Dorado al mercurio 1º Preparación de la amalgama Oro de la mayor pureza posible Demasiada plata aleada al oro le da un tono verdoso Demasiado cobre un tono rojizo y además la amalgama se extiende mal sobre el bronce, quedando demasiado granulada Mejor disponer el oro en láminas para que sea más fácil de digerir por el mercurio Introducir en el crisol hasta el rojo oscuro Verter 8 partes de mercurio puro para 1 de oro Revolver la mezcla con una varilla de hierro hasta completar la disolución del oro Verter la mezcla en un recipiente con agua Lavar a fondo Comprimir con ambos pulgares contra los bordes del recipiente para exprimir todo el exceso de mercurio
Comprobar que la amalgama es lo bastante pastosa como para preservar las huellas de presión de los dedos o o
Después de estas manipulaciones la AMALGAMA estará compuesta por: DE 9 A 11 PARTES DE ORO DE 89 A 91 PARTES DE MERCURIO
Embolsar la amalgama en una gamuza Comprimir con las manos hasta que deje de filtrarse mercurio a través de sus poros o o
La AMALGAMA estará compuesta ahora por: 33 PARTES DE MERCURIO 67 PARTES DE ORO
Recuperar el exceso de mercurio del recipiente y del que se ha filtrado a través de la gamuza para formar otras amalgamas Los peligros de estas manipulaciones o Vapores mercuriales producidos durante la disolución del oro (Usar un horno adecuado) o Posible contacto del mercurio con la piel (Usar guantes de piel, vejiga o tafetán encerado)
Antes de aplicar la amalgama ES PRECISO IMPREGNAR las piezas con una solución de nitrato de mercurio ácido. TOMAR: 100 partes en peso de mercurio puro + 100 partes en peso de ácido nítrico puro, marcando 36° en el aerómetro Calentar la mezcla a fuego lento en un matraz de vidrio Asegurarse de que los vapores nitrosos que se forman en la operación se escapen por la chimenea Añadir a la solución 25 veces su peso en agua destilada Mantener la solución en botellas bien tapadas
2º Preparación de los bronces
Salidas de manos del fundidor las piezas de bronce no son aptas para recibir el dorado
El recocido PROPÓSITO Librar a las piezas de todo resto de grasa que puedan conservar de anteriores manipulaciones El señor D'Arcet OPINA QUE: ADEMÁS puede que incluso con el recocido se llegue a volatilizar una cierta cantidad de zinc propiciándose así que las capas externas se reduzcan al estado de cobre rojo, facilitándose de esta suerte la esperada combinación con la amalgama. Calentar uniformemente la pieza en un horno hasta el rojo cereza Dejar enfriar lentamente al aire
El desescoriado PROPÓSITO Eliminar la capa de óxido depositado durante el recocido: Sumergir en un baño de ácido sulfúrico muy diluido en agua Dejar el tiempo suficiente para que el óxido se desprenda Frotar con un cepillo duro Enjuagar con agua limpia Dejar secar en serrín ligeramente recalentado
El decapado PROPÓSITO Quitar toda mancha de irisado en las piezas
Sumergir las piezas en agua fuerte corriente del comercio, con tal de que no contenga plomo (el ácido nítrico puro no da resultado satisfactorio) Permitir al ácido una mordida suficiente Sumergir rápidamente en un baño de agua fuerte con un puñado de sal de cocina y de hollín
MEDIANTE esta última manipulación la pieza se habrá iluminado
Lavar seguidamente con abundante agua Si el agua fuerte no está lo suficientemente concentrada se la puede remontar con adición de ácido sulfúrico Dejar secar las piezas en serrín DEBEN quedar de un llamativo amarillo pálido y ligeramente granulado
3º Operación del dorado REVESTIMIENTO DE LA PIEZA CON LA AMALGAMA Colocar la pieza en un recipiente de barro cocido sin barnizar Sumergir el cepillo rascador (especie de pincel con las cerdas de latón lo bastante finas) en la disolución de nitrato de mercurio Repasar la pieza que se desea dorar con el cepillo rascador Tomar con la punta del cepillo rascador un poco de la amalgama de oro + Aplicar sobre el bronce Repetir los dos últimos pasos hasta que toda la superficie del bronce se halle convenientemente revestida con una capa de amalgama
Lavar la pieza con abundante agua Secar la pieza
VOLATILIZACIÓN DEL MERCURIO Exponer la pieza al fuego para volatilizar el mercurio Sobre la operación de volatilización del mercurio Asir la pieza con unas pinzas largas Exponerla poco a poco a la acción de un fuego de carbón vegetal Removerla orientándola por todos sus costados Tener cuidado de no exponer la pieza a un fuego demasiado vivo con el que se licuaría la amalgama
Cuando el espesor del oro depositado no se considere suficiente:
Lavar la pieza nuevamente Volver a aplicar una nueva capa de amalgama Retirar la pieza recalentada del fuego Asir la pieza con la mano izquierda guarnecida con un guante y haciéndola girar + Golpear la pieza con la mano derecha con un cepillo de cerdas largas para distribuir uniformemente la amalgama
Repetir la operación de volatilización hasta que el mercurio se haya volatilizado por completo
Se reconoce la completa volatilización del mercurio por el sonido característico que produce la caída de una gota sobre la pieza Se puede corregir los resquicios defectuosos de la pieza en tanto en cuanto la volatilización del mercurio no se haya completado
UNA VEZ TERMINADA LA VOLATILIZACIÓN Lavar la pieza Cepillar la pieza esmeradamente con el cepillo raspador mediante agua acidulada con vinagre
CASO DE BRUÑIDO DE LA PIEZA ENTERA Recalentar la pieza Sumergir la pieza no muy caliente en ácido sulfúrico muy diluido en agua Lavar la pieza Bruñir la pieza
CASO DE BRUÑIDO PARCIAL (PARTES BRUÑIDAS + PARTES MATES) Recubrir las partes a bruñir con una mezcla protectora a base de polvos de carbonato de calcio, azúcar moreno y goma, todo ello diluido en agua, con la ayuda de un pincel Secar la pieza Recalentar nuevamente hasta un calor que vendrá indicado por el color que toma la mezcla protectora Sumergir mientras todavía está caliente en agua acidulada con ácido sulfúrico Lavar la pieza Secar la pieza Bruñir finalmente la pieza