8 minute read
2. Hidrografía americana
Advertisement
Lección 2
Hidrografía americana
La hidrografía se refiere a las características de las aguas dentro de nuestro planeta. Entonces, al hablar de la hidrografía de América, se alude a las fuentes de agua propias de nuestro continente. El continente americano cuenta con una amplia hidrografía, formada por ríos, lagos y arroyos muchos de ellos navegables, que hacen que sean valiosas vías de comunicación y transporte. América posee los ríos de mayor longitud y caudal del mundo. La mayoría de los ríos de América discurren de los sistemas montañosos de occidente y se distribuyen en las vertientes de los océanos Glacial Ártico, Atlántico y Pacífico. En la vertiente del Atlántico fluyen los ríos más largos formando importantes cuencas que favorecen, de todas las maneras, a los habitantes de esas zonas ya que son navegables en casi todo su curso. Los ríos que desembocan en el océano Ártico se alimentan con las aguas que corren al fundirse las nieves. Muchos de ellos se congelan en invierno, por lo que se reduce su utilidad como vías de comunicación. El más importante es el rio Mackenzie. Las presencias de las cordilleras jóvenes, cerca de la costa accidental, hace que los ríos del Pacifico sean cortos, con fuerte pendiente y, por lo tanto, poco navegables. La excepción es el río Colorado, en América del Norte, que corre montañas áridas y, con el tiempo, ha formado el Gran Cañón, unas de las maravillas del mundo. En América del Norte se pueden identificar ríos de las tres vertientes existentes: el río Mackenzie que desemboca en la vertiente ártica, los ríos Yukón, Colorado y Columbia que son los ríos más largos de la vertiente del océano Pacífico, mientras en la vertiente del Atlántico se destacan los ríos Bravo, el sistema MississippiMissouri y el San Lorenzo. Entre todos ellos se destaca el río Mississippi-Missouri por ser el más largo con 3,710 millas o 5,971 km y con la cuenca más grande en esta zona del continente, siendo el principal río de los Estados Unidos. De igual manera, el continente americano cuenta con un gran número de depósitos naturales de agua, la mayoría de los cuales se encuentra en América del Norte, donde se destacan los lagos canadienses de Winnipeg, Atabasca, Osos, y de los Esclavos. En la frontera entre Canadá y Estados Unidos está la región de los Grandes Lagos, formada por el Superior (con una superficie de 82,500 km², es considerado el más grande del mundo), Michigan, Hurón, Erie y Ontario. Estos lagos están comunicados por ríos pequeños, canales y exclusas, desembocando en el Atlántico a través del río San Lorenzo. En las Rocosas se destaca el Gran Lago Salado.
En América Central los ríos son cortos y corresponden principalmente a la vertiente atlántica. Estos ríos cumplen varias funciones, sirviendo incluso como fronteras; tal es el caso de los ríos Segovia o Coco (entre Honduras y Nicaragua). En esta zona, los lagos también son de menor extensión, destacando los lagos Nicaragua, Managua y Gatún, este último ubicado en el canal de Panamá. En las Antillas los ríos son de caudal corto. Se utilizan como vías de comunicación, regadío en los campos para producir energía eléctrica. Ríos importantes: En Cuba, el río Canto (250kms); en Haití y República Dominicana, el río Yuna y el Yaque (380kms); en Jamaica el río Black. Ya en América del Sur, reaparece la vertiente del Pacífico aun cuando los ríos de la vertiente del Atlántico son más largos e importantes. En el subcontinente los ríos Orinoco, el sistema Paraná-Plata y el Amazonas. El río Amazonas es el más largo (4,000 millas o 6,437 km desde Perú a Brasil, aunque dependiendo del criterio usado es clasificado, en ocasiones, como el segundo más largo) y el más caudaloso del mundo, el cual forma además una de las cuencas más grandes del mundo. Dentro de los lagos más importantes de América del Sur están el Maracaibo, el Titicaca (el más elevado del mundo, a 3,810 m de altura sobre el nivel del mar), el Poopó y el Buenos Aires/General Carrera. El acuífero Guaraní es considerado el más grande del mundo, capas de abastecer la población mundial por 200 años. Éste reservorio de agua es compartido por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay.
Ríos más largos de América
Río Longitud (KM)
Principales países atravesados
Amazonas 6,440 Colombia, Perú y Brasil Mississippi- Missouri 6,019 Estados Unidos Mackenzie 4,240 Canadá Paraná- Plata 4,200 Paraguay, Argentina, Uruguay Sao Francisco 3,199 Brasil Yukón 3,185 Estados Unidos Bravo o Grande 3,033 México y Estados Unidos Saskatchewan 2,575 Canadá Colorado 2,333 Estados Unidos y México Orinoco 2,150 Venezuela y Colombia
Columbia 1,953 Estados Unidos
Magdalena Cauca Usumacinta 1,543 Colombia 1,350 Colombia 1,200 Guatemala y México
Unidad 1 Complemento histórico
Un nombre para un río
El nombre Amazonas fue popularizado por las crónicas que escribió fray Gaspar de Carvajal durante la expedición de Orellana, en las que lo denominaba el río de las amazonas por las tribus de indígenas guerreras que andaban desnudas y defendían con arco y flecha su territorio de los invasores españoles, y de las que escribió impresionado que “hacían tanta guerra como diez hombres”. Sin embargo, algunos lingüistas peruanos sostienen que el nombre proviene de los términos ama que significa romper y zona que significa canoa, en alusión a la fuerza de su caudal: el río que rompe las canoas. Aunque la designación de Amazonas es la más empleada, la nomenclatura peruana y brasileña varía en el transcurso del río. En Perú, el tramo desde los Andes a Iquitos es llamado Marañón, y desde ahí al Atlántico, Amazonas. En Brasil el nombre de Solimoes se emplea desde Iquitos hasta la desembocadura del río Negro, y desde ahí al océano recupera el nombre de Amazonas.
Comprobación
1. ¿Cuáles son las principales características hidrográficas de las Américas? 2. ¿Cuál es el río más caudaloso de las Américas? ¿Cuál es el más largo?
Las fuentes subterráneas del poder
LA ECONOMÍA NORTEAMERICANA NECESITA LOS MINERALES DE AMÉRICA LATINA COMO LOS PULMONES NECESITAN EL AIRE Los astronautas habían impreso las primeras huellas humanas sobre la superficie de la luna, y en julio de 1969 el padre de la hazaña, Werner von Braun, anunciaba a la prensa que los Estados Unidos se proponían instalar una lejana estación en el espacio, con propósitos más bien cercanos: «Desde esta maravillosa plataforma de observación –declaró– podremos examinar todas las riquezas de la Tierra: los pozos de petróleo desconocidos, las minas de cobre y de cinc...».
El petróleo sigue siendo el principal combustible de nuestro tiempo, y los norteamericanos importan la séptima parte del petróleo que consumen. Para matar vietnamitas, necesitan balas y las balas necesitan cobre: los Estados Unidos compran fuera de fronteras una quinta parte del cobre que gastan. La falta de cinc resulta cada vez más angustiosa: cerca de la mitad viene del exterior. No se puede fabricar aviones sin aluminio, y no se puede fabricar aluminio sin bauxita: los Estados Unidos casi no tienen bauxita. Sus grandes centros siderúrgicos –Pittsburgh, Cleveland, Detroit– no encuentran hierro suficiente en los yacimientos de Minnesota, que van camino de agotarse, ni tienen manganeso en el territorio nacional: la economía norteamericana importa una tercera parte del hierro y todo el manganeso que necesita. Para producir los motores de retropropulsión, no cuentan con níquel ni con cromo en su subsuelo. Para fabricar aceros especiales, se requiere tungsteno: importan la cuarta parte.
Esta dependencia, creciente, respecto a los suministros extranjeros, determina una identificación también creciente de los intereses de los capitalistas norteamericanos en América Latina, con la seguridad nacional de los Estados Unidos. La estabilidad interior de la primera potencia del mundo aparece íntimamente ligada a las inversiones norteamericanas al sur del río Bravo. Cerca de la mitad de esas inversiones está dedicada a la extracción de petróleo y a la explotación de riquezas mineras, «indispensables para la economía de los Estados Unidos tanto en la paz como en la guerra»1. El presidente del Consejo Internacional de la Cámara de Comercio del país del norte lo define así: «Históricamente, una de las razones principales de los Estados Unidos para invertir en el exterior es el desarrollo de recursos naturales, particularmente minerales y, más especialmente, petróleo. Es perfectamente obvio que los incentivos de este tipo de inversiones no pueden menos que incrementarse. Nuestras necesidades de materias primas están en constante aumento a medida que la población se expande y el nivel de vida sube. Al mismo tiempo, nuestros recursos domésticos se agotan...»2 Los laboratorios científicos del gobierno, de las universidades y de las grandes corporaciones avergüenzan a la imaginación con el ritmo febril de sus invenciones y sus descubrimientos, pero la nueva tecnología no ha encontrado la manera de prescindir de los materiales básicos que la naturaleza, y sólo ella, proporciona.
Se van debilitando, al mismo tiempo, las respuestas que el subsuelo nacional es capaz de dar al desafío del crecimiento industrial de los Estados Unidos.3 1 Edwin Lieuwen, The United States and the Challenge to Security in Latin America, Ohio, 1966.
2 Philip Courtney, en un trabajo presentado ante el II Congreso Internacional de Ahorro e Inversión, Bruselas, 1959. 3 Harry Magdoff, La era del imperialismo, en Monthly Review, selecciones encastellano, Santiago de Chile, enero-febrero de 1969, y Claude Julien,L’Empire Américan, París, 1969.
Eduardo Galeano. Las venas abiertas de América, septuagesimosexta edición, revisada y corregida, 2004 siglo xxi editores, s.a. de c.v., págs. 175-176.
Comprobación
¿Por qué se afirma q la economía norteamericana necesita los minerales de América latina como los pulmones necesitan el aire ayuda?