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23 EL CABALLO

23 EL CABALLO

¡QUÉ DISGUSTO LE VOY A DAR A MI MADRE!

Que Disguto le Voy a Dar a Mi Madre - Diario ABC

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“Ahora, pues, he tratado de darle a tu vida, a tu muerte y a mi pena un sentido. Otros levantan monumentos, graban lápidas. Yo he vuelto a parirte, con el mismo dolor, para que vivas un poco más, para que no desaparezcas de la memoria”. Lo que no tiene nombre. Piedad Bonnet.

“Señora, estoy muy apenado al conocer la trágica muerte de su hijo en Linares, y quiero enviarle la expresión de mi más profunda simpatía. Me conmoví al recibir el noble trofeo de su hijo soberbiamente matado en la plaza de toros, enviado a mí con ocasión de nuestra victoria en Europa. Quiero añadir mis sinceras condolencias a todos los reconocimientos que usted ha recibido. Sinceramente suyo. Winston Churchill”.

Telegrama de Winston Churchill a Doña Angustias Sánchez, madre de Manolete, hombre al que respetaba y admiraba, a su vez era dar su apoyo a una madre que perdía a su hijo.

Doña Angustias Sánchez, viuda de dos toreros y madre del Califa del toreo, fue una madre que vivió las penurias de ver cómo sus seres querido se jugaban la vida en el ruedo, jamás vio torear a ningunos de sus dos maridos y a su hijo, durante las faenas se dedicaba a rezar mientras esperaba que terminar la corrida para después conocer la crónica.

Se dice que Decía doña Angustias dijo: Cuando Manolo toreaba, yo toreaba con él en mi casa lejos de la plaza, ayudándole con mis oraciones.

Aquella tarde trágica, según el cronista Juan Mari Peña, ocurrió lo siguiente: “Después de cada corrida, Manolete llamaba a su madre, doña Angustias. Aquel día la llamada se hacía esperar. Doña Angustias veraneaba en San Sebastián, en villa Iru, en Miraconcha. Con ella estaban una hermana de Manolo, Teresa, y tres sobrinas del diestro, Lola, Encarna y Rafaela. Por fin, a las nueve de la noche suena el teléfono y el mozo de estoques le dice a doña Angustias que Manolo ha sido cogido, pero que no es grave. Tres cuartos de hora después hay una nueva llamada en la que dicen que parece que hay complicaciones”.

Como toda madre, Doña Angustias quiso ver a su hijo, sin saber lo que ocurría en los últimos momentos del diestro, finalmente a las 23:30 horas consigue salir en el coche de Pablo Martínez Elizondo y Chopera, con dirección a Madrid. Cuando llegó, su hijo ya había muerto. Dicen que unas de las últimas palabras de Manolete fueron: ¡Qué disgusto le voy a dar a mi madre!.

La muerte de un hijo, es el golpe más fuerte que una madre puede recibir, la poeta colombiana Piedad Bonnet lo expresa en su libro: Lo que no tiene nombre, donde escribe sobre el dolor de perder a su hijo, una tragedia que sin duda compartió con Doña Angustias quien después de 25 años de la tarde en Linares, el Diario Córdoba con fecha 29 de agosto de 1972 publicó una nota sobre la tristeza de la madre cordobesa:

Doña Angustias Sánchez, (esposa y madre de toreros) sabe bien lo que representan los sufrimientos de la mujer que, rezando, espera el regreso de la plaza, del hombre querido. Lo aprendió en sus dos matrimonios. Y, para colmo, sabe también lo que significa el ver a un hijo muerto por un toro, súbitamente arrebatado, en el apogeo de la gloria popular. Pero doña Angustias, ha sabido hacer frente a esos avatares. Vive y piensa en su hijo. Puede decirse que vive para él. Para rezar por su alma. Con resignación admirable. Estos días que prolongan la fecha del XXV aniversario de la muerte de Manolete, doña Angustias recibe muchas visitas en su casa de la Avenida de Cervantes. Son amigos de Manolo. O periodistas e informadores, que le preguntan sobre sus recuerdos. A todos recibe y contesta con afecto por la memoria de su hijo. –¡Era tan bueno! -dice- Yo estoy rezando constantemente por él.

Esta es doña Angustias Sánchez. La madre de Manolete. La sufrida y abnegada madre de un torero

Un libro escrito por Conchita Cintrón, donde comparte sus vivencias y sus emociones, con una sensibilidad que te lleva al momento que ella vivía, comparte el gran amor que le tuvo a la fiesta brava, el valor oculto que encierra y sobre todo la poderosa influencia que la tauromaquia tiene sobre la sociedad.

Es impactante el inicio del libro, que te atrapa y no puedes dejar de leer: “Si; yo sé toros. Los he visto embestir. Los he matado. Y los he visto matar hombres, y los he sentido mientras daban muerte al caballo que montaba. Si; yo se de toros. Y de públicos. Aquella multitud que grita hasta levantar a su ídolo de seda y oro, y luego tiene placer en verle desplomarse en lágrimas… o muerte…”

¿POR QUÉ VUELVEN LOS TOREROS?

Karina Chapa Oliver

Es fabulosa la narración en el apartado Apuntes de Mujer, donde le escribe a uno de sus hijos cuando lo estaba esperando: “Esperaba un hijo. Su pequeña existencia era casi un sueño, pero ya le preparaba su ropita blanca. Ya su padre le esperaba con anhelo, y sus hermanos le habían dado un nombre…”

Extraordinaria sensibilidad, una joya para todo aficionado y también para aquellos que no lo son, ya que nos deja un cúmulo de enseñanzas, de superación y entrega, de lucha contra viento y marea, para llegar cumplir sus sueños dentro y fuera del ruedo.

La Mujer tiene esencia Fortaleza y personalidad, En los toros y en su hogar hace presencia Partiendo plaza con seguridad.

Ser madre es entregar El alma, la vida y el corazón, Aprendes a querer y amar Con sentimiento y pasión.

Eres respetada en cada sitio Tu disciplina es la que te caracteriza, La tauromaquia es tu mayor vicio Un pasodoble en la plaza ameniza.

Con casta torera sobresaliste Ante toda adversidad, A tus hijos protegiste con paciencia y serenidad.

POEMA A LA MUJER Y MADRE TAURINA

Diana Estrada.

EL PASO DOBLE Y LA MUJER

Guadalupe Herrera.

Fuente de información: Literatura Villalba (agosto 2011)

La presencia femenina en la Tauromaquia siempre ha sido fuente de inspiración, en todas y cada una de las expresiones de arte y cultura tales como: pintura, música, literatura, danza, fotografía, etc.

En esta segunda edición, les platicare de un Pasodoble que la mayoría, considero, hemos escuchado en una tarde de toros. Esta pieza fue inspirada en una niña llamada “Amparito Roca”, fue estrenada en 1925 en el Teatro del Siglo por el músico barcelonés de nombre Jaime Texidor Dalmau quien también era director de la Banda de Música de Carlet (Valencia).

Texidor, alternaba su profesión dando clases particulares de Violín y piano, a una amiga de su hija María, esa amiga era Amparito Roca Ibáñez estudiante de 13 años, quien concluyó sus estudios en música y pintura.

Esta pieza musical es tan famosa, que es himno popular en la ciudad de Tarragona en las Fiestas de su patrona Santa Tecla, en las fiestas de La Natividad de Nuestra Señora en Cestona y también protagonista en el Carnaval de Vilanova.

Como dato anecdótico, este pasodoble fue elegido para la Clausura de los Juegos Olímpicos de Sídney en el año 2000.

Letra:

Mi esperanza está en Jesús En su justicia y en la cruz De nadie más dependeré Solo en su nombre confiaré// En Jesús fuerte soy Solo el mi roca es Sobre la tempestad ¡Él es el rey!

Cuando no puedo, ver su faz Sé que su gracia es siempre igual A la tormenta venceré Mi ancla firme está en él ¡Mi ancla firme está en él!

En Jesús, fuerte soy Solo el mi roca es Sobre la Tempestad ¡Él es rey, sólo Él!

Un día él regresará En su presencia voy a estar Sin mancha ante el vendré Justificado por la fe

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