a México, un país de gran diversidad cultural, con la intención de adoptar a un niño huérfano y así ampliar su familia y regalarle una hermana a Pili. Arribaron al orfanato donde se encontraban los niños, desbordados de felicidad. Desde ese momento, su atención fue captada por una humilde y tímida nena. - ¡Sí! Ella es la pequeña que nos hará muy felices junto a Pili - Dijeron Pedro y Lucía simultáneamente. Hicieron todos los trámites junto a los encargados del lugar. La directora del establecimiento le comunicó a la niña las buenas noticias. -Juana te irás con la familia Montero a un nuevo y dulce hogar. Juanita saltó de alegría y preparó sus cosas. La familia contenta regresó a su ciudad. Los padres decidieron que al crecer Juanita debía asistir a un colegio exclusivamente de niñas. A partir del primer día de clases, la niña enfrentó un gran desafío; desprecios, burlas, comentarios inapropiados por su color de piel, se multiplicaban semana tras semana.

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Ante esta situación Juanita buscó consuelo en su familia que le demostró que el amor va mucho más allá de su nacionalidad o color de piel. Finalmente, la niña logró formar fuertes lazos con sus compañeros de curso e integrarse a la sociedad. Siempre estará agradecida con su familia por su apoyo incondicional.

María Paz Wendler 7º Grado “B”. Escuela N° 1168

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En la localidad de San Guillermo, ciudad rodeada de llanuras y suelos fértiles, hace mucho tiempo vivía un niño llamado Lucas. El pequeño sufría de bullying, maltrato por parte de sus compañeros, en la escuela, pues él no hablaba porque tenía una enfermedad que afectaba su sistema nervioso y dificultaba el uso y control de los músculos de su boca. Recibía atención en centros de la ciudad y clases particulares en la Escuela Especial. Cada día se empeñaba más en poder comunicarse como todos los niños, pero, aunque se esforzaba por mejorar solo seguía sufriendo burlas. Un día se enojó mucho, porque se metieron con su familia. Sin maltratarlos, les explicó lo mejor que pudo: -Yo les pido ya no ser objeto de burla, siempre los respeté y no es justo que me traten así. Al ver su esfuerzo y escucharlo sus compañeritos entendieron que estaba mal lo que hacían, entonces le pidieron perdón y comenzaron a ser buenos compañeros, entendiendo que todos somos diferentes. Lograron así una convivencia sin violencia.

Olivia Turko 6° Grado. Escuela N° 1168

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En la provincia de Santa Fe, al Noroeste, existe un pueblo llamado San Bernardo, cercano a las provincias de Santiago del Estero y Chaco. En proximidades del pueblo vive un gringo llamado Eduardo, más conocido en la zona como QSL. Es un lugar despoblado, sobre la ruta nacional N° 95, rodeado de campos ganaderos, agrícolas y algunos sembrados para el consumo de los animales. Allí en una casita vive Don QSL. Lleva ese apodo porque cuando hizo el servicio militar, sus amigos se lo pusieron, ya que en cada conversación él decía QSL, que significa código de una radio aficionada. Vivió en varios lugares santafecinos, desde su infancia se fue mudando a diversos establecimientos rurales, como Fortín 6 de Caballería, Cabeza de Chancho, Las Mochas, entre otros. Conoció muchos paisajes del norte. Se casó y tuvo varios hijos. Actualmente reside en el “Paraje La Posta”, donde vio el avance de la tecnología, el progreso de los pueblos vecinos, la transformación de la ruta nacional N° 95, ya que no era una ruta asfaltada y hoy sí, pasó muchas inundaciones, sequías, pero siguió adelante, solo, ya que su esposa ha fallecido. Fue un hombre que se dedicó a su familia y a su trabajo, que fueron varios. Hoy tiene 92 años y está acompañado por su nieta. Vive de su jubilación y de animales que él mismo cría. Y lo más importante de esta historia es que tiene un barcito muy viejo llamado “San QSL”, es famoso en la zona ya que es el único lugar donde se pueden conseguir distintas provisiones sin tener que ir a los pueblos lejanos de alrededor y, lo más importante, es un punto de encuentro de los distintos habitantes rurales de la zona. 265


Como se sabe es un hombre con muy buena salud, mucha historia, muchas amistades y fundamentalmente muy querido y respetado por la gente de la zona, es un personaje muy interesante para conocer de la provincia de Santa Fe.

Marina RamĂ­rez 7Âş Grado. Escuela NÂş 956

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Mi abuelito me contó que hace muchos años, cuando trabajaba en la construcción de las vías cerca de San Cristóbal, había una laguna en medio del monte a la que llamaban Laguna la Verde. En ese lugar los antiguos habitantes abipones habían enterrado a sus muertos. Por las noches más oscuras, los pobladores de la zona comentaban que se elevaba sobre el monte una extraña figura como si fuese de un viejo aborigen; pero mi nono nunca lo vio. Pasaron muchos años de aquellas apariciones, ya nadie las recordaba. Cierto día un grupo de personas quería talar completamente los alrededores de la laguna para construir cabañas de fin de semana. Algunas estaban de acuerdo, pero otras no. Se reunieron y empezaron a debatir. Entre ellos había un chico que quería proteger el cementerio aborigen y también la inmensa belleza que ofrecía ese lugar. Cuando el debate terminó los que defendían la laguna perdieron. Una señora llegó y les advirtió que había entre ellos una persona que defendía esa laguna y era capaz de sacar a cualquier humano que se atreviera a desafiarlo. Todos los presentes se miraron. El joven muchacho no dijo nada, pero el resto de los presentes decía: - Jajaja ¡Está loca! No le creían a esa horripilante y añosa mujer. La señora muy enojada se fue… Al llegar la noche el muchacho fue a pescar a la laguna, estaba triste porque no sabía qué hacer para cuidar ese lugar. De pronto sopló el viento y junto a él apareció un viejo aborigen que se sentó a su lado. Manuel le contó su preocupación, antes que se diera cuenta el viejo hombre ya no estaba más.

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Rato después se elevó sobre el monte un remolino, era el espíritu del guardián de las almas del cementerio que al escuchar lo que querían hacer en la laguna se enojó y desató un poder tan fuerte que destruyó cuatro ciudades. Llegando a Santa Fe el remolino parecía un gigante abipón, más alto que un edificio. La policía no supo qué hacer, las autoridades asustadas acordaron que no talarían los alrededores de la laguna y cuidarían el cementerio aborigen. La gente estaba muy asustada, decían que era el espíritu del cacique; dudaban del acuerdo, pero la población cumplió con su promesa, recordando siempre la amenaza que, si cortaban, aunque sea un árbol, destruiría toda la zona. Y así, desde ese día unos hermosos árboles crecen en ese lugar tan lindo.

Benjamín Farías 6º Grado Escuela Nº 418

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Corría el año 1891, a lo lejos se veía una enorme columna de humo y poco a poco se hacía más claro el ruido ensordecedor y el silbido que se escuchaba en todos los alrededores. El tren de pasajeros se asomaba a esos lugares. Detuvo su marcha en un lugar desolado; maleta de cartón y boina en la cabeza, bajó las escaleras de un vagón un muchacho con cara de susto y asombro, quizás buscando paz, porque venía de un mundo de guerra. Enseguida comenzó a trabajar, puso un almacén, encontró amigos, formó una familia. Tiempo después, formaron grupos, como la Sociedad Española, Sociedad Italiana y mucho más. Antonio se llamaba ese muchacho, era uno de los inmigrantes que hicieron la historia de nuestro Tostado, abuelo de mis abuelos que contaron esta y muchas historias más.

Gael Ruiz 6º Grado “C” Escuela Nº 418

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Había una vez una familia muy humilde que vivía cerca de las vías del ferrocarril. Juan Cejas pertenecía a esa familia. Un 25 de junio de 1932 llegó en tren un nuevo habitante que venía con esperanzas y energía para la nueva etapa que comenzaba. Ese señor era Carlos Busquetti, docente, al llegar se encontró con que no había ninguna escuela, pero eso no lo desanimó, continuó con las ganas de comenzar. Las familias del barrio Güemes lo recibieron con respeto y entusiasmo. Junto a las familias comenzaron a ver dónde podía comenzar a funcionar la nueva escuela, que aún no tenía nombre. Esa familia humilde cedió una pequeña pieza para que comience a funcionar algo que todos soñaban. En conjunto armaron los bancos y sillas y todo lo necesario para comenzar las clases. La escuela Nº 417 que es la más antigua de la ciudad le donó algunos bancos, tizas, borradores, una campana, entre otras cosas. Así la escuela comenzó a funcionar sin nombre y sin número, el 8 de julio de 1932, Juan, junto con sus amigos del barrio, felices, comenzaron las clases. Nada fue fácil, tenían muchas necesidades, en la escuela no había luz, los días nublados o de mucho calor estudiaban debajo de un algarrobo. Disfrutaban de la lectura y de todo lo que el maestro le proponía. Trabajaban todos juntos, en un plurigrado, todos estudiaban en grupo de acuerdo a su grado. Había mucho respeto hacia los compañeros y docente. Los padres acompañaban a sus hijos en todas las actividades que realizaban y valoraban el esfuerzo del director. En esa escuelita humilde Juan se hizo amigo inseparable de un vecino, el señor Pedro Joaquín Castro, alias “Coco Díaz”, quien desde chico demostró pasión por el canto.

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La escuela funcionó en varios lugares hasta que llegó como docente el señor Carlos Zoto Payva quien consiguió que el señor León González done el terreno para comenzar a construir la escuela de sus sueños, en el corazón del barrio Güemes. En la inauguración del nuevo edificio asistieron todos los vecinos, Juan, feliz junto a sus compañeros y en especial a su amigo Coco Díaz. Pasaron los años y siempre Juan y Coco Díaz recuerdan a su amado Tostado y a su escuelita que le transmitió tantos valores. Coco Díaz se fue a vivir a Buenos Aires, donde terminó sus estudios y se dedicó a cantar. Se hizo famoso, recorre distintos escenarios tanto nacional como internacionalmente, llevando el sano humor de sus canciones. Y por, sobre todo, esos valores de humildad y solidaridad, donde, en cada presentación con orgullo recuerda su Tostado natal y a su escuelita amarilla que lo vio crecer y que tanto le enseñó.

Juan Mendoza 6to Grado. Escuela Nº 684

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Hace mucho tiempo atrás, cuando funcionaban los trenes que transportaban personas, cargas generales, cereales y muchas cosas más, los pasajeros iban a esperar el tren vestidos con sus mejores prendas, sombreros y carteras. Un día de mucho calor, tiempo que caracteriza a Tostado, muchos recibieron la noticia de que debían cumplir con el servicio militar obligatorio; según el número de sorteo, le tocaba la fuerza armada de mar o de tierra. Todos recordarán el día de la partida en tren. Los vecinos, familia y amigos iban a despedirlos entre llantos, risas y recomendaciones. Entre ellos estaba Julián, muy triste porque dejaría en la ciudad a su amada novia Rocío. Acordaron que a su regreso se casarían para formar la familia que tanto soñaban. Durante el viaje observaba el paisaje recordando todos los viajes realizados con su amada. En el servicio militar Julián conoció a jóvenes de otras localidades y juntos a ellos aprendieron actividades para defender a nuestra patria. Todas las semanas enviaba cartas contando como estaba, lo que iba aprendiendo y lo mucho que extrañaba a su familia y a Rocío. Pasó el año en que debían regresar a su ciudad. Muy entusiasmados los jóvenes subieron al tren y esperaban con ansias y felicidad el reencuentro con sus seres queridos. Al llegan a Tostado los jóvenes bajaron felices, en la amplia sala de espera lo esperaba Rocío con su familia. Al verse el tiempo se detuvo. Se abrazaron muy fuerte y prometieron no separarse nunca más.

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A la semana siguiente planearon su boda y acordaron en el registro civil la fecha tan esperada. Esa boda fue maravillosa y asistieron muchas personas porque la hicieron en la plaza central para que todos los habitantes puedan ver a esos novios que tanto lucharon por su amor. AsĂ­ vivieron felices por siempre ya que pudieron formar una gran familia, la familia de sus sueĂąos.

Leonardo Acosta 6to Grado. Escuela N° 684

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En una bella ciudad llamada Tostado vivían tres hermanas, Brenda, Noelia y Julieta. Un día de verano fueron a la plaza central. Cuando llegaron se sentaron en un banco y se pusieron a conversar, de pronto, vieron que venía caminado una persona muy humilde. Cuando pasó frente a ellas las saludó respetuosamente y siguió su camino, parecía una persona amigable, ya que los vecinos lo ayudaban sin que él se lo pidiera y éste muy contento seguía su camino. Al llegar a su casa les comentaron a sus padres lo que les había pasado. Ellos le contaron la historia: A ese señor lo llamamos Tito Piedra, es una persona muy pobre que fue abandonado por sus padres, tuvo una infancia muy triste, fue duramente golpeado en su niñez. Lo caracteriza su humildad, es respetuoso y noble. Jamás pide, la gente lo ayuda, ya sea con alimento, vestimenta o lo que necesite para estar mejor. Las hermanas escuchaban con atención los que les contaban sus padres. Desde ese momento Brenda, Noelia y Julieta comenzaron a planear junto con sus amigas cómo ayudarlo. Las hermanas y las amigas junto a instituciones le ayudaron a mejorar su casita y su bienestar. Los vecinos del barrio lo ayudaron a limpiar y acomodar el patio de su casa. Los años pasaron y Tito Piedra siguió como siempre, humilde, pero sobre todo respetuoso. Un día enfermó gravemente y falleció. Los habitantes de Tostado estaban muy tristes porque era una persona importante que les dejó una enseñanza a todos, una persona humilde y sufrida, con tantos valores sin haber tenido una familia que lo aconseje y contenga.

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En la actualidad, en la ciudad de Tostado una calle lleva su nombre para recordar a esa persona tan querida. En el acto de inauguración de la calle asistieron las señoras hermanas Julieta, Brenda y Noelia, junto a vecinos, instituciones y autoridades que recuerdan con amor a Tito Piedra.

Noelia Antonio 6º Grado. Escuela N° 684

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Había una vez tres hermanos Juan, Lucas y Santino. Ellos eran muy pobres, vivían en el campo con sus padres. Su papá era hachero y su mamá se dedicaba a todas las tareas del hogar y del cuidado de sus hijos. Debido a las largas distancias no podían asistir a ninguna escuela. Sus primos que vivían cerca de la ciudad los discriminaban y le decían cosas desagradables que los hacían sentir mal. Un día inesperado llegó al campo una docente en su escuela rodante. Todos quedaron maravillados y los tres hermanos estaban felices. Esa docente se llamaba Ángela Peralta Pino. La docente se presentó y les contó en qué consistía su trabajo. Su escuela rodante N° 942 tirada por un tractor fue la primera en la provincia y en el país, destinada a todo el departamento 9 de julio. Salió de la ciudad de Tostado para llegar a los lugares donde los niños no tenían la oportunidad de aprender. Todas las familias de la estancia escuchaban con atención y agradecían a la docente. Todos estaban felices porque si ella no estaría, sus hijos no iban a poder aprender a leer y escribir. Al día siguiente de su llegada comenzaron las clases, todos entusiasmados aprendían y valoraban el trabajo de la seño Ángela, cumplían con las tareas y trabajaban con responsabilidad. La seño se encariñaba con todos los niños de los distintos lugares que pasaba, comprendía su situación y enseñaba con amor. La seño Ángela recorrió obrajes y colonias hasta el año 1963. Los hermanos juntos con los alumnos que tuvieron la bendición de aprender gracias a ella le prepararon una fiesta de despedida. Todas las personas de los parajes vecinos asistieron y le agradecieron todo lo que hizo por ellos. En la ciudad de Tostado reconocieron a la docente Ángela Peralta Pino que enseñó y ayudó a muchos argentinos que nunca habían tenido, y quizás, nunca hubieran tenido la oportunidad de acceder a una escuela. Nunca pidió licencia, ni traslados, ni ascensos, dedicando toda su 277


vida a la Escuela Rodante, a sus alumnos y padres. Fue una docente ejemplar que trasmitió muchos valores, debido a todo esto una de las calles del barrio suroeste lleva su nombre y su Escuela Rodante N° 942 fue declarada “reliquia histórica”. Juan, Lucas y Santino transmiten a sus hijos y a toda su familia todos los valores aprendidos en su niñez.

Pilar Ojeda 6º Grado. Escuela N° 684

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Era un día de verano, una tarde muy calurosa en Tostado, dos amigos traviesos como tantos, salieron a caminar sin rumbo; dijeron a sus padres que iban a la plaza, pero, se le ocurrió ir hasta el río. Tras caminar un largo rato bajo el sol llegaron con ganas de refrescarse. El río les ofrecía sus frescas aguas, y se tiraron sin pensar que era profundo y peligroso, fue tal el susto que se dieron al no sentir el suelo en sus pies que empezaron a gritar y a pedir ayuda. Un chico que los vio los ayudó, se tiró al río y los pudo sacar. Cuando estuvieron a salvo dieron gracias por haberlos salvados y regresaron a sus casas felices.

Sasha Leguizamón 6º Grado. Escuela Nº 680

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Era un día sábado muy soleado en Tostado, cuando dos amigos, Enrique y Álvaro salieron a pasear, mintiéndoles a sus padres que irían a la plaza pero el destino y el calor del día los condujo hasta el río; mientras caminaban Enrique le contaba a Álvaro que sabía nadar y que él conocía mucho el lugar, prometiéndole una tarde maravillosa. Enrique debido a sus ganas de refrescarse se tiró del puente sin imaginar que su tan planeado día de diversión terminaría mal. Álvaro desde la orilla veía como su compañero se ahogaba, sin pensar se largó al río. Un chico que estaba paseando con su novia se dio cuenta de lo que pasaba y reaccionó intentando ayudarlos. Álvaro con todas sus fuerzas no logró sacarlo, pero se quedó con un penoso recuerdo, un collar muy querido por Enrique. Hasta el día de hoy su madre recuerda a su querido hijo y guarda entre sus más lindos tesoros su collar.

Antonela Surita 6º Grado. Escuela Nº 680

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Hoy escribiendo voy a contar cosas de mi ciudad; desde el año 2010 han comenzado cambios, está cada vez más linda. Mi ciudad es un lugar de orgullo para sus habitantes, colocaron semáforos en distintas partes, haciendo un tránsito más seguro, la reforma de la plaza central demuestra las ganas de que mi ciudad siga progresando para el bien de todos. Las obras y el recuerdo a las maestras que se fueron en una madrugada trágica son testigo de la solidaridad de todo el pueblo, que somos de corazón grande y manos listas para ayudar en todo momento. En mi ciudad tenemos una gran celebridad de fútbol que nos hace cada día más famosos en el mundo entero, él es LUCAS ALARIO, y no es la única personalidad que nos hace lucir. Soy feliz en mi barrio con mi familia, ver pasar el tren desde mi casa, que inunda con su estruendoso ruido el lugar, me hace pensar que cuando sea grande esas vías me llevarán a nuevos lugares.

Juaquín Notario 6º Grado. Escuela Nº 680

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En el mes de marzo del año 1994, llegué a la escuela del campo “Los Charabones” ubicada en la ruta 98, cerca de donde mi padre trabajaría. Grandes eran mis anhelos de buscar nuevos amigos. Cuando llegué a la escuela, los niños y el maestro vinieron a recibirme. ¡Qué alegría sentía! Tendría con quien jugar. Entre las charlas, los dibujos y las lecturas de los cuentos que hacíamos siempre se respiraban una esencia de entusiasmo. Pasó el primer año; y así los siguientes, donde la escuela envejecía, pero nunca perdía esa pureza y aroma rural. Disfrutaba cada mañana que emprendía el camino hacia ella; entre los cuadernos que bailaban con el vaivén del galope de mi caballo y las ganas de llegar rápido. Ya estando en quinto grado, con el pasar de los días, me fui dando cuenta de que los niños ausentes ya no regresarían, y por lo tanto, ya no éramos tantos. Solo quedaban Luis, Julia y yo. El maestro no sabía qué hacer, y en respuesta a la notificación que le llegó un día, de que la escuela se iba a cerrar por falta de alumnos, nuestros papás ayudaron al maestro poniéndola más linda, pensando que más niños asistirían, pero no fue así. Hasta fueron a buscar familias de 15 km de distancia para que envíen a sus hijos, pero no tuvieron un resultado favorable. Terminó el año y sólo quedamos nosotros tres. Al año siguiente el patrón fue a decirle a papá que tendría que anotarme en el pueblo para que pueda continuar estudiando porque la escuelita se cerraba. Una tristeza inundó mi corazón. Entre llantos y resignación marché a ensillar el caballo para salir a realizar tareas de campo.

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Fue así que no pude concluir mis estudios primarios. Sólo fui hasta quinto grado en mi escuelita del corazón. Ella cerró sus puertas para siempre, yo crecí, y si bien no terminé la primaria, la unión y el amor que sentíamos en ese lugar fueron suficientes para que hoy pueda manejarme en la vida.

Luisana de los Ángeles Casanova 7º Grado. Escuela N° 417

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Hace unos días mi tío me contó una historia también comentada por muchas personas acerca de una luz misteriosa que aparecía en las afueras de Tostado finalizando un camino que daba hacia el río. Todos coincidían con los mismos detalles: una casa abandonada, pastizal alto, algo de montes y chilcas. Allí cerca, los lugareños habían encontrado también unas vacas mutiladas, y como se dice por ahí, este hecho no tiene explicación, por lo tanto, fue asociado a la creencia de que seres extraterrestres lo hicieron. Al principio, escucharlo me daba gracia, pero a medida que la historia avanzaba comenzaba a incomodarme hasta sentir un cierto temor. Esa misma tarde, invité a mis amigos y le conté la historia. Mi tío que nos conocía bien y sabía que éramos curiosos, nos propuso ir el fin de semana a ese lugar, quizás con la intensión de probar nuestra valentía, o quizás suponiendo que no iríamos por miedo a lo desconocido. Aunque nos daba temor aceptamos la travesía. Llegó la tarde del sábado y todos ya estábamos listos. Mi tío vino con su camioneta preparada como para salir de cualquier apuro que pudiera presentarse. Sogas, linternas, agua, y hasta un machete como esos de las películas de aventuras que usan para combatir al enemigo estaban en la parte de atrás, y en el espacio que sobraba, nos ubicamos nosotros. Estando cerca del lugar, comenzamos a ver una pequeña y titilante luz que provenía de atrás de unos árboles, mis amigos y yo empezábamos a asustarnos, hasta el punto de querer pedir por favor a mi tío que regresáramos. Pero nadie se atrevió a abrir la boca, porque teníamos los ojos clavados en esa luz que tanta gente había comentado. Ya nos hacíamos la idea de ser capturados por maliciosos extraterrestres y llevados quien sabe a qué planeta. Pero al acercarnos y cruzar la arboleda, nos tranquilizó un poco saber que esa luz provenía de una vieja casa abandonada.

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Mi tío decidió parar ahí para investigar por qué había luz siendo ésta una casa deshabitada. Todos bajamos del vehículo y nos introducimos en el lugar. Al entrar la luz se apagó y la puerta se cerró. Enseguida el miedo nuevamente se apoderó de nosotros y comenzamos a gritar, a lo que mi tío buscó tranquilizarnos encendiendo una potente linterna. De repente, un hombre salió de un oscuro cuarto pidiendo a gritos que saliéramos de su casa. Todos salimos y mi tío se quedó dentro supuestamente hablando con el señor. Más tarde nos contó que aquella casa a la que se creía abandonada le pertenecía a ese hombre, que era un pescador y que ocasionalmente la usaba en temporada de pesca. Esa noche acampamos allí, y al día siguiente, observamos que la casa estaba totalmente deshabitada y sin rastro alguno de aquel hombre. Volvimos. Pero nos quedó la intriga de saber quién apagó la luz y nos cerró la puerta, y si aquel hombre existió en realidad.

Maite Morales Picco 7º Grado. Escuela N° 417

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Anciano y Morenita eran dos caballos que le pertenecieron a dos personas oriundas de Tostado en la provincia de Santa fe, allí donde el viento norte se apodera de las llanuras tan deseosas de las lluvias. Anciano era un caballo grande de color tostado con crin negra, era agradable y cariñoso con las personas, le gustaba mucho correr y ganó muchas carreras. Morenita era una yegua de pelaje blanco y suave con crin negra, la cual sabía lucirla al viento, transmitía mucho amor, quizás de agradecimiento por ser tan cuidada, quizás por su naturaleza, era una yegua petisa y mansita, muy buena corredora. Ganó aproximadamente unas diez carreras. Fue en la final de las carreras del hipódromo de Tostado donde Morenita y Anciano se cruzarían por primera vez compitiendo en su debut de doscientos metros. Ahí estaban, preparados en las gateras para correr, Anciano montado por un jockey al que apodaban “el pollo” y Morenita por “rollo mac”; así eran llamados estas personas encargadas de dirigirlos hacia una misma meta, ganar la tan esperada carrera. La gatera se abrió, la gente se quedó en silencio y en sus corazones sólo se oía galopar la sangre. Los dos caballos salieron corriendo como nunca antes se había visto, iban muy parejo, en un momento, Morenita iba pasando a su rival por media cabeza, pero Anciano no se dio por vencido y en todo su cuerpo corría la adrenalina. Al final los dos salieron empatados y sus dueños Juan Farias y Ramón Rosales quedaron muy satisfechos, pues el rendimiento de sus caballos era único. Pero su alegría duró poco, se enteraron de que un ladrón los había robado con la intención malvada de llevarlos lejos, quizás para venderlos o pedir rescate.

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Saliendo del pueblo por la ruta 2 los caballos empezaron a alterarse, el tráiler se rompió y los dos pudieron escapar hacia el camping del Rio Salado. Allí, en un atardecer caluroso, Anciano y Morenita descubrieron una libertad diferente que los hizo enamorarse. Cuando fueron encontrados cada cual fue con su dueño. Al pasar unos meses Juan, el dueño de Morenita se sorprendió al verla, así que fue a la casa de Rosales para decirle que su yegua estaba preñada. Pasado un tiempo, nació una bella potranca y decidieron llamarla Luna, en honor a la noche de luna clara que la vio nacer. Pero año después, Juan tuvo la mala noticia del veterinario que Morenita estaba muy enferma y que no le quedaba mucho tiempo de vida. Luna estuvo días echada, como adivinando el final de su madre, la cual murió una madrugada. Juan También estuvo meses triste por la pérdida de su yegua más preciada. Pero le conformaba saber que Luna había heredado las condiciones de su yegua. El hombre se enfermó de gravedad, y tuvo que someterse a un largo tratamiento y decidió que Ramón, el dueño de Anciano, cuidara de Luna por el tiempo que él estuviera internado en el hospital. Luego de años de tratamiento y mucha fe, Juan mejoró. En ese tiempo Luna ya era una yegua muy bella y tuvo cría en dos oportunidades, Morká, su segunda cría heredó todas las condiciones de sus abuelos campeones, era un potrillo blanco con manchas marrones, de velocidad absoluta que comenzó a demostrarla un día, en las finales del hipódromo de Santa Fe y desde ese día, no dejó de ganar. Juan falleció un 20 de noviembre y sus caballos se quedaron con Ramón quien los cuidó hasta su vejez.

Maximiliano Manzanares 7º Grado. Escuela N° 417

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Nuestro río yo te admiro

donde Manuel Belgrano juró

por tu brisa tan hermosa.

nuestra bandera orgulloso.

Tu belleza asombrosa y esperanza contagiosa.

Recorres nuestra provincia de norte a sur vas luchando,

Río amigo Paraná

cruzando puentes y rutas

con tus peces alimentas

tus riquezas vas dejando.

tanta gente muy valiente, que con la caza y la pesca luchan diariamente. Qué importante fuiste y sos río grande y peligroso

Ana Luján Rodrigo 7º Grado. Escuela Nº 419 288


Corría el año 1800 y comenzaba a dividirse la provincia de Santa Fe. Allá cerca del límite con Santiago del Estero, los primeros habitantes llegaban a un pueblito a la vera del río Salado. Cuenta la historia que a orillas de este río vivían varias familias que se alimentaban de la caza y de la pesca. En ellas nacía el amor de dos jóvenes, que por ser menor la joven estaba prohibida. En las madrugadas escapaban para contemplar la luna, las estrellas al reflejarse en el río, demostrándose así el amor que sentían uno por el otro. El muchacho era alto, morocho de pelo negro y deslumbraste; ella trigueña con sus largos cabellos lacios trenzados. En una de las tantas noches de aventura fueron descubiertos por sus padres, lo que desató fuertes discusiones entre ambos, obligándolos a terminar con su amorío. En esta situación y sabiendo que no volverían a estar juntos decidieron tirarse al río convirtiéndose así en un caballo de color tostado. De allí proviene el nombre de nuestra ciudad.

Alyssa Roldán 7º Grado. Escuela N° 419

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Hace muchos años en el norte de la provincia de Santa fe habitaban grupos de indígenas; dentro de éstos estaban los Tobas, Mocovíes y Abipones. Éstos se alimentaban de pescado, pues vivían cerca del río Salado, así como también de otros animales como las nutrias y carpinchos. Hubo un tiempo en que la tribu Abipones pasó hambre. Un día uno de ellos se había cansado de la situación y decidió cruzar el río. Todos se preguntaron por qué lo hizo. Resulta que al otro lado del rio vivía la tribu Toba, ellos eran muy inteligentes para conseguir su comida, vestirse y hacer sus propias casas de paja y cañas. Como los Abipones sabían cómo vivían los Tobas, este hombre decidió ir a la tribu vecina para poder quitarles todo y apoderarse de la misma. Así no pasarían hambre. Ankalli estaba muy preocupado porque no sabía nadar, entonces recurrió a su amigo para que pudiese ayudarlo. Éste le dijo que estaba mal lo que iba a hacer, pero decidió ayudarlo porque era su mejor amigo. Con cañas armaron un bote.

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Al atardecer, el abipón huyó para que nadie pudiese verlo. Cuando logró llegar al otro del río se dio cuenta que no vestía igual a los Tobas. Entonces, ideó otro plan, fingió estar lastimado y lo ayudaron. Lo llevaron a una de sus chozas para que descansara. Cuando nadie lo vio, salió a buscar ropa de los tobas. Logró entrar a varias casas y robó todos los alimentos y las armas. Desafortunadamente, un toba lo vio y lo entregó al cacique. Quien decidió encerrarlo en una jaula.

Yazmín Molina 7º Grado. Escuela Nº 419

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Había una vez cuatro hermanitos que se llamaban Brian, Leo, Lourdes y Débora. Ellos vivían muy felices con su madre Érica y su padre Carlos, pero desgraciadamente Carlos falleció. Érica lloraba y lloraba, no sabía cómo iba hacer de madre y padre al mismo tiempo y se preocupaba. Tres semanas después Érica ya tenía marido. Éste era malo con los cuatro niños, los maltrataba. Débora como era mayor se fue de la casa. Poco tiempo después los niños ya no comían, no tenían cariño, no sonreían y no los atendían. En ese momento Gladis, una tía se enteró que su hermana maltrataba a sus hijos. Entonces Gladis pidió la tenencia de los niños, se hizo juicio para que la hermana de Érica pudiera quedarse con sus sobrinos. Al final del juicio, Gladis se quedó con los niños y así vivieron felices por siempre.

Lourdes Luna 7º Grado. Escuela Nº 419

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Hace 50 años en un pueblo llamado Tostado, en la provincia de Santa Fe vivía una familia muy humilde en un ranchito. Éstos tenían dos hijos. Una tarde muy hermosa, los niños quisieron ir a la laguna, llamada “La Picaza”. Los nenes de repente se cayeron a la laguna. Como se hacía de noche los padres tan preocupados fueron a buscarlos, gritando sus nombres ¡Pepe!!Mercedes!!! ¿Dónde están? En ese momento los padres escucharon una voz lejana; era la de los niños. Entonces fueron corriendo donde estaban. Ellos decían: -Papi, mami, sáquenos de aquí. La madre muy angustiada dijo: _¡¡Okey!!¡¡Okey, hijos...!! Ya los sacamos. Cuando los niños salieron se fueron a su casa muy felices. Pasaron dos meses y en la misma laguna donde habían caído los niños; el agua comenzó a subir mucho y así se inundó Tostado. El agua llegó hasta la casa donde estaba la familia Mientras el agua seguía subiendo, los niños muy asustados le pedían a Jesús que los ayude a salir de ahí. Pasaron dos minutos del pedido, el agua comenzó a bajar de manera sorprendente. Los niños muy contentos le dieron las gracias a Dios y vivieron felices por siempre.

Agostina Andrada 7º Grado. Museo Histórico Regional Tostado 293


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Con el permiso de mis amigos,

a la orden están,

aquí voy a presentar

agricultura, ganadería

a un paraje costero

y turismo rural.

con paisaje litoral.

Bañando sus costas está,

Si vas por ruta uno,

el río San Javier

al norte de San Javier está

donde es hermoso ver

en él podés encontrar

un soleado amanecer.

un modesto lugar.

A vos querido paraje

Espacios que son históricos,

hoy te escribo con emoción

como la escuela, la capilla

Los Jacintos es tu nombre

y la estancia La Leticia.

y te llevo en el corazón.

Sus actividades predominantes

Tatiana Cabral 7º Grado. Escuela Nº 434

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Escuela ambulante fuiste

los ladrillos acumular

por los obrajes del lugar

y…con gran esmero

en una casilla llegaste

la obra a de empezar.

para tu labor comenzar.

Hoy tus paredes amarillentas

Hospitalidad enorme,

guardan innumerables recuerdos,

de las personas del lugar

tus galerías, tus patios,

para que en una estancia

son testigos de fervoroso cariño.

te puedas cobijar.

Solo tú sabes, cuántas historias encierras

La familia Vouilloz, el terreno donó

que como vos no hay otra igual,

y en él una escuela se levantó

centenaria en estas tierras,

la comunidad entera acompañó…

querida Escuela Gabriela Mistral.

y el sueño se cumplió.

Nadia Alarcón

¡Qué magnífico! cooperar,

7º Grado. Escuela Nº 434 297


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El lugar donde vivo es, para mí, tranquilo y muy lindo. Su gente es muy cálida y solidaria. Vivo aquí desde que nací, y a pesar de mi corta edad tengo muy lindos recuerdos que compartí en familia y con mis amigos. Me encanta despertar cada mañana, oler la fresca hierba y escuchar los cantos de los pájaros, me gusta ir a la escuela, encontrarme con mis amigos y aprender cosas nuevas cada día, también jugar al fútbol y acompañar a mi padre a su trabajo, cuando me es posible. No me quiero olvidar de mencionar que tengo un hermoso perro al que aprecio con todo mi corazón, su nombre es Budy y es mi fiel compañero, el que me espera cada mediodía cuando regreso de la escuela para que lo acaricie y juegue un ratito con él. Siento que se va a poner muy triste cuando tenga que ir a otra escuela y no podrá verme por unos cuantos días, sin duda yo también lo extrañaré, pero seguro tendrá otro compañero que lo haga jugar como yo. Atrás quedarán los más lindos recuerdos de mi infancia; ya estoy creciendo, pasaré a otra etapa de mi vida, con otros compañeros y docentes que sin duda serán también parte de mis más hermosos recuerdos. Mi pueblo representa parte de mi historia, y en ella disfruto de los encuentros familiares y sus fiestas populares que son siempre muy exitosas, donde asisten familias de las localidades cercanas que concurren para disfrutar del rico asado, torta frita y de los conjuntos musicales que siempre son muy bellos; los gauchos se lucen con sus hermosos y espléndidos trajes y sus damas no se quedan atrás con sus frondosos vestidos haciendo juego con el traje del caballero; hay entretenimientos para toda la familia, para los más pequeños están los divertidos inflables.

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Por todo esto es que me encanta vivir en mi pueblo, donde me siento muy feliz y seguro cuando camino por sus calles y cuando me voy a jugar a la plaza con mis amigos.

Lautaro Magneago 6ยบ Grado. Escuela Nยบ 918

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Nuestro pueblo se llama Ingeniero Chanoudie, está ubicado en el departamento General Obligado provincia de Santa Fe, Argentina. Se encuentra a 12 km de la ruta nacional N° 11, a 14 km de la localidad de Lanteri y 12 km de la ruta provincial N°31. Su nombre fue impuesto por el presidente del ferrocarril Chanourdie, que era ingeniero. Las primeras familias que lo poblaron y contribuyeron en la creación de la primera escuela primaria fueron Kettler, Sager, Scarel, Suarez, Sussin, Feldmann, entre otros. No tenían acceso a los servicios básicos como luz o agua potable y solo se conectaba a otros lugares más influyentes por medio del tren a carbón y años después, a vapor. Transcurrieron muchos años de cambio hasta lograr la comunidad que conocemos en la actualidad. Cuenta con una estación que quedó como un recuerdo, donde llegaba ese tren que transportaba los productos del campo, como así también a las personas. Las principales actividades que llevan a cabo las personas son: agricultura, ganadería, hay peones rurales y pequeños lugares de venta de alimentos. Tenemos una plaza con gran espacio verde y flores perfumadas que la adornan, la recorren veredas donde las personas pasean disfrutando cada rincón; se están construyendo nuevas viviendas y también un edificio comunal, se hicieron barrios nuevos y se va construir una plazoleta.

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Está la escuela que cuenta con nivel primario y secundario, la misma funciona desde 1938, a ella asistimos todos los niños del pueblo para aprender, jugar y compartir cosas nuevas. Tenemos un dispensario con doctores donde hay una salita de primeros auxilios. Cuando puedo salgo a caminar con mis hermanos, llegamos hasta un lugar hermoso y muy pintoresco donde se respira un aire con olor a flores silvestres. El agua que corre por un arroyito, al cual lo cruzamos mojando nuestros pies, para descubrir esa frescura inigualable. Quiero mucho a mi pueblo, espero lo puedan conocer y amar como lo siento yo.

Marianela Prieto 6º Grado. Escuela Nº 918

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La localidad donde vivo se llama Ingeniero Chanourdie, se encuentra en el departamento General Obligado, provincia de Santa Fe. Está a 12 km de distancia hacia el oeste de la ruta nacional N°11, es de fácil acceso ya que su entrada está asfaltada. Mi pueblo tiene distintos parajes que están a cargo de la comuna local, Moraju, Los Lapachos, Tres Bocas y el km 41. Chanourdie limita con las localidades de Las Garzas, Arroyo Ceibal y Lanteri. Chanourdie es un lugar de zona urbana, rural y es zona agrícola ganadera. El lugar donde vivo es muy tranquilo y agradable, la escuela a la cual voy solo me queda a pocas cuadras de mi casa. En esa institución se dan clases de nivel inicial, primario y secundario. La escuela primaria funcionó en varios lugares hasta quedar establecida donde está actualmente, ésta empezó a funcionar en el año 1938. La escuela secundaria comenzó a funcionar en el mismo establecimiento en el año 2009, en el turno tarde. El terreno fue donado por la familia Kettler. La escuela no es ni grande ni chica, es un lugar agradable, hay un montón de chicos, nivel inicial tiene su salita con varios juegos que comparten todos. En la escuela podemos jugar libremente porque tiene un patio enorme, cada docente atiende a su grado, es hermosa la escuela; el derecho a la educación es muy importante, tanto primaria como secundaria. El pueblo tiene varios habitantes, las viviendas están hechas para cada familia, son amplias y confortables. Hay plantas que están desde que nacieron mis abuelos, como los eucaliptos, éstos caracterizan al pueblo, también las vías del tren siguen estando como en los viejos tiempos, las cuales permitían el paso del mismo hacia diferentes lugares como uno de los más importantes medios

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de comunicación; y el molino donde se sacaba agua para llevar a la gente que no tenía agua potable, el personal de la comuna se encargaba de llevar el agua a esas personas del pueblo. También contamos con una plaza que se encuentra en el centro del pueblo, con un SUM, salón de usos múltiples, y al frente de la plaza se encuentra el centro asistencial. Está en obra el nuevo edificio de la comuna de Ingeniero Chanourdié. Las fiestas populares que se viven en mi pueblo son, el 25 de mayo, la cual se lleva a cabo todos los años en el Club, la patrona de nuestro pueblo es Santa Teresita, su día es el 1° de octubre, donde se llevan a cabo diferentes acontecimientos en su honor; y también el 7 de diciembre celebramos a nuestra Señora de Itatí.

Naiara Guillotti 7º Grado. Escuela Nº 918

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INGENIERO CHANOURDIE es una localidad argentina ubicada en el departamento General Obligado de la provincia de Santa Fe. Se encuentra a 12 km al oeste de la ruta nacional N°11. La principal actividad económica en la agricultura cuenta con una planta de acopio y producción de aceites, harinas y alimentos balanceados. El nombre de la comuna hace honor a la estación de trenes del mismo nombre que funcionó en la localidad perteneciente, en un principio, al Ferrocarril Provincial de Santa Fe y más tarde al ramal F14 del FCGB, inactiva desde mediados del siglo pasado. La estación se llamó así en honor al prestigioso arquitecto e ingeniero Enrique Chanourdie, diseñador de varias edificaciones de estilo francés en Buenos Aires y Rosario. Diseñó junto a Guisseppe Micheletti la estación de Rosario del FCGB, actualmente terminal de Ómnibus Mariano Moreno. Cuenta con más de 1.072 habitantes, lo que representa un descenso frente a los 1.335 habitantes del censo anterior. La comuna fue creada el 14 de julio de 1.951. Mi pueblo limita con las localidades de: Las Garzas, Lanteri y Arroyo Ceibal. Ingeniero Chanourdie abarca distintos parajes como Moraju, Tres bocas, Los Lapachos, Kilometros 41, Campo Ubajo, Tres Iletas. La escuela queda lejos de mi casa, tiene muchas salas, un hermoso patio con lindas flores, con muchos alumnos y asistentes escolares. Hace muchos años, en mi localidad, había un jugador muy bueno, todas las personas lo querían, unos años después él tuvo un accidente, a esa persona lo chocaron, se llamaba INDIO HERNAN SOLARI, muchos chicos que lo querían, empezaron a jugar en su honor.

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El club hace años está en actividad, el indio jugaba con sus compañeros al fútbol, a medida que pasaron los años lo fueron agrandando, en ese lugar se realizan cumpleaños y fiestas. En Ingeniero Chanourdie hay muchas fiestas tradicionales como por ejemplo cada 1ºo 25 de mayo se hace una fiesta y se come locro, hace años que en la escuela festejan el día del niño con muchos juegos y hacen todo tipo de entretenimientos. Todos los 25 de diciembre se festeja Navidad, el 1º de enero, día de año nuevo, se tiran cohetes, se come asado y se toma bebidas, el 6 de enero se festeja el día de los reyes magos. Quiero mucho a mi localidad, en ella vivo desde pequeña…

Darlene Marcón 6º Grado. Escuela Nº 918

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Ingeniero Chanourdie es una localidad argentina ubicada en el departamento General Obligado. Se encuentra a 11 km al Oeste de la Ruta Nacional N° 11. La principal actividad económica es la agricultura, y cuenta con una planta de acopio y producción de aceite, harinas y alimentos balanceados. Cuenta con una institución deportiva, adaptada para todo tipo de juegos, para grandes y chicos. El nombre de la comuna hace honor a la estación de trenes del mismo nombre que funcionó en la localidad, perteneciente en un principio al ferrocarril provincial de Santa Fe y más tarde al Ramal F14 del FCGB, inactiva desde mediados del siglo pasado. La estación se llamó así en honor al prestigioso arquitecto e Ingeniero llamado Chanourdie, diseñador de varias edificaciones del estilo francés en Buenos Aires y Rosario. Diseñó junto a Giusseppe Micheletti la estación Rosario del FCPSF, actualmente terminal del Ómnibus Mariano Moreno. Ingeniero Chanourdie es un pueblo de actividad rural en su mayoría, está ubicado en la provincia de Santa Fe, tiene algunas chacras donde se siembra girasol, maíz, trigo y algodón. Es un pueblo hermoso que pudieran visitar. Y lo que más me gusta es cuando voy al campo a andar en caballo, sentís la brisa del viento pasar por tu rostro, te sentís libre en Chanourdie, porque en él sos y serás libre a cualquier lado que vayas.

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Tiene una muy linda plaza limpia, ordenada y muy divertida. Fue construido un polideportivo y un playón para que los chicos de la escuela tengan educación física y los chicos del pueblo vayan a jugar. Hay una escuela para la enseñanza primaria y secundaria está ordenada y pulcra, el patio está lleno de flores. Lindo sería que puedan conocer y querer a mi localidad como la quiero yo.

Sofía Feldmann 7º Grado. Taller de Escritura

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Juan es de Buenos Aires. En las vacaciones de verano, vino de visita a la casa de sus abuelos a Las Toscas. Con sus primos salieron a andar en bici, recorrieron las calles de la ciudad hasta que pasaron frente al mirador. Juan se impresionó tanto al ver esa estructura, que cuando volvió a lo de su abuelo comenzó a hacerle preguntas, a las cuales el abuelo fue respondiendo. Le contó que acá lo llamamos el “Mirador”; fue construido por las familias fundadoras en agosto del año 1880 cuando ubicaron su asentamiento en el lugar más alto del lugar y necesitaban estar alertas y atentos por los avances de los nativos que se resistían a ser invadidos y colonizados. A medida que la localidad fue creciendo, este sitio se fue abandonando. En marzo de 2016 fue inaugurado después de un proceso de refaccionamiento; hoy es una reliquia para la localidad. Juan quedó sorprendido con esta historia. A la vuelta de sus vacaciones le contó esta historia a su maestra.

Agostina Bajú 6º Grado “B”. Escuela Nº 1124

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Había una vez un niño llamado Axel, que coleccionaba palitos de helados. Un día de lluvia Axel estaba muy aburrido. Pensaba si tenía tarea; miró su cuaderno y ya la había realizado. Pensó otra vez y no se le ocurría nada. Miraba en sus cajones si tenía algo para jugar y encontró su colección de palitos de helado. Se preguntaba: “¿Qué puedo hacer con esos palitos de helado?” Se le ocurrió al instante hacer una torre. Buscó en internet imágenes de torres y una le encantó, se llamaba “Mirador” y estaba ubicada en Las Toscas, Santa Fe, Argentina. Le llevó dos días hacerla porque llovía y había mucha humedad, esos días cuesta mucho pegar… El día que fue a visitar a su abuelo que vivía cerca de Las Toscas le preguntó: - ¿Podemos ir a ver el mirador? El abuelo le contestó: - ¡Qué buena idea! Alex se puso feliz, le agradeció mucho a su abuelo y le regaló su mirador hecho con palitos de helado.

Sofía Cremona 6º Grado “B”. Escuela Nº 1124 311


Esteban es un estudiante de veinte años, alto, de cabello oscuro y, sobre todo, muy curioso. Un día decidió investigar un poco la parte norte de la provincia de Santa Fe, así que empacó sus cosas y emprendió un camino en el cual le esperaban muchas sorpresas. El primer departamento que visitó fue General Obligado, llegó a Reconquista capital del departamento, luego fue a Malabrigo hasta que decidió ir a echarle un vistazo al río Paraná. Cuando llegó ahí nunca se hubiese imaginado lo que iba a encontrar. Preguntó a los lugareños qué sitio le recomendaban visitar. Le dijeron que visite el humedal Jaaukanigás, A Esteban le interesó mucho, aunque no sabía bien de qué se trataba. Fue de inmediato y al llegar a ese lugar quedó fascinado por sus maravillas, su fauna, su flora, plantas y animales que nunca había visto. Especies que no conocía. Le encantó. Así que decidió documentar todo, desde aves hasta sus hermosas plantas, para lo que utilizó todo el material que había llevado en su mochila marrón, cámaras fotográficas, filmadora y apuntes a puño y letra.

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Aunque no le faltó ningún detalle, todo le parecía poco cuando se lo contaba a sus compañeros de clase, los que quedaron intrigados y con la gran idea de realizar un viaje de estudios para conocer todos juntos el Jaaukanigás del que tanto hablaba Esteban.

Narela González 6º Grado “A”. Escuela Nº 1124

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En un pueblito llamado Las Toscas, allá por 1880, habían construido un “mangrullo”, que hoy en día se lo conoce como el monumento histórico “El mirador”. Allí vivía una niña llamada Belén a la que le gustaba subir hasta lo más alto para ver de cerca los pájaros volar. Una siesta mientras sentada miraba el cielo, comenzó a ver sombras por aquí, sombras por allá. Asustada bajó y comenzó a caminar rumbo a su casa. En el camino vio que a su derecha había unos rasguños en un árbol, los cuales eran largos y finos. De pronto comenzó a escuchar unos pasos que la seguían, y al darse vuelta desaparecían. Muy asustada aceleró sus pasos, al llegar a su casa cayó de rodillas, al querer levantarse se encontró con una figura oscura no muy clara. Fregó sus ojos y cuando levantó la vista se dio cuenta que todo este tiempo la había seguido un perro el cual sólo buscaba su cariño. Al verlo ella sintió unas ganas tremendas de adoptarlo y así fue.

Valentina Villa 6º Grado “A”. Escuela Nº 1124

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El mangrullo se fundó en el año 1880. Fue construido en madera dura de monte. Consta de dos pisos. Fundado por el General Obligado y los colonizadores Gaspar Kauffman y Antonio Tomassone, fue construido para que los colonos vean de allá arriba si venían sus enemigos. De allí veían con sus catalejos y gritaban ¡Alertaaaa! ¡Alertaaa! Juntaban a toda la gente que vivía alrededor del mangrullo y agarraban sus arcabuces. Un día los enemigos llegaron hasta la empalizada, como vieron que eran muchos los que se reunieron para luchar, dieron la vuelta y se fueron hacia el monte. Cuando el Mirador fue reconstruido, hicieron una inauguración donde el grupo Danz Arte y Agüijé que bailan danza clásica y folclórica, hicieron una presentación entre ambos grupos. También participé yo. Hicimos un baile muy hermoso, significativo y representativo. Ese día hubo fuegos artificiales y los niños paseaban en patines y patinetas.

Shadira Luisana Suárez 6º Grado II. Escuela Nº 468

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Hola. Soy un árbol y me llamo Roberto. Los humanos me dicen pino. Estoy ubicado en un hermoso lugar con flores, mariposas, aves y peces. Todo iba muy bien hasta que los llamados humanos aparecieron. Eso no es todo, empezaron a cortar árboles, a cazar y sacar peces del arroyo Palometa que corre y toca las orillas del Pato Cuá. El Pato Cuá fue fundado en el año 1978 por un grupo de hombres que querían un club de caza y pesca para organizar concursos de tiro al platillo, de pesca de la corvina, de palometa y otros torneos de pesca con devolución. Hoy, es parte del Jaukanigás, gente de agua; el humedal que protege las especies que perduran en la actualidad como, yacarés, corvina, garzas, patillos, tuyangos, bandurria, biguá, chajá, cardenales, viuditas, zorzales, boyeros, colibrí, Martín pescador, tortugas, carpinchos, yararás, cascabel, curiyú, entre otros. Siguiendo con la historia, empezaron a construir algo llamado baño, donde los humanos hacen sus necesidades. Bueno, eso no importa. Luego pusieron un alambrado para dividir tierras, colocaron un juego llamado hamaca, creo. Bueno, luego lo miraré.

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Después llegó el peor día de mi vida, me cortaron, me lijaron y me clavaron en algo llamado quincho y le pasó lo mismo a la mayoría de los árboles, aunque ahora se propagaron y siguen hermosos. Pero el lugar está un poco contaminado. Extraño ser un árbol, los pájaros encima míos. Pero estoy bien. Igual brindo servicio en el quincho.

Damián Lucca Gariboglio 6º Grado II. Escuela Nº 468

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Dos chicas fueron al Pato Cua a acampar. Estaban jugando en el agua. Al caer la noche, armaron la carpa y se pusieron a contar historias de terror. Una de ellas contó una historia de dos hermanas que se ahogaron. Luego de esa historia escucharon un ruido, fueron a ver y no había nadie, sólo ellas. Se acostaron, pero el ruido sonó más fuerte. Salieron de la carpa y vieron a la distancia a dos chicas iguales a las de la historia. Fueron a la casa de los abuelos que les contaron lo que les pasó a esas chicas, quedaron petrificadas. Los abuelos les preguntaron los nombres de las chicas y ellas respondieron: Emile y Camila. Los abuelos de las chicas ahogadas las invitaron a dormir. Emili dijo que se quedarían si no era ninguna molestia. No podían dormir, así que los abuelos les contaron una corta historia del Pato Cua. El club Pato Cua se fundó en el año 1958. En ese momento era un club muy poco conocido en la ciudad, tiene parrillas, kiosco, una pequeña casilla para bajar las lanchas al río y zonas para acampar. Emili y Camila se durmieron. A la mañana siguiente Emili se despertó y fue a la cocina. Los abuelos la sorprendieron con ¡panqueques! Emili desayunó y el abuelo le preguntó si se había metido al agua, ella le respondió que sí. En ese momento, Camila se despertó y fue también a la cocina. Encontró a Emili y le preguntó si había agendado a una tal Lourdes y a Micaela. Emili le respondió que no. Camila vio su celular y también tenía a Lourdes y Micaela.

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Los abuelos se sorprendieron al escuchar esos nombres y le dijeron que esos eran los nombres de las chicas ahogadas. Esa misma noche Emili y Camila se fueron a su casa, pero nunca olvidarรกn esa experiencia.

Felipe Vernazza 6ยบ Grado II. Escuela Nยบ 468

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Un misterio se halló en la plaza Codeselt hace dos años. Hasta el día de hoy siguen buscando a qué se debe el hecho. En Las Toscas, provincia de Santa Fe, se encuentra la placita Codeselt, ubicada en el barrio Virgen de la Salud entre las calles 119 y 121 a dos cuadras de la ruta nacional Nº 11. En ella se descubrió un misterio. Una hamaca ¡moviéndose sola! Dos chicos, en el año 2016, subieron a Youtube un video que les causó intriga a quienes viven cerca del barrio. En el mismo video se ve que ellos están a medianoche en la plaza Codeselt mostrando una hamaca que se mueve sola, sin que ellos la muevan. Los dos chicos no podían creer lo que pasaba. Gracias a este descubrimiento se llevaron a cabo muchos comentarios, algunos decían que era toda una mentira, en tanto, otros decían lo contrario.

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En la plaza también se encuentra la ermita de la Divina Misericordia donde hacen misas. Algunas veces hay jornadas deportivas con juegos para los chicos de todas las escuelas. En otra parte hay un lugar como si fuera un campito y los varones juegan al fútbol. ¡Hay hamacas, calesitas, tobogán, pasamanos y sube y bajas! Además, hay parrillas, bancos, mesas. Allí van muchas personas a tomar mates o tereré, o si no, hacen picnic o van a pasar la tarde. Es un lugar muy bonito para que la gente disfrute.

Camila Fernández 6º Grado II. Escuela Nº 468

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Emilia era la reina del amor y la paz y vivía en un pueblito cerca de un gran lago. Allí todos convivían en perfecta armonía y amor, era muy feliz porque les daba amor a todos sus habitantes, su vida era bella, pero como toda historia algo malo tendría que pasar en su corazón y muy dentro de ella, había algo que la lastimaba. Su hermana Rocío vivía en un lugar oscuro y aburrido llamado el “El Reino Feo”. No la querían mucho, pero hacían lo que ella quería porque los amenazaban de muerte. Rocío y Emilia siendo pequeñas tuvieron un gran amor fraternal, pero Emilia era mucho más linda que Rocío, eso causaba envidia en el corazón de su hermana y un día Rocío le contó a su hermana que le gustaba Mateo, un joven que no le daba ni la hora porque, obviamente, estaba enamorado de Emilia. La envidia y el resentimiento crecieron y esto convirtió a Rocío en una joven mala y enojada. Emilia decidió hablar con su hermana, pero no logró cambiar nada, El odio era muy fuerte, entonces cada una tomó su camino. Cuando los años pasaron Emilia decidió ir a visitar a Rocío, quien la dejó pasar e invitó a tomar un té y a jugar al ajedrez como cuando eran niñas. Hablaron un rato de todo lo que recordaban mientras movían sus piezas en el tablero una y otra vez. El juego de ajedrez no era un juego común y cualquiera, este juego era mágico, las fichas tenían vida propia y a medida que pasaban las movidas, los peones, caballos y alfiles caminaban por la habitación haciendo movimientos mortales.

Alejandra Ayala 7º Grado. Escuela Nº 6049 322


Quedé dormida profundamente y soñé varias cosas raras. En mi sueño tenía en frente un agujero negro, me acerqué a observar, estuve muy cerca y caí, era infinito. En él escuché una canción, primero pensé que estaba mirando tele y quedé dormida pero no era así. De repente apareció un patito y un gatito cantando, me asombré al ver que ellos podían cantar, a la vez fue extraño y divertido, fueron muy tiernos. Cuando desperté caminaba por un bosque en el cual nunca estuve, en el trayecto del camino me di cuenta de que los dos animalitos del sueño caminaban junto a mí, noté que esa situación no era normal. Entré en un caos, mi vista empezaba a ver objetos extraños, no entendía, si ya había despertado o aún estaba soñando. En un momento me detuve y todo el bosque desapareció, en ese segundo me trasladé a lugares abandonados. Mi mente recordaba todo el lugar donde yo me encontraba, como si fuera muchos años atrás. Una vez más me encontré con el pato y el gato, se iban transformando en un chico, su rostro era divino, tanto que no parecía real, venia directamente hacia mí, no me alcanzó el tiempo para escapar de él. De él salía una luz radiante que me sacó de ese lugar. Nuevamente desperté, esta vez fue real; estaba en mi habitación, en mi pueblo. Todo mi cuarto se encontraba en orden y solo se oía una canción, el cantante era el intérprete de mi sueño.

Aneley Forlin 7º Grado. Escuela Nº 6049

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Esto sucedió en nuestro suelo, hace ya muchos siglos… Un rey poderoso pensó en nombrar tres príncipes que viajasen continuamente por su reino. El rey los llamó: verano, otoño e invierno. Envió el rey a su pueblo al príncipe verano, pero a los pocos días de su llegada, los manantiales se secaron y la sed y el calor amenazaron con devorar todos los habitantes del reino. Mandó entonces el rey al príncipe otoño, que llegó acompañado de muchos frutos de regalo. Llegó después el príncipe invierno, frío, majestuoso, haciéndose acompañar por centenares de regalos. pero a los pocos días los árboles perdieron sus hojas, el cielo se cubrió de nubes grises cargadas de agua, y el viento azotó campos y poblados. Los vasallos sostenían su capa de armiño. El frio corazón del príncipe helaba todo a su alrededor. Viendo el rey la tristeza de su pueblo, tuvo compasión de él y decidió buscar una solución. En regiones doradas y de ensueño, vivía una princesa llamada primavera, el monarca la mandó a llamar, y apenas entró la princesa en los dominios del rey la tierra se cubrió de flores. Los pájaros cantaron alegres construyendo sus nidos y árboles, vistieron sus verdes ramas. Un sol suave y limpio lució el firmamento, y, por las noches, las estrellas brillaron con extraordinarios fulgor.

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El rey dejó entonces al pueblo en manos de los tres príncipes y la princesa y estos siguen viajando por todo el reino siempre en este orden: primavera, verano, otoño, e invierno.

Kimey Martínez 7º Grado. Escuela Nº 6049

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Un fin de semana fui a visitar a mis abuelos que viven en Florencia. Ahí me encontré con mis primos y tíos. Con la ayuda de todos armamos la mesa, donde almorzamos en familia. Después del postre decidimos ir a jugar al fútbol entre los primos, a un lugar que estaba cerca de un campo vecino. Nos dividimos en equipos iguales y armamos nuestros arcos, comenzó el partido, ya íbamos ganando 3 a 0 cuando nuestro arquero se golpeó, y nadie quería ir al arco. Parecía que todo terminaba ahí, cuando mi prima, la más chica, decide ser la arquera. Comenzamos de nuevo el partido y fue genial porque nos divertimos mucho. Hubo un tiro de esquina, mi primo Sebastián la pateó muy fuerte y la pelota fue a parar al campo vecino. En ese lugar había inmensos árboles que hacían mucha sombra, nadie quería ir a buscarla. Todos tenían mucho miedo, menos yo. Entonces me ofrecí para ir a buscarla, cuando iba entrando al monte, había mucha oscuridad y yo no veía el camino, en eso tropecé con unas raíces, caí y me desmayé. Al despertar, vi la pelota y también a un hada que estaba mareada porque la pelota la había golpeado. Me acerqué a ella para ayudarla y me dijo que se llamaba Tinker Bell, me agradeció por mi ayuda. Ella no podía creer lo que estaba sucediendo y yo menos, parecía un sueño, pero era realidad lo que pasaba. Me presentó a sus amigos, y me dieron muchas cosas deliciosas que no podía imaginar.

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Después me despedí y le prometí que volveríamos a vernos, yo creía que habían pasado horas, pero cuando salí solamente habían pasado segundos. Mis primos seguían esperando la pelota, seguíamos ganando 3 a 0 y el sol seguía alumbrando con su resplandor a toda Florencia, no le dije nada a ninguno de mis primos. Y desde ese día siempre que voy a Florencia a ver mis abuelos me encuentro con mi amiga el hada Tinker Bell. ¡¡¡ES MI SECRETO, NO SE LO DIGAS A NADIE!!!

Lara Abate 6º Grado. Escuela Nº 6049

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En un pastizal un zorro quería comerse a un loro, éste se encontraba en un árbol y el zorro lo invitaba a bajar. Había salido, recientemente, un decreto que los animales de la selva tenían que estar unidos. El zorro intentaba, por todos los medios que el simpático loro bajase del árbol, mientras se le hacía agua la boca. En ese momento apareció un perro y corrió al zorro, para matarlo. El loro matándose de risa, gritaba: - ¡Muéstrale el decreto, muéstrale el decreto!

Amarú Rocío Espinoza 7º Grado. Escuela Nº 6254

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Hace un tiempo, se decía que en el lado oeste de la Ruta Nacional 11, en un lugar llamado Las Toscas, había ocurrido algo increíble e inexplicable. Un grupo de estudiantes de cuarto año del secundario decidió investigar sobre el hecho, y fueron a la casa de Carolina que vio todo lo que había sucedido. Entonces, ella comenzó a contar lo que pasó y dijo: - María, mi amiga y yo, estábamos caminando por el campo cuando de pronto vimos algo raro en una casa, fuimos a ver qué era, pero cuando llegamos no encontramos nada, hicimos ruido, sentimos un olor raro…Hasta que después de tanto y tanto buscar, hallamos en un galpón abandonado, una bestia de gran tamaño, alas gigantes, garras afiladas, con cara de tigre, dientes de sable, ojos rojos con una llama amarilla en cada uno y un rugido espantoso y aturdidor. Nos quedamos congeladas de miedo. Cuando la bestia se nos acercó, miró a María a los ojos y…en dos segundos, una luz negra rodeó a mi amiga, la elevó en el cielo y desapareció junto a la bestia, se esfumaron como si fueran humo. Desde aquel día nunca más los volví a ver. Todavía sigo sin saber qué fue esa gran criatura. Nunca volví a oír otra noticia parecida. Y así fue como desapareció mi amiga María. Sólo espero no volver a ver a esa Bestia de ojos malditos y gran tamaño.

Noelia Jastzzebzki 6º Grado. Escuela Nº 6254 329


Había una vez, en un pueblo muy pequeño, un niño llamado Juancito que quería mucho a su madre y a su padre. Un veintidós de julio, Juancito se levantó de su cama y se acordó de que el veintiocho de julio era el cumpleaños de su mamá. A la mañana fue a la escuela, para que sus amigos, Mari, Pedro y Melina lo ayudaran con el regalo. A él se le ocurrió una idea, se lo contó a sus amigos para que se reunieran en el lugar planeado. Juancito volvió a su casa, habló con su abuelita, le contó su plan, ella dijo: - ¡sí! Al día siguiente escribió una carta y la dejó arriba de la mesa. La mamá se sentó y empezó a leer: “Querida mamá; te quiero un montón, pero me reuní con mis amigos para visitar un museo muy lejos, te voy a extrañar, pero primero iré a saludar a la abuela, te quiero.” La mamá se había asustado mucho, llamó a su esposo y no estaba. Fue a la casa de su madre para encontrar a su hijo, cuando llegó, abrió la puerta y ¡sorpresa! gritaron todos, ¡feliz cumple! le dijo Juancito, con un beso enorme, allí estaban todos los amigos de su hijo, la abuela, el padre y la gente del campo. Él le explicó el plan a su mamá y quedó tranquila, festejando su cumple. La fiesta ya terminó, porque esta historia acabó. Dedicado a todas las buenas mamás.

Milagros Rodríguez 6º Grado. Escuela N°6254

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Cierto día cuando mis compañeros y yo jugábamos un partido de fútbol; situación que repetíamos casi todos los días en el baldío del Barrio, se me ocurrió una idea. Entonces les conté de esto a mis colegas terminado el partido. Les dije: “¿Y si construimos una cancha de fútbol en este lugar?” Todos estuvieron de acuerdo con la idea. Al siguiente día fuimos a ver al Intendente del Municipio, para que nos ayudase a concretar nuestro sueño. El señor Intendente nos recibió muy contento, estuvo de acuerdo en ayudarnos con la limpieza y materiales, y nosotros junto con nuestros padres marcaríamos las líneas y colocaríamos los arcos y las redes. Trabajamos muchísimo durante varios meses, finalmente vimos terminado nuestra meta. Solo después de haber terminado el proyecto pudimos realizar la inauguración. Desde aquel día, la cancha estuvo repleta de chicos y nos divertíamos mucho. Una tarde de primavera, mientras estaba nuestro equipo reunido, llegaron unos chicos con unos años más que nosotros. Se decían los dueños de la cancha, de la que tanto sacrificio nos había costado. No querían dejarnos jugar porque nos consideraban unos “buenos para nada”, nos pedían que les diésemos dinero para dejarnos jugar. Como la cosa iba para rato uno de mis amigos propuso jugar un partido, el ganador se quedaría con la cancha y decidiría por ella. Al instante, el desafío fue aceptado por todos, ya que veían que podrían ganarnos fácilmente porque eran más grandes que nosotros. Definitivamente, todo estaba listo para comenzar el partido. Se dan a conocer las reglas y se jugarían dos tiempos de diez minutos cada uno con un descanso de cinco minutos, el equipo que haga más goles durante ese tiempo sería el ganador. Se inició el juego, en nuestro lado de la cancha se jugaron los diez primeros minutos, y en varias oportunidades nuestro arquero tuvo que esforzarse para poder impedir que nos anotaran goles. Sufrimos todos, sin embargo, como jugábamos muy de seguido todavía teníamos aliento y orgullo suficiente para seguir. Descansamos los cinco minutos, que solo me parecieron un abrir y cerrar de ojos. La verdad estábamos muy cansados, pero ¿cómo podríamos entregar la cancha que tanto trabajo nos costó? 331


Se inició el segundo tiempo y nuevamente jugamos bajo los palos de nuestro arco, por un pelo todavía no habían podido meter un gol. Y quiso Dios, creo yo, que ellos se descuidaran un segundo y logramos pasar la mitad de la cancha, ahora teníamos la posibilidad de ponernos adelante en el marcador. Iván lanzó un centro, Guido logró cabecear, pero el arquero estirándose desvió el tiro. Nuevamente, la pelota rodó hacia donde Uriel y yo estábamos, no teníamos que dudar uno tenía que patear y nos dispusimos a hacerlo, entonces pateamos ambos a la vez… hubo suspenso por unos cuantos segundos. La pelota salió disparada y dio en el palo y luego siguió su carrera hacia adentro del arco. El festejo fue inmenso, el tiempo se terminaba, la emoción nos invadió a todos e incluso a varias personas más que pasaban por el lugar se quedaron a ver cómo se definía ese reto. Solo restaban milésimas y sonó el silbato, ninguno de nosotros lo podía creer habíamos ganado. Y cuando tuvimos que decidir qué haríamos dijimos: “No queremos que la cancha sea nuestra, queremos que la cancha sea de todos. Que juguemos como buenos deportistas, porque eso hará la diferencia”.

En reconocimiento a la canchita de fútbol que está ubicada en el Barrio San Felipe y es el lugar donde hemos pasado y paso momentos muy lindos con mi familia y mis amigos.

Nahuel Damián González 7°grado. Escuela 468

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… La luna lo seguía. La noche estrellada y clara no hacía adivinar lo que después sucedería… Hoy, el lugar donde pasa esta historia ha sido demolido. Pero quedó en pie en la memoria de quienes recuerdan y cuentan estos sucesos. Había llegado a Malabrigo desde la zona de San Javier a vivir aquí, a refugiarse, en la década del ’50, era aborigen, lo llamaban “el indio Hilario Machete”. Las paredes de ladrillo, el techo de zinc, la precariedad eran su refugio. Allí sobrellevaba mejor el frío, la lluvia, a veces el calor extremo, siempre a la intemperie…comiendo lo que se cocía a la parrilla. Con la caridad de algunos aliviaba su hambre. La voz de mi abuelo cuenta que siendo él un niño de 9 años, lo conoció a Hilario Machete. Éste salía siempre a cortar paja a orillas del arroyo El Toba. Ese día llegó con su caballo y no encontró lo que antes había cortado. La voz de mi abuelo cuenta que esa paja era vendida por los aborígenes a quienes después techaban con ella los ranchos de adobe. Y con las monedas que juntaba, “el indio” subsistía. Furioso, enojado por lo que le habían robado, regresó al lugar donde se refugiaban. Tomó su cuchillo y se cruzó para el predio de la Estación General Belgrano de Malabrigo, para el lado del brete. Lugar éste donde se juntaba la hacienda que se enviaría luego a Humberto Primero en vagones especiales para transportarlos… Se fue para ese lado y se acercaba al andén de la estación donde mi bisabuelo José Elías y mi abuelo Carlos Alberto, esperaban el tren de las 16 que venía de Vera.

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Con el cuchillo en la mano, vociferaba furioso Hilario Machete que le habían robado sus mazos de paja. Los ojos de niño de mi abuelo contemplaban todo con asombro y temor… Ya el sol de la tarde calentaba el silencio que sólo se cortaba con los gritos de furia del aborigen. Quien confundido, alterado, quizás embriagado…culpaba y atacaba a mi bisabuelo José por lo que le había sucedido a orillas del arroyo. Mi abuelo y su padre corrieron a refugiarse a una sala de la estación donde entraban los pasajeros y se albergaban para sacar los boletos. Mientras tanto el auxiliar de la estación llamó a la policía de Malabrigo, pidiendo ayuda. Voces que intentan apaciguar los gritos y la confusión. Luego de un rato de correrías se calmaron Silbidos, humo, chirriar de las vías anunciaban la llegada del tren. Se descargaban las sacas llenas de encomiendas, cartas, revistas y diarios… Mi abuelo Carlos y su papá cargaron todo en el sulky y salieron de la estación. La luna lo había anunciado. Hoy, junto al fuego, mi abuelo recuerda y me cuenta cómo pudieron salvarse de esa situación, se pasa las manos por los ojos, recuerda con nostalgia y sonríe.

Ana Clara Masin 6º Grado. Escuela N° 6113

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Un domingo a la siesta, después de comer el asado en familia mi abuelo me preguntó: - ¿Quieres ir al campo? - ¡Claro que sí! - exclamé. Rápidamente subimos a la camioneta y partimos. Íbamos mirando los campos sembrados de trigo, que recién asomaban con sus primeras hojas. El sol calentaba suavemente y el cielo azulado mostraba algunas nubes. De pronto algo me llamó la atención y dije: - ¡Abuelo, frená! Allí hay alguien acostado en el camino. Nos acercamos y el abuelo le preguntó si estaba bien. Él contestó: - ¡Sí! ¿puede llevarme? - dijo. Nos acomodamos en la camioneta y comenzó a contar una historia. Llegamos al campo y fuimos a la quinta a sacar naranjas. Yo manejaba el tractor y mi abuelo y el hombre en casa, hablaban de política y otras cosas más. Luego de llenar treinta y siete cajones de jugosas frutas fuimos al corral para juntar los huevos que las gallinas habían puesto y los llevamos a la camioneta. Le dimos de comer a las vacas y después nos dirigimos hacia la casa. Las puertas y ventanas estaban bien abiertas, se escuchaba una música muy fuerte. Los dos quedamos asombrados.

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El abuelo fue hasta el vehículo que habíamos dejado estacionado cerca de la casa y tomó una escopeta que allí guardaba. Entramos a la casa y revisamos todas las habitaciones, no había nadie. - ¿Y el hombre? - pregunté -Estaba aquí, sentado en la mesa cuando yo lo dejé. - dijo mi abuelo. Regresamos y lo buscamos en el pueblo, en la vieja estación de tren donde aún guarda el recuerdo de aquella Estación Malabrigo. Nadie supo decirnos nada, nadie lo conocía. Tal vez, pensé, era alguien que había regresado de aquellos tiempos lejanos, cuando el andén de la estación se llenaba de murmullo y risas, de personas apresuradas y ansiosas por subir a la vieja locomotora que los llevaría a la gran ciudad. El abuelo recordó que le dijo que se llamaba Juan.

Bruno Senn 7° Grado. Escuela N° 6113

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Hace mucho tiempo cuando mi abuela era joven vivía en un campo, cerca de un pequeño poblado llamado Romang. En sus labores diarias, una de ellas era llevar los animales a la isla, donde el pasto era abundante y fresco. Cuenta que tenía una yegua petisa oscura, con ella recorría el campo. Lo más hermoso era mirar los bonitos amaneceres y ver la puesta de sol, cuando el cielo, como si fuera magia se cubría de colores rosa, amarillos y grises formando quien sabe qué dibujos en el cielo. También formaba parte de su vida diaria asombrarse y deleitarse con los distintos cantos de las aves: cardenales, jilgueros, tordos y loros. Como le gustaba ver los camalotes, que de vez en cuando formaban como pequeñas balsas desplazándose en las aguas del río y ver el reflejo de los sauces y florecidos ceibos en las aguas cristalinas. Ella siempre me dice que tuvo una infancia muy linda, que fue muy feliz, que está muy agradecida con la vida que le tocó vivir y que la enseñanza que le dejaron sus padres son los ejemplos que hoy en día ella nos da.

Lucía Garcia 7° Grado. Escuela N° 6113

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Hace mucho tiempo, un hombre muy humilde vivía en un campo en Malabrigo, un lugar con aroma a azahares. Él tenía varias plantas que cada temporada se cubrían de ricas y jugosas frutas, solamente las plantas cítricas no cargaban en sus verdes ramas, ninguna. Todas las noches el hombre llamado Bautista rogaba que algún día esas plantas le dieran al menos un pequeño fruto. Un día cuando el sol tenue y tibio del otoño asomaba en el horizonte salió en busca de leña, hacia el monte cercano. Caminó largo rato y llegó a una pequeña laguna para beber un poco de agua. Estaba acercando el vaso a su boca cuando de repente escuchó un tintineo y una suave voz, que llorando le suplicaba por ayuda. Levantó la vista rápidamente y vio un ser extraño arrinconado entre unos junquillos. Era un hada. _ ¡Por favor!, necesito ayuda para liberar a mi hermana que quedó atrapada entre los troncos que allí ves. Sólo tú puedes hacerlo. Y el campesino así lo hizo, en un instante liberó a la pequeña. De prisa caminó hacia su casa. Al llegar, Laura, su mujer, lo recibió con gran alegría. - ¡Ven, ha ocurrido un milagro!, - le dijo, y lo llevó hasta la quinta. Asombrado, Bautista abrió sus grandes ojos azules ante el espectáculo que allí observaba, grandes frutas anaranjadas y amarillas colgaban de las ramas de sus plantas. Se acercó lentamente y descubrió en una de ellas una nota que decía: “Hicimos que la tierra de esta ciudad sea la mejor para los cítricos. Gracias por tu ayuda”.

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Él supo enseguida que se trataba de las hadas. Por eso la tierra de Malabrigo desde ese día es especial para los cítricos, lleva la dulzura y el perfume de las hadas.

Abigail Vogel 7° Grado. Escuela N° 6113

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Quiero contarles una historia relacionada con un lugar muy importante de nuestra ciudad de Malabrigo, la Plaza San Martín. Es una historia un poco larga… pero comencemos de una vez. En primer lugar, debo decir que es un lugar muy bello, con una gran variedad de árboles distribuidos armoniosamente lo que la convierte en un espacio perfecto para pasar una tarde en familia y tomarse unos ricos mates. Los niños pueden disfrutar de los juegos en la arena y de los cuidados espacios verdes. En el centro está el mástil junto a obras escultóricas y un escenario donde se realizan eventos culturales y se celebran los actos patrios. Además, convoca a toda la población de Malabrigo y localidades vecinas en las dos fiestas más importantes de la ciudad; la Fiesta Provincial del Citrus y la Fiesta Patronal en honor a Nuestra Señora del Huerto. Este lugar emblemático para los malabriguenses es un espacio muy bien iluminado y cuidado por los vecinos y el personal municipal. Hoy, cuesta mucho imaginarse cómo era la plaza hace muchos años y comprender cómo vivían los pobladores. Mi abuela me contó que cuando ella era niña, la plaza era muy distinta. Había muy pocos árboles, sin espacios verdes y estaba rodeada por un alambrado con un molinete en cada esquina para que los caballos y las vacas no entraran. Demás está decir que en esos tiempos no había luz eléctrica y por ello, cada noche un hombre pasaba a encender los faroles que iluminaban débilmente la plaza. Ese hombre se llamaba Pedro. Una noche cuando fue a encender los faroles escuchó un ruido muy extraño que despertó su curiosidad. Dejó sus cosas en el suelo y fue muy deprisa a ver qué sucedía, cuando por fin llegó al centro de la plaza se levantó un viento muy fuerte que apagó todos los faroles. Pedro se asustó mucho y en medio de la oscuridad creyó distinguir una silueta. Preguntó si había alguien, pero nadie respondió. Muerto de miedo, corrió hacia donde estaba su caballo, montó en él y se dirigió rápidamente a su casa. Después de lo sucedido, no quiso trabajar más de noche y mi abuela cuenta que abandonó la ciudad y no se supo más de él.

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Tanto misterio me dio un poco de hambre – le dije a mi abuela. Es verdad – me respondió. ¿Qué te parece si hacemos unos ricos alfajores con mucho dulce de leche? ¡Sí! - le respondí muy entusiasmada. Y nos pusimos a preparar todo para hacer los deliciosos alfajores de mi abuela.

Agustina Price 6º Grado Taller de Lectura y Expresión de la Biblioteca Popular Centro Social Cosmopolita

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A unos 287 km de Santa Fe, se encuentra Malabrigo, ciudad Jardín. Fundada por Federico Carlos Sigel. El 7 de septiembre del año 2013 por la tarde se llevó a cabo la inauguración del atractivo Paseo del Colono, este nuevo espacio verde creado por el municipio de la ciudad, su superficie es de 1950 m2 donde se emplazan todas las máquinas, anécdotas y recuerdos que llevan consigo estas herramientas. Seguidamente se construyó un lugar donde las personas pueden hacer ejercicios y pasar tiempos con sus familiares y seres queridos ya que en ese mismo paseo hicieron una placita donde se encuentran maravillosos juegos y atracciones fabulosas.

Milagros Elías 6º Grado Taller de Lectura y Expresión de la Biblioteca Popular Centro Social Cosmopolita

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Era domingo, estábamos almorzando en casa de mi abuela y se acercaba la fecha de una nueva edición de la Fiesta Provincial del Citrus, que desde hace veintisiete años se realiza en nuestra ciudad de Malabrigo. En el momento en que estábamos comiendo el postre, mi abuela empezó a contarnos hechos acontecidos en su juventud. Nos dijo que, allá por el año 1960, vivía y trabajaba con sus padres en la primera quinta de citrus de Malabrigo, llamada “Quinta Grande”. Una gran extensión de campo de 71 has con 4000 plantas, en su mayoría de mandarinas, con cuatro instalaciones de bombas centrífugas para el riego. En la parte central había una laguna artificial, lugar de esparcimiento y de encuentro al que concurrían los vecinos y paseo obligatorio de las parejas quienes se desplazaban por la misma en botes. Mi abuela nos contó también que era tan importante la producción de citrus que el señor Valli, dueño de las instalaciones, cosechaba en plena época, hasta 1200 kg por día de mandarinas que enviaba por medio del ferrocarril a las ciudades de Santa Fe, Rosario, Buenos Aires, Córdoba y Tucumán. Previamente a esto, la fruta era clasificada por máquinas especiales en el galpón ubicado al lado de la vivienda familiar. El tiempo pasó y la quinta fue perdiendo su esplendor a causa del clima y las plagas no tratadas. El dueño vendió las tierras y mi abuela junto a su familia se fueron a trabajar a un tambo. Hoy, solo quedan en pie el galpón y la vivienda en un estado de deterioro considerable. Después de contarnos esta historia, mi abuela, entre lágrimas nos mostró fotos de la época. En una de ellas se podía observar al personal de la quinta en plena cosecha y en otra la inmensidad de la plantación. Con el paso de los años nuestra ciudad pudo reactivar esta actividad y hoy es reconocida por la calidad y sabor de sus citrus. La producción crece año a año, así como también la cantidad y extensión de las quintas.

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Y, por esas vueltas que da la vida, actualmente mis abuelos tienen un puesto de venta de citrus en la Ruta Nacional N° 11 donde, además de comercializar citrus, venden dulces, mermeladas, jugos y licores artesanales que se elaboran con las frutas recolectadas de las quintas del distrito.

Facundo Nicolás Escobar 7º Grado. Taller de lectura y expresión de la Biblioteca Popular Centro Social Cosmopolita

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A 287 km. al norte de la ciudad de Santa Fe se encuentra ubicada Malabrigo, Ciudad Jardín. En mi familia, los más grandes siempre nos cuentan a los más pequeños anécdotas y sucesos acontecidos tiempo atrás en nuestra ciudad, algunos de los cuales me gustaría relatar en este escrito. En la época de nuestros abuelos, todos los domingos la familia se reunía para compartir el día, charlaban y se contaban las noticias de la semana. Los más jóvenes paseaban por la laguna de la Quinta Grande, lugar que con el paso del tiempo se fue modificando y hoy existe un barrio de viviendas. Años atrás se realizaba un desfile de carrozas para recibir la primavera. Las carrozas artísticas eran ideadas y construidas por los alumnos de las escuelas secundarias de la localidad; utilizando diversos materiales como flores de papel, tapitas, diarios, piñas y otros. En la carroza iba una joven del curso que era la candidata a reina. También, participaban carrozas humorísticas que relataban historias muy ocurrentes y divertidas. En la última noche, se elegía a la Reina de la Primavera y a las carrozas ganadoras. Cabe destacar que los alumnos de las escuelas medias N° 2057, N° 487, N° 232 y N° 1021 dedicaban muchas horas extraescolares para la realización de las mismas y recibían el apoyo de la familia y los profesores. Hechos como éstos fueron forjando la historia de Malabrigo, historia que la seguimos escribiendo nosotros.

Estefanía Locatelli Volpato 6º Grado. Taller de Lectura y Expresión de la Biblioteca Popular Centro Social Cosmopolita 346


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En estos meses se escuchó en distintos medios de comunicación y redes sociales sobre casos de animales muertos en zona rural en cercanías de la ciudad de Romang, provincia de Santa Fe. Luisa, una señora de aproximadamente 65 años, vivía junto a su esposo Pedro en el campo, a unos 3 kilómetros al sur de Romang, escuchó en la radio la noticia que se encontraron vacas muertas, mutiladas en distintos campos en las inmediaciones de la ciudad, inmediatamente llama a su esposo y le cuenta sin imaginar que al día siguiente vivirían una pesadilla. El matrimonio se levantó a las 5 de la mañana y después de tomar unos mates junto al fuego de la cocina a leñas, se dirigió a realizar las actividades como todos los días, cuando vieron reflejos, luces que se prendían y apagaban entre los árboles. Inmóviles, con los ojos bien abiertos y muy asustados observaron lo que estaba pasando, hasta que no se vio nada más. Después de un largo rato de silencio empezaron a preguntarse ¿qué fue eso? ¿qué viste vos? ¿tendrá que ver con lo de las vacas muertas? ¿serán los extraterrestres? Desconfianza, incertidumbre y mucho temor les causó esa situación, a tal punto que escuchaban un ruidito y atentos miraban a todos lados, imaginándose lo peor. Apenas si probaron unos bocados al medio día, pensaban continuamente en distintas cosas. A la siesta cuando estaban acostados, por supuesto, si dormir, escucharon zumbidos, los perros ladraban, rápidamente trancaron las puertas, cerraron ventanas, cortinas y pensaban… ¡es el plato volador! ¡vienen por nosotros! Tapados con una frazada y sin moverse permanecieron varias horas, solo se escuchaba la respiración agitada de ellos. Juntos decidieron salir y ver qué había pasado. Absolutamente estaba todo en su lugar, nada raro. Tomaron la decisión de ir a casa de su vecino, Don Armando, que vivía a unos 500 metros de ahí, buscaron la camioneta, por supuesto no arrancó, todo conspiraba en su contra, casi al borde del pánico, comenzaron a caminar, encomendándose a su santo, emprendieron el camino. Llegaron casi sin aliento y contaron a Don Armando con lujo de detalles todo lo vivido en ese día. Él los escuchó atentamente y les contó

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que a la madrugada junto a sus peones hicieron fuego porque habían encontrado panales de avispas y querían ahuyentarlas, no lo lograron, volvieron a intentarlo a la siesta, fue así que el enjambre abandonó el lugar y se dirigió en dirección a su casa. Luisa y Pedro se miraron y suspiraron profundamente, comenzaron a reírse. Aprovecharon a tomar unos mates, el dueño de casa ofreció llevarlos más tarde. Fue en ese momento en el que reflexionaron y conversaron sobre las noticias de los animales mutilados y lo que provoca el miedo en las personas. Mates, charlas y buenos vecinos terminaron con la pesadilla o situación confusa que atormentó al matrimonio en ese día que seguro será inolvidable.

Julia Ivana Velázquez 6º Grado. Centro Nº 161

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USINA I ..............................................................................................................................................................4 Centeno .............................................................................................................................................................5 A ORILLAS DEL RÍO PARANÁ ..............................................................................................................................6 MI PROVINCIA ...................................................................................................................................................7 EL VIAJE EN EL TIEMPO ......................................................................................................................................8 LOS OJOS ........................................................................................................................................................ 10 EL VENDEDOR DE SOMBREROS ...................................................................................................................... 12 EL PORTA PIA .................................................................................................................................................. 13 LA HOLANDESA ERRANTE ............................................................................................................................... 15 ¡HOLA! MI HISTORIA ES: ................................................................................................................................. 17 TORNADO DE DICIEMBRE ............................................................................................................................... 18

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Díaz ................................................................................................................................................................. 19 EL SUEÑO QUE ME CAMBIÓ LA VIDA ............................................................................................................. 20 TRAVESURAS EN LA ESCUELA ......................................................................................................................... 21 LA PEOR AMENAZA PARA LA CIVILIZACIÓN.................................................................................................... 23 JORGE Y SUS SAPITOS ..................................................................................................................................... 24 Lucio V López.................................................................................................................................................. 26 LOS UNICORNIOS ............................................................................................................................................ 27 CASTILLO DE FREYRE....................................................................................................................................... 29 EL CASTILLO ABANDONADO ........................................................................................................................... 31 María Juana .................................................................................................................................................... 33 LA LEYENDA DEL HOMBRE GATO ................................................................................................................... 34 LA PLAZA DE MI PUEBLO ................................................................................................................................ 36 Tortugas ......................................................................................................................................................... 38 TORTUGAS, PUEBLO QUERIDO… .................................................................................................................... 39

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LA LLAMADA MALDITA ................................................................................................................................... 40 SOMBRA BLANCA ........................................................................................................................................... 41 UN HECHIZO AL AMOR…................................................................................................................................. 43 USINA II .......................................................................................................................................................... 45 Ataliva ............................................................................................................................................................ 46 THE BUNKER (EL REFUGIO)............................................................................................................................. 47 LA CASA .......................................................................................................................................................... 49 Bella Italia....................................................................................................................................................... 51 A SALVO .......................................................................................................................................................... 52 EL CAMPAMENTO TENEBROSO ...................................................................................................................... 54 EL CASTIGADOR .............................................................................................................................................. 56 EL ESPECTRO DE MARTINA ............................................................................................................................. 59 EL SILBÓN ....................................................................................................................................................... 62 FUEGO BLANCO .............................................................................................................................................. 63 LA REUNIÓN DE LAS ALMAS PERDIDAS .......................................................................................................... 65 352


LA SOMBRA..................................................................................................................................................... 67 FELICIDAD ....................................................................................................................................................... 69 MI AMIGO JACK .............................................................................................................................................. 71 UNA CASA EMBRUJADA EN BELLA ITALIA ...................................................................................................... 73 ESPÍRITUS ERRANTES ...................................................................................................................................... 75 Esperanza ....................................................................................................................................................... 77 EL SÓTANO ..................................................................................................................................................... 78 SUCEDIÓ EN EL MUSEO .................................................................................................................................. 80 EL FALSO DENTISTA ........................................................................................................................................ 82 Felicia.............................................................................................................................................................. 84 LAS BRUJAS FIONA Y MATILDE ....................................................................................................................... 85 LOS PUENTES HERMANOS .............................................................................................................................. 86 UNA FIESTA DEL PUEBLO ESPECIAL ................................................................................................................ 87 CAOS EN EL RECORRIDO ................................................................................................................................. 88 EL MISTERIO DE LA FÁBRICA DE FIDEOS......................................................................................................... 89

353


LA LEYENDA DE LOS ADOLESCENTES DESAPARECIDOS .................................................................................. 90 PADRES INSEPARABLES .................................................................................................................................. 92 UN DÍA NO PLANIFICADO ............................................................................................................................... 93 UNA BICICLETEADA POR EL PUEBLO .............................................................................................................. 94 EL CLUB ENDEMONIADO ................................................................................................................................ 95 EL MISTERIO DE LOS BOLSOS ......................................................................................................................... 96 LAS AMIGAS Y EL PROBLEMA ......................................................................................................................... 97 MI HISTORIA EN FELICIA ................................................................................................................................. 98 EL CASO ........................................................................................................................................................ 100 EL ACCIDENTE MISTERIOSO.......................................................................................................................... 101 EL ROBO INCIERTO ....................................................................................................................................... 102 LA INVASIÓN DE LANGOSTAS ....................................................................................................................... 103 EL TORNADO DE FELICIA............................................................................................................................... 104 Grütly Sur ..................................................................................................................................................... 105 EL PUENTE VIEJO .......................................................................................................................................... 106 EL LAGO LA PAZ ............................................................................................................................................ 107 354


EL PUEBLO .................................................................................................................................................... 109 LAS PIEDRAS MÁGICAS DEL ARROYO LAS PRUSIANAS ................................................................................. 111 EL POZO DE LA TUCUMANA ......................................................................................................................... 113 EL DORADO ................................................................................................................................................... 114 MI RECUERDO DE MARIA ............................................................................................................................. 115 PUENTE COLGANTE ...................................................................................................................................... 117 La Pelada ...................................................................................................................................................... 118 LAS ÁGUILAS… MIS ÁGUILAS ........................................................................................................................ 119 Lehmann....................................................................................................................................................... 120 LA OBRA ........................................................................................................................................................ 121 LOS MISTERIOS DEL FARO ............................................................................................................................ 123 EL FANTASMA DE LA FÁBRICA ABANDONADA ............................................................................................. 125 LO QUE EL AGUA TRAJO ............................................................................................................................... 127

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Moisés Ville .................................................................................................................................................. 129 HISTORIA DE MOISÉS VILLE .......................................................................................................................... 130 AURORA Y EL PUENTE COLGANTE ................................................................................................................ 132 EL LUGAR DONDE VIVO ................................................................................................................................ 133 Pilar .............................................................................................................................................................. 134 AVENTURAS CON EL ABUELO ....................................................................................................................... 135 CONFLICTO EN EL GUILLERMITO .................................................................................................................. 137 LAS MELODÍAS COBRAN VIDA ...................................................................................................................... 139 LAS TRAVESURAS DE OLIVER…...................................................................................................................... 141 Sarmiento ..................................................................................................................................................... 143 EL NACIMIENTO DEL MÁS GRANDE DEL NORTE .......................................................................................... 144 HISTORIA DE LA ESCUELA N°343 DOMINGO F. SARMIENTO. ...................................................................... 145 LA CAPILLITA Y SU HISTORIA......................................................................................................................... 146 LA SUPUESTA AVENTURA ............................................................................................................................. 148

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USINA III ....................................................................................................................................................... 149 Carreras ........................................................................................................................................................ 150 EL MEJOR ESCONDITE................................................................................................................................... 151 LA HISTORIA DE CHIQUEL ............................................................................................................................. 153 LINYERA, SOY ................................................................................................................................................ 154 TODO VUELVE ............................................................................................................................................... 155 Gödeken ....................................................................................................................................................... 156 UN SUEÑO HECHO REALIDAD....................................................................................................................... 157 MI RECORRIDO HACIA LA ESCUELA DE ANTAÑO ......................................................................................... 159 Juncal ............................................................................................................................................................ 160 PERRO LOBO ................................................................................................................................................. 161 PUEBLO DE LA AMISTAD............................................................................................................................... 162 MAESTRA PUEBLO ........................................................................................................................................ 164 8 DE SEPTIEMBRE ......................................................................................................................................... 165 ESCUELITA RURAL ......................................................................................................................................... 167 357


Los Quirquinchos ......................................................................................................................................... 169 EL VIAJE DE SOFÍA ......................................................................................................................................... 170 LA HISTORIA DE LIDIA MELÍN Y CUÉ ............................................................................................................ 171 María Teresa ................................................................................................................................................ 172 LA PLAZA: EL DESCUBRIMIENTO DE LAS ESPECIES ....................................................................................... 173 C.C.C.............................................................................................................................................................. 175 ENIGMA ........................................................................................................................................................ 177 EL MISTERIO DE LA CASA ABANDONADA ..................................................................................................... 178 Wheelwright ................................................................................................................................................ 180 LA HAMACA MISTERIOSA ............................................................................................................................. 181 MIS RARAS VACACIONES .............................................................................................................................. 182 LA LEYENDA DE MELINCUÉ ........................................................................................................................... 184 EL DETECTIVE MC. PATO - CASO Nº 50......................................................................................................... 185 MI BISABUELO .............................................................................................................................................. 188 CUATRO DÍAS MÁGICOS ............................................................................................................................... 189 358


MI PUEBLO.................................................................................................................................................... 191 CON MÚSICA ES MEJOR ............................................................................................................................... 192 FUERTES TORMENTAS .................................................................................................................................. 193 MATHÍAS Y FEDERICO PERDIDOS EN ARGENTINA ........................................................................................ 195 USINA V ........................................................................................................................................................ 197 Ambrosetti ................................................................................................................................................... 198 COMO SI FUERA UN MUNDIAL ..................................................................................................................... 199 AL C.A.S.L.A. DE CORAZÓN ........................................................................................................................... 200 HOMENAJE AL PEÓN RURAL......................................................................................................................... 201 Monte Oscuridad ......................................................................................................................................... 202 MI COLONIA ES PARTE DE MÍ…..................................................................................................................... 203 UN PEQUEÑO LUGAR LLAMADO MONTE OSCURIDAD ................................................................................ 206 San Cristóbal ................................................................................................................................................ 207 EL MISTERIO DE LA ESTANCIA ...................................................................................................................... 208

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LA ESTANCIA DEL MISTERIO ......................................................................................................................... 210 LA LAGUNA DEL MISTERIO ........................................................................................................................... 212 EL PUENTE DE JUANITO ................................................................................................................................ 213 RECUERDOS DE MÍ SAN CRISTÓBAL ............................................................................................................. 215 LA ORQUESTA OLVIDADA ............................................................................................................................. 216 UN SUCESO DIFÍCIL DE EXPLICAR ................................................................................................................. 218 EL FANTASMA DEL TALLER ........................................................................................................................... 220 AURORA, LA BELLEZA DE MAHEBE ............................................................................................................... 222 LA HISTORIA DE SAN CRISTÓBAL Y EL NIÑO ................................................................................................. 224 CURIOSOS HONORES .................................................................................................................................... 226 MISTERIO SOBRE RIELES ............................................................................................................................... 228 LA LAGUNA DE YACÚ .................................................................................................................................... 231 NO ES SOLO UN PAISAJE MÁS ...................................................................................................................... 233 EL LOBISÓN EN SANTA FE ``LA VIEJA´´ .......................................................................................................... 235 EL HORNERO Y EL AROMITO ........................................................................................................................ 237 LAGUNA “LA VERDE” .................................................................................................................................... 239 UN DÍA POR EL RÍO SALADO ......................................................................................................................... 241 360


LA CASA EMBRUJADA ................................................................................................................................... 243 LA MANSIÓN EMBRUJADA ........................................................................................................................... 245 LA LEYENDA DEL FERROCARRIL .................................................................................................................... 246 San Guillermo............................................................................................................................................... 248 EL RESCATE ................................................................................................................................................... 249 AURORA ........................................................................................................................................................ 250 ATRAPA SUEÑOS........................................................................................................................................... 252 EL HOMBRE Y LA MUJER............................................................................................................................... 255 EROS Y PSIQUE.............................................................................................................................................. 257 MARCO Y GERÓNIMO................................................................................................................................... 258 PARA AMAR NO HAY COLOR ........................................................................................................................ 260 LA VIDA DE LUCAS ........................................................................................................................................ 262 USINA VI ....................................................................................................................................................... 263 San Bernardo................................................................................................................................................ 264 DON QSL ....................................................................................................................................................... 265 361


Tostado......................................................................................................................................................... 267 LA BATALLA POR LA LAGUNA ....................................................................................................................... 268 UN LARGO VIAJE ........................................................................................................................................... 270 EL CRECIMIENTO DE UNA ESCUELA.............................................................................................................. 271 UN VIAJE EN TREN ........................................................................................................................................ 273 LAS TRES HERMANAS ................................................................................................................................... 275 LA ESCUELA RODANTE .................................................................................................................................. 277 UN SUEÑO SE HIZO REALIDAD...................................................................................................................... 279 VIDA PARA MUCHOS DOLOR PARA OTROS .................................................................................................. 280 TOSTADO MI CIUDAD .................................................................................................................................. 281 LOS CUADERNOS CON AROMA DE CAMPO.................................................................................................. 282 UN MISTERIOSO LUGAR ............................................................................................................................... 284 El ANCIANO Y LA MORENITA ........................................................................................................................ 286 NUESTRO RÍO PARANÁ ................................................................................................................................. 288 TOSTADO ...................................................................................................................................................... 289 TOSTADO ...................................................................................................................................................... 290

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LOS CUATRO HERMANOS ............................................................................................................................. 292 EL MILAGRO DE DIOS.................................................................................................................................... 293 USINA VII ...................................................................................................................................................... 294 Alejandra ...................................................................................................................................................... 295 A MI PARAJE ................................................................................................................................................. 296 A LA ESCUELA GABRIELA MISTRAL ............................................................................................................... 297 Ingeniero Chanourdie .................................................................................................................................. 298 MI QUERIDO PUEBLO ................................................................................................................................... 299 MI PUEBLO.................................................................................................................................................... 301 TE CUENTO SOBRE MI PUEBLO .................................................................................................................... 303 MI LOCALIDAD .............................................................................................................................................. 305 INGENIERO CHANOURDIE ............................................................................................................................ 307 Las Toscas ..................................................................................................................................................... 309 EL MISTERIOSO MIRADOR ............................................................................................................................ 310

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EL MIRADOR ................................................................................................................................................. 311 ESTEBAN Y EL JAAUKANIGÁS ........................................................................................................................ 312 BELÉN EN EL MIRADOR................................................................................................................................. 314 EL MONUMENTO HISTÓRICO DE LA CIUDAD “EL MIRADOR” ...................................................................... 315 EL PATO CUÁ Y EL ÁRBOL TRADUCTOR ........................................................................................................ 316 UN FIN DE SEMANA EN EL PATO CUA .......................................................................................................... 318 EL MISTERIO DE LA HAMACA ....................................................................................................................... 320 AMOR DE HERMANAS .................................................................................................................................. 322 SUEÑOS DENTRO DE SUEÑOS ...................................................................................................................... 323 LOS PRÍNCIPES DEL AÑO ............................................................................................................................... 324 UNA TARDE INESPERADA ............................................................................................................................. 326 ACUERDO DE LOS ANIMALES DE LA SELVA .................................................................................................. 328 LA BESTIA ...................................................................................................................................................... 329 JUANCITO, EL NIÑO BUENO.......................................................................................................................... 330 LA CANCHA ES DE TODOS ............................................................................................................................. 331

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Malabrigo ..................................................................................................................................................... 333 LA VOZ DE MI ABUELO CUENTA… ................................................................................................................. 334 EL HOMBRE DESCONOCIDO ......................................................................................................................... 336 LA INFANCIA DE MI ABUELA ......................................................................................................................... 338 LA TIERRA DE LOS CÍTRICOS ......................................................................................................................... 339 NUESTRA PLAZA SAN MARTÍN...................................................................................................................... 341 PASEO DEL COLONO ..................................................................................................................................... 343 RECUERDOS CON SABOR A MANDARINA..................................................................................................... 344 ESCRIBIENDO NUESTRA HISTORIA................................................................................................................ 346 Romang ........................................................................................................................................................ 347 EL GRAN MISTERIO ....................................................................................................................................... 348 ÍNDICE........................................................................................................................................................... 350

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Impreso en Santa Fe, noviembre de 2018 (C) 2018 Ente Cultural Santafesino

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