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Revista ProyectoAire | Aire 2.0
¿Qué es Proyecto Aire?
Es una revista digital que aborda la temática de la sustentabilidad socioambiental, creada con el objeto de difundir y promover ideas, acciones y productos con valor, de y para la comunidad. Este proyecto es realizado por un colectivo de trabajo compuesto por profesionales de distintas áreas, motivados por la necesidad de abordar las problemáticas inherentes al consumo y sus impactos políticos, culturales, sociales y ambientales. Los contenidos de ProyectoAire se producen partir de artículos periodísticos propios y de terceros (publicados por Webs y Blogs, principalmente), divulgando investigaciones científicas, debatiendo y promoviendo mediante entrevistas y publicidad a los nuevos actores, productos y espacios afines.
¿Para qué ProyectoAire? Para desarrollar y promover acciones que permitan al lector acceder a nuevos conocimientos y prácticas. Difundiendo ideas, nuevos espacios de consumo y producciones alternativas a las imperantes. Para reflexionar, investigar y criticar aspectos de la realidad del consumo y el contexto de la producción material y simbólica. Para articular los proyectos y potenciar los mensajes de todos aquellos que proponemos y trabajamos en la construcción de un mundo mejor.
Correo de lectores www.revistaproyectoaire.blogspot.com.ar/p/contactanos.html Twitter @proyectoaire Facebook www.facebook.com/ProyectoAire Contacto contacto@revistaproyectoaire.com.ar
Hacemos RPA
► Dirección: José Muñiz ► Edición: Daniela Dimov ► Coordinación Periodística: Santiago Nogueira ► Redes Sociales: Giuliana Cervi / Rubén López / Magalí Figus ► Diseño: Antonella Bottegal
► Corrección: Ma. Emilia Terrén / Vanesa Carcasona Yanina Audisio / MDF Producciones ► Arte de Tapa: Antonella Bottegal
índice temático 04. EDITORIAL contenidos.
06. LA COLUMNA VERTEBRAL Lo lavo con shampoo porque no me gusta tener cabello de escobeta.
07. CONCIENCIA RESIDUAL NÚMERO 08|
p.08 Comprar basura: Obsolescencia programada, el motor secreto de la sociedad de consumo p.10 De consumidores pasivos a protagonistas del cambio: La importancia del consumo responsable p.13 Economía circular La próxima revolución industrial p.14 Reciclaje: un camino al trabajo digno p.16 Más de este número
18. TECNOLÓGICA: SOFTWARE LIBRE NÚMERO 09| SOBERANÍA
p.19 Ningún software nace oprimido p.24 Software Libre, Software Social p.26 Software Libre: hacia el Socialismo del siglo XXI p.28 Más de este número
30. DE ROTAS CADENAS: AUTOGESTIÓN NÚMERO 10|
p.31 Legalícenla. p.33 ¿el patrón? la asamblea p.37 Autogestión: ¿consecuencia de una búsqueda estética? p.39 Más de este número
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Revista ProyectoAire | Editorial
EDITORIAL //
Vivimos tiempos donde nuestras libertades se ven reducidas drásticamente. La reproducción de la cultura dominante despliega un simulacro simbólico que pretende morigerar dicha experiencia opresiva. Sin embargo, entendemos que cierto sector de la sociedad pretende correr ese velo, no por mero cuestionamiento y/o crítica, sino para transcurrir una existencia alternativa a los modelos que se pretenden imponer. Humildemente, desde nuestra revista queremos aportar a la visibilidad tanto práctica como ideológica de ese sector. A lo largo de este año que pasó continuamos recolectando historias, comunicando modos de hacer tan legítimos como antagónicos a los dominantes. La trama que conforman los nuevos aires de ser y estar en nuestra sociedad es extensa y profunda. El deseo es poder seguir acercándoles a ustedes más de los nodos que la componen. Desde ProyectoAire creemos que la mejor manera de empezar un nuevo año es recordar desde donde venimos, pero sobre todo, recordar que son las mujeres y los hombres los que hacen historia. Su historia.
Santiago Nogueira | Coordinador
La columna vertebral | Revista ProyectoAire
► La columna vertebral de Santiago Nogueira | twitter: @santingr
Hoy presentamos:
Lo lavo con shampoo porque no me gusta tener cabello de escobeta. Ya todo el mundo sabe y tiene acaso una comprensión avanzada respecto a cómo se han ido transformando las maneras en que damos respuestas a nuestras necesidades básicas. Progresivamente nuestra vivencia puede ser emparentada con la realización de una intervención artística. Como todo fenómeno social, algunos lo disfrutan, otros lo sufren, algunos lo desean, otros lo desprecian. En ese arco de actividades, mi karma es cortar el pelo. Cuando niño, era fácil: acataba las órdenes de mamá y papá. El ingreso a la adolescencia fue una disputa y, en consecuencia, solo el cambio de responsable de tijeras era lo que permanecía (y deseaba) en el tiempo de modo incondicional. Luego de un lapso, incluso llegué a tomar las riendas de la situación y ser mi propio Fígaro. Al día de la fecha, esta permanente búsqueda y alternancia de espacios debe ser de lo poco que me queda de adolescencia esencial. Las peluquerías ya no son lo que eran. Ahora son estudios de cabello, diseño capilar, espacios estilísticos y otras variaciones meramente de nominación. Ya no hay fotos de tu equipo campeón fijas en las paredes, todo pretende ser un espacio futurista donde no hay lugar para el presente: estar a la moda es estar de paso. Todo esto nos incomoda, a nosotros, los funcionalistas. Los que queremos cortarnos el pelo y nada más. Los que entendemos que el pelo, como mucho, puede ser el campo de expresión de una emoción violenta: alegría, tristeza, odio... una promesa quizás. Mientras algunos permanecen en las tareas de seguir consolidando y expandiendo nuevos (absurdos) terrenos para desplegar los yoes del mundo que se despreocupan por las inconsistencias antropológicas del proceso, otros buscamos una peluquería propiamente dicha. En otras palabras, buscamos un sentido que trascienda a las velas que se apagan en nuestras tortas de cumpleaños.
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ANTES DEL CONSUMO
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Revista ProyectoAire | Anuario 2013
COMPRAR BASURA: Obsolescencia programada, el motor secreto de la sociedad de consumo ► por FLORENCIA MILIUKAS
En el interior de varios de nuestros productos existe un mecanismo que permanece silencioso. La obsolescencia programada establece que el deterioro o la inutilidad de los mismos no es una simple casualidad, sino una estrategia de las empresas que deciden cuándo será el momento de desechar lo que compramos. Como nos señala el materialismo histórico, en nuestra sociedad contemporánea las relaciones sociales predominantes se basan en el consumo. Las reglas que nos impone el mercado designan a las personas como consumidores que deben adquirir mercancías para realizarse como tales. Según esta lógica, nuestra satisfacción pasa a colmarse a través de la adquisición de productos. Mediante este proceso adquirimos mercancías que están diseñadas para brindarnos muchas posibilidades… por un muy breve período de tiempo. La perversidad del sistema siempre encuentra nuevas formas de mantenernos bajo su dominio y uno de sus mecanismos es la obsolescencia programada. Celulares, computadoras, heladeras y demás artefactos de uso cotidiano esconden dentro de sus mecanismos la fórmula secreta de su autodestrucción. Esta fórmula consiste en una predeterminación que se desarrolla durante la fase de diseño de los productos. En la misma, las empresas -de acuerdo con los fabricantes- establecen que tras un período de tiempo calculado los productos se tornen inservibles, obsoletos o simplemente dejen de funcionar.
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Otro modo de obsolescencia programada, junto con la moda, es el que se produce a través de las innovaciones tecnológicas. La tecnología y sus ritmos nos estimulan a obtener constantemente nuevos objetos que nos parecen fascinantes e imprescindibles y que nos brindan infinidad de servicios y satisfacción, por muy poco tiempo. Debido a que el único objetivo de la obsolescencia programada es el lucro económico, algunas variables como el gasto desmesurado o la generación de residuos pasan a segundo plano y este proceso, estimulado por la publicidad que nos incita a adquirir más y más, transforma a muchos usuarios y consumidores en un persistente séquito atento a las últimas novedades del mercado. Otro impedimento que facilita esta tendencia se relaciona con la imposibilidad de reparar muchos de los objetos que dejan de funcionar y, en caso de que esto sea posible, el costo de la reparación resulta tan elevado que coloca al consumidor en una posición donde la solución más apropiada es la de comprar un nuevo producto.
Iniciativa Frente a esta problemática, la asociación “I Fixit” (Yo lo reparo) propone en su manifiesto que la auto-reparación debe ser un derecho de los consumidores y una estrategia para evitar el deterioro del planeta. Para consultar la versión en español del manifiesto se puede ingresar en este link. Mirá “Comprar, tirar, comprar”, el documental de la TV Española que devela los principales conceptos sobre la obsolescencia programada.
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ANTES DEL CONSUMO
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Revista ProyectoAire | Anuario 2013
DE CONSUMIDORES PASIVOS A PROTAGONISTAS DEL CAMBIO: La importancia del consumo responsable ► por FLORENCIA MILIUKAS
Frente a los estímulos que constantemente incitan el consumo, existen organizaciones y entidades que desarrollan su trabajo en torno a fomentar prácticas de compra que sean responsables, es decir, que no deterioren el medio ambiente y favorezcan la igualdad social. Considerando, además, todo el circuito económico que comienza con la producción y culmina con la finalización el del uso de un producto. Consumir responsablemente requiere de una perspectiva distinta: la de la Economía Social y Solidaria (ESS), la cual hace referencia a la idea de solidaridad, en contraste con el individualismo competitivo propio del comportamiento económico de las sociedades capitalistas. La ESS promueve la comercialización bajo las normas del Comercio Justo, una forma alternativa de comercio que busca establecer una relación comercial voluntaria y justa entre productores y consumidores. Defiende principios como la producción desde cooperativas y organizaciones voluntarias que funcionan democráticamente, el rechazo a la explotación laboral de adultos y niños, la igualdad entre hombres y mujeres, la producción sustentable y el cuidado del medio ambiente, reducir los intermediarios entre productor y cliente, brindar información acerca del origen de los productos, entre otros. En la actualidad, por ejemplo, existen gran cantidad de marcas que emplean trabajo esclavo y según datos de la Fundación La Alameda, marcas masivas como Mimo, Zara, Kosiuko o Bensimon, entre otras, realizan su producción a través de talleres textiles clandestinos que mantienen a sus
empleados en condiciones de sometimiento e incluso emplean mano de obra infantil. Debido a esto resulta fundamental la información a la que accede el público, ya que el consumidor que compra en esos locales contribuye, muchas veces sin saberlo, a perpetuar el sistema que degrada a los trabajadores más vulnerables del sistema. Afortunadamente, existen mercados alternativos donde podemos conseguir gran variedad de productos que han sido elaborados siguiendo los principios de la ESS, como el Mercado Solidario Bonpland y el Galpón de Chacarita (ambos en Capital Federal). La Asociación Civil Amartya instruye a los más jóvenes en prácticas responsables a la hora de consumir a través del programa ConSuma Dignidad, en el que realizan talleres en escuelas secundarias brindando información, herramientas y promoviendo que los adolescentes las lleven a sus comunidades. Según Estanislao Sarandón -coordinador general de este programa-, la educación es una de partes más importantes del proceso ya que orienta a los jóvenes hacia una toma de conciencia respecto a las consecuencias y el impacto que sus prácticas tendrán sobre el conjunto de la sociedad. El programa está orientado a jóvenes de 16 a 18 años y se desarrolla con la finalidad de “transformar a los estudiantes en agentes activos de cambio en términos de la promoción del desarrollo sostenible, las prácticas éticas y la transparencia en el proceso de producción.” Otra alternativa que plantean activistas con posturas más radicales, es el boicot como modo de
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desestabilizar a aquellas empresas que realicen prácticas fuera de lo ético, como explotar a sus trabajadores, abusar de precios, o deteriorar al planeta. Esta práctica activa de los ciudadanos consiste en negarse a comprar productos o en dejar de adquirir servicios de manera masiva para de este modo afectar directamente los ingresos de las compañías.
Los gobiernos y las empresas son dos piezas indispensables para que las prácticas responsables de consumo puedan ser accesibles a los ciudadanos en su totalidad, quienes deberían tener la posibilidad de elegir de qué forma consumir, a partir del acceso a la información y la ampliación de los circuitos de consumo alternativo. La capacidad y riqueza del concepto de consumo responsable radica convertir en protagonistas a usuarios y consumidores, quienes tienen la capacidad de transformarse en actores directos del cambio a través de sus prácticas cotidianas e incorporar en sus consumos la satisfacción de contribuir a que las próximas generaciones encuentren un planeta con condiciones de mayor justicia, equidad y dignidad en las prácticas de intercambio.
¿QUÉ NECESITAMOS PARA SER CONSUMIDORES RESPONSABLES?
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DE ROTAS CADENAS: AUTOGESTIÓN
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Revista ProyectoAire | Anuario 2013
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ECONOMÍA CIRCULAR
La próxima revolución industrial Dentro de los nuevos paradigmas de la sustentabilidad, la economía circular se propone asimilar los sistemas productivos lineales (extraer materia prima-fabricardesechar) a los sistemas biológicos, donde no existen los desechos Actualmente, los modelos económico-industriales lineales desarrollan sus sistemas productivos como si los recursos naturales fueran infinitos y no siempre cuentan con esquemas de tratamiento de residuos. En contraposición a esto, aparece en escena el concepto de Economía Circular, cuya esencia reside en diseñar productos sin desechos, productos que faciliten su desmontaje y su reutilización, así como en definir modelos empresariales para que los fabricantes puedan ser incentivados económicamente para recoger, volver a fabricar y distribuir los productos que hacen.(fuente: www.ecointeligencia.com) Así se plantea un nuevo modelo productivo, el de la Ecología Industrial, que tiene como objetivo crear procesos de circuito cerrado en el que los residuos sirven de entrada para otro proceso, eliminando la noción de un subproducto no aprovechable. Francois Soulard, comunicador social, miembro de la COREDEM (Confederación de Recursos para una Democracia Mundial), nos dice al respecto: La premisa conceptual de la ecología industrial consiste en plantear una mirada más amplia de los sistemas productivos. En el fondo, se trata de una modalidad para integrarlos de una forma más avanzada en la biósfera, pensando los procesos industriales como una distribución particular de flujos de materias, de energía, de actividades humanas y de información. Para eso, se reintroducen en el ciclo de producción y de consumo todos los residuos, los subproductos o los elementos usados, que se transforman así en nuevas materias primas o en productos reutilizables en otro ciclo de producción. En este esquema, una gran diversidad de actores industriales, técnicos, científicos, planificadores, funcionarios, políticos intensifican sus cooperaciones en torno a la coordinación de nuevos circuitos de intercambio de materia y de productos.
Modificar el clásico esquema lineal nos retrotrae a la etapa misma del diseño de productos y materiales. En este sentido, es interesante mencionar los desarrollos de Michael Braungart y William McDonough, en su libro De la Cuna a la Cuna (Cradle to Cradle), en el que proponen tener en cuenta desde el propio diseño y concepción de cualquier producto, estrategia o política, todas las fases de los productos involucrados (extracción, procesamiento, utilización, reutilización, reciclaje) de manera que ni siquiera sean necesarios los gastos de energía, incluso que el balance de gastos y aportes sea positivo. Ya no alcanza con las famosas 3R¸ningún bien de consumo debería producirse si al final de su vida efectiva se convierte en chatarra inservible y potencialmente contaminante. Tomando a estos autores se hace evidente la necesidad de desarrollar tecnologías para contar cada vez con más materiales biodegradables (tanto para objetos como empaques) y productos que sean fácilmente desmontables, reciclables e, incluso, compostables (recreando el propio ciclo de la naturaleza). En el caso de los componentes no degradables, como los metales, es imperioso fomentar su reciclaje, reduciendo la energía de producción y la necesidad de extracción minera (de ahí la importancia de contar con la ley para el tratamiento de los RAEE -Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos-, los más tóxicos de los residuos domiciliarios. En este imperdible video de solo 20 minutos, Annie Leonard nos explica de forma sencilla y didáctica la relación entre el consumo y los sistemas lineales de producción.
LA HISTORIA DE LAS COSAS (THE STORY OF STUFF)
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DESPUÉS DEL CONSUMO
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“Hoy el trabajo del cartonero está legitimado”
RECICLAJE: UN CAMINO AL TRABAJO DIGNO ► por EMILIA ERBETTA
ProyectoAire entrevistó a Juan Martín Carpenco, integrante del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), una organización social independiente de los partidos políticos, que agrupa a más de 2000 cartoneros de Capital Federal y del conurbano bonaerense. En 2004, con poco más de 22 años, Juan Martín se acercó a la olla popular más cercana a su casa, en el barrio de Palermo. Así conoció al Movimiento de Trabajadores Excluidos, del que hoy forma parte. Además de agrupar a trabajadores de la Capital y el conurbano, El MTE absorbió a otros grupos de cartoneros, como los del Tren Blanco, lo que lleva la cifra a casi 4000 cartoneros que hoy trabajan amparados por la Ley 992, que incorpora a los Recuperadores Urbanos al Servicio Público de Higiene Urbana de la Ciudad de Buenos Aires. Según explican en su página web, cartoneando. org, el MTE surgió “como herramienta de los cartoneros para enfrentar al régimen mafioso (político, policial y empresarial).” ¿Cómo te sumaste al MTE? En 2004 yo vivía en Córdoba y Mario Bravo; unos pibes organizaban una olla popular y me sumé. Los cartoneros del MTE vienen desde Zona Sur, pasan por Puente Alsina, después por Sáenz, que se hace Boedo y que después se hace Bulnes. Toda la cuenca la hace el MTE y ahí los conocí. ¿Cómo fue creciendo el trabajo del MTE en estos años? Yo me acerqué a dar una mano. Hay que imaginarse la época; después del 2001, muchísima pobreza; las ollas eran ollas de hambre, donde la gente venía porque no tenía para comer y no tenía otro punto de encuentro en una ciudad que fue y sigue
siendo muy hostil para la gente de provincia que viene a hacer este tipo de tareas. En función de eso se fue organizando todo esto, siempre con la bandera del derecho al trabajo, la inclusión social. Eso nos permitió aglutinar la suficiente cantidad de gente para enfrentar el primer problema, que fue la policía que cobraba coimas a los cartoneros por trabajar. En función de eso se hizo una marcha, se armó una red de contacto entre camioneros para que, cuando la policía quisiera llevarse a uno se juntaran en segundos 500 personas. Así fuimos resistiendo y se logró erradicar. Hoy en día no debe haber un cartonero que pague coima por trabajar. Y si lo hay, es a cuentagotas. Hoy el trabajo del cartonero está legitimado. ¿Cómo es la dinámica de trabajo? Mientras la organización se fue haciendo más grande y tomó conciencia de lo postergados que estaban sus derechos, fue avanzando sobre conquistas históricas del movimiento cartonero. Hoy el sistema de trabajo sigue siendo el mismo pero está perfeccionado. En un primer momento, los compañeros venían en un camión en muy mal estado, con los bolsones y los carros; se bajaban en una parada y cada uno iba a hacer su cuadra, su
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portero y su zona y después volvían al barrio en el camión. Hoy en día están uniformados, cada uno con su credencial identificatoria, perciben un incentivo por su trabajo, pagado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que también subsidia los camiones. Todo esto se realizó sobre la base de una ecuación que tomó mucha fuerza cuando los compañeros y los vecinos de la Capital se hicieron conscientes del beneficio ambiental y económico que representa el trabajo del cartonero. Porque los kilos de mercadería que el cartonero levanta de la calle se ahorran en el enterramiento sanitario, por el cual el Estado también paga. Entonces, nuestra propuesta era que esa suma que se ahorraba, se destinara a mejorar y fortalecer el sistema cartonero. En 2008 firmamos el convenio con el Ministerio de Espacio Público, que es el que habilitó y facilitó este tipo de recursos. Ahí empezó a cambiar la cosa. Esto fue coronado en 2010 con el pliego de licitación, cuando la ciudad firmó el contrato con las empresas de limpieza y la parte del presupuesto de gestión de residuos sólidos -que hasta entonces iba a las empresas privadas que no invertían en reciclar- pasó a los cartoneros, quienes recuperan en un día lo que las empresas no recuperaban en un año. Esta es una conquista que no puede volver atrás, es un derecho adquirido. ¿Cómo es la situación en el resto del país? A este nivel, esta experiencia es única en el mundo. En los centros urbanos más grandes como Córdoba, Rosario, Mar del Plata, hay una organización incipiente. Nosotros tenemos en construcción la Federación de Cartoneros, porque hay lugares donde los compañeros siguen trabajando en las mismas condiciones que nosotros trabajábamos hace algunos años.
► Más info en: www.cartoneando.org.ar Contacto: movtraex@yahoo.com.ar Facebook: MTE Cartoneros
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más de este número RESIGNAR COMODIDAD. O CÓMO DESPERTARSE DE LA SIESTA CONSUMISTA Hubo un tiempo en que soñamos con máquinas que librarían al ser humano de sus labores físicas y éste podría disfrutar de su paso por la Tierra (al menos, quienes no tuvieran que operar esas máquinas, claro). El desarrollo de la industrialización prometía poner al alcance cada vez más y mejores productos y servicios que harían la vida más feliz. En este contexto, el confort pudo constituirse como un valor socialmente compartido y sobre todo como un valor para fomentar el consumo de productos, y con ellos, de un particular estilo de vida... ►¿Querés leer la nota completa? hacé click aquí
SEPARARÁS LA BASURA: EL MANDAMIENTO DEL SIGLO XXI El conjunto de lo que solemos llamar “basura”, por separado, son recursos. La principal solución de la problemática de los residuos pasa por la llamada “separación en origen”(es decir, en nuestras casas). A veces nos encontramos con un problema grave: aunque hayamos realizado la tarea de separación sin inconvenientes (siempre todo limpio y seco), no sabemos qué hacer con todos esos recursos. Una situación que se presenta en casi todos los aspectos de la vida misma. Por ejemplo, vamos a terapia, desglosamos nuestro trabajo, la familia, la pareja, los amigos. Sin embargo, luego se presentan problemas y resta preguntarnos: ¿y ahora qué hacemos? Afortunadamente, dicen que detectar el problema ya es un gran primer paso. ►¿Querés leer la nota completa? hacé click aquí
FANÁTICOS DE LA TIERRA GEOFANS, una ONG cuyo fin es articular la primera red de reciclaje con benefi¬cios de la Argentina. ►¿Querés leer la nota completa? hacé click aquí
► Para leer este y todos nuestros números completos hacé click aquí.
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NINGÚN SOFTWARE NACE OPRIMIDO ► Nota: SANTIAGO NOGUEIRA ► Entrevistas: AXEL SPRINGER / JULIA VARELA / GIULIANA CERVI / TAMARA ZYLBERSZTEJN La trama tecnológica que conforma a los sistemas operativos dista de ser inocente y apolítica. La sociedad construye y opera sus herramientas bajo mandatos teóricos que responden a diversas concepciones del orden social y cultural. RPA entrevistó a especialistas del tema para dilucidar qué hay más allá del hardware y los íconos de los escritorios virtuales.
PARA INICIAR PRESIONE UNA TECLA CUALQUIERA Detrás del hardware, la ideología. Sistemas operativos y aplicaciones que regulan las actividades y rendimientos de nuestras herramientas tecnológicas más modernas, configuran el ámbito de otra lucha por la soberanía cultural en el marco de la era de la información. El software es un objeto ideológico, que se va configurando como un intermediario estratégico para el desarrollo de sociedades liberadas de las diversas formas de opresión vigentes. La apropiación del software, entonces, ► Fuente: www.thesimpsons.com en el marco de la resistencia, crítica y ataque al paradigma liberal, es otra contienda que no debe software. Las reservas de Repsol ahora son de ni puede ser ignorada en nuestros días. YPF, ahí es claro y tangible. Pero en el caso Si nuestra sociedad deposita progresiva e irre- del software, al ser intangible, es más compliflexivamente más responsabilidades sobre el uso cado comprender la soberanía tecnológica. Por de dispositivos regulados por software, debe dar- ejemplo, en el fallido golpe de Estado al cose la discusión en torno a qué tipo de software mandante Chávez en Venezuela se cortó toda recurrir, por qué, cómo, quiénes… cuestiones bá- la producción petrolera sin disparar un solo sicas de conocimiento para la construcción de una tiro, simplemente a través del software privasociedad democrática y sustentable. En otras pa- tivo. Desde la central de Microsoft en Redmond labras: correr el velo tecno-ideológico que cubre bloquearon toda la industria petrolera, es ahí el estado actual de las cosas. donde se ve si el software tiene ideología. Desde ese momento la comunidad de software libre de Venezuela levantó todos estos sistemas.”
TODO SOFTWARE ES POLÍTICO
El problema es con lo intangible. ¿Cómo demostrar la trascendencia política y cultural del asunto ante una sociedad que organiza sus prioridades asociadas a la materialización exacerbada de las ideas? “Yo estoy a favor de que las máquinas sean soberanas y no dependan de ninguna corporación… No es fácil entender la libertad del
Esto lo cuenta Javier Castrillo, responsable de CENITAL (Centro Nacional de Investigación y Desarrollo de Tecnologías Libres) y del primer sistema operativo argentino, libre y sin ataduras: Huayra. El software se ha consolidado, silenciosamente, como una arena política vital para la lucha por la dominación y liberación de las sociedades. Además de información, el software contiene defini-
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tivamente poder político. De este modo emerge la pregunta por el ejercicio de ese poder. ¿Puede acaso un Estado constituirse como organizador legítimo y monopólico del orden social, desentendiéndose del control operativo de sus sistemas informáticos de gestión y participación política? El soberano debe ser capaz, debe tener la virtud de integrar esta cuestión social a la conciencia de la voluntad general. ¿Se puede concebir un Estado independiente, ejerciendo la soberanía política, económica y cultural si su burocracia informática es adquirida a corporaciones forasteras? Gobernar, software privativo mediante, implica arriesgar la seguridad de la información generada, administrada y comunicada, haciendo peligrar cualquier tipo de acción política estatal. La libertad de los individuos, su integración como ciudadanos con derechos y deberes adquiridos no puede enmarcarse en un cuadro semejante. El Estado debe ser libre de opresiones externas a la voluntad del pueblo que lo compone, legitima y empodera a sus autoridades. Las corporaciones tecnológicas privadas que van detrás de la dominación y control de los gobiernos deben ser desterradas. El fortalecimiento tecnológico de las naciones debe figurar, inexorablemente, en sus programas de descolonización cultural frente a las coacciones políticas y económicas extrañas a sus intereses más genuinos.
MODO A PRUEBA DE FALLOS “En el 2001 se produjo una situación de restricción muy grande en el presupuesto, especialmente relacionado con los productos que venían facturados en dólares. Y a su vez, éstos eran escasos. Se produjo una situación que nos llevó a restringir todo lo posible el consumo de productos importados.
No podíamos prescindir del hardware y los equipos, pero había alternativas en el caso del software. Siempre existieron las opciones de desarrollo propio y alternativo, y las buscamos en productos que venían sin licencias. En realidad, el primer impulso fue la necesidad de reducir los costos y nos encontramos con alternativas muy maduras y buenas técnicamente, con muchas posibilidades de extenderse. Nos interesó el hecho de que fueran de código abierto, de que pertenecieran a una comunidad que hable y acepte mejoras y colaboraciones. Así fue como empezamos a buscar alternativas para sustituir productos licenciados e implementarlos en productos con menos riesgos… Nosotros nos acercamos al software libre a través de una necesidad económica producto de la crisis, y encontramos productos maduros que nos sirven para nuestros equipos. Pero además, nos encontramos con una filosofía que desde el punto de vista de la forma de producción y distribución, es muy parecida a nuestra filosofía.” Esta historia, de cómo una organización social encuentra refugio en los brazos del software libre, seguramente pueda parecerse a otras tantas en aquellos meses de convulsión y escasez económica de la temporada de verano iniciada en diciembre de 2001. El caso del Banco Credicoop, narrado más arriba por su gerente de informática, Pablo Recepter, evidencia la ineludible faceta económica de este fenómeno, pero que bajo ninguna circunstancia puede desplazar a la filosófica. Los hombres hacen historia en circunstancias que le son dadas, impuestas “naturalmente”. Pero nada determina los resultados de su praxis. Ante la falta de recursos, endeudarse es una opción, pero no la única. Apostar por la industria y el trabajo nacional, aun implicando grandes desafíos, es una opción viable y más que legítima.
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El giro en la concepción del rol de la economía en nuestra sociedad, del Estado como máximo responsable de su regulación, no puede darse sin re-adecuaciones en otras áreas. La producción tecnológica, software libre y programación a código abierto, se impone como cuestión de Estado. A su vez, aquél no puede dejar de acompañar y resguardar las nuevas lógicas que se van construyendo y consolidando en otros campos. Es incoherente planificar acciones de gobierno que vayan detrás de la recuperación soberana de la praxis política, si sus estructuras digitales se configuran mediante los comandos de empresas transnacionales, íntimamente vinculadas a los grupos económicos y políticos que conciben al Mercado como gerente de los recursos económicos y culturales de los pueblos. Para que quede claro: dime qué software utilizas, y te diré quién eres. Esta elección no es inocente y mucho menos en los niveles de responsabilidad cultural que hacen a los organismos públicos de gestión. El sistema operativo seleccionado determina la relación social de la que es intermediario. La determina definitivamente, ni siquiera ejerce un condicionamiento. El software privativo asigna roles bien marcados, disciplina rígidamente a los usuarios que son sometidos, o que aún se someten “voluntariamente” a su lógica. Entendemos, entonces, que las administraciones públicas deben no solo alentar, sino también estructurarse bajo los principios filosóficos y culturales de los sistemas operativos abiertos. La soberanía es una condición plena, jamás parcial o fraccionada. Los Estados no deben habilitar a las corporaciones transnacionales de la industria tecnológica a que los dominen; son ellos los que deben dominar a las corporaciones. Aquellas cuestiones centrales que hacen a la regulación de la comunidad al amparo del Estado, deben ser reguladas principalmente, y en algunos casos monopólicamente, por éste. Solo el software libre asegura la verdadera libertad de los usuarios. El software privativo asegura la libertad de consumo. Bien sabemos que esta última es de tipo condicional, accesible a quienes pueden pagar la fianza que establezca la jurisprudencia del mercado de bienes materiales… y simbólicos. ¿Cómo construir soberanía? ¿Es una tarea exclusiva del Estado? ¿De qué manera legitimar esa construcción, cómo consolidarla? Entendemos que el mencionado órgano ejerce una tarea central y primordial, pero que debe sustentarse y aunar es-
fuerzos con otros actores. Uno de ellos es el sitema educativo.
PROGRAMADORES DE LA LIBERTAD
Actualmente, la Universidad Tecnológica Nacional es sin dudas un actor de vanguardia en este programa político y cultural que pregona la autodeterminación tecnológica. Este año el Concejo Directivo de la Facultad Regional Buenos Aires (FRBA) de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) aprobó el proyecto de “Soberanía Tecnológica” en el que se declaró “de interés institucional y educativo el uso, promoción e investigación para el desarrollo y enseñanza del software libre en la misma facultad y su integración en todas las áreas donde sea competencia la enseñanza y uso de las tecnologías de la información. Andrés Bursztyn, actual Director de la Carrera de Ingeniería en Sistemas de la Información FRBA afirma: “Tenemos un compromiso y lo referencio a una obligación. Yo soy graduado de esta universidad, de la carrera de Ingeniería de Sistemas de la Información. Cuando yo estudiaba y cuando terminé de estudiar había ciertas metodologías, ciertos lenguajes de programación, o ciertos equipamientos que no existían. Pero al darme las bases conceptuales, yo hoy puedo tranquilamente trabajar o con este lenguaje o con esta tecnología que salió hace poco: porque damos las bases conceptuales. El software específico lo usamos como excusa para reforzar la práctica desde un concepto. Eso nos da la apertura de hacer una actualización permanente del software. Se aprende un concepto relacionado con una herramienta. La práctica la podés hacer con varias herramien-
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tas, porque siempre la podés hacer con más de una (cuando digo herramienta, me refiero al software). Lo que no concibo es que vos hagas uso de software comercial por desconocimiento de que existe la alternativa.” La reflexión de Bursztyn identifica la clave del éxito en el camino de la liberación hacia nuevos sistemas: la liberación de los datos. Valora el esfuerzo del gobierno argentino en pos de instalar en la agenda la disponibilidad de los datos: “Generar esa conciencia en cada una de las instituciones gubernamentales, para que no solo se trate de software libre, sino de datos abiertos. Porque esto es lo importante, yo puedo utilizar una herramienta, un software libre, pero… ¿y los datos? Si los datos los guardo en el motor de un software propietario, me estoy perdiendo una parte. Conozco que hay muchas iniciativas, en este último año particularmente desde entidades gubernamentales, tanto ciudad, provincia y nación, para generar no solo conciencia sino compromiso de utilización. Me parece que el concepto de soberanía tiene que ver más con los datos que con el software.”
Podríamos empezar a esquematizar el estado de las cosas del siguiente modo: el Estado puede y debe marcar las leyes del juego, disponiendo el uso de sistemas operativos construidos en base a la libertad, solidaridad, trabajo comunitario y solidario. Bien. Pero un nuevo software demanda nuevas mentes, nuevos usuarios. La costumbre, las reglas de juego impartidas desde el sector privado no se adecúan a estas herramientas. Insistimos, si cambia la escenografía, los actores que quedan en escena deben ser re-instruidos. Volvemos a lo que proclamaba Bursztyn: saber usar los conceptos. En la misma línea se pronuncia Castrillo: “Para nosotros la informática en la escuela es programar y no ofimática, como se enseña hoy en día debido a la “ayuda” de las corporaciones. Así era cuando yo tuve informática en la escuela: programar. En Huayra incluimos un montón de herramientas de desarrollo de software que viene con las netbooks: desde programar aplicaciones con base de datos, webs, de ventanas, frameware para el desarrollo de videojuegos, de consolas. Hay un montón de herramientas de desarrollo de programación y anexas, por ejemplo para HTML, CSS, THP, gráficos vectoriales, edición de imágenes, íconos. Inclusive te podés
hacer tu propia película en 3D tipo Toy Story. Desarrollamos Huayra desde Huayra.” Se trata de una cuestión trascendental. El software libre, no privativo, posiciona a los usuarios como creadores, sujetos capacitados para desarrollar. Se trata de despojar la interfaz impuesta por los sistemas de códigos cerrados que pregonan por un usuario mecanizado, limitado a repetir al infinito las mismas operaciones. Una y otra vez. Liberar el software es liberar las conciencias, es dar rienda suelta a comunidades que trabajan mancomunadamente cuestionando el orden de modo permanente, buscando la mejoría constante, la optimización; todo en un contexto de trabajo colectivo, fraternal y solidario, donde las jerarquías se van disipando. Suena utópico, pero es real. Quizás intangiblemente real, pero real al fin.
ACÁ ESTÁ EL SOFTWARE PARA LA LIBERACIÓN Según Castrillo, el desarrollo del software libre significará desalentar la reproducción de un “sistema privativo para garantizar cuestiones de seguridad informática, pero también significa independencia tecnológica: se trata de un software que podemos adaptar, manejar. En ello pueden trabajar colaborativamente universidades, docentes, estudiantes, desde cualquier lugar de la Argentina. Una cuestión de costos. En lugar de pagar licencias de uso, el recurso es para el desarrollo, y ese capital intelectual queda en el país.” La incorporación del software libre a través del plan Conectar Igualdad alienta a la transformación de la matriz de producción y reproducción tecnológica y desalienta la inserción del software privativo en el ámbito de las escuelas. Concluyendo, si alentamos a una transformación integral hacia un software libre, colaborativo e inclusivo, sin dudas estaremos asistiendo a un verdadero proceso de emancipación de nuestro pueblo.
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SOFTWARE LIBRE, SOFTWARE SOCIAL ► Nota: DANIELA DIMOV / SANTIAGO NOGUEIRA | Entrevistas: JULIA VARELA / TAMARA ZYLBERSZTEJN RPA entrevistó a dos representantes del cooperativismo en Argentina: Pablo Recepter, Gerente de Informática del Banco Credicoop, y José Massón, miembro de gcoop, una cooperativa de software libre. Ellos nos cuentan por qué el Software Libre (SL) se ha convertido en parte integral de la administración de su negocio, en un caso, y por qué el cooperativismo es la forma ideal de emprender un servicio de este tipo, en el otro. Todo esto enmarcado en un modelo diferente de pensar los intercambios económicos, el de la Economía Social y Solidaria. A diferencia del modelo individualista-competitivo propio del capitalismo, que persigue el lucro y la acumulación individual por sobre el bienestar comunitario, el concepto de Economía Social y Solidaria (ESS) se basa en la idea de solidaridad. El objetivo de los sistemas productivos y distributivos de la ESS no es generar y acumular capital, sino resolver en conjunto las necesidades y deseos de los ciudadanos. Pone a las personas y su trabajo en el centro del sistema económico, considerando a los mercados como instrumentos siempre al servicio del bienestar de todas las personas y de la reproducción de la vida en el planeta. El Software Libre (SL), que parte de una serie de libertades que permite al usuario cooperar con sus pares y compartir su conocimiento, tiene en sus propias bases de constitución la filosofía e ideas que sostienen a la Economía Social y Solidaria, en contraposición al modelo acumulativo capitalista. José Massón, miembro de la cooperativa de servicios de software libre gcoop, nos explica de forma clara por qué eligen conformar una organización de este tipo para desarrollar su negocio: “El trabajo cooperativo y los fundamentos en los que se basa la programación de código abierto plantean los ideales de sociedad que gcoop pretende. Sin patrones ni explotados, sin un monopolio del conocimiento y sin mercantilización del saber, donde no prime el poder desde arriba. gcoop busca y trabaja en pos de una sociedad justa, con relaciones equitativas y en la que todos participen directamente.” Estos conceptos son el eje de constitución de las
► Pablo Recepter: Gerente de Informática del Banco Credicoop Foto: Alexis Chattah
cooperativas, una de las formas de organización de la ESS (junto con las mutuales y las asociaciones). Una cooperativa es una empresa que le pertenece a todos sus trabajadores (socios o co-propietarios), cuyo funcionamiento se gestiona de forma horizontal y democrática: las decisiones se toman en conjunto y las ganancias se reparten en formas iguales entre los socios (muy diferente a las empresas en las que los dueños son solamente aquellos que aportan el dinero y los insumos para hacer funcionar el negocio -capital-, y concentran las ganancias obtenidas gracias al trabajo de sus empleados, quienes solamente reciben un salario preestablecido). Por otra parte, Pablo Recepter, Gerente de Informática del Banco Credicoop (un banco cooperativo) relata cómo el software libre se presenta como la herramienta de gestión informática que mejor representa los valores organizacionales cooperativos. “Nosotros nos acercamos a la posibilidad de
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► Ilustración: www.gcoop.coop
utilizar software libre a partir de una necesidad económica, como producto de la crisis, y encontramos productos maduros que nos sirven para nuestros equipos. Pero también nos encontramos con una filosofía particular en el modo de producción de software y la forma de distribución, que tiene relación con nuestra filosofía de trabajo basada en la colaboración, el apoyo mutuo, la solidaridad, el bien común. Y esto se refleja cuando ponemos el producto enmarcado en el concepto de propiedad social, distinto al de propiedad privada, sin buscar apropiarnos del conocimiento y de lo que forma parte de la cultura y la propiedad de toda la sociedad. Nos encontramos con una alternativa que filosóficamente se parece mucho a lo que nosotros proponemos, con la cual nos sentimos muy cómodos. A través de esas alternativas filosóficas se puede ser eficiente, se puede ser productivo y brindar iguales o mejores servicios que sobre la base de mecanismos basados en el fin de lucro. Para nosotros, empujar y favorecer el crecimiento de estas alternativas forma parte del accionar cooperativo y el apoyo a la economía social en el sentido de que son ejemplos válidos para toda la sociedad. Se puede ser eficiente, se pueden generar productos de calidad, se puede competir, e incluso en el mercado, con objetivos que no son los de ganar más plata y los de esconder el conocimiento, sino compartirlo y crear productos que le sirvan a la sociedad. Y además, sobre esa misma filo-
sofía se pueden generar modelos de negocios, formas de trabajo que mejoran la vida diaria.” La elección del software libre no responde solamente a la comunión filosófica entre una entidad y el modelo de producción de los sistemas operativos de código abierto. Sectores que responden a otro tipo de lógica, vinculada explícitamente con la generación de ganancias y acumulación de capital, recurren a esta herramienta. Comenta Javier Castrillo -responsable del CENITAL y Huayraque incluso las grandes empresas se vuelcan por el software libre: “El paradigma más grande es Google, que desarrolló su propio sistema operativo sobre Linux y muchas aplicaciones están liberadas. En los bancos y en donde se maneja información crítica, todos utilizan bases de datos o servidores webs. El banco Credicoop funciona completamente con software libre. Inclusive las aplicaciones de los módulos espaciales de la NASA usan Linux. Prácticamente, no hay empresa que no use Linux.” Así las cosas, arriesgamos: el software será libre, será social, o no será nada.
► Fuentes: Pérez de Mendiguren, J. C., Etxezarreta Etxarri, E. y Guridi Aldanondo, J.: ¿De qué hablamos cuando hablamos de Economía Social y Solidaria? Concepto y nociones afines, XI Jornadas de Economía Crítica, Bilbao 2008. “Cooperativismo y Software Libre”, en www.gcoop.com
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Software Libre: hacia el Socialismo del siglo XXI ► por MADI ELORZA El gobierno venezolano impulsa medidas que apuntan a favorecer la producción colectiva y participativa de alternativas al software privativo para ser empleadas en la Administración Pública. Diciembre de 2002 encontró a Venezuela enfrentando uno de los momentos más críticos de los últimos años. La modificación de la distribución de la renta petrolera y la nacionalización y reestructuración de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), realizadas por el entonces presidente Hugo Chávez, provocaron el estallido de los sectores venezolanos más conservadores. Opositores al gobierno de Chávez, en articulación con representantes de intereses estadounidenses, convocaron a los trabajadores del petróleo a adherir a un paro en las actividades, deteniendo la producción y los buques transportadores. La maniobra entrañaba claras intenciones desestabilizantes y tenía como objetivo principal lograr poner fin al gobierno de Chávez. Uno de los papeles centrales en el sabotaje fue desarrollado por Informática, Negocios y Tecnología, S.A. (INTESA), empresa que proveía entonces los sistemas informáticos y de automatización utilizados en PDVSA, conformada además en un 60% por acciones estadounidenses. Durante el conflicto, INTESA manipuló las claves de seguridad que permitían acceder al sistema y a los datos de la empresa, evitando que los trabajadores que no se plegaron al boicot pudieran ingresar al sistema y lograran así reanudar el trabajo y reactivar las válvulas y los sistemas de llenado. Es imposible entender el desarrollo que ha tenido lugar en Venezuela en relación a la Soberanía Tecnológica y el Software Libre por fuera de este conflicto. El sabotaje puso en relieve el rol central de la tecnología y, particularmente, del software, a la hora de disputar y fortalecer la Soberanía Nacional. Este hecho no escapó al conocimiento del gobierno venezolano, el cual promovió, a partir de entonces, diversas medidas para la generación de sistemas informáticos nacionales desarrollados bajo Estándares Abiertos.
El pilar de este nuevo proceso fue el Decreto 3.390, emitido el 23 de Diciembre de 2004 por el presidente Chávez, el cual establece oficialmente el empleo prioritario de Software Libre en todos los órganos de la Administración Pública venezolana, así como la promoción de su uso en todo el país. Como parte de esta nueva política, se asignó al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación la tarea de desarrollar un sistema operativo público. El resultado fue el Canaima, distribución venezolana de GNU/Linux, destinado a ser implementado tanto en la Administración Pública como en las computadoras del Proyecto Canaima Educativo, el cual distribuye computadoras portátiles a todos los niños en edad escolar. Otra estrategia empleada consistió en el desarrollo de plataformas virtuales que permitieran que organizaciones comunitarias, ciudadanos y militantes del Software Libre participen de forma colaborativa en el desarrollo de sus propios sistemas informáticos para satisfacer las necesidades específicas de los usuarios.
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A pesar de estos avances, sin embargo, el proceso de migración del software privativo al sistema abierto aún no ha sido completado. Diversas organizaciones venezolanas vinculadas al movimiento de Software Libre se han manifestado disconformes con el insuficiente grado de cooperación del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Lo cierto es que el éxito en la implementación de este nuevo modelo plantea dificultades y depende de diversos factores, entre los que se encuentra la aceptación y predisposición de los usuarios a implementarlo -lo cual, como en todo proceso de transformación, encuentra resistencias- y, en igual medida, el acompañamiento de los órganos gubernamentales en el proceso y el incentivo constante en investigación e innovación. La implementación del Software Libre responde a la decisión política del gobierno de desarrollar un recurso estratégico clave. En lo económico, apunta a fomentar la industria y aumentar su competitividad, tanto en la producción de aplicaciones listas para utilizar como en la oferta de servicios de mantenimiento y soporte técnico, instalando
así un nuevo modelo de negocios, orientado a servicios. El objetivo es lograr verdadera independencia tecnológica y una transformación cultural que permita ejercer soberanía sobre la información estratégica para el pueblo venezolano e impida que se repita un sabotaje como el que tuvo lugar durante el paro del petróleo. En Venezuela se asiste a la reivindicación de la filosofía del Software Libre como una filosofía para la liberación, la democratización del conocimiento y del acceso a la información. Como una forma de construir el Socialismo del siglo XXI. Se cristaliza, en definitiva, una concepción –alternativa a la concepción capitalista- acerca de cómo debe ser el desarrollo socioeconómico: la adquisición de la soberanía -en este caso, la tecnológica- no debe darse de cualquier forma, sino que, necesariamente, será el resultado de la puesta en práctica y el desarrollo de tecnologías libres, y de la construcción colaborativa, participativa y colectiva de conocimiento.
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más de este número ECOCARDS EcoCards es una empresa social que busca promover la reutilización de cartón. Coni y su socio reciben el pedido de tarjetas, diseñan un sello, acopian el cartón suficiente para realizar la cantidad de tarjetas solicitadas, y llevan todos los elementos a dos fundaciones: Aser, que trabaja con jóvenes con problemáticas de adicciones, y Puentes de Luz, una ONG en la que participan chicos y chicas con capacidades diferentes. ►¿Querés leer la nota completa? hacé click aquí
EL COSTO DE LA BELLEZA ¿Alguna vez te pusiste a pensar cómo es que un producto de belleza no causa irritación? ¿Qué significa que el shampoo que la bella actriz promociona sea “Dermatológicamente testeado”? La verdad es que TODOS (sí, todos) los productos cosméticos, así como los de limpieza que comercializan las grandes empresas como Unilever, Procter & Gamble, Johnson & Johnson y tantas otras, someten a preciosos animales a pruebas crueles en sus laboratorios. ►¿Querés leer la nota completa? hacé click aquí
LA INFANTILIZACIÓN DE LAS AUDIENCIAS Si echamos un rápido vistazo a un anuncio publicitario, nos daremos cuenta de inmediato que éste busca suscitar impacto visual y emocional, mostrándonos imágenes ideales e hilarantes, altamente erotizadas, rubricadas con palabras sencillas, conceptos maniqueos y eslóganes pegadizos. Busca atraernos, busca conmovernos, busca hacernos reír o hacernos llorar. Y aunque puedan parecernos divertidos, lo cierto es que los anuncios publicitarios no son ninguna broma: cada detalle del anuncio está estratégicamente planificado, punto por punto, para producir el efecto deseado. ►¿Querés leer la nota completa? hacé click aquí
NUEVOS INTERMEDIARIOS PARA EL ROCK La oferta permanente de nuevos sonidos, nuevas bandas, aturde. En un contexto caótico, donde los intermediarios culturales dominantes lanzan bandas como se lanzan nuevos sabores de aguas saborizadas (?) al mercado, cinco amigos se sumergen en las profundidades del escenario musical y pregonan la recuperación de los hábitos musicales esenciales: conocer al artista y a su música. Les presentamos a Submarino Atómico, mucho más que un podcast de música. ►¿Querés leer la nota completa? hacé click aquí
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LEGALÍCENLA ► por SANTIAGO NOGUEIRA / JOSÉ MUÑIZ El modelo autogestivo de producción ya no se limita a la supervivencia económica ni a hacerse cargo de los fracasos capitalistas. Silenciado y amenazado, es otro ejemplo cultural de alternativa legítima y factible a los modelos dominantes. Hoy, la lucha esencial se orienta a consagrar un orden jurídico que lo incluya y regule la actividad. Es hora de un nuevo despertar. Para empezar, un poco de historia. En nuestro país se identifican tres instancias claves que aplican al proceso de la transformación del trabajo a partir de factores de mercado y del orden político. En primer lugar, los permanentes intentos por desmembrar las organizaciones de base de los trabajadores, cristalizados, al final de la década del 60 y principios de la década del 70, en la elaboración de un plan sistemático de eliminación de todos los referentes y referencias que los históricos movimientos tenían en su acervo político; plan sostenido por el Estado en connivencia con la burguesía. Posteriormente, ya superado el proceso de coerción, se reconoce una nueva camada de pseudo dirigentes que se encargará de dilapidar el nombre del sindicalismo en la Argentina. Luego, con el proceso de desindustrialización a partir de la sustitución de la producción nacional por importaciones, la implementación de la doctrina neoliberal llegó a fuerza de sangre y medidas económicas, con fuerte impacto en las clases populares. Finalmente, la deslocalización de la producción en busca de nuevos mercados que permiten reducir los costos de la mano de obra, la precarización de las leyes laborales y la pauperización de las organizaciones de base terminan por crear el escenario ideal que pondrá en jaque para siempre la función y el rol del trabajo para el conjunto de la sociedad. La salida de la figura protectora del Estado, el deslizamiento de su rol de garante de derechos que regulen la actividad de la sociedad a los fines de mantener el orden y el equilibrio entre los diversos actores, facilitó que el sector privado asuma la potestad sobre el conjunto de la sociedad. Es clave comprender que en los largos 30 años que han transcurrido desde que comenzó a gestarse esta nefasta transformación, se ha trabajado desde diversos lugares para lograr la implantación de políticas que dejan de tener como base de discusión la resolución de problemáticas locales, para convertirnos en un conjunto de recursos (humanos, naturales, sociales, políticos y culturales) a disposición
de los grandes mercaderes globales en connivencia con las oligarquías locales. Cabe preguntarnos entonces, ¿Se ha reconfigurado la imagen de las empresas, siendo que estas pasaron a dominar con su discurso la escena, los medios de comunicación, la política y los hogares, posicionando de este modo al empresario y a los diversos tecnócratas en una figura equivalente al Estado y a sus organizaciones, con la aplicación del miedo al desempleo (equivalencia de la pérdida de la dignidad, herencia de otras generaciones) y la persecución y segregación a quien no se alinea, como criterio aglutinador (más allá de que las ciencias empresariales utilicen eufemismos) con la intención de exponerse como una pseudo nación?
AUTOGESTIONAR O HACER SOCIAL No puede negarse que, aún en nuestros días, los principios y acciones de la economía de mercado se irradian sobre el conjunto de la sociedad. Pero entendemos que existe otra trama, una red con nudos sólidos que además de resistir, puede contraatacar. La multiplicidad y diversidad de emprendimientos productivos que se configuran bajo la lógica de la autogestión constituye el argumento más sólido para esgrimir que resulta, actualmente, mucho más que una estrategia de resistencia. Actualmente, autogestionar no es resistir; por el contrario, es demostrar que otra lógica es sustentable en el tiempo y es capaz de forjar nuevas conciencias para una nueva época social. Desplegada en todos los campos y actividades sociales, la autogestión, al tiempo que se realiza como praxis, se legitima como un nuevo paradigma de producción que se rige por otros principios políticos y visiones del mundo. El sentido de la autogestión pareciera residir en la intención de transformar no solo la actividad física en sí que hace al trabajo, sino también las conciencias de las personas y su entorno. Trabajar y transformar parecen estar fusionados en una misma operación, intervenida además por la necesidad
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de conocer todas las etapas que hacen al proceso productivo, y de poder formalizar esa experiencia para ser transmitida y socializada. Trabajar, transformar y hacer camino al andar. Quienes inician un proceso de autogestión no reniegan de su condición de actores políticos, pero no hay tiempo para la teorización de la acción: nuevamente aquella se conforma mientras se hace. En la autogestión no hay tiempo para perder, ya que el fortalecimiento del paradigma está íntimamente relacionado con la necesidad de transmitir a la sociedad la viabilidad de este modo de ser. Intelectual, material y social: son las 3 dimensiones del trabajo sintonizado en autogestión. Impactando en diferentes sectores con variadas necesidades coyunturales y estructurales, este mundo está definitivamente anclado en la cuestión social: su objetivo es mejorar la vida de sus integrantes. Autogestionar es poner el cuerpo, asumir el control sobre el sentido del trabajo para asignarle un sentido práctico, legítimo y sustentable. De este modo, la autogestión se hace cultura, se hace sociedad. Emergen y se consolidan identidades, se asignan roles y funciones, se generan nuevos hábitos y conocimientos productivos y políticos... en fin, la vida subjetiva y objetiva se potencia y enriquece. La transformación social deja de ser utopía para empezar a ser una posibilidad concreta.
NUEVOS TRABAJADORES, NUEVAS LEYES El orden y estado de las cosas, el ideal de la dinámica social, debiera verse reflejado en el aspecto legal de las sociedades. Pero aquello... puede fallar. Actualmente las cooperativas de trabajo, que enmarcan a la actividad autogestionada, se rigen por una ley aprobada durante el gobierno de facto de Lanusse, que atenta contra los trabajadores, haciendo pasar por frágil y precario un quehacer que es sólido y organizado. Actualmente, la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) lucha por la sanción de un proyecto de ley elaborado desde las bases mismas de las entidades que la conforman. El asesor legal de la CNCT, Andrés Quintana, nos comenta que “el proyecto tiene dos objetivos; por un lado, busca la promoción y por otro lado, el cooperativismo siempre fue discriminado, sobre todo en algunos sectores específicos, porque fue utilizado por el capitalismo como una herramienta de flexibilización laboral. Más que nada en los ‘90, cuando ante la pérdida de margen de ganancia de los empresarios, se flexibilizaba una parte de su desarrollo
empresarial y se convertían en cooperativas, pero que no cumplían con los principios ni con los valores del cooperativismo de trabajo”. El trabajador autogestionado es un trabajador autoregulado, es él quien construye su propio orden. La organización bajo la lógica y sentido de su necesidad lo distingue del trabajador obediente a un capitalista. Pero aquella potencialidad de transformación se ve amenazada por lo descrito previamente: un orden jurídico que no reconoce, o dicho de otra manera, que asigna y dictamina procedimientos que van contra sus valores e ideología. Dice Quintana: “El cooperativismo de trabajo, como empresa, debe tener un proceso organizativo. La virtud es que el trabajador tenga el respaldo de las leyes que defienden a los trabajadores, los horarios convenidos y, a su vez, tenga un beneficio adicional que tiene que ver con ser socio de la cooperativa. Esa fue la primera discusión: ¿de qué hablábamos cuando decíamos trabajador autogestionado?, de qué forma se promueve, cómo es esa entidad formada por personas, donde la gran diferencia con las sociedades sin fines de lucro es que lo que domina son las personas y no el capital. Y donde lo que se tendría que estimular sería la participación”.
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¿EL PATRÓN? LA ASAMBLEA ► por JULIA VARELA La ley que hoy rige a las cooperativas de trabajo fue aprobada durante el gobierno de facto de Alejandro Lanusse, el 2 de mayo de 1973, y no termina de enunciar qué es lo que significa que una persona trabaje cooperativamente. Con frecuencia se tiende a asociar al trabajo cooperativo con el trabajo precario, desorganizado o frágil. La Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) armó un proyecto de ley para saldar algunos vacíos y, si bien todavía no tiene estado parlamentario ni ampara a las cooperativas de posibles desalojos en espacios recuperados, se considera como un aporte a la discusión. ¿Qué significa no tener patrón? ¿Dónde manda la asamblea de asociados? ¿Cuáles son los derechos que debe tener un trabajador cooperativo? A fin de despejar estas dudas, entrevistamos a Andrés Quintana, asesor legal de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo. ¿Cómo está integrada la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo? La Confederación está integrada por más de treinta federaciones de cooperativas de trabajo de todo el país. En un principio, tiene un desarrollo territorial, por lo que hay federaciones de Corrientes, de Misiones, de Córdoba, de Jujuy y otras federaciones que son nacionales como FECOOTRA, FACTA y Manuel Belgrano. Pero también tenemos atravesadas las agrupaciones sectoriales; porque ocurría que las federaciones territoriales tenían una cooperativa textil, una metalúrgica, una de comunicación. Entonces, armamos redes distintas, como la red gráfica, la textil, la metalúrgica, diarios y revistas, de comunicación audiovisual, etc. Hay muchas cooperativas que tienen una doble asociación; pueden estar en una federación territorial y, a su vez, en una sectorial. Hay algunas federaciones que tienen matrícula y otras que la están tramitando dentro del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), pero en total la CNCT está compuesta por unas 36 federaciones.
¿Cuál es la situación legal de las cooperativas de trabajo hoy por hoy? La ley madre que rige a las cooperativas hoy por hoy es la 20.337, sancionada en 1973 durante el gobierno de facto de Lanusse. En su texto, el cooperativismo de trabajo se menciona en tres o cuatro artículos y la legislación que afecta directamente a las cooperativas está compuesta por resoluciones de organismos de contralor, que pueden ser el INAES, fundamentalmente, o el ANSES, cuando se resolvió el tema de la seguridad social. Frente a este vacío, la Confederación, como un ejercicio de discusión y capacitación con las distintas federaciones, pensando cuál era la legislación que iba a promover el cooperativismo de trabajo, elaboró un proyecto de ley. Ese proyecto tiene dos objetivos: por un lado, busca la promoción y, por otro lado, el cooperativismo siempre fue discriminado, sobre todo en algunos sectores específicos, porque fue utilizado por el capitalismo como una herramienta de flexibilización laboral. Más que nada en los ‘90, cuando ante la pérdida de margen de ganancia de los empresarios se flexibilizaba una parte de su desarrollo empresarial y se convertían en cooperativas, pero que no cumplían con los principios ni con los valores del cooperativismo de trabajo. ¿Qué fue lo primero que se discutió al elaborar el proyecto? El primer paso que se dio fue debatir sobre qué sujeto estamos hablando. Porque al hablar de poner un saco sin tomar medidas, es muy difícil que se llegue a un buen resultado. Se desprenden un montón de leyes nacionales que mencionan al cooperativismo de trabajo, pero no la toman con el desarrollo real sobre quién estamos hablando, que es el trabajador autogestionado. Porque algunos toman la relación entre la cooperativa y el trabajador como un vínculo de trabajador autónomo. En el otro extremo, se la analiza como si fuese una relación de dependencia. En realidad, no es
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ninguna de las dos cosas. Lo que sí tiene son aspectos distintivos de cada una. Cuando se analiza, se ve que hay algunas tipificaciones que hacen al trabajador autónomo que están dentro del trabajo autogestionado y la relación entre la cooperativa y los asociados. Pero cuando ese análisis se realiza de manera un poco más profunda, a las claras se ve que la relación no se da de ese modo. El trabajador cooperativo es alguien que tiene una dependencia con respecto a un orden, pero ese orden es dado por él mismo y puede cambiarlo. Muchos fallos han avalado la relación de dependencia con respecto a que el trabajador cooperativo no toma decisiones solo o que percibe un ingreso todos los meses. Pero forma parte de ese proceso de organización. El cooperativismo de trabajo, como empresa, debe tener un proceso organizativo. La virtud es que el trabajador tenga el respaldo de las leyes que defienden a los trabajadores, los horarios bajo convenio, y a su vez, tenga un beneficio adicional que tiene que ver con ser socio de la cooperativa. Esa fue la primera discusión: ¿de qué hablábamos cuando decíamos “trabajador autogestionado”? De qué forma se promueve, cómo es esa entidad formada por personas donde la gran diferencia con las sociedades con fines de lucro es que lo que domina son las personas y no el capital. Y donde lo que se tendría que estimular sería la participación.
¿Cuáles son los puntos centrales del proyecto de ley de cooperativas de trabajo? ¿Dónde se avanza sobre la ley de 1973? En el proyecto hay un par de normas que pretenden la participación obligatoria en las asambleas, dado que es muy difícil generar participación, pese a que se exige todos los días participar en su fuente de trabajo, pero no es obligatorio ir a las asambleas. La asamblea es el día más importante del año en una cooperativa. También se incorpora un elemento novedoso, que es un ingreso mínimo de asociados y un piso de derechos y buscamos también algunos mecanismos que permitan mayor control en el uso de la figura de cooperativas, más que nada con su uso como herramienta de flexibilización. Para eso, establecemos un mecanismo para que la autoridad de aplicación, que es el INAES, fije ciertos parámetros. Sabemos que es muy difícil sanear el sistema cuando el Ministerio de Trabajo aplica multas a las cooperativas fraudulentas, y es un error, porque esas multas son parte de los costos, y la siguen pagando los trabajadores explotados. Lo que hay que hacer con una cooperativa fraudulenta es quitarle la matrícula, democratizarla o dársela en serio a los trabajadores. Otro de los aspectos centrales tiene que ver con la jubilación. Al ser trabajadores autónomos ma
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yormente, pagan monotributo o monotributo social. El social es una ventaja, una opción que se le da a las cooperativas más vulnerables, pero el monotributo es un castigo. Y lo que queremos es lograr equiparar sus derechos con los trabajadores en relación de dependencia respecto de los aportes jubilatorios o las obras sociales. El monotributo es un castigo porque está compuesto por tres elementos. Uno es la seguridad social, el otro es el componente jubilatorio y el tercero es el aspecto impositivo, que tiene dos gravámenes: ganancias e IVA. El asociado a una cooperativa de trabajo que cobre menos de 15.000 pesos no debería abonar ninguno de esos dos gravámenes. Creemos que el dinero destinado al tercer aspecto podría ir a la seguridad social o a la jubilación y mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. Estamos trabajando con el Ministerio de Trabajo y con una federación, FECOOAPORT, de las cooperativas de estibadores del puerto de Mar del Plata, que lograron en 2010 la resolución 1.444, donde se equipara en los aspectos jubilatorios a los socios cooperativos y a los trabajadores en relación de dependencia, pasando la edad de jubilación de los 65 a los 55 años. En los tribunales laborales, muchos juicios se perdían por desconocimiento o por jerarquización de normas. Pero a partir del fallo Lago contra Salvia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, quedó saldado el punto que hacía referencia al socioempleado. Se trataba al socio cooperativo como un socio-empleado por el artículo 27 de la Ley de Contrato de Trabajo y esto implicaba que estaban en relación de dependencia. Ahora eso está saldado, pero siempre es bueno tener un marco normativo con las reglas claras, que promueva la participación. ¿El proyecto contempla en algún lugar las relaciones que las cooperativas tienen con sus lugares de trabajo? ¿Podría ayudar en algún punto a las cooperativas que están en riesgo de ser desalojadas, como la 22 de Mayo, de la fábrica metalúrgica IMPA? Cuando se empezó a discutir este proyecto todavía no se había sancionado la reforma de la Ley de Quiebras. Se discutió mucho respecto de incorporar estas modificaciones, que después fueron plasmadas en la reforma, y llegamos a la conclusión de que era muy difícil. Hace 30 años que se está intentando modificar la ley de cooperativas
de trabajo; si avanzábamos sobre otras leyes sensibles, como ser la Ley de Quiebras, eso habría sido más difícil. Primero, creo que los compañeros del IMPA tienen un desconocimiento de la ley de expropiación, no llevado adelante sobre legislaciones locales. La decisión política que se tomó fue que se necesitaba un marco de regulación para el funcionamiento de la cooperativa, para garantizar algunos derechos, pero no se avanza en legislaciones locales, ni en resoluciones definitivas como podría ser la ley de expropiación nacional, que algunos han planteado, pero se dejó de lado. Esto es una ley nacional, y el caso de la expropiación afecta fundamentalmente a la ciudad de Buenos Aires. Con el veto del Jefe de Gobierno y el desconocimiento de tantos años de autogestión y de lucha de los trabajadores, creemos que lo de IMPA va por otro carril.
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AUTOGESTIÓN: ¿CONSECUENCIA DE UNA BÚSQUEDA ESTÉTICA? ► por CARLOS DIEZ Un colectivo artístico, que a partir de un nombre crea una marca para combatir a las corporaciones. A partir de una búsqueda de lo estético, descreyendo de la dependencia de los grandes sellos, y aprovechando las nuevas tecnologías, surge Laptra. En 2004, con la edición del primer simple de El Mató a un Policía Motorizado, toma forma un proyecto que consistía inicialmente en editar su propia música de manera casera, bajo sus propios estándares, y difundirla a través de internet. Hoy, después de nueve años de trabajo y experimentación, Discos Laptra es reconocido como uno de los sellos discográficos independiente más influyentes del país, que facilita a los artistas pertenecientes al colectivo los servicios de registro y edición musical, centralizando también las tareas de booking, management y prensa. Javier Sisti Ripoll (107 Faunos) cofundador del sello junto a Santiago Motorizado (El Mató a un Policía Motorizado), nos cuenta cuál es el ideario detrás del sello. ¿Hay algún acercamiento consciente al concepto de Autogestión? Absolutamente, pero de una manera difusa, con un pie en el idealismo y otro en la coyuntura, siempre con fuertes convicciones estéticas. Las bandas que escuchábamos y nos parecían más interesantes, eran producidas y distribuidas por sellos pequeños. Amábamos el “Lo–fi” (del inglés lowfidelity), creíamos en el poder de nuestras canciones y nos causaban gracia los grupos que grababan un demo. ¿Qué tenés que demostrar a quién? Era algo que no entendíamos. Nosotros grabábamos discos. Quizá fuéramos un poco pretenciosos, pero creíamos en el control total de la obra, y creíamos, incluso, que se podía hacer algo significantivo para la cultura de nuestra época desde afuera del sistema de producción industrial.
Cuando empezamos, armamos el sello como una parodia a la burocracia cotidiana que se vive en una ciudad como La Plata. A eso y al lenguaje de las corporaciones. Fijate, el logo de Laptra es un logo corporativo genérico y el nombre es una sigla que no significa nada. Lo que es llamativo es cómo la lógica de la burocracia y las empresas fueron copando el circuito de la música, sin resistencia ni apropiación irónica en ninguno de los casos. Ahora se habla de “modelo de negocios”, nosotros hablábamos en términos de “contracultura”. Empezamos con ánimo lúdico y espíritu de pandilla, estábamos en contra de todo. Ahora todos se mueren de ganas de tocar en el Senado. ¿Cómo se cruzan las aspiraciones individuales en un proyecto que intenta ser social y artístico? Tenemos una manera de funcionar bastante particular. No somos un proyecto eminentemente social. O sea, proponemos un modelo de organización alternativa, que es un acto político y en
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Revista ProyectoAire | Anuario 2013
algún sentido produce sociabilidad. Somos un grupo grande, pero la direccionalidad, el modus operandi y la estética del colectivo grupal están bastante claras. Tenemos una retórica bien definida. Así que en general no surgen problemas grupales, las obligaciones y los derechos que tiene cada uno al pertenecer al colectivo están bastante claros. Obviamente, hay diferentes niveles de compromiso y de poder de decisión, pero somos completamente horizontales. ¿La forma de trabajar de Laptra reproduce la lógica de otros sellos o intenta establecer un nuevo paradigma? Ninguna de las dos cosas. No funcionamos como los demás sellos, pero nunca tuvimos la intención de establecer un nuevo paradigma. Todo lo que hicimos es producto de nuestra experiencia, no nos basamos en ningún modelo y no pretendemos ser un ejemplo para nadie.
especie de mutante. Personalmente, considero que ser músico y estar al tanto de cómo funcionan todas las instancias del “negocio” está bastante bueno. ► Web: www.laptra.com.ar
¡Conocé un poco más de Laptra! Te dejamos, para que escuches, las bandas del sello: ► 107 Faunos ► Antolín ► Atrás Hay Truenos ► Bestia Bebé ► El Mató a un Policía Motorizado ► Go-Neko!
¿Cuál es el nivel de autonomía que tiene una banda al momento de pertenecer o participar en Laptra y qué beneficios obtienen? Las bandas que ingresan a Laptra son elegidas por una especie de curaduría colectiva. El nivel de autonomía de la banda es 100%. Y en cuanto a los beneficios, no hay ninguno en especial, son cosas bastante abstractas. Apoyo espiritual, experiencia participada, logística, sumarse a algo que ya viene andando.
► Hojas Secas
¿Son compatibles en Laptra, ser una empresa y ser partícipes del proceso de las bandas? No somos exactamente una empresa, somos una
► Niño Elefante
► Javi Punga ► Los Japón ► KoyiKabutto ► Las Ligas Menores ► Mapa de Bits ► Mi Pequeña Muerte
► Reno y los Castores Cósmicos
más de este número VIABILIDAD ECONÓMICA Y FINANCIERA DE LAS EMPRESAS AUTOGESTIONADAS Uno de los principales desafíos a la hora de llevar a cabo una experiencia de autogestión consiste en construir una organización que sea sostenible en términos económicos y financieros. Este tipo de experiencias, pertenecientes al campo de la economía social, conviven y coexisten con el sector privado capitalista (y también con el estatal), bajo un sistema social donde predomina el capital. Por lo tanto, para desarrollarlas y consolidarlas se impone conducir procesos de generación, apropiación, adaptación y acumulación colectiva de recursos monetarios y no monetarios. ►¿Querés leer la nota completa? hacé click aquí
DIEZ AÑOS DE LA CARTONERÍA MÁS COLORINCHE DEL MUNDO Eloísa Cartonera es una cooperativa que lleva editados más de 200 títulos de autores como César Aira, Ricardo Piglia y Rodolfo Fogwill. En la editorial, a diferencia de otras, no llevan un registro de la cantidad de libros que venden. Van a ferias, ponen su stand, están abiertos al público en la editorial misma en la calle Aristóbulo del Valle, y en Corrientes y Paraná, un puesto de diarios donde venden sus productos, quizás los libros más baratos del mercado. ►¿Querés leer la nota completa? hacé click aquí
ACOSTUMBRARSE ES MORIR: FM LA TRIBU Fm La Tribu es una radio comunitaria, alternativa y popular. Es, como dicen en Almagro, una casa con parlantes. Fm La Tribu es una radio, es un centro de capacitación y producción, es una isla de producción audiovisual, un bar, una plataforma digital que distribuye bajo software libre todo lo que producen y ancla los tentáculos en su territorio, en el corazón de Buenos Aires. FM La Tribu no tiene oyentes. No hay quien prenda la radio y no pueda dialogar con ella de alguna manera, discutir, proponer, llamar o darse una vuelta por la casa. ►¿Querés leer la nota completa? hacé click aquí
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