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Colaboración entre el arquitecto

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Lofts Palma Real

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Colaboración entre el arquitecto y el ingeniero de estructuras, en el proceso de diseño y construcción

Ing. José Adolfo Peña U. otipjapu@gmail.com

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Para abordar el tema que nos compete en esta oportunidad, que es “La Colaboración entre el Arquitecto y el Ingeniero en Estructuras para el Proceso de Diseño y Construcción”, quiero comenzar por hacer mención del mecanismo general dentro del cual opera el binomio arquitecto-ingeniero. Dicho mecanismo, que me permito llamarlo “Ciclo de planificación - programación - diseño - construcción” tradicionalmente se viene realizando en forma inconexa (figura 1).

En la etapa de la planificación y programación, se decide que se va a construir, quien lo va a realizar, factores económicos, etc. A través de la etapa de diseño se llega al proyecto, cuyo conjunto de datos van a servir para la ejecución de la obra. Recalco lo siguiente: en cada etapa del ciclo hay una toma de decisiones. La toma de decisiones de cada equipo (planificador, programador, diseñador, constructor) se puede efectuar de las siguientes dos maneras: 1. Toma de decisiones de manera no científica (la tradicional). 2. Toma de decisiones de manera científica. Las cuales están esquematizadas en las figuras cuyo autor es el Dr. J. Van Ettinger del Bouwcentrum de Holanda (figura 2). En la primera manera señalada hay una intuición inicial a partir dela cual se pasa a la toma de decisiones, se desarrolla la más satisfactoria de estas, obteniendo así los datos con los cuales se pasa a la acción. Una vez realizada la obra, la persona que estableció las premisas a partir de las cuales se construyó, ha logrado un acervo de experiencia que le permite una cierta autoridad para opinar y hacer algunas observaciones. Es preciso señalar que siguiendo esta metodología al término de varias obras lo que queda al profesional ya sea planificador, programador, diseñador o constructor, constituye su experiencia personal.

En la segunda manera, la diferencia consiste en que las opiniones iniciales que se toman, son posteriormente discutidas por un equipo integrado por personas especializadas las cuales se encargan de examinarlas sistemáticamente, hacer análisis estadísticos y obtener promedios de ellos, hallar las correlaciones entre las observaciones y los demás factores, hallar los nuevos factores que aparezcan, analizar las particularidades que se encuentren y las interrelaciones entre ellas. De esta manera se precisa una situación, en la cual está aún ausente la solución. De esta etapa se pasa a los hechos y a relacionarlos con los objetivos iniciales que se perseguían y de ello se obtienen las soluciones óptimas

22123 Artículo preparado por el autor, en octubre de 1967, con motivo de una mesa redonda realizada en el Colegio de Ingenieros de Venezuela, a raíz del terremoto ocurrido en Caracas, en julio de 1967.

Construcción Museo de Bellas Artes. Foto: Archivo OTIP

tomando una decisión alternativa que se transforma en realidad, para luego repetir el ciclo a través de diferentes proyectos. La experiencia obtenida de este modo es la de un equipo, ya que se analizan los resultados en conjunto llegando a las soluciones óptimas que cumplan con los objetivos.

Pasemos ahora analizar la etapa que nos concierne en esta mesa redonda: “La Colaboración entre el Arquitecto y el Ingeniero en Estructuras para el Proceso de Diseño y Construcción”.

El proceso de diseño y construcción se ha desarrollado tradicionalmente según se muestra en la figura 3.

¿Es inoperante acaso este proceso? No, pero adolece de fallas debido a que la toma de decisiones la hace unilateralmente un profesional. Veamos dos ejemplos: 1. El arquitecto organiza los espacios sin tomar en cuenta que su decisión va a afectar a las otras especialidades que participan en el proceso de diseño, así de ello puede surgir por ejemplo que la estructura des el punto de vista constructivo sea antieconómica, que las instalaciones no funcionan eficientemente, o que el sistema estructural no sea el más adecuado. 2. El ingeniero decide una estructura y luego el arquitecto organiza sus espacios ciñéndose a la estructura impuesta; el resultado puede ser anti funcional.

Aunque en cualquiera de los dos casos cada toma de decisiones pudo haber satisfecho en forma eficiente el problema de la especialidad, tales decisiones pueden afectar perjudicialmente las soluciones de las otras especialidades.

Ahora cabe preguntarse: ¿A qué se deben estas fallas en este proceso de diseño y construcción? Para contestar esta pregunta, estudiemos el caso del proceso de diseño y construcción de una vivienda unifamiliar.

Se trata en este caso de armonizar lo mejor posible factores aparentemente contrapuestos como son: precio, calidad, materiales, método constructivo, estructura, requisitos funcionales y sociológicos, espacio, instalaciones, conservación, estética, etc. En este caso el talento y capacidad de un solo profesional puede desempeñarse como un equipo a fin de armonizar lo mejor posible los factores mencionados. Podemos generalizar que este profesional responde satisfactoriamente al problema planteado.

Analicemos ahora el problema del diseño y construcción de un conjunto de viviendas o en una obra de gran magnitud (por ejemplo un hospital). En este caso los factores que hay que analizar son los mismos: precio,

Figura 4

calidad, etc., pero haciendo la salvedad que la magnitud de las decisiones es mucho mayor y tal vez la capacidad y el talento de un solo profesional puedan no ser suficientes para armonizar los factores mencionados.

Los modos tradicionales de pensar y actuar del profesional, han respondido a las características primero nombradas de la obra unitaria o singular, en tanto que el cambio sustancial de las exigencias requiere de nuevos métodos de trabajo y de producción del diseño, por lo tanto, una formación sustancialmente distinta.

Es necesario, para abordar el problema, una acción planificada en la cual sean tomados en cuenta los factores y fuerzas de: economía, análisis y producción.

Ante este difícil problema, es imposible seguir pensando en que sea solucionado por una sola persona, que utiliza posteriormente los servicio de otros profesionales para darle forma a su idea. Es necesario, por el contrario, la creación de equipos interdisciplinarios durante todas las etapas de diseño y construcción, que intervengan sistemáticamente en la toma de decisiones durante el transcurso de la proposición de ideas y su posterior desarrollo. No se trata simplemente de una asesoría circunstancial, sino más bien de un equipo integral en el cual estén responsabilizados cada uno de sus miembros, en el resultado final. Esto trae como consecuencia el que las diferentes especialidades concurrentes, deban trabajar con una lógíca y enfoque únicos, coherentes entre sí (figura 4).

No es posible seguir dejando a la imaginación y capacidad de un solo profesional la responsabilidad de tomar decisiones que afectan directamente otras especialidades y cuya magnitud, importancia y complejidad sobrepasan la capacidad de un solo individuo sea cual fuere su profesión o talento, pues siempre incurrirá en el error de ver un aspecto parcial del gran problema total (económico, urbano, arquitectónico, estructural, de producción, etc.)

Nos encontramos ante la imperiosa necesidad de formar los equipos de diseño, donde cada profesional que interviene es un especialista (figura 4), pero la toma de decisiones se efectúa en equipo y con una metodología y enfoque únicos como lo mencione anteriormente. Por ejemplo se puede efectuar la toma de decisiones según la manera expresada por el Dr. Van Ettiger, o por otra similar que conduzca a cumplir con la toma de decisiones del equipo en conjunto. Así cada miembro repito, estará responsabilizado del resultado del producto.

Cabe mencionar que el prodigio de talento y capacidad de algunos hombres, bien sean arquitectos o ingenieros, ha permitido que su producción sea una conjunción armoniosa de los factores: económico, urbanístico, arquitectónico, estructural, de producción, etc. Pero estos casos podemos decir que constituyen una excepción; por ejemplo Lloyd Wright, Le Corbusier, Nervi, Torroja, Zalewski, Villanueva en Venezuela, y otros más.

Por lo tanto se nos plantea como solución racional la creación de equipos para el diseño y un buen ejemplo de estos, es en Venezuela, el constituido por la sala de Diseño en Avance del Banco Obrero.

Por último quiero mostrar un esquema sobre la organización del proceso de diseño y construcción (figura 5).

Esperamos que con esta nueva forma de proceder, utilizando métodos más científicos de trabajo y técnicas más precisas, podamos llegar a mejores resultados para cumplir con los objetivos de: • Eficiencia en los espacios • Seguridad en las estructuras, y • Economía en los resultados del diseño y la construcción de obras encomendadas.

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